Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad!
Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad!
Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad!
Ebook43 pages44 minutes

Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad!

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Carol ahorró todo el año para poder entrar a la chocolatería Suntuoso. Era el día de Nochebuena y fue una niña bien portada... Bueno era su cumpleaños y deseaba consentirse un poco. Allí se tropieza con un entrometido que, le hace varias sugerencias sobre qué probar. 
Decide tener toda la experiencia y sentarse en el idílico salón con un gran árbol de Navidad. Por las fiestas, el lugar está lleno y el único espacio que queda es en la mesa de... ¡Oh, no!
Ponte en los zapatos de Carol. Esperaste un año para probar, ¿estarías dispuesta a compartir?
Conoce esta torpe, pero divertida historia en la que revivirás el encanto de la Navidad... O tal vez no.

LanguageEspañol
PublisherR.M. de Loera
Release dateFeb 21, 2019
ISBN9781386374954
Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad!

Read more from R.M. De Loera

Related to Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad!

Related ebooks

Romance For You

View More

Related articles

Reviews for Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad!

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Un estafador robó mis chocolates... ¡En Navidad! - R.M. de Loera

    ¿Deseas leer un poco más?

    Epílogo

    ¿Deseas leer un poco más?

    Agradecimientos

    Acerca de la autora

    ¿Deseas leer un poco más?

    Te invito a leer el relato Y tú duermes

    Disponible gratis en:

    www.rmdeloera.com

    Imagen que contiene Sitio web Descripción generada automáticamente

    «Noche de viernes, día de cobro. Todos disfrutan a mi derredor. Entre los Santas con su ho ho ho, voy evadiendo las notas altas. Resalto entre tanta pareja a a a, brillo porque estoy soltera».

    La última nota de Noche de paz sonó idéntica a una cigarra en busca de amor. Le dedicamos una reverencia al amable público, de treinta y cuatro personas, que nos aplaudía y nos escabullimos tras el escenario. Los empleados del municipio nos besamos y abrazamos como si fuéramos el coro de niños de Viena después de un concierto. Poco a poco la adrenalina que fluía por las venas se desbordó en besos apasionados entre los esposos y novios.

    Mantuve la sonrisa en mi rostro mientras escuchaba a mi jefa presentar al grupo de maestros de escuela elemental que cantarían Los doce días de Navidad. Solo ellos podrían pensar en enseñar matemáticas incluso en días festivos.

    Tomé el impermeable para marcharme. Era lindo ver que mis compañeros de trabajo eran felices. Esa era la idea del festival de Navidad, pasar un buen rato entre amigos y personas que amabas.

    —¡Carol!

    Conocía todos los chistecitos por mi nombre, pero al menos no me llamaron guirnalda o esfera. Giré hacia mi jefa que corría hacia mí como si necesitara escapar del fuego. El tintineo de los cascabeles en su abrigo la volvía inconfundible. Era verde y estaba decorado con guirnaldas en color fucsia metálico y las diminutas esferas en anaranjado, rojo y amarillo. Al final de la manga colgaba una estrella. Si levantaba las manos sobre la cabeza y las unía daba la impresión de que era un árbol de Navidad.

    Era una mujer de treinta y dos años con el cabello negro y ojos cafés. La maravillosa alcaldesa de Santa Claus, Georgia. Un poblado con ciento sesenta y tres habitantes.

    —¿Sí, Ginger? ¿Me necesitas para algo más?

    Esa era otra peculiaridad del condado. Todos teníamos algún nombre relacionado a la festividad. Su hermano se llamaba Nick Kless y era un exitoso abogado. Por más que me lo prohibí suspiré. «Fudge!» No podía permitir que la nostalgia se apoderara de mí.

    Los brazos de Ginger me rodearon y me fundió en un abrazo cálido. En su garganta un gritito tan chillón que un pitido se adueñó de mis oídos.

    —¡Estas serán las mejores navidades de tu vida!

    Asentí en

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1