Fruto prohibido
By Ada Miller
1/5
()
About this ebook
Ada Miller
Bajo el seudónimo de Ada Miller, Corín Tellado publicó varias novelas eróticas. Corín Tellado es la autora más vendida en lengua española con 4.000 títulos publicados a lo largo de una carrera literaria de más de 56 años. Ha sido traducida a 27 idiomas y se considera la madre de la novela de amor. Corín hace de lo cotidiano una gran aventura en busca de la pasión, envuelve a sus protagonistas en situaciones de celos, temor y amistad, y consigue que vivan los mismos conflictos que sus lectores.
Read more from Ada Miller
Prefiero el sexo Rating: 4 out of 5 stars4/5Fuego erótico Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsAudacia amorosa Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa deseo a ella Rating: 3 out of 5 stars3/5Apasionadamente mía Rating: 0 out of 5 stars0 ratings¡Apasionada Betty! Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTengo que ser infiel Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsPasión de vivir Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTe enseño a amar Rating: 5 out of 5 stars5/5Quiero ser como soy Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsInquietante Lauren Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsAmor en penumbra Rating: 2 out of 5 stars2/5Erótica atracción Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsPlaceres y pasiones Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTrauma sexual Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsUn amor cada día Rating: 5 out of 5 stars5/5Ansiedad Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsRetazos de placer Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsVendemos sexo Rating: 4 out of 5 stars4/5Voy a vivir Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsBusco mi vida Rating: 0 out of 5 stars0 ratings
Related to Fruto prohibido
Related ebooks
Cómo me convertí en Swinger. Las aventuras de Susan Vol. 16 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsAmigos BDSM. Serie Completa Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsFiesta Liberal Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsEl centauro II Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Autoestopista. Una aventura a lomos de una Harley Davidson Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSeducimos al Casero Rating: 5 out of 5 stars5/5Inquietante Lauren Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsTodo BDSM. Subasta Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDía Especial en Spa y otras Historias. Historias Eróticas Vol. 1 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsApuesto y canalla Rating: 0 out of 5 stars0 ratings¡S.O.S! Me he enamorado Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSusan regresa a clase. Las aventuras de Susan Vol. 3 Rating: 5 out of 5 stars5/5Americano, Por Favor.: Un Caliente Y Empañado Romance De Aurelia Hilton . Novela Corta. Libro 7 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsFantasías: BDSM y trío (Dominación erótica) Rating: 5 out of 5 stars5/5Mi Esposa Me Comparte Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMejor un trío 2 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsInsatisfecha y otras Historias. Historias Eróticas Vol. 2 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsDoncella sometida por un vampiro Rating: 4 out of 5 stars4/5Te enseño a amar Rating: 5 out of 5 stars5/5El nuevo empleo de Susan. Las aventuras de Susan Vol. 5 Rating: 5 out of 5 stars5/5Zula la pequeña duende. Conrad el bárbaro Vol. 02 Rating: 5 out of 5 stars5/5El Joven Seductor: Marqués de Sade. Serie Completa Rating: 0 out of 5 stars0 ratings¡Apasionada Betty! Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsRelajándose después de la excitación. Cindy la vampira Vol. 8 Rating: 3 out of 5 stars3/5Fantastic Girl. El nacimiento de una superheroína Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsLa Lluvia Dorada de Sheila Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsChef sumisa 2: El Master Chef Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsErótica atracción Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsMejor un trío 3 Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsSusan en el despacho del profesor. Las aventuras de Susan Vol. 2 Rating: 5 out of 5 stars5/5
