Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha!
Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha!
Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha!
Ebook627 pages9 hours

Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha!

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Los mensajes que recoge este libro, tienen una estrecha conexión con el diario personal de la autora que comenzó a escribir hace aproximadamente veintidós años y que por mandato divino fue publicado con el nombre de Confidencias de la esposa de un militar, en el tiempo perfecto de Dios y en la fecha que Él le estableció previamente.
Gran parte de las revelaciones a modo de visiones en parábolas se desarrollaron en el Sur de Italia, donde obedeciendo al llamado que le hiciera el Señor, estuvo por un largo y recio invierno que duró casi ocho meses y donde recibió las más hermosas experiencias en comunión con mi amado Maestro Jesús, quien le había bautizado antes con el nombre de “Pluma Veloz”, para que recogiera del viento sus palabras en forma de semilla y con la ayuda de cada uno de ustedes, amigos lectores, las sembrara en tierra fértil, porque ya después que hayan leído su contenido a través de este medio, se habrán convertido en un(a) obrerito(a) más a las mies del Reino de Dios.

LanguageEspañol
Release dateMar 4, 2017
ISBN9781370795970
Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha!
Author

Marilut Sánchez Viloria

Marilut Sánchez Viloria es abogada, egresada de la Universidad de Carabobo en Venezuela. Cuenta con postgrados en materia administrativa y tributaria. Es también escritora de numerosas obras de espiritualidad cristiana.

Read more from Marilut Sánchez Viloria

Related to Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha!

Related ebooks

Christianity For You

View More

Related articles

Reviews for Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha!

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Revelaciones. ¡Maestro, habla, que tu sierva escucha! - Marilut Sánchez Viloria

    Los mensajes que recoge este libro, tienen una estrecha conexión con el diario personal de mi mamá que comenzó a escribir hace aproximadamente veintidós años y que por mandato divino fue publicado con el nombre de Confidencias de la esposa de un militar, en el tiempo perfecto de Dios y en la fecha que Él le estableció previamente.

    Gran parte de las revelaciones a modo de visiones en parábolas se desarrollaron en el Sur de Italia, donde obedeciendo al llamado que le hiciera el Señor, estuvo por un largo y recio invierno que duró casi ocho meses y donde recibió las más hermosas experiencias en comunión con mi amado Maestro Jesús, quien le había bautizado antes con el nombre de Pluma Veloz, para que recogiera del viento sus palabras en forma de semilla y con la ayuda de cada uno de ustedes, amigos y amigas lectores, las sembrara en tierra fértil, porque ya después que hayan leído su contenido a través de este medio, se habrán convertido en un(a) obrerito(a) más a las mies del Reino de Dios.

    Una de las cosas más resaltantes de estos mensajes en forma de visiones y parábolas, es que mi amado Maestro tomó como ejemplo a mi familia materna, un total de catorce hermanos, entre ellos mi mamá, para darnos una clase magistral con sencillez, cual sus hijitos, para que entendiéramos qué es lo que por su gran misericordia nos quiere enseñar; y así como su pueblo, podamos habitar en esa civilización del amor que prometió a los hombres de buena voluntad. Este sagrado número viene a representar las catorce generaciones desde Abraham hasta David; otras catorce desde éste hasta la deportación a Babilonia; y otras catorce más desde esta deportación, hasta el nacimiento de Cristo (Mateo Capítulo 1. Los antepasados de Jesús).

    Él le trasmitió este mensaje como testimonio vivo de lo que ha hecho en nuestras vidas y para que ella les dé a ustedes a tomar de su fuente de agua viva.

    «Esperen una nueva salida.

    Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú eres mi elegido, pueblo de Jacob, raza de Abraham, mi amigo, yo te traje de los confines de la tierra. Te llamé de una región lejana, diciéndote: Tú eres mi servidor, yo me fijé en ti y te elegí.

    No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido.

    Todos los que se lanzan contra ti serán avergonzados y humillados; tus adversarios serán reducidos a nada y perecerán.

    Buscarás a tus contrarios, pero no los hallarás; serán totalmente derrotados, reducidos a la nada los que te hacían la guerra.

    Yo, Yahveh, soy tu Dios; te tomo de la mano y te digo: No temas, que yo vengo a ayudarte. No temas, raza de Jacob, más indefensa que un gusano. Yo soy tu socorro, dice Yahveh, el Santo de Israel es el que te rescata.

    Mira que te convierto en un rastrillo nuevo y con doble hilera de dientes: molerás los cerros y los harás polvo, dejarás las lomas como paja.

    Las echarás al viento, que se las llevará, el temporal las dispersará; pero tú te alegrarás en Yahveh, y te sentirás orgulloso con el Santo de Israel.

    Los pobres y los humildes buscan agua pero no la encuentran, y se les seca la lengua de sed. Pero yo, Yahveh, los escucho; yo, Dios de Israel, no los abandonaré.

    Haré brotar ríos en los cerros pelados y vertientes en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra seca en manantiales.

    Plantaré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. En la estepa plantaré cipreses, olmos y alerces para que todos vean y sepan, miren y comprendan que esto lo ha hecho la mano de Yahveh y lo ha creado el Dios Santo de Israel». (Is 41,8-19)

    Oscar Gerardo Molina Sánchez

    Ingeniero en Telecomunicaciones

    Introducción

    Mientras asistía a un retiro de renovación carismática al servicio de Cristo vivo, en el Convento Giovanni Paolo II, ubicado en Ponte Cagnato, al Sur de Italia, oí una frase que ya había quedado registrada en mi mente, porque era la segunda vez que la escuchaba, por lo que entendí que era a mí a quien iba dirigido el mensaje y que solo llegaría a entenderla ya al final de este libro.

