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Guarda una Cuaresma verdadera
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Ebook235 pages5 hours

Guarda una Cuaresma verdadera

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About this ebook

Charles Fillmore presenta una lección especial para cada día de la Cuaresma.
LanguageEspañol
PublisherBookBaby
Release dateJan 2, 1962
ISBN9780871597311
Guarda una Cuaresma verdadera
Author

Charles Fillmore

Charles Sherlock Fillmore founded Unity, a church within the New Thought movement, with his wife, Myrtle Page Fillmore, in 1889. He became known as an American mystic for his contributions to spiritualist interpretations of biblical Scripture.

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    Guarda una Cuaresma verdadera - Charles Fillmore

    GUARDA UNA CUARESMA VERDADERA

    CHARLES FILLMORE

    Biblioteca Clásica de Unity

    La Cuaresma es una temporada de crecimiento espiritual, un tiempo de desenvolvimiento progresivo. Cuando podemos asociar y sumergir nuestra mente en la Mente de Dios, el camino está abierto para que el Señor nos glorifique y levante a un estado más alto, puro y espiritual.

    PREFACIO

    El mundo cristiano está observando de nuevo la temporada de cuaresma; temporada de oración y ayuno que precede la gozosa festividad de Pascua Florida. Comúnmente se cree que la temporada de cuaresma está relacionada con los sucesos de los cuarenta días que preceden la Resurrección. Esta es una idea errónea. La cuaresma es una institución de la iglesia y no hay autorización para ella en ninguna parte en el Nuevo Testamento. La idea, sin embargo, tiene una sólida base espiritual; Moisés, Elias y Jesús mismo sentaron un precedente para ella. Cada uno observó un período de cuarenta días de oración y ayuno como preparación para una obra espiritual. Moisés recibió los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí al terminar su ayuno. Elías habló con Dios en el Monte Horeb al concluir su período de oración y ayuno. Jesús empezó su gran ministerio espiritual al final de Su ayuno en el yermo.

    Los antiguos escritores hebreos hicieron una costumbre de usar números para simbolizar ideas. Cuarenta, para ellos, era un número redondo, sugiriendo la idea de un fundamento para algo siguiente; una idea de perfección. Así el número cuarenta se usa a menudo en las Escrituras para indicar una preparación que se completa para algo que ha de seguir. Cuando consideramos la cuaresma como bien redondeada y completa temporada de retiro de las cosas del mundo para limpiar la mente y recordar las cosas del Espíritu, se vuelve un verdadero tiempo de preparación para la gloriosa estación de la Pascua; una preparación para la resurrección de la mente de la oscuridad del pecado, la duda y las falsas creencias a la luz de la comprensión.

    La cuaresma, pues, es una institución de la iglesia que incorpora la exaltada idea de limpiar y disciplinar tanto la mente como el cuerpo con el fin de hacerlos más receptivos a las ideas de Cristo. Como muchas otras prácticas religiosas, es observada con demasiada frecuencia más en la letra, que en el espíritu.

    Muchas personas hacen de la cuaresma una farsa. Está de moda renunciar a ciertos lujos y cuando esos lujos tienen relación con las comidas y bebidas, es provechoso físicamente que sea así. Hay también valor sicológico en la disciplina mental envuelta en ello. Pero tal práctica no tiene nada que ver con ser un cristiano; ¡los ateos podrían obtener el mismo beneficio!

    Todo seguidor de Jesús que guarda la cuaresma con verdadero espíritu cristiano sigue el camino de oración y ayuno que El enseñó a Sus discípulos. El reveló que la oración y el ayuno son camino seguro hacia el poder espiritual; el modo de mantener el alma limpia y purificada para que pueda sentir la presencia de Dios. Cuando los discípulos no pudieron sanar al muchacho epiléptico, El les dijo que les faltaba fe, que las curaciones de esa clase sólo podían lograrse con la oración y el ayuno.