Contemporary Romance For You
Fiesta de empresa Rating: 4 out of 5 stars4/5Resiste al motero Rating: 4 out of 5 stars4/5Dos Mucho para Tí Rating: 4 out of 5 stars4/5El maestro y la virgen Rating: 5 out of 5 stars5/5Una virgen para el billonario Rating: 5 out of 5 stars5/5Salvada Por El Alfa Rating: 4 out of 5 stars4/5Esposa por contrato Rating: 3 out of 5 stars3/5Macho Alfa Rating: 5 out of 5 stars5/5Vendida al mejor postor Rating: 4 out of 5 stars4/5Esclava de tus deseos Rating: 4 out of 5 stars4/5Todo es posible... menos tú Rating: 5 out of 5 stars5/5Una y mil veces que me tropiece contigo Rating: 4 out of 5 stars4/5Besos a medianoche Rating: 5 out of 5 stars5/5Tres años después Rating: 5 out of 5 stars5/5Contrato por amor Rating: 5 out of 5 stars5/5Tú de menta y yo de fresa Rating: 4 out of 5 stars4/5El trío de Marley Rating: 4 out of 5 stars4/5Novio por treinta días Rating: 4 out of 5 stars4/5Vaya vaya, cómo has crecido Rating: 5 out of 5 stars5/5La chica de mis sueños. Rating: 5 out of 5 stars5/5Matrimonio por contrato: Lorenzo Bruni, #2 Rating: 4 out of 5 stars4/5Soy una mamá Rating: 4 out of 5 stars4/5Un sueño real Rating: 5 out of 5 stars5/5Un orgullo tonto Rating: 4 out of 5 stars4/5Prometida falsa Rating: 4 out of 5 stars4/5El desafío final del jeque Rating: 5 out of 5 stars5/5Después de Ti Rating: 5 out of 5 stars5/5Trilogía Soy una mamá Rating: 4 out of 5 stars4/5Delicias Apetecibles Rating: 5 out of 5 stars5/5Esposa olvidada Rating: 4 out of 5 stars4/5
Reviews for Fruto prohibido
1 rating0 reviews
Book preview
Fruto prohibido - Ada Miller
Índice
Portada
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Créditos
Ada Miller
FRUTO PROHIBIDO
Y si nada hay perfilado de antemano, si todo el incierto azar lleva y trae a su antojo los destinos del mundo, si las cosas humanas están sujetas a infortunios, que cuando menos el golpe que haya de herirnos caiga sobre nosotros de improviso.
Lucano
1
Me llamo Natalia Delbourg y nací en una pequeña villa francesa llamada Moulins, de apenas treinta mil habitantes.
No puedo decir que haya sido una niña desgraciada, ni tampoco una muchacha excesivamente feliz.
Realmente he vivido, eso es todo. Hoy tengo dieciocho años y por mi mente pasa mi infancia y mi adolescencia como una cinta cinematográfica, aunque sí puedo asegurar que no he llegado aún al punto crucial de mi destino.
Recuerdo vagamente a mis padres, y no puedo decir si fueron una pareja feliz o desgraciada. Han vivido, se han conformado con lo que han tenido y nunca les oí discutir, pero tampoco preocuparse demasiado por nada.
Yo fui a una escuela rural hasta los diez años, pasé después a un Instituto y allí cursé el bachillerato y allí hice mis primeros pinitos de autora, pues hacíamos un periódico escolar y yo era la directora del mismo.
Recuerdo que a los diez años, antes de dejar la escuela rural, tuve mis primeras experiencias sexuales. Se trataba de un grupo de chicos que me acompañaban por los prados y riscos en dirección a la escuela y que no siempre llegábamos a ella. Nos revolcábamos por el prado, nos metíamos por la hierba y más de una vez no llegábamos a clase.
Nadie me regañaba si eso ocurría, y si la maestra enviaba una nota a mi casa quejándose de mis ausencias, mi padre me miraba, preguntaba por qué, yo decía
una mentira y él se lo creía o hacía que se la creía., Mi madre ni siquiera se molestaba en preguntarme y, en cuanto a así hermana, que tenía unos cuantos años más que yo, ni siquiera levantaba los ojos del libro que estaba leyendo.
Mauricio y Jerry fueron mis primeros maestros m él arte de la sexualidad. Eran mis compañeros inseparables y, a su lado, por aquellos prados, me mostraban sus miembros mientras yo me despojaba de mis ropas íntimas, las metía en el bolsillo y jugábamos a ser dos hombres y una mujer.
Mauricio era el más listo de los tres. Apenas si tenía trece años y ya tenía aquello crecidísimo, de tal modo que luchaba porque se le pusiera erecto, si bien nunca conseguía gran cosa, y así, apretado contra mis intimidades, rodábamos por el prado, mientras Jerry se tiraba como un loco sobre nosotros y los tres lo pasábamos divinamente.
