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Opinión
Desde hace unos siete años tengo la costumbre de leer por lo menos
dos libros mensuales, aunque he tenido etapas de gran lucidez en
donde dependiendo de los factores de extensión, tema, mi disposición
y tiempo he llegado a leer hasta dos libros a la semana. Era difícil y
con mucha frecuencia trasnochaba y aunque la lectura era gratificante
y aprendía mucho, me sentía cansado.
Él me habló sobre el fotoreading y después de varias pruebas me di cuenta que solo leía
unas 900 palabras por minuto. En cambio mi amigo era capaz de asimilar entre 1800 y
2200 palabras por minuto, dependiendo del texto, estado de ánimo y condiciones del
entorno. Una vez detectada mi deficiencia, decidí poner en práctica algunas técnicas de
lectura rápida que me han servido de mucha ayuda.
Esa conclusión tan lúcida, representa la llave que abre la puerta hacia estado óptimo, en
términos de los recursos mentales y el desarrollo de la capacidad a través del estímulo y
entrenamiento.
Gracias al Sr. Scheele, hoy disfrutamos de la habilidad de manejar con éxito enormes
cantidades de documentación en sus diversos formatos. Esto es vital sobre todo cuando
estamos viviendo en la era de la información.
Quizás las estructuras educativas deban contemplar la posibilidad de dotar a los niños y
jóvenes con esta habilidad que les facilitará no sólo la lectura sino también una mejor
comprensión de la misma ya que estos sistemas se basan en la capacidad mental para
procesar información en un nivel que hasta el momento nos resulta desconocido.
Finalmente, debo señalar que el éxito o fracaso de cada cuál dependerá de su deseo o
voluntad de lograr la finalidad propuesta. Los comienzos siempre son difíciles, pero una
vez se entra en sintonía con la técnica y los avances son palpables, entonces ya no hay
quien le detenga. Se genera una especie de hambre por el conocimiento. Si es capaz de
enfocar esa energía hacia temas específicos ya sea por que le atraigan o por motivos
laborales, en muy poco tiempo, dominará diversas materias. La satisfacción de sentarse
con un profesor o catedrático sabiendo que probablemente ha leído lo mismo que él, en
toda su carrera, le aportará una seguridad sin parangón y además le ayudará a esbozar
una sonrisa cuando escuche citas sacadas de la manga, utilicen conceptos con los que
piensan que usted no está familiarizado o simplemente vea cómo algunos divagan en el
campo de la especulación. Si en ésta época de consumo conspicuo, todavía no tiene muy
claro que va a comprar, invierta en su cerebro, su futuro.