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Una Novela del Viejo Oeste Serie: Libros 1-3  Oeste de Texas, 1868
Una Novela del Viejo Oeste Serie: Libros 1-3  Oeste de Texas, 1868
Una Novela del Viejo Oeste Serie: Libros 1-3  Oeste de Texas, 1868
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Una Novela del Viejo Oeste Serie: Libros 1-3 Oeste de Texas, 1868

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About this ebook

La historia de cada nuevo amor comienza con una elección....

Kathy está sola.
El amor de su vida ha muerto en un trágico accidente.
La ciudad en la que vive la rechaza, dejándola completamente sola.
Decidida a seguir adelante con su vida, le da al amor otra oportunidad al convertirse en una novia por correo.
Pero su nuevo esposo, Paul Lowder, no es todo lo que parece.
Cuando Kathy se encuentra cara a cara con un bandido que roba diligencias, ruega por su vida y por sus posesiones. Para su sorpresa, el bandido la deja ir, sana y salva. Al llegar finalmente a su destino, Kathy llega al altar para conocer a su nuevo esposo por primera vez.
¡No tarda mucho en darse cuenta de que ya lo había conocido en alguna parte!
Si te gusta el romance, la aventura y un poco de suspenso, entonces ¡te encantará esta novela sobre novias por correo! 
¡Compra hoy  'Elígeme' para leer la historia de Kathy!

Toda relación se basa en la honestidad y la confianza....

Kathy y Paul finalmente se están adaptando a vivir juntos en Farvale. Todo parece estar bien en su pequeño hogar, sin nada que estropee su felicidad, pero Kathy lleva un secreto.
Todo cambia en el momento en que Paul le cuenta a Kathy sobre su hermano menor, Daniel, quien no tiene adónde ir.
Al mismo tiempo, Kathy recibe una carta de una amiga, rogando que la ayude.
Pronto su casa se llena, primero Daniel y luego Sarah con su bebé se quedarán bajo su techo.
Las chispas comienzan a volar entre Sarah y Daniel, pero él arriesga todo al decirle la verdad sobre su pasado.
¿Encontrarán la felicidad Daniel y Sarah juntos o los destrozará la honestidad de Daniel? 

Si te gustó 'Elígeme', entonces ¡te encantará esta nueva historia de la serie!

¡Compra hoy 'Escondiendo la verdad'!


Ella estaba esperando al hombre de sus sueños....

Amanda había rechazado a muchos pretendientes potenciales en el pasado, esperando que llegue el hombre adecuado.
En cuanto ve a Matthew, el recién llegado a su pequeño pueblo, sabe que es el hombre que ha estado esperando.
Matthew llegó para establecer una nueva vida, lejos de sus pecados y errores pasados. No tiene intención de enamorarse de nadie, no importa cuán determinada sea, o cuánto persigan sus sueños esos ojos verdes. 
Matthew carga un gran secreto, un remanente de su pasado. ¡Lo último que quiere es que Amanda averigüe la verdad!
El Secreto es una vieja novela del oeste, que sigue a Elígeme y Ocultando la Verdad. Si te gustan las historias ficticias, los vaqueros y un poco de romance, entonces te encantará esta novela y la serie en general.
¡Compra hoy el libro para leer la historia de Matthew y Amanda!

La historia de cada nuevo amor comienza con una elección....

Kathy está sola.
El amor de su vida ha muerto en un trágico accidente.
La ciudad en la que 

LanguageEspañol
Release dateOct 31, 2018
ISBN9781540184108
Una Novela del Viejo Oeste Serie: Libros 1-3  Oeste de Texas, 1868
Author

Kent Hamilton

Author Kent Hamilton has always had a natural flair for writing, right from his school years. A student of Columbia University, he has over 15 years of writing experience and is an avid reader of clean romance, dramatic fiction and the classics. Kent passion for evoking raw emotion and his honest representation of the human experience makes his work relatable to his readers. He enjoys drawing on the experiences of his surroundings, observing the behaviors of others and combining this with a healthy dose of imagination. He is a keen communicator with an eye for detail and this is reflected in his writing. Having written short stories since he was a teenager, Kent also contributes to online blogs and enjoys reviewing novels from new and established authors. He is constantly open to learning new things and thrives on reading fiction that evokes emotion and stimulated the senses. Prior to writing his clean romance novel Without a Hitch, Kent spent several years traveling around Australia where he met his current partner. He lives with her and their one year old daughter and his other passions include cooking, photography and film. Without a Hitch is a novel that questions the notion of true, lasting love and draws the reader into the hearts of its protagonists. Kent has recently started another romance story which he hopes to publish next year.

