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Un viejo y su hacha
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Un viejo y su hacha

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Un libro de ficción preparacionista sobre la supervivencia en un mundo post-apocalíptico después de un evento PEM.
 
Farley es un viejo preparacionista que está atrapado en la ciudad cuando una tormenta solar desencadena un evento pulso electromagnético (PEM) que corta la electricidad en todo el mundo. Nuestro héroe se queda en la ciudad enfrentando un colapso social durante diez semanas hasta que es evidente que debe escapar y en algún lado. El problema es que solo tiene medio tanque de gasolina y no tiene medios para obtener más. Su destino requiere más combustible que eso y se encuentra atascado en un camino de tierra que se dirige hacia una cabaña en el lago en la que alguna vez estuvo. Un encuentro violento cambia su vida y sus circunstancias para siempre mientras trata de proteger a un chico y su madre en un mundo apocalíptico. Este libro está lleno del humor e ingenio sureño del autor de ficción preparacionista que enseña habilidades de supervivencia mientras entretiene con un cuento lleno de giros y vueltas…
 

LanguageEspañol
PublisherBadPress
Release dateOct 28, 2018
ISBN9781547546718
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    Un viejo y su hacha - Ron Foster

    UN VIEJO Y SU HACHA

    Ron Foster

    Alabama, E. U. A.

    © 2015 by Ron Foster

    All rights reserved.

    ISBN-13:

    978-1515020547

    ISBN-10:

    1515020541

    Impreso en los Estados Unidos de América.

    1

    La Huida

    ― ¡Oh, diablos, supongo que este tren ya no me llevará más! ―Farley se dijo a si mismo afligidamente mientras el motor de su camioneta crepitaba y moría por falta de combustible―. Era solo cuestión de tiempo, ¿cierto? Este pedazo de camioneta de mierda me llevó más lejos de lo que esperaba así que supongo que de alguna manera este es lugar para una bendición. ―Farley murmuraba mientras empujaba la camioneta lo más lejos posible antes de mover manualmente el volante de la ahora dura como el infierno dirección hidráulica hacia el borde de la carretera lo mejor que pudo. No estaba totalmente fuera del lado del camino, pero era lo mejor que podía hacer debido a su pequeño hombro―. ¿Ahora qué debo hacer? ―Se dijo a si mismo por enésima vez el día de hoy.

    No es que no haya pasado por este pequeño problema y que no haya salido y recuperado de alguna situación con una camioneta más de mil veces en su mente en el camino hasta aquí. Pero eso no importaba ahora. A pesar de que sabía y hoy había planeado colapsarse y quedarse varado, todavía no tenía manera de saber exactamente dónde terminaría. Había salido de la ciudad conduciendo hacia el lago con tan solo medio tanque de gasolina y sin posibilidades de obtener más combustible. No era un gran plan, pero era todo lo que podía pensar hacer en la posición en la que se encontraba previamente.

    Había salido de la ciudad 10 semanas después de que el clima espacial había logrado hacer picadillo la electricidad y el deterioro de las condiciones lo habían obligado a salir. Los científicos habían estado notando la correlación entre las tormentas geomagnéticas causadas por el sol y la mayor frecuencia de terremotos y actividad volcánica durante años, pero nadie había entendido o pronosticado los efectos de una gran eyección de masa coronal del sol sobre la falla de Nueva Madrid.

    FEMA había estado observando actividad sísmica en Tennessee y el área circundante junto con el departamento de Estudios Geológicos monitoreando pequeños terremotos y turbulencias en el área para tratar de predecir la recurrencia histórica de un mega terremoto como lo que había ocurrido históricamente a fines del siglo XIX.

    FEMA incluso había ideado un ejercicio de plan multi-estatal llamado Gran Restructuración para ayudar a los millones de refugiados que esperaban de las regiones afectadas si ocurría tal evento, pero no tenían idea de la magnitud del mismo que realmente había ocurrido y fue percibido a nivel nacional. El río Mississippi había revertido su curso temporalmente como lo había hecho en el pasado, pero esta vez también dividió al país y cambió la geografía de América del Norte. Los terremotos también habían ocurrido a lo largo de San Andrés en California y aparecieron grietas volcánicas en Yellowstone.

    Farley se dio cuenta de que se había mantenido fuera de la ciudad siempre y cuando fuera algo seguro de hacer y así observar si el gobierno iba a intentar siquiera una respuesta significativa. No podían, por supuesto, este desastre era demasiado grande y devastador. Había escuchado en la radio que la nueva capital de los Estados Unidos estaba en Denver, pero en realidad estaban operando como tal solo de nombre y haciendo muy poco para ayudar a los sufridos ciudadanos. No, ahora cada hombre y mujer estaban prácticamente solos y él había decidido salir de la ciudad mientras tuviera la oportunidad.

    Farley había sido un preparacionista inteligente y había almacenado comida valiosa durante casi un año para verse a través de los desastres, pero sabía que este suministro se agotaría o quizá sería robado y era momento de actuar mientras aún tenía los medios para darse una oportunidad de supervivencia a largo plazo.

