Una Extraña Quiere Ser Tu Amiga…De Mujer a Mujer

Una Extraña

Quiere ser tu Amiga…

de Mujer a Mujer

No te rindas nunca, El amor es maravilloso. No hay una sensación más única que el estar enamorada. Si te falla una vez, no le cojas miedo. Vuélvelo a intentar una y otra vez. Pero dile No, a la violencia doméstica.

MAYITA

Copyright © 2014 por Mayita.

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Fecha de revisión: 12/02/2014

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ÍNDICE

DEDICATORIA

IMAGINEMOS JUNTAS

LA EXTRAÑA MUJER, EMPIEZA SU HISTORIA….

MI LLEGADA Y MI CORTA ESTADÍA EN MADAGASCAR

MI REGRESO A LA ISLA DE MILLÁN

UN POCO DE MIS RAÍCES

EL TIEMPO DE PEDIR EXPLICACIONES

MI FUTURO…ESTABA A MI ESPERA

LA BODA…..DE ÉL

MI PRIMER EMBARAZO

SE ROMPIÓ LA MAGIA DE LA ALEGRÍA

MI COMPLETA LIBERACIÓN

REFLEXIÓN

DEDICATORIA

A mi madre,

Por derecho propio, porque más allá de todo…eres la estrella de mi vida.

A mi padre,

A mis hijos: Mi fuerza, mi superación, mi atrevida, mi héroe, mi confianza, mi revolucionario, mi galán intelectual.

Porque por ustedes he luchado incansablemente, para criarlos de una manera sana y sin miedos, para que no sean mediocres con ustedes mismos, para que no se rindan a la primera adversidad que la vida les ponga. Que no sean conformistas, para que siempre busquen de lo mejor, lo excelente. Por los valores que desde pequeños les he inculcado. El respeto a los mayores, y ayudar cuando sea necesario. Y sobre todo por el amor. No fue fácil…Pero lo hicimos. ¡Los amo!

A mis hermanos:

A mi esposo, gracias por hacerme sentir, como todas queremos: respetadas, delicadas, deseadas, amadas pero sobre todo, Mujer.

A ti, amante de la lectura, que de alguna forma siempre has vivido en mí, con la esperanza que este libro se hiciera realidad y tú lo pudieras leyeras.

Siempre había deseado escribir un libro, y uso la palabra deseado, porque no creo en sueños, los sueños, sueños son y como tal, una vez que despiertas, desaparecen. Yo creo en metas, aspiraciones, por tanto desee, aspire a escribir un libro. Hay tantas cosas de las que se pueden escribir…. Yo no estaba segura cual sería el tema o el título de mi libro, solo sabía que quería escribir. A mis años quiero ser escritora. Pero, pensaba, ¿De qué diablos voy yo a escribir si no tengo historia para contar? Me senté en mi antigua máquina de escribir. Pensé ¿Cómo empiezo? Me conteste a mí misma, "Se empieza, empezando…. Y ¿Cómo se empieza?….Pensando

Cerré mis ojos como rebuscando el título de mi libro. Como estrella fugaz me llega en letras grande la palabra Motivación. Muy buena idea, por cierto. Pero… ¿A quién podría motivar yo? Hum! Después de analizar, reflexionar, meditar profundamente, a quien podría dirigir mí libro de motivación. Se me ocurrió…A la Mujer. Y qué mejor que a la mujer. Que como mujer al fin también entiendo sus debilidades, sus deseos, sus virtudes, sus alegrías, sus tristezas, sus miedos, su todo. Entonces…. ¡Bingo!

Mi libro iría dirigido a la mujer. Y ¿A qué clase de mujer? Hice una lista: La mujer trabajadora, a la mujer madre, a la mujer esposa, a la mujer…. etc. Dentro de tantos temas de los cuales se podría escoger para motivar a la mujer, me incline hacia el más difícil de todos. La mujer víctima de violencia doméstica.