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    Book preview

    Una Novela del Viejo Oeste Serie - Kent Hamilton

    Índice

    Libro 1:

    Elígeme

    Libro 2:

    Ocultando la Verdad

    Libro 3:

    El Secreto

    Elígeme

    Una historia romántica

    en el Viejo Oeste

    Libro-1

    Tabla de Contenido:

    Capítulo Uno - Escribiendo cartas

    Capítulo Dos - El viaje de Kathy

    Capítulo Tres - Un Escape Asombroso

    Capítulo Cuatro - La Boda

    Capítulo Cinco - Una Realidad Impactante

    Capítulo Seis - Un nuevo hogar

    Capítulo Siete - Acomodándose

    Capítulo Ocho - El Dilema de Paul

    Capítulo Nueve Una elección peligrosa

    Capítulo Diez - La verdad sale a la luz

    Capítulo Once - Limpiando

    Capítulo Doce El Sheriff

    Epílogo Quédate conmigo

    Capítulo Uno - Escribiendo cartas

    Kathy respiró profundamente. Eso era todo. La última oportunidad para cambar de opinión. Miró la carta que tenía en la mano, sorprendida al ver temblar un poco su mano. Miró a su alrededor, sabiendo que estaba cansada de este lugar, que tenía que irse. Las mismas voces, las mismas personas, las mismas historias una y otra vez, día tras día. Estaba cansada de las miradas de lástima, de los susurros a sus espaldas. Afianzando su determinación, Kathy dio el paso final y envió su carta por correo.

    Deambulando lentamente de regreso a su pequeña casa, Kathy sintió que una sensación de alivio la bañaba. Pronto terminaría con este lugar. Sus pensamientos volvieron a cuando se había mudado aquí por primera vez, una joven y emocionada novia. John había sido todo lo que ella podía esperar de un esposo. Había sido amable, cariñoso y atento, con un buen trabajo y una casa que ella podía convertir en un hogar. Ella había soñado con una vida juntos, con sus hijos aferrados a sus tobillos mientras cocinaba la cena. Sus esperanzas se habían despedazado en un instante, cuando se enteró de la trágica y repentina muerte de John poco más de un año después de su matrimonio, y unos meses después de haber recibido la noticia de la muerte de su padre. John había sido lanzado de su caballo y se había roto el cuello, muriendo instantáneamente. Se había roto en mil pedazos por dentro, y había estado tratando de recomponerse desde ese terrible día, pero nunca pudo encontrar todos los pedazos. Era como si se hubiera olvidado de quién era sin John, su vida ahora no tenía sentido y estaba vacía. Sí, tenía su casa, pero ya no era un hogar sin él, sino un recuerdo constante y doloroso de la vida que alguna vez compartieron. Ahora era viuda y este pueblo la había rechazado, por la única razón de que ella era la recién llegada, así como la imagen de lo que tantas mujeres temían que llegarían a ser.

    Sentada un día de verano, pasando el día sola y tranquila, como tantos de sus días, Kathy se había dado cuenta de que necesitaba seguir adelante. Necesitaba dejar esta ciudad - y sus recuerdos de John - muy atrás. Empezar de nuevo era su única opción y su única oportunidad para tener hijos; quedarse aquí sería su muerte. Probablemente se desvanecería lentamente, sin que quedara nadie que la recordara. Sus padres habían fallecido, y ahora también John, así que no quedaba nadie a quien le importara dónde vivía o qué hacía. Eso significaba que no había nadie que la juzgara cuando escribió una respuesta a un anuncio en el periódico para una Novia por Correo.

    Hombre de 34 años, busca una mujer con una disposición amorosa, inteligencia y encanto con una inclinación hacia el matrimonio. Debe ser trabajadora y estar dispuesta a crear un hogar. Después de más correspondencia, debe estar lista para viajar al oeste y casarse inmediatamente.

    Ella había contestado casi inmediatamente, diciéndole al escritor anónimo que estaba lista y dispuesta a viajar hacia el oeste ya que buscaba un nuevo comienzo. Mencionó brevemente que era viuda, pero le aseguró que no tenía hijos. Honestamente, escribió que aunque no era fea, no era una belleza en absoluto, pero trabajaba duro y podía convertir cualquier casa en un hogar. Después de haberla escrito y reescrito tres veces, ella se había sentido satisfecha con su cuarto intento, enviándola correo al día siguiente. Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar una respuesta.