    La frase es la siguiente: Una persona ordinaria que vive una vida extraordinaria.

    Hoy entiendo. Esa persona ordinaria soy yo, que al entregar el control de mi vida a Dios, he aprendido a vivir una vida extraordinaria. Estoy convencida de que para vivir en comunión con Cristo, solo necesitamos entregarnos a Él con un corazón sincero.

    Las cosas que he experimentado desde hace mucho tiempo, como mis monólogos con Dios, recibiendo sus mensajes, revelaciones y bilocaciones, dan testimonio de una parcela larga de mi vida en comunión con Él; por lo que este libro guarda una estrecha relación con el primero que se titula en su segunda edición Rompiendo Paradigma del militar Venezolano; el cual para entenderlo únicamente debemos abrir nuestra mente y nuestro corazón y ponernos en manos de Dios, él nos irá explicando las cosas y los misterios de la vida contados a su manera.

    Estoy consciente de que las revelaciones, visiones y parábolas que recoge, pueden causar malestar a algunas personas de la Iglesia; pero también ellos saben que lo que digo aquí son hechos ciertos, que por alguna razón hemos pretendido ocultar; sin embargo, dice el Señor que no quedará nada oculto que no se pueda descubrir y esa es una parte fundamental de la misión a que vine predestinada a cumplir.

    Capítulo 1

    Sígueme como Pedro

    y los apóstoles

    15 de septiembre del 2008 (Caracas – Venezuela)

    Son ahora las tres de la madrugada y mi sueño, profundo y relajado, se vio acompañado de una revelación muy hermosa e importante. Oí la voz de mi Señor Jesús, dulce y cálida:

    «Se aproxima ya el momento de tu partida a nuevos horizontes, donde te llevo de mi mano para que cumplas otra parte de tu misión a la que vienes predestinada en este paseo terrenal. Se aproxima el momento en que tendrás que surcar los mares. Ya tu hija Mariana partió conforme te lo había revelado el tres de febrero del dos mil ocho, y el primero de julio de ese mismo año, ¿lo recuerdas? Donde las fuerzas de las aguas las separó; y también te revelé que ustedes dos iban a estar bien.

    Acá en Venezuela dejarás tus grandes amores, hasta que yo decida reunirlos nuevamente. Debes irte tranquila, porque donde vayas te acompañaré. Tú aceptaste sin demora mi invitación a seguirme como Pedro y los apóstoles; te dije que dejaras que los muertos entierren sus muertos, pues esta es la voluntad de Dios, que obrando bien tapes la boca a la ignorancia de los hombres necios e insensatos. Ahora los infieles te extrañarán mucho, que no concurras con ellos a los mismos desórdenes de torpeza y te llenen de vituperios; más ellos darán cuenta a aquel que tiene dispuesto juzgar a vivos y a muertos. (1Pe 2,15; 4,4-5). No lleves más que tu ropa, deja atrás todos los bienes materiales que posees y sígueme. Sé, y es comprensible que ahora llores porque sientes nostalgia del camino recorrido, pero debes ahora avanzar.

    Debes conversar seriamente con tu esposo sobre lo importante que han sido los reiterados llamados a su elevación espiritual, para que salga del mundo material, del pecado y de la carne. Él debe volcar ahora su camino hacia un verdadero crecimiento espiritual porque recuerda que el matrimonio es un sacramento. Es el ministerio del amor de Dios que se manifiesta entre los hombres. El matrimonio es en medio de ustedes, la señal de la alianza que Dios ha concluido con la humanidad, como el esposo con la esposa, una alianza de amor, de fidelidad y de fecundidad. Son ustedes esa iglesia viviente de Cristo y por eso no pueden bloquear su corazón.

    Debes enseñar a las demás personas a través de tus propias vivencias a perdonar, cerrar el paso al rencor; solo desbloqueando sus corazones podrá Dios obrar en ustedes. Así que con tus propias vivencias podrás propiciar en tus semejantes el convencimiento de que los problemas cuando se presentan, no deben esconderse, sino que deben ser afrontarlos, partiendo del principio de que todos ustedes son pecadores, desde ese punto, cada uno debe hacer todo lo que pueda para salvar al otro, para ayudarlo a crecer y ser mejor. Recuérdales a todos que la pareja perfecta, no es la que vive sin problemas en una mediocridad común, sino aquella en la que cada uno ínsita al otro a dar lo mejor de sí mismo. Enséñales que ustedes son el templo de Dios, que su espíritu radica en ustedes y que si destruyen el templo de Dios, Él los destruirá a ustedes, por lo que deben cambiar, transformando sus mentes.

    "Soy el templo de Dios, y Dios habita en mí; no soy propietario de este edificio que es mi cuerpo, templo de Dios".

    El sacramento del matrimonio es vida, el templo de Dios que genera la vida; somos frutos de amor de padre y madre, solo así darán la oportunidad a su Señor para que obre en ustedes. Deben seguir el lineamiento que les doy.

    "Si tu hermano ha pecado, vete a hablar con él a solas para reprochárselo. Si te escucha has ganado a tu hermano". Explica en tu libro con claridad, cual fue ese primer llamado.

    "Si no te escucha, toma contigo una o dos personas más, de modo que el caso se decida por la palabra de dos más testigos". También cumpliste a cabalidad con este segundo llamado.

    "Si se niega a escucharlo, informa a la asamblea". Aquí también lo hicimos a través de tu libro, esa asamblea son todas las personas que lean el libro, esa iglesia viviente de Cristo.

    "Si tampoco escucha a esa Iglesia considéralo como un pagano o un publicano". (Mt 18,15-18)

    Te advierto que debes ser muy cuidadosa de no volver a dejar puertas abiertas en tu vida, para que posteriormente no tengas que regresarte a cerrar.

