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Luces En La Montaña
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Luces En La Montaña

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About this ebook

Este no es un libro de superacin personal, pero me ha ayudado a ser mejor persona; no es un libro religioso, pero Dios es uno de sus protagonistas; no es un libro diablico, pero el demonio hace de las suyas en varios captulos; no es un libro triste pero logr arrancarme ms de una lgrima; no es un libro de poesa, pero algunos versos susurran en sus pginas; no es libro de amor, pero definitivamente el amor es el centro del libro; en resumen, podemos decir que solo es una experiencia personal.
LanguageEspañol
PublisherPalibrio
Release dateJan 16, 2012
ISBN9781463314989
Luces En La Montaña
Author

Héctor Javier Oñate Ocaña

Héctor Javier Oñate Ocaña, nace en México, DF, el 12 de diciembre de 1964, en el seno de una familia católica y fuertemente unida. Se dedica al trabajo con las computadoras y es amante de la naturaleza; posiblemente dos polos opuestos que se atraen… Dos grandes pedidas han marcado su vida: su padre, a los 9 años de edad y Beatriz, el gran amor de su vida, a quien rinde homenaje en este libro.

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    Luces En La Montaña - Héctor Javier Oñate Ocaña

    Contents

    Prólogo

    Luces en La Montaña

    Parte I

    Una Esperanza para el Mundo

    Solo en Navidad

    Amanecer

    La Siembra

    Nuestra Patria

    Langui y la Plaga

    Ante mi Muerte

    El Hereje

    El Retorno de la Primavera

    Luna

    Locura Diabólica

    (También el Demonio tiene su corazoncito)

    La Virgen de la Montaña

    (Adaptación del Nican Mopohua)

    Credo

    La Raíz

    La Noche de los Muertos Vivientes

    La Ardillita sin Sueño

    Juventud de Mujer

    Entrevista con Dios

    (Al Encuentro de Mi Hermano)

    Ni Adiós ni Bienvenida

    Una Rosa

    Un Deseo, Un Beso, Una Noche

    Envidia

    Cuentos para niños

    El Niño y Su Estrella

    Maestro Álvaro

    Maestro

    La Gloria y El Infierno

    Por mi Raza

    Una Navidad que Cambie al Mundo

    La Inmortalidad del Alma

    Una Mano Amiga

    Himno a La Guerra

    El Ángel Caído

    Buscando al Maestro

    La Seductora

    El Hijo del Diablo

    Amor Platónico

    Democracia y Educación

    Parte II

    Tu Fotografía

    Belleza Desconocida

    Poder

    El Sobreviviente (Solo un sueño)

    Las Tentaciones

    Como decírtelo

    El Príncipe Rana

    Un día en el Paraíso

    Historia de un Secuestro

    El Príncipe de las Tinieblas

    Parte III

    Necesito su Apoyo

    Todavía

    Estoy Vivo

    Feliz Año Nuevo

    Despertar

    Aries

    Aniversario

    Consejos para Viudos

    La Iniciación

    Epílogo

    Prólogo

    La obra que nuestro entrañable amigo y hermano Héctor Javier Oñate Ocaña nos presenta es resultado de un ejercicio testimonial profundamente emotivo realizado a lo largo de más de una década en la cual ha llevado al cabo un registro de los hechos más significativos de su propia existencia.

    En una perspectiva autobiográfica el autor se devela a sí mismo en el tránsito de su juventud a la madurez con la sensibilidad del hombre que busca su propia ruta y destino en los mares procelosos de la vida.

    Si bien apunta que no fue su intención escribir un libro, sino recopilar aquellos escritos que realizó con el simple objeto de transmitir un mensaje de esperanza y amor a los lectores, su prosa y vena poética nos conducen por la senda de tres etapas que, de acuerdo con él, marcaron su existencia en el maravilloso plano llamado vida.

    Este esfuerzo se erige en fruto de quien se reconoce hombre de soledades que aprendió a caminar a base de escalar montañas y disfrutar del goce de la atmósfera íntima que ofrecen los amaneceres de la cúspide conquistada, pero también sujeto de los sinsabores que se graban en la piel y el alma por las caídas inesperadas que arrebatan a las profundidades de la sima.

    La obra ofrece al lector la oportunidad de hacerse partícipe no sólo de una serie de relatos, poemas, artículos y cuentos, sino fundamentalmente del generoso testimonio de un ser humano que aspira a la completud vital a través de la comunión del amor correspondido.

    Vladimir Perez Mar

    imagen_1.jpg

    "Cuando las lágrimas se unen a las cenizas,

    nos da la mejor mezcla para comenzar a construir."

    Bertha Beatriz Figueroa Villagómez, 1966-2006

    Luces en La Montaña

    Mi intención nunca ha sido el escribir un libro, tan sólo he querido recopilar aquellos escritos que he realizado en los últimos años con el simple objeto de transmitir un mensaje de esperanza y de amor a los que tengan la paciencia de leer lo que algunas veces soñé y otras experimenté, pero todas las viví intensamente. Probablemente haya entre los lectores algún psicólogo, quizá él pueda analizar estos escritos con otros ojos y explicar qué tan buena, constructiva o desastrosa puede ser la soledad, pero en ocasiones es la única opción que tiene el ser Humano para poder conocerse a sí mismo.

