1 Wigamba: El hacedor de zombis
5/5
()
About this ebook
Papa Wigamba, un ancestral maestro del vudú, decide aliarse con un científico en busca de la fórmula que convierta fácilmente a la gente común en zombi. El primer paso es atrapar a algunas víctimas para zombificarlas al modo tradicional y usarlas como conejillos de Indias. Después, todo puede suceder...
La lista de zombis va aumentando mientras este par parece que se saldrá con la suya, sin embargo nada es tan sencillo como lo esperaban, pues algunos se defenderán.
Al terminar querrás leer Las cazadoras, descárgalo aquí mismo.
Read more from Marcus Van Epe
9 Wigamba: El llamado del vudú Rating: 0 out of 5 stars0 ratings7 Wigamba: Legión zombi Rating: 0 out of 5 stars0 ratings5 Wigamba: La infección Rating: 0 out of 5 stars0 ratings8 Wigamba: Un nuevo territorio Rating: 0 out of 5 stars0 ratings10 Wigamba: Rumbo a Haití Rating: 0 out of 5 stars0 ratings12 Wigamba: Dambala Rating: 0 out of 5 stars0 ratings11 Wigamba: Me llamo Marcus Rating: 0 out of 5 stars0 ratings6 Wigamba: El mal se extiende Rating: 0 out of 5 stars0 ratings4 Wigamba: Escape de Nueva Alejandría Rating: 0 out of 5 stars0 ratings3 Wigamba: El zombi original Rating: 0 out of 5 stars0 ratings2 Wigamba: Las cazadoras Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Related to 1 Wigamba
Related ebooks
Sombras Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl desván de Villa Serena Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDrácula y El Invitado De Dracula Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl retorno de Gryal: Los lobos de Gryal, el Amante de la Luna, llegan a Barcelona. Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCiento cuarenta cuentos de ciento cuarenta caracteres Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSomos Arcanos: Recuerdos perdidos Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLevantamiento del Cementerio Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl loco de las muñecas Rating: 5 out of 5 stars5/5Alrededor de la luna Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsArde Bruja Arde Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl mundo que vimos desaparecer Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsRimas de una Bestia Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMéfeso: Y el misterio del guardián del Edén Rating: 5 out of 5 stars5/5Historias Extraterrestres: Abducciones, Casos Hopkinsville y Villas Boas: Ovnis, Misterio, Paranormal y Aliens Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsPSIQUE - EL DESPERTAR SOMBRÍO Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl hombre lobo y otras bestias: Psicópatas, mujeres diabólicas y monstruos del crimen Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDrácula + El Huésped De Drácula: (2 Obras En Un Solo Ebook) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Extraño Caso Del Dr. Jekyll y Mr. Hyde Rating: 4 out of 5 stars4/5Drácula Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLos bosques perdidos Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLas noches pasadas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Bruja y El Vigilante: La Serie de los Abandonados Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Venganza Del Viajero Del Tiempo Rating: 5 out of 5 stars5/5Nunca digas buenas noches a un extraño Rating: 1 out of 5 stars1/5Navidades sangrientas Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCrónicas de Vampiros. Bloody Clown: Crónicas de Vampiros, #2 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsUn yanqui en la corte del rey Arturo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa bruja Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Reencarnación De Un Samurai En México: Reencuentro De Un Amor Pasado Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl triángulo del silencio Rating: 5 out of 5 stars5/5
Horror Fiction For You
