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Cerebral
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Ebook152 pages2 hours

Cerebral

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About this ebook

Thomas nunca había tenido una vida normal: no tenía padres y era considerado un fenómeno por quienes lo rodeaban. Debía huir, ya que lo buscaban frenéticamente varias agencias como la CIA y FBI. Sin más opción, utilizaría su mejor arma: su cerebro.

LanguageEspañol
PublisherTito Loor
Release dateFeb 8, 2018
ISBN9781370821907
Cerebral

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    Cerebral - Tito Loor

    Tengo el enorme agrado de presentar esta obra, cuyo autor no solo es un colega si no un amigo. Si bien sus trabajos anteriores se caracterizaron por su realismo y brillante redacción, este libro que en tan poco tiempo fue elaborado, se suma a un exquisito trabajo de fantasía, cuyos elementos que los componen son irreales, sobrenaturales e imaginarios, en ellos el autor nunca intenta explicar el porqué de los hechos irracionales como ocurre en las novelas de ficción.

    Sin embargo, ciertos pasajes de la presente, son reales y surreales, echando a volar su mente en la riqueza innata de lo imaginativo, entrando en el campo inmenso de la ciencia ficción, es como si el autor se anticipara a lo que pasará en un futuro no lejano, demostrando así que ve más allá de lo que otros mortales lo hacen.

    Se evidencia un experimento científico de última tecnología que pone de manifiesto los límites entre un ser humano normal y la adulteración ocasionada por una ciencia desmesura-da comandada por el IGMS y el terrorífico AK3.

    Es notable la sencillez con la que explica acontecimientos complejos que permiten a los lectores sin conocimiento específico del tema, comprender sin mayores dificultades el tópico elegido.

    Es una obra que pueden disfrutar jóvenes y adultos; grandes y chicos, incluso es una excusa para establecer un vínculo. Confío que este libro pasara a ser un clásico en las bibliotecas de muchas familias, debiéndose esto a la grandeza imaginativa que ofrece el artista.

    Agradezco el espacio para compartir con los lectores, los sentimientos que se generaron con esta obra y felicitar al escritor por su excelente trabajo.

    Dr. José Javier Cedeño Escobar

    CEREBRAL

    Jueves 08 de septiembre, año 2039

    Grace hablaba a sus estudiantes del grave problema de sobrepoblación mundial, pues ahora eran prácticamente 10 mil millones de habitantes sobre el planeta, los líderes mundiales no podían solucionar los problemas de migración, guerras, alimentación y salud; además de la contaminación que se exacerbaba cada día más, haciendo todo más complejo para subsistir. Sumándole los últimos mega atentados terroristas a países como Inglaterra, Alemania, Israel, Canadá, Francia y EEUU. Con el constante asedio de una verdadera tercera guerra mundial que amenazaba iniciar desde hace años por intermedio de la liga árabe unida, y los adelantos tecnológicos que pretendían desplazar la otrora útil capacidad capitalista de comercio y manutención global.

    Los detalles gráficos iban apareciendo, proyectándose velozmente tanto en la pizarra como en los pupitres táctiles, vibrando e iluminando tenuemente la frente de cada estudiante.

    Notó la maestra que, en el rincón derecho del aula, Thomas, el nuevo alumno parecía no prestar ni la mínima atención.

    ——Thomas, ¿podrías decirnos cuál es el número de habitantes por superficie cuadrada de nuestra ciudad de New York?

    Thomas respondió en el acto:

    ——New York, maestra, contando con sus 5 distritos, Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y State Island, más sus áreas rurales tiene 29.485 habitantes por Km², lo que da a la fecha 34.5 millones de habitantes incluidos los turistas temporales.

    La respuesta era muy acertada, pero Grace observó algo raro en la mirada del adolescente del high school, parecía como un autómata, sus ojos no eran vivaces, no expresaban sabiduría, más bien ocultaban algo, ahora Grace no estaba segura del test psicológico que mostraba el IQ (coeficiente intelectual) como no tan fuera de lo normal, solo 114, pensaba en las pocas preguntas que le había realizado. Él no se equivocaba, a no ser con una suma ridícula en la ocasión que lo sacó al frente a la pizarra. Por su sonrisa ligera y la curva que hizo la comisura de sus labios era probable que lo hubiera hecho a propósito.

