Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil): Asuntos angélicos, #2
Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil): Asuntos angélicos, #2
Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil): Asuntos angélicos, #2
Ebook148 pages1 hour

Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil): Asuntos angélicos, #2

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Este es el segundo libro de la serie Asuntos angélicos.

¿Qué más podría pasarte después de la muerte y la resurrección de tu madre? ¿Qué más podrían hacerle a Pink el Cielo y el Infierno? Bueno, para empezar, le envían un niñero infernal nuevo, que está muy bueno. Y aunque les gusta a todas, solo tiene ojos para ella. Cuando Pink se entera del precio que costó el 'milagro' de salvar a su madre, se da cuenta de que tiene que ir con mucho cuidado, ya que el Infierno no es buen perdedor.

Una de sus amigas quiere encontrar el hombre perfecto, la otra se está viendo con alguien de quien no quiere hablar, hay un demonio que no sabe cuándo abandonar, y un ángel que tiene su propia agenda. ¿Qué cielos o qué demonios estaba pasando?

LanguageEspañol
Release dateJul 15, 2015
ISBN9781910214282
Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil): Asuntos angélicos, #2
Author

Olga Núñez Miret

Me llamo Olga Núñez Miret y soy escritora. También traduzco las obras de otros autores. ¿Qué más? Nací en Barcelona, España, pero llevo viviendo en el Reino Unido hace muchos años. A lo largo de mi vida he hecho y estudiado muchas cosas y he tenido otras vidas pero no importa cuánto me aleje de esto, siempre acabo volviendo a los libros y las historias, mis dos amores primeros. Cuando leer ya no me bastó, empecé a escribir. Mi primer libro fue publicado en 2012 y mi obra cubre muchos géneros, desde la ficción literaria al romance, la novela juvenil y los thrillers psicológicos. Planeo escribir más novelas en los mismos géneros y si mi imaginación así lo decide, exploraré otros. Me encanta conectar con los lectores, así que no dudéis en poneros en contacto conmigo. Si queréis estar informados de mis novedades, ofertas, y promociones, podéis suscribiros a mi lista, aquí: http://eepurl.com/bAWjPj También me podéis encontrar en los lugares habituales y siempre incluyo enlaces al final de mis libros. No os olvidéis de echarle un vistazo a mi página web y a mi blog (http://www.authortranslator.com). Siempre descubriréis alguna sorpresa. ¡Y gracias por leer!

Read more from Olga Núñez Miret

Related to Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil)

Titles in the series (3)

View More

Related ebooks

YA Fantasy For You

View More

Related articles

Reviews for Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil)

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Asuntos angélicos 2. Dimensiones de Greg (Serie paranormal juvenil) - Olga Núñez Miret

    Índice:

    Capítulo 1. Nochebuena

    Capítulo 2. Feliz (?) Navidad

    Capítulo 3. Nochevieja. Parte 1

    Capítulo 4. Nochevieja. Parte 2

    Capítulo 5. Y otro año

    Capítulo 6. Continúa desaparecido

    Capítulo 7. Breve Encuentro

    Capítulo 8. ¿Nuevo hombre?

    Capítulo 9. Conociéndote... de nuevo

    Capítulo 10. El retorno de Greg

    Capítulo 11. La misión

    Capítulo 12. Dashiell y Greg.

    Capítulo 13. Que gane el mejor.

    Capítulo 14. Y entonces no quedó ninguno

    Capítulo 15. El regreso de G, más o menos

    Agradecimientos y a continuación

    Enlaces

    Capítulo 1. Nochebuena

    Mi vida había cambiado totalmente en tan solo unos meses. No era Navidad aún y me resultaba imposible creer la cantidad de cosas que me habían pasado. Un extraño que estuviera contemplando mi existencia desde fuera no notaría grandes cambios. Yo seguía siendo Pink, una buena estudiante, aunque no demasiado popular, con un pequeño círculo de amigos (especialmente mis queridas Lorna y Sylvia), y nada de extraordinario. Puede que hubiera pasado a ser algo más interesante gracias a la aparición de G y su conexión conmigo. Aunque era bastante raro, no dejaba de ser el chico nuevo, y el ser la única chica en la que se había mostrado interesado me daba algo de prestigio. Mi mejor amigo Seth, uno de los tíos más interesantes de la escuela, se había vuelto mucho más atento conmigo desde que G se presentó. Pero G... había pasado de ser el nuevo chico, excitante y misterioso, de la escuela a convertirse en mi tortura personal. Un ángel, un demonio, mi amigo, mi enemigo, una ayuda, un mentiroso... Yo ya no tenía ni idea de quién o de qué era. Y después de mis malas experiencias con él, ya no me creía ni una sola de sus palabras. Así que ahora parecía que yo podría (o quizás no, dependiendo de la versión a la que decidiera darle crédito) tener en mis manos el poder de destruir a Satanás y poner fin a la lucha entre el bien y el mal. O mi muerte podría acabar con el Universo. Sí, un año de lo más normal en la vida de cualquier chica.

