Alfredo Ribadeneira Barba
Parte del destacado grupo referencial de arquitectos graduados en la segunda mitad de la década de los años 60, Alfredo Ribadeneira Barba (Quito, 1942) aportó a las búsquedas en ese tiempo de una arquitectura moderna, adaptada a la realidad del medio nacional, con una expresión singular. Concentró su actividad en la práctica del diseño en su oficina particular, la participación en concursos de anteproyectos y la actividad cultural del Colegio de Arquitectos fundado al inicio de esa década.
Se graduó de arquitecto en la Universidad Federal de Río de Janeiro (1967), Brasil. Ciertos intereses y gustos que se iniciaron en su infancia y primera juventud influyeron en su inclinación hacia la arquitectura, especialmente el dibujo, afición que se fortaleció en el nivel secundario, en las clases de su profesor el maestro Leonardo Tejada, momentos gratos que ampliaban sus horizontes culturales al disfrute de la música y la arquitectura, en especial de Brasil y su nueva capital. Cuando se graduó de bachiller, aspiró a una beca a ese país y la ganó en 1963. En su formación fue gravitante el conocer Brasilia, su urbanismo e icónicos edificios, fundamental obra iniciada en 1956 por los arquitectos Lucio Costa y Oscar Niemeyer, que fue inaugurada en 1960. La trascendencia del movimiento moderno era indiscutible, así lo recuerda Alfredo Ribadeneira “Le Corbusier había marcado una gran influencia en los arquitectos Costa, Niemeyer, los hermanos Roberto y tantos otros que en los años sesenta estaban en auge. Preconizaban la planta libre, las terrazas ajardinadas, el uso de brisesoleil para protección climática” , los principios básicos que enunciara a inicios del siglo XX el maestro francés.
La formación en valores que caracterizó sus primeros estudios se fortaleció en las aulas universitarias, en el seno de los talleres de proyectos y con sus maestros. Aún recuerda las enseñanzas del arquitecto Ernâni de Vasconcelos, miembro del equipo de diseño encabezado por Lucio Costa para el edificio del Ministerio de Educación y Salud , edificio cuyo impacto en 1945 era indiscutible; fue una obra pionera y paradigmática de la arquitectura moderna en Latinoamérica que contó con la asesoría de Le Corbusier. Alfredo tiene presentes en su memoria “vivamente la cátedra del arquitecto Paulo Casé , el más joven y dinámico de mis maestros, aprendí con él que la persistencia y el diálogo son fundamentales en el desarrollo de cualquier proyecto” y al “arquitecto Marcos Konder Netto , por los valores éticos y el respeto a la profesión” .
La práctica profesional en Brasil fue una importante prolongación de los estudios universitarios con uno de sus más destacados profesores. Nos dice “durante dos años trabajé en el estudio del …
