CATAPLASMAS Todos podemos empezar a hacerlas… ¡hoy mismo!
Hubo un tiempo en que preparar una cataplasma, incluso una algo sofisticada, no asustaba a nadie. No obstante, poco a poco este laborioso remedio fue dejando paso a soluciones más rápidas y fáciles de aplicar, como por ejemplo los bálsamos, los ungüentos o los medicamentos.
Hoy día, sin embargo, los accesorios y herramientas modernos con los que cualquiera cuenta en su casa facilitan mucho la tarea. El film transparente, las tiras de gasa, los robots domésticos, la lavadora… todos ellos consiguen que muchas cataplasmas sean muy fáciles de preparar y rápidas de aplicar.
Pero entonces queda preguntarse qué ventajas ofrece la cataplasma; por qué deberíamos decantarnos por este viejo remedio. Y no hay respuesta más simple: las cataplasmas alivian con rapidez y eficacia multitud de dolores y molestias y además suelen resultar baratas y fáciles de preparar en casa o incluso en plena naturaleza.
¿Qautaép elsa sumnaa ?
La cataplasma, también denominada emplasto, es una preparación pastosa que se aplica sobre la piel. Suele ser espesa y debe extenderse sobre un área más o menos extensa por un tiempo que varía entre los 10 y los 60 minutos, o incluso una noche entera en algunos
casos. La finalidad varía según el caso; el objetivo puede ser desde calmar un dolor o aliviar un esguince hasta limpiar una herida, consolidar una fractura, descongestionar los bronquios, detener una hemorragia… La
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