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Nostradamus Camino hacia el Apocalipsis
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Nostradamus Camino hacia el Apocalipsis

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No veras en este libro lo que siempre se cuenta sobre Michel de Nostradamus. Aqui se revela lo menos conocido del profeta, asi como las fuentes que le influyeron y los metodos usados para predecir. El objetivo de este trabajo ha sido conocer a Nostradamus desde sus pensamientos y expresiones encontrados en todos sus textos para entender su obra y acercarnos de esta manera a la verdad. En estas paginas se descubre el nombre del descifrador legado por el propio Michel, un estudio sobre los secretos de su tumba, la prueba de que las Sextillas fueron escritas por Nostradamus y que en ellas oculto sus verdaderas predicciones, las claves que demuestran que el sabio realizo su obra paralelamente con la Biblia, pruebas de la predicción del 11S, un capitulo dedicado al manuscrito perdido, un mensaje escondido entre todos sus trabajos que solo unido ofrece nuevas y sorprendentes profecias y un largo etc. Tras el estudio de todas las obras de Nostradamus, nuestros esfuerzos se han dirigido a desvelar el lugar que sufrira la batalla final, pero eso solo lo descubrira el lector. Un lector que, siendo habil, accedera a secretos que han sido ocultados y dormidos desde hace milenios.

LanguageEspañol
Release dateJul 1, 2013
ISBN9781301197071
Nostradamus Camino hacia el Apocalipsis
Author

Manuel Sanchez, Sr

Investigador de la obra de Nostradamus desde el 2005. Autor de los libros: Caesarem de Nostradamus, Nostradamus camino hacia el Apocalipsis, Cronología Profética de Nostradamus y de las primeras y unicas traducciones completas de Orus Apolo, las Confituras y los distintos Almanaques y Presagios de Nostradamus a lengua castellana.

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    Nostradamus Camino hacia el Apocalipsis - Manuel Sanchez, Sr

