Bienvenido a Wonderland

Copyright © 2014 por Giovanna León Legaspi.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: 2014900778

ISBN: Tapa Blanda 978-1-4633-7728-1

Libro Electrónico 978-1-4633-7727-4

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

Fecha de revisión: 12/05/2014

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Índice

Prólogo

Capítulo 1: Curiosidad a dónde me llevas…

Capítulo 2: Bienvenido a Wonderland

Capítulo 3: ¿una taza de té?

Capítulo 4: Pón limón en un coco

Capítulo 5: La oruga Azul

Capítulo 6: El juego de la reina

Capítulo 7: El laberinto de rosas

Capítulo 8: Mal momento para crecer

Capítulo 9: Rescate

Capítulo 10: Escape hormiga

Capítulo 11: Sendero a casa

Capítulo 12: A solas

Capítulo 13: Juguemos a las escondidas

Capítulo 14: Escape

Capítulo 15: Caballero blanco

Capítulo 16: La chica de la foto

Capítulo 17: Furia carmesí

Dedicatoria

No puedo hacer una dedicatoria, nunca he escrito una, este es mi primer libro y me cuesta un poco de trabajo.

No, no es porque no tenga a quien dedicarle mi trabajo, de hecho son varias las personas a las que les quiero dedicar este libro. Pero, no sé muy bien cómo hacerlo así que solo lo haré y ya.

Quiero dedicar este libro a mi papá porque desde el momento en que le dije que quería publicar un libro, él no me dijo que estaba loca, me apoyó desde un principio y me alentó a continuar con este proyecto.

A mis amigas de la secundaria quienes fueron las primeras en leer parte de esta historia.

En especial a Valeria Rocha porque ella me ayudaba a conseguir mi inspiración y aunque una vez me mordió, siempre estuvo ahí para apoyarme.

A Fernanda Torrejón porque siempre estuvo al pendiente de mi hijo (este libro es mi hijo, él primogénito) y siempre me apoyó, me dio ideas y porque fue la primera en descubrir el secreto de la historia.

A Alejandra García, mi mejor amiga quien también me apoyó y me hacia reír cuando estaba estresada.

Y al final, pero no menos importante a DALR quien fue mi inspiración para esta historia.

PRÓLOGO

Daniel había estado

teniendo un sueño. Un sueño con el qué había crecido, a veces ya no parecía un sueño sino más bien un recuerdo, en el que aparecía una chica con cola y orejas de gato; un chico con orejas y cola de conejo; una chica castaña de largo y lacio cabello que usaba un sombrero de copa y un collar negro con un piedra azul; una pequeña ratoncita de ojos azules; un chico de largas y caídas orejas de liebre; un par de gemelas que decían cosas muy extrañas; una malvada y hermosa reina que usaba un vestido rojo; una linda y tierna reina con el cabello más negro que la noche y con la piel tan blanca como la nieve, además de muchos más personajes que él jamás habría imaginado.

Además de ese sueño, había algo que lo inquietaba, que no lo dejaba en paz, pero aun no sabía que era…

CAPÍTULO 1

Curiosidad a dónde me llevas…

Era la hora para la clase

de inglés pero, la maestra aún no había llegado. Así que todos aprovecharon la oportunidad para levantarse de sus lugares e ir a platicar con sus amigos.

Al fondo del salón había una chica castaña que escribía en un cuaderno sin parar, Daniel asaltado por la curiosidad se acercó a ella y le preguntó:

-¿Qué escribes?-

-nada- contestó la chica sin apartar la mirada de lo que escribía.

Mientras la chica más escribía, Daniel más insistía en ver lo escrito, pero ella con el brazo lo cubría.

-¿Puedo leer lo que escribes?- preguntó Daniel amablemente

-No- respondió la chica cortante y sonante al tiempo que cerraba el cuaderno, la chica se levantó de su lugar y se dirigió a una ventana con el cuaderno en la mano donde yacía un chico no muy alto con lentes y de cabello negro.

-No dejes que nada le pase- Alcanzo a oír Daniel al acercarse a la ventana.

-¡¿Cómo, a mí no me dejas leer lo que escribes, pero él se puede llevar tu cuaderno?!- Dijo alterado.

-Si encuentras a David y consigues que te entregue el cuaderno– hizo una pausa –podrás leer lo que hay en él- dijo la castaña con mucha tranquilidad.

