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CAPOSOPHIA IV: Pablo Escobar
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CAPOSOPHIA IV: Pablo Escobar

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En esta parte cuatro de la Caposophia se aborda el estudio de Pablo Escobar como el prototipo del capo. Se muestra que el pensamiento mafioso de este líder del crimen organizado, se halla también presente en otras formas de liderazgo, bien sea lícito o ilícito. Se avanza en paralelo en la forma del pensamiento del Nadaísmo, tanto en su expresión filosófica como poética, con más elementos en común y menos en discordancia, para evidenciar que las características de la caposophia se hallan presentes en diferentes formas de organización social.
En la Caposophia se parte del supuesto de que las posturas filosóficas y los sistemas filosóficos planteados a lo largo de la historia de occidente, no desaparecen con la aparición de una nueva postura o un nuevo sistema. Más bien, estas posturas y estos sistemas de sedimentan como capas superpuestas (sedimentus), a la manera de un estrato geológico (estratus), y en momentos de crisis hacen erupción (brotus) hacia la superficie para mezclarse con las posturas y sistemas, operantes en el momento, para formar un cortex filosófico. Esta dinámica del pensamiento hace que en cada sedimentus puedan presentarse diferentes posiciones conceptuales (facies) frente a una misma realidad. A este modo de proceder en el estudio de las cuestiones del ser humano, se lo podría denominar como una “filosofía del estrato”. Este procedimiento será aplicado a un aspecto de la realidad, relacionado con el pensamiento mafioso a lo largo de la historia de la humanidad. A este aspecto de la realidad se lo denomina aquí “caposophia”.
Caposophia es un discurrir hacia el encuentro de las características del pensamiento mafioso y desde éstas, los fundamentos de una filosofía mafiosa, desde la cual entender las crisis de la filosofía y del pensamiento en occidente. Los senderos del recorrido están orientados por las siguientes preguntas:
¿Cuáles son las características del pensamiento mafioso?
¿Cuáles son los fundamentos para una filosofía mafiosa?
¿Cómo una filosofía mafiosa se articula en la tradición filosófica de occidente?
El capo es el símbolo que concreta una forma de pensar y actuar en la sociedad. Desde este símbolo se puede sustraer las características de un pensamiento mafioso. El capo como símbolo puede representar a Alt Capone, a Pablo Emilio Escobar Gaviria, al Chapo Guzmán, a Víctor Corleone, o a cualquier otro personaje real o ficticio que piense o actúe de acuerdo con unas características reconocibles en tal representación. Las características surgen de los elementos comunes a estos personajes reales o ficticios y que dan existencia a algo denominado en la sociedad como “capo”. Esta existencia representa unas constantes invariables en el tiempo, el espacio, y las formas de como es nombrada. El símbolo conserva sus rasgos así se lo nombre “capo”, o “patrón”, o “don”, o “señor”, o “jefe”. Estos nombres son diferentes formas de referirse al mismo símbolo, o a la misma realidad representada por ellos. Pero el pensamiento mafioso no sólo es propio de delincuentes, también se da en los gobiernos, las instituciones del Estado y diferentes estamentos de la sociedad.
La Caposophia evidencia que existe una forma de pensamiento al cual se califica de “oficial” por recibir el respaldo de quienes tienen el poder, pero a la vez existe otra forma de pensamiento “no oficial” que se presenta como opuesto o divergente del oficial. Estas formas de pensamiento se alternan a lo largo de la historia, pero no al modo de una dialéctica como la planteada por Hegel o Marx, sino más bien como una dinámica semiótica. Es decir, como una correlación que se expresa a través de una dicotomía. La correlación sería “pensamiento de época” y la dicotomía sería “pensamiento oficial”/ “pensamiento no oficial”, lo cual se expresa de modo semiótico como:
Pensamiento de época = pensamiento oficial/pensamiento no oficial
En el caso del Nadaísmo se tiene que el pensamiento de época está expresado por un pensa

LanguageEspañol
Release dateJun 20, 2018
ISBN9780463368923
CAPOSOPHIA IV: Pablo Escobar
Author

Luis Carlos Molina Acevedo

Luis Carlos Molina Acevedo was born in Fredonia, Colombia. He is Social Communicator of the University of Antioquia, and Masters in Linguistics from the same university. The author has published more than twenty books online bookstores:I Want to Fly, From Don Juan to Sexual Vampirism, The Imaginary of Exaggeration, and The Clavicle of Dreams.Quiero Volar, El Alfarero de Cuentos, Virtuales Sensaciones, El Abogado del Presidente, Guayacán Rojo Sangre, Territorios de Muerte, Años de Langosta, El Confesor, El Orbe Llamador, Oscares al Desnudo, Diez Cortos Animados, La Fortaleza, Tribunal Inapelable, Operación Ameba, Territorios de la Muerte, La Edad de la Langosta, Del Donjuanismo al Vampirismo Sexual, Imaginaria de la Exageración, La Clavícula de los Sueños, Quince Escritores Colombianos, De Escritores para Escritores, El Moderno Concepto de Comunicación, Sociosemántica de la Amistad, Magia: Símbolos y Textos de la Magia.

