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INTRODUCCIÓN
LA REVOLUCIÓN CUBISTA
Las señoritas de Avinyó
Fases del Cubismo
Juan Gris
EL SURREALISMO
Antecedentes y poética
Joan Miró y el automatismo
Dalí y el método paranoico-crítico
Óscar Domínguez
El film surrealista: Luis Buñuel
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Arturo Caballero
PICASSO, DALÍ Y MIRÓ
INTRODUCCIÓN
Pero, con ser tres figuras señeras del arte del siglo XX, no es
menos cierto que otros muchos artistas españoles, algunos de ellos –
a los que nos referiremos también- de extraordinaria importancia
plástica, pasaron semejantes peripecias vitales que Pablo, Joan y
Salvador. Justo es que, en menor medida, los recordemos como una
de las fases más brillantes de la cultura española en cuanto a
creatividad y más tristes por la constatación de que en nuestro país
no existían las condiciones adecuadas que permitiesen el
mantenimiento de semejante potencialidad creadora.
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PICASSO, DALÍ Y MIRÓ
Hacia la mitad del XIX, una vez superada la querella entre los
“antiguos” (Ingres) y los “modernos” (Delacroix), van a sucederse
una serie de movimientos pictóricos que poseen el indeleble sello de
lo francés: Realismo (Courbet y Manet), Impresionismo (Monet),
Simbolismo (Puvis de Chavannes y Moreau), Divisionismo (Seurat),
Modernismo (Toulouse Lautrec); en el campo de la escultura el
magisterio de Rodin era aún más aplastante. No resulta, pues,
extraño que cualquier joven con inquietudes eligiese París como meta
de su formación.
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LA REVOLUCIÓN CUBISTA
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Juan Gris
José Victoriano González (1887-1927), llamado Juan Gris,
era madrileño y ya había trabajado como ilustrador de revistas
(Blanco y Negro, Madrid Cómico) antes de ir a París en 1906 donde
seguiría ilustrando L'Assiette du Beurre y Charavari. Sus primeras
obras cubistas datan de 1912, año en el que expuso en el Salón de
los Independientes de París su Homenaje a Picasso. En 1915 pasó el
verano con Picasso en Céret, Francia, periodo en el que empezó a
desarrollar la técnica del papier collé (formas recortadas en papel y
pegadas al lienzo). Entre 1922 y 1924 hizo escenografías para dos
ballets de Sergei Diaghilev, Les tentations de la Bergère (Las
tentaciones de la pastora) y La colombe (La paloma), al tiempo que
continuaba pintando. Después de 1925 utilizó sobre todo el gouache
y la acuarela y realizó algunas ilustraciones para libros. Sus teorías
pictóricas se encuentran recogidas en numerosos artículos y
conferencias. Aunque también trató otros temas, como muestra en El
fumador (1913) la mayor parte de sus pinturas son bodegones, entre
los que se incluyen Guitarra y botella (1917), El tablero de ajedrez
(1917) y Botella y frutero (1919). El estilo de Juan Gris, quien se
consideraba como el más fiel de los seguidores de Picasso, lleva a su
culminación al cubismo sintético; su cuidada ejecución y su sentido
del equilibrio llevaron a Apollinaire a considerarlo el máximo
representante de la tendencia científica que subyacía en el cubismo
aunque su obra, alejada el experimentalismo de los primeros años de
Picasso y Braque, es perfecto exponente del amaneramiento en el
que terminó este estilo. También ha sido compararlo con Zurbarán
por la esencialidad que manifiesta en sus composiciones. Su pronta
desaparición fue una pérdida notable para el arte español.
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EL SURREALISMO
Antecedentes y poética
En 1917 el poeta Apollinaire, defensor y teórico de los cubistas
y su estética utiliza por vez primera el término Surrealismo pero no será
hasta la finalización de la Gran Guerra y de la llegada de los dadaístas a
París, hacia 1919, cuando se produzca el ambiente adecuado que
permitirá el surgimiento de este nuevo "ismo" que, como muchos otros
de la época, es la consecuencia de una alianza explícita entre literatos
(André Bretón, que se convertirá en el pontífice máximo del movimiento,
Paul Eluard, Robert Desnos, Peret, Philip Soupault, Tristán Tzara o
Aragón), artistas plásticos e incluso cineastas (Luis Buñuel que realiza,
con Dalí, Un perro Andaluz y La Edad de Oro).
