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Julia Jones – Los Años Adolescentes: Implacable (Libro 6): Julia Jones – Los Años Adolescentes, #6
Julia Jones – Los Años Adolescentes: Implacable (Libro 6): Julia Jones – Los Años Adolescentes, #6
Julia Jones – Los Años Adolescentes: Implacable (Libro 6): Julia Jones – Los Años Adolescentes, #6
Ebook122 pages58 minutes

Julia Jones – Los Años Adolescentes: Implacable (Libro 6): Julia Jones – Los Años Adolescentes, #6

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Julia Jones – Los Años Adolescentes: Libro 6

Esta historia está más llena aún de drama y suspense mientras Julia intenta lidiar con los retos que se le presentan en su camino. No solo fue traicionada por su mejor amiga, Millie, sino que su oportunidad de reiniciar su relación con Blake parece condenada al fracaso.

Por suerte, tiene la distracción de una nueva prueba de trabajo así como la oportunidad de pasar la noche en casa de Emmie, y eso es algo que espera con impaciencia. Sin embargo, un inesperado enfrentamiento lleva a más agitación y desesperación cuando Julia descubre que está siendo objeto de una nueva forma de acoso. ¿Quién será responsable y por qué?

Este fabuloso libro para adolescentes te mantendrá sentada en el borde de tu asiento, tratando de averiguar el final. Es una gran historia que todos los fans de la serie de Julia Jones disfrutarán seguro.

LanguageEspañol
Release dateMay 16, 2019
ISBN9781547571925
Julia Jones – Los Años Adolescentes: Implacable (Libro 6): Julia Jones – Los Años Adolescentes, #6

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    Julia Jones – Los Años Adolescentes - Katrina Kahler

    Culpa...

    Pozos de culpa se arremolinaban en mi estómago. Era una vorágine que no dejaba de dar vueltas. Cuando los ojos de Blake se clavaron inquisitivamente en los míos, su expresión dolió más que nada.

    ––Blake... ––tartamudeé. Pero esa fue la única palabra que conseguí decir antes de que su rostro se nublara y se girara bruscamente. Solté una exclamación y me puse en pie de un salto, corriendo rápidamente hacia él. ––Blake, espera, por favor deja que te explique.

    Mis palabras reflejaron las de Millie de hacía solo unos instantes. Por favor, déjame explicar... ¿Explicar qué, exactamente? ¿Que Millie había dado en el clavo con la verdad? ¿Que todavía estaba enamorada de Ky? ¿Que Blake era simplemente una distracción, alguien para ayudarme a olvidar al amor de mi vida? Todas eran preguntas que ni siquiera yo podía responder.

    Pero el dolor y el rechazo en el rostro de Blake eran demasiado que soportar. Sabía que él significaba algo para mí, mucho más de lo que Millie había insinuado, y necesitaba hacérselo saber.

    Me sujeté a su brazo. ––Blake, espera... lo que Millie acaba de decir... ¡No es cierto!

    ––¿No lo es? ––preguntó él, su ceño frunciéndose incluso más profundamente.

    ––¡No, no lo es! ––le miré fijamente, instándole a creerme. ––Ky y yo hemos terminado ya. Todo el mundo lo sabe.

    ––¿Y qué hay de ti, Julia? ¿Has pasado página? ¿O solo soy alguien para ayudarte a superarle, como ha dicho Millie?

    Vacilé por un segundo antes de responder. Y esa pausa fue todo lo que hizo falta.

    ––¡Supongo que ella tiene razón!

    Soltando su brazo de un tirón, se dio la vuelta y todo lo que pude hacer fue observar su figura desaparecer sobre el montículo de hierba.

    Se me formó un nudo en la garganta y me esforcé por respirar.

    ¡Corre tras él! ¡Ve! Corre... antes de que sea demasiado tarde. Una voz chillona dentro de mi cabeza gritaba las palabras.

    Pero mi cuerpo se negaba a escuchar. Como si estuvieran desconectados de mi cerebro, mis pies parecían de plomo y permanecían plantados en el suelo debajo de mí.

    Una masa de confusión llenó mi cabeza hasta que el repentino y fuerte timbre del instituto retumbó en mis oídos, aclarando la niebla en mi cerebro. Fue entonces cuando me di cuenta de la marea de estudiantes que se dirigían hacia los edificios para las clases de la tarde.

    No tuve más elección que unirme a ellos.

    Dándome la vuelta rápidamente, vi a Millie, de pie muy quieta, mirándome. Dio un paso hacia delante, pero era la última persona a la que quería ver. Ella me traicionó con Ky, y también había puesto mi relación con Blake en serio peligro. ¿Querría incluso volver a hablar conmigo? ¿Acababa Millie de arruinar también todas mis oportunidades de estar con él también?

    Mi instinto me estaba dando la respuesta a esa pregunta.

    Si ese fuera el caso, entonces la culpable era Millie.

    Y yo nunca se lo perdonaría.