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    CAPOSOPHIA IV - Luis Carlos Molina Acevedo

    Estratus Pablo Escobar

    Los hechos de la vida de Pablo Escobar son los sedimentus de un mythos. Nació en 1949 durante un período de alta violencia política, llena de muertes de decenas de miles de colombianos. Creció en una familia de clase media baja. A principios de la década de 1970 se involucró en su primer crimen serio, y para finales de la década de 1970 había ingresado al mundo del narcotráfico. Su genio para la organización le permitió reunir a otros traficantes para formar lo que se convirtió en el Cartel de Medellín. Esto se dio en el momento cuando los estadounidenses descubrían en la cocaína una experiencia inigualable. El cártel suministró un nuevo bienestar a América, e incluso los incontables miles de toneladas de cocaína pasadas de contrabando no fueron suficientes para satisfacer la demanda creciente. Escobar revolucionó el tráfico de drogas mediante la creación de nuevos métodos para contrabandear grandes cantidades hacia América y luego Europa.

    El negocio lo hizo a él y sus socios multimillonarios en poco tiempo. Usó muchos millones de dólares para ayudar a la gente más pobre de Colombia, mediante la construcción de casas, compra de alimentos y medicinas, pago de la matrícula escolar y otras formas populares de distribuir la riqueza. Por esto y otros aspectos se convirtió en un héroe para estas personas. Su mayor temor era inspirado por el tratado de extradición entre Colombia y Estados Unidos y la vida en una prisión estadounidense como consecuencia de ello. En 1982 ingresó a la política y fue elegido como suplente del Congreso. Detrás parecía haber un interés de servir a las clases más bajas de su país como afirmaba en las entrevistas, o tal vez solo fuera el de lograr la inmunidad parlamentaria. Afirmó muchas veces haber ganado su dinero a través del comercio con bienes raíces.

    En 1983 el Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla lo acusó de ser un traficante de drogas. Por primera vez, los rumores se hicieron públicos. Cuando el ministro fue asesinado en abril de 1984, Pablo fue culpado y su carrera política terminó. Fue el punto de partida para una violencia extraordinaria generada alrededor del Cártel de Medellín que se convirtió en parte de la vida cotidiana de Colombia. En 1985 casi 1.700 personas fueron asesinadas en Medellín, y la cifra continuó creciendo sin control. Pablo y los líderes del cártel se vieron obligados a esconderse durante los años siguientes, a veces durante varios meses en la selva, a menudo escapando minutos antes de que las fuerzas del gobierno les diera alcance.

    En noviembre de 1985, la guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19) se tomó el Palacio de Justicia. Cientos de personas murieron, entre ellos magistrados de la Corte Suprema. Pablo fue acusado de financiar el ataque en un esfuerzo por destruir todas las pruebas del gobierno contra él y que reposaban allí. Este ataque conmocionó a Colombia, y personas de todo el mundo comenzaron a oír con mucha frecuencia el nombre de Pablo Escobar.

    En 1988, el cartel de Cali, rival, también declaró la guerra al Cartel de Medellín, bombardeando las propiedades de Pablo. Los asesinatos en Colombia aumentaron de forma alarmante. Por la noche, las calles de las grandes ciudades estaban desiertas. Y aún así, la ola de drogas en Estados Unidos siguió creciendo considerablemente. Pablo y sus colaboradores cercanos, incluido su hermano Roberto, lograron evadir a los enemigos que los buscaban en el país mientras dirigía su ejército privado en la batalla. Pero uno por uno, otros líderes del cártel fueron capturados o asesinados.

