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Dos Pasos Al Olvido
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Dos Pasos Al Olvido

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Primer libro de la trilogía: New Horizons
-Segunda edición- Es un día como cualquier otro en Nueva Berlín, basada en las rutinas y en los deberes, como siempre. Los habitantes tienen claro quiénes son y que quieren. Gastan su energía y tiempo para intentar lograr los objetivos que se han fijado. Son fuertes y determinados, como deben ser los pioneros espaciales, pero las apariencias engañan y pronto no solo se enfrentarán con un peligro desconocido, pero también a mirarse a sí mismos, descubriendo que son diferentes a como se imaginaban.
Primera novela de F.A. Rammon indaga en la naturaleza humana, siempre igual a si misma, en un futuro hipotético dominado por la tecnología y la exploración espacial.
LanguageEspañol
Release dateOct 17, 2017
ISBN9781507182444
Dos Pasos Al Olvido

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    Dos Pasos Al Olvido - F. A. Ramnon

    Epilogo

    Agradecimientos

    ¡A Federico, sin su incitación, apoyo y ayuda esta obra nunca hubiera visto la luz!

    Capitulo 1

    Buenos días, Mark.

    Una cálida y envolvente voz femenina se propagó por la habitación oscura.

    Son las seis y cincuenta minutos del lunes seis de mayo del 2137.

    Patricia comenzaba a despertar, odiaba aquel despertador, aquella voz perfecta, seductora; tal vez estaba celosa, aunque eso era absurdo. Con la voz aún pastosa dijo:

    Mark, ¿podrías desconectarla por favor?

    Mark ni siquiera hubiera escuchado un tiroteo, eso explicaba la razón por la que siempre llegaba tarde, y el volumen del despertador ni siquiera era bajo, generalmente a Patricia le daba casi un infarto cuando empezaba a hablar.

    Sus citas de hoy son las siguientes: a las siete y treinta tiene una reunión con el personal de la dirección...

    De hecho, no entendía para que servía esta sincronización de los datos del calendario, si Mark continuaba durmiendo. Le dio un codazo diciendo:

    Mark, ¡vamos!

    ... Hmm ¿qué? Mark finalmente comenzaba a despertar

    Computadora, desactiva el despertador...

    Huella vocal reconocida. Buenos días, Mark.

    La voz de la computadora era una bella voz masculina y Patricia pensaba, cada vez que la escuchaba, que la habría preferido como voz pre-configurada del despertador.

    Mark se estiraba en la cama, aún medio adormilado, dijo: Computadora, iluminación suave.

    Un tenue brillo proveniente de las paredes enteramente recubiertas de OLED comenzó a invadir e iluminar la estancia. Patricia se levantó, estaba desnuda y se cubrió con la primera cosa que tuvo a la mano, la camisa de algodón sintético de Mark. Se dirigió al replicador y preguntó:

    ¿Qué quieres de desayunar?

    Mark se retrasó en la cama.

    Para mí solo un té con leche, gracias.

    Patricia digito el comando en la interfaz, tomó los platos y las bebidas y los llevo a la mesa; Mark la observaba en toda su belleza. La camisa se pegaba a su piel suave y aterciopelada. Le hubiera gustado tomarla de nuevo entre sus brazos, pero sabía que era tarde. Responsabilidad, que horrible palabra.

    Se puso rápidamente un par de pantalones y se acercó a la mesa. La miró mientras sorbía su bebida a base de soya y decidió darle el discurso que había preparado desde hace días.

    Patricia, sabes que hoy parto hacia la cara oculta y que estaré lejos por lo menos un mes.

    Patricia ni siquiera lo miraba, estaba ocupada hojeando las noticias del día que aparecían en la superficie OLED de la mesa, y distraídamente dijo:

    Si, lo sé ¿qué hay con ello?

    Bueno, nos vemos desde hace casi dos años, tal vez sea momento de concretizar una relación más estable, ¿no crees?

    Patricia casi se ahoga al beber su soya. Después de un ataque de tos, le dedico una mirada alarmada.

    Mark, ¿qué quieres decir? ¿Matrimonio?

    Bueno, tal vez, no de inmediato, pero al menos un noviazgo. Planificar algo más estable.