    Lo peor de todo era que yo no tenía a nadie con quien discutir mis dudas y pensamientos. Como me había quedado claro cuando lo intenté hacía unas semanas, hablar con mis amigas no era una opción. G había borrado sus memorias antes, y ahora el asunto era mucho más importante que solo saber que era un ángel (bueno, o un demonio). El mundo entero dependía de ello. Y mis padres... Tampoco eran una opción. ¿Cómo iba a contarle a mi madre que ella había muerto y un demonio había conseguido volver atrás el tiempo y salvarla? Azrael seguía insistiendo en que él era la solución a todo pero yo me preguntaba si de hecho no sería también parte del problema. No estaba dispuesta a fiarme de ninguno de ellos nunca más, por más que me contaran lo que quisieran sobre de qué lado estaban. Como en la política, empezaba a dudar que hubiera grandes diferencias entre los dos bandos en guerra. Desde mi punto de vista, el Bien y el Mal parecían ser conceptos relativos. Quizás debiera intentar la meditación, o el Zen, y aprender a entrar en comunión con mi mente y aceptar que la vida es como es y uno no debería esperar que sea mejor. No estoy segura de que para la mayoría de personas la vida tenga nada que ver con acabar mezclados en asuntos de demonios y ser el único que pueda solucionar las diferencias entre los seres celestiales, pero eso no significaba necesariamente que tales técnicas no fueran a funcionar.

    La vida seguía y no podía pasarme todo mi tiempo pensando en el pasado o intentando solucionar los misterios del universo. Había cosas más importantes, como ir a echarle un vistazo a las avalanchas de compras pre-navideñas, las luchas por el último pavo, y la desesperación por agarrar la decoración navideña final que conseguiría transformar las fiestas de aquel año en algo perfecto. Ir a pasear con mi madre en Nochebuena era una de nuestras tradiciones. Nos estábamos divirtiendo viendo a la gente apresurándose e intentábamos no pensar demasiado en que la tía Gemma no estaría con nosotras. Yo también intentaba bloquear de mi mente cualquier pensamiento sobre cómo habrían sido las Navidades si mi madre hubiese quedado atrapada en el accidente de camino al aeropuerto. Probablemente fue por eso por lo que no lo vi venir.

    —Oh, ¿no es ese tu amigo Greg? Debe estar ya de vuelta. Espero que su pariente esté mejor. ¡Greg! ¡Greg! —dijo mi madre. Y tenía razón. Ahí estaba. Quizás había ido a comprar chocolate, o aún me seguía.

    Maldecí mentalmente. OK, no había vuelta de hoja. A ver qué diría.

    —Hola Sra.... —me pareció que tenía cara de avergonzado, pero era posible que yo estuviera viendo cosas donde no las había. Y aunque fuera en realidad, eso no quería decir nada. Quizás había mejorado sus dotes dramáticas.

    —Llámame Maddy, Greg, por favor. Prefiero Maddy. Y trátame de tú. ¿Cómo está tu pariente? ¿Era tu abuela? Petra nos dijo...

    —Sí, está de vuelta en casa. Se está recuperando, por suerte. Una de mis tías está con ella.

    —Deber ser aún más triste cuando este tipo de cosas pasan en esta época del año. Ponerse enfermo, quiero decir. ¿Por qué no vienes a pasar las Navidades con nosotros?

    En aquel momento deseé poder comunicarme telepáticamente con mi madre y decirle que se callara. Pero era demasiado tarde. Tener una madre generosa, que se sentía maternal hacia todos, podía tener su lado malo. Como ahora.

