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I poteri ex officio del giudice penale
I poteri ex officio del giudice penale
I poteri ex officio del giudice penale
Ebook197 pages2 hours

I poteri ex officio del giudice penale

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About this ebook

Il volume è suddiviso in tre parti. La prima esamina l’imparzialità del Giudice e il giusto processo. La seconda parte svolge un’analisi delle dinamiche probatorie tipiche. La terza evidenzia le dinamiche probatorie speciali.All’interno e nel contesto del “Processo come Gioco” (Piero Calamandrei) i poteri ex officio del giudice penale si esercitano per svolgere l’importante ruolo, estremamente difficile e delicato, di colui che deve giudicare, avendo presenti le parole del grande Maestro “Non giudicate e, se lo ritenete, fate come volete essere voi stessi giudicati”. Carmine Augusto Romaniello
LanguageItaliano
PublisherYoucanprint
Release dateJul 18, 2012
ISBN9788867512607
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    I poteri ex officio del giudice penale - Milione Giulia Giuseppina

    I POTERI EX OFFICIO DEL GIUDICE PENALE

    con Dvd Audio Mp3 che sarà inviato in omaggio

    su richiesta a milionenicola@gmail.com

    Giulia Giuseppina Milione

    Copyright © 2012

    Youcanprint Self-Publishing

    Via roma 73 - 73039 Tricase (LE)

    Tel. 0832. 1836509

    Fax. 0832.1836533

    info@youcanprint.it

    www.youcanprint.it

    Titolo : I poteri ex officio del giudice penale

    Autore : Milione Giulia Giuseppina

    Illustrazione di copertina | Roma Antica, Colosseo

    Curatore versione digitale e grafica | Milione Nicola Natale

    Correzione e stile | Amato Raffaella

    ISBN: 9788867512607

    Prima edizione digitale 2012

    Questo eBook non potrà formare oggetto di scambio, commercio, prestito e rivendita e non potrà essere in alcun modo diffuso senza il previo consenso scritto dell’autore.

    Qualsiasi distribuzione o fruizione non autorizzata costituisce violazione dei diritti dell’editore e dell’autore e sarà sanzionata civilmente e penalmente secondo quanto previsto dalla legge 633/1941

    PROLOGO:

    Por: Avv. Prof. CARMINE ROMANIELLO

    Quiero comenzar este prólogo en palabras del eminente tratadista Italiano, Piero Calamandrei Il Processo como Giuoco, y es que realmente esta es la frase que me viene en mente más atinada para definir el Trabajo presentado por Giulia Milione I POTERI EX OFFICIO DEL GIUDICE PENALE, en el que trata con gran agudeza y exactitud, lo que es el Poder del Juez Penal en el juicio que se debate, toda la importancia de este como director del proceso, y es que paseándonos por el contenido de esta magna obra vemos como se descubre cada una de las fases por las que se recrea el juicio para parir lo que en definitiva será la sentencia.

    De una simple revisión a esta obra intuimos que ha de ser de gran importancia la lectura de la misma, ya que permite a los demás colegas en el ámbito legal, formarse una visión bastante amplia de las Instituciones que hacen vida dentro del iter judicial, teniendo como base la Constitución, la jurisprudencia y la doctrina, así como la combina Giulia en su trabajo, instrumentos rectores que permiten que brille en cada juicio la imparcialidad.

    Permite darnos a conocer la importancia del justo proceso y el valor de la prueba, el papel tan importante en este proceso del debate, enriquecido por las partes, el Ministerio Público y el rector, que en él participan.

    Toca ese rol importante del juzgador el cual es sumamente delicado y dificultoso, pues el juez como persona humana tiene presente el predicado del gran maestro: no juzguéis y si juzgáis hacedlo como quisierais ser juzgados vosotros mismos, porque con la misma vara que midas seréis medido, por ello es natural el escrúpulo que se tiene al juzgar a los demás, ya que se siente que se está invadiendo una parcela reservada a Dios, que es el juzgador por derecho propio y antonomasia.