    Pasaron unas semanas y Kathy se desanimó, sin haber recibido respuesta del hombre en cuestión. Finalmente, decidió que no se rendiría con el primer rechazo, sino que decidiría buscar más anuncios adecuados a los que pudiera responder. ¡Quizás alguien querría una viuda de 32 años, que estuviera dispuesta a mudarse al oeste en cualquier momento!

    Un golpe en su puerta interrumpió sus pensamientos y, al abrirla, encontró una carta que un niño le ondeaba en la cara.

    El jefe de correos dijo que usted querría esto, dijo, entregándole la carta.

    Gr - Gracias, tartamudeó Kathy, cogiendo la carta y mirándola fijamente durante unos momentos. Una tos silenciosa le recordó que el niño aún estaba esperando.

    Oh, sí, sí, por supuesto, murmuró, girando sobre sus talones y buscando una moneda para darle. Al encontrar una, se la entregó sin decir una palabra, cerrando la puerta y corriendo a la cocina para leer su carta. Sentada en la mesa de la cocina, abrió cuidadosamente el sobre y, con manos temblorosas, desplegó la página interior.

    Sra. Oakley, comenzaba la carta. Me alegró mucho recibir su carta. Todavía estoy buscando una esposa y parece que usted es la indicada para mí. Mi nombre es Paul y estoy buscando a alguien que se case conmigo inmediatamente ya que necesito ayuda con la granja y la casa. Si usted todavía está tan interesada, por favor escríbame y yo haré los arreglos necesarios. Sinceramente, Paul Lowder.

    Kathy apretó una mano temblorosa contra su frente. Apenas podía creerlo. Su vida aquí había terminado y otra vida la estaba llamando, si tan solo pudiera ser lo suficientemente valiente como para responder a su llamada. Levantándose de la mesa con las piernas temblorosas, fue en busca de un lápiz y papel. Ella le contestaría inmediatamente confirmando que, sí, ella consentiría en convertirse en la Sra. Paul Lowder.

    Le tomó unas cuantas semanas a Kathy recibir su respuesta, pero una vez que lo hizo, se puso en acción. Paul le había dado instrucciones sobre cómo viajar a la pequeña aldea de Farvale, diciendo que debía ir a la tienda general y preguntar por Anna, que era su hermana y estaba casada con Thomas. Anna la llevaría a la iglesia y la prepararía para su matrimonio inmediato. Se conocerían por primera vez en el altar. Kathy casi se lamentó al darse cuenta de la distancia que tendría que recorrer en la diligencia, pero no podía evitarlo. Era evidente que el ferrocarril aún no había llegado tan lejos. Al menos tendría tiempo para descansar ya que, según la descripción de Paul, ambas paradas parecían ser Estaciones locales. Tendría garantizada una comida y una oportunidad de dormir que no desperdiciaría. Mirando a su alrededor, Kathy se percató de que tenía muy poco tiempo para empacar sus cosas, y de repente se dio cuenta de que dejaría muchas de sus posesiones atrás. ¡No había tiempo que perder! Arremangándose, Kathy comenzó la difícil tarea de ordenar sus pertenencias.

    Estaba oscuro para cuando Kathy había terminado, su casa ahora en completo desorden. Empujando los mechones de su pelo castaño lejos de su cara, miró la mesa de la cocina, con las únicas cosas que tendría que llevarse con ella. El resto tendría que vender o regalar, pero ella sabía que valdría la pena. Cualquier vida, incluso la de una novia por correo, sería mejor que quedarse aquí. Cuidadosamente, levantó un delicado collar de la mesa, el pequeño colgante de plata se balanceaba suavemente. Ella recordó el día que John se lo había dado, un regalo por su primer año como marido y mujer. Él había ahorrado dinero para comprárselo, teniendo tanto cuidado y atención en encontrarle el regalo perfecto, sin saber que partiría sólo unas pocas semanas después. Sosteniéndolo cerca de su pecho, Kathy miró hacia abajo a sus manos entrelazadas, el anillo de John atrapando la luz de las velas. Tenía que enfrentar la dura realidad de que ya no era la esposa de John, iba a ser la de Paul. Su anillo, que le había puesto en el dedo el día que se casaron, nunca se lo había sacado y ella sabía que debía quitárselo. Con el corazón apesadumbrado, se lo sacó suavemente de su dedo, mirándolo fijamente mientras las lágrimas llenaban sus ojos. Su amor por John todavía fluía dentro de ella, aún no había muerto como él. No podía tirar su anillo ni dárselo a un extraño, ni tampoco podía llevarlo en su mano izquierda. Pensando por un momento, pasó la cadena del collar a través del anillo, dejándolo girar suavemente al lado del pequeño colgante, antes de colocárselo alrededor del cuello. Ella guardaría el anillo con ella, un pequeño pero gentil recordatorio del hombre que había amado y con el que se había casado. Kathy esperaba que Paul lo entendiera.