    LOS DIBUJOS DE NOSTRADAMUS

    Una vez más, Nostradamus nos sorprende tras el hallazgo de un misterioso manuscrito con unas 80 representaciones pintadas con vivaz colorido. La primera impresión que se puede tener es que son un fraude, porque, pensar que el profeta completó su obra después de cinco siglos, sería quizás esperar demasiado de él. Pero este estudio realizado sobre dicho documento, hará ver quizás, el fin del cometido del profeta. El antiguo e inédito manuscrito fue reencontrado en la Biblioteca Nacional de Roma, y adquirido en 1888, llegando a través de un tal Pívoli, que es quien aparece en el registro de adquisiciones con el número 110. Primeramente fue registrado como un libro de profecías perteneciente a Joaquín de Flore, pero en el catálogo de la biblioteca se registró como de Nostradamus, siendo ésto lo que sugiere, sin duda alguna, la última página del manuscrito. Este código ilustrado parece estar dedicado a su hijo Cesarem, las imágenes podrían representar el futuro de los Papas desde la época de Urbano VIII —Maffeo Barberini, 1623—1644—. El Manuscrito fue encontrado en 1982 por varios periodistas de la revista florentina; Giornale dei Misteri —Enza Massa, T. Acampora, y Roberto Pinotti, estando haciendo una enorme catalogación de cualquier manuscrito antiguo con algún interés para la revista. En 1983 publicaron un librito que contenía varias imágenes, entre ellas, había cuatro imágenes que venían de un manuscrito que figuraba con el nombre de «Vaticinia Michaelis Noftradami de Futuri Christi Vicarii ad Cesarem Filium», ubicado en la sección, fondo Vittorio Enmanuele 307 de la B.N de Roma. Cuando fueron vistas por primera vez, en octubre 1994, por Ramotti, autor de The lost manuscript, y otros, el interés por estas imágenes creció rápidamente. Descubrieron 80 imágenes repartidas entre acuarelas y dibujos, y dos cartas manuscritas de presentación y de conclusión, que eran la ficha de copia del antiguo manuscrito y la ficha bibliográfica original de los padres Cartesianos. Estas imágenes aparentemente tienen conexiones simbólicas con eventos históricos del pasado del Vaticano que ya se han verificado, y quizás, del presente y de un futuro próximo. Si consideramos que estos dibujos y acuarelas forman parte de un manuscrito original ilustrado del siglo XVII que se encontraba casi olvidado en la Biblioteca Nazionale de Castro Pretorio, y que la misma Biblioteca certifica la autenticidad del mismo, y añade por su parte, que fue donado por el primer hijo de Miguel Nostradamus —Cesar Nostradamus—, al entonces desconocido, Cardenal Maffeo Barberini en 1623 —siendo encargado de la biblioteca del Vaticano—, el cual, posteriormente sería elegido Papa adoptando el nombre de Urbano VIII, podríamos creer que puede tratarse de algo verdaderamente interesante. El código ilustrado podría haber sido realizado seguramente por su hijo Cesar —reconocido pintor— por orden de su padre, Nostradamus. Tras el interés suscitado se han realizado pruebas periciales para demostrar que el documento proviene de la época de Nostradamus analizando las tintas utilizadas en este manuscrito. El análisis químico concluyó que existen restos de zinc en las tintas utilizadas, y esto crea una gran duda, debido a que este elemento metálico fue utilizado como colorante para las pinturas en cuadros en una época del arte posterior, sobre el s. XVIII. Por este motivo se crea incredulidad, ya que el manuscrito estaría realizado teóricamente en el 1620 ó 1629, y en esa época, no se usaban este tipo de colorantes tan avanzados. Esto no niega su autenticidad, porque podría ser una copia del verdadero manuscrito realizado por Nostradamus. Debemos recordar que realizar copias de documentos originales no está fuera de lo común en las Bibliotecas nacionales, estas copias preservan y protegen las obras del paso del tiempo y de su progresivo deterioro. Por otro lado, las hojas del manuscrito contienen como filigrana una flor de lis. Esto nos pone en la pista de que su datación puede ser efectivamente de la época de Nostradamus, ya que este tipo de marcas de agua o filigranas impresas, comenzaron a usarse en Roma desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII. Destaca también que el tipo de texto que aparece impreso en él, así como la tinta utilizada en los mismos, son diferentes en los tres textos, dando a entender que pudieron ser escritos en distintas épocas. Una vez analizado lo poco que se conoce hasta ahora de la procedencia e historia de esta última sorpresa legada por Nostradamus, debemos mirar una posibilidad que existe y que, aunque en un principio parezca tirar por tierra la originalidad de este manuscrito, cuando ahondemos más en este asunto, todo tomará un matiz muy diferente. Este documento parece profetizar el futuro del Papado a lo largo de toda su historia, pero no es muy conocido que mucho antes ya existían autores y manuscritos que tocaban justamente este mismo punto. El más conocido probablemente sea San Malaquías y sus famosas predicciones sobre los papas, pero no obstante, no fue el único como ahora comprobaremos, y además, otros realizaron manuscritos tan parecidos al atribuido a Nostradamus, que podemos pensar que, este es una burda copia de los mismos. Las profecías acompañadas por ilustraciones han sido usadas por otros astrólogos y profetas de renombre; estudiaremos algunos de ellos, sobretodo dos personajes que realizaron un trabajo tan parecido a la obra atribuida a Nostradamus, que pone en serias dudas la procedencia y al autor de los mismos. Aunque se verá como realmente todos beben de la misma fuente, como si supieran de la existencia de una llave que permitía conocer el futuro de la Humanidad. Casi todos tienen como anexo común que practicaron, conocieron e incluso predicaron en la orden del Cister y que sus caminos se cruzaron en algún momento con San Bernardo de Claraval.

