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Sermones Para Los Que Se Han Convertido En Nuestros Colaboradores (I)
Sermones Para Los Que Se Han Convertido En Nuestros Colaboradores (I)
Sermones Para Los Que Se Han Convertido En Nuestros Colaboradores (I)
Ebook315 pages5 hours

Sermones Para Los Que Se Han Convertido En Nuestros Colaboradores (I)

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Este libro es una colección de sermones escritos para nuestros colaboradores y santos, para enseñarles cómo vivir una vida como verdaderos siervos de Dios. Por esta razón este libro se titula "Sermones para los que se han convertido en nuestros colaboradores". El autor desea tener comunión con los colaboradores de nuestra fe que creen de todo corazón en la justicia de Cristo, sin ningún interés personal. Desea esto porque los ha encontrado en la fe en la justicia del Señor y ahora lo están predicando.

LanguageEspañol
PublisherPaul C. Jong
Release dateApr 5, 2017
ISBN9788928214013
Sermones Para Los Que Se Han Convertido En Nuestros Colaboradores (I)

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    Sermones Para Los Que Se Han Convertido En Nuestros Colaboradores (I) - Paul C. Jong

    Este libro es una colección de sermones dirigidos a nuestros colaboradores y santos para mostrarles cómo vivir una vida de verdaderos siervos de Dios. Por esta razón está titulado Sermones para los que se han convertido en nuestros colaboradores.

    Deseo de todo corazón tener comunión con nuestros colaboradores en la fe, con los que creen de todo corazón en la justicia de Cristo, sin importar los intereses personales. Deseo esto porque nos hemos encontrado por fe en la justicia del Señor y están predicándola ahora también. El Apóstol Pablo anhelaba tener comunión por fe con los santos de toda la Iglesia de Dios en la justicia de Dios y no en términos humanos. Y yo también anhelo esto. Quiero predicar el Evangelio del agua y el Espíritu hasta el fin del mundo con nuestros colaboradores, tanto aquí en mi país como en el extranjero. El Señor nos ha confiado esta tarea y a toda la gente del mundo. Por eso me gustaría tratarles como mis colaboradores por fe en la justicia del Señor y no a nivel humano.

    Lo primero que quiero pedirles es que piensen en cómo es su vida de fe. Entonces les guiaré para ayudarles a entender de qué deben tener cuidado y por qué fe deben correr la carrera de su fe. Desde que encontré el Evangelio del agua y el Espíritu, que es la justicia del Señor, mi prioridad ha sido mantener la fe en Su justicia y seguir la voluntad del Señor. Por desgracia algunas personas, después de poner su fe en el Evangelio del agua y el Espíritu, nos han dejado y se han ido al mundo y ahora viven condenadas. Les aconsejé bien con la Palabra de Dios, pero no escucharon mis palabras como si fueran de Dios. Al final murieron espiritualmente y ya no están en la Iglesia de Dios. Esto es una gran pena.

    ¿Cómo están viviendo en el mundo y qué están haciendo ahora? ¿Puede un ser humano vivir solo de pan? El Señor dijo: «No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca que Dios» (Mateo 4:4). Creo plenamente en esto. ¿Cómo puede una persona que cree en el Evangelio del agua y el Espíritu vivir solo de pan?

    El Señor nos ha confiado la tarea de predicar Su Evangelio. Así seguiré Su mandamiento con los fieles que se han convertido en mis colaboradores. Sé que dirán que sí a Su mandamiento, no a nuestras voluntades terrenales, y seguirle por fe. Espero que no vayan por el mal camino al dejar de ser siervos Suyos. Hasta el momento en que vuelva el Señor, debemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todos los que no lo conocen todavía.

    Este libro transmite mi esperanza de que no vayan por el mal camino más colaboradores nuestros. He sido glorificado a través de la persecución por la justicia del Señor. Si alguien nos persigue por predicar este Evangelio del agua y el Espíritu, esta persecución será nuestra gloria ante Dios. Espero y oro para que todos nuestros colaboradores estén con el Señor en Su Reino, como prometió: «He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20).

