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Onésimo Redondo

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Obras completas

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PRÓLOGO

Para un escuadrista de Onésimo Redondo, estudiante en Valladolid cuando la


voz anunciadora se extendía por los campos de Castilla, constituye un honor,
pero también constituye un riesgo, el atreverse a prologar un libro en el que,
por primera vez, va a proyectarse la colosal figura del Caudillo de Castilla en
toda su dimensión histórica.

Como si Onésimo – en tantas cosas iluminado – presintiera que su vida, como


vida de precursor, iba a ser corta, no escribió todo lo que la fecundidad de su
mente dictaba, pero escribió apretado. Sus textos son quintaesencias de una
amplísima doctrina política vigente para siglos. Sin embargo, a pesar de la
cortedad física de sus escritos, no falta en ellos ni la menor alusión a la
organización, al funcionamiento y al espíritu del Nuevo Estado hasta en los
matices más modestos, siempre que se trate de matices interesantes. Nada
sobra o nada falta en estas obras maestras del estilo castellano de ser, pensar y
de escribir. Onésimo no tuvo tiempo, porque le atropellaba la densidad de sus
ideas y la clarividencia del espíritu y de la fisiología del Estado Nuevo, para las
imágenes literarias, para la metáfora, para la retórica y la poética. Y no porque
despreciara estas versiones del espíritu que admiraba en quienes se lanzaban
por su pendiente, sino porque tenía sus horas contadas y parecía saber que su
pluma tenía un número determinado de palabras que había que aprovechar. A
él le tocó en la Revolución el caudillaje de las ideas netamente políticas y
cumplió con su deber sobriamente, sin descomponer su andadura con
ninguna desviación literaria. Sin embargo, es fácil advertir la enorme vena
literaria contenida en los escritos de Onésimo, que reprime en cada línea y
aguanta el corcel de una inspiración poética piafante detrás de las
formulaciones secas y transparentes.

También en su trato Onésimo era un hombre contenido. Su volcán interior


entraba en erupción cuando hablaba de la Patria. Entonces se le veía
físicamente, detrás de una mirada aparentemente quieta y brillante, cómo le
hervía en el alma una pasión delirante por la áspera y maternal tierra de
España, hablando de la cual a veces casi sollozaba.

Como buen castellano, Onésimo tenía pasión por el Derecho. Esta pasión,
que parece que informa el carácter castellano desde los albores de la
romanización hasta nuestros días, le llevó a montar su doctrina política para el
Estado Nuevo sobre una estructura jurídica tan clásica y tan perfecta que llega

Obras Completas 5
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a constituir un breviario, un verdadero Código al que hay que acudir


constantemente porque en él –como ya he indicado- se hallan apuntadas con
toda transparencia, todas las particularidades de una política de uso universal,
en un esquema perfecto, de una belleza jurídica impresionante. Más
impresionante al cabo de veinte años de su formulación.

Impresiona, en efecto, ver ahora, aun habiendo asistido a su nacimiento, la


frescura de las ideas de Onésimo, su tersa y permanente juventud. Se diría
que, como los cuerpos de esas vírgenes cuya santidad y cuya pureza las ha
preservado de la corrupción, las ideas virginales, puras y santas de Onésimo
conservan una fragancia permanente y casi milagrosa. Los castellanos son
poco dados a la malignaría y casi no hay memoria en la tierra de Castilla de
fenómenos de histeria colectiva ni de desmesuradas latrías. Solamente
santidades tan patentes como la de Teresa de Jesús estallan con pausas de
siglos. Pero los que tuvimos la suerte de ser aleccionados por Onésimo y de
conocer la pureza de su paso y de su mente y las heroicas virtudes de su
espíritu, sabemos que, evidentemente, por aquel camino se iba a la santidad.
Dejamos con humildad, a los altos designios de Dios, el determinar si, al
atravesar los umbrales de la muerte en las eras de un pueblo de labriegos,
Onésimo atravesó también otros umbrales, tras los cuales las almas se ungen
con carismas de excepción.

La pasión española de Onésimo era el “leit motiv “ de su política y de su


doctrina. Toda ella estaba funcionada en lo español, pero con la universalidad
en los conceptos que la doctrina de Onésimo vale para cualquier otro país con
sólo sustituir la adjetivación nacional. En virtud de esa universalidad, en toda
la obra de Onésimo no se encuentra una sola superstición política ni siquiera
por la vía política, por la que es tan fácil aventurarse hacia la selva de lo
ininteligible. En Onésimo todo era inteligible, claro como un teorema
matemático, armónico como un templo clásico. Nadie será capaz de encontrar
en toda su obra una sola desviación barroca, una sola voluta a destiempo. Y,
sin embargo, nada más lejos de la aridez que aquella jugosa palabra suya,
sobria sin sequedad, dulce sin melosidad, alegre sin jaranería, propensa a las
síntesis, pero a unas síntesis calientes y humanas que entendían los letrados y
los labriegos y que tenían una insinuante penetración hasta el mismo tuétano
de las almas. En una sola línea decía Onésimo cosas tremendas que en otra
mente hubieran necesitado la cancha de un libro. Así, cuando dice sin más:
“Menéndez Pelayo es el padre del nacionalismo español revolucionario”,
formula todo un principio al pasar y no pierde el tiempo: ahí está la obra del
insigne polígrafo y quien quiera aprender a ser revolucionario, que la lea. Y
cuando dice en su llamamiento a la juventud el 18 de Julio de 1.932, cuatro
años justos antes del Movimiento, “abandonad por el tiempo que la Patria lo
pida vuestro confiado vivir”, define magistralmente el deber de la juventud
cuando según frase suya, también perfecta, “el Estado traiciona a la Nación”.

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La clarividencia de Onésimo llegó hasta precaverse contra futuras


desviaciones a las que ya preveía él que la imitación pudiera conducir en
ciertos espíritus perezosos y apresurados, impacientes por rematar lo formal y
externo sin haber estructurado el esquema mental sobre que toda
manifestación formal debe estar asentada. “Nada de introducir y copiar-decía-;
lo que ocurre fuera es bueno para aprender y malo para importar.” Hasta el
lema heráldico de la Revolución es de Onésimo. No era él amigo de símbolos
ni de frases ni jamás tuvo un gesto o un ademán teatral. Censuraba estas
“nimiedades de títulos y emblemas” y apartaba de sí a los amigos de la
bambalina. Pero cuando, al final del 18 de Julio precursor ( el de 1.932 ), “por
España libre, grande y única respondamos con el arma en la mano a la
provocación de los que preconizan el crimen”, creaba el lema por el que
habían de morir legiones de jóvenes españoles cuatro años más tarde.

Nos extenderíamos fuera de los límites de un prólogo repentizado si


continuáramos la glosa de las ideas políticas de Onésimo que en este libro, por
otra parte, están magistralmente proyectadas. Nuestra misión de antiguos
combatientes de Onésimo, que a sus órdenes penetramos en la Falange y,
obedeciéndole, arrancamos para la más bella aventura de nuestro tiempo,
consiste en renovar obediencia a su doctrina con cualquier ocasión y con
cualquier motivo. Y, sobre todo, consiste en mirarnos en el espejo de su vida y
de su muerte.

Onésimo, Caudillo de Castilla, estaba cortado por el mismo patrón y de la


misma veta que sus predecesores en la historia del pequeño condado que un
día acabó por asombrar al Universo y enseñorearle. Onésimo no era un
cualquiera: tenía algo de huracán y algo de arcángel. Cuando hablaba a los
estudiantes o a los campesinos se agrandaba su figura hasta agigantarse. Y
entonces parecía como si por él hablaran las generaciones y la tierra y los
montes y los sotos y los ejércitos y los rebaños y las naves y los Fundadores y
los Santos: los del pasado, los del presente y los del futuro, igual que si el alma
inextinguible de una raza eternamente joven se hubiera subido a aquellos
labios, a aquella voz, y a aquel aliento que resonaba y azotaban por Castilla,
rebotando en los muros de los castillos feudales y en los ábsides de los
templos y en las cunas de los niños y en los pechos de los mozos y en el seno
de las mujeres, y levantaban, como una profecía, millares de almas que se
ponían en pie ante sus consignas. Castilla parecía muerta y él era de los pocos
que sabían que estaba viva. Había aplicado a su corazón su fino oído con
pasión filial, y él había percibido desde el fondo de los siglos el latido de las
estirpes que empujaban bajo la escombrera de las derrotas y los
renunciamientos y pugnaban por estallar de nuevo y por florecer bajo el sol
inimitable de la altiplanicie. Y aquella vena roja que saltó, como un “géiser”
salvador, en toda Castilla, a los cuatro años del llamamiento a la juventud,
saltó por la palabra y por el espíritu de Onésimo Redondo. Murió como un

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Caudillo antiguo: al frente de su pequeño ejército, apenas una escuadra. Murió


como lo que ya era; Conde de Castilla, que es cuanto más se puede ganar con
la muerte en España. Franco le ha reconocido esta difícil jerarquía que él había
ganado en las eras de Labajos, en Castilla la Vieja. Aun había allí trigo para el
pan de cada día, empapado con sangre de Onésimo. Su ejemplo presida
nuestras jornadas. Si fuéramos infieles a él, seríamos infieles a la Patria que él
amó hasta la inmolación. ¡Arriba España!.

José Antonio Girón de Velasco

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NUESTRO SALUDO A LA PRENSA

“Nuestra Prensa está podrida” hasta la raíz. El Periodismo en nuestro


país, es peor que la prostitución. Se rodea con un manto de moralidad y da
amor al bien, actuando como intérprete de la opinión de lo mejor de Francia,
cuando no es sino expresión de una pérfida y codiciosa minoría de
especuladores.” (Jaurés)

¡LA Prensa! He aquí un valor mayúsculo por excelencia entre todos los que
hoy ejercen potencia en el mundo político. La política absorbe las máximas
atenciones del Ciudadano; nunca como después de la Revolución abrileña
estuvo todo tan pendiente de la Política: se respira un ambiente sofocante de
revisión, en el que las mayores audacias tienen eco. El pueblo, como leemos a
diario, se ha echado a la calle, sediento de revolución según la Prensa. Ella es
la que ha creado este cuadro de turbulencia en el que unos pocos son actores
tan violentos como irresponsables, mientras que el verdadero, el gran pueblo,
murmura atónito esperando entre confiado y temeroso la solución de sus
problemas concretos. En este período, en que todo está por constituir, política
y socialmente, he aquí que la Prensa ejerce y monopoliza. un supremo
magisterio, sobre la única realidad que podemos llamar constituida, sobre lo
único con fuerza eficiente para dejar oír su voz en los ámbitos de gobierno: el
público efervescente de los grandes núcleos de población, persuadido por la
embriaguez agresiva, que le comunican los diarios de que es necesario derribar
mucho para vivir bien; obsesionado por la idea de hecatombe, tras de la cual
los órganos de la política catastrófica aseguran con brutal fanatismo hallarse la
felicidad del pueblo. A la nación le conviene estar alerta ante todo contra esa
invasión de la barbarie forjada en las rotativas, que es el auténtico peligro para
la República. Y es a la vez el más delicado inconveniente de que ésta ha
venido íntimamente acompañada. Porque así como es evidente que la
revolución de abril la han realizado las mayorías proletariorepublicanas de las
capitales de provincia, no debe perderse de vista que el fermento propio de
esa revolución se cultivó en las columnas de la Prensa demoledora. Ellas
dirigen con disimulo o con descaro, según convenga, los primeros tiros de
artillería contra lo que ha de ir cayendo: ellas van enfocando a las mesnadas
revolucionarias en dirección de lo que ha de sucumbir: debilitan al adversario,
que siempre lo es para los literatos revolucionarios el que está en alto;
presiden el crecimiento de la marejada oposicionista, dan oportunamente el
grito de ataque, y toman a su cargo sin escrúpulos el repugnante papel de
rematar moribundos y ensañarse con los cadáveres. Ese es su oficio, y no hay

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porqué pensar que cesen en su tarea destructora por el simple suceso de que
una Monarquía caduca cediera el paso a una república, “conservadora”, según
creen los espíritus dormidos, que pretenden tranquilizar sus cobardes
sobresaltos cerrando los ojos.
LIBERTAD no quiere sumarse al coro infame de sus colegas que hacen de la
guerra de los espíritus una pingüe granjería. Por el contrario: en la hora de las
responsabilidades, si es que ha llegado, queremos señalar como las más graves
y contumaces las de la Prensa, ya que en todos los momentos tristes de
nuestras últimas etapas históricas, tan condenadas por esos órganos que se
erigen en inmaculados fiscales, han jugado ellos los papeles más abominables:
¿Quién estuvo más cerca de todos los políticos fracasados que el periódico a
quien cada uno de ellos daba calor? ¿Quién ha disculpado más errores, ha
encubierto con mayor desvergüenza todos los abusos y ha patrocinado con
mayor hipocresía todos los planes de mal gobierno que los periódicos a sueldo
de la política vieja? La Prensa ha intervenido como actor principal en todos
los desastres nacionales, diferenciándose sólo de los demás coautores en que
al final de la tragedia, enterrando con desfachatez en sus archivos mil pruebas
acusadoras de sus propias columnas, aparecía en el ápice de la
irresponsabilidad, escurriendo el bulto y lanzando al pueblo cada día a una
nueva confusión... LIBERTAD, con todo el coraje que le presta el ardor
juvenil de que viene revestido, protesta, en aras de la honra y de la paz entre
los españoles, de la inicua pujanza, del insolente privilegio de clase que
disfruta un gremio de ciudadanos profesionales de la discordia, y eternos
obstructores de la reconciliación de los espíritus. No pedimos más sino que la
moral presida eficazmente el derecho de escribir. Que se destierre para
siempre, a costa de los únicos que se atreven a defenderla, los periodistas, la
monstruosa presunción de que lo que tiene valor en una sociedad civilizada es
discutible y de que hasta la VERDAD, y la honra ajena, se hallan expuestas
impunemente a las sórdidas apetencias de escándalo de cualquier delincuente
armado de una pluma. El código penal debe regir para todos, hasta para los
periodistas. Pedimos la extirpación sumaria de la delincuencia periodística.
Trabajaremos por persuadir: a nuestros lectores de que los enemigos de la
libertad, y de la paz y grandeza de España no se encuentran en uno u otro
grupo ni en tal o cual ideología de las que diferencian a los españoles, sino en
la Prensa abonada al escándalo, en los profesionales de la calumnia, la insidia y
la agresión impune, en los periodistas libertinos. En estas circunstancias,
cuando todos los españoles que trabajan honradamente ven aproximarse las
consecuencias de tanta veleidad revolucionaria. el deber nos impulsa a gritar a
la faz de todos: “La Prensa, he ahí el culpable, el enemigo.”

(Libertad. núm. 1, 13 de junio de 1931.)


Nos parece bien el ardor combativo y el anhelo hispánico de “La Conquista del Estado”.
Pero echamos de menos la actividad antisemita que ese movimiento precisa para ser eficaz
y certero. No nos cansaremos de repetírselo (*).
(*) Reproducido en Onésimo Redondo, Caudillo de Castilla, Valladolid, 1937, pág. 9.

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LOS PROPAGANDISTAS JOVENES Y SUS ENEMIGOS

COMPAÑEROS nuestros, jóvenes que se disponen a actuar en todos los


terrenos, dentro de la ley, para defender los principios que han de salvar
nuestra civilización de la barbarie comunista y anarcosindicalista, son los que
integran la vanguardia de esa agrupación ocasional denominada Acción
Nacional, cuyo objetivo es unir a los elementos de orden para que voten
conscientemente en las elecciones del 28. No está LIBERTAD identificada
con Acción Nacional, pues entendemos que su finalidad transitoria dista
mucho de cumplir plenamente las necesidades de defensa a que Castilla
necesita; nosotros propugnamos una acción constante, reforzada precisamente
más allá de las Cortes, porque no será de ningún modo definitiva la
Constitución que en ellas si llega a ser posible se apruebe, ni ésta resolverá
todos los problemas. Sin embargo, entusiastas como somos de la acción
pertinaz y, sobre todo, de la valentía para acometer de cara a los provocadores
que. quieren adueñarse de todo por el terror, aplaudimos a nuestros bravos
compañeros, asegurándoles que el porvenir es suyo si son, por lo menos, tan
tercos en usar de su derecho como el adversario lo es en la intransigencia.
Fiemos mucho, camaradas, del valor cierto de las masas campesinas: en
Castilla es axiomático que ningún hombre merece más ni puede más que cada
uno, desde el momento en que la lucha surge. La minoría de provocadores
será, por tanto, la que nos dé el triunfo, porque a continuación del reto brota
en todos los labriegos el amor propio que les pone en actividad, y desde ese
momento son indomables.
Sin contradicción no hay vida. Para nosotros la pugna es la victoria.
(Anónimo. Libertad. núm. 1, 13 de junio de 193l.- Se reproducen fragmentos en Onésimo
Redondo, págs. 9.10).

Obras Completas 11
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LA EXPORTACIÓN DE CAPITALES

CON una frase puede resumirse y expresarse exactamente en qué consiste la


exportación de capitales: se trata de un traslado al extranjero de parte de la
fortuna nacional. No es, pues, una pérdida neta para la nación equivalente al
valor. de los bienes trasladados. Solamente se pierden las cantidades que los
nacionales consumen en el extranjero y los gastos efectuados en el traslado, en
la administración y en una probable futura reintegración al bloque de los
bienes nacionales radiantes en España.
A algunos lectores puede parecerles ociosa esta explicación, que no es ni más
ni menos que el desarrollo o explicación de la frase “exportación de capitales”;
pero a otros, y para ellos escribimos, les hará concebir con mayor exactitud el
alcance y consecuencias del drenaje de capitales al exterior, que algunos creen,
sin pararse a profundizar y guiados del lenguaje de alarma que se emplea para
comentar estas maniobras, que es un desmembramiento definitivo e
importante del acervo nacional.
En estos momentos somos unos acreedores del extranjero en tanta cantidad
cuanto importan los capitales enviados y el activo español, modificado por la
transformación de algunas partidas, suma exactamente igual que antes de
haber hecho los traslados de fondos a que han dado lugar los temores de
sucesos políticos.
Bien están las medidas restrictivas y persecutorias que se han tomado. No
pueden ellas impedir totalmente las sutiles infiltraciones del dinero, porque
éste, judío indudablemente por su ascendencia y por sus cualidades y en
manos principalmente de judíos, los eternos detentadores de la riqueza, será
batido, castigado y acorralado, pero no vencido, pues preferirá huir
profiriendo silenciosas quejas y buscará ambiente tranquilo donde
multiplicarse absorbiendo la eficacia creadora del trabajo. Pero no huirá en
masa, sino fraccionada y lentamente.
Francia, nación de una suficiente agilidad de recursos estatales, bloqueó al
dinero en época de Herriot. Amenazó, castigó, coaccionó los capitales, y no
pudo, sin embargo, vencerlos. Pasaban el Canal de la Mancha, volaban a
América, invadían centro Europa, tomando posiciones en los robustos y
graves edificios bancarios berlineses... El dinero olfateaba los designios
radicales, sectarios, populacheros de Herriot..., hacía la maleta y se situaba
lejos para presenciar los resultados de la aplicación de teorías propugnadas por
la Prensa y las mesnadas políticas del caudillo radical. Después, Poincaré
consiguió repatriarlo. ¿Fue cuestión de abrir o de cerrar las fronteras
financieras y bancarias? Indudablemente, no. Poincaré suprimió de un tajo las

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enmarañadas trabas que a fuerza de decretos se habían tejido. Abrió una


cañada real para que salieran libremente los capitales y amnistió a los que
habían huido..., pero simultáneamente elaboró con su poderoso cerebro un
vasto plan de gobierno. Abarcó las múltiples y complejas necesidades
nacionales y formuló y estructuró sabios remedios. No tuvo tiempo, es
verdad, de continuar manteniendo en el ambiente las pomposas disquisiciones
-que tan magníficamente airean nuestros Ateneos- acerca de libertad, reacción,
opresión..., pero acelero el ritmo de la producción nacional, proveyó a la
seguridad de cocinas y despensas, legisló para toda la nación y la nación volvió
a compenetrarse alrededor de un ideal patrio de reconstrucción y de trabajo.
Ahora gobierna el centro y, sin embargo, el Banco de Francia cede el dinero al
2 por 100; las mercancías están más al alcance de todas las fortunas porque
vienen desde entonces descendiendo los precios. Los gobiernos Tardieu,
Laval, a pesar de ser conservadores, sieguen empujando a más bajos costes las
mercancías. Lo que en 1928 costaba 100 francos, sólo cuesta ahora 82.
Volvamos a España. La emigración de capitales es un episodio que hará
aprender a nuestros gobernantes... y a nuestros gobernados. Se restablecerán
las normas sanas de gobierno verdadero y, a despecho de 145 ateneístas de
Madrid, se legislará para toda la nación y, después de crisis y sobresaltos,
volverá la tranquilidad y volverán a cruzar incesantemente debajo de los
arquitos dorados de las ventanillas de los Bancos nuestros billetes estampados
con las glorias de nuestro siglo XVI.
(Libertad, núm. 1, 13 de junio de 1931.)

A la gran Prensa no le interesa la paz, el trabajo ordenado, la


producción floreciente, que es lo que a la nación y al obrero conviene.
Lo que interesa a los periódicos es el escándalo. Y como el escándalo se
produce lanzando a unos ciudadanos contra otros a hermanos contra
hermanos, la Prensa fomenta la guerra civil por su propio provecho.

Obras Completas 13
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CASTILLA DESAMPARADA
EL TRIGO.
LAS ESTADISTICAS

CASTILLA NO EXISTE
NO queremos unir nuestra voz a la de las plañideras castellanas, que son casi
todos los hombres de levita y casino, tenidos comúnmente por padres de la
región. Estamos hartos de oír los clamores fúnebres de los impotentes,
llorando ver a Castilla como la región más despreciada por el Estado nodriza,
por los Gobiernos despenseros del presupuesto.
Abominemos de una vez para siempre de esos papás menguados que
atribuyen la decadencia de Castilla al desamparo en que Madrid nos tiene y la
prosperidad de Cataluña al mimo del Arancel exclusivamente.
Uno y otro hecho, que no negamos, serán, cuando más, el reflejo oficial de
otro más importante Del único pecado a que los hombres jóvenes, con ansias
creadoras y alma realmente revolucionaria, deben atender, y es éste: Castilla
está desamparada, ante todo, de sus propios hijos. Castilla languidece porque
empieza por no existir para los mismos que la, habitan. Una región no puede
llamarse tal solamente por haber heredado del pasado su nombre, aunque
suene tan recio e imperial como el del suelo que nos vio nacer; ni porque
estén encerrados sus anchos, pardos y monótonos valles por altas cordilleras
que la separan del resto de la Península; ni porque haya parido algunos poetas
que la ensalcen...
Todo esto lo tiene Castilla, y, sin embargo, no existirá corno región mientras
sus hijos no la creen con un esfuerzo vigoroso de la inteligencia y un rabioso
tesón en las afirmaciones.
Lo primero para que nuestra región surja entre los países hispánicos que se
preparan a hacer afirmación de su personalidad es que conozcamos los
castellanos su figura. Y como es menester dejarse en estos momentos de
juegos florales y demás lirismos sin contenido práctico, afirmamos que
conocer a Castilla es conocer a fondo sus problemas vitales. Que es lo que
nunca han procurado los papás de levita y casino, los cacicones, cacicoides,
señoritos influyentes y clérigos poltrones que, para desprestigio del país,
ocupan en el ámbito de las 11 provincias campesinas el patronazgo de la
política y la cultura.

EL PROBLEMA DEL TRIGO


Ahí tenemos el auténtico problema regional de la crisis triguera: dos años
llevamos gimiendo sobre la ruina de los precios, lanzando imprecaciones a

14 Obras Completas
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Madrid y saetas a Cataluña por las presuntas importaciones, y todavía no


sabemos a ciencia cierta ni el trigo que la región produce, ni el que exporta un
año y otro y se reserva para su consumo.

NO HAY ESTADÍSTICAS
Vamos a dejar a un lado, porque mejor es no hablar de ello, el admirable
esfuerzo tipográfico del viejo diario local que cada año dedica un pesado
número al trigo y a las parvas. El hecho, innegable, de que tan abominable
engendro estadístico llame la atención en España da la medida de nuestra
raquítica cultura regionalista. Esas estadísticas falsas era cien veces mejor para
los intereses agrarios que no se publicaran (1), y, por el contrario, una
estadística veraz, es la primera
1919: Cosecha estimada en el número triguero del conocido periódico, 20,3
millones de quintales. En el mismo año la estadística oficial da ¡35,1!
1928: Según un gráfico, el valor de la cosecha en este año es de 820 millones.
Ya es sabido que el valor promedio de la cosecha española de trigo asciende a
2.000 millones de pesetas. Claro es que en el mismo número del periódico,
para la misma cosecha se señala el valor de 1.348 millones ¿A qué nos
atenemos?
Una estadística donde abundan hasta las contradicciones de despacho, aparte
de las enormidades de información, y donde nos quieren hacer creer que un
año se cogen 20 y al siguiente 10 en toda España, y donde las discrepancias
con los datos oficiales -que no reputamos más de fiar- son hasta el 80 por 100,
no es estadística. Es un desenfadado negocio periodístico.
condición para que el pavoroso problema triguero deje alguna vez y para
siempre de serlo. Los grandes males, grandes remedios exigen. ¿ Estamos
convencidos de que la ruina del mercado triguero es el más grave problema
que tiene planteada la economía castellana, de tal modo que depende la vida
misma de los labradores de ese asunto...? Pues si es ésa la formidable realidad,
pongámonos a estudiarla sin descanso, no regateando medios para conocer el
mal y todas sus raíces, porque la primera condición para recetar es
diagnosticar con acierto. Hay que llegar a conocer con exactitud, por los dedos
de la mano, dónde va -o dónde se queda- cada fanega que Castilla produce;
basta de estadísticas burdas, entretejidas con el mayor aburrimiento e
irresponsabilidad por un secretario facilitón o por un periodista sin
escrúpulos.
Debe ponerse mano sabia y mano dura en la confección de estadísticas. Y
deben producirse por diversos métodos hasta conseguir un control perfecto y
poder imponer sanciones fuertes a los que hubieren faltado a la verdad o
hubiesen cumplido con negligencia su cometido.

Obras Completas 15
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ES PRIMORDIAL LA ESTADÍSTICA DEL COMERCIO


Nosotros proponemos que, ante todo, se ponga especial cuidado por los
organismos oficiales en confeccionar la estadística completa del comercio de
trigo EN CADA PUEBLO.
De un año a otro debe saberse al detalle el movimiento total de lo producido
en cada término municipal: Qué numero de cargas van al molino, cuántas al
acaparador o corredor, cuántas al rentista forastero y cuántas quedan en las
paneras. Nosotros proponemos que se llegue incluso a establecer guía
obligatoria para el movimiento de cereales.
Consumada con rigor esta verdadera contabilidad. en la que hay una cuenta
para cada municipio, conseguiremos inspeccionar de cierto las estadísticas que
cada verano se hubiesen hecho de la producción y moralizaríamos - que es lo
primero - la confección de éstas, imponiendo duras sanciones a los que fuesen
responsables de su falseamiento.
Tendríamos la base principal - completada con el conocimiento del comercio
de harinas - para formalizar una verdadera estadística del consumo.

***

Como vamos a seguir ocupándonos, metódica y progresivamente, del


problema triguero, hacemos punto final a este trabajo. Recalcamos solamente
antes de terminar la importancia primaria, urgentísima y permanente de la
buena estadística. Para resolver un asunto de comercio es la estadística lo que
la calidad del suelo para saber lo que en él hay que sembrar.
Crean nuestros agricultores que el problema del trigo, así como no es de hoy,
no se acabará en un día con un par de decretos. No se puede hacer fuerza
sobre ningún Gobierno. ni aun disponiendo de la “Gaceta” puede resolverse
con acierto el problema, si no tenemos por delante su planteamiento claro y
ordenado, iluminado por los números. Un buen estudio vale más que muchos
mítines. LIBERTAD se propone acometer ampliamente el estudio a fondo del
problema triguero. Llama a sus columnas a cualquiera que sepa algo que
interese saber a todos, aunque no sea más que el número verdadero de las
fanegas que se cogen en su pueblo.

(Anónimo. Libertad, núm. 1, 13 de junio de 1931.)


____________________________________________________________
(1) Enemigos de eufemismos y frases engoladas, nos gusta la verdad franca y duramente
declarada. De ahí nuestras palabras para comentar como se merece la clásica estadística
triguera de un diario, de Valladolid. Pero como no queremos jamás, por nuestro honor de
periódico no contaminado de los vicios corrientes entre colegas, acusar sin las pruebas por
delante, transcribimos aquí algunos de los disparates que justifican nuestro desfavorable
juicio para que el lector sepa a qué atenerse:

16 Obras Completas
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¡LABRADORES! ¡CASTELLANOS!
Estad alerta contra los tenebrosos proyectos de las Internacionales que quieren caer
sobre nuestra tierra: LA INTERNACIONAL MASÓNICA, LA
INTERNACIONAL SOCIALISTA, LA INTERNACIONAL COMUNISTA.
Exigid que se sepan a la luz del día los planes extranjeros sobre España.
Desenmascaremos a los hipócritas; aplastemos la influencia de todas las
Internacionales (*).

(*) Reproducido en Onésimo Redondo, págs. 8-9.

Obras Completas 17
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¡A LOS JÓVENES!

Desaparecidas las formas de dictadura patriarcal que han sido el régimen


habitual del estado en los últimos años, se han entregado a la ciudadanía los
destinos de la nación.
En esta hora, la actuación corresponde a los jóvenes por derecho propio, ya
que la política de hoy es, ante todo, una milicia cívica.
Al ataque violento hay que responder con serenidad y valentía. Ningún
hombre menor de cuarenta años puede permanecer con dignidad en la
penumbra ni dar a la política menos de lo que la defensa ardiente de las
propias convicciones exija, aun la vida.
Libertad es de jóvenes y a los jóvenes se consagra preferentemente, no nos
importa contar o no con una mayoría borreguil junto a las urnas, y
repudiamos el concurso de las multitudes embriagadas de desorden por las
calles.
Disciplina y audacia es nuestro lema. Las naciones pertenecen siempre a las
minorías con fe y organización. Dándolo todo al ideal antes de comenzar, a
nadie tememos.
¡ ¡ ¡Por España grande, por España verdaderamente libre, a la lucha! ! !...

(Anónimo. Libertad. Núm. 2, 20 de junio de 1931.- Reproducido en el mismo semanario.


Núm. 87. 11 de junio de 1931, y en Onésimo Redondo. Págs. 10-11.)

18 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA REVOLUCIÓN SOCIAL

DICEN los sindicalistas: La Revolución política está hecha; falta la


Revolución social. En pugna con ellos, dicen, no obstante, lo mismo muchos
socialistas y otros elementos, que para halagar a las masas se les aproximan
como esos feroces parlantes de hace unas noches en la plaza de toros.
Dicen los comunistas: Negamos que la revolución política esté hecha. Esta y
la revolución social sólo puede hacerla el Soviet.
Y unos y otros piden el desarme de la Policía y, por el contrario, el pertrecho
de sus respectivos correligionarios, a quienes, todos de acuerdo, llaman “el
Pueblo”, para hacer con toda prisa la revolución social, aplastando la libertad
de los demás, que deben permanecer desarmados. De este procedimiento es
también partidario algún ministro.
Nosotros somos asimismo entusiastas de la revolución social. Lo queremos
declarar desde el principio. Estamos conforme con que hay que revolver
muchas instituciones: volcar cabeza abajo en el campo de lo social
innumerables abusos. Y estamos enamorados de cierta saludable violencia, por
el convencimiento de que en otra forma se escurrirán siempre los
espectadores y acabarán al final de cada prueba flotando sobre sus oprimidos
con el nombre trocado y la casaca siempre nueva.
Hay que acabar, sí, con esos hijos y nietos favorecidos de la desamortización
que no han tenido tiempo ni de recorrer sus inacabables fincas, mientras en el
municipio donde radican otros pasan hambre. Hay que ahogar la cruel tiranía
del propietario sobre el colono cuando aquél no hace otra cosa que chupar la
sangre vertida sobre la tierra trabajada por éste, que paga cada vez mayores
rentas y gana menos.
Debemos acorralar con un genuino movimiento revolucionario todas las
formas de usura, incluso esa moderna que consiste en pagar al labrador por
sus productos un mínimo bastante para que no muera y siga trabajando, pero
insuficiente para que sostenga decorosamente a los hijos que da a la Patria y
condenado a no mudar nunca de suerte. El campo debe echarse encima de los
acaparadores Que hacen grandes fortunas con solo estudiar sobre la mesa del
café el modo de tiranizar a los productores con la especulación: de los
azucareros que ganan el 100 por 100 y zurcen el rostro del remolachero con
desprecios inhumanos...: de los “trust” que gravitan con sus tarifas
implacables sobre las rentas, cada vez más escuálidas, de los consumidores no
acogidos a monopolio alguno...
Hay que redimir, en fin, al que trabaja y revolver violentamente si es preciso,
como lo será, a la burguesía encastillada en sus numerosos feudos
económicos.

Obras Completas 19
Onésimo Redondo

Pedimos, pues, la revolución social para que todo hombre apto encuentre
trabajo dignamente remunerado y para que nadie se vea privado de la
posibilidad cierta de elevar su condición según sus méritos y para que el
campo - que es España - sacuda las cadenas de la hegemonía burguesa.
Pero si la revolución social es una necesidad y un grito de justicia, hay que
defender ese movimiento sano y juvenil de las corrupciones traidoras que
proceden de la democracia judaizante superburguesa, como de las máquinas
internacionales con sello marxista, que descaracterizarían la genuina
revolución hispánica para hacernos siervos de Moscú.
Revolución social, enérgica, urgente, a cargo de la juventud española, eso sí.
Pero con estas condiciones:
1ª Que no sirva para sustituir la hegemonía burguesa por la tiranía de una clase
o un Sindicato. Es un crimen de lesa patria agitar la nación para mudar de
despotismo.
2ª Que intervenga eficazmente el campo, porque sin la voz de la agricultura
todo movimiento colectivo es una agresión al verdadero pueblo.
3ª Que presida esa obra de justicia social un superior anhelo hispánico, una
idea nacional de unidad, como garantía de que la gran España sigue una ruta
de encumbramiento y no es víctima de los tenebrosos proyectos que las
fuerzas ocultas internacionales incuban para hundir a las naciones en la
miseria consecuente a la lucha de clases.

(Anónimo. Libertad, núm. 2, 20 de Junio de 1031. Reproducido en Onésimo Redondo, págs.


11-14.)

20 Obras Completas
Onésimo Redondo

EL IMPERIO DE LA CALUMNIA
- HAY QUE ACABAR CON ESTA NUEVA DICTADURA
“ La línea de demarcación entre la ley del pueblo y la
ley del populacho es incierta.” (GANDHI.)

HAY Un engaño pueril y, sin embargo, muy generalizado. Consiste en aceptar


que la opresión, o sea el ataque a los derechos del individuo por una fuerza
superior, que le coloca en la triste situación del hombre irredento, es un vicio
peculiar del Poder Público. Con arreglo a la carcomida mentalidad
democrataliberal que el judaísmo internacional suministra mediante su Prensa
a las naciones decadentes, ese mito revolucionario es la oración matutina y
vespertina del público contagiado por el engaño: ¡Libradnos, ¡oh revolución!,
de la tiranía de los que mandan!...
Nosotros, que queremos poner toda nuestra energía en la tarea de arrumbar
los mitos hipócritas con que la superburguesía masónica atormenta los
cerebros débiles, señalamos como uno de los más funestos ese de contraponer
pueblo y Gobierno, autoridad y libertad, haciendo girar la vida política y los
problemas de justicia perpetuamente en torno de tales conceptos y a medida
que la nación se hunde.
No pretendemos esclarecer ahora cuánta es la distancia entre esta senil
febrilidad que agita a las falsas democracias, como la nuestra, y las ideas
jóvenes vigentes en el mundo para regenerar las naciones y rehabilitar a
algunas razas en el cumplimiento de su histórico destino. De este
pensamiento, que nos es favorito, trataremos con amplitud en los números
sucesivos de LIBERTAD.
Por hoy queremos solamente protestar de ese inicuo engaño, de esas gastadas
monsergas liberales que soliviantan a las masas inocentes, desviando sus
ímpetus de justicia del conocimiento de los verdaderos culpables. Hay
opresión del individuo por un poder ilegítimo o irritante, sí : la violación de
los derechos individuales es un hecho corriente e impune, por desgracia, y
puede afirmarse que, a medida que avanzan los días, la libertad y seguridad de
los ciudadanos está más ignominiosamente entregada a los Poderes arbitrarios.
Pero no se trata de lo que comúnmente se entiende por Poder, del Gobierno
constituido, que a menudo no es tal Gobierno. que padece de una debilidad
semejante a la del furioso atleta mitológico encadenado por fuerzas invisibles.
Estas fuerzas son las que ejercen la tiranía sobre los ciudadanos y sobre el
mismo Gobierno.
Si en España no hay, como efectivamente sucede, libertad jurídicamente
garantizada, es porque la impiden a diario los que disponen del arma suprema
para dominar hoy sobre el país y aun sobre los gobernantes: la calumnia,
prodigiosamente difundida y maravillosamente rodeada de impunidad.

Obras Completas 21
Onésimo Redondo

Ahí tenemos el caso del ciudadano Don Pedro Segura Sáenz, Cardenal
Primado de las Españas.
Se trata del hijo de un maestro de escuela, que vivió con el pueblo y le sirvió
que trabajó con espíritu francamente democrático, y sin cuidarse de que los
periódicos cacareasen sus virtudes, en la regeneración de las Hurdes... No ha
hecho uso de las armas, ni conspiró contra tal o cual régimen de gobierno, ni
podría encontrarse español alguno que patentizase un agravio delictivo
cometido por el patriota don Pedro Segura. Pero ha bastado que la calumnia
despliegue sobre él sus fuerzas facciosas, que la espada Uránica de los
periodistas irresponsables le señale con ira feudal, para que ese ciudadano no
pueda tener un palmo de tierra donde pisar en una nación que hasta ahora se
llamaba civilizada.
Hoy es un Cardenal; ayer, algunos exministros o expersonajes; mañana, uno,
varios o millares de ciudadanos, a los que la calumnia, difundida, señale con
sus voces cobardes; en veinticuatro horas la Prensa puede impunemente
trocar a un ciudadano pacífico en un facineroso presidiable o en un corruptor
repugnante a los ojos del populacho.
Desde ese momento la víctima ha perdido la calidad de ciudadano, sin que
nada ni nadie le ampare. Las pruebas son innecesarias: el juicio está hecho al
pie de cada quiosco de periódicos y la sentencia pronunciada por la boca de
los lectores epilépticos.
¿Gobierno..? Nada puede hacer el que debe su existencia precisamente al
imperio de la calumnia.
¿Ley? Sí; la del embudo; la única vigente cuando el Poder legislativo lo ejerce
de hecho la Prensa de escándalo.
¿Tribunales?... Desgraciadamente, su augusta protección llega a ser inválida
ante las turbas acusatorias desde el instante en que caducaron para muchos
españoles los principios de que “ningún español ni extranjero podrá ser
detenido sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban”, y de que
“no será castigado ningún delito ni falta con pena que no se halle establecida
por ley anterior a su perpetración”.
Hubo una o dos dictaduras que molestaban sobre todo a los periodistas del
escándalo, porque no las ejercían ellos. Aquéllas bien caídas están por haberse
alejado del mandato del país y usurpado con indebida prolongación sus
funciones. Pero quienes condenamos toda suplantación de las normas
objetivas de justicia que garantizan el vivir pacífico de los ciudadanos tenemos
que hacer un llamamiento al pueblo no manchado por el morbo incivil que
fluye de las redacciones de los periódicos. Hay que instaurar, contra la
despótica voluntad de los calumniadores de oficio, la dignidad propia de los
países que viven en régimen de derecho. Hay que acabar con la dictadura de la
publicidad, Que es la más degradada y la menos responsable.

(Libertad. núm. 2, 20 de junio de 1931.)

22 Obras Completas
Onésimo Redondo

EL PRECIO DEL TRIGO

SOLAMENTE merced a la calamidad de la sequía que padecemos, y como


consecuencia también de las heladas, ha podido reponerse algo el precio del
trigo, que se hallaba estancado en términos ruinosos para el agricultor. Poco,
pues, puede consolarnos que, ya en las postrimerías del año triguero - cuando
venden los ricos -, se entonen los precios coincidiendo con la dura realidad de
una merma en la próxima cosecha.
Ya, salvo alguno que otro pedrisco, no tendrán los labradores ninguna mayor
calamidad hasta septiembre. Pero el problema de los precios con su
complejidad sigue acechando. Examinémosle someramente, como cumple a la
brevedad de un trabajo periodístico.
Desde 1910 se distinguen en el mercado del trigo cinco períodos de diferentes
características, tres de ellos normales o favorables para el agro en cuanto los
precios suben casi siempre a partir de septiembre, se mueven entre límites
remuneradores o de beneficio y las importaciones no exceden de las
cantidades necesarias para hacer la soldadura de las cosechas. Otros dos
períodos son de derrumbamiento, y en ambos la tremenda crisis sufrida se
debe, principal y casi únicamente, a los excesos cometidos en la importación
del cereal.
Hasta el año 1914 los precios se mueven sin oscilaciones agudas y
generalmente con un alza, que empieza a raíz de la recolección. Las
importaciones son moderadas y se atienen con cierta normalidad a las
necesidades del consumo.
Durante la Gran Guerra y hasta el año 1920 los precios suben agudamente
desde 50 reales fanega hasta 120. Se trata de un período excepcional, en que
tan altos precios se deben a las necesidades el consumo de los beligerantes,
que estimulan la formación de sus acopios pagándolos con gran esplendidez.
Sobre el punto culminante de esta curva empieza un nuevo periodo, que se
distingue por un continuo descenso del precio del cereal, que dura dos
campañas. Se produce un derrumbamiento tal por exceso de importaciones,
que da lugar a un Decreto de 1922 prohibiendo las entradas de trigo mientras
éste se cotice a un precio inferior a 91 reales fanega.
El cuarto período se desarrolla durante la Dictadura y en él se inicia el régimen
de tasas que ha regido con eficacia hasta 1929. Por fin se pueden señalar los
dos últimos años, tan anormales en su régimen de precios como los de 1921 y
1922, y por la misma causa: exceso de importaciones.
La ruina del mercado es tal, que los más altos precios registrados se hacen
después de la recolección, y a medida que va el consumo mermando las
existencias, baja el precio, contra toda razón.

Obras Completas 23
Onésimo Redondo

Ya está en la conciencia de todos que es preciso reaccionar, y reaccionar


vigorosamente, contra una torpe política, que deja en ocasiones el campo al
borde de la ruina y que no acude con remedios hasta que no es extremada la
angustia del agricultor. Razonablemente, la crisis actual debe terminar este
año, y para el siguiente deben prepararse los términos de una justa
normalidad, que consista en unos precios remuneradores graduados por el
juego de los derechos arancelarios y por el auxilio económico en dinero fácil y
barato a los campesinos. Y para más adelante, preparando la supresión de
tasas, que sólo debe subsistir con carácter transitorio, deben estimularse
oficialmente los mejores métodos de cultivo y la utilización de semillas de
trigos seleccionados que sitúen nuestros costes de trigo más cerca de los
precios mundiales, descargando lo posible al consumidor y alentando así la
capacidad de ahorro del agricultor.
Ese es el camino de que la clase más numerosa de la nación y la más sana se
estabilice económicamente, que es la manera de estabilizar la vida nacional.

(Anónimo, Libertad, núm. 2, 20 de junio de 1931.)

24 Obras Completas
Onésimo Redondo

COMO VIVE UN LABRADOR

AHÍ va, camaradas socialistas, a vosotros, que tanto os conmueven las


cuestiones de estómago, una cuenta de gastos y productos confeccionada por
un auténtico labrador. Presentádsela a vuestros obreros del campo y decidles a
la vista de esas 2.973 pesetas que son toda la vida de un agricultor para un año:
“El patrono es vuestro enemigo; hay que acabar con los patronos que nos
explotan.”Pero ya que vuestros oyentes del traje de pana son tan buenos que
se las tragan como puños, hacedles la justicia siquiera de no mandar a predicar
a ningún obrero de taller que cobre tres duros por ocho horas, ni a quien gana
más que ese patrono de las 2.973 pesetas de ingreso.
¿Os quedaría entonces un solo propagandista?
Coste de la producción del trigo en Castilla, tomando como base la labranza
de dos pares de mulas, término medio de labranzas.
Este cálculo está hecho sobre la base de Tierra de Campos, pueblo de
Villalón, terreno cerealista por, excelencia.

CAPITAL INMOBILIARIO Pesetas


Sesenta y ocho hectáreas en ambas hojas, a 1.800 122.400
Una era para las mieses 3.000
Una casa de labranza con sus dependencias 10.000
Valor propiedad 135.000
GANADOS, ÚTILES Y MAQUINARIAS
Cuatro mulas regulares a 1.500 pesetas 6.000
Una burra 100
Dos carros de labranza 2.500
Un carro chico para arados 600
Una máquina de segar 1.500
Una máquina de limpiar 900
Una máquina de sembrar 1.000
Trillos, arados, arreos, herramientas 2.400
Total 15.000

RESUMEN CAPITAL

Obras Completas 25
Onésimo Redondo

En propiedad inmueble 135.000


En ganados y aperos 15.000
En dinero efectivo para su explotación 10.000
Total 160.000

GASTOS DE EXPLOTACIÓN Pesetas


Simientes para 30 hectáreas, 90 fanegas de trigo, 20 pesetas 1.800
Simiente para 3 hectáreas, 9 fanegas de cebada, a l0 pesetas 90
Simiente para 1 hectárea, 3 fanegas de avena, a 7 pesetas 21
Un mozo a jornal durante todo el año, menos en verano, 42 840
semanas, a 20 pesetas
Un mozo a jornal todo el año, menos invierno y verano, 32 376
semanas, a 18 pesetas
Cuatro mozos en verano a 325 pesetas uno con otro 1.300
Manutención de los 4 mozos durante 70 días que dura el 1.280
verano, a 4,50 pesetas
Cuatro apañilas para la máquina segadora, a 5 pesetas de 300
jornal, 15 días
Manutención de las mismas, a 4 pesetas cada una 240
Metedoras de paja 100
Escardadoras, 50 jornales a 2 pesetas 100
Herrajes y veterinario 120
Contribución de 68 hectáreas, a 10 pesetas 680
Repuestos de máquinas y rejas 200
Cuenta de herrero 50
Cuenta de guarnicionero 75
Cuenta de carretero 75
Diez por 100 deterioro máquinas y útiles, ganados y riesgo 1.500
de muerte de éstos, sobre las 15.000 pesetas
Imprevistos 300
Total gastos 9.627
PRODUCCION Pesetas

26 Obras Completas
Onésimo Redondo

Treinta hectáreas de trigo, término medio de cosecha en los diez años últimos
en el referido pueblo, 21 fanegas por hectárea, son 630 fanegas, a 20 pesetas
12.600
Las tres hectáreas de cebada y la hectárea de avena, viniendo buenas, apenas
producen para mantener el ganado por cuyo motivo no hay necesidad de
especificar sus cosechas.

RESUMEN
Producción de 30 hectáreas de trigo 12.800
Gastos de explotación 9.827
Utilidad líquida 2.973
Capital invertido en la explotación 160.000
Interés prudencial que debiera obtener este 8.000
capital al 5 por ciento
Utilidad obtenida 2.973
Pérdida total en el negocio 5.027

Nota.- En esta pérdida no va incluido el trabajo de administración, ni el


sacrificio que supone para la familia del labrador hacer las comidas de los
obreros, que bien podrían valer ambas cosas 1.000 pesetas anuales. El precio
de venta del trigo lo calculo a 20 pesetas, y la verdad es que no hay quien
pague actualmente a este precio
(Anónimo. Libertad, núm. 2, 20 de junio de 1931.)

LIBERTAD aspira a ser un periódico popular. Lo es ya por el vigor y


sinceridad de sus afirmaciones, por el realismo de su fervor hispánico.
LIBERTAD ha de vivir de su propio público.
Lectores de LIBERTAD, preparaos a consolidar vuestro periódico.
Enviad vuestra cooperación.

Obras Completas 27
Onésimo Redondo

LOS ENEMIGOS DE ESPAÑA

LA subsistencia de España como nación se halla amenazada gravemente por


la Prensa enemiga, publicada en el territorio de la República.
Una invasión de papel impreso, organizada, sin duda, por los enemigos de la
Sociedad hispana, se ocupa, cada día con mayor ardor, en corromper las bases
de nuestra subsistencia racial: las publicaciones de tipo judío se reparten la
tarea, dividiéndola en dos actividades: Una tiende a encender la guerra civil
con sus campañas de odio político extremado. La otra quiere destruir a la
juventud, haciéndola víctima del opio pornográfico. La región castellana está
llamada a levantarse en nombre de la Patria, contra esta invasión de tipo
moderno, organizada clandestinamente con dinero enemigo.

Basta de guerra indigna entre españoles.


Basta de complacencia senil con la obra traidora de los generados.
Ya que el Gobierno no defiende a la nación, debe hacerlo la Sociedad, hoy
con su repulsa y mañana con la creación del nuevo Estado hispánico.
Hay que impedir con nuestras vidas o con las de los traidores que se consume
la labor infame de destrucción emprendida por la Prensa enemiga.

(Anónimo. Libertad. núm. 3. 27 de junio de 1931.)

Los salvajes linchamientos de Santa Olalla (Toledo) han confirmado


con trágica elocuencia la tesis de “El regreso a la barbarie” sostenida
en estas columnas.
Por el honor del Pueblo pedimos una política de alta significación
nacional que restablezca el imperio del respeto a la vida ajena.
Deben dar fin -antes que nada- todas las explosiones de odio cometidas
por el populacho impunemente.

28 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA OLIGARQUÍA DE LOS DEGENERADOS

“La intangibilidad del pensador,


o del pretendido tal, ha desencadenado
así sobre la sociedad una nube
de envenenadores y destructores inaccesibles
al castigo que hicieron de su impunidad un dogma más.”
(DAUDET.)

EN el número anterior (*) nos referimos, para combatible, a uno de los


errores que dañan el vigor de la opinión pública en las falsas democracias: el
de simplificar, con mentalidad decimonónica, las cuestiones políticas,
suponiendo que el problema de hoy como el de hace ciento cuarenta años es
liberar a la ciudadanía del supuesto absolutismo del poder.
Hoy vamos a comentar otra de las trágicas tonterías con que los pueblos
alejados del conocimiento trascendental de sí mismos socavan - presos de la
misma imbecilidad democrática - los elementos de su posible grandeza: Es el
respeto a la llamada “opinión pública”, cuyo reflejo, y a la vez fuente, se dice
ser la Prensa.
He aquí la gran mentira, en cuyo cultivo pone su más voluptuoso amor, la
casta beneficiada por el equívoco: ¡que los periodistas reflejan la opinión
pública!... La trama no podía estar mejor urdida. (1)
Dice la religión democrática: -”No hay más poder que el del Pueblo; su voz es
soberana”... Y ¿quién es “el Pueblo”? ¿Sin duda el que consigue una mayoría
de mandatos para las Cortes?...- Según: Los doctores de la ley democrática
-los escribas del periodismo- contestan o no afirmativamente, a juego con la
conveniencia de sus planes.
¿Hay que echar abajo a un dictador que disgusta al gremio de las rotativas?...
Pues digamos al Pueblo que la única soberanía legítima, la de las Cortes, está
suplantada ‘por la tiranía personal; hay que reconquistar la soberanía, y para
ello, el pueblo, agitado, alucinado por los doctores de la contradicción diaria,
debe seguirles, actuando en la calle.
Ya tenemos alcanzada la libertad; no hay más que leer la Premisa, donde se
dibujan con sagrada cólera los horrores del pasado, y con ungida emoción las
bienandanzas del porvenir, para convencieres de que la Nación, por fin, será
feliz; toda “la opinión pública” es parlamentaria... Las sibilas de la Prensa
están acordes.
Pero... puede suceder que el Parlamento se haya elegido de modo que no
estén satisfechos los oligarcas de la pluma; o que los magnates ocultos de la

1
Véanse págs. 29, 32 de esta edición.

Obras Completas 29
Onésimo Redondo

Prensa capitalista no hayan sacado bastante ración en la revuelta... o,


simplemente, que los vividores del escándalo se cansen de ver a la Nación
demasiado pacífica. Hay que volver, entonces, las cerbatanas contra el
Congreso; hay que sabotear la “representación nacional”, que -ahora- resultará
no representar “al pueblo”; que fue elegida impuramente, o que se aleja con la
mayor contumacia de los imperativos de aquél... Lo dicen los doctores con la
misma solemne indignación, con idéntico gesto sibilítico que sirvió antes para
decir lo contrario.
Y así, la Crítica Omnipotente, el poder superior de los que más chillan derriba
legislaturas parlamentarias... o llega a entronizar un nuevo dictador, en pueblos
tan profundamente extra - parlamentarios y con públicos tan viciosamente
entregados a la voz de los escándalos, como son los nuestros.
De igual manera, las oligarquías de la pluma pueden mantener entre un
remanso de alabanzas -y esto acaso lo veamos- una representación adulterada,
que ejerza verdadera tiranía de partido... o que en sí misma subvierta su
mandato para convertirse en instrumento traidor del populacho agitado en la
calle...
No hay, pues, ni Constitución, ni Parlamento, ni Pueblo, donde, en realidad,
se mueve la vida del Estado a compás del escándalo o de la insidia, cultivados
profesionalmente por un grupo de desconocidos, puestos en la cumbre de la
llamada “opinión pública”.
El país suele encontrarse en situaciones tales, diferenciado en dos estratos de
muy diferente valor y, fatalmente, de inversa influencia en la marcha del
Estado, a lo que corresponde por su respectivo volumen y dignidad. De un
lado, el estrato inferior, el que sustenta la Nación con su trabajo constante y
pacífico, alejado de revueltas políticas porque harto tiene con trabajar todo el
día para sostener familias y hacer Patria: Con éste, que es el verdadero Pueblo,
no hace falta contar. Su nombre y sus funciones las usurpa el estrato superior,
constituido por una masa minoritaria, alojada, de ordinario, en las ciudades,
que, dócil a los dictados de la Prensa, enamorada del jaleo, se agita sin cesar en
persecución de nuevas fórmulas y hostigada por diferentes apetitos: Este es el
llamado falsamente, pero comúnmente “Pueblo”, que se revuelve sin tregua,
atacando cada día a un fantasma con el brío, de un toro enfurecido por el
griterío del circo, y tropezando a cada acometida con un nuevo engaño...
Tal es la oligarquía de los periodistas. Difícil es prever a qué profundidad caerá
la reputación y la entereza de un país encadenado por tan férrea conjuración
de la hipocresía industrializada.
Desvariada la actividad de los ciudadanos por frenéticos odios políticos, y
minada la juventud por el veneno pornográfico, por el criminal barreno de un
nihilismo materialista, es obligada la marcha regresiva de la Sociedad.
Cancelado, por otra parte, todo pensamiento nacional unitario, es claro que no
se puede proyectar empresa alguna de grandeza entre el conjunto de las

30 Obras Completas
Onésimo Redondo

naciones: por esto se dice con tanta razón que la actitud de los oligarcas
degenerados está inspirada por ocultos enemigos de la Patria. (2)
Ningún español desprovisto de la mentecatez a que tiene condenados la
Prensa farisaica a la mayoría de sus lectores, osará calificar de exclusivamente
sombrío el cuadro anterior. La inminente realidad se irá encargando de sacar a
las embobadas gentes de orden de su incomprensible optimismo pancesco.
No hay otro dilema: o la Nación se libra de la Prensa morbosa, o ésta
consigue hundir para la vida de algunas generaciones el honor de España
A la juventud sana le corresponde contener con una disciplinada acción
hispánica, esa oleada de degeneración.
Es urgente sacudir con intrépida severidad la maraña envenenada de los
planes judaicos, aplastando sin compasión la Prensa antihispánica.
Es preciso purificar el ambiente público y devolver al pueblo hispano su
magnífica soberanía, miserablemente regentada por los degenerados.

(Libertad, núm. 3, 27 de junio de 1931.)

2
Cuando Abd-el-Krim asesinaba millares de Españoles, cuando los mutilaba vivos y muertos, algún
periódico publicó sus retratos y ensalzaba su figura.

Obras Completas 31
Onésimo Redondo

A LOS SIN TRABAJO.

ES bochornoso que mientras el Ministro de Hacienda se alaba de suspender


las obras en construcción, deambulen por las calles los obreros parados en
busca de una limosna. La suspensión de trabajos públicos hecha por un
Ministro socialista es una burla para las masas obreras.
¡Trabajadores! Aprended que el problema del paro forzoso es una
consecuencia de la socialdemocracia.
El socialismo en el Poder, lo mismo en España que en Alemania o Inglaterra,
comienza por traicionar su programa de socia1ización y desarticula el
funcionamiento combinado de todas las fuerzas económicas por dar
satisfacciones políticas, más que sociales, a sus afiliados.
Esta es la causa de la paralización de negocios.
La llamada política de economías, que se traduce por “no más ferrocarriles, no
más canales, no más puertos”, es un reflejo de la pereza y del egoísmo
burgués.
Deben reanudarse, sin demora, todas las obras públicas comenzadas...
La solución definitiva de esa extranjera enfermedad del paro forzoso,
introducida en España por las exigencias de una caduca política demoliberal,
sólo puede darla un régimen de fuerza, genuinamente popular, que eleve a la
máxima expresión el desarrollo de todas las fuerzas económicas, presididas
por el Estado.

Pedimos un régimen de enérgica justicia social.


Queremos un Estado auténticamente español, concebido e impuesto
por la España joven, sin inspiraciones estancadas del siglo XVIII, y
libre de todo compromiso internacional marxista o judío...
Anónimo. Libertad. núm. 3, 27 de junio de 1931.)

32 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA DESAPARICIÓN DE LAS CONFEDERACIONES


HIDROGRAFICAS

YA están suprimidas, legalmente, las Confederaciones. Sin aguardar a las


consecuencias prácticas de la radical reforma, que muy pronto serán visibles,
ni siquiera tenemos ya el nombre: se ha escogido sin dificultad otro que si no
dice lo que eran, tampoco da idea de lo que son los organismos subsistentes:
ahora se llamarán “Mancomunidades hidrográficas”.
Esa comisión gestora, que el decreto del día 24 pone por encima de la Junta
de Gobierno de cada Confederación, bien pudiera llamarse “Comisión
liquidadora” del organismo en que tantas esperanzas de reconstrucción puso
el campo de las diversas cuencas hidrográficas.
Son líneas esenciales de la reforma:
1º La sustitución terminante de la función de las Confederaciones encaminada
antes a estudiar, planear y construir, por lo que marca el artículo 4º del decreto
comentado, que consiste precisamente en estudiar el modo de suprimir todas
las obras posibles.
2º El retorno, para la ejecución de nuevas obras, al procedimiento y requisitos
de la ley de 7 de julio de 1911, que es cabalmente lo mismo que privar de
autonomía y sustancia propia a las Mancomunidades.
3º La imposibilidad práctica de que las Confederaciones emitan empréstitos,
ya que les priva del aval del Estado.
4º La renovación de personas en el gobierno de los organismos, según reglas
que no aparecen en ese decreto, pero acentuando la intervención del
Gobierno en su designación.
No es nuestra intención entrar a la defensa de las extintas Confederaciones.
Una vez aclarado el verdadero alcance que tiene este decreto, dejamos su
comentario a los elementos interesados: regantes, contribuyentes y obreros
parados...
A nosotros sólo nos interesa hoy, aprovechando la importante ocasión que
presenta esta supresión real de las Confederaciones, hacer constar nuestro
criterio sobre el problema, vitalísimo para la agricultura castellana, de las obras
de riego.
Somos partidarios de una política integral de reconstrucción, y entendemos
que ésta se compone de dos partes igualmente indispensables:
1ª Fomento de construcciones hidráulicas.
2ª Impulsión nacional de la riqueza que con ellas ha de crearse.
Para lo primero, bien estaban las Confederaciones, aunque fuesen susceptibles
de mejora y de no pocas depuraciones administrativas.
El segundo punto no fue abordado por la Dictadura en forma apropiada al
incremento de riqueza que las grandes construcciones en curso podían
producir.

Obras Completas 33
Onésimo Redondo

Y es que esta segunda parte del gran programa de Reconstrucción nacional,


sólo puede acometerse poseyendo una política económica de alta envergadura,
superior con muchos grados a las entecas rutinas burocráticas conocidas.
Mientras se construyen pantanos y se abren acequias, debe darse cima, por
una labor coordinada, por una superior actuación del Estado al cúmulo de
problemas complementarios de la obra de fomento, que servirán para hacer
útil ésta.
Problemas agronómicos en primer término, consistentes en la determinación
exacta de los cultivos que más convienen a cada cuenca, y aún a cada comarca,
de las conquistadas para el regadío Es indispensable resolver oficialmente al
labrador las incógnitas que en el orden técnico lleva consigo la introducción
de nuevos cultivos: adaptación según las clases de terreno, conocimiento del
ciclo vegetativo, selección de semillas con vistas a las condiciones del clima y
exigencias del mercado, dificultades esenciales de recolección, etc.... Estos y
otros muchos puntos son otros tantos tropiezos que los labradores animosos
han encontrado al intentar el cultivo industrial de las plantas que constituyen
el porvenir de los regadíos castellanos: lino, tabaco, maíz...
En segundo lugar, no puede esperarse rendimiento de las grandes inversiones
hechas en obras hidráulicas, si no se habilitan medios para financiar las
actividades progresivas del agricu1tor. Si es verdad que el paso de la economía
cerealista a la de tipo intensivo, propia del regadío, multiplica por 3 o por 5 la
capacidad productiva de una comarca, no es menos cierto que la misma
multiplicación deben experimentar previamente las disponibilidad
económicas, el crédito del agricultor, y, supuesta la adaptación técnica de los
nuevos cultivos, y superadas las necesidades de crédito, hay que enfrentar en
las vegas de riego, a los senos matrices del pantano, las naves acogedoras de
las fábricas que beneficien o transformen las plantas industriales o los
productos de la ganadería.
Por último y -esto es quizá el requisito cumbre, el más dificultoso para el
aprovechamiento de los nuevos regadíos- necesitamos una política arancelaria
acompasada sabiamente a la progresiva necesidad de situar los productos que
deben exportarse, o de defender con tino cada industria agrícola que - como
hoy la azucarera - merezca vivir al amparo del arancel.
He aquí indicados someramente, y sin pretensiones de suficiencia, los diversos
capítulos de la política económica que debe ejecutarse con entera decisión, si
la gran obra de Reconstrucción comenzada por las Confederaciones había de
tener un Sentido integral.
Lamentamos que hasta ahora ningún atisbo pueda hallarse en planes y actos
del Gobierno provisional, que autorice a suponerle apto para pagar esta
atrasada deuda de los Gobiernos para la Agricultura, del Estado para con la
Nación... Las Confederaciones eran, por lo menos, un paso hacia adelante; su
suspensión, un paso atrás.

(Libertad. núm. 3, 27 de junio de 1931.)

34 Obras Completas
Onésimo Redondo

TIRANÍA DEMAGÓGICA

QUEREMOS llamar enérgicamente la atención de nuestros, jóvenes sobre la


tiranía socialista, que pretende ahogar la libertad del verdadero pueblo.
Allí donde las urnas no han dado pleno triunfo a las ansias de dominio de la
minoría que domina a los obreros y quiere sojuzgar a las provincias, se ha
recurrido a la algarada y a las amenazas de opresión para violentar el resultado
o para tener amedrentados en lo sucesivo a los adversarios.
En Salamanca se han asaltado los locales del «Bloque agrario”, se ha intentado
matar a los diputados elegidos por el pueblo y un repugnante intelectual
derrotado ha querido lanzar a los infelices obreros contra los conventos para
satisfacer su degenerado despecho.
El mismo Gobernador Civil, que tomó parte activa en la contienda, ha
publicado luego sus insidias contra el pueblo que votó a los agrarios.
Esto mismo ha sucedido también en Palencia.
Todo ello muestra que las elecciones no han podido realizarse con una
libertad que la coacción de las masas socialistas hizo imposible, y hubiera
hecho inútil el terror demagógico que no pueda sufrir una derrota
serenamente.
Pongámonos en guardia contra tan insolentes pretensiones de absorción. Los
que tengan la dignidad y el valor suficientes para no dejarse hacer esclavos de
la tiranía de los internacionales deben defender, con mayor tesón cuanto más
atrevida sea la provocación, la libertad de sus convicciones y el honor de la
región.

(Anónimo. Libertad. núm. 4. 4 de julio de 1931.)

Hay que acabar con la delincuencia del populacho. Hay que extirpar la
Prensa patibularia. Es la primera labor de Gobierno.

Obras Completas 35
Onésimo Redondo

PARA EL MINISTRO DE HACIENDA

INDALECIO Prieto ha excomulgado a las Vascongadas. El gran pancista, el


genio de la socialdemocracia, encuentra insufrible que quede en la Península
un foco de espiritualidad.
Le parece, sin duda, que el partido socialista, aliado con la burguesía
comecuras, ha trabajado lo bastante para aborregar a los españoles en torno a
un Parlamento tipo francés. Ni la prensa masónica ni el tirano socialista
permitirán que en España haya quien todavía crea que tiene alma.
Hay, si señor, que renunciar a salvarse, porque para eso ha renunciado ya la
mayoría de los españoles, según a Prieto le parece bien demostrado por lo que
cantan las urnas.
¿Qué es eso de votar “por Dios y por los fueros”? ¿Por la religión y la
tradición? ¿Para eso son las elecciones?
Aquí no hay más Dios -dirá Prieto con su masculina energía- que el sufragio
universal.
Y puesto que la mayoría de los españoles lo quiere, hay que expulsar de los
goces de la democracia a los vascos: no gozarán de la libertad que para todos
los burgueses que no creen en Dios y para todos los socialistas que divinizan
la materia ha tratado la República.
Bien que Cataluña se descuelgue de Madrid, porque aquello será una república
de izquierdas. Pero ¿un territorio reservado tranquilamente para los que temen
a Dios? ¡Eso no! La campaña de calumnias debe ser reforzada.
Seguramente los descendientes de Aitor no han visto nunca una caricatura de
fraile gordo ni han probado esas mentiras que a los socialdemócratas de otras
partes les curvan las uñas en cuanto ven a un cura por la calle.
Suponemos, por tanto, que la masonería dará orden de que se traduzcan al
vascuence “La Traca” y “El Cencerro”. Habrá que inundar las Vascongadas
de sapos periodísticos sacados de las redacciones de Madrid, Valencia... de
donde los haya.
En Vasconia, como en todas partes, hay que hacer posibles los linchamientos
de clérigos y el asalto de iglesias al primer rumor “alarmante” que se apodere
de las turbas.
Mientras tanto, ni España adorará con la sumisión que a D. Indalecio le gusta
los mitos parlamentarios franceses ni habrá renunciado a toda ilusión de
grandeza, como tiene decretado la masonería.
Por eso para Prieto, que ya debe estar cocido y escocido con el lío de la
Hacienda y de los cambios, los problemas esenciales de la nación son
renunciar a Marruecos y descristianizar las Vascongadas.

(Anónimo. Libertad, núm. 4, 4 de julio de 1931.)


Casi todas las plumas periodísticas son plumas mercenarias:
envenenadores a sueldo con las espaldas resguardadas

36 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA INEPTITUD BURGUESA

“Gracias a ustedes los españoles, que los atraen, nos hemos quedado
sin aventureros que nos perturbaban la existencia. Tienen ustedes
ahora en España, por lo menos, doscientos cincuenta rusos,
repartidos entre Barcelona, Andalucía y Marruecos, con instrucciones
concretas sobre lo que deben hacer.”
(Palabras de un jefe de Policía francés.)

UNIENDO, en esto, nuestra voz a la de los comunistas y anarcosindicalistas,


no vacilamos en declararnos enemigos del orden burgués, con sus vicios
peculiares.
Sólo que nosotros no necesitamos para acreditar nuestra repulsa, recurrir a las
cobardes mentiras que el materialismo revolucionario acumula sobre la
sociedad burguesa, no por ser burguesa, sino por ser cristiana. En el fondo de
todo caudillo de la revolución materialista, vendida al espíritu judío de Marx y
Lenin, lo que hay no es un liberador, sino un monstruo burgués. Los que
tienden a revolcar la civilización cristiana en nombre del pregonado dolor de
los obreros y campesinos, aspiran exclusivamente a sustituir la tiranía que a
otros cuelgan aunque no la vean, por la suya propia. No destruirán palacios,
sino que los ocuparán ellos. Seguirán corriendo automóviles y sirviéndose
banquetes, sólo que en lugar de participar del lujo las masas de la blusa azul, lo
usufructuará la casta dominante al amparo de un terror cobarde e hipócrita...
El juego está claro: desarmando a la Guardia Civil, los intelectuales del terror
armarían a sus propios amigos para tener verdugo bien pagados y sin
obstáculos; instituyendo al decantado “Tribunal del Pueblo” –“el pueblo”, en
lenguaje revolucionario, ya se sabe que es el propio partido-, legalizarían sus
crímenes. Aplastando a la Iglesia, se quitaría por un lado el serio estorbo de
una acusación altiva y ejemplar y embrutecerían a las gentes para mejor
dominarlas: sígase a esto el patrocinio esmerado de todo medio de perversión
sexual, la destrucción de la familia cristiana..., y ya tenemos a un pueblo
reducido a la demencia bárbara y a la decrepitud. Sobre él, los intelectuales
menores de edad y los asesinos encumbrados ejercen sin remilgo la dictadura
de un patológico fanatismo socialista: esa es “la dictadura del proletariado”, el
paraíso comunista.
Lo demás, “toma de la tierra sin indemnización”, “incautación de fábricas”,
“traspaso al pueblo de los bienes de la Iglesia”, “resolución de los conflictos
financieros con imaginados sueldos de obispos”..., son ofertas como las del
bandido que prometía granjas a sus encubridores; promesas con dinero ajeno
para encadenar ignorantes al yugo del partido.
Luego vendría la miseria, acrecentada por la catástrofe política; el hambre se
haría general; nadie disfrutaría de la tierra, porque el desbarajuste de los

Obras Completas 37
Onésimo Redondo

tiranos haría imposible toda producción reposada..., y entonces, las quejas se


ahogarían en sangre..., a la vez que los escasos frutos de la tierra o la industria
serían totalmente incautados en provecho de la inepta oligarquía gobernante...
¿Que por qué entonces somos nosotros antiburgueses? Pues sencillamente
porque al régimen burgués le consideramos incapaz de evitar esa vecina
hecatombe. Ni supo durante la Monarquía instaurar una justicia social que
quitase todo pretexto revolucionario a los salvajes expendedores de la
mercancía moscovita, ni acertará ahora a conjurar la invasión creciente.
Nosotros denunciamos con la entereza a que nuestro patriotismo nos obliga,
que el peligro comunista es real y próximo. Y denunciamos a la burguesía
dominante, como incapaz de evitar a la nación la inmensa deshonra de caer en
la sima comunista.
A la democracia falsa que la Prensa nos ha impuesto, seduciendo al país, todo
se le vuelve negar la posibilidad natural de que el comunismo triunfe.
¿Para qué molestarse con combatirle? Basta con recordar el “temperamento
individualista” de la raza; comparar el número de votos de Bullejos con los de
Lerroux y echarse a dormir con la puerta del cuarto a cargo de la Guardia
Civil...
Y es que nuestra burguesía mercantil, que representa la opinión media, es de
por sí floja de ánimo; tan cobarde, que niega el peligro para no morir de susto,
y tan egoísta, que rehúsa toda actuación viril...
La Prensa, por otra parte, como vive bien en todos los aires con sólo adular a
los que engaña, no tiene por qué temer al comunismo: le servirá gustosa tan
pronto como la pague. Y la socialdemocracia, ni tiene seguras a sus masas, ni
puede declarar la guerra a su hermano menor...
Burguesía ciega, Prensa venal y socialismo aburguesado, son el mejor caldo
para el fermento comunista. No hay más que ver el alegre desahogo con que
aumentan en número y en tirada las publicaciones hechas con dinero de Rusia,
para convenir en que nuestra flamante democracia es el mejor de los mundos
para los aventureros que sirven a Stalin.
Por eso, repudiamos el régimen burgués; condenamos la farsa parlamentaria y
la libertad de propaganda contra la Sociedad y la Patria; declaramos a los
comunistas traidores a ésta, pidiendo la inmediata extirpación de las
excitaciones públicas al robo y a la guerra social, y pedimos, al mismo tiempo,
la realización, por parte del Estado hispánico, de una justicia social que,
cercenando abusos, redima a los campesinos y a los trabajadores preteridos.
Tierra a los campesinos, sí: pero no con asaltos a las órdenes de Stalin;
revolución social, sí: pero respetando la familia y la producción legítima y, ante
todo, desarmar no a la Guardia Civil, sino a los malhechores de la pluma y la
palabra: a los traidores a la Patria y a los enemigos de la Sociedad...