En 1924 André Bretón da a luz el Manifiesto del Surrealismo
con lo que la tendencia queda definitivamente bautizada. El Surrealismo
tenía múltiples orígenes; las manifestaciones artísticas, o antiartísticas,
de Dadá que valoraban lo casual como fuente de creación, lo que
conducirá al automatismo; la poesía enigmática y antilógica del Conde
de Lautreamont que había llegado a considerar hermosa "la aparición
de un paraguas en una mesa de operaciones"; la "pintura metafísica"
del italiano Giorgio de Chirico que había poblado sus lienzos de
desolados paisajes urbanos llenos de edificios con reminiscencias
clásicas y habitados por maniquíes; aspectos fundamentales son,
también, las doctrinas psicoanalíticas y la revalorización del arte de los
niños, los locos y los primitivos.
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Diakonova, inmigrante rusa once años mayor que él, entonces estaba
casada con el poeta surrealista Paul Éluard).
En 1929 su publica en la Revista de Occidente Oda a
Salvador Dalí, de Lorca y pinta El gran masturbador, donde se
consolidan sus obsesiones personales: la sangre, la putrefacción, el
erotismo, lo escatológico, la muerte, la infancia, el poder y el dinero,
el espacio, el tiempo, la materia y la ciencia. Aunque los surrealistas
criticaron fuertemente lo que Dalí llamó el Método paranoico-crítico de
acceso al subconsciente (Dalí utilizaba más la fijación de imágenes
tomadas de los sueños, según Breton, "...abusando de ellas y
poniendo en peligro la credibilidad del Surrealismo...") sus obras se
convierten en un punto de referencia del movimiento surrealista.
La persistencia en la memoria (1931) es un pequeño lienzo
(24,1 por 33 cm.) que se ha convertido en una de las obras más
conocidas de la pintura del siglo XX. El pintor ha empleado una
técnica de lo más tradicional y conservadora, posible sólo gracias al
uso del óleo, que permite tanto la cubrición como las veladuras; el
cuadro resulta equilibrado gracias al toque luminoso en el ángulo
superior derecho dado que los elementos se amontonan en la zona
izquierda y más exactamente en la parte baja. El toque del pincel se
ha dado de forma minuciosa, adaptándose, en no pocas ocasiones, a
las formas fundamentales de los objetos que aparecen perfectamente
reconocibles y definidos, alcanzando la línea un alto valor dentro del
conjunto lo que denota una gran habilidad para el dibujo. La gama de
colores es contenida y escasa: ocres, azules y amarillo y se ha
buscado una representación del volumen para hacer tangibles los
objetos gracias a las luces y las sombras perfectamente distribuidas
para lograr un efecto ilusionista que se contradice con el tamaño de
las masas reflejadas pues es ilógico un reloj más grande que un
árbol.
Existen grandes zonas en el cuadro donde descansa la
atención; espacios vacíos, neutros, despoblados de objetos en un
paisaje donde lo natural se contrapone a los diseños geométricos
fuera de lugar en una playa. Para recrear la sensación de profundidad
se ha usado tanto la perspectiva lineal como la aérea; las líneas
convergen en un punto de fuga altísimo que choca con una visión
más conforme a la experiencia en los primeros planos. Podemos
imaginar cómo las zonas del paisaje fueron pintadas con anterioridad
y cómo el resto se añadió más tarde. Todas estas características:
contradicciones en el tamaño de las figuras, el choque visual
consecuente e ilógico de éstas, la deformidad e irrealidades, los
espacios oníricos que contienen ecos de De Chirico y de Tanguy, el
paisaje -típico de la Costa Brava catalana- y el rostro deforme de la
parte central del cuadro, habían aparecido en otras obras como El
gran masturbador (1929).
Salvador Dalí dejo por escrito el proceso creador del cuadro
pero no su sentido; tenía preparada una tela con uno de sus típicos
paisajes irreales, -dentro de su más estricta realidad-, de Port-Lligat
iluminado por la luz del sol poniente; había colocado, también, un
olivo seco; todo ello como telón de fondo para una idea supranatural
que no acababa de llegar. Debía ir con Gala al cine pero el trabajo de
la tarde le había producido una jaqueca y no se encontraba con
ganas de salir por lo que Gala buscó otro acompañante. Habían
cenado, y de postre saboreaban un camembert tan blando que
parecía fluido. Antes de ir a la cama pasó a dar un último vistazo al
cuadro. De repente, todo tomó sentido; la sugerencia del camember
provocó una reacción subconsciente de tal forma que a la vuelta de
Gala el lienzo estaba concluido.