    Tristeza...

    Tenía una clase doble de historia con la temida Señorita Bromley programada para la tarde. Aunque ese día nuestra odiada profesora era la última de mis preocupaciones.

    Llegando a la clase justo delante de ella, rápidamente inspeccioné la clase en busca de un asiento, notando casi inmediatamente que la mayoría estaban ocupados. Todo el mundo le tenía miedo a las estrictas reglas de la Señorita Bromley, y nadie se atrevía a correr el riesgo de llegar tarde. Me mordí el labio, consciente de varios pares de ojos mirando en mi dirección.

    Un asiento vacío junto a Sara apareció ante mis ojos. De ninguna manera iba a elegir ese, pero la única otra alternativa era un sitio junto a Millie. Su mochila estaba situada encima de la mesa y me di cuenta de que probablemente lo había guardado para mí intencionadamente. Soltando un suspiro frustrado, zigzagueé entre la miríada de alumnos sentados, lanzando una breve mirada a Blake mientras pasaba. Sin embargo, sus ojos estaban concentrados en su libro abierto. Estaba evitándome.

    Sin mirar a Millie, me senté y saqué mi cuaderno y estuche de mi mochila, luego me concentré en mirar hacia delante. Con mi visión periférica pude ver a Millie lanzar miradas tentativas en mi dirección. Atendiendo al sonido del monólogo de la profesora, ignoré todos los intentos de Millie de llamar mi atención.

    ––Tenemos mucho temario que cubrir esta tarde––. Los ojos de águila de la Señorita Bromley examinaron sus dominios. ––He repasado el mismo material con el otro grupo la semana pasada. Después de hoy tendréis todas las notas para repasar que necesitáis.

    Pensé brevemente en aquellos que seguían disfrutando de su semana fuera y me pregunté cómo les estaría yendo. Imaginé que Lisa y Beth tendrían montones de historias que contar cuando regresaran. Por lo que sabía, no había habido problemas entre su grupo, lo cual significaba que todo el mundo estaba siguiendo las reglas. A diferencia de las alumnas con las que yo había cometido el error de quedar.

    Cuando a Millie se le cayó el lápiz al suelo y rodó junto a mis pies, mi atención se vio devuelta a la clase. Eché un vistazo desinteresado al suelo. Podía fácilmente recoger el lápiz por ella, pero no se lo merecía. No se merecía ninguna ayuda por mi parte nunca más. Mientras se agachaba para recogerlo ella misma, miró hacia mí. Manteniendo una expresión de acero, la miré con rabia, asegurándome de que entendiera lo que estaba pasando por mi cabeza.

    Se me escapaba entender cómo las cosas habían caído en espiral hasta formar tal desastre. Se suponía que Millie era mi amiga más íntima, la persona con la que podía contar. Pero ella me había traicionado del peor modo posible y eso no podía deshacerse.

    Perseguir al novio de una amiga, incluso si era un ex novio, era tabú. Las amigas no hacían eso. Era caer lo más bajo posible, y destrozar una amistad de toda la vida por un encaprichamiento con un chico era más que increíble.

    Millie conocía mis sentimientos por Ky. Con seguridad ella se daría cuenta de lo mucho que sus acciones me dolerían.

    En cuanto a sus acusaciones sobre quien me gustaba––si Ky o Blake––eran preguntas que hacía simplemente para aliviar su culpa. Eso lo sabía ahora.

    Aunque ella estaba intentando demostrar que tenía razón y quizás ella se había acercado a un miligramo de la verdad, todo eso no tenía nada que ver con lo que había hecho. Me los imaginaba a ella y a Ky juntos, sus brazos rodeando su musculoso torso mientras sus labios se acercaban a los suyos. Pensarlo me ponía enferma y me obligué a parpadear para alejar la visión, preocupada por si no lo hacía y acababa vomitando por toda mi mesa.

    ––Por favor, abrid los libros y tomad nota––. La voz de la Señorita Bromley interrumpió mis pensamientos. ––Voy a subrayar todos los puntos más importantes que hemos discutido, y os sugiero que uséis el fin de semana para encomendarlos a vuestra memoria, para que estéis preparados para el examen de la semana que viene.

    De inmediato, Millie abrió el cuaderno por una hoja limpia y empezó a garabatear furiosamente. Quería ignorarla pero estaba justo a mi lado, y no pude evitar fijarme en cada uno de sus movimientos.

    Ante el sonido de papel rasgado, eché un vistazo rápido y vi una hoja arrancada de su cuaderno en su mano. Observé como la doblaba y la dejaba caer en mi mesa. La miré. Mi primer impulso fue tirarla al suelo para que fuera barrida y tirada a la basura, donde pertenecía. Pero me dominó la curiosidad. Como una fruta prohibida, esperando a ser arrancada y devorada, yo tenía que ver lo que había dentro.

    Por un momento la dejé ahí, sin tocar, mientras Millie se

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