Daniel sonrió y salió del salón corriendo, atravesó la cafetería, el patio y algunos salones hasta que alcanzó a ver a un chico de cabello negro que cargaba un cuaderno con un pequeño candado. El chico abrió una bodega, agachó la cabeza y la sacudió, al levantar la cabeza tenía un par de orejas de conejo blanco, al parecer no se dio cuenta de que alguien lo seguía ya que muy despreocupadamente entró en la bodega, movió unas cajas dejando ver el túnel por donde pasó. Daniel entró detrás de él; el túnel cada vez se hacía más pequeño y obscuro a medida que iba avanzando hasta que tuvo que gatear para seguir avanzando, por un momento pensó en regresar pero su curiosidad por saber qué era lo que tenía el cuaderno escrito y a dónde llevaba ese túnel lo hizo seguir, no dio más de diez pasos cuando cayó por un agujero que había en el piso.

El chico castaño comenzó a caer pero, notó que todo a su alrededor subía en vez de caer pero, lo que no se dio cuenta era que ya había dejado de caer y que ya estaba sentado junto a un candelabro.

-¡Ja! pusieron el candelabro en el piso- dijo Daniel- mirando fijamente el candelabro. -Espera un segundo– miró a su alrededor –oh qué pas…- no terminó de decir la frase cuando su mejilla ya estaba estampada contra el piso.

Tambaleándose un poco logró ponerse de pie, observó a su alrededor; estaba rodeado por puertas de todos los colores, tamaños y formas, a un lado de él había una mesita de cristal y sobre ésta un frasco con un líquido morado que olía a fresa con una pequeña etiqueta que decía bébeme y a un lado una pequeña llave dorada.

Daniel tomó la llave y la miró detenidamente una llave así de pequeña solo puede abrir una puerta igual de pequeña pensó, guardó la llave en el bolsillo de su camisa y fijó su atención en la botella, la destapó y la olió.

-Mm… qué es lo peor que puede pasar, además estoy seguro que éste es otro de mis locos sueños- y diciendo esto le dio un trago a aquel líquido morado, apenas pasó el trago y empezó a encogerse poco a poco hasta medir tan solo 30cm, él se encogió, mas no su ropa así que tomó su ahora inmensa camisa y se cubrió con ella, miró a su al redor como si estuviera buscando algo y su búsqueda no fue en vano, debajo de una mesita de cristal encontró un pequeño cofre de madera. Daniel se acercó al pequeño cofre y lo abrió.

-¿Cómo no lo vi antes?- se preguntó y lo abrió.

Dentro del pequeño cofre había un pequeño vestido azul turquesa de tirantes y un par de zapatos de piso que hacían juego con el vestido, curiosamente el vestido y los zapatos eran de la talla de Daniel.

-no puede ser- dijo Daniel suspirando y frotándose la sienes- pero… no puedo andar así, sin ropa- pensó.

No le quedó de otra más que ponerse el ceñido vestido que le llegaba a las rodillas y los zapatos.

-Me siento ridículo– dijo Daniel alisándose la falda -ahora… dónde dejé la llave- dijo mientras se rascaba la cabeza y buscaba entre su ropa, sacó la llave del bolsillo de su camisa y la probó en las puertas más pequeñas pero en ninguna servía, al ver esto, Daniel se recargó en una cortina y sintió como una perilla se encajaba en su espalda, se movió y quitó la cortina encontrando una puerta más en la que aún no había probado la llave, así que tomó la llave, la metió en la cerradura, giró la llave y la puerta se abrió.

CAPÍTULO 2

Bienvenido a Wonderland

Daniel atravesó la puerta y se encontró en un enorme bosque lleno de flores, árboles y animales que él jamás había visto antes, cuando se giró para ver todo el lugar sólo escuchó el sonido de la puerta al cerrarse.

-¿¡pero qué?!- dijo Daniel asustado al girar y darse cuenta que la puerta había desaparecido.

Una chica con orejas y cola de gato rojas con franjas moradas que le resultaba extrañamente familiar estaba parada junto a él muy sonriente, la chica tomó aire y muy animadamente dijo:

-Hola soy Chesir … bienvenido al Himalaya-. -Digo bienvenido a Wonderland-

-¿Qué? ¿Dónde estoy? Y ¿Quién eres tú?- dijo Daniel alterado.

-¿Qué no escuchaste lo que acabo de decir?- dijo Chesir algo molesta, la chica volvió a tomar aire y muy rápido repitió:

-HolasoyChesirybienvenidoaWonderland.-

-Sip. Qué loco sueño otra vez– dijo Daniel aliviado.

-Em… no, esto no es un sueño- dijo Chesir mientras Daniel se abofeteaba la cara –ok ya basta, deja de golpearte- dijo mientras sostenía las manos de Daniel.

-¡Chesir!- gritaron unas chicas a lo lejos.

-¡chicas!- gritó Chesir soltando las manos