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Rendido totalmente
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Ebook234 pages4 hours

Rendido totalmente

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About this ebook

En este inspirador y desafiante libro Claudio Freidzon te llevara a confrontar aspectos y actitudes de tu carácter y personalidad, donde se manifiestan tus debilidades. A traves de la guia del Espiritu Santo, este libro te conducira a recuperar los valores y conocer los principios de pureza y santidad estrablecidos en la palabra de Dios. La historia de la vida de Naaman, general del ejercito Sirio en tiempos del profeta Eliseo, se abrira ante ti: te revelara aspectos asombrosos y determinantes para que puedas alcanzar la victoria sobre cada una de las pruebas que debes enfrentar.
LanguageEspañol
PublisherZondervan
Release dateJun 25, 2013
ISBN9780829786491
Rendido totalmente
Author

Claudio Freidzon

Se graduó del Seminario Bíblico Río de la Plata, de las Asambleas de Dios. Fue maestro de la Palabra en reconocidos institutos bíblicos y presbítero de su denominación a cargo de todas las iglesias de Buenos Aires.

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    Excelente gracias a Dios que lo uso para explicar bien la historia de naaman

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Rendido totalmente - Claudio Freidzon

PRIMERA ZAMBULLIDA

ATRÉVETE A MARCAR LA DIFERENCIA

¿Por qué será que el hombre y la mujer generalmente están dispuestos a hacer cosas difíciles, pero no aprecian lo fácil como es debido?

Por alguna razón le hemos dado menor valor a aquellas cosas sencillas que se nos piden.

Aquí tenemos a un grupo de criados de Naamán que son quienes con sus palabras y actitud le llevan a reflexionar y a cambiar de opinión.

¡Qué importante es la influencia que podemos ejercer en aquellos que están a nuestro lado!

Aun en medio de un momento de crisis y desesperación, las palabras de estos criados tocaron el corazón de este hombre.

Nunca menosprecies o tengas en poco lo que Dios puede decirte aun a través de aquellos que tienen un crecimiento o responsabilidad espiritual inferior a la tuya, y se encuentran a tu lado.

Es importante que seamos personas que podamos marcar la vida de otros a través de la buena influencia que ejerzamos en ellos.

¿Estás dispuesto a obedecer a Dios incluso en las cosas pequeñas?

Para ser limpio, Naamán tuvo que enfrentar este gran desafío. Lo que debía hacer era muy sencillo, pero demandaba una actitud de «descenso».

En la lectura de las próximas páginas te vas a encontrar frente al mismo desafío … para alcanzar la limpieza, el milagro, el cambio en tu vida … ¡tendrás que descender primero!

Es imposible que puedas alcanzar las bendiciones de Dios para tu vida si sigues en tu postura de justificarte, si quieres seguir manteniendo la razón, la imagen, el «estatus». Tenemos que aprender a descender.

Solo si descendemos primero estaremos en condiciones de zambullirnos.

Este hecho implicaba humildad, renunciación, obediencia, una actitud que puede determinar el cambio.

¿Por qué siempre queremos tener la razón?

Es necesario descender. No seas sabio en tu propia opinión, aprende a escuchar, mira lo que Dios quiere hacer contigo.

Hasta entonces no estaremos preparados para hacer algo que ninguno ha hecho antes, estaremos listos para la primera zambullida.

Este general tan importante iba a entrar por primera vez en el agua para sumergirse en el río Jordán. ¿Cuál habrá sido la lucha en su mente?

«¡Estoy haciendo el ridículo! ¿Cómo es que el agua de este río sucio va a limpiar mi lepra? ¿Qué pensarán los que me ven y conocen?»

Me imagino que por todo el contexto que nos menciona la Biblia, los argumentos y pensamientos que habrán venido a su mente lo atormentaban e intentaban sacarlo de allí y evitar que continuara.

¡Sin embargo, se sumergió por primera vez!

1

CAPÍTULO

NO TE MEZCLES CON EL MUNDO, MARCA LA DIFERENCIA

«Mas sus criados se acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara hacer una gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más diciéndote: Lávate, y serás limpio?