Así nació la historia de este libro. Solo dejándome llevar por mis deseos de escribir. Y dejando correr mis dedos por cada tecla de las letras que hacían falta, para formar oraciones que tuviesen sentido. Oraciones que por medio de ellas pudiese, crear, inventar una historia imaginaria. Una historia que le sirviera de inspiración, motivación y confirmación a toda mujer. Pues aunque se trata de violencia doméstica, le podría servir a cualquier mujer con deseos de superación. Con este libro quisiera poderte demostrar que, no hay imposibles en la vida, las imposibilidades no nos creamos nosotras mismas. En estas páginas encontraras una historia, que nació de una de una mujer que se atrevió a imaginar y creer que lo que podía lograr, más no a soñar.

Siempre es bueno saber un poco de quien se lee. Saber de sus comienzos hasta sus éxitos. Por tanto te doy la lujosa bienvenida a sembrar la semilla que regare, para obtener esos frutos. Para que me sigas paso por paso, en mi viaje literario, porque después de este libro vendrán muchos más, los cuales sé que uno que otro llegara a tus manos y lo leerás; No, pienses que es un reto, es simplemente que si por medio de este libro te quiero motivar, primero te tengo que demostrarte cuanto creo en mí. De lo contrario no valdría la pena este libro. Más allá de eso, porque soy mujer, y las mujeres también tenemos palabra y el derecho de expresarlas. Porque creo en mí, en mis capacidades, porque soy inteligente, astuta y sobre todo porque yo puedo. Ya ves, ya nos vamos conociendo, soy lo que llamarían por ahí, una optimista incansable. ¿Sabes? Yo, quiero que desde este mismo instante, empieces a pensar igual…tu puedes.

No importa la razón por la que te encuentras con este libro en las manos, ya sea porque eres víctima de la violencia doméstica, o tal vez por madre, por hija, por vecina, por hermana, por mujer, hazlo tuyo. Úsalo como un trampolín que te motive a arrancar, a volar, a saltar, con pie firme y seguro de que vas a lograr todo lo que te propongas. Y si acaso conoces a una mujer que este siendo víctima de violencia doméstica, únete a mí en mi empeño de motivar y ayúdala a buscar ayuda.

IMAGINEMOS JUNTAS

Es miércoles en la tarde, en la bella isla de Mayijuani. Isla tropical, donde el sol quema más que en las islas caribeñas. En algún radio de la barriada colonial se oye, cuando anuncian que se avecinan vientos huracanados y torrenciales lluvias. Se ve la gente caminando rápidamente, al ver que ya se ve el cielo obscuro, cris y empiezan a caer las primeras gotas de lluvia.

A unos minutos de allí, la maestra del pueblo, estaba cerrando su salón de clases. Aun y con la lluvia anunciada decide parar un momento en el teatro a comprar los boletos de la función del sábado siguiente, a la cual asistiría con su amante esposo. No se quería quedar sin boletos. La habían anunciado como algo espectacular. Su esposo y ella, compartían todo los gustos. Les gustaba el sol, la playa, ir a tomar un café fuera de la casa, pero sobre todo… Eran amantes del teatro, le gustaban las obras teatrales, las disfrutaban, las vivían.

Entra apresurada a comprar los boletos. Mientras lo hacía, empezó a relampaguear. Detrás del estruendoso sonido del relámpago, rompe el aguacero. La maestra decide esperar unos momentos en lo que paraba de llover. Pasaron unos largos minutos y parecía que la lluvia no iba acabar nunca. Eran rayos, truenos y centellas lo que parecía que estaba cayendo. Toma su celular y llama a su esposo, que la espera en la casa. Le dice que le cogió el aguacero comprando los boletos de la función del sábado. Él le advierte, que la lluvia no pasaría tan rápidamente, que mejor comprara un boleto, y mientras pasaba la lluvia, podía ver la obra que estuviese en cartelera para el día miércoles. A ella le pareció fantástica la idea, le fascinaban las obras teatrales y aunque no acostumbraba asistir sin su esposo, decide a aceptar la sugerencia de él. No lo pensó más y compro el boleto. Al entrar al teatro, parecía que el día de lluvia había animado a más de uno, estaba lleno.

Se oía el murmurar de la audiencia. La luz tenue, se sentía bien el ambiente. De repente, se oye una música suave, muy suave. Mientras sube el telón. Todo quedo en silencio. Se oía solo la música. El ambiente era cómodo, pero al mismo tiempo se podía palpar el suspenso de la obra, que casi estaba por empezar. Cuando por fin sube completamente el telón.