    Patricia se sintió traicionada; sabía muy bien que pensaba al respecto, y ahora le tocaba de nuevo exponer su punto de vista.

    Mark, hace dos años fui muy clara contigo. De momento mi prioridad es mi carrera. ¡Sabes cuánto me llevo alcanzar mi actual posición en Mantenimiento de la Seguridad! Años...

    Sí, lo sé, pero esperaba que ahora...

    "¡Déjame terminar! Me ha tomado años y ahora tú quieres que lo tire todo a la borda por... ¿qué? ¿Una vida en pareja que ninguno de los dos está en posición de asegurar? ¡Estaría completamente LOCA!

    Subrayó la última palabra con énfasis. Estaba particularmente molesta. Mark no creyó que se lo tomara tan a pecho. Conocía su punto de vista, pero había pasado tanto tiempo y le parecían que las cosas habían progresado. No había esperado esta reacción.

    Cálmate... no quería hacerte enojar. Pensaba que tal vez también tú podrías quererlo.

    Patricia se levantó y comenzó a vestirse.

    Te hubiera dicho si hubiera cambiado de idea, o te lo habría dado a entender.

    Está bien, he interpretado mal. Al principio solo eran encuentros que finalizaban en... bueno tú sabes, en eso. Después comenzamos a salir, a vernos. Parece que me he equivocado...

    Patricia estaba en el baño y se estaba alistando rápidamente. Sentía que se sofocaba, tenía que salir lo más pronto posible. En la tormenta de emociones en que se encontraba, una duda comenzó a devorarla: ¿y si fuera verdad? ¿Su historia había cambiado de forma natural sin que se diera cuenta? Cierto, Mark le gustaba, era masculino, decisivo en los momentos justos, excepto este obviamente. La hacía sentir bien; pero amarlo, no eso no. Era una distracción, una compañía para no sentirse solos entre los otros. De ahí a pensar que podía convertirse en una relación era algo totalmente impensable. Comenzó a recorrer mentalmente las últimas salidas, las cenas, la diversión, los paseos al planetario y a los parques. Negó con la cabeza. No estaba lo suficientemente lúcida para considerar esta información, tenía que calmarse primero.

    Estaba lista para partir, tenía que salir de allí, le faltaba el aire.

    Mark, creo que esta separación nos hará bien.

    El la miró como si le hubiera diagnosticado una enfermedad incurable.

    ¿Eso significa que nos dejamos?

    Si... no... de hecho, no digo eso, pero creo que ambos debemos pensarlo. Yo tengo que pensarlo. Debo entender... hubiera querido agregar: dónde me he equivocado, pero se lo guardó.

    Bueno, me voy. ¡Nos vemos cuando regreses!

    Ya estaba afuera; Mark le dijo algo que ni siquiera escuchó. Finalmente estaba fuera de allí; la pesadilla había terminado. Pero ya era tarde, tenía que correr al trabajo.

    Mark aún estaba sentado, mientras ella salía prácticamente corriendo. Ni si quiera escucho cuando le dijo: ¿Tampoco podemos hablarnos por video llamada?

    Se le hizo un nudo en la boca del estómago. Sintió como de repente las piernas se volvieron heladas. Respiraba trabajosamente. Sabía que era, un ataque de ansiedad agudo.

    ¿Qué había combinado? No era el epílogo que tenía en mente. Esperaba algo totalmente diferente. ¿Y ahora? ¿La había perdido para siempre? Miró el reloj, las siete y diez. Otra vez se le había hecho tarde. Tal vez en este momento el trabajo era la mejor medicina. Se vistió velozmente. Se enjuagó el rostro, metió los restos del pobre desayuno en el replicador, y presionó el comando de reciclaje energético. Un tenue brillo blanco crepitaba aún en el proceso de reconversión materia-energía, mientras él salió al corredor directo al trabajo. ¿Qué tenía que hacer?  Nunca pudo escuchar la lista de las citas del despertador. Tal vez tenía una reunión.

    Capitulo 2

    Finalmente, Patricia estaba respirando de nuevo.

