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¡Ahora entiendo! Hermenéutica bíblica: Diferentes sentidos de las Escrituras
¡Ahora entiendo! Hermenéutica bíblica: Diferentes sentidos de las Escrituras
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¡Ahora entiendo! Hermenéutica bíblica: Diferentes sentidos de las Escrituras

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About this ebook

«La hermenéutica ha sido definida como la ciencia de la interpretación». El objetivo primario y básico de la hermenéutica es el descubrir y explicar, hasta donde sea posible, el significado original del texto.El texto bíblico es riquísimo en su contenido y nos brinda, además, de su significado histórico y su sentido literal, otros mensajes de carácter teológico, moral y social aplicable no solo a la época en la que la narración fue compuesta, sino también a todas las épocas y tiempos. Es precisamente esta realidad de la riqueza y multiplicidad de significados y mensajes que contiene el texto bíblico, la que nos lleva a estudiar como parte de la hermenéutica bíblica, «los diferentes sentidos de la Escritura», que es lo que constituye esencialmente el tema de este libro. Además de los diferentes sentidos que tiene la Escritura, la hermenéutica se ocupa de los estudios de los diversos géneros literarios que encontramos en ella y de los varios métodos de interpretación del texto sagrado. «Dios quiere que su revelación se conozca, se entienda, se acepte y se viva por todos». Esperamos que estas páginas nos abran un camino más claro y expedito hacia la Palabra, que por ser eterna nos envejece y mantiene en todo tiempo un mensaje fresco y actual que da sentido y dirección a la vida, haciendo buenas las palabras del salmista:Tu palabra es lámpara a mis pies: es una luz en mi sendero. – Salmo 119:105
LanguageEspañol
PublisherZondervan
Release dateAug 7, 2012
ISBN9780829763270
¡Ahora entiendo! Hermenéutica bíblica: Diferentes sentidos de las Escrituras
Author

Luciano Jaramillo Cárdenas

Luciano Jaramillo Cárdenas, nacido en Colombia, se desempeño como pastor en varias iglesias en su patria. En la actualidad, ejerce el cargo de Director de Ministerios Hispanos de la S.B.I., desde su sede en Miami. Además, es miembro del Consejo Pastoral de Editorial Vida, y profesor del Centro de Estudios Teológicos del Sur de la Florida.

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¡Ahora entiendo! Hermenéutica bíblica - Luciano Jaramillo Cárdenas

Capitulo I

Pistas para descubrir el verdadero sentido de las Escrituras

Las lenguas, su origen y su incidencia en el sentido

La evolución de las lenguas. Las lenguas son como los seres vivos: nacen, crecen (cambian), se multiplican y mueren. Mientras existen, están en continua evolución; se transforman con los tiempos y las culturas que las utilizan para transmitir sus ideas, valores y realidades. Se modifican, pues, continuamente, y en algunos casos sus cambios son tan radicales que dan origen a nuevas lenguas o dialectos, y desaparecen convirtiéndose en lenguas muertas. Tal es el caso del griego y hebreo bíblicos, que hoy ya no se hablan, y del latín, que dio origen a las que llamamos lenguas romances (de Roma, a saber: francés, español, portugués, italiano, rumano), antes de desaparecer como lengua viva. El latín hoy se utiliza solo en los documentos y ritos de la iglesia católica romana. Estos hechos nos hacen pensar que las lenguas son, en efecto, acumulaciones de palabras y frases que un conglomerado humano o comunidad de personas utiliza para comunicar sus pensamientos y sentimientos. Las lenguas nacen del medio ambiente social y cultural, y se concretizan a través de las palabras como expresión de los pensamientos y vivencias de la gente que constituye esos grupos y culturas.

W.D. Whitney afirma que:

Las lenguas no tienen existencia fuera de las mentes y las bocas de quienes las usan. Están formadas de signos separados y articulados, cada uno de los cuales representa, por asociación mental, una idea. Estos signos se han elegido en forma espontánea y arbitraria, y su contenido o valor representativo depende de la aceptación y acuerdo entre los hablantes y oyentes de la lengua que forman.¹

Entonces, para entender la lengua de un hablante cualquiera, debemos primero conocer el significado que él mismo le da a las palabras que usa. Como hemos dicho, este sentido o significado puede cambiar; por eso es importante que el intérprete de una lengua conozca el significado inicial o primitivo de las palabras, y el significado que han adquirido con el tiempo y el uso.

