Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Xero
Xero
Xero
Ebook306 pages4 hours

Xero

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Krishna, Kukulkán, Kuan Yin y Paka Ahale, líderes del grupo extraterrestre, han creado sin autorización a los Mahayab, ‘la raza de oro’, en el bello planeta recién descubierto, usando indebidamente las ciencias (clonación, manipulación de ADN y mutación genética) para impulsar la evolución de los humanos primitivos. Algo falló. Y así comenzó ‘la gran guerra’ entre los dioses y ‘los amorfos’ (el Mahábharata)... Y ahora han quedado enganchados a la rueda kármica del planeta, condenados a sucesivas y violentas reencarnaciones hasta que logren restaurar el equilibrio energético del ‘ser vivo’, que es la Tierra... El calendario no habla del final de nada. No existe un solo códice o inscripción al respecto. No hay tal apocalipsis. Con su final, el calendario marca ‘el inicio’: el comienzo de ‘la nueva era’. Ahora serán liberados y vendrá el retorno de ‘los dioses’ que es en verdad lo único anunciado por los Mayas:

‘Un día... después del periodo muerto o tiempo sin-tiempo, en sus vasijas que despiden humo y fuego, ‘ellos’ regresarán...’

Cinco mil años han pasado, el calendario Maya ha terminado y al parecer nada ha sucedido. Pero un día, cualquiera, el cielo comienza a partirse...

LanguageEspañol
Release dateMar 31, 2013
ISBN9781301581306
Xero
Author

Jorge Alberto Cahero

Creando espectáculos desde finales de los ochenta, es uno de los pioneros y diseñadores que dio inicio a un movimiento de cambio en shows, performance y conceptos de propuesta, con caracterizaciones, body paint y personajes de diseño, creando todo un estilo, único en aquel entonces (realismo mágico), diseñando los shows y eventos para casi todas las discos de moda en la época, como el ‘News’ el ‘9’, ‘Ciprus’, ‘Kagbha’ y más adelante ‘el Carrusel’, ‘el Marraquesh y otros, con coreógrafos de prestigio como Freddi Rodríguez, Ricardo Luna y el maestro Marco San Román, dando el salto a espectáculos de Bellas Artes y teatro Hidalgo etc., colaborando con Juan Ibáñez y José Luis Ibáñez y en producciones de Margo Su, Angélica Ortiz, Jorge Estévez y Tina Galindo con quienes trabajó por varios años, siendo ellos productores de estrellas como Daniela Romo, Angélica María y Verónica Castro entre muchas otras. Se convierte también en director y coreógrafo residente exclusivo de ‘Gou’ producciones montando y recreando importantes espectáculos de Radio City, Madisson Square Garden y Gibson teather, siendo elegido por los propios creadores norteamericanos para estar al frente de sus diseños de Barney y otras franquicias multimillonarias en incontables giras por Centro y Suramérica. También en dicho periodo crea los espectáculos de ‘La Boom’ ‘Medusas’ y otros lugares de entretenimiento de primer nivel en México, Cancún, Vallarta y Acapulco con empresarios de la importancia de Ídar de la Parra y los Rojo de la Vega haciendo en D.F. los espectáculos de la Sra. Estela Moctezuma en varios de sus lugares como ‘Danceterias’ y ‘Dan Zoo’. Actualmente ha sido nominado en dos ocasiones por varias asociaciones de críticos y periodistas con sus espectáculos de teatro y dramaturgia como sus obras ‘Aquí entre nos...’ y ‘Un trío de tres...’ recibiendo excelentes y renombradas críticas por su trabajo como director de conciertos y eventos especiales para el Auditorio Nacional y grandes escenarios teatrales con sus diseños e innovadoras ideas para estrellas como Gloria Trevi, a quien ayudó también con su dirección en el video ‘La Noche’ de reciente estreno, a Margarita ‘La Diosa de la cumbia’ a quien ya le diseña su nuevo concierto para el Auditorio Nacional, y más recientemente a Thalía en su regreso a México. También se ocupa del lanzamiento del disco ‘Camilo Blanes’ de quien es hijo y orgullo del incomparable Camilo Sesto, trabajando como director creativo para viarias disqueras como entrenador de cantantes y diseñador de conceptos, siempre con su sello muy personal de originalidad e ingeniosa propuesta en todos sus trabajos. Ahora comienza su carrera como escritor, con esta extraordinaria novela de ciencia ficción y realismo mágico, que nos lleva más allá de las estrellas.