    Del autor

    1 de diciembre de 2008

    SERMÓN 1

    Benditos los que

    comparten el pan de vida

    en estos últimos días

    < Mateo 24:32-51 >

    «De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes».

    Leamos la Palabra del Evangelio de Mateo, capítulo 24:6-8: «Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores». Entonces el Señor dijo que, cuando llegue el final de los tiempos, oiremos hablar de guerras y rumores de guerra, y nación se levantará contra nación y reino contra reino, y habrá hambre y terremotos. Y esto es cierto.

    Hoy en día solo escuchamos noticias de calamidades

    A menudo escucho noticias acerca de calamidades por todo el mundo y pienso que el Señor volverá pronto. En el pasaje de las Escrituras de hoy hemos leído que el Señor dijo: «De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas» (Mateo 24:32-33). Las hojas de las higueras se secan y se caen; y las ramas se quedan desnudas en invierno. Sin embargo, en la primavera, salen nuevos brotes de las ramas y después salen pequeños higos. Cada higo tiene su propia flor dentro del fruto. No podemos verlo porque florece de esta manera. Podemos asumir que el fruto de una higuera está maduro cuando se pone de color rojizo. Así es la higuera que el Señor dice que debemos tomar como señal de que el verano está cerca al ver que sus ramas se hacen tiernas y las ramas empiezan a echar hojas.

    De esta manera, el Señor nos avisa de que estará a las puertas cuando empiecen a ocurrir por todo el mundo hambrunas, terremotos y calamidades. El Señor nos está mostrando estos signos a los que vivimos en nuestra carne y estamos cansados de vivir en un mundo así. Hace algún tiempo muchas personas murieron aplastadas en la Provincia china de Sichuan a causa de un terremoto devastador y el Primer Ministro de China lloró y pidió ayuda para su pueblo. Muchos estudiantes murieron en este terremoto porque muchas escuelas se derrumbaron. El Gobierno de China se comprometió a investigar a los constructores de estas escuelas y castigar a cualquier persona responsable del mal trabajo en esos edificios. Pero, ¿creen que habrían sabido que estos edificios se colapsarían en caso de terremoto? Han pasado casi 10 años desde la última vez que visité Yeonbyun en China, y en aquel entonces vi mucha construcción mal hecha. Un terremoto de 7.8 en la escala de Richter arrasó la provincia de Sichuan y se dice que casi cien mil personas murieron en esta calamidad.

    El Señor dijo que debemos saber que el Hijo del Hombre está a las puertas en los días de las calamidades y esto significa que el Señor retornará pronto. El Señor dijo que toda Palabra que habló se cumplirá, como está escrito: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mateo 24:35). El pasaje de las Escrituras de hoy puede interpretarse de varias maneras, pero lo principal es que el tiempo en el que nuestro Señor regresará está cerca. El primer mundo que Dios había creado fue a través de Adán y Eva, pero todas las criaturas murieron durante el diluvio excepto la familia de Noé y los seres vivos que había dentro del arca. El Señor entonces nos hizo a los seres humanos multiplicarnos y dar fruto después de que la familia de Noé saliese del arca. Y entonces nacieron los descendientes de Noé. Así, esta nueva humanidad fue creada, pero nosotros, la segunda humanidad, estamos condenados a morir.

    De la misma manera en que la primera humanidad desapareció, la segunda humanidad está a punto de ser destruida y la tercera humanidad aparecerá en el nuevo mundo. Y el tercer mundo es el Reino Milenario y es el principio del Reino de Dios eterno. Entonces el Señor dijo: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mateo 24:35). Debemos entender que la Palabra del Señor se cumplirá definitivamente y debemos vivir por la fe en la Palabra del Señor. De lo contrario la gente no sabrá qué ocurre en estos tiempos y no vivirá por fe y será destruida con este mundo mientras solo le importa las cosas sin valor.