    Jesús reveló que el ayuno, como la oración, es asunto entre el hombre y su Hacedor. Dijo a Sus discípulos que no hicieran un espectáculo de su ayuno. Dijo: No aparezcáis ante los hombres a ayunar, sino ante vuestro Padre que está en secreto: y vuestro Padre que ve en secreto os recompensará abiertamente. Dio la misma instrucción acerca de orar. La oración y el ayuno, entonces, son asunto de comunión con Dios, no de pública exhibición. Son transacciones en la mente. Es inútil guardar la forma externa si el sentimiento de comunión con Dios no se establece. Al abstenerse de cosas mundanas, la mente debe llenarse con pensamientos de Dios, o no hay valor espiritual en el ayuno.

    Si queremos soltar las ataduras de la maldad tenemos que aprender a ayunar de todo pensamiento indigno y deleitarnos con lo bueno y lo verdadero. Para observar la cuaresma de acuerdo con el espíritu y no con la letra, tenemos que ayunar de la crítica y la condenación y alimentarnos de amor fraternal; ayunar de falsas creencias en enfermedad y debilidad, y deleitarnos con la verdad de la omnipresente, perfecta vida de Dios; ayunar de falsas creencias en la carencia y limitación y deleitarnos con lo verdadero de la liberal voluntad de Dios. Ideas como éstas forman base excelente para meditaciones de cuaresma que ayudan a establecer permanentes valores espirituales en el corazón y en la mente.

    Una de las maneras más valiosas de observar la temporada de cuaresma es ayunar (soltar y dejar ir) la creencia de que los hombres y las naciones pueden impedir la buena voluntad de Dios para el hombre. Ahora es el momento de afirmar el poder del Espíritu de Cristo que vive en todos los hombres en todas partes e influye en sus pensamientos, palabras y acciones para trabajar por el bien de todos. Todos queremos ser alguna influencia en el establecimiento de la paz del mundo. Para hacer eso tenemos que aprender a obedecer la exhortación de Pablo: Sigamos por eso, tras las cosas que promueven la paz. Cada uno de nosotros debe interesarse en mejorar su propia vida. Tenemos que aprender a negar nuestros impulsos egoístas y obedecer los impulsos de amor fraternal. Cuando retiramos nuestra atención, interés y apoyo a lo falso e indigno, esto es verdadero ayuno. Cuando damos esa misma atención al bien perdurable estamos alimentándonos de las cosas del Espíritu y ésta es verdadera oración. Cuando hemos ayunado en verdad a la manera de Cristo, hemos aumentado nuestra habilidad de responder a la buena voluntad de Dios.

    —Georgiana Tree West

    NOTA DEL EDITOR—Algunos estudiantes de Unity notarán que han leído antes parte del material de GUARDA UNA CUARESMA VERDADERA. Parte del material de este libro apareció originalmente en la revista Unity y partes de él se encuentran en otros libros de Charles Fillmore. Se reunió de esta manera para que el libro ofreciera al lector un curso completo de estudio durante la cuaresma.

    INDICE GENERAL

    Prefacio

    Capítulo

             I Camino de perfección

            II La Santa Trinidad

           III La casa no hecha con las manos

           IV Cristo en ti

            V El trono del amor

           VI El mundo pide valor

          VII Consciencia

         VIII El hombre

           IX La filosofía de la negación

            X La palabra afirmativa

           XI Espiritualizando el intelecto

          XII La mente consciente y la subconsciente

         XIII La reencarnación

         XIV La abundancia de Dios

          XV Pensar por fe

         XVI La apropiación de la vida divina

        XVII Todo el camino

    Lecciones para la cuaresma

    Cuaresma

    Negación—Día 1, Miércoles de Ceniza

    Afirmación-Día 2

    Dios—Día 3

    Yo Soy—Día 4

    El Altar—Primer domingo

    El Jardín del Edén—Día 5

    Fe—Día 6

    Fortaleza—Día 7

    Sabiduría—Día 8

    Amor—Día 9

    Poder—Día 10

    Imaginación—Segundo domingo

    Comprensión—Día 11

    Voluntad—Día 12

    Ley—Día 13

    Celo—Día 14

    Renunciación—Día 15

    Vida-Día 16

    Conservación—Tercer domingo

    Jesucristo, nuestro ayudador—Día 17

    Evolución—Día 18

    La sangre de Jesús—Día 19

    El templo que es el cuerpo—Día 20

    La gracia de Dios—Día 21

    La cuarta dimensión—Día 22

    El sábado—Cuarto domingo

    La Idea—Día 23

    Curación—Día 24

    Paz—Día 25

    Cielo—Día 26

    Principio-Día 27

    Los milagros-Día 28

    El vencedor—Quinto domingo (de Pasión)