Related to Xero

Related ebooks

Science Fiction For You

View More

Related articles

Reviews for Xero

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Xero - Jorge Alberto Cahero

    A manera de prólogo

    Muchas veces escuché o leí diferentes historias sobre el cómo, algunos autores recibieron la inspiración o tuvieron una gran idea y poco a poco fueron desarrollando su libro. Esta novela, a mí, me sucedió de otra manera (de alguna extraña forma, fue como si se hubiera estado gestando ya en mi interior o se encontrara incubada desde siempre, en animación suspendida, a la espera de los factores ambientales y de madurez perfectos para ‘cobrar vida’ y volverse un ser individual, consciente y completamente ¡ajeno a mí!). Un día cualquiera, yendo entre el tráfico y a punto de llegar al teatro donde trabajaba, sin previo aviso, sólo así, sin más, simplemente me quedé en blanco: en mi interior ‘algo’ se conmovió; a mi mente vinieron imágenes de un reloj de diez digitos que marcaba una cuenta regresiva, y que rápidamente llegaba al cero. Sentí un escalofrío de pensar cuántas veces nuestro reloj está ya marcando la cuenta regresiva para el encuentro con tu destino, el amor o simplemente el hermoso proceso de morir, que nadie entiende pero que siempre está ahí, latente, con su cuenta avanzando hasta ceros y nosotros ¡ni en cuenta! Pero el asunto era que para mí llegar al cero significaba ¡empezar de cero!, tener la oportunidad ¡de empezar de nuevo! Los extremos se tocan. ¿No es ésta una ley? Es física cuántica, ciencia pura y lógica. Luego entonces, el punto para mí era ‘el cero’. En ese momento supe, sin duda, que sería increíble escribir la historia de cómo un joven del mundo Maya, tal vez común pero nada corriente, lo había descubierto. Yo sabía de su gran aportación a la humanidad con ese concepto tan extraordinario: me parecía grandioso saber que no es en realidad un número, ¡sino una idea!, ‘algo’ que se nos ocurrió, pero pensé en lo increíble que sería narrar cómo fue que alguien, uno, al parecer un cualquiera, fue quien se iluminó en su intelecto para dar un paso tan trascendente, un salto cuántico en realidad, ya que se revolucionó la matemática, la astrología, el sistema métrico y financiero, un sinnúmero de ciencias y modos de vida a partir de ese descubrimiento, y me daba cuenta de que en la realidad, de nuestro acontecer cotidiano, todo se inicia desde cero, constantemente, en cada amanecer, eternamente… ¿Quién fue? ¿Cómo se le ocurrió…? Me emocioné sobremanera al pensar que se podría hacer un gran espectáculo teatral con esa idea… Y lo hice… Pero por el momento no volví a pensar en eso. La agitada vida de un joven señor aterrizando en los cuarenta años no permitía espacio para escribir historias ni ser romántico. La vida se estaba yendo, ¡y de qué manera! Tres años después, casi cuatro en realidad, cómo muchas de las cosas llegan a nuestra vida cuando ya se ha vuelto preciso cambiar, cuando ya no hay más opciones ni lugares a dónde ir, más que tomar las riendas de tu vida: en otras palabras, madurar. Llegó de nuevo esa idea, con una fuerza increíble, cuando yo en verdad estaba carente y desesperado de que algo sucediera, algo que me diera la ilusión y motivación para seguir, porque me estaba cansando: deprimido, sólo y sin una verdadera raíz debido a todo lo que se sucedió a finales de los ochenta y principios de los noventa en adelante, cuando mucha, mucha gente que era joven, dinámica y muy triunfadora en sus diferentes quehaceres y profesiones comenzó a morir. El sida y otras desgracias comenzaron a llevarse, de plano y sin mediar aviso alguno, a toda una generación a una velocidad increíble. Se fueron amigos muy queridos, varios famosos, miles de desconocidos y, por último, mi hermano Enrique (que fue uno de mis mejores amigos y mi verdadero padre, mucho más hombre a pesar de ser homosexual y mucho mejor ser humano que el que me toco por biología, que no hizo nada más por mí, que su machista y momentánea inseminación) ‘el teacher’, quien murió después de una suave pero muy triste agonía, consumiéndose, para después trascender en mis brazos mientras lo abrazaba. Y a pesar de comprender lo hermoso de haber estado ahí para él, yo me sumí en un profundo encierro de mí mismo y en la confusión, mucha confusión, agregándose a mi infortunio que muy poco tiempo después, murió mí también muy querido hermano mayor, Manuel, y también en su joven madurez, ¡nada valía la pena! La vida te acabará destruyendo de cualquier manera. Alcohol, droga y rock and roll se convirtieron en mi precisa y efectiva manera de buscar morir, intentando desaparecer, ya no sentir… Así que no pensaba, ni siquiera imaginaba en verdad que llegaría ‘algo’ que cambiaría mi vida, y que de esta manera me haría ‘en vida morir’ para después renacer, para darme luego la oportunidad de recomenzar ‘de cero’. Cierto es que unas noches antes, llorando en alguna desolada borrachera, en la que únicamente me acompañaba mi infinita sensación de soledad, de abandono y auto tortura psicológica, le hablé a Dios, a los Dioses, como de broma llamaba y reclamaba cuando quería jugar con mi certeza de que son muchos y son ‘Uno’ también, según lo quieras ver, pero siempre son ‘Él’ mismo, el que tú creas, el que tú crees (nunca imaginé lo cuerda y oportuna que sería mi visión sobre ‘ellos’ por lo que pasaría con este libro). Y tristemente los llamaba, reclamando al impávido infinito nocturno frente a mí, mientras lloraba, y esa noche pedí una ilusión, un motivo para seguir aquí o que me llevaran de una buena y certera vez, para no seguir siendo el solitario y aislado ser que sólo, esperaba, que sólo caminaba, autómata, sin una verdadera vida del alma.