    Recuerda: Todo lo que aten en la Tierra lo mantendrá atado en el Cielo y todo lo que desaten en la Tierra, lo mantendrá desatado en el Cielo. Significa que siendo el matrimonio un sacramento, tiene un valor sagrado, cual es el sacramento de Dios que se expresa por medio de la familia de Cristo: Todo lo que aten en la tierra.

    Me has preguntado reiteradas veces la razón del porqué te suceden estas cosas. Yo te respondo: Porque eres mi templo viviente, y solo a través de ti puedo hacer una extensión de mis manos por medio de mi Espíritu Santo. Con tus propias vivencias es muy fácil hacer entender a la gente qué es lo que requiero para poder entrar a sus vidas y transformarlas para siempre.

    A mi lado te esperan momentos hermosos que viviremos en este largo caminar, mientras permanezcas en este cuerpo corruptible, hasta que al fin llegue el momento en que debas abandonarlo y partir a nuestro encuentro definitivo; cuestión esta que el solo pensarlo te debe llenar de regocijo; el saber que al final del camino estaré esperándote para fusionar tu alma a la mía, y así ascender al trono de mi Padre. En ese viaje voy a explicarte de manera muy sencilla, cómo cada uno de ustedes, sin darse cuenta, se va apartando de ese niño interior que todos llevan por dentro; también te explicaré qué es lo que quiero significarles cuando les digo que tienen que volver a ser como niños para que puedan entrar a mi Reino. Voy a poner como ejemplos hechos y circunstancias de tu vida que serán una herramienta fundamental en este recorrido.

    Cuando llegaste al mundo, tu niña interior era muy feliz, luego esa niña fue creciendo y empezó a experimentar inquietudes propias de una adolescente para entrar a la juventud; y comenzaste a idealizar el amor terrenal; sin darte cuenta llegaste a la madurez, acompañada de varios pensamientos, sentimientos y emociones, tales como la tristeza y la infelicidad. Tu rostro empezó a perder brillo, y así tu espíritu comenzó ese proceso de desnutrición, bajando con ello tu autoestima, y produciendo como resultado un sufrimiento; creyéndote víctima por mucho tiempo de hechos y circunstancias que han acontecido en tu vida.

    Muchas veces las personas experimentan ese sentimiento, toda una vida; por lo que terminan asfixiando a ese niño interior que llevan por dentro, así todo se hace oscuro en su existir, y se llenan de miedos, de rabia y de rencores, o de cualquier otro sentimiento negativo.

    Cada uno de mis hijitos debe aprender a resurgir entre las cenizas, para ello requiero de ustedes un gran deseo de regresar a la casa desde la cual una vez partieron. Lo primero que deben saber es, que para volver a ser como niños, deberán abrirme las puertas de su corazón. Para poder entrar y ayudarlos en ese camino que tendrán que emprender, únicamente deben llevar consigo el deseo de querer regresar y volver a acurrucarse en su cama en posición fetal, apoyando su cabeza a la almohada. De esta manera podremos iniciar juntos el regreso, porque ya sabrás por las experiencias propias y vividas, que han recorrido grandes distancias, y que para estar a salvo tienen que volver al camino y con mucha paciencia emprender el regreso.

    En ese viaje de regreso a casa, llorarás inconsolablemente, porque recordarás todas las cosas a que has estado expuesta en cada estación. Mientras te alejas, sentirás frío y dolor; doblarás las rodillas y me implorarás ayuda, casi sin aliento, porque creerás que es mucho lo que has vivido, que es mucho el frío al que has estado expuesta. Así, tu niña interior cada vez que dé un paso de regreso sentirá que ha crecido, que ha madurado y que ha envejecido; y que solo en su cama podrá nuevamente ser esa niña interior feliz, pues ya sabrás que solamente así podrás legar a tus semejantes ese tesoro aprendido.

    Así, tu niña interior llegará a su casa, pasará a su habitación, mirará su cama y su almohada; se acercará a ellas; y luego, poco a poco, y al quitarse los polvorientos zapatos, se acostará en posición fetal, y dormirá feliz después del cansancio que le produjo el largo camino de partida y de regreso a casa, y así a la mañana siguiente antes de que el sol despierte, sentirás el trinar de los pájaros, hasta que ese hermoso Sol despunte al alba y te levante con sus cálidos y penetrantes rayos en tu frente.

    Darás entonces gracias al Creador, porque habrás vuelto a ser una niña feliz y optimista, capaz de sacarle brillo hasta a las piedras; pero a diferencia de la niña de la infancia, serás mucho más feliz, porque habrás crecido; ya serás entonces una niña grande, linda, y crecida en la fe; no te quedará la menor duda de que yo, Dios creador; yo, Dios edificador; yo, Dios alfarero; yo, Dios Maestro; y sobre todo, yo, Dios Padre Alfa y Omega, siempre te he acompañado y así será hasta los confines del tiempo, cuando por fin tu energía se fusione a la mía.

    Ahora te digo algo, únicamente de tu esposo queda que entienda lo importante que han sido mis reiterados llamados a través de ti para su elevación espiritual. Yo por mi parte te instruyo para que seas compasiva con él, enseñándole a luchar contra el mundo, la carne y el diablo, porque es mucho lo que se tiene que sufrir cuando no se acepta de manera voluntaria los designios de mi Padre ejecutados a través de mí; y sabes que esos cáliz forzosos son amargos. Pero también sabes que cada problema que se te ha presentado, no es más que la oportunidad que te he dado para que crezcas, y con tus testimonios de vida, hagas crecer a los demás. Y solo sabrás cuánto has crecido al poner a prueba tu fe.