    Se recrea en esta pieza a Cesare Beccaria en su obra titulada De los delitos y de las penas en su capítulo donde afirma que los hombres, cansados de vivir en un continuo estado de guerra, crearon las leyes, buscando mejorar la convivencia. Pero para que la convivencia mejorara era necesario que TODOS cumplieran las leyes establecidas; por ese motivo se establecieron penas contra los infractores de las leyes. Y es lo que finalmente se logra con los juicios donde al fin de los mismos brilla la verdad a través de sus sentencias, ya que sus poderes en el estrado hasta de oficio pueden manifestarse de manera legitima, imponiendo una pena o estableciendo una libertad plena o condicional.

    Es de observar sin embargo, que la obra de Giulia Milione, se refiere a nuestra era moderna, donde la justicia, es el medio para llegar a la verdad y al buen vivir, pero para los occidentales de otra época, el derecho civil sustancial, (salvo algunos aspectos del derecho de familia, del trabajo, de los seguros, industrial, agrario, etc.), sigue siendo un derecho privado, el cual genera derechos subjetivos privados, sujetos a la libre disponibilidad del individuo, el cual puede enajenarlos, transferirlos por donación o por sucesión, renunciar a ellos si así lo deseare. En los países comunistas, a diferencia, el derecho civil y el derecho penal, no son el derecho privado que sirve para la tutela de los intereses individuales de la persona singular. Mauro Capelletti. Derecho comparado.

    Los Jueces son producto de la sociedad, y la sociedad, es como un árbol cuyas ramas son las instituciones y el cambio de las hojas no se hace de una manera simultánea y abrupta si no gradualmente, hasta que todo el árbol viste nuevas galas, así creo que la sociedad por un proceso histórico va evolucionando, sus hijos se van convirtiendo en los pilares del mañana. En cada una de sus instituciones hasta adquirir nueva envoltura y estructura, que le permitirán a las generaciones gozar y disfrutar de los sacrificios, a los cuales se sometieron sus antepasados. El derecho no escapa a esa transformación. Hay un parentesco entre los conceptos de simetría, armonía, verdad y justicia. El objeto del saber jurídico es la ley y así como la más alta ley es aquella que se impone a la voluntad de los hombres; así la más alta verdad es la moral. Carnelutti – Metodología del derecho.

    Solo cuando la ha descubierto el hombre sabe a dónde ir. A fuerza de escrutar las estrellas, el astrónomo ha llegado a conocer las leyes.

    Y es que a cada momento está cada vez más vigente la obra del eminente maestro Calamandrei en su Elogio de los Jueces, donde manifiesta que la preocupación de los Jueces debe estar encaminada a dictar sentencias justas, más que a escribir piezas elaboradas, donde mas se atiende a la forma literaria que al fondo que es la palabra escueta de la justicia, que desdeña las frases hermosas y se expresa por monosílabos. Y en efecto en uno de mis libros Teoría General del Proceso – Tercera Edición dedico A ti iustitia, quién día a día das a mi vida todo el amor, sintiendo a través de ti el deseo de ver triunfar la justicia, la verdad y claridad. Excellentia, Sapentia et Futurus In Venezuela".

    En síntesis, con este prólogo deseo expresar mi más alto agradecimiento al Profesor Nicola Milione, por haber sido quién me llamó, para los efectos de que elaborara este trabajo.

    Mis palabras de agradecimiento también a Giulia Milione, por cuanto realmente su trabajo goza de un corte académico, científico y ha sido escrito al hilo de la sistematización propia del Código procesal Penal, de las sentencias Constitucionales y de la ley que la sostienen.

    Al pie del texto los artículos transcritos denotadamente, siguen los comentarios, referencias y las argumentaciones de sentencias de la Corte Suprema de Justicia en la Sala Constitucional, que han sido verdadera jurisprudencia de antecedente.