**************

Un cuarto, casi en penumbras, una mujer, una mesa y un teléfono. La mujer tiene en sus manos una guía telefónica. La mirada fija, en la guía. Bañada en llanto, una melena larga, labios temblorosos. Se le veía confundida, perturbada, como el que va a ser algo y de repente se arrepiente. Como recordando algo que quisiera olvidar. Se le ve desesperada y profundamente angustiada.

Con manos temblorosas recoge el teléfono, abre la guía telefónica, cierra sus ojos, como tanteando. Nerviosamente vuelve a colgar el teléfono. No, no llamo a nadie….

La mujer nuevamente toma el teléfono en sus manos, esta vez, abre rápidamente la guía telefónica, y marca el primer número, que vio en la guía telefónica.

-¡Hola!- en toda la sala del teatro se oye cuando al otro lado del auricular, una voz femenina contesta.

-Perdón, Eeee, Hola, no sé, excúseme- Con voz nerviosa respondió.

- No hay cuidado, ¿Tiene el número, equivocado?-

-Sí, estoy equivocada, perdone.-

La mujer, se acerca a la ventana y mira a lo lejos. Afuera está obscureciendo. Regresa nuevamente a la mesa se sienta en la silla y levanta rápidamente el teléfono y marca. Oye el sonido, de que está repiqueteando al otro lado.

-Hola- Nerviosamente saluda.

Prosigue diciendo:

- No sé cómo te llamas y tú tampoco sabes, mi nombre, pero solo necesito alguien con quien hablar- Continúa hablando, sin darle tiempo a que la otra mujer diga o pregunte nada. Lloraba tanto como la lluvia que caía fuera del teatro. La otra mujer, sorprendida le contesta.

-No entiendo nada, señora,-

-Es que estoy desesperada, quisiera ayudar a alguien y no sé cómo hacerlo, y es que ese alguien está sufriendo la misma situación que yo algún día viví y puedo sentir en carne propia lo que está pasando al otro lado de mi pared- Contaba mientras se oían sus hondos sollozos.

-Pero… ¿Quién le dio mi número? ¿Quién es usted?

-Nadie, en verdad nadie, excúseme, pero es tan grande mi desesperación, la angustia que siento todas las noches, que sentí la necesidad de hablar con alguien, y solo se me ocurrió buscar en la guía telefónica un número cualquiera y salió usted-

-¿Pero en que le puedo ayudar yo a usted? ¿Quiere que llame a emergencia?- Preguntaba la mujer del otro lado al oír el llanto de la mujer que le llamaba.

-¡No! A la emergencia no, por favor.-

-Entonces, ¿Que quiere que haga por usted? Joven señora.

-Solo necesito que me escuche, por favor, solo eso es lo que deseo-

-Pero si yo no sé quién es usted, y creo que usted tampoco sabe a dónde o a quien llamó-

-No, no importa que no me conozca, lo único que espero de usted es que me escuche…so, so, solo necesito una guía o tal vez una buena amiga, no se tal vez no estoy segura ni de lo que hago.- Dijo casi en suplica con su voz temblorosa.

-La verdad, que todo esto es extraño para mí, pero yo también en un tiempo sentí ganas de hablar con el primero que se atreviese a oírme.- Afirmo la señora.

Como entendiendo por lo que pasaba la extraña mujer que le hablaba al otro lado, le dice curiosamente:

-Entonces, si lo que necesitas, es un oído que te escuche, te ofrezco el mío-

LA EXTRAÑA MUJER, EMPIEZA SU HISTORIA….

Me case a los dieciocho años, recién salida de las faldas de padres. En mi adolescencia solo salía a la escuela y a la Iglesia. Para una niña moderna, de esta nueva era, le será tonto, porque la juventud actual tiene más libertad que la que teníamos las de aquel tiempo. Hoy la juventud es más exigente y se atreven a reclamar sus derechos con eso de que Soy mayor de edad. En mis tiempos era otra cosa, donde tú reclamabas tus derechos de libertad porque eras mayor de edad y por libertad, lo que te daban era el derecho a un bofetón o un pescozón, libre de protesta y con garantía; por si acaso te atrevías a reclamar. O sea que si no te gustaban te daban otro pero con más ganancia, ¡chachoooo! Hasta el otro día te estabas sobando el lado. Te