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Volviendo Al Huerto: Tu matrimonio puede experimentar la plenitud del Edén
Volviendo Al Huerto: Tu matrimonio puede experimentar la plenitud del Edén
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Volviendo Al Huerto: Tu matrimonio puede experimentar la plenitud del Edén

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About this ebook

Tu matrimonio puede experimentar la plenitud del Edén.
"Y dirán: esta tierra desolada se ha hecho como el Huerto del Edén..." (Ezequiel 36:35a - LBLA).

La palabra Edén significa placer, deleite, delicia, delicadeza, cosa refinada. El Padre desea que el matrimonio se establezca sobre un territorio delicioso, a fin de producir deleite. Fuimos creados para vivir en deleite.

Dios creó la región del Edén y allí plantó un huerto abundante y perfecto para que el hombre, su más amada creación, habite. Ese huerto fue traído del cielo a la tierra con la arquitectura del Padre, por eso el Señor se paseaba en él mientras el hombre lo guardaba y labraba. Ellos tenían una relación perfecta.

Este mismo ambiente se replicó en el matrimonio, donde varón y varona iban a fructificar y multiplicarse para llenar toda la tierra.

El engaño de las tinieblas y la consecuente corrupción del hombre causaron la pérdida de su condición, posición y autoridad. Así el diseño del matrimonio se corrompió. Los huertos fueron vaciados.

La degradación familiar es la consecuencia de la pérdida de la presencia de Dios, y esta se pierde por la administración incorrecta de los recursos que el Padre nos ha dado para cumplir su propósito.

Debemos esforzarnos por vivir la gloria postrera en nuestras familias para que luego llene nuestras generaciones y la iglesia en las naciones.

La buena noticia es que por más desolado que esté nuestro matrimonio, Dios tiene los recursos para convertirlo en el Huerto del Edén. Es mi deseo que a través de estas páginas seamos llenos de revelación, fe y la fuerza necesaria para luchar por nuestro huerto. Este es un llamado del Padre que resuena desde la eternidad: ¡Levantémonos y conquistemos el huerto que Él soñó para nosotros!
LanguageEspañol
PublisherBookBaby
Release dateJan 17, 2018
ISBN9789874580351
Volviendo Al Huerto: Tu matrimonio puede experimentar la plenitud del Edén

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    Me encanto... un desafío para los matrimonios lo recomiendo para toda familia

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Volviendo Al Huerto - Andrés Bulacio

huerto

Prólogo

La primera vez que tuve la oportunidad de ser parte de un seminario para matrimonios, hace como treinta años, aparte del entusiasmo de los expositores, me impresionó la manera tan humana de enfrentar la vida matrimonial y la solución de los problemas. Muchos de los consejos y recomendaciones se enfocaban en:

•mejorar la comunicación;

•tener una predisposición a perdonar las faltas del cónyuge;

•introducir los principios de la Palabra en la vida diaria.

Recuerdo que me preguntaba: ¿qué pasa cuando la pareja no puede comunicarse como consecuencia de una acción de las tinieblas?, ¿qué sucede cuando no se puede perdonar como consecuencia de estar heridos en el área del recuerdo?, ¿por qué no podemos como iglesia ofrecer a los matrimonios algo más que psicología matrimonial?

Por años, al revisar los estantes de las librerías cristianas, lo único que encontraba era más de lo mismo: escritos y materiales elaborados por gente de buen corazón pero que desechaban consciente o inconscientemente los principios elementales del mundo espiritual. Lo más crítico es que el matrimonio, al igual que la redención o la adopción, es un asunto que se crea en las dimensiones del espíritu y no en la de los hombres, por lo que tratar de entender los problemas matrimoniales desechando esta verdad es simplemente como tratar de tomar sopa con un tenedor.

A pesar del desánimo que expresan mis anteriores comentarios, me entusiasma ser testigo de un cambio extraordinario que se está produciendo en este momento en la iglesia de todas las naciones. Hay un despertar por volver al espíritu, un anhelo sincero y un esfuerzo honesto por depender otra vez del Espíritu, como se supone siempre debió ser.

El Padre está despertando el espíritu de muchos profetas en las naciones de la tierra para redescubrir el diseño correcto de cómo deben ser las cosas y definitivamente esto está generando muchas olas, especialmente en esa parte del cuerpo que ha convertido la genuina vida de ese cuerpo (un organismo) en una organización bien estructurada.

Andrés Bulacio es parte de ese rocío fresco de profetas que están levantando su voz con el deseo de hacer conocer el corazón del Padre y poder dejar un legado a las siguientes generaciones, sin el ánimo de hacerse famoso ni edificarse un nombre propio. Desde que tuve el privilegio de conocerlo pude ver en él una pasión muy grande para que las familias regresen al diseño correcto y genuino con el cual Dios nos entregó este tesoro. El aporte que él hace a la iglesia de reforma es muy grande. Ciertamente es más fácil proyectarnos en los asuntos tan urgentes de la recuperación de los ministerios y en el evangelismo necesario para alcanzar a la actual generación; pero: ¿qué pasa cuando grandes hombres de Dios no logran tener familias sanas?, ¿qué sucede cuando logramos impactos de evangelismo extraordinarios y conseguimos multitudinarias congregaciones, pero tenemos familias destruidas con hijos que no quieren saber nada de Dios? Creo que ese antecedente ya lo hemos visto en gente cercana y no lo queremos más entre nosotros.