    Este, es el método que usan los jóvenes escritores como Giulia, los cuales en su exposición, promulgan los frutos proficuos en el ámbito forense y universitario.

    ¿Es entonces, este trabajo de la Doctora Milione, una exégesis del Código Procesal Penal? Ciertamente no lo es, nos atenemos a las Instituciones fundamentales, del orden jurídico de la información sobre el proceso penal, sobre la ley de merito y sobre la conducta del Juez, quién como ya se dijo de oficio, tiene facultades de captura y libertad, las cuales debe manejar, bajo el concepto que arriba también mencionamos, o sea el del justo Juez.

    Recordamos las palabras del máximo representante del Ministerio Público Venezolano Dr. Ramón Escovar Salóm, en un discurso del año 1992, donde sostenía a la gente hoy no le interesa el desarrollo de grandes doctrinas jurídicas. Lo que le mueve es la solución de sus conflictos en la vida cotidiana. Tener a quién acudir, tener a quién ir con un problema concreto y obtener de inmediato una solución, rápida y satisfactoria. Esa es la impaciencia por la justicia en el mundo moderno.

    A diferencia que Giulia, expresa en su trabajo que toda la argumentación del fallo debe tender a justificar la aplicación o desaplicación de la regla jurídica, el orden jurídico constituido no es por si lo justo. La ley no es algo suficiente, que tenga en si su razón de ser. La ley, no es un fin jurídico, sino un medio jurídico, La ley está establecida para servir a una realidad, que se hace jurídica por ella. El derecho no es la ley, sino lo justo, o mejor dicho, lo justo alcanzado a través de la ley, al punto que la ley sólo tendrá sentido jurídico en tanto que alcance la verdad por la cual, quién ha sido sometido a un proceso, pueda salir de el condenado o absuelto, pero con estricto apego a los debates, a las pruebas y a la honorabilidad del juez, en el cumplimiento de su difícil tarea.

    Realmente debemos afirmar que Giulia, es una abogada con talento y probidad, ello significa que vale por diez; a diferencia que un abogado con talento pero sin probidad, se convierte en un azote del foro en el cual ejerce. Por consiguiente es nuestro augurio, que se convierta en jurista, o sea en mujer de derecho, en mujer de leyes. Y así lo pedimos.

    El jurista se dedica a desvelar que es lo justo en las relaciones sociales, en la comunidad, en el medio donde vive, se desarrolla y desempeña, en síntesis es el técnico de la justicia, el que debe saber precisar el suum cuique, o sea lo suyo de cada uno.

    Y para concluir, recordamos las palabras del profeta Isaías, que son ciertamente, una instancia y un reclamo: "Haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Venid y entendámonos, dice Yavé (Isai, 17-18)

    Caracas –Venezuela, abril 2012.-

    CARMINE ROMANIELLO

    Mail:gruporomaniello@gmail.com

    PREMESSA

    Il tema dei poteri officio iudicis in ambito probatorio qualifica ogni modello di giurisdizione penale e presenta un vasto orizzonte di prospettive di analisi. Esso è connesso ad alcune tematiche importanti, che riguardano, tra l’altro, il diritto alla prova delle parti e le diverse tipologie di giudizio.

    Quando il giudice diventa attore sulla scena probatoria accade, in primis, che venga messa in discussione l’idea stessa di giustizia, che ha nel valore dell’imparzialità, traducibile nell’assenza di ogni forma di condizionamento al momento della decisione, il suo nucleo essenziale; in secundis, può accadere che la facoltà probatoria riconosciuta in capo al giudice possa consentire a questi una propria ipotesi di ricostruzione del fatto, con il rischio di allontanarsi sempre più dalla verità cognitiva al momento della pronuncia sulla res iudicanda. (1)