(Libertad, núm. 4, 4 de julio de 1931. Se reproducen fragmentos en Onésimo Redondo, págs.


16.17).

38 Obras Completas
Onésimo Redondo

EL TÓPICO CASTELLANO

FRENTE al tópico de Castilla atrasada hay que afirmar reciamente que


Castilla es culta y progresiva con una insistencia tal que elevemos este
concepto a la categoría de tópico.
No se puede hablar del atraso de una región (las 11 provincias
castellanoleonesas) que presenta un porcentaje de 21 analfabetos frente a 51,
38 y 25 de Andalucía, Galicia y Cataluña3.
No pueden llamarse atrasadas culturalmente provincias que, como la de
Santander, ocupa el primer lugar con un 12 por 100 de analfabetos, Palencia,
con 15. Burgos, con 17, frente a 60, 42 y 41 de Jaén, Coruña y Valencia.
Y si llegamos a los partidos judiciales, veremos que los de menor número de
analfabetos son: Santander, Riaño y Murias de Paredes, con 7, 9 y 10 por 100.
Respecto a las ciudades, tenemos a Santander y Valladolid, con un 4 y 8 por
100, frente a Barcelona, Vigo y Málaga, con un 11, 25 y 42 por 100.
Si limitamos estas observaciones sólo a los reclutas, vemos que Castilla la
Vieja y León están a la cabeza, con un porcentaje de 8,6, frente a 11,1 de las
Vascongadas, 20,6 de Cataluña y 38 de Galicia.
Estos datos abarcan a tres millones de hombres, que son los menos
escuchados en España, por otras regiones que pretenden pasear una bandera
separatista envuelta en el tópico de la superioridad de cultura.
La región castellanoleonesa, que ocupa la quinta parte del territorio patrio, no
tiene estepas como Aragón, Levante, Andalucía y La Mancha. Más de la
tercera parte de la superficie forestal española la posee nuestra región, en tanto
que algunos de sus hijos gimen histéricamente por la aridez de la meseta norte.
Pero si agrícolamente no sólo los cereales y el vino la hacen rica, ¿será pobre
en su subsuelo? Sin afirmar que sea Castilla un país minero, no por eso hemos
de olvidar que, después de Asturias, la cuenca carbonífera León - Palencia es
la más rica de España; que las minas de Santander, hoy explotadas, y las de
Burgos, Soria y León, sin explotar aún, aseguran a nuestra región un porvenir
minero estimable.
Nuestra región es llanura en gran parte, pero es también vega en el Esla,
Órbigo, Duero, Pisuerga, Eresma, Carrión, etc., y es montaña en Gredos,
Urbión, y Picos de Europa.
Pero ¿acaso, a pesar de nuestra cultura y de nuestra riqueza, seremos
indolentes? Tampoco. Más de la cuarta parte de las carreteras españolas se
hallan situadas en nuestra región, y de los habitantes incomunicados por falta
de vías de comunicación en España, sólo nos corresponde un 5 por 100.

3
Sin contar los menores de siete años.

Obras Completas 39
Onésimo Redondo

Podríamos, y con el tiempo hemos, de hacerlo, repetir ejemplos que


demostrarán cómo por pereza mental muchos castellanos se conforman con
aceptar las ideas de los extraños, sin preocuparse de contrastarlas con la
realidad visible.
Acaso nada sea más necesario entre nosotros que una institución encargada de
conocer a Castilla y de enseñarles a sus hijos cómo es y cómo debe de ser con
el esfuerzo de todos.
LIBERTAD, que para afirmar la idea de España cree preciso izar el pabellón
carmesí de los comuneros, ha de intentar, en cuanto le sea posible, iniciar esta
labor educadora y revalorizadora de nuestro caudal común.

(Anónimo. Libertad, núm. 4, 4 de julio de 1931.)

La Redacción de LIBERTAD quiere responder a los alientos que de sus lectores


continuamente recibe. Estamos preparando Una transformación de nuestro
semanario que facilite la difusión a que LIBERTAD aspira.
Queremos aumentar el número de páginas, incluir información que aumente su
amenidad y publicarle en la tarde del lunes, en vez de los sábados.
Para ello esperamos contar con la colaboración de nuestros simpatizantes.
Los tiempos son de solidaridad entre elementos afines. Es deber cívico ineludible
ayudar a la Prensa amiga.

40 Obras Completas
Onésimo Redondo

QUIEN TIENE LA PRENSA, TIENE EL PODER AL MARGEN DE


LAS CORTES

Si Unamuno no estuviera, por su mal y por su vanidad, colocado mansamente


al lado de los vencedores seguiría hoy lanzando sus altaneras quejas contra la
estrechez espiritual del momento.
La misma mezquindad de horizontes domina hoy en la política que cuando el
rumbo patrio estaba puesto hacia el ocaso conservador: hoy seguimos
mirando al ocaso, aunque nos llamemos radicales.
No importa que los moderados hayan cedido el paso a los progresistas.
Seguiremos representando la misma función a cargo de distinta compañía: La
intransigencia, culto al partido, baja preocupación de aniquilar al adversario,
sed de venganza, farsa liberal... Todavía no se han reunido los constituyentes y
ya relinchan los apetitos de la mayoría, ávida de arrancar todo recuerdo de la
etapa enemiga.
Es una ilusión muy del siglo XIX pensar que eso es revolución. Precisamente
este mezquino anhelo de revancha es lo más antirrevolucionario, la verdadera
contrarrevolución. Como siempre, mientras la principal preocupación de los
vencedores sea afligir a los que dominaron con distinto signo político, no
presenciará España más que un relevo en el disfrute del Poder. Nada de
revolución, sino persecución a las instituciones que no nos gustan, por esa
sola razón: parcialidades antidemocráticas y cambio de personal
administrativo. Toda la pequeñez inveterada de nuestro ritmo político seguirá
igual, y eso aunque se impongan leyes más o menos radicales, que podrán
aprovechar a los amigos, en daño de los adversarios, pero que no orientarán al
pueblo para alcanzar una positiva elevación nacional.
España no necesita política de izquierdas ni política de derechas, sino política
nacional, impulsada por un ideal superior a las tendencias.
“Se ha pronunciado España por la izquierda -dicen los triunfadores- y hay que
dar satisfacción a la voluntad nacional...” Es verdad que se ha inclinado a la
izquierda el espíritu de los españoles: la influencia de los enemigos de la Iglesia
Católica ha llegado a preponderar a medida que el espíritu evangélico y las
costumbres cristianas se perdían, sobre todo en el proletariado de las
poblaciones grandes Y este resbalamiento hacia la izquierda, en lo moral, ha
ganado la batalla aprovechando grandes oportunidades políticas.
Fracasado con el fracaso de la Dictadura el predominio de la tradición
-acompañada de la fuerza- que actuó en nombre del bien objetivo, hubo de
ganar popularidad el predominio de la revolución -asistida de la difamación-
que se pronunciaba en nombre de la libertad. Esto ha sido la victoria de las
izquierdas.

Obras Completas 41
Onésimo Redondo

No es que la gran mayoría del pueblo se pronuncie por soluciones de


izquierda, sino que la sed de paz, la fatal necesidad de ver pacificados los
espíritus, ha impulsado el cuerpo social a caer paulatinamente al lado de los
que mantenían el ataque con resolución implacable. No se podía vivir más así,
después de fracasado el último experimento de las derechas. Estas perdieron
su crédito con el desgaste de su dictadura, y el pueblo se volvió, con esperanza
ciega, a confiar en los acusadores.
“Que gobiernen los que no dejan gobernar”, se ha dicho una vez más.
Pero la oposición secular entre los dos sectores sigue latente. Por eso nada
atentará más a la consolidación de un régimen, el que sea, a que un
radicalismo político a lo siglo XIX. Con él ocuparán las facciones políticas el
turno de su hegemonía provisional, pero no encontrará su camino España,
que es lo que importa.
Este no puede estar más que en la concordia superior de los espíritus,
prendida al hallazgo de un ideal fuerte, indiscutible dentro de las fronteras.
Mientras el pueblo no experimente este hallazgo, no hará la Revolución que
España necesita para trabajar pacífica y fecundamente en la ruta de su
grandeza.
Sólo entonces se habría abierto verdadera era constituyente. Esta se caracterizará
no por ser de derecha ni de izquierda, sino por ser, por primera vez, España. Y será
radical no contra un sector de españoles, sino contra los enemigos de la
España secular y la España nueva, que sólo habrán acertado la ruta nacional
cuando acierten a unirse.

(Anónimo. Libertad, núm. 5, 12 de julio de 1931.)

42 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA DESERCIÓN DE LOS PERIODISTAS

EN estas columnas hemos hecho constar el grave inconveniente que para la


Revolución republicana suponía el haber sido tramada y dirigida
principalmente por periodistas. Hoy se descubre ya, al contacto con las
realidades de gobierno y con los problemas positivos, la verdad de aquella
observación.
Donde quiera que incumbe a los periodistas de profesión, de los que con
tanto ingenio y poder supieron destruir un régimen, edificar lo que ha de
servir para sustituirle, se evidencian la incapacidad y la deserción.
En vano buscarán hoy los ciudadanos que todo lo esperaban de la Revolución
las vigorosas soluciones a todos los problemas, que prometía la Prensa
destructora para después del triunfo. Lea cada uno su periódico favorito, y
busque en él los proyectos aplicables del estadista, el esfuerzo constructivo de
los técnicos, la respuesta capaz de los personal es de la situación a los
inaplazables problemas de cada día...
Nada de esto se ve, sino política, política y política, de la primera página a la
última: hoy, como ayer, el escándalo y la farsa lo abarcan todo. Aspavientos de
indignación hipócrita para los actos del adversario, e infladas adulaciones a los
méritos del correligionario y del cómplice. Cada periódico se ocupa de
alimentar su venta y cada nuevo personajillo de acortar el camino de su
ascensión política.
El régimen demoliberal hace innecesaria toda fatiga honrada en persecución
de grandes ideales o de prestigiosos conocimientos ofrecidos al buen público.
¿Para qué trabajar seriamente si el pueblo encumbra a los que más vocean y
prefiere a los que ve capaces de mayores insolencias? El negocio está en el
escándalo, con sólo darle el nombre de revolución.
De ahí la admirable fecundidad de la fauna radical. Por todas partes,
campeonatos de atrevimiento y competencias de barbarie: desde los
comunistas campesinos, afiliados a las aburguesadas Casas del Pueblo de las
capitales, hasta la delincuencia práctica del sindicalismo y la agitación profética
de los comunistas, todos comercian con “los crímenes” de la Guardia Civil, de
las Ordenes Religiosas y del capital privado.
A sabiendas de que el progreso se detiene, de que la producción se descoyunta
y la nación retrocede con los negocios revolucionarios que paralizan todos los
demás, se consiente entregar la vida del país a las desvariadas tentativas de la
propaganda radical.
Protestamos de esas absurdas debilidades democráticas del régimen, y de las
insolencias criminales de los revolucionarios de hoy, no porque nos asusten
las afirmaciones radicales y los gestos fuertes para actuar en política, sino
porque negamos que haya ni sinceridad revolucionaria ni ímpetu alguno
constructivo en esa bulla anticlerical y farisaica: no hay más que apetito de

Obras Completas 43
Onésimo Redondo

alzarse sobre ruinas y mercantilismo periodístico. Tal es el vicio-clave de los


que hoy todavía quieren revolución, y tal es la traición de los que ayer la
quisieron y hoy la disfrutan.

***

Nada más elocuente para alumbrar esta verdad, que el gesto cobarde de esos
varios ministros que forcejean por escapar del puesto de peligro donde les
colocó la aventura revolucionaria tan alegremente emprendida cuando eran
periodistas y conspiradores: Prieto, director de un periódico en Bilbao;
Albornoz, colaborador de “La Voz”; Nicolau, periodista catalán..., son otros
tantos ejemplos de revolucionarios tan exentos de solvencia constructiva
como hinchados de ferocidad. La Revolución les puso al frente de los
ministerios donde hay que mostrar a diario la patriótica capacidad del
gobernante que no cosecha aplausos hablando, sino obrando y obrando bien.
Ahora ya no se trata, señores periodistas-ministros, de destruir complaciendo
al populacho que embriagamos de odio para que nos empinase a título de
vengadores; se trata de sufrir calladamente, de sudar soluciones para los
amargos problemas concretos...
La crisis del cambio; el conflicto entre la Hacienda, las obras públicas y el paro
forzoso; la paralización industrial, la defensa arancelaria de los productores, la
angustia de la Agricultura... Estas cuestiones ni han experimentado mejora, ni
se ve en los periódicos mentores de la Revolución, cómo han de resolverse:
creemos que no será con más libertad, más griterío periodístico, mayor
humillación de la Iglesia católica y concesiones más adecuadas a la masonería
dominante. Tampoco puede esperarse, salvo que perdamos la memoria y el
conocimiento de los hombres, que lo arreglen esas Constituyentes elegidas
bajo el imperio del terror “conjuncionista”, llenas de señoritos madrileños y de
gesticulantes de prensa y mitin. ¿Qué vamos a esperar cuando ni aun el
Gobierno ha sido capaz de ponerse de acuerdo para proyectar la
Constitución? Discursos y líos: el tiempo lo dirá.

***

Y es que no se puede entregar impunemente la trascendental incógnita de una


Revolución a las mesnadas irresponsables del periodismo: Para que una
revolución sea fecunda, no los periodistas de tramoya y los que comercian con
la sátira, sino los hombres de acción positiva y los alimentados con grandes
ideas unitivas, deben figurar al frente. Lo primero para inspirar la revolución
hispánica creadora, es derogar la farsa demoliberal y apartar del caudillaje a los
traidores ávidos de destruir en la oposición y seguros desertores en la hora de
las responsabilidades constructivas.

(Libertad, num. 5, 12 de julio de 1931.)

44 Obras Completas
Onésimo Redondo

AGRESIÓN SOCIALISTA A LA AGRICULTURA

AHORA, como antes, la Agricultura es “la lección que no se da” en el


programa gobernante. Y no es porque no se hable de la agricultura, del
campo, del problema de la tierra, etc. ¿Cómo no iba a hablarse si los tiempos
eran de elecciones?..
Hasta reconocemos que se ha legislado como pocas veces -en cantidad- acerca
del campo.
Sobre laboreo de tierras, sobre arriendos colectivos, jornada legal, descanso
dominical, jurados mixtos, colocación de trabajadores... Muestras todas del
desvelo que el Ministerio del Trabajo socialista siente por agradar a sus
votantes, los obreros campesinos. Esta parece ser la característica principal de
esa nube de disposiciones que atienden al problema social del campo o que le
crean donde no existe; es una legislación electora. Parecen propuestas de la
casa del Pueblo llevadas a la “Gaceta” por un camarada.
No vamos a tratar ahora del célebre decreto sobre cultivo de tierras por los
jueces municipales.
No sabemos de ningún sitio donde haya comenzado a aplicarse: confiamos
todavía que no arraigue en la práctica, porque ello sería lo mismo que poner la
hacienda de unos vecinos a la disposición de los que tuvieran al juez municipal
-nombrado por elección- de su parte.
Una bonita manera de que esas tremendas sociedades comunistas “ de oficios
varios”, que van brotando en las aldeas al soplo de las Casas del Pueblo,
iniciasen su amenazadora intromisión en la propiedad de las tierras.
No vacilamos en calificar esta clase de disposiciones como una legislación
persecutoria para el patrono agrícola. Este apresuramiento con que, sin
aguardar a las Cortes, se agarrota por decreto al desmedrado labrador,
poniéndole frente a frente de una legislación social acoplada a las condiciones
de la industria, es la mayor agresión conocida de tantas como los Gobiernos
han infligido a la Agricultura.
La situación del labrador ya no es sólo difícil, es pavorosa. Hasta ahora
luchaba con la preterición oficial; en adelante será víctima de una saña
parecida a la que sufren el Ejército, la Iglesia. Suponemos que no se le hará
objeto del mismo trato por creerle rodeado de los “privilegios” atribuidos a
aquellos Institutos...
No negamos que el obrero agrícola merezca una protección celosa de los
Poderes públicos. Pero otorgársela, no beneficiando a la Agricultura toda sino
a costa del labrador, es desnudar a un pobre para asistir a otro. Y es - todavía

Obras Completas 45
Onésimo Redondo

algo peor- dificultar, arruinar la producción de tal modo que a la vuelta de


poco el desnudado y el vestido no tengan qué ponerse.
Nos hacemos eco, pues, de la congoja de nuestros paisanos, que comienzan a
soportar con su conocida mansedumbre -de la que tan inicuamente se abusa-
esa ciega insurrección que en todas las aldeas se padece hoy al amparo de unas
disposiciones dictatoriales hechas a espaldas de la realidad y con un espíritu de
partido tan flagrante.
Ya lo hemos dicho repetidas veces en estas columnas: el socialismo será la
muerte de la Agricultura. La lucha de clases en las aldeas de Castilla es un
crimen contra los intereses del labrador y del obrero mismo. El problema del
campo castellano no está tanto en corregir abusos de los propietarios como en
estimular la producción y favorecer la venta de lo producido.
Si era verdad, que la política olvidó la agricultura en tiempos de la Monarquía
y amargó la vida de los pueblos fomentando entre sus habitantes las
discordias, señalamos la nueva política de las Casas del Pueblo como la más
funesta que podía caer contra el campo.
A todos los vicios de la política vieja añadirá ésta la “virtud” de destrozar la
producción, porque cambia las ganas de trabajar por las de hacer política en el
bracero y por la de abandonar las tierras en los propietarios acometidos.
La vagancia, el absentismo. He ahí los frutos del desatentado socialismo del
campo.

(Anónimo. Libertad, núm. 5, 12 de julio de 1931.)

46 Obras Completas
Onésimo Redondo

DOS DISCURSOS

EL de Alcalá Zamora en la “epifanía” constitucional de la República. El de


Azaña, el Sanguinario, ante sus queridos comensales políticos del Hotel
Nacional.
¡Pobre Nación!... ¡Cuántos discursos te esperan!...
Serán símbolo de la revolución estas dos oraciones tan diferentes y tan
semejantes? Mucho nos lo tememos. Si así fuera, la esterilidad sería el único
fruto de nuestras anacrónicas Cortes Constituyentes. Porque sólo un producto
híbrido, estéril, se consigue cuando se une la oratoria florida con el rugido
jacobino de los llamados radicales dé u1traizquierda.
La sonora oración del Presidente ha debido decepcionar a los más infantiles
señorones del poder creador y renovador del Parlamento.
Ningún momento más adecuado que la apertura de la nueva Era legislativa
para pagar en buena moneda de estadista a la Nación el generoso esfuerzo de
una Revolución tras la que tanto se le prometía. El soberano jefe del
movimiento debió concentrar en aquella hora toda la virtud transformadora
del nuevo Régimen: insustituible e irrenunciable coyuntura aquélla para pintar
el panorama de la Gobernación del Estado de modo que hasta los niños
pudieran saber lo que la revolución significaba, no para las abstracciones de
justicia y libertad, que ya sabemos lo que son en boca de políticos, sino para el
pan de muchos españoles y para la prosperidad general.
Es una de tantas deserciones, como nos viene revelando la realidad
revolucionaria, y una de las más graves, la patentizada por el glorioso orador
Alcalá Zamora en su discurso. Seguimos sin hombres, aunque abunden los
oradores tan momentáneamente gloriosos como el futuro-probable presidente
de la república, o tan tremendos como Azaña.
Este es un vicio característico de las democracias trasnochadas; en ellas se
encumbran por ley política de flotación los que menos ideas tienen en la
cabeza y de mayores o más armoniosos gritos son capaces.
Cuando la Nación espera con mayor apremio y mejor derecho la luz de los
cerebros machos proyectada sobre los problemas que diariamente afligen al
pueblo, los triunfadores sobre ruinas, los doctores de la falsa democracia,
contestan con bonitos discursos. Lo mismo mirando las bellas abstracciones
del Presidente que a la sórdida apetencia de destrucción declarada por el
ministro de la Guerra, comprobamos que es consecuencia del fanatismo
demoliberal.
Ya lo ha declarado el segundo: “Caiga el pueblo en la pobreza con tal que se
conserve la libertad.” Que es lo mismo que hace cien años dijo Riego:
“Sálvense los principios, aunque perezca la Nación.” Mas como los principios

Obras Completas 47
Onésimo Redondo

son siempre discutibles y la libertad es de ordinario una farsa, nos quedamos


sin pan y sin principios, sin libertad y sin nación.
Sólo los oradores altisonantes ni padecen hambre ni mueren al compás que la
nación: su sino es encumbrarse sobre la tristeza nacional y pagar con palabras
la confianza que la pobre democracia les otorga.

(Anónimo. Libertad, núm. 6, 20 de julio de 1931.)

48 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA TRAICIÓN DE LA PRENSA BURGUESA

En las Asambleas de huelguistas de la C. N. de T se ha


acordado protestar de la inexplicable hostilidad
mostrada por cierto sector de la Prensa.
(De las noticias de estos días.)

LOS periodistas burgueses que hicieron la revolución van revelando cada vez
con más desairada evidencia la clandestina hipocresía, el inmoral apetito de
ganancia con que se dedicaron unánimemente al barato negocio de la
agitación.
No hay en esa falange de publicaciones consagradas a la especulación crítica,
ni un solo ejemplo de consecuencia, ni una excepción de honradez objetiva.
Enarbolando el lema de libertad y legalidad bloquearon el Poder público, y
pactaban a diario con todas las rebeldías. Cada acto de los gobernantes de
entonces era torpe e inicuo. Los gastos públicos, despilfarros, con exiguas
excepciones; los empréstitos, punibles francachelas; los monopolios,
inconfesables repartos de la soberanía y los negocios públicos; la oposición el
desorden, una organización de asesinatos legales.
Hoy sigue administrándose sin ley, se contratan empréstitos con el extranjero
por la sola firma la de un ministro, se usufructúan los mismos monopolios -
con personal renovado en lo posible-, “se ametralla al pueblo” en la calle,
como decimos en lenguaje libertario, y la burguesía, en fin, de brazo del
Estado, disfruta de idéntica primacía...
Ni ley, ni responsabilidades, ni acallamiento de las discordias entre el llamado
pueblo y la autoridad.
Sólo ha cambiado, pues, la actitud de los antiguos magistrados de la justicia
popular, que, si bien siguen -porque el instinto y el negocio les obligan a
mantener la farsa-, goteando veneno sobre el cuerpo exánime del poder
derribado, amparan ahora lo mismo que antes les servía de contradicción
farisaica.
Si el Poder ejecutivo dispone hoy de libertades y residencias, encarcelando y
desterrando a los ciudadanos que no le son simpáticos, es que “consolida la
República”. Una ley superior de salud, justifica a los ojos de los periodistas
venales las violencias antes condenables porque les molestaban a ellos.
Hoy oímos hablar en la prensa, que fue revolucionaria, de “demasiadas
huelgas”. Ahora no es como antes “el pueblo”, el que se echa a la calle
“dejando siempre víctimas de la libertad a su paso”.
son exaltados irreducibles para los que bien está la metralla. No importa que
sean los mismos que, en la calle, con idénticos movimientos y manteniendo las
mismas causas, sirvieron para auparnos al poder. Precisamente porque ahora

Obras Completas 49
Onésimo Redondo

estamos arriba, debe terminar la etapa de huelgas y sofocarse con desconocida


crueldad toda tentativa de insurrección.
El criminal impudor está patente. Cualquiera que contemple -al margen de la
embriaguez política que ha sumido en el idiotismo a mucho ciudadanos de
nuestra infantil “democracia”-, esa prostibularia desfachatez de los periodistas
traidores, sentirá asco y rabia de ver entregada la noble España al magisterio
de tan extraños bichos. Y no cabe duda que siguen ellos siendo los más altos
entre los ciudadanos; los únicos árbitros de la suerte nacional, porque,
disponiendo con casi unánime despotismo de la facultad de juzgar en público,
son dueños de conducir caprichosamente las veleidades de la multitud, que es
la que manda.
No esperamos grandes remedios a esa profunda subversión de las virtudes
públicas, mientras un escarmiento, tan fuerte que esté integrado por
calamidades reiteradas, no abra los turbados ojos de tantas víctimas mentales
de la Prensa.
Ese pobre pueblo -niño que acoge con idolátrico respeto las contrahechas
informaciones y sonoras campañas de su periódico- debe llegar a saber -y no
lo aprenderá sino con la experiencia del dolor- que la incompatibilidad entre
sus intereses y los de la Prensa agitadora que hizo la Revolución, es fatal.
“Jugar con palabras, es jugar con fuego”, acaba de decir Unamuno. Y no se
puede jugar impunemente al escándalo, a la Revolución, por mera palabrería,
que es como negocia y triunfa la Prensa traidora. Se puede poner fuego y
dignidad sentida, en la defensa de un ideal o de un sistema que
permanentemente ocupa nuestra mente y mueve nuestro sentir. Respeto,
aunque no paz, nos merecen bajo ese aspecto, aun los mismos que profesan
sinceramente una idea política y se adhieren firmes a una profecía social,
aunque sean tan opuestos a nuestras convicciones como el anarquismo o el
comunismo. Pero los que juegan con palabras -esto es, con la propaganda
escandalosa, con las poderosas palancas de la publicidad- para fabricar
Revoluciones que tienen por único objeto relevar al adversario en el disfrute
del Poder, son traidores contra los cuales la salud patria reclama urgentes
purificaciones. Una Revolución cuesta a un pueblo, si no sangre, al menos
hambre y malestar extraordinarios, porque las fuentes de producción sufren
trastorno y la depresión se adueña del crédito nacional. Y cuesta a una raza y a
una Historia Patria el compromiso de una verdadera renovación, que de no
realizarse, se paga con deshonra perpetua. Cuesta, en fin, a varias
generaciones, el riesgo de una experiencia desgraciada, tras de la cual el
espíritu público puede sumirse en un pesimismo que prolongue la decadencia.
Por eso, los que a tan elevado precio juegan a la Revolución sin ideal de
verdad revolucionario, llevados del odio y del apetito de mando, desprovistos
de contenido renovador, merecen una cruenta extirpación porque su
subsistencia sólo se paga con la ruina.
Este es el caso de la Prensa burguesa que fue revolucionaria. Esta es la
verdadera y máxima responsabilidad, y de la que menos se oye hablar en la

50 Obras Completas
Onésimo Redondo

escandalosa conjura de acusaciones hipócritas que sigue turbando el sosiego


nacional.

(Libertad, núm. 6, 20 de julio de 1931.)

El Ministro de Fomento ha decretado el abandono de los ferrocarriles de Madrid-


Burgos, Cuenca-Utiel, Soria-Castejón... Y otros 14. Ha paralizado las obras de las
Confederaciones.
Alega el Gobierno que la construcción de esas obras se opone a la Ley de
Contabilidad. Y el mismo Gobierno SE OPONE a la Ley de Contabilidad
contratando un Empréstito con Francia, sacando 300 millones de pesetas, en oro,
del territorio de la República; adjudicando sin subasta ni concurso la venta de
petróleos a Rusia. Para privar de trabajo a los obreros, rige la Ley de Contabilidad.
Y para empeñar la Hacienda y la dignidad en manos de Potencias extranjeras no
hay ley que rija. ¿Cómo explicaremos esa política?

Obras Completas 51
Onésimo Redondo

AL LADO DE UN DIPUTADO SALMANTINO

Ha sido LIBERTAD el periódico que más enérgicamente, y en la primera


ocasión que tuvo -número del 27 de junio-, dio la voz de alarma contra el
decreto del día 24, por el que se suprimen las Confederaciones Hidrográficas a
pretexto de reorganizarlas.
Nuestra voz de principiantes, desconectada, como es natural, de todo ámbito
de resonancia oficial no ha sido coreada por los más obligados, en la
provincia, a salir en defensa de tan vital organismo, poniéndose, si necesario
fuera, frente al Gobierno, como se ha hecho en Zaragoza.
Más ocupada está la Comisión Gestora de la Diputación en... no hacer nada,
como no sea preparar sus ilustres miembros a dar algún saltito político
sirviendo el interés de los respectivos grupos, muy republicanos, sí, pero nada
castellanos.
Más ocupado el Ayuntamiento también en suspender por su parte cuantas
obras pueda y lucir teóricos ingenios en bagatelas regionalistas.
Mas ocupada la Cámara Agrícola en prolongar el sopor casinero, tan
proverbial en casi todos sus componentes.
Ignoramos si los diputados agrarios vallisoletanos habrán hecho algo en
Madrid. Desde luego, nuestro flamante Partido Nacional Agrario tiene
bastante con facilitar a su nuevo tutor viejos desahogos políticos en esa
extensa hoja, que sirve también para ventilar las diferencias personales de los
jefes.
La Cámara de Comercio, los Sindicatos, sus Federaciones, ¿ qué han hecho
para defender la Confederación ? O no han leído el Decreto, o no le
entienden, o no representan a nadie en Castilla, ya que lo que no podemos
aceptar es que Castilla aguante con imbécil resignación el corte brutal de las
obras que podían transformarla.
Nos unimos al llamamiento del diputado agrario por Salamanca, señor
Lamamié de Clairac, que seguramente va seguido en su actitud por los
valientes compañeros, también diputados, del Bloque Agrario de aquella
provincia.
Creemos que alguna entidad, sea el Ayuntamiento u otra de las que arriba
hemos aludido, o mejor los diputados vall1so1etanos, deben tomar la
iniciativa de representar enérgicamente ante los Poderes Públicos el clamor de
Castilla, que no debe ceder en fuerza al de Aragón.
Aunque la confederación del Duero sea susceptible y esté necesitada de
importantes depuraciones, es PRECISO Y ES URGENTE conservar su
figura autonómica y cortar la paralización de todas sus obras.
El porvenir de la región, la prosperidad del labrador de nuestras vegas y -ante
todo- el trabajo del obrero penden de ello.

(Anónimo. Libertad, núm. 6, 20 de julio de 1931.)

52 Obras Completas
Onésimo Redondo

EL MAYOR PELIGRO PARA EL CAMPO

NEGAMOS que las sociedades de resistencia fundadas en nuestras aldeas por


los electores de las Casas del Pueblo sean agrupaciones socialistas.
Todo el que conozca de cerca la osadía y ferocidad que brotan en los obreros
encargados de mangonearlas sabe que son núcleos comunistas. Su principal
programa es la ilusión de que las tierras cambien de dueño, haciendo pasar los
propietarios de hoy a la condición de obreros, y a la inversa.
Representan la grosera aspiración social de dar la vuelta a la tortilla, o sea
alternar en la regencia de las desigualdades sociales. Son de ordinario
gobernadas por individuos que carecen de la condición de trabajadores, por la
sencilla razón de que no trabajan.
De este modo se encumbran los personajes más indeseables de cada
municipio al socaire de un programa de justicia social que no sienten. Se
aterroriza al campo con las brutales pretensiones de un socialismo primitivo,
haciendo padecer a Castilla la bárbara inseguridad en personas y bienes,
característica de los tiempos negros de la lucha de clases. Hay que acabar con
esa mancha internacional y masónica, que viene a multiplicar las angustias, ya
insoportables, del labrador.
Para ello propugnarnos, como medidas inmediatas:
1º Que se persigan tenazmente por la ley las excrecencias criminosas de esos
núcleos en defensa de la libertad de trabajo.
2º La unión de los obreros no contaminados por el morbo internacionalista y
de los labradores acometidos, de cerca o de lejos, para ponerse en pie de
guerra si es preciso.
3º La realización rápida y franca de una justicia social, que debe llegar a la total
emancipación económica del que trabaja la tierra. Como mínimo, el salario
familiar. En las grandes explotaciones, la participación en las ganancias. Y en
todas partes, la ascensión a propietarios del mayor número de braceros.

(Anónimo. Libertad núm. 6, 20 de julio de 1931.)

¡¡Obreros!! Asociaos, pero rechazad a los inmorales internacionalistas, que


destrozarán la agricultura, llegando a conquistar como fruto la miseria de todos.
¡¡Labradores!! Apresuraos a uniros en bloque contra los nuevos esclavizadores del
campo, que buscan votos regalando en cambio la discordia y la rebeldía.

Obras Completas 53
Onésimo Redondo

EL DOLOR DE ESPAÑA

TOMAMOS la pluma en este día vibrando de indignación. España pasa unas


horas -que muy posiblemente sean sólo las primeras- de bochornosa y
catastrófica agitación. Seguirá nuestro nombre sirviendo al extranjero de
pintoresca ocasión para sus cómodas burlas: “guerrilleros en los tejados,
cañones en las calles...”.
El maldiciente deseo de nuestros enemigos exteriores abultará, como de
costumbre, los sucesos -harto escandalosos esta vez para necesitar la
ampliación malévola del adversario- y las noticias de España servirán por
mucho tiempo de despiadada diversión. El mundo interrogará asombrado
cómo es posible que hoy, cuando la gigantesca fatalidad de los desastres
económicos obliga a las naciones a matizar todas las posibilidades de paz
interior y de concordia internacional, sólo un pueblo europeo se ha creado
problemas que no tenía, suscita en su seno oposiciones de primitiva
agresividad y se obstina torpemente en caminar de espaldas a su brillante
destino.
La política -no la República ni la Monarquía- acabará con la Nación si una
fuerte conmoción espiritual del instinto de conservación hispánico no pone
coto a las criminales orgías de libertad que darán con el pueblo en la
servidumbre moral y en la miseria económica.
Nosotros nos levantamos, en presencia de los actuales conflictos, por encima
de la pugna ocasional de dos organizaciones obreras, que es su causa
inmediata. No nos interesa principalmente ni la victoria de una sobre otra ni el
registrar esa insospechada maravilla de que la artillería pueda más que las
pistolas.
Remontamos nuestra acongojada visión hacia las causas superiores de estas
vergonzosas luchas fratricidas que manchan y mancharán, por mucho tiempo
quizá, el suelo y la Historia patrios. Y renegando de la simpleza y ramplonería
-muchas veces cubierta de felonía- con que la Prensa se contenta señalando
como culpables a Va11ina. Pestaña o... Fuentes Pila.... ponemos una vez más
el dedo en dirección de los verdaderos culpables: los gremios políticos y la
Prensa.
España no tiene esos problemas fatales a que la claudicante o villana
mentalidad de los oligarcas y periodistas dominantes atribuye los conflictos:
crisis financiera endémica y paro “forzoso”. Ni el Presupuesto tiene déficit ni
una nación, no más pobre que otras prosperas, pero con la tercera parte de
densidad que ellas, necesita tener desocupados a sus trabajadores y socorrerlos
con limosnas o expoliaciones.

54 Obras Completas
Onésimo Redondo

España padece durante toda una Edad, apenas interrumpida, las


consecuencias de una progresiva especulación contra la conveniencia del
pueblo, ejercitada por los gremios de la política y la publicidad: la nación no es
más que un teatro infeliz de la lucha de diversas pandillas que se lucran del
mando y del Presupuesto, haciendo danzar macabramente a la raza al son de
sus querellas. Esta es la explicación de la profunda guerra que divide a los
espíritus y es la causa de que las mediocridades más escandalosas y
desaprensivas sean las más propicias a encaramarse sobre todos.
Es una necedad pensar que el cambio de régimen ha solucionado en lo más
mínimo ese problema, que es el único de España. No ha hecho más que
aumentar el botín de las facciones con la eliminación de una magistratura
hereditaria y ensanchar el campo de las apetencias al otorgar mayores
libertades.
Por eso, poco importa en realidad la solución del presente episodio. Nada
apenas gana la nación con que momentáneamente una facción elimine a la
otra y los periodistas “de la situación” se libren de lo que hoy es un estorbo y
ayer fue un trampolín. Lo que importa es purificar radical e históricamente el
estadio político con un gesto de honradez hispana, llegando a extirpar
cruentamente, si hace falta, a ]os eternos merodeadores de la farsa trágica,
profesionales del negocio de la Libertad, que imposibilitan con sus interesadas
mentiras la convivencia patriótica de todos los españoles.

(Anónimo. Libertad. núm. 7, 27 de julio de 1931.)

Obras Completas 55
Onésimo Redondo

LA REVOLUCIÓN HISPÁNICA

ES una falsedad denigrante proclamar que la raza hispánica ha hecho su


revolución.
La revolución de España no puede parar, a no ser que decretemos su muerte
ignominiosa, en el caos que nos deprime. Un parlamento de charlatanes
mediocres. El paro forzoso, precipitando en la miseria a una nación que podía
ser rica. Cerca de 500 millones de pesetas, en oro, empeñados en poder de la
rival Francia. La agricultura, agobiada por el desamparo del Estado socialista, y
los labradores, atemorizados ante la salvaje actitud de los núcleos comunistas
anidados en las aldeas. Los puertos de Barcelona y Palma de Mallorca, aislados
casi totalmente del tráfico mundial por las indefinidas huelgas de sus muelles.
Cataluña, a punto de exigir una real desmembración del Estado español; las
Vascongadas, en el mismo camino, y Andalucía, encendida en furor
anarquista. Ni es la revolución hispánica esta República burguesa, ni lo es la
barbarie que pugna por sucederla, esperando sólo pasar por encima de la
Guardia Civil, que tanto estorba para los negros designios de Moscú.
NO. La revolución hispánica, que no ha comenzado, que es urgente,
que es necesaria para la salvación de todos, tiene que correr a cargo de
una promoción juvenil inflamada de anhelo de engrandecer a España,
dispuesta a morir por restituir la Nación a su honor ancestral.
Nuestra revolución, que incorporará de verdad al mando del Estado los
anhelos de grandeza y los viejos hábitos de justicia cristiana impresos en la
fibra de la raza, será impulsada por la doble palanca de TRADICION y
RENOVACION.
Tradición, para seguir el surco imperial de nuestra Historia.
Renovación, para emancipar socialmente a todos los trabajadores, abrazando
un radicalismo que imponga rápidamente la justicia en el uso de la riqueza. Y
renovación también para estructurar el armazón político de España sin servil
sujeción a los mandatos de las Internacionales marxistas y para derogar el
inhábil sistema parlamentario francés, que va a consumar las fatídicas etapas
del, desgobierno.

(Anónimo. Libertad, núm. 7. 27 de julio de 1931.- Reproducido, con algunas variaciones, en


el mismo semanario, núm. 120, 4 de Febrero de 1935.)

56 Obras Completas
Onésimo Redondo

MUNDO PERIODÍSTICO

LA “Conquista del Estado” ha sido recogida otra vez. Da triste idea de la


libertad que disfrutamos esta persecución sistemática de que se hace objeto al
valiente órgano del hispanismo y a su director. Las gentes se preguntarán
asombradas qué tiene que hacer un periódico en estos tiempos para que el
Gobierno o el fiscal defiendan el orden o la moral pública contra sus
campañas.
Pregunta ingenua. Ni el Gobierno ni el Fiscal ponen cuidado serio en
defender al Orden, a la Moral, a la nación o a los ciudadanos dignos contra las
procacidades periodísticas: por eso vemos este pobre país infectado de
insolencias y groserías no permitidas en pueblo alguno civilizado. Pero que no
se toque -¡por la República!- el buen nombre del mismo Gobierno o de sus
angélicos acólitos, como el que sirve en la Dirección de Seguridad; entonces se
acabó la libertad y el dejar pasar... Salvo que el Poder público no se atreva, que
también se dan casos.
Reiteramos nuestra protesta, como verdaderos partidarios de la buena libertad
de Prensa, y dirigimos nuestro saludo al director del semanario perseguido,
Ledesma Ramos, y... nuestros recuerdos a esos periódicos infames vendidos a
todo explotador de las injusticias, que no se acuerdan ahora de salir por los
fueros de la libertad de Prensa.

(Anónimo. Libertad, núm. 7, 27 de julio de 1931.)

Obras Completas 57
Onésimo Redondo

LA PRENSA COMUNISTA

Trotsky ha dicho recientemente que los comunistas españoles


deben dirigirse rápidamente a conquistar los obreros,
campesinos y soldados.
Opina que España será la segunda república soviética de
Europa.

EN una semana, hemos visto llegar a nuestra ciudad tres nuevos periódicos
inspirados por servidores de Stalin. Son cuatro ya los que se vocean con
ademán amenazador, y gritos bien ensayados, por nuestras calles.
Es intolerable esta introducción impune de la Prensa enemiga, en el territorio
patrio, y debiera llegarse a la unión de fuerzas y partidos para expulsar a los
amigos de Rusia que han implantado en todas las regiones de España el
infame negocio de la revolución moscovita.
No nos extrañará que esta revolución triunfe.
Nosotros somos de los que aceptan categóricamente la fuerte posibilidad de
que una gran parte, inmensa parte, del proletariado campesino e industrial, sea
ganada rápidamente por el comunismo, y sea capaz de intentar un asalto
guerrero en el que perezca el orden cristiano ante las tropas proletarias a las
órdenes de Rusia.
Todo, hoy, es cuestión de propaganda. La propaganda revolucionaria, es decir,
la técnica de engañar a los ignorantes y a los que pasan hambre, se esgrime por
los comunistas con una maestría superior en mucho a la de sus competidores
en la conducción de las masas obreras.
Con la propaganda cayó una monarquía mediocre, y con ella caerá mucho
antes una República cien veces más débil que la Monarquía, porque bajo su
dominio de hambre avanza con paso gigantesco.
Todo se confabula al triunfo final del despotismo comunista: la
desarticulación del ejército monárquico, sin sustituirle por otro más eficiente;
el fuego de guerrillas y la desautorización frecuente que padecen los cuerpos
de policía; la lucha de las diversas facciones que dirigen al proletariado; la
criminal desorientación de la obra de gobierno dirigida, ante todo, contra la
educación religiosa; la obra envilecedora de la inmensa mayoría de la Prensa...
Por otra parte, el atontamiento de la burguesía, sumida aún en sus pequeñeces
vecinales, en diversas pugnillas políticas y en el desmesurado egoísmo
mercantil que va acompañado de una infamante cobardía para defender sus
intereses.
En este caos político gubernamental, dominado por la rebeldía y la
inmoralidad creciente, se entromete, para allanar los caminos del comunismo,
el fantasma hasta ahora desconocido en tal magnitud, del paro forzoso. Cada
parado, por su doble condición de ocioso y malhumorado hambriento, se
convierte fatalmente en un soldado del comunismo.

58 Obras Completas
Onésimo Redondo

El paro forzoso, par tanto, decretado por el Gobierno al decretar la cesación


de los trabajos públicos, es el mayor delito de la situación y la mejor concesión
otorgada a Stalin.
Después de lo descrito, todo es cuestión de propaganda, repetimos.
Para ello, los comunistas tienen dinero, valor y habilidad como ningún
partido. Es curioso ver que todos los órganos comunistas representan
idénticas farsas, ocultas para los desgraciados que las leen, y evidenciadoras de
una superior dirección secreta.
Listas de suscripción con humildes cuotas, para ocultar la influencia del dinero
ruso. Solapado interés por los problemas de cuartel, a fin de despertar la
simpatía del soldado. Hipócrita alarde de “purificar” el sentimiento
revolucionario de la U. G. T. y la Confederación N. del Trabajo, tendiendo a
debilitar aquella y a adueñarse de ésta. Mentiras des1umbradoras sobre la
situación rusa, calumnias sistemáticas contra la Guardia Civil, invención de
riquezas eclesiásticas, asistencia a todo movimiento de desorden que
perjudique la producción...
La mano de Moscú se ve clara, y, por otra parte, ellas no se recatan de
descubrir con gran habilidad tan experta tutela.
¿Dónde está el remedio? En el pueblo: así, en el pueblo todavía, pero en el
verdadero pueblo español, no en las cuadrillas de los que se imponen por
tener como única moral la del trabuco, ni en las masas infelizmente entregadas
a la férula marxista.
Busquemos el remedio en el pueblo no conforme todavía en que para servir a
una bandera política sea necesario odiar la de España; en la clase llana de la
producción agrícola e industrial no enrolada al servicio de los traficantes en
revoluciones de tipo extranjero.
La nación necesita un esfuerzo definitivo para salvarse, extrayendo de su seno
hombres, ideas y coraje netamente hispánicos. La hora de la nueva lucha por
la Independencia patria ha llegado. La revolución hispánica para aplastar, no a
los restos de la España tradicional, sino a los enemigos de la nación que
trabajan su ruina en la prensa, no puede aplazarse.

(Libertad, núm. 7, 27 de julio de 1931.)

Obras Completas 59
Onésimo Redondo

LA REFORMA AGRARIA

INCONSCIENCIA BURGUESA
LA comisión jurídica, engendro de D. Fernando de los Ríos, ha dado a luz -en
bastante menos del tiempo reglamentario- un proyecto de reforma agraria y
un estudio sobre los recursos económicos necesarios a tal proyecto.
Ambos representan un verdadero expolio de las clases burguesas, de las clases
conservadoras; por eso nosotros, los redactores de LIBERTAD, que
profesamos como norma de actuación aquellas frases del insigne Eduardo
Drumond, dirigidas a la juventud francesa, en circunstancias análogas a las
actuales: “Sobre todo, no creáis jamás a los conservadores. Nada se puede
hacer con ellos”, nosotros estamos curiosamente contemplando la capacidad
de la humillación de la burguesía española y su total impotencia para una viril
organización.
Esta burguesía ha probado ya su incapacidad para la defensa de valores
espirituales en los que dice creer; el 11 de mayo cedía la defensa de la religión
a sus enemigos, el 12 de abril abandonaba el viejo barco canovista para
implorar protección de Alcalá Zamora y engrosar ese partido, en el que
encontramos los dos adjetivos más desprestigiados de la política española:
derecha y liberal.
Y hoy, hoy que su misma vida como clase social independiente se encuentra
amenazada; que las dos columnas, base de su existencia -Familia y Propiedad-,
se cuartean, su único síntoma vital ante el “Así lo quiero, así lo mando”,
imperioso de la jauría izquierdista, es arrodillarse, plañir y gimotear abrazados
a las rodillas de Lerroux, ese otro burgués que sueña en dictaduras, para
exclamar acongojados: “Esperamos en Ti, Señor...”

UN POSIBLE ATROPELLO
A veces pensamos si ciertamente tenía algún objeto el reunir las Cortes
Constituyentes. El Gobierno provisional, erigido en dictadura, ha realizado y
piensa seguir realizando, a lo que parece, toda la labor que a aquéllas
correspondía, legislando por decreto con arreglo al criterio o al capricho de
cada uno de sus miembros. A las Cortes sólo les está encomendada la misión
de revisar la obra realizada, y que, seguramente por ese fetichismo natural
hacia lo ya establecido, no será variada en lo más mínimo.
Ahora se pretende realizar también por decreto algo tan importante como la
reforma agraria, y esto se hará con el deseo expreso de Fernando de los Ríos,
el hombre que más veces, descontando a Ossorio Gallardo, ha pronunciado
en España la palabra legalidad y espíritu jurídico, sin que aquélla ni éste le
impidieran tomar posesión, con la conciencia tranquila, de su cátedra en la
Universidad de Madrid.

60 Obras Completas
Onésimo Redondo

Esperamos que la noticia comentada no llegue a ser una realidad, por ello no
insistimos más en este asunto. Sería un insulto a los diputados, y no decimos
al pueblo español por entender que no está representado en estas cortes
Constituyentes hechas a la medida.

(Anónimo. Libertad. núm. 7, 27 de julio de 1931.)

Obras Completas 61
Onésimo Redondo

¡OBREROS!

HABÉIS traído la República con el anhelo de poseer más libertad: bien.


Habéis votado al Socialismo porque representa un movimiento de
reivindicación para la clase: bien.
Pero no olvidéis que la república y el socialismo o son para vuestra
libertad y bienestar o no son nada.
No consintáis que sirvan de trampolín para nuevos explotadores.
Rebelaos, pues, contra los jefes que por seguir sus caprichos políticos dejan
sin pan a vosotros o vuestros compañeros, hundiéndoos en la sima del paro
forzoso con la paralización de las obras públicas.
Los que mandan suspender las obras de pantanos y ferrocarriles por
“economías”, sirven a la burguesía y no al proletariado: Son unos traidores a
la causa obrera.
Exigid a vuestros ministros y a vuestro partido la máxima libertad para
desenvolver vuestra actividad de hombres en la educación de vuestros hijos.
Ni el Estado ni nadie tiene derecho a la educación de los hijos por encima de
la familia. Los que quieren privar al hijo del obrero de educación religiosa son
fanáticos inquisidores de conciencias, traidores a la causa de la Libertad,
siervos de la masonería. Ningún hombre puede obligar a otro a aborrecer a
Cristo.

(Anónimo. Libertad, núm. 7, 27 de julio de 1931.)

62 Obras Completas
Onésimo Redondo

DE LA JUNTA CASTELLANA DE ACTUACIÓN HISPÁNICA A


LAS J. O. N. S.
AGOSTO A DICIEMBRE DE 1931

CONTRA LA HIPOCRESÍA COMUNISTA

RUSIA quiere extender a España su dictadura. Los ultracapitalistas judíos, que


hacen del comunismo una gran industria para explotar al proletariado de
países punteros, clavan sus garras en nuestra Patria.
Algunas docenas de hispanos traidores, asalariados por los déspotas de
Moscú, se mueven con la agilidad que presta el oro ruso, al amparo de una
libertad que no encuentran en país alguno de Europa.
Su misión está clara:
Crean conflictos a diario al Poder público para debilitarle. Obligando a nuestra
absurda democracia a usar a cada momento los rigores de una represión
cruenta, se proporcionan con la sangre de los obreros tema de escándalo para
soliviantar a las masas. Reducen de intento todos los problemas nacionales a
los incidentes que ellos van provocando, desvariando así la mente del obrero y
agrandando siempre los conflictos.
Ellos son los principales culpables de la crisis económica, que procuran
agravar para encender la desesperación en el obrero y producir el desconcierto
de los Gobiernos y de la sociedad entera. Cumpliendo las órdenes enemigas
transmitidas por Rusia, pintan con colores de paraíso la situación de este
desdichado país, a la vez que labran la desgracia del nuestro.
Se puede conceder libertad a las ideas extremas pero la salud nacional y el
honrado derecho del obrero no permiten que se difunda sistemáticamente una
mentira seductora para los ignorantes, y que se emplee el dinero extranjero en
disolver la Patria para ponerla al pie de unos déspotas atemperados a la
barbarie rusa.
Debe ponerse silencio con violenta decisión a los que se empeñan en hundir al
trabajador en la indigencia y a la sociedad en la indefensión para presentarnos
como única, solución la grosera perspectiva del fracaso soviético. ¡Jóvenes
hispanos! Desplacemos del mando a la burguesía demo-liberal Que alimenta
en su seno la serpiente comunista, negándose a reconocer el peligro para no
temblar.
Pongámonos en pie de guerra para implantar urgentemente una política
genuinamente hispánica, un radical antagonismo contra el secreto manejo de
los grandes capitalistas judaicos. España debe afirmar su espiritualidad racial v
salvar al mundo, en vez de sucumbir en unos años al empuje clandestino de
un pueblo inferior.

Obras Completas 63
Onésimo Redondo

¡¡Por España libre!!


¡¡Contra la dictadura de los mercenarios de Rusia!!

(Anónimo. Libertad. núm. 8, 3 de agosto de 1931,)

Van a venir dos socialistas franceses a dirigir nuestra política económica. ¿Es que
somos una colonia del socialismo francés?

64 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA MISIÓN DE CASTILLA

HACE luengos años que Castilla dejó las armas, cansada. Las imperiales
empresas exteriores concluyeron con su ímpetu guerrero cuando llegó la hora
histórica de su cancelación.
¿Habrá de tomar Castilla otra vez sus armas? El discurso de Maura a los dos
días de constituirse la primera Asamblea legislativa de la segunda República ha
revelado la encarnación histórica de una nueva etapa - triste etapa- en la
carrera de debilitación geográfica inaugurada para España hace siglo y medio
con la pérdida del primer territorio ultramarino.
Ahora es, mejor dicho, no debilitación, sino desmoronamiento. Cataluña,
miembro especial de la figura de España, reniega del Estado español: presenta
coactivamente un Estatuto no sólo separatista, sino vejatorio. Separatista, sí:
es una candidez demasiado liberal y una ingenuidad excesivamente
republicana aceptar que las hermosas expresiones de afecto fraternal usadas
por los caudillos de allende el Ebro sean cosa más apreciable que las hueras
amabilidades de una diplomacia extranjera. Triste amor el que requiere tan
cotidianas declaraciones.
Separatista, también, el Estatuto, porque para “primer paso” son abrumadores
los privilegios que contiene: cesión total de las principales fuentes de ingresos
-y no de las principales cargas-; una situación preeminente de la lengua
catalana; otra superioridad manifiesta de los hijos de madres Catalanas para el
servicio de la guerra; enseñanza, orden publico, tribunales...
Otorgando todo esto, como parece inevitable, según Maura, ya podemos
saber por la experiencia masónica lo que vendrá después: rozamientos y
acritudes, que no faltará dentro y fuera de España quien fomente. Y entonces,
con un poder central claudicante, como queda con el Estatuto, ¿no vendrán
nuevas concesiones? Observemos las circunstancias de insospechado oprobio
para España en que hoy tanto concedemos: La región semisoberana impone a
unas Constituyentes tan hinchadas con su presunta plenitud de soberanía el
“todo o nada”, que es la primera rebeldía de Cataluña contra lo pactado
-secretamente- hace un año. Y junto a esta rebeldía política, que hace claudicar
a las cortes, se presenta la rebeldía social, ante la que ya había claudicado el
Gobierno.
Cataluña está, pues, encaminada a la independencia. Y es terminante que esto
no puede consumarse sin que sucumba España. Por eso creemos que Castilla,
la única región que nada pide a España, porque es la que verdaderamente
siente la responsabilidad del vivir hispánico, se verá obligada a tomar las
armas. Pero no contra los catalanes, que eso sería una funesta desorientación,
sino contra los políticos de acá y de allá que hacen posible el crimen histórico;

Obras Completas 65
Onésimo Redondo

no contra los pobres votantes de un sufragio universal que nos llevará a la


ruina, sino contra los que han preparado ese sufragio y a su sombra
despedazan a España.
Castilla tiene la misión de salvar a España y de ahogar a todos los traidores,
sean periodistas, sean diputados, sean reyes, sean ministros.

(Anónimo. Libertad, núm. 8, 3 de agosto de 1931.)

El Ministro de Hacienda ha declarado que el Comunismo no es peligro en España


¡Españoles! En guardia, pues, contra el Comunismo.
No olvidéis la situación de la moneda, el empréstito francés, el paro forzoso, el
desorden público.
Todo ha salido al revés de como prometía el Ministro de Hacienda.
¿Hasta cuándo creerá España en los charlatanes que la pierden?

66 Obras Completas
Onésimo Redondo

LAS PUBLICACIONES INFRAHUMANAS

La masonería ha jurado desarraigar la Moral en el pueblo español:


No haciendo mártires, sino corrompiendo sus costumbres: “Es
preciso, ha dicho, que se respire inmoralidad por los cinco sentidos.”

LLEGAMOS en nuestra contristada marcha a través de la corrupción


periodística, al coto infecto de esas publicaciones para las que no encontramos
calificación ni epíteto bastante expresivo.
Se agotaría contra ellas todo el repertorio vedado a las personas decentes, y no
habríamos llegado a inferir a tales producciones la más mínima injuria, ni
siquiera a calificarlas con rigor.
Estos libelos que en forma de semanarios ven la luz, son, por su lenguaje, más
que chabacanos, bárbaros. No les cuadra el vocablo de canallescos porque,
además del tono y del ingenio que justificarían ese apóstrofe, usan sus
redactores de una escandalosa malicia, de un singular placer por pervertir, que
no es común en los canallas pervertidos. Son también publicaciones
pornográficas por afición y por cálculo, pero exceden en bajeza a los libelos de
ese género, porque cultivan, ante todo, el escándalo político, dedicándose con
carnal complacencia al ultraje de toda jerarquía, a rebajar todo posible valor de
selección, buscando codiciosamente que el pueblo no crea en ninguna virtud
ni reverencie moral alguna.
Este infernal arte de divertir pervirtiendo, aplicado a un género de prensa
pornográfico-político, no tiene clasificación posible en el orden de los
desvaríos o las inmoralidades de un ser espiritual: son menesteres indignos del
hombre, publicaciones “infrahumanas”.
Si no estuviera harto desacreditado el funesto sistema “iluso-liberal” que
pretende ahora hacer la felicidad de los españoles deshaciendo física y
moralmente a España, nos bastaría para recusarle el contemplar con qué
alborozada incontinencia se han adueñado de la calle las publicaciones
infrahumanas No es ya la conciencia católica o el rostro de Cristo lo que
resulta escupido con esa profusión desconocida de semanarios destinados a
rapar del temple de la raza todo rastro de espiritualidad y todo hábito de
nobleza. Nosotros no hablamos del daño ocasionado a los fieles de la Iglesia,
porque ésta es la encargada de su guarda, y responderá en no pequeña parte de
que tan corruptora campaña se extienda con facilidad en un pueblo tenido por
católico.
A nosotros nos incumbe particularmente señalar con dolor y condenar con
coraje cómo impunemente se permite atrofiar las energías salvadoras del
pueblo, envenenar los espíritus de los ciudadanos incultos, pero destinados a

Obras Completas 67
Onésimo Redondo

cumplir una elevada misión política, consintiendo que los más degenerados
ocupen el encumbrado magisterio que hoy supone toda la prensa periodística.
Condenamos al régimen imperante, a los entecos caudillos del Estado
socialista-liberal, por permitir -que es tanto como fomentar- que la Prensa
inmunda se imprima y se propague con amplio desahogo.
Los que hacen industria de la corrupción de menores, son eliminados del
concierto cívico por la legislación penal de todos los países que mantienen en
su legislación el más elemental instinto ético de la defensa en favor de la
sociedad.
Y los que se dedican habitualmente, por gusto o por ganancia, a debilitar la
contextura moral del pueblo, a abolir el sentido de pudor social y el respeto a
los valores jerárquicos y de selección, deben ser perseguidos como enemigos
del bien público.
Esos seres invertidos descalifican el civismo de España, y sus periódicos son
una grave deshonra para la República.
La nueva política hispánica, que cada día se va sintiendo con más perentoria
necesidad, tratará como reos de lesa patria a los que intenten semejante delito
contra la fortaleza y el honor de la raza.
Es de desear que pase pronto este menguado régimen político que se hace
cómplice de tamaña deshonra. La violencia es mil veces preferible -para curar
o para matar- , que este cínico y cobarde ensañamiento de los periodistas de
ínfima escala, con el cuerpo social desamparado por una democracia
claudicante.
Los católicos ya se ve cómo dejan pastar libremente por las calles a la bestia
inmunda que enturbia el reflejo de los templos de Cristo. Los designios
agudos de la masonería que teje entre sombras, se van cumpliendo con
apocalíptica seguridad. Ninguna fuerza espiritual sale a su paso con el
denuedo que pide la santa causa y rápida agravación del mal. Sólo en las
Vascongadas se percibe y se conjura con superior comprensión el tremendo
problema, seguramente el mayor de todos.
Nosotros hacemos un llamamiento a la parte sana del pueblo joven: les
invitamos a recoger nuestro grito de guerra contra los enemigos de la figura
espiritual de España y de las glorias reservadas para el porvenir a una raza que
aún es robusta.
hay que defender sagazmente al pueblo de sus enemigos ocultos, dignificando
la Prensa y extirpando radicalmente las injerencias extrañas a la conveniencia
nacional.
Hay que superar y desplazar la traidora política demoliberal que conduce
blanda y rápidamente el país a la impotencia.

(Libertad, núm. 8, 3 de Agosto de 1931.)

68 Obras Completas
Onésimo Redondo

EL NUEVO PLAN DE FOMENTO

EL señor Albornoz da la impresión de ser el ministro por sorpresa; cuando


entra y sale en el Ministerio parece espantado ante la enormidad de cifras que
hay que leer antes de echar una firmita.
Por eso un día, desgraciado para él, dijo que llevaba al Consejo, para dar un
avance a los demás ministros, un plan de obras públicas que “no conocía”,
pero que era muy interesante.
De sus manifestaciones se desprende claramente que está capacitado
igualmente para desempeñar el cargo de ministro que el de general de brigada;
no necesita conocer una cosa para explicarla.
Y el plan aprobado por el Consejo es la inversión de 289 millones de pesetas
en caminos vecinales, 71 millones para puertos y 63 para obras hidráulicas,
sólo para las provincias del Sur.
El propósito de deshacer las Confederaciones Hidrográficas aparece cada vez
más claro. El desordenado plan se ha hecho sin contar con las
Mancomunidades del Guadiana y del Segura. Los caminos se van a sembrar a
voleo, sin mirar si se van a hacer en tierras áridas y donde los gastos de
entretenimiento lleguen a superar la utilidad de la vía, o si tierras que van a
transformarse en regadíos tendrán un sistema vial que permita la salida
económica de sus productos. Las mismas obras hidráulicas no se encargan
sólo a las Mancomunidades, intervienen también las divisiones hidrológicas.
Claro que la mayor parte de lo presupuestado para obras hidráulicas
corresponde a las obras en ejecución por las Confederaciones y que, a pesar
de la reducción presupuestaria, continúan.
En tanto que se van a invertir millones en algunos puertos del sur de España,
de una importancia muy escasa, quedan abandonados los del Norte, que son,
quizá, los más necesitados de protección. Más útiles para España son los
puertos de Coruña, Vigo y Santander que los del Puerto de Santa María,
Motril y Algeciras.
Con pena hemos de ver cómo la nación gasta el dinero alegremente en hacer
callar a los que gritan.
La vieja filosofía liberaldemocrática de laissez faire, laissez passer, continúa
entronizada en las altas esferas republicanas.
El señor Albornoz se limita a ir tirando.

(Anónimo. Libertad, núm. 8, 3 de agosto de 1931.)

Obras Completas 69
Onésimo Redondo

PRODUCTORES Y CONSUMIDORES ESPAÑOLES

MIENTRAS el mundo entero, saturado de productos y con millones de


obreros sin trabajo, dificulta la entrada de los productos extranjeros; mientras
con pretextos diversos se cierran las puertas a nuestros productos: vinos,
frutas, pieles, etc., los españoles siguen consumiendo, sin necesidad, productos
extranjeros, o por ignorancia o por desprecio de lo español.
Cada peseta invertida en comprar un producto extranjero es una peseta
robada a los obreros españoles, a la industria española, a la economía
española, a ESPAÑA.
El que sin necesidad compra artículos extranjeros es un traidor a la causa de
España.
¡Para ayudar a resolver el problema del paro! ¡Para que nuestra economía se
desenvuelva mejor!.
¡Para que España sea más rica! ¡¡¡No hay que comprar productos extranjeros!!!

(Anónimo. Libertad, núm. 8, 3 de agosto de 1931.)

70 Obras Completas
Onésimo Redondo

¡CASTILLA SALVA A ESPAÑA!

SEA éste el grito de la nueva revolución.


¡Castellanos!. ¿No veis a España en la pendiente de su ruina? La política, ese
arte infame de odiar con pasión al que sustenta opuestas opiniones y de
escalar el mando triturando al adversario con el pretexto de salvar a la Nación,
ha acechado siempre la vida de España, ha paralizado sus energías y está a
punto hoy de dar fin de la Patria.
Nunca como en esta hora se agravaron todos los males nacionales, porque
nunca los políticos y periodistas alcanzaron tan desaforado albedrío. La
instauración plena del régimen socialista parlamentario hace posible la
flotación de los más bajos fondos, el encumbramiento de las ideas y los
hombres más insensatos.
Esto explica que por todas partes, al son de grandes voces de libertad y
justicia, se respire disolución y muerte: la autoridad se mide difícilmente con la
insurrección; las regiones escupen contra el Estado el insulto de la tiranía; el
signo monetario representa la quiebra de un régimen recién ensayado; las
actividades productoras se retraen, el patriotismo aparece excluido en la
opinión pública y los peores instintos han encontrado su época...
¡Castellanos! Traidores son los que todavía quitan importancia a tan
catastrófico período: el que no sienta alarmado todo su ser es indigno hijo de
España. No se puede permanecer entregado fríamente a los intereses
propios, mientras el interés de todos, que es la defensa del Estado y la
conservación de nuestra Sociedad, amenazan derrumbarse...
Castilla, por fortuna, ni siente el despego suicida de los rebeldes países
litorales, ni está enloquecida por el ansia de justicia social que consume a la
España del Sur.
Sólo aquí el pueblo siente la responsabilidad del vivir nacional, como víctima
que fue siempre, y no responsable, del desgobierno, y como región que
concibió e hizo la España grande.
El momento histórico, jóvenes paisanos, nos obligará a tomar las armas.
Sepamos usarlas en defensa de lo nuestro y no al servicio de los políticos.
Salga de Castilla la voz de la sensatez racial que se imponga sobre el
magno desconcierto del momento: use de su fuerza unificadora para
establecer la justicia y el orden en la nueva España.

(Anónimo. Libertad, núm. 9, 10 de agosto de 1931.-Reproducido en Onésimo Redondo, págs.


20-21.)

Se han suprimido los capellanes de las Cárceles y Cementerios.


Se ha suprimido la ofrenda al Apóstol Santiago.
Se van a suprimir los maceros del Congreso.
La libra está a 56,50. Nueve millones de libras esterlinas están empeñadas en el
extranjero.
Son cientos de miles los obreros sin trabajo.

Obras Completas 71
Onésimo Redondo

EL PELIGRO COMUNISTA

NUNCA ha sido virtud de nuestros Gobiernos la previsión: no esperemos


que lo sea ahora, cuando todavía el nivel de aptitudes ministeriales - parecía
imposible- ha descendido.
Las declaraciones de Prieto -el que contrató el petróleo ruso- negando el
peligro comunista ponen en guardia a todo español conocedor del comunismo
y conocedor del ministro.
Ya es proverbial la falta de tino de este señor: tan hábil se ha mostrado para
alborotar en discursos “atrevidos”, hasta escalar, aun sin pensarlo, el puesto
que ocupa, como inexperto y alocado en sus predicciones y en su conducta
ministerial: es el hombre de quien pudiera decirse que todo lo vio al revés y
todo lo dijo inoportunamente.
Tenemos, por tanto, con su opinión, un voto de calidad en favor de la
contraria.
Pero aunque Prieto no hubiese hablado, la marcha de las cosas harto enseña, y
nosotros queremos hincar una y otra vez la pluma en las leales advertencias
sobre el próximo riesgo de una cruenta dictadura obrera.
Planteamos a los que por miedo senil o por amor propio republicano cierran
los ojos al peligro la siguiente pregunta: ¿qué esperáis para después del fracaso
del actual régimen?..
Ni la restauración monárquica, que el pueblo no pide, ni la dictadura burguesa,
que el proletariado, tarde o temprano, torpedearía con estruendo.
Hoy el problema es la incorporación del proletariado al mando del Estado: la
demanda irrenunciable de poder que los obreros de todos los países tienen
presentada y mantenida en la calle. La nación que acierte a dar satisfacción a
esta demanda, conservando, no obstante, las funciones de las otras clases
sociales, se habrá salvado del comunismo. La que no, caerá en el soviet ruso o
en el soviet de tipo nacional, pero caerá, sin duda, en manos del proletariado:
éste es el camino de España.
No ignoramos que muchos -la mayoría hoy: los infinitos republicanos “de
orden”- niegan nuestro supuesto del fracaso de este régimen parlamentario y
social-burgués. Alabemos su fe, no exenta, sin duda, de interés republicano.
Nosotros contemplamos, junto al enfurecido descontento de un gran sector
de trabajadores, el empeño del régimen por complicar todos los problemas,
aparte de su falta de capacidad para resolverlos.
Hay que decirlo claramente: A este régimen de masones no le interesa dar
satisfacción a los obreros, sino perseguir a Cristo: la revolución hecha no es
más que la guerra, contra los frailes y los templos.

72 Obras Completas
Onésimo Redondo

Y así -está claro- le falta a la república burguesa, de un lado, la colaboración de


la aristocracia y la clase media católica, y de otra parte, la gratitud y asistencia
del proletariado, que se irá enrareciendo a medida que el desgobierno aumenta
el hambre.
La persecución religiosa y el hambre son las dos márgenes del torrente que se
precipita en la sima bolchevique.

(Anónimo. Libertad, núm. 9, 10 de Agosto de 1931.)

Muchos dicen que en España no, es posible el Comunismo. Pero es posible, y


acaso inminente, la dictadura del proletariado.
Es cuestión de nombre: ¡Defendamos la nación contra esta dictadura!...

Obras Completas 73
Onésimo Redondo

LA CUESTIÓN DE LA TASA

ANTE la indiferencia de la Cámara, en las sesiones del martes y jueves ha sido


planteada por los diputados castellanos don Pedro Martín y Lamamié de
Clairac la cuestión clave de toda la economía castellana: el precio del trigo.
El discurso del señor Martín, amplio, contundente, sencillo, en hombre que
sabe lo que dice y dice lo que sabe, tuvo la virtud de airear el ambiente
parlamentario con la exposición de un verdadero problema de España; el del
señor Lamamié de Clairac, tras una defensa indirecta de las Confederaciones:
vino a ser una refutación de las torpes y obligadas rectificaciones ministeriales,
de las que sólo se desprendía la congénita ignorancia del señor d'Olwer en
asuntos económicos.
¿Cuál es el problema triguero español? España no es ni debe ser país
importador de trigo; su producción basta para su consumo. Tampoco es un
país exportador; por un conjunto de circunstancias, entre las cuales la decisiva
es el costo de producción, España ante países como Canadá, Estados Unidos,
Argentina, no deja de ser un pigmeo triguero.
La política triguera española ha de ser, pues, una política intervencionista, sí,
pero de carácter comercial; que mantenga una estabilidad de precios, que
impida crisis como la presente, y cuyo régimen de tasa sea, al mismo tiempo
que defensor del consumidor, lo suficientemente elevado para que el
productor encuentre el necesario beneficio La legislación española actual
mantiene una tasa máxima de 53 pesetas quintal métrico y una tasa mínima de
46 pesetas ese mismo quintal; teóricamente, el trigo español debería tener su
precio, fijo entre esos dos topes. Sin embargo, la historia económica española
registra el hecho del incumplimiento de esas tasas De la máxima, puesto que
todos los Gobiernos han autorizado la entrada de trigos exóticos, sin pago de
derechos arancelarios; derechos necesarios de todo punto para compensar el
menor costo de producción de los mismos; público y notorio es que el precio
de 53 pesetas los 100 kilogramos hace años que se ignora en los mercados
castellanos.
En cuanto a la tasa mínima, las denuncias de ambos señores en la Cámara han
demostrado su incumplimiento. Y, además, en buena doctrina económica, el
fin de toda tasa mínima no puede ser otro que la defensa del productor; la tasa
mínima ha de impedir que el productor 'necesitado, ante el exceso de
concurrencia, venda a un precio inferior al costo de producción; en una
palabra, su fin ha de ser el impedir el “dumping”.
La fijación de la tasa mínima debería ir precedida necesariamente de
complejos estudios estadísticos que diesen a conocer el costo de producción
tope necesario de dicha tasa.

74 Obras Completas
Onésimo Redondo

Luego si ésta se fijó para la cosecha de 1930 y el costo de producción de la de


1931 se vio elevada por la depreciación monetaria, ¿cómo continuamos aún
con la misma tasa mínima?.
Además, el señor Ministro de Economía Nacional, con esa ingenuidad infantil
que le caracteriza, tras de declarar que el trigo en el extranjero ha sufrido
enorme baja, lo cual es de todos conocido, rectifica al señor Clairac diciendo
que el costo de producción es de 48 pesetas los 100 kilogramos, con lo cual
daba la razón a su interpelante, pues si el costo es 48 y la tasa 46, todo
labrador pierde al menos dos pesetas en quintal, lo cual justifica
absolutamente la necesaria elevación de la tasa mínima.
Y si para decidirse a actuar necesita ejemplos extranjeros, hojee el “Journal
Officiel” francés, estudie allí la llamada “loi du cadenas” y, sobre todo, admire
los esfuerzos de ese gran político, André Tardieu, hoy ministro de Agricultura,
para conjurar en su país la crisis de precio.

(Anónimo. Libertad, núm. 9, 10 de agosto de 1931.)