    ¿Cómo había podido suceder? Era la única pregunta que se arremolinaba en su cabeza. Se sentía frustrada. ¿Cómo era posible que Mark hubiera podido tergiversar su relación? ¿O fue ella quien se había equivocado en algo? Había sido muy clara la primera vez que salieron juntos; sólo quería un amigo con beneficios. Alguien con quien pudiera salir sin compromiso y con el cual tener la parte de intimidad que su cuerpo le pedía para sentirse bien. Nada más.  ¿Dónde se había equivocado? ¿Era posible que las cosas se le hubieran salido de control? Retrocediendo en el tiempo no podía más que constatar que, a parte de un breve periodo inicial en que cual había sido muy independiente y atenta, se había relajado y se había dejado llevar, segura de que todo mejoraría. Al final se había comportado como una compañera. Las cenas, los paseos, las largas confidencias todo era testimonio de que probablemente el error había sido de ella. Todo había comenzado tan natural y tan gradualmente que no se dio cuenta. A estas alturas la consternación llegó a su estómago. Se sentía atrapada. ¿Como podía escapar?  Cálmate Patricia, se decía. Al final no estaban casados. Lo que sentía era excesivo. Respira profundamente. Tenía que entender si aquello que estaba sucediendo no era la expresión inconsciente de lo que en realidad deseaba. Para ponerle fin a esta relación, habría tiempo de sobra. De hecho, Mark tenía que partir esa mañana y ella tenía un mes para reflexionar y considerar que es lo que de verdad quería. Tenía la sospecha de que todo había sucedido por la excesiva sensación de seguridad; había bajado la guardia. Como había dicho lo que quería al inicio, no pensaba que habría problemas posteriores. Hasta aquel momento había obtenido todo lo que en realidad quería: las ventajas de una pareja, sin las obligaciones de la misma. Era una situación fantástica, pero en realidad no podía durar mucho. En cuanto a Mark la situación ahora era estrecha y necesitaba tomar una decisión.

    ¿Quiero continuar y dar el salto, o prefiero recomenzar con alguien más? Como si fuera fácil encontrar a alguien decente con quién tener una relación similar...

    Esos eran los pensamientos que llenaban su mente, mientras se dirigía al sector del Mantenimiento de la Seguridad. Era un camino un poco largo. Tenía que salir del núcleo residencial, atravesar la cúpula sobre las bandas móviles elevadas, tomar un tube y llegar a la zona del Mantenimiento de la Seguridad en la parte externa del cráter. Estaba tan absorta que no se daba cuenta de las personas con quienes chocaba, ni de los colegas que agitaban en vano la mano para saludarla. No tenía ni tiempo para admirar las maravillas que la rodeaban: eso, o ya estaba acostumbrada. Habían pasado años desde la primera vez que entro en la cúpula y el asombro que le provoco era sólo un recuerdo lejano.

    Llegó a su departamento, se acercó a la puerta, puso la mano en el escáner, pronunció el código de reconocimiento y el lector de iris confirmó su identidad; podía entrar.

    Bienvenido, teniente Romanov, dijo la voz computarizada mientras la primera puerta de seguridad se abría. Entro en la cápsula que se cerró de inmediato a su espalda. Un sistema de sensores verificó que no hubiera armas o explosivos, y que nadie más se había metido en la cápsula sin autenticarse. Al terminar de escanear, la puerta interior se abrió y ella pudo dirigirse hacia su estación.

    Hola Patricia, ¿cómo estás?

    Patricia, ¿me escuchas?

    Susan vio a Patricia completamente absorta en sus propios pensamientos, era la primera vez que la veía en este estado. Estaba visiblemente turbada. Le puso una mano en la espalda y con aquel contacto finalmente Patricia regresó a ser consciente del mundo que la rodeaba.

    Ah, Susan... perdona no te había...

    ... ¿Visto? Concluyó Susan, "Me di cuenta, pero ¿qué te sucede?

    Nada... problemas personales.

    Sobre que, vamos, somos amigas o al menos me gusta pensarlo. ¿Aún crees que soy una espía del jefe del sector?

    Bueno, no... Patricia en realidad no la consideraba una amiga. Todos allí dentro eran posibles contrincantes, obstáculos para su carrera. Pero también era verdad que aparte de Mark no salía con otras personas, y en ese momento necesitaba de verdad hablar con alguien.

