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Emisiones
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About this ebook

Por estos pasajes de Branden Neeson, seremos invitados a adentrarnos en los ambientes de varias de sus historias. Cinco son las obras intrigantes que están recogidas en este libro. Comienza la entrega con “Borrascoso”, un estiloso thriller que nos deparará en una narración vertiginosa y airosa con extraordinarios momentos de suspense. Encontraremos también, “En las corrientes del yermado”, un sorprendente episodio que nos tendrá inmersos en el avance de los acontecimientos que sucederán. En “Soluble” y en “Repartos en los balanceos”, compatiremos las vivencias de dos hombres sumergidos en unas historias alucinantes. Además tendremos el testimonio del protagonista de “Estante”, metido en una serie de extraños sucesos que le rodean desembocando de incierto final.

Branden Neeson; es conocido por su estilo fresco y variado, dando a cada historia su atmósfera y pulso propio. Le identifican los relatos marcados por la incertidumbre que de ellos emana mostrándose firme en sus cadencias, y adquiriendo cercanía con el lector mientras este se sitúa frente a sus obras. En ellas podemos encontrar desde narraciones que abordan un corte de alto suspense, a otras que se desarrollan por los términos de la alucinación, de los encuentros sorprendente en vivencias comunes, a los modos de un clásico de terror, de extractos de fantasía, hasta elementos que nos harán sopesar.

LanguageEspañol
Release dateAug 5, 2017
ISBN9781370129553
Emisiones
Author

Branden Neeson

Branden Neeson; tiene presentado ante el público numerosos thrillers caracterizados por interesantes entramados con un estilo de suspense en las secuencias que los forman. Cuidadoso en la definición de los ambientes de sus lugares, no van involucrando en los sucesos que en estos acaecen, permaneciendo atentos a las acciones que se van fraguando a medida que transcurren. No falta en estos relatos momentos de miedo y delirio, de sorpresa que lleva al sopesar en su ciencia ficción, y increíble momentos que se van sucediendo en sus variadas historias. Acostumbra a dar a sus lectores, desde relatos de género de puro y estiloso suspense, hasta de miedo y asombro, de alucinación, incluso de elaborados párrafos donde se vierten en ellos, partes de interesante reflexión de investigación en algunos de sus relatos.

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    Emisiones - Branden Neeson

    Chapter 1. Borrascoso

    Nos desplazamos hacia el margen del río que atraviesa la ciudad, vamos caminando para querer llegar hacia el local de un conocido que abre una taberna en las cercanías de las plazas del museo. Aceleramos algo el paso porque hemos estado retenidos por unas calles donde la aglomeración es constante. Baldwin me cuenta de los nuevos desempeños de tareas que tiene que realizar en un negocio que emprende en un par de tiendas que abre, me habla de una serie de compras que hace mientras nos movemos por las cercanías de la barandilla del río. Va limpiándose la chaqueta de polvo que tiene dándose unas palmadas mientras torcemos para adentrarnos al puente que nos lleva al centro urbano. Es la tarde de un viernes de fin de semana, pero el mal tiempo se establece con bajas temperaturas y continuas lluvias que surgen y desaparecen lo que hace que por estas calles que suelen ser de recreo estén algo más vacías de lo que suele ser lo cotidiano. Seguimos con nuestro paso a las bocacalles asomándonos a las varias calzadas, y nos internamos observando que empieza a caer algo de llovizna.

    De nuevo al amparo de la situación de varias tiendas, Baldwin me expresa sus dudas en como le va con la apertura de sus comercios, me traslada que inverte mucho tiempo poniéndolos en marcha, pero que en un primer momento piensa que le será más fácil, aunque todavía está optimista. Aparece ante nosotros la plaza de las fuentes donde a menudo se observan varios humildes puestos móviles de venta que llevan algunas personas ofreciendo curiosos artículos, como no, aún con las inclemencias del tiempo, protegiéndose con unos plásticos, se reparten por la plaza expectantes a ver la gente que acontece por estas calles. Damos la curva a la plaza, y encaramos por la ronda de los hostales, en esta se muestran ante nosotros varios grupos de personas esperando ser alojados en los varios edificios mientras charlan en los pavimentos de las afueras de los alojamientos.