El hombre del traje negro Rating: 4 out of 5 stars4/5El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde Rating: 4 out of 5 stars4/5Cuentos de terror Rating: 5 out of 5 stars5/5Ánima Sola Rating: 4 out of 5 stars4/5El Necronomicón Rating: 5 out of 5 stars5/5El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (ilustrado) Rating: 4 out of 5 stars4/5La metamorfosis Rating: 4 out of 5 stars4/5El color que cayó del espacio Rating: 5 out of 5 stars5/5Drácula: Clásicos de la literatura Rating: 4 out of 5 stars4/5La caja de Stephen King Rating: 4 out of 5 stars4/5EL GATO NEGRO Rating: 5 out of 5 stars5/5Las cosas que perdimos en el fuego Rating: 4 out of 5 stars4/5Nocturna Rating: 4 out of 5 stars4/5La casa de los siete tejados Rating: 4 out of 5 stars4/5Los peligros de fumar en la cama Rating: 5 out of 5 stars5/5El último día de la vida anterior Rating: 5 out of 5 stars5/5VIOLETA Rating: 3 out of 5 stars3/5Los mejores cuentos de Terror Latinoamericano: Selección de cuentos Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCreepypastas: historias de terror 2.0 Rating: 5 out of 5 stars5/5Cuentos de Amor de Locura y de Muerte Rating: 3 out of 5 stars3/5La última bruja Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa noche de los monstruos Rating: 5 out of 5 stars5/525 noches de insomnio: Historias que te quitarán el sueño Rating: 5 out of 5 stars5/5Otra vuelta de tuerca Rating: 4 out of 5 stars4/5Los Elementales Rating: 5 out of 5 stars5/5Cuentos de horror Rating: 4 out of 5 stars4/5Cómo saber si estoy durmiendo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa muerte de Lázaro Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEn las montañas de la locura Rating: 4 out of 5 stars4/5La reveladora Rating: 5 out of 5 stars5/5
Reviews for 1 Wigamba
1 rating0 reviews
Book preview
1 Wigamba - Marcus van Epe
1 Wigamba
El hacedor de zombis
Marcus van Epe
Smashwords edition
Copyright: 12 Editorial AC / Alejandro Bernardo Volnié Abuásale - 2012
Cover design: COVALT | www.covalt.com.mx
Cover image: Ron Chapple | Dreamstime.com
This eBook is licensed for your personal enjoyment only. This eBook may not be re-sold or given away to other people. If you would like to share this book with another person, please purchase an additional copy for each recipient. If you’re reading this book and did not purchase it, or it was not purchased for your use only, then please return to Smashwords.com and purchase your own copy. Thank you for respecting the hard work of this author.
Este ejemplar digital es para uso exclusivo del comprador original, si desea compartirlo, por favor adquiera una nueva copia para cada usuario. Si usted está leyendo esta copia y no la compró, por favor adquiera su copia personal. Gracias por respetar el derecho de autor. Prohibida la reproducción parcial o total sin la autorización expresa del titular de los derechos de publicación.
* * *
Nueva Alejandría
Un empleo sencillo
Sueño placentero
Un experimento fallido
Resurrección
La esencia animal
Dambala está de acuerdo
Transformación completa
Una nueva presa
Un viaje inesperado
* * *
Nueva Alejandría
Berenice debió bajar del autobús en Nueva Alejandría, no tuvo dinero para pagar un pasaje que la llevara más lejos. Al detenerse en esa pequeña población, escondida entre montañas cubiertas de pinos, el conductor la despidió con una sonrisa antes de cerrar la puerta a sus espaldas, como si hubiera adivinado que iba huyendo de casa y le deseara la mejor de las suertes.
El aire se sentía fresco a pesar de que había pasado el mediodía. El cielo azul intenso se salpicaba de nubes, blancas como bolas de algodón que hubieran ascendido flotando mágicamente hasta las alturas. Mientras fijaba la mirada en el autobús, que se alejaba remontando ruidosamente la cuesta para salir del pueblo, intuyó que la noche sería fría. Eso no convenía a sus planes. Apenas llevaba lo suficiente para pagarse un par de comidas, después no le quedaría un solo centavo. En el trayecto se le había ocurrido que podría dormir en el parque de no encontrar algo mejor, pero si la noche resultaba gélida como lo suponía, necesitaría resguardarse en algún sitio bajo techo.
En fin, lo primero es comer algo
, se dijo.
Sin dudarlo entró en la cafetería, que también servía de estación de autobuses; un establecimiento pequeño, como todo en ese sitio aislado, tan distinto de la gran ciudad de la que había salido apenas por la mañana.
En cuanto estuvo dentro se detuvo un instante frente a la barra para contemplar su reflejo en el espejo del fondo. Estoy hecha un asco
, pensó. Su cabellera castaña, que normalmente caía ondulada sobre sus hombros, seguía prendida en la cola de caballo floja que se hizo en el autobús antes de quedarse dormida, horas atrás. El maquillaje discreto de esa mañana estaba corrido, su blusa arrugada y la gruesa chamarra roja se abultaba ocultando las formas ligeras y gráciles de su cuerpo. Sabía que era atractiva y le gustaba verse bien. Los jeans entallados le sentaban de maravilla y los usaba por costumbre. A sus 16 años podía verse mayor cuando se esmeraba en aparentarlo, tan sólo era cuestión de dedicar un rato a su arreglo personal.
