Cuatro Cuentos Apestosos: Volumen 2: Cuatro Cuentos Apestosos, #2
By Donald Rump
()
About this ebook
Hasta que el Gran Pedo Nos Separe
Los temores de Helen Hubbard finalmente se han confirmado. Una mañana, durante el almuerzo en su restaurante favorito, su esposo Gary le confiesa que la ha estado engañando, y está listo para abandonarla en un instante. Cuando ella hurga en el asunto, descubre más de lo que quería saber sobre Muffy, la misteriosa amante de él. "¿¿¿Entonces me estás dejando por un pedo???", exclamó Helen. Aproximadamente 2500 palabras.
La Pregunta de 500 Dólares
Perkins Deadwood no puede dar crédito a sus oídos. Su hijo de doce años acaba de pedirle para Navidad un pedo mascota. Y no cualquier pedo: un pedo español. ¡Ay, caramba! ¿Podrá disuadir a su hijo el vendedor de autos usados? ¿O será esta Navidad realmente apestosa? Aproximadamente 2.500 palabras.
Escapada de Fin de Semana
Cuando Martin Dollop y Arthur Bodine parten para unas vacaciones románticas en las islas, no tienen idea de lo que les espera. Ahora se pudren en una celda de una cárcel mexicana y parece que han llegado al final del camino. Hasta el pinche guardia no les hará el honor de meterles una bala en la cabeza y les ofrece un poco de veneno para acabar con su sufrimiento.
¿Podrán los tórtolos concretar su escapada gratis de fin de semana y hacer las paces? ¿O acabarán los condenados matándose entre sí en el proceso?
Aproximadamente 5300 palabras.
Buscando a Floofy
Cuando un hombre se enamora perdidamente de un pedo asesino, le resulta difícil aceptar su misteriosa partida. ¿Fue algo que dijo? ¿Algo que hizo? ¿Era su pene demasiado pequeño? Nada tiene sentido. "Te encontraré, mi querida Floofy. ¡Aunque sea lo último que haga!" Aproximadamente 4400 palabras.
Para lectores maduros (y no tanto).
Donald Rump
When he's not writing about old, crusty farts, Donald Rump writes about actual farts--the stinkier the better. He is also an advocate of the No Fart Left Behind program and marriage equality for all gaseous entities great and small. Mr. Rump lives in Southern Maryland with his pet fart Floofy. (Note: Image licensed by DepositPhotos.com and © Matthew Britton.)
Read more from Donald Rump
El Culo Más Peludo Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Crítico Enculado Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Matrimonio Apesta Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsHasta que el Gran Pedo Nos Separe Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsBuscando a Floofy Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEscapada de Fin de Semana Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsA Punto de Reventar Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Pregunta de 500 Dólares Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl Aspirante a Pedonauta Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Related to Cuatro Cuentos Apestosos
Titles in the series (2)
Cuatro Cuentos Apestosos: Volumen 1: Cuatro Cuentos Apestosos, #1 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCuatro Cuentos Apestosos: Volumen 2: Cuatro Cuentos Apestosos, #2 Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Related ebooks
La Pregunta de 500 Dólares Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsCorazón de madre Rating: 5 out of 5 stars5/5La primera vez Rating: 4 out of 5 stars4/5La Leyenda De La Semilla Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsUn sí para el millonario Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa ciudad mágica Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa hija de los huesos (versión latinoamericana): ¿Cuánto pagarías por descubrir la verdad? Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsNo mereces mi perdón Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Culpa del Portador Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa última mentira Rating: 4 out of 5 stars4/5Todo menos casarse Rating: 4 out of 5 stars4/5Problemas en la casa de al lado: Trouble Next Door (Spanish Edition) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSaca el Tiburón de la Pecera Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsUn regalo para siempre Rating: 3 out of 5 stars3/5La heredera rebelde: El desafío de la boda (1) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsInchi farofe Rating: 5 out of 5 stars5/5El pez payaso Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa pieza final del puzle: Bellaroo Creek (3) Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMiedos Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsGirasol Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl profesor de felicidad Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsInnegable atracción Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSus grandes lobos malos: Sus grandes lobos malos, #1 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDescubriendo a Penélope Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMi Dama Temerosa: HIJOS DE LA VERGÜENZA Rating: 5 out of 5 stars5/5La maldición del hombre pingüino Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsUn hijo Rating: 5 out of 5 stars5/5La huida de una princesa Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTinnitus (3 horas de vida) Rating: 5 out of 5 stars5/5Isla para dos Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Humor & Satire For You
111 Chistes Rating: 4 out of 5 stars4/5Trabalenguas divertidos para niños aburridos Rating: 5 out of 5 stars5/5Los mejores chistes cortos Rating: 3 out of 5 stars3/5Literatura infantil Rating: 4 out of 5 stars4/5Las mejores frases y citas célebres Rating: 4 out of 5 stars4/5Manual para mandar a la Chingada: ¡Qué bonita chingadera! Rating: 4 out of 5 stars4/5El Libro Negro Del Hombre Rating: 4 out of 5 stars4/5Orgullo, prejuicio… y otras formas de joderte la vida. Rating: 5 out of 5 stars5/5301 Chistes Cortos y Muy Buenos, Volumen 2 Rating: 5 out of 5 stars5/5Anxious People \ Gente ansiosa (Spanish edition) Rating: 5 out of 5 stars5/5Stand up: Técnicas, ideas y recursos para armar tu rutina de comedia Rating: 5 out of 5 stars5/5301 Chistes cortos y muy buenos Rating: 4 out of 5 stars4/5Ceniza en la boca Rating: 5 out of 5 stars5/5La muerte es mi oficio Rating: 4 out of 5 stars4/5El gran libro de los chistes Rating: 1 out of 5 stars1/550 Chistes que te dejarán indiferente Rating: 2 out of 5 stars2/5La enfermedad de escribir Rating: 4 out of 5 stars4/5Divertidos chistes para niños Rating: 2 out of 5 stars2/5100 cosas que todo mexicano debe saber Rating: 1 out of 5 stars1/5Obras - Coleccion de Oscar Wilde Rating: 5 out of 5 stars5/5800 chistes cortos y buenos para adultos y niños mayores Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad Rating: 4 out of 5 stars4/5La experiencia de leer Rating: 5 out of 5 stars5/5Los jinetes del Apocalipsis: Una conversación brillante sobre ciencia, fe, religión y ateísmo Rating: 5 out of 5 stars5/51200 Chistes para partirse: La colección de chistes definitiva Rating: 4 out of 5 stars4/5El Lado Oscuro De Disney Rating: 3 out of 5 stars3/5Mi esposa es una putita Rating: 3 out of 5 stars3/5Los mejores 3000 chistes en español Rating: 1 out of 5 stars1/5
Related categories
Reviews for Cuatro Cuentos Apestosos
0 ratings0 reviews
Book preview
Cuatro Cuentos Apestosos - Donald Rump
La Pregunta de 500 Dólares
—Entonces, hijo, ¿qué quieres para Navidad?
Perkins Deadwood lució su sonrisa millonaria. El feriado de Acción de Gracias le había venido bien, permitiéndole a Bottom Dollar Buick vender la mitad de su flota de autos usados.
—Bueno –dijo su hijo de doce años, Nelson, rascándose la cabeza—, me gustaría mucho tener un pedo de mascota para Navidad.
Perkins inclinó la cabeza, con la sonrisa desvaneciéndose. —¿Un pedo?
—Eso mismo –sonrió Nelson.
—¿Quieres un pedo para Navidad?
—Sí señor. Pero no cualquier pedo. Un pedo español.
—¿Y qué tienen de especial los pedos españoles? —Perkins trataba de ocultar el horror que le asomaba en el rostro.
—No lo sé. Son más picantes, como Jennifer López. ¿No dijiste que así preferías a la comida y a las mujeres, picantes?
—Sí, pero... sólo estaba tratando de hacer reír a tu madre, y obtener algo de, bueno... ya sabes... —dijo Perkins, con un guiño.
