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Piensa en grande, piensa simple. Cómo piensan los triunfadores
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Piensa en grande, piensa simple. Cómo piensan los triunfadores

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Piensa en grande... Piensa simple. Los grandes triunfadores de todos los tiempos se han acostumbrado a pensar y a actuar de forma diferente. Dime cómo piensas y te diré qué te depara el destino. Las personas que piensan en grande piensan en soluciones, en cómos, en aciertos, en lo que tienen para lograr lo que quieren. Cambia tus pensamientos y cambiarás al mundo, entonces darás el primer paso para lograr todo lo que deseas, para unir a tu familia y para alcanzar tus sueños.

LanguageEspañol
Release dateApr 3, 2014
ISBN9781943387496
Piensa en grande, piensa simple. Cómo piensan los triunfadores

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    5/5
    Interesante conocer como estas personas superaron sus limites y lograron grandes cosas
  • Rating: 3 out of 5 stars
    3/5
    buena y de muy claro entendimiento . presenta un claro sentido del ser en su maxima ecpresion

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Piensa en grande, piensa simple. Cómo piensan los triunfadores - Enrique Villarreal

Las personas comunes discuten personas; las personas fuera de lo común discuten ideas.

La persona común acapara al hablar; la persona fuera de lo común acapara al escuchar.

Las personas comunes critican y destruyen; las personas fuera de lo común opinan y construyen.

La persona común se centra en el error; la persona fuera de lo común se centra en la solución.

Las personas comunes dejan que la soberbia se exprese por ellos; las personas fuera de lo común dejan que la humildad resplandezca su grandeza.

La persona común culpa a los demás de lo que hace; la persona fuera de lo común se culpa por lo que no hace.

Las personas comunes dejan de hacer lo que no les gusta; las personas fuera de lo común hacen lo que tienen que hacer, aunque no les guste.

La persona común piensa en qué se equivocaron los demás; la persona fuera de lo común piensa en qué me equivoque yo.

Las personas comunes dividen; las personas fuera de lo común unen.

La persona común sueña y se duerme; la persona fuera de lo común sueña y actúa.

La persona común exige más de los demás que de sí mismo; la persona fuera de lo común exige más de sí mismo que de los demás.

La persona común le pide a Dios; la persona fuera de lo común le ofrece a Dios.

La persona común es una de miles; la persona fuera de lo común es una entre miles.

Piensa en grande... piensa simple. Los grandes triunfadores de todos los tiempos se han acostumbrado a pensar y actuar de una forma diferente. Bien puede decirse que tus pensamientos van a predisponer tu futuro, por lo se puede expresar: dime cómo piensas y te diré qué te depara el destino.

Si una persona piensa en fracasos, seguramente el fracaso lo esperará con los brazos abiertos a la vuelta de la esquina; lo mismo sucede con los fatalistas y negativos: un ambiente parecido a su pensamiento también acaecerá en su destino.

Es importante recordar que si piensas que puedes o piensas que no puedes, en ambas afirmaciones estarás en lo cierto. El futuro no existe; nosotros lo creamos todos los días con nuestros pensamientos y acciones, por lo cual debes cuidar lo que cavilas. Lo que pienses seguramente sucederá.

Las personas que piensan en pequeño están acostumbradas a no planear, a no soñar, a no exigirse, a culpar a los demás de todo lo que les acontece; no se han dado cuenta que ellos son los constructores de su propio destino y dejan en manos de otros su futuro. Esto hace que se vuelvan personas reactivas que sólo van a esperar lo que los demás manden para actuar. Ya es momento de romper las cadenas que atan a estas personas en el yugo de la mediocridad; ya es momento de que entiendan que todo lo que venga les pertenece a ellos, con la conciencia de nada llega sólo, todo se construye mediante el trabajo, la disciplina y una mente sana.

Nos preocupamos por lo que vamos a ganar mañana, por nuestro trabajo, por ganar más dinero, por viajar, por ser felices con nuestras familias; pero no tomamos ninguna acción, simplemente nos preocupamos y no hacemos nada para planear lo que deseamos, para lograr nuestros propósitos. Nos dejamos llevar en una nave de existir al garete, que nos puede llevar a cualquier lado. Con un poco de suerte nos irá bien, pero si no, vamos a culpar al destino de lo que pudimos ser o hacer y nunca fuimos.

Vaya esta obra a todos aquellos que saben que un sus manos está su vida, que saben lograr que sus emociones sean más fuertes que el destino, que hacen lo que tienen que hacer, aunque les dé hastío y pereza; que cumplen sus metas y propósitos, a pesar de todos los obstáculos que se les presenten.