Nada me gustaba más que los dos me tirasen boca arriba y me hiciesen cosas que me gustaban mucho.
Los primeros besos también los recibí de los dos. Besos inexpertos y torpones, pero que a mí me dejaban muy satisfecha.
Una vez dejé la escuela para pasar al Instituto, dejé de ver a Mauricio y a Jerry. La verdad es que no volví a verlos jamás, porque Jerry era hijo de un militar y lo destinaron fuera, y Mauricio se fue a estudiar a París y tampoco volví a verle.
En el Instituto conocí a Aldo. Era un muchacho alto y moreno, de ojos muy oscuros, que contaba quince años cuando yo tenía los diez pasados y cursaba el primero.
A Aldo lo rodeaban siempre un montón de chicas y él se las daba de muy macho y las cortejaba a todas. Yo no era para Aldo más que una criatura. Sin embargo, con todo el bagaje de mis experiencias, yo sentía por Aldo una verdadera admiración y un deseo insufrible.
Cuando contaba doce años, como dije antes, yo era ya la directora de nuestro periódico escolar y llevaba la voz cantante en todo aquel tinglado miniliterario, de tal modo que como Aldo era el encargado de la sección deportiva, sin remedio tenía que tener contactos conmigo.
Fue cuándo empezó a fijarse en mí. Realmente yo era una chica espigada, más alta que baja y muy delgada, decían que muy esbelta y con unos ojos verdes enormes y mi pelo espigoso, largo y enroscado tras la cabeza con el fin de evitar el calor que el cabello me daba en la nuca.
Aldo y yo discutíamos mucho nuestras aficiones cuando por los anocheceres nos reuníamos en un lugar determinado a confeccionar el periódico escolar.
Él decía que pretendía llegar a director de cine. Yo como siempre, pensaba llegar a ser una buena autora de libros, y sobre nuestras respectivas aficiones se nos pasaban las horas discutiendo y conversando.
Cuando yo tenía doce años y Aldo diecisiete y estaba a punto de graduarse, me invitó un día a salir al anochecer después de dejar el periódico dispuesto para ser impreso en días sucesivos.
Para entonces ya no vivían mis padres, pues ambos, uno tras otro, habían muerto.
Yo vivía con mi hermana Monique, que dicho sea de paso era de un remilgado insoportable y siempre me regañaba cuando llegaba tarde.
Monique tenía un novio que se llamaba llené y con el cual pensaba casarse. Monique era modelo y René fotógrafo, de modo que casi siempre andaban juntos porque ella posaba para sus fotografiáis, que luego René vendía a esta o aquella revista.
Como iba diciendo, aquel día Aldo me invitó a tomar algo con él, y nos fuimos ambos. por las medio iluminadas calles de Moulins. Me dijo que hacía una noche preciosa y que te gustaría pasear bajo la luz de la luna.
Pienso que para que Aldo me invitara yo había hecho mil filigranas femeninas. Aldo me gustaba más que ningún otro chico, y si bien yo sabía que su destino era París y que se Iría tan pronto terminase sus estudios, en aquella moche le faltaban unos meses para finalizar el curso, para él el último, para mí el segundo.
Yo no había tenido relaciones intimas, lo que se dice íntimas y completas con ningún chico, salvo los entrenamientos que me habían hecho Mauricio y Jerry y de los cuales ya no me acordaba, pero de todos modos reconocía que fueron ellos los que me adiestraron en todas aquellas cosas para mí deliciosas.
Aldo y yo dejamos la última calle y nos internamos en un descampado.
Aldo miró a lo alto comentando:
—Es una noche divina.
A mí la noche me dejaba fría, las estrellas y la luna y todo el panorama no me llamaba en absoluto la atención. Pero la proximidad de Aldo me enardecía, eso debo confesarlo.
Así que me dejé caer en el prado cuan larga era, puse las manos bajo la nuca y contemplé absorta la cara de Aldo contemplando embobado el rielar de la luna en