Obras Completas 75
Onésimo Redondo

LA ESTADÍSTICA DEL TRIGO

ESTAMOS seguros de que casi ningún labrador se ha enterado del decreto a


que hacíamos alusión breve en nuestro anterior número: el que interviene la
venta del trigo hasta exigir guía obligatoria para su circulación.
Es de esas disposiciones que pasan desapercibidas al promulgarse porque
probablemente no se han de cumplir.
Nosotros habíamos pedido en el número de LIBERTAD del 13 de junio eso
mismo que se ha decretado, y, por consiguiente, no hemos de regatear nuestro
aplauso. Repetimos nuestro criterio primordial sobre este asunto. PARA
RESOLVER EL PROBLEMA TRIGUERO HACE FALTA, ANTE
TODO, CONTAR CON VERDADERAS ESTADISTICAS.
Véase cómo el diputado salmantino Lamamié de Clairac ha explanado el
mismo criterio en la Cámara: “Yo ruego, por tanto, al señor ministro de
Economía que, como medida más eficaz para remediar esto, busque el medio
de que se haga una estadística de verdad de dos cosas; por una parte, del trigo,
siguiéndole en todos sus movimientos. Ya he visto algo de eso en su último
decreto, que a mí me parece bien; pero, además, creo que sería interesantísimo
que al Ministerio de economía fuera una estadística de la industria harinera
española...” Bien encaminado, por tanto, el decreto; pero encargadas las
“nonnatas” Comisiones de Policía Rural de llevar por su cuenta el asunto,
tememos que también quede en embrión este decreto, aunque figure en la
“Gaceta”. Y es que para hacer estas cosas bien no basta legislarlas: hace falta
en el Poder público una energía sabia y una virtud de disciplina en todas las
jerarquías oficiales que mal pueden esperarse de la anarquía actual.
(Anónimo. Libertad, núm. 9, 10 de agosto de 1931.)

¡ ¡ ¡ LABRADORES ! ! !
CUANDO vuestros diputados pedían en la Cámara medios para libraros de la
ruina aumentando en unos reales el precio de la fanega de trigo, la mayoría de
los parlamentarios -a muchos de los cuales habéis dado vuestro voto- se
aburrían y se iban, demostrando que no les interesa vuestra angustia. Y un
periódico vendido a la política, “La Libertad”, se ha permitido injuriar con
bajos insultos a los diputados agrarios: Guardad este dato y guardad este
nombre.
Antes de que Madrid y sus políticos y periodistas hayan terminado de arruinar
a la Agricultura, tendréis que ir a purificar por el fuego aquella charca de
inmoralidad: Ya sabéis una dirección para poner la primera tea.

(Anónimo. Libertad, núm. 9, 10 de Agosto de 1931.)

76 Obras Completas
Onésimo Redondo

UN SUCIO NEGOCIO MASÓNICO

YA se ha manchado con la servidumbre antiespañola el proyecto de


Constitución.
Prisa tenían los masones por arrojar sobre una ley fundamental española la
baba de su rabia inhumana contra la Iglesia.
Se disuelven las órdenes religiosas y el Estado se queda con sus bienes,
dice el proyecto.
No se enseñará religión en las escuelas del Estado y queda prohibido
levantar otras, añade. No se podía dar muestra de más repugnante sumisión a
los decretos masónicos, ni se podía escarnecer el buen nombre de España con
mayor saña.
Se quiere arrojar de las escuelas privadas, para embrutecer al pueblo español, a
cientos de millares de niños.
Un ministro socialista ha trasladado alegremente a Francia 150 millones
de pesetas oro, que no volverán y para tapar el agujero abierto en las Arcas
públicas, sus compañeros de partido proponen un atraco legal al patrimonio
de las Congregaciones españolas.
No hay derecho a embaucar al pueblo despojando a ciudadanos indefensos
para escamotear la responsabilidad de haber empeñado en cuatro meses al
Tesoro público y de haber entregado a los rusos el monopolio del suministro
petrolífero.
La hora de la justicia no es la de arrebatar sus colegios y conventos a los
religiosos, que en manos del Estado nada valdrían. Lo que importa es saber
qué se ha hecho con el oro emigrado de España, ya que la moneda sólo
ha experimentado un catastrófico descenso.
Es una burla para la Nación que, mientras en pocas semanas la política
triunfante ha herido con perjuicio incurable de varios cientos de millones a la
Economía patria, se arroje el Fisco sobre unos bienes destinados
legítimamente a la instrucción delos hijos del Pueblo y al albergue de
ciudadanos que no han vendido a España como los políticos.
Puede haber en todo esto una conspiración en favor de sectarismos y
negocios fomentados desde el extranjero. Hay que evitar una traición a la
Patria en favor de los masones.
Debemos vigilar a los internacionales y exigir la rápida restitución del oro
empeñado en Francia.

(Anónimo. Libertad, núm. 10, 17 de agosto de 1931.)


Burgueses: Hoy no es honrado preocuparse sólo de aumentar las ganancias.
Para defender la producción, y con ella al país, es necesario exponer dinero y
tranquilidad frente a la siniestra acción de clase emprendida por los marxistas.
Hay que actuar enérgicamente en defensa de España.

Obras Completas 77
Onésimo Redondo

RESPONSABILIDADES

SE ha descorrido de nuevo el telón de la farsa.


La gran mentira de la Revolución de periodistas, que ha erigido, ¡al fin!, en
jueces a los que necesitaban encumbrarse con el pie forzado de las
responsabilidades, se ve obligada a sostener su prestigio falaz. Hay que ir
adelante, pues, con el tema de las responsabilidades.
He aquí un caso más en que el lucro político lleva a prescindir de la
conveniencia nacional - voceando en nombre de ella, como es natural- y a
atropellar el derecho pidiendo justicia. Contra la conveniencia nacional va el
proyecto de responsabilidades, porque España no necesita que unos grupos
políticos persigan a otros, sino disciplinarlos a todos. No aprovecha a la
Nación que se consumen venganzas, ahondando así los rencores que tienen
extenuado al país, sino que una concordia superior eleve el ánimo de los
hispanos a la construcción de una España grande, para todos.
Las Cortes Constituyentes no tienen su tiempo para consumirlo
negativamente en expedientes persecutorios: su deber es rearticular el Estado
por si es posible salvar la producción para salvar al Pueblo del hambre que se
avecina.
Con el proyecto de responsabilidades se ve, como siempre, que los diputados,
después de elegidos, se olvidan de los intereses del productor, sea empresario
u obrero, porque su cuidado les aburre: lo que gusta a los parlamentarios,
como a los periodistas, es el escándalo: no sienten el impulso de beneficiar al
país, sino el placer de las venganzas.
¿Se habla de obras públicas o se discute la tan del trigo? el Parlamento
desierto; los diputados traicionan a sus electores. Pero si se trata de afligir con
la injuria o con la cárcel al enemigo político, no faltará un diputado de su
escaño.
El pobre Pueblo, que otra vez tuvo que confiar en el sufragio universal, se
convencerá, como antes lo estaba, de que el sufragio elige por lo general a los
peores españoles; es decir, a los que tienen la desvergüenza de prometer lo
que saben que no han de dar: el parlamentarismo es una estafa al país como la
que comete con los incautos el logrero que a fuerza de palabras consigue
sacarles los cuartos para negocios fantásticos y se alza luego con el capital. Es
misión de España disciplinar a su Parlamento o acabar con él antes que él
acabe con la Nación. Las responsabilidades deben exigirlas los Tribunales, y si
no las hay o no se encuentran, vivan libres los de antes como viven los de
ahora, que no han hecho menores fechorías que aquellos.
Es una farsa indigna de un pueblo libre hacerle tragar que a partir de cierta
fecha todos los políticos son irresponsables y cualquier desmán es permitido:
si antes un empréstito ministerial era una malversación, lo será también ahora.

78 Obras Completas
Onésimo Redondo

Y si el empréstito supone la pérdida de muchos millones de oro dados en


prenda, deben restituirlos los personalmente responsables, ¿no?... Pues ése es
el caso del empréstito Prieto. Pero lo que el Parlamento intenta -puesto que
fue elegido para restablecer la ley- es que ya no rija ninguna para los políticos.
Los de antes deben caer en el presidio o en el confinamiento; aunque la ley los
librase, porque para eso son enemigos de los que mandan.
Y los que mandan deben estar respaldados de impunidad, aunque deshagan la
Patria y empeñen sus caudales.
Nunca acabaremos de saber el grado de bajeza moral y de subversión de la
Justicia a que un Parlamento de charlatanes puede arrastrar el prestigio de una
Nación.

(Anónimo. Libertad, núm. 10, 17 de agosto de 1931.)

En épocas malditas para ellos, los revolucionarios que hoy tienen la sartén por el
mango llevaron la cabo las más bajas maniobras para hundir la moneda nacional,
con tal de arrastrar con ella al Gobierno. Se falsificaron fotografías para dar la
impresión en el extranjero de que España entera no era más que una barricada; se
declaró la guerra más indigna a las Exposiciones de Sevilla y Barcelona para
impedir la afluencia de visitantes; se mintió descaradamente en declaraciones y
artículos publicados en periódicos no españoles. A pesar de todo ello, nunca estuvo
la libra a la altura alcanzada en época de democracia y con un ministro socialista.

Obras Completas 79
Onésimo Redondo

LA FALTA DE HOMBRES II

MISIÓN MÁS TRASCENDENTAL DE LA UNIVERSIDAD


Así como no se dará un pueblo en que no ejerza un hombre, una oligarquía o
una representación el dominio, tampoco hay un país donde no se ejercite un
magisterio por una minoría, que, en definitiva, es la que arrastra la colectividad
a su grandeza o a su perdición.
El signo de los pueblos civilizados está en ser dirigidos por una selección de
personas provistas de una cultura superior, difundida. El vivero organizado de
esa selección es la Universidad, y no puede ser otro. Por ella la civilización es
un valor progresivo y los pueblos que poseen Universidad están dotados de
una grandeza permanente, libres en el fondo de su existencia histórica de la
veleidad fatal a que los pueblos inferiores están sometidos, entregados al acaso
de la marca política.
La Universidad, o no es tal, sino una fábrica mercantilizada de burócratas,
como en España, o está destinada a formar hombres que constituyan la
suprema garantía por la grandeza nacional. En la Universidad debe
aprenderse, en primer término, una fe inviolable ante la misión colectiva de la
raza, una adhesión crítica, pero invencible, a las glorias propias, y una
percepción del ideal nacional, sin el cual un Estado sólo puede arrastrar vida
precaria.
En la Universidad deben adquirirse también las normas fundamentales de la
convivencia general.
Sus hombres han de salir imbuidos de una moral básica, que prevenga a la
sociedad contra los apetitos disolventes, y de un concepto del Estado inmune
frente a la locura de los que comercian con las masas para gastar la Nación en
revoluciones.
Si la Universidad cumple ésta, que es su misión más trascendental, engendrará
una “aristocracia patriótica”, como decíamos en el artículo anterior, de la cual,
desde luego, saldrán casi siempre los buenos gobernantes, pero sin que sea ese
el único ni acaso el mayor bien que proporcione a la colectividad.

EL AMBIENTE DE SENSATEZ
Nosotros creemos que la sensatez -que es la suma de las virtudes patrióticas-
no se asegura en un pueblo por la posesión de unos cuantos gobernantes
afortunados: es necesario, sobre todo, un ambiente de sensatez, convertido de
algún modo en permanente. Desgraciadas las naciones que hayan de temblar
por la muerte de algún político a cuyas virtudes tuvieran unida su suerte.
Y ese ambiente, del que sólo gozan los pueblos actualmente grandes, y que es
el secreto de la estabilidad de su grandeza, no hay que buscarle en la raza, en la

80 Obras Completas
Onésimo Redondo

temperatura de la sangre o en la presión del aire, como hacen tantos


mentecatos al comparar a España, por ejemplo, con Inglaterra.
Procede, sobre todo, de su aristocracia universitaria, y la perdurabilidad de sus
verdaderas Universidades es la que hace hereditaria esa virtud de la sensatez.

USURPACIÓN DEL MAGISTERIO


¿Qué ocurre, por el contrario, en un pueblo desprovisto de Universidad como
el nuestro? Que el magisterio de las multitudes no aparece, desde luego,
vacante. Pero lo detentan clases inferiores, las más ínfimas espiritualmente
quizá, que suplen con pedantería la verdadera ciencia, que hacen un ideal
nacional de su conveniencia propia, que embarcan al pueblo en las
preocupaciones miserables que a ellos les agitan, rebajan sin cesar todos los
niveles espirituales a tenor con el suyo y hacen a la nación campo de batalla de
sus peculiares pasiones: esos son los periodistas.
Allí donde una nación se halle de continuo revuelta por el choque de los
apetitos políticos, haciendo de su existencia una guerra incesante de grupos y
de ideas, sin acabar de encontrar su postura y teniendo cada día todos sus
valores puestos a la carta del azar político, tened por seguro que no hay
Universidad: Se trata de un pueblo sin “Alma Mater”, y la hegemonía la
ejercen los periodistas.
Por eso tales pueblos presentan, desde su degradante inferioridad a la vista de
los más civilizados» el fenómeno de perdición que es característico de España:
Carecen de ideas unitivas, de valores espirituales profesados y amados por
todos los nacionales.
En sustitución de esos valores, que son el maná de los grandes pueblos, las
muchedumbres se mueven ciegamente en torno a un charlatán que desde la
Prensa simplifica con ingenio o con espectáculo los más grandes problemas:
se da el triste caso de que los pueblos más expertos pierden así toda la cordura
que su propia historia debía infundirles, y comprometen sus mayores energías
en favor de quien les brinda palabras más sonoras.
En el próximo artículo hablaremos del reclutamiento de esos pseudomaestros
y de su categoría moral e ideológica.

(Libertad, núm. 10, 17 de agosto de 1931.)

Obras Completas 81
Onésimo Redondo

¿QUÉ ES LO QUE SE INTENTA?


LA CAMARA DEL COMERCIO DE VALLADOLID PROPONE QUE SE SUBA
LA CONTRIBUCION A LAS TIERRAS Y NO A LA INDUSTRIA

No lo hubiéramos creído. Pero en la sesión extraordinaria de la Comisión


gestora de la Diputación así se ha hecho público.
Tratando del decreto que autoriza a elevar una décima en las contribuciones,
el presidente se ha referido al escrito de la Cámara de Comercio que propone
se eleve la contribución territorial y no la industrial y de comercio.
Decididamente, la burguesía industrial no tiene cura y merece que todas las
calamidades imaginables pesen sobre ella. Hablamos en el supuesto de que esa
enormidad propuesta por la Cámara responda al deseo de los industriales.
Pero nos resistimos a admitirlo. Una propuesta semejante arroja sobre una
clase la mancha de una infamia. No hay derecho ya, después de tantas
lecciones como las clases posidentes vienen experimentando de la dura
realidad, a dar tan feroz muestra de egoísmo. Estos momentos, señores de la
Cámara, son de solidaridad sagrada entre todas las clases productoras.
Pretender resolver hoy las dificultades “hurtando el bulto”, haciendo que caiga
el chubasco sobre el vecino, es una señal de incapacidad rayana en la
demencia.
No insistamos en la falta de decoro que supone el atreverse públicamente a
proponer eso: hablemos sólo de la insensatez que esto significa.
Hoy el campo se halla como siempre- más contrariado y agraviado que el
comercio. Si es doloroso hablar a la Industria de aumentar las contribuciones,
tratándose de la Agricultura es inicuo.
No sabemos si los que han hecho esa propuesta participan de la pobre idea
que tantos tienen, distinguiendo al hablar del campo la situación de los que
poseen de la situación de los que trabajan. La de todos es mala, porque, por lo
general, las rentas de la propiedad rústica ni son de gran rendimiento para el
propietario ni pueden serlo.
Pero, en cuanto al caso que nos ocupa, no se olvide que cualquier recargo de
la contribución sobre la tierra repercute del todo o en su mayor parte en el que
cultiva, suponiendo que sea persona distinta del propietario. Los aumentos de
dicha contribución son, por consiguiente, nuevas cargas para el labrador. Y
¿quién se atreve hoy a intentar semejante enormidad? El Gobierno, desde
luego; no nos extraía.
Pero lo admirable es que lo apoye una Cámara de Comercio siguiendo la
grosera tendencia de “cargar a otro con el mochuelo”.
Siquiera por propio interés, comprenda ese organismo que toda estrechez del
labrador se deja sentir inmediatamente en las cajas registradoras del Comercio.

82 Obras Completas
Onésimo Redondo

Lo importante y lo decoroso no es arrojar la carga sobre otra clase, sino


afrontar la situación para rechazar el intento, si se puede -en unión la Industria
y el Comercio con la Agricultura-, o para repartirse por igual el gravamen si no
hay otro remedio.
Puesto que el Comercio ya ha hablado, nosotros nos dirigimos a los
agricultores para que rechacen también la tentativa. Este Gobierno menos que
ninguno puede imponer aumento en las contribuciones.
Es sarcástico y colma ya el vaso de la paciencia ciudadana que, mientras
vuelven las carreteras a convertirse en caminos y cuando las obras hidráulicas
se detienen, destrozándose las Confederaciones..., se aumenten todavía los
tributos.
Pero ¿quién se lo lleva?...

(Anónimo. Libertad. núm. 10, 17 de agosto de 1931.)

Al mes de decretar la suspensión de todas las obras de ferrocarriles “por razón de


economías”, se vuelve a decretar su reanudación-Y se tiene la frescura de declarar
en la Nota Ministerial que “ya se han obtenido las economías.” Como se ve, las
cosas de Fomento están en manos de chiquillos o de idiotas. Es una burla
demasiado sangrienta para la Nación.
Hay que preguntarse si de verdad son españoles esos acólitos de la masonería que
ocupan algunos Ministerios.
Hay que llegar a la unión de todos los labradores castellanos.
Castilla debe afirmar su personalidad y sus deseos: contra los internacionales
marxistas, contra la hegemonía burguesa, contra la dictadura atolondrada de
Madrid.
¡Labradores! Aprendamos de Cataluña y Vasconia.

Obras Completas 83
Onésimo Redondo

EL “AFFAIRE” SEGURA

Es un engaño infantil, que como todos los grandes e infantiles engaños tiene
dominada a una inmensa masa, pensar que España posee un Gobierno. No es
tal el llamado provisional, sino un Comité revolucionario.
La nación toda está por la fuerza comprometida en un “affaire”, en un
negocio revolucionario presidido por los jefes de ciertos grupos que se
dedicaron a deshacer una forma de gobierno y entienden que su misión es
seguir deshaciendo.
Esa monstruosa mutación de las funciones de gobierno es la que proporciona
a España la situación bárbara que a los buenos patriotas sonroja y que
sublevará a la juventud hispana dispuesta a salvar a su patria de una anarquía
imbécilmente cultivada desde el Poder.
Para la mayoría de esos cabecillas revolucionarios con cartera, que llamamos
Gobierno, la función de éste es sobre todo política; pero “política”, en el peor
sentido, o sea de acción personal e ideología parcial, apasionada, encaminada a
proteger a los amigos y negar vida legal no sólo a ideas y hombres que
representen alguna solidaridad con el régimen vencido, sino a todo lo que
pueda ser freno para los planes traidores de servidumbre masónica que son el
secreto de la política del ministerio.
Esto explica la incapacidad escandalosa y la irritante desaplicación de cada
ministro para servir las cosas de su departamento, en vivo contraste con la
tenacidad y el entusiasmo que todos ponen en esgrimir las armas del 1uchador
político: son malos gobernantes, pero siguen siendo buenos oposicionistas.
Y ahora la “oposición” se dirige desde el Poder- contra la Iglesia.
Por todo ello, la persecución a la primera figura del catolicismo jerárquico es,
para las pandillas que disfrutan del mando, un buen negocio. Siempre ha sido
una habilidad de la estrategia masónica explotar la persecución a los clérigos
para distraer a las masas revolucionarias.
Tomar por blanco a un arzobispo o a una congregación -Nozaleda, jesuítas,
Segura- y enviscar al proletariado contra las sotanas es un buen negocio que
proporciona votos obreros sin sacrificar a la burguesía.
El pueblo vota más por una calumnia bien explotada que por todo un plan de
obras públicas. Y, por otra parte, la Iglesia no tiene pistolas que corten los
planes clandestinos de la calumnia organizada: con esta arma, nada más fácil
que empujar al pueblo español a que odie a la Iglesia.
Esas son las razones del “affaire” Segura, de las iniquidades periodísticas y
ministeriales contra ese pobre obispo, a quien se aleja cuidadosamente de los

84 Obras Completas
Onésimo Redondo

Tribunales, ya que la verdad judicial derrumbaría los tenebrosos planes


judaicos.
De los Ríos dirige el impúdico asunto, mientras el “hermano” señor Domingo
ultraja la ignorancia popular inspirando la Prensa soez y el mito absurdo de la
Escuela única.
Considérese el repugnante papel de España en este negocio explotado por el
Cóctel revolucionario.

(Anónimo. Libertad, núm. 11, 24 de agosto de 1932.)

En 1927, con las multas extralegales, España dejó de ser un Estado de Derecho.
En 1931, con las detenciones gubernativas, la impune quema de conventos, el
pistolerismo, los salvajes atropellos al vencido, la servidumbre económica, hemos
descendido al nivel de Hotentocia o Cafrería ¿Cuándo habrá dignidad civil en
España?

Obras Completas 85
Onésimo Redondo

ENTRONIZANDO LA ANARQUÍA

SE reducen a la cuarta parte las cárceles de partido. No nos oponemos a que


desaparezcan todas, si es conveniente.
Pero debe señalarse con alarma, como muestra de que el Gobierno colabora
por su parte con la anarquía reinante, ESE AFAN HUMANITARIO Y
ANTIPENAL QUE SE RESPIRA OFICIALMENTE.
Hay una mujer encargada de las prisiones españolas, como si las prisiones
hubieran de ser hospicios. Se han prodigado los indultos y amnistías; se han
vaciado violentamente las cárceles. LOS TRIBUNALES Y EL CODIGO
PENAL SE ENCUENTRAN EN VACACION PERMANENTE.
Y todo ello mientras aumentaba la criminalidad hasta hacerse inaccesible su
control al poder de las estadísticas. Siempre los períodos de humanitarismo
imbécil coinciden con la mayor carencia de humanidad en las costumbres.
Somos, sin duda, hoy, el pueblo de mayor criminalidad de todos los llamados
civilizados, porque vivimos en un estado de criminal guerra civil que
oficialmente se ha reconocido respecto a una región extensa de Andalucía.
En estas circunstancias, es pintoresco, por no decir salvaje, que una señora se
determine, en nombre del Estado, a suprimir cárceles por innecesarias.
¿Es que el Gobierno se resuelve a dar por buenos los crímenes sociales y la
lucha política como uno de los bienes que nos ha traído la revolución
parlamentaria y marxista? Lo que sobran no son prisiones, sino cobardías y
complicidades en las alturas con los numerosos elementos que debían
poblarlas.
Hay que alejar de ese puesto a la ridícula directora humanitaria, como hay que
arrojar de todos los mandos a una política que claudica con la inhumanidad
desarrollada impunemente.
Lo primero, muy por encima de la República demagógica que los españoles
honrados padecen, es LA JUSTICIA Y EL HONOR DE PUEBLO
CIVILIZADO QUE VAMOS PERDIENDO.
Déjese la nación a otro régimen de mayor hombría y de más verdadero amor a
España, ya que el actual, a fuerza de querer “hacer justicia” a sus enemigos, no
se atreve a hacerla con los que a diario reconquistan para España el nombre
de pueblo bárbaro.
Pedimos no tanto responsabilidades como vida de Derecho. NO IMPORTA
AL PAIS QUE LA REPUBLICA SE VENGUE DE LA MONARQUIA,
sino que se entronice de nuevo, por quien sea, el orden, .
el respeta a la propiedad y la inviolabilidad de la vida de los españoles,
garantizados por el Estado español.

(Anónimo. Libertad, núm. 11, 24 de agosto de 1931.)

86 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA PRÓXIMA QUEMA DE CONVENTOS

Nos decía hace poco un amigo nuestro, que debía ya prepararse una defensa
adecuada por si se renuevan los vandalismos que en mayo presidió el
Gobierno Provisional. Que no se trata sólo de defender, por religiosos, los
conventos e iglesias. Sin ser católico, sólo por respeto a España y aun por
amor al Propio patrimonio, se deben evitar, a tiros si es preciso, actos
semejantes.
Estábamos conformes, nosotros y el amigo, en que obran como traidores a la
Patria los gobernantes que consienten se transforme una ciudad -como
Málaga- en campo de acción para los enemigos de la raza y del Estado que
valiéndose de unas bandas de desdichados hambrientos entran a saco en
relicarios de arte sublime, reducen a escombros veintitantos edificios, muchos
de ellos artísticos o de gran mérito histórico y hasta Universidades.
Hoy podemos darle a nuestro amigo y a quienes sientan la misma
preocupación, un consejo que se nos ha ocurrido para la mejor estrategia en
defensas de esa índole.
Esperamos, desde luego, que se repetirá el caso.
Se están encargando de prepararlo, envenenando a los ignorantes con
miserables calumnias contra los religiosos, personajes de bastante altura que
protegen las Artes de La Traca, El Cencerro y otras muchas que las siguen y
no queremos nombrar para... no vomitar.
Por eso, proponemos que, en la defensa, se dirijan los tiros a la cabeza de los
verdaderos responsables, de esos tíos que fundan, con dinero judío, ¡y quién
sabe si del mismo Estado español! esas publicaciones: entre ellos se encuentra
la famosa vieja que tenemos de Ministro de Bellas Artes.
He aquí, por tanto, una pequeña lista de esos ilustres salvajes:
Marcelino Domingo.
Eduardo Zamacois.
Luis de Tapia.
José Francés.
¡Cuándo se tomará España justicia de los traidores!...

(Anónimo. Libertad, núm. 11. 24 de agosto de 1931.)

Obras Completas 87
Onésimo Redondo

LA CASTA PERIODÍSTICA

Los inadaptables a un régimen de vida disciplinada, los que fracasaron en sus


estudios, generalmente porque en ellos la soberbia superó siempre a la
voluntad, buscan el asidero del periodismo, gran tapadera y a la vez gran pavés
de incapacidades presuntuosas, camino hábil para doctorar con un título de
superioridad innominado a tantos que sólo pueden mostrar inteligencia
deslumbrando con apariencias tipográficas al pueblo bobalicón que busca
sensaciones y no ilustración, sucesos en lugar de ideas.
Recientemente me comunicaba un amigo la sorpresa indignante que
experimentó al tratar de cerca, al ver “de carne y hueso” a unos cuantos
periodistas madrileños bastante célebres, y, más aún, leídos.
Guiado por un compañero suyo, penetró en un café poco conocido de la
prestigiosa villa. Hicieron tertulia con una media docena de individuos, de
diversas edades, que al fondo del establecimiento bebían y reían.
Uno o dos de ellos, por la congestión subida de su rostro y lo dificultoso de la
respiración, denotaban estar repletos de cerveza. Otros dos disputaban entre
ingeniosidades nerviosillas y esfuerzos cariñosos -para los que maldito las
energías que mostraban- por la posesión del rincón grasiento y comodón del
diván. Los compañeros les animaban en la infantil pelea, derivada de que el
sentado aprovechó un descuido de su compañero para birlarle el asiento. Se
puso fin al conflicto sentenciando en favor del usurpador, ya que todos
celebraron su frescura para adueñarse también de una cachimba del
compañero y pegarle dos sorbos definitivos en su copa grande de coñac...
A mi amigo le causó pronto empacho la compañía de aquellos tipos y hervía
de curiosidad por saber de qué clase social serían: entre la diferencia de edades
y vestimenta, y aunque disputaban con femenil encono, le pareció ver
idénticos rasgos de carácter y una misma conformación moral.
Su conversación, mordaz y frívola, enderezada contra todo lo existente, era
presidida, al parecer, por uno de los congestionados súbditos de Gambrinus, y
se salpicaba constantemente con ocurrencias obscenas. El más apto y
constante para éstas era otro, sentado junto al que presidía, pálido como la
cera, diminuto de cuerpo y cara, que presumía de abstemio porque sólo bebía
“cock-tail”. Tenía una cabellera larga que parece melena, cejas recortadas, voz
algo chillona y temblorosa... Se ocupaban mucho de cosas políticas, dándose
por enterado de todo, sin probar que nada supiesen a fondo, sino muchos
chistes a propósito para sabrosas murmuraciones. Hablaban de materias más
distanciadas con gran desenvoltura y admirables errores: eran de facundia
verbosa, propensión irascible, desmadejados de cuerpo, carnosos o

88 Obras Completas
Onésimo Redondo

enclenques... Tres horas llevaban casi todos a la mesa del café. Mi amigo
aprovechó la primera oportunidad para marcharse cortésmente. Y su
compañero aplacóle la curiosidad.
-Es la redacción en pleno de “La N.” Son gente muy célebre: el más celebrado
es el redactor jefe.
Aquel pálido de los chistes verdes es el dibujante político; hace también unas
“charlas” estupendas.
El que bebió el otro coñac es el reportero de ministerios, y el otro es Félix
Lamaza, ese tan célebre que hace crónicas de todo. Te advierto que llevará
diez días durmiendo donde le pilla la noche, por no ir a su casa.
-¿Y el director?
-Es el único que faltaba. Viene menos a la tertulia desde la República. Está
metido en varios negocios y ahora creo le van a dar un buen cargo...
Hasta aquí el amigo. ¿Cuántos cientos de miles de lectores, a los que un
miserable de esa catadura sirve de gran doctor, acompañarían a aquél en su
indignada sorpresa? Conviene mucho que la Nación -así, La Nación- medite
quiénes la sirven de Pontífices. Nosotros sostenemos que la soberanía
nacional, extraída de las entrañas del caciquismo viejo, está puesta en manos
de los que crean inmoralmente una inmoral opinión pública desde las
columnas de los periódicos.
Para nadie es un secreto que, ante el pueblo, el periodismo supera hoy todas
las jerarquías intelectuales, porque privan y dominan las ideas y las promesas
que son difundidas con mayor densidad y bulla, no las más excelentes.
Los periódicos son capaces de derribar un régimen como lo han sido y lo
serían de llevarnos a una guerra torpemente y a muchas derrotas con guerra y
sin ella. Y son suficientes, en pleno régimen de libertad para degenerados y
forajidos de la pluma, de rapar las creencias altas y los hábitos nobles de la
raza.
Por salud pública, por compasión a favor de España, hay que despojar a los
degenerados audaces de su hipócrita sacerdocio sobre el pueblo.

(Libertad, núm. 11, 24 de agosto de 1931.)

Obras Completas 89
Onésimo Redondo

LERROUX EN VALLADOLID EL ACTO DE AYER EN LA PLAZA


DE TOROS
GLOSA

EL discurso de Lerroux nos ha parecido el de un regular patriota, regular


hombre de Estado, buen masón y republicano honrado. Que a los pobres hay
que darles de comer y a los ricos no asustarlos; que haya tierra y trabajo para
todos, libertad para todos, justicia para todos... son palabras, promesas y
programas de todos los tiempos y de casi todos los partidos. Ninguna
novedad, e interés pequeño, tuvo en estas cosas el discurso. Vióse lo que
todos hace tiempo hemos reconocido en Lerroux: una especie de mandato
republicano, fielmente desempeñado, para la busca y captura de burgueses
monárquicos.
Alabemos francamente esa inteligencia táctica en lo que tiene de patriótica:
Lerroux quiere de verdad ahorrar problemas a la República y disgustos a
España, no está mal. Brota, incluso, la confianza de que este hombre pueda
reparar algunas deshonras de la República, darle una ley y llevarla por caminos
de consolidación, inspirándose totalmente y modestamente en el precedente
que, con un siglo de delantera, le presenta Francia. ¿Tendrá talento para ello?
La mano tendida a los viejísimos Alba y Melquiades anubla un poco esa
esperanza.
***
Lo importante de la tarde fueron las declaraciones sobre el problema religioso:
aquí otro mandato, el masónico, inspira a Lerroux una cazurrería
característica, que promete a las logias óptimos frutos, en hábil alianza con las
procaces salvajadas de sus compañeros de hermandad y ministerio Ríos y
Domingo.
Lerroux somete la Iglesia a las Cortes, pero deja escapar la palabra
“convenio”; quiere la escuela única y no la nombra; la impondrá laica y
tampoco emplea la palabra..., intervendrá en los seminarios, aspira a laicizar
hasta los templos... Pero reconoce que España es católica y habla de
oportunidad para “plantear el problema”. Ya entendemos: hay que aguardar a
que la República, que no pierde tiempo en esto, descatolice un poco más a la
generación que entrará pronto en la vida pública. Pura estrategia masónica.
Buen tutor se han echado, pues, los benditos católicos que sueñan con no
verse obligados a luchar tampoco por esta vez. Si han de seguir nuestro
consejo, sepan que es el siguiente: con Lerroux mucha “cordialidad” y hasta
gratitud. Pero ni un solo diputado, ni un solo voto.

(Anónimo. Libertad. núm. 11, 24 de agosto de 1931.)

LABRADORES: Unamos a Castilla contra el marxismo.

90 Obras Completas
Onésimo Redondo

LA REPÚBLICA EN PELIGRO

HE aquí el comodín de la impunidad. Nos referimos a la impunidad política


con que los gobernantes de hoy licencian a cada momento el concepto de
libertad, que les valió para ser lo que afanosamente en la oposición
procuraban.
Que “la República está en peligro” es una expresión monologada, sin juicio
contradictorio: el Gobierno se lo dice cuando quiere y en el mismo acto salta
todas las leyes para poner sobre ellas su capricho.
Ese es el triste paradero de las ilusiones liberales de muchos que votan, pero
no mandan.
Bien lo saben quienes, con la deshonrada bandera de la Libertad, se proponen
disfrutar una democracia desde lo alto del Poder. Su empeño, su necesidad
única, es fabricarse una Cámara propicia, y en este arte de atrapar votos se
progresa mucho todos los días. Así como nuestros clásicos caciques se valían
del distrito histórico, del dinero y de la Guardia Civil, la demagogia utiliza la
calumnia, el griterío, las grandes promesas -sobre todo de Libertad-, la
coacción del motín y los censos preparados por decreto. Se trata de cazar
votos, de domesticar ciudadanos, Y ya se sabe que en uno Y otro arte son
utilizables el cebo, el veneno, el lazo, la estaca y aun la pólvora sola. Lo
importante es no tener escrúpulos, sino afición, y seguir sin desmayo la presa
de la mayoría, que al fin se alcanza.
Una vez arriba, Y con una mayoría de cazadores de votos triunfantes en la
Cámara, el arte, como es natural, está en escamotear todas las promesas Y en
ir soslayando todos los bellos compromisos, cargando al adversario con la
culpa de no cumplirlos.
Hay también numerosos trucos en el régimen de demagogia, para salir
triunfantes en este deporte político del escamoteo. Las reglas fundamentales
del arte son:
1ª Invertir el orden de los problemas, desorientar al llamado pueblo, haciendo
que pequeños escándalos con aspecto favorable a los dominadores, Y a
menudo suscitados por éstos, ocupen el lugar que la opinión debiera prestar a
los grandes fracasos en que los gobernantes resultarían cogidos.
2ª Que la Nación resista mucho, porque inevitablemente su descomposición
acarrea la estrepitosa caída de los farsantes. Por esto los demagogos prosperan
más tiempo cuando suceden a un régimen que dejó una Hacienda saneada,
por ejemplo.
Discurrir amagos de guerra civil Y achacar a los mismos, después de
inventados, la baja de la peseta es un truco capaz de sostener ante una mayoría

Obras Completas 91
Onésimo Redondo

de camaradas cinegéticos hasta el prestigio de un ministro que ha visto perder


a la moneda en cuatro meses el 26 por 100 de su valor.
Llamar “herencia” del régimen precedente a todas las dificultades que la
propia ineptitud no puede acometer es otro truco que mantiene meses enteros
en la categoría de ministro de Fomento a un periodista mediocre como
Albornoz. Y así, entre alegaciones calumniosas, alarmas “democráticas”,
imprecaciones farisaicas o rasgamiento de vestiduras, se pueblan de enemigos
políticos las cárceles desalojadas de criminales, se secuestra la Hacienda de una
clase de personas, se ponen en prenda los tesoros del Banco Nacional y se
implanta, sin decirlo, el régimen comunista para la Prensa.
“La República está en peligro”, arguye el Gobierno “liberal”, y eso basta.

(Anónimo. Libertad, núm. 12, 31 de agosto de 1931.)

92 Obras Completas
Onésimo Redondo

¡TRABAJADORES CONTRA EL MARXISMO!

EN esta hora de histórica elocuencia para toda, Europa: cuando Alemania se


constituye en dictadura para corregir las orgías ruinosas del marxismo y el
primer socialista del mundo, Mac Donald, renuncia a su partido para salvar a
Inglaterra, España se revuelve también con el arpón venenoso del socialismo
clavado en sus carnes.
Con sólo un trimestre de gobierno socialista, LA PRODUCCION SE HA
DETENIDO EN PROPORCIONES TRAGICAS Y CIENTOS DE MILES
DE OBREROS SE HAN QUEDADO SIN TRABAJO.
La fortuna de todos los españoles ha sufrido una tremenda quita y el hambre
ha penetrado en muchos hogares.
A un ministro socialista le ha correspondido la honra de trasladar a Francia
seis millones de libras de oro -325 millones de pesetas-. ¿VOLVERAN?. Con
ellos podían haberse sustentado un año, a 3.000 pesetas, LAS FAMILIAS DE
CIENTO SIETE MIL OBREROS ESPAÑOLES, QUEDANDO EN LA
NACION EL PRODUCTO DE SU TRABAJO.
¿Qué trabajador español no se subleva ante estas pérdidas del patrimonio
nacional, ante ese río de millones que la política de los internacionales ha
arrebatado a la producción y al trabajo? El resultado de haberse implantado el
alocado criterio de los que discurren al dictado de voces extranjeras será poner
la economía española en trance de muerte.
Y voceando con descarada hipocresía su remedio SE ACERCAN A ESPAÑA
LOS CHACALES COMUNISTAS, que huelen la presa de un Estado en
descomposición, fácil de ser dominado.
ES MENTIRA QUE EL COMUNISMO ACABE CON LA BURGUESIA:
lo que hace es reducir a la condición de proletarios a los que hoy no lo son,
mientras mueren de hambre los obreros actuales ante la parálisis súbita de la
producción.
En presencia de esta tragedia, el comunismo crea UNA NUEVA CASTA
BURGUESA, casta cerrada, compuesta por los bárbaros caciques del partido,
que se adueñan de palacios y riquezas, ahogando en sangre las protestas de la
masa traicionada.
¡OBREROS ESPAÑOLES! Vayamos, sí, a modificar la injusta estructura de
la corrompida sociedad burguesa, pero rechacemos con fiereza la miserable
invitación de los que quieren imponernos una dictadura a las órdenes de
Rusia.
La dignidad de vuestras inteligencias, el respeto que merecen los compañeros
que pueden caer engañados en la trampa dictatorial judía, exigen que
PERSIGAMOS COMO A LOS MAYORES ENEMIGOS DEL

Obras Completas 93
Onésimo Redondo

PROLETARIADO a los asalariados de MOSCÚ que vienen a embaucarnos


con mentiras.
MENTIRA ES QUE EL COMUNISMO REPARTA TIERRAS NI REBAJE
IMPUESTOS: Lo que hace es suprimir la propiedad para concedérsela a
algunos privilegiados, a los nuevos oligarcas del Estado y a los “trusts”
extranjeros. Los frutos de vuestro trabajo no bastarían para mantener a los
holgazanes del partido empleados en tiranizar al pueblo.
MENTIRA ES QUE SE SUPRIMAN EL EJER CITO Y LA POLICIA, que
se multiplicarían para amparar el miedo al pueblo de los tiranos.
MENTIRA, EN FIN, QUE EL COMUNISUO LI BERTE A LOS
OBREROS: Quedarán privados de familia y hogar y convertidos en esclavos
sujetos a forzados trabajos públicos, como en Rusia.
EN GUARDIA, PROLETARIOS, CONTRA EL COMUNISUO.
Implantemos una justicia social enérgica, pero hispana, nacional, sin servir a
ocultos intereses del extranjero.

(Anónimo. Libertad, núm. 12, 3l de agosto de 1931.)

El comunismo es un instrumento del capitalismo internacional judío para


descomponer a los Estados y después dominarlos.
¡Proletarios! Uníos contra la burguesía comunista. Abofetead a los indecentes
monaguillos de Stalin

94 Obras Completas
Onésimo Redondo

UN CRIMEN MASÓNICO

LOS LIBELOS Y LA RELIGIÓN


SIGUEN apareciendo nuevos engendros infrahumanos. Cada semana, una
nueva publicación a cargo de dibujantes espléndidamente pagados, sin duda,
se lanza a la calle con el exclusivo objeto de abatir los sentimientos religiosos y
el pudor en las personas indefensas: contra los desarmados por su incultura se
dirige ese complot, con la característica cobardía de todos los calumniadores y
la confianza en el estado de anarquía que España soporta.
Podemos dejar la Religión a un lado para juzgar, tan acerbamente como todo
varón hecho debe hacerlo, la campaña satírica de los enemigos de la
civilización española.
Nosotros entendemos que si los encargados por Cristo de mantener y
extender la ley moral y su Evangelio entre las muchedumbres cumplen su
cometido con ardor, la sagacidad y los medios que su apostolado al mismo
tiempo exige y contiene, poco pueden temer las conciencias de los humildes -
muchos de los cuales visten elegantemente- quienes el ingenio de los
degenerados puede dañar.
No puede dudarse de que en el Evangelio -en la verdad- haya poder suficiente
para disolver en la inocuidad el veneno de la difamación, y de que una y
muchas vidas de verdad virtuosas pueden de sobra embotar los efectos de la
calumnia.
Por eso no nos preocupamos en LIBERTAD, que no es un periódico
religioso, de lo que a las actividades de esta índole les corresponde: curas no
faltan; católicos que así se llaman, tampoco. Cuiden, por consiguiente, ellos, y
cuídenlo como Cristo mande, de hacer frente desde Jerusalén a las tenebrosas
salidas de los ciudadanos de Babilonia: el que mejor luche triunfará sin duda.
LOS LIBELOS Y LA IDEA DEL IMPERIO
Lo que nos importa desde este periódico, que tiene asentado su corazón en el
nervio de la España viva, o sea de la España que no se resigna a la infame
negación que la imponen los ingenios vendidos al poder masónico es
combatir esas bajezas desde el punto de vista nacional.
Nosotros creemos en el poder imperial de nuestra gran cultura. Y para que los
que se atemorizan o sonríen ante este gran concepto imperial, alejen la
creencia de que decir “imperio” es decir conquista de tierras y naciones por
medio de la guerra física, aprovechemos esta ocasión para fijar algo el valor
vigente y macizo de esa palabra.
Imperio es, desde luego, dominación o, al menos, superioridad ejercida en un
conjunto de pueblos.

Obras Completas 95
Onésimo Redondo

Pero la importancia y hasta la utilidad del imperio es positiva y múltiple:


Significa, desde luego, una grata hegemonía, una gloriosa sensación de poder
que beneficia y encumbra ante los demás a la raza que lo ejerce. Es también -y
aquí está, sin duda, su mayor y verdadera utilidad política- un vivero de
generosas apetencias nacionales, y el supremo motor de las grandes energías
latentes en cada raza: es el ideal máximo para un pueblo, y, por lo mismo, el
más grande estimulante para las individualidades desatacadas, acicate y
plataforma al mismo tiempo, para que los grandes hombres surjan y ejerzan su
influjo benéfico.
Constituye, asimismo, el vehículo más poderoso de las ideas nacionales,
generador de grandes influencias y pabellón seguro para afianzar y extender el
poder económico, de este modo el Imperio es, también, instrumento de vida
económica, que viene a ser lo primero y lo último para el mundo industrial
todavía vigente.
Se trata de un objetivo, de un anhelo, precisa y característicamente mediato,
condicionado, que requiere grandeza nacional y fortaleza económica y
espiritual del propio Estado, de la comunidad matriz. Es como la aspiración a
ser millonarios que, sin duda, aguijonea a diario a todo el que tras de esa
aspiración se redime económicamente con su trabajo.
Y el imperio, así entendido, no supone, no es una empresa exterior, que
necesite la consagración de energías harto precisas para vivir en paz y
prosperidad dentro de casa. Este es el tosco engaño de los temperamentos
caseros, y además de caseros, primitivos y por lo mismo torpes e indigentes.
Seguiremos en otra ocasión con más amplitud sobre este jugoso tema, el más
importante, porque con él se contribuye, en pro de España, al hallazgo de la
gran palanca del resurgimiento: el ideal nacional.
Pero hoy nos interesa sólo anudar el hilo de la condenación y la protesta
contra esa densa campaña, admirable por el poder de sus medios, emprendida
en nuestro suelo contra lo espiritual. Y es que así como la posesión de valores
espirituales facilita el alcance de una aspiración unitiva con valor de ideal
nacional, una aspiración de “imperio”, la depravación del espíritu hunde en la
mezquindad y disocia las voluntades al encender, con la sátira, el odio y la
persecución.
Por eso los libros infrahumanos son, según nuestra tesis, una campaña
sugerida y sostenida por los enemigos del pueblo y de la raza. Aunque en ellos
figuren las firmas de, “ilustres” periodistas y políticos y hasta de algún
ministro.

(Libertad, núm. 12, 31 de agosto de 1931.)

Granada, San Salvador, Trípoli, San Quintín: sitios de IMPERIO.


Villalar, Bailén: gestas de independencia.
¡Viva la España histórica, viva la Raza!

96 Obras Completas
Onésimo Redondo

REPOBLACIÓN FORESTAL

DIJO Alcalá Zamora en unas declaraciones que, con cierta reforma, nos
parece que se refería a la agraria, quedaba cumplido en la “Gaceta”.
Claro todo el programa socialista, a excepción de la Repoblación forestal,
“que, por otra parte, no es de un partido, sino de todos”.
Con lo que reconocía que se queda para el final lo que no es política de
partido, sino política nacional.
La Repoblación forestal en el programa socialista es siempre el renglón que se
pone a la cola ¡Ah, si los árboles tuvieran voto!. Ya sería otra cosa.
Pero no es nuestro interés en este lugar fustigar al socialismo: lo que
queremos es que aquel gran capítulo del programa de reconstrucción nacional
se acometa pronto y a fondo.
Tímida y formulariamente se contiene un recuerdo a ese olvidadísimo tema en
el escrito dirigido “a los labradores vallisoletanos” por dos diputados gestores
en nombre de la Diputación. Sin más ambición, por esta vez, que la de
conseguir que dichos labradores “pidan que se repueble”.
¿Hace falta pedirlo? Desde la maldita desamortización, civil y eclesiástica,
tardía y curiosamente condenada por los biznietos políticos del judío
Mendizábal, que inició de veras el crimen, España ha sido talada más que con
un siglo de devastación sarracena.
No es mala oportunidad la permanente de cubrir calderas y arenales para que
nuestra Comisión gestora acredite que puede y sabe hacer algo por la
provincia. Es función muy propia de una Diputación provincial y no menos
de un socialismo que contenga algo de más sustancia que el antimonarquismo
y el anticlericalismo, ya bien probados.
Si las fuerzas socialistas aprovechasen el tiempo de sus vacas gordas, de su
preponderancia en el Estado y las provincias, para repoblar a España en la
mitad de lo que se puede y se necesita, hasta los monárquicos deberían
levantarlas un monumento en la Nación, dado caso que haya Nación y
monárquicos cuando los socialistas hayan estado en el Poder hasta recobrar lo
que decimos.

(Anónimo. Libertad, núm. 12, 31 de agosto de 1931.)

Obras Completas 97
Onésimo Redondo

EL TRIGO MANITOBA

MIENTRAS el trigo candeal se vende penosamente alrededor de las 20


pesetas fanega, el “manitoba” se busca por los fabricantes rebasando las 25.
Sólo esto bastaría para que el Estado cuidase de posibilitar a todos,
absolutamente a todos los labradores, y sobre todo a los humildes, la
adquisición de semilla de origen.
El Instituto de Cerealicultura se ha ocupado de ello y concede un plazo hasta
el l0 de septiembre para las peticiones.
De los precios señalados -71 pesetas los 100 kilogramos, con portes por cargo
del comprador- es excesivo y hará, como tantas veces, estéril o poco menos el
intento. Nos parece que en esto siquiera podía rescatar -valga la palabreja-
algunos miles de duros en favor del campo el Consejo de ministros, tan
pródigo en créditos extraordinarios.
Subvencionar la adquisición de los buenos trigos de fuerza para semilla es, por
lo menos, un auxilio tan justo y tan beneficioso como lanzar millones a voleo
para el nuevo plan de obras públicas sin plan.

(Anónimo. Libertad, núm. 12, 31, de agosto de 1931.)

98 Obras Completas
Onésimo Redondo

LOS MISTERIOS DE LA COMPLICIDAD

DIJO Jiménez Asúa, como presidente de la Comisión autora del proyecto de


Constitución, que, aunque éste no era plenamente socialista, constituía un
avance de esa idea y que el socialismo dirá lo que ha de ser la Constitución
futura.
Y en el proyecto hay un artículo que da a la sociedad privada carácter de
institución provisional que el Estado puede ir socializando, además de otros
muchos, y aun títulos enteros reveladores de la concepción materialista que en
el todo campea.
Todo ello prueba que en el fondo de los mentores de la política presente hay
una complaciente inclinación al socialismo totalitario, al comunismo.
Pero no es ésa la mayor señal, ni el detalle que principalmente nos mueve a
dar nuestro patriótico alerta. Nosotros denunciamos ante España que hay un
empeño oculto en precipitarla en el pozo negro del comunismo, porque
vemos en las esferas de gobierno y en la Prensa impulsora de la actual
República una resolución balbuciente y, a veces, contradictoria, pero innegable
ya, de entregar la próxima etapa de España a una bárbara dictadura de tipo
soviético.
Harto sabe el que quiere ver con sus propios ojos que en nuestra gran Prensa
la versatilidad es su deporte favorito; la hipocresía, una industria, y la traición,
el desenlace de casi todas sus actitudes: nadie puede saber a ciencia cierta
cómo opinará, qué defenderá y contra quién dirigirá sus habituales calumnias
mañana un periódico que hoy aparezca como liberal, dictatorial, republicano o
reaccionario. Cambia mucho más de casaca un periódico que un político, por
lo mismo que en los entresijos de empresa y redacción se puede jugar con los
negocios, el odio y la justicia las carambolas más atrevidas.
La experiencia de esa típica inmoralidad de los periódicos nos autoriza a dar
por lo más probable que el próximo viraje de la Prensa dominante será hacia
el comunismo, y es que tenemos la certeza de que la inmensa mayoría de los
cuadrilleros de la pluma tiene ya colocadas sus degeneradas aficiones en una
vesánica tiranía contra la nación, que sólo puede desenvolverse francamente
con los modos bolcheviques.
Nada más convincente en este orden que el régimen presente, llamado
provisional, aunque funcionan las Cortes, prolongado de intento con ausencia
de garantías individuales, y burladas a diario las que el Comité revolucionario
ofreció a la Nación en el Estatuto que a sí mismo se dió.
Hoy la libertad y seguridad de los ciudadanos están, como en época de franca
dictadura, a merced de un Gobierno que actúa sin ley o, lo que es peor, de la

Obras Completas 99
Onésimo Redondo

mayoría matemática de unos diputados que proceden en cada sesión de


espaldas a lo que prometieron para llegar al Congreso.
Y es por demás alarmante comprobar que esta dictadura se ejerce
sistemáticamente -con pequeñas excepciones, que por lo falaces la hacen más
peligrosa contra aquellos sectores de la Nación que son los únicos
eternamente refractarios, por su ideología y su concepto de la Patria, a pactar
con el sovietismo.
La supresión, más que suspensión, de los periódicos por docenas, la
interdicción del derecho de reunión pacífica, la coacción inmune a cargo de las
minorías criminosas y la calumnia difundida por la Prensa y los personajes
adictos a esta dictadura dan a la misma todos los aires de una secreta
complicidad con el sistema soviético.

(Anónimo. Libertad, núm. 13, 7 de septiembre de 1931.)

El comunismo transforma la nación en un gran presidio.


Mirad a Rusia, de donde nadie puede salir, más que los carceleros comunistas.
¿No tiene España dignidad para rechazar a los moscovizados como aplastó en otro
tiempo a los afrancesados?

100 Obras Completas


Onésimo Redondo

HUELGA REVOLUCIONARIA

TIENEN las huelgas revolucionarias del Único una finalidad anarquista que
es precisamente la antítesis de nuestro credo político, en el que defendemos
un régimen popular, sí, pero de enérgica disciplina.
Son derivación, por otra parte, de un concepto idolátrico y despótico de la
clase, opuesto por lo mismo a nuestra afirmación de convivencia armónica
entre los elementos que concurren a la producción.
El entusiasmo por LOS PRINCIPIOS DE DISCIPLINA Y
COOPERACION NOS COLOCA, PUES, EN OPOSICION AL
MOVIMIENTO ANARQUICOREVOLUCIONARIO Y AL LADO DEL
GOBIERNO.
Pero nosotros, que ni reconocemos compromisos políticos ni vendemos a
ninguna cobardía la sinceridad que a España se debe, nos vemos impulsados a
señalar y condenar, con la misma energía que la huelga revolucionaria de los
anarquistas, las de todos los que inciden en igual desafuero.
No son los obreros sindicalistas los declarados en huelga revolucionaria; es
ésta la dolencia moderna que corroe el cuerpo nacional por numerosos
órganos y en todas las esferas.
LA REVOLUCION ES LA OBSESION DE LOS LUCRADORES DE LA
POLITICA, QUE TIENEN MARTIRIZADO EL CUERPO DE ESPAÑA,
y cada cual la realiza en su provecho, poniendo en huelga los respetos que le
sirven de obstáculo.

***

Hace tiempo que la Prensa hace revolución con la violencia de la calumnia y


huelgan para ella las leyes punitivas que defienden la honra de los ciudadanos
y de la Patria: NINGUNA LEY RIGE PARA LOS CALUMNIADORES Y
CORRUPTORES DE LA PLUMA.
Huelga también la decencia política, la tolerancia y la actividad patriótica para
hacer frente a los principales problemas, en UNA. CAMARA DEDICADA
CASI EXCLUSIVAMENTE A LOS ESPECTACULOS DE ODIO, a la
tiranía contra los grupos reducidos. Huelga, en fin, en el Gobierno de la
Nación, la legalidad, el respeto a la libertad igual de los ciudadanos y la
capacidad necesaria en los titulares de los ministerios.
En la Prensa, en la Cámara y en el Gobierno todo se subordina a la
Revolución, que es lo único que interesa; pero no a una revolución de viejos
vicios, de caducas instituciones, como la parlamentaria, y de ominosas
extralimitaciones de poder. Esta revolución es la que necesitaba España, la

Obras Completas 101


Onésimo Redondo

que esperó conseguir de la República y la que ve trocada en trágica burla. SE


HACE UNA REVOLUCION DE VENGANZAS PERSONALES, DE
ENCONOS PARTIDISTAS; SE PONE PARA ELLO EN HUELGA
TODA LEY IMPARCIAL, Y LA DILIGENCIA PARA ADMINISTRAR
BIEN SE VE SUPLIDA POR DISCURSOS Y DECLARACIONES.
Así es como la anarquía de arriba encuentra abajo sus ecos catastróficos y la
huelga de legalidad, de autoridad recta y de administración sabia en las esferas
superiores rebota en los frecuentes paros revolucionarios.
Si los que gobiernan desertan de sus deberes de justicia por el gusto de
perseguir a los adversarios, recurriendo a la insidia como medio de
justificación, también los obreros encuentran justificada con su filosofía
anarquista la huelga general para derribar todo poder...
CONDENAMOS, PUES, LOS EXCESOS ANARQUISTAS, PERO
DECIMOS A LA FAZ DE ESPAÑA QUE ESTAN FOMENTADOS POR
LA HUELGA DE JUSTICIA y por la carencia de una ley igual para todos.
Basta de persecución. Cese, por España, la huelga de deberes, que es la más
revolucionaria.

(Anónimo. Libertad, núm. 13, 7 de Septiembre de 1931.)

Protestamos contra el régimen comunista en que vive la Prensa, sometida sin ley a
los caprichos del Gobierno.
¡Abajo la tiranía bolchevique!

102 Obras Completas


Onésimo Redondo

LA JORNADA DEL 2 DE SEPTIEMBRE

EL PORVENIR POLÍTICO
NUNCA como hoy ha sido difícil pronosticar el porvenir que espera a
España. Nadie se atreve ya a asegurar que, tras de este ensayo de República
parlamentaria de predominio socialista y con el ambiente sitiado por la
amenaza anarco-comunista, desemboque el país en una era de normalidad
regido por leyes liberales y justas.
Por inminente que parezca la aprobación y promulgación de una nueva
Constitución, es difícil poseer la ilusión de que ese estado constitucional
impere de verdad en la turbulenta política española.
Vivimos, no por fortuna precisamente, un período constituyente, pero más
amplio y profundamente constituyente de lo que quieren representar las
Cortes actuales. Y unos momentos revolucionarios que no son los acotados
por esta revolución chiquita y anticlerical del Gobierno provisional y de las
Cortes que son su hechura. De un lado, el Gobierno y su Asamblea se
encuentran boicoteados, prácticamente desobedecidos, por las imponentes
falanges obreras del sindicalismo y por los avances provocativos de Moscú.
De otra parte, todas estas hostilidades extremas, a una con el Gobierno
mismo y sus Cortes, se ocupan sin tregua de perseguir y disgustar al sector
nacional de la derecha, con lo que aumenta la inestabilidad del régimen.
Mediante estas luchas, tan trascendentales como innecesarias y tan entusiastas
como perjudiciales, el período revolucionarlo se ensancha, las soluciones se
alejan y las hipótesis más extremas van tomando cuerpo de realidad: nadie
sabe lo que será del mañana político. Nosotros esperamos o una dictadura de
tipo proletariado, que instaure una mezcla de comunismo y anarquía prolija en
persecuciones, presidida por el desorden, la crueldad y el hambre, o una
recomposición de la figura histórica de España, implantada por un
movimiento de genuino sabor nacional, sacado del pueblo, y decidido
fuertemente a encaminar a la Patria por nuevas veredas de grandeza:
Aplastaría para siempre al monstruo comunista, daría al traste con las medidas
demoliberales que envenenan al pueblo y desplazaría toda inquietud marxista
del horizonte social.
No creemos en la llamada estabilidad o consolidaci6n de un régimen de puras
esencias democráticas, desautorizado ya en España, prendido débilmente en la
zona del ocaso y por si fuera poco, lastimado alevosa y repetidamente por
nuestra “república democrática”.

Obras Completas 103


Onésimo Redondo

LA FELONÍA PERIODÍSTICA DEL DÍA 2


Uno de los golpes más definitivos asestados contra la hipocresía liberal ha
estado a cargo de las minoría radical-socialista y socialista en la memorable
sesión de la Asamblea del día 2.
¿Quién creerá ya en la farsa de la libertad de Prensa? Los elementos que
arrastraron al país detrás de este mito han renegado de él sin el más leve
escrúpulo en cuanto ha constituido un peligro para sus planes de persecución.
La traición de los diputados-periodistas pertenecientes a los grupos
demagógicos, votando contra la prensa adversa, es un acto de inmoralidad al
que inútilmente se buscaría precedente ni parangón en el cuadro de
costumbres de la execrada vieja política.
Las zancadillas, combinaciones ocultas, teatralidad y chanchullos de aquellos
tiempos quedan oscurecidos al lado de la “granujada” cometida por los
periodistas liberales en esta ocasión.
Conviene analizarla, para que el país sepa a qué clase de gente otorga su
credulidad y sus votos: hay que convenir en que son leves los males que
España padece para los que merecíamos por el monstruoso desatino de elegir
entre todos los españoles casualmente a los capaces de mayores canalladas,
poniendo en sus manos nada menos que la soberanía.
No hay clase social donde no puedan encontrarse tipos aptos para incurrir en
el más bajo escalón de la criminalidad: la traición. Pero la alevosía colectiva y
pública no se da sino en los periodistas.
El caso del amigo que saca a otro con pretextos halagadores o que reclama un
auxilio apelando a la nobleza del hermano para asesinarle y despojarle, unido a
otros traidores, en despoblado, no es de 1os crímenes más frecuentes, pero
ocupa de año en año el ámbito de alguna Audiencia, sobre todo en las
provincias más atrasadas.
Lo que no podía sospecharse por los pobres electores que pusieron sus
cándidas ilusiones en los periodistas revolucionarios, es que un crimen como
los que atraen sin remedio la pena de garrote e inspiran en la calle las más
patéticas coplas para execración y horror de esos mismos electores, se pudiera
cometer tan en serio en el Congreso.
Si no hay sangre en este crimen es porque, directamente, no se acaba con la
vida del amigo, sino con su libertad.
Pero la malicia de la intención, la premeditación, el lujo escandaloso de
complicados -que cubre el banco azul en pleno-, la sangre fría con que se ha
representado la farsa y el ensañamiento de injurias y difamación dirigido por
los capitanes, y coreado por la cuadrilla, equipara con agravantes a los más
repugnantes hechos de sangre, el crimen consumado por los periodistas-
diputados contra quince periódicos.
Mala jornada para la libertad de Prensa, pero no sólo por lo que padecen hoy
los que de ella son víctimas, sino por lo que aprendemos para el por-venir los
que quieran llevar a España a una política estable.

104 Obras Completas


Onésimo Redondo

No se puede repetir la confianza que el pueblo ha otorgado a los que


prometían libertad y en la primera ocasión han cumplido con una granujada.

(Libertad, núm. 13, 7 de septiembre de 1931.)

En 1909 las tropas de Barcelona marchan a África; poco después, la Semana trágica.
En 1931 las tropas de Barcelona marchan a Navarra; al poco tiempo, huelga general
revolucionaria.
Hoy, como ayer, ineptitud gubernamental y cobardía anarquista.

Obras Completas 105


Onésimo Redondo

UNA CARTA PERDIDA

EN estas columnas hemos venido sosteniendo la falsedad de los episodios


revolucionarios -para la Historia no serán otra cosa- del 12 de abril y, sobre
todo, del 28 de junio.
Hemos explicado, proclamado y repetido hasta la machaconería que todo ello
no ha sido sino una falaz revolución de periodistas, tramada por éstos,
apoyada por el añejo resentimiento de todas las minorías políticas de
izquierda, que van a una revancha anticlerical, y servida por espectaculares
convulsiones de la Monarquía, hábilmente explotadas con la calumnia
científica. El pueblo se encontró de repente sin camino; tenía que
pronunciarse forzosamente, y dio su voto de buena fe, pero sin ilusión honda,
ajeno a toda esperanza firme, a los que más alto chillaban, no porque
poseyeran méritos ni soluciones proporcionadas al aliento que una verdadera
Revolución requiere, sino por la vulgar y casi meramente física ventaja de no
haber estado en el poder hasta entonces.
Gastados de verdad todos los discos de la Monarquía parlamentaria y de la
dictatorial, el país hubo de ensayar, “para ver que tal”, el inédito de la
República, también parlamentaria, que con tan descomunales voces se ofrecía
a arreglarlo todo: la furiosa campaña de Prensa, tanto más fuerte cuanto más
inmoral hizo el milagro en pocos meses de atraer el voto, aunque no la fe, en
pro de los caudillos demagógicos.
Aunque esto haya tenido grandes apariencias de revolución, no ha sido sino el
ensayo, al azar, de un registro intacto, una papeleta más en la rifa de las
soluciones políticas. Esa es la más profunda intermediación, la dada por el
País, al “salga lo que saliere” que se pronunció -y no lo censuramos- como
símbolo de pureza electoral. Pues bien: han pasado varios meses a partir de los
días en que la Nación tomó su billete en la ruleta parlamentario-socialista, y ya
se pregunta, apremiante, qué se ha hecho de tantas promesas, cómo llevan el
Estado los primeros hombres de la segunda República.
Nosotros, que, como no tenemos compromiso con nadie, podemos decir sin
remilgos la verdad a cualquiera hora, proclamamos, si no con excesiva
prudencia, con la mayor claridad, que esto está fracasado. Y no lo afirmamos
por el parcial afán de hacer campaña: nos hacemos honradamente eco del
clamor general. Repetimos, sin novedad, aunque sea más rotundamente, la
conclusión que ya no recata la Prensa extranjera y los pocos talentos
independientes que sirven a la República de cerca -Unamuno, Ortega y
Gasset-. Léase el “ Aldabonazo” de éste.
Después de habérsenos ido en la jugada algunos miles de millones, por la
depresión, la desbandada y el desorden en lo social y económico, el pueblo ve

106 Obras Completas


Onésimo Redondo

cada vez más claramente que los problemas se agrandan y se achica la


capacidad de los órganos y los hombres de esta primera situación de la
segunda República.
Ahora nos disponemos a jugar otra carta al azar Parlamentario, la solución
Lerroux. Dejemos -puesto que otra cosa por hoy no se ofrece mejor- correr a
la Nación tras de esta nueva ilusión, fría, porque lleva dentro el obstáculo del
Parlamento, que al pueblo español nunca ha convencido, ni mucho menos
satisfecho. Y entre tanto, alejados de toda restauración monárquica, que
carecería tanto de eficacia como de originalidad, prepárese la juventud a dar a
España un régimen fuerte, sacado de la entraña del país y no de la mentirosa
bulla periodística, reñido para siempre con la farsa parlamentaria y con la
funesta convulsión de los odios de clase.

(Anónimo. Libertad, núm. 14, 14 de septiembre de 1931.)

El régimen social y político que no sea capaz de hacer frente al paro forzoso debe
desaparecer.
Pedimos una política de sinceridad y de disciplina. queremos que manden los
mejores en la acción y los más imperiales en la idea.

Obras Completas 107


Onésimo Redondo

EL DESASTRE PARLAMENTARIO

LA España que, empobrecida de patriotismo y aturdida por el escándalo


hipócrita de la Prensa, llegó a encomendar la salvación del país a una
revolución parlamentaria, comienza a soportar los trallazos del desengaño.
DOS SON LAS MAS PREGONADAS ESENCIAS DEL PARLAMENTO.
PUREZA DEMOCRATICA Y AUSTERIDAD FINANCIERA. ¿Qué
bienes de una y otra ha reportado a la nación esta Cámara? Nunca como en
los meses de Parlamento constituyente la arbitrariedad ha dominado el
ejercicio de las libertades ciudadanas. Hemos cambiado la dictadura franca de
la espada por la tiranía encubierta de los discursos.
Los derechos individuales están en manos del director de Seguridad; los
gobernadores son sucesores directos -a veces sin mudar las personas de los
dictadorzuelos de Unión Patriótica; las provincias se administran por
delegados gubernativos y TODAS ESTAS EXTRALIMITACIONES LAS
CONFIRMA Y ALIMENTA CON APLAUSO SERVIL UNA CAMARA
DEMOCRATICA.
Peor va todavía, y no menos entregada al capricho personal, sin fiscalización,
la gerencia de los caudales públicos. Continúa el juego antiguo de los
Monopolios con concesiones otorgadas al margen de toda ley. se ha
contratado Deuda exterior previo empeño en el extranjero de su importe; se
han autorizado 300 millones de pesetas para obras públicas sin plan, y en
pocos meses el Gobierno ha cambiado un superávit de 50 millones en un
déficit considerable.
FRENTE A ESTE DESASTRE, LA CAMARA HA CELEBRADO EN
TARDES REPETIDAS EL INGENIO VERDADERAMENTE
MACABRO DE INDALECIO PRIETO, que corteja con ocurrencias
festivas su confesada muerte como ministro, a consecuencia de los grandes
fracasos.
Más importancia tiene en nuestras cortes la interrupción virulenta o festiva de
un diputado de la mayoría que un proyecto de obras públicas por cientos de
millones.
La Cámara HACE INJURIA DIARIAMENTE A SU ORIGEN
DEMOCRATICO Y TRAICIONA EL MANDATO DEL PUEBLO. No
sirve alegar que esta Asamblea se ha elegido sólo para fines constituyentes.
Aparte de que en este aspecto da, igualmente, muestras alarmantes de su
frivolidad y lentitud, no se puede desprender un Parlamento de su función
eficazmente fiscalizadora. Las libertades ofrecidas por la revolución
parlamentaria deben estar bajo la salvaguardia de la Cámara; y la
Administración de la Hacienda, la suerte de la moneda, no pueden quedar

108 Obras Completas


Onésimo Redondo

sustraídas a la austeridad legal que dé a la España republicana la sensación de


ser gobernada como lo aviso al votar la República.
Todo lo demás es fraude, traición; el pueblo aprenderá de nuevo LA VIEJA
VERDAD, TRISTEMENTE OLVIDADA, DE QUE SUS MAYORES
MALES PROVIENEN DE LA INMORALIDAD DE LOS PARTIDOS,
culminante en una Cámara irresponsable integrada por los negociantes
electoreros, que eternamente prometen lo que no tienen intención de cumplir.
HAY QUE SUPERAR EL ORGANISMO PARLAMENTARIO,
DECADENTE EN EL MUNDO, desplazado en realidad de la vida dirigente
por todos los Estados que han conquistado una nueva época y por los que
han tenido que salvar las profundas, crisis que anuncian el tránsito hacia una
civilización postliberal. Pretender anclar el destino de España en la mentirosa
democracia de un Parlamento demagógico es acallar con miras de partido la
voz de mando del momento histórico y condenar a nuestra cultura a vivir de
los despojos podridos de las otras.
BASTA YA DE MENTIRAS LUCRATIVAS. La Nación necesita y pide con
angustia una gerencia viril de sus negocios públicos, liberada de las
charlatanerías burdas y anacrónicas de quienes compran votos con promesas
de libertad y formalidad que luego no se disfrutan por parte alguna.
La nueva ruta del porvenir de España, si no queremos inutilizar otro siglo y
arrastrar a la nación a mayor envilecimiento, debe ser presidida por UN
REGIMEN DE SILENCIO Y EFICACIA GRANDIOSOS,
INCOMPATIBLE CON LA ESTERIL VOCINGLERIA DE UN
PARLAMENTO A LA FRANCESA.
No queremos dictaduras oligárquicas, ni militan res, ni parlamentarias. Pero
pedimos un Poder fuerte, libre y responsable: representante no de las
promesas insinceras y los aplausos gregarios del régimen de demagogia, sino
de los pueblos hispánicos orgánicamente concebidos y de los intereses sociales
y económicos combinados para la construcción de una España grande.
El desastre progresivo del Parlamento constituyente hará eco a nuestra voz, de
verdad revolucionaria y al mismo tiempo tradicional.

(Anónimo. Libertad, núm. 14, 14 de Septiembre de 1931.)

La juventud hispana no puede resignarse a ver morir nuestra gran Nación a los pies
dela farsa parlamentaria.
¡Estad en guardia, jóvenes hispanos! Pronto tendremos que acudir a detener la
Patria en su caída.
¡Abajo el contubernio inmoral de periodistas parlamentarios !Demos a España una
política nacional y decente.

Obras Completas 109


Onésimo Redondo

IDEAS DE REFORMA AGRARIA I

DIVULGACIÓN NECESARIA
En el número anterior procuramos divulgar de modo breve y ordenado lo que
se quiere sea la Reforma Agraria sometida a las Cortes.
Vamos a seguir con esa labor divulgadora, que entendemos es uno de los
mejores servicios que todo periódico puede prestar a su público.
Se va a cambiar el régimen de propiedad rústica, van a entregarse por fin
tierras a los campesinos, y toda España debe poner su atención vigilante en
esta transformación social y económica, que puede iniciar una etapa de
verdadera reconstrucción o abrir un período de trastornos y una coyuntura de
grave depresión.
La ciudad permanece perpetuamente alejada de las cosas del campo, y un
periódico que quiera, traducir las aspiraciones íntegras de una región y servir a
la Agricultura debe contribuir a romper ese alejamiento.
Tal es el objeto de nuestra Página Castellana.