    En 1989, los funcionarios del gobierno estaban siendo asesinados y las bombas explotaban en las grandes ciudades de la nación casi a diario. Esto atrajo la atención de la comunidad internacional. Pero el mundo civilizado quedó atónito cuando un avión comercial, el vuelo de la aerolínea Avianca HK 1803, fue bombardeado y los 107 pasajeros murieron. Escobar fue culpado por esto, aumentando su creciente reputación como uno de los criminales más brutales de la historia. Una semana después, la sede del DAS (Departamento Administrativo de Seguridad) fue destruida por una bomba de alto poder. 89 personas murieron. A la guerra del gobierno colombiano contra Pablo Escobar se unieron las tropas especiales de Estados Unidos.

    Pablo tomó represalias al catalogar como objetivos militares a los oficiales de policía. En pocos meses, más de 250 policías fueron asesinados. En 1991, el gobierno finalmente prohibió el tratado de extradición, y Pablo y una docena de otros hombres se rindieron y fueron alojados en una prisión que Pablo construyó y controló, una prisión conocida como la Catedral. En julio de 1992, el gobierno intentó invadir la prisión y capturar a los prisioneros. Si bien oficialmente se explicó que Escobar sería trasladado a una prisión más estricta, él creía que se trataba de un intento de extraditarlo a Estados Unidos. Antes de que pudiera ser capturado, escapó a la selva y las ciudades del interior de Colombia. El asesinato masivo comenzó de nuevo.

    El mythos de Pablo Escobar siguió creciendo. Desde diferentes facies se construyó un ser de características sobrenaturales. Mientras el mundo seguía la historia por la televisión, Pablo Escobar evadió con éxito por más de un año a miles de soldados de Colombia y Estados Unidos, así como a los enemigos de Cali y otros grupos organizados, quienes tenían como objetivo capturarlo o matarlo. El asombro nacional e internacional creció a partir de la imagen de un solo hombre contra los ejércitos mejor organizados del gobierno nacional y extranjero. Para atraerlo, algunas de estas fuerzas atacaron a su familia, a sus amigos, a cualquiera que alguna vez hubiera estado asociado con él. En diciembre de 1993, mientras trataba de obligar al gobierno a permitir que su familia abandonara el país, finalmente se descubrió su escondite. El 2 de diciembre, un día después de cumplir cuarenta y cuatro años, murió sobre el tejado de una casa, tratando de huir de los soldados que lo habían encontrado.

    Los párrafos anteriores constituyen básicamente el resumen de la historia de Pablo Escobar tal como es referida por diferentes facies de la caposophia. El Estratus Pablo Escobar está conformado por los siguientes sedimentus:

    1. Sedimentus Mark Borden

    2. Sedimentus Roberto Escobar

    3. Sedimentus Juan Pablo Escobar

    4. Sedimentus Alonso Salazar

    5. Sedimentus Virginia Vallejo

    Con estos cinco sedimentus de la caposophia relacionada con Pablo Escobar se busca dar un imagen lo más integral posible del capo. Pero a la vez también brindar las características básicas de la figura del capo, como elemento fundamental de la caposophia en general. El primer sedimentus ofrece un opticus desde el lado de los servicios de inteligencia estadounidenses. El segundo sedimentus ofrece un opticus desde el pensamiento y la actuación de la caposophia, en cuanto Roberto vivió al lado de Pablo, muchos aspectos de su vida como mafioso. El tercer sedimentus presenta un opticus familiar de Pablo, desde la perspectiva de su hijo. El cuarto sedimentus se enmarca en el opticus del periodismo. Alonso Salazar como fundador de la Corporación Región, pudo adelantar varios trabajos de investigación periodística, por ello tuvo un acercamiento a muchos personajes claves de la caposophia de Medellín. Y el quinto sedimentus presenta un opticus íntimo de Pablo, por cuanto Virginia fue su amante por mucho tiempo.

    A continuación se presentan las características de cada uno de estos cinco sedimentus que conforman el estratus Pablo Escobar.

    Sedimentus Mark Borden

    Mark Borden en su graphos Matar a Pablo Escobar presenta un opticus balanceado de las facies nacionales e internacionales alrededor de Escobar. Los demás graphos se caracterizan por presentar un opticus o muy local o demasiado alejado del contexto nacional. El graphos de Borden tiene el atributo adicional de integrar un lectos del contexto más detallado y preciso a partir del cual es creado el mythos de Escobar. Por ejemplo, articula a Fernando González, el filósofo de Otraparte, quien hizo un lectos de la cultura antioqueña en términos de una filosofía muy criolla, muy antioqueña. Borden quizá no escudriña el ideario de González a fondo, pero por lo menos en su lectos aparece como un elemento fundamental para la comprensión del contexto de la caposophia alrededor de Escobar. En esta sección se abordan algunos elementos del lectos hecho por Borden sobre el mythos Pablo Escobar y las conexiones con el lectos de González sobre la cultura antioqueña.