El entonces descendió, y se zambulló».

(2 Reyes 5:13-14)

ESTA ACTITUD DE NAAMÁN ES LA QUE LO COMENZARÍA A diferenciar de los demás. Se atrevió a hacer algo que los otros nunca habían hecho antes. Para alcanzar el milagro, para ser limpios, para tener una vida transformada en santidad, debemos aprender a marcar la diferencia.

«Pero a vosotros os he dicho: Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel. Yo Jehová vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos. Por tanto, vosotros haréis diferencia entre animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia; y no contaminéis vuestras personas con los animales, ni con las aves, ni con nada que se arrastra sobre la tierra, los cuales os he apartado por inmundos. Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos» (Levítico 20:24-26).

¿QUÉ ES LO QUE SOMOS?

Lo que somos en lo secreto, lo que somos en la búsqueda de Dios, lo que somos en nuestro hogar, lo que somos en nuestra vida íntima, lo que somos donde nadie nos ve, esa es la clase de persona que en realidad somos.

En lo secreto es donde determinamos lo que es lo más importante de nuestra vida. Podemos engañarnos a nosotros mismos y a los demás escudándonos detrás de una fachada religiosa, detrás de la apariencia o hipocresía, y aparentar algo que realmente en lo secreto no somos. Pero a Dios no podremos engañarlo.

Uno puede frustrarse de muchas cosas en la vida, pero frustrarse de Dios es el último recurso, porque si uno está defraudado de Dios, ¿a quién irá? Solamente él tiene palabras de vida.

Tú puedes pasar por batallas y luchas, pero si tienes la fuente, el agua y los recursos, entonces eres como el roble que, aunque está talado, vuelve a brotar. El problema es que muchos cristianos no sienten ni tienen esa necesidad diaria de búsqueda, hasta que pasan por la sequía y se dan cuenta de lo que se pierden en Dios.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias luchas y gigantes que vencer. Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, son los que afectan nuestro ser. El mundo cada vez se aleja más de Dios y se dispone a encerrarnos en pensamientos y modas. Espiritualmente comenzamos a aceptar costumbres, formas de pensar, actitudes mundanas. Comienzan a parecernos normales, las justificamos, les damos una explicación, hacemos alianzas y pronto comenzaremos a recibir de esa influencia que nosotros mismos hemos permitido en nuestro corazón.

Nunca habríamos leído del milagro que Dios hizo en la vida de Naamán si este hombre no se hubiese atrevido a enfrentar sus propios prejuicios y hubiera cambiado su forma de pensar. Antes de que ocurriese el milagro algo sucedió en el corazón de este general.

La expectativa que le ofrecía el mundo era la muerte. No había remedio ni escapatoria. En cambio, Dios le mostraba un camino de salida, de vida. Sin embargo, para poder alcanzarlo debía descender primero.

Debemos tener un motivo para vivir, un motivo para crecer, un motivo para seguir adelante.

Puedo imaginarme las veces que Naamán habrá pensado en su esposa, en sus hijos, en su trabajo, en su pueblo … pero si esta enfermedad avanzaba quedaría aislado de todos ellos, hasta que la muerte lo atrapara.

¿Cuántos hay que han perdido la esperanza de vida? ¿Cuántos que ya no ven la salida?

¿Cuántos cristianos han perdido de vista su modelo?

¿A quién quieres parecerte?, ¿cuál es tu modelo?

Como verdaderos cristianos nuestro modelo es parecernos cada vez más a Jesús, es amar a Jesús, amar a Dios con todo nuestro corazón, es conocerlo más.

La enfermedad, el pecado, el dolor, han atrapado a muchos en angustias, tristezas y depresiones. Por ello, hoy más que nunca necesitamos acudir a esa fuente de gozo, de paz, de esperanza que viene de parte de Dios.

Tenemos un Dios santo, y al acercarnos a él somos santificados. Comenzamos a parecernos más a él.