LA REFORMA. AGRARIA Y NUESTRO IDEARIO


Trabajamos por suscitar un movimiento de genuino contenido hispánico y
atemperado a las corrientes juveniles que poseen en Europa la clave del
porvenir. Nuestras campañas se inspiran en estas directrices:
1ª Afirmación de la pura nacionalidad hispana y de las posibilidades imperiales
de la Raza.
2ª Revolución social para sustituir el caduco edificio liberal-burgués por las
nuevas formas de un corporativismo de amplitud nacional.
3ª Eliminación de las mentiras parlamentario democráticas y del materialismo
judío marxista como fundamento de civilización.
Para nuestro concepto de revolución social, no aniquiladora, sino creadora y
eminentemente positiva, la entrega de tierra a los campesinos es un postulado
irrenunciable.
El mundo ha dado ya de baja a la feroz escuela del liberalismo individualista
que, inflando los principios. de igualdad natural en los derechos de cada
hombre y con la mentira de una armonía suave y segura en las relaciones
económicas, no hizo más que adaptar los inhumanos desniveles sociales del
feudalismo a las nuevas formas industriales. Ha pasado también para toda
nación que se resuelva a subsistir con libertad y espíritu, el canibalesco dogma
marxista de la clase: frente al conato judío de convertir a todos los ciudadanos
en proletarios valiéndose de la social democracia, del comunismo o el
anarquismo, sostenemos la extirpación de la idea de clase, sustituida por una

110 Obras Completas


Onésimo Redondo

convivencia forzosa de los factores de producción bajo la disciplina del


Estado.
Para cancelar el liberalismo histórico, para terminar con los privilegios
feudales y para arrojar de la nación al esquilmo marxista somos partidarios de
la Reforma Agraria.
Nuestra posición ante el proyecto es, por tanto, de complacencia en principio.
Hacemos la observación -que a cualquiera se le alcanza- de que aquél no es
sino un capítulo de la obra total: el que se refiere al latifundio.
En sucesivos artículos (4) haremos la divulgación de nuestro criterio respecto
de éste y los demás aspectos de una completa Reforma Agraria.

(Anónimo. Libertad, núm. 14, 14 de septiembre de 1931.)

Se ha pisoteado en Cataluña la bandera de la República, como hace justamente


ocho años se ultrajó la bandera de la Monarquía. ¿A dónde va Cataluña?

4
La nota divulgatoria, a que se refiere el autor apareció en el núm. 12, pág. 6, de Libertad
(31 de agosto de 1931), con el título de La Reforma Agraria. Extracto de las bases del
proyecto- En el núm. 13 del mismo semanario vio luz también otra nota divulgatoria
titulada La Agricultura y la República Prontuario de disposiciones.

Obras Completas 111


Onésimo Redondo

PARA DESPUÉS DEL FRACASO

CADA día que pasa cunde más el desaliento a la vista del espectáculo
republicano: todos van comprendiendo de buena fe que los políticos
adueñados del Poder llamado provisional y los que salieron de las urnas para
dar una Constitución que iba a hacernos definitivamente felices han burlado
las esperanzas del pueblo.
No pudiendo volver la vista a la reposición monárquica, ya que un pueblo no
juega por meses o estaciones a las formas de gobierno, los desesperanzados y
los que nunca esperaron interrogan el porvenir poniendo los ojos en el cuadro
parcial de la fronda revolucionaria.
Y la mayoría, la ingente masa burguesa, hecha a esperar perezosamente
-cobardemente, según la sinonimia de Unamuno-, pone toda su ilusión en el
salvador de las derechas, que un tiempo fue su escándalo y terror.
Quédense para los cobardes de ánimo y perezosos de entendimiento las
ilusiones hoy clavadas en Lerroux, que ayer mereció don Niceto; anteayer,
Berenguer; el día antes, Primo, y cien veces más, en otros tiempos, Antonio
Maura u otro Mesías.
Lerroux caerá también aprisionado en las mismas mallas. Se sentirá sitiado por
el vaporoso panorama del hambre, por la quiebra próxima de los
Presupuestos públicos: cohibido por la farsante necesidad del Parlamento,
desvanecido en brazos de las descompuestas y cobardes clases libero-
conservadoras, y acosado desde afuera por el marxismo cerril de todos los
grados, que no admite llamamientos patrióticos, sino que provoca los
conflictos.
El fracaso es inminente: la ruina, grande y estrepitosa: confían en la solución
Lerroux los blandos corazones de la espesa burguesía que camina siempre a la
deriva, con las manos y los ojos suplicantes ante su dinero. Pero los que no
participen del cansancio de los años, quienes sepan mirar al porvenir con la
decisión dé nuevos creadores, prestos a abrir a España un camino propio con
su propio esfuerzo, miren compasivos a la burguesía que camina a tientas y
recojan de paso la sabrosa lección del primer fracaso parlamentario-socialista.
No hay más que dos caminos para después del segundo o tercero, pero en
todo caso próximo y último, fracaso: o la imposición brutal de una clase -la
del proletariado-, que el hambre va haciendo cada día más brava y numerosa,
o la superación sabia y popular de la guerra de clases: o la envilecedora
sumisión a los internacionales, fugitivos mentales del fracaso ruso, o la
gloriosa independencia del genio hispano que aplaste con un acto de verdad
revolucionario el morbo marxista, causa de nuestros mayores males: la
rebeldía antinacional, el hambre.

112 Obras Completas


Onésimo Redondo

Esta es la senda de la salvación, ésta es verdadera ruta de triunfo, pero viril


ruta y política heroica que debe comenzar por la conquista de la calle, por la
imposición de la libertad igual de todos, cueste lo que cueste, frente al
despótico privilegio de la barbarie marxista.

(Anónimo. Libertad, núm. 15, 21 de septiembre de 1931.)

El sistema parlamentario-socialista acredita de día en día su ineptitud.


Todos los españoles tienen hoy en la boca la misma pregunta: ¿Qué nos ha traído
esta revolución falsificada ? Ni libertad, ni paz, ni pan.

Obras Completas 113


Onésimo Redondo

LA RECONSTRUCCIÓN DE ESPAÑA

No hablamos ahora de la reconstrucción que consiste en multiplicar la


capacidad productiva del suelo, en potenciar con medidas extraordinarias la
riqueza de todo orden y en acelerar el progreso.
Con ser esa reconstrucción un programa de gran elevación y de actualidad
todavía renovada después de haberse paralizado insensatamente, otro
problema, también de reconstrucción, supera en gravedad y urgencia al
económico: ES LA NECESIDAD DE RECONSTRUIR
ESPIRITUALMENTE A ESPAÑA.
Rechazamos absolutamente que nuestra Nación tenga necesidad, ni
permanente ni momentánea, de padecer las enconadas disensiones que hoy la
descoyuntan, los bárbaros odios que pudren su existencia.
Hay que estirpar, por traidores y artificiosos productos de una industria
política que tiende a encumbrar a los que viven de ella, LOS TRES ANA
CRONICOS Y BESTIALES MITOS DE LA ESCLA VITUD REGIONAL,
DE LA ESCLAVITUD RELI GIOSA Y DE LA ESCLAVITUD DE
CLASE.
El primero da nacimiento a la fiebre federal o separatista; el segundo, a la
imbécil obsesión anticlerical, y el tercero, a la inculta lucha de clases, brotada
en cerebros extranjeros e importada para enloquecer al proletariado y arruinar
a España.
No negarnos que la constitución unitaria de la monarquía borbónica haya
suscitado el derecho no fenecido de algunas regiones a restaurar su
personalidad para contribuir con más vigor a la grandeza nacional.
Ni desconocemos que la descatolización práctica operada en considerables
sectores durante los últimos lustros aconseja una mayor neutralidad del
Estado en lo religioso.
Tampoco debe nadie ya rechazar que la justicia social y el curso de la
civilización imponen una.
franca emancipación del trabajador, una disciplina del capital que ponga coto
al desenfreno individualista.
Pero el trocar cada hecho imperfecto del momento histórico, cada problema
interior de solución pacífica -el autonomista, el civil-eclesiástico, el social EN
LUCHA PRIMITIVA CON ALIENTOS DE EXTERMINIO, ES UN
CRIMEN CONTRA ESPAÑA Y UNA LOCURA CONTRA LOS MISMOS
QUE TAN CRIMINALMENTE PELEAN.
Ese primitivismo de las querellas, el celebrado ímpetu radical al que casi todos
los diputados deben el acta, ES UN INFAME NEGOCIO de los que

114 Obras Completas


Onésimo Redondo

comercian con el odio, buscando en la superstición de las masas su a8censión


política, y al final, su enriquecimiento sobre la miseria creciente de los que les
votan. Se impone una acción viril de unificación hispana: hay que cortar, si
España ha de salvarse, la francachela indecente y cavernaria de la demagogia:
debe defenderse al pueblo de la mentira interesada con que los libertarios de
todo orden embaucan a los ignorantes, haciendo de cada clase, región o
partido político una tribu que luche contra las otras.
¡Abajo todos los mitos libertarios! Obreros rápidamente POR LA
RECONSTRUCCION ESPIRITUAL, POR LA CONCORDIA DE LAS
REGIONES, DE LAS CONCIENCIAS, DE LAS CLASES. No hay
irredentismo, ni lucha de clase, ni clericalismo. Estas palabras nos pierden: de
ellas se lucran los mercaderes de la política, mientras aumenta la miseria, crece
la guerra entre los hermanos y la Nación perece.
¡¡¡Por la unidad hispana, por la reconciliación económica, por la paz ideal entre
los hispanos!!!

(Anónimo. Libertad, núm. 15, 21 de septiembre de 1931.)

Obras Completas 115


Onésimo Redondo

LA NUEVA AURORA DE LA VIEJA POLÍTICA

No creemos haya corrido desde la revolución abrileña una semana de más


valor político que la última: claro es que no nos esperan muchas que la
aventajen. En el estadio de las cosas y los gestos políticos, nada tan
trascendental como el Parlamento, eje único de nuestra etapa constituyente o,
lo que es igual, anárquica.
Lo que sea el Parlamento será, sin duda, la República. Y si en el Parlamento
reparasen los vicios de la política vieja de la Monarquía, habríamos perdido,
entre otras cosas, la Revolución. Por eso nos parece de tanta significación la
semana parlamentaria coincidente -¡oh, capricho del destino!- con el
aniversario de aquel papirotazo militar y Popular que recibió la vieja política
en el año 23 para retoñar con otra vestimenta y hasta en otro suelo político a
los ocho años.
De todo han tenido las sesiones últimas, para no envidiar a las presididas, bajo
el signo real, de Romero Robledo hasta Melquiades Álvarez.
Solemne interpelación de un antiguo interpelado al interpelador de antaño. La
misma teatralidad preparatoria en Prensa y pasillos; idéntica tonalidad en el
diputado del escaño para mantener, sin descubrir, un previo y secreto
armisticio con el adversario del banco azul... Y la misma salida, huyendo
triunfador, del ministro fiscalizado que elocuentemente responde sin
contestar: así empezó la semana.
Sigue luego el discreteo subterráneo sobre la enmienda alcalázamorista, que no
puede esperar el triunfo ni resistir el fracaso, muere en la forma... y se aplaza
en el fondo.
Se prodigan las declaraciones ministeriales encentando la rueda de los
pronósticos, rompiendo fuego de bengala para la conquista del porvenir por el
propio partido. Las futuras izquierdas quieren subsistir con esta Cámara y lo
defienden con potísimas razones; no menos potísimas son las que las futuras
derechas ponen para preconizar su pronta disolución. Prieto, su camarada
Largo, Albornoz y Azaña, de un bando; Martínez Barrios; por Lerroux,
Nicolau y no sabemos si Maura, del otro bando.
Hasta aquí tentativas, escarceos, ensayos alrededor de la pista, y, por fin,
sangrientas escenas en el centro del hemiciclo. La izquierda se pelea
duramente con la derecha para poner nombre -¡sacrílego atrevimiento!- a
España. Vence aquélla, y los vencidos se abalanzan, y no diremos que sin
ingenio superrápido, a conquistar una victoria, semejante en la misma tarde,
que aunque otra cosa pareció, victoria fue por fin.
Se anuló el triunfo de los “bautistas” al siguiente día, y la República prosigue
su camino, gloriosamente compacta.

116 Obras Completas


Onésimo Redondo

Pero la pródiga semana no quiso despedirse sin, regalar, a duchos y novatos,


un brillante número de lo más selecto del repertorio viejo - parlamentario: el
pugilato entre caudillos, un cuerpo a cuerpo de dos “ases” de la escena
parlamentaria.
En honor de Alba digamos que, a nuestro ver, esta vez -¡quién sabe si la
primera!- no preparó artificiosamente el encuentro. Su reto, si lo hubo, fue tan
sincero y leal, que triunfó con las palabras del contrario, mientras el verdadero
triunfador -paradojas parlamentaria- será derrotado.
Más viejo político, por tanto, ¡oh dolor republicano!, fue en este caso -más que
el mismo Alba, cúspide y símbolo del pasado régimen la luminosa cuanto
elocuente cima del nuevo.
Don Niceto recogió, sin derramar una sola, en aras de su muy confesada
humildad, todas las reticencias, todos los reproches, leves o graves, que
pudiera contener el discurso del diputado zamorano, retransformado así en
rival del crecido exministro monárquico del banco azul.
Se derrochó elocuencia, se cruzaron felices y remozadas las habilidades de
primera línea: España tuvo de nuevo, por una tarde, dos hombres grandes.
Lástima de hombres que no aciertan a suministrar al país más grandeza que la
parlamentaria.
El desenlace, desgraciadamente, tampoco fue original: Se ve que, aunque la
soberanía ya no procede de Dios, sino del pueblo, y aunque las Cortes obren
“en función” de su soberanía, siguen dócilmente, sumisamente, los caprichos
o designios del hado o de la Providencia, de algo que -si quedamos, como
quedamos en que la Cámara es soberana hemos de llamar supersoberano,
puesto que se burla ágilmente de la voluntad incluso unánime de los
constituyentes.
Porque a la vez que aplaudían, con la energía que les caracteriza, aquello de
“se ha borrado el tópico de un Gobierno ponente, guía absoluta de una
Cámara dócil”... toda la Cámara -menos los situados en zonas lindantes con el
pasado extremaba su docilidad absoluta, aparatosa, “tópica”, a los pies del jefe
del Gobierno, verdadero amo entonces de la Cámara. Y esa docilidad, si no
para legislar, era para algo más viejo-parlamentario; para consagrar maliciosas
réplicas del caudillo, para vitorear con fruición en el amo, lo mismo que se
protestaba en el rival. ¡Pura docilidad y pura vieja política!...

(Libertad, núm. 15, 21 de Septiembre de 1931.)

Obras Completas 117


Onésimo Redondo

IDEAS DE REFORMA AGRARIA II


¿TIERRA PARA LOS CAMPESINOS?

RECORDEMOS nuestra opinión, en el número anterior proclamada,


favorable en principio a la entrega de tierra a los campesinos: Somos
partidarios de transformar a los obreros agrícolas en cultivadores propietarios,
atendiendo o básicamente a dos razones, que son otras tantas características
de nuestro ideario.

POR JUSTICIA SOCIAL


Es hora de derribar los privilegios feudales aun subsistentes. No puede
admitirse que millares y aun millones de campesinos vivan una existencia
servil, pasen hambre y desconozcan hasta la ambición de redimirse, mientras
haya grandes extensiones de propiedad estática.
La tierra ni ningún otro orden de propiedades deben poseerse estáticamente;
esto es, estériles o con métodos de producción estancados en el mínimum,
mientras existan masas de familias que padecen hambre.
Preferimos la dinámica productiva de los particulares a la del Estado, que debe
desembarazarse en cuanto pueda de actividades industriales: rechazamos las
insinceras afirmaciones socializadoras del marxismo. Pero atribuimos al
Estado la misión superior de garantizar el bienestar de las clases trabajadoras,
demoliendo revolucionariamente los privilegios hereditarios de la holganza.
Por justicia, defensores de la expropiación social, lo somos, pues, del
latifundio en beneficio de la masa desposeída, que es la mayoría de la
población agrícola.
Entiéndase que esto no nos asimila, ni mucho menos, a ninguno de los grados
del marxismo encargados ilógicamente de predicar el reparto. Es curioso, pero
nada inexplicable, que todas las ramas del socialismo acudan al campo
prometiendo tierra a los obreros. ¿Pues no habíamos dicho que socialismo es
colectivismo? ¿Es que nació Marx para predicar como vosotros la propiedad
privada?..
A nada de esto responderán los hipócritas creyentes del paraíso materialista: lo
que importa son los votos, que no la doctrina. Desde los socialistas de blanca
camisa, como nuestro beatífico De los Ríos, hasta los energúmenos que se
sustentan del oro ruso, todos viven para el Poder político y no para la idea:
ésta se estira, encoge o disimula a tono con la atmósfera de los hambrientos,
mientras se les habla, y de la conveniencia del partido, mientras se gobierna.
Por eso todo socialismo promete tierras en propiedad a los campesinos.

118 Obras Completas


Onésimo Redondo

EL AUMENTO DE PRODUCCIÓN
No, puede entenderse comprendida en el complejo de facultades que integran
el derecho de propiedad la facultad de producir poco: La independencia
nacional y, sobre todo, la liberación económica a que tienen derecho todos los
súbditos del Estado exige el aprovechamiento máximo de todas las
posibilidades naturales del suelo. Al Estado le incumbe presidir esa función de
intensidad productiva. Sus poderes deben extenderse no sólo a incrementar las
construcciones públicas de Fomento, sino a modificar las relaciones de
propiedad, encaminándolas, según las circunstancias, al mejor
aprovechamiento de las riquezas naturales o de las obras ejecutadas.
Estas consideraciones no sólo fundamentan aquella parte de la llamada
“Reforma Agraria” que consiste en otorgar tierra a los campesinos, sino que la
condicionan: El reparto de tierras que, en lugar de ocasionar aumento de
producción agrícola, la perjudica, pierde no sólo su conveniencia, sino su
legitimidad.

(Anónimo. Libertad, núm. 15, 21 de 5eptiembre de 1931.)

Obras Completas 119


Onésimo Redondo

FRAGMENTOS DE LAS ORDENANZAS DE LAS JUNTAS


CASTELLANAS DE ACTUACIÓN HISPANICA (5)

ART. 1º Se constituye en... la JUNTA CASTELLANA DE ACTUACION


HISPANICA.
Art. 2º Son principios fundamentales de actuación:

NACIÓN
1º La afirmación de España como nación una e imperial, obligada por su
Historia y la capacidad de su cultura a ser fuerte entre los demás pueblos,
dando al Estado una estructura y una pureza hispana. Proclama la Junta su
veneración por las grandiosas tradiciones patrias y la comunidad de raza y
destino con las naciones ibéricas de ultramar.

JUSTICIA SOCIAL
2º Los problemas sociales que la moderna organización del Estado presenta, y
particularmente la elevación intelectual, económica y moral del proletariado,
deben resolverse por la intervención sistemática del Estado, para evitar la
explotación del hombre por el hombre. Rechaza la Junta la teoría de la lucha
de clases. Todos los elementos que intervienen naturalmente en la producción
deben vivir en una armonía presidida por la justicia. Se declara la preferencia
de la organización sindical corporativa, protegida y regulada por el Estado,
como sistema obligado de relación entre el trabajo y el capital y de uno y otro
con los intereses nacionales de la producción. Se proscribe la intervención de
organismos internacionales extraños al Gobierno de la Nación, como
impulsores o directores del movimiento obrero español.

REGIÓN
3º La reconstrucción de las provincias de Castilla y León. Se entiende por
reconstrucción: la mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento
de la producción agrícola, la repoblación de los terrenos yermos o roturados
en los que sea posible la repoblación forestal y la dignificación de la vida rural
para el fortalecimiento autonómico de los Municipios. la urbanización de las
aldeas y villas y la creación de instituciones de beneficencia y cultura.

5
Estas Ordenanzas, que no hemos podido encontrar en su integridad, constaban de 16
artícu1os. Se escribieron en el otoño de 1931.

120 Obras Completas


Onésimo Redondo

Art.3º Fines de cultura:


a) En el orden cultural: Promover y practicar estudios e informaciones para la
defensa de las ideas e intereses que constituyen los principios de la Junta.
También cuidará de proporcionar a sus miembros educación ciudadana y
cultura física para ser útiles a la Nación en servicio de os mismos principios.
b) En el orden social: Actuar mediante la propaganda y la creación de
instituciones adecuadas para que el trabajador español encamine sus
actividades solidarias con independencia de las organizaciones de disciplina
internacional.
c) En el orden político: Intervenir, ya como partido, ya como organización
impulsora, en movimientos de propaganda, actuación política y petición ante
los poderes públicos, con la inspiración marcada por los aludidos principios
del artículo 2º.

Art.4º Esta Junta se dirigirá por un triunvirato.

(Onésimo Redondo, págs. 22-24.)

Obras Completas 121


Onésimo Redondo

LAS INIQUIDADES Y EL HAMBRE

No hace falta ser estadista, y ni siquiera diputado, para advertir que la nación,
hoy, como pudiera haber sucedido en un año de la Edad Media o a raíz de
perder una guerra, está amenazada por el deshonroso fantasma del hambre.
Los primeros zarpazos ya se han sentido, y prueba de ello son las bandas de
parados que inquietan la vida de las ciudades, la efervescencia de los campos
meridionales y el feroz movimiento huelguístico, que ya es epidemia en las
aldeas castellanas.
“Mal invierno se avecina”, es la profecía que a diario se oye en labios de todos
los españoles. Y los “técnicos” se apresuran sin gran esfuerzo a declarar las
causas de la ominosa crisis de pan y trabajo, coincidiendo con el diagnóstico.
paralización industrial por la abstención del capital, cese de trabajos públicos,
depresión monetaria, conflictos sociales...
Está bien: todos de acuerdo, y nosotros añadimos, ¿tienen estas causas
económicas y, por tanto, EL HAMBRE, que es su efecto, algo que ver con las
iniquidades cometidas durante los últimos meses? Llamamos iniquidades,
como la palabra lo pide, a los hechos que constituyen una grande injusticia
cometida por espíritu de maldad, y decimos “los últimos meses” para aludir a
las que el populacho, y aun el pueblo, y más aún el Gobierno, han tenido el
gusto de consumar aprovechando la revolución.
Las calumnias sistemáticas, la libre injuria, la traición y la promesa engañosa
han marcado la apertura de esta evoca de iniquidades políticas: sus héroes
fueron los periodista y los políticos que buscaban, y consiguieron, en
periódicos y tribunas, conquistas personales sobre las cenizas del régimen o
instituciones combatidas.
Llegado el triunfo. las medidas y los actos inicuos no han conocido apenas
barrera ni frenos legales: las turbas han cometido crímenes contra la libertad,
las propiedades y las personas de quienes ha placido a la revolución elegir por
víctimas, para solaz infame de los bajos fondos del pueblo: La impunidad ha
aureolado a los criminales y la Prensa revolucionaria ha quemado incienso en
su honor.
El Gobierno, por su parte, se ha, complacido en perseguir con declaraciones
ofensivas y con la coacción irresponsable, despótica, a sectores y hombres
libres de delito contra ley alguna, mientras se ha dado patente, no sabemos si
temporal o definitiva, de impunidad y aun de protección a elementos
dedicados a pervertir al pueblo y a minar los mismos fundamentos del Estado.
Recuérdense el secuestro y supresión de periódicos españoles con absoluto
desprecio de la ética, las prisiones gubernativas por el capricho enfermizo del
director de Seguridad, las disposiciones expoliatorias de propiedades y
derechos legítimos...

122 Obras Completas


Onésimo Redondo

Mientras tanto, el comunismo y la anarquía barruntan alborozadamente un


paraíso en España, se dedican como por deporte al crimen y los delincuentes
de la pluma producen una riada de torpezas bestiales, inspiradas
amorosamente por personajes conspicuos del régimen.
Esta es una pintura somera de iniquidades tan íntimamente vinculadas a los
hombres de la revolución parlamentario - socialista.
El capital, a compás de esto, se esconde o huye; las rebeldías trastornan el
ritmo de la producción, España pierde su crédito exterior y EL HAMBRE
surge. Prieto ha confesado que la peseta apresuró su envilecimiento al
encenderse las hogueras de los conventos.
¿Tendrán algo que ver las iniquidades con el hambre?

(Anónimo. Libertad. núm. 16, 28 de septiembre de 1931.)

Obras Completas 123


Onésimo Redondo

EL PACTO DE SAN SEBASTIÁN

SI no fuera porque la víctima es España, podríamos alegrarnos, con estricta


justicia, del atolladero en que los parlamentarios se encuentran atascados con
el pleito catalán.
Han caído en sus propias redes, se ahogan en los conflictos que ellos han
creado; tengamos piedad para España, pero odiemos al régimen que provoca
tamaños problemas, y preparemos a la juventud para arrojar violentamente de
sus puestos y perseguir hasta el ostracismo perpetuo a estos hombres de la
farsa democrática.
La demagogia ha sacado el problema de Cataluña de sus justos términos.
Necesitaba envenenar este asunto para que las multitudes, enardecidas por el
mito libertario, aupasen a los vividores de la industria sufragista, y he ahí
transformado en odiosa espina de nacionalismo un razonable problema
autonomista.
El pacto clandestino de San Sebastián no es, como falsamente se predica, la
alanza de dos zonas populares de opinión, la transacción de un antiguo pleito.
Fue, simplemente, el trazado de un plan de agitación, con el designio de
repartirse los frutos demagógicos, Los demagogos saben que las multitudes,
propensas siempre a otorgar su aplauso a las desmesuradas promesas,
encumbran a los que más sombríamente pintan el presente, situando la clave
de la felicidad en un imaginado horizonte de libertad, que supone, por de
pronto, la elevación política de los charlatanes.
De este modo cada fracción política confió en San Sebastián en todas las que
estaban dispuestas a servir sin escrúpulos un monstruoso plan de agitación, y
se dio alegre acogida a los separatistas catalanes.
Estos han fomentado con la propaganda en su región la suicida opinión
antiespañola que ve la felicidad de Cataluña en una infantil ilusión de
independencia.
El problema, pues, en su espinosa situación actual, no es anterior, sino
posterior al pacto de San Sebastián. Consiste en la pugna que los políticos no
pueden menos de sentir entre su compromiso, su necesidad de satisfacer a la
opinión libertaria que ha producido más de 30 diputados en Cataluña y su
miedo a despedazar España.
Uno u otro hecho producirá el desprestigio fulminante de los partidos
dominantes. Este es el atolladero, típicamente parlamentario, en que se
encuentran encerrados por su gusto de ayer y su dolor de hoy nuestros
constituyentes.
España espera vigilante: cuando el fracaso se haya consumado, intervendrá
con mano viril, puesto el pensamiento en la Historia y el porvenir patrios para

124 Obras Completas


Onésimo Redondo

anular la mentirosa y pasajera ilusión libertaria de Cataluña y purificar la


nación para siempre de demagogos y marxistas antinacionales.

(Anónimo. Libertad, núm. 16, 28 de septiembre de 1931.)

Con la misma elocuencia parlamentaria que hoy emplea A. Zamora para defender
el nacionalismo catalán, combatió hace años un proyecto de autonomía.
¿ Es que es decente mudar de opinión como los abogados, que defienden y cobran?
¿Se puede jugar así con España

Obras Completas 125


Onésimo Redondo

LA LECCIÓN INGLESA

UNA CIVILIZACIÓN DECAE


LA juvenil afirmación, repetidamente proclamada en este semanario, de que
España es una reserva con vida propia, un depósito de originalidad cultural
con vigor nuevo, frente al desgaste irremediable de los pueblos europeos
traspirenaicos, ha venido a cobrar fulgor de actualidad con el gravísimo suceso
inglés.
No es necesario divulgar, porque ya ha llegado a todos esta reflexión, que la
crisis financiera de la Gran Bretaña rebasa con mucho por su origen y por sus
efectos el campo de lo económico. Sólo atendiendo al efecto que para
Inglaterra supone situar su glorioso hegemónico “terling” al nivel de las
divisas de los pueblos más libres, ya se puede hablar por ahora de una grave
derrota. Pero la interpretación dilata y las consecuencias desfavorables para el
poder inglés y aun para la civilización europea se multiplican, si consideramos
siquiera someramente las causas fundamentales de este grandioso crujido en el
monumento imperial más encumbrado del mundo después de la declinación
hispana.
Podemos reducir dichas causas a tres: la progresiva decadencia imperial por la
suplantación de mercancías inglesas en los mercados mundiales; la ventaja
monetaria de la Banca de otros países sobre la City, conseguida
paulatinamente en los últimos años por Holanda, Francia y Norteamérica,
especialmente, y, por último, la gestión socialista en el Gobierno de la Gran
Bretaña.
Esto quiere decir que la hegemonía mundial inglesa declina definitivamente:
muere porque pueblos numerosos -continentes completos- nacen a una nueva
suficiencia, salen de una esclavitud económica que precisamente era la clave
del imperio inglés.
Suramérica y Asia rechazan pacíficamente, por la voz de sus Aduanas, la tutela
universal británica que parecía eterna. Y frente a este crecimiento de las
naciones jóvenes o rejuvenecidas, Inglaterra presenta en sus alturas la
ineptitud de una madurez materialista: el socialismo en el Poder. Esta es la
fuerza encargada de asestar el golpe de gracia a la civilización europea,
racionalista e industrial.

LA MISIÓN DEL SOCIALISMO


El socialismo significa, fatalmente, la ascensión a la cumbre de una nación de
lo más ilustre de sus mediocridades, y la elevación de unas simples hipótesis
tan pueriles como malignas a la categoría de normas de gobierno.
El liberalismo afligió a Europa en lo económico hasta provocar el marxismo,
por la creación de una inmensa legión de desamparados, y en lo político,

126 Obras Completas


Onésimo Redondo

creando una guerra interior perpetua, por la elevación amañada de una


mayoría electoral al despotismo del Estado. El socialismo conserva este abuso
permanente de poder de las mayorías y sustituye la despiadada postergación
del trabajo por la despiadada persecución al capital.
Es la cumbre de la civilización materialista, vinculada al interesado afán
sufragista de amaestrar a las masas con la predicación de derechos, con la bulla
de las libertades y reivindicaciones. Nacido del liberalismo y conservando
todas las enormidades del farisaico credo demo-liberal, significa un paso más
en la insensata y alegre emancipación del concepto humano de los deberes
familiares y políticos: por eso su ocaso es tan próximo a su aurora y mediodía,
que bastará un cuarto de generación, diez años de vida, para ser testigos de su
fugacidad.
No esperamos que el escarmiento sea tan rápido como el fracaso: todas las
naciones acogidas al credo racionalista, a la divinización de la vida industrial,
están condenadas necesariamente a pasar por el doloroso invierno de la
experiencia marxista si han de purgar el curso de sus ya seculares aberraciones,
cuya última etapa desemboca en la sima comunista.

LA POSICIÓN DE ESPAÑA
Sólo España, entre los pueblos occidentales con cultura propia, aparecía, en el
fondo de la totalidad de su pueblo, al margen del desenfreno progresista, que,
incorporado hace siglo y medio a las costumbres de gobierno, ha sido el
secreto de ese divorcio permanente entre el régimen y la nación, entre los
políticos y el interés de la Patria. La realización de la Revolución abrileña.
tomada por tantos, de buena fe, como histórica realización para encontrar el
propio camino, el gobierno genuinamente español, ha sido, tristemente, la
mayor victoria hasta aquí conseguida de la perversión parlamentario-socialista
sobre el pueblo engañado por la calumnia científicamente explotada y por la
extremación de las promesas irrealizables. Por eso su triunfo ha sido rápido y
casi total, pero su fracaso es fulminante, como se va viendo. Celebremos, por
España, el trágico paso del socialismo por el Poder: conviene, aunque resulte
doloroso, que así nos adelantemos al escarmiento mundial, para recoger en
breve tiempo la lección y reanudar el curso de nuestra Historia, acudiendo a
las reservas propias de nuestra cultura imperial, ni racionalista, ni atea, ni
mucho menos socialista.

(Libertad, núm. 16, 28 de septiembre de 1931.)

Obras Completas 127


Onésimo Redondo

LA RAZON DEL PODER MARXISTA

LA difamación, la calumnia. Estas son las fuentes mayores del poder marxista.
No les iguala en influencia demagógica ni siquiera la superstición del bienestar
material con que seducen los hipócritas o ilusos predicadores del marxismo la
desdichada ignorancia de sus públicos. El obrero vive una vida de
resentimiento: está por debajo de la sociedad. Levanta las cargas del bienestar
burgués y no conoce otro horizonte que el de la humilde correlación diaria de
su trabajo o con su alimento, expuestos, además, al azar del libre mercado del
trabajo. La existencia dolorida del asalariado crea en él su ánimo resentido:
vive una vida de agravio perpetuo. Sus enemigos son todos los que no
padecen como él. Tal es la situación espiritual del obrero animalizado, del
hombre a quien la sociedad explota y el racionalismo descristianiza.
Para conquistar esas almas resentidas no hay arma como la difamación. Nada
tan fecundo para arrancar el aplauso del trabajador como alegrar su odio con
la sátira impía de toda la sociedad no proletaria: el que quiera seducir al
obrerismo, hará bien en esmerarse por fustigar, con algo de verdad y mucho
de calumnia, a enemigos reales o a enemigos supuestos del obrero, da lo
mismo. Cuando un hombre -generalmente jóven-, sea burgués o sea obrero,
que eso poco importa, quiere lanzarse a la conquista de los votos o las milicias
del proletariado, lo primero que hace es dejar tras la puerta de su habitación
los escrúpulos que al hombre honrado le hacen distinguir, con responsabilidad
moral, la verdad de la mentira. Más que de doctrina, más que de competencia
y mucho más que de convencimiento, ha de salir pertrechado de mentiras,
aficionado al lenguaje injurioso, hábil en la difamación.
Sabe bien que su público es lerdo, desganado (porque su vida sólo es física) de
discernir sobre razones espirituales y, sobre todo, resentido, anheloso de
venganza centra todo y contra todos. No hay que enseñarle principios de
justicia objetiva, y menos justicia religiosa, sino hablarle de su justicia. de su
revancha. No le interesan las verdades, sino las soluciones, y más aún que las
soluciones, el castigo de los que sienta -o se le presenten- como responsables
de su situación.
Tal, repetimos, es la táctica -en verdad criminal- de la acción marxista en todos
los países. Y ese hecho psicológico del resentimiento explica a la vez dos
hechos, cada día más evidentes y en apariencia misteriosos, del marxismo:
Que sostengan sus corifeos el prestigio entre las masas, no obstante sus
cotidianas traiciones. Que los obreros se entusiasmen, sin escarmentar nunca,
con el que cada día ofrece un nuevo radicalismo difamatorio.

128 Obras Completas


Onésimo Redondo

En el fondo de la acción marxista no hay, pues, propósitos de redención, sino


odio, compartid, o entre los auditorios y el tribuno, los lectores y el periodista.
Ni mueve a los militantes tanto la esperanza en el porvenir como la
desesperación contra el presente. Por eso el marxismo es negativo como
norma de convivencia, estéril como teoría económica, destructor en lo político
y en lo espiritual y social, un eco atávico del salvajismo primitivo.

(Anónimo. Libertad, núm. 17, 5 de octubre de 1931.)

El pacifismo lerrouxista no es apto para librar a la nación del socialismo. Contiene


la servidumbre al mito parlamentario, que empobrecerá necesariamente a España.
La pobreza y el liberalismo son los caldos del fermento bolchevique que en unos
años lo invade todo.
¡Guerra nacional contra el Parlamento!
Los profesionales del escándalo esperan con morbosa deleitación sadista la semana
en que se va la discutir el problema religioso.
Mientras los jabalíes afilan sus colmillos y el tenor prepara su romanza, los obreros
se mueren de hambre y la industria nacional se paraliza. No puede seguir ni un
momento más esta farsa indignante.

Obras Completas 129


Onésimo Redondo

POLITICOCRACIA
EL ESCLAVISMO DEMOCRÁTICO

COMO no tenemos fe en la superstición del sufragio universal, rechazamos la


intervención de la mujer en los comicios. El “un hombre, un voto”, extendido
hoy a “una persona, un voto”, como fórmula de salud pública, es el resumen
de un turbión de hipotéticas falsedades y supuestos infantiles: es la raíz de la
llamada democracia liberal, negación de la verdadera democracia. A los que
sienten aptitud, ambición y probabilidad de conquistar posiciones políticas,
seduciendo a la muchedumbre de ignorantes, les conviene reducir la vida
política -y aun toda la vida- del ser humano a este supuesto antinatural: “el
individuo es libre y es igual bajo el Estado”. Única libertad, la del individuo.
Única soberanía, la del individuo, también, pero delegada en el Estado -o sea
en los políticos- por medio del voto. El voto engendra la plena soberanía;
frente al Poder, conquistado por la suma mayoría de votos sueltos, ya no hay
más libertades que las que consienta el partido dominante. El absolutismo
parlamentario, construido así con la mecánica falaz de las papeletas
electorales, domina en toda la dilatada existencia social situada entre el votante
-que desfloró su soberanía en la urna- y el Estado Todopoderoso.
La Familia, la Escuela, la Propiedad, el Trabajo. la Asociación libre, todas las
libertades y formas de convivencia quedan de rodillas ante el Poder, que
dispone de cárceles y ametralladoras.
Esta es la traza exacta de la llamada “democracia liberal”, que es, de hecho,
una “politicocracia absolutista”. Sus principios o, más exactamente, sus
supuestos -emisión libre y consciente del voto, poder constituyente de la
mayoría de los individuos-, después de ser un tejido burdo de arbitrariedades
mentales, contienen una lógica tan brutal, que autorizan las intromisiones más
despóticas de la clase dominadora en la vida y voluntad de los dominados: es
el fatalismo esclavista, elevado a principio de civilización.
La humanidad, bajo el mito del sufragio universal, resulta prisionera moral de
ese mito y sierva físicamente de sus consecuencias. Porque a nadie le es
posible sustraerse al dogma de la soberanía se puede votar en contra del
candidato popular adverso, mas el voto contra el sistema, que es lo que
importa, no tiene alcance práctico. ¿Qué derechos tiene el elector que no
quiere a ningún candidato porque todos le parecen funestos? La papeleta en
blanco, que es la sumisión, con manos atadas, a los mismos que detesta.
Aunque la mayoría de los electores deteste a todos los elegidos -como viene a
suceder en la España de hoy-, es forzoso aguantar la soberanía de los
repudiados. No hay razón de bien público que abone el despotismo de los

130 Obras Completas


Onésimo Redondo

partidos dominantes, pero no importa. Basta que el dogma del sufragio,


casado con la farsa electoral -trama caciquil y música demagógica, les hayan
hecho soberanos. Su “poder constituyente” lo puede todo. Creemos que hasta
hacer de los hombres mujeres y de las mujeres hombres...

ESPAÑA, HOY
Triste es que España, autora de pueblos y sembradora de rutas originales de
grandeza, Se encuentre dominada, “colonizada”, a estas alturas del mundo,
por la invasión anacrónica de esos supuestos dogmáticos precisamente en los
momentos en que una crisis universal sacude a las naciones con el estertor de
una agonía que dará a luz nuevas formas. Reconocemos que el ambiente
público, sugestionado en la “postdictadura” por la esperanza redentora de la
acción popular, es propicio provisionalmente al sufragio universal. No se hará
esperar mucho el escarmiento. Si en la antigua etapa monárquica vio España
fracasar algunas docenas de legislaturas antes de consentir, alborozada, en la
supresión del Parlamento, la nueva etapa republicana con su vorágine
demagógica gastará mucho más pronto la ilusión demoliberal y veremos al
Parlamento, inepto para toda labor útil, caer estrepitosamente ante la
temprana repugnancia, pública.
Prepárese la juventud para sustituirle con formas de autoridad viril y
democracia también viril que destierre definitivamente, a un tiempo, la
autocracia personalista y la corrupción populachera del sufragio individualista.
Nuestra fecunda historia, empalmada con las jóvenes experiencias de la
economía corporativa. nos dará la solución de un régimen de sinceridad
eficacia de imperio.

(Libertad, núm. 17, 5 de octubre de 1931.)

La coeducación o emparejamiento escolar es un crimen ministerial contra las


mujeres decentes. Es un capítulo de la acción judía contra las naciones libres. Un
delito contra la salud del pueblo, que deben penar con su cabeza los traidores
responsables

¡ OBREROS !
La prensa marxista os engaña. Estáis haciendo un juego indigno a los enchufistas
inmorales, que os desorientan a diario con mentiras libertarias.
El socialismo es una burocracia burguesa y antinacional, que a todos arruina,
menos a los que ocupan los buenos cargos.

Obras Completas 131


Onésimo Redondo

LA SOLUCIÓN

CUANDO en la confusión de una catástrofe de tierra o mar el pasaje, alocado


por la tragedia, se pregunta qué solución cabe en medio de ella, no es
inverosímil que el motor del vehículo, aunque averiado, continúe su ritmo
impertinente, inútil, como una nota de sarcasmo puesta en medio de la
angustia general.
Tal sucede hoy en el cuadro de las tristezas españolas. El motor del Estado,
con su Parlamento impertinente, su ritmo ministerial rutinario y enfermizo y
su coro: de prensa servil y aun de “malditos”, reclutados entre el pueblo, se
esfuerzan en mantener una sarcástica apariencia de normalidad. No nos
engañemos: la catástrofe es real y a todos alcanza. El daño causado al pueblo
por la hipócrita voracidad parlamentario-socialista es tan cuantioso que afecta
a todos los componentes de la economía y a todos los prestigios de
civilización. Y es tan rápido que, por vestir el negro color de la tradición,
clama contra los culpables la pronta ejemplaridad de un castigo sangriento. Es
necio que el espíritu generoso ciudadano conceda nueva confianza al sistema
desbaratador de nuestro patrimonio de civilización y riqueza, como sería
imbécil conceder plazo o tolerancia a los malhechores adueñados de la propia
finca. Hay que preguntarse, como lo hace en realidad el país, volviendo la
espalda con asco a los traidores, ¿cuál es la solución?.. De ninguna manera una
reincidencia perenne en el parlamentarismo. No podemos confiar en el
sufragio universal, como institución perpetua, porque es el origen de los
males, que no se eliminarán mientras subsista el fracasado sistema liberal: el
sufragio es la alegre viña del escándalo, donde el más despreocupado hace
mejor negocio, cambiando votos por meras palabras. En este campo, abonado
para todas las traiciones, prospera la hidra marxista, que sin el barullo de las
elecciones muere por asfixia.
La desgracia, el enemigo nacional, es el marxismo. Y de éste no se libra el país
sino por extirpación voluntariosa, desalojando del país, por traidores y
disolventes, sus propagandas: la solución está, pues, en una dictadura
antimarxista. No es extraño que a muchos sorprenda y decepcione esta palabra,
tomándola, como hasta aquí se ha hecho, por un recurso desesperado, por
una militarada en la que el remedio se encomienda, cobardemente, a la
taumaturgia imposible de un general.
No es eso: nada de dictaduras autocráticas, personales, y mucho menos de
clase, ni obrera ni burguesa. Hablamos de una dictadura popular, del pueblo.
Un gobierno fuerte, ganado en la calle por la lucha franca, impuesto
férreamente por el arte de los patriotas y por la adhesión del pueblo, y
poseedor no de unas fórmulas mediocres de paz y buena voluntad, sino de un

132 Obras Completas


Onésimo Redondo

querer histórico y total para encaminar a la raza por nuevos rumbos de


grandeza; poseedor también de una concepción económica radical que cancele
el problema de las clases, reforzando desde el primer momento la producción,
sin necesidad de una hecatombe previa, como necesita el marxismo.
Este movimiento no se trama en camarillas ni en cuartos de banderas: no se
implanta por resorte, sin previa noticia ciudadana. Tampoco es
necesariamente estéril como las dictaduras de ese tipo.
Se gana en la calle como decimos, arrojando, cueste lo que cueste, la máscara
de la cobardía que nos tiene ignominiosamente sujetos a la procaz dictadura
marxista, marchando abiertamente a liberar al pueblo de la engañosa disciplina
con que las fuerzas internacionales -antinacionales explotan su ingenua fe y
entretienen su miseria creciente.
¡Queremos una dictadura nacional, de origen popular, que liquide el mito
histórico del parlamentarismo y extirpe del suelo patrio la traición marxista!

(Anónimo. Libertad, núm. 18, 12 de octubre de 1931.)

En el día de hoy, 12 de octubre, Fiesta de la Raza, enviamos un saludo a los


pueblos hispanos de América.

Obras Completas 133


Onésimo Redondo

NUESTRO SALUDO

TERMINADAS SUS vacaciones veraniegas, bien explicables, “La Conquista


del Estado” sale con reforzados bríos al palenque periodístico, en el que este
inteligente y lealísimo colega “nacional-sindicalista” hace grupo aparte porque
sólo él enarbola la única bandera de la salvación nacional: la lucha marcial
contra la traición y la podredumbre marxista.
Nos unimos a los camaradas de “La Conquista” en su acción de fidelidad
hispana y antimarxista. Como verá el lector, honraremos a menudo las
columnas de LIBERTAD coadyuvando a la extensión del frente nacional de
salvación por la difusión del pensamiento nacional-sindicalista, demasiado
poco conocido.

(Anónimo. Libertad, núm. 18, 12 de octubre de 1931.-Reproducido en Onésimo Redondo,


págs. 25.26, Y por Narciso Sánchez, Onésimo Redondo, Madrid, 1953, págs. 14-15.)

El arma principal del socialismo es el hambre: fabrica su poder sobre la


exasperación de los desvalidos. Por eso, desde la calle, destruye con huelgas la
producción, y desde el Poder malbarata las finanzas y persigue al capital.
Los políticos marxistas gozan con el malestar popular, que es la base de sus
triunfos

134 Obras Completas


Onésimo Redondo

LA CRISIS

No se puede interpretar certeramente la primera crisis ministerial de la


República, si se comete todavía la tozuda imbecilidad de confiar en el
Parlamento. Leyendo -las mentiras interesadas, las cursis falacias de la prensa
liberal, se figura el infeliz prosélito a su querida república parlamentaria -que
tantos millones cuesta a España- cada vez más “consolidada”. “La República
encontrará en todo momento el hombre que necesite”, dice con letras gordas
el mismo periódico que profetizó 150.000 votos a Cossío hace nada más que
once días.
Esta petulancia afrancesada no deja de ser grata a los oídos de los tercos o
aprovechados confesores de las excelencias -no sabemos si serán las
excelencias de la dinamita- que se atribuyen a la democracia liberal.
Indudablemente se sabe poca historia y se finge saber menos. Parece como si
fuera ésta la primera crisis parlamentaria resuelta. con tal algazara entre los
parciales que. en realidad, denota su redoblado entusiasmo por el cargo y las
dietas y, en apariencia, un avance de “consolidación”.
Muy corriente ha sido en los anales del Parlamento liberal esa alegría
endomingada del traje nuevo ministerial, la paleta satisfacción del ¡”Ahorra”!
con que se celebra un imaginado, acierto al encajar una mesa coja que...,
indefectiblemente, a los pocos segundos continúa con su desesperante meneo.
Estamos perdiendo en grado tan trágico la sensibilidad política, el sentido de
la medida, a fuerza de tanta hipocresía periodística, que hasta hemos dado por
gran indicio de energía saludable el femenil engallamiento con que Azaña
lanza sus plagiarios gritos de amenaza a unas inofensivas falanges de religiosos
y religiosas atribulados, y a una región tan provista de noble bravura como
buen gusto v de sentido finamente conservador. Enfréntese el arcángel
exterminador de la exterminadora farsa parlamentaria con las anchas grietas
del presupuesto, con la vergonzosa paralización del comercio interior y
exterior, el paro forzoso -o más propiamente quizá, paro republicano-
socialista- con la anarquía campesina y el albedrío del sindicalismo frente al
Estado.

***

Damos, sin reparo, por vencido al clericalismo. No dudamos ni un momento


que la gloriosa república de los masones ha puesto el mingo de la calumnia a
tal altura, que todos los desgraciados proletarios y la parte más atrasada de la
burguesía se han tragado con bélica indignación toda la maraña de
trasnochadas y vulgarotas especies contra “la gente de sotana”. Como

Obras Completas 135


Onésimo Redondo

sabemos que ésta era la Única misión de la revolución de abril, abrimos


nuestra boca, al compás de las fauces republicano-socialistas, para proclamar
que ha conseguido aquélla su fin, y no vacilamos en reconocer, por lo mucho
que se sabe de Azaña, que esta República ha acertado a poner la figura más
apropiada a la cabeza de su triunfo.
Lo que ya no resulta tan claro es que el feroz triturador de Guerra resulte, en
compañía de los ministros de tan probada competencia que le acompañan, el
consolidador ideal. Volvamos la vista a otros parecidos optimismo y
adivinaremos el desenlace. Es el espectáculo tantas veces presenciado en las
cortes monárquicas, cuando se clamaba a diario por “la hora de las
izquierdas”, a medida Que el régimen se iba deshaciendo y la Nación
apresuraba su ruina.
Nadie negará que este Parlamento no se deja aventajar por aquellos en
facultades de “consolidación”.

(Anónimo. Libertad, núm. 19, 19 de octubre de 1931.)

El escudo de la inmoralidad socialista es el cinismo.


Lanzan en cara a los demás sus propias lacras para despistar a las crédulas masas
trabajadoras.
Por lo que llamen a sus adversarios conoceremos lo que se les debe llamar a ellos.

136 Obras Completas


Onésimo Redondo

GUERRA AL FRAUDE PARLAMENTARIO

¡VIVA NUESTRA CONSTITUCIÓN! ¡VIVA LA INDEPENDENCIA


DEL OBRERO!

EL pueblo español, el pueblo verdadero, que no se compone sólo ni en su


máxima parte de obreros marxistas, contempla, con repugnante tristeza la
labor traidora de los constituyentes.
LLEVADO DE SU NOBLEZA INGENITA, DE SU ANTIGUA
COSTUMBRE DE CREER EN LA HONRADEZ DE LAS PALABRAS,
confió su suerte política a unos estafadores que, con el engaño de una
propaganda, de libertad y justicia, se erigieron en tiranos de la conciencia
hispana” en dilapidadores del Patrimonio nacional, al servicio de fuerzas
secretas antinacionales.
Con este servilismo, denunciado por A. Zamora, a los decretos de las logias
masónicas, como estas mismas han confesado, se hace LO QUE VA A SER
LLAMADO CONSTITUCION ESPAÑOLA, DE ESPALDAS A LOS
INTERESES Y ANGUSTIOSAS NECESIDADES DE LA PATRIA.
Declaramos a esta constitución FUERA DE LEY. No cabe atribuir la
legitimidad del legislador a los que han burlado la confianza de sus electores,
después de amañar un decreto electoral a su gusto para transformar en
mayoría aparente lo que en el país es minoría.
La suprema y primera ley es la fidelidad nacional y la decencia cristiana. Como
España no aceptó la Constitución amañada por Bonaparte en Boyaban,
TAMPOCO PODEMOS ACEPTAR LA DE LOS CORRELIGIONARIOS
DEL JUDAISMO, siervos de las logias, que arrancaron el voto de millares de
compatriotas vistiéndose hipócritamente de ciudadanos.
O hay fidelidad o no hay ley. El pueblo español no es un atajo de borregos
que puede ser conducido contra su voluntad a fuerza de fraudes. ¡Viva la
independencia hispana! ¡Viva NUESTRA Constitución! ¡VIVA ESPAÑA!

¡OBRERO!
Tus periódicos te desorientan y tus directores marxistas llenan la barriga a
costa de tu credulidad.
Mientras ellos suben, tu situación empeora rápidamente.
Quieren calmar tu hambre con mentiras contra los curas y frailes.
Todas las cifras que te dan vara irritarte SON INVENCIONES
FABRICADAS EN SUS REUNIONES SECRETAS. Están al servicio del
capitalismo judío, el más feroz y explotador de la tierra. ¿No notas cómo la

Obras Completas 137


Onésimo Redondo

persecución contra los clérigos entretiene demasiado tiempo tus justas ansias
de mejoramiento económico?
Es natural que quien vive echando el lazo busque un escondite para mayor
comodidad. LA ALGARABIA CONTRA CURAS Y FRAILES NO ES MAS
QUE EL ESCONDITE MARXISTA PARA CAZAR VOTOS
TRABAJADORES Y RETENER EL PODER Y LOS BUENOS CARGOS.
Como tus mangoneadores del socialismo tienen pocas soluciones y son
burgueses encubiertos, disimulan su fracaso arremetiendo contra las sotanas.
¿No ves clara la traición? ¡Obrero! Pide a tus directivos pan y justicia. Basta ya
de cuestiones de Iglesia y de novelas anticlericales.

(Anónimo. Libertad, núm. 19, 19 de octubre de 1931.-Reproducido parcialmente en el


mismo semanario, núm, 87, 11 de junio de 1934.)

No debe confundirse pueblo con proletariado. Ni la dictadura del proletariado sería


la dictadura del pueblo.
Queremos una dictadura popular, nacional, pero no una dictadura de clases. Ni
capitalista, ni obrera.

138 Obras Completas


Onésimo Redondo

EL MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA

HAY una violencia física, ejecutada en la calle, dirigida contra las personas, los
edificios o los símbolos que se odian. Entre nosotros la violencia física sólo la
ponen en práctica los tumultuarios secuaces de la lucha de clases y los
enemigos fanáticos de la Religión católica, emborrachados con centenares de
fábulas incultas. Hay también la violencia de la palabra y la de la pluma. El
primer lugar en una y otra lo ocupan los ogros alquilados para ello por Moscú.
La violencia del lenguaje, como la de la acción, cuando se esgrime en la
política, va enderezada no tanto a la defensa propia ni al castigo vindicatorio
contra el adversario, como a la agitación: al propósito de producir en el ánimo
público un movimiento de ventaja, ya por la excitación favorable de las
opiniones, por el escándalo o por la intimidación. Y como quiera que las
masas llamadas populares por antonomasia, las menos cultas, son más
propicias a operar con arreglo a los estímulos de la palabra violenta, los
partidos llamados populares, que quiere decir -aunque no debiera ser así-
demagógicos, son los que cultivan la violencia del discurso, del apóstrofe, con
mayor éxito. Las fuerzas secretas conocen los resortes para influir
tácticamente en la llamada opinión pública, y que, además, utilizan esos
resortes prescindiendo de todo escrúpulo moral, yendo por caminos tortuosos
o descubiertos, según les convenga, a conseguir el lucro revolucionario, son
las maestras en el arte de la violencia demagógica. Por eso los periódicos
masónicos, los judíos y los marxistas se caracterizan por su destreza y
entusiasmo en el ejercicio de la violencia. A fuerza de grandes titulares,
rumores abultados, gritos catastróficos y alardes, ya de glorificación, ya de
bravura, deshacen planes de gobierno, sepultan en la ruina o el desdén
prestigios o personas, derriban instituciones, congregan masas fanatizadas y
ganan elecciones viciadas por la verdadera coacción de la palabra calumniosa,
amenazadora, apocalíptica o simplemente estridente: por la violencia.
Conocen bien el poder de este ariete de la opinión, y quisieran monopolizar su
uso. Saben que ellas mismas sólo con idénticas armas pueden ser vencidas. Su
lema es tratar despiadadamente y, si se puede, calumniosamente al adversario,
sacando escandaloso partido de sus culpas o errores o inventándolos si no los
hallan. Y como pueden ellas, esas fuerzas ocultas y los partidos que son su
hechura, morir de la misma muerte, prohíben con avidez y sin escrúpulos el
uso de parecidas armas, cohibiendo la violencia contraria, aun la circunscrita a
normas lícitas. Esa es la dictadura de las izquierdas.

(Anónimo. Libertad, núm. 20, 26 de octubre de 1931.)

“El primer deber de todo Gobierno es durar”, dice el dictador Mussolini.


Por eso nos parece bien la ley de Defensa de la República para que el Gobierno
dure.

Obras Completas 139


Onésimo Redondo

EL “CONTROL” OBRERO EN LA INDUSTRIA

EL proyecto de ley sobre la intervención obrero en las industrias, presentado


por el señor Largo Caballero, ha desatado las lenguas y todos se han
apresurado a tomar posición -en favor o en contra-, llevados más por el
sentimiento que no por el estudio del mismo.
Aunque Castilla sea la región española menos afectada por tal proyecto, pues
no alcanza a la agricultura, y en la industria tan sólo a empresas de más de 50
obreros, sin embargo su trascendencia para la economía española es tal que
merece ser estudiado con todo detenimiento.
Para el principio, todo nuestro aplauso; a mayor dignificación social del
obrero, a mayor intervención del mismo en la vida de la empresa, responderá
o debe responder lógicamente una mayor armonía entre capital y trabajo; los
avances de la Democracia Social son no sólo mirados benévolamente, sino
favorecidos y alentados por la Sociología católica. Es de todo punto necesario
que ese aspecto de contrato de sociedad que tiene el contrato de trabajo sea
acentuado cada vez más, y para ello nada tan oportuno como un aumento de
la colaboración obrera en la dirección de la empresa.
Puede alegarse el fracaso de tal institución en Alemania, cuyos consejos de
fábrica han desaparecido desde 1922; pero, en cambio, tenemos el ejemplo de
los patronos católicos del Norte de Francia y gran parte de la industria belga,
en la cual triunfa el principio de colaboración, y, sin necesidad de accionariado
obrero alguno, intervienen y colaboran con el empresario en la dirección de la
fábrica. Lo único que puede deducirse del primer ejemplo es que tal reforma
ha de ser implantada con espíritu religioso y no obedeciendo a sentimientos
revanchistas, como ocurrió en Alemania. El propio ministro del Trabajo
reconoce noblemente en la exposición de motivos de su proyecto la decidida
actuación de los católicos en pro de la intervención obrera en las industrias, y
bastaría para nosotros, aparte de los documentos pontificios, el nombre de
Leon Harmel, el insigne católico francés, que a raíz de la Encíclica “Rerurm
Novarum” logró implantar en sus fábricas la intervención obrera veinte años
antes de que apareciese tal principio en la constitución alemana. Nuestra
actitud de decidida adhesión al principio nos autoriza a expresar nuestra
disconformidad en cuestiones de detalle; sea la primera la, inoportunidad.
Máxima conocida es que las reformas deben verificarse en épocas de-
prosperidad, y hoy, ante la crisis funcional de la economía española, ante las
dificultades de la industria, que la Bolsa en su fina sensibilidad registra, no
debiera cohibirse al medroso capital español con la promulgación de tal ley, y
otra inoportunidad mayor aún es la especial idiosincrasia de gran parte del
obrerismo español, encariñado con la violencia por la violencia, actuando, más
o menos conscientemente, al margen de la ley, y que vería en tal medida tan

140 Obras Completas


Onésimo Redondo

sólo una posibilidad más de arruinar las empresas y producir un definitivo


desastre. Por lo que toca al articulado de la ley, las principales observaciones
que nos sugiere son: el intento de monopolizar el trabajo, atentado a la
libertad del mismo, ya que los vocales obreros han de ser forzosamente
miembros de asociaciones proletarias, lo cual ahoga al productor libre, y la
falta de fijeza de la Ley en las facultades de fiscalización, defectos que pueden
implicar graves perjuicios a las empresas, al divulgarse secretos industriales
que podrían ser vendidos a productores rivales.
La forma de implantación de la Ley debería ser corregida; ¿por qué no
empezar por aquellas grandes empresas que constituyen casi servicios
públicos, como los ferrocarriles, y seguir adelante cuando ya hubiese triunfado
el principio en éstos?
Consideramos, finalmente, como un acierto el someter a información pública
un proyecto de tal envergadura, a fin de quitarle ese matiz de misterio y
sorpresa, tan dañosos a toda reforma trascendental, y esperamos que de esa
información
surjan las correcciones que hagan viable el proyecto, que posibiliten su
transformación en ley, y que sea ésta un nuevo triunfo en el camino de
concordia y armonía entre capital y trabajo.

(Anónimo. Libertad, núm. 20, 26 de octubre de 1931.)

¡TRABAJADOR! ¿ Ignoras que en Alemania el sesenta por ciento de los obreros son
enemigos valerosos del socialismo y del comunismo? Es que allí ya han tenido
tiempo de desengañarse.

Obras Completas 141


Onésimo Redondo

LA MENTIRA COMO ARMA POLITICA

SI quisiéramos dar una definición del verdadero demócrata, adaptada a lo que


la experiencia va acrisolando a medida que la democracia agoniza en el
mundo, diríamos: “Demócrata es el que teme al pueblo”.
La democracia, virtud más corrompida cuando más voceada, es, como
principio ilusorio, “el amor” al pueblo para servirle con espíritu de igualdad.
Como realidad, en las repúblicas donde se concentran los posos ya putrefactos
de la falsa democracia decimonónica, ésta no es más que un miedo interesado
al pueblo: se le engaña científicamente con apariencia de amor, para vivir de él
en la política.
Por lo mismo que el demócrata vive del pueblo sin amarle, su afán constante,
su necesidad, es mantenerle perfectamente alejado del conocimiento directo
de los asuntos públicos, sustraído a la verdad de la vida, que por sí misma
enseña, aún a los más lerdos. Antes, el problema del miedo al pueblo se
resolvía por la fuerza y el llamado oscurantismo o ignorancia de las masas.
Ahora, cuando la misma gárrula doctrina democrática se ha obligado a
desplazar los regímenes declarados de fuerza, a ésta la sustituye el fraude, la
mentira.
El desenvolvimiento de los medios de difusión, la prensa, creada para asentar
en el pueblo la dominación demo-liberal, agudiza a un tiempo la necesidad y la
posibilidad de la mentira como instrumento político. Es el nuevo
oscurantismo, el del fraude, que ha sucedido al de la fuerza. No son raros los
casos en que mentira y absolutismo, fraude y fuerza, se combinan
inmoralmente para vivir del pueblo.

***

No es fácil descubrir, por su enormidad, los daños que a una nación causa este
inicuo recurso de la democracia, esgrimido con ritmo diario, sempiterno, por
periodistas y políticos. Como se hace depender el régimen del Estado, la
suerte toda de la Nación, de la “ opinión pública”, y ésta se crea y se conduce
con la hipocresía como bandera, la falacia como verbo y la mentira como
dato, resulta que el pueblo, o la parte de él que haga su oficio en el tinglado de
la farsa demo-liberal, empujará infaliblemente la cosa pública por el camino
inverso al que al pueblo conviene.
Este es el secreto de la clásica ineptitud de los españoles para gobernarse bien;
la razón específica de que en sus cambios políticos casi nunca acierten. Como
la picardía, que es el arte de engañar con éxito, ha alcanzado entre nosotros en
todo tiempo una perfección inigualada, la nación ha vivido

142 Obras Completas


Onésimo Redondo

siempre fustigada y enferma por sus efectos. Cuando, con la erección de la


democracia liberal a la categoría de única forma posible de gobierno, la
picardía, la mentira como arma política, ha alcanzado sus prerrogativas
mayúsculas, puede calcular la magnitud de las consecuencias todo el que sepa
discurrir.
Por eso es visible que una parte considerable del país con entusiasmo, y su
totalidad con una gama de tristes complicidades, ha metido a la nación en una
situación tan extraña al pensamiento nacional, y tan extraviada de las rutas de
lo conveniente, que todos sentimos, en escaso plazo, la desazón del
desengaño.
Decimos todos, como Ortega y Gasset, poco sospechoso de parcial: “NO ES
ESO; NO ES ESO.”
Tal es el himno nacional de la democracia liberal: la voz del pueblo
eternamente engañado, extraviado conscientemente por los vividores
demócratas de las rutas de su conveniencia.
Las responsabilid3des de los autores del fraude popular, de los que, cada día
se cuidan de engañar al pueblo porque le temen y viven de él, sólo una
revolución de verdad, ejecutada bajo la enseña de la fidelidad nacional en
favor del pueblo y en contra de la democracia corrompida, podía sancionarlas
con rápido y durísimo proceder.
Caerían no sólo los señalados a diario como máximos responsables, que a
menudo son víctimas en medio de su aparente triunfo -los jefes ineptos-, sino
también, y principalmente, los impenitentes embaucadores anónimos, los
reptiles del periodismo, calentados a todos los sones del vaivén político,
adaptados con dúctil inconsecuencia a las múltiples contradicciones a que el
azar opinionista, por ellos provocado, les obliga. Son los sujetos de las grandes
pequeñas responsabilidades.

***

Concretamente, en el suceso de Burgos, aunque insignificante, muy


acomodado para comprobar las reflexiones de este artículo, porque se ha
hecho jugar en él la actitud del “pueblo”, podemos ver con toda claridad el
mecanismo de la mentira como arma política.
He aquí algunas de las que la prensa masónica -doctora de la falsa
democracias-, o simplemente la prensa liberal, ha usado hábilmente para
embaucar en la información del incidente:
Que las voces de quienes vendían LIBERTAD fuesen molestas para los
partidarios del régimen.
Que “el público”, o sea una callejera, indistinta representación de la ciudad
burgalesa, se sintió provocado: La verdad es que una turba de fanatizados,
preparados de antemano, promovieron el alboroto.
Que dicho público -la ciudad- arrebató los ejemplares y los quemó con cantos
libertarios. No hubo tal secuestro de periódicos ni actuaba el público.

Obras Completas 143


Onésimo Redondo

Que “un oficial de artillería” se pusiera al frente de los llamados


“provocadores” contra los provocados, y empuñando una pistola. Falso en
todas sus partes.
Que el periódico sea monárquico y... que los jesuitas tengan la participación
que las turbas conducidas, con tan ridículo afán les atribuyen siempre.
La mentira ha lanzado, pues, su democrática proyección sobre el asunto, y “el
pueblo” liberal se ha quedado tan indignado y tan civil como de costumbre.

(Libertad, núm. 20, 26 de octubre de 1931)


La nueva ley de Defensa de la República es temerosa por su imprecisión. Apenas
se concreta en ella otra cosa que la prohibición de alabar el régimen monárquico.
Otras aclaraciones son precisas, si la libertad legítima. no ha de quedar en manos
de la arbitrariedad; los ciudadanos debemos saber cuál es lícito y cuál es vedado en
el orden de las opiniones políticas. Por ejemplo:
¿ESTA FUERA DE LA LEY EL ANTIMARXISMO?

144 Obras Completas


Onésimo Redondo

LA TÁCTICA DEL HAMBRE

PARA tranquilizarse a sí propios los burgueses, en su cobardía, y los


cómplices, en lo íntimo de su remordimiento o su satisfacción oculta, se
contentan con decir tantos votos –pocos- han sacado los candidatos
comunistas o tantos lectores tiene su prensa. No hay peligro.
Esto es insensato, aunque lo hagan, más por interesada malicia que por
torpeza, los insignes pontífices del organismo parlamentario. Todos sabemos
que las masas para entregarse a una nueva iracundia revolucionaria no
necesitan inscribirse en un partido ni actuar sujetas a una disciplina
reglamentaria. Les basta con acumular desesperación y odio contra lo
existente y tener su alma, aunque no sus nombres, enfilados en una misma
trayectoria de demolición. La candidez pazguata del pensamiento liberal
conduce a otorgar al comunismo honores de sistema constructivo, categoría
de régimen racional con sus principios morrales, sus conclusiones honorables,
su estatuto de derechos y deberes y su dosis de lealtad mutua, como cualquiera
otro de los sistemas sabios o absurdos que forman el contenido de la
mentalidad civilizada universal.
No, ese comunismo no existe; es decir, un “comunismo” que sea o se parezca
a lo que la palabra denota ni ha existido nunca en Rusia, ni menos se pretende
o se profesa en España u otra nación de las amenazadas por el virus rojo
revolucionario. No hay más que saludar, con los ojos de un entendimiento
sereno, cualquiera de los periódicos editados con dinero de Moscú para caer
en la cuenta -si todavía no se tenía ciencia de ello- de lo que es en realidad el
llamado comunismo: la aspiración feroz a encender la guerra de miseria en
una sociedad, para destruirla y encumbrar sobre las ruinas una dictadura
amoral, con la sangre como argumento y la arbitrariedad del conciliábulo
como única ley.
Los llamados a hacer la revolución roja, los hambrientos, no entienden de ella
sino las voces que reproducen con más impiedad su resentimiento, el ansia de
protesta, la necesidad urgente de remediarse, el gusto de la venganza. Esas
voces las esculpe todas en sus consignas el comunismo, con monstruosa
precipitación ilógica, con la sola unidad del más extremado radicalismo. Por
eso el peligro comunista no lo nutren sólo ni ante todo las listas
aparentemente exiguas de los partidos ligados a Moscú, sino todos los
hambrientos iluminados con el resplandor torvo de las predicaciones de
rebeldía, aunque éstas salgan de las aburguesadas Casas del Pueblo.
Y la propaganda, verdaderamente sabia, intensa y amplia, del servicio
comunista de Moscú no es la principal ni la más continua, sino la que hace un

Obras Completas 145


Onésimo Redondo

régimen y una administración dando entrada a la vergüenza medieval del


hambre.
Conseguir un invierno de miseria y estrangular desde el Poder toda
propaganda cívica contra el comunismo es realizar lo más grato a Moscú,
hacerle su revolución con la insuperable táctica del hambre.

(Anónimo. Libertad, núm. 21, 2 de noviembre de 1931.)

¿Queremos librar a la nación de la esquilmante tiranía de los marxistas?


Organicemos milicias vigorosas de oposición. Libremos al obrero, con la
propaganda y la lucha, del oscurantismo socialista.

146 Obras Completas


Onésimo Redondo

DE ESPALDAS AL PUEBLO

NI los más convencidos de la insinceridad parlamentaria y de la íntima


incompatibilidad de tal régimen con la decencia y la eficacia podíamos esperar
tan escandaloso y rápido divorcio de las Cortes con el pueblo.
La semana última -cada semana progresa agigantadamente el descrédito de la
institución-, ha marcado los más elevados jalones de esa pugna trágica, antigua
en España, del Parlamento con el pueblo.
Se eligieron estas Cortes con la ilusa esperanza, torpemente aceptada de nuevo
por el país, en un régimen de libertad sincera y democracia fiel, confiada al
Parlamento. Y la única preocupación -como se ha visto- de los grupos
revolucionarios, particularmente del socialista, que más alardea de popular, ha
sido condenar a la nación, AL PUEBLO, a la imposibilidad de intervenir
eficazmente en la purificación de la vida pública. Eso explica la inmoral
hostilidad a la institución del “referéndum”, estrangulado con hipocresía. El
miedo al pueblo es la razón de esa fórmula chusca, encontrada en una tertulia
de los cabecillas socialistas, para elegir Jefe del Estado sin temor a la
sinceridad plebiscitaria. La caciquil máquina de los “compromisarios”
favorecerá a los violentos muñidores socialistas, que sólo confían en la
superioridad de sus artes de embaucar. Y para asegurar mejor las tuercas con
que los usurpadores de la opinión quieren aherrojara, la Constitución viene a
declararse prácticamente irreformable.
Claramente quedan así condenados a los ojos de todo el país los frutos
espurios de estas cortes que vuelven la espalda a la voluntad del pueblo, al que
ellas mismas no cesan de llamar “soberano”. Ningún régimen puede
consolidarse sobre la inmoralidad sistemática, ni alcanzará reválida de
legitimidad el que se oponga cínicamente a sus propias consignas.
Por eso, para consolidar la República, precisamente para conquistar la
República de honrada convivencia hispana, de normas morales y eficientes de
progreso, es preciso acabar con la Constitución de la deslealtad.
Y es preciso que el pueblo no vuelva a caer en la trampa de las promesas
demoliberales, trocadas después de cada elección, fatalmente, en artimañas
para birlar a los electores sus esperanzas bobas. La institución parlamentaria
gobernará siempre a espaldas del pueblo.
El negocio político del marxismo prospera con el parlamentarismo por ser
éste el medio más seguro de que el país venda a los peores su soberanía y sus
deseos.

(Anónimo. Libertad, núm. 21, 2 de noviembre de 1931.)

Obras Completas 147


Onésimo Redondo

EL FRENTE ÚNICO

URGE constituir o, por lo menos, propulsar por todos un frente único


antimarxista.
Debe acabar pronto la vergüenza de tener las libertades cívicas, la riqueza
acumulada por el trabajo nacional y el porvenir de nuestra propia civilización
entregado todo a las bárbaras furias socialcomunistas.
Hay que conquistar el derecho de todos a usar por igual de la calle y a exponer
libremente el pensamiento nacional.
La complicidad gubernamental con los desafueros marxistas sólo puede
vencerse por una actuación ciudadana valiente en que desaparezca al mismo
tiempo el miedo a los marxistas y el miedo a las arbitrariedades
gubernamentales. Algunos han de ser víctimas, ¡eso es inevitable!, para
reconquistar la libertad y la decencia. Empecemos pronto y todos a una. No es
más hombre el que se siente con más aptitudes para el crimen.
La defensa digna apaga muchas arrogancias.

(Anónimo. Libertad, núm. 21, 2 de noviembre de 1931.)