    Nadie sabe el día ni la hora del retorno del Señor; pero vendrá como vino el Diluvio de Noé

    El Señor dijo que la gente estaba comiendo y bebiendo, casándose y dando en matrimonio hasta el momento en que llegó el diluvio de Noé. Dijo que no sabían que la destrucción inminente iba llegar hasta el momento en que Dios los destruyó. Las Escrituras dicen que todos, excepto la familia de Noé, fueron destruidos en el diluvio. En aquel entonces, nadie sabía que la destrucción estaba cerca hasta que murieron todos.

    ¿Quién no conoce este hecho? Todos los cristianos de hoy en día lo saben. Pero a pesar de esto no les importa el hecho de que el retorno del Señor está cerca como a la gente de los días de Noé no le importó la destrucción inminente de la que Noé les avisó. Debemos saber que el Advenimiento del Señor está cerca. También es cierto que el tiempo de la destrucción de este mundo ha llegado, pero esto también significa que el tiempo del retorno del Señor está cerca y vendrá a nosotros como el Señor del Advenimiento.

    ¿Qué hará nuestro Señor cuando venga a este mundo por segunda vez? El Señor hará que toda la gente que ha recibido la salvación de sus pecados viva en el nuevo mundo con Él. Y el Señor vendrá a juzgar a los pecadores que no creen en Su justicia. Debemos saber que ha llegado la hora para que nuestro Señor venga y despertemos.

    Nuestro Señor nos ha enseñado a los predicadores y a los santos acerca de este segundo Advenimiento. El Señor dijo: «Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa» (Mateo 24:40-43). La hora del retorno del Señor está cerca. Por tanto, los que dicen que no saben cuando volverá el Señor deben despertar y creer en esta Palabra del Señor. El Señor vendrá a este mundo y se llevará a uno pero dejará a otro.

    Los dos hombres en esta Palabra denotan dos tipos de predicadores. Todos los predicadores piensan que están haciendo la obra de Dios en este mundo. Todos los predicadores están predicando la Palabra del Evangelio a la gente y cuando el Señor vuelva al mundo tomará a uno y dejará a otro. El que vaya a ser tomada por Dios será determinado por si una persona cree en la justicia de Dios. Todos hacen la obra del Señor, pero esto dependerá de si son aprobados por el Señor. Una persona será tomada por el Señor o dejada dependiendo de una cosa. Entre los predicadores, algunos serán tomados por el Señor mientras que otros serán dejados. Esto significa que nuestro Señor decide el resultado final de nuestra fe. El que seamos tomados por el Señor depende de lo que el Señor requiera y no lo que nosotros queramos. El Señor vendrá a este mundo y se llevará a los que merezcan ser tomados y arrojará a los que deban ser arrojados. El Señor nos llevará a los que creamos en el Evangelio del agua y el Espíritu y seamos fieles a Él al Reino del Señor y nos hará vivir eternamente allí.

    En el pasaje de las Escrituras hemos leído hoy que el Señor dijo: «Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada» (Mateo 24:41). ¿A quién le está hablando el Señor aquí? El Señor está hablando esta Palabra a los predicadores que viven en este mundo. El Señor nos está hablando a nosotros. El Señor nos está diciendo que estemos despiertos. El Señor está diciendo que debemos estar despiertos porque ha llegado la hora del retorno del Señor. Dicho de otra manera, el Señor nos está diciendo que estemos preparados para Su Segundo Advenimiento.

    El Señor nos está diciendo que prediquemos este Evangelio con lealtad. El Señor nos está diciendo que prediquemos este Evangelio a toda la gente del mundo. Esto significa que entraremos en el Reino del Señor en su momento mientras predicamos el Evangelio así. El Señor dijo: Levantaros y predicar este Evangelio. Cuando vuelva a este mundo y vea a la gente viviendo así, bendeciré a esta gente que viva así. Sin embargo, si hay alguien que bebe y se junta con la gente del mundo, la castigaré. El Señor dijo que separará a los malvados de los justos (Mateo 13:49). El peor castigo de todos es ser rechazado por Dios. El Señor dijo que haría estas cosas cuando llegase el momento.

