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Tus ojos son la patria del relámpago y de la

lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
otoño en un claro del bosque en donde la luz
canta en el hombro de un árbol y son pájaros
todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada
de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
Marte el dios de la guerra
poseyó lujurioso a la diosa
se amaron en su presencia
hasta agotarse en sus
fuerzas.

Presuroso el dios Vulcano


se dirigió al lugar del hecho
la desnudez de ambos
amantes
despertó en él crueles celos.
Un tiempo de esperanza
en sueños de un mañana
que nadie nos podrá robar
como la sonrisa de un niño

Hoy es tiempo de nubes


espacios por compartir
días de esperanza
en un nuevo amanecer
Es el atardecer cuando uno se aleja,
a la caída del sol.
Es entonces cuando se abandona todo.
El pensamiento recoge su tolda de tela de
araña
y el corazón olvida el porqué de su angustia.
El caminante del desierto abandona su
campamento,
que pronto desaparecerá bajo la arena,
No somos ?yo o tú solos?
Un extenso cometa en la palpitación del cosmos.
Por encima de todo está la causalidad con su
hosco hocico de sapiencia:
el rayo irredento de la razón
y la apoplejía fatua de la historia.
Así nos movemos en esta razón virtual:
Extensa en sí misma; pero infante en su delicia.
Perseo: De mi memoria emerge una lluvia
blanquísima.
Hay memoria en mí, lo sabes. Memoria.
Infancia mordida y embriagada:
Secreta antesala del destino entre esa luz
rumorosa del musgo
y el hábito vívido de los peces.
Testigo soy de esa embriaguez de los sentidos
y del redondo destino que convoca.
A buen seguro mi certeza es metafísica:
Continuo reino de sombras de donde emerge la
Dice mi amigo bud que los ovnis no vienen
de marte ni de la urss ni de cabo cañaveral
sencillamente llegan de un remotísimo futuro
con la peregrina intención de investigar
cómo fue que los terrestres empezamos a jodernos
es decir cuál fue el origen de la gran hecatombe
que para ellos por supuesto es historia
y en cambio para nosotros pecadores
una mera y sombría posibilidad

no estaría de más intentar persuadirlos


de que han confundido la ecuación y la ruta
y que en consecuencia aún nos pertenece
la empalagosa opción de no estallar
y así mientras ellos computan y computan
su electrónica / gaseosa / ultramundana
fe de erratas
nosotros persignémonos
o respiremos hondo
o bajemos al refugio más próximo

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