Pero esa tarde se veía mal, o al menos eso era lo que le parecía. A lo desaliñado de su rostro y su peinado se agregaba la infinidad de arrugas de la chamarra, huella inequívoca de haber cargado su pesada mochila al hombro por un buen rato.
Decidió primero entrar al baño. Necesitaba acicalarse un poco para mejorar su aspecto, porque debía conseguir un empleo sin demora, lo que fuera que le permitiera reunir algún dinero para seguir su camino tan pronto como fuera posible. Nueva Alejandría no podía ser más que una escala temporal en su camino, ni siquiera estaba suficientemente lejos de casa como para sentir que había dejado atrás los sinsabores de los que huía.
Al salir del baño lucía diferente. Ahora llevaba la chamarra roja en el brazo, lo que dejaba ver su cuerpo esbelto. Su cabello había adquirido la apariencia usual, recién cepillado y libre de la liga que lo había sujetado en una cola hasta poco antes, y el azul de sus ojos contrastaba con el negro del rímel en sus pestañas.
Se sentó en un gabinete que daba hacia el cristal de la calle y perdió la mirada en la lejanía, en las laderas verdes a todo esplendor que brillaban con los colores del verano. Le extrañó notar que era muy poco lo que se movía en ese lugar. No había pasado un solo auto desde su llegada.
—Hola —la tomó por sorpresa el saludo de la chica que atendía el lugar. No la había visto aproximarse—. ¿Qué va a ser? —preguntó con una sonrisa.
—¿Qué es lo más barato, pero que sea bastante? —repuso con cierta vergüenza.
—Ya veo —consintió la muchacha agrandando la sonrisa—. Supongo que el menú del día.
—Entonces el menú está bien —aceptó con cierto alivio. Por un momento pensó que se burlaría de ella por preguntar por lo más barato, como habría sucedido allá de donde venía, donde las chicas de su edad competían entre ellas y presumían de lo que tenían y a veces hasta de lo que no.
—Ahora vuelvo. Soy Dana —le dijo, y se dio la vuelta para perderse tras la barra.
Berenice la observó mientras se alejaba. Con sólo verla caminar comprendió que no podía ser de ahí. Se movía con el desparpajo de las mujeres de ciudad en los grandes centros comerciales. Imaginó que podría estar pasando por lo mismo que ella, trabajando de momento en ese lugar para reunir algún dinero y seguir su camino hacia sitios más interesantes. Se veía muy joven, quizá de su misma edad, a lo sumo un par de años mayor.
A solas en la mesa del café, los recuerdos recientes ocuparon sus pensamientos. Todo había sucedido tan rápido que le costaba comprender su situación. Apenas esa mañana había salido de casa, como siempre entre semana, aparentando que iba a la escuela, aunque sin desayunar porque tenía el estómago revuelto por la ansiedad. Pero sus intenciones poco se parecían a las de cualquier otro día. Sabía que no volvería, al menos no en un buen tiempo.
La relación con su padrastro llevaba mucho tiempo de ser tensa, quizá desde que cumplió diez años. Al principio, cuando su madre recién se casó con él, se aceptaron mutuamente e intentaron formar una familia. Su padre biológico, a quien conoció muy poco porque pasaba la mayor parte del tiempo en viajes de trabajo, murió cuando ella apenas había cumplido seis. Sus recuerdos de él eran escasos, no así el recuerdo del dolor y la soledad de su madre, que no volvió a sonreír en mucho tiempo. A decir verdad, no recordaba haberla visto alegre de nuevo hasta que inició su nueva relación, la que la llevó a casarse por segunda vez, en esta ocasión con el nefasto Ulises.
Ver a su madre sonreír de nueva cuenta funcionó al principio para que aceptara a Ulises, pero él tenía ideas que a ella no le sentaban. El hombre intentaba educarla dentro de un marco de disciplina excesiva a la que no estaba acostumbrada, y su madre rara vez intervenía cuando surgían conflictos.
La rebeldía de Berenice llegó al extremo el día que Ulises llegó a casa bebido, una tarde en que su mujer no estaba, e intentó