    Ella deseaba develar ese enigma o coincidencia.

    Al terminar la clase de ese día decidió entonces revisar el expediente de Thomas. Lo que encontró la dejó estupefacta.

    Tiene 13 años, hijo de padres desconocidos, su madre adoptiva era Madeleine Steward. Por supuesto Thomas se apellidaba Steward, vinieron de San Diego, California. Pero ¿por qué?

    No existían mayores datos excepto por los hobbies del chico: basquetbol, videojuegos virtuales, pesca y lectura científica.

    ¿Pero no es obvio? Se preguntó la profesora. Algo aquí no luce bien.

    Esa noche Madeleine había recibido un mensaje para que se presentara en el colegio. Estaba nerviosa, después de interrogar a Tommy, (como ella le decía) este le comentó que no había incurrido en ninguna indisciplina.

    Se tranquilizó, pero recostada en su cama recordaba el ofrecimiento hecho a su hermana Scarleth Stein en su lecho de muerte. El de no abandonar nunca a su hijo, ocultándolo del Instituto Gubernamental Maximus Science (IGMS). Ese instituto era el responsable de toda su desgracia. Aún no comprendía como una tía tenía que aparentar ser la madre biológica de un…

    El teléfono sonó, eran pocas las personas que tenían su número, pensó dos veces antes de contestar.

    —¡Aló!

    —Hola, soy John, quisiera saber si el sábado podrías trabajar doble jornada en la oficina, te pagaré bien.

    —Claro John ahí estaré, no te preocupes. Bye.

    No podría negarse porque su situación económica era apremiante, los pocos ahorros que tenía, más el dinero recibido por Scarleth y el seguro que alcanzó a cobrar por la muerte del padre de Thomas no serían suficientes si las cosas se pusieran feas, tendrían que huir de nuevo.

    El anterior empleo de Madeleine en una oficina de registro de identidad, había hecho el milagro de crear varias identidades distintas para ella y para Tommy.

    Analizaba que ya debería de estar muerta la indigente de la cual robó su identidad mientras estaba drogada; seguro tenía tuberculosis, también Alzheimer, fue fácil, recordó haberle dado varios sánduches en el albergue donde borró sus registros. Ahora la única Madeleine Steward era ella, lo bueno es que tenía Social Security, podía laborar y ahorrar en un banco con su nueva identidad.

    Ser arriesgada era lo que la mantenía a salvo junto a su sobrino. No deseaba pensar en lo que les harían los agentes del IGMS, si los localizaban.

    A su cuñado Fred, después de registrar su casa, lo habían asfixiado introduciéndole muchas tabletas por su garganta; dejaron frascos semivacíos de barbitúricos, le hicieron pasar por un adicto sin más; aunque él era un científico que solo se dedicaba a estudiar. Eso le contó su hermana Scarleth, poco antes de morir en un hospital donde una extraña bacteria la fue consumiendo poco a poco, los médicos no pudieron descubrir la cura; pero ¿cómo iban a hacerlo? Si el IGMS está 30 años más avanzado en investigación científica y médica. Además, trabajaba apoyado por una sección de la propia CIA, era como nadar contra la corriente.

    Ya Madeleine no podría confiar en nadie.

    Fred y Scarleth hacían una vida no tan fuera de lo normal hasta que se anexaron al IGMS, luego tuvieron que aislarse de sus demás familiares y amigos, colaboraron con su cometido hasta rayar en la locura. Fred pasaba demasiadas horas como el típico científico trasnochador, investigando hasta lo mínimo para que el proyecto tuviese éxito. Opinaba en ocasiones que la ciencia era lo único que podría salvar a la raza humana de su propia extinción, era menester sentar las bases para que un horizonte promisorio prevenga la terrible hecatombe que amenazaba al planeta. Su máxima era: a mí me salva o mata la ciencia. Hasta cierto punto aquello se cumplió como él lo pregonó.