    Ahora estamos predicando el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo

    Ahora el Señor nos está hablando del retorno de nuestro Señor y las cosas que hará en el futuro. El Señor nos dice que debemos saber que el Hijo del Hombre está a las puertas cuando ocurran calamidades por todo el mundo. Sin embargo, el Señor dice: «Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre» (Mateo 24:36). El Señor repite estas dos cosas continuamente. El Señor nos habla del tiempo de Su llegada. Pero nadie en este mundo sabe cuándo regresará. Asimismo, la gente del mundo no debe saber la hora del retorno del Señor. Por eso el Señor dijo que nadie sabe que la hora de la llegada del Señor está cerca.

    Hay una persona llamada Julian Chaderton en Bélgica. Ahora tiene unos 50 años. Dijo que había recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu después de haber leído nuestros libros y que su mujer e hijos también habían aceptado el Evangelio con tanta alegría cuando compartió el Evangelio con ellos. Estamos pensando en nombrarle evangelista de nuestra Misión y confiarle la obra de predicar el Evangelio a la gente de su tierra, San Cristóbal y Nieves en las Antillas.

    Los hermanos y hermanas de Corea y nuestros colaboradores en el extranjero están predicando este Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo como predicadores del Evangelio ante la presencia de Dios. Aquí, en Mateo 24, versículos 45 a 46 el Señor dijo: «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así». Esto significa que la gente que cuida del pueblo de Dios y le da alimento espiritual a su debido tiempo está bendecida. Pero entonces, ¿quiénes son las personas que darán alimento espiritual a su debido tiempo a los que han sido creados a imagen y semejanza de Dios? Son las personas que predican la Palabra de Verdad del Señor hasta el retorno del Señor. Los que predican el pan de vida de Dios por todo el mundo están bendecidos. Nuestros colaboradores, hermanos y hermanas son los elementos decorativos del candelabro de oro para compartir el Evangelio, la comida espiritual de Dios.

    Hacemos la obra de Dios continuamente, pero algunas personas aceptan este Evangelio mientras que otras no. Los que aceptan el Evangelio del agua y el Espíritu en sus corazones serán llevados a la presencia de Dios, pero los que no creen en este Evangelio y no lo aceptan serán dejados atrás. Estamos predicando el Evangelio ahora cuando la venida del Señor es inminente y estas cosas ocurrirán cuando el Señor vuelva. Así que quiero que nos convirtamos en personas que distribuyen el alimento espiritual a su debido tiempo. Así que muchas personas por todo el mundo están recibiendo la remisión de los pecados a través de nosotros. Sin embargo, hay muchas personas que están en contra de nosotros. Pero hay una cosa clara, que el Advenimiento del Señor es inminente.

    Durante el tiempo del diluvio de Noé la gente solo estaba interesada en casarse, dar en matrimonio y otras cosas carnales del mundo hasta que el diluvio devastó el mundo. En aquel entonces, el diluvio duró 40 días, pero hasta el momento en que empezó el diluvio la gente comió y bebió y nunca se paró a pensar en que iba a ser destruida. Solo Noé y su familia obedecieron la Palabra de Dios acerca de la destrucción inminente del mundo y prepararon el arca. Aparte de la familia de Noé nadie pensó así. La gente pensó: Aunque llueva mucho, ¿cómo se va a inundar toda la tierra que tiene tanto especio? Por mucho que llueva no creo que vaya a morir todo el mundo. Solo tendremos que asegurarnos de que hay un sistema de drenaje que funcione bien. Y si se inunda este sistema, tendremos que subirnos a los tejados. Y si el agua llega hasta los tejados, tendremos que subir a las montañas. Y si el agua llega hasta la cima, tendremos que ir a una montaña más alta. Pensaron: Por mucho que llueva, dudo mucho que se inunde todo el mundo.

