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John Fury, La leyenda del Vengador
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Ebook274 pages4 hours

John Fury, La leyenda del Vengador

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About this ebook

En el año 1990 la aldea de Sinville cae ante la dictadura de Elván Crow, hijo de uno de los dos antiguos líderes de la aldea. John Fury, el segundo hijo del otro líder se ve obligado y dispuesto a acabar con la tiranía de Elván, vengando la muerte de su padre y devolviendole a su clan el honor que le fue arrebatado mientras investiga y descubre los grandes secretos que ocultaba su padre durante su liderato.

LanguageEspañol
Release dateApr 18, 2016
ISBN9789895167289
John Fury, La leyenda del Vengador
Author

Rafael Luca de Tena Rodrígue

Rafael Luca de Tena Rodríguez nació en Vigo en Agosto de 1996 y pasó más de diez años en el pequeño pueblo de Goyán, Tomiño. A los 14 años comenzó a grabar música rap bajo el nombre de Arandar Senpai y actualmente continúa con ello y tiene un grupo de Rock en donde toca el bajo. Escribió su primer libro, John Fury, La leyenda del Vengador, a los 17 años y a día de hoy continúa escribiendo varias obras similares. Actualmente estudia Imagen y Sonido y reside en Vigo con su madre y su hermana pequeña.

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    John Fury, La leyenda del Vengador - Rafael Luca de Tena Rodrígue

    Arco I

    Libertad

    Introducción

    Datos e Historia de Sinville

    El pueblo de Sinville es una villa costera situada al sur de Sandville y al norte de Fireville, al noreste se encuentra su pequeño pueblo vecino, Bridgetown, pueblo al que exporta su inmensa producción de pescado. La aldea tiene unos 25 km de superficie, siendo así la tercera aldea más grande de la Gran Nación del Noroeste. Posee un puerto al suroeste, de donde procede el pescado, alejado unos metros de la gran muralla que rodea la villa. Al sureste de la ciudad, cerca de la frontera con Fireville, se encuentra la base militar de la aldea. El pueblo tiene un inmenso bosque, situado en el centro de la aldea, bautizado popularmente como el Bosque Siniestro que ocupa un 31,6% del territorio. Según las antiguas leyendas, ese nombre bautizó Sinville, sin embargo muchos aldeanos cuentan que el nombre de su tierra procede de la aciaga historia que lleva tras de sí.

    Sinville nació de la unión entre dos pequeñas aldeas que disputaban constantemente el derecho territorial de la superficie no aprobechada a priori. Al oeste se encontraba la Aldea de la Furia, de donde proceden los miembros del clan Fury; al este se encontraba la Aldea del Cuervo, de donde proceden los miembros del clan Crow. Estos clanes estaban liderados por Salazar Fury I y Trevor Crow respectivamente, ambos líderes se llevaban mal y peleaban constantemente en batallas que tenían que ver con el territorio o por alguna afrenta hacia alguna de las dos familias, pero solo cuando una se cercioraba de que la perpetración de la afrenta era realizada por la otra.

    Fue en 1924 cuando los clanes decidieron unirse y pelear para defender su tierra de la guerra que se estaba produciendo entre Sandville y Fireville. Al estar en medio de ambas villas, el terreno de las dos aldeas y la tierra de nadie que había de por medio eran campo de batalla para la sangrienta disputa que se había formado entre los otros pueblos debido a motivos económicos. Sandville, al estar construída sobre un desierto, carecía de producción agrícola y esto era motivo por el cual el líder de la aldea decidió en varias ocasiones atacar a las otras aldeas con el objetivo de conseguir sus recursos o colonizar las tierras, mientras que Fireville simplemente se defendía de estos ataques. Salazar y Trevor comprendieron que debían dejar a un lado sus diferencias y luchar codo con codo para proteger su hogar de la devastación. Al juntar los dos poderes bélicos, nació un poderoso ejército que, en cuestión de meses, derrotó a las tropas de Sandville y Fireville, sin embargo, ambas aldeas continuaron mandando soldados a la batalla a pesar de caer derrotados en varias ocasiones por los nuevos y temibles adversarios que resultaron ser el clan Fury y el clan Crow. Fue un conflicto que duró tres años y, por esto y por el número de participantes, se conoció a esta como La Guerra de la Trinidad.

