Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis
El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis
El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis
Ebook315 pages5 hours

El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Con el presente trabajo hemos investigado la realidad del deseo centrándonos en los escritos de C.S. Lewis.
El título elegido para este trabajo individua una realidad importante y decisiva de toda la literatura de C.S. Lewis y de su experiencia.
Hemos desarrollado nuestra investigación uniendo tres horizontes: el biográfico-experiencial, el filosófico y el teológico.
Mostramos cómo la realidad del deseo a través de un tratado transversal, al interno del cual surgieron, junto a las etapas fundamenteales de la conversión de Lewis, los temas principales que se relacionan con ella: la experiencia lewisiana de la Alegría, sus raíces literarias y románticas, los errores del deseo, la conversión.
A través del estudio de The Abolition of Man mostramos la importancia, la objetividad y la integridad del valor cognoscitivo y personificador de la experiencia afectivo-emocional dentro del deseo (integralidad no reducida ni a lo exclusivamente corpóreo, ni a elevable a lo exclusivamente espiritual). La experiencia del deseo muestra que el hombre es un ser sobrenatural, es persona.
Sucesivamente fuimos al origen de la integridad de la experiencia del deseo. Del análisis de la dinámica concreta experiencial del deseo emerge que es irreducible a la mera inmanencia, y surge también la imposible identificación al interno de la que el hombre experimenta continuamente el desacuerdo-dialéctico entre el todo y algo: él se mueve siempre a partir del deseo de un objeto particular; contemporáneamente el horizonte del que dicho deseo surge y en el que se manifiesta es siempre la totalidad. Tal oxímoron recogido y salvado por la promesa cristiana lleva a la individuación de un movimiento precristianamente configurado como continua, y a la larga insostenible tensión (o danza) horizontal (de dentro de sí a fuera de sí y viceversa) y vertical (de dentro de sí al sobre sí y viceversa) de la afirmación del ilimitado que se hace m
LanguageEspañol
Release dateDec 30, 2022
ISBN9781547518203
El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis

Related to El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis

Related ebooks

Christianity For You

View More

Related articles

Reviews for El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    El Intinerario Del Deseo En C. S. Lewis - Francesco Tosi

    1.1 Los primeros años: la perforación de la Alegría

    Then came the sound of a musical instrument, from behind it seemed, very sweet and very short, as if it were one plucking of a string or one note of a bell, and after it a full, clear voice — and it sounded so high and strange that he thought it was very far away, further than a star. The voice said, Come. Then [...] came to him from beyond the wood a sweetness and a pang so piercing that instantly [...] all the furniture of his mind was taken away.

    A moment later he found that he was sobbing, and the sun had gone in: and what it was that had happened to him he could not quite remember[6].

    ––––––––

    Clive Staples Lewis[7] nació el 29 de noviembre de 1898 en una de las dos casas de una villa bifamiliar (Dundela Villas) no muy lejos de la periferia de Belfast.

    Los padres de Clive Staples, o Jack[8], como decidió que se le debería de llamar cuando tenía cuatro años, se casaron en 1894[9].

    Jack tenía un hermano más grande, Warren, que al inicio no lo acogió de la mejor manera: «De su llegada no recuerdo nada, aunque no tengo dudas de haberle sido presentado, y fue de grande que tomé conciencia de él como un evidente perturbador de mi paz domestica»[10].

    Las dos familias de las que descendía divergían mucho por personalidad y carácter.

    El padre Albert James provenía de la familia Lewis, quienes eran «galeses pura sangre, sentimentales y retóricos, cuyo espíritu era movido con extrema facilidad tanto por el enojo como por la ternura de ánimo; hombres que reían y lloraban notablemente y que no poseían un grande talento para la felicidad»[11].

    La madre en cambio provenía de los Hamilton que al contrario era «una raza más fría. Eran dotados de sensibilidad crítica e irónica, y poseían en altísimo grado el talento para la felicidad – la dirigían exactamente como un viajador experto la dirige, a bordo de un tren, al mejor lugar»[12].