    Durante los días de Noé, probablemente no había una montaña tan alta como el Everest ni la cordillera del Himalaya. Las montañas altas de este mundo han sido formadas por los cambios distróficos de la tierra. De todas formas no sé si había montañas altas durantes los tiempos de Noé, pero el hecho de que todo el mundo se inundase es cierto. Sin embargo, la gente de aquel entonces dudó que esto pudiese pasar. Pensó: Estas cosas no pueden pasar. Y aunque pasase, todo el mundo moriría, Pero yo no. Pensaron cosas así de abstractas pero en realidad el diluvio ocurrió.

    ¿Cómo son los pensamientos de la gente que vive en la actualidad comparados con los de la gente de los tiempos de Noé? Son iguales. La destrucción vendrá a este mundo como el diluvio vino durante los tiempos de Noé. Esta destrucción vendrá de repente. ¿Cuándo? ¿Está el momento tan cerca? No tenemos que discutir sobre si el día está cerca o no. De la misma manera, no debemos hacer distinciones entre las denominaciones del cristianismo. ¿Por qué es necesario aferrarse a las diferentes denominaciones? No importa a qué denominación pertenezcan porque serán destruidos si tienen pecados en sus corazones, y por tanto, lo único que tienen que hacer es preparar sus corazones para tener la fe genuina al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu cuando lo encuentren y recibir la remisión de los pecados. Y solo tienen que ser criados como personas de fe en el Evangelio del agua y el Espíritu y mantener esa fe preciosa en sus corazones para darle la bienvenida al Señor cuando vuelva. Por tanto, habremos conseguido nuestro objetivo si el Señor se nos lleva. Entonces, ¿por qué tenemos que hacer distinciones de denominaciones ahora? ¿Por qué tenemos que luchar los unos con los otros con las diferentes sectas dentro de las comunidades cristianas en el fin de los tiempos?

    La gente prepara cosas solo para su carne como si fuera a vivir en este mundo miles de años porque no conoce la voluntad de Dios, pero será destruida si vive así. No solo para la gente del mundo, pero para todos los creyentes cristianos, no hay tiempo para contemplar los asuntos del mundo. Una persona debe creer bien en el Evangelio del agua y el Espíritu ahora cuando escuche a alguien predicarlo o cuando lo lea en uno de nuestros libros. Todos los pecadores deben prepararse para el Segundo Advenimiento del Señor. Deben prepararse para conocer al Señor e ir al Reino del Señor. Por eso los nacidos de nuevo deben predicar este Evangelio por todo el mundo. Debemos distribuir este pan de vida que nos da verdadera vida a todos.

    Entonces, ¿qué es el alimento espiritual para las almas? Es la Palabra de Dios. La verdadera vida se vive en la Palabra de Dios. Esta Palabra es la Palabra del Evangelio del agua y el Espíritu. La Palabra de Dios es la Palabra de vida y la Palabra de Verdad. La Palabra de Dios renueva nuestras almas y nos hacer estar bendecidos.

    La destrucción del mundo es inminente ahora y por eso los pecadores no tienen tiempo de contemplar si deben aceptar el Evangelio del agua y el Espíritu. Ahora estamos enviando nuestros libros acerca del Evangelio al por mayor para que nuevos colaboradores los distribuyan y también los mandamos en paquetes pequeños a personal individuales. Además de enviar uno o dos libros a la vez, estamos enviando entre 3000 y decenas de miles a la vez. Lo que quiero decir es que estamos enviando muchos libros. Cuando enviamos estos libros a la gente de cada país, algunas personas leen los libros y aceptan este Evangelio mientras que otras no lo aceptan; algunas personas lo dejan de lado después de leer un poco y le dan el libro a otros; y algunas personas ven que es diferente a lo que han aprendido y cierran el libro porque creen que es una herejía.