    Por lo demás ve serena, con la fe y la seguridad de que vas rumbo al paraíso que te prometí; pero debes estar consciente de que no se trata de un paraíso terrenal mundano, sino de aquel donde todos sus habitantes llevan limpias sus vestiduras.

    Antes de partir tengo una sorpresa para ti. Voy a volver a colocar en tu camino a un amigo muy especial en tu vida; al que tendrás que ayudar para que aprenda a perdonar. Debes enseñarle que el perdón tiene el poder para romper las cadenas de la amargura y los grilletes del egoísmo; y que es la llave que desencierra la puerta del resentimiento y las esposas del odio.

    "Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas de mi hermano? ¿Hasta siete veces?. Jesús le contestó: No te digo siete, sino setenta veces siete. Eso significa que cada uno de nosotros debe perdonar, pero también el que ha actuado mal debe manifestar su arrepentimiento. A lo que debemos estar claros, que el hecho de que el otro no manifieste su arrepentimiento, no impide el que nosotros sí perdonemos de corazón a nuestros hermanos, pues lo demás ya será cargo para él cuando el Juez venga a juzgarlo. Él sopesará cada acción conforme a lo que haya en el corazón de todos nosotros, por eso les digo que el perdón nace del corazón sincero. Lo mismo hará mi Padre Celestial con ustedes, a no ser que cada uno perdone de corazón a su hermano". (Mt 18,21-35)

    Debes enseñar que en el mundo actual hace falta hombres de convicciones y de fe; que sean leales no solamente a la gente o a posturas políticas, sino leales a la verdad y a las ideas y principios, porque los hombres inconstantes nunca estarán seguros de sus convicciones; y es por ello que poco se topan ustedes con hombres leales y son como lo describe la Biblia: hombres de doble ánimo. (Stgo 1,8)

    Debes enseñar que la vida eterna prometida por Cristo a los que vienen a Él, se adquiere mediante el nacimiento espiritual. Significa esto que la vida eterna no se adquiere al morir sino mucho antes, desde el mismo momento cuando personalmente confiamos en Él, porque la salvación no es un agregado futuro; es una transformación que ocurre cuando nacemos espiritualmente y no cuando experimentamos la muerte física de suerte; que ya el tiempo que les quede en esta vida mortal vivan no conforme a las pasiones humanas sino conforme a la voluntad de Dios, porque demasiado tiempo han perdido durante su vida abandonados a las pasiones de la carne, viviendo en desenfrenos, en codicias, en embriagueces, en glotonerías, en excesos, en las bebidas y en idolatrías abominables.

    Así mismo, quiero instruirte acerca de la manera cómo puedes ayudar a las personas atrapadas en su soledad interior, a salir de esa prisión que ellos mismos se han impuesto. Por lo que debes tomar como base mi palabra escrita en la Biblia.

    "Como aguas profundas, así son los designios en el corazón de un hombre; mas el varón sabio los llegará a conocer". (Prov 20,5).

    ¿Cómo? Con suficiente amor y comprensión para ayudarles a salir del encierro; por eso te he dado una lengua sabia a fin de que sepas sostener con mis palabras al que está desmayado; y es por ello que te llamo por la mañana, te llamo de madrugada a tus oídos para que me escuches como al Maestro (Is 50,4). Recuerda esto: Con buenos consejos del amigo se baña el alma en dulzura».

    Capítulo 2

    Despertando conciencias

    Efectivamente, era de madrugada. Yo dormía profundamente; sin embargo, como un susurro en mis oídos sentí esa melodiosa voz:

    «Ahora sí te autorizo para que difundas las visiones que te mostré mientras escribías tu primer libro y que te ordené no las revelaras, que no las escribieras en ese momento.

    Eso te lo ordené, porque tú estabas muy intranquila en un estado de incertidumbre, pensando en las cosas que pudiesen pensar de ti otras personas cuando lean la narración de lo que te he enseñado en este recorrido terrenal. Recuerda que te dije: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta; solo Dios basta, quien anda en humildad anda en verdad; recuerda que te hablé sobre el equilibrio del universo y su entrada triunfal a él, y que parte de tu misión es despertar conciencias, para que tu prójimo entienda quién es y cómo será su vivir. También te dije que ustedes no necesitan de santurronerías, ni de grotescos rituales para que yo me manifieste en sus vidas; que es suficiente con la fe en el amor y la misericordia de Dios, cuando se le entrega con sinceridad el control de sus vidas. Pero debes recordarles sobre las enseñanzas de la Segunda Carta de Pablo a los Corintios, referente a la conducta de Pablo y a la de los falsos apóstoles.

    Yo entiendo que hayas sentido temor, no solamente por haberte hecho recordar cosas de vidas remotas, sino por lo que sentiste al imaginarte el impacto que estas revelaciones podrían causar en ti. Ten siempre presente que la predicación del evangelio es un combate donde la fortaleza enemiga es todo lo que se opone a Dios y que lejos de producir libertad, esclaviza la mente, por lo que debes enseñar que para Dios no hay preferencias de personas; lo que significa que aquellos que parecieron ser los más autorizados, nada te enseñaron. Enseña que deben pedir siempre a Dios, pedirle ese auxilio para que les dé ese dominio de sí; que los amolde según mi docilidad, para que vean cómo la profecía de Isaías (Is 32,17) se cumplirá.