    Paciencia-Día 29

    Juicio divino—Día 30

    Sustancia espiritual—Día 31

    La unificación-Día 32

    Monte de Transfiguración—Día 33

    Trasmutación-Día 34

    Domingo de Ramos

    La nueva raza—Día 35

    El fuego de Dios-Día 36

    Comunión espiritual-Día 37

    Getsemaní-Día 38

    Crucifixión—Día 39, Viernes Santo

    Descansando en Dios—Día 40

    La Resurrección—Domingo de Pascua

    Guarda la cuaresma como lo hace Unity

    Capítulo I

    Camino de perfección

    Yo soy Dios todopoderoso; caminad delante de mí y sed perfectos. Gen. 17:1.

    En la oración necesitamos ser profundamente conscientes de que Dios es el Uno todopoderoso, el supremo Creador, el regidor del universo; que El es infinito y eterno; necesitamos saber que Dios es la fundamental, incambiable Verdad, en quien no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 1:17.

    Dios como principio es el bien absoluto expresado en toda la creación. Cuando conocemos a Dios y le adoramos en espíritu y en verdad le reconocemos como esta gran bondad, que es omnipresente, omnisciente, omnipotente, pronta y dispuesta a ayudar, bendecir y levantar.

    Caminar con Dios todopoderoso es caminar con la Verdad y afirmar el poder del Espíritu en la mente y el cuerpo como la fuerza mental dominante; es caminar en la luz y así aplicar en nuestra vida diaria la sabiduría que viene de lo alto, reconociendo al Padre como fuente de todo nuestro saber, como el supremo manantial de todas nuestras acciones.

    Esto nos guía a la verdad de que conocer a Dios trae paz, la serena permanencia que nunca fatiga, nunca pregunta o se esfuerza penosamente por los resultados. El creó y rige el universo entero. En Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Hechos 17:28.

    La mente es el punto de encuentro común entre Dios y el hombre, y es sólo por la más altamente acelerada acción mental, como en la oración, que hacemos consciente unión con Dios, el único Creador.

    La oración es el lenguaje de la espiritualidad y mejora la calidad del ser humano. La oración hace al hombre dueño en el plano de las ideas creativas. El interno silencio de la oración es una gran fuente de poder espiritual No hay excepción a esta regla en toda la evidencia de la vida. Aquiétate y sabe que yo soy Dios. Salmos 46:10.

    La Palabra viviente de Dios, la idea creativa en la Mente Divina, puede ser expresada por el hombre cuando él cumple la ley de expresión. Guardar la Palabra es darle vueltas en la mente, creer en ella como Verdad, atesorarla como bálsamo salvador en tiempos de necesidad, y, sobre todo, obedecer la ley que representa.

    El Cristo es la divina idea de Dios sobre el hombre, la incorporación de todas las ideas que existen en la mente del Ser. El Cristo es el Mesías, el ungido. El Cristo es el principio viviente activo en el hombre. Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Mat. 16:16.

    ¿No sabeis que sois un templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en vosotros? I Cor. 3:16. Bajo la dirección del Cristo, un nuevo cuerpo es construido por la facultad pensante del hombre. Los materiales que entran en esta estructura superior son sustancias espirituales y la nueva creación es el cuerpo del Espíritu. Respira una atmósfera y está conmovido por una energía de vida, más real que la del hombre manifestado. Cuando llegamos a la comprensión de nuestro verdadero cuerpo crístico, sentimos moverse en lo interno el Espíritu que vive en nosotros. Sabemos lo que Pablo significó cuando dijo: Hay un cuerpo natural y hay también un cuerpo espiritual. El verdadero templo en el cuerpo de Cristo es un estado de consciencia. En el más profundo centro de cada hombre reside el Cristo.