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Onésimo Redondo

MIRANDO A EUROPA

LA AGONIA DEL SOCIALISMO


EN España ya habíamos quedado en que el socialismo es el porvenir fatal de
todas las naciones. Nuestros profesores internacionalistas, a la cabeza de las
gentes que no piensan y para ahorrarse el trabajo de pensar adivinan, llegaron
a convencer no sólo al proletariado candoroso y bárbaro, sino a la burguesía
de los grandes ocios, tipo “pueblo de Madrid”.
Ninguna frase tan generalizada y tan “profunda” como ésta: “No cabe duda.
El mundo va derecho al socialismo. La socialización es la fórmula”. Por eso
nuestros revolucionarios de himno de Riego y ¡abajo los frailes!, tan generosos
para abrir sus progresivas mentes a todos los prodigios de la moda extranjera,
como sus bolsillos a las nóminas acumuladas, se apresuran a estampar en la
Constitución los mayores “adelantos” del socialismo, llevados de esa feroz
autoridad “postcavernícola” que tanto les adorna.
Pero llegan las elecciones inglesas... La nación maestra de ciudadanía
pronuncia su veredicto de arrolladora certeza, proclamada por el desnivel
inesperado superfluo de los sufragios: 560 diputados nacionales contra 55
internacionales. El socialismo es condenado por Inglaterra, previa experiencia
de su contenido.
Ya no puede decirse que “el socialismo es el porvenir del mundo” ¿A qué
tópico recurrirán ahorra los profesores internacionalistas cara embaucar a los
que no piensan? Alemania sujeta su hinchada social-democracia a la
humillante colaboración dictatorial y capitalista, con la mano de hierro de un
general y de un canciller católico, y sus socialistas se ven obligados a aguantar
en silencio el ostracismo para no despertar vertiginosamente al país, mientras
el nacionalismo de Hitler conquista a las masas.
Francia vive rica y envidiada. gracias a haberse librado siempre de las
vandálicas experiencias societarias. Italia ha abolido oficialmente hasta el
pensamiento marxista para poder vivir, y emprende al mismo tiempo una ruta
de imperio, admirable para su capacidad territorial. Austria se refugia también,
como Alemania, en la dictadura del equilibrio, aplazando, forzosa e
indefinidamente, las demandas del marxismo. Bélgica se gobierna por
católicos. Las naciones escandinavas escancian apenas el vino socialista y van
huyendo de la prueba...
¿Qué le queda al socialismo en Europa? Rusia y España. Dos usurpaciones
fraudulentas del Poder. Dos dictaduras amargas, en que se esquilma espiritual
y económicamente a las naciones víctimas, con el calenturiento fanatismo de
los secuaces espoleados por el egoísmo y no por el amor, por la soberbia en el
lugar del convencimiento. La nación eslava, ganada por la rapiña del judaísmo

Obras Completas 149


Onésimo Redondo

vengativo, con el pretexto criminal de la religión marxista, y la nación hispana,


engañada en la confusa sorpresa de un momento constituyente, creado entre
el barullo y las amenazas de los demagogos.

UN PARTIDO REACCIONARIO
La experiencia inglesa marca un nuevo período en la evolución de la política
moderna, mucho más fecunda en hechos que en doctrinas: Los sucesos se
siguen con mayor rapidez que las concepciones del ingenio político, de tal
modo que los resultados pisan los talones a los pronósticos y aun les cobran
delantera. Así podemos hoy decir con sobra de argumento, tomado de la
historia, que el socialismo es una idea reaccionaria. Más razón tenemos en este
provinciano semanario que nuestros pedantes profesores Besteiro, Ríos, Asúa,
trasnochados profetas de una revolución social rabiosilla y anticlerical, a la
cabeza de la cual figuran sus ilustres y. bien situadas personas, calentadas por
el Presupuesto público.
Al comentar el “crac” financiero inglés, decíamos del socialismo: “... su
ocaso es tan próximo a su aurora y mediodía, que bastará un cuarto de
generación, diez años de vida, para ser testigos de su fugacidad”.
El socialismo, por fortuna para la civilización, ha pasado rápidamente en los
pueblos cultos a la categoría de ensayo histórico fracasado. Nuevas fórmulas
de estructura económica que modifiquen y aun trastornen la decrepitud
burguesa, que sancionen el fracaso de la avaricia capitalista, están llamadas a
aparecer con el nombre de corporativismo, sindicalismo de Estado,
intervencionismo, y otros aun no inventados, cuyo contenido es la
proscripción, a un tiempo, del individualismo desigualitario que produjo la
injusticia feudal en el régimen de la riqueza, y del marxismo candoroso y
brutal que aspira a hacer iguales a todos, forzándolos a la máxima pobreza. A
todos menos a los intelectuales encaramados para presidir sin conciencia la
miseria general, desde las alturas de un Estado esquilmador, de una burocracia
monstruosa.

(Libertad, núm. 21, 2 de noviembre de 1931.)

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Onésimo Redondo

LA VORÁGINE SOCIALIZADORA

DIFICÍLMENTE podrán registrarse en la breve y densa historia de la


República efemérides tan graves como las más notables de la semana última:
las arrogantes declaraciones socialistas de los ministros de Trabajo y de
Hacienda. Contra la voluntad nacional antimarxista, el uno. Contra la vida de
la institución bancaria principal, centro del crédito y matriz de la producción,
el otro. Largo y Prieto han usado los dos de1 mismo estilo conminatorio, de
idéntica fanfarronería chulesca: por las buenas o por las malas, España tiene
que tragar los “proyectos” socialistas. Esto ya no es voz republicana, ni menos
voz popular. Es la declaración de hostilidades hecha por modo dictatorial y
con la pretensión de amarrar al que se resista, contra la misma República si les
fuere adversa, contra España. Muy de lamentar es que el Gobierno entero, los
representantes, en apariencia de ideales o intereses substantivamente diversos
del marxismo, se hayan hecho solidarios -con solidaridad esclava- de la
avasalladora prepotencia de aquél.
A nosotros, desde luego, no nos sorprende- De la política parlamentaria
sabemos que no pueden esperarse rasgos importantes de consecuencia civil,
de formalidad representativa. Un Parlamento hecho tal por las artes de la
propaganda falaz, por “una especie de propaganda política”, como acaba de
decir Sainz Rodríguez, bien de acuerdo con nuestro conocido lenguaje pierde
al día siguiente de elegido su valor de representación y camina por la fuerza de
los compromisos o de las pasiones ocultadas por los grupos, de espaldas a lo
prometido, y con prolijas contradicciones del carácter aparentado durante la
elección. La agresión de los ministros socialistas, en nombre de su partido. a la
voluntad del país y a un núcleo importantísimo del patrimonio nacional, al
núcleo cordial de toda la riqueza, no debe extrañar. Tan enemigo de la
propiedad privada -de la ajena, se entiende-, el socialismo es ávido de la
propiedad pública. Y entiende por tal no sólo la de los valores económicos,
sino la de las libertades sociales de los demás, la familia y los hijos: todo les
pertenece en cuerpo y en espíritu. De ellos es la desvergonzada frase : “La
República es de nosotros”, lanzada por un hombre como Jiménez Asúa. El
pensamiento “socialización”, engañoso e hipócrita, como todos los vocablos
favoritos de la masonería, significa mas bien “apropiación”.
Todas las llamadas leyes socializadoras, si bien se examinan, son disposiciones
hechas a la medida para poner en manos del partido socialista todo lo poco
que quede después de producida la miseria general: la escuela en medio del
analfabetismo -consecuencia de la penuria pública-. la Banca, después de
triunfar el crédito y la moneda; la familia, una vez deshecha por el divorcio; los

Obras Completas 151


Onésimo Redondo

medios de producción, tras de diezmar ésta por el terror, y -en fin y desde el
principio- la jugosa burocracia propia del régimen, que es lo único florido en
un buen paraíso socialista. Sus directivos, colocados con buenos sueldos,
serían los únicos que comiesen.

(Anónimo, Libertad, núm. 22, 9 de noviembre de 1931.)

Se prepara otro atraco a la voluntad del país: la prórroga funcional de los


constituyentes. No les basta a nuestros “representantes” con haber adulterado el
mandato recibido en las urnas, muy diferente en su contenido constituyente.

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Onésimo Redondo

LA DICTADURA DEL CRIMEN

CADA vez se extiende más entre los agredidos el pensamiento de la obligada


defensa violenta. Los agredidos son todos los españoles que no someten su
conciencia a las oligarquías dominantes del marxismo disolvente y de la
masonería con designios ocultos.
El odio de clases y el despecho histórico, socialismo y judaísmo han acertado
a instalar en España sus ensayos feroces como en Rusia y Méjico. Los dos
monstruos internacionales, las dos fuerzas sin moral y sin Patria, tienen un
solo pensamiento y un mismo método: SOJUZGAR LA BRAVA
INDEPENDENCIA ESPIRITUAL HISPANA, PASANDO POR
ENCIMA DE LA PECULIAR VOLUNTAD NACIONAL. Quieren
dominar a toda costa y ponen en práctica el método infalible de debilitación y
desconcierto: EL HAMBRE. La masa obrera sirve de instrumento: sus
demandas de justicia social son un pretexto sarcástico, saboteado siempre,
siempre. De igual modo se pretextan y se falsifican de continuo las esencias
democráticas.
Nunca se habló más en España de justicia social y nunca pasó el proletariado
más hambre. Jamás se atormentó tanto la vida nacional en nombre de la
libertad ni hubo, al mismo tiempo, tan vergonzosos atropellos de los derechos
individuales, con música de democracia. Esta táctica inmoral, desconocida en
las sociedades cristianas, de ESCARNECER HABILMENTE LOS MISMOS
MITOS QUE SIRVEN PARA DOMINAR, es el puro sello judío de la
situación. La contradicción subleva los espíritus: la noble civilidad nacional se
encuentra sobrecogida por un sentimiento imponente de rebeldía; pero es
inútil : Pesa sobre la masa popular, sobre la España verdadera que trabaja y
siente en español, la dictadura del crimen. contemplad cuál es la situación de
innumerables Municipios españoles; ved dónde ha parado la libertad de
trabajo en todas partes, el ejercicio de los derechos individuales.
Domina por doquier la INCIVILIZADA FEROCIDAD DE LOS
IGNORANTES, FANATIZADOS CON PROMESAS, dispuestos a
imponer sus agresivos decretos clasistas por medio del crimen. No hay obrero
honrado que no sienta sobre sí la coacción africana del núcleo marxista, ni hay
propiedad o libertad legítima que no se hallen amenazadas por la furia
destructora del socialismo o la anarquía.
NO SE PUEDE VIVIR ASI, ya que las fuerzas internacionales, que tiranizan
de ese modo el cuerpo nacional PARA IMPONERLE FORZOSAMENTE
LA MISERIA COMO SOLUCION, se hallan en visible situación de
privilegio oficial. Hay que salvar el honor de España y evitar la vergüenza del
hambre, cueste lo que cueste: no se trata de ir, porque sí, contra la República,

Obras Completas 153


Onésimo Redondo

ni de correr una vez más tras de mitos políticos que desgastan y dividen
estérilmente.
EL DERECHO A LA VIDA Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL
SON LAS VOCES QUE NOSMANDAN. La actividad hispánica no
debe demorares contra la dictadura del crimen, la saludable violencia
por la libertad; contra los designios antiespañoles, la afirmación
vigorosa de la brava independencia hispana.
¡ABAJO EL MARXISMO! ¡VIVA LA INDEPENDENCIA DEL
OBRERO! ¡VIVA ESPAÑA LIBRE!

(Anónimo. Libertad, núm. 22. 9 de noviembre de 1931.)

¡OBRERO!
¿Por qué te quejas del hambre que avanza? Es el precio de tu revolución, de la
revolución social.
Sin hambre no hay revolucionarios. Por eso los socialistas y comunistas fomentan el
hambre, que para ellos es un negocio: el de la revolución.

154 Obras Completas


Onésimo Redondo

LA GENTUZA SE MOVILIZA

CONOCIDA es nuestra aversión al socialismo. Con las frases más duras


empleadas siempre, -eso sí, como comentario concreto a hechos conocidos,
que no como insultos- estamos habitualmente combatiendo la obra
antinacional del marxismo. Sin embargo, hemos de hacer constar en este caso,
que ni a los mismos socialistas les creemos capaces de producir un espectáculo
como el que las fuerzas secretas, atacadas, sin duda, en su triste hegemonía,
han decretado para Palencia, con motivo del mitin revisionista.
Imponer una huelga ridícula al comercio, so pena de romper lunas; anunciar
pomposamente un paro ferroviario, y poner en la calle la chusma criminal, es
-todavía- algo explicable en la táctica marxista para lograr una mejora
económica. Pero que todo eso se haga por la molestia de que hablen unos
señores en favor de sus opiniones políticas, es algo que rebasa los modos del
salvajismo marxista, aun del español.
A nadie podemos atribuir esa puerca movilización de unos centenares de
gente malsana, sino al gobernador de Palencia, o lo que es lo mismo, a su
hombruco de confianza, Cardo, el presunto “delegado del Trabajo” que, por
supuesto, no trabaja, y es el especialista de aquel ponciato, en trastornar el
trabajo de los demás... Desdichado espectáculo el de la noble ciudad de
Palencia, sometida cobardemente - digámoslo claro- a la trama canallesca de
unos cuantos personajes rabiosos, validos del gobernador, que han echado a la
calle algunas mujeres dudosas y unos grupos de idiotas voceadores ¡armados
de piedras! Hace ya quince o veinte años que se ha dejado de ver en las aldeas
más atrasadas el espectáculo de recibir forasteros a pedradas: hoy se ve, por
obra de los republicanos masones, en ciudades tan hidalgas como Palencia.
Mucho tenemos que hacer los patriotas para barrer a la gentuza que deshonra
nuestras ciudades, y a las fuerzas secretas, empeñadas en retornar la figura
histórica de España a la de una mancha geográfica de tribus africanas. Muy
valientes los camaradas de Valladolid, que han batido a la chusma cobarde,
escondida tras de los postes y portales, produciendo algún respeto, que las
autoridades, revestidas para más ignominia de gran aparato de fuerzas, no han
querido imponer.
Nada gana la República con consentir el desarrollo de esos métodos
clandestinos y sucios de represión: si aquélla triunfa con éstos, será, como es
lógico, una República sucia, influida en todas las esferas por la gentuza.
España perdería en dignidad y cultura lo que pierdan en sus libertades los
ciudadanos decentes agredidos; y si, por el contrario, para bien de España, la
ciudadanía decente es la que vence a la gentuza, algo tendrá que temer la

Obras Completas 155


Onésimo Redondo

República que tanto cariño puso en situar violentamente fuera de ella a tantos
buenos españoles.
No vale decir que es “el pueblo” o que son “los republicanos”, heridos en
esto y provocados por lo otro. Ni tampoco pretender que la, autoridad no es
poderosa para prevenir esas explosiones de infrahumanidad política, cuando
tan diligente se muestra en cometer atropellos contra ideales que le son
antipáticos.
Ahí tenemos la famosa Ley de Defensa, prohibiendo las huelgas políticas. ¿Se
ha acordado de ella el Gobierno en el caso de Palencia? ¿O es “constitucional”
en España que ya todas las leyes sean embudos?
A nuestros lectores repetimos el requerimiento constante de nuestras
campañas a emprender una firme actuación de defensa -u ofensiva- nacional
para reconquistar la libertad y decoro perdidos en la calle en manos de la
chusma protegida.
Hay que formar unidades heroicas de combate que tengan este solo objeto:
asegurar la libre propaganda de las ideas antimarxistas y antimasónicas en todo
el ámbito y rincones de la Península.

(Libertad, núm. 22, 9 de noviembre de 1931.)

Hay que acabar con el monopolio de la violencia, -el de la palabra y el de la acción-


detentado por la chusma musulmana de los socialcomunistas.
Hay que restablecer la decencia hispana a toda costa.

156 Obras Completas


Onésimo Redondo

UN ASPECTO DE LOS “COMPLOTS”

Es muy significativo que cuando surge o se pretexta uno de esos supuestos


“complots” contra el régimen, como aquel llamado “del Norte”, que dio
origen a la suspensión de periódicos y al envío de medio ejército, la prensa
comunista es la que mayor escándalo aparenta, la que más provecho quiere
sacar a fuerza de grandes titulares, descomunales voces y hasta edición de
extraordinarios “contra la reacción monárquica y clerical”
Lo mismo ahora.
Mucho significa esto.
Nosotros acostumbramos, según se sabe, a dar la mayor importancia a los
movimientos de los representantes de Moscú, a observar la táctica y desarrollo
de su fuerza creciente
No cometemos la burguesa imbecilidad de quitar importancia a ese enemigo
de la nación, que sabemos es el definitivo; mucho mayor aún que }a pésima
demagogia socializante de hoy
En la aventajada algarabía de los elementos comunistas frente a los presuntos
“complots” de las derechas se ve por de pronto que los explotadores del
malestar obrero, a las órdenes de Rusia, nada temen tanto como un posible
advenimiento de lo nacional puro, de lo que no tiene ni leves concomitancias
con el judaísmo ni posibles compromisos secretos con movimientos
internacionales
Chillan los comunistas al más mínimo barrunto real o inventado de reacción
“monárquicoclerical”, como chillarán si adivinan un rumbo republicano
antimasónico, de gobierno fuerte contra la voracidad disolvente del marxismo
y la “parlamentocracia”
Por aquí sacamos dónde se fabrica el caldo favorito al fermento comunista, y
tenemos probada nuestra tesis de que el régimen parlamentario-soclalista
actual es lindamente a propósito para el desarrollo del monstruo comunista
Este vive del desorden social y de la catástrofe moral que implantan los
diputados masones, y crece como la espuma en medio del hambre, que es
consecuencia de las veleidades demagógicas de nuestros jacobinos
Pero, por si es poco esa evidente correlación de los viajantes de la miseria rusa
con los actuales rumbos de la República, observemos también que ese
exaltado celo republicano con que la Prensa comunista muestra vibrar de rabia
cuando imaginan un peligro monárquico no puede menos de enternecer a
políticos que conocidamente ponen siempre al régimen por encima de la
Nación: el paritarismo republicano, de que tanto se precia la situación ahora
dominante, no puede menos de obligarla a mirar con complaciente
camaradería las tropas de confianza alistadas en el comunismo, que, como

Obras Completas 157


Onésimo Redondo

ningún otro partido, se halla dispuesto a oponerse hasta por el asesinato y el


incendio a quien pretendiera tocar al régimen
En pago de esos repugnantes servicios, se comprende -y se ves que el
fanatismo superrepublicano guarde tantos mimos al movimiento comunista,
que está- seguro de ser el sucesor
La complicidad es, por tanto, manifiesta, y nosotros repetimos nuestro alerta y
nuestra protesta.

(Anónimo Libertad, núm 23, 16 de noviembre de 1931)

158 Obras Completas


Onésimo Redondo

FUERZAS SECRETAS

SOSPECHAMOS que hay todavía pocos republicanos de buena fe percatados


de la gravedad que encierra la sumisión completa de todos los grupos
ministeriales de la Cámara y de los ministros no socialistas, al rumbo que éstos
van dando precipitadamente a la República
¿Qué ha sucedido para que los grupos burgueses deserten de manera tan
insospechada y poco formal de sus compromisos con la opinión que los
eligió? La semisocialización del Banco de España, la disparatada reforma
agraria, el control obrero en forma de apetito socializador y tantas acciones y
omisiones como van entregando la economía y las conciencias al marxismo
pasan en la Cámara ANTE LA VERGONZOSA ADULACION DE LAS
MINORIAS, OBLIGADAS A FRENAR EL ANSIA ABSORBENTE DE
AQUEL
Es ingenuo creer que esa claudicación es mera condescendencia para
consolidar pacíficamente la República en bien de todos los españoles, ni
tampoco una derrota forzosa, pero digna, ante la superioridad de fuerzas
parlamentarias
No; la absorción y el despotismo de los internacionales sobrepasa con mucho
los linderos de la transacción sensata, y, por otra parte, no puede creerse en
una superioridad que ni está claramente atestiguada por la composición de la
Cámara ni los otros grupos pueden alentar con su propio aplauso, como
vemos que sucede
Es que la sumisión al socialismo, más que un hecho de hoy, constituye un
pacto de ayer
Hay pactos más secretos que el de San Sebastián
HAY FUERZAS QUE TIENEN YA MARCADA -desde mucho antes de
producirse- LA TRAYECTORIA A SEGUIR POR UNA REVOLUCION
QUE EL PUEBLO TOMO INGENUAMENTE POR COSA DISTINTA
DE LO QUE VA SIENDO; fuerzas secretas, ni socialistas propiamente, ni
propiamente liberales, ni siquiera republicanas en sí, tienen ganada la voluntad
de revolucionarios españoles de todas las tendencias, que obedecen
ciegamente una misma disciplina y un solo designio
El designio es deshacer España, la España nuestra, por el delito de tener
creencias, por conservar una contextura moral con la que en su Historia causó
las mayores derrotas al sectarismo materialista que esa secreta conjura
internacional presenta
HAY QUE ACABAR CON ESTA ESPAÑA

Obras Completas 159


Onésimo Redondo

EL MEJOR METODO ES EL SOCIALISMO, QUE ARRUINA LA


PRODUCCION, DILAPIDA LAS RIQUEZAS ACUMULADAS POR
MUCHOS AÑOS DE TRABAJO, manda a Francia el oro español, deshace la
familia y es capaz, además, de ejercer una dictadura inmoral, sin educación
cívica y sin escrúpulos de patriotismo
Tal es la clave del, en otra forma inexplicable, servilismo de radicales, Acción
Republicana y otros grupos de apariencia burguesa, a los mandatos del
socialismo
Los compromisos secretos son, sin duda, los móv11es de la “solidarizac1ón”
de los demás, con las torpezas y las provocaciones de los jefes marxistas, y
aclaran esa rara relegación a la sombra de la oposición republicana
antisocialista, que tantas esperanzas hizo concebir al público ingenuo y
estafado
Se salva, pues, el socialismo y se hunde la nación
Mientras tanto, vivimos muy republicanamente indignados contra jesuitas y
monárquicos

(Anónimo Libertad, núm 23, 16 de noviembre de 1931)

A la dictadura de la espada ha sucedido la dictadura del morrillo


Hoy sólo pueden hablar los que cuentan con gentuza dispuesta a descalabrar
tumultuosamente al adversario ¿Es ésta la virtud de la democracia socialista ?

160 Obras Completas


Onésimo Redondo

LAS IZQUIERDAS, INCAPACITADAS

POR QUÉ SOMOS DE LAS LLAMADAS DERECHAS


NO nos recatamos en declarar que la posición de LIBERTAD se funde en
muchos puntos con la de las llamadas derechas, ni nos repugna el calificativo
de ultraderechista que a nuestro semanario se aplica. Somos de derechas en
cuanto odiamos y acusamos la complicidad y, más aún, la servidumbre de las
llamadas izquierdas a las organizaciones y planes extranacionales y
antinacionales como son la francmasonería -llamada con frecuencia
“democracia internacional”- y toda clase de empresas internacionales
dedicadas a explotar el negocio político del hambre obrera.
Somos de derecha porque proclamamos la grandeza de la espiritualidad
católica para conservar las naciones en perpetua juventud, ordenar el bienestar
y el amor más cumplido en el seno de las familias y salvar a la Humanidad del
miserable materialismo de invertidos y canallas que quieren socializar las
conciencias y hundir al occidente en una anacrónica barbarie amarilla al
dictado del judaísmo.
También somos de derechas porque afirmamos el honor histórico de España
y su capacidad imperial para darse rutas propias de resurgimiento sin contar
con los mermadillos afrancesados de todos los siglos que llevan su ignorancia
hasta gruñir, como Albornoz, que nada hay en España que conservar, o como
Azaña, que “España ha dejado de ser católica”.
Por todo eso, la izquierda española -desprovista en sus múltiples grados y bajo
cualquier caudillaje de sustancia nacional, con todos sus capitostes enrolados
en las logias, a cuyo dictado pasean su inmoralidad- nos es francamente
repulsiva. La juventud no parasitaria ni borreguil ha de estar por fuerza frente
a los compromisos secretos de subastar a España entre los internacionales y
contra la ignorancia de los que aborrecen nuestra historia porque no han
sabido leerla. Pero, por si fueran poco estas consideraciones de gran fuste, esa
grosería de principios que deja deshonradas a las izquierdas, añádase, y nos
basta, la experiencia que la nación va sacando de esta etapa de franco
desenfreno izquierdista.

LA TRAICIÓN DE LAS IZQUIERDAS


La connivencia de todas las izquierdas, en grado proporcional a su
extremismo, con los criminales de la calle es patente. Y la informalidad

Obras Completas 161


Onésimo Redondo

política, tan parecida a la traición, que supone ese sangriento degüello de la


libertad a manos de los que se visten el manto de sacerdotes de la misma es de
las más impresionantes lecciones históricas que tendrán en cuenta las
venideras etapas políticas para sancionar férreamente la separación de las
izquierdas - su abolición quizá - como pena defensiva y vindicatoria, por el
desastre tanto económico como moral que en pocos meses han ocasionado.
Si Laval o Hoover, como ejemplo de demócratas, al gusto de nuestros
liberales de boquilla, consagraran un buen día al Papa una Inquisición en favor
de la fe católica, obligando esas democracias a imposibilitar la vida política de
toda idea u organización hostil al dogma de la Iglesia romana, nadie negaría
que habían perecido definitivamente los partidos o jefes incursos en tan
peregrina defección de sus principios.
Lo mismo sucedería si Mussolini convocase elecciones parlamentarias o
viéramos en Polonia a Pildsuski de jefe de una minoría liberal. La defección
más que gastar a los hombres o partidos, los inhabilita; la traición los
proscribe. Pues lo que no es verosímil en esas naciones, ni puede cometerse
en el mundo civilizado sin que los prestigios de una lógica política elemental
veden para siempre el camino del mando a hombres y partidos, lo
experimentamos en España con nuestras izquierdas, entregadas, sin el menor
recato, a una dictadura zafia y brutal, inmediatamente después de hacer una
revolución en nombre de la pureza constitucional y de los derechos del
hombre.

EL PODER CONTRA LA NACIÓN


Es poco probable -aunque posible- que los liberales se resuelvan a asesinar las
libertades por sí mismos, sin conocimiento de los riesgos que eso trae
aparejado en su contra. El procedimiento indica bien a las claras que cada día
viven con la obsesión de quien juega la última carta de su disfrute en el Poder,
que es para ellos mucho más importante que sus promesas, sus “principios”
aparentes y aun la vida de la Nación. “Ya que estamos arriba, aprovechemos el
Poder para no ser derribados. Lo primero es sostenerse.” Esa es la cantinela
oculta, la única norma de vivir frente al pueblo, que pertenece a todos los
poderes personales y a todas las oligarquías antipopulares.
El sistema tiene el inconveniente de ser una jugada con dos soluciones, una
aventura del Poder contra la Nación, que la experiencia demuestra resolverse
de ordinario a favor de ésta. El estrago que a una situación tan violenta ha de
seguir, puede calcularse por la irritación que el cuerpo nacional va
almacenando, viéndose burlado y, además, oprimido.
Y cuando sobre la delincuencia impune, brota una era de justicia cierta, ésta,
necesariamente, ha de ser rigurosa. Cuando a la extralegalidad o a la legalidad
unilateral o falsificada sucede una época de normas objetivas, es preciso por
eso mismo barrer con urgencia los obstáculos anteriores. Mal camino llevan

162 Obras Completas


Onésimo Redondo

las izquierdas imponiendo a mayorías o minorías, que no sean de su agrado, la


ley del hierro, con el exclusivo objeto de mantenerse arriba.
Es de mal cariz esa prisa por conservarse apelando a la fuerza, y señal de que
hay mucho que ocultar, cuando tanto se teme a la libertad. Ni ésta, ni la
República, resultan servidas y garantizadas atacando a la ciudadanía en sus
fueros, tantas veces pregonados por los agresores de hoy. Si una dictadura en
medio de la abundancia no consigue hacerse permanente, ¿cómo va a
prevalecer en medio del hambre?

(Libertad, núm. 23, 16 de noviembre de 1931).

Obras Completas 163


Onésimo Redondo

INCAPACIDAD

LAS peripecias de este curioso período histórico de dominación socialista, tan


pintorescamente parecido al de dominación musulmana, que cabalmente duró
tantos siglos como meses llevamos metidos en éste, presenta cada día nuevas
notas inesperadas y peregrinas.
Ya nos vamos acostumbrando a todos los absurdos viendo que la actualidad
marxista se muestra tan fecunda en producirlos. Nos da muchas veces la
sensación imaginaria de una buena finca asaltada por un escuadrón de
muchachos que, “haciendo novillos”, se la encontrasen deshabitada, vencieran
al guarda y se pusieran tan serios a repartirse los diversos oficios de una gran
casa de familia, no olvidándose, como es natural -y desde el primer momento-,
de tomar posesión de la despensa.
Fijémonos en Prieto, ¡Ministro de Hacienda!, y no digamos más. Véase a
Largo sustrayendo a las Cortes la facultad de repartir 250 cargos de 8.000
pesetas o cosa así, y a Ríos repartiendo tierras, aperos y títulos de la Deuda...,
sin olvidar a Albornoz echando millones a voleo, y a Domingo sacando -¿de
dónde?- 100 millones para escuelas laicas
Ahora es llegado el solemne momento de repartirse después de haber
repartido tantos el pote del futuro Poder. Los socialistas se han lanzado muy
serios a opinar “en nombre de la Opinión”, y hasta Cordero ha dado la suya.
Entiende, modestamente, el expanadero enriquecido que los socialistas no
están capacitados para gobernar.
Concordando este parecer con el de tantos españoles que en él le acompañan,
con lo dicho por otros correligionarios de la misma opinión y con lo sabido
por todos, de que tampoco consentirán que gobiernen sus adversarios, se saca
en consecuencia:
Que los socialistas no están capacitados para gobernar, pero lo están -y muy
dispuestos- para impedir que otros gobiernen. También, según tenemos
comprobado, tienen capacidad para aceptar cargos retribuidos y sin
responsabilidad.
La actitud, como se ve, no puede ser ni más patriótica ni más provechosa para
el pueblo.
Añade el ilustre preopinante que ellos tienen la misión de educar al pueblo
suponemos que enseñándole a tirar piedras y que la democracia socialista es
“más amplia” que la burguesa.
Como “el pueblo” no está educado para esta democracia “AMPLIA”,
requisito previo de un gobierno socialista, ellos quieren dedicarse a instruirle.
He aquí, sin duda, una de las finalidades de esos centenares de Delegados del

164 Obras Completas


Onésimo Redondo

Trabajo, bien pagados con el dinero de la democracia burguesa y amaestrados


por los socialistas incapacitados.
A través de las declaraciones, magníficamente hueras, del que preside la
Comisión de Responsabilidades descubrimos este precioso panorama:
El partido socialista no quiere la responsabilidad del Poder, porque sabe que
no sirve, y teme, con razón, fracasar para siempre. Quiere, sin embargo,
disfrutar del mando, teniéndolo a su disposición en manos de otros hombres
que sean los que fracasen, y gozando los suyos, no obstante, de las delicias del
Presupuesto. Y quiere el mando, como nos dice la experiencia y Cordero deja
traslucir, en dictadura.
Con la dictadura y con los cargos “prepararían” al pueblo para la AMPLIA
democracia socialista, y luego - cuando hayan acabado de arruinar a la nación
y hayan conseguido educarnos- a gobernar.
Da gusto oír opinar en serio de alta política a un expanadero enriquecido.

(Anónimo. Libertad, núm. 24, 23 de noviembre de 1931.)

No queremos un gobierno, y menos una dictadura, de castas. En todas partes la


gente de la llamada “Casa del Pueblo” está en minoría y, sin embargo, es la que
domina. Es intolerable esta tiranía de la casta socialista contra el pueblo: éste es el
que debe darse su gobierno y no los burgueses disfrazados del partido socialista.

Obras Completas 165


Onésimo Redondo

UN LLAMAMIENTO

SON ya muchos los meses -y antes los años- de experiencia que nuestro
pueblo, y sobre todo la juventud, va soportando, sacando en consecuencia la
incapacidad del régimen de partidos para interpretar el anhelo nacional de
poseer una política honrada y hombres dispuestos a llevar a la raza por las
rutas de la grandeza a que tiene derecho por su pasado imperial, su vigor
juvenil presente y su específica capacidad de siempre. La región castellana
singularmente requiere con firmeza garantías de honradez y grandeza en las
costumbres políticas, y debe disponerse a imponer esas cualidades con una
enérgica intervención de su juventud, extraída de lo vivo del pueblo, según es
su querer espontáneo y libre.
La invasión extranjeriza de los traidores demoliberales y marxistas, que han
acaparado la República en daño del pueblo, hace más urgente esta
intervención. No han de ser las nuestras nuevas discrepancias retóricas al
modo de las conocidas querellas de partido, ni tampoco tratamos de una lírica
ilusión de patriotismo, que tanto papel ha emborronado y gastado las energías
de innumerables mediocridades.
Nos ha de mover una terminante fe en la capacidad voluntaria de la Raza, fe
nacida, ante todo, de nuestro propio querer e iluminada en lo alto por el
conocimiento de lo que España supo ser. Y nos ha de lanzar pronto a la lucha,
en todos los terrenos en que los enemigos la hagan precisa, la contemplación
de una nación que se descompone y de un pueblo que se envilece por las
determinaciones traidoras y fariseamente tiránicas de las camarillas políticas
que la luz pública no puede saber a quién sirven.
A actuar por España, y desde el día de la decisión ya no habrá trabas, ni legales
ni ilegales. que puedan oponerse a nuestro rumbo. La independencia efectiva
de España para darse a sí propia rutas de salvación está por encima de las
leyes transitorias de quien detente en determinado momento los resortes del
Poder al servicio de intereses extraños a la Patria. No habrá leyes prohibitivas
que puedan con nuestras campañas. Actuaremos a la luz del día, sin ir contra
la República ni ponerla tampoco por encima de España. Y haremos frente,
para garantizar nuestra libertad de servir a la Nación, a todas las hipocresías y
falsos escándalos de los explotadores de mayorías amañadas y a las criminales
actitudes de los que manchan la calle con sus violencias.
Caiga quien caiga y caigamos los que caigamos, así ha de ser.
Por la independencia de España, por la salud del pueblo.

(Anónimo. Libertad, núm. 24, 23 de noviembre de 1931.)

Nos parece muy bien que se garantice la soberanía nacional sobre los privilegios
del Banco de España. Lo que no nos parece tan bien es que toda esa soberanía
venga a parar en mandar al de Francia el oro del Banco de España.

166 Obras Completas


Onésimo Redondo

OTRA JORNADA DE LIBERACIÓN


MÁS DERROTAS ELECTORALES

NO hace aun un mes que toda Inglaterra, puesta en pie, daba al marxismo la
formidable repulsa de todos conocida, reduciendo a menos de la cuarta parte
su representación parlamentaria. Que en Alemania es igualmente arrolladora la
corriente nacional de defensa contra los internacionales, es un hecho que ni
los más ciegos pueden negarse a ver, y que tendrá su máxima revelación quizá
en el corto plazo de algunos meses. Bastaría un nuevo llamamiento al
electorado para dar al Reichstag una composición acomodada al ritmo actual
de la opinión, y la victoria racista se manifestaría tan imponente, que señalaría
una nueva época en la historia política de Alemania, como se abrió para Italia
en el año 22 con la eliminación radical del socialcomunismo, para salvar a la
Nación. No es necesario ponderar la repercusiones de este vecino y ya
inevitable suceso, en el panorama social y político del resto del mundo. El
resultado de las elecciones camerales en el estado de Hesse -Capital
Darmstadt- ha revelado, como otras muchas, esa evolución a grandes marchas
de la opinión pública y, sobre todo, de la juventud. De 1927 hasta la fecha, el
cambio ha sido tan favorable al antimarxismo, que un 70 por 100 de los
electores nuevos en Hesse ha dado sus votos a los representantes de Hitler: el
partido socialdemócrata (socialista) pierde 40 mil votos sobre 200.000 desde
1930, y aunque el comunismo gana votos por su parte, pierde el marxismo
cuatro puestos, quedando con 25 entre los dos en una Dieta de 70, frente a
veintisiete del joven partido racista, que sólo alcanzó un mandato en 1927.
Teniendo presente lo que en todas partes ocurre, que el socialismo remite a
sus afiliados del sindicato -o Casa del Pueblo- a las urnas, haciendo de la
sujeción profesional del gremio un instrumento electoral que quita
espontaneidad y verdad a sus votos, calcúlese el valor del avance nacionalista.

FRENTE A FRENTE
La situación se dibuja en Alemania en dirección -con distancia
apresuradamente abreviada- hacia un choque definitivo entre el
internacionalismo de los socialcomunistas y el nacionalismo combativo de los
que siguen a Hitler. Es la lucha entre el fanatismo materialista, de los creyentes
de Marx, destructor de naciones, y otro fanatismo novísimamente enarbolado
y mantenido, como el marxista, en la calle y en las urnas, que reafirma el valor
espiritual de la propia raza y su voluntad tradicional de proseguir con grandeza
las rutas nacionales de civilización. En la organización del Estado, la antagonía

Obras Completas 167


Onésimo Redondo

significa la exclusión viril por el nacionalsocialismo de las utopías demagógicas


del marxismo. Llega aquél hasta a utilizar también los resortes demagógicos
para apoderarse de las masas, pero no les entrega como el socialcomunismo el
botín preparado de una economía y unas instituciones existentes, sino que
promete una fuerte disciplina de Estado para conservar el acervo de riqueza y
valores morales, sujetando las clases, sin embargo, a una convivencia más justa
y señalando a todas obligatoriamente ideales nacionales de construcción.
Es, en resumen, la victoria racista, la cancelación popular, no autocráticas de la
lucha de clases, entregando a la historia el pesado estorbo de las alucinaciones
fatalistas del socialismo. Este dice: “llegará el día -el Gran Día- en que los
hombres borrarán las fronteras territoriales y la desigualdad en la posesión de
las riquezas. El proletariado internacional hará su revolución sobre la actual
sociedad burguesa, aboliendo el capital y haciendo a todos los ciudadanos
iguales con la supresión, asimismo, del Estado”.
El camino es el apoderamiento del Estado pacíficamente -socialdemocracia- o
violentamente -socialcomunismo- por los obreros, para sujetar la sociedad al
cumplimiento de esas profecías por la fuerza: dictadura socialista.

EL ESCARMIENTO RUSO

Ninguna nación ha llegado al fin. Rusia, hallándose próxima a él, (como aquél
que ya casi estaba acostumbrado a no comer, y murió sin concluir el ensayo),
se anuncia en estos días abocada a una bancarrota... de puro tipo capitalista.
Después, y a pesar, de haber retrocedido en diversas etapas desde el
comunismo primerizo y radical inmediato a la revolución, hasta permitir
comercio libre, las concesiones a grandes empresas y la desigualdad de salarios
acomodada al mérito del asalariado.
El experimento de trece años, pueril e inútil, ha costado, sin embargo, la vida
de media generación, martirizada por el hambre o la persecución; se ha
disuelto un Estado histórico, deshaciendo desde la familia y la religión hasta
las joyas de la nobleza y la riqueza artística de los Museos, y se tiene en
constante zozobra al mundo entero, forzando a un pueblo para que produzca
en su miseria dinero destinado a corromper los demás, y al lujoso
sostenimiento de la burocracia judía.
Contra el judaísmo y contra el comunismo, emparentados como padre e hijo
en esos designios criminales, nace la reacción de las naciones, más
profundamente acusada que en ninguna otra, en la filosófica Alemania.
Esperamos que todas llevarán el mismo camino si tienen voluntad de salvarse.
La vanguardia corresponde a las que han tenido la desgracia de encumbrar a la
barbarie marxista que agota los pueblos en beneficio de su burocracia voraz, y
en satisfacción de sus odios groseros. En este caso se encuentra España.

(Libertad, núm. 24, 23 de noviembre de 1931.)

168 Obras Completas


Onésimo Redondo

EL CAMINO DE RECONSTRUCCIÓN
IDEAS SOBRE UN NUEVO CULTIVO

Es de esperar que pase pronto la etapa de destrucción económica que


atravesamos. A la fiebre de “repartir”, que en uno u otro grado hoy late en las
alturas de gobierno y entre las huestes que sirven precariamente de apoyo a
este régimen de demagogia, debe suceder en breve plazo la fiebre -o voluntad-
de “producción”.
Aplicadas a la producción todas las energías que hoy se pierden en hacer
política de “reparto” -reparto de Poder, de riquezas, de Privilegios y... de
cargos presupuestarios-, daríamos tanta satisfacción al país como disgustos
ahora está llevando. Y con que una pequeña parte de tanto como se ha
perdido por la depresión económica, que es consecuencia del desbarajuste
político, se hubiera invertido en obras productivas, nos habría bastado para
evitar el paro forzoso y proseguir -que empezada estaba- la obra de
reconstrucción agrícola de nuestras provincias.
En la confianza de que al fin llegue esa venturosa sucesión del caos presente,
entretendremos en el breve espacio de una columna la atención de los lectores
de LIBERTAD, tratando las posibilidades del lino en Castilla.
Esta planta textil es de cultivo antiguo en nuestra tierra. No hay pueblo en las
numerosas vegas de la meseta que no conserve el recuerdo de los tejidos
caseros de lino, de las plantaciones de éste en las tierras más frescas y hasta el
nombre, heredado de una medida superficial, “linar”, que se refiere a las
parcelas de prado dedicadas por los vecinos a ese cultivo.
La aparición de los nuevos modos industriales, del empleo invasor del
algodón y de la mecánica textil para éste y el lino ahogó las caseras
explotaciones de lino, que vinieron a hacerse antieconómicas y aun
innecesarias. El labrador arrojó su espadadera y la campesina su carda, su
rueca y su huso.
Y he aquí que el olvidado cultivo llama de nuevo, y con urgente prestancia, a
las puertas de la economía de la región, aunque no en la arcaica forma
descrita, al modo que Gandhi predica su cultivo y manipulación para salvar a
la India, sino como gran cultivo moderno, susceptible de dar nacimiento a una
nueva -nueva para nosotros- gran industria: la de la transformación del lino en
tejidos finos, aprestados o crudos, y de saquerío. El lino es, pues, uno de los
“cultivos-porvenir” que se presenta en la perspectiva de un programa de
reconstrucción castellana.
“Reconstruir” es restituir -que de esto en cierto modo se trata- a Castilla-León
una capacidad económica y cultural atemperada a su fisonomía, tanto
geográfica como psicológica. Hacer suficiente al suelo para mantener con

Obras Completas 169


Onésimo Redondo

holgura una población triple, por lo menos, a la actual y dotar a la región de


una categoría cultural como la de las comarcas modelo -que las hay- de
España, eso es la síntesis de la idea y el programa de reconstrucción.
Los nuevos cultivos que pueden dar a nuestras vegas la potencialidad
adecuada a ese fin son uno de los capítulos de ese programa, y de él, una de
las lecciones es el lino. En sucesivos artículos seguiremos ocupándonos de
este tema.

(Anónimo. Libertad, núm. 24, 23 de noviembre de 1931.)

170 Obras Completas


Onésimo Redondo

CRISIS MUNDIAL

“La República española no tiene la culpa de


que se arruinen Inglaterra, Alemania y Estados
Unidos.” (I. PRIETO.)

CON aplausos y risas, que es la forma más común de apoteosis otorgada en


esta Cámara jovial e indocta, fue premiado el anterior latiguillo -toda la ciencia
de Prieto se vierte en latiguillos- con que el Ministro de Hacienda terminaba
una de sus cínicas réplicas.
Prieto quiso decir, sin duda, que, aunque España se arruinara, no es por culpa
de la República, de Prieto y sus comparsas. Razón: que también hay otras
grandes naciones con síntomas de quiebra, sin tener la Cámara, el ministro y
los demás responsables del desastre español. Que es una traducción cinico-
parlamentaria del “mal de muchos, consuelo de todos”, o de tontos. Es decir,
el Ministro de Hacienda de la República parlamentario-socialista, sin dejar por
eso de serlo, viene a reconocer o a no negar el hecho de nuestra ruina, y como
respuesta a la opinión, aconseja, entre el aplauso de los corresponsables, que
nos consolemos viendo a otras grandes naciones por el mismo camino.
Pero ¿era ésta la respuesta que el mismo sujeto daba a la opinión electoral en
sus días de oposición, en las campañas de asalto verboso, a través de toda
España? Entonces señalaba responsables, acusaba culpas, apuntaba soluciones
y respondía con cuanta seguridad se pidiere de que él con los suyos salvarían a
España de la ruina precisamente; darían cima a todos los problemas, situarían
-¡oh amplio optimismo de la oposición!- las graves incógnitas del déficit, el
cambio y la crisis industrial en rápidas vías de triunfal arreglo.
¿Quién, casualmente, más optimista y facilitón antes, que Indalecio Prieto?
Pues ahí tenemos en qué ha parado el optimismo prometedor de los
embaucadores del pueblo. En un “consuélate” viendo a los demás en parecida
desgracia. Que es como decir: “carga con las culpas de una guerra perdida
–Alemania-.” Como si nosotros hubiéramos sido los vencidos. O, como
Inglaterra, con la resultante de habérsenos cerrado mercados que nunca
hemos abierto, y de haber padecido, como esa nación por su parte, varios
años de dominio socialista. O con las consecuencias -Estados Unidos- de una
crisis de crecimiento, de la que estamos harto distantes.
No. Aun dando por verdadero que el estado de esas naciones sea tan
catastrófico como el que pocos meses de política socialista nos ha deparado,
en España no podemos consolarnos con correr la misma suerte de naciones
que arrastran el peso de desventuras o errores específicos. Ni un demagogo
tan caracterizado como Prieto, a los pocos meses de encumbrado por la

Obras Completas 171


Onésimo Redondo

opinión, inflamada en sus promesas, tiene derecho a escudar en la crisis


mundial y con el cínico desparpajo de una reída ocurrencia su fracaso y el de
su partido. Tome nota el pueblo defraudado de esta salida inmoral de tan
conocido “responsabilista”. Ni él ni su partido abandonan su mando y sus
prebendas:
Al contrario, se ocupan de estrechar la dictadura contra el país.
Y si preguntamos por el resultado de las promesas antiguas, aunque bien poco
lejanas, dicen, con tanta ignorancia como despreocupación: “la crisis
mundial”.
No puede estar más terminante la confesión de impotencia, ni más
demostrada la falta de patriotismo, ni la traición más patente. Y la Cámara ríe
y aplaude.

(Anónimo. Libertad, núm. 25, 30 de noviembre de 1931.)

¿Es que el socialismo va a convertir España en una colonia?


Ahora se habla de dar los Monopolios de tabacos y cerillas a Compañías
extranjeras. Todas cobrarán sus favores en jirones de nuestra independencia.

172 Obras Completas


Onésimo Redondo

POR BUENAS O POR MALAS

PREDOMINA en la Prensa un ambiente de cobardía burguesa, y son tan


fáciles a la traición y a la claudicante adulación todos los políticos y periódicos
de la conjura demoliberal, que ya se han aceptado como “explicaciones”
bastantes las de Largo Caballero en su última gatada. Ya puede la República
burguesa vivir tranquila. Nos han perdonado los proletarianos una rabiosa
guerra incivil y se comprometen por boca de uno de los capitanes de cuadrilla
a respetar por ahora vida y haciendas...
Para la minoría, todavía exigua, de todos los ciudadanos que saben interpretar
sin compasión ni cobardía la total indigencia de escrúpulos morales y de
respetos patrióticos de la gente internacional, NINGÚN VALOR DIRECTO
TIENE LA PIRUETA O GATADA DEL JEFE ANTIESPAÑOL.
La intención del Partido que tiraniza a la Nación no puede estar más clara, y se
confirma durante los últimos días en multitud de procacidades y retos
lanzados por las columnas de su prensa. Siguiendo su táctica traidora y sus
miras de enjundioso mando, HUIRÁ SIEMPRE DE ACEPTAR UNA
LUCHA FRANCA ANTE LA OPINIÓN: lo que hace es aprovechar la
corriente que domine en cada trance y pueda entregarles por el halago o la
amenaza jirones de soberanía. El doble juego es para ellos facilísimo por la
disciplinada doblez que saben utilizar sus aburguesados jefes. Por eso el
provocador, guerrero de hoy, fue un día contacto o enchufe general del
partido con la Dictadura que entonces tenía el poder y el presupuesto.
Socavado y vendido por el partido el poder de Primo de Rivera, se dedicaron
sin escrúpulos -y sin morderse entre sí los jefes que habían ocupado
posiciones al parecer inconciliables- a cultivar el mito republicano PARA
HIPOTECAR DESDE SUS COMIENZOS AL FUTURO REGIMEN
QUE HABIAN DE TRAER “POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS”.
A partir de abril no desperdician discurso adulatorio ni ocasión de coaccionar
vara asegurar, con combinado juego de sirena cantora y león rampante, la
hegemonía en el disfrute de España. Llegan desde los ridículos homenajes de
palmas y vivas, que vencen la pueril vanidad de Alcalá Zamora, hasta la
mutilación forzosa de una obra de Benavente o el amparo de motines
sangrientos desde el Poder para ahogar todo brote de españolismo auténtico.
Cuando advierten que la necia burguesía se dejará tomar de grado lo que por
el momento no podían sacar por fuerza, envían sirenas como Fernando de los
Ríos, vara bendecir a las multitudes con el hipócrita aliento de reflexiones
“erasmistas” y reconocimientos conciliadores.

Obras Completas 173


Onésimo Redondo

Y cuando llega el momento de sonar la lata dinamitera, encuentran siempre su


Fierabrás dispuesto a sacar las uñas que aseguren al partido la parte del león.
Este es el gesto preferido frente al próximo discernimiento del mando
republicano. Hasta el órgano local del enchufismo tiene el descaro de recordar
a España QUE PUEDEN UNIRSE CON SINDICALISTAS Y
COMUNISTAS -OBJETO CONSTANTE DE SU PERSECUCION- PARA
PRIVAR EN TODO CASO DE LIBERTAD AL PAIS. Aprenda éste, por
tanto, dónde están los traidores. Y vea el obrero español en la feroz firmeza
con que los directivos marxistas defienden sus buenos cargos que no les
importa la democracia socialista, sino el dominio; no tienen interés ni sienten
compromiso por respetar a la opinión. Lo que les importa es estrujar a la
nación como dominadores bárbaros, haciendo del obrero nacional
instrumento y juguete de su tiranía.

(Anónimo. Libertad, núm. 25. 30 de noviembre de 1931.)

Los préstamos del Banco de Francia, además de sacarnos el oro del Banco
Nacional, han servido para obligar a España a aceptar el catastrófico “convenio de
la chatarra”. TRESCIENTOS millones de pesetas cuesta al comercio español el
convenio. ¿y a eso llaman “soberanía Nacional” los traidores de la farsa
democrática? Debe decirse quién mueve los hilos de esa política antinacional.

174 Obras Completas


Onésimo Redondo

HACIA UNA POLÍTICA NUEVA


EL FRACASO DE LA LIBERTAD

YA hemos hecho constar más de una vez en estas columnas que de las varias
experiencias pollitas a que da obligado lugar esta vertiginosa sucesión de
torpezas de que somos testigos, ninguna más trascendental que la del fracaso
de la libertad.
“La libertad muere a manos de los liberales”: ese es el nombre de la nueva
experiencia. Hablamos, como fácilmente puede comprenderse por nuestra
significación, no de la muerte de la libertad selecta, sino de la muerte de la
libertad liberal.
La primera es el derecho a ser libre para practicar y propagar lo que es
honesto y bueno, supuesta la confianza en que las leyes que regulan la libertad
son todavía capaces de discernir entre lo que merece ser autorizado y
prohibido. Esta libertad, desde luego, está en derrota desde el primer día del
triunfo demagógico: en cuanto “la calle” se echó sobre el Poder y mantuvo la
coacción sobre él, que seguimos padeciendo, la libertad selecta ha sido
precisamente suplantada por la libertad de la canalla que es la única en plena
vigencia, si bien lo miramos. Las consecuencias del último decreto sobre
recogida de armas no dejan ya la más mínima duda sobre ello. Pero hablando,
como en este artículo es nuestro intento, de la libertad en su sentido
moderno-histórico, como fórmula de progreso político, condensada en los
divinizados derechos del hombre, es como decimos que la libertad muere a
manos de los liberales.
Porque si alguna revolución se ha hecho puramente -al parecer- en nombre de
la libertad liberal, esa es la española del 12 de abril. No cabe duda que al
pueblo se le hizo creer, y creyó, que con sus votos daba entrada a una era de
alegre y verdadera libertad política, con lo que bastaba para reencontrar un
bienestar que tan perdido le pintaban.
De bienestar hallado no hablemos... Pero ¿y, siquiera, la libertad?
Bien claro está que sus lucradores y partidarios, los que subieron al mando en
nombre de ella, viven sobrecogidos de miedo a la misma. Todos son leyes y
recursos “de excepción”, para evitar que respire. Pocas veces los “derechos
del hombre” fueron tan temidos, y por consiguiente, violados, desde el Poder,
como ahora. Eso no importa, claro es, para que se redoble el cinismo -véase
Albornoz-, proclamando por doquier que la libertad liberal vive floreciente y
triunfadora. No lo negamos, si por tal se entiende la posibilidad, jamás como
ahora disfrutada, de que algunas ignorancias eminentes destrocen, en lo que
pueden, al País desde su respectivo Departamento.

Obras Completas 175


Onésimo Redondo

CONSECUENCIAS EN PERSPECTIVA
Los que paladinamente proclamamos la inhabilitación definitiva de las
fórmulas demoliberales, no podemos menos de celebrar con el mayor regocijo
este triunfo que nos dan nuestros enemigos:
“La libertad liberal ha muerto a manos de ellos”. Cuando hayan terminado sus
estragos sobre la nación, de tal modo que la nación los arroje para dar entrada
a una política eliminadora de la farsa hoy vigente» habrán preparado con
exceso una justificación a las medidas “antiliberales”, de que no puede
prescindirse para sanear el ambiente público e instaurar una era de rectitud. Si
los que lucraron la soberanía en la calle con mentiras liberales se han
apresurado inmoralmente a desdecirlas, ¿qué no podrán hacer contra el
demoliberalismo, y en defensa de la Patria, los que lleguen a su gobierno
predicando la cancelación de aquellas mentiras?
Más que otra ninguna, puede despedirse de todo derecho a subsistir la libertad
liberal de la Prensa. Tan admirable es la insensata prostitución de su aparente
decoro, acreditada diariamente por los periódicos liberales, que ellos mismos
se están labrando, concienzudamente, su desaparición como tales.
Cada vez aparece más cierta la imposibilidad de regir eficazmente la vida, y
menos el resurgimiento de un Estado, teniendo siempre frente al Poder
responsable de la acción, el irresponsable de la crítica libre. Cada día es más,
evidente que en naciones infeccionadas de picardía y arribismo, como España,
la coexistencia de los dos Poderes se resuelve en breve plazo en la dictadura
de uno u otro. O dicta el Gobierno, o dictan los periodistas. Si aquél no lo
hace, la picardía oposicionista, los incontables recursos de la maledicencia
periodística imponen en poco tiempo su ley, remontando a la opinión por
encima del Gobierno, en alas del escándalo libre de la publicidad. Por eso, aun
los gobiernos liberales confiesan con hechos su incompatibilidad real con la
libertad de Prensa, y coaccionan, como pueden, a los órganos que no les son
gratos. Cuando la política que esto hace es precisamente una política
antinacional, inspirada desde fuera para entregar la nación a la esclavitud de
los mitos que son la razón de los partidos hoy dominantes, la coacción,
además de traidora, es ilegal.
Pero cuando el fracaso de las libertades liberales lo sancione sin rodeos una
política de auténtica estirpe española, que arribe llena de valores jóvenes y con
soluciones nuevas de convivencia y libertad sensata, la muerte de aquéllas
responderá a las conveniencias del pueblo y habrá cobrado en las traiciones de
hoy un sello imborrable de legitimidad.

(Libertad. núm. 25, 30 de noviembre de 1931-Reproducido en Onésimo Redondo, El


Estado Nacional. Valladolid, 1938, página 15-18, con el título de “Para una política nueva”
y con la adición del primer epígrafe.)

176 Obras Completas


Onésimo Redondo

LA CUESTIÓN FERROVIARIA

LA Unión General de Trabajadores se ha enfrentado por vez primera con el


Gobierno de “su” República. La conclusión que resume el congreso
ferroviario celebrado últimamente -o nacionalización o huelga general- es un
grito de guerra bastante claro para no dejar lugar a dudas sobre la ruptura de
hostilidades entre la organización y el Gobierno, y demasiado terminante para
que creamos en su consistencia. Ya veremos cómo no hay nacionalización ni
huelga general a pesar del plazo perentorio de quince días puesto como
ultimátum por la U. G. T. al poder.
¿Nos recataremos en mostrar simpatía a ese gesto de los trabajadores? Es la
primera gallardía que contemplamos en la organización marxista para
responder a su bandera de clase en forma neta y apolítica. Aplaudimos en este
caso sin regateos la entereza del sindicato reunido bajo la presidencia de
nuestro paisano Trifón Gómez. Esto no significa conformidad completa con
el fondo de las conclusiones. Sin que intentemos abordar aquí la discusión del
pleito ferroviario, vaya por delante nuestro parecer de que no son los obreros
de ferrocarriles quienes más derecho tienen a plantear un conflicto urgente y
grave a la economía nacional con la bandera del hambre.
Centenares de miles de compañeros suyos sin trabajo y millones con él
requieren para sí la atención y el sacrificio de todos con mucha más justicia
que el obrero ferroviario, aunque no nos figuramos a éste nadando en la
abundancia.
Desgraciadamente, la República no permite el “lujo” de los jornales
desahogados, contra lo que esperaba el proletariado, inflado de promesas. No
será poco si consigue aplacar el hambre de los que, cada día en aumento,
quedan en la calle. Pero las organizaciones socialistas suscitaron con virulencia
el pleito ferroviario en tiempos de más abundancia y se ven obligadas por su
masa a seguirle en los mismos términos antaño planteados, después de siete
meses de meritoria paciencia republicana, exigida por los jefes marxistas a sus
sol, dados rasos.
Las dificultades que en el anterior régimen imposibilitaban los aumentos de
salarios las multiplica el régimen político-socialista implantado. Lógico es,
pues, siguiendo la clásica obcecación de “los males de A se curan con A”, pida
más socialismo - nacionalización ferroviaria- para salir del callejón político,
cuyos muros son la ineptitud gubernamental, la crisis económica que es su
consecuencia y los compromisos con la masa.

Obras Completas 177


Onésimo Redondo

He ahí, pues, una posición netamente socialista, una demanda valiente de


cincuenta mil proletarios que ofrecen solución propia a un grande y concreto
problema económico.
Como ninguna simpatía tenemos por los fracasados Consejos de las múltiples
compañías y por los vicios innúmeros de la administración ferroviaria, cuyo
capital ha mostrado de sobra su ineptitud, no nos repugna la nacionalización
ni como tesis económica ni como pena.
Aquí tiene el socialismo ocasión de mostrar sus excelencias sin mezclar a los
jesuitas con los problemas obreros.

(Anónimo. Libertad. núm. 26, 7 de diciembre de 1931.)

178 Obras Completas


Onésimo Redondo

¿CORTES FACCIOSAS?

NINGÚN régimen como el llamado “de libertad” para violentar la libre


voluntad del pueblo y gobernar alegremente contra la corriente popular. El
mecanismo dictatorial de un régimen de libertad como el que ha conquistado
España - gracias a las abnegadas luchas de tantos mártires de izquierda - es
muy sencillo: Consiste en ESTAFAR PARA ADQUIRIR Y RETENER
LUEGO POR LA VIOLENCIA LO QUE SE ADQUIRIO CON EL
ENGAÑO: el arte de dominar tiránicamente llamándose liberales radica,
pues, en saber estafar a tiempo y gritar luego a grandes voces que lo
defraudado es propiedad legítima.
Para el fraude están las elecciones; para gritar, la prensa; para retener
violentamente, la Policía y la chusma adiestrada en el vandalismo.

***

Ahora se quiere obligar al país a soportar la prolongación de la Dictadura


“hasta que todas las leyes complementarias estén aprobadas, porque mientras
tanto no hay Constitución”. Y COMO NO ESTA REGULADO EL
EJERCICIO DE LAS LIBERTADES, ESTA CLARO QUE SOLO DEBE
DISFRUTARLAS EL GOBIERNO, SUS AMIGOS... y los bandoleros del
comunismo, con los que el Gobierno no se atreve.
Así se desprende de lo que vamos viendo y de lo que propone un sector bien
colocado junto al Presupuesto, de periodistas y políticos madrileños. La
inmoralidad no puede ser más descarada ni la estafa de la voluntad nacional
más flagrante, si el propósito dictatorial se cumple. LAS PRIMERAS
CORTES REPUBLICANAS SE CONVERTIRAN EN FACCIOSAS y
podrían legítimamente ser disueltas por un golpe de fuerza que restituyese al
cuerpo electoral el derecho primario a pronunciarse libremente. Una
disolución violenta en tal caso no iría contra el Régimen, ni contra la misma
Constitución que acaba de ser hecha.
No puede admitirse que las cortes se coloquen fuera de la Constitución al día
siguiente de votarla.
Es un sofisma grosero, propio sólo de las tragaderas socialistas en materia de
lógica y formalidad, afirmar, como Largo Caballero, que el decreto de
convocatoria la sea la autoridad suprema vara discernir lo que deben hacer las
“cortes Constituyentes” .HAN DE DURAR O DISOLVERSE SEGÚN LO
QUE EL PUEBLO QUISO Y SIGUE QUERIENDO DE ELLAS; no lo
que a uno o varios personajes con autoridad, siempre delegada, siempre

Obras Completas 179


Onésimo Redondo

inferior a la voluntad general, se les antojase marcar en una página de la


“Gaceta”.
Y el compromiso contraído, la consigna de funcionamiento y la razón de
existencia de las Constituyentes es HACER LA CONSTITUCION Y NADA
MAS. Son inútiles los sofismas y habilidades de la casta de enchufistas y
dominadores: ellos están donde se ven porque prometieron al pueblo pronta y
fácil instauración de un régimen de libertad. Para ello basta la Constitución y
una ley electoral, en el caso más extremo, con la cual la Nación vuelva a hablar
de modo que la Constitución votada viva -o muera- según a España convenga.
Esta es la única conclusión decente que los dominadores de hoy pueden sacar
de su misma significación, de lo que dijeron al país en todo momento antes de
escalar la tiranía y de lo que la misma Constitución manda por LA VOZ
SOBERANA DE LAS CORTES ELEGIDAS.
Lo contrario es matar a la Constitución con argucias de partido: es ir contra la
República, que es régimen de libertad y de decencia; es restaurar con
agravantes el despotismo achacado a sistemas anteriores, y apresar a la
opinión toda en las mallas de un caciquismo de cuño republicano. Una
contradicción de ese género es una burla sangrienta hecha a la nación,
demostrando que el régimen masónico juega con España como con un pueblo
de esclavos.
El movimiento de independencia nacional no debe hacerse esperar en tal caso.

(Anónimo. Libertad. núm. 26. 7 de diciembre de 1931.)

Es falso que este régimen socialista sea un término medio entre dos extremismos.
Sus obras, al paso que lleva, serán únicamente el hambre y la persecución de todo
el que produce.
Detrás de ello, es inevitable una dictadura soviética, cuya preparación el Gobierno
conoce y no cuida de evitar.
¡Alerta con los traidores!...

180 Obras Completas


Onésimo Redondo

HACIA UNA NUEVA POLITICA


¿UNIÓN DE DERECHAS?

NOSOTROS diríamos mejor “creación” de derechas. Es difícil unir lo que no


existe. Y en los varios años que venimos oyendo, con machacona persistencia,
con unción sacerdotal, las exhortaciones para la “unión de las derechas”, ha
podido afirmarse que éstas NO existían: no era posible unirlas. De ahí los
fracasos de todas las tentativas de unión, y la razón de que cuantos
llamamientos han hecho los periódicos derechistas a un frente Único de estos
elementos, hayan caído en el vacío. Como no había fuerzas organizadas con
ideario vivo, y masas adictas, sino camarillas y figurones desprendidos del
pueblo, la pequeñez de entusiasmos y la sobra de egoísmos de las presuntas
personalidades representativas, ahogaban en las primeras entrevistas toda
posibilidad de hermanarse.
Hay que crear nuevas derechas como trámite previo a la finalidad de unirlas o
-lo que sería más perfecto- de absorberlas. Porque atribuir hoy categoría de
existentes, reconocer vigencia a los ancianos caudillajes y grupitos que en las
diversas provincias tenían tono conservador, es cometer una candidez
excesivamente “derechista”, que se pagaría otra vez tan cara como se han
pagado hasta aquí todos los vicios de atomización y bandería, tan
característicos en los grupos políticos llamados conservadores.

UNA NUEVA POLÍTICA


Para crear esa nueva derecha, debe darse nacimiento a una nueva política no
menos radicalmente distanciada de los grupos y doctrinas adversas, que de las
antiguas mezquindades de la derecha burguesa.
Y no es tan esencial que surjan y vivan unidas orgánicamente, bajo un solo
jefe, un mismo nombre e idénticos postulados, las fuerzas nacientes, como
que existan uno o dos principios de negación -antimarxismo,
antiparlamentarismo- y otros de construcción -fe hispánica, justicia social,
orden político cristiano- que cobijen un ancho frente de resurgimiento
nacional y proyecten armonía en la diversidad.
No demos tanta importancia por hoy a la unidad, como a la intensidad. Así
como no puede pretenderse que un caudal en su nacimiento atraiga todas las
corrientes que fluyen por modo natural en una cuenca, ni que fecunde sólo a
la extensa superficie de ella, sería contra la naturaleza de las cosas que en el
período de iniciación, la imponente masa capaz de sentir a España fielmente
discurre por un solo cauce.

Obras Completas 181


Onésimo Redondo

ES ÚTIL LA VARIEDAD
Con ideales seriamente sentidos, la diversidad de métodos o de grados no
empece la actuación conjunta, y en cambio, proporciona la inestimable ventaja
de ensanchar el frente de las fuerzas simpáticas, de “posibilitar” una máxima’
movilización de los elementos sanos.
Es impolítico, violento y estéril pretender, por ejemplo, que todos los
antimarxistas españoles se organicen poniendo por delante el lema de
Religión. Y a esta misma le es perjudicial que por causa de un ambiente
exclusivista, excomulgatorio políticamente, creado en derredor de su figura
por los que ardientemente sientan lo religioso dentro de lo político, se crean
los tibios obligados a escoger, sin remedio, entre un partido de ostentosa
confesionalidad o uno de los muchos enemigos de la Iglesia. La variedad
sentida, la que no obedece a un tachable afán de formar corro aparte para ser
más fácilmente cabeza, es una variedad fecunda y es, sin duda, inevitable,
pero, además, deseable en periodo de iniciación como hemos dicho. Busque
cada cual espontáneamente su propio partido: haya varios en el frente de
resurgimiento nacional, que puedan acoger, con la alegría de la casa propia, los
diversos temperamentos de ciudadanos fieles a España y a la decencia
cristiana.
Y trabaje cada cual preocupándose más de su propia intensidad que de la
labor pura o menos pura del grupo vecino. El mosaico ejemplar de la todavía
vigente conjunción republicano-socialista, es sobre esto que tratamos una
elevada lección experimental de táctica política.
¿Hubieran desarrollado la intensidad ya conocida, se habrían encaramado en
las crestas de la victoria y hasta les sería posible su propia subsistencia sin la
extensión tremenda que proviene de su variedad?
Lo importante» repetimos, es movilizar, extensa e intensamente, a nuevas
masas con nueva política. El tiempo se encargará de hacer más fuerte al que
más valga. La unión será mucho más fácil entre organismos robustos que
entre seres entecos. Y unas veces por absorción, la “unión de las derechas”,
material o formal, será un hecho no sólo fácil, sino ineludible.
Hagamos primero derechas. Esto puede ser rápido queriendo. Y rápida será
también, después, la unión.

(Libertad, núm. 26, 7 de diciembre de 1931.-Reproducido en El Estado Nacional, págs.


18.21).

182 Obras Completas


Onésimo Redondo

EL HUEVO DE COLON

LA caída de D. Alfonso se presentó al pueblo como la fórmula colombina


para resolver todos los grandes problemas, matar el hambre e implantar un
régimen de plena justicia y plena libertad. Hoy, que tan exaltado vemos al más
florido orador de las cortes “colombinas”, hemos de recordar con inefable
regocijo las maravillosas pinturas que el señor Alcalá trazó a los atónitos
oyentes y votantes de la facilidad con que serían felices siguiéndole a él.
Cuando hizo su defensa en el Supremo de Guerra se presentó elocuente, con
templada franqueza» como el hombre que la Providencia nos regalaba para
poner derecho el huevo de Co1ón de nuestras patrias desventuras.
Por entonces ya consideraba suficientemente amaestrados a los públicos
-representación teatral de los pueblos- poseídos de los fervores mesianistas
que los apóstoles del futuro régimen iban difundiendo.
Quien quería República burguesa, burguesa la tenía con obispos y creemos
que hasta con jesuitas (Alcalá-Maura). Quien la prefería burguesa, pero con
curas fritos, bastaba con que adorase, siguiera y votase a Lerroux» que
-después- se dignó perdonar en amplios discursos, la mar de caballerosos,
según se ha visto, la vida a la Iglesia toda. otros querían “república social” y la
encontraban con sólo aplaudir a la lucida gama de revolucionarios detonantes
desde Alvarito, “el Veterinario” (?), hasta Cordero, tan “social” él, como se ha
demostrado.
Vaya con Dios D. Alfonso y no vuelva, que nosotros ya tenemos bastante. El
huevo de Colón está en pie, y llevamos ocho meses contemplándole. Es decir,
viendo a la Nación en su nueva postura, desprovista, creemos, de conflictos y
de políticos... En la punta no cascada del huevo contemplamos, sin corona, un
jefe equilibrado, un Presidente. Y a su vera, bien subidos en la pequeña altura
a que un huevo de gallina puede dar lugar, los magos colaterales de la
operación revolucionaria, todos con sus respectivos problemas ministeriales
en posición perfectamente vertical, esto es, resueltos.
El de la libertad, con la mágica ley de Defensa, aventajada sucesión de todas
las formas anteriores de tiranía.
El de Hacienda, de sobra superado por Prieto, “el mejor ministro del ramo”,
según se sabe. El de Comercio, como indica el último tratado con Francia... El
de Trabajo, con la europea aparición de las legiones de hombres que no
encuentran qué hacer, y “el de” los veterinarios, haciéndoles ingenieros y
dotándoles de un nuevo Ministerio o poco menos.
Ni hay tapias en los cementerios ni apenas personas decentes que no tengan
fácil ingreso en las cárceles, vacías de delincuentes.

Obras Completas 183


Onésimo Redondo

El huevo de Colón está en pie, pero parece que el pueblo, objeto cariñoso de
la taumaturgia colombina, que aspiraba a vivir de pie a costa de la contera
monárquica del cascarón español, vivía descuidado por la parte del chasquido,
y, como siempre, le ha pillado debajo el artilugio político. El contenido se
derrama: los magos se apresuran a recoger la yema para alimentarse a sí y a su
clientela, y ya nadie cree en el milagro del “huevo de Colón”.

(Anónimo. Libertad. núm. 27, 14 de diciembre de 1931.)

184 Obras Completas


Onésimo Redondo

LA REPÚBLICA CONTRA LA NACIÓN

EN su corta vida de medio año, LIBERTAD ha mostrado tranquila


conformidad con el régimen republicano que encontró instaurado al venir a
luz y asco irresistible contra el sistema parlamentario-socialista que
padecemos. Consideramos a esta clase de sistema como una cosa impuesta, no
popular; adquirida mediante el fraude y la coacción por bandas voraces de
jabalíes, tenores y cucos aprovechados al servicio de designios extranacionales,
que alucinando sobre todo a la masa trabajadora con retumbantes mentiras,
han encontrado el modo de deshacer España, dándose el desmesurado
gustazo de mandar, y realizando grandes negocios presupuestarios con malos
discursos y parodias jacobinas.
Frente a esa conjura del nuevo caciquismo, nutrido de una demagogia
remozada, que es otra sangría abierta en el cuerpo infeliz de la Patria,
colapsado por la borrachera demoliberal de siglo y medio de sandeces
progresistas, opondremos nuestra consigna ESPAÑA SOBRE TODO!, que
es grito de guerra y anhelo popular de resurgimiento. “España sobre todo” es
precisamente la voz nacional que ha de ligar en el entusiasmo cientos de miles
de voluntades jóvenes, dispuestas a libertar a España de la esclavitud de tanto
mito constitucional, republicanista y responsabilista, cuyo fin único es
alimentar a los partidos a costa de la Nación.
El mito republicanista va hoy acaparando las gigantescas apetencias de los
grupos, que se han propuesto perpetuar su vida al rescoldo del Presupuesto
hasta acabar con lo que a España -juguete de las sectas internaciona1es- le
queda todavía de nación libre.