    Caminamos por la ronda donde comienza la plaza Trevor Sullivan, pasamos por las calles que la rodean mientras vemos a la gente situándose en sus terrazas cubiertas charlando rodeados a su vez por unas antiguas fachadas de mucho tiempo que se muestran con varias balconeras rodeando toda la transitada plaza. No se suele ver a nadie asomándose de estos balcones, pero cuando nos asomamos a una de las entradas a la plaza pasando de largo, veo a un grupo de personas que charlan relajadamente mientras contemplan apoyados en las barandillas. Subimos por unas escaleras que cubren la zona del antiguo edificio de correos, cuando empezamos a ascender, miro para un lado observando también una calle que suele estar con numerosas personas, debido al temporal se encuentra vacía, se ven a algunos desplazándose, pero son muchos menos de los que suelen ser habituales, solo parece verse a algunos asomándose afuera y saliendo a mirar el cielo y el día que está haciendo.

    Nos mostramos a la calle de la sala de exposiciones Archivald, según pasamos, podemos observar como unos tenderos de unas tiendas que suelen sacar sus productos en unas mesas, han tapado todos sus artículos y se apresuran a meterlos para adentro, esto lo realizan un día a la semana, y aunque algunos incluso se asoman a mirar que tienen, los tenderos les convocan adentro, ya en la tienda, donde pueden pensarse si hacerse con lo que tienen en mente, tienen que hacerlo deprisa por que la lluvia empieza a ser mayor y más incesante, volviendo la acción algo incómoda. Cerca, a un par de calles, vemos a unas cuantas personas resguardarse bajo unos soportales que se sitúan en unas calles que dan paso a las variadas tiendas de la calle contigua, se meten por debajo a cubierto de una serie de edificios que al menos quizá permiten librar lo peor de aquel temporal. Baldwin y yo, nos vamos metiendo de una zona cubierta a otra en los momentos que la lluvia es más alta.

    Nos presentamos en la calle cercana al puente mayor, antes de llegar a este, según trazamos una curva, observamos el local de nuestro conocido, se levanta debajo de unas viviendas en una agitada calle con otras tabernas cercanas, nos asomamos a su puerta observando la buena imagen que tiene, y nos metemos para adentro donde no tardamos mucho en verle hablando con unos clientes.

    —¡Qué bueno que estéis aquí! - nos saluda grandilocuente.

    —Ir para la barra que ahora estoy con vosotros - añade siguiendo hablando con los clientes que está.

    Vamos hacia la barra, y pedimos un par de consumiciones, nos sentamos en unas altas butacas y aguardamos observando con detenimiento el local.

    —Pues sí que lo ha dejado muy vistoso ¿Verdad? - comenta Baldwin mientras se gira mirando.

    —Y tanto, pensaba que sería algo más recurrente, pero tiene una decoración muy genuina, además a la gente le debe de estar gustando también, hay bastantes personas - le sigo en la conversación.

    —Fíjate en esos asientos que curiosos son con esas barandillas cercanas - me invita a mirar Baldwin.

    —Sí, dan buena impresión, y toda la zona de las mesas con esa madera, luce mucho - le indico mirando.

    —Sí, que es verdad - me corrobora Baldwin.

    —Aquí tienen - dice la camarera.

    —Gracias - habla Baldwin mientras se hace cargo.

    —Deberíamos ir para esas mesas - le comento a Balwin señalando para ellas.

    —Por qué no, vamos - dice acabando de darse la vuelta.

    —Cojamos las bebidas - me pronuncio.

    —De acuerdo - exclama Baldwin cogiendo la suya.

    Vamos hasta una de las mesas que se sitúan contra la pared abriéndose en una fila, y nos sentamos uno delante de otro continuando fijándonos en la ambientación de la taberna.

    —Se está cómodo ¿Eh? - comenta Baldwin mientras alarga el brazo estirándolo por encima de los asientos poniéndose cómodamente.

    —No sabía que nos íbamos a encontrar, pero sí, tiene pinta de que sí, y la zona es dada a ello - digo.

    —Espero que os este gustando el sitio, si queréis algo solo tenéis que pedirlo - dice nuestro conocido dando hasta nuestra mesa y poniéndose en un extremo hablándonos.

    —¿Qué os parece os gusta como ha quedado? - nos pregunta.

    —Sí, eso estamos hablando, ha quedado un lugar muy curioso, desde luego, como presencia, tiene una buena nota - le habla Baldwin.