El solo hecho de que Naamán escuchara la palabra del profeta que le hablaba de parte de Dios, y comenzara a obedecer lo que le había sido dicho, empezó a desatar fe y confianza en su corazón. Aunque la lucha era grande, había comenzado en él el proceso de limpieza y santificación. La lepra seguía estando allí, pero su actitud, su expectativa, su confianza lo llevaban rumbo a la purificación.

El Señor va a terminar de completar la obra de santificación en tu vida. Has comenzado una nueva etapa. Aún sigues luchando con cosas del pasado, pero tu cambio de actitud, tu obediencia es la que marcará la diferencia.

Un ejemplo práctico y entendible para todos es el agua mineral. Podemos decir que es un agua cien por cien pura. Mi amigo y siervo de Dios, El pastor Sergio Scataglini, cuya vida ha sida marcada a fuego con la santidad, menciona en uno de sus libros el siguiente ejemplo: «Seguramente tú jamás comprarías una botella de agua mineral en cuya etiqueta dijera: 98 % de agua pura, 2 % de agua contaminada sin garantía alguna».

¡O es pura, o no lo es!

¿Qué sucede con nuestra vida espiritual? ¿Por qué muchas veces te encuentras en medio de la lucha y en vez de sentirte victorioso te sientes derrotado?

Es que hay algo importante que Dios quiere enseñarte: ¡tú determinas qué clase de persona, de cristiano eres!

Puedes seguir con la lepra … seguirás por un tiempo, pero esta no tardará en destruirte. O puedes hacer algo hoy mismo. ¡Decídete, cambia!

Y cuando algo quiera venir a contaminarte, tendrás la fe y el arrepentimiento suficiente para decir: «¡No voy a permanecer más atado y esclavizado a nada, porque Jesús es mi Rey! ¡No voy a permitir que la lepra siga avanzando y destruyendo mi vida!»

Naamán dejó a un lado sus prejuicios, lo que los demás pudieran llegar a pensar, simplemente obedeció la palabra y se sumergió.

Hoy tú puedes tomar esta palabra para tu vida y declarar: «¡Ya no tengo ningún yugo, ningún peso, ninguna carga, ningún amo que obedecer … solo a Jesús que es el Rey de mi vida, él es mi Señor!».

Escuchar la voz de Dios y obedecerla es la actitud que modifica tu corazón por dentro, lo que produce el cambio, de adentro hacia afuera. Naamán no lo sabía, pero el milagro ya estaba en marcha.

Sigue adelante y atrévete a vencer toda frustración.

En mi propia vida yo tuve que aprender esas grandes lecciones que Dios me quería enseñar:

Durante aquellos primeros años en el ministerio, nada parecía salir bien. Hasta tenía un frigorífico que en vez de enfriar, ¡calentaba!

Mi situación económica era deplorable. Me avergonzaba por no poder darles un sustento digno a mi esposa, Betty, y a los chicos. Pero tal vez una de las cosas que más me dolía, era ser un pastor sin ovejas. Durante siete años mi congregación no superó las siete personas. En algunos cultos estaba solo. A veces venían pastores amigos a presenciar el culto y me encontraban solo. Sentía ganas de morir y desaparecer. Me consideraba una víctima … Cuando caminaba entre los bancos vacíos, sentía cómo el diablo saltaba alrededor y se burlaba de mí. Pensé en renunciar al pastorado, continuar con mis estudios de ingeniería y buscar un empleo. Pero muy dentro de mí sabía que este no era el plan y el propósito de Dios para mi vida. Descubrí que con el correr del tiempo todo plan o propósito que Dios tiene con nuestras vidas, conlleva un proceso espiritual, un trato de Dios con el hombre.

ESTÁS LLAMADO A SER SANTO

La Biblia nos enseña claramente que ser santo es un llamado de Dios. En la historia de Naamán encontramos este mismo principio. Era Dios quien le hablaba a este hombre poderoso para que en él se produjera el cambio y fuese libre de su enfermedad.

En el Nuevo Testamento encontramos el siguiente texto: «Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro» (1 Corintios

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