    Y al parecer fui escuchado…

    Hasta hoy no comprendo si fue mi corazón, esa llamada intuición, o si mi mente en completa desconexión con mi cuerpo y mi voluntad realmente me generó una ilusión creándome una conexión con el cosmos, con la fuerza generadora que realiza por medio nuestro todas las cosas, utilizándonos como canales para su creación, convirtiéndonos así en lo que realmente somos, ‘creadores’ hijos del ‘Creador’ hechos a imagen y semejanza. ¿No es lo que predican muchos credos? Luego entonces, ‘hijo de tigre, pintito’ ‘hijos de Dios, Diosecitos’ ¿no es así de simple? En pañales tal vez pero... Nunca he entendido por qué nos causa tanta picazón ese asunto, tanto problema creerlo, si nos lo han repetido hasta la fijación, hasta el repetitivo cansancio, ¡bueno si! lo entiendo, por qué ellos mismos te dicen una cosa y luego la otra, por qué te lo dicen sí, para inmediatamente después hacerte sentir cucaracha diciendo que ese dios vengativo y tirano (en que lo han convertido a conveniencia los sectores religiosos, sociales o hasta políticos) se encargará de hacértelo pagar si te comparas o piensas por tu cuenta, pero lo hacen intentando controlar lo único que jamás podrán controlar de ti en éste ni en ningún mundo dondequiera que los haya: ¡tu alma! Y porque también a ellos así los enseñaron y se los dijeron otros, que a su vez fueron otros y antes otros y otros, mucho más mal informados que tú y algunos muy malintencionados, en busca de manejarnos. Son siglos, si no es que milenios, de desinformación, de manipulación, intentando tener control de lo incontrolable. Además del hábito de querer que hagas todo menos creer en ti, menos buscar tu identidad, tu meta: si te conviertes en un ser inteligente, que es un líder de sí mismo, ellos no podrán controlarte, y hablo de gobernantes, líderes religiosos y ¡hasta nuestros propios padres! Pero son los que así lo hacen, los que no están pensando lo mejor para ti, quieren lo más conveniente para ellos, aunque paradójica y ‘mágicamente’ es lo único que te hará en verdad feliz: ¡liberarte! Ser quién eres, no quien ellos quieren hacer de ti. Tú y únicamente tú tienes el control, y sólo tú puedes decidir cuándo es suficiente, porque en la verdad más profunda de todas las cosas que vivimos ‘nadie hace nada que no quiera en verdad hacer’. Si lo vives es que tú así lo has decidido. Si no lo quieres, ¡muévete de ahí! Haz algo distinto, piensa una nueva forma. Tú lo creas, porque así lo crees. ¡Todo! Es moldeable, transmutable, si utilizas tu voluntad. Pero seguimos sin querer entender, sin escuchar y sin mirar lo que de múltiples maneras es más que evidente, pero también te digo que te entiendo, porque a mí eso no me valió para nada, aunque me lo dijeran mil veces. Por mucho, mucho tiempo estuve en completa oscuridad, ¡y a plena luz del día! Para mí era perfecto el sapientísimo dicho popular: ¿‘Tas viendo y no ves…? Pero a partir de la noche en que volvió la idea, esa idea, al parecer ya olvidada, sin previo aviso, ante el comentario de un conocido de escribir algo para ocupar una plaza de trabajo disponible en ese momento, algo en mí ‘se prendió’ se iluminó, recordándome la idea que años atrás se me ocurrió como inspirada o