    Comenzaremos con Joaquín de Fiore; que fue un extraño místico y profeta nacido en 1135 en Calabria —Italia—, teólogo, comentarista bíblico, filósofo de la historia, y fundador de la orden monástica de Giovanni San en Fiore, en 1196, donde finalmente moriría en 1202. Desarrolló una filosofía de la historia según la cual, la historia se desarrolla en tres años de espiritualidad creciente: los años del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Joaquín se hizo un monje Cisterciense en Sambucina y en 1177 abad del Corazzo —Sicilia—. Aproximadamente 1191 se separó de los deberes molestos de la administración y se retiró a las montañas para seguir una vida contemplativa. Aunque reclamado como un fugitivo por los Cistercienses, a Joaquín le permitió el Papa Celestine III formar a los discípulos que se juntaron alrededor de él, en Giovanni San en Fiore, —una ciudad localizada en la provincia de la actual Cosenza, en Calabria— y en la orden que crearía con el mismo nombre. Su influencia no fue sentida hasta más tarde por sus escrituras sobre una interpretación profética de la historia. Durante toda su vida, permaneció siendo fiel a la Iglesia, aunque algunas de sus enseñanzas fueran condenadas por ella. Tenemos como ejemplo su aparición en dos listas muy contrarias, en la lista Acta Sanctorum aparece como beatus, pero a la vez en el Catalogus Haereticorum se le menciona como un hereje. La mayor parte del trabajo de Joaquín es el de un visionario que para realizar sus predicciones se valía de varios diagramas. Una de sus figuras primarias es un árbol que representa la historia con tres ramas y siete hojas en cada una. Él expresamente lo llamaba «el Árbol de la Vida». En el lugar de nacimiento de Joaquín, en Calabria, existía una comunidad judía con fuerte arraigo, y se sabe que emprendió una peregrinación por tierra Santa en su juventud. Las ideas de Joaquín fueron fácilmente aceptadas en el sincretismo del Renacimiento, porque su visión de una nueva edad de oro clásica, convivía bien con la aparición de una Edad del Espíritu. Joaquín creía que la historia se basaba en la trinidad, que consiste en tres estados o eras, como el así las llamaba. El primer estado es el tiempo del Padre, y esto es el Antiguo Testamento, que dura unas 42 generaciones. El segundo estado es el tiempo de la segunda persona, el Hijo, y el tiempo del Nuevo Testamento, también 42 generaciones. Los cálculos de Joaquín le condujeron a creer que él vivía el final de aquel período, y que no pasarían más de dos generaciones, como máximo, para ver el final del segundo estado. El final del segundo estado, por supuesto, marcaría la séptima cabeza del dragón, es decir, el Anticristo y la persecución del mismo. Pero para Joaquín, no era el final de la historia, porque seguidamente surgiría un tercer estado, el estado del Espíritu Santo, un tiempo de paz y de amor en toda la humanidad respaldado con la segunda llegada de nuestro Señor. De Flore realizó una obra tan parecida al manuscrito atribuido a Nostradamus, que se puede afirmar que él es el padre original de la idea de parte de estos dibujos, el manuscrito se llama Vaticinia Pontificum, de este ejemplar existen muchísimas copias que en la época de Nostradamus se hallaban en Ve—necia y en lugares mucho más cercanos y accesibles al profeta francés, como Carpentras, Châlons sobre el 1415 —Champagne— y en Lyón sobre el 1435. Todo esto hace pensar que Nostradamus pudo copiar estos dibujos fácilmente, y añadir otros propios en el manuscrito que se le atribuye de Roma.

    El Vaticinia Pontificum original es atribuido a Joaquín de Flore, posiblemente sea del siglo XIV ó XV. El manuscrito «Vaticinia de summis pontificibus» del museo nacional germano es una de las mejores copias que aún se conservan, fue adquirido en 1895 en Stuttgart. Apoyaremos las comparaciones con el manuscrito de Nostradamus en el por su calidad. Otra parte de los dibujos están copiados —al menos la idea central— de otro manuscrito titulado Pronosticatio, escrito en 1488 por el alemán Johannes Lichtenberger. Este manuscrito profético de igual modo también fue muy reproducido en diversos países al igual que el trabajo de Joaquín de Flore, se realizaron copias incluso con distinto nombre.

    —1488, PRONOSTICATIO, Lichtenberger, Alemania.

    —1492, PRONOSTICATIO, Italia.

    —1511, PRONOSTICATIO MIRABILIS, Santa Brígida, Italia.

    —1515, Pronosticatio quaedam mirabilis, Lyon, edita per Sanctam Brigidam.

    —1525, MIRABILIS LIBER, París.

    —1527, Profecía maravillosa de señora santa Brigide, Lyon, trad. francés.

    —1561, COLECCIÓN PROFECÍAS Y REVELACIONES, París.