***

La explotación política es la única e inmoral razón de esa tremenda blasfemia


contra la Constitución y la libertad que consiste en llamar “constitucional” a la
Ley de Defensa de la República, haciendo consustancial a este régimen con la
tiranía. Nosotros decimos: Si esta Constitución la quiere de verdad el pueblo,
no necesitamos -¡es evidente!- leyes anticonstitucionales para protegerla. Y si
ella y la República a que sirve de base requieren esas leyes, se tratará de una
dictadura, que hoy en España, por la sucesión revolucionaria de las situaciones
políticas, es TODO LO CONTRARIO DE CONSTITUCION Y DE
REPUBLICA.
Se ha incurrido en una monstruosa contradicción, que pone en vilipendio ante
el pueblo a sus responsables. Repetiremos mil veces que los que adquirieron
votos con promesas de libertad nunca podrán ni decente ni legítimamente

Obras Completas 185


Onésimo Redondo

apoyarse en modos dictatoriales, que, según su lógica, son de opresión y,


según su conducta, son de escándalo.
La defensa de la República es el mito industrial que agitan, ante el país
sometido, los tiranos para ocultar un hecho inconfesable, pero evidente; que
confunden al Régimen consigo mismo y que no aceptan otra República sino la
que esté gobernada por ellos y para su gente: La mixtificación perjudica al
Régimen, y como la ley de Uranía, no es otra cosa que un freno puesto a la
voluntad soberana de la Nación, cometen el delito de enfrentar a ésta con la
República, como si fuera algo que a los españoles se nos impone por la fuerza.
“España sobre todo”, repetimos, y denunciamos con enérgica protesta la
inmoral jugada hecha a la Nación por los partidos, que se adueñan del mando
y el Presupuesto, cohibiendo a súbditos y contribuyentes con una ley contraria
a todas las promesas.

(Anónimo. Libertad. núm. 27. 14 de diciembre de 1931.)

Otra vez se ha apoderado de la Nación la odiada gresca de los partidos políticos.


Votan leyes para asegurar su permanencia. postergando todos los intereses y
derechos del pueblo a su propia defensa.
Este es el resultado sarcástico de tantos meses de algarabía y “conquistas”
demoliberales: QUE NO TENEMOS CONSTITUCION, PERO TENEMOS
PARTIDOS.

186 Obras Completas


Onésimo Redondo

HACIA UNA NUEVA POLITICA


CONTRA LA ESCLAVITUD DEL DOGMA PARLAMENTARIO

EN España hay que acabar con el sufragio universal como expresión única de
soberanía. El mito de la soberanía del Parlamento es bastante por sí solo para
proveer permanentemente los mandos nacionales con la gente más incivil, la
más despegada de la honradez común de los españoles. Amarrado el Estado a
la desdichada supremacía de los grupos parlamentarios, el arribismo se
apodera de la política, la pequeñez y el derrotismo turban la visión de toda
idea nacional, la anarquía es como un canon de buen gusto para vivir en todas
las profesiones, la chabacanería domina las costumbres, y la rutina progresiva
del Tesoro es reflejo y causa de la suerte que arrastran las actividades
económicas de todo el país.
Y es que ninguna fórmula como la de soberanía sufragista para profanar con
la irresponsabilidad y la trampa las sagradas alturas del Poder político, y
entronizar la esterilidad como presupuesto de las actividades de Gobierno.
Grave fue el error de gran parte del pueblo queriendo curar la zozobra
dictatorial del ejército con el bálsamo parlamentario. Los pueblos, siempre
niños; cometen la festiva candidez de creer siempre mejor a quien más habla y
de ponerse en manos de todo el que mucho promete, otorgando contra
prudencia tanto más confianza cuanto más abundosas y fáciles se le presentan
las soluciones... Este vicioso instinto de las masas amorfas, es la raíz irracional
del crédito popular que disfruta el régimen parlamentario, y es la explicación,
al mismo tiempo, de su subsistencia y de sus grandes crímenes.
Lo absurdo y depresivo está, pues, en que toda una colectividad de
veintitantos millones acepte como verdad divina el principio de la soberanía,
nacida en las urnas electorales. Se produce así el tragicómico accidente, bien
conocido acá, de ver a un pueblo como el español odiar siempre al
Parlamento y no osar librarse definitivamente de la pesadilla de su
“constitucionalidad”. La política nueva lo será en el mayor grado y ofrecerá
solamente seguridades de eficacia total para cambiar el agónico rumbo de las
últimas generaciones, si se decide a dar al traste con el ídolo parlamentario,
hollando de una vez, y si es preciso con sangre, el mentido templo de la
soberanía farisaica.
No quiere eso significar que las Cortes, o reunión de representantes electivos
que de algún modo sean copartícipes del poder, se declaren desterradas en los
usos y costumbres de la España política futura. Ni siquiera -quizá- que se
prive a la comunidad amorfa de los individuos de la función electoral,

Obras Completas 187


Onésimo Redondo

totalmente. Cortes y Asambleas, reflejo del estado de voluntad general y


encarnación del conjunto de los intereses gremiales, es preciso que haya.
Tan impura es la aberración mítica de la soberanía parlamentaria como la
confianza mesiánica en un dictador. Y tan propenso al abuso es el Poder sin
fiscalización de un hombre o un grupo, como la omnipotencia de los partidos
organizados con arreglo a la farsa parlamentaria. La soberanía debe
organizarse en forma compartida; la separación de poderes, ha de tener alguna
realidad formal, y, sobre todo, la independencia del Judicial ser un hecho
firme. Todo ello son capítulos, en gran parte nada originales, de un derecho
político que en las naciones más jóvenes va privando, y no es el fin de nuestro
artículo reseñarles.
Solamente queríamos dar por sentado en esta serie de reflexiones sobre
“nueva política” esa afirmación en la que insistiremos con ánimo de batalla y
fe decidida : la caducidad del mito parlamentario, la urgencia. que España debe
sentir por desbaratar la fórmula demoliberal, causante de un extravío nacional
de siglo y medio y culpable de las grandes traiciones contra la fidelidad
hispana a través de todas las generaciones que han presenciado nuestra ruina
como Nación con ideales propios.

(Libertad, núm. 27, 14 de diciembre de 1931. - Reproducido en El Estado Nacional, págs.


22-24.)

188 Obras Completas


Onésimo Redondo

EN RESPUESTA

A un amigo que ha comentado el artículo del pasado número “Hacia una


nueva política”, en un periódico local, contestamos brevemente:
Que leyendo bien nuestras observaciones, podrá advertir el impugnador que
no negábamos la existencia de opinión derechista, de grandes masas con ese
carácter.
Nosotros hablábamos de la inexistencia o invalidez de agrupaciones que
pretendan representar esa gran masa desprovista de timón político seguro y
vigoroso. Por eso preferimos hablar -y obrar- de creación que de unión. De
paso, haremos una vez mas constar nuestra extrañeza, porque este amigo de
buena fe, lo mismo que otros no amigos han hecho con inofensiva malicia,
nos haga órgano de “ Acción Nacional”.
¿Es posible que esta entidad o nosotros demos motivo suficiente para que se
nos confunda? .

(Libertad. núm. 27, 14 de diciembre de 1931.)

Obras Completas 189


Onésimo Redondo

VIEJA CRISIS Y VIEJO GOBIERNO

NADA como el discurso de Azaña al presentarse en el congreso para probar


la calidad de esta primera sucesión “constitucional” de los poderes
republicanos. Gesto cansino, palabra torpe y contenido ramplón, no poseía
otra gravedad la oración presidencial que la del mal humor, la ira fisiológica
que, no sabemos por qué, domina a ese señor desde hace días.
¿Quién conocía en este Azaña agotado, visiblemente disminuido por el
desconcierto y el disgusto, a quien por sus discursos terribles y sus bravatas
trituradoras fue tenido por el hombre napoleónico de nuestra segunda
República?.
Puede ésta estar cierta de que ni las más desairadas crisis del viejo, viejísimo
régimen monárquico-parlamentario conocieron una declaración ministerial tan
decaída en fervor y forma, ni un declarante tan mediocre y desanimado. Y es
que todo el desarrollo de esta rara crisis, llamada de fondo, ha estado
presidido por el cansancio. Dominaba por encima de todas las apariencias del
nuevo régimen el pobrísimo impulso de la rutina.
Se diría que la República parlamentario-socialista estaba gastada y que los
republicanos no saben qué hacer con ella. Si no fuera por el probado tesón de
los grupos en el reparto de carteras -elocuente permanencia de las minorías en
sesión continua-, diríamos incluso que ni sentían verdadera apetencia del
Poder.
Y es que nuestros amos verbalistas, los afamados tenores y jabalíes que se
reparten España, después de haberla invadido con mentiras y amenazas, como
no tienen absolutamente ningún entusiasmo patriótico ni fe en el porvenir de
la nación entre sus manos, carecen de planes positivos felices. Lejos de poseer
la alegría y fertilidad de los hombres que construyen, se ven vencidos por la
íntima acritud y los desmayos característicos del hombre disipado y maligno.
Están hados de hacer daño, diríamos para resumir con una expresión su
conducta y su estado de ánimo.
Llegan ya, como si dijéramos, al amanecer de una noche de orgía; les pilla la
mañana desgreñados, sucios y con ganas de dormir. Y al ponerse en marcha
toman sus vestimentas con la prisa y atolondramiento del juerguista,
colocándose los gabanes y sombreros de cualquier modo y hasta
cambiándolos ciegamente de dueño. Eso significa el caprichoso trasiego y
mutación de carteras... Nada digamos del tranquilo alarde de omnisapiencia
con que personajes tan incultos como Alvarito, el señor Prieto y el señor
Domingo se trasladan de Ministerio o crean uno nuevo a su gusto. Prueba ello

190 Obras Completas


Onésimo Redondo

bien claro lo que venimos sosteniendo aquí con una insistencia que ya no
debiera ser necesaria: Que ese género de político y partidos toman a juego la
gobernación de España y se ríen con el más cínico desprecio de las
necesidades nacionales.

(Anónimo. Libertad, núm. 28, de 21 de diciembre de 1931.)

En muchos hogares españoles, obreros y de clase media, la escasez o el hambre


ahuyentarán toda satisfacción en estos días. LIBERTAD quiere que ninguno de sus
lectores olvide la cristiana obligación de socorrer a su prójimo, sin mirar ahora más
consideraciones que la caridad. Caridad cuantiosa ejercida en silencio.

Obras Completas 191


Onésimo Redondo

HACIA UNA NUEVA POLÍTICA


JUSTIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA

LA aparición de toda violencia ilícita debe combatirse adecuadamente hasta


vencerla. Esta regla jurídica y principio de defensa, sin cuya rigurosa
observancia es necio admitir que haya civilización.
Y el uso de la violencia en las luchas políticas, por iniciativa de una facción, da
derecho a los demás a defenderse o prevenirse adecuadamente para mantener
su libertad política frente al agresor. Es un derecho de conservación, una
norma de libertad que obliga a todos, aun al Poder público. Para reprimir la
violencia lícita; para garantizar las legítimas libertades de las opiniones sanas
actuantes en política, está el Poder. La ley es la antítesis de la violencia o,
mejor, una coacción legítima que suprime toda violencia entre ciudadanos.
Por eso, en ausencia de la ley, o en la medida que decaiga la eficacia defensiva
de la ley, es lícito a los ciudadanos usar de la violencia contra la violencia.
Y no puede negarse que en este caso estamos, y que la necesidad de
defenderse con la propia fuerza aumenta por momentos.

***

La lucha de clases ha introducido la violencia como método de actuación


política. La ideología materialista suelta las amarras de la moralidad en los
prosélitos: borra en ellos la idea de lo lícito y lo ilícito, derivando la
proclamación de sus reivindicaciones hasta una permanente declaración de
guerra y transformando sus derechos políticos en bandera de conquista. Este
fenómeno produce en cada nación un movimiento interno de evasión,
equipado con todos los medios posibles de destrucción: La palabra violenta, la
difamación y la amenaza como método de propaganda, es original de la táctica
marxista y común a todos los explotadores del hambre obrera.
La huelga agresiva como resorte principal de acción, y el crimen terrorista
como instrumento accesorio, también son propios a todas las ramas del
socialcomunismo. Tienen una misma aspiración opresora: encerrar la riqueza
y las libertades de todos en unas vías revolucionarias que conducen a su
pretendido paraíso materialista. Conquistado el Poder usarían de la crueldad
precisa para dominarlo todo, y, entre tanto, procuran debilitar y destruir con la
táctica aludida a la sociedad que se les opone. Es ingenuo, y además inútil,
pretender la contención del movimiento agresor prescindiendo de la violencia
necesaria. Como máximum, puede concederse a los invasores el mentecato
derecho liberal dé propagar sus llamadas ideas sin estorbar a los demás el
ejercicio de un derecho paralelo. Pero allí donde aparezca la coacción

192 Obras Completas


Onésimo Redondo

socialcomunista contra la libertad ajena, debe aparecer -¡es evidente!- la


violencia opuesta; y si el Poder es incapaz o tardo para machacar la uña de los
agresores, deben encargarse de ello milicias ciudadanas que con el agrado o
desagrado del gobierno cumplan la misión abandonada por éste. Lo expuesto,
ni es la única justificación de la violencia antimarxista, ni tampoco la sola
finalidad de esa violencia que queremos ver organizada. Pero basta para lo que
por el momento nos proponemos con este artículo: afirmar que toda
organización de las llamadas “de derechas”, puede y debe aceptar la urgencia
de preparar una posible actuación física de los militantes, que coadyuve y
ampare la actividad espiritual de la propaganda; todo movimiento derechista
que repudie el inmediato ejercicio de la violencia necesaria, merece nuestro
amable desprecio. ¿Es que estamos todavía en la hora de los sueños
mesiánicos, confiando nuestra salvación a un militar o a un orador de circo?
¿O es que nos resignamos a dejar nuestras familias, dignidad y libertades a los
pies de la bestia socialcomunista?
No hay otro camino que el de la propia acción, ni otra actitud que la de una
virilidad insuperada ni otro recurso defensivo que el de la propia violencia.
Contra esta necesidad patente, ya no puede haber más argumento que el de la
cobardía.

(Libertad, núm. 28, 21 de diciembre de 1931.-Reproducido en El Estado Nacional, págs. 24-


26-)

Obras Completas 193


Onésimo Redondo

DERECHA, CENTRO, IZQUIERDA

CONSIDERAMOS a Angel Herrera como el hombre público más discreto


con que España cuenta desde que desapareció Maura, siendo similar a aquel
gran orador y estadista en la pureza de su sentimiento patriótico y en la grave
honradez con que administra sus dotes de talento y cultura, en beneficio
exclusivo de la comunidad. Su discurso del día 22 en Valencia es seguramente
el más importante documento de sabiduría política de todos cuantos discursos
han trascendido a la opinión nacional en los varios meses que llevamos de
República. Aunque no alcance la altura del de Ortega y Gasset en belleza
exterior, en la superior atracción literaria que engrandecía la conferencia
famosa del Cine de la opera, ni tampoco quizá en el ingenio con que allí se
hacía la crítica del gobierno republicano, el discurso de Herrera queda muy
por encima de la disertación del filósofo en valor positivo.
Sabe convencer, con la excepcional elocuencia que poseen los juicios
profundamente serenos, del valor actualísimo que tienen las enseñanzas de la
Silla apostólica aplicadas a la realidad práctica en la vida española: acatamiento
al Régimen, pero libertad de juicio y conducta frente a la legislación...
Lo más sustancioso del discurso es, sin duda, la descripción que, a modo de
vaticinio, y con la expresión simultánea de un deseo, hace del porvenir político
inmediato: de un lado, la izquierda masónica, nutrida, sobre todo, por los
elementos marxistas en sus varios grados. Frente a ella, una derecha de ideales,
una verdadera derecha católica, representada por un centenar, al menos, de
diputados, conseguidos por las distintas organizaciones que en las provincias
van surgiendo, además de la Acción Nacional, y unidas todas por la semejanza
de lemas y programa. En el centro, como fuerza gubernamental conservadora,
pero no católica, la representación de la burguesía republicana y de ]os
monárquicos o exmonárquicos que se pueden calificar como “derecha de
intereses”, amiga del orden y defensora de la propiedad.
A esta pintura queremos poner nuestros reparos. Por lo que tenga de profecía,
desmintiéndola en nuestro sentir. Y por lo que tenga de anhelo, mostrando
nuestra discrepancia.
No habla, en efecto, el insigne periodista del lugar que debe ocupar, que
ocupará la derecha nacionalista, derecha más extrema que todas las analizadas
por aquél, ya que como ninguna propugnará la hostilidad contra los planes
masónicos y extremará la crudeza en los procedimientos de combate.
Entendemos y pronosticamos, por nuestra parte, que no faltará en el próximo
porvenir político una fuerza que con la consigna “España sobre todo” realice
en la arena política la tarea de resucitar el culto a la Patria, como respuesta

194 Obras Completas


Onésimo Redondo

airada y ambiciosa contra la criminal negación de todas las izquierdas y contra


la tibieza antipatriótica o la mezquindad derrotista de varias derechas. Nunca
es tarde para suscitar, propagar e imponer ansias históricas de
engrandecimiento, creencia irreductible y remozada en la capacidad del pueblo
para servir un ideal nacional de gran calibre, ni puede verse con la sosegada
conformidad de Angel Herrera esa especie de renunciamiento a la conquista
de la masa neutra, condenada a colaborar con los partidos antinacionales o a
sumirse en el mortífero sopor de una derecha de intereses. Si sagrado es
despertar y reasumir las máximas energías para situar a los católicos en la
defensa de las libertades religiosas, no lo es menos la tarea de vigorizar tantas
mentes dormidas de católicos o indiferentes en la fe patriótica y poner en
marcha las voluntades de todos para el servicio de España.
Esto sólo puede hacerlo un Movimiento impregnado de frenesí españolista,
movido por la juventud y dedicado a combatir en todos los terrenos tanto a la
marrullería burguesa que escatima sus deberes como al desenfreno de la ola
materialista. Esa es “la extrema derecha” que falta en el cuadro pintado por
Herrera.
Se avecinan tiempos de duras luchas y urge tener pertrechado un instrumento
nacional de choque contra las embestidas de la barbarie soviética. Necesita
España correr radicalmente a la derecha sus posiciones de defensa.

(Anónimo. Libertad, núm. 29, 28 de diciembre de 1931.)

Obras Completas 195


Onésimo Redondo

LAS VERDADERAS RESPONSABILIDADES

LA ley llamada de Responsabilidades se agregó a la Constitución con esa


familiaridad que los parlamentarios tienen acreditada en el abuso del
contrasentido, la hipérbole farisaica y los trucos legalistas.
“En nombre de la Nación” es, por lo visto, del mayor interés, de importancia
“constitucional” afligir con penas legales a una docena de militares que
cometieron el delito de privarnos de las delicias parlamentarias, retrasando el
acceso al mando de los que hoy, en sustitución de aquellos, nos tiranizan.
Va a ventilarse también, en virtud de esa ley constitucional, la sinrazón
gravísimo de que gobiernos anteriores acabasen en Barcelona con el
pistolerismo, hoy gloriosamente restablecido. Se va a averiguar de igual modo
por qué osaron jueces y autoridades aplicar la ley a unos insurrectos que si lo
hubieran sido contra la situación hoy dominante habrían tenido
aproximadamente el mismo pago.
Y, por último, se quiere sentenciar a los culpables del desastre marroquí,
erigiendo en juez al organismo parlamentario, el gran responsable
precisamente de aquél y todos los demás desastres que se van sucediendo en
la vida de España. Mientras la farsa responsabilista se desarrolla por los
histriones bien retribuidos, que incuban fracasos más espléndidos Que todos
los conocidos, LEGIONES DE HAMBRIENTOS ASOMAN A LA CALLE
EL ROSTRO MENDICANTE QUE PIDE NO UNA LIMOSNA, SINO
UN JORNAL. Piden el trabajo que el régimen “responsabilista” les ha
arrebatado con una desatentada política de odio, encaminada exclusivamente a
destruir el bienestar anterior sólo porque era obra de los adversarios políticos.
Hay que proclamarlo clara y llanamente: En España antes no faltaba trabajo ni
carecían cientos de miles de familias obreras del elemental amparo del salario.
Tuvieron que venir los charlatanes jurídicos v los explotadores del hambre
obrera a “exigir responsabilidades” para que el fantasma del paro forzoso
hiciera su aparición.
La angustia de los parados, privados de llevar a sus hogares el sustento a que
todo ser tiene derecho, es el precio del encumbramiento de los nuevos
responsables.
¿Qué mayor moralidad, justicia o eficacia advierte el pueblo en el Gobierno
del Estado? La voracidad de los partidos más ha agravado que atenuado los
males de siempre: incuria administrativa, despilfarro burocrático sistema
parlamentario de discursos, zancadillas y abstención en problemas
fundamentales.

196 Obras Completas


Onésimo Redondo

Con nada vemos compensado el hambre que es consecuencia del régimen


parlamentario-marxista. Es urgente preparar su sustitución y apuntar una
nueva campaña de mayores responsabilidades.

(Anónimo. Libertad, núm. 29, 28 de diciembre de 1931.)

Los políticos socialistas van renunciando a su política obrerista, que ahora juzgan
imposible.
Está demostrado que nada tenían que hacer en España, sino el daño necesario para
elevarse y sostenerse en el Poder.
Ambiciosos de ayer, traidores de hoy.

Obras Completas 197


Onésimo Redondo

HACIA UNA NUEVA POLÍTICA


¿REACCIONARIOS O REVOLUCIONARIOS?

LA RUPTURA CON EL PASADO

NO es posible asentar sobre base popular una política que no sea, en algún
modo, revolucionaria, o más exactamente, reformista. Si bien se mira, todas
las actitudes políticas que prenden entusiasmo en el pueblo van animadas de
un espíritu de protesta; y tanto más se aproximan al triunfo cuanto mayor
energía ponen en la crítica y acreditan más certeramente su contenido
reformador: la raíz política más fecunda en el sentimiento de las masas es el
descontento. De una manera o de otra, el partido que aspira a una popularidad
genuina, ya sea con la suprema aspiración de convertirse en nacional, o al
menos con la de poseer fuerza combativa eficaz, ha de proclamar una
incompatibilidad con el pasado, el lanzamiento de algún lastre histórico de los
que el pueblo abomina o recela.
Sabedores los hombres de la demagogia liberal del provecho que en la política
rinde la explotación verbalista del descontento popular, cultivan, ante todo, y
aun exclusivamente, la protesta contra lo existente o lo antiguo. Colocan
sistemáticamente la felicidad del pueblo -regentado por ellos naturalmente- en
un porvenir fantástico que por lo mismo que es desconocido nada cuenta
pintar, con los mejores colores.
La dialéctica revolucionaria, bien se sabe que no es otra cosa sino “una
polémica con el pasado”, como decía cierto popularísimo hombre de derechas
hace pocos días hablando de la constitución que nos han hecho los masones.
Es de ver la iluminada fruición, el fanático coraje con que las clases que
llamadas desheredadas acogen ese enfado verboso de los revolucionarios al
uso marxista o liberalesco, para juzgar el pasado. A todas las mentes inferiores
les va bien el regalo gratuito de los paraísos imaginarios y aplauden por eso a
quien dibuja y promete sin ambages una Edad de oro, mucho mejor si es
venidera que pasada.
Llegar en la ruptura con el pasado hasta abominar de toda la Historia, es una
bárbara fechoría y una blasfemia que sólo cabe defender poseyendo el inefable
cretinismo de ese ministro de Fomento, que dijo: “Nada hay que conservar”.

HAY QUE CONSERVAR Y RESTAURAR


Hay, sí, que conservar, y sobre todo hay que restaurar. Tenemos que
conservar, fomentándole, el sentimiento de la unidad hispánica, el respeto
sagrado a la integridad familiar, el patrimonio -harto disminuido, es cierto- de
sentimiento religioso y honradez social, no menos que la fortaleza económica

198 Obras Completas


Onésimo Redondo

de pueblo independiente, todavía real a despecho de las acometidas criminales


consumadas por la furia parlamentario-socialista. Y tenemos que restaurar la
fe en el destino grandioso histórico de la raza, las concepciones autóctonas de
la cultura española, las costumbres cristiano-españolas para regir la
administración y cumplir los deberes sociales, así como el afán de crear y la
aptitud para el heroísmo, sustituidos en los últimos tiempos por la cobardía
europeizante y el derrotismo individualista.

CONTENIDO REVOLUCIONARIO
Con ese credo conservador y restaurador ya tiene la nueva política un
magnífico contenido revolucionario. Poseerá la más brillante capacidad de
proselitismo presentando ante el pueblo la viva protesta contra las deserciones
antipatrióticas y la dilapidación traidora de energías materiales y valores
espirituales en que incurre la ineptitud gobernante.
No menos tajante habrá de ser la protesta contra la tozudez del capitalismo
burgués, cerrado a toda transigencia voluntaria con la ya ineludible victoria de
una nueva estructura económico-social, La invalidez de las formas capitalistas
para llenar el derecho a un bienestar medio de todos los ciudadanos del
Estado y equipar a la Nación para conquistas de grandeza, no puede suplirse
con remiendos tacaños y tímidas concesiones. Hay que llegar a una nueva fase
económica, con el predominio sindicalista (resurrección gran industrialista de
los gremios) que cierre el camino a la ciega irrupción del bolchevique, con
soluciones radicales de tipo nacional.
Por otra parte, urge, como decimos, movilizar las fuerzas y las personas todas
para reconstruir la Nación e imponer el seguimiento de veredas de grandeza
colectiva: todo esto es un programa revolucionario más sincero que el
demoliberal o el marxista.

(Libertad, núm. 29, 28 de diciembre de 1931.-Reproducido en el mismo semanario, núm.


126, 18 de marzo de 1935, y en El Estado Nacional, págs. 27-29.)

Obras Completas 199


Onésimo Redondo

PRONÓSTICO POLÍTICO PARA 1932

No quiera el lector buscar por el título en este trabajo una pretenciosa profecía
de la suerte que correrán España o la República, juntas o separadas, en el año
que comienza. Ni sería fácil encajar la profecía en un artículo ni podemos
arriesgarnos a sellar con el distintivo de “probable” a tan extremas soluciones
o complicaciones como son “posibles” en la República española de
trabajadores de todas clases, incluso trabajadores de pistola.

***

Sólo un aspecto, corto, si bien sustancioso, queremos desenvolver, y no tanto


en forma de pronóstico como de protesta. No vaticinamos, sino que
anhelamos, y trabajaremos, eso sí, porque nuestro anhelo de enero sea una
realidad en diciembre. Nos referimos a la constitución en este año de milicias
regulares anticomunistas. Todo nuestro fervor por la salud de España y la
emoción con que celebramos la inauguración del nuevo año pensando en Ella
queremos resumirlo con esta reflexión:
Que no salvaremos la nación de la barbarie soviética, sin organizar una falange
extensa de españoles de todas clases dispuestos a defender con sus personas la
vida civilizada de España. Lamentamos, una vez más, que la frívola burguesía,
lo mismo de presidentes que de obreros aburguesados; dedicada en las
ciudades a la cómoda rotación diaria de trabajo cansino, comida, taberna o
café y cine, viva obstinada en su cobarde negación del peligro.
¿Para qué emplear un exaltado clamor en reforzar el grito natural de alarma?
Basta con mirar y ver.

***

Nuestra nación es la más trabajada de todas por el fermento del sovietismo,


que quiere extender a ella su imperio rojo. Ve éste el hambre y la desolación
moral proyectarse sobre el deshecho campamento de la joven República y
acude a recoger la presa fácil, preparada por la traición gobernante. No
olvidemos con cuánta facilidad esas propagandas de apropiación gratuita
prenden y fanatizan las mentes de los hambrientos y, por añadidura,
traicionados obreros y campesinos. Y no deje de meditarse el poder narcótico
de las lecturas materialistas, sensuales, exaltadas y hasta románticas que, como
nuevos libros de caballería, entumecen y trastornan el cerebro de la gente
indocta, sobre todo de los jóvenes desprovistos de ideales nobles. La

200 Obras Completas


Onésimo Redondo

consecuencia es la rápida excitación de millares de voluntades que se disponen


a batirse por conquistar el paraíso soviético, deshaciéndose en cuanto sea
preciso por la violencia de todos los obstáculos.
Es cándido, y de tan admirable inconsciencia como la misma negación del
peligro, pensar que de éste nos librarán los gobernantes liberales-burgueses,
estilo Lerroux, ni aun tipo Miguel Maura. Bien está lo bueno de cada cual -
como acaban de decir nada menos que los obispos-.
Pero de la legislación liberal y de los usos democráticos no cabe esperar
defensa segura y ni siquiera fortaleza recíproca, estando los enemigos bien
armados y consentidos, y pertrechados, sobre todo, los cerebros de poderosas
ilusiones agresivas, mientras del lado opuesto no surja una ideología tan feroz,
por lo menos, en la defensa como es la contraria en el ataque, equipándonos
con medios de lucha que superen a los del enemigo. Hay que formar milicias
civiles de España. Haciendo frente, en primer término, con sagacidad y
legalidad, hasta donde sea posible, a la franca o solapada oposición
gubernativa. Y supliendo con la energía y la rapidez de ahora el camino que
los adversarios nos llevan ganado.
Lo principal es la propaganda. Si para 1932 propugnamos la creación de las
milicias, dicho se está que mucho más queremos y esperamos de la creación y
difusión de periódicos y folletos que preparen el ambiente.

(Anónimo. Libertad, núm. 30, 4 de enero de 1932. Reproducido parcialmente en Onésimo


Redondo, páginas, 40.42.)

La propaganda bolchevique va convirtiendo algunas provincias españolas en


regiones de cafrerías.
Para evitar el regreso de España al salvajismo, frente a las hordas sanguinarias y
capitaneadas por los invasores rojos, no hay más que un camino: la guerra. ¡VIVA
LA GUERRA!

Obras Completas 201


Onésimo Redondo

NO HAY GOBIERNO

POR si parecen exageradas, “extremistas”, como se dice, nuestras campañas


de execración contra la salvaje divisa del ambiente socialista dominante, léanse
los periódicos del viernes, que relatan la sangrienta imposición de las turbas en
dos pueblos de Badajoz.
No vamos a comentar la conducta y maneras de la infeliz masa de criminales
tumultuarios. ¿Qué saben ellos lo que hacen?. Son víctimas, los desdichados,
de todas las deformaciones sociales de ayer y de hoy; la miseria irredenta de
muchos de los campesinos andaluces y extremeños y del proletariado humilde
de toda España consecuencia es en su máxima parte DEL EGOISMO
ANTISOCIAL, DE LA IMBECIL CERRAZÓN CARACTERISTICA DE
NUESTRA DIVERTIDA BURGUESÍA, bien ajena todavía a la conciencia
de sus crímenes y a la responsabilidad que en la progresiva corrupción de la
masa obrera le incumbe.
Sobre esta masa, desamparada y con frecuencia Odiada, perdida también en su
máxima parte para el catolicismo, se precipitan con el materialismo como
bandera y la mentira como resorte de propaganda todos los buitres de la
ambición política regresiva, vergüenza de la Humanidad occidental. El pobre
obrero, más apto para las revoluciones cuanto más pobre, sirve
excelentemente de instrumento para aupar todo proyecto de destrucción
nacional, sirviendo a los que mayor brutalidad pregonan contra la disciplina
social y el orden cristiano.
Van desfilando así, en triunfo sucesivo, ante la triste disposición para el
fanatismo de las muchedumbres menesterosas, la boba murga del radicalismo
burgués primero, las traidoras promesas del socialismo “evolutivo” luego, y
después -ahora- las bestiales sugestiones del comunismo rojo; a cada adhesión
o sumisión entusiasta del proletariado sucede, casi infaliblemente, es cierto,
una victoria: y A CADA VICTORIA CON MAYOR RAPIDEZ Y MAS
CERTEZA SUCEDE EL DESENGANO, LA TRAICION Y SE
EXTIENDE EL REINADO DEL HAMBRE...
Entre tanto, las incapacidades más locuaces de cada nación se encumbran y se
imponen; los valores morales y todas las esencias de espiritualidad sufren la
enemiga eficaz del socialcomunismo, y como único resultado se va sacando el
envilecimiento del pueblo y la desaparición de la cultura.

***

202 Obras Completas


Onésimo Redondo

Estas huelgas revolucionarias de Badajoz son EPISODIOS


PERFECTAMENTE TRAMITADOS, LARGAMENTE PREVISTOS Y
ORGANIZADOS, DE ESE PLAN INVASOR Y ASCENDENTE HACIA
LA CONQUISTA DEL PAIS POR EL BOLCHEVISMO. No nos extraña;
tanto como nos indigna la mentecata confianza burguesa, que se esfuerza
todavía, en desconocer la existencia del plan, con la fuerte colaboración que
las torpezas del régimen le prestan. Fijémonos en que era solo una provincia o
parte De ella el objeto del presente movimiento y calculemos la importancia
de él por los resultados. Adviértase, además que estamos en los comienzos y
júzguese la posible trascendencia de otra intentona que ya no sea una
escaramuza más, sino un golpe final extendido a todo el territorio el día en
que se juzgue llegada la madurez.
La complicidad efectiva del Gobierno no puede ser mayor si han de salvarse
las apariencias de identificación que, por ahora, le conviene a aquel disimular.
NOSOTROS CREEMOS FIRMEMENTE EN UNA PRÁCTICA
CONNIVENCIA DE LA TRAIDORA INTELECTUALIDAD
GOBERNANTE CON LOS DESIGNIOS DE MOSCÚ SOBRE ESPAÑA.
ignoramos hasta qué extremo pueden llegar el servilismo y condiciones de los
planes existentes, pero no poco puede juzgarse por los hechos. El célebre
espectáculo oficial de la recogida de armas ha sido una burla que el temor a ser
perseguidos nos impide calificar con exactitud. Bien claro está que todos los
criminales han sido cuidadosamente respetados, a la vez que se condenaba a la
indefensión a los hombres honrados. ¿ Cabe mayor prueba de complicidad?
La actividad propagandística del comunismo, subvencionado, como bien se
sabe, con grandes caudales del dinero ruso o judío, disfruta de tan amable
protección gubernamental como es desvergonzada la opresión que padecemos
los órganos y movimientos de significado nacional y cristiano. LA LEY DE
DEFENSA DE LA REPUBLICA ES PRACTICAMENTE UNA LEY DE
DEFENSA AL COMUNISMO. La sangre de esos seis heroicos guardadores
del orden, símbolo glorioso de la España civilizada que perece, cae sobre más
altos responsables que los infelices autores materiales de los crímenes.

(Anónimo. Libertad, núm. 30, 4 de enero de 1932.)

A la misma hora en que el Parlamento francés conocía al dedillo la tramitación del


“modus vivendi” con España, nuestras Cortes solo han sabido de él... que se había
firmado. ¿qué nueva democracia es ésta?

Obras Completas 203


Onésimo Redondo

HACIA EL SOVIETISMO

ESPERAMOS en Lerroux. He aquí la menguada reflexión de la burguesía, tan


llena de culpas como limpia de escarmiento, frente a la tormenta que estos
días sopla con el rigor más agudo. “Una República de orden” es la fórmula
simplona de todos los que por hábito de no trabajar no pueden tampoco
tomarse la grave molestia de discurrir. Y de tantos como hay que,
sobrecogidos por el miedo, se resisten, con testarudez ovina, a contemplar el
peligro que los cerca.
Conste que no fustigamos la fórmula “República de orden” pensando en la
Monarquía; no nos interesa ahora ésta, como no nos emociona tampoco la
República, puesto el pensamiento en lo real y no en lo mitológico. en la
nación, olvidando como se debe la insustancial disputa de la forma de
gobierno.
Lo que nos repugna no es, por tanto, la “República de orden”, sino la egoísta
inacción con que la burguesía, al pronunciar ese anhelo, hace como siempre, la
ignorante y pasiva entrega de sus destinos a una rápida fórmula que no exija
trabajo ni gasto.
Por eso cada día escógese a bulto, con la perezosa traza de quien elige un
dulce de una bandeja llena, el nombre y ocasión de un salvador. Primero,
Primo de Rivera; después, la fórmula republicana; luego, en pocos meses y
alternando, Alcalá, Azaña, Azaña-Lerroux, y ahora éste solo, por la única
razón de que no ha tenido aún tiempo de demostrar que es también inútil.
Vamos con Lerroux...

***

Mientras tanto, en la orilla opuesta a la de “los que tienen algo que perder” se
trabaja con afán popular y sagacidad revolucionaria la ruina de la infeliz y
avara burguesía. En el fondo de la conjura alientan llenos de ciencia
conquistadora y de dinero para la propaganda y las armas los mercenarios del
bolchevismo ruso. Sólo ellos conocen de cierto el fin de este caos y son aptos
para salir de él ganando. Los demás elementos que contribuyen a batir a los
burgueses confiados y a destrozar lo que queda en España de pueblo libre y
organizado, o son comparsas del progreso soviético, o taimados
colaboradores que llevan al pueblo, escalón tras escalón, por el caracol
descendente de la trampa. Entre éstos contamos nosotros a la mayoría de los
parlamentarios y a las dos terceras partes de la prensa madrileña.

204 Obras Completas


Onésimo Redondo

Es bien conocido en estas columnas ese criterio que los acontecimientos -a


menudo fulgurantes como el estampido de pistolas y fusiles combinado con la
sangre que cae en la calle- van acreditando, cada día mejor: que la República
parlamentario-socialista tiene por único fin sumirnos en el pozo negro del
socialismo rojo, donde no hay otra norma que el “soviet”. Ese es el paraíso de
tantos intelectuales degenerados, todos ellos con hábitos y traza de una
mórbida feminidad, que viven a maravilla de las arruinadas ubres del Tesoro,
mientras solfean cánticos revolucionarios a los oídos del pueblo hambriento.
¡Viva el hambre!... de los demás, gritan -y con razón- en su interior todos los
traficantes de la “revolución progresiva”. Con el hambre aumenta la
revolución; con ésta aumenta el hambre; ellos juegan con ambas cartas, y
como tienen en su mano la baraja política, son los únicos que sacan triunfos.
Para ellos el bolchevismo progresivo es un negocio y se entenderán
admirablemente en el camino de llevarnos a él, aunque la simple apariencia
nos los presente en los periódicos como profundamente distanciados.

(Anónimo. Libertad. núm. 31, 11 de enero de 1932.)

Obras Completas 205


Onésimo Redondo

NUESTRA VERSIÓN DE ARNEDO

TAMBIÉN nosotros tenemos nuestra “versión”. Sabemos dar a la


espeluznante jornada de la villa riojana una interpretación que creemos
precisamente la más autorizada.
Se equivoca quien quiera buscar en las páginas de LIBERTAD, junto a la
execración vibrante de los asesinatos de Castilblanco, una maligna frialdad, un
aliento de satisfacción frente a la carnicería de Arnedo. No; para nosotros
claman justicia los guardias muertos y mutilados en el pueblo de Badajoz, pero
también entendemos que la piden esas treinta y tantas personas heridas o
muertas por balas de fusil en Arnedo.
Sólo que no culpamos principalmente de la sangre ni a los desgraciados
bárbaros que así deshonraron a España en Castilblanco ni a los guardias que
dispararon a la multitud en el otro punto. Por detrás de los tumultos hay
siempre una mano secreta que los provoca y que los aprovecha. Guardias y
paisanos, policía y pueblo son actores, pero son también víctimas de esa
afrentosa guerra civil encendida en España por personas, partidos y periódicos
bien conocidos, que trafican con la sangre de los compatriotas de uno y otro
bando.

ESOS SON LOS CULPABLES.


¿Hay algo más terriblemente revelador de los criminales manejos políticos que
las circunstancias en que se ha producido el choque de Arnedo? Las mujeres y
los niños iban delante del tumulto, llevados por sus directores
deliberadamente al sacrificio. Ellos no estaban presentes -no lo están nunca-
en la calle. Hacían política con la huelga, después de haber echado la masa a
las calles con consignas de provocación, dando orden de que las . mujeres y
los pequeños se pusieran en primer término.
A esos criminales, que aturden a gente infeliz con salvajes arengas, les
convenía la sangre de seres indefensos para mantener levantada su interesada
bandera contra la Guardia Civil. No les con, venía que quedase mucho tiempo
flotando en el ambiente la impresionante ejecutoria de los mártires de
Castilblanco. Había que contrarrestar este suceso, que inclinaba la opinión en
favor de los guardias, en grado harto desventajoso para los partidos
interesados en desprestigiarlos; para ello nada más eficaz que preparar ante la
opinión la apariencia de una venganza de los guardias; obligar a éstos a
defender sus armas y su vida, haciendo que a la vez mujeres y niños fueran las
víctimas de la amañada “represalia”.
¿Qué puede significar, si no, esa manifestación subversiva, previa la
celebración de un mitin, cuando precisamente estaba arreglado el conflicto?
¿A qué fin se dispara y se hiere a un cabo por algún traidor que, a sabiendas

206 Obras Completas


Onésimo Redondo

del peligro para los indefensos, dispara su pistola desde el fondo de la


multitud?

***

Ya tienen los mercaderes políticos del crimen su negocio consumado. Pueden


ya los colaboradores pagados de Moscú, y los que conscientemente o con
brutal ceguera les hacen el juego en periódicos y Parlamento, levantar bandera
de triunfo sobre la sangre de los infelices hijos del pueblo muertos en Arnedo.
No nos interesa la responsabilidad de los guardias, ni tampoco la de las masas,
que hacen de muñecos ciegos en estas tragedias de la calle. Pedimos la
responsabilidad capital de los infames políticos, actuantes entre bastidores,
que nada tienen que ver con el hambre o con la sed de justicia de las
multitudes. Todos viven lujosamente con múltiples sueldos del Estado, con el
negocio de la Prensa de escándalo o con dinero ruso empleado en la conquista
de España.

(Anónimo. Libertad,- núm. 31, 11 de enero de 1932.)

A la memoria de los mártires de la provincia de Badajoz caídos en defensa de la


Sociedad y de un Gobierno que les deja inermes con sus debilidades.
La muerte de esos españoles debe vengarse en la cabeza de los inductores que
organizan a los criminales.

Obras Completas 207


Onésimo Redondo

LA OFENSIVA DE LOS AFEMINADOS

LA mentira ha circulado con billete de primera clase en los días últimos. Cada
periódico, de los muchos que con la mentira prosperan, ha podido sacar
espléndido partido de la calumnia escrita y aun de la calumnia gráfica, esta vez
a costa de la Guardia Civil, que, constituyendo uno de los valores sustantivos
de España, naturalmente debe ser destrozado en la tarea de deshacer a la
Nación emprendida ávidamente por los numerosos delincuentes de la pluma.

LA NELKEN
La calumnia va capitaneada en los ámbitos de la gran opinión por esa señora,
o lo que sea, de calidad extranjera que el partido de los grandes traidores ha
admitido en su seno por si ellos eran pocos para afrentarnos. Dicha “señora”
antigua enchufista de los tiempos de Primo de Rivera, según uno de los
periódicos madrileños republicanos tiene la fortuna de atrapar una colocación
en España, cobrar del presupuesto doce mil pesetas, viajar gratis en los
expresos y disfrutar de los demás gajes propios de parlamentarios y
enchufistas, para propagar en pago de ello que la Guardia Civil es un Cuerpo
de asesinos. No le parecen mal los delincuentes del pueblo extremeño: la
Asamblea de la República sirve de elogioso amplificador a la extranjera
camarada de los criminales, y los grandes diarios no ocultan tampoco su
simpatía, mientras padece ignominia en congreso y periódicos el Cuerpo
heroico que ha sido uno de los instrumentos más eficaces de civilización en
los últimos setenta años. Es el retorno a las cavernas, patrocinado por la
Asamblea legislativa y los periodistas de la segunda República. Ningún heraldo
más adecuado podía encontrar, en verdad, tal campaña, que esa persona a
sueldo del Estado, extranjera y mujer.

FENÓMENOS DE INVERSIÓN
Conviene insistir en la curiosa singularidad de que en una acción pública y
cuasi-oficial en favor de sicarios, forajidos y vampiros y en contra de la fuerza
organizada que representa el sagrado poder del Derecho y la Justicia, destaque
en los primeros términos una mujer extranjera. Son tiempos éstos de
acentuada inversión de todo lo humano. Se erigen monumentos a los
anarquistas, y se han pisoteado imágenes de Jesucristo. Con las galas del
homenaje soberano-parlamentario, se han celebrado, repetidas veces, las
hazañas de gentes que murieron ajusticiadas con arreglo a la ley, oprimiendo,
por el contrario, al margen de la Justicia y los Tribunales, a personas honradas,
muchas de ellas perseguidas por “el delito” de haber sido fieles a sus ideales
lícitos. Mientras las llamas consumían bibliotecas, escuelas y templos, se

208 Obras Completas


Onésimo Redondo

patrocinaba por personas revestidas de autoridad el funcionamiento de casas


de pistoleros, llegando a repartirse armas para el crimen en la Alcaldía de
Barcelona. Algún ministro y muchos diputados colaboran, como se sabe, en
revistas pornográficas.
Son otros tantos fenómenos de inversión, de ese vicio tan característico de
épocas de decadencia, espiritual que -como es natural- son presididas por los
que aman y practican ese orden de fenómenos... No es raro, pues, que seamos
muy pronto gobernados por mujeres, que éstas se incorporen por encima de
los hombres para flagelar el cuerpo social invirtiendo cínicamente el concepto
de las virtudes y de los derechos. Y como el patológico trastorno de ideas y
actividades clava en el corazón de la existencia nacional, se corona la lógica de
estos desvaríos con este triste hecho: que además de mujer, sea extranjera la
persona que hoy simboliza la inversión. Nos referimos a la inverosímil
realidad de que los órganos de la legislación y gobierno del Estado se inclinen
casi de un modo franco en favor de la actividad delincuente, pugnando
celosamente por tratar como criminal a la Policía que obra en nombre y
obediencia de ese mismo Estado...

ARMAS DE MUJER
Quizá es porque la Guardia Civil, ejército de varones calificados, es
incompatible con la feminidad creciente de las costumbres políticas. Esa traza
de elevada masculinidad que integra constantemente la figura y la conducta de
soldados tan españoles no puede subsistir en la España oficial de hoy.
Y se la combate “con las armas propias de la mujer, que son la lengua”, según
inmortal expresión del gran Hidalgo, espejo de esos caballeros hispanos
supervivientes.
La lengua, la difamación y la mentira son el material de combate puesto en
juego por las mujeres de la política y el periodismo en su singular batalla con
los hombres de la ejemplar orden del tricornio. Sabrás, diputado socialista,
abre debate sobre Arnedo cuidando de situar en el plano de la opinión
nacional una versión mentirosa de los sucesos: que los guardias comenzaron a
disparar sin motivo, que persiguieron niños por el gusto de matar... “Ahora”,
periódico de negocio y nada más que de negocio, retrata cuadros
escenificados, no reales, presentándolos como si fueran hechos acaecidos. El
complejo cuadro del barullo y el cinismo parlamentario y periodístico,
extiende, complica, naturaliza y difunde las mentiras, los gritos histéricos de
alarma, las voces hipócritas de socorro: es la batalla de los afeminados...

(Libertad, núm. 31, 11 de enero de 1932.)

Queremos una política de paz, previa una política de guerra.


Guerra para conquistar la libertad de España y eliminar a los traidores.
Esa es nuestra consigna.

Obras Completas 209


Onésimo Redondo

LOS CACIQUES Y LA CHUSMA

SIEMPRE se atribuyen la representación exclusiva del pueblo los que no


reúnen otro mérito que el de halagarle con promesas hueras de libertad y con
audacias de revolución anárquica. Para ellos, todos los que no predican el
asesinato de la Policía y el saqueo de la propiedad ajena son enemigos del
pueblo.
Los caciques oportunistas y traidores de toda laya, que en el retablo político
hacen juego por conveniencia a los pistoleros insolentes del anarco-marxismo,
ésos son tenidos por “buenos republicanos” .
Todos los demás, quienes por deber o convicción se oponen legalmente a los
planes de barbarie de los farsantes y a las agresiones de la canalla fanatizada,
son tachados de inquisidores, de alimañas políticas indignas de vivir y de gozar
la “libertad” republicana.
Por supuesto que para los embaucadores terroristas del bajo pueblo, éste, el
“pueblo”, lo componen exclusivamente los desarrapados o varios ambiciosos
que se embriagan con sus palabrotas revolucionarias. No importa que los
miles de ciudadanos decentes y liberales, amigos del orden y partidarios de
respetar las ideas ajenas, sean una inmensa mayoría que demuestra su número
y su pujanza, aun en forma de “masa”, haciendo acto de presencia colectiva en
asambleas, mítines y manifestaciones. Es tanta la desvergüenza ideológica de
los embaucadores y tan segura su confianza en la ceguera de los embaucados,
que sostendrán ser el pueblo todo, en una ciudad de cien mil almas donde
apenas un millar entre caciques y gentuza les secunde.
Y ha de reconocerse que en un régimen y con un ambiente como el
parlamentario-socialista que en España padecemos, la farsa libertaria disfruta
de privilegiado eco oficial y se hace temer en el ámbito de la burguesía
cobarde.
Ayuda mucho para ello el que la minoría de los peores se sienta animada por
sus grandes aptitudes para el crimen. Las pistolas de los forajidos pueden
mucho en el ánimo de unas autoridades. perplejas por no saber a qué opinión
representan, flacas y desprestigiadas por haber pactado frecuentemente con el
desorden.
Por otra parte, siempre ha sido norma de vida para el caciquismo ampararse
contra la ciudadanía en las bravuconerías de los delincuentes políticos. Así
como los caciques de la Monarquía tenían sus chulos de distrito, los de la
República -que muchas veces son los mismos, con ropaje republicano se valen
de las bravatas del pistolerismo social-comunista, y hasta toman oficialmente
su voz, pronunciando grandes amenazas contra la libertad de los ciudadanos
que no se les someten.
***

210 Obras Completas


Onésimo Redondo

La colectividad es objeto de la agresión bien combinada de esos elementos


parásitos: Hay un consorcio inmoral de los que viven aprovechándose del
mando, sin otro servicio que el de dañar a todos con su mal gobierno, y los
que alientan con la ilusión de conquistar ese mando para gobernar peor. Los
de hoy son los republicano-socialistas que quieren arrogarse la exclusiva del
republicanismo. Los de mañana son los alistados en la nómina parásita de un
posible sovietismo.
El deber de los españoles que trabajan y no comen de la Política, y de todos
los que conservan la honrada repugnancia contra todo intento de absorción
roja, es atacar valientemente, ferozmente si es preciso, las agresiones
combinadas de los caciques y la chusma incivil.
Hay que romper la farsa de quienes se atribuyen la exclusiva de los derechos
populares. Urge acreditar que el pueblo, alejado ordinariamente de la calle y de
la bulla política por la necesidad de trabajar, sabe imponerse también en la
calle, mantener su propia libertad -la única libertad propiamente republicana-
frente a la insolencia de las infames bandas de alborotadores.
Es falso que los obreros, la masa honrada de trabajadores manuales, esté al
lado de sus caciques, ni mucho menos en unión de la gentuza que deshonra la
libertad republicana. Sabe mucho la gente trabajadora de desengaños políticos
y conoce bastante con qué arbitraria facilidad se toma su nombre con el solo
objeto de defender los privilegios de enchufistas y niños bien.

(Anónimo. Libertad, núm. 32, 18 de enero de l932.)

Los gobernadores ahogan dictatorialmente la propaganda EN DEFENSA DE


ESPAÑA, mientras se ampara mimosamente la de los comunistas. A nosotros se
nos niega la libertad de propaganda como enemigos de la República.
Los servidores de Moscú son tenidos, en cambio, por buenos amigos.
¿Está clara la complicidad y la traición de los caciques?

Obras Completas 211


Onésimo Redondo

ANTE LA REFORMA AGRARIA

UN nuevo proyecto gubernamental aparece en la escena política; el Ministro


de Economía, perdón, de Agricultura, Industria y Comercio ha de presentar su
proyecto de reforma agraria. En contra de él, y sin conocer aún su
pensamiento, se levantan los proyectos del partido radical (dictamen Hidalgo)
y del partido progresista (dictamen Díaz del Moral). La actualidad del tema es,
pues, evidente; la oportunidad para tratar de él en una serie de artículos,
notoria.

¿QUÉ ES LA REFORMA AGRARIA?.


Antes de entrar en el estudio de lo que sea la reforma agraria española
conviene definir qué se entiende por reforma agraria. De las muchas
definiciones dadas, tomemos la del señor Martín-Sánchez: la reforma agraria
no es otra cosa que el conjunto de leyes o instituciones que procuran o
favorecen la transformación de un régimen territorial.
La reforma agraria consiste en un conjunto de leyes e instituciones, porque no
bastan sólo para verificarla disposiciones legislativas. No sale la reforma
agraria de las páginas de la Gaceta de Madrid, sino que es preciso crear un
conjunto de organismos que sirvan como de instrumentos a esa reforma. Se
dice que procuran o favorecen, porque la reforma agraria puede verificarse de
dos maneras: bien directamente por el Estado, encargándose él por sí solo de
realizarla, o bien impulsando y favoreciendo las iniciativas que aisladas surgen
en la sociedad, haciendo que sea ella y no él la que verifique la reforma.

CAUSAS DE LA REFORMA
Si la reforma agraria, hemos dicho al definirla, tiende a modificar un régimen
territorial, será que dicho régimen es inadecuado a las circunstancias actuales,
y la causa de toda reforma agraria radica precisamente en la inadecuación de la
economía agraria a las circunstancias del momento. La causa principal de
inadecuación no es otra que el transcurso del tiempo; por el simple transcurso
del tiempo se verifica el aumento de población, lo que origina forzosamente
mayores necesidades sociales; se produce una ambición de mayores
beneficios, y a partir de la guerra europea hay un desarrollo del nacionalismo
económico que hace que todas las naciones quieran bastarse a sí mismas, etc.,
etc.

SÍNTOMAS DE LA REFORMA
Los síntomas de la necesidad de una reforma agraria suelen ser,
principalmente, dos: movimiento de carácter intelectual, en que la “élite” se
preocupa de los problemas agrarios y, además, agitaciones campesinas. Parece

212 Obras Completas


Onésimo Redondo

natural que las agitaciones campesinas fueran las primeras en surgir y que a
consecuencia de ellas las clases directoras se preocupasen de la situación del
campo; sin embargo, las investigaciones, los trabajos de orden intelectual
preceden casi siempre a las agitaciones campesinas. ¿Cuál puede ser la razón
de esto? La razón de semejante anomalía puede encontrarse en aquella frase
de Letamendi, quien dice que: “Los pueblos y los niños siempre se quejan con
razón, aunque muchas veces ignoren la razón por la cual se quejan.” Es
necesario que los elementos intelectualmente superiores expliquen al pueblo la
causa de sus sufrimientos para que éste actúe y entonces surgen las agitaciones
campesinas y agrarias.
La historia económica moderna nos suministra abundantes pruebas de que la
evolución agraria es casi igual en los diversos países. Así, en Italia, en 1899, se
verifica la encuesta Facini, verdadero monumento y modelo en el género de
las encuestas agrarias, y veinte años después se producen las agitaciones
campesinas con las ocupaciones violentas de las tierras en 1919 y en 1920.
En Rumania, el proceso de la reforma se desenvuelve con caracteres análogos;
a fines del siglo pasado, los estudiantes rumanos en París elegían para sus tesis
doctorales temas de economía agraria, primera manifestación de los elementos
intelectuales sobre el problema, y años después, en 1907, se producen las
agitaciones campesinas, bárbaramente reprimidas. Un insigne novelista
rumano Panait Istratis ha relatado en una de sus novelas, “Los cardos del
Baragan”, la destrucción por el general Averescu de aldeas enteras de
“jalomitseans”, de habitantes de la rica comarca del Jalomitza, junto a Galatz y
Braila.
En España, las agitaciones campesinas tuvieron un carácter anarquista en el
siglo pasado -la famosa Mano Negras, como prueba de la actividad intelectual
sobre el problema agrario se puede citar la memoria del ingeniero Rodrigáñez,
en 1900, y han vuelto a reproducirse las agitaciones campesinas en 1919 y
1920, y diez años después, con los sucesos tan actuales y tan de sobra
conocidos.

(Anónimo. Libertad, núm. 32, 18 de enero de 1932.)

Los socialistas, atacados por razón de los enchufes, exclaman: “¡Pruebas, pruebas!”
Varios meses hace que diversos diputados tienen pedida la lista de los que disfrutan
más de un sueldo del Estado.
Besteiro y el Presidente del Gobierno la prometieron. Pasan las semanas y no llega.
¿queréis más pruebas?
Hay que imposibilitar la vida en la Universidad española a los traidorzuelos que
pactan con los pistoleros del comunismo. La dignidad universitaria debe estar muy
alejada de esa baja política.

Obras Completas 213


Onésimo Redondo

DICTADURA FASCISTA Y DICTADURA PARLAMENTARIA

COMENCEMOS este artículo advirtiendo que nos es imposible


hablar con un mínimo de claridad y entereza, porque la coacción
de un hombre, del Ministro de la Gobernación, pesa sobre todas
las plumas y todas las bocas con el máximo rigor. Esta aparente
libertad de escribir, por la que el caciquismo republicano nos
permite decir una parte de lo que quisiéramos, con el hipócrita
pretexto de defender a la República, es mil veces más enojosa que
la censura previa. Aquí hay despotismo contra el pensamiento, y
a la vez hay el sarcasmo, la injuriosa farsa de un alarde de
liberalismo por parte de los déspotas.

***

La dictadura republicana, que, más que de la República, es de los grupos que


la acaparan contra la voluntad de los españoles, es sin duda un régimen
agradable a los caciques que, con garras y colmillos, se han apretado contra la
figura del Régimen y sobre el cuerpo de la Nación, decididos a no soltar uno y
otra hasta que humillados se les rindan o hasta abandonarlos inermes y
moribundos en manos de la barbarie soviética. El estribillo de los usurpadores
es bien fácil: un argumento simplón y testarudo. “Que la República peligra, y
que ante todo y contra todos es preciso salvar a la República..”
Los caciques se reservan -¡desde luego!- señalar quiénes son los enemigos de la
República, éstos deben ser privados, sin más apelación, de todo derecho y
opinión de crítica y aun perseguidos en su persona y sus bienes en favor de las
oligarquías dominantes. De esa forma la libertad de todos está a merced del
Gobierno, y éste, como no puede me- nos, a la orden de periodistas y
caciques. El sistema, como se ve, es de una pureza democrática y de una
“dignidad” definitivamente gloriosas. Estas conquistas de la libertad bien
merecen una revolución y un “colapso” económico. Los que hayan perdido la
mitad de su fortuna o toda ella, los que se hayan quedado sin trabajo y la
nación que ha visto el vandalismo y la anarquía disfrutar de los más
excepcionales fueros, deben comprender que todo está bien empleado, porque
-¡al fin!- a tan poco precio hemos alcanzado la libertad igual de que tantos
siglos de despotismo nos habían despojado.

***

214 Obras Completas


Onésimo Redondo

Ignoramos si será bueno para salvar o asegurar a la República cubrirla de


ignominia absolutista. A nuestros despreocupados gobernantes les alecciona y
entusiasma el ejemplo de Méjico y Rusia; para sostenerse no es necesario
servir al país, sino someterle; a la opinión contraria no se trata de rebatirla,
sino de prohibirla. Que es el camino del fascismo, pero con fines
diametralmente contrarios. El fascismo se asienta en un propósito nacional de
construcción y sirve una idea espiritual y ética: el engrandecimiento nacional y
el respeto a las libertades y derechos fundamentales de la vida privada -
propiedad, familia, religión-. El despotismo mejicano, ruso y el de la España
caciquil de hoy tiende, por el contrario, a esclavizar al pueblo en servicio de
planes concebidos y decretados por entes internacionales; deshace la nación
en beneficio de sus dominadores y de la rapacidad extranjera, y persigue al
individuo en sus derechos y prerrogativas sustanciales, tendiendo al
exterminio de la Religión, la propiedad y la familia.
Aquél - el fascismo- es un recurso de fuerza para salvar a la civilización. Este
-el parlamentarismo marxista-, erigido en dictaduras es un artificio despótico
inventado para precipitarla en la anarquía o en la dictadura roja. El fascismo,
además, se presenta desde el primer momento como una idea que venera la
fuerza, que erige la dictadura nacional en régimen de salud; la opinión que se
le agrega sabe lo que aplaude y lo que vota. Sube éste al Poder con un título de
veracidad que le hace legítimo y respetable.
La dictadura del Par1amento y el socialismo, en cambio, alcanza el método
con gritos de libertad y promesas de amplia tolerancia; tiene su razón de poder
en la democracia. Cuando, una vez arriba, se convierte en despotismo, realiza
una estafa contra el pueblo que convierte en ilegítima su dictadura y autoriza
la expulsión violenta de los usurpadores, aunque el pretexto alegado para el
despotismo sea la salvación de la República.

(Anónimo. Libertad, núm. 33, 25 de enero de 1932.)

Obras Completas 215


Onésimo Redondo

“MIL VECES ANTES EL COMUNISMO...”

¿Antes que quién? El ministro judaizante lanzó airadas palabras, frente a las de
un diputado tradicionalista. Ese ministro sabe bien y reconoce lo que es el
comunismo. Acudió a Rusia a contemplar de cerca los primeros pasos de su
de3-envolvimiento. Vio y describió al pueblo de aquella bárbara nación
consumirse de hambre y limpiar míseramente sus llagas bajo el despiadado
despotismo de un régimen de policía brutal.
Él, Fernando de los Ríos, es quien nos ha pintado, entre otras, las humillantes
escenas del mercado de los harapientos en Moscú. Bien es verdad que el
disimulado sefardita, ministro de Instrucción en España, pone en sus
impresiones sobre Rusia apenas la tibia repugnancia del artista indiferente,
sintiendo seguramente en el fondo la voluptuosa delectación de quien
experimenta en cuerpo ajeno el poder histórico de su raza favorita -la judía-
dedicada a atormentar a un pueblo. Por eso, colocado en el banco del Poder
del Estado español, sabiendo que cuenta para sus planes sobre España con
multitudes ciegas de infelices trabajadores marxistas y con la avarienta
colaboración de políticos y periodistas traidores, dicta sobre España la
sentencia de odio conocida: “ Antes el comunismo que vosotros.”
No nos extrañará que la obtusa mentalidad del tipo medio liberal que domina
entre los que leen Prensa y hablan de política haya pasado por encima de esa
frase con la acostumbrada indiferencia que vamos adoptando para asimilar las
novedades más absurdas y violentas. Quizá nos ha tranquilizado saber que el
ministro judío-socialista antepone el comunismo solamente a la docena de
diputados vascos con quienes se encaraba. “ ¿Qué tenemos que ver con ellos
ni qué esperar de los tradicionalistas?”, dirá el burgués y, desde luego, el
obrero. Bien está, pues, la exclamación del hebreo: “Primero los comunistas
que los católicos...”

***

No se necesita, sin embargo, ser ni sabio ni malicioso para leer el deseo y la


fría intención de quien ha franqueado las puertas de su latente pensamiento
político. Ni cuesta gran trabajo agrupar en esto al intelectual granadino con el
otro capitán marxista -Prieto-, que, según algunos periódicos, pronunció la
misma frase, y, en general, con toda la política republicano-socialista que
domina y acapara la institución parlamentaria. Esa intención conjunta y bien
patente de los que ahora oprimen dictatorialmente al país quiere decir: “Antes
que un Gobierno de derechas auténticas, representativo de la esencia
tradicional de España, de la honradez cristiana en las costumbres y de la

216 Obras Completas


Onésimo Redondo

libertad propia de los pueblos civilizados..., EL COMUNISMO,” La colérica


interrupción del prohombre judío al diputado vasco no es un grito aislado de
espontaneidad irresponsable, ni mucho menos desligado de toda la conducta
del régimen parlamentario-socialista. Es, precisamente, el resumen de las
finalidades de este régimen: La expresión cruda de adónde se nos lleva; al
comunismo, o sea a la negra fosa soviética que De los Ríos visitó en 1920, por
la obsesión gubernamental de alejar de España a las derechas, de cortar
brutalmente la tradición, de desespañolizar a la nación en venganza de las
derrotas que nuestra Historia ha infligido al judaísmo y al erasmismo,
superviviente en Fernando de los Ríos.
A los lectores asiduos de LIBERTAD les basta recordar la tenaz alarma con
que venimos hablando de la complicidad bolchevizante de los políticos y la
prensa para extraer todo el peligroso significado del célebre anatema
gubernamental.

(Anónimo. Libertad, núm. 33, 25 de enero de 1932. Reproducido en Onésimo


Redondo, pág. 46)

Hay más de cien millonarios en Valladolid. Entre todos no son capaces de crear -no
digamos “sostener”, porque no haría falta- un diario que informe al público con
honradez y le oriente con patriotismo. ¿Qué puede esperar la nación de esa
burguesía? Para salvarse es necesario destruirla

Obras Completas 217


Onésimo Redondo

ANTE LA REFORMA AGRARIA II

EXPUESTA ya, en el primer artículo, una definición de la reforma agraria, sus


causas y sus síntomas, trataremos hoy de las clases de reforma agraria como
precedente para el estudio de la futura reforma española.

CLASES DE REFORMA AGRARIA


A dos tipos o clases pueden reducirse, sustancialmente, las diversas reformas
que en el mundo han sido. Estos dos tipos pueden ser denominados: radical y
evolutivo. Veamos, pues, los principales caracteres de ambos.

TIPO RADICAL
Las reformas agrarias de tipo radical tienen como rasgo típico el que el Estado
expropia con carácter general, y sin que haya petición alguna por parte de los
propietarios. Para llevar a cabo semejante expropiación suele seguir un criterio
que podemos llamar geométrico, al decir, por ejemplo. Todas las fincas de
extensión superior a cien hectáreas son expropiadas.
Es decir, el Estado prescinde en absoluto de todo criterio técnico y
económico y se preocupa -tan sólo- de parcelar la tierra.
Otras notas características de las reformas de tipo radical suelen ser: un fin
nacionalista marcadísimo, fácil de apreciar en la casi totalidad de las reformas
europeas, y, además, una escasa escrupulosidad en el pago de las
indemnizaciones debidas a los propietarios.
Veamos ahora, en un somero análisis de las reformas agrarias europeas, cómo
se dan en casi todas ellas las notas y características que acabamos de exponer.

CHECOSLOVAQUIA
Las leyes de reforma de Checoslovaquia proceden de los años 1919 y 1920. El
fin nacionalista de las mismas bien claro está: tratábase de desposeer a la
nobleza austríaca y entregar sus tierras al campesino checo. Fueron
expropiadas todas las fincas superiores a 150 hectáreas.
Por lo que toca al pago, las indemnizaciones fueron abonadas en títulos, lo
cual no es buena forma de pago, como expondremos detenidamente al tratar
de Rumania. Las propiedades de la casa imperial, de los Habsburgos, fueron
expropiados sin indemnización alguna.

ESTADOS BÁLTICOS
En Estonia se expropiaron por el Estado todas las tierras, el territorio de la
nación entera; se respetaron, no obstante, los bienes comunales y eclesiásticos
y las propiedades pequeñas, los minifundios. En Letonia se expropiaron las
fincas no explotadas directamente por sus dueños; la indemnización fue nula

218 Obras Completas


Onésimo Redondo

en muchos casos. En Lituania se expropió cuanto excediese de 25 hectáreas.


No hubo pago alguno para los bienes del Zar y de los aristócratas.

POLONIA
La reforma agraria polaca ha sido, juntamente con la rumana, la reforma
radical más perfecta, salvo que Rusia la llevó a cabo en su totalidad y Polonia,
por un cúmulo de circunstancias, no; es por lo tanto, una reforma frustrada.
Por lo mismo que es una reforma muy radical y muy izquierdista, véanse en
ella las palabras duras con un cuidado escrupuloso, y así no se habla para nada
de expropiación, sino de compra forzosa de aquellas tierras, cuyos dueños son
malos cultivadores. En realidad, a los terratenientes se les compran
forzosamente todas las fincas que exceden de 80 a 180 hectáreas, según los
cultivos. En cambio, en Alta Silesia y Posnania sólo son expropiadas las fincas
superiores a 400 hectáreas. Desigualdad que se explica como agradecimiento
del Estado a todos los polacos que tanto habían luchado y sufrido bajo el
yugo alemán. ¡Bien probado queda con esto el fin nacionalista!. Los bosques
son expropiados en su totalidad, pertenezcan a quien pertenezcan, y se abona
por ellos el 50 por 100 de su valor. Expoliación que se justifica por el
principio de la utilidad nacional.
Un detalle característico de la reforma polaca es el fin que tal reforma se
propone, según consta en el artículo 1º de la Ley de 10 de julio de 1919. “El
régimen agrario de la república polaca -dice la ley- debe apoyarse sobre las
explotaciones agrícolas que tienen por base el principio de la propiedad
privada... La acción que debe desarrollarse en ese sentido comprende la
formación de nuevas haciendas agrarias mediante la colonización y la
ampliación de las actuales hasta llegar a conseguir el funcionamiento perfecto
de una unidad agraria.” Es decir, el criterio puramente político aparece
supeditado a un concepto de mucha más importancia: el criterio técnico y
agronómico, que por primera vez surge.
A igual sentimiento responde el fomento de las fuertes y pequeñas
propiedades de regadío junto a las ciudades.

(Anónimo. Libertad, núm. 33, 25 de enero de 1932.)

Obras Completas 219


Onésimo Redondo

LÓGICA MASÓNICA
EL RÉGIMEN DE LIBERTAD

EL pecado típico de un régimen de absolutismo consiste en despreciar, en


negar los bienes de libertad a los “súbditos”.
El régimen de absolutismo reconoce, cuando más, la posesión y disfrute de
los bienes económicos, de las riquezas. Pero el soberano coarta o secuestra los
bienes de libertad, o sea el derecho a vivir y a relacionarse cada uno según las
lícitas inclinaciones de su espíritu. Es un régimen indigno, de esclavitud.
Por el contrario el régimen a que funda el poder en la democracia y pone al
pueblo como base de sustentación tiene opuesta consideración de los bienes
de libertad, que son anteriores y superiores al poder del Estado. Nada puede
éste contra el derecho a opinar, a asociarse y reunirse, a residir individual y
colectivamente, escribir y enseñar... Por eso la forma republicana de Gobierno
es tan amada de todos los españoles libres y enemigos de la cerrilidad
absolutista de los cavernícolas: porque la República supone el reconocimiento
sagrado e inviolable de esos grandes bienes de libertad o derechos del hombre.
Todos los sacrificios, todas las persecuciones, todas las mentiras y todas las
estafas políticas que han producido el a1umbramiento del régimen de libertad,
nada son al lado de lo que España ha conseguido: una existencia digna.
Secuestro de bienes particulares, prohibición de periódicos nacionales, multas
a voleo, confinamientos en lugares inhabitables, disolución de Asociaciones y
supresión de escuelas, violación del derecho a reunirse contra muchedumbre
de cientos de miles -sin duda de millones- de españoles, son capítulos magnos
de la breve historia del régimen de libertad, tan pacífica como gloriosamente
conquistado por la sin par ciudadanía española. El Gobierno actúa
democráticamente como simple representación de las cortes, y éstas como
mandatarias del pueblo soberano, que es el que participa de los bienes
descritos, por haber sabido elegir, en una memorable jornada de civilidad, los
hombres que a costa de tantos sacrificios y renunciamientos mantienen
enhiesta en las Constituyentes la virtud republicana por excelencia: la
democracia.
Pero no basta hasta aquí la obra del Estado, que, como decíamos, es mero
traslado al Poder dignificado de los valores democráticos del pueblo. Este se
encarga de completar la obra oficial en la callada y profunda elaboración
cotidiana de la República viva, de la República lograda. Los motines
sangrientos, las huelgas ilegales, el asalto a los cortijos y el robo de la aceituna
son otros tantos ejemplos, entre muchos, de que la ciudadanía se incorpora a
la elaboración rápida y firme de una superior existencia política.
***

220 Obras Completas


Onésimo Redondo

Quien habiendo leído lo anterior aprecie una intención satírica en nuestras


alabanzas, una significación invertida en nuestras afirmaciones, es que no sabe
leer en la nueva realidad de la lógica masónico-liberal. Hablamos en serio,
como habla toda la prensa que diariamente hace la apología de la nueva
España. El régimen de democracia ha sido logrado y la satisfacción de gozar
los bienes de libertad, tantos siglos ausentes, nos circunda. Los millones de
españoles que otra cosa vean, crean y lamenten son cerebros anquilosados,
residuos supervivientes de un pasado indigno. No tienen derecho a opinar ni a
vivir. Para ellos bien está la persecución.