Por aquellos años, el pintor estaba interesado en el
descubrimiento de las moléculas del ADN y en alguna ocasión
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Óscar Domínguez
Óscar Domínguez (1906-1957) es considerado hoy en día
uno de los mayores exponentes mundiales de la vanguardia histórica
española que se gestó en París durante las primeras décadas del
siglo XX. Versátil y polifacético, es uno de los artistas más atractivos e
innovadores del panorama de la pintura internacional del siglo XX. En
general, las figuras y objetos que componen sus obras surrealistas
contienen referencias mágicas, mecanicistas y sexuales, situándose
muchas de ellas en el paisaje canario a pesar de residir la mayor
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TEXTOS
PICASSO
“(…) Así, cuando nosotros solíamos hacer nuestras construcciones,
produjimos “la pura verdad”, sin pretensiones, trucos ni malicia. Lo
que hicimos no había sido hecho hasta entonces; lo hicimos
desinteresadamente, y si tiene algún valor es porque lo hicimos sin
esperar provecho alguno de ello. Intentamos expresar la realidad con
materiales que no sabíamos utilizar y que tasamos de forma precisa
porque sabíamos que no eran ni indispensables, ni los mejores ni
más adecuados.
Pusimos entusiasmo en nuestro trabajo, y aún siendo lo único que
teníamos, hubiera sido suficiente: mucho más de lo que generalmente
se logra, ya que nos entregamos a ello por completo, en cuerpo y
alma. Nos alejamos tanto de los medios de expresión hasta entonces
conocidos y apreciados, que nos encontramos a salvo de cualquier
sospecha de objetivos mercenarios.
(Sabartés)
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MIRÓ
"[...] Empiezo mis cuadros bajo los efectos de un choque que me hace
escapar de la realidad. La causa de este choque puede ser un hilillo que
sobresale del lienzo, una gota de agua que cae, la huella que deja mi
dedo sobre la superficie brillante de una mesa. [...]
Así, pues, un trocito de hilo puede poner en marcha todo un mundo.
Llego a un mundo a partir de una cosa supuestamente muerta. Cuando
pongo un título, este hecho es aún más vivo. Hallo los títulos para mis
cuadros a medida que trabajo, que encadeno una cosa a otra sobre el
lienzo. Cuando he hallado el título, vivo en su atmósfera. El título se
convierte, entonces, para mí, en una realidad completa, [...] una realidad
exacta. [...]
No me inquieta en absoluto que un lienzo permanezca durante años sin
concluir en mi estudio. Al contrario, cuando soy rico en lienzos que
tengan un punto de partida lo suficientemente vivo como para
desencadenar una serie de rimas, una nueva vida, nuevas cosas vivas,
me pongo contento."
JOAN MIRÓ.- Trabajo como un jardinero (1958)
DALÍ
Me parece perfectamente legítimo que mis enemigos, mis
amigos y el público en general, pretendan no comprender el significado
de las imágenes que surgen y que transcribo en mis cuadros. ¿Cómo
queréis que las comprendan si yo mismo, que soy quien las "hago",
tampoco las entiendo? El hecho de que yo, en el momento de pintarlos,
no entienda el significado de mis cuadros, no quiere decir que no lo
tengan; al contrario, su significado es tan profundo, tan complejo,
coherente e involuntario, que escapa al simple análisis de la intuición
lógica.
Para reducir mis cuadros al idioma corriente, para explicarlos,
es necesario someterlos a análisis especiales de preferencia con rigor
científico lo más ambiciosamente objetivo posible. Toda explicación
surge, pues, a posteriori, una vez que el cuadro existe ya como
fenómeno.
Toda mi ambición en el plano pictórico consiste en materializar
con el ansia de precisión más materialista, las imágenes de la
irracionalidad concreta. Que el mudo imaginativo y la irracionalidad
concreta sea de la misma evidencia objetiva, de la misma consistencia,
de la misma dureza, del mismo espesor persuasivo cognoscitivo y
comunicable que el mundo exterior de la realidad fenoménica. Lo
importante es lo que se quiere comunicar; el tema concreto irracional.
Los medios de expresión pictórica se ponen al servicio de ese tema. El
ilusionismo del arte imitativo más abyectamente arribista e irresistible,
los hábiles trucos del trompe-l'oeil paralizante, el academicismo más
analíticamente narrativo y desacreditado, pueden convertirse en
jerarquías sublimes del pensamiento al acercarse a las nuevas
exactitudes de la irracionalidad concreta, a medida que las imágenes de
la irracionalidad concreta se aproximan a la realidad fenoménica, y los
medios de expresión correspondientes se acercan a los de la gran
pintura realista -Velázquez, Vermeeer de Delft-, pintar realistamente
según el pensamiento irracional, según la imaginación desconocida.
Fotografía instantánea en colores y a mano de imágenes superfinas,
extravagantes, extra-plásticas, extra-pictóricas, inexploradas, super-
pictóricas, super-plásticas, desilusionantes, hipernormales, débiles, de
la irracionalidad concreta...
DALÍ, Salvador.- La conquista de lo irracional. París, 1935. (Fuente:
DALÍ, Salvador.- Sí. Seix Barral; Barcelona, 1977).
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