    La contrastante diferencia entre la tranquilidad de ánimo materna y el excesivo cambio emocional paterno sembró y alimentó –rápido e inconscientemente – en el joven Lewis una desconfianza, incluso una aversión a las emociones, como si fueran algo peligroso, asimismo embarazoso y un tanto desagradable[13].

    Por ello es importante mencionar ahora que esta fractura, conflicto intelecto-sentimiento, vida interior y vida exterior [la aceptación del hecho que también el sentimiento tenga que ser asumido en el (y no elevado por el) criterio de juicio y no al contrario, eliminado] es un problema muy importante que será sanado hasta en los primeros años de la universidad.

    De hecho como veremos en el próximo capítulo, el conflicto del sentimiento no mirado con sospecha sino interrogado honesta y profundamente se muestra como un índice dirigido a su correspondiente experiencia; no juzga, más bien se limita a la función de de-mostración (del latín de-monstrare) de los signos evidentes del contragolpe emocional surgido en nosotros por algo, dicho contragolpe nuestra razón lo debe descubrir adecuado o no a la realidad de referencia.

    Los primeros años de la vida del pequeño Lewis diferenciaron bastante de la de sus coetáneos.

    Jack aprendió con rapidez admirable no sólo a hablar, sino inclusive a expresar sus preferencias con una precisión segura antes de cumplir dos años de edad.[14]. Esta rapidez de aprendizaje lo favoreció seguramente en la relación con el hermano mayor, Warren, quien – a pesar de que fueras más grande que él tres años – se convirtió muy pronto no simplemente en un buen compañero de juego, un amigo fraterno, sino incluso en un aleado[15].

    A la edad de siete años, en 1905, ocurrió «el primer gran cambio»[16] de su vida: se mudaron a una casa nueva[17] mucho más grande y espaciosa en la extrema periferia de Belfast.

    La educación de Jack Lewis inició en su casa donde la continuó hasta la edad de diez años: la madre lo instruía en latín y francés, y la instructora[18] en griego y en las otras materias.

    El hermano en cambio fue enviado al internado de Wynyard School en Inglaterra y en gran parte del año desaparecía de la vida de Jack.

    La mudanza a la nueva casa fue muy importante en la vida y consecuentemente en la formación de Lewis, tanto que él la considera literalmente como «un personaje de primer plano»[19] en su vida personal.

    De hecho sobretodo fueron dos[20] los «fuertes vientos de cambio»[21] que «empezaron a soplar»[22] en la vida Lewis.

    En primer lugar el encuentro con la literatura, ciertamente favoreció el hecho que sus padres fueran «gente libresca o intelectual»[23]:

    «Había libros en el estudio, libros en la sala, libros en el guardarropa, libros amontonados en doble fila en la grande librería del descanso, libros en la recamara, cúmulos de libros altos hasta mi espalda en el ático de las cisternas, todos los tipos de libros cuyo interés habían tenido mis padres, libres legibles e ilegibles, libros aptos para niños y libros que definitivamente no lo eran. Nada me estaba prohibido»[24].

    En los interminables días lluviosos tenía a disposición posibilidades prácticamente ilimitadas: explorar largos y silenciosos pasillos, descansos y desvanes de su enorme casa nueva; jugar, pintar, inventar historias; leer libros: 

    «Tomaba de los estantes volumen tras volumen. Tenía siempre la certeza de descubrir un libro nuevo, exactamente como un hombre que paseando en un prado tiene la certeza de encontrar una nueva hoja de hierba»[25].

    Fue sobre todo la literatura fantástica, en la cual fue introducido por la gobernadora[26], la que alimentó la imaginación del pequeño Lewis con cuentos de historias  de leprechaun, de las divinidades y de las tierras de la mitología irlandesa, de animales que hablan...

    En segundo lugar los paisajes.

    «Los interminables ocasos veraneros a espaldas de las cimas azules»[27] de los Montes Antrim que se veían lejanos del portón de ingreso y «el perfil bajo de las [inalcanzables] Castelreagh Hills» le «enseñaron el deseo insatisfecho, la Sehnsucht»[28].