    Johannes Lichtenberger —1440—1503—; fue un sacerdote alemán de Rhineland y astrólogo en el tribunal del Emperador Frederick III. Las ideas de Lichtenberger, eran sospechosamente muy parecidas a las que mantuvo Nostradamus; ambos mantenían la creencia de que la Iglesia experimentaría grandes tormentas, los príncipes y los emperadores lucharían el uno contra el otro, y la vida en la tierra amenazaría con convertirse en un infierno para el pueblo, debido a guerras, enfermedades, catástrofes naturales e inmoralidad. Y, en medio de todo esto, «el pequeño profeta» haría su entrada, «el final del Mundo» le seguirá entonces, «junto al Anticristo y su secta», que aparecerían antes de que una edad de paz se implantase en el Mundo. La suma de estos ideales coincide entre los tres profetas más de lo que podría parecer a primera vista. Nostradamus utiliza nombres que aparecen en otra obra maestra de Lichtenberger, el Mirabilis Liber —1830traducción francesa de Édouard Bricon—. Pero aparte de las grandes coincidencias entre las acuarelas del supuesto manuscrito atribuido a Nostradamus y las ya realizadas años antes por Joaquín de Flore y por Johannes Lichtenberger, parece que nuevamente Nostradamus se vale de uno de sus pocos manuscritos conservados para interpretar algunos dibujos. Nos referimos a su trabajo de traducción de Horus de Apolo, realizado en 1543. Esto significaría que el «Vaticinia Michaelis Noftradami de Futuri Christi Vicarii ad Cesarem Filium» no fue enteramente ideado por el profeta. Algo que no llega a encajar, porque según esto, caben dos posibilidades; una de ellas sería que en el pasado algún copista terminó juntando la obra de los tres autores al observar que se trataba del mismo tema, y la otra posibilidad, es que el propio Nostradamus mezclara sus dibujos a propósito junto al de estos dos grandes pensadores y profetas de renombre, para que así, su obra llegara a nuestros días con más facilidad y credibilidad. Sólo queda exponer y juntar estos cuatro manuscritos en la búsqueda de respuestas que difícilmente podrán ser nunca contestadas. Por problemas de acceso, trabas y derechos de autor, no se puede ofrecer al lector la reproducción de estos grabados tal y como me hubiera gustado, por ello se ha simplificado todo, incluyendo su belleza, con una tabla en la que se incluye para su identificación, el nombre del autor, ubicación, la obra que la contiene y el número distintivo del dibujo comparado. Merece la pena tomarse la molestia para observar las similitudes de las diferentes obras que se encuentra custodiadas tras estos enlaces, además se comprendería mucho mejor nuestro cometido.

    http://schulen.eduhi.at/stift_kremsmuenster/vat/index.htm

    http://diglib.hab.de/wdb.php?dir=inkunabeln/1—quod—3

    EL ORIGEN DE LAS SEXTILLAS

    A lo largo de este trabajo me he encontrado con la creencia generalizada de que las sextillas son un documento falso, de procedencia dudosa y sin aclarar. Estos escritos muestran predicciones más claramente que las centurias, y por eso, los investigadores de Nostradamus creen que no fueron realizadas por el profeta. Pero si intentamos ahondar en el tema más seriamente, aportando nuestras propias creencias y estudios, nos daremos cuenta de que ni una cosa ni otra tienen un fuerte apoyo, es decir, ni los que dicen que son falsas lo pueden demostrar realmente, ni los que creen, como yo, que son verdaderas tampoco, ¿o sí? Es por esto por lo que intento aquí ofrecer ambos vértices del asunto, sintiéndome obligado en cierta manera, porque mi estudio se apoya en su veracidad.

    Encontramos en la Biblioteca Nacional francesa catalogado con la serie FR 4744FF 76—79 el curioso manuscrito de seis páginas. Se trata de una copia de las Sextillas atribuidas a Nostradamus. Estas sextillas son numeradas de 1 a 56, pero los números 26 y 33 han sido saltados, lo que deja su número en 54. El manuscrito original señala la presentación de estas sextillas a Enrique IV, no en 1605 como se relata en la primera publicación impresa conocida, sino a principios de siglo, en 1600. Tampoco menciona el nombre de «Vincent Sève de Baucaire» de la familia de Nostradamus, sino el de Vincent Aucane —tal vez Aucaire— de Languedoc. He aquí la transcripción exacta del título original: Predicciones de Michel Nostradamus para este siglo del año 1600 presentadas al Rey Enrique IV a principios de año por Vincent Aucane de Languedoc. Es probable que la copia impresa de 1605 sea donde el editor añadió otras cuatro sextillas, con el fin de que su número llegara a 58, y así se podrían añadir a la Centuria VII con sólo 42 cuartetos. Estas últimas sextillas han sido añadidas visiblemente en 1605. Por otra parte, Etienne Jaubert en su libro Vida del Sr. Nostradamus, publicado en 1656, afirma, que la colección de las Sextillas estaría realmente compuesta por 132 y no por 54. Él habría visto el manuscrito original y lo presentó al rey, estando en aquel tiempo en las manos de un cierto Sr. Barbotteau. La policía misma habría buscado el manuscrito de las 132 sextillas cuando desapareció —el proceso verbal que la policía redactó atestiguaría este hecho—. Según cuenta el Mercure François —publicación periódica de los sucesos del país—, en 1610 estas Sextillas fueron vendidas a un precio alto a un Procurador de Provenza que se encontraba de paso en París, el cual, pudo haber hecho varias copias.