soplada, al parecer de la nada (ahora sé que se mantuvo en mi interior madurando, incubándose en el capullo de donde surgiría), transformando mi vida desde ese momento de todas las maneras posibles y ya para siempre. Así, sin más, como si fuera algo que ya estaba escrito o plasmado en algún lugar del cosmos o el éter, las situaciones del libro se me venían como si me hubieran conectado con un dvd que se prendiera en mi cabeza, por medio de una extraña telepatía sabía claramente lo que pasaba en la historia como viendo una película, a pleno día y en cualquier lugar, o luego soñando. Comencé a saber, mientras dormía, ‘viéndolo en sueños’, qué parte seguía en la historia y cómo decirlo. Me levantaba en medio de la noche y escribía doce, quince y hasta veinte páginas de corrido, sin detenerme, hasta caer vencido y volvía a la cama. Dos o tres días después cuando mi trabajo o algún descanso lo permitía, al redescubrirlas, al volver a verlas y leerlas, no sabía, no lo sé hasta hoy, ¿cómo fueron hechas?, ¡¡¿de dónde salieron?!! Surgieron de mí, eso es seguro, pero hay aquí, infinidad de cosas que ni siquiera sabía ¡que las sabía! Dudo mucho que las supiera, al menos no conscientemente. Tres meses y tres semanas tardé en escribirlo: tiempo récord, si tomamos en cuenta mi profunda ignorancia, mi aplastante seguridad de no saber (ya que una conflictiva situación familiar y una gran falta de ética y responsabilidad por parte de mis padres, me impidieron seguir estudiando a muy temprana edad y no pude terminar ni la primaria, aunque, siendo honesto, ahora creo que en cierto modo fue lo más adecuado para mí; en realidad siempre sentí que no necesitaba la escuela, lo que me era preciso ¡era vivir!). Pero mi baja autoestima, mi auto consuelo, mi necesidad de querer confirmarme y conformarme en que nada valía la pena, compadeciéndome de mí mismo, me torturaban preguntándome: ¿quién las redactó o cómo se plasmaron? ¡Todo era posible!, menos pensar que tal vez yo fuera talentoso, que a pesar del aparente ‘abandono’ de todos en los que confiaba y amaba, tal vez sí hay algo más, algo allá afuera, ‘que me quiere’ y que me había escogido a mí para hacer eso, ‘eso’ que sólo a mí me corresponde y que había una poderosa razón y un valioso por qué de mi camino en completa soledad… mi sensación real y profunda es que al escribir me convertía yo en un tipo de médium, un cable axial, o de ésos de doble conducción, que sólo trasportaba la energía y profundidad de las palabras hasta el computador, sin verdadera intervención de mi parte. Pero una cosa sí me fue muy clara: había un verídico y hermoso mensaje en ellas. Algo estaba sucediendo y sucediéndome: cada vez que las leía o revisaba lo escrito la noche anterior, todo mi ser se conmovía ¡Me estaba enamorando de mi libro!, del mensaje atrapado allí, en sus palabras. Me sentía claramente como el primer privilegiado espectador de algo maravilloso. ¡Increíble!, porque lo que leía me daba la respuesta y la firme convicción de que yo también podía ser, quizá, alguien valioso, que tal vez sí había una razón de por qué sigo aquí, vivo y saludable, (y eso también me causaba culpa) ¡lleno de energía de vida!, entre tantos muertos, algunos que caminan y otros que