    «Era la atmosfera de una escena que me interesaba y al saborear esa atmosfera piel y nariz se ponían a trabajar junto con los ojos»[29].

    En estas precisas coordinadas se inscriben tres episodios que tienen en común una única experiencia que marcó a Lewis en lo profundo de su alma hasta el final de sus días.

    Son tres episodios en los que Lewis se sorprendió expuesto a una belleza estéticamente formal, pero profunda y paradójicamente[30] romántica.

    Un día, acercándose a un arbusto de grosella con flores, le llegó el recuerdo de un día en el cual en la antigua casa su hermano le enseñó su jardín de juguete apenas hecho. Estaba compuesto por una caja de galletas cubierta de musgo y adornada con flores y ramas. Quedó tan impresionado que afirma sucesivamente: «Fue la primera cosa bella que haya visto. El jardín de juguete hizo lo que el jardín verdadero no había logrado hacer. Me permitió descubrir la naturaleza [...] como algo fresco, cubierto de rocío, joven, vital»[31].

    Este recuerdo se impregnó profundamente en su memoria y el día que volvió la descripción más cercana para expresar la sensación que le provocó fue «la enorme bienaventuranza del edén de Milton»[32]: una sensación de profundo asombro y de deseo.

    «¿Pero qué deseo? Ciertamente no una caja de galletas llena de musgo, ni [...] de mi pasado»[33], aunque era un recuerdo nostálgico.

    Aún antes de poder comprender el significado o la sustancia de dicho estado, «el deseo mismo se había disipado, el destello desapareció, el mundo había regresado de nuevo al orden acostumbrado, turbado solamente por el deseo del deseo apenas desaparecido»[34].

    La segunda experiencia ocurrió con la lectura de Squirrel Nutkin de Beatrix Potter provocando sensaciones análogas de profundo asombro vivido con «el mismo sentido de inconmensurable importancia»[35].

    Pero fue el tercer destello el que tuvo mayor importancia en la vida intelectual, espiritual y también profesional de Lewis.

    Un día, hojeando relajadamente las páginas de un libro de poesía de Longfellow,

    «[...] como una voz que llegó de regiones remotas [...]

    "Oí una voz que exclamaba,

    Balder el hermoso

    ha muerto, ha muerto..."»[36].

    No sabía absolutamente nada de Balder, ni de la mitología nórdica, pero espontanea e inmediatamente, detectando una profunda conmoción, se sintió como lanzado a otro mundo.

    «Deseé casi con dolorosa intensidad algo que jamás podrá describirse (sé sólo que es helado, frío, espacioso, severo, pálido y remoto) y finalmente, como en los otros casos, me encontré en el mismo instante ya lejano de ese deseo y deseando volver estar ahí»[37].

    Lewis se encontró expuesto a algo misterioso (y en aquel tiempo aún totalmente desconocido), indescriptible, y al mismo tiempo deseable y paradójicamente doloroso.

    Nuestro autor describe estos episodios como glimpses[38], destellos.

    Destellos, porque «todo había durado no más de un instante»[39]; de Alegría[40] porque «nunca nada me había parecido tan extraordinario»[41], como si viniera de «otra dimensión»[42].

    1.1.1 Manifestación experiencial romántica de la Alegría

    Antes de tratar específicamente el tema de este punto creemos que sea obligatorio hacer dos previas consideraciones.

    Antes que nada es necesario recordar que la descripción de la experiencia de la Alegría que ofreceremos coincide con la comprensión que Lewis ha madurado sobre todo en los años sucesivos a la conversión.

    En segundo lugar y a este propósito, es bueno recordar que Lewis haya intentado hablar de la Alegría en una poesía del 1924 publicada para la revista The Beacon[43], sin lograr dar una visión clara.

    En el epilogo de la tercera edición de The Pilgrim’s Regress: An Allegorical Apology for Christianity, Reason and Romanticism Lewis aclara qué entendía por Romanticismo en el momento de la redacción de la novela.