(Anónimo. Libertad, núm. 34, 1 de febrero de 1932.)

Las maniobras de los monárquicos, el supuesto ataque a la República, no existen:


todo el mundo lo sabe.
Pero el caciquismo dominante necesita pretextos para prolongar su dictadura,
argumentos para oprimir a los que odia y ocasiones para despistar a la opinión.
Las maniobras monárquicas son la pantalla para ocultar el juego inmoral de los
nuevos caciques. Ellos son los que “maniobran”.

Obras Completas 221


Onésimo Redondo

222 Obras Completas


Onésimo Redondo

EN LA RIBERA DEL DUERO

En la ribera del Duero, entre Valladolid y Peñafiel, en Quintanilla de Abajo,


nació Onésimo. Su pueblo natal no es distinto v es igual a todos los pueblos
de Castilla, pero con la diferencia de verse mojado por las aguas de un río con
buen nombre y mejor fama. Una bendición de río, que fertiliza los surcos de
Quintanilla, y una razón quizá para que Onésimo tome cariño a los árboles y
pueda comparar el secano al saber distinguir los cultivos. Quintanilla de Abajo
es un pueblo cercano a Vega Sicilia -¿quién no oyó la excelencia de tal vino?- y
a unos veinte kilómetros de Peñafiel, que tiene un castillo fundado por don
Sancho García, con torre de treinta y cuatro metros y alguna semejanza de
nave cuando le da la luz de media tarde; un pueblo nada grande, con unos
cuatrocientos vecinos, casas de adobe y unas eras donde aparvar la moledura
de los trillos, la mies quebrantada a fuerza de trabajar en redondo recibiendo
el sol de justicia. Quintanilla, que es de Abajo, se parece a Quintanilla de
Arriba y a Sardón de Duero, y los cuatro, con Peñafiel, nos conduzcan a Roa y
a Aranda, a Burgo de Osma y a Soria. Un pueblo de Castilla ya se sabe lo que
es: Casas sin lujo, trigo en la panera, poca. gente, tierra repartida y un templo
de oración con la torre bien alta, y por cima la cruz que a todos guía; clima
seco, con sol abrasador durante el estío, y nueve meses de invierno, con la
peor helada entre abril y mayo; campo muy abierto y anchura de corazón en
los hombres; austeridad en todo, en las costumbres y en el trabajo, en el trato
y en la conversación; la fe muy arraigada y el pensamiento muy español. Así es
Quintanilla de Abajo -hoy Quintanilla de Onésimo-, que está a unos treinta y
cinco kilómetros de Valladolid y es la tierra que vio nacer a nuestro hombre el
16 de febrero de 1905.
Sus padres son de raíz castellana, gente labradora. sencillos. humildes y
laboriosos. de firmes creencias católicas; en su hogar se rinde tributo a Dios y
se conoce el valor fundamental de la familia. El rosario y los sacramentos son
practicas que se frecuentan, y el fervor de todos responde con respeto y
obediencia al mando del padre, que dirige la nave por los cauces de sobriedad,
cordura, amor y buena formación de conciencias. Tres hombres y tres mujeres
constituyen la descendencia de don Buenaventura Redondo y doña Juana
Ortega. El matrimonio, feliz, preside la felicidad de todos los que viven
amparados bajo su techo, y el tiempo se encarga de acusar la personalidad de

Obras Completas 223


Onésimo Redondo

Onésimo, quien muy pronto destaca en inteligencia y actividad, fiel al servicio


de Dios y de la Patria, de la unidad y del campo, en favor del credo y del
hombre, de la sinceridad y de la justicia, en servicio de una inquietud social
que cree en la jerarquía de los valores y se constituye en baluarte de los
débiles, que siente una rebeldía al ver a España en la pendiente de la ruina.
Los aires de la ribera del Duero, la brisa que azota las ramas de los olmos,
parece como si le limpiasen el alma y le curtiesen el cuerpo. Con un signo
castellano, a las orillas de un río que envía su mensaje imperial y sus aguas
calientes hacia el Océano, Onésimo comienza su vida, y con ella la empresa
para un porvenir español. En el hogar de los padres, Onésimo recoge unos
firmísimos principios religiosos, que le hacen sentirse como ejemplar cristiano;
por el lugar de su nacimiento toma ese perfil castellano de lealtad constante al
campo español. En la paramera de Castilla no existen accidentes geográficos
que entorpezcan el horizonte, que salgan al paso de la vista; allí. el hombre
tiene dominio de la tierra y su vista alcanza casi, podríamos decir, que hasta el
infinito; en el ancho campo que él visita con frecuencia no hay recovecos, se
está a la intemperie y sin baluartes de naturaleza, no es posible el engaño; se
pisa firme y se pulsa el viento, pero se tiene clarísima idea del Cielo, y esto
hace que el hombre se sienta siervo de Dios con orgullo. Y en ese medio
ambiente, al mismo tiempo que va saturándose su niñez de las angustias y el
trabajo en el campo, su inteligencia comienza a despertarse con las primeras
letras.

ONÉSIMO, ESTUDIANTE
Se acerca el momento de trasladarse a la ciudad. Los padres de Onésimo ven
satisfechos que su hijo debe continuar los estudios iniciándose en los de
Segunda Enseñanza; hablan consultándose y por fin deciden, aun a costa de
sacrificios, que salga de Quintanilla para acercarse a Valladolid. Llega con la
ilusión de niño, pero también con enorme propósito de no desaprovechar la
ocasión ni perder tiempo; tiene prisa en saber, en prepararse, y al poco tiempo
se distingue entre los alumnos del Colegio de Nuestra Señora de Lourdes,
regido por los Hermanos de San Juan Bautista de Lasalle. Los años
transcurren, y así pasa insensiblemente de la niñez a la adolescencia con un
excelente aprovechamiento de la enseñanza. La nueva vida de estudiante no
empañó el signo de su personalidad, y del mismo modo que el estudio de las
primeras letras fue compatible con su entrañable amor al campo, ahora,
cuando Onésimo reside en la ciudad, los hechos nos demuestran que en él no
anidan pujos de señoritismo ni el vergonzoso espectáculo de una deserción de
la tierra. Sabe bien a lo que aspira y en sus objetivos no puede haber
interferencias; necesita prepararse para alcanzar la capacidad y el
conocimiento, para dar la prueba de su leal condición campesina. Saliendo por
la verdad de una redención de la tierra y del esfuerzo de los hombres que la
trabajan.

224 Obras Completas


Onésimo Redondo

SALAMANCA Y ALEMANIA
Su origen humilde y la ambición de llegar pronto no le permiten disfrutar del
excesivo descanso, y mucho menos vivir en la ociosidad. Buen estudiante y
mejor hijo, sabe que sus dieciséis años y el título de Bachiller le obligan a
mayores deberes, a no sacrificar económicamente a sus padres y a conseguir la
posibilidad de que unos ingresos le permitan vivir por sus propios medios.
Con tal intención acude a unas oposiciones del Estado, y en seguida le vemos
de funcionario técnico de Hacienda en Salamanca. Ya es un pequeño hombre
que ha de habérselas con la vida y con la sociedad, expuesto a las tentaciones
al verse libre; mas Onésimo, aun con sus pocos años y lejos del hogar de sus
padres, no tuerce su camino, y en la ciudad de fray Luis de León alterna sus
deberes administrativos con estudios en la Facultad de Derecho, hasta que
obtiene la licenciatura en Leyes. Su vida discurre sencilla y ejemplar, y esto
señala otra prueba más de que su idea de capacitarse persiste deliberadamente,
para entregarse a fines tan elevados como ambiciosos. En la Universidad
ejercita su despierta inteligencia y llega al final de los estudios con la misma
rapidez que aprovechamiento. Soldado de Artillería, sus horas en Valladolid
van acusando en Onésimo ese amor a Castilla, con el convencimiento de que
hasta no enderezar a esa región, paridora de pueblos, España ha de continuar
adormecida, sujeta a la balanza fraudulenta de los partidos de turno. Sigue
estudiando, y en ocasiones ocupa la tribuna en centros de ambiente
universitario. De pronto, Onésimo, con sus veintitrés años, da un salto y parte
hacia Alemania. Esta salida al extranjero no es el capricho alocado de un joven
con la pretensión de recrearse, ni mucho menos de vivir la bohemia. Sabemos
que no dispone de bienes que disipar; como siempre, su voluntad se mueve
por deseos de una mayor preparación, de adquirir nuevos conocimientos. Esa
es la razón de presentársenos desde la Universidad de Manheim como lector
español. Durante el año que permanece allí enseña y aprende, alecciona y
estudia, escucha y observa.
Es el mismo, pero con unos años más, con una experiencia consciente y con
una vocación para remediar los males de su Patria. En Alemania aprovecha los
días y respira en la contemplación del campo y de los bosques, al recorrer los
de Baviera y las montañas de la Selva Negra. Piensa y admira las tierras del
Rhin, llenas de poesía nibelunga y amorosamente cuidadas; bosques
magníficos, que dan sombra y trabajo en las veladas invernales. Onésimo
compara aquel espectáculo con el escenario que ofrecen los campos
castellanos y se afirma en el inquebrantable y generoso propósito de repoblar
Castilla de árboles que cobijen bajo sus copas a una España prolífica y
proletaria.

AL FRENTE DE UN SINDICATO
Y a está de regreso, y viene poseído de adelantarse en sus aspiraciones de
siempre: defender al campo. Poco tiempo para iniciar el plan. el suficiente
para reunir alrededor suyo a unos cuantos hombres que viven en constante

Obras Completas 225


Onésimo Redondo

brega con la madre Naturaleza, y comienza su labor sindicalista. Como hijo


del Duero, dirige su actividad a fijar en Castilla una línea de fines concretos y
de gran eficacia. Ante aquel grupo inicial de campesinos emprende una
campaña de proselitismo y de grandes esfuerzos: al fin da vida y vigor al
Sindicato de Cultivadores de Remolacha de Castilla la Vieja, que pronto se
constituye en una de las entidades más poderosas y mejor dirigidas. He aquí
una obra que define la condición y la capacidad de un hombre, que señala el
profundo ardor, tan arraigado en el corazón y en la inteligencia, en la voluntad
del Caudillo de Castilla

¿QUIEN ERA ONÉSIMO REDONDO?


Hasta ahora solamente se ha trazado una pincelada biográfica de los primeros
años, un apunte incompleto, como fuerte indicativo de sus grandes cualidades.
De aquí en adelante, la paleta se verá usada con intensidad, porque los cinco
años restantes son los definitivos. De 1931 a 1936 vivió Onésimo entregado a
la actividad política.
Años de turbulencia y de fundación, de proselitismo y de milicia, de sacrifico y
de persecución, años de clandestinidad y de encarcelamiento, de ilusión, de
esfuerzo, de esperanza y anuncio de la muerte.
La creación del Sindicato Remolachero y la coligación como abogado nos
dicen ya un ordenamiento de apuntalarse en Valladolid, cuartel general del
futuro de sus actividades. Es joven, dinámico e inteligente, y entre el despacho
y los frecuentes desplazamientos a los pueblos, con sus veintiséis años, da
comienzo a la más importante empresa que le ha de conceder la inmortalidad.
Onésimo, para los políticos de blandenguería, acomodaticios, sin el peso de la
conciencia por lo que sucedió y sin vuelo en el pensamiento para lo que se
acerca, para ésos, Onésimo es un cerebro enfermizo y un loco de ambiciones
inconfesables; para los otros, para quienes se ven sujetos a sectas
internacionales y obedecen órdenes extrañas que hipotecan la independencia.
empequeñecen el decoro nacional y fomentan la dislocación de las tierras, de
los hombres y de las clases de España, Onésimo es un joven peligroso, un
enemigo cierto. Para sus camaradas es el fundador de una doctrina salvadora,
el español práctico, el ejemplar falangista, que hace de su vida estilo y norma y
es la síntesis más acabada del concepto y de la expresión. Para España, el
monumento elevado en el pueblo de Labajos, la losa que definitivamente
cubre sus restos en el cementerio de Valladolid, el calvario que se levanta entre
los riscos del Guadarrama y la Laureada del escudo de aquella ciudad son las
mejores razones para decir quién fue Onésimo Redondo.
Más bien alto, de complexión fuerte, de pelo rebelde, tan rebelde como las
nuevas ideas que aportaba; de mirada penetrante y firme, con ojos de
iluminado campesino; ágil de pensamiento, rígido de costumbres, fuerte en el
mando, fácil de pluma, valiente y decidido. Este era Onésimo, el hombre ideal
para despertar a Castilla de su letargo. Si fuese posible definir a los hombres

226 Obras Completas


Onésimo Redondo

por uno solo de sus conceptos, la definición de Onésimo estaría reflejada en


esta frase lapidaria:
Si Castilla muere, España muere. Mientras Castilla esté dormida,
dormirá España.
A quien analice sinceramente a través de este pensamiento el espíritu y la
ambición nacionales del jefe castellano no le será permitido atribuir a
Onésimo una visión localista, estrechez mental o pedantería provinciana, sin
ojos para mirar la anchura que la Unidad de la Patria exige en todo propósito
grande y libérrimo. Tal intento seria vano e inútil y bueno para ofender el
sentimiento del que tuvo motivo, intuición y coraje para crear y dar aliento de
alma a un movimiento de juventud. En su amor a España no había fijado
límites, y solamente por convencimiento histórico y genio español sabía que
Castilla se levantaría en algún momento por la gran responsabilidad que le
estaba señalada en el resurgimiento nacional. De tal manera proclamaba esta
gran verdad, que por ello -sin menosprecio para ningún otro lugar de España-
reiteraba la afirmación:
Si Castilla muere, España muere. Mientras Castilla esté dormida,
dormirá España.
Convendría precisar, no obstante, el concepto de Castilla según lo entendería
Onésimo. Cuando él escribía de tal modo se refería a «Castilla pura, la que no
es más que Castilla, la de siempre. Aquella que puede ser una sucesión de
valles tenues y páramos nivelados, cortejando al Duero por las dos vertientes.
La conexión suave y hermana de varias tierras muy parecidas entre sí: Tierra
de Campos, tierra de Salamanca, tierra de Medina, tierra de Burgos, de Soria,
de Segovia, de Zamora, etc; es decir, los 90.000 kilómetros de territorio
central, con sus dos millones o pocos más habitantes que holgadamente la
pueblan.» No por capricho circunscribía Onésimo de este modo a Castilla,
porque él tenía completo conocimiento de lo castellano en España y sabía
muy bien que «es condición de Castilla el ensancharse saliendo al mar por
Santander y teniendo a sus hijos y sentimientos esparcidos por muchas
ciudades del litoral y, lo que históricamente es de mucha mayor importancia,
fundiéndose insensiblemente con Aragón, consorte perpetuo de Castilla».
Onésimo hablaba de Castilla en España “en el sentido de contrastar su
relación con el letargo de la Raza, su actividad durante la llamada decadencia y
su postura cuando, sin posible aplazamiento, afirmaba él que se venía
ventilando la nación española el rotundo dilema de volver a ser o resignarse a
la ruina”.
«Obsérvese cómo en esa Castilla pura, o sea la España castellana y rural,
resulta ser un hecho la Unidad admirable. Lo mismo que es sensiblemente
uniforme su altitud terrenal es uno también el temperamento, una la creencia y
una la tradición. Saliendo de nuestras extensiones, nadie sabe ni puede
recordar diferencias entre el hombre de Soria y el de Salamanca, entre el
campesino y el «charro», el burgalés o el segoviano. De la tierra del Cid
-continuaba diciendo Onésimo- se va sin transición notable a la de Isabel la

Obras Completas 227


Onésimo Redondo

Grande- Felipe II contempló en su niñez horizontes bien parecidos a los que


profetizaba Fray Luis; desde Almazán se baja a las tierras charras sin que la
curiosidad de lo vario distraiga al caminante. Los mismos alimentos, idénticas
labores, canciones semejantes y espíritu gemelo. Nada se encuentra en
extensión y en intensidad que sea tan uno como la meseta castellana, ni en
fraternidad de suelo, necesidades, creencias y filosofía colectiva. Y a esta
cordial y concentrada unidad se junta la condición y también el camino de esa
voluntad unitiva. Sólo Castilla quiso siempre y supo unir. Y unir a través de
millares de lenguas y por encima de los mares y de las cordilleras.
“Por fortuna, en lo que se llamó europeización de España, Castilla
permaneció incontaminada en su retiro. No perdió el equilibrio; pero su sopor
de dos siglos es lo que explica la persistencia de los males españoles. La
renuncia, la apatía pertinaz de Castilla ha sido la dolencia radicular del árbol
español”.
Se ha recogido este pensamiento porque latía en su corazón generoso, afectivo
e intransigente, con el intento de perfilar una semblanza y recoger después las
pruebas que desde las páginas de Libertad le acreditan el calificativo de
«Caudillo de Castilla».

***

Onésimo no se conforma con haber iniciado su etapa sindicalista, no le basta


con haber despertado entre la gente labradora un espíritu de solidaridad
económica y social. Presiente que lo principal de su acción ha de moverse en
otro campo de actividades de mayor trascendencia y es ahora cuando debe
iniciar esa empresa que libere a España de la quebradura territorial, de la
disociación de sus hombres y de la hostilidad de sus clases. Esta labor política
es la que pretendemos poner ante la consideración del lector; pero sirva el
anticipo de que, por temperamento y sentido ideológico, no ha de ajustarse a
las estrechas miras de cualquier parlamentario. En este fondo de rebelión es
donde está el germen de su tarea y la base de su doctrina política.
Nos hallamos ya ante la triste realidad de la segunda República española. El
régimen fraguado en las logias masónicas ha descorrido el trasfondo de sus
torpes intenciones y acusa su línea antinacional y marxista. Muy pocos días
fueron suficientes para que apareciese la verdad de un pensamiento desalmado
en aquella provisionalidad de Gobierno que hizo posible la humeante jornada
del 11 de mayo, para escarnio de la fe y para mejor ejemplo de la anarquía y de
la incivilidad, en aquella provisionalidad de Gobierno que se precipitó a la
legislación más desordenada y hostil. hiriendo tradiciones y sentimientos.
Han transcurrido solamente dos meses y Onésimo comienza los escarceos
entre la juventud con la publicación del semanario Libertad. Estamos
exactamente en el 13 de junio de 1931 cuando aquel pasquín volandero
aparece como un reto y una esperanza, como un clarín de llamada y un
principio de algo nuevo y renovador. Su título confunde a todos. A los unos,

228 Obras Completas


Onésimo Redondo

porque piensan que Libertad no puede titularse así otra cosa que no sea
vehículo de un libertinaje; a los otros, porque tras la palabra encuentran textos
de una vibración desconocida, con un lenguaje seco y fiscal. ¿Es
un periódico de la reacción? ¿Es una publicación izquierdista? Ni lo uno ni lo
otro; Onésimo se desentiende de los dos polos y busca la Libertad de España,
aunque el título desconcertante sirva para inutilizar uno de los tres mitos de la
antipatria. Ahí está el valor y el acierto: enarbolar un título que penetre en los
oídos de todos y envuelva una consigna fundamental para la revolución que
aspira.
Libertad es de jóvenes, y a los jóvenes se consagra preferentemente. No nos
importa contar o no con una mayoría borreguil ante las urnas y repudiamos el
concurso de las multitudes embragadas de desorden por las calles. Disciplina y
audacia es nuestro lema. Las naciones pertenecen siempre a las minorías con
fe y organización. Dándolo todo al ideal antes de comenzar, a nadie tememos.
«¡Por España grande, por España verdaderamente libre, a la lucha!»
En junio de 1931, dos de los tres gritos que hoy firman en el escudo de
España se daban como consigna desde las páginas del naciente semanario de
Onésimo. Y en ese mismo número, como anuncio de un arranque
transformador, un ligero artículo, titulado «La revolución social», del cual son los
siguientes párrafos:
“Dicen los sindicalistas: La revolución política está hecha; falta la revolución social. En
pugna con ellos, dicen, no obstante, lo mismo muchos socialistas y otros elementos que para
halagar a las masas se aproximan, como esos feroces parlantes de hace unas noches en la
plaza de toros”.
“Dicen los comunistas: Negamos que la revolución política esté hecha. Esta y la revolución
social sólo puede hacerla el soviet. Nosotros somos asimismo entusiastas de la revolución
social. Lo queremos declarar desde el principio. Estamos conformes con que hay que resolver
muchas instituciones, volcar cabeza abajo en el campo de lo social innumerables abusos.
Estamos enamorados de cierta saludable violencia, por el convencimiento de que en otra
forma se escurrirán siempre los explotadores y acabarán al final de cada prueba flotando
sobre sus oprimidos, con el nombre trocado y la casaca siempre nueva.
Hay que acabar, sí, con esos hijos y nietos de la desamortización, que no han tenido tiempo
de recorrer sus inacabables fincas, mientras en el municipio donde radican otros pasan
hambre...”
“Debemos acorralar con un genuino movimiento revolucionario todas las formas de usura,
incluso esa moderna, que consiste en pagar al labrador un mínimo bastante para que no
muera y siga trabajando, pero insuficiente para que sostenga los hijos que da a la Patria...
Hay que redimir, en fin, al que trabaja y resolver violentamente, si es preciso, como lo será,
a la burguesía, encastillada en sus numerosos fondos económicos. Pedimos, pues, la
revolución social para que todo hombre apto encuentre trabajo dignamente remunerado y
para que nadie se vea privado de la posibilidad cierta de elevar su condición según sus medios
y para que el campo -que es España- sacuda las cadenas de la hegemonía burguesa. Pero si
la revolución social es una necesidad y un grito de justicia, hay que defender. Ese movimiento
sano y juvenil de las corrupciones traidoras que proceden de la democracia judaizante

Obras Completas 229


Onésimo Redondo

superburguesa, como de las máximas internacionales con sello marxista, que


descaracterizaría la genuina revolución hispánica para hacernos siervos de Moscú.
Revolución social, enérgica y urgente, a cargo de la juventud española”.
En esas líneas, con frases desgarradas y valientes, se afirma una posición de
avanzada social que enfada a las “gentes de orden” y confunde al griterío
socialista. Originales modos de exponer un pensamiento, si se sitúa uno en
aquellas lejanas fechas de 1931, apenas llegados al Poder los que pedían el
desarme de la Policía y el pertrecho de sus respectivos correligionarios.
Antes acusó recibo a Lo Conquista del Estado con palabras de bienvenida y
comunidad de estilo, y a continuación lanzaba sus alertas a los campesinos de
la siguiente manera:
“Fiemos mucho, camaradas, del valor cierto de las masas campesinas: en Castilla es
axiomático que ningún hombre merece más ni puede mas que cada uno desde el momento en
que la lucha surge. La minoría de provocadores será, por tanto, la que nos dé el tiempo,
porque a continuación del reto brota en todos los labriegos el amor propio que los pone en
actividad, y desde ese momento son indomables. Sin contradicción no hay vida. Para
nosotros, la pugna es la victoria. Salimos al mundo con gesto de auténtica autoridad”.
Ya busca Onésimo, desde la fundación de Libertad. que sus colaboradores
universitarios sientan inclinación al campo y a sus problemas. “Castilla
desamparada”, clama también el 13 de junio, y su pluma lo argumenta así:
“No queremos unir nuestra voz a la de las plañideras castellanas, que son casi todos los
hombres de levita y de casino, tenidos comúnmente por padres de la región. Estamos hartos
de oír los clamores fúnebres de los importantes, llorando ver a Castilla como la región más
despreciada por el Estado nodriza, por los Gobiernos defensores del presupuesto.
Abominemos de esos menguados que atribuyen la decadencia de Castilla al desamparo en
que Madrid nos tiene. Uno y otro hecho, que no negamos serán, cuando más, el reflejo oficial
de otro más importante. Del único pecado a que los hombres jóvenes con ansias creadoras y
alma realmente revolucionaria deben atender es ésta: Castilla languidece porque empieza por
no existir para los mismos que la habitan”.
Con ese estilo tan preciso, con esas frases tajantes y seguras, ausentes de lírica,
pero con afirmaciones de puño y acusadoras, de ahora en adelante martilleará,
todos los lunes, en la conciencia de la juventud, a la cual, desde un principio se
dirige. No puede prolongarse por más tiempo el precipicio a donde caerá la
generación española, que tiene asignada una tarea con rotundas afirmaciones
de valores positivos. Son hombres útiles para la acción de la antipolítica y urge
rescatarlos de la política mezquina al uso, que observe las máximas atenciones;
antes de que puedan contaminarse más en la ponzoña y en el odio, en la
materialización y en la ausencia del sentimiento español, es preciso ganarles
para que formen en las filas avanzadas de un camino nacionalmente
revolucionario. La prosa de Onésimo -como se ve y como se verá- huye del
adorno y va derecho a lo que interesa; está llena de protestas, mas hay en ella
una emoción española con fuerza bastante para penetrar en los ilusionados
corazones de la juventud que busca la auténtica transformación de los modos
y de las personas en lo que responde a la denominación política. El molde de

230 Obras Completas


Onésimo Redondo

Libertad ha roto con lo viejo y caduco y nada quiere con lo que, apareciendo
como nuevo, no es sino un fraude más con ropaje demo-marxista y
orientación extranjerizante y masónica. España está ausente de aquel triunfo
inesperado y turbio que entrega el Poder a los hombres del desgraciado Pacto
de San Sebastián, y el naciente portavoz de Castilla habla duramente de
grandeza y revolución nacional, de justicia y de imperio, de unidad y de lucha,
de libertad, audacia y disciplina. Es un lenguaje que confunde, sugestivo y
directo, valiente y que desconcierta, el de este hombre que ha fundado el
semanario Libertad como anuncio y pregón de un genuino movimiento de
juventud y de revolución. Y hemos visto cómo en junio de 1931 emprende
una captación de voluntades aireando consignas que en aquellos tiempos
pocos pudiesen sospechar que constituyesen augurio de realidad cuando
llegase el mes de madurar el grano, en el verano del 1936. Desea hombres
útiles, corazones vírgenes, para la acción de esa antipolítica que España
necesita y la juventud espera. Sabe el punto de apoyo que tiene en su
periódico -aunque sea solamente un semanario-, porque “la prensa -escribe
Onésimo- ha intervenido como actor principal en ese desastre; ella es un valor mayúsculo
entre todos los que ejercen poder en el mundo político; ella es la que ha creado este cuadro de
turbulencias, aunque al final de la tragedia entierre con desfachatez en sus archivos mil
pruebas acusadoras de sus propias columnas”. Generalmente –continúa escribiendo-, la
mayoría de los periódicos no han tenido la moral que presidiera eficazmente el derecho de
escribir. Gran parte de las rotativas han estado ausentes del interés nacional, sirvieron
únicamente de caza para el mejor lucro de sus empresas, aunque la empresa de España
quedara sometida a la infecundidad de los profesionales de la discordia”. Por eso, por la
significación de la prensa como arma poderosa, tuvo prisa en desahogar su
ímpetu de eficiencia y funda Libertad con el más sincero espíritu
revolucionario, que a la vez sea conciliador de su fe católica. “La verdad no
puede ser discutible, y España, que es la primera verdad nacional, no puede quedar
impunemente puesta a las sórdidas apetencias de escándalo de cualquier delincuente de la
pluma”.
“Los que a un elevado precio juegan a la Revolución sin ideal de verdad revolucionario,
llevados del odio y del apetito de cuando, desprovistos de un contenido renovador, merecen
una extirpación, porque su subsistencia sólo se paga con la ruina. Este es el caso de la
prensa burguesa que fue revolucionaria. Burguesía ciega, prensa venal y socialismo
aburguesado son el mejor caldo para el fermento comunista.»
El recuerdo de estas afirmaciones pueden ser consideradas como pasadas de
moda, pero no se olvide que en estos momentos se trata de perfilar
históricamente la labor de Onésimo. Él no ha fundado Libertad con la sola
intención de fijar ideas sobre la altiva misión de la prensa, sino que trabaja
constantemente en proyectar el único camino que él tiene concebido para la
decisión futura de España.
Un joven zamorano se levantó desde Madrid sobre el problema de su tiempo
con el propósito ambicioso de restaurar un anhelo colectivo de expansión en
el ánimo del pueblo y con una bandera desplegada nacionalmente para la

Obras Completas 231


Onésimo Redondo

conquista del proletariado, como instrumento también de grandeza española.


Y para que sus ideas recorran los ámbitos de la Patria y arrebaten la acción y el
pensamiento de los más jóvenes. Ramiro Ledesma Ramos– he aquí el jóven
zamorano- alumbró el primer periódico del sindicalismo nacional bajo el título
de La Conquista del Estado.
Onésimo coincide con la comezón interna de Ramiro, con la necesidad de
salir por unos postulados fundamentales que aprovechen la oportunidad
histórica más ambiciosa y gigantesca y ha fundado Libertad, el gran periódico
que, desde Valladolid, ampara el entusiasmo por la salud de la Patria y la
transformación social.

LAS JUNTAS CASTELLANAS DE ACTUACION HISPANICA


Los veintiséis años del director de Libertad, su inteligencia, su capacidad de
trabajo y su dinamismo le empujan a efectuar con la práctica lo que
semanalmente proclama desde las páginas del periódico.
Junto a sus pocos colaboradores perfilará un movimiento forjado en la
disciplina y mantenido por la sana conducta de sus hombres. El vivero de la
selección de camaradas ha de ser desde un principio la Universidad, puesto
que los pueblos que la poseen están dotados de una grandeza permanente. «La
Universidad -dice-, o no es tal Universidad, sino una fábrica mercantilizada de
burócratas, o está destinada a formar los hombres que constituyen la suprema
garantía para la grandeza nacional. Nada significarían las fórmulas, los
programas que son en sí meras obras sin cuerpos, si no hay hombres que las
practiquen y las sostengan con el mejor ejemplo de su bondad nacional: la
masa es esencialmente movible y en todas las latitudes de cada época se
mueve según es conducida. La responsabilidad de los caminos de un pueblo es
siempre, siempre, de los conductores.» Por eso mismo él, que reunía todas las
virtudes para ser un aristócrata del patriotismo, buscó en la Universidad una
falange de hombres, de futuros maestros, para derivar toda la actividad
constructiva de un pueblo hacia la grandeza colectiva, de hombres dispuestos
para hacer Patria, sintiéndola con selecta claridad.
Al poco tiempo de la primera salida de Libertad, este pasquín que desorientó
tanto al principio, domina ya en el ambiente universitario. No hay tiempo que
perder, pues esos hombres, mejor aún la voluntad de esos jóvenes y la de
otros más, ajenos a la Universidad, hay que encuadrarla debidamente para la
reconquista nacional, y entonces crea las Juntas Castellanas de Actuación
Hispánica. En sus ordenanzas se habla de «España como nación una e
imperial, obligada por su historia y la capacidad de su cultura a ser fuerte entre
los demás pueblos, dando al Estado una estructura y pureza hispana.
Proclama la Junta su veneración por las grandiosas tradiciones patrias y la
comunidad de raza y destino con las naciones ibéricas de ultramar.
En el apartado que destina a Justicia Social afirma que los problemas sociales
que la moderna organización del Estado presenta, y particularmente la
elevación intelectual, económica y moral del proletariado, deben resolverse

232 Obras Completas


Onésimo Redondo

por la intervención del Estado, para evitar la explotación del hombre por el
hombre. Rechaza la teoría de la lucha de clases. Abogan por una
reconstrucción con mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento
de la producción agrícola, la repoblación forestal, la dignificación, de la vida
rural, y apunta unos últimos fines de cultura que han de desarrollarse en
cuanto al orden cultural y físico, al orden social y al orden político.
Respecto al pensamiento político, las evidentes pruebas de persecución
exigían que las ordenanzas disimulasen- el rigor de los postulados, para no
tropezar con el inconveniente de la desaprobación en el Gobierno Civil. Por la
primera denominación de Juntas podemos interpretar el sentido de unido que
Onésimo lleva consigo. “La unidad constituye el lema más audaz y
revolucionario que enarbola el nuevo movimiento. La unidad pertenece, de
una manera constante, a nuestro ideal. La unidad es nuestro signo, y dormidos
o despiertos debemos pensar en restablecer la unidad de España, la unidad
social de todas las clases por medio de la juventud que no tiene todavía que
reprochar y lanzar a un hombre contra otro”. En cuanto a la “actuación” de
sus Juntas, él mismo exponía que estaba el punto revolucionario y la razón,
por tanto, de su existencia. “Hay que transformar a la juventud; hay que
formar con la juventud una milicia dispuesta a servir a España; hay que hacer
la revolución, y para ello hay que transformar a los españoles hasta entrar en
sus raíces. Pero hay que hacerlo realizando en su espíritu, en el alma de los
maestros, una transformación grande, honda y aparatos de esa situación del
espíritu español actual, perdido y escéptico” Y en otra ocasión decía: “Somos
revolucionarios, no en el vulgar concepto marxista de dinamiteros, sino en su
verdadero significado de transformación. Emprendiendo esta transformación
es cuando comenzaremos a recuperar la España en ruinas que nos dejaron
nuestros padres; quizá no comprendan nunca nuestra rebelión de hijos, aun
cuando les digamos que vamos a ser mejores que ellos. Y tened en cuenta que
para alcanzarlo será necesario infiltrar en la totalidad de nuestra juventud
primero el espíritu de esa rebelión, que comienza transformándonos a
nosotros mismos. Venimos a revalorizar el factor humano, la confianza en el
hombre frente a la servidumbre de las fórmulas. Por eso lo importante, lo
sustancial, lo salvador y lo revolucionario no son los credos, ni las palabras, ni
los programas, sino los hombres. Si la fe sin obras es vana, las palabras sin
conducta que las confirma parecen hipocresía. Actitudes y actos convincentes,
frente a la retórica y a la teoría formularia”. Las reuniones de las Juntas se
hicieron en un principio en la periferia de la ciudad. Lo imponían las
circunstancias, y las circunstancias se producían en una estrecha vigilancia a
los pasos de Onésimo y un cerco perseguidor de la extensión y amplitud del
movimiento juvenil. A pesar de todo, la propaganda iba siendo eficiente, y,
aun al aire libre, el proselitismo se manifestaba alentador con la incorporación
de nuevos afiliados. Puente el Sol, Cuesta de la Marquesa, Cuevas del Tomilla
y campo de San Isidro son lugares que sirvieron de escenario para el comienzo

Obras Completas 233


Onésimo Redondo

del banderín que más tarde había de cristalizarse con las J. O. N. S. de


Ledesma Ramos, y a los dos años, con la Falange de José Antonio.

LAS J. O. N. S.
Cuando comienza el mes de octubre, Onésimo entra satisfecho en el nuevo
curso. En cuatro meses su labor ha cristalizado ya en algo tangible, en algo
que tiene vida y va tomando cuerpo, no sólo en Valladolid, sino por la
provincia. Libertad se ha abierto camino y su doctrina va calando en los miles
de lectores con que cuenta. No importa que su aparición durante los lunes
esté perseguida gubernamentalmente y que el odio marxista aceche
provocador la venta del semanario. En pocos meses se ha impuesto, y el
clarinazo de Libertad ha conseguido llevar tras de si a grupos de juventud. El
primer objetivo estaba cumplido y Castilla comenzaba a despertar de su
letargo. La F. U. E. tiene va muy poco que hacer en los claustros
universitarios, donde el espíritu del semanario ha penetrado hasta tomar raíces
multiplicadas y profundas. Pero hay que continuar en la brecha y abrir nuevos
horizontes, y es por aquellos días cuando Onésimo toma un decisivo contacto
con los que desde Madrid defienden ideales semejantes, escribiendo en las
columnas de Libertad lo siguiente:

“NUESTRO SALUDO”
“Terminadas las vacaciones veraniegas, bien explicables, La Conquista del
Estado sale con reforzados bríos al palenque periodístico, en el que este
inteligente lealísimo colega “Nacionalsindicalista” hace grupo aparte porque
sólo él enarbola netamente la única bandera de salvación nacional: la lucha
marcial contra la traición y la podredumbre marxista”.
“Nos unimos a los camaradas de La Conquista del Estado en su acción de
fidelidad hispana y antimarxista. Como verá el lector, honraremos a menudo
las páginas de Libertad coadyuvando a la extensión del frente nacional de
salvación por la difusión del pensamiento Nacionalsindicalista”. Al mismo
tiempo que se escribía esto se decidía una comunión más estrecha. Con cierta
frecuencia Onésimo tenía que trasladarse a Madrid con asuntos del Sindicato
Remolachero, y varias veces aprovechó la oportunidad para entrevistarse con
Ramiro. El diálogo, naturalmente, que se entretenía en el desarrollo de la
política y en el discurso por la nueva doctrina salvadora. Desde un principio
estaban de acuerdo, pero hasta el mes de noviembre no se legalizó el convenio
-permítase la frase- entre Onésimo y Ramiro, entre los de Libertad y los de La
Conquista del Estado. Acordaron redactar un manifiesto político, que estaba
presidido por el Yugo y las Flechas, como emblema de las J. O. N. S, naciente,
idea de Juan Aparicio, que recordó la ocasión de una clase de Derecho
Político en Granada. Onésimo regresó entusiasmado a Valladolid. Otro paso
definitivo se había dado, otra confianza más, otro estímulo nuevo para seguir
en vanguardia. Con el nacimiento de las J. O. N. S. se fundaba un movimiento
de demisión nacional con la palabra Junta a la cabeza del Sindicalismo

234 Obras Completas


Onésimo Redondo

Nacional. El resto del mes de junio ya encontraba un camino más perfilado,


un quehacer más concreto y una concepción más amplia: desde aquel
momento Libertad se constituía en órgano de las J. O. N. S., y los camaradas
reunidos en la clandestinidad contaban con una bandera que defender y unos
puntos fundamentales que propagar; estaban encuadrados en la milicia civil de
las J. O. N. S. El frío de la meseta, en diciembre, tuvo como contraste el calor
con que se acogía la nueva receta política para la Revolución. No es posible
transcribir el manifiesto político. Basta saber que las Juntas de Ofensiva
Nacionalsindicalista nacían para ponerse al frente de los núcleos sanos de
nuestro pueblo, para propagar con pulso y coraje la orden general de ¡Servicio
a la Patria!, en virtud de que no existía en el panorama político fuerza alguna
que garantizase la defensa de los ideales hispanos.
”No nos resignamos a que perezcan sin lucha los alientos de España ni a que
se den los mandos nacionales a hombres y grupos educados en el derrotismo
y en la negación”.

SEIS MESES DE 1932


La actividad de Onésimo en 1932 fue posible nada más que durante los
primeros seis meses, pero en ese tiempo se multiplica para la causa que
concibió y para el movimiento definido en los finales del año anterior.
Durante ese medio año, la conjura demoliberal, el terror republicano-
socialista, no pudo acorralar la vitalidad de las J. O. N. S. en Castilla, porque el
ardor creciente tomaba proporciones de realidad peligrosa. Cierto que en las
filas jonsistas solamente formaba gente de pocos años y de mucha pasión
española- Los padres no podían comprender aquella «santa insensatez» de los
hijos, que, a pesar de las broncas paternas, no hacían deserción de las
escuadras. Tuvo que ser aprovechado el 10 de agosto para emprender una
persecución personal contra Onésimo, que trajo como consecuencia el
destierro forzoso del jefe castellano en tierras de Portugal, pues formaba en la
lista de deportados a Villa Cisneros.
Pero bueno es señalar los acontecimientos y la acción de Onésimo en esos
meses primeros de 1932.
“No vaticinamos, sino que anhelamos y trabajamos, eso sí, porque nuestro
anhelo de enero sea una realidad en diciembre”, apunta en su pronóstico
político para 1932, y se refiere a la constitución de las milicias regulares
anticomunistas. Todo nuestro fervor por la salud de España y la emoción con
que celebramos la inauguración del nuevo año pensando en ella, querremos
resumirlo en esta reflexión: “Que no salvaremos a la Nación de la barbarie
soviética sin organizar una falange extensa de españoles de todas clases
dispuestos a defender con sus personas la vida civilizada de España”.
Emprende el nuevo año con la misma decisión que tuvo par a la publicación
de Libertad, con el mismo entusiasmo que puso en la organización de sus
Juntas, con idéntica ilusión que le llevó al nacimiento de las J. O. N. S. Estaba
comprometido en preparar la Revolución Nacional y nada puede entorpecer a

Obras Completas 235


Onésimo Redondo

sus propósitos, ni la hostilidad abierta desde el Poder, ni la presencia


amenazadora del enemigo, ni las actitudes asustadizas de la reacción. Él sigue
en su línea, junto a sus camaradas; él continúa abriendo brecha y dando
contenido al movimiento juvenil desde su semanario; pronuncia charlas con
fines preparatorios, orienta a los que con él colaboran, anima a todos a
permanecer en el campo de la lucha y del honor nacional. Una obsesión
parece que le entretiene por aquella época: la constitución de la milicia entre
los suyos, la preparación física de grupos que hagan posible la violencia frente
a la violencia. “Hay que formar milicias civiles de España. Haciendo frente en
primer término con sagacidad y legalidad, hasta donde sea posible, a la franca
y solapada oposición gubernativa. Y supliendo con la energía y la rapidez de
ahora el camino que los adversarios nos llevan ganado. No cabe esperar
defensa de la legislación y de los usos democráticos, ni siquiera fortaleza
recíproca, estando los enemigos bien armados y consentidos y pertrechados,
mientras del lado opuesto no surja una ideológica tan feroz por lo menos en la
defensa como lo es la contraria en el ataque, equipándonos con medios de
lucha que superen al enemigo”. Por aquellas fechas, la persecución contra las
J. O. N. S. arrecia y el enemigo vigila todos los movimientos, porque entiende
que la actividad de la juventud disciplinada va adquiriendo penetración,
prosélitos y eficacia. Onésimo actúa revolviéndose contra el error y la
violencia marxistas, y padece la multiplicación de denuncias, que cada una se
traduce en un proceso, para sumar entre todos bastantes años de cárcel. Este
sistema tan amenazador no inquieta para nada a quien vive completamente
decidido a entronizar la doctrina jonsista. Al fin se ha encontrado un local p
ara residencia del periódico y domicilio del movimiento. El primer piso que
sirvió para reunir a los camaradas no presenta ninguna comodidad. Pocos
muebles, pero mucho espíritu hay en aquellas habitaciones de la calle Alonso
Pesquera. La celebración de charlas semanales que sirven para la formación
política de los camaradas, hasta que se presenta una ocasión de hacer acto de
presencia con la organización de un mitin, que resulta ser el «primer mitin
suspendido», a instancia de todos los partidos gubernamentales, que acudieron
a solicitarlo del gobernador civil por considerarlo como «una fuerte
provocación». Libertad replicaba con estas frases: “Celebraremos, por Dios y
por España, muchos - muchos mítines. Diremos la verdad alta y claramente,
sin miedo a la supuesta ferocidad de ese enjambre ficticio de partidos,
juventudes, federaciones y demás timos republicanosocialistas”. Al poco
tiempo le sorprende el intento gubernamental de quebrar arteramente la
unidad española amparándose en el “hecho diferencial” de un negocio
separatista convenido en el famoso Pacto de San Sebastián, y agita la
conciencia con protestas y artículos que rubrican las frases del “Cataluña no es
de Maciá, ni de la Esquerra, ni de los catalanes; Cataluña es de España. España
no sería tal sin Cataluña, como no lo sería sin Castilla o sin Andalucía. Esta
afirmación de inseguridad hispana es lo que importa y lo que todos debemos
sostener, ofreciendo para ello nuestras vidas”. Es la hora de la primera

236 Obras Completas


Onésimo Redondo

manifestación formal de las J. O. N. S. y los camaradas se lanzan por las calles


de Valladolid con el grito de “¡Viva la unidad española!”. Se suspenden las
clases en la Universidad y demás centros docentes, se cierran muchos
comercios, y la gente, el pueblo, se suma a los manifestantes jonsistas en un
acto impresionante de españolismo, por la cantidad y por la calidad, por la
ingente muchedumbre y por el espíritu que se respira. Los partidos del Poder
están coléricos; el gobernador civil echa lumbre y ordena que la fuerza pública
disuelva aquella imponente manifestación que invade todo el centro de la
ciudad. La sangre de un joven obrero - Cipriano Luis Zarzuelo -, vertida en la
Plaza Mayor, fue el compromiso por la unidad española.
Las informaciones llegan a Madrid, y desde allí se mira con cierto temor el
alcance de la tarea que se ha impuesto, desde Valladolid, Onésimo con el
intento de fundir entre las masas el sentido nacional que les falta. Aquel 11 de
mayo fue una ejemplar réplica, desde la ciudad castellana, a aquel otro
anterior, incendiario, de 1931. “¡Muera el Estatuto catalán!” “¡España una!”
“Felicitamos a la juventud - escribe -, a nuestra juventud, por la muestra
heroica de españolismo sano que ha dado estos días en la calle. Ya veis,
jóvenes, cuánto preocupa vuestro gesto patriótico, que inmediatamente se
lanza contra vosotros bandas de hombres armados de pistolas... Vuestro gesto
es, evidentemente, noble y redentor. Es la única esperanza que queda de una
España decente. No hay que retroceder ni decaer, camaradas. A las balas del
Poder tiránico sabremos oponer, en unos casos, nuestra astucia; en otros
nuestro coraje, y siempre, nuestra firmeza y nuestro tesón ideal. Hasta
desalojar a los opresores, basta alcanzar para España un régimen digno, tan
grande como los alientos de nuestros pechos. ¡Viva España única! ¡Viva
España grande! ¡Viva España libre!” Cerca de veinte procesos llegaron a pesar
sobre Libertad. Las multas y recogidas policiales del semanario menudearon
hasta que fue suspendido por el Gobierno en agosto de 1932.

ONÉSIMO, EN PORTUGAL
Ya se ha dicho que las circunstancias adversas obligaban a Onésimo a salir de
España. Portugal es su residencia forzada desde agosto de 1932 a octubre de
1933. Desde las tierras vecinas no cesa de orientar y dirigir. Es ya muy amplio
el brote de las ideas germinadas; son muchos los camaradas enrolados en
servicio de la nueva causa nacional. Desde aquí escribe. La correspondencia es
el único procedimiento posible para no desconectarse de Valladolid y de sus
hombres, para que no se vea malograda una empresa que ya estaba en cauces
eficientes. Desde Portugal sigue dictando consignas y ordena la publicación de
su segundo semanario que venga a sustituir a Libertad, con el título de
Igualdad. Con el curso nuevo -noviembre de 1933-, algunos camaradas más
jóvenes que intervinieron en la redacción de Libertad crean el nuevo
semanario de combate Nacionalsindicalista.
Onésimo, desde Portugal, envía su colaboración dirigida principalmente a fijar
puntos doctrinales. La colección de aquellos artículos tienen singular

Obras Completas 237


Onésimo Redondo

trascendencia y un gran valor por constituir una síntesis teórica del


Movimiento. Su publicación en este apunte sobre Onésimo es imposible, pero
digamos que con el título general de «Hacia una nueva política», escribió los
siguientes:
El Estado Nacional. (Del siglo XVIII al 28 de junio. De Napoleón a Herriot.-
España libre y sus enemigos.) La pérdida del Estado Nacional. (Los antiguos y
modernos «pactos de familias.) Señales del Estado Nacional. (Una
enumeración.)
La restauración del Estado Nacional.(Distintivo de la nueva política.) Signos
del nuevo Movimiento. (Contra los partidos políticos.)El mito sagrado de la
Unidad. (El vértigo de la discordia.)Rehabiltación del patriotismo. (Primer
principio unitivo.)La tradición y el pueblo. (La nueva táctica.)¿Monarquía o
República? (La rutina y la estrategia.)El Estado del porvenir. (No podemos
importar soluciones.) De nuevo sobre el Estado del porvenir.(Las fórmulas y
la elección de los peores.) Lo conquista del Estado. (Las milicias
nacionales.)El nuevo Estado. (Necesidad, de un pensamiento propio.)Y otra
serie titulada: No ha habido revolución social.

CANDIDATO DEL PUEBLO


Con la convocatoria de nuevas elecciones, en octubre de 1933, regresa
Onésimo a Valladolid. Desde tierras , de Portugal desarrolló una actividad
fecunda para estar unido al Movimiento político, a sus hombres y no permitir
que el cansancio y el abandono se apoderase de los camaradas. Con frecuentes
cartas v a través de algunas visitas, Onésimo está al corriente de todo y
fomenta la acción y el entusiasmo. Por ello, las J. O. N. S. han tenido
continuidad en su quehacer y el desánimo no ha quebrado las filas. Vuelve
Onésimo y aprovecha la oportunidad de aquellas elecciones para emprender
una agitación de los pueblos. Sacrificando su tranquilidad, se presenta como
candidato entre derecha e izquierda, completamente solo, para extender la
doctrina. Reúne a sus camaradas y organiza un plan de actos públicos,
valiéndose a la vez de los semanarios Igualdad y Libertad, que reaparece con
su regreso. El miedo de su candidatura se extiende entre las derechas y
comienzan a inculparle del posible triunfo izquierdista. Un miedo, claro está,
que no meditó antes, al formar la candidatura, en verse privado de la asistencia
de Onésimo. Todo estaba calculado y la exclusión del nombre de Onésimo se
hizo conscientemente. Pero la generosidad de Onésimo y su amor a España
era tanto, que ante el temor de contribuir quizá al triunfo de algún marxista,
decidió retirar su candidatura, sin que ello significase abandono de la campaña
de propaganda. El anuncio de su decisión se publicó en Igualdad, diciendo así:
«Retiramos nuestra candidatura popular. Sabemos sacrificarnos una vez más.
No queremos que nadie nos lo agradezca. Somos la «única» fuerza
eficazmente antimarxista y en todas las ocasiones lo demostramos.» Y siguió
celebrando por los pueblos los actos de afirmación Nacionalsindicalistas.
Sorprendente y original campaña aquélla en la que en medio de la turbia

238 Obras Completas


Onésimo Redondo

agitación electoral un manojo de jóvenes iban hablando contra derechas e


izquierdas, predicando la doctrina del porvenir.
“Derechas e izquierdas”. He aquí los dos polos, y ahora más que nunca se
evidencia la impresión y la vaguedad de ese absurdo encasillado político. Si
por derechas se entiende espiritualidad, nosotros somos derechas, y
presentamos historial de catolicismo práctico. Si por derechas se entiende
táctica, diferencia del capital o burgués, reducto de ambiciones, nosotros
somos izquierdas, revolución.»

ONÉSIMO EN LA UNIDAD DE
FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J. O. N. S.
Desde octubre de 1933 actuaba en la vida pública española una organización
nacida en el histórico acto del teatro de la Comedia, bajo la dirección política
de José Antonio Primo de Rivera. Hombre culto, muy preparado, gran orador
y con unas dotes de mando extraordinario, supo aprovechar el escaño de las
Cortes para acuñar una personalidad excepcional y destacarse como fundador
de unos principios políticos sobre la base de una España auténtica, vigorosa,
social y justa. Hasta octubre de 1933, su voz se desenvolvía en una lucha
personal, pero desde aquella mañana quedó proclamado el nacimiento de un
nuevo Movimiento, la presencia de Falange Española. El acto de la Comedia
encontró el eco natural entre la juventud nacional, no solo por la figura de su
jefe y organizador, sino por la gran calidad de sus conceptos y la fiel línea de
su discurso, que ha pasado a la historia cómo perfil doctrinario de la auténtica
revolución española. Las consecuencias no se hicieron esperar y pronto
comenzó a crecer y extenderse por toda España, a recibir adhesiones y a
organizarse en provincias y pueblos la Falange Española.
Este hecho sirvió para que las J.O.N.S analizasen la realidad y sintiesen la
misma preocupación e inquietud que F.E. No era lógico que existiesen dos
organizaciones similares y que cada cual buscase fines idénticos por distinto
camino. Si uno y otro marcaban el principio de la Unidad como fundamental,
no sería difícil llegar a un entendimiento y juntos emprender la tarea común.
Por otra parte, en ningún lado existía un propósito individual de ambición;
por eso no tardó mucho en iniciarse las conversaciones, para intentar algo más
que un acercamiento, y, en efecto, a mediados del mes de febrero se decidió la
unidad de las dos organizaciones en una sola, que respondía con la
denominación de Falange Española de las J. O. N. S. Nosotros, en este
trabajo, habremos de referimos a lo que más directamente tiene relación con
Onésimo, y desde ahora, la acción que el jefe castellano desarrolló bajo a
bandera de la Falange.
No hay que decir lo entusiasmado que Onésimo regresó de Madrid, después
de haber asistido y deseado la unidad. No habían transcurrido tres años desde
aquel día de junio, primero de Libertad, y los acontecimientos habían hecho
posible esta vitalidad y anchura que respondía a Falange Española de las
J.O.N.S. Un hecho que se hacía necesario festejarle solemnemente; un hito

Obras Completas 239


Onésimo Redondo

histórico de gran sentido político que pedía la más pública proclamación y el


acto de mayor trascendencia. Se eligió a Valladolid como escenario, y
Onésimo regresaba henchido de satisfacción con tan honrosa misiva. Se había
dado el paso principal hacia la unidad, recibida con júbilo unánime por todos
los que soñaban con la nueva España. El impulso de Falange Española de las
J.O.N.S. se consiguió no sólo por lo más alto y noble, sino por la emoción
más aún que por la inteligencia. Por eso era preciso encontrar 1m motivo de
resonancia en el que pudiesen lanzarse consignas claras. Y se eligió el día 4 de
marzo para el acto monstruo del teatro Calderón en Valladolid. La
preparación del mitin tuvo el cuidado de organizarse con intensidad y audacia
y la propaganda prácticamente se hizo sola entre el entusiasmo de las J.O.N.S.
de la provincia y el gran espíritu de los camaradas de la ciudad. Cuanto más
próxima estaba la fecha, más nerviosismo se pulsaba en el enemigo y más
claro aún sus propósitos. Frente a la actividad pesimista del rumor
provocativo y el terrorismo de trágicos acontecimientos, la postura arrogante y
entera de los camaradas de la Falange, dispuestos a la celebración del acto
como primer paso de reconquista de la Patria. Amaneció un día lleno de sol.
Las calles de la ciudad, en las primeras horas de la mañana, no recibieron más
que la presencia de universitarios y campesinos y la de camaradas de Madrid,
Salamanca, Zamora, Palencia, León y Bilbao; Asturias, Santander y Burgos
acudieron con representaciones. Nadie más por la ciudad. Ni la conjura del
marxismo ni la prudencia del otro sector se dejaron ver antes de comenzar el
acto.
El teatro Calderón, lleno, rebosante. Ni en pasillos ni en palcos podía
encontrarse un lugar vacío para acomodarse. Entusiasmo y juventud, coraje y
disciplina fueron las notas mejores de aquella solemnidad política. Cuatro
importantes discursos, a cargo de los cuatro fundadores, que nunca más
coincidieron en acto alguno. Onésimo, Ruiz de Alda, Ramiro y José Antonio.
Cada uno en distinto estilo y los cuatro con sobriedad y doctrina. Aquella
jornada tiene ya un arraigo en la conciencia nacional y cada año se
conmemora, como rito obligado, el primer acto de Falange Española de las
J.O.N.S., en el que la oratoria de José Antonio dictó la mejor y más auténtica
definición de Castilla.
Al abrir las puertas del teatro se inició la primera lucha con su enemigo más
declarado, con la furia roja, y la sangre de un joven estudiante fue vertida en
holocausto de la unidad política que allí se proclamó.
Desde entonces, la Falange, y Onésimo con ella, “multiplica sus actividades
incansables en el afán y en el esfuerzo por llevar a los campesinos el nuevo
pensamiento y el nuevo estilo que se imponen”. Para burlar la persecución
gubernativa, hace que las milicias funcionen con la apariencia de grupos
deportivos, y desde entonces tiene más uso el campo de Puerta de Hierro, a
orillas del Pisuerga, camino de la Rubia, donde ya se había preparado un
terreno para campo de fútbol, atletismo, remo y natación. En Puerta de
Hierro se practica diariamente el ejercicio físico y la instrucción militar, se

240 Obras Completas


Onésimo Redondo

celebran las reuniones más importantes y se consigue un seguro lugar donde


guardar las armas. Aparte de esto, Onésimo organiza semanalmente unas
marchas, calificadas oficialmente de deportivas, en las que cada domingo se
congregaban los falangistas -Onésimo al frente- para marchar militarmente a
los pueblos cercanos, aprovechando la jornada para reunirse con los
camaradas campesinos y juntos escuchan la lección política en forma de
charla. Cada lunes seguía publicándose Libertad. La Falange ya era potente y
vivía permanente en contacto a través del semanario, del campo de Puerta de
Hierro, de las marchas y de las charlas en el domicilio. Pero Onésimo no
paraba en manifestarse activo y junto a esto aprovechaba cualquier ocasión
para acometer nuevas tareas. Así sucedió con la protesta organizada contra la
política antinacional seguida por el Gobierno de la República, proyectando
una concentración de campesinos, estudiantes y obreros, en Castrillo de
Duero, patria del Empecinado, donde al lado de José Antonio, en un Dos de
Mayo, pretende que se alce la voz decidida de la juventud revolucionaria. Las
medidas políticas de un gobierno traidor impidió la realización de estas idea.
«En un homenaje -escribía en Libertad- al gran guerrillero de la Independencia
y un grito de rebelión contra los antinacionales y los traidores, como el 2 de
mayo de 1808.
Queremos celebrar un acto campesino en un pueblo pobre y olvidado, como
lo son la inmensa mayoría de los pueblos castellanos.
La España que produce y trabaja, frente a la que explota y destroza las
energías nacionales en la especulación, en la política, en la lucha de clases o
partidos.
¿Qué es las J.O.N.S.? Una idea, una ilusión de libertad española y un
horizonte de justicia y de imperio.»

***

Pero la voz de José Antonio se escuchaba con frecuencia por los camaradas
de Onésimo. Valladolid era un terreno abonadísimo por la Falange y cualquier
día era bueno para asegurar el éxito falangista y mucho más aún tratándose de
oír la voz del Jefe Nacional. Cuatro veces intervino José Antonio en actos de
la ciudad castellana, y en todos ellos -como siempre- las grandes cualidades
suyas, el tono, el estilo y el concepto, se hicieron patentes. Aparte del histórico
4 de marzo de 1934, el Jefe Nacional de la Falange habló ante los
universitarios, en la fundación del S.E.U., por enero de 1935, en el cine
Hispania. Al mes siguiente pronunció en el teatro Calderón una magnífica
conferencia que él mismo tituló «España y la barbarie». que causó verdadera
sensación y constituyó una pieza oratoria de certera exposición de doctrina. Y
otra vez -enero de 1936- es testigo de la presencia y el discurso de José
Antonio con ocasión de un acto de propaganda para presentar la candidatura
«José Antonio Primo de Rivera y Onésimo Redondo», por Valladolid,
candidatura que obtuvo más de seis mil votos, contando con que la mayoría

Obras Completas 241


Onésimo Redondo

falangista estaba constituida por jóvenes universitarios, campesinos y obreros


Y, además, hay que sumar a las cuatro fechas otra celebrada en Peñafiel con
intervención también de José Antonio.

ONÉSIMO Y EL CAMPO
En estas mismas páginas se ha repetido el gran amor que Onésimo tuvo para
el campo. Desde su niñez hasta el día de su muerte, le obsesiona el bienestar
de la redención campesina, le anima un decidido empeño de mejora y de
transformación de los cultivos de la tierra. La llamada de la aldea no la desoyó
nunca. Venía del campo, y para sus problemas fue su más leal devoción. En el
campo, en la reconstrucción del suelo, estaban sus mejores deseos, su más
firme tesón. Contemplaba con dolor y con lágrimas cómo el suelo de España
es un suelo arrasado que ha padecido la incuria de siglos, martirizado sobre
todo por la anarquía brutal y antinacional del siglo XIX. Quería remediar los
males del campo, repoblar sus cerros, llenar de hombres loe pueblos
abandonados. «Hay que rehacer estos pueblos de España -son frases suyas-,
aunque sea ello una obra gigantesca y heroica. Esto será probablemente el
descubrimiento de nuestras modernas Américas: el descubrir a España y
sacarla de la esterilidad en que se encuentra. Para esto, vale la acción de un
pueblo puesto en pie. Si no hay posibilidades económicas, con la movilización
gratuita y obligatoria de todas las juventudes españolas. Hay que poblar todo
el suelo estéril, regar toda la superficie y vertientes que van yéndose, poco a
poco, hasta el no arrancando las entrañas a esta península y convirtiendo la
patria española en una especie de apéndice del África desértica y severa.» Para
conocer su verdadera vocación por el campo español, sería necesario escribir
mucho. Todo un libro podría hacerse con lo que Onésimo dejó escrito en las
viejas páginas de Libertad. Si esto no se hace, bien puede intentarse, al menos,
una antología amplia de sus escritos y de sus discursos. Por otra parte, quien
pida hechos concretos de ese cariño al campo, nada más tiene que acercarse a
Valladolid y admirar la obra emprendida desde el Sindicato Remolachero de
Castilla la Vieja.
Hasta 1930 puede decirse que no existía en Castilla una zona remolachera, ni
mucho menos la gran extensión de magnífico regadío que él impulsó. En un
ambiente de rutina, de pobreza, el labrador carecía también del sentido de
personalidad, y el castellano, en general no sabía apreciar la riqueza que en lo
material y en lo espiritual encerraba Castilla. Hasta tal punto reconocía
Onésimo la definitiva colaboración del campo en la empresa nacional, que, sin
ellos, no podía llegarse al fin de sus ideales: «En estas tierras castellanas -decía-
serán las manos rugosas y encallecidas de nuestros campesinos las que
sostengan con más fuerza las conquistas del sindicalismo nacional.

***

242 Obras Completas


Onésimo Redondo

Es una semblanza, como lo quiere este intento biográfico no cabe todo el


anecdotario que rodeó la gran actividad de Onésimo, y por fuerza hay que
saltar situaciones, ignorar hechos y correr a vuela pluma lo que se entienda
como sustancial. Sin haberlo previsto, el espacio se va ocupando y aún quedan
por significar etapas de una vida que siempre estuvo ocupada en el sacrificio,
en la abnegación y en el entusiasmo por España. Lo que resta de 1934 a 1936,
bien debe resumirse refiriéndonos a lo de siempre y repetir que Onésimo
seguía pregonando en la ciudad y en el campo sus consignas de siempre. El
verano de 1934 no fue perdido, porque el vacío que proporciona la llegada del
estío era aprovechado por él para ordenar la futura tarea que siempre estaba
dirigida al proselitismo, y en cuanto comenzó el curso la traición roja de
octubre tuvo la consecuente reacción de espíritu para reforzar los cuadros
jonsistas y predicar la doctrina por los pueblos. Con eso, con la publicación de
Libertad y con atender al incremento que adquirían las J.O.N.S., le encontró el
nuevo año, que le procuraría labor para intervenir en actos públicos, al lado de
José Antonio, en Murcia, Santander, Ávila, Zamora, Toro, Madrid, etc., etc.
José Antonio, ya Jefe Nacional en la organización de mandos de Falange
Española de las J.O.N.S., designó a Onésimo para el Consejo Nacional y
miembro de la Junta Política, interviniendo en la confección de los Puntos
programáticos de la Falange. En acto de servicio, terminó la publicación de
Libertad. Durante cuatro anos había sido el grito constante y permanente de la
nueva juventud nacional, de los nuevos ideales. Onésimo había triunfado en la
tarea a que se comprometió en junio de 1931. Miles de camaradas, jóvenes
estudiantes, obreros y campesinos, se sentían identificados con el clima creado
por el semanario. Claro y rudo, rector de voluntades jóvenes, fue un excelente
formador de espíritus en el amor de Dios y en el amor de la Patria. Fue el
hombre ideal que arrebató a Castilla de su trágica inacción y la puso en pie de
guerra. Nadie como él para recorrer de uno a otro lado, hasta el último rincón
rural, agitando en sus hombres el orgullo y la necesidad nacionales,
escarbando en su corazón el sentimiento generoso hacia España, de la que son
ellos sus mejores fiadores. Sin miedo a la persecución, con la fe puesta en
Dios, usó de la pluma y ahí están las últimas líneas de despedida al callarse
Libertad, en acto de servicio:

«Persecución gubernativa, multas, proceso, destierro obligado, todo es poco al


lado de la estudiada conjura del silencio y de la batalla de difamación y ruindad
desatada por esas gentes devotas y ricas a la vez. A éstos, de corazón les
perdonamos cuanto daño nos han hecho, bastante menos de lo que han
intentado. Sólo pedimos al Dios que tan a menudo invocan que no aprendan
sus hijos la senda infeliz que en lo espiritual y patriótico siguen sus padres.
Con nuestras solas fuerzas y con sólo la protección del Cielo, un puñado de
jóvenes hemos atravesado sin decaer una época difícil. Que hayamos acertado
servir a España y que la justicia, la verdad, sean nuestros deudores por la
campaña terminada.».

Obras Completas 243


Onésimo Redondo

ENCARCELAMIENTOS Y CORRESPONDENCIA CON JOSE


ANTONIO
Tenía que ser. Adueñados del Poder los del Frente Popular, apenas pasaron
las elecciones de febrero tenía que desatarse el odio marxista, y nunca mejor
elegido su verdadero enemigo en la Falange porque no desconocía el valor,
contenido y coraje, de este movimiento. Tras de José Antonio, y como tantos
cientos de camaradas, Onésimo terminó en la cárcel. Otros queridos
falangistas le acompañaron, primero en la de Valladolid, posteriormente en la
Ávila. Creía el frente rojo que de esta manera apagaría el ardor y la expansión
de la Falange, y no sabía que nadie puede apagar un fuego de corazones
latiendo por unos ideales de espíritu y de revolución sana y patriótica. A pesar
de las detenciones, la mies se multiplicaba y crecía vigorosa, porque también
tenía que ser así. José Antonio procuró siempre un enlace con Onésimo. La
mayoría de las veces, por conductos personales, pero, a la vez, la
correspondencia se usaba en ocasiones.
«Siento tu detención -le escribía desde la cárcel Modelo- y te acompaño en ella
mentalmente con el espíritu dispuesto por la semejanza de mi situación. Creo,
de acuerdo con los camaradas de la Junta Política de aquí, que debes conservar
los hilos en la mano.
Te aseguro que el estar en prisión no me mortifica nada personalmente, pero
me inquieta por el alejamiento que, como a todos, me impone del puesto de
deber en estas semanas en que creo Be está decidiendo la suerte de España.
Gracias a Dios, la Falange se mantiene en la calle honrosamente. Sólo ella, en
medio del achicamiento general, ha elevado el decoro público de los
españoles. Sin su decisión combatiente la ola comunista hubiera sido mucho
más rápida. Julio, Rafael, Raimundo, Barrado, Valdés y Salazar, reunidos en
esta plácida galería de presos políticos, me dan recuerdos para ti. Recíbelos
con un abrazo de tu amigo y camarada.
José Antonio.»
Y en otra le decía así:
«Querido Onésimo:
El artículo del Diario Regional me gustó mucho. Desde luego, sobre esa
misma línea puedes mantener la polémica acerca del Estatuto sin previa
aprobación, naturalmente, de cada trabajo. Lo mismo que puedes considerarte
autorizado para mantener vivo el fuego del movimiento con toda la razonable
holgura de iniciativa.
José Antonio.»
«Querido Onésimo:
Al recibir tu carta, todos los que estamos aquí cambiamos impresiones del
nuevo tema del Estatuto de Castilla. Creemos que tienes razón desde el punto
de vista español y desde el punto de vista castellano. El propósito del nuevo
Estatuto parece inspirado por el deseo de armar una pequeña política regional
en la que descuellan ciertos valores que en la nacional fracasaron.

244 Obras Completas


Onésimo Redondo

El admitir para Castilla un destino de región, con su Estatuto, su remedo de


parlamento y todo lo demás, es hacerla dimitir del otro destino, lleno de gloria
tradicional, de ser el núcleo de España. Es posible que tú pudieras redactar un
trabajo en el que se tratase de expresar nuestro punto de vista ante la
propaganda de un Estatuto castellano. Si lo haces y me lo envías, te lo
agradeceré.
Te abraza tu amigo y camarada,
José Antonio.»
Y otras más que no es posible recoger en este trabajo tan limitado.

***

La detención de Onésimo, como queda dicho, no entorpeció la marcha y el


desarrollo de las J.O.N.S. Todos los días ingresaban en la cárcel nuevos
camaradas detenidos, y a pesar de esto, la actividad era mejor y el espíritu se
irradiaba por toda la provincia, con un control extraordinario. Las órdenes y
consignas de Onésimo tenían cumplimiento con rapidez; la visita y el contacto
con los pueblos era permanente. Así se hizo posible que en la noche del 17 de
julio de 1936 una concentración estratégica de miles de camaradas tenían
sitiada a la ciudad para volcarse en ella al recibir la última orden.
En la madrugada del 25 de junio. Onésimo y dieciocho falangistas más fueron
trasladados a la cárcel de Ávila, en vista de que la actividad falangista en
Valladolid se imponía al terror marxista, contestando con mayor violencia a la
violencia que el marxismo, protegido desde el Poder, presumía en las calles.
Cacheos, agresiones y cárcel no eran suficientes para contener el coraje de la
Falange de Castilla, contestando con represalias bien organizadas en la
clandestinidad.
Desde Ávila, Onésimo continuaba disponiendo la acción en el presente y la
preparación para el futuro. Con los hilos del movimiento, pronto a estallar en
rebeldía, supo hacer posible una entereza ejemplar y una amplitud asombrosa
en el recluta’ miento. Organizó los mandos -renovados inmediatamente de ser
entorpecidos por las detenciones-, ordenó la constitución de las escuadras del
triunfo, inyectándoles una emoción y un espíritu ejemplares. Puede afirmarse
que su gente estaba muy preparada para los acontecimientos que al fin se
produjeron en las calles de la ciudad, en medio del estupor y del asombro de
los marxistas, cuando en la tarde del 18 de julio se impidió que los guardias de
Seguridad y de Asalto -todos ellos simpatizantes con la Falange- salieron con
dirección a Madrid para reforzar los efectivos del Gobierno. Desde los
mismos autocares preparados para la marcha salió el grito redentor de ¡Arriba
España!, y desde entonces Castilla se puso en pie de guerra, con Valladolid a la
cabeza. El Ejército y la Falange, unidos, ocuparon inmediatamente en pocas
horas el Gobierno Civil, la Capitanía General, el Ayuntamiento y la emisora.
Valladolid se había liberado y se puso a la vanguardia de la cruzada por la
revolución salvadora.