Amados, recomiendo con mucha alegría y expectativa este hermoso material con la seguridad de que no solo le ayudará a mejorar su vida familiar, sino que por encima de eso, le permitirá ver los entretelones de esta relación y los actores escondidos que operan más allá de lo que la psicología y consejería matrimonial tradicional pueden ver.

Bendigo este proyecto, con la seguridad de que es el primero de muchos otros que se levantarán en este hermoso tiempo para poder presentar al Padre una iglesia a su imagen y semejanza.

Dr. Fernando Orihuela

Ministerio Kerigma Internacional.

Parte 1

INTRODUCCIÓN

Perspectivas del Huerto

Capítulo 1

Una expulsión traumática

Y el SEÑOR Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado.

Génesis 3:23 (LBLA).

Me gustaría comenzar usando nuestra capacidad de imaginación para que podamos viajar en el tiempo y así, llevar a nuestras fibras más íntimas, una realidad antigua: la vida en el Huerto del Edén. Aquí vamos…

Eres ese hombre recién creado, tu espíritu es impresionante, a imagen y semejanza del Creador. Tu alma está llena de la luz de la vida, tu cuerpo es perfecto, sin ningún nivel de corrupción ni enfermedad. Tu inteligencia, identidad, visión y sentidos brotan de tu espíritu y se proyectan a todo tu ser. Tu cuerpo es un vehículo de conexión tremendo para moverse y actuar sobre el huerto. Te sientes pleno. Tu espíritu, alma y cuerpo funcionan como una unidad perfecta, sin división, a tal punto que es difícil hablar de ellos individualmente, ya que todo es uno.

El recurso más impactante con el que el Padre te ha dotado es tu voz. Ella tiene los códigos del Padre Creador y la creación reconoce ese código. Los animales se sujetan a tu voz respondiendo al nombre que les pusiste.

Estás parado en medio del huerto y puedes sentir una conexión de gobierno con todo lo que el Padre ha puesto bajo tu autoridad. Hablas y todo te responde bendiciéndote con su fertilidad y riquezas.

De pronto, un perfume especial empieza a llenar el huerto y un sonido particular comienza a oírse. Parece viento, pero tú sabes muy bien quién es…es Él, tu Padre, paseándose por el huerto y viniendo a estar contigo.

Es una relación especial, diferente a lo que experimentas con la creación. Con Él hay una unión de espíritu a espíritu, de Padre a hijo, propia de una imagen compatible, sin rechazo ni imperfección. Es como estar conectado a través de un cordón umbilical invisible, lugar por el cual se alimenta todo tu ser.

Es hermoso dialogar sobre los avances en el huerto y las experiencias con la creación. Es agradable escuchar los sueños del Padre para ti y todo tu linaje, hablar sobre los pasos a seguir para la expansión del huerto y de cómo vamos a llenar la tierra. Es una relación deleitosa.

En una de esas tantas conversaciones llega el momento donde le planteas una inquietud y le dices:

-Veo que cada animal tiene su compañera, los he visto crecer y multiplicarse y lo he disfrutado. Pero es extraño, sé que me hiciste pleno y no necesito nada, pero simultáneamente hay algo en mí que desearía relacionarse con una compañera. Por otro lado…¿cómo piensas que me puedo multiplicar para llenar la tierra?

El Padre se sonríe y te dice:

-Estaba esperando que me lo pidieras, quería que te dieras cuenta de que por más lleno que estés, necesitas relacionarte para encontrar sentido a la vida y para multiplicarla. Te voy a hacer una compañera…

De pronto no recuerdas nada más…no sabes cuándo te dormiste, ni que pasó, pero sientes una sensación extraña cerca del corazón, en el costado izquierdo. Notas que hubo un cambio, algo está diferente. Si bien las cosas no están claras aún, al abrir los ojos

-¡Wuauuu! ¡Hueso de mis huesos y carne de mi carne!-, exclamas.

Al ver a la mujer brotan velozmente las conexiones en tu mente y todo se clarifica.

-Ahora entiendo el diseño, me uno a ella y ¡seremos una sola carne! Así es, compatibilidad y complementariedad perfectas, con el potencial de hacernos una unidad implacable para fructificar, multiplicarnos, sojuzgar y gobernar la tierra. ¡Esto cada vez se pone mejor! Varona, ese nombre es perfecto.

Comienzas un nuevo camino con tu compañera y le explicas lo que aprendiste del Padre. Le muestras cómo la tierra produce generosamente, sin esterilidad y cómo todo da fruto.