    Su particularísima acepción de romántico en fondo no tiene que ver con lo maravilloso, con el sentimentalismo enfático, con lo macabro, con el subjetivismo egoísta, con la revolución contra lo primitivo o la sensibilidad de frente a la naturaleza, todos estos aspectos él los reúne de varias formas al Romanticismo y lo hacen un término totalmente polivalente arriesgándolo y haciéndolo caer en la insignificancia[44].

    En aquél tiempo lo característico de su comprensión del término Romanticismo era la particular experiencia recurrente de anhelo que dominó toda su infancia y adolescencia y que definió romántica porque tenía en común con el Romanticismo el sentimiento, la naturaleza inanimada y la literatura maravillosa[45].

    «Joy»[46], «Alegría»[47] es el «término técnico»[48] que Lewis atribuye a esta particular experiencia de deseo.

    Ella se manifiesta sobretodo como la percepción parecida a una «punzada»[49] (literalmente cuchillada, puñalada, «the stab of Joy»[50]), una percepción de profunda inquietud que se extiende contemporáneamente también al nivel de la sensibilidad, provocada por algo indescriptible, misterioso, no identificable de modo inmediato.

    Lewis describe esta Alegría como «idea de Otoño»[51] y como «enorme bienaventuranza»[52] subrayando contemporáneamente el polo negativo de la ausencia de lo deseado y lo positivo en la presencia del deseo.

    Con este término pretende distinguir la Alegría de la felicidad y del placer.

    La Alegría comparte con la felicidad y el placer una única característica: el deseo de probarla nuevamente por parte de quien la haya probado aunque sea una sola vez[53].

    Más allá de este particular aspecto, la Alegría se diferencia de cualquier otra experiencia de placer por el hecho de presentarse como un estado de tensión y de suspensión, además dolorosa, pero paradójicamente al mismo tiempo advertido como si fuera una alegría.

    Los deseos que se indican normalmente como placeres, son tales porqué se les atiende confiando en su satisfacción en un futuro próximo; en caso contrario serían desatendidos, desilusionados, y abandonados a causa de lo irrealizable[54].

    La tensión dolorosa del deseo paradójicamente es advertida como si fuera una alegría que a pesar que no se considere posible su satisfacción, no obstante tal deseo continúa siendo preferido por cualquier otro pago[55].

    Esta particular, paradójica y misteriosa experiencia dolorosa, infeliz, pero efectivamente  deseable deseo[56] es un hambre mejor que cualquier saciedad y una pobreza mejor que cualquier riqueza[57].

    Otra importante característica que diferencia al placer de la Alegría es que, mientras el primero normalmente es conseguible y reproducible, la Alegría no es manipulable, reproducible, subyugable.

    La Alegría es y permanece una experiencia indomable.

    A diferencia de las otras normales experiencias de placer (gratificación, satisfacción) la Alegría no es reproducible, no es manipulable y no es aprehensible: es una sed imposible de ser apagada por la persona que la provoca.

    1.1.2 Alegría como experiencia estético-romántica: «inconsolable longing» y «Sehnsucht»

    Lewis haciendo referencia a un término ampliamente utilizado en el romanticismo describe la exposición de la Alegría como Sehnsucht y al mismo tiempo como «inconsolable longing»[58]: esta experiencia se manifiesta con la advertencia de un «deseo insatisfecho [...] más deseable de cualquier satisfacción»[59], un «anhelo inconsolable»[60].

    Sehnsucht  es el término alemán que podría traducirse en inglés como longing y en español en sentido más amplio como "fuerte sensación de deseo de algo ausente".

    En realidad Sehnsucht es casi imposible de traducirlo adecuadamente no siendo posible encontrar algo satisfactoriamente correspondiente en otros idiomas.

    No se debe confundir con la nostalgia (en alemán sería Heimweh y en inglés nostalgia) porque mientras que la nostalgia es el deseo de reapropiarse de un pasado o de un presente morfológicamente identificable, por rasgos precisos (nostalgia de casa, de la tierra natal, de la amada, de la familia) y por tanto objetivable, la Sehnsucht en cambio indica el añorar algo indefinido, remoto. [El término con ese ímpetu se usaba en el romanticismo de la época, sin embargo hoy Sehnsucht no tiene la misma fuerza, y puede utilizarse también para cosas concretas, tangibles, cercanas].