ya no se ven, pero que por ahí andan, eso es seguro, comprendiendo que si él fue elegido para descubrir el cero, yo, tal vez, quizá fuera el destinado para escribir esto, para decirte y asegurarte, sin temor a equivocarme, por el profundo y esclarecedor dolor vivido a flor de piel, que tú también, y tú y tú también, donde sea que estés, dondequiera que hayas transitado, ‘tienes una misión’, tienes una importante razón de por qué estás aquí, y si no cumplimos con nuestra participación, de algún modo todo el universo lo lamentará, algo le hará falta a toda la existencia. Y de la misma manera, en esa forma sutil pero clarísima que tiene la vida para hacerte saber lo que necesitas, entiendas que tal vez por eso llegó este libro a tu camino, para que de alguna forma tú también ‘recuerdes’ que no importa lo difícil que parezca el camino. Si hay piedras y obstáculos quizá sea lo mejor, quizá sea lo adecuado para lograrte ‘conmover y florecer’. Todo tiene una razón, y si un día descubres que a pesar de todo, a pesar de lo que dijeron los otros, aconsejados por otros, por lo que pensaban otros, y aún así fuiste en busca de tu sueño, creyendo en la verdad de que todo es posible, si enfocas tu voluntad y tu noble ambición en ello, entonces sabrás, aun si al parecer estuviste equivocado, que ¡ha valido la pena! Eres perfecto exactamente como eres. ¡Dios no se equivoca!, a pesar de lo que te hayan inculcado, haciéndote creer entre líneas que Dios no sabe pero que ellos sí, que ‘’a veces, Dios la echa a perder y se le va de las manos la situación, pero que ellos, si saben cómo reparar sus tontas equivocaciones y te van a decir cómo debes ser y como se hace‘’ (y nada más porque a ellos no les parece o por ser algo que no comprenden, manipulando a Dios y a ti a su conveniencia, como se ha hecho por generaciones sin fin, pero se ha llegado el tiempo de detenerlos, o al menos, evidenciarlos, ya tú sabrás que haces con tu nueva comprensión, con tu nueva ‘visión’ si es que este mensaje es para ti), por qué sólo así, enfrentando su ‘ignorante soberbia’ comprenderás que tal vez ése era tu trayecto personal, que ésa era tú misión tal vez, confrontar su ceguera y únicamente defendiendo quién eres... aunque no lo comprendan, eres perfecto y profundamente amado y estarás cumpliendo ‘tu destino’ con solo hacer eso ‘ser tú’ eso es lo que yo entendí al hacer este libro, por qué a pesar de ‘al parecer’ no ser nadie, quizá te logres destacar solo por ser feliz de ser quien eres y por qué los estarás ayudando a ‘ver’ a descubrir, que no tienen en verdad ningún poder, ni juicio, ni opinión que objetar, ante lo realmente poderoso de la vida… ‘la evolución’ que se manifiesta de millones de formas, aunque nosotros ignorantes no entendamos sus ramificaciones infinitas... hasta que venga un nuevo Darwin, o un Galileo quizá y nos lo explique, por supuesto para que, acto seguido lo destrocemos, lo crucifiquemos y luego digamos: ¡ha sí!, creo que tenía razón y entonces lo idolatremos ¡después de haberlo matado!, habiéndolo podido bendecir y aprovechar su existencia ¡en vida!... Aprovecha la tuya... eres quizá, uno de esos ‘nadie’ que puede cambiar la historia, al que se le puede ocurrir ¡algo extraordinario!...