    Per scongiurare il pericolo che l’esercizio di alcuni poteri probatori d’ufficio incrinino l’imparzialità, è sempre vietata la facoltà al giudice di iniziativa istruttoria di fissare il petitum: porre il tema su cui si è chiamati a deliberare è sempre lesivo dell’imparzialità, dal momento che chi elabora un’ipotesi è portato all’istintiva conferma, in sede decisionale, di quanto asserito in sede propositiva. (2)

    L’iniziativa giudiziale in materia di prova e l’imparzialità hanno un punto in comune che è costituito dal garantire una giustizia giusta(3): se si permettesse che il giudice, consapevole delle lacunosità del materiale conoscitivo prodotto, fosse costretto a pronunciarsi sulla base di un quadro probatorio carente, per via, ad esempio, della negligenza o l’incapacità delle parti, verrebbe meno la migliore garanzia di giustizia.

    D’altro canto, poiché l’iniziativa probatoria di cui gode il giudice può alterare l’obiettività di valutazione, è necessario conferire a questi il massimo dei poteri probatori, conciliando con l’irrinunciabile esigenza di non pregiudicarne l’imparzialità: di qui l’esigenza di concedere al giudice il potere di sopperire alle lacune evidenziate dal confronto dialettico, considerato che il nostro è un sistema costituzionalmente fondato sul contraddittorio nella formazione della prova.

    Va, pertanto, individuato un punto di equilibrio fra l’esigenza di un accertamento che consenta il giusto epilogo decisorio e la garanzia di un organo giurisdizionale che sia tale. L’approdo cui si perviene mostra la stretta dipendenza tra contraddittorio e poteri ex officio: le prerogative istruttorie del giudice, compatibili con il suo ruolo di organo neutrale ed equidistante dalle parti, si muovono esclusivamente all’interno del perimetro tracciato dagli antagonisti che si fronteggiano nel processo. D’altra parte, il contraddittorio non elimina la necessità di integrare le conoscenze processuali officio iudicis, ma traccia il confine oltre il quale l’iniziativa d’ufficio verrebbe esercitata a scapito della imparzialità. Come si vedrà in seguito, infatti, è da ricercare solo un intervento del giudice che tragga causa e limite dalle risultanze dialettiche offerte dalle parti.

    Verranno esaminate le ipotesi crescenti di poteri giudiziali d’ufficio in materia di prova(4), nell’ottica di ricercare la compatibilità necessaria tra officium probatorio e imparzialità del giudice. Derogando alla struttura logica del processo penale, si anticiperà la trattazione del segmento dibattimentale rispetto all’udienza preliminare e al giudizio abbreviato, per dimostrare come solo intorno al nucleo centrale del processo si concentrino talune garanzie poste a salvaguardia di un’imparzialità di stampo cognitivo(5).

    Di seguito, lo studio di fasi ove soltanto recenti novelle legislative(6) hanno concesso spazio alla gestione d’ufficio dell’elemento probatorio(7); a riguardo, alcune considerazioni solleciteranno particolari interrogativi, tanto sull’economia degli interventi giudiziali, quanto sulla condizione di imparzialità di un giudice, la cui conoscenza attinge all’intero fascicolo delle indagini.

    Analizzare questi profili, connessi ai poteri ex officio del giudice penale, costituisce il nucleo centrale di questa dissertazione.

    INTRODUZIONE

    SOMMARIO: 1. Modelli processuali e poteri probatori officiosi. – 2. Potere discrezionale del giudice e radici storiche. – 3. La posizione del giudice penale di fronte alla legge: un excursus storico sulla figura e sul ruolo del giudice.

    1. Modelli processuali e poteri probatori officiosi.

    Esistono due modelli classici, due stili di amministrazione della giustizia, che sono stati assunti a termini di riferimento per un’antitesi di fondo nella storia del processo penale in Europa e negli altri Paesi di avanzata civiltà giuridica, storicamente tradottisi nella teorizzazione di speculari schemi cognitivi e decisori: il modello inquisitorio, espressione di uno Stato che organizza, gestisce, controlla la società civile, e il modello accusatorio, il

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