    Tres años después, los altos cargos de las ciudades beligerantes pidieron a Salazar y a Trevor que cesaran sus ataques, estos aceptaron con la condición de que acabara la guerra Si nuestro ejército no participa en la guerra, no se le puede llamar guerra, dijo Salazar Fury, con esto acabó la disputa y reinó la paz entre las tres aldeas.

    Tras el fin de la guerra, los aldeanos se habían acostumbrado a convivir unos con otros, Salazar y Trevor no tardaron en llegar a un acuerdo para fundar la villa que hoy se conoce. La oscura historia que va detrás de esa unión y el terreno ocupado por el bosque dieron nombre al pueblo. En ocasiones se confunde el significado de Sinville, ya que Sin significa Pecado en inglés, pero el nombre es un acortamiento de la palabra Sinister, cambiando el significado de Villa del Pecado por Villa Siniestra, su auténtico significado.

    A pesar de su nombre, Sinville era una aldea alegre y pacífica pero, a su vez, poseía uno de los mejores ejércitos de la Gran Nación del Noroeste, dividido en dos fuerzas policiales fundadas por sus líderes: La Furia Roja, creada y dirigida por Salazar Fury, y Dark Crow, fundada y dirigida por Trevor Crow. Ambas fuerzas requerían un mínimo muy polémico de catorce años para ingresar y más de tres años de preparación previos. Era uno de los trabajos mejores pagados de la aldea, pues al fin y al cabo, la vergüenza que le supuso al líder de Sandville el perder la batalla contra un ejército tan fiero como pequeño le llevó a enviar soldados al ataque de Sinville en varias ocasiones. Este, además, fue uno de los motivos por los que se edificó un gran muro al rededor de toda la villa.

    Sinville fue gobernada de manera bipartita por Salazar y Trevor hasta el momento de sus muertes, entonces fueron sustituídos por sus hijos: Salazar Fury II y José Crow, a la temprana edad de 20 años, en 1934. Gobernaron de manera firme y estableciendo leyes votadas por sufragio universal por los habitantes de la aldea. Esto no concluyó con la rivalidad latente de ambos clanes, aún sabiendo manejar bien su tierra, los dos líderes no se llevaban bien.

    Salazar Fury II tuvo dos hijos: Salazar Fury III, quien nació con una enfermedad cardiorespiratoria y murió a la edad de 16 años, y Michael Fury, que fue entrenado fisicamente desde niño para estar sano, en forma y no compartir la suerte de su hermano. Además, fue testigo de un cometa a la edad de 15 años que le otorgó la habilidad de ver el futuro, consciente de esto, decidió mantenerlo en secreto y utilizar ese poder para el bien de su ciudad, una vez nombrado líder a los 18 años, en 1960. Michael compartió el poder de su pueblo con José Crow hasta la muerte de este, entonces fue sustituído por Jorge Crow I, su hijo, dos años más tarde. Estos jóvenes líderes discutían siempre debido a sus dispares formas de pensar. Se llevaban peor, si cabe, que sus progenitores y muy pocas veces llegaban a un acuerdo. Esa condena de odio dificultó la estabilidad de la aldea.

    Michael Fury tuvo dos hijos: Michael Fury II, que fue educado según el polémico entrenamiento de la Furia Roja y se convirtió en capitán del cuerpo a la edad de 15 años, entonces empezó a entrenar a su hermano pequeño: John Fury, que entró en la Furia a la edad de 14 años, edad normal en los requisitos del cuerpo.

    Jorge Crow tuvo también dos hijos: Jorge Crow II y Elván Crow. El primogénito fue aparentemente asesinado junto a su padre en 1989. Elván acusó a Michael Fury I de ser el responsable de las muertes de su padre y su hermano. Michael se entregó voluntariamente y fue sometido a un juicio popular que ganó por falta de pruebas.

    Una noche se incendió el cuartel general de la base militar de Sinville. Michael, sospechando que podíatratarse del asesino de su difunto compañero y el hijo de este, se dirigió allí rápidamente con los dos mejores guerreros de la furia roja, que además eran sus guardaespaldas personales. Al llegar allí, se separaron para investigar y Michael exploró un pavellón cerca del cuartel. Dentro del pavellón estaba Elván Crow, que le confesó ser el responsable de todo. También confesó conocer el secreto de Michael y empezaron a pelear. Elván tenía el objetivo de matar a Michael y hacerse con su poder para controlar la aldea pero, aun consiguiendo matar a su enemigo, no consiguió la habilidad premonitoria de este.

    Entonces Elván dio un golpe de estado apoyado por Dark Crow y asesinando inmediatamente a todos los miembros de la Furia Roja. Convirtió a su cuerpo policial en la única fuerza militar con el objetivo de encontrar y liquidar a todos los miembros del Clan Fury.

    Michael Fury II desapareció y su hermano, John, fue encerrado en la prisión de Sinville, ubicada en una isla más allá del puerto de la ciudad, hasta ahora son los únicos supervivientes de la gran masacre hacia el clan Fury.

    Capítulo 1

    La Luna es la Luna

    1990. John Fury, con 20 años de edad, encerrado en la prisión de Sinville, contemplaba la luna reflejada en el mar desde la ventana de su celda. Serio y muy callado recordaba tardes con sus padres y su hermano mayor. A diferencia de otros compañeros de cárcel, él sí sabía perfectamente lo que le pasó a su aldea. Sabía que su clan había sido deshonrado. Sabía que su padre era inocente y su cabeza se llenaba de sentimientos de venganza dirigidos hacia Elván Crow.

    „Elván Crow..."

    „Elván Crow..."

    Cada vez que pensaba ese nombre sus ojos brillaban furiosos, el deseo de restablecer el honor de su clan y su posición política hacía que no pudiera esperar más su libertad.

    Un funcionario de la prisión paseaba por el pasillo.

    − ¿Continúas mirando la luna? − le preguntó.

    − Hoy hay luna llena – respondió John. Serio, pero amistoso.

    − Me gusta la luna llena, no me gusta cuando es luna nueva, cuando se va... − John interrumpió al funcionario.

    − Aunque no la veas, sigue estando ahí. Y aunque cambie de forma, la luna es la luna. – John no dejaba de mirar por la ventana mientras decía eso.

    − Eso es verdad... − entonces el funcionarió comenzó a sonreir − ¿sabes? Me acabo de enterar... la semana que viene serás ejecutado – le notificó.

    − ¿De que modo? − preguntó serio mientras se levantaba de su cama para acercarse al hombre.

    − Fusilado. Un pelotón formado por cinco miembros de Dark Crow te dispararán. Morirás lentamente... desangrado y dolorido... estoy deseando ver como se acaba el patético legado del clan Fury. − le dijo sin dejar de sonreir. John se mantuvo serio.

    − No me gustan las armas de fuego.

    − A mi sí, por eso estoy deseando ver como mueres – al acabar la frase soltó una carcajada.

    − Bueno. Te gustará saber que morirás gracias a eso que más te gusta. − dijo John, serio y con tono amenazador

    − ¡Ja! ¿Quién me matará? ¿Tú? Lo dudo mucho. − el funcionario se reía cada vez más fuerte

    − Hay muchas cosas en el mar aparte del reflejo de la luna – con estas palabras el hombre dejó de sonreir. Quien sonreía era John esta vez.

    El funcionario miró unos segundos a John, extrañado, luego recibió una bala en la cabeza que le tiró al suelo y lo mató. Una bala disparada por el arma silenciada de Michael Fury II, que se encontraba en la puerta del pasillo.

    − Ya era hora... − dijo John molesto por su tardanza.

    − No te quejes que aun te quedaba una semana. − respondió mientras abría la celda.

    − ¿La has traido?

    − Sí. − Michael abrió la celda y le entregó un arma.

    − Perfecto. − John abrazó a Michael – me alegro mucho de verte, hermano. − Michael le devolvió el abrazo.

    − Y yo a ti. Salgamos de aquí.

    Michael y John empezaron a caminar ligeramente despreocupados por la posible presencia de algún otro funcionario al que eliminaban al momento nada más verlo. Tras disparar a cinco John comentó:

    − Ahí fue el último del pelotón. − recordando lo que le había dicho el guardia.

    − ¿Qué dices?

    − Nada, no importa.

    − Bueno.. y dime, ¿qué tal has comido este año? − preguntó de forma irónica.