Aunque Perkins era prácticamente retardado en casi cualquier ámbito concebible, ciertamente tenía talento cuando se trataba de mujeres. Y cuando Felice Belassi llegó a su vida, se ganó la lotería. Felice era una bomba colombiana con curvas increíbles, un apetito voraz para el sexo y una personalidad feroz. Hasta cocinaba y limpiaba, lo que era un bonus considerando con cuán poco se conformaba Perkins.
—Estás bromeando, ¿no? ¿Tratando de agarrarme con la guardia baja? Bueno, te sale bastante bien. Por un momento te tomé en serio. Ja, hasta podría darte un trabajo un día si juegas bien tus cartas. —La sonrisa volvió al rostro de Perkins.
—No, en serio, quiero un pedo de mascota. Están muy de moda ahora –dijo Nelson, mientras seguía jugando con su Playstation Vita.
Perkins no daba crédito a sus oídos.
—¿Y qué harás con un pedo mascota, de todos modos?
—Oh, montones de cosas. —Nelson miró brevemente a su padre. — Los pedos se pueden entrenar y hasta pueden hablar múltiples idiomas. Pueden ser tus amigos para toda la vida y mantienen a raya a los indeseables. Además, ¿no dijiste que querías que yo aprendiera español, para poder hablarle a mamá en su lengua nativa?
—Sí, pero...
—Bueno, está es tu oportunidad.
—Déjame aclarar esto. ¿Quieres que te compre un pedo como mascota para que aprendas español? —preguntó Perkins.
—Entre otras cosas...
—¿Y dónde te compraría semejante cosa? ¿En Food Lion? ¿O acaso viste uno en la Home Shopping Network por 19 dólares con 99?
—Oh, no. Debes comprárselo directamente al criador. Por suerte hay uno cerca del shopping.
—¿Criador? ¡No puedes estar hablando en serio!
—Claro que sí. Pero no puedes comprar un pedo español en cualquier esquina, ¿sabes? Lleva años de perfeccionamiento –respondió Nelson.
—¿Cuánto me costará entonces? ¿Cinco dólares? —Perkins no podía creer que estuviera considerando semejante idea.
—Quinientos –respondió Nelson.
—¿Quinientos dólares? —chilló Perkins. — ¿Qué cuernos consigues por quinientos dólares?
—Un pedo español.
—Ah, ¿sí? ¿Y qué tienen de malo los pedos estadounidenses?
—Supongo que nada.
—¡Perfecto! Entonces haré uno para ti, ahora mismo y gratis. Y ni siquiera tendré que abrir la alcancía para hacerlo; sólo mi culo. —Perkins se inclinó. — Saluda a mi amiguito, Squeaky. —Se bajó los pantalones y se pedorreó en la cara de su hijo. — ¡Jo, jo, jo! ¡Feliz Navidad! ¿Ya estás sintiendo el espíritu navideño? —Se tiró otro pedo para hacerla completa.
—No, papá. No funciona así. —Nelson apartó la apestosa nube con la mano.
—¿Qué quieres decir? Eso fue uno de mis mejores trabajos. Sólo pregúntale a tu mamá –dijo Perkins.
—No se trata de pedos comunes y corrientes. Son autoconscientes. ¡Están vivos! Y pueden hacer cosas que la mayoría de la gente no puede.
—¿Ah, sí? ¿Como qué? —preguntó Perkins, cruzando los brazos.
—Pueden penetrar las paredes –dijo Nelson.
—Yo también puedo penetrar cosas. ¿No es verdad, Felice?
—Y son fuertes.
—¿En qué sentido?
—Ya sabes. El olor.
—Imagino que nunca has olido mis axilas, ¿verdad? —dijo Perkins, ofreciendo una muestra.
Nelson se encogió de hombros. —Y son prácticamente indestructibles.
—Sólo espera a que se casen. Las mujeres tienen un don especial para destruir todo.
—Papá, ¿y si te dijera que yo podría vender todos los autos de tu flota sólo con la ayuda de mi pedo mascota? —preguntó Nelson.
—Deja de bromear, hijo.