    Pero, ¿se pueden permitir ser así en su situación tan extrema? No pueden permitirse ser así porque están en una situación desesperada. No pueden permitirse rechazar el Evangelio de Dios cuando son pecadores preparados para ser destruidos ahora mismo por sus pecados. Son pecadores que serán destruidos seguro. Entonces, ¿cómo pueden recibir la salvación de esta destrucción inminente si son así de tercos? Deben estar agradecidos y aceptar este Evangelio del agua y el Espíritu rápidamente. Deben estar agradecidos si Dios quiere salvarle de todos sus pecados.

    Sin importar cómo reaccione la gente, los predicadores debemos compartir el alimento espiritual a su debido tiempo

    Debemos administrar el pan de vida diligentemente. Cuando distribuimos esta comida, los predicadores no debemos tener favoritos; no debemos dar este alimento solo a las personas que nos gustan. Esta es la razón por la que estamos llevando a cabo nuestro ministerio literario. Estamos produciendo y distribuyendo muchos libros que contienen el Evangelio del agua y el Espíritu. Nos encontramos con dificultades y problemas a menudo mientras distribuimos estos libros de la misión de esta manera, pero la gente los lee y recibe la salvación. Los lectores que merecen creer creerán en el verdadero Evangelio, pero otros lectores no creerán en él. Quizás algunas personas se desharán de este libro o se lo darán a otros amigos. Pueden decir: ¿Estáis interesados en este libro? Vais a una iglesia, ¿no es así? Leed este libro, yo no lo entiendo aunque lo haya leído. La gente lee los libros así. El Señor nos bendice a los que les damos este alimento espiritual a todo el mundo. El Señor nos ha prometido que nos dará el Reino Milenario y todo Su Reino de los Cielos a los que distribuimos este alimento espiritual. El Señor nos confía el Reino para vivir allí durante toda la eternidad. Esta es la bendición que el Señor nos da a los justos.

    En el final de los tiempos, debemos hacer la obra de distribuir el alimento espiritual. Nuestros colaboradores también deben hacer la misma obra. Hemos hecho una página web que se llama nlmbookcafe.com para nuestros colaboradores del extranjero y están teniendo comunión los unos con los otros a través de esta página para trabajar juntos. Y se están haciendo más fuertes espiritualmente mientras se comunican los unos con los otros. Así ganan fuerzas los unos con los otros.

    En realidad, podemos encontrar muchas cosas buenas si nos decidimos a hacer esta obra justa de Dios. Podemos distribuir nuestros libros de sermones o podemos predicar el Evangelio del agua y el Espíritu personalmente, y hay muchos lugares en los que podemos distribuir estos alimentos espirituales porque hay muchos pecadores en este mundo. Hay muchas personas en este mundo que han recibido la remisión de los pecados al escuchar este Evangelio verdadero y creer en él de corazón.

    Antes solíamos distribuir nuestros libros en Corea también y en una ocasión, un anciano de cierta iglesia leyó uno de nuestros libros y recibió la salvación. Uno de nuestros santos metió un libro por la puerta abierta de su casa y el anciano lo leyó y vino a nuestra Iglesia y escuchó la Palabra del Evangelio con gozo y recibió la remisión de los pecados. Esta persona era un anciano de una pequeña iglesia de una iglesia rural y ahora ya no viene a nuestra Iglesia porque no quiere que la gente de su aldea le discrimine. Pero este anciano cree en el Evangelio personalmente. El que esta persona siga creyendo en este Evangelio en el futuro depende del Señor. Nosotros tenemos que distribuir nuestros libros del Evangelio para que muchas personas reciban la remisión de sus pecados a través de ellos. En cualquier caso, debemos saber que hay muchas cosas que tenemos que hacer en la actualidad.

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