    Mark Borden (En adelante MB) en su graphos dice que algunos decían que el hombre muerto era don Pablo y otros sostenían que no, que la policía había matado a un hombre pero que no era él, que don Pablo había vuelto a escapar. Muchos querían creerlo. Había amasado miles de millones de dólares y con ellos levantó bloques de oficinas, edificios de apartamentos, discotecas y restaurantes. También dio casas a los pobres. A aquellos que se habían cobijado debajo de ranchos de cartón, de plástico y de lata en el basurero municipal. Había construido canchas de fútbol iluminadas para que los trabajadores pudiesen jugar de noche. En el Barrio Pablo Escobar de Medellín colgaban fotos de él en marcos dorados y la gente rezaba para que viviera muchos años y tuviera muchos hijos.

    Este lectos de MB se muestra como la confirmación de la filosofía de González para quien el desarrollo económico sólo es posible desde el individuo y no desde la sociedad. En 1919, González escribió su tesis para optar al título de abogado en la Universidad de Antioquia. La denominó El derecho a no obedecer. Las ideas allí plasmadas, quizá porque como su autor argumenta, están contenidas en la Ley Natural, cincuenta años después Escobar las llevaría a la práctica, no porque fueran las ideas de González, sino porque estaba siguiendo la Ley Natural defendida por González. Quizá Escobar nunca conociera la filosofía de González, pero, como él, hizo el mismo lectos de contexto y en vez de producir graphos, lo volvió acthos.

    En la construcción del contexto histórico donde el mythos de Escobar se erigió, MB prosigue así: en el segundo año de La Violencia nació el mayor criminal de la historia colombiana: Pablo Emilio Escobar Gaviria (el 1 de diciembre de 1949). Creció entre las colinas del Valle de Aburrá. Allí se nutrió de las historias de delincuentes como Desquite, Sangre-negra y Tiro-fijo, todos ellos leyendas vivas por entonces. Cuando había crecido lo suficiente como para comprender lo que oía, muchos de ellos todavía seguían vivos pero ya escapaban de las autoridades para salvar el pellejo. Al crecer añadiría su propia vida a tales mitos. Pero los criminales mencionados no pasarían de ser héroes estrictamente locales, sin más metas que su propia mitificación, en cambio el poder de Escobar llegaría a ser internacional a la vez que auténtico. En su momento de esplendor se lo consideró una seria amenaza para el Estado colombiano. En 1989, la revista Forbes lo incluyó entre los siete hombres más ricos del mundo y el alcance casi ilimitado de su venganza le convirtió en el terrorista más temido del mundo.

    Este aspecto del lectos de MB parece un ejemplo práctico de la caracterización del individuo hecha por Fernando González, quien en su tesis dice: Sentaré las siguientes proposiciones:

    Primera: Es justo que el individuo sea dueño de las riquezas que se proporciona por su reacción contra las necesidades.

    Segunda: Nadie puede quitarle al individuo sus riquezas.

    Tercera: El individuo puede desplegar su actividad en toda la Naturaleza, menos en las riquezas ajenas, y nadie puede impedírselo.

    Cuarta: El Estado es la entidad que tiene por objeto hacer respetar las propiedades individuales, y el derecho de cada uno a desplegar su actividad.

    Quinta: A nadie se le puede exigir que emplee su actividad en pro de los demás: la caridad oficial es injusta.

    Sexta: La sociedad es un medio para el individuo. Éste es libre de asociarse o no, y puede cambiar la sociedad, expatriarse.

    Séptima: Es injusto exigir al individuo que emplee su actividad en determinado sentido: servicio militar obligatorio, etc.

    Octava y última y resumen de todas: En ningún caso se puede sacrificar al individuo en bien de la comunidad.

    Cuando se mira la actuación de Escobar como capo y como figura representativa de la caposophia, parece que estuviera regida por la filosofía de González. Pero también el pensamiento de Escobar parece girar alrededor de las proposiciones presentadas arriba. Con la primera llegó a conseguir más riqueza que nadie en Colombia. Con la segunda hay una justificación para defender la riqueza alcanzada al precio que sea. Con la tercera se invertiría la calificación de ilícito que el Estado le da a la actividad económica del narcotráfico y por eso el capo la veía como una actividad económica legítima. Con la cuarta se consideró autorizado a exigir del Estado colombiano el respeto a los derechos humanos propios y de su familia. Con la quinta justificó su caridad social como una convicción propia y no con intereses políticos o como compra de votos.