    ¿Quieres encontrar a Dios en este sagrado lugar? Entonces entra quietamente en este santuario de los santuarios en el nombre y por el poder de Jesucristo. Aquí reina la realidad suprema. Ni duda ni temor pueden entrar. Estarás consciente sólo de la gran omnipresencia de Dios, donde la luz, alegría, paz y satisfacción de Su Espíritu permanecen y donde la Verdad reina suprema.

    En este plano interno encontrarás el éter espiritual cargado con ideas que se encauzan a la sustancia espiritual. Según se expande tu consciencia (el darte cuenta) tocas las eternas verdades y descubres que toda bendición es aumentada en abundancia. Lo que parece nuevo es sólo la revelación de lo que ha sido siempre.

    Es sobre esta alta realización de unidad con el Espíritu que Pablo escribió en II Cor. 12:4, cuando el hombre fue arrebatado al Paraíso y oyó palabras inefables, que no es legítimo que el hombre pronuncie.

    En este plano, la atención se dirige a concentrar la mente en la Verdad; el YO SOY o entidad interna se enfoca en la palabra de Dios, hasta que el sentido interno se realiza y el hombre está consciente de un levantamiento espiritual definitivo.

    La meditación persistente en la Verdad contenida en la Palabra de Dios abre la mente a un mayor fluir del Espíritu. Entonces todas las palabras se vuelven vida aceleradora y sustancia nutricia en la mente y el cuerpo. Que la palabra de Cristo perdure en vosotros ricamente. Col. 3:16.

    Tu pensar con celo la Verdad y afirmarla audiblemente disolverá el error en la consciencia y revelará al mismo tiempo mayor iluminación espiritual. En esta consciencia, apropia palabras de Verdad. Cómelas, como diríamos. Participa de aquello con que formas la sustancia espiritual y que se manifestará en el Cristo, o cuerpo perfecto. Deja que Cristo se forme en ti. Sabe que el Espíritu Santo está llenando tu ser con su poder iluminador, resucitador, y que el omnisciente Uno brilla en ti como lo hizo en Jesús, y que estás manifestando mayor y mayor comprensión espiritual.

    Cuando el hombre alaba el Espíritu de sabiduría dentro de sí, expande, ahonda y enriquece su consciencia. Cuando la irradiación de Cristo alumbra la mente del hombre, ve con el ojo interno y encuentra que la Verdad es una luz infalible que hace derecho su camino.

    En ese alto estado de consciencia, sabe que la divina perfección que existe en la Mente de Dios universal, se pone en contacto directo con su imagen y semejanza, el Espíritu de Cristo que fue impartido en él por el Creador desde el principio.

    La resurrección de Jesús tiene lugar en nosotros cada vez que nos levantamos a la realización de la perpetua vida interna que nos conecta con el Padre. La mortaja de los sentidos mortales y pensamientos de limitación e inevitable obediencia a leyes materiales, se deja en la tumba de la materia.

    La verdadera resurrección en nosotros levanta todas las facultades de la mente hasta que se armonizan con las ideas absolutas de la Mente Divina. Esta renovación mental hace una transformación completa en el cuerpo, de manera que cada función trabaja en divino orden y cada célula se vuelve incorruptible e inmortal.

    Para la perpetuación o renovación de la juventud en mente y cuerpo es bueno afirmar con frecuencia:

    Bendice, alma mía a Jehová;

    y todo lo que está en mi bendiga su santo nombre.

    Bendice, alma mía a Jehová,

    y no olvides ninguno de sus beneficios:

    quien perdona todas tus iniquidades;

    quien sana todas tus enfermedades:

    quien redime tu vida de la destrucción;

    quien te corona con amorosa bondad y tiernas misericordias;

    quien satisface tus deseos con buenas cosas,

    de modo que tu juventud se renueve como el águila.

    Salmos: 103.

    Capítulo II

    La Santa Trinidad

    el Padre, el

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