    Madeleine y Scarleth se criaron juntas en la periferia norte de San Diego, ambas procedían de un hogar rígido. En la infancia se distanciaron y fueron a un internado de señoritas para estudiar debido a la instrucción religiosa que deseaban aplicarles sus padres, también a la gran distancia que suponía el viajar continuamente a casa. Más tarde ya no podían separarse la una de la otra, establecieron un vínculo tipo gemelar, lo cual les trajo muchos inconvenientes con sus parejas sentimentales, pues necesitaban comunicarse continuamente y consultarse sobre cualquier tropiezo que se presentase. Madeleine tuvo vida marital, pero sin casarse por solo tres años, hasta enterarse su marido que no podría darle descendencia ya que tenía el útero infantil. Recordaba que Scarleth le había dado ánimos a la pareja de una manera tan ridícula diciéndole que era como si un hombre tuviera un micro pene, por lo tanto, la solución era la adopción. Por supuesto que el tipo se fue lejos a buscar caer en brazos de otra, pero primero, claro está, haciéndole un estudio ecográfico.

    Por eso era que Madeleine tanto amaba y se apegaba a Tommy, a quien quería como a nadie en el mundo.

    Thomas fue un bebé a ratos abstraído, pero a la vez muy atento a todos los movimientos de su alrededor.

    Llamaba la atención cuando no hizo ninguna sonrisa en su rostro hasta las 8 semanas de nacido. Parecía vocalizar arrullándose, las vocales ya las mencionaba al mes. Llorando levemente hasta conseguir lo que anhelaba. Caminó a los cinco meses prematuramente, fue interesante observar como jugaba con los elementos materiales, daba a conocer que sabía de los peligros que le rodeaban, no introducía nunca un dedo en los sitios que conducían la electricidad. No tuvo cólicos, tos, alergias o síndromes diarreicos, su peso y talla eran perfectos para su edad.

    Su aprensión manual junto a su fuerza de tono muscular era superior a los demás niños. Contaba la madre a Madeleine, que las famosas vacunas del primer año no hicieron mella en el niño, jamás lloró, situación que asombraba a propios y extraños. Según Fred no eran necesarias estas vacunas para su hijo, solo lo hacía por protocolo, ya que el organismo mismo eliminaría todo lo que era tóxico o estaba de excedente en su interior, tomando únicamente lo estrictamente necesario.

    Los juegos recreativos al año de vida eran los legos o los rompecabezas de 5000 piezas, los cuales los armaba en un día sin ayuda de nadie. Al año seis meses ya podía leer con claridad y buena pronunciación.

    Posteriormente cuando iba al jardín, los maestros se impresionaban al conocer el accionar junto a respuestas muy precisas que daba el infante. Madeleine que quiso siempre una vida de lo más normal para su sobrino, fue llamada para felicitarle por tener un niño superdotado. Le hicieron test psicológicos también de proyecciones.

    Un profesor manifestó que el chico debía estar realmente en la universidad. A partir de entonces empezaron los cambios de escuela tratando de esconder las especiales cualidades de Tommy. No existiría ningún lugar del mundo que sirviera para que estudie un ser tan dotado. Parecería imposible además se fraguaba el peligro de ser descubierto por quienes ya le seguían la pista, el IGMS.

    Ese agente del Instituto, un tal Wagner la buscaba, es decir buscaba a Tommy. No pudieron obtener los micro chips de investigación que incluían a su cuñado y hermana, ya que el jefe del proyecto, Mark, había quemado toda evidencia material, los objetos computarizados, cibernéticos y nanotecnológicos fueron destruidos por decisión del ex director nacional del IGMS, incluso denominó a su acto: curarse en sano.

    Mark opinaba que aquello era una aberración humana, ese proyecto estaba destruyendo las normas éticas, tanto morales como religiosas del planeta. Por lo tanto, no debería repetirse jamás. Tenía mucho poder, por lo tanto, pudo hacer lo que su conciencia le dictaba en aquel momento.

    El proyecto había iniciado a mediados del 2015 en la administración de Obama, y fracciones de organismos estatales colaboradores con el IGMS no estaban dispuestos a dejar inconcluso un experimento tan importante, costoso en dinero y tiempo, pero Mark no quiso dejar evidencias sobre aquel sacrilegio.

    La verdad era que los documentos archivados habían sido borrados en las computadoras de la CIA, IGMS, FBI y hasta en

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