    ¿Vincent Sève fue un pariente de Nostradamus?

    Varias cartas de la correspondencia de César de Nostradame atestiguan la existencia de un sobrino del historiador provenzal, —de Sève—. Este sobrino parece ser Melchor de Sève, hijo de Pedro de Sève y de Ana de Nostredame, segunda hija de Nostradamus. Sería interesante saber si Vincent Sève de Beaucaire y Languedoc eran de la misma familia. Sin embargo, el tal Enrique de la carta—prefacio de las sextillas, no aparece entre los descendientes de Nostradamus.

    Continuaremos con la opinión de un reputado astrólogo que también ha estudiado a Nostradamus. Su opinión, presentada aquí textualmente, servirá como ejemplo de lo que nos podemos encontrar si preguntamos sobre este manuscrito. Las sextillas son visiblemente apócrifas. Su estilo de documento descriptivo, difiere totalmente de Nostradamus. Son falsas, probablemente aparecidas después de 1602. Hay 54 cuartetos y no 58: este número ha sido escogido por los editores de la edición fechada de 1605 para completar los 42 cuartetos de la centuria VII. En el manuscrito original, estas sextillas son numeradas de 1 a 56 —numeración defectuosa—: el interés de las sextillas es limitado, y no concierne a Nostradamus, sino a los trabajos ulteriores de sus falsarios y plagiarios. Las sextillas son falsas y dependen de un estilo narrativo que no tiene nada que ver con el de Nostradamus. Estas opiniones son las más extendidas entre casi todos los estudiosos, ¿pero en que se basan? Parece ser que toda esta oscuridad comienza primeramente porque no se conoce realmente quién las sacó a la luz, ni por quién fueron redactadas. La rotunda negación e incredulidad de creer que el mayor profeta de nuestra historia ha realizado sextillas, cuando su trabajo más conocido han sido cuartetas, ciega la verdad, o al menos la posibilidad, pero, ¿acaso la ciencia avanza siguiendo los mismos caminos? ¿O son las bifurcaciones y lo inesperado lo que alumbra un descubrimiento? En realidad, la mayor confusión surge al comparar el viejo manuscrito original con una publicación realizada en 1605 en Troyes, esta versión, puede ser, en mi opinión, la causante de acrecentar la leyenda negra de las bastardas Sextillas. A Continuación se mostrarán las conclusiones tomadas por un equipo de estudiosos realizadas sobre la versión impresa de 1605 y no sobre el manuscrito original: Su tipografía casi parece idéntica a la de la edición no fechada de Pedro du Ruau, en Troyes. Un bosque grabado en el título casi idéntico al de esta edición se reencuentra sobre la página del título en las ediciones fechadas de 1611 y 1649, así como en una edición que lleva la indicación: «Lyon. 1568». Todas estas ediciones parecen provenir de Troyes. Un folio escrito a máquina que podemos encontrar en la parte trasera de la versión de 1605, es en su mayoría el gran culpable de que se tome a las Sextillas como falsas, realmente no habla de las originales como vemos, si no de las realizadas en imprenta que ofrecían por primera vez todas las centurias y sextillas, añadiendo eso sí, varias que no existen en la versión manuscrita. Entonces, la conclusión de su no veracidad, se basa al parecer sólo en esto, porque nadie puede decir con seguridad que Nostradamus no redactó jamás sextillas o que contrariamente sí lo hizo.

    EL DESCUBRIMIENTO.

    Hace tiempo que comencé mis estudios y hoy por hoy puedo decir que he traducido y conocido la mayor parte de las obras de Nostradamus desde su fuente primordial sin aditivos. Pero aún las sorpresas aparecen y reaparecen como viejos sueños que buscan cumplirse, sólo un texto me quedaba por traducir y conocer, un texto aparentemente inválido para el que predice, fuera de lugar, la paja que abulta el trabajo de un escritor sabio de renombre. El texto del que hablamos no es otro que el realizado por Nostradamus en 1555 titulado; «Excelente y muy útil opúsculo para todos necesario». En esta obra podemos encontrar maquillajes y confituras recopiladas por el autor tras sus vivencias y viajes a través de diversos países. Lo primero que llama la atención es que existen, a modo de introducción, dos poemas insertados entre las recetas y ungüentos. Para el investigador conformista no hay nada anormal, pero si abrimos los ojos se puede observar que Nostradamus escribe PROOEME, en lugar poème, esto, a mi parecer, no es sino un jeroglífico que representa los dos ojos del que todo lo ve, explicado en Orus de Apolo.