    Con la sexta se sintió autorizado para usar a su conveniencia las contradicciones de la sociedad colombiana, e incluso a querer cambiarla cuando pegaba, en su adolescencia, en el parabrisas de los autos que encontraba a su paso, la calcomanía de Antioquia Federal. Con la séptima halló los argumentos para darle existencia al Barrio Pablo Escobar cuando el gobierno anunció que la construcción de aquellas casas era ilegal, pero era su dinero y era su terreno, por eso invitó a las personas del basurero a ocupar las casas sin terminar, antes de que el gobierno se apropiara de ellas. Con la octava se consideró respaldado para declarar la guerra contra el Estado colombiano, cuando el gobierno con falsas premisas intentó justificar su accionar por fuera de la ley y hacerlo pasar en bien de la comunidad.

    MB continúa aportando elementos del contexto para delinear la personalidad de Pablo: su éxito se debió fundamentalmente a la particular cultura e historia de su tierra, en tanto territorio y clima, ingredientes indispensables para cosechar coca y marihuana. Y el otro ingrediente de la leyenda era el propio Pablo, porque a diferencia de los forajidos que le precedieron, él comprendía el poder de ser considerado una leyenda. El creó la suya y la nutrió. Era un matón y un violento, pero tenía conciencia social. Era un capo despiadado y brutal, pero también un político dotado de un estilo personal y cautivador que, para algunos, trascendía la bestialidad de sus actos. Era sagaz y arrogante y lo suficientemente rico como para sacar provecho de esa popularidad. En palabras del presidente colombiano César Gaviria, Escobar poseía una especie de genio innato para las relaciones públicas. A su muerte, miles lo lloraron. La multitud causó disturbios en el traslado del féretro al cementerio. La gente apartó a los portadores y abrieron a la fuerza el ataúd sólo para poder tocar aquel rostro frío y duro. La gente visita con cariño su tumba y es uno de los puntos de atracción turística de la ciudad. No hay duda de que Pablo Escobar significaba algo más para aquella gente.

    A este respecto, en González también se puede encontrar un argumento para explicar esta reacción de la gente ante el mythos de Escobar. En su graphos El Maestro de Escuela plantea: ¿En dónde estuvo latente el triunfo del Evangelio cristiano? En la afirmación de que los ricos no entran al Cielo. La frase acerca del ojo de la aguja y del paso por ahí del camello, refiriéndose al Cielo y a los poderosos, satisfizo a los pobres, a los maestros de escuela, a todos los grandes hombres. Cambiar el sitio de riqueza y de honores, creando otro mundo, cerrado para los usufructuarios de la Tierra, curó del tormento a los pobres e hizo posible el régimen capitalista. El pobre se alegra cuando suceden desgracias al poderoso. Los educadores cristianos han bregado por destruir este sentimiento, pero sólo pueden lograr que se oculte. La situación al respecto hoy es la siguiente: que nos avergonzamos de que sepan de nuestra alegría por muertes, quiebras y otras desgracias de los ricos. Nadie goza con el bien ajeno sino en cuanto le conviene, es decir, en cuanto es suyo.

    La tristeza de la gente pobre ante la muerte de Escobar radica en este argumento de González. Aquella gente lloró la muerte de Escobar porque él fue la materialización de la venganza contra los ricos. El mythos fue capaz de hacerles mucho daño a los ricos de Colombia. Con Escobar, los ricos no sólo quedaban excluidos del Cielo, sino que también tuvieron una muestra en la tierra del infierno que les esperaba después de la muerte. Pero también hubo gente que se alegró con la muerte de Escobar. Según el argumento de González, serían aquellos quienes veían en Escobar a un hombre más rico que ellos. En esta relación ellos eran los pobres que se alegran cuando les sucede desgracias a los poderosos, léase Escobar. El mythos de Escobar crece en la medida que es capaz de invertir todos los valores existentes de la sociedad colombiana. Por un lado el mythos se vuelve el vengador de los desposeídos, y por el otro es el rico al que los ricos se ven obligados a odiar por haberse atrevido a ser superior a ellos en riqueza.

    Luego de explorar el contexto, MB comienza a adentrarse en la personalidad propiamente dicha de Pablo y dice que no le bastaba con ser rico y poderoso: él quería ser admirado. Quería ser respetado, y querido. No creció en la pobreza, como llegarían a afirmar años más tarde sus periodistas a sueldo. El municipio de

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