    ¿Se trata de Mark? ¿Se pelearon? ¡Sería la primera vez luego de dos años! ¡Tenía que pasar tarde o temprano! ¡Al final es posible que tengan diferentes puntos de vista!, ¡Lo importante es saber cómo manejar las discusiones sin deteriorar la relación! Dijo Susan.

    Parece que sabes mucho...

    No, sólo tengo buen sentido. ¿Adivine? Preguntó Susan bajando la voz, para que no escucharan su conversación.

    Si, tuve una discusión con Mark.

    ¿Puedo saber por qué?

    Podría decírtelo, pensó para sí misma Patricia, tal vez me haga bien.

    Quiere llevar nuestra relación a un plano más estable. Quiere planificar una vida en común.

    Fantástico, ¿no estás contenta? Susan vio la expresión de Patricia cambiar radicalmente.

    No, al parecer no estás feliz, y continuó.

    Pero, ¿por qué? ¿No lo amas? Preguntó Susan, con cierta curiosidad.

    Le tengo afecto, pero no lo amo. No me mal intérpretes, estoy bien con él y amo el tiempo que pasamos juntos, pero no había considerado estos aspectos.... No quiero una historia de este tipo.

    Es verdad que, Dios da pan a quien no tiene dientes. No sabes cuánto me gustaría encontrar a un hombre que me hiciera una propuesta como la que Mark te ha hecho a ti; todos buscan solo divertirse, como si la vida fuera infinita. Es verdad que con las nuevas técnicas se puede pensar en tener hijos aún a los sesenta años y, que la esperanza de vida es de 100 años, pero algunas fortunas son raras; si fuera tú lo pensaba antes de botar todo por la borda, como parece que quieres hacer.

    Ahora mi única preocupación es la carrera. Ahorrar los suficientes créditos energéticos para permitirme una vida tranquila. Puse algunos óvulos en suspensión criogénica, así ni la menopausia me podrá impedir la creación de una familia... pero no ahora. Ahora no puedo permitírmelo.

    Pero serían dos para afrontar las adversidades...

    Con algo de irritación Patricia interrumpió el discurso de Susan.

    ...Pero ¿cómo? Pones el alma en la relación, inviertes tiempo, pierdes oportunidades importantes en tu vida y, ¿luego? Te abandonan, ¡eso es lo que hacen! ¡Te quedas sola! ¡Más sola que antes! Que crees que le ha pasado a mi madre. Dedico la vida a aquel hombre y luego, ¿qué sucedió? Primero la traiciona y después hace de su vida un infierno, hasta que ella, desesperada, decide dejarlo. Y lo peor es que ahora él es considerado la víctima... Porque fue ella la que se marchó. Pobrecito, ¡qué lástima! Mientras tanto el bastardo, después de dos meses se metió con aquella otra puta y mi madre y yo, con los pocos créditos que podía guardar con su trabajo de medio tiempo, tuvimos que salir adelante solas.

    Patricia estaba fuera de sí, había comenzado a gesticular vistosamente y a alzar la voz. Sus colegas cercanos habían comenzado a voltearse hacia ellas para saber que estaba pasando.

    Ohh bajo la voz Patricia... Le suplicó Susan, No es el lugar ni el momento.

    Apenas había terminado de decir estas palabras, cuando el jefe del sector, notando la conmoción, vino hacia ellas y les dijo:

    ¿Se puede saber lo qué están haciendo? ¡No es el lugar para demostrar la falta de control! ¡Regresen a trabajar de inmediato! Teniente Romanov, llegó tarde, ¡esto será anotado en su registro de servicio!

    Sí, señor, de inmediato, señor, dijeron ambas mujeres.

    Perfecto, solo me faltaba esto: ¡un reporte negativo en mi registro!

    Pensando sobre esto, Patricia se dirigió a su estación, se sentó, introdujo su tarjeta de reconocimiento en la consola y dígito su autenticación. Estaba furiosa consigo misma. Se había dejado abrumar por sus sentimientos. Nunca había explotado de esta forma. No entendía la razón.

    Todo es culpa de Mark, siguió pensando, ¿por qué me hizo esto?