    Cómo él requería a los dioses infernales que llamaban manes D. M. Cuando querían sus grandes Dioses infernales señalar, pintaban un rostro sin ojos, ni forma, por encima dos ojos iguales pintados aparte como se ve en la imagen, con los dos ojos señalaban un gran sabio, los Dioses entendían por el mismo documento y por la cara sin ojos que había un pasaje grabado en el testamento.

    Partiendo de aquí, presentamos el estudio realizado de este escrito alquímico y revelador que ha permanecido olvidado tanto como las sextillas.

    —En la página 9 de las Confituras el profeta escribe Medicin en lugar de Medecin, nombre que se traduce como Médico. Pero lo singular es que en las Sextilla 28, y 30 podemos encontrar esta palabra.

    —En la página 11, nos topamos nuevamente con un nombre que sólo aparece entre las cuartetas una única vez, pero que misteriosamente en las Sextillas 25, 48 y 53, reaparece entre la oscuridad de los escritos nostradámicos.

    Haría falta hacer como hacía Julius Caesar, que escribía por la noche lo que hacía de día, todas las veces el Phoenix en la facultad Latrice donde está Hipócrates tan divinamente escrito, que no es posible para el hombre saber imitarlo:

    C8-27

    La vía auxiliar, una bóveda sobre la otra,

    Del muy abandonado oro excepto mis valientes y genes.

    Lo escrito del emperador Fénix, —Phoenix—

    Veo en él, lo que en ningún otro —sitio— está.

    —En la página 13, nos topamos con la palabra Campos Elíseos utilizada en las Sextilla 23 y en la centuria 9,27.

    Por la excelencia de su estudio se preparó una inmortalidad, sus obras adquirieron una memoria sempiterna: que si sus sombras descendieran a los Campos Elíseos, Galien lo reconocería como verdad y simulacro perfecto de su propia efigie, que no le es posible a personaje humano escribir más doctamente: y varios casi innumerables palos para la Cristiandad, que continuamente tiende a este fin de a sí mismo preparar una alabanza por el trabajo de sus escritos para ser perpetuamente glorificado: pero sospecho mucho que no llegue a tiempo, más aún cuando ahora se ven profesores en el arte latricie, que hacen así como se hizo en el siglo Romano, cuando la ciudad durante quinientos años estuvo sin Médico alguno, no creo yo eso.

    C9-97

    Desesperados buscarán los Campos Elíseos,

    —En la página 16 y en la 221, encontramos una expresión ya utilizada por el profeta en la carta dirigida a Caesarem introductoria a las centurias. En estos párrafos se muestra justamente la polémica fecha dada por el autor como límite de sus profecías.

    Lo siguiente que yo haré será retirar la frente a algunos, que posiblemente rechazarán ésto mucho: probablemente haré con la abertura que alguno se sienta contento. Sin embargo, amigo lector, si tú ves alguna materia, la cual no sea agradable para ti, o por novato te haga falta retirar la frente, yo te diré eso que ves gravado en mármol. ¿Crees que estando Pitonisa no habría más trípodes?

    Carta a Cesar: El trabajo comprende profecías de hoy hasta el año 3797. Esto puede hacer retirar la frente a algunos cuando ellos vean el tiempo tan lejano, y esta inteligencia se efectuará bajo toda la plenitud de la Luna; y estas cosas se entenderán universalmente sobre la tierra, hijo mío. Que si tú —escrito en español— tienes la edad natural y humana, verás bajo tu propio suelo, bajo tu cielo natal, las futuras aventuras predichas.

    —En la página 18, podemos decir que Nostradamus por primera vez presenta una sextilla, aunque cierto es que no es suya, sino de Agathius Scholasticus poeta griego e historiador en tiempos de Justiniano I.

    Epigrama que resulta, que después Agathius Scholasticus nos ha dejado por escrito.

    —En la página 19 se continúa con la traducción de dicha sextilla, primero al latín por Ursinus y posteriormente a la lengua francesa por Nostradamus, cambiando curiosamente, la métrica de seis a ocho versos.

    Infisis ora dies nunquàm tinctura seniles,

    Nunquàm rugosas explicitura genas.

