Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Una boda con salpicaduras
Una boda con salpicaduras
Una boda con salpicaduras
Ebook45 pages29 minutes

Una boda con salpicaduras

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Hace exactamente cinco meses, cuatro días y dieciséis bodas que no ocurre ningún contratiempo. Julia está contenta, porque por fin ha conseguido organizar una boda sin percances. Una boda que va bien. De momento, nadie ha intentado robar el anillo de la novia ni matar al novio.  

Pero no puede estar más equivocada. Esta es la peor de todas.

Tras un ataque con una sustancia química perpetrado por un jovenzuelo relacionado con gente turbia que además deja un mensaje (ni siquiera muy críptico), Julia se dispone a desenmascarar al responsable.

Organizar bodas tal vez no parezca un trabajo por el que te puedan asesinar, pero Julia lo ha pasado tan mal que incluso se empieza a plantear cambiar de profesión. Y parece que no va a tener más remedio que hacerlo como no resuelva este caso. Sobre todo después de que su cliente la amenace con denunciarla por no disponer de un plan B con el que salir de la situación.

Ese no es su cometido, pero su cliente no entra en razones.

Así que Julia tiene que hacer un seguimiento del chico que le ronda por la cabeza y encontrar al psicópata que se ha empeñado en fastidiarlo todo.

LanguageEspañol
PublisherBadPress
Release dateMay 31, 2016
ISBN9781507140611
Una boda con salpicaduras

Related to Una boda con salpicaduras

Related ebooks

Mystery For You

View More

Related articles

Reviews for Una boda con salpicaduras

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Una boda con salpicaduras - Janet Evans

    Una boda con salpicaduras

    ––––––––

    «Relatos policiacos de la organizadora secreta de bodas»

    ––––––––

    Libro tres

    ––––––––

    Traducción de Nieves Cumbreras

    Capítulo 1

    Julia comprobó la fecha en su agenda y sonrió. Hacía exactamente cinco meses, cuatro días y dieciséis bodas que no había ningún contratiempo. Las cosas parecían ir mejor. Esbozó, feliz, una pequeña sonrisa, y se puso a contemplar la ceremonia que estaba celebrándose.

    Estaban en Montana, en una gran iglesia con preciosas vidrieras, varias plantas y bancos de madera. La novia estaba radiante, y el novio la miraba con orgullo y amor.

    «Espero que mi futuro marido me mire igual el día que me case», pensó Julia. De repente le vino a la cabeza una imagen: su amigo Tyron, elegantemente vestido y radiante, estaba sonriéndole. Las campanas sonaban de fondo y ella llevaba un ramo de flores en las manos...

    Pam se le acercó y le guiñó.

    —¿Todo bien? —preguntó. Julia resopló y desechó la imagen de su cabeza. Miró la boda que estaba teniendo lugar y deseó por décima vez en el día que no ocurriera nada malo.

    —No quiero adelantar acontecimientos —respondió.

    Pam se encogió de hombros.

    —Todo va bien de momento. —Echó un vistazo alrededor—. ¿Has visto a Jeopardy? —Julia negó con la cabeza—. Esa chica desaparece en el momento más inoportuno... Mucho ojo. Podría ocurrir algo malo.

    Julia la miró ofendida.

    —¡Pam!

    Pam levantó una ceja.

    —Yo solo digo lo que he notado. Acuérdate. Cada vez que ella desaparece ocurre algo malo...

    De repente, un montón de agua salpicó a los novios y el cura. Tanto hombres como mujeres gritaron sorprendidos. Alguien había arrojado agua. Olía a fruta en toda la sala. Todo el mundo se puso a buscar la causa del estropicio. Un muchacho con la nariz y la boca cubiertos con un pañuelo, con la mirada triunfante, llevaba un cubo en una mano. Algunos hombres lo vieron y salieron escaleras arriba tras él.

    —¡Dejad en paz a Romualdez! —gritó el chico. Luego se agachó rápidamente y desapareció de la vista de todo el mundo.

    —¡Ven aquí, gamberro! —gritó alguien.

    —¿A que no me pillas, abuelo? —dijo el muchacho. Se oyó el cubo caer al suelo y las pisadas del joven por el tejado. Luego saltó a la calle. La gente se apresuró a asomarse por la ventana y lo vieron salir corriendo. Se miraron unos a otros. No tenía sentido ir a por él. La puerta estaba en el lado opuesto del

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1