    Sehnsucht tiene una estrecha relación (en un sólo término) con el verbo sehnen anhelar ardientemente, y  Sucht (derivado del verbo suchen, estar en búsqueda, una dependencia que esconde indirectamente toda ansia.

    Sehsucht indica entonces un estado de tormento por la ausencia de algo que nunca se ha alcanzado, hasta ahora intangible aquí y ahora. «Es un deseo de algo que efectivamente nunca ha aparecido en nuestra experiencia»[61].

    Sehnsucht se podría entonces intentar traducir como ansia del deseo, anhelo del deseo, enfermedad del deseo.

    La puñalada del deseo es muy profunda e intensa tanto que quien está inmiscuido en esta dificultad logra tomar conciencia de la emoción que lo apuñala.

    No conoce aún su fuente.

    A veces parece que sea un deseo constante que se dirige a la falta de alguien o de algo en particular, a pesar de la incapacidad de afirmar con claridad quién o qué pueda ser.

    Además, en caso que se logrará fijar la atención en la emoción, se olvidaría que tal deseo está en relación con un objeto puesto más allá de la percepción somática del mismo. La percepción del deseo es simplemente el efecto de un deseo y no el deseo en sí mismo.

    Otras veces es señalado como un anhelo por el país lejano, pero no por un lugar en particular que podamos identificar o reconocer en este mundo.

    Además hay algo al interno de la experiencia del hombre que sugiere que este país lejano paradójicamente sea al mismo tiempo muy familiar e indique algo a lo que analógicamente podríamos atribuir el nombre de casa. Regresa aquí el término Heimweh que significa «dolor por la lejanía de la casa». A pesar que entre Sehnsucht y Heimweh no hay – como ya hemos dicho – una relación de identidad, es posible localizar aquí algo como una metafórica alusión común.

    Lewis en su autobiografía poco antes de la conversión había esperado que «el corazón de la realidad pudiera ser simbolizado como un lugar»[62].

    En The Pilgrim’s Regress Lewis pone como símbolo del deseo del protagonista, una isla desconocida.

    En estos dos sentidos que acabamos de mencionar también es posible, por ende, hablar de Alegría como un tipo de nostalgia, pero de un tipo muy particular.

    Lewis, en la descripción de la Alegría, como complemento del alemán Sehnsucht, se apoya incluso del "inconsolable longing", indicador también del anhelo presente en el corazón del hombre hacia «algo que nosotros no conocemos»[63].

    Longing en continuidad con la Sehnsucht subraya más decisivamente el aspecto del deseo de espera persistente, recibida sí, pero aún más buscada.

    La Sehnsucht es un intenso deseo extremadamente intenso, cuyo peso oprime al punto que parece insostenible a causa de lo inalcanzable: llegando a ser una dependencia, una enfermedad.

    Longing es un término surgido del inglés antiguo langung que indica deseo oprimido, sobrecargado, un lamentarse causado por un deseo incontenible.

    Longing indica un fuerte, intenso, doloroso (por el long, distancia) y persistente (acepción por el sufijo –ing) deseo o anhelo, particularmente en relación con algo de intangible o distante.

    Longing no indica simplemente el estado del sentimiento, la condición de ausencia, sino aún más de espera constante, persistente, una búsqueda activa.

    1.1.3 Diferencia entre la Alegría de Lewis Joy y los nostálgicos wordsworthian’s spots of time

    Al inicio del Surprised by Joy Lewis pone una cita extraída de una poesía de Wordsworth de la cual toma el título para su obra.

    Surprised by Joy – Impatient as the wind es el título del poema del cual Lewis extrae el título de su obra autobiográfica, un poema sobre la memoria y sobre el intenso anhelo del deseo por un amor ya perdido, muerto y sepultado[64].

    The Prelude es el título póstumo del largo poema del desarrollo espiritual y artístico de Wordsworth, obra concluida en 1805 y publicada en 1850, en la que el poeta describe la virtud vivificante del flujo benéfico de los alegres «puntos de tiempo»[65]  que han marcado su vida recordándola con su memoria[66].