    Define jam stibio facien depingere toram,

    No larvâ, haud facien quis pucet ese tuan.

    el Nilo reliquum. quae es haec Dememia: nam neque fucus,

    Nec cerusa Helenê feceric ex Hecuba.

    Aunque como no somos demasiado ejercitados en la poesía Francesa, esto no obstante lo tradujimos en ocho —versos, no en seis—

    OCTAVA.

    En cuanto maquilles tu cara envejecida,

    No tendrás ya miedo sólo quitamos las manchas.

    Después de que la vejez te asalte:

    No es necesario que te pongas ni que manches

    A tu cara con ningún maquillaje que sepas:

    Que a tu cuerpo pueda dar emblanquecimiento:

    Por sublime, ni cerusa, ni mancha

    Volverá viejo a ser joven por maquillaje.

    —Como se ve, el profeta presenta sextillas en una de sus primeras obras, discrepando totalmente de la rotunda negación de la mayoría de autores que se pronuncian equivocadamente, diciendo que el autor sólo y expresamente escribió en vida cuartetas. Pero el propio Nostradamus deja constancia de que podría haber escondido sus verdaderas predicciones en sextetos y no en cuartetos. La forma de negar su capacidad de saber mantener la métrica al traducir el texto presentado anteriormente de seis versos, no pretende nada más que, nuevamente, jugar a decir la verdad tras una mentira. Esta forma de expresar la verdad, mediante negaciones o dudas, la podemos ver en diferentes trabajos del profeta, como, por ejemplo, en Orus de Apolo y en los diferentes almanaques. También podemos observar como el autor escribe: Nos quiso inferir el Latín, y luego el Francés —Frâçoys— de nuestra traducción. Aunque como no somos demasiado ejercitados en la poesía Francesa —Françoise—, esto, no obstante, lo tradujimos en ocho. Todo parece normal pero, por qué poner francés en mayúscula, ¿acaso no será un nombre? François precisamente lo podemos encontrar en la sextilla 51 y 58. ¡Qué casualidad!

    —En la página 24 finaliza el primer poema que Nostradamus añadido en su trabajo de confituras. Al final a modo de despedida, el profeta usa un término misterioso. Sextrophea: Este término dicen varios estudiosos que podría referirse a un antiguo monumento situado en las afueras de Sant Remy, pero discrepo en eso. Si lo descomponemos, la primera parte seria SEX, sexto o sext en catalán. La segunda parte quedaría como TROPHEA, en húngaro TROFEA se traduce como trofeo y en inglés sería TROFHY. El término usado por Nostradamus realmente podría ser un guiño hacia las sextillas, quedando la palabra resuelta como SEXTO TROFEO. En las sextillas está el trofeo, el tesoro.

    —En la página 116, aparece el nombre del cocodrilo, animal que encontramos en la sextilla 19, 31, 35 y 45, así como en un presagio, en una pronosticación para 1555, y en otra para el año 1559.

    —En la página 220 y 221, al final de las confituras, Nostradamus muestra una prueba sin igual que nos dirige hacia las sextillas.

    Para no prolongar en exceso este pequeño libro, yo acabaré del todo, prometo que esto es agradable de divulgar por varias otras cosas dignas de elogio. Sin embargo, amigo lector si tú ves alguna materia, la cual no sea agradable para ti, o por novato te haga falta retirar la frente, yo te diré eso que ves gravado en mármol. ¿Crees que estando Pitonisa no habría más trípodes?

    Mediante nuestra doctrina será conducido, el personaje que jamás habría puesto administración en el trabajo, tan bien, como nunca habría practicado en toda su vida. Espero le guste recibir con agrado este pequeño Libro, que le presento por regalo de lo heredado.

    En este pequeño libro, No dudéis lectores, un poco por la conveniencia de intentar liberar a los Autores.

    HEXASTICHUM. —hexastique— SEXTILLA.

    Doctor con suma dignidad y alabanza Miguel,

    No estudies la carencia de tu gran poema —beneficios—

    Desbloquearás en éstos en un pequeño libro a los jóvenes una gran doctrina,

    Por lo que; muchos aprovecharán tu trabajo.

    Mucho enseñará debiendo encomiar, por su juventud;

    Y serán tus alabanzas escritas para leer las viejas.

