NO FUIMOS MEJORES QUE ELLOS LITERATURA POR Y PARA MILLENNIALS
Esto es para millennials» o «la juventud ya no es lo que era». Dos frases que funcionan como sinónimos y que arrastran aquello de lo que ya se quejaba Aristóteles en el siglo IV a. C. Desde aquel entonces, el planeta se ha calentado y lo hemos visto desde la Luna, hemos inventado los retrovirales y levantado catedrales como montañas. Pero seguimos menospreciando o, al menos, mirando con el ceño fruncido aquello que triunfa entre las generaciones más jóvenes, sin tener en cuenta que, como ocurre desde que el discípulo más aventajado de Platón rajara de sus pupilos, el talento no es una cuestión de edad.
¿Qué necesita una generación para considerarse como tal?, una generación altamente tecnófila, consumidora de ocio en todos sus formatos, que vino al mundo en una época de prosperidad económica y con más fácil acceso a estudios superiores que sus padres. Cuatro características que, en su caso, se convierten a menudo en cuatro reproches. Por suerte, algunos editores han sabido ver más allá de los prejuicios y han encontrado en los a su público lector, tan ávido de literatura como quienes les antecedieron, solo que con formas distintas de acercarse a ella. «Los , en el fondo, solo quieren buenas historias. Eso sí, son lectores voraces: les interesa evadirse con aventuras épicas o magia, pero también les gustan las distopías que parten de una realidad próxima a ellos», explica Claudia Casanova, directora editorial de Grupo Ático, a la que pertenece Oz, un sello de referencia para estos lectores.