    —Eso espero, sabéis que trabajo mucho para que prospere - comenta bajando el tono.

    —Hay algunos locales por la zona que han cerrado, pero no están tan trabajados como este, en mi opinión, si sigues así, te saldrá bien - le comento observándole.

    —A ver, de momento está teniendo buena entrada de clientes, a ver si continua así - nos dice.

    —¿Y tú qué tal con lo de las tiendas? - le pregunta mirando a Baldwin.

    —Bueno, pues estoy en ello, me llevan también mi tiempo, espero que salga bien la cosa, de momento ando solucionando algunos inconvenientes que tienen que estar listos, estoy todo el día dejando bien una cosa y la otra, me paso buena parte de los días allí - contesta Balwind.

    —Espero que todo te vaya bien, cuando estén preparadas sabes que me pasaré - comenta el hombre mirándole.

    —Sí, sabes que estás invitado - le dice Baldwin asintiendo.

    —Señor - le llama una de las camareras.

    —Bueno, os dejo, tengo que ir a ver que pasa - comenta.

    —Sí, bien, no te preocupes - le dice Baldwin.

    —Sí, tranquilo - le hablo.

    Nuestro conocido y dueño del local se marcha, y Baldwin y yo estamos un rato en silencio mientras disfrutamos de la estancia en el establecimiento, vamos comentándonos diversos temas charlando distendidamente, permanecemos de esta manera, cuando un enorme alboroto se viene desde las afueras del local, nosotros que somos los que estamos más cercanos a las ventana de donde proviene, nos asomamos a ver que sucede. Comprobamos pasados unos segundos que son de una mujer, grita histérica andando por afuera y pasando cerca de la ventana donde estamos. Al verla, salimos a ver lo que pasa, observamos que la mujer no se detiene en gritar, parece hacerlo por la entrada de una tienda de al lado. Nos vamos para la mujer, y esta nos indica para adentro del pequeño establecimiento, es una pequeña tienda de souvenirs, damos unos pasos sin que la mujer nos diga nada que nos valiera, solo grita, y pasamos alarmadamente para adentro de la tienda. Observamos que no hay nadie en su parte principal, no hay nada que llevase a pensar que suceda algo. Afrontamos en dirección a unas pequeñas habitaciones que tiene en su fondo. Una está abierta, es un pequeño baño donde no se ve nada inusual, la otra, la única estancia que queda, está abierta y con luz. Nos damos pasos preparados para lo que pudiera surgirnos, y nos trasladamos lentamente para su marco estando atentamente a lo que pudiera estar pasando. Vamos acercándonos al umbral, y observando, vemos una mujer fallecida.

    Está tirada en el suelo inmóvil con una tubería que se ve arrancada de la pared pasándola de lado al lado, tanto que la mantiene suspendida algo del suelo al estar atravesada por el metal. La sangre abunda, le han asestado dando a través de ella con aquella tubería. La vista es impactante. La estancia es un pequeño almacén de la tienda, el lugar está revuelto, múltiples objetos aparecen tirados por el suelo, sin duda ella ha tratado de evitar llegar hasta su actual situación. No se observa nada muy llamativo, varias cajas y productos de la tienda, al igual que algunas estanterías, están tiradas de cualquier manera, se ven algunas fregonas, trapos, botes de productos, y en una zona de la pared, pegada a ella, se ven unos cubos de agua como con unas hierbas dentro, se ven también algunos tacos de papeles y cajas de servilletas. Todo parece revuelto debido a un forcejeo. Desde luego, allí no hay nadie, y ver a aquella mujer tendida en el suelo hace de aquel lugar un sitio horroroso. Unos hombres entran en la tienda, son unos médicos comentándonos que viene la ayuda, nos desplazamos saliendo por la zona principal del local dándoles paso, y nos vamos para afuera.

    Nosotros estamos muy impactados, nos detenemos apoyándonos en unas paredes, y vemos como algunos transeúntes resguardan a la mujer que ve primero aquello tranquilizándola, y parecen conseguirlo porque de un tiempo atrás ha dejado de gritar. Baldwin se muestra blanquecino, y me temo que estoy de la misma manera.

    —¿Cómo estás? - le pregunto poniéndole la mano en la espalda.

    —Bien,... Bien,... Me ha dado impresión, … Pero se me pasa - me contesta.

    —¿Y tú, cómo

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