    Sextillas, carta introductoria: Habiendo recibido ciertas profecías o pronósticos hechos para el tardío Miguel Nostradamus —descubridor—, de las manos de un llamado Enrique de Nostradamus, sobrino de dicho Miguel, antes de su muerte, las he mantenido en secreto hasta ahora. Pero ya que ellas conciernen a los asuntos de su Estado, y en particular de su persona, y a sus sucesores, y ya que la verdad de varias sextillas ha pasado ya exactamente, como usted puede ver. Si lograra que su Majestad se dignara a echar un vistazo en ellas, encontraría aquí algunas cosas dignas de alabanzas, me he tomado la libertad —indigno cuanto soy— de presentárselas, trascritas en este pequeño libro, no menos digno y admirable que los otros dos libros que él escribió, de los cuales el último expiró en el año 1597, tratando de lo que va a acontecer en este siglo, no tan obscuramente como el lo había hecho en los primeros; pero por enigmas, y con las cosas tan especificadas y claras que uno puede juzgar sin peligro cuando algo ha sucedido.

    —Finalmente, se ha observado que Nostradamus también parece guiar hacia el camino de las sextillas a través de su insistencia en que leyó el libro de Agripa, La Oculta Filosofía. Entre otras cosas en su tercer libro dedicado a los Oráculos y diferentes formas de adivinar el futuro, donde se recoge cierto comentario escrito por Jámblico hacia Porfirio, se ha advertido que el profeta copió casi literalmente la descripción que encontramos en este libro sobre la forma de presagiar de las Sibilas, que curiosamente, presentaban sus predicciones por medio de versos de seis estrofas, es decir, de Sextillas. La Oculta Filosofía libro III: Ciertas cavernas —como las de Apolo y Trofonio—, trébedes, cavernas, fuentes, lagos y cosas semejantes eran dedicados a los dioses, o preparados para este misterio, para que los sacerdotes exteriorizasen allí el espíritu de profecía, como dice Jámblico al escribir a Porfirio: «La sibila recibía al dios Delfos de dos modos; o por el espíritu sutil y el fuego que salía de una parte de la boca de la cueva, o bien permaneciendo también sentada en el santuario sobre un trípode de cobre consagrado a la divinidad, y de una u otra manera, impulsada por el espíritu divino, producía los oráculos; a veces un gran fuego que sale del trébedes rodea a la sibila por todas partes y la colma con su divinidad, o firme en el sitio sagrado por el cual el dios la inspira, lanza súbitamente sus vaticinios. Está también la sacerdotisa fatídica sentada en medio de ramas, o que tiene en la mano una vara recibida de alguna divinidad, o que baña sus pies o el borde de su túnica en las olas, o que extrae de las aguas el vapor del fuego. Todo esto la llena de un esplendor divino y ella pronuncia los oráculos que salen llenos de cosas».

    C1,1. De noche, sentado y en secreto estudio,

    —Para Nostradamus su estudio era el Trébede, la cueva donde se hacían los preparativos para que predijesen los Dioses, en este caso Apolo.

    Tranquilo y solo, en la silla de bronce,

    —Está claro que Nostradamus se refiere al método llevado acabo por la sibila cuando se sentaba en el trípode de bronce.

    Exigua llama saliendo de la soledad,

    —Nostradamus se refiere al fuego que sale del trébede —de su estudio— y le hace inspirarse al modo de las antiguas sibilas.

    Hace prosperar lo que no debe creerse en vano.

    —Nostradamus afirma que no deben tomarse en vano los vaticinios que se hacen por este medio. Quizás otro guiño a las sextillas.

    C1,2. La vara en la mano entre las —Ramas o sacerdotes de Apolo—

    —Nostradamus se refiere a la vara que porta la sibila en la mano recibida de la divinidad, en este caso de los sacerdotes de Apolo.

    Por la ola bañada la orla —túnica— y el pie.

    —Se refiere a la descripción que encontramos en la Oculta Filosofía.

    Baña sus pies o el borde de su túnica en las ondas —olas—.

    Un miedo y una voz vibran por las mangas,

    —Nostradamus quizás esconde la palabra vapor en miedo, en francés son parecidas como vemos; peur, vapeur. Esto encajaría con la descripción de la Oculta Filosofía cuando dice; extrae de las aguas el vapor del fuego.

    Esplendor divino. El divino se sienta a mi lado.

    —En este verso se hace eco de la descripción que hace Agripa en su libro cuando dice: todo esto la llena de un esplendor divino, este esplendor divino hace que predijese las cosas por suceder, no olvidemos que mediante sextillas.

    Con esta comparación descubierta me atrevo a decir que Nostradamus desde un principio apuntó que en las sextillas se encontraban las preediciones mayores y más importantes y que, como se ha estudiado, en las

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