    En un principio, quería que esto fuera sólo una recopilación de cuentos, ideas y poemas, ahora lo he dividido en diferentes secciones, tan claras como las etapas que han marcado mi existencia en este maravilloso plano llamado vida.

    La principal dedicatoria es para mi adorada esposa, Beatriz, desde donde me esté mirando, seguiré viviendo como me enseñó; todo su amor, su recuerdo y sus palabras siguen vivas en mi corazón, su ausencia es ahora el motor de mi vida. Ella supo demostrarme con hechos que podemos conquistar nuestra propia montaña, nuestras más altas metas y sobre todo, vencer nuestros propios miedos. Ahora que empiezo a levantarme nuevamente, he encontrado una nueva utilidad para estos escritos que la vida me ha dictado, trataré de explicar y demostrar a través de unas cuantas líneas que es posible vivir después de que tu corazón se ha paralizado…

    Durante mucho tiempo viví enamorado de la vida, caminando en un mundo donde cada paso, cada experiencia fueron grandes oportunidades de crecimiento, muchos años pasaron y conocí a una adorable MUJER; lo escribo con mayúsculas, pues así era ella; me enamoré como sólo lo había visto en las películas y novelas, me dediqué a esta bella MUJER, hubo muchos momento memorables, hubo también claro, peleas y momentos amargos, pero salimos adelante creciendo y caminando juntos, sin embargo después de 4 años, un mes y once días, cuando todavía disfrutábamos de nuestra luna de miel, la vida la arrebató de mi lado; un tumor en su cerebro fue la única explicación que recibí, poco a poco lo he podido tratar de entender… es algo que aún estoy asimilando, pero seguramente jamás podré superarlo totalmente, sólo podré adaptarme al cambio y vivir plenamente mi nueva condición… no sé cuántas lágrimas he llorado, pero sé que fueron muchas, tantas que creí que yo mismo me ahogaría en ese mar de tristeza que estaba construyendo, ahora estoy comenzando a caminar nuevamente, pero ya no caminaré solo, la palabra soledad significa mi propia compañía, mi propio crecimiento y auto conocimiento, en resumen, mi propia humanidad.

    También debo dedicar estas páginas a mi Padre y mi hermano, ya que su tragedia fue la principal causa de mi soledad en mi infancia y juventud, además, sus almas Dios debe tenerlas muy de cerca.

    A mi madre por supuesto, que día a día me sigue enseñando más de la vida, pero ante todo me ha enseñado el significado de la palabra Fortaleza.

    A mis hermanos, ya que siempre he contado con todo su apoyo, motivación y cariño. A mi familia política, mis cuñados, mi suegra y toda la familia de mi adorada Betty, ya que también he contado con todo su apoyo para superar mi tragedia.

    Así mismo para todos aquellos seres humanos que tienen a Dios de cerca; sin importar su ideología, religión, nacionalidad, partido de afiliación, estado civil o sexo, con gran esperanza y cariño esto es también para toda la humanidad, que entre tantas luces y sombras, entre tanta tecnología y silencios, nunca pierda aquello que lo distingue de las piedras: la conciencia y el amor, es decir, la humanidad misma…

    Héctor Javier Oñate Ocaña

    Parte I

    Antes de Betty

    Aprendí a caminar solo, hice muchas conquistas, escalé muchas montañas, crecí como ser humano, pero aún estaba incompleto…

    Una Esperanza para el Mundo

    May-91

    El mundo de hoy está herido,

    he visto al hombre hacerse altares

    y destruir la creación para vanagloriarse;

    niños sin infancia y ancianos sin hogar.

    He visto hermanos mirarse con odio,

    olvidándose del amor que los engendró.

    He visto dragones de hierro

    quemando los sueños de los niños.

    He visto al hambre y la enfermedad

    abofetear a los hombres sin piedad.

    He visto agua y hierbas envenenadas

    derrotar a los jóvenes con facilidad.

    He visto más de un alma

    aprisionada y oprimida por la soledad.

    He visto el miedo y la incredulidad

    congelar a más de un santo,

    al amor tornarse en envidia.

    He visto a un predicador llorar

    hablando sin fe ni esperanza,

    diciendo que el amor no lo soporta todo.

    He visto egoísmo y falsas sonrisas,

    mujeres sin corazón y hombres sin identidad

    vender a su hermano por unas monedas;

    y por esto, he querido morir…

    Pero hoy doy gracias a Dios,

    pues eso no fue todo lo que vi;

    he visto cómo nace una flor,

    he visto a un niño sonreír

    y a un anciano enseñar,

    he visto el amanecer sin prisas

    y el mar en tranquilidad,

    he visto a Cristo resucitar,

    he visto una esperanza para el mundo…

    Las he conocido a ustedes;

    pronto sentirán soplar el viento,

    llevando sus sueños y alegrías

    a todos los rincones del mundo,

    despertando a los corazones dormidos.