    Capítulo Dos - El viaje de Kathy

    Con una última mirada alrededor de lo que una vez llamó su hogar, Kathy cerró la puerta principal y rápidamente se alejó sin mirar hacia atrás. Se sentía mal de los nervios, pero estaba más decidida que nunca a seguir adelante. Un vecino la llevó a la estación, la primera amabilidad que alguien le había mostrado en mucho tiempo. Agradeciéndole, Kathy lo vio alejarse, preguntándose si su consideración había sido simplemente una máscara, ocultando su verdadero deseo de sacarla de la ciudad. Ella suspiró para sí misma, sacudiendo un poco la cabeza.

    John había descrito la ciudad como un lugar muy unido, pero ella lo había encontrado casi impenetrable. En el año que había pasado con John, nunca había logrado hacer amigos íntimos, sólo unos pocos conocidos que la saludaban de pasada. John le había asegurado que a la gente del pueblo le llevaría tiempo aceptar a una recién llegada y ella se había relajado con su afirmación. Su mundo había girado en torno a John y el desarrollo de su vida juntos. Se había lanzado a hacer de su casa un hogar, en lugar de intentar hacer amigos, creyendo que las mujeres del pueblo tendrían que aceptarla tarde o temprano. De hecho, el hielo había empezado a derretirse en las semanas previas a la muerte de John y ella había recibido incluso una invitación para unirse al círculo de bordado de la ciudad - pero entonces John murió y su invitación había sido rescindida apresuradamente. No es que le hubiera importado en ese momento, sino que había estado tan absorta en su dolor. Ya cuando todo había vuelto a la normalidad, sintió el dolor de que le hayan cancelado la invitación. Se había convertido en un presagio de perdición, la primera joven viuda que formaba parte de la ciudad después de tantos años. Las mujeres la habían evitado, apartando sus ojos mientras ella pasaba como si temiesen que si la miraban, a ellas también les tocaría el mismo destino. El dolor se apoderó de su corazón mientras los recuerdos la herían una vez más. Si tan sólo hubiera tenido un lugar al que regresar, ¡podría haber escapado de la miseria y la soledad que siguieron a la muerte de John! En vez de eso se quedó sola, sus padres y John se fueron de este mundo, dejándola tanto huérfana como viuda.

    Un ruido repentino la llamó la atención cuando se dio cuenta de que la diligencia se acercaba. Reuniendo valor, se puso de pie, lista para embarcar. Ella estaba en camino.

    Se sentía como si hubiera estado viajando durante días. La primera Estación local había pasado, con una comida escasa y una estera en el piso duro recibiendo su cuerpo adolorido. Al subir a la diligencia una vez más, Kathy estaba enferma y cansada por el polvo y el calor. No es que pudiera dormir aunque quisiera, ya que el hecho de apoyar la cabeza en el hombro de otro viajero era especialmente desalentador y quería seguir siendo lo más respetable posible. Ella había mirado al mensajero con ojos cautelosos, y de repente se dio cuenta de que llevaba una escopeta. Mientras él estaba sentado junto al conductor, ella se preguntó si esto era simplemente una precaución o si algo más siniestro estaba sucediendo. Mientras la diligencia se alejaba, Kathy se volvió hacia su vecina, preguntando en voz baja sobre la escopeta del mensajero.

    Oh, sí, querida, contestó en voz alta la mujer mayor. Hay peligros por aquí, ¡esta es un área  con muchos bandidos!

    ¿Bandidos? Kathy jadeó. ¡Claro que no! ¿Qué querrían con nosotros?

    El hombre sentado frente a ella se rió ante su aparente ingenuidad. ¿Qué cree usted, señorita? ¡Quieren lo que tenemos! Joyas, oro, dinero - ¡cualquier cosa que les haga ganar dinero! No crea que tampoco pueda huir, aquí no hay más que coyotes.... ¡o indios, si tiene suerte!

    La cara de Kathy se puso blanca. No había considerado los peligros de

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