Las palabras y su significado primario

Significado primario o etimológico. El sentido o significado primitivo de las palabras es el que llamamos «etimológico», y lo hallamos regresando a la lengua materna u originaria. Por ejemplo, en español debemos ir al latín, al griego o al árabe, que son las lenguas que dieron origen al español. La palabra «teléfono» sabemos que viene de dos palabras en griego: telle (distancia) y fonos (sonido), «comunicación a la distancia» «fumigar» (del latín fumus: humo y gare: esparcir, regar), «desinfectar algo a través de humo o gases esparcidos». El nombre de mi esposa, Athala, me dicen que proviene de dos términos árabes: At (regalo) y Alá (Dios), «regalo de Dios». El sentido primitivo o primario de las palabras es, pues, el que llamamos «sentido etimológico», es decir, sentido de origen. El sentido primario nos remonta a los orígenes del idioma y es muy útil para conocer la historia de las palabras y sus significados. Nos dice además el porqué de ese significado; es importante para estudiar la filosofía y la historia de la lengua. Muchos de los conceptos que manejamos en nuestras doctrinas y enseñanzas se comprenden mejor cuando desmenuzamos los términos y palabras que utilizamos para representarlos. Tomemos, por ejemplo, la palabra griega ekklesía, muy frecuente en el Nuevo Testamento, que ordinariamente traducimos como «iglesia», compuesta de dos palabras: ék (fuera de) y kalein (llamar o convocar). Inicialmente se usó para indicar la asamblea de ciudadanos convocados para tratar negocios de interés público. La preposición ék indicaba que era un grupo selecto de ciudadanos conocedores de sus derechos e interesados en el bienestar de sus conciudadanos; no de masas de gente sin ninguna conexión o propósito o multitudes anónimas incapaces de deliberar con libertad y juicio. El término kaleín indica que la asamblea fue convocada legalmente para deliberar con plenos poderes legales, tal como se expresará después en relación con la iglesia cristiana en Hechos 19:39: «Si tienen alguna otra demanda, que se resuelva en legítima asamblea». Esta palabra se hizo común para designar la comunidad de creyentes venidos del judaísmo y del mundo gentil. Todo el poder significativo de ék y kaleín se conservó. El viejo concepto de la asamblea griega ekklesía vino a significar ahora la iglesia de Dios o del Señor, «comprada con su sangre» (Hechos 20:28); la congregación de los que han sido «llamados a ser santos» (Romanos 1:7) y «como linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios» llamados «de las tinieblas a la luz » (1Pedro 2:9).

Cambios de significado en el uso de términos o palabras.

La filología y sus ciencias auxiliares nos ayudan a descubrir interesantes desarrollos de una palabra en varias lenguas, que toman diferentes formas y usos. Por ejemplo, a las palabras hebreas ab (padre) y ben (hijo) se les puede seguir el rastro en todas las lenguas semitas y mantienen el mismo significado en todas ellas. La palabra griega para «corazón», kardía, aprece también en sánscrito, hrid; en latín, cor; en italiano, cuore; en español, corazón; en portugués, coraçaõ; en francés, coeur; y en inglés core. Sin embargo, algunas palabras cambian de significado cuando pasan de una lengua a otra. De modo que el significado de la misma palabra, por ejemplo, en siríaco o árabe, no es el mismo que tiene en hebreo aunque las tres lenguas son semitas. Es el caso del verbo hebreo Yatsab, «estar firme, permanecer de pie»², que conserva el mismo significado en árabe y etiope de «erigir una columna o establecer algo» en caldeo, «levantarse» pero en siríaco esta palabra se usa para significar la acción del bautismo. Algunos dicen que es porque el candidato debe permanecer en pie mientras le echan el agua; otros interpretan que la razón es porque el bautismo confirma y establece a la persona en la fe. Otros verbos hebreos para expresar esta misma idea son amad (Salmo 1:1) y qum (Salmo 1:5). El hecho concreto es que una misma palabra puede tener varios significados en diversas lenguas y se debe tener mucho cuidado en el uso de las

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