    También diles con voz penetrante y firme que Dios se deja buscar por los de corazón sincero y que deben pedirle que les obsequie el don de la templanza y el dominio propio para que no recaigan en el pecado; que deben renunciar diariamente a toda actitud de crítica o de queja. Recuérdales igualmente, que para Dios nada es imposible y que deben pedirle siempre que les permita hacer el esfuerzo para poder entrar a la dimensión espiritual y ver realizadas las cosas que desde el estado material del conocimiento humano se les hace imposible. No obstante, debes recordarles que cuando aun cuando lo alcancen, seguirán siendo personas ordinarias que viven una vida extraordinaria; que deben abrazar a Dios aquí, no cuando mueran, pues la salvación se inicia aquí, partiendo de la fe. Cabría preguntarse: ¿Qué tipo de fe? Pues el hecho de que prediquen o sean sacerdotes, no es prueba de que son verdaderos creyentes; solo a través de la fe verdadera, esa fe afianzada en la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, que no se basa en pruebas lógicas o evidencias materiales y que nos hace llegar hasta el regazo del Señor».

    Mientras esa dulce voz bañaba todo mi cuerpo de una inefable sensación de paz, yo no podía ocultar mi expectación. En ese instante la voz se me hizo más clara:

    «Te explico, hay dos tipos de creyentes:

    En Primer lugar pongamos como ejemplo bíblico a Zacarías, que siendo sacerdote y hombre justo, amante de Dios e Isabel su esposa, ambos eran justos a los ojos de Dios guardando todos los mandamientos y leyes del Señor indubitablemente, no tenían hijos porque Isabel era estéril y ambos eran de avanzada edad. Cuando el Arcángel Gabriel se le apareció a Zacarías de pie a la derecha del altar del incienso, éste se estremeció del espanto que aquella presencia le produjo. Mas el ángel le dijo: No temas, Zacarías, pues tu oración ha sido escuchada. Tú verás al mesías y tu mujer Isabel te dará un hijo, que será su precursor y a quien pondrás por nombre Juan y será para ti objeto de mucho gozo y júbilo interior y muchos se regocijarán por su nacimiento, porque será grande en la presencia del Señor. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y será lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre y convertirá a muchos de los hijos de Israel a su Señor Dios, delante del cual irá él, revestido del espíritu y de la virtud de Elías para reunir los corazones de los poderosos patriarcas con los de los hijos; y conducir a los incrédulos a la prudencia y la fe de los antiguos justos, a fin de prepararle al Señor un pueblo perfecto.

    Pero Zacarías respondió al ángel: ¿Por dónde podré yo certificarme de eso? Porque ya yo soy viejo y mi mujer de edad muy avanzada.

    El ángel replicándole le dijo: Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a hablarte y a traerte ésta feliz nueva. Desde ahora quedarás mudo, y no podrás hablar, hasta el día en que sucedan estas cosas, por cuanto no has creído a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

    Entonces aquí apreciamos con claridad, que la primera cosa que se opone a la fe, es el miedo. No hay que temer; y aparte de eso, no hay que dudar del anuncio de un ángel. Por eso es que los invito a que oigan a su Señor cuando les hable, pero deben oír con fe veraz, no con palabras sino con acciones».

    La gente creerá por fe pero actuará en consecuencia, son incoherentes e hipócritas. La gloria de Dios no solo es creer en Jesús sino vivir en Jesús; entonces no podemos vivir en Cristo y vivir en rabia, en discordias, en envidias y en murmuraciones. El buen cristiano debe ser una persona llena de gloria, que no se pone triste por nada y vive en la alegría del Señor. Así, cuando el problema se presente y la tribulación llegue, tu casa no será tocada, será casa santa cuando tengas fe sin vacilación, porque tu casa estará construida sobre roca fuerte. Eso es creer en ese Dios extraordinario, para quien nada es imposible. Deben procurar que sus almas no se pierdan, por lo que es bueno y saludable abrir el corazón al Señor, porque solo Él les dará la respuesta correcta a la situación que estén viviendo, así verán ustedes que sus vidas se transformarán cuando le abran sinceramente sus corazones. Ciertamente, deben elevar el alma y abrir su corazón para que Él pueda entrar en lo más profundo de su ser.

    Dice el Señor: Déjenme las puertas de sus vidas siempre abiertas para poder nutrirlos, pero a mi modo, no al de ustedes.

    En este instante mi mente empieza a recorrer los amplios espacios de la razón. Continúa el Señor:

    «El segundo tipo de creyente: Mi madre María Santísima.

    "Estando ya Isabel en su sexto mes, envió Dios al ángel Gabriel a Nazaret, ciudad de Galilea, a una virgen desposada con cierto varón de la casa de David llamado José y el nombre de la virgen María. Y habiendo entrado el ángel a donde ella estaba, le dijo: Dios te salve, ¡oh llena de gracia!, el Señor esté contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres". Al oír tales palabras la virgen se turbó y se puso a considerar qué significaría tal saludo; mas el ángel le dijo: ¡Oh María!, porque has hallado gracias en los ojos de Dios. Sábete que has de concebir en tu seno, y tendrás un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús; éste será grande y será llamado hijo del Altísimo, al cual el Señor Dios dará el trono de su padre David, y reinará en la casa de Jacob eternamente, y su Reino no tendrá fin.

    Pero María dijo al ángel: ¿cómo será eso, pues yo no conozco varón alguno? El ángel en respuesta le dijo: El Espíritu Santo descenderá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, por esta causa el fruto santo que de ti nacerá será llamado hijo de Dios. Y ahí tienes a tu parienta Isabel, que en su vejez ha concebido también un hijo; y la que se llamaba estéril, hoy cuenta ya el sexto mes; porque para Dios nada es imposible. Entonces dijo María: He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Y en seguida el ángel desapareciendo se retiró de su presencia». (Lc 1,26-68)

    Aquí dense cuenta de que el Arcángel Gabriel saluda a María de esta manera: llena eres de gracia y a Zacarías únicamente le dijo no tengas miedo. A diferencia de Zacarías, María creyó inmediatamente y sin dudar ella responde: He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra. Por eso cuando analicen sus enseñanzas, pregúntense ¿qué tipo de fe los acompaña?