    Pronto dejarán de ser una promesa

    y el mundo conocerá quiénes son,

    verán de qué material están hechas;

    Dios no se equivocó con ustedes,

    pueden gritar con voz de profetas,

    acabar con el odio y sembrar fraternidad,

    vencer la injusticia y resucitar muertos,

    hasta podrán caminar sobre las aguas…

    He visto un puñado de rosas,

    que en plena primavera de sus vidas,

    están a punto de abrir sus pétalos

    y llenar al mundo…

    Con el perfume de su corazón.

    Despedida de 3º de Preparatoria

    Colegio La Florida Generación 88-91

    Solo en Navidad

    Ene-92

    Éramos 4 los locos que el 17 de diciembre de 1991, a las 12 del día, entramos a la Sierra de San Pedro Mártir por el cañón Toledo, para escalar LA ENCANTADA o Picacho del Diablo, la cumbre más alta del norte de la República Mexicana, en el estado de Baja California; no esperábamos tan mal tiempo, normalmente las nevadas se inician hasta enero, pero este año comenzaron en noviembre, por lo que había demasiada nieve y tardamos mucho en recorrer todo el cañón.

    El día 22 por la noche, celebramos la Navidad, ya que la cena que teníamos preparada era muy pesada; pozole, lomo y pastel de frutas como postre; reflexionamos un poco sobre el significado de la Navidad, hicimos un intercambio de regalos con lo que traíamos, esto fue muy motivante, pues lo que importaba era darse uno mismo y no un objeto cualquiera.

    La noche del 23 la pasamos a sólo 5 metros de la cumbre del Búho Poblano, sobre una placa de hielo de unos 25 grados de inclinación; no pudimos cocinar ni comer nada, ya que poco a poco la tienda se iba moviendo. Entre la pendiente y el viento, ésta se movió sólo unos metros durante la noche, gracias a que estaba asegurada con una cuerda, pero una de las varillas se quebró y el cierre de la puerta se desprendió; todos la pasamos muy incómodos, yo estaba en la puerta de la tienda y cuando el cierre se abrió, mis pies quedaron sobre la nieve; después de fallidos intentos de arreglar el cierre traté de descansar un poco ya que no podíamos movernos mucho por la pendiente; la única posibilidad de cambio de posición para meter mis pies era la de estar encima de los pies de mis compañeros, así que durante unas horas estuve bastante cómodo y alcancé a dormir unos momentos; ya en la madrugada regresé a mi posición original y pasé con mucho frío el resto de la noche.

    Por la mañana regresamos a la cumbre a sacar algunas fotos, dejamos una libreta de bitácora, disfrutamos un rato de la vista y nos fuimos de ahí, el viento estaba demasiado fuerte lo cual originó una pequeña discusión con Javier quien quería que nos apresuráramos a bajar porque aún faltaba ascender a la cumbre sur de La Encantada, principal meta de nuestra aventura, pero nosotros estábamos muy ocupados disfrutando de la cumbre; afortunadamente esto no pasó a mayores. El descenso era muy difícil; recuerdo que el año pasado no teníamos ni nieve ni hielo, aún así yo bajé con mucho cuidado pues había pasos muy expuestos y de mucho equilibrio, este año no había otra opción que la de una resbaladilla, con dos rampas que originaban un salto de un metro cada una, esto se dificultaba aún más pues había una curva de nieve y hielo entre las dos.

    Yo fui el primero en pasar por ahí; no tuve muchos problemas, cuando frené, vi pasar volando el colchón y la manga de Javier, y al darme la vuelta vi a Aarón bajar rodando; cuando me alcanzaron los dos escuché a Aarón decir -Yo me rindo.- la respuesta de Javier fue -Yo también.- al ver el rostro de Aarón comprendí que no podría hacer nada para convencerlo de que siguiera, sabía que Raúl venía atrás tan cansado como él, así que el único que podría acompañarme sería Javier, pero preferí no decirle nada pues era decisión suya; en esos momentos comenzó a retumbar en mis oídos aquella frase de Santa Teresa Muchos se quedan al pie del monte pudiendo llegar a la cima, sé que la dijo en otro sentido, pero aquí me quedaba como anillo al dedo, no dudé ni un momento, mi única opción era ascender solo a la Cumbre Sur de La Encantada.

    Prometí no exponerme, si no me sentía seguro no intentaría ninguna locura, además si no llegaba a la cumbre en un plazo de dos horas regresaría con mis compañeros; quedamos de vernos en Campo Noche al atardecer o a más tardar a la mañana siguiente si es que se me hacía de noche en la cañada. Dejé mi mochila en uno de los collados que unen el Búho Poblano con La Encantada, les pedí que la vaciaran para aligerar el peso de bajada, sólo me quedé con mi bolsa de dormir, mi colchón, una almohada, un poco de

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