Obras Completas 245


Onésimo Redondo

ONÉSIMO, EN LA GUERRA
Onésimo está ya de regreso. Algo más de tres semanas ha pasado en las celdas
de la cárcel de Ávila, junto con otros camaradas vallisoletanos, pero, al fin, la
libertad le ha colocado al frente de la rebeldía heroica. De la prisión abulense
salió en las primeras horas de la mañana del domingo 19 de julio, y nada más
verse libre su voz se ha dejado escuchar en los oídos de los camaradas que le
acompañaron en el encarcelamiento. Habla dirigiéndose a todos, y parece
mentira que acabe de pasar por un período de cárcel, porque en sus palabras
no hay ningún concepto de rencor, ninguna concesión a la revancha, sino que,
por el contrario, le recuerda una vez más la elevada empresa que van a
comenzar, dentro ya de una línea de fuego. España necesita ahora más que
nunca la colaboración y el coraje, la generosidad y, acaso, el sacrificio de la
misma vida; para eso estuvieron tras de las rejas carcelarias y para eso se les
conserva a la hora de la liberación. No hay que decir que el entusiasmo y la
emoción es colectiva y se contagia a los guardias civiles y a las pocas personas
más que presencian esta escena del primer día de Cruzada. El himno resuena,
y el ¡Viva España! cierra los gritos de rigor que a lo largo de los años tantas
veces surgieron de sus gargantas.
Lo primero que decide Onésimo es rendir homenaje a Dios, y militarmente
encuadrados, acuden todos a la catedral de Ávila para dar gracias al Altísimo,
oír misa y prepararse para el tránsito de esta vida, por si llegase la ocasión de
morir. Después parten en caravanas hacia Valladolid, y en el puente de
Mediana, entre Mojados y Olmedo, otra escena emotiva se sucede al
encontrarse con los camaradas que acudían a liberarles. Abrazos, saludos y
preguntas por ambas partes, júbilo en la caravana, y al momento, el recuerdo
de que España inicia jornada de lucha para encontrar su salvación. Las
canciones y los himnos resuenan por todos los coches, y como es natural, el
contento y la explosión de los campesinos se pone de manifiesto al saber que
Onésimo está entre ellos y es aquél a quien escoltan los coches. Al pasar por
Mojados, Brecillo y Laguna, Onésimo está ya de regreso.
Al llegar a Valladolid, la noticia adquiere expansión y proporciona alegría. De
boca en boca ha corrida esta sola frase: «Ya está Onésimo aquí», y esto, que
parece ser una información, significa el término de una inquietud y la
seguridad en los ánimos:
«Ya está Onésimo aquí».
Su primera visita es para el general Saliquet, en la Capitanía General. Durante
la conversación, el jefe castellano adquiere conocimiento de la realidad, y en
seguida dispone, en su domicilio, una reunión con algunos camaradas para
organizar la legión de camisas azules que invadían la ciudad, para preparar las
centurias y fijar el plan de combate, para resolver el problema de alojamiento,
el de los mandos, la intendencia, el transporte, la sanidad, y, en fin, todos los
servicios que necesita un reclutamiento de hombres para la guerra. Alrededor
de las diez de la noche acude a la emisora; unas breves palabras de un viejo

246 Obras Completas


Onésimo Redondo

camarada anuncian la presencia de Onésimo ante aquellos micrófonos, que


inmediatamente van a hacer posible que la voz de Onésimo sea escuchada por
todos. La ansiedad de los oyentes parece que se corta en el ambiente de todos
los hogares, y Onésimo pronunció un magnífico discurso lleno de ideas claras,
vibrante, pero presidido por la serenidad de quien sabe dominarse para
transmitir la importancia de los acontecimientos, pero haciendo ver que era el
resultado lógico de lo que venía aconteciendo en España por la maldad y el
odio de un signo antinacional.
Entre las muchas cosas que dijo está lo siguiente:
«Los que me oís tenéis el ánimo suspenso ante el desarrollo del magnífico
drama que hoy vive España. Dije el ánimo suspenso, no porque el resultado
de la lucha sea dudoso, sino por la inquietud que quiere sembrar Madrid, a las
órdenes todavía de lo que fue gobierno. Fácil es percatarse del valor de los
infundios de aquella emisora con considerar que es una radio al servicio del
marxismo. Y la profesión más constante del marxismo es la mentira. La
mentira para los marxistas es como el agua al pez.
Con falsedades han vivido y han dañado.
El resultado de la lucha no puede ser incierto; es el Ejército el que la conduce
y contra el Ejército nadie puede. Locura y necedad es pensar otra cosa. Y al
lado del Ejército -¡anotadlo todos!, ¡anótenlo, sobre todo, los que alimenten la
esperanza de resurgir!-, está Falange Española de las J.O.N.S. Estas camisas
azules que se han ofrecido por millares albergan pechos que ya no se retirarán
sino con el triunfo o con la muerte.
Estamos entregados totalmente a la guerra y ya no habrá paz mientras el
triunfo no sea completo.
Para nosotros todo reparo y todo freno está desechado. Ya no hay parientes.
Ya no hay hijos, ni esposas, ni padres: sólo está la Patria.
Os invito a la reflexión, españoles, porque, sin duda, la emoción, la ansiedad y
la alegría de los instantes no os han dado tiempo para las reflexiones políticas,
que en la Falange son habituales y que nos acompañan con influjo de absoluta
serenidad en estos momentos. Todo ha caído, todo ha sido rectificado y
desdicho en el curso de los meses y años, igual derechas que izquierdas. ¡Sólo
la Falange permanece invariable! Sólo las J.O.N.S., desde hace cinco años,
como guiado su dedo por el de la Providencia, ha señalado justamente lo que
eran, han sido, son y serán las cosas de España. Sabemos exactamente lo que
la Patria quiere recobrar en estos instantes, que no es menos que recobrarse a
sí misma...
Ahora el Ejército ha salido por España, y del brazo de Falange en la lucha civil
de estos días, alumbrados al ser una España nueva en la que habrá de nuevo
paz, pan y alegría familiar y cristiana......La Falange lleva impregnada en su
doctrina la preocupación más profunda y extensa: la de redimir al proletariado.
Aquí sí que suena bien este concepto y esta gran frase que sirvió para tanta
política, para tanto grande; redimir al proletariado.

Obras Completas 247


Onésimo Redondo

Pero redimirle es atraerle al ser íntimo de la Patria, del que se halla ausente.
España se halla trágicamente dividida en dos mitades; ocupa una de modo casi
total el inmenso ejército de los que sacan su pan cotidiano del trabajo físico de
sus manos, y el proletariado, en gran parte, no quiere a España ni tiene alegría
de formar parte de esta ilustre nación, la más grande por su historia y por sus
destinos. Devolvamos a los obreros este patrimonio espiritual que perdieron
conquistando para ellos, ante todo, la satisfacción y la seguridad del vivir
diario: el pan...¡Arriba España!»
Tras de esto, de lluevo en la brecha del mando y entregado a la labor tan
agitada de aquellos días. Ordenes y consignas, disposición y capacidad,
consultas y entrevistas. Aquella misma noche salieron para Benavente tres
centurias de camaradas a contener a los mineros de Asturias que intentaban
caer sobre Castilla.
Unas pocas horas de descanso le ponen en condiciones de emprender la tarea
al día siguiente. Desde la División y el Gobierno Civil supo el control de la
situación de los pueblos de la provincia, y pronto resolvió acabar con los
focos de resistencia que en algunos pueblos habían organizado los rojos,
dominándose totalmente Tudela de Duero, entre otros lugares. Como Cuartel
General de la Falange eligió la Academia de Caballería, y allí permaneció sin
descanso hasta conseguir el acondicionamiento de todos y la seguridad de
reinar una disciplina auténtica, fácil en sus centurias por el hábito que a lo
largo de los cinco años había impuesto entre los más fieles camaradas. Desde
allí dirigía todos los movimientos y despachaba con todos los mandos. Su
autoridad, su dominio, su temperamento y su preparación resplandecían en
todas sus decisiones. Él era el jefe, y nada estaba ausente de su gesto, de su
mirada o de su palabra, porque él debía y sabía imponer la confianza y la fe en
el triunfo a los demás. Y todo ello lo alternaba con las espontáneas
intervenciones, con sus arengas en el cuartel, con sus proclamas, con sus
discursos en cualquier lugar que las circunstancias lo exigiesen.
La razón de tan acusada actividad hizo posible que, teniendo una información
exacta del peligro que se cernía si las tropas rojas salidas de Madrid lograban el
intento de descender a la llanura, una vez conseguidas las posiciones que
dominaban en la Sierra. ordenó inmediatamente la incorporación de nuevos
camaradas para organizarse como fuerza de choque y oponerse al enemigo en
los primeros instantes, al tiempo que disponía que otros falangistas se
pusieran a las órdenes de los mandos en el Regimiento de San Quintín. Unos
y otros, formados en el patio del cuartel, escucharon la voz de Onésimo, que
arengó de manera ardorosa y emocional. En aquel día quedó organizada la
Bandera «Girón», que tan denodadamente recibió el bautismo de fuego en el
Alto de los Leones, y tan elevada actuación guerrera conquistó para la Falange.
Onésimo no tenía reposo. La pluma, el teléfono, la palabra, la acción
constante; el consejo y la orden certeras, la consigna precisa y el cuidado por
que todo estuviese a tiempo; la atención a los servicios y el saber que todo lo
ordenado no había dejado de cumplirse. De todo llevaba el control aquel

248 Obras Completas


Onésimo Redondo

cuadernillo de notas que siempre llevaba consigo, en el despacho, en el


cuartel, en la calle y en casa; cualquier sitio era bueno desde donde mandar y
en cualquier sitio preguntaba por lo hecho a quien se lo encomendaba. Una
retentiva prodigiosa y una intuición para dictar lo más necesario y lo más
conveniente.
Solamente marchaba a casa por la noche, y aun así continuaba el trabajo con la
misma intensidad que por el día, sin olvidar los más pequeños detalles que
significasen alguna eficacia para la movilización que estaba rigiendo.
Una noche, la del 21, cuando regresaba a su casa, le sorprendió una gran
manifestación popular estacionada ante su casa, en aquella plaza que hoy lleva
su nombre, y le obligó a salir al balcón para satisfacer los anhelos de aquellos
miles de personas.
Estaban congregados allí para vitorearle entusiasmados, y querían escuchar de
sus labios la palabra vibrante, confortadora y doctrinaria. A pesar de su afonía
-tantas arengas y discursos en tan poco tiempo eran la causa-, hubo de
improvisar un discurso que, como todos los suyos, estaba signado con la
expresión oportuna y el ardor patriótico de siempre. La muchedumbre, más
de seis mil personas, acogieron sus últimas palabras con vítores y la emoción
del himno; el eco llegó quizá hasta los rincones más apartados en aquella
noche silenciosa.
No descuidó Onésimo la irradiación de sus proclamas, la propaganda del
triunfo del Movimiento Nacional, y usó de todos los medios: prensa, radio,
octavillas y una avioneta en constante vuelo para invadir a Castilla con la
verdad del Movimiento.
He aquí el texto de una de ellas:
«A toda la tierra de Castilla y León: Valladolid, repleta de júbilo por su
honrosa victoria sobre el Gobierno antinacional, saluda a las ciudades y demás
poblaciones hermanas de esta región.
Salimos al paso de unas necias especies lanzadas por la radio de Madrid sobre
supuesto bombardeo de esta ciudad y rendición de la misma. Es increíble que
todavía se juegue así con la credulidad de los pueblos. Quienes con tanta
infamia mienten, dan hasta el final pruebas del desprecio que las inspira el país
que tenían tiranizado. Valladolid se cree la primera ciudad de España en fe y
en júbilo Nacionalsindicalista. Nuestras centurias han pacificado la provincia y
se destacan animosas hacia Madrid y otras provincias castellanas.
¡Arriba España! J.O.N.S. de Valladolid, 22 de julio de 1936.»

***

Quedan solamente dos días. Nadie lo presiente, pero así ha de suceder. Aquel
hombre entregado durante cinco años a crear y a extender un movimiento de
juventud, no sabe que la muerte le acecha en los albores del triunfo de su
revolución.

Obras Completas 249


Onésimo Redondo

Veinticuatro horas de vida, solamente, cuando la presencia suya tanto


significaba en aquellos días heroicos. No era posible que estuviese tan cercana
la separación de quien tantos sacrificios tenía en su haber. Procesos,
persecución, exilio, encarcelamiento, angustias. Por todo había pasado desde
1931 y todo lo había dado por bueno, con tal de que España saliese del
atolladero humillante y se irguiese en el mundo siendo independiente, con
grandeza de almas y libertad de espíritu; pero aún tenía que llegar el sacrificio
de su vida para que su conducta alcanzase el cenit de la gloria, para que su
sementera, al estar regada con su sangre, brotase con más fuerza en el corazón
de los demás.
Y hasta que aquella vida, que fue la vertical de Castilla, desapareciese, España
le pedía nuevos desvelos que presidieron los de los demás en los días febriles,
primeros de la Cruzada.
Era ya la guerra, y a ella estaba consagrado en su totalidad. Consciente de su
responsable misión, seguía siendo el ejemplo maravilloso de temple y de
resistencia. Las noticias del mando militar le informaban que se había
coronado el Alto del León y que los camaradas de la Falange se batían con
denuedo, luchaban virilmente poseídos de un gran valor, y, lo que más vale
aún, poseídos de una fe admirable.
El comportamiento de tan leales falangistas significaba el resultado eficaz de
una labor penosa, pero ejemplar. Onésimo se dedicó entonces a preparar otra
expedición. Universitarios y campesinos, hombres y jóvenes, se adiestraban en
el manejo de las armas muy rápidamente, porque los acontecimientos se
precipitaban y las informaciones aseguraban que los rojos acudían en masa al
otro lado de la cresta del Alto. Al fin, en pocas horas, salió otra columna del
patio de la Academia de Caballería, en las primeras horas de la madrugada.
¡Esto es la guerra!, advirtió Onésimo, y le despidió en pleno campo,
asegurándole: «¡Hasta mañana, que estaré con vosotros en el Alto del León!»
Y así fue. Al día siguiente subió allí y estuvo al lado de sus combatientes. De
nada sirvieron las amonestaciones ni los consejos. Él lo había prometido y no
podía dejar de ir, pero, además, su genio no le permitía otra cosa, pues él
siempre estuvo acostumbrado a ser el primero en el riesgo, a no defraudar a
sus muchachos, a no rehuir el peligro. De nada valieron las reprensiones de
los camaradas al decirle que también hay lugar fuera de las trincheras, que
estaba obligado, por la condición de Jefe, a resolver los problemas desde un
ángulo distinto al de la vanguardia combatiente.
Allí mismo, en pleno campo de guerra, abierto a las balas del enemigo, entre el
fuego de fusilería, la pasión de ánimo y el entusiasmo de todos, tuvo ocasión
para seguir arengando a los suyos con un ardor envidiable y una elocuencia
castrense. No era preciso tanto ejemplo de heroísmo ante sus camaradas por
el convencimiento que todos tenían de la valía de Onésimo.
Cuando subieron en el coche hizo su despedida, otra vez salió de su corazón
-que era el que hablaba- el saludo último de ¡Hasta mañana, camaradas!

250 Obras Completas


Onésimo Redondo

La última noche fue semejante a las demás en el trabajo de organización y


dirigir la incorporación, adiestramiento y envío de nuevas gentes de yugo y
flechas, y aún tuvo tiempo para acudir a la emisora, ya conectada con Burgos,
para hablar de nuevo ante España, de manera elocuente y con pensamiento de
falangista. Ya estamos en ese 24 de julio, día de su descanso definitivo. Ha
madrugado, porque el deber se lo impone, y su domicilio es un reguero de
gente de la provincia. Cada uno lleva su pregunta y todos quieren recibir del
jefe la orden y la consigna. Onésimo a todos orienta y dispone las cosas del
modo que más conviene, y entre el ajetreo y la precipitación, aún tiene tiempo
y posibilidad de escribir su última proclama en los siguientes términos:

«¡A toda la tierra de Castilla y León!


24 de julio de 1936.
La Patria resucita; como siempre, se crearon los imperios entre el ruido
victorioso de las armas. Castilla asiste con júbilo frenético a esta explosión
inesperada de grandeza y de justicia. Sentimos que el ser de España envejecida
se renueva con su mejor estilo. España se hizo combatiendo y pisando a la
barbarie, con Castilla como capitana.
Esos puertos del Guadarrama, que se estremecen con el avance duro de los
infantes y artilleros castellanos, lanzan sobre Madrid el aviso histórico de que
su persecución y sus errores van a terminar. Redimiremos a Madrid de sus
enemigos. De dentro, y a nuestra tierra, de una pesadilla antigua, Ya no será
Madrid la ciudad incomprensiva y alejada de los intereses de Castilla.
Labradores castellanos: en estos días se ventila y se asegura vuestro porvenir.
El Ejército y la Falange luchan por vosotros. Asistidnos con vuestro tesón y
vuestra fe,
¡Arriba España! J.O.N.S. de Valladolid.»

Después se dirigió al cuartel general de Falange para seguir disponiendo


soluciones, entrevistarse con los mandos y tener conocimiento de la marcha
de los acontecimientos. Poco tiempo, pues quería acercarse de nuevo junto a
sus camaradas del Alto del León. Una parada en el Cuartel de Caballería, y en
seguida la orden de partida hacía la Sierra. Otra vez el aviso del peligro y la
insinuación de que quizá no ofreciese garantía todo el camino. Mas Onésimo
pensaba en la necesidad y conveniencia de presentarse ante sus combatientes y
no admitía los reparos del peligro. En constante peligro había sostenido una
lucha desde que apareció el primer número de Libertad hasta que abandonó
las puertas de la cárcel abulense, y ahora, cuando los hechos cobraban más
pujanza y adquirían una proporción bélica, no podía detenerse a considerar la
medida del sacrificio, porque de la inmensidad de éste, de la realidad del
servicio constante, llegaría el triunfo. ¿No morían camaradas en el Alto del
León? ¿No existía una larga lista de camaradas caídos antes de la Cruzada?
Y su vida, no se ofreció en aras de una España más grande, más justa, más
social y más libre? ¿No había sido un constante peligro el desarrollo del

Obras Completas 251


Onésimo Redondo

sindicalismo nacional? Pues ahora estaba ya en la balanza la victoria de la


Revolución Nacional y no podía escamotearse la asistencia. Adelante, pues.
Hasta coronar la cima del Alto.
No pudo cumplirse su deseo. Un camión de milicianos rojos le salió al paso
en el pueblo segoviano de Labajos. Se trataba de una infiltración marxista por
carreteras secundarias aún no controladas. No hubo tiempo para nada, porque
en seguida comenzaron los disparos. Uno fue dirigido a él, obligándole a caer
en tierra, quitándole la vida. Agustín Sastre, campesino de la vieja guardia, le
acompañó en la muerte al igual que iba acompañándole como escolta en este
último viaje por la tierra. En Labajos existe hoy un monumento levantado a la
memoria de Onésimo Redondo, mártir de España y Caudillo de Castilla.
La noticia traspasó los límites de Valladolid y salió fuera de Castilla y León. En
sus camaradas se manifestó el dolor y en los españoles reinó la tristeza.
No es posible describir con esta lejanía la verdadera impresión de aquellas
horas inmediatas a su muerte ni las de aquella noche en vela y en rezo, ni
tampoco las del día siguiente, durante el entierro. El duelo absoluto, total,
presidía el ambiente de la ciudad castellana, y un silencio elocuente hablaba
por todos. El cadáver de Onésimo llegó a Valladolid entre la escolta de
combatientes del Alto del León; camaradas con rostros curtidos en la brega de
una guerra, fatigados, con lágrimas en los ojos, pero alertas siempre para
vigilar la continuidad de lo que había ordenado el jefe.
Por la noche sus restos fueron trasladados. al salón principal del
Ayuntamiento, convertido en capilla ardiente. Desde las primeras horas de la
madrugada se celebraron -cada media- misas en sufragio de su alma, entre la
vela y la guardia de camaradas. Por allí pasó todo el pueblo auténticamente
hablando. Viejos y jóvenes, grandes y niños, hombres y mujeres rezaron
también ante sus restos y lloraron la pérdida de un hombre tan ejemplarmente
cristiano, combatiente y revolucionario. ¿Cuántos desfilaron ante su cadáver?
Muchas centurias y miles de personas. Por todos los sitios el mismo dolor, la
misma tristeza en los rostros y el llanto en los ojos. Miles y miles de personas
presenciaron aquel lento espectáculo, y, como dato singular, rodilla en tierra la
primera fila de espectador en ambos lados.
Como final de entonces, un responso, un himno y un ¡Presente!

252 Obras Completas


Onésimo Redondo

Fundación de «Libertad»
(1931 – Junio)

Eran los tiempos turbios del triunfo republicano-socialista, La Monarquía


había desaparecido con la rara facilidad de un ser agónico y carcomido, Las
masas obreras y campesinas y la mayor parte de las juventudes universitarias
estaban poseídas de la fe y del furor demo-liberal.
Las gentes llamadas de orden desaparecían abrumadas por el peso de la
catástrofe, El descontento y la cobardía gravitaban sobre los elementos
reaccionarios y el entusiasmo provocativo inundaba a la coalición republicana,
Y en esos instantes un abogado joven, hijo del pueblo, con sus 26 años, fija
sus ojos fulgurantes y magnéticos sobre un grupo reducido de jóvenes amigos
y les llama para la nueva España que él ve precisa y triunfadora en su
imaginación viva y calenturienta.
Mas bien alto, enjuto, moreno, de mirar brillante, rápido en el obrar, perfecto
tipo de romano clásico, Onésimo Redondo en aquellos momentos de
desorientación y de agitada convulsión tiene un pulso firme y un pensamiento
claro. Ágil de pensamiento, fácil de pluma, con una palabra tersa y limpia,
rígido de costumbres, firme en el mandar, lleno de tajante sinceridad, valiente
y decidido, es el hombre ideal para llenar el puesto que él mimo se asignó:
fundar y dirigir el primer periódico castellano de combate contra la España del
14 de abril y el primer periódico de afirmación nacionalista. El día 13 de Junio
sale “Libertad” a la calle con un estilo tan propio que consigue desconcertar a
las gentes, ¿ Es un periódico reaccionario? ¿ Es un periódico de izquierdas
como su nombre da a entender ? Onésimo Redondo impuso el nombre
porque pensaba que el primer paso de las nuevas juventudes debía ser
inutilizar los mitos de la anti-Patria mediante un uso de ellos, por nuestra
parte, escandaloso y abusivo.
Todo el instrumental político, todo el léxico después tan peculiar en el
movimiento nacional de juventud, todas las consignas, están ya presentes en
los primeros números: la lucha contra las internacionales ocupa ya un amplio
entrefilet en el que Onésimo, agudo y conciso, clama:

¡LABRADORES! ¡CASTELLANOS!
“Estad alerta contra los tenebrosos proyectos de las Internacionales que
quieren caer sobre nuestra tierra: La Internacional Masónica, la Internacional
Socialista, la Internacional Comunista, Exigid que se sepan a la luz del día los

Obras Completas 253


Onésimo Redondo

planes extranjeros sobre España, Desenmascaremos a los hipócritas;


aplastemos la influencia de todas las Internacionales”.
Y ya en las primeras líneas que su pulso firme escribe no se olvida del
judaísmo. Refiriéndose a “La Conquista del Estado”, el primer periódico de
tipo fascista que en España apareció, y que hacen Ledesma Ramos y Giménez
Caballero, dice exactamente:
“Nos parece bien el ardor combativo y el anhelo de “La Conquista del
Estado”, pero echamos de menos la actividad antisemita que ese movimiento
precisa para ser eficaz y certero. No nos cansaremos de repetírselo”.
No es novedoso en Falange Española de las JONS el uso de la palabra
“camarada” que ha escandalizado a muchos timoratos y a algunos mal
intencionados, En este primer número de “Libertad” (13 de junio de 1931) ya
la emplea con certera seguridad el propio Onésimo Redondo en un pequeño
suelto:
“Fiemos mucho, CAMARADAS, del valor cierto de las masas campesinas: en
Castilla es axiomático que ningún hombre merece más ni puede más que cada
uno, desde el momento en que la lucha surge. La minoría de provocadores
será por tanto la que nos dé el triunfo, porque a continuación del reto brota
en todos los labriegos el amor propio que les pone en actividad, y desde ese
momento son indomables. Sin contradicción no hay vida. Para nosotros la
pugna es la victoria”.
Toda la primera página del número segundo de “Libertad” es feliz preludio de
las doctrinas básicas de nuestro movimiento y extraordinaria aparición de
algunos gritos (¡España grande! ¡España libre¡) y de las consignas vitales de
nuestro movimiento: exaltación de la violencia, desprecio de la política
electoral, exigencia de una Revolución nuestra. Ahí está todo claramente
previsto. ¡Lejanos días de junio de 1931 llenos de sol, y de asfixia
constituyente!. Tu mano, Onésimo, rasguea presurosa:

¡A LOS JOVENES!
“Desaparecidas las formas de dictadura patriarcal que han sido el régimen
habitual en los últimos años, se han entregado a la ciudadanía los destinos de
la Nación.
En esta hora, la actuación corresponde a los jóvenes por derecho propio, ya
que la política de hoy es ante todo una milicia cívica.
Al ataque violento hay que responder con serenidad y valentía. Ningún
hombre menor de cuarenta años puede permanecer con dignidad en la
penumbra ni dar a la política menos de lo que la defensa ardiente de las
propias convicciones exija, aun la vida.
“Libertad” es de jóvenes, y a los jóvenes se consagra preferentemente, No nos
importa contar o no con una mayoría borreguil junto a las urnas, y
repudiamos el concurso de las multitudes embriagadas de desorden por las
calles, DISCIPLINA Y AUDACIA es nuestro lema, Las naciones pertenecen

254 Obras Completas


Onésimo Redondo

siempre a las minorías con fe y organización. Dándolo todo al ideal antes de


comenzar, a nadie tememos”.
¡¡¡Por España grande, por España verdaderamente libre, a la lucha!!!
Y como artículo de fondo, sereno y hondo, aquel famoso por los comentarios
que en su torno levantó y que aún hoy es de suma actualidad :

LA REVOLUCION SOCIAL
“Dicen los sindicalistas: la revolución política está hecha; falta la Revolución
Social, En pugna con ellos, dicen no obstante lo mismo muchos socialistas y
otros elementos que para halagar a las masas se aproxima, como esos feroces
parlantes de hace unas noches en la Plaza de toros.
Dicen los comunistas: negamos que la revolución política esté hecha, Esta y la
revolución social sólo puede hacerla el soviet.

Y unos y otros piden el desarme de la policía y por el contrario el pertrecho de


sus respectivos correligionarios a quienes todos de acuerdo llaman “El
pueblo”, para hacer con toda prisa la revolución social aplastando la libertad
de los demás, que debe permanecer desarmada, De este procedimiento es
también partidario algún ministro.
NOSOTROS SOMOS ASIMISMO ENTUSIASTAS DE LA
REVOLUCION SOCIAL, LO QUEREMOS DECLARAR DESDE EL
PRINCIPIO, ESTAMOS CONFORMES CON QUE HAY QUE
REVOLVER MUCHAS INSTITUCIONES: VOLCAR CABEZA
ABAJO EN EL CAMPO DE LO SOCIAL INNUMERABLES
ABUSOS, Y ESTAMOS ENAMORADOS DE CIERTA SALUDABLE
VIOLENCIA, POR EL CONVENCIMIENTO DE QUE EN OTRA
FORMA SE ESCURRIRAN SIEMPRE LOS EXPLOTADORES Y
ACABARAN AL FINAL DE CADA PRUEBA FLOTANDO SOBRE
SUS OPRIMIDOS, CON EL NOMBRE TROCADO Y LA CASACA
SIEMPRE NUEVA.
Hay que acabar, sí, con esos hijos y nietos favorecidos de la desamortización,
que no han tenido tiempo ni de recorrer sus inacabables fincas, mientras, en el
Municipio donde radican, otros pasan hambre, Hay que ahogar la cruel tiranía
del propietario sobre el colono cuando aquél no hace otra cosa que chupar la
sangre vertida sobre la tierra trabajada por éste, que paga cada vez mayores
rentas y gana menos, Debemos acorralar CON UN GENUINO
MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO todas las formas de usura, incluso
esa moderna que consiste en pagar al labrador por sus productos un mínimum
bastante para que no muera y siga trabajando, pero insuficiente para que
sostenga decorosamente los hijos que da a la Patria, y condenado a no mudar
nunca de suerte. El campo debe echarse encima de los acaparadores que
hacen grandes fortunas con sólo estudiar sobre la mesa del café el modo de
tiranizar a los productores con la especulación; de los azucareros que ganan el
ciento por ciento y zurcen al rostro del remolachero con desprecios

Obras Completas 255


Onésimo Redondo

inhumanos...; de los “trust” que gravitan con sus tarifas implacables sobre las
rentas cada vez más escuálidas de los consumidores no acogidos a monopolio
alguno...
Hay que redimir, en fin, al que trabaja y revolver violentamente si es preciso,
como lo será, a la burguesía encastillada en sus numerosos feudos
económicos. PEDIMOS, PUES, LA REVOLUCION SOCIAL, PARA
QUE TODO HOMBRE APTO ENCUENTRE TRABAJO
DIGNAMENTE REMUNERADO Y PARA QUE NADIE SE VEA
PRIVADO DE LA POSIBILIDAD CIERTA DE ELEVAR SU
CONDICION SEGÚN SUS MEDIOS Y PARA QUE EL CAMPO -
QUE ES ESPAÑA- SACUDA LAS CADENAS DE LA HEGEMONIA
BURGUESA.
Pero si la revolución social es una necesidad y un grito de justicia, hay que
defender ese movimiento sano y juvenil de las corrupciones traidoras que
proceden de la democracia judaizante superburguesa, como de las mas
internacionales con sello marxista que descaracterizaría la genuina revolución
hispánica para hacemos siervos de Moscú.
Revolución social, enérgica, urgente, a cargo de la juventud española, eso sí.
Pero con estas condiciones:
1º que no sirva para sustituir la hegemonía burguesa por la tiranía de una clase
o un Sindicato. Es un crimen de lesa patria agitar la nación para mudar de
despotismo.
2º que intervenga eficazmente el campo, porque sin la voz de la agricultura
todo movimiento colectivo es una agresión al verdadero pueblo.
3º que presida esa obra de justicia social un superior anhelo hispánico, una
idea nacional de unidad, como garantía de que la gran España sigue una ruta
de encumbramiento y no es víctima de los tenebrosos proyectos que las
fuerzas ocultas internacionales incuban para hundir a las naciones en la
miseria consecuente a la lucha de clases”.
Mientras las gentes llamadas de orden no saben que hacer ante las elecciones a
diputados para los Cortes Constituyentes en medio del optimismo fragoroso
de la coalición republicano-socialista, Onésimo Redondo sonríe seguro entre
el grupo de camaradas jóvenes y selectos que le rodean. El tiene en su mente
la solución completa y totalitaria del problema nacional, “Las elecciones no
pueden resolvernos nada”, dice con escepticismo, Y ante la general
desorientación escribe con precisa despreocupación esta consigna elemental y
nueva: “Hay que votar contra los hijos de las Internacionales”. Y ante los
primeros hombres de poca fe que empiezan a murmurar del periódico,
Onésimo Redondo gasta su tiempo en traducir y llevarlos a las páginas de
“Libertad” capítulos enteros de un hombre desconocido en España aquellos
días que llaman Hitler.
Con denuedo ataca “a la tiranía socialista” con adjetivos tan duros que aún
hoy impone el leerlos, Comenta las elecciones Constituyentes con su ejemplar
sinceridad y ataca sin miramientos los defectos burgueses.

256 Obras Completas


Onésimo Redondo

Hoy, ya realizadas las elecciones, insistimos en este concepto: han sido una
función de teatro bien ensayada, La única dificultad, y ésta no ha sido vencida,
era la de prestar a la farsa caracteres de realidad.
A nosotros nos ha parecido la España del día 28 un gran cementerio en el que
los muertos se levantaron a votar galvanizados por el mandato de su partido,
Fue un día de triunfo para la burguesía demo-liberal, medrosa y claudicante
que se unció en la carroza del triunfo para hacer méritos y si fuera posible
confundirse con los vencedores.
La mano repugnantemente cobarde del burgués dio unos golpecitos cariñosos
en el lomo de la fiera revolucionaria.
Pensará que ha conseguido su deseo; nosotros pensamos lo contrario. El
tiempo dirá quién tiene razón”.
Y en el mismo número del 4 de junio escribe, Onésimo Redondo, con viveza
justa y con dominio del tema, un artículo titulado “LA INEPTITUD
BURGUESA”, que causó no poca sensación; de dicho artículo son los
siguientes párrafos:
“Que por qué entonces, somos nosotros antiburgueses? Pues sencillamente
porque el régimen burgués le consideramos incapaz de evitar esa vecina
hecatombe. Ni supo durante la Monarquía instaurar la justicia social que
quitase todo pretexto revolucionario a los salvajes expendedores de la
mercancía moscovita, ni acertará ahora a conjurar la invasión creciente.
Nosotros denunciamos con la entereza a que nuestro patriotismo nos obliga,
que el peligro comunista es real y próximo. Y denunciamos a la burguesía
dominante, como incapaz de evitar a la Nación la inmensa deshonra de caer
en la sima comunista. A la democracia falsa que la Prensa nos ha impuesto
seduciendo al país, todo se le vuelve negar la posibilidad natural de que el
comunismo triunfe, ¿Para qué molestarse en combatirla? Basta con recordar el
“temperamento individualista” de la raza; comparar el número de votos de
Bullejos con los de Lerroux y echarse a dormir con la puerta del cuarto a
cargo de la Guardia Civil”.
Y es que nuestra burguesía mercantil, que representa la opinión media, es de
por sí floja de ánimos tan cobarde que niega el peligro para no morir de susto
y tan egoísta que rehúsa toda coacción viril...
La Prensa, por otra parte, como vive bien en todos los aires con sólo adular a
los que engaña, no tiene por qué temer al comunismo: Le servirá tan pronto
como la pague. Y la social-democracia ni tiene seguras a sus masas, ni puede
declarar la guerra a su hermano menor.”
Burguesía ciega, Prensa venal y socialismo burguesal, son el mejor caldo para
el fermento comunista. No hay más que ver el alegre desahogo con que
aumentan en número y en tirada las publicaciones hechas con dinero de Rusia
para convenir en que nuestra flamante democracia es el mejor de los mundos
para los aventureros que sirven a Stalin.
Por eso repudiamos el régimen burgués; condenamos la farsa parlamentaria y
la libertad de propaganda contra la Sociedad y la Patria: declaramos a los

Obras Completas 257


Onésimo Redondo

comunistas traidores a ésta, pidiendo la inmediata extirpación de las


excitaciones públicas al robo y a la guerra social y pedimos al mismo tiempo la
realización por parte del Estado Hispánico de una justicia social que
cercenando abusos redima a los campesinos y a los trabajadores preteridos.
Tierra a los campesinos, sí; pero no con asaltos a las órdenes de Stalín:
Revolución social, sí; pero respetando la familia y la producción legítima”.

Con este estilo, con su estilo, funda Onésimo Redondo “Libertad”, Así sale
“Libertad” a la calle rompiendo con todo lo viejo y caduco; sale “Libertad”
como un grito juvenil, limpio y potente, lleno de protestas y pleno de emoción
española. La prosa castiza y austera denuncia el genio castellano. Castilla tiene
ya su portavoz auténtico. Ya hay un periódico de la nueva España que habla
duramente de grandeza y revolución nacional, que habla, también, de Imperio.
Onésimo Redondo ha fundado “Libertad” y en él, semana a semana, habla a
las juventudes universitarias y campesinas un lenguaje nuevo y desconcertante.
Castilla comienza a despertar”.

De la Junta Castellana de Actuación Hispánica a las J.O.N.S.


(Agosto a Diciembre 1931)
En efecto, Castilla comenzaba a despertar sacudida ásperamente por los
graves y recios alertas de Onésimo Redondo, A todos los pueblos iban
llegando sus consignas y se iban formando apretados grupos de simpatizantes.
Las cartas pueblerinas de adhesión, la inquebrantable fidelidad que notó bien
pronto en sus jóvenes camaradas de redacción, los primeros anónimos
amenazadores de las hienas socialistas, le indicaron que era el momento
oportuno de recoger aquella agitación y de darla eficacia dentro de unos
cuadros juveniles de lucha. Entonces es cuando perfila Onésimo Redondo la
Junta Castellana de Actuación Hispánica y en la tarde del 9 de agosto (1931),
en su misma casa, junto al balcón, sobre el Campo Grande, lleno de rojo el
horizonte en una de esas largas puestas de sol de Castilla, escribe con fuego y
arrojo la siguiente proclama publicada al otro día en “Libertad”’, número 9, y
que es la primera llamada a las armas que se hace a las juventudes en España:
¡CASTILLA SALVA A ESPAÑA!

SEA ESTE EL GRITO DE LA NUEVA REVOLUCIÓN


¡Castellanos! ¿No veis a España en la pendiente de la ruina?. La política, ese
arte infame de odiar con pasión al que sustenta opuestas opiniones y de
escalar el mando triturando al adversario, con el pretexto de salvar a la
Nación, ha acechado siempre la vida de España, ha paralizado sus energías y
está a punto hoy de dar fin de la Patria. Nunca como en esta hora se
agravaron todos los males nacionales, porque nunca los políticos y periodistas
alcanzaron tan desaforando albedrío. La instauración plena del régimen

258 Obras Completas


Onésimo Redondo

socialista parlamentario hace posible la flotación de los más bajos fondos, el


encumbramiento de las ideas y los hombres más insensatos.
Eso explica que por todas partes, al son de grandes voces de libertad y justicia,
se respire disolución y muerte; la autoridad se mide difícilmente con la
insurrección; las regiones escupen contra el Estado el insulto de la tiranía; el
signo monetario representa la quiebra de un régimen recién ensayado; las
actividades productoras se retraen, el patriotismo aparece excluido en la
opinión pública y los peores instintos han encontrado su época”.
¡CASTELLANOS! Traidores son, los que todavía quitan importancia a tan
catastrófico período: el que no sienta alarmado todo su ser es indigno hijo de
España, NO SE PUEDE PERMANECER ENTREGADO FRIAMENTE A
LOS INTERESES PROPIOS, mientras el interés de todos, que es la defensa
del Estado y la conservación de nuestra sociedad, amenazan derrumbarse...
Castilla, por fortuna, ni siente el despego suicida de los rebeldes países
litorales, ni está enloquecida por el ansia de justicia social que consumen a la
España del Sur. Sólo aquí el pueblo siente la responsabilidad del vivir nacional,
como víctima que fue siempre, y no responsable, del desgobierno, y como
región que confundió e hizo la España grande.
El momento histórico, jóvenes paisanos, NOS OBLIGA A TOMAR LAS
ARMAS. Sepamos usarlas en defensa de lo nuestro y no al servicio de los
políticos, SALGA DE CASTILLA LA VOZ DE LA SENSATEZ RACIAL
que se imponga sobre el magno desconcierto del momento: use de su fuerza
unificadora para establecer la justicia y el orden en la nueva España.
La proclama fue el toque de clarín que se requería e inmediatamente
comenzaron los contactos y se procedió a la formación de grupos. A las
afueras del Puente Mayor se compraron vergajos en cumplimiento exacto de
nuestra fe permanente en la violencia, Ordenó Onésimo establecer relación
con los que en Madrid hacían “La Conquista del Estado” y encargó a un
camarada de redacción que escribiera en “ Libertad” un saludo de solidaridad;
el suelto terminaba así: “¡Compañeros, hasta el Gran Día! ¡Viva el Imperio
español!” Comenzó por estos días “ Libertad” a inquietar a los republicanos-
socialistas y Onésimo Redondo fue procesado dos veces con motivo de dos
artículos denunciados por el Fiscal.
Como los grupos aumentaban, Onésimo Redondo escribió a máquina, y se
repartieron entre los jóvenes extremistas afectos, las ordenanzas de las Juntas
Castellanas de Actuación Hispánica, que constaban de 16 artículos; decían de
este modo:
Art. 1º Se constituye en... la JUNTA CASTELLANA DE ACTUACION
HISPANICA.
Art. 2º Son principios fundamentales de actuación:
NACION
1º) La afirmación de España como nación una e imperial obligada por su
historia, y la capacidad de su cultura, a ser fuerte entre los demás pueblos,
dando al Estado una estructura y pureza hispana. Proclama la Junta su

Obras Completas 259


Onésimo Redondo

veneración por las grandiosas tradiciones patrias y la comunidad de raza y


destino con las naciones ibéricas de ultramar.

JUSTICIA SOCIAL
2º) Los problemas sociales que la moderna organización del Estado presenta,
y particularmente la elevación intelectual, económica y moral del proletariado,
deben resolverse por la intervención sistemática del Estado, para evitar la
explotación del hombre por el hombre.
Rechaza la Junta la teoría de la lucha de clases.
Todos los elementos que intervienen naturalmente en la producción, deben
vivir en una armonía presidida por la justicia. Se declara la preferencia de la
organización sindical corporativa protegida y regulada por el Estado, como
sistema obligado de relación entre el trabajo y el capital y de uno y otro con
los internacionales de la producción. Se proscribe la intervención de
organismos internacionales extraños al gobierno de la Nación, como
impulsores o directores del movimiento obrero español.

REGION
3º) La reconstrucción de las provincias de Castilla y León. Se entiende por
reconstrucción: la mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento
de la producción agrícola; la repoblación de los terrenos yermos o roturados
en los que sea posible la repoblación forestal; y la dignificación de la vida rural,
para el fortalecimiento autonómico de los Municipios, la urbanización de las
aldeas y villas, y la creación de instituciones de beneficencia y cultura.

Art. 3º Fines de Cultura:


a) En el orden cultural: Promover y practicar estudios e informaciones para la
defensa de las ideas e intereses que constituyen los principios de la Junta,
También cuidará de proporcionar a sus miembros educación ciudadana y
cultura física para ser útiles a la Nación en servicio de los mismos principios.
En el orden social: Actuar mediante la propaganda y la creación de
instituciones adecuadas, para que el trabajador español encamine sus
actividades solidarias con independencia de las organizaciones de disciplina
internacional.
En el orden político: Intervenir, ya como partido, ya como organización
impulsora, en movimientos de propaganda, actuación política y petición ante
los poderes públicos, con la inspiración marcada por los aludidos principios
del artículo 2º.

Art., 4º Esta Junta se dirigirá por un triunvirato.

260 Obras Completas


Onésimo Redondo

Desde luego el pensamiento político quedaba bastante velado por estar escrito
con la intención de que las ordenanzas fueran aprobadas por los gobernadores
civiles, cosa que no pudo conseguir.
Ante la persecución gubernativa y ante la clandestinidad a que se nos sometía,
Onésimo Redondo comenzó a reunirse con los primeros grupos que
formaban la Junta Castellana de Valladolid en sitios poco frecuentados, donde
les explicaba los puntos iniciales y les exponía las ambiciones de la nueva
España. Algunos de los que este libro escribimos recordamos con intensa
emoción aquellas primeras reuniones de Fuente el Sol, el alto de la Marquesa y
las cuevas de El Tomillo. Precisamente en estas cuevas se exhibió con orgullo
y con alegría la primera pistola que tuvo el grupo primero de seguidores de
Onésimo.
El 12 de octubre de 1931 “Libertad” publica un artículo de un camarada
madrileño titulado: “Los 29.000 votos de Primo de Rivera”, y debajo un
suelto, que fue acogido con alegría por los grupos minoritarios de jóvenes que
seguían con fe plena los pasos de Onésimo Redondo, y que decía:

NUESTRO SALUDO
Terminadas las vacaciones veraniegas, bien explicables, “La Conquista del
Estado” sale con reforzados bríos al palenque periodístico en el que este
inteligente lealísimo colega “Nacional-Sindicalista”, hace grupo aparte porque
sólo él enarbola netamente la única bandera de la salvación nacional: la lucha
marcial contra la traición y la podredumbre marxista.
Nos unimos a los camaradas de “La Conquista del Estado”, es su acción de
fidelidad hispana y antimarxista.
Como verá el lector, honraremos a menudo las columnas de “Libertad”
coadyuvando a la extensión del frente nacional de salvación, por la difusión
del pensamiento Nacional-Sidicalista, demasiado poco conocido.
A la vez, Onésimo Redondo sabía gritar con audacia en las mismas columnas
de “Libertad”.
QUEREMOS LIBRAR A LA NACION DE LA ESQUILMANTE
TIRANIA DE LOS MARXISTAS, ORGANICEMOS MILICIAS
VIGOROSAS DE OPOSICION. LIBREMOS AL OBRERO CON LA
PROPAGANDA Y LA LUCHA, DEL OSCURANTISMO SOCIALISTA.
Y a era noviembre, cuando después de varias reuniones en Valladolid y en
Madrid, Onésimo Redondo y el grupo directivo de “La Conquista del Estado”
llegaron a un acuerdo definitivo, plasmado en un manifiesto político común.
Fue Juan Aparicio el que aportó la idea del emblema nacionalista del yugo y
las flechas. Onésimo Redondo impuso con exigencia el sentido castellano de
las “Juntas”. Todo el manifiesto es exacto, magnífico y nuevo. Fue repartido
con profusión, pero silenciado por la gran Prensa.
Con sencilla modestia y con soberbia seguridad, nacieron así, las J.O.N.S,
primera piedra de nuestro movimiento.

Obras Completas 261


Onésimo Redondo

Como final de este Capítulo conmovedor para los de “La Vieja Guardia” de
Castilla, impresionante para los extraños por la grandiosidad
desproporcionada de los que luchaban por la nueva idea, damos a
continuación el

Manifiesto político de las J.O.N.S.

POR QUE NACEN LAS JUNTAS

“El hecho de advertir cómo día tras día cae nuestra Patria en un nuevo
peligro, aceptando la ruta desleal que le ofrecen partidos políticos
antinacionales, nos obliga hoy a hacer un llamamiento a los españoles
vigorosos, a todos los que deseen colaborar de un modo eficaz en la tarea
concretísima de organizar un frente de guerra contra los traidores.
Invocamos esa reserva fiel de que todos los grandes pueblos disponen cuando
se advierten roídos en su entraña misma por una acción disolvente y
anárquica. Acontecen hoy en nuestro país cosas de tal índole, que sólo podría
justificarse su vigencia después de un combate violento con minorías heroicas
de patriotas. El hecho de que estas minorías no hayan surgido, nos hace
sospechar que entre los núcleos sanos de nuestro pueblo nadie se ha ocupado
hasta hoy de propagar con pulso y coraje la orden general de ¡Servicio a la
Patria!.
Las “Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista” nacen precisamente en virtud
de esa sospecha nuestra de que no existe en el panorama político fuerza
alguna que garantice la defensa de los ideales hispánicos. No nos resignamos a
que perezcan sin lucha los alientos de España, ni a que se dé los mandos
nacionales a hombres y grupos educados en el derrotismo y en la negación.
LA PATRIA AMENAZADA
Se impone, pues, organizar un bloque nacionalista que reconozca la urgencia
de estos dos fines: Subvertir el actual régimen masónico, antiespañol, que
ahoga la vitalidad de nuestro pueblo, hoy indefenso e inerme frente a la
barbarie marxista, imponer por la violencia la más rigurosa fidelidad al espíritu
de la Patria.
Para que estos propósitos no sean meras palabras sino que alcancen eficacia
ejecutiva, las Juntas consideran como su primer deber, la formación de un
ejército civil, las Milicias nacional-sindicalistas, que de un modo técnico y
regular, con entusiasmo y sacrificio, garanticen la victoria de los ideales
nacionales.
Nuestro partido aspira a constituir una barrera infranqueable contra los asaltos
extranjerizantes del socialismo y contra la bobería mendaz del liberalismo
demócrata. El empuje de las Juntas se nutrirá de afán nacionalista, con odio

262 Obras Completas


Onésimo Redondo

implacable contra los ideales y los grupos que han hecho de nuestro gran
pueblo un pueblo ineficaz, sin alientos ni coraje para nada.
ABAJO EL MARXISMO
Las J.O.N.S, consideran como sus enemigos naturales e inmediatos a todos
los grupos y organizaciones que se inspiran en el materialismo marxista. Esta
lepra descastada, antinacional, que envenena al pueblo con ilusiones groseras,
que destruye en el pueblo los gérmenes de fidelidad a la Patria, merece el
exterminio radical, y las Milicias nacional-sindicalistas efectuarán ese castigo
como una ejemplaridad contra los traidores.
La teoría de la lucha de clases es uno de los mayores crímenes de la
inteligencia judía. Su simplicidad ha hecho que la adopten con entusiasmo
todos los cerebros limitados del mundo. Hay, pues, que restaurar entre
nosotros el culto de los valores supremos, entre los cuales está el culto de la
Patria, negado y atropellado por la peste marxista.
LA UNIDAD INTANGIBLE DE ESPAÑA
Somos intransigentes en la afirmación de la España una. Todo cuanto
contribuya a despertar nacionalidades artificiosas e imposibles será
considerado por nosotros como un delito de alta traición. Nos batiremos
contra las tentativas de los separatismos y juramos que antes de conseguir
estos desmenuzar la unidad de España habrá sangre de sacrificio, la nuestra,
porque interceptaremos su camino con nuestro pecho de españoles.
Nuestro emblema, un manojo de flechas cruzado por un yugo, recoge del
escudo de los Reyes Católicos la emoción sagrada de unidad que presidió el
genio histórico de estos monarcas.
La acción de las Juntas tendrá por lo menos la eficacia de impedir en España
estas dos victorias infamantes: el predominio socialista y el triunfo ramplón de
los separatismos.
LAS MILICIAS NACIONAL-SINDICALISTAS
Ya aludimos antes al propósito de las J.O.N.S. de organizar un ejército civil de
juventudes, las milicias nacional-sindicalistas. Es una de nuestras consignas
permanentes la de cultivar el espíritu de una moral de violencia, de choque
militar, aquí, donde todas las decrepitudes y todas las rutinas han despojado al
español de su proverbial capacidad para el heroísmo. Aquí, donde se canta a
los revolucionarios sin sangre y se apaciguan los conatos de pelea con el grito
bobo de “ni vencedores ni vencidos.” “Las Juntas” cuidarán de cultivar los
valores militares, fortaleciendo el vigor y el entusiasmo guerrero de los
afiliados y simpatizantes. Las filas rojas se adiestran en el asalto y hay que
prever jornadas violentas contra el enemigo socia1ista. Además, la acción del
partido necesita estar vigorizada por la existencia, de una organización
disciplinada y vigorosa, que se encargue cada día de demostrar al país la
eficacia y la rotundidad de las “Juntas”. Nuestro desprecio por las actuaciones
de tipo parlamentario equivale a preferir la táctica heroica que puedan
desarrollar los grupos nacionales. Del seno de las “Juntas” debe movilizarse
con facilidad un número suficiente de hombres militarizados, a quienes

Obras Completas 263


Onésimo Redondo

corresponda defender en todo momento el noble torso de la Patria contra las


blasfemias miserables de los traidores.
Varios camaradas nuestros, especializados en técnica militar, organizan a toda
prisa las MILICIAS NACIONAL-SINDICALISTAS, en las que
encuadraremos a todos los españoles que secunden nuestra acción.

QUIENES DEBEN FORMAR PARTE DE LAS J.O.N.S.


Naturalmente, las “Juntas” que estamos organizando no son incompatibles
con la República. En nada impide esta forma de gobierno la articulación de un
Estado eficaz y poderoso que garantice la máxima fidelidad de todos a los
designios nacionales.
Toda la juventud española que haya logrado evadirse del señoritismo demo-
liberal, con sus pequeños permisos y salidas al putrefacto jardín marxista y
sienta vibrar con pasión la necesidad de reintegrarse al culto de la Patria.
Todos los que adviertan el crujir de las estructuras sociales hoy vigentes y
deseen colaborar a un régimen económico antiliberal, sindicalista o
corporativo, en que la producción y en general la regulación toda de la riqueza,
emprenda las rutas de eficacia nacional que el Estado, y sólo él, indique como
favorables a los intereses del pueblo.
Todos los que posean sensibilidad histórica suficiente para percibir la
continuidad sagrada de los grandiosos valores hispánicos y se apresten a
defender su vigencia hasta la muerte.
Todos los que sufran el asco y la repugnancia de ver cerca de si la ola triunfal
del marxismo, inundando groseramente los recintos de nuestra cultura.
Todos los que logren situarse en nuestro siglo, liberados del liberalismo
fracasado de nuestros abuelos.
Todos los que sientan en sus venas sangre insurreccional, rebelde contra los
traidores, generosa para una acción decisiva contra los que obstaculicen
nuestra marcha.
¡¡Todos, en fin, los que amen el vigor, la fuerza y la felicidad del pueblo!!
QUE PRETENDE EL NACIONAL-SINDICALISMO
El nombre de “Juntas”, que damos a los organismos de la acción de nuestro
partido, alude tan sólo a la estructura de éste. La palabra “Ofensiva” indica,
como hemos advertido ya antes, el carácter de iniciativa que ha de predominar
en su actuación. Ahora bien, ¿y el nacional-sindicalismo?. El carácter hispano,
nacionalista de nuestro partido, es algo que advierte el más obtuso en
cualquier párrafo de nuestro manifiesto. El motor primero de nuestro batallar
político es, efectivamente, un ansia sobrehumana de revalorizar e hispanizar
hasta el rincón más oculto de la Patria.
Asistimos hoy a la ruina demo-liberal, al fracaso de las instituciones
parlamentarias, a la catástrofe de un sistema económico que tiene sus raíces en
el liberalismo político, estas verdades notorias, que sólo un cerebro imbécil no

264 Obras Completas


Onésimo Redondo

percibe, influyen naturalmente en la concepción política y económica que nos


ha servido para edificar el programa de nuestro nacional-sindicalismo.
La supuesta crisis del capitalismo es para nosotros más bien crisis de gerencia
capitalista. De ahí nuestro empeño en robustecer las corporaciones, los
sindicatos, como respuesta al fracaso de la economía liberal. Sólo polarizando
la producción en torno a grandes entidades protegidas, esto es, sólo en un
Estado sindicalista, que afirme como fines suyos las rutas económicas de las
corporaciones, puede conseguirse una política fecunda. Esto no tiene nada
que ver con el marxismo, doctrina que no afecta a la producción, a la eficacia
creadora, sino tan sólo a vagas posibilidades de distribución.
El nacional-sindicalismo postula el exterminio de los errores marxistas,
suprimiendo esa mística proletaria que los informa, afirmando, en cambio, la
sindicación social de productores y acogiendo a los portadores de trabajo bajo
la especial protección del Estado.
Ya tendremos ocasión de explicar en nuestras propagandas con claridad y
detenimiento la eficacia social y económica del nacional-sindicalismo, única
concepción capaz de atajar la crisis capitalista que se advierte.
PROGRAMA DE LAS J.O.N.S.
He aquí en síntesis los 16 puntos capitales para cuyo triunfo requerimos la
colaboración de los españoles:
1º Afirmación rotunda de la unidad española. Lucha implacable contra los
elementos regionales sospechosos de separatismo.
2º Vigorización nacional, imponiendo a las personas y a los grupos sociales el
deber de subordinarse a los fines de la Patria.
3º Máximo respeto a la tradición católica de nuestra raza. La espiritualidad y la
cultura de España van enlazadas al prestigio de los valores religiosos.
4º Expansión imperial de España. Reivindicación inmediata de Gibraltar.
Reclamación de Tánger y aspiraciones al dominio en todo Marruecos y
Argelia. Política de prestigio nacional en el extranjero.
5º Suplantación del actual régimen parlamentario, limitando las funciones del
Parlamento a las que le señale e indique un Poder más alto. Este poder se
basará en las Milicias nacional-sindicalistas y en el apoyo moral y material del
pueblo.
6º Ordenación española de la Administración pública, como remedio contra el
burocratismo extranjerizante.
7º Exterminio, disolución, de los partidos marxistas, antinacionales. Las
Milicias suplantarán a este respecto a la inacción de los poderes que hoy rigen,
quebrantando su iniciativa la fuerza de aquellas organizaciones.
8º Oponer la violencia nacionalista a la violencia roja. Acción directa al
servicio de la Patria.
9º Sindicación obligatoria de productores. Declaración de ilegalidad de la
lucha de clases. Los Sindicatos obreros vendrán obligados a colaborar en la
economía nacional, para cuyo objeto el Estado nacional-sindicalista se reserva
el control de su funcionamiento.

Obras Completas 265


Onésimo Redondo

10º Sometimiento de la riqueza a la disciplina que impongan las convenienci8s


nacionales, esto es, la pujanza económica de España y la prosperidad del
pueblo.
11º Las corporaciones económicas, los Sindicatos, serán organismos públicos,
bajo la especial protección del Estado.
12º Impulso de la economía agrícola, incremento de la explotación comunal y
familiar de la tierra. Lucha contra la propaganda anarquizante en el campo,
destructora de las más sanas reservas de nuestro pueblo.
13º Propagación de la cultura hispánica entre las masas, facilitando la entrada
en las Universidades a los hijos del pueblo.
14º Examen implacable de las influencias extranjeras en nuestro país y su
extirpación radical.
15º Penas severísimas para todos aquellos que especulen con la miseria y la
ignorancia del pueblo. Castigo riguroso para los políticos que hoy favorecen
traidoramente la desmembración nacional.
16º El Estado nacional-sindicalista confiará los mandos políticos de más alta
responsabilidad a la juventud de la Patria, es decir, a los españoles menores de
cuarenta años.
¡AFILIAOS A LAS J.O.N.S!
¡Haced que se afilien vuestros amigos!

Las J.O.N.S. eran con este manifiesto una realidad, Onésimo Redondo, aquí
en Castilla, tremolaba la bandera rojinegra de la Revolución Nacional que él
había anunciado y señalado a sus jóvenes campesinos. Castilla tenía no sólo
Caudillo, sino, también, una meta política determinada. Diciembre con sus
brumas velaba los horizontes. Pero había ya quien veía a través de muchas
nieblas los días del Imperio venidero. ¡Por una España libre!

266 Obras Completas


Onésimo Redondo

La actuación revolucionaria de Onésimo Redondo bajo el terror


republicano-socialista
(Enero a Agosto 1932)

Recibe el nuevo año, Onésimo Redondo, con el propósito firme y bien


meditado de preparar y hacer posible por todos los medios a su alcance, la
Revolución Nacional. En ningún momento le abruma la fuerza y la audacia
del enemigo, ni cae, tampoco, en el cándido error de ver la salvación de
España en fórmulas liberales más o menos atrevidas.
Para que la revolución nacional fuera un día posible, era preciso hacer sentir
su necesidad y su apremiante urgencia a las masas juveniles. El mito
revolucionario explotado sistemáticamente por el marxismo, parecía en
absoluto monopolizado por esta fuerza antiespañola y disolvente. Por otro
lado, las fuerzas mas ligadas al sentimiento patriótico, se abrazaban con
cerrazón a procedimientos legalistas y no comprendían, en su cobardía, el
culto a la fuerza.
Era, pues, en aquel ambiente, labor dificilísima y audaz, predicar la Revolución
Nacional. Comienza, Onésimo Redondo, por preparar unos cuantos grupos
aguerridos, de jóvenes, para la violencia. A este fin les somete a un
entrenamiento físico, casi diario y les proporciona algunas, aunque pocas,
armas de fuego. Las primeras pistolas se compran a precios fabulosos. Y son,
precisamente, elementos destacados de la C.N.T. los que venden a la J.O.N.S,
las armas, que su partido les proporcionó gratuitamente. A la vez, «Libertad”
intensifica su campaña revolucionaria y en su artículo de fondo del 4 de enero,
titulado “PRONOSTICO POLITICO PARA 1932”, el mismo Onésimo
escribe tajante y previsor:
“No vaticinamos, sino que anhelamos y trabajaremos, eso sí, porque nuestro
anhelo de enero sea una realidad en diciembre”.
“Nos referimos a la constitución, en este año, de MILICIAS REGULARES
ANTICOMUNISTAS. Todo nuestro fervor por la salud de España, y la
emoción con que celebramos la inauguración del Nuevo Año pensando en
ella, queremos resumirlo en esta reflexión: QUE NO SALVAREMOS LA
NACION DE LA BARBARIE SOVIETICA SIN ORGANIZAR UNA
FALANGE EXTENSA DE ESPAÑOLES DE TODAS CLASES
DISPUESTOS A DEFENDER CON SUS PERSONAS LA VIDA
CIVILIZADA DE ESPAÑA”.
“Nuestra nación es la más trabajada de todas por el fermento del sovietismo
que quiere extender a ella su imperio rojo. Ve éste el hambre y la desolación
moral proyectarse sobre el deshecho campamento de la joven República, y
acude a recoger la presa fácil, preparada por la traición gobernante”. “No

Obras Completas 267


Onésimo Redondo

olvidemos con cuanta facilidad esas propagandas de apropiación gratuita


prenden y fanatizan las mentes de los hambrientos, y por añadidura
traicionados obreros y campesinos. Y no deje de meditarse el poder narcótico
de las lecturas materialistas, sensuales, exaltadas y hasta románticas que como
nuevos libros de caballerías entumecen y trastornan el cerebro de la gente
indocta, sobre todo de los jóvenes desprovistos de ideales nobles”. La
consecuencia es la rápida excitación de millares de voluntades que se disponen
a batirse por conquistar el paraíso soviético, deshaciéndose en cuanto sea
preciso por la violencia de todos los obstáculos”. “Es cándido y de tan
admirable inconsciencia como la misma negación del peligro, pensar que de
éste nos librarán los gobernantes liberales-burgueses estilo Lerroux, ni aun
tipo Miguel Maura. Bien está lo bueno de cada cual -como acaban de decir
nada menos que los obispos.
“Pero de la legislación liberal y de los usos democráticos, no cabe esperar
defensa segura y ni siquiera fortaleza recíproca, estando los enemigos bien
armados y consentidos, y pertrechados, sobre todo, los cerebros de poderosas
ilusiones agresivas, mientras del lado opuesto no surja una ideología tan feroz
por lo menos en la defensa como lo es la contraria en el ataque, equipándonos
con medios de lucha que superen a los del enemigo”.
“Hay que formar las milicias civiles de España. Haciendo frente en primer
término con sagacidad, legalidad, hasta donde sea posible, a la franca y
solapada oposición gubernativa. Y supliendo con la energía y la rapidez de
ahora el camino que los adversarios nos llevan ganado”.
“Lo principal es la propaganda. Si para 1932 propugnamos la creación de las
milicias, dicho se está que mucho más queremos y esperamos de la creación y
difusión de periódicos y folletos que preparen el ambiente”.
Mientras esto escribe, una persecución sañuda y bien premeditada se desata
contra las J.O.N.S, y contra “Libertad”, amparada y dirigida desde el Poder. El
enemigo ha visto con claridad la hondura y eficacia que tienen las palabras y
consignas de Onésimo Redondo. Es el enemigo marxista el que valora en
todo su volumen, la figura magnífica y revolucionaria de Onésimo, y procura
atajarla por el error y la violencia. Denuncia sobre denuncia llega por esta
época “Libertad” a la séptima; proceso tras proceso suman años de cárcel los
que para Onésimo pide el fiscal. Pero Onésimo no se amilana sino que se
crece ante el peligro, y en espléndida tensión es cada día más nítido su
pensamiento, más aguda su palabra y más decidida su actuación subversiva.
“Nuestra misión es, exclama, la de reconquistar España para el goce de la
independencia espiritual y aun material de que la ficción revolucionaria de la
masonería nos ha privado, preparando al mismo tiempo a la juventud para
realizar una verdadera revolución con la transformación sindical como
contenido de justicia social y el culto a la España civilizadora e imperial como
anhelo unitivo de amplitud nacional”. El ambiente amenazador del marxismo
cada vez más exasperado y criminal, se cierne cada momento en torno a los
primeros camaradas de la J.O.N.S. Por esto mismo Onésimo Redondo anhela

268 Obras Completas


Onésimo Redondo

la ocasión favorable y el oportuno momento de desplegar en acción


contundente a nuestros grupos de choque, pequeños, pero rápidos, duros y
decisivos. De la Plaza de Santa Ana, donde “Libertad” tenía alquiladas algunas
habitaciones para administración, y que servían muy bien de lugar clandestino
de reunión, las J.O.N.S se trasladan por estos días a un pequeño pisito, cuya
puerta se esconde al fondo de un amplio patio de viejo palacio, en la calle
Alonso Pesquera. Las cuatro habitaciones reducidas tienen un no sé qué
ambiente misterioso que impresiona y atrae a los camaradas de las primeras
reuniones. Junto a la puerta de entrada, en la pared, hay un ventanillo enrejado
tras el cual se establece, pistola en mano, la primera guardia, atenta y vigilante,
emocionada y sugestiva, del naciente movimiento revolucionario de la
juventud nacional. En la habitación del fondo una mesa de cocina recubierta
con amplios y bastos faldones, detrás de la cual, en la pared, preside la primera
bandera roja y negra con flechas y yugo. Allí, cada noche, uno a uno, acuden
los primeros camaradas; allí se perfilan los grupos y todas las noches Onésimo
Redondo arenga pleno de patetismo a los camaradas iluminados y heroicos;
mientras habla, una ráfaga de locura ideal agita los corazones de los
muchachos. Él, habla de combate y sacrificio, disciplina y revolución, de
justicia y de Patria, y también habla de muerte. Por aquellos días, en Arnedo,
el marxismo había asesinado a varios guardias civiles. En Valladolid se formó
una manifestación popular de desagravio a la Guardia civil. La primera
ocasión se presentaba a la J.O.N.S. Onésimo Redondo salió él mismo al frente
de los grupos de choque a incorporarse a la manifestación. A las once y media
se puso ésta en marcha desde la Plaza Mayor y ya en ella unos doscientos
revoltosos socialcomunistas intentaron perturbar la manifestación con voces y
actos de hostilidad a la retaguardia de la misma, que se repitieron en la Plaza
de la Rinconada. Una parte de nuestros camaradas se volvió enérgicamente
hacia ellos poniendo en dispersión a los perturbadores, algunos de los cuales
resultaron apaleados. Desde el cuartel de la Guardia Civil, donde se vitoreó a
los Jefes y oficiales y números de la misma que formados en el jardinillo
recibían el homenaje, siguió la manifestación hacia el Gobierno. En la Plaza de
San Pablo los marxistas se habían rehecho y reanudaron sus mueras y
agresiones. Velozmente se desatacaron doscientos jóvenes camaradas que
consiguieron poner en fuga a los contrarios. En la calle de León, a vergajazos,
se arrinconó a varios comunistas, a los que se ocuparon pistolas. La lucha en
pequeños grupos se extendió por diversas calles. Al día siguiente “Libertad”, a
grandes titulares comentaba con alborozo: “Buen comienzo. -Se lucha
victoriosamente contra la gentuza.- Bonito episodio de liberación
antimarxista”, Onésimo Redondo, alegre y sonriente, comentaba aquella
noche en el pequeño local jonsista de Alonso Pesquera el primer éxito
combativo de aquella mañana; los muchachos, ante las palabras vibrantes de
felicitación del Jefe, se sentían orgullosos y comenzaban a gustar del placer de
todo lo difícil. En esa misma reunión Onésimo Redondo, animado y seguro,
anunciaba el primer mitin del movimiento, bajo el lema EN DEFENSA DE

Obras Completas 269


Onésimo Redondo

ESPAÑA, organizado por «Libertad”. El mitin se había de realizar en el teatro


Pradera. Y ante el anuncio de los camaradas que por la mañana habían
luchado junto a Onésimo tan eficazmente, sintieron la seguridad de un
porvenir próximo en el que masas inmensas caminarían jubilosas bajo la
bandera roja y negra de a revolución nacional. Pero aquel mitin fue, también,
“el primer mitin suspendido”, a instancia de todos los partidos gobernantes
que fueron al Gobierno civil a decir que lo consideraban “como una
provocación”, “Libertad” contestó airada e hizo una buena campaña de
agitación en torno de la suspensión. Por cierto que terminaba proféticamente
su protesta diciendo:
“Celebraremos, por Dios y por España, muchos, muchos mítines. Diremos la
verdad altamente y claramente, sin miedo a la supuesta ferocidad de ese
enjambre ficticia de Partidos, Juventudes, Federaciones, Acciones y demás
timos republicano-marxistas”.
Desgraciadamente la ofensiva revolucionaria que iba comenzando a desatarse
en Castilla merced a la enorme labor de Onésimo Redondo, cuyas palabras y
cuyas hojas de propaganda llegaban a todos los pueblos, se veía entorpecida
por la falta de medios materiales, Las gentes pudientes no veían las enormes
posibilidades de nuestro movimiento. Onésimo Redondo coloca entonces,
enérgico y sincero, en la primera plana de su periódico estos dos entrefilets
acertados y justos, pero que causaron enorme disgusto entre las gentes mal
llamadas “de orden”.

Hay más de cien millonarios en Valladolid. Entre todos no son capaces de


crear, -no digamos “sostener”, porque no haría falta- un diario que informe al
público con honradez y le oriente con patriotismo, ¿Qué puede esperar la
nación de esa burguesía? Para salvarse, es necesario destruirla.

Y este otro:

Luchar hoy para salvar a España, es luchar “por su independencia”. Los ricos
deben ir delante en esta guerra patriótica.
El sistema del porvenir será fatalmente obrerista o de justicia social. O
comunismo antinacional y sanguinario o sindicalismo nacional y cristiano.
Elija a tiempo la burguesía de qué lado le conviene caer.

Rematados, poco tiempo después, con uno aún más rigurosamente evangélico
y duro:

Capitalistas: El dinero que os sobra y otros necesitan para pan, o para nutrir
sus entendimientos de verdad, no es vuestro. El que os lo pida, lo demanda en
justicia. Entregadlo antes de que os lo quiten.

270 Obras Completas


Onésimo Redondo

Los fariseos que se rasgaron de escándalo sus vestiduras en 1932 ante estas
agudas consignas comprendieron tardíamente sus errores en julio de 1936
aclamando junto al pueblo, frenéticamente, al gran caudillo de Castilla,
Onésimo Redondo. Fueron torpes las derechas y no quisieron ver en
Onésimo Redondo lo que valía y significaba. Las izquierdas en cambio se
dieron cuenta rápidamente de todas las calidades que ofrecía la figura de
Onésimo Redondo y le opusieron, tenaces, cuantos obstáculos pudieron.
A finales de febrero Casares Quiroga impuso a “Libertad” una multa de mil
pesetas que para el reducido presupuesto del periódico era sumamente
gravosa, “Libertad” abrió una suscripción para cubrir la multa pues si no el
periódico debía ser suspendido. No hubo ningún rico desprendido que diera
en aquellos días de cobardía y de miedo quinientas pesetas. Como decía el
mismo periódico, “la mayor parte de los donantes eran de condición modesta
y se ha llenado la suscripción no con “pocos muchos” sino con “muchos
pocos”, es decir una verdadera suscripción popular, como lo es el periódico”.
Por marzo se dedicó a la excitación violenta en la Universidad, y terminó el
mes con la tristemente célebre F.U.E. bien machacada.
En abril, ante la conmemoración próxima de la República, Onésimo Redondo
escribe preciso y genial como siempre, desafiando las iras de las hordas
republicano-marxistas, un artículo cuyo final es éste:
“Llega la hora de las fiestas republicanas, que pretenderán correr a toda
España ese regocijo artificial producido ahora en varias poblaciones para que
el señor Alcalá Zamora las vea alegres. La prensa servil y los diputados bien
servidos sienten, desde luego, la gloria del acontecimiento, y se esforzarán en
persuadirnos de que somos felices”.
“La farsa especuladora no puede estar más a la vista, en toda la alegría
hipócrita de los gremios que explotan al país desde el mando. Y la deserción
gubernamental ante el peligro rojo, o mejor dicho su colaboración amable y
siniestra, es lo que más subleva al patriota así traicionado”.
“Insistimos en nuestra afirmación reiterada de que el Gobierno hace a
sabiendas el juego a los enemigos de España, porque odia cordialmente la
civilización española, y es su misión más querida destruirla. De ahí, que cuide
tanto de perseguir todo brote de espiritualidad, usando de medios dictatoriales
en el grado que sus fuerzas se lo permiten, mientras que con el mayor esmero
consiente y abre ancho campo a toda labor disolvente y a todos los agentes del
embrutecimiento popular que laboran con el papel impreso o la palabra”.
“Hundir en la miseria al proletariado con la agobiadora crisis de trabajo, que
sirve de excelente plataforma a los graznidos de las bandas rojas; destrozar el
Presupuesto público con el desbarajuste parlamentario y los atracos socialistas
a cada ministerio; prodigar las leyes favorecedoras del crimen y de la pública
inmoralidad jurado, divorcio, amnistías, régimen penitenciario” alejar la
religión de toda enseñanza pública y asediar a la Iglesia por el hambre, son
capítulos de una obra masónica completa para descivilizar a España”.

Obras Completas 271


Onésimo Redondo

“El plan está en marcha. La Nación está bien atada en manos de los enemigos.
Es hora, todavía, de que la juventud sana y culta se distraiga en la vida de
optimismo huero característico de nuestra burguesía?. Y es hora, aún, de que
la burguesía católica apriete la bolsa y se reduzca a cobijarse en las iglesias
como única muestra de actividad?”
“DÍGASE SI NO ES LLEGADO EL MOMENTO DE LA GUERRA
CIERTA, EN LA QUE SE MATA Y SE MUERE POR EL IDEAL”.
como todavía hoy hay muchos insensatos, cuando no viles traficantes, que
alardean de haber preparado ellos el actual movimiento de subversión,
tenemos nosotros que insistir con pruebas terminantes, que sólo desde
nuestras filas, desde nuestros periódicos y en nuestros mítines, fue pedida,
preparada y exigida día a día, a través de varios años, la Revolución Nacional.
Por esto mismo es un deber para nosotros insertar en este Capítulo un
artículo más, entre los muchos, de Onésimo Redondo, en el que preconiza y
profetiza, explica y prepara la guerra, en el día- ya lejano- 11 de abril de 1932,
como única solución a la angustiosa crisis nacional. Los que quizás en estos
momentos más han ganado con la solución violenta que en julio de este año
se ha impuesto son los mismos que ante la lectura de este artículo le
motejaron de “loco”.

NUEVA POLITICA
COMO SE REALIZA HOY LA GUERRA
Repetimos una vez más que el porvenir de España es inevitablemente un
porvenir de guerra. Se aproxima una situación de violencia absoluta, porque
los fermentos de lucha social y los objetivos de revolución política cruenta
ganan rápidamente terreno y conquistan día tras día la adhesión de una
mayoría definitiva del proletariado español. Es inútil querer aliviar la visión de
este panorama, