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El laberinto de amor
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Ebook142 pages1 hour

El laberinto de amor

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El laberinto de amor es una comedia de Miguel de Cervantes recogida en sus Ocho comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados.
LanguageEspañol
Release dateJan 25, 2017
ISBN9788826005553
El laberinto de amor
Author

Miguel de Cervantes Saavedra

Miguel de Cervantes was born on September 29, 1547, in Alcala de Henares, Spain. At twenty-three he enlisted in the Spanish militia and in 1571 fought against the Turks in the Battle of Lepanto, where a gunshot wound permanently crippled his left hand. He spent four more years at sea and then another five as a slave after being captured by Barbary pirates. Ransomed by his family, he returned to Madrid but his disability hampered him; it was in debtor's prison that he began to write Don Quixote. Cervantes wrote many other works, including poems and plays, but he remains best known as the author of Don Quixote. He died on April 23, 1616.

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    El laberinto de amor - Miguel de Cervantes Saavedra

    El Laberinto de Amor

    Miguel de Cervantes Saavedra

    Los que hablan en ella son los siguientes:

    ANASTASIO, duque.

    Dos CIUDADANOS.

    CORNELIO, criado de ANASTASIO.

    El DUQUE DE NOVARA.

    Un PAJE.

    Un EMBAJADOR del de Rosena.

    Un EMBAJADOR del de Dorlán.

    JULIA y PORCIA.

    TÁCITO y ANDRONIO.

    Un CARCELERO.

    DAGOBERTO, duque [de] Utrino.

    MANFREDO.

    ROSAMIRA.

    Un HUÉSPED.

    Dos JUECES.

    Un VERDUGO.

    TRINO, correo.

    Jornada primera

    Salen dos CIUDADANOS de Novara, y el DUQUE ANASTASIO en hábito de labrador.

    ANASTASIO

    Señores, ¿es verdad lo que se suena; que apenas treinta millas de Novara está Manfredo, duque de Rosena?

    CIUDADANO 1

    Si esa verdad queréis saber más clara, aquí un embajador del duque viene, que bien la nueva y su llegada aclara.

    En Roso y sus jardines se entretiene, hasta que nuestro duque le dé aviso para venir al tiempo que conviene.

    ANASTASIO

    ¿Y es Manfredo galán?

    [CIUDADANO] 2

    Es un Narciso,

    según que sus retratos dan la muestra, y aun le va bien de discreción y aviso.

    ANASTASIO

    ¿Y Rosamira, la duquesa vuestra, pone de voluntad el yugo al cuello?

    [CIUDADANO] 1

    Nunca al querer del padre fue siniestra; cuanto más, que se vee que gana en ello, siendo el duque quien es.

    ANASTASIO

    Así parece;

    aunque, con todo, algunos dudan dello: CIUDADANO 2

    Del duque es esta guarda que se ofrece, y aquí el embajador vendrá, sin duda.

    CIUDADANO 1

    Mucho le honra el duque.

    CIUDADANO 2

    Él lo merece.

    (Entra el DUQUE FEDERICO DE NOVARA y el EMBAJADOR de el de Rosena, con acompa-

    ñamiento.)

    DUQUE

    Diréis también que a recrearse acuda.

    Y que en Módena o Reza se entretenga mientras del tiempo este rigor se muda, para que en este espacio se prevenga a su venida tal recebimiento, que más de amor que de grandeza tenga; añadiréis el singular contento que con sus donas recibió su esposa, y más de su llegada a salvamento.

    EMBAJADOR

    Tu condición, señor, tan generosa, me obliga a que me haga lenguas todo para decir el bien que en ti reposa; pero, aunque no las tenga, me acomodo a decir por extenso al señor mío de tus grandezas el no visto modo.

    [DUQUE]

    Dellas no, mas de vos muy más confío.

    (Entra DAGOBERTO, hijo del duque de Utrino.)

    DAGOBERTO

    Si no supiera, ¡oh sabio Federico!, gran duque de Novara generoso, que sabes bien quién soy, y que me aplico contino al proceder más virtüoso, juro por lo que puedo y certifico que a este trance viniera temeroso; mas tráeme mi bondad aquí sin miedo, para decir lo que encubrir no puedo.

    Tu honra puesta en deshonrado trance está por quien guardarla más debiera, haciendo della peligroso alcance la fama, en esta parte verdadera.

    Forzosa es la ocasión, forzoso el lance; las riendas he soltado en la carrera: imposible es parar hasta que diga lo que una justa obligación me obliga.

    Tu hija Rosamira en lazo estrecho yace con quien pudiera declarallo, si a la grande importancia deste hecho tocara con la lengua publicallo.

    Impide una ocasión lo que el derecho pide, y así, es forzoso el ocultallo; basta que esto es verdad, y que me obligo a probar con las armas lo que digo.

    Digo que en deshonrado ayuntamiento se estrecha con un bajo caballero, sin tener a tus canas miramiento, ni a la ofensa de Dios, que es lo primero.

    Y a probar la verdad de lo que cuento diez días en el campo armado espero; que ésta es la vía que el derecho halla; do no hay testigos, suple la batalla.

    DUQUE

    Confuso estoy; no sé qué responderte; considero quién eres, e imagino que sólo la verdad pudo traerte a cerrar de mis glorias el camino.

    ¿Quién dará medio a estremos de tal suerte?

    Es el que acusa un príncipe de Utrino; la acusada, mi hija; él, sabio y justo; ella, cortada de la honra al justo.

    A que te crea tu valor me incita, puesto que la bondad de Rosamira tiene perpleja el alma, y solicita que no confunda a la razón la ira.

    Mas, si es que en parte la sospecha quita, o muestra la verdad o la mentira, la confesión del reo, oílla quiero, por ver si he de ser padre o juez severo.

    Traigan a Rosamira a mi presencia, que es bien que la verdad no se confunda: que el reo a quien le libra su inocencia, la avisa en gloria y en su honor redunda.

    EMBAJADOR

    Dame, señor, para partir licencia; que, aunque entiendas que el príncipe se funda

    en claro o en confuso testimonio, borrado ha de Manfredo el matrimonio.

    Calunia tal, o falsa o verdadera, deshará más fundadas intenciones: que no es prenda la honra tan ligera que se deba traer en opiniones.

    Mira si mandas otra cosa.

    DUQUE

    Espera;

    quizá verás que sin razón te pones a llevar a Manfredo aquesta nueva, hasta que veas más fundada prueba.

    Tráiganme aquí a mi hija.

    GUARDIA

    Ya son idos

    por ella.

    DAGOBERTO

    ¿Poca prueba te parece

    la verdad que en mis hechos comedidos y en mis palabras la razón ofrece?

    DUQUE

    Yo he visto engaños por verdad creídos.

    DAGOBERTO

    El que dellos se precia bien merece que su verdad se tenga por mentira.

    (Entra ROSAMIRA.)

    GUARDIA

    Ya viene mi señora Rosamira.

    ROSAMIRA

    ¿Qué prisa es ésta, buen señor?

    DUQUE

    ¿Qué prisa?

    Dirála ahora el príncipe de Utrino.

    DAGOBERTO

    Diréla, y sabe Dios cuánto me pesa el venirla a decir por tal camino.

    Yo he dicho, ¡oh, hermosísima duquesa!, lo que callarlo fuera desatino: he dicho que, con torpe ayuntamiento, un caballero está de ti contento; copia de

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