    Pues ciertamente os aseguro que si tuvierais fe tan grande como un granito de mostaza, podréis decir a ese monte: trasládate de aquí allá y se trasladaría y nada os sería imposible.

    ¿Pero fe en qué o fe en quién?

    Yo les digo. El mundo actual enseña erradamente, que si pones fe en algún objetivo, tú, por ti solo lo lograrás. ¡Eso es falso y peligroso!, porque solamente Dios como creador de todo lo visible e invisible es el único que puede poner y quitar, y ustedes no son dioses, mal podrían tener fe en ustedes mismos. Entonces es en Dios por medio de su amado hijo Jesús, en quien deben poner su fe, porque solo Él nos fortalece.

    Ahora yo, Marilut, voy a relatar lo que me sucedió durante los meses en que concluía mi primer libro; se trata de hechos que no fueron revelados en él, razón por la cual el orden cronológico se altera aquí. Pero antes de relatar lo que me sucedió, quisiera con la ayuda de Dios, dar mi punto de vista al respecto, porque segura estoy de que voy a ser atacada por el enemigo una vez que dé a conocer lo que el Señor me mostró, pues no faltará quien piense que estoy tratando de mostrar doctrinas distintas a lo que la Biblia nos enseña. Inclusive, muchos pueden sentirse confundidos por lo que aquí relato y confieso con toda sinceridad que yo misma me turbé; pero luego de que yo recibiera ese hermoso mensaje donde el Señor me autoriza a hacerlo, en verdad no me importa nada lo que pueda la gente pensar, pues me pongo en sus manos y que sea Él quien sobre mí actúe,

    Yo estoy clara de que hay revelaciones que no aparecen en absoluto en la Biblia, pero no es mi intención con ellas contradecir nada de lo que la Santa Palabra recoge, también estoy convencida de que no hay nada aquí que vaya en contra de sus principios básicos como la fe en Dios, de su amor y de su salvación. Pero el Señor se ha valido de mí en este caso particular para poner muchas piezas del ajedrez en su lugar y de esta manera reflejar una imagen más completa. Él nos da muchos detalles y nos aclara las cosas de una forma diáfana; nunca en sus palabras aprecio ninguna contradicción con el Verbo original. En mí no quedan lagunas, ni espacios vacíos ni nada que frente a esa verdad pueda constituir un ápice de duda. Que quede claro que esas lagunas y esos espacios vacíos solo aparecen en las personas que se sienten atraídas por ciertas doctrinas que abordan de manera oscura este tema, aprovechándose del interés que pudieran despertar. Todo puede ser resultado del veneno que satanás es capaz de inyectarnos porque él, habiendo sido creado como un ángel de luz, trabaja en la oscuridad para dañarnos. Es por eso que creo, que por ser nosotros personas débiles debemos hallarnos sentados en la misma mesa donde nuestro Dios todopoderoso coloca magistralmente sus piezas.

    Convencida estoy, igualmente, de que por alguna razón que no quiero entrar a juzgar, nuestros líderes religiosos nos han escondido cosas, que lejos de ayudar a nuestra elevación espiritual, nos han frenado infundiéndonos un temor a un Dios castigador, siendo que Dios es amor y misericordia, pues limitar toda la verdad y las revelaciones de Dios estrictamente a la Biblia, es lo que ha hecho que Satanás se engorde con su malévola doctrina.

    Una verdadera profecía no enseña nada en contra y ciertamente puede llenar muchas lagunas de la misma manera tan sencilla como las constituciones de cada país que tienen la primacía sobre las demás leyes, es decir, lo que éstas no contempla;, aquélla marca la normativa en grado supremo para servir como fuente donde llenar cualquier espacio vacío. Significa esto que la Biblia continuará siendo el patrón de medidas, porque es el mensaje de Dios para toda la humanidad sin medir el tiempo y el espacio de su dimensión existencial, porque la Palabra es eterna. Sin embargo, hoy en día tenemos que empezar a tomar el toro por los cachos y enseñarles a las nuevas generaciones de hombres y mujeres —los más confundidos—, cómo hacerlo en las actuales circunstancias, tomando en cuenta que Satanás se halla entre nosotros y es nuestro primer enemigo.

    En el mes de abril de 2008, mientras yo estaba terminando mi primer libro Rompiendo Paradigma del militar Venezolano, me sucedió un hecho insólito que me dejó anonadada "en una visión recordé escenas de una vida remota", vida que fue mía, o que en mí estuvo el vivirla. ¡Tremendo impacto emocional y único, fue el verme en un pasado ignoto!

    Oí la voz de mi Señor que ante mí me decía:

    «Ahora es el momento de que entiendas lo que quise decirte cuando te hablé sobre el tiempo. ¿Recuerdas cuando te dije que el tiempo es una ilusión, y que podrías regresar al pasado e ir al futuro hallándote en el presente? ¡Ahora voy a hacer que recuerdes escenas de una vida muy remota!».

    Así empezó a mostrarme Dios el tiempo en que yo viví al otro lado del mar, en Francia, cuando en ese país gobernaba un monarca, un rey que presumo no era del todo bueno.

    De repente vi llegar un barco que traía de regreso a la reina; ella venía acompañada por su hija en una nave imperial que era escoltada por otra en el viaje de regreso después de surcar los mares. En esa vida yo era una mujer influyente, una mujer de temple, muy decidida, con mucho conocimiento acerca de las cosas de Dios; podría decir que muy espiritual y hasta con cierto liderazgo en las masas. Al observar desde el atracadero la llegada de la reina, pensé: ¡mañana zarparé en ese barco en busca de mi amado!