    Solo recuerda que mientras más oscura sea la noche, más cerca estás de ‘despertar’… más cerca estas de ese amanecer, donde por fin ‘verás con claridad’ donde tú, como yo, un día al voltear al cielo, ya sin esperarlo, descubrirás que nunca estuviste en realidad tan sólo, como tú sólo lo sientes, a veces…

    Posdata

    Por qué de tanto escuchar que siempre otro, allá afuera, siempre Keanu Reeves, Bruce Willis o Arnold son el elegido, siempre ese otro que no eres tú, hemos olvidado, por admirar a otros, que podemos ser el héroe de nuestra propia historia, que será ¡mucho mejor y más grandioso! Si aprendemos a admirarnos a nosotros mismos, sólo tenías que dejar de esperar que los otros decidieran por ti. Sólo tenías que responsabilizarte, dejar de pensar lo que han pensado otros por ti y escuchar lo que siempre ha estado ahí para ti, tu propia voz, ¡tu deseo del corazón!, para seguirlo después con toda tu pasión y tu razón. Y entonces algo extraordinario te sucederá como a mí. Descubrirás que tú, eres también ‘el elegido’…

    Deseo de todo corazón que llegue a ti este mensaje, que guarda en sí mismo la semilla de la verdad última y más profunda de nuestra realidad como seres en evolución constante, la verdad que tanto se han empeñado en nublar y ocultar por temor y por no ser propia a los intereses de unos pocos, pero que se ha dicho a través de todas las tradiciones y en todas las culturas y de todas las maneras posibles en la historia. Todo está interconectado, no existe separación, todos somos un mismo átomo. A últimas fechas es inclusive un asombroso descubrimiento en física cuántica, es permitirnos ver esa verdad, lo que tal vez nos llevará un día a vivir como seres de otra visión y de comprensión más profunda, más certera, más real e inherente a nuestra verdadera naturaleza, humana, pero profundamente espiritual, ¡dual!, eterna y ‘poderosamente mágica…’ porque a pesar de toda nuestra amnesia autoimpuesta, de nuestra necedad y ceguera al andar y a pesar de todo lo lejos que parezcamos estar de casa, en verdad ‘somos hijos de las estrellas’.

    COMO ES ARRIBA, ES ABAJO: Hermes Trismegisto, 9 000 años a.C., aproximadamente.

    La pregunta es… ¿Por qué seguimos sin entender, sin querer ver? ¿En verdad somos tan insustanciales, tan efímeros? O simplemente… ¿tan manipulables?

    Respetuosamente yo…

    El hijo más pequeño de Voholon Tocté…

    Por el momento, Jorge Alberto.

    Todo se inicia en el vacío,

    El ‘Xero’ (cero) primordial que lo contiene todo.

    PRIMERA PARTE. FEMENINOS

    CAPÍTULO UNO

    LA PREMONICIÓN

    3114 a.C.

    Cuatro Águila, Cinco Venado

    Abrí los ojos…

    De inmediato supe, por esa insistente y clara sensación en mi pecho, que debía levantarme, moverme en ese mismo momento con dirección a la Axchak(*), esa hermosa y exuberante jungla donde tantas veces jugué de niño, siempre con la sensación de ser observado, de estar siendo vigilado por tantos ojos, como tallos y ramas tiene la selva. El medallón Ixche que llevamos en el pecho todos en nuestra aldea, hecho con fragmentos de esa extraña y cristalina roca que según los ancestros fue enviada a la tierra por los Dioses, esos que llegaron de la Cacum Axtle (Vía Láctea) muy al sur de la muy brillante estrella que se mece y parpadea al final del cinturón de Orión; esa piedra que ahora se incendia cada vez más fuerte sobre mí con una muy brillante luz verde azulada, de golpe, estalla en un sólo y contundente destello que libera montones y montones de diminutas partículas que se derraman cómo pequeñísimas estrellas que caen sobre mi pecho desnudo, en perfecta sincronía con el puñetazo de ansiedad que resintió mi cuerpo, como si algo me llamara, como… un presentimiento y se expandió hacia mis articulaciones, mis extremidades, cómo púas de angustia que viajaran por mi carne.

    Aunque ya lo sabía…

    Desde la ceremonia de la Acuachi (iluminación), cuando la Ixchel (la más vieja y sabia de todas) pasó el collar por mi cuello, marcándome y distinguiéndome cómo miembro muy respetado, hijo muy preciado de Vohlon Tocte(**) (Dios de la Inteligencia). Sabía que ya para siempre mis más profundas y complejas emociones estarían ligadas a la luz de ese dije sagrado, tan importante para todos en mi aldea; sin embargo siempre, por la precisión y velocidad con la que se incendiaba o de pronto estallaba en un instante anunciando mis nervios, o delatando hasta mis más y muy secretas sensaciones, a veces desconocidas hasta para mi propia luz, su exactitud al percibirme nunca dejaba de sorprenderme.

