SAN JOSÉ DE CUPERTINO LEVITACIONES Y RAPTOS AÉREOS
El fenómeno paranormal más sorprendente es, sin duda, la levitación. Desafiar la ley de la gravedad y permanecer suspendido en el aire no está al alcance de cualquiera, a diferencia de otros fenómenos más comunes de la parapsicología como la telepatía o la clarividencia. Aunque han existido grandes médiums levitadores en la época dorada del espiritismo, la sospecha de fraude estuvo muy presente, pues las condiciones en que se producían los raptos espiritistas, siempre con luz amortiguada y en un ambiente propicio para la ocasión, no eran óptimas para una exhaustiva investigación científica. Pero si nos vamos al terreno de la hagiografía católica, encontramos casos impresionantes de levitación a plena luz del día, al aire libre y ante decenas de testigos.
Como bien señaló el investigador galo Aimé Michel, en su obra El misticismo (1973), “por asom- broso que parezca, la levitación, con ser uno de los prodigios místicos más increíbles, es, sin embargo, uno de los más atestiguados”. Aun así, los propios protagonistas trataban a toda costa de pasar inadvertidos cuando tenía lugar el suceso, algo que ocurría inesperadamente y sin ninguna predisposición.
Y si hablamos de santos voladores, quien más destaca es, sin lugar a dudas, Giuseppe Desa (1603-1663), un franciscano nacido en Copertino, Apulia (Italia), que sufría éxtasis desde los ocho años y vivió entregado a la oración y a la austeridad. “Sus casos de levitación son, con mucho, los más asombrosos de cuantos tenemos memoria. Sería imposible dar una relación detallada de sus elevaciones y vuelos, que parece que habían sido observados en más de cien ocasiones”, afirmó el jesuita en su excepcional obra (1953).
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