Hoy es un buen momento para cambiar nuestra forma de pensar, para demostrar nuestra valía, para enseñar realmente quiénes somos y de qué temple está curtido nuestro carácter.

Y a los que todavía no lo saben, será el momento de empezar a emprender acciones de lo que podemos ser, de lo que podemos lograr y de esculpir el mástil donde se va a enarbolar nuestra bandera del éxito.

Las personas que piensan en pequeño piensan en fracasos, piensan en el porqué, en errores, negativamente, en lo que no tienen. Las personas que piensan en grande, por el contrario, piensan en soluciones, en cómos, en aciertos, en lo que tienen, para lograr lo que quieren. Son positivos y siempre van a buscar la manera de ayudar a los demás; suman no restan.

El panorama de las personas fuera de lo común se basa en los logros y en las soluciones. La mayoría no nació en cuna de oro; por el contrario, muchos salieron de familias desintegradas y pobres, pero hicieron lo que tenían que hacer para cumplir su misión, con la firme convicción de que tenían que pensar de una forma diferente. La paz no se alcanza con la guerra, sólo con la paz. El éxito no se alcanza con el tedio, sino amando aquello que hacemos sin esperar nada a cambio.

Cambia tus pensamientos y cambiarás tu mundo. Cuando entendamos que nosotros somos el principio de aquello que deseamos en los demás, daremos el primer paso para lograr todo lo que deseamos, para unir a nuestra familia, para alcanzar nuestros sueños.

Enrique Villarreal Aguilar

www.conferencistasyseminarios.com

Madre Mexicana

—Yo no entiendo ¿por qué siempre ayudas a los demás? ¡Si los demás no te ayudan! —reprochaba un niño a su madre, mientras ella le prestaba unas monedas a otra mujer que jamás se las iba a devolver.

La madre respondía:

—Les ayudo, hijo, porque lo deseo y me siento bien.

—Pero, mamá, no ganas nada.

—Gano satisfacción y eso es más que suficiente.

A pesar de no vivir en una situación de liquidez, siempre ayudaba a sus semejantes y se sentía tan feliz.

Y de pronto, la muerte tocó a su existir con un terrible terremoto que la tuvo sepultada por varios días.

Sus hijos pensaron que nadie se acordaría de ella.

Y ante la sorpresa de ellos, cada una de las personas a las que había ayudado fue apareciendo en una larga fila, devolviendo el préstamo con lágrimas en los ojos, recordando con muestras de gratitud los detalles que había tenido aquella mujer cuyo corazón era enorme y un día les había ayudado sin esperar nada a cambio.

Con cariño a las madres mexicanas.

E. V. A.

Da sin esperar nada a cambio. Las grandes mujeres y hombres de la historia están conscientes de su misión en la vida y se entregan a sus propósitos sin el afán de que se los reconozcan; simplemente, lo hacen porque eso es parte de su forma de vivir, es una pieza de su pensamiento y su esencia; sin darse cuenta, mediante esta forma de actuar obtienen más, cómo señala Dale Carnegie: Dar y dar más es la única forma de tener más. Hoy es un buen momento para trascender, para ofrecer lo mejor de ti, aunque corras el riesgo, de que te den más.

Ten cuidado con lo que criticas; porque tal vez te estés juzgando a ti mismo.

E V A

El amor es el regalo que Dios nos dio para conocer el Cielo antes de llegar a Él.

E V A

Un ideal es el sueño de una idea; una idea es la chispa que hace realidad los ideales.

E V A

Madre Teresa de Calcuta

La madre Teresa de Calcuta recibió a un niño descerebrado, jamás iba a ser racional.

Alguien se acercó a ella y le dijo:

—Madre: jamás va a entender ese niño lo que usted hizo por él.

Y ella contestó:

—El amor limitado es recíproco; el amor ilimitado se basta a sí mismo.

Me basta con que yo lo haga y lo dé. No necesito que él me ame a mí; yo lo amo a él.

Rabindranath Tagore señala: La raíz escondida no pide premio alguno por llenar de frutos la rama; ni el amor verdadero espera que lo reconozcan con el halago de la persona que se ama. Se basta a sí mismo, para llenar el espíritu de contento, paz y felicidad. Y ahí es donde la grandeza encuentra su esencia y el motivo que nutre a las grandes almas.

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.

Madre Teresa de Calcuta

El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.

Madre Teresa de Calcuta

Ludwig van Beethoven

Una mujer de cuarenta años, le dijo a un doctor:

—Tengo cuatro hijos, uno tiene limitaciones mentales, mi marido

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