    De un ágil y seguro salto estaba en pie y caminaba entre la selva con paso rápido, inquieto, rodeado de la profunda y densa oscuridad de antes del amanecer. La intensa luz de mi Ixche transmitía con su brillo mi sensación de prisa, ¡que me apurara!, que debía llegar y pronto. ¿A dónde? No lo sabía.

    * * *

    La Ixchel, despertó sobresaltada…

    Los pequeños haces de luz que un segundo antes estallaran desde la roca en su dije, todavía descendían dócilmente sobre la manta que cubría su anciano y curtido cuerpo, anticipándose a su sensación de que algo está pasando, inquieta toma las rocas de adivinación que siempre guarda celosamente en un recipiente de nácar junto a ella, en un solo movimiento arroja las piedras al suelo, rodando caen junto a la hoguera que todavía centellea con débiles resplandores a punto de extinguirse.

    La Suchil (sacerdotisa) joven virgen destinada al cuidado y atención de la anciana, discretamente con un empujón despierta a Kuachi Atzil (la hermosa morena) única nieta y heredera por tradición oral del conocimiento y poder sanador de la Ixchel que dormía ya de por si intranquila junto a ella, mientras se balanceaba ahuyentando el sueño atenta, cuidando, sin necesidad de explicación al ver la fantasmagórica figura de su abuela exaltada, encorvada revisando las piedras en el suelo, se desliza con ansiosa suavidad por la choza hasta llegar junto a ella. La Ixchel levanta la cabeza y la mira, una extraña y estupefacta expresión hay en sus rasgos, mezcla de fascinación y asustada alegría, dando la impresión por las sombras y alargadas luces que provocan las flamas, de ser como un águila que enfocara en vuelo descifrando el oráculo, Kuachi temerosa, se coloca de modo angular con ella a su costado para revisar las rocas que destellan con un claro resplandor en el oscuro piso de tierra negra, cuando se ajusta a un lado de su abuela en la posición correcta, todo cobra sentido, asustada descubre lo que tanto ha exaltado a la sabia;

    Las rocas, esas que la Ixchel arrojará al suelo en su inquietud aparentemente al azar, forman en perfecta sincronía, en exacta postura y matemática cosmogonía y sin lugar a dudas, Axi- Macacte (La constelación de Orión).

    La Ixchel, recobra su habitual compostura y solemne actitud mientras da a su nieta la noticia, esa noticia que Kuachi a temido tanto desde que inició su preparación y entrenamiento, todo lo que ha vivido, lo que ha sentido y entendido desde su luz, ahora lo comprende, ha sido para ver llegado este día.

    —Están de regreso Kuachi… —le dijo su abuela.

    —¡‘Los Dioses’ han regresado!.

    * * *

    Me detengo asustado…

    Algo en el aire fuerte y húmedo me da el aviso que debo detenerme… retrocedo unos pasos y descubro que ahí a dos o tres saltos de mata esta Actum in Mel (El claro de la tentación) un exuberante y bello descanso entre la tupida y peligrosa Axchac, lo llaman así porque cuentan que es tan hermoso y tan muy en paz, que los gemelos que descubrieron las leyes y descifraron los símbolos antes de descender al inframundo, en el tiempo muy lejano antes de que la madre aun no paria, encontraron en su recorrido este lugar y era tal la suavidad de su luz y la tranquilidad que daba su vegetación florida, que en su reposo, casi pierden la oportunidad de entrar por la puerta que se abre entre las mohosas y retorcidas raíces de Miztli Cocto (El Gran Árbol) ‘La Ceiba, qué es sagrada’, y qué es el único camino a los 6 mundos.

    Suavemente retrocedo…

    Reviso con la mirada, no hay nadie, sólo mi sombra de luna me sigue, fuerte el viento húmedo y cálido de nuevo me pega en la piel, siento las ramas que rozan mis tobillos, mis muslos, las hojas son una mezcla áspera y tersa al tiempo mismo, nervioso, intranquilo, me abro paso entre la vegetación, el destello silencioso y brillante del Macle (Relámpago) me detiene transpirando, sofocado, se, que la inmovilidad aparente de todo lo que

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1