    Él había cargado casi toda la comida que tenía en casa y se dirigió al lago. Eso resolvería sus problemas de agua, pero la comida y el refugio aun necesitaban ser considerados. Podía pescar y eso era algo importante incluso si no le gustaba mucho comer pescado y de hecho tenia algunas reacciones alérgicas al pescado procesado comercialmente. Eventualmente se dio cuenta que encontraría una casa o construcción disponibles para poder instalarse antes del invierno y los animales silvestres eran siempre más abundantes en esas regiones.

    Admitió que no era un gran plan, pero era todo lo que se le podía ocurrir. Ni siquiera sabía la geografía a la que iba, excepto que una vez había pasado un fin de semana en una cabaña de alquiler en la zona hace unos años.

    Tenía grandes esperanzas de que pudiera encontrar esa misma cabaña vacía, pero eso era si pudiera encontrarla de nuevo. Se había desviado por pueblos en llamas, vehículos abandonados que gruñían el tráfico, puentes cerrados, etc., y ahora estaba prácticamente perdido a excepción de saber que se encontraba en el área general del lago a unos 16 kilómetros de distancia. Este era un enorme lago abarcando muchos kilómetros de costa con una confusa serie de vías de entrada y salida, así que tenía serias dudas acerca de encontrar aquella pequeña cabaña que estaba buscando. Tampoco tenía idea de si estaría ocupada si por suerte la encontraba.

    Dudaba que tuviera mucho de qué preocuparse acerca de que sus propietarios objetaran que él se instalara ahí, pero nunca se sabe. Incluso podrían haberse mudado ahí para su propia supervivencia, pero lo dudaba ya que parecían poseer varias propiedades en alquiler. Entrar no sería un gran problema, sonrió, pensando en una herramienta multiusos que tenía consigo llamada Amigo de los Camioneros. De hecho, tenía un modelo diferente al multiusos llamado Pequeño Camionero que era más adecuada para la supervivencia y podía usar para poder entrar. Supuso que uno de esos martillos de guerra pronto sería indispensable para su día a día.

    A pesar de la ligereza de las dos hachas, no podía llevar ambas con él al caminar cualquier distancia, pero estaba tranquilo por su presencia y pronto tomaría su decisión. Cargar la camioneta había sido una tarea mayor y tenía bastante medicamento con él, todo el que poseía, que posiblemente le facilitaría la vida una vez que llegara, porque sabía que no tendría oportunidad de reabastecer o localizar tales productos en el futuro. Tenía demasiados productos para viajar a cualquier distancia de su vehículo y había tenido esto en cuenta al cargarla, pero lo hizo de todos modos con la esperanza optimista de que era posible, pero era bastante improbable que encontraría lo que buscaba no muy lejos de donde sea que eventualmente colapsara.

    Sin embargo, este camino de terracería en el que estaba sentado no era lo que esperaba incluso en sus pensamientos más pesimistas y ese hecho era su mayor preocupación. No había nada y quiero decir nada a lo largo de este tramo de carretera. Había visto algunas casas en el camino y él estaba rodeado principalmente por tierra boscosa que probablemente pertenecía a una de las compañías madereras que cultivaba pinos. Sin idea de su ubicación por ningún tramo de su imaginación. Podía pasar el rato en el bosque por algún tiempo, pero eso no estaba en su plan y solo un poco mejor que preocuparse por una persona hambrienta que intentara entrar en su casa en la ciudad.

    Decidió que poder guardar sus productos en algún lugar del bosque y emprender una caminata para encontrar una mejor área en la mañana era su mejor opción, así que se dispuso a explorar la zona para encontrar un escondite. Nada milagroso o una genial ubicación le ofrecía el lugar, pero sí encontró un grupo de arbustos que parecían un buen sitio.

    Eran alrededor de las tres de la tarde y no oscurecería hasta las 8, así que tenía mucho tiempo para completar su tarea y pensar en ello.

    Lo mejor es intentar poner esto en dos lugares en caso de que algún cazador lo descubra o alguien vea la camioneta y decida investigar un poco, pensó Farley.

    Tal vez esconderé cosas a ambos lados de la carretera y mezclaré mi rastro un poco, pensó y se dirigió a la carretera para luego mirar hacia esa área.

    Hacia las 6:30 había sacado la mayor parte de su equipo de la camioneta y lo había escondido. Sin embargo, no estaba contento con sus esfuerzos porque solo tenía una lona adicional para cubrir una pila de productos y en su prisa por cargar la camioneta había olvidado la caja de bolsas de basura que había debajo del fregadero en su casa.

    La primera buena lluvia voy a tener que lidiar con un montón de mierda a mi regreso, pero eso no se puede evitar. Farley reflexionó mientras intentaba acumular más ramas en su escondite para evitar que se mojara, pero pronto renunció al esfuerzo.