    En esa vida yo tenía una familia igual a la que hoy tengo; mi esposo actual también lo era en esa época y mis tres hijos también eran mis hijos en esa vida, pero yo no estaba satisfecha con mi pareja, tenía otro amor del otro lado del mar a quien recordaba mucho. Cuando el barco de la reina se acercaba, ésta se levantó y subió hasta la proa del barco. Ella llevaba un vestido largo azul turquesa, lucía en su frente una hermosa corona de oro y de otras piedras preciosas; se hacía acompañar por su hija que llevaba un vestido azul marino y encima un apretado corsé blanco. La reina era altiva, de mirada presumida y de un talante que obviamente respondía a la figura de tan alta investidura monárquica; parecía que en ese momento hacía sentir el peso de su señorío sobre esa vastedad de inquietas aguas sin fin; vale decir, que observaba su propio mundo de riquezas atesoradas a través del tiempo, que tratándose de un reinado, es cosa de muchas generaciones.

    De repente pude divisar desde el sitio donde me encontraba ubicada a dos hombres parados en la parte alta del muelle que apuntaban sus armas largas directamente hacia donde estaban la reina y su hija, inmediatamente grité con desespero para tratar de impedir lo que para mí evidentemente era un magnicidio a punto de producirse. Observé igualmente cómo las personas que se encontraban ubicadas junto de mí, armadas también, empezaron a disparar, y pude ver muchas bajas a mi alrededor. Gracias a Dios pude escapar de en medio de una balacera que se produjo. A mis pies cayeron los cuerpos de los soldados tocados por los proyectiles.

    Luego me vi en otra escena cuando lograron capturar a uno de los dos delincuentes que atentaron contra la reina. A todas estas, dos de mis sobrinos en mi vida actual (2008), Cruz Alejandro y Cruz María, también lo eran en esa vida mía de muchos años atrás, a ellos les pedí el arma que portaban para yo ejecutar a uno de los dos magnicidas, un hombre joven que contaría aproximadamente con 17 ó 18 años y quien vestía un pantalón color caqui doblado hasta las rodillas y una franela blanca, cuyo aspecto era el propio de un hombre del campo; en su cara lucía un lunar en forma de verruga; no recuerdo si en la frente o en su mejilla, pero evidentemente se trataba de un lunar muy marcado; sus cabellos eran malos, severamente crespos, y sus facciones eran gruesas. Yo ordené que lo ubicaran a menos de un metro de distancia y le disparé varias veces, pero del arma no salía proyectil alguno y reclamé a mi sobrino preguntando qué pasaba con esa arma que no estaba cargada, él respondió que sí lo estaba y que siguiera accionándola con firmeza. En ese momento volví a activar el arma y le disparé tres veces, haciendo impacto en forma de una pirámide en el pecho, justo a la altura del corazón de aquel hombre que estaba arrodillado e indefenso.

    Recuerdo claramente que antes de disparar pude observar que aquel hombre tenía una mirada tranquila y serena, me pareció hasta valiente, pues no vi miedo en su rostro a pesar de que bien sabía que iba a morir.

    Luego en otra escena volví a mirar el horizonte, las aguas de ese mar infinito eran de un azul intenso y pensé: ahora me voy en busca de mi amado. En eso llegó mi esposo, quien dirigiéndose a mí, me dijo: ya regreso, con lo cual quería él justificar su partida. Yo sabía que mentía, él se iba al encuentro de su amante. De seguidas lo enfrenté diciéndole que yo sabía todo lo de sus actuaciones pero que eso no me importaba, que viviera su pasión desenfrenada, que eso sería su perdición y que no era mi problema. Así se alejó cabizbajo y con pasos inseguros, todo él era en ese momento un mundo, no de derrota sino de frustración. Acto seguido, con voz decidida le ordené al capitán del barco que subiera todas mis pertenencias y las de mis hijos que también me acompañaban porque a la mañana siguiente partiríamos hacia nuevos horizontes.

    Quise dejar todo atrás porque yo visualicé un nuevo y anhelante destino. Presa de esta circunstancia, mi hija María Leonor me dijo que ella no podía irse porque sus tres perritos nacerían y decidió quedarse con su padre en aquel lugar inhóspito, pude ver también en esa escena a mi mamá actual y a mi hermana Marina frente a la recepción del sitio donde me encontraba; fue esa la última vez que vi a mi hija. A la mañana siguiente zarpé rumbo al horizonte que se me presentaba frente a mis esperanzas y así dejé aquella vida misteriosa a todo dar, para nunca más regresar a ella ni en sueños.

    Lo que acabo de narrar lo sentí en lo más profundo de mi yo interior. No digo que fue un sueño porque no estaba dormida, apenas se trató de una sensación, de un no sé qué, que a todas luces me dejó meditando sobre el misterio que hay detrás de esos sueños inefables que dejan en uno su huella indeleble. Más de una vez yo había escuchado que uno antes de llegar al plano terrenal ya ha vivido otras vidas, en otros tiempos y en otras dimensiones existenciales.

    Pasado el momento emotivo que me produjo esa visión y sin aún haberme recuperado de su impacto psicológico, se me ha presentado un anciano de mirada muy tierna y serena, y una bella sonrisa que iluminaba su rostro, sus cabellos eran largos ya totalmente blancos y dirigiéndose a mí se identificó como el anciano de los tiempos, seguidamente que me decía con voz calmada pero muy sugerente:

    «Marilut, ahora quiero que sepas la razón del porqué hice que recordaras esas escenas de una vida tuya pasada. Eso tiene en el fondo un propósito, una enseñanza. En esa vida dejaste a medias la misión que traías, y más grave aún, cometiste dos pecados capitales, siendo que tú eras un ser de luz. Primero, mataste a un hombre sin remordimiento alguno, pudiendo tener compasión por él, pues tuviste tiempo suficiente como para reflexionar cuando el proyectil no salía del arma. Y segundo, abandonaste a su suerte a tu pareja, y él murió en la guillotina».