El huerto es un lugar perfecto para que tus hijos crezcan y maduren hasta el momento en que, dejando a sus padres (como Dios se los había explicado), lo expandan para así llenar toda la tierra.

Pero un día aparece un animal astuto con el que usualmente dialogabas, y percibes en él un comportamiento sutilmente diferente, tanto, que casi no se nota.

Sin que tú lo supieras, el caído, Lucero, el ángel degradado y expulsado por rebelión, había hecho contrataciones con la serpiente para que fuera el vehículo que lo conectara con los planos terrenales de la creación. Una atmósfera extraña comienza a afectar al huerto; ciertos rasgos de independencia comienzan a brotar en la varona y otros tantos de desinterés en ti.

La serpiente comienza a dialogar con tu compañera y el engaño se empieza a tejer. El animal capta su atención, la voz la confunde y la varona pierde claridad sobre lo que le habías transmitido que el Padre había dicho. De pronto sus ojos se posan en el fruto prohibido y este se vuelve deseable.

Ser como Dios…es atractivo…, pensó ella. Lo toma y lo muerde. Es gustoso al paladar, pero bajo los efectos de la hechicería de la serpiente no advierte cómo mientras come, un veneno llamado maldad comienza a expandirse por todo su ser. Fascinada por esta experiencia, extiende su mano y te ofrece del fruto. Te sientes aturdido por esta situación. La varona te habla y te dice:

-Come del fruto, no hace mal, por el contrario, seremos como Dios. Mientras haya amor entre nosotros todo es bueno.

Su voz se nota diferente, algo cambió. Hay un código diferente que tiene una fuerza de persuasión que no puedes explicar. Haces un esfuerzo grande por recordar qué fue lo que el Padre te había dicho, pero la mirada de la Varona es tan sensual que te cuesta decirle que no. Ves el fruto y…comes de él.

Luego de que ambos comieron, y cuando el efecto alucinógeno pasó, caen en un estado de shock. Se sienten muy mal, se miran con desesperación, todo parece estar cambiando a un ritmo vertiginoso. Miran el huerto y de pronto la creación comienza a reaccionar, los animales se tornan agresivos, la naturaleza pareciera rechazarlos

¿Qué está pasando? De repente, como un vago recuerdo viene a tu mente la voz del Padre diciendo que el día que de él comas, ciertamente muriendo morirás. Te preguntas si esto que estás sintiendo será aquello que el Padre llamó muerte.

-No puede ser, esto no puede estar pasando…, dices; pero así es, la muerte entró, hay desconexión del Padre.

Sientes cómo todo dentro de ti pareciera quebrarse. Tu ser interno se divide, te sientes desnudo, tus funciones espirituales se desconectan. El terror te consume…

El mayor trauma de la humanidad

Cuando leemos sobre la caída del varón y la varona nos resulta muy lejana la experiencia que ellos vivieron, pero les aseguro que en lo más íntimo de nuestro ADN ese recuerdo está registrado.

¿Cómo se sintió la desconexión de Dios? Quizás nos ayude imaginar que somos alguien que está conectado a un respirador artificial y de pronto se lo apagan. Dejar de tener acceso al oxígeno y empezar a morir. Una experiencia desesperante. En el caso del varón y la varona del huerto, la muerte por asfixia los separó de respirar la vida del Espíritu.

Pero volvamos a aquel momento crucial en el Huerto luego que ambos comieron el fruto prohibido:

Empiezan a vivir pero muertos, sin saber cómo salir de esa situación. Lo que vivieron fue algo similar a que de repente tus sentidos y tu voz se desconectaran de tu cerebro. Ya no hay vista, ni olfato, ni gusto, ni tacto, ni capacidad auditiva, tampoco hay voz. Sabes que a tu alrededor sigue estando la creación que antes gobernabas. Todo lo que hacías y cómo lo hacías ya no está a tu alcance. Tu voz suena solo en tu mente, quieres gritar pero lo que te rodea no responde. No hay voz que salga de tu boca, no hay autoridad. Una desesperación interna comienza a brotar, el temor toma todas tus fibras, la creación se vuelve agresiva contra ti, te desconoce. De lo profundo de tu ser brota un grito silencioso y agónico…

-¡¿Dónde estás Padreeeeee?!.

Lo peor es que sabes que está ahí pero no te puedes comunicar con Él. Todo esto te produce un dolor desgarrador, con una sensación de impotencia terrible, pero sabes que eres responsable de esta situación. La condición en la que has caído tiene el peso de un juicio irreversible. No hay nada en tus propias fuerzas que puedas hacer para cambiarlo.

Tu manera de relacionarte y de proyectar la vida se ve abruptamente quebrada por este cambio de estado. ¿Dónde está la luz?, ¿Dónde está la vida?, piensas…

Pero atrapado dentro de ese cuerpo de muerte estás tú. Sigues existiendo. Tendrás que encontrar la manera de desarrollar capacidades que reemplacen lo que

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