    ―Las cosas podrían quedarse como están. Diablos, aquí hace más calor que en el infierno. ―Murmuró para sí mismo por enésima vez hoy y volvió a la sombra de la camioneta y los árboles sobre ella para pensar más en su dilema.

    El letrero que había pasado a unos 10 kilómetros por la carretera indicaba que se dirigía al lago, pero no sabía qué tan lejos estaba el mismo. Tenía agua si contabas cuatro cajas de botellas y una garrafa de 5 galones que no podía llevar con él. Su arnés de combate tenía una cantimplora y tenía una separada de dos cuartos en un tirante que podía transportar, pero eso era lo más movible que podía conseguir. Con este calor, el agua era la mayor amenaza para su supervivencia, es decir, se recordó a sí mismo si los malditos mosquitos no lo volvían loco primero y pensaba en dónde se acostaría por la noche.

    Podría arrastrar su pequeña carpa y hacer un campamento regular completo con una fogata, pero, por otro lado, ¿por qué preparar algo si me iré a primera hora de la mañana? Farley reflexionó sobre la decisión de dormir en la camioneta con su mochila equipada. Tomó su estufa Scout y buscó unas varas de madera para calentar su cena.

    El menú de esta noche fue un Spam frito y un postre de manzana MRE. Si no comía todo el Spam de una vez, guardaría las sobras en una bolsa resellable para comer más tarde para el desayuno en el camino. Debía mantenerlo mucho tiempo, pensó, y volvió a pensar en qué comida debería llevar consigo en su viaje de la mañana. Esa fue de hecho una pregunta inquietante para él porque no tenía idea de hasta dónde tendría que ir o cuánto tiempo se quedaría una vez que llegara allí y si era capaz de caminar de regreso para recuperar más suministros.

    Tengo esa carretilla plegable en la camioneta, demonios, tengo un carrito de ciervos abatible en el que también podría transportar la mitad de mi mierda si supiera a qué distancia tengo que viajar, pensó Farley mientras maldecía una vez más el mapa, confiaba en que no mostraba estas rutas alternas. Según su mejor estimación, eran 18 a 20 kilómetros hasta el lago desde donde había llegado y tal vez otros 12 kilómetros hasta esa cabaña de alquiler cerca del área del parque estatal, pero no estaba exactamente claro y recordó que tan perdido había estado viajado por muchos caminos terrosos del lago para encontrarlo.

    Diablos, 18 kilómetros si fuerzo mi marcha me pondrían allí al comienzo de la costa del lago alrededor de las 5 de la tarde si no me caigo después de los primeros kilómetros. Pensó para sí mismo recordando de manera realista lo difícil que era cuando estaba en su mejor momento a los 18 años en el ejército con equipo completo, mucho menos ahora varias décadas después e intentándolo con más equipo.

    Podría estar alejado de toda esta comida por mucho más tiempo de lo que originalmente pensé, pensó Farley. Creyendo que era un tonto por no querer usar su gran carpa de campaña para cubrir mejor ese alijo de productos. Había pensado en abrir y tender la carpa sobre algunos de sus productos para resistir mejor la lluvia, pero no quería considerar regresar a una carpa empapada o dañada por todo el camuflaje que tendría que apilar para esconderla. Por otro lado, si se hubiera ido por semanas o por un mes, esas cajas de cartón de latas de comida liofilizada probablemente perderían sus etiquetas la próxima vez que las viera, así que se levantó de mala gana y se dispuso a hacer su escondite principal más resistente al agua.

    A Farley no le sorprendió que no hubiera visto ningún automóvil en la carretera en la que estaba atascado hoy, pero sí se preguntó sobre eso. Me refiero a que la tormenta solar no eliminó todos los componentes electrónicos de los automóviles, como mucha gente esperaba. La mayoría de los vehículos parecían funcionar y muy bien, al menos en su área general; tal vez tenían problemas más al norte. Sin embargo, la Tormenta Solar fue lo suficientemente potente como para crear estragos en todas las redes eléctricas de América del Norte y Europa a través de una serie de eventos de energía en cascada para declarar las luces apagadas para la mayoría del mundo y crear muchos días de fallas de la radio. Tomó una semana para la mayoría de la gente escuchar y comenzar a entender lo que le había sucedido al mundo y a su tecnología.

    Farley sabía desde el principio que era un evento PEM (Pulso Electromagnético) y su momento de ¡oh, mierda! comenzó mucho antes que para la mayoría de la gente desde que encendió la radio después de que se apagaron las luces. Su teléfono móvil se había apagado al mismo tiempo que la energía lo hizo.

    No sabía por qué, pero había salido a la calle y había mirado hacia el cielo en busca de algún tipo de señal antes de dejar de lado la idea de ver una aurora e intentar encender su automóvil y luego sintonizar su radio. Cuando sus oídos no encontraron más que estática después de una búsqueda de sintonía, levantó la mirada al cielo otra vez y pensó: Ah, diablos, antes de escabullirse afligidamente hacia atrás en la casa mirando tristemente al suelo. Su mente nublada por la preocupación acerca de lo que sabía que finalmente vendría.

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