    —¿Estás segura? No quisiera entrometerme —dijo G. No, a mí tampoco me sonó nada convincente. Entrometerse nunca había sido algo que le preocupase mucho como yo sabía más que de sobras. Nada le irritaba más que haber perdido la capacidad de meterse dentro mi cabeza. Por supuesto, había encontrado la forma de hacer trampa. Yo sospechaba que podría haberse metido en la cabeza de mi madre y descubierto que íbamos a ir a pasear, aunque las coincidencias existen. Quizás.

    —Mi hermana iba a venir a pasar las Navidades con nosotros pero tuvo que cancelarlo, así que tenemos mucha comida y todo tipo de cosas preparadas para su visita. De hecho nos harías un favor.

    G estaba escuchando con interés (real o fingido) las palabras de mi madre y demostraba simpatía. Como si no supiera nada de todo aquello. Desde luego era buen actor, eso lo tenía que admitir.

    —Si estás segura. Sería agradable tener compañía. Veré lo que puedo encontrar para traer y contribuir a la celebración... —Si quieres compañía, ¿por qué no te vas al Infierno, que es donde se supone que deberías estar? Por supuesto, ahora que no estábamos conectados no se enteraría de lo que yo estaba pensando, desgraciadamente en este caso.

    —No te preocupes. Sé que es poco tiempo. Y no vamos a acabarnos todo lo que ya tenemos. Tu presencia será más que suficiente.

    G sonrió. Yo intenté que se notara mi desagrado por la expresión de mi cara, a espaldas de mi madre desde luego, pero no sirvió de nada. Mi madre tenía razón. Su presencia sería más que suficiente para cualquiera. Aunque ella jamás sabría toda la verdad.

    —Muchas gracias. Nos vemos mañana.

    Vi marcharse a G y me volví hacia mi madre que parecía muy contenta.

    —Qué bien, ¿no? Al menos tu amigo no estará solo y tendremos un invitado.

    —Pero no es la tía Gemma.

    Mi madre frunció el ceño y me miró, suspicaz.

    —¿Te has peleado con Greg? Creí que eráis amigo.

    ¿Qué podía contestarle? No quería mentir, pero era difícil decir la verdad. Primero, porque ¿quién iba a creerse una historia de ángeles, demonios, el fin del mundo... especialmente cuando la heroína (o víctima, según cómo se mire) es tu propia hija? Segundo, porque yo no sabía cuál era la verdad. Después de la visita de Azrael (el verdadero ángel), me había quedado muy confusa. Se había ofrecido a descubrir las razones que se escondían detrás de las acciones de G. Pero eso no me ayudaba a encontrar una respuesta satisfactoria para mi madre. E incluso si tuviese una, G me había dejado claro que compartir mis secretos (o los nuestros) no era una buena opción.

    —Greg... Tiene demasiados secretos. Es difícil saber si lo que me dice es cierto o no. Quiere saberlo todo sombre mí y mi vida pero no me cuenta gran cosa a cambio. No sé si es de confianza. Después de todo, apareció un buen día sin que supiésemos de dónde, y sospecho que desaparecerá cualquier día de la misma manera. Es un rompecabezas. Me da la impresión de que podría ser como la mujer en la ‘La esfinge sin secretos’ de Oscar Wilde. ¿Te acuerdas de esa historia?

    Siempre me habían encantado las obras de Oscar Wilde. Todas. Las obras de teatro, cuentos, poemas, su novela ‘El retrato de Dorian Gray’ (hablando sobre pactos con el diablo y ese tipo de cosas. En mi caso ni una miserable mención de belleza o cosas por el estilo. ¡Y que yo recordara ni siquiera había firmado nada!). Mi madre siempre se había interesado por mis hobbies y los había adoptado.

    —Sí que la recuerdo. La historia del tipo ese que se sentía intrigado y fascinado por una mujer misteriosa que se dedicaba a ir sola a un apartamento cada día, y él intenta averiguar qué había detrás de todo eso. Y descubre que de hecho no hay nada. Así que crees que sólo está intentando hacerse el misterioso para...

    —El tipo excitante y misterioso. Es un estándar de las historias románticas y las películas de adolescentes, ¿no? Un extraño que aparece y todos quieren averiguar su historia. Yo no acabo de encajar en el papel de la heroína que decide que su misión en la vida es rehabilitarlo y devolverlo al redil de la sociedad civilizada. Preferiría dedicarme a mi propia vida.

    —Pero, ¿ha hecho algo malo o sospechoso? ¿Está metido en líos en la escuela o con

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1