    − Calla anda... − John se reía. – en cuanto lleguemos voy a ponerme a cocinar comida de verdad y no esta mierda...

    − Me apetece una lasaña, ¿sabes hacerla?

    − Claro. Me enseñó mamá. − dijo nostálgico.

    − La lasaña de mamá... la echo de menos...

    − ¿Más que a nuestra madre? − preguntó.

    − La verdad es que sí. − dijo esbozando una leve sonrisa.

    − No sé como puedes decir eso...

    − Siempre hay que ver las cosas con una pizca de humor. Gracias a eso no me he vuelto loco este ultimo año.

    − Yo no diría que no... − tras esto dejaron de hablar y llegaron a la salida.

    Una vez a salvo en la playa sonó la alarma de la prisión. Michael le dijo a John que empezara a correr para salvar su vida.

    Los hermanos corrían por la playa disparando a los miembros de Dark Crow que aparecían para detenerlos. Llegaron a una lancha motora con la que Michael había ido a buscar a su hermano. Una vez arriba se dispuso a arrancarla pero fue interceptado en el hombro por una bala de un guardia.

    − ¡Michael! ¡Joder! − John se enfadó y asesinó al guardia disparándole, tras esto, encendió la lancha de su hermano. Manejó el vehículo acuático unas cuantas millas siendo perseguido por miembros de Dark Crow que iban con sus lanchas. John conducía como podía mientras disparaba a sus perseguidores.

    − ¡John! ¡A babor!

    Una lancha se acercaba a toda prisa y estuvo a punto de alcanzar a los hermanos. John disparó al tirador, que cayó al mar, y luego siguió disparando al motor de la zodiac hasta que explotó. Con esto eliminó a sus perseguidores y pudo conducir tranquilo hasta llegar al puerto. En el mismo, ocultos, John le hizo un torniquete a Michael para parar el flujo sanguíneo.

    − Te dejaré en casa e iré a buscar a un médico. − le dijo tras hacerle el torniquete, ambos empezaron a caminar. Michael iba apoyado en su hermano.

    − No te preocupes. No hay prisa. − John se detuvo.

    − Tenemos que extirpar esa bala cuanto antes y yo no sé hacerlo, necesitamos ayuda y la necesitamos ahora. − replicó − ¿dónde pueden ayudarnos?

    − Hay un bar de la resistencia a dos manzanas de mi piso... Quizás allí encuentres ayuda... − dijo, algo dolorido

    − Bien. − los hermanos siguieron caminando.

    Michael y John llegaron a casa sin problemas tras caminar un buen rato por las silenciosas calles de su aldea. Todo estaba bastante cambiado desde que John entró en la cárcel y él lo notaba. Había pintadas por las paredes que rogaban el fin de la dictadura y el regreso de los Fury al poder. Todas las luces apagadas, nadie se atrevía a encender las luces una vez establecido el toque de queda con miedo a las represalias de ese acto. Del mismo modo, las farolas ahora estaban obsoletas, ya que no eran necesarias. Entraron en el piso clandestino que Michael había logrado de forma gratuita gracias a sus influencias en la resistencia por ser quien era y John dejó a su hermano en el sofá. En el piso John pudo ver todas las pertenencias de su familia que Michael, desde su antigua residencia, había trasladado dios sabe como sin ser identificado por los soldados de Elván, aun así parecía que ese edificio llevaba tiempo abandonado y que los muebles, proporcionalmente más nuevos que la estructura, hacían más como la alfombra que escondía toda la suciedad que la vivienda era debido a los años anteriores de desuso.

    − ¿Te duele?

    − Un poco.

    − Vale. Dime dónde está el bar y salgo ahora.

    − Pero espera un segundo...

    − ¡No voy a esperar! − Interrumpió John. – No voy a permitir que te desangres. Dime dónde está el bar, cogeré un arma por si acaso y saldré enseguida.

    − Está bien... Según sales gira a mano izquierda, luego el primer callejón de la derecha. Sigues recto y lo verás, hace esquina con la entrada de la Plaza de la Ira.

    − Bien. Espera aquí.

    John entró en la armería que tenía su hermano, cogió dos pistolas y salió de la vivienda. Vigilando que no hubiera ningún miembro de Dark Crow, corrió hacia el bar para pedir ayuda. Llegó en menos de cinco minutos.