    Es de recordar que mi esposo en esa época era militar de la Francia revolucionaria, y el hombre joven a quien yo quité la vida, traía una misión de desarmar un sistema que estaba malo y yo entonces por las decisiones equivocadas que tomé, impedí el cometido que tenía predestinado. Después de ver todo lo que el Señor me mostraba, yo decía: ¡Dios mío! así tenga que empujar por la fuerza a mi esposo para que consiga su elevación espiritual, lo haré. Entonces exclamé con voz fuerte a Dios a manera de promesa no volver a abandonar a mí esposo a su suerte y cumplir mi misión de vida con Él. Y me vi subiéndolo a la fuerza, por unas escaleras anchas y altas que se perdían ante mi mirada.

    Durante la visión, como un sueño encantador el anciano de los tiempos me decía:

    «Por tu comportamiento reactivo frente a los dos hechos que ejecutaste, se produjo como resultado un proceso karmático, dos puertas que debes cerrar. Primero: para ejecutar tus sentimientos mezquinos, rechazaste la luz y así te convertiste en creadora de tu propia satisfacción cuando abandonaste a tu esposo por un arrebato de placer; segundo: asesinaste a un hombre, pudiendo optar por el perdón y la misericordia con tu prójimo, tomaste el camino equivocado en esa encrucijada donde te encontrabas apartándote de las pautas que ya de sobras conocías, violando varios mandamientos provenientes de lo divino. (No matarás, no cometerás adulterio, amarás a tu prójimo como a ti misma). Ahora tu deber es concluir lo que dejaste a medias y procurar que las personas a las que por tu mala decisión impediste su misión a la cual venían predestinados a cumplir, la ejecuten aquí y ahora.

    Por esa razón tu libro va más que todo dirigido a despertar conciencias en tu nación; solo así las personas que dejaron su misión inconclusa van a interpretar con claridad los mensajes que a modo de confidencias recoges allí. Debes recordarles, que no es producto de la casualidad que ellos aún permanezcan como un roble, a pesar de las traiciones y golpes fuertes que han recibido de sus más cercanos colaboradores. Aún existen unos cuantos peones torpes que yo sacaré a su debido tiempo, para que ellos puedan ejecutar la misión a la que vienen predestinados, en función no solo de tu pueblo sino de varios pueblos hermanos y que se levantarán y se proyectarán en el mundo como una muralla o fortaleza, conformando todos ellos una patria grande.

    Con respecto al mundo militar, solo de esa manera podrás ayudar a muchos hombres a quienes se les ha mutilado su niño interior y que terminan convirtiéndose en seres grises y sin brillo en su rostro, producto de tanta frustración y castración de su espíritu; entonces ellos, podrán resurgir como el ave mística del fénix de entre cenizas, aprendiendo a cultivar su espíritu. Esa fue una de las razones por lo que te mostré la casa donde reina la lujuria y perdición. Será esto un ejemplo para esa generación de relevo, quienes deben aprender a obedecer, pero antes deben exigir que se les respete y se les dé un trato digno de una criatura el Señor.

    Debes enseñar a través de tus experiencias a otras personas el significado espiritual oculto de este relato y la importancia que tiene en sus propias vidas, para que aprendan a romper las barreras del tiempo, con el objeto de que entiendan que todos ustedes han experimentado muchas vidas a través de esas barreras. Barreras estas que ustedes mismos se han impuesto, en la medida en que esos tiempos cíclicos se cumplen. Si avanzan en cada una de ellas, la próxima será mejor, pero si al contrario retroceden irán en decadencia, hasta que por último quedarán atrapados en la oscuridad, entonces ya no habrá vuelta atrás. Eso no es más que recordar que somos un trino, es decir somos un todo, por lo que si no conocen al Padre, no conocen al Hijo, si no conocen al Hijo, no podrán ir al Padre. Pues si no conocen al Hijo no conocen su propio interior y el resultado que se produce es que habrán matado el espíritu tanto de Dios, como el de ustedes, pues todos somos uno».

    Seguidamente el anciano con sus palabras dulces y pausadas, me explicaba que cada uno de nosotros cuando nacemos venimos con los ojos vendados, por lo que se hace necesario que aprendamos a quitarnos la venda para que podamos entender los misterios de la vida. Inmediatamente después de esta explicación y con muestra de amabilidad me dijo:

    «Cuando hayas concluido tu misión de vida, en la futura, podrás entonces reunirte con tu amado, antes no, y eso será al otro lado del mar, hacia el occidente. Ese hombre de gran elevación espiritual, que posee el don de libertad, de paz, sabiduría y que es capaz de dominar el mundo en armonía con la naturaleza; con él, tendrás tres tesoros, uno de ellos será esa persona que sin cansancio, con amor y paciencia salvará parte de mi rebaño; será el desobediente constructivo, será de la generación nueva, aquellos hombres que cada vez que aparecen hacen adelantar a la humanidad entera hacia mejores derroteros. Estos seres nuevos serán poseedores de ideas y valores propios, los espirituales. Se asemejarán a aquel hombre, que no se valió de las fuerzas, que no deseó gobernar, ni tener nada, que fue ese héroe de ser, de dar, de compartir. Aquel hombre que fue capaz

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1