    Parecía que el día no avanzaba. No lograba concentrarse en su trabajo y estaba en continuo retraso con las actividades que tenía que hacer. Tenía frente a ella la lista de los sistemas a revisar: sistemas de refrigeración de amoniaco de los sistemas más antiguos, verificar los generadores de fusión atómica y de antimateria, verificar los campos fotovoltaicos y las matrices rectenna, sobrecargas localizadas, sistemas automáticos de defensa, verificar los sistemas de intensificación gravitacional, verificar los reflectores de protección de la cúpula residencial. Extraño, pensó, la lista de inspección de los reflectores esta en gris. Lo cual significaba que no era posible utilizar la voz y efectuar las actividades programadas. ¿Quién sabe por qué? Tal vez debería avisar al jefe del sector de esta anomalía... mientras estaba pensando en esto el susodicho llegó por atrás y le dice:

    ¡Teniente Romanov!

    Patricia se encogió visiblemente en su puesto. No se había dado cuenta del supervisor y se había asustado. Tampoco esto era propio de ella. Siempre tenía el control de la situación y de aquello que la rodeaba. O así lo había creído siempre. Parecía que ese día no.

    Sí, señor, ¡dígame!

    Su rendimiento el día de hoy deja mucho que desear. En la inspección de los sistemas de refrigeración de amoniaco ha dejado deliberadamente la presión del conducto V137 con valores de guardia. Usted sabe mejor que yo que un incendio o un mal funcionamiento de los sistemas podría producir la pérdida de vidas humanas; nuestra misión es preservar el sistema para que esto no suceda... El jefe del sector continuo con su disertación, pero se dio cuenta de que Patricia no le estaba escuchando. Patricia se sentía como una jovenzuela principiante, como si no supiera todo esto.

    ¡Hacía años que hacía este trabajo!

    teniente, ¿me escucha?

    ¡Sí, señor! Dijo Patricia con una voz no muy convincente.

    ¿No se siente bien?

    No, señor, ¡le aseguro que estoy bien!

    Lo verificaremos de inmediato, y hablando al comunicador de muñeca agregó: Un médico a la estación J465, ¡de inmediato!

    La enfermería estaba justo al lado de la sección del Mantenimiento de la Seguridad, para garantizar una intervención inmediata en caso de llamada. En sólo dos minutos un médico del equipo de socorro estaba en la estación J645, la de Patricia, y dirigiéndose al jefe de sector dijo: ¡Precisar la naturaleza de la emergencia médica! Pocos preámbulos y ninguna cortesía, solo eficiencia. ¡Parecía una maquina!

    Creo que el teniente Romanov no está en condiciones de continuar de manera eficiente su trabajo. Quiero saber su opinión.

    El médico saco su tricorder, lo apunto hacia Patricia y comenzó su análisis que duro apenas unos segundos. Al final, dijo:

    El sujeto físicamente está bien, excepto por un estrés emocional evidenciado por una híper actividad del sistema límbico. Esto podría conducir a una limitada respuesta a los estímulos externos y a posibles errores de evaluación, así como a períodos de distanciamiento. El sujeto no es en este momento, idóneo para el trabajo. Se sugiere un periodo de reposo y tal vez una entrevista con el consejero, para una primera evaluación del daño emocional.

    Bien, lo que me faltaba, un loquero, pensó Patricia.

    Después de haber realizado su informe, el médico se fue sin si quiera despedirse. Solo eficacia. El jefe de sector ni siquiera le prestó atención. Probablemente a esos niveles se esperaba un comportamiento así, distanciado; pero a Patricia la sacaba de quicio.

    Bien Teniente, ha escuchado al doctor. Tomé el resto del turno para descansar. Mañana vaya con el consejero y me entrega un reporte.

    ¿Y mis tareas señor? ¿A quién se las paso? ¡Todos están agobiados!

    No se preocupe por eso. Extrañamente hoy también están de servicio los reservistas.  Tal vez el sistema central ha previsto un simulacro. Así que deje todo a mí. Se lo daré a su reemplazo.

    ¡Gracias señor!

    ¿Gracias de qué? Pensó Patricia mientras se volteaba para digitar sus comandos sobre su estación. Pasó sus dedos sobre el plano de trabajo muy rápido. Reagrupó las tareas que aún no había hecho y se los envío a su jefe de sector. Verificó si en

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