    Entró en el establecimiento, había carteles en contra de Elván y Dark Crow, uno en especial que se veía nada más entrar en la columna de en frente que ponía Prohibido Cuervos, refiriendose a los miembros del ejército de Elván. Al entrar todo el mundo se quedó en silencio, observandole. Alguno que otro murmuraba a sus compañeros de copas y le señalaba con un disimulo borracho.

    John se sentó en la barra, haciendo caso omiso a las miradas serias e incrédulas de los casi ebrios clientes que frecuentaban el local. El camarero, un hombre robusto de unos 30 años con pelo corto negro y perilla, que ocultaba sus ojos tras unas gafas de sol e iba vestido con pantalones vaqueros, zapatillas negras y camiseta blanca con algunas manchas de alcohol o aceite, o lo que fuera, remangada para lucir su tatuaje del brazo derecho de un corazón con una C cursiva en el medio.

    − Eres... ¿Eres John? ¿John Fury? − preguntó el camarero.

    − El mismo. − respondió de forma seria y sin dejar de mirarle a los ojos. El camarero alzó la voz hacia los clientes.

    − ¡Eh! ¡Este es John Fury! ¡El último de los Fury! ¡Está vivo! − todos empezaron a aplaudir y a gritar de alegría y los que no alzaban sus jarras de cerveza brindando por él. John se alegró al saber que había gente que le apoyaba pero no lo hizo ver – déjame invitarte a una copa – añadió cuando todo el mundo se calló.

    − No, gracias. Aún no soy el último, por cierto. − replicó.

    − ¡Es cierto! ¿Qué tal tu hermano?

    − Mal. Por eso he venido. Estoy buscando a un médico.

    − Estás de suerte. − el camarero señaló a la chica que estaba sentada al lado de John. Una mujer de una edad similar a la de él, con el pelo negro azulado y ojos negros, bastante atractiva. Vestía con un uniforme muy parecido al de la Furia Roja, pero en negro, probablemente tintado para pasar desapercibida. Guantes sin dedos y botas del mismo color. Bebía un bock de cerveza cuando se percató de que el camarero la mencionó. – precisamente esa señorita de ahí es médico. − dijo. John no tardó en hablarle.

    − Perdona, ¿eres médico? − le preguntó a la chica, quien se giró y le miró seriamente de arriba a abajo.

    − ¿Vas disfrazado? − preguntó de manera irónica.

    − ¿Qué? − John miró su ropa – (Mierda, ¡con las prisas he olvidado quitarme la ropa de prisión! Este atuendo puede resultar sospechoso. Debo apresurarme..)

    − Dicen que es muy dificil escapar de allí ahora que el cabrón de Elván está al mando... − dijo el camarero – pero claro, siendo un Fury no debió ser tan complicado...

    − Si no fuera complicado, no estaría aquí. − respondió John, quien acto seguido volvió a dirigirse a la chica. − Alexa, mi hermano está herido y necesita un médico. ¿Puedes ayudarme? − la chica se extrañó.

    − ¿Como sabes mi nombre?

    − Recuerda quién soy. Eras miembro de la Furia Roja y pertenecías al escuadrón médico. Según mi padre eras muy destacada. − Alexa le miró sorprendida – Y bien, ¿vas a ayudarme?

    − Que me hayas reconocido no signifca que te vaya a ayudar. Si me ven contigo estoy muerta. Quiero algo a cambio. respondió de forma áspera y un tanto agresiva.

    John se quedó un rato mirando a todas partes y pensando en algo con lo qué hacer un trato. No tenía dinero ni ningún bien que ofrecerle. Miró a la puerta unos segundos y, luego, volvió a dirigirse a Alexa y le ofreció:

    − Te propongo un trato: Tú me ayudas y yo te salvo la vida.

    − ¿Eh?

    − ¡Agachate! − John se puso delante de Alexa y sacó sus armas. Disparó a la puerta justo cuando entraba un miembro de Dark Crow. El soldado cayó de espaldas haciendo retroceder a sus compañeros. − ¡Todos! ¡Cúbranse! ¡Si tienen armas, úsenlas! − gritó a los clientes del bar.

    Alexa y

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