    Wordsworth muchas veces es citado en los escritos de Lewis como ejemplo de una persona que haya perdido la Alegría por haber dejado de investigar adecuadamente su fuente[67].

    Hemos visto con Lewis como la Alegría no sea una experiencia de satisfacción o de plenitud, sino una fugaz y sensual experiencia de deseo por un objeto intangible.

    Cada uno de los wordsworthianos «espacios de tiempo»[68] es en cambio un ardiente e insatisfecho deseo probado, relacionado con algo que fue arrebatado y que el poeta relaciona con su pasado: una gloria pasada[69]. Estas nítidas y sensuales experiencias, momentos de una temporalidad precisamente localizada en el tiempo, epifanías de eventos memorables e inolvidables, para Wordsworth siempre y a pesar de todo están anclados en el pasado y destinados al conocimiento y enriquecimiento del alma[70], al crecimiento de la mente del poeta[71] en un movimiento definido por John Keats como «sublime egoísta»[72].

    De hecho en 1805 con sólo treinta y cinco años, en la conclusión del poema, se encuentra prematuramente vació. Había investigado sobre sí mismo hasta el punto que se encuentra prematuramente vacío.

    Los destellos de Alegría de Lewis podrían ciertamente acercarse a los wordsworthianos spots’s of time.

    Sin embargo lo que obtendríamos sería la constatación de una diferencia cada vez más grande que la semejanza.

    El único elemento común se podría encontrar en la manifestación de la emoción y del deseo consecuente.

    En cambio la sustancia de la emoción y la dirección del deseo serían inequívocamente divergentes.

    De hecho los «instantes  de tiempo»[73] de Wordsworth apuntan hacia atrás, indican con conmovedora nostalgia un punto preciso del pasado, algo que se perdió en él.

    Los destellos de la Alegría, en cambio, introducen a Lewis –aunque sea por un breve tiempo – en una zona totalmente diferente, donde pasado, presente y futuro sirven sólo como lugar de visita por parte de algo maravilloso[74].

    De hecho evidentemente los destellos de la Alegría pasados son objeto de recuerdo, pero la experiencia de la Alegría permanece intangible, algo que no se puede evocar.

    Ciertamente el acontecimiento de la Alegría es un evento tangible, palpable, pero del que no se puede aferrar, que no se puede abarcar, porque siempre es excedente e indicador de algo remoto, ya sea pasado, futuro, o en la profundidad del presente.

    En segundo lugar, por ende, el presente, el pasado y el futuro deben entenderse no como simples coordinadas espacio-temporales a las que se puede llegar con la memoria –aunque siga siendo verdad que no existiría deseo sin memoria[75] –, pero se deben entender más dramáticamente aún en sentido remoto, inmemorial, y por ello inmemorable, un deseo de Origen que se revela en un presente.

    1.1.4 La Alegría dentro-más allá el longing y la Sehnsucht

    Se debe subrayar el hecho que ya sea el longing que el Sehnsucht indican solamente una parte de lo que la Alegría realmente afirma (aunque sea por vía implícita).

    Longing y Sehnsucht son sólo dos matices de un único polo en la tensión de la experiencia de la Alegría. Indican la dolorosa falta, la ausencia de lo desconocido. Deseado y angustiante búsqueda, el ansia, el anhelo hacia lo desconocido. Sehnsucht subraya la parte pasiva del ansia y longing subraya la parte activa de espera.

    La Alegría ("Joy") implícitamente indica otro polo de la tensión, el polo que al mismo tiempo permite y es la misma razón de ser de la tensión polar (deseo-Deseado): plane divinum quiddam praefulgens in anima.

    La alegría de la Alegría es tal en el deseo no a causa de la ausencia y de la lejanía dolorosa de lo Deseado.

    No son el dolor, el anhelo, el hambre en sí que hacen el deseo algo por lo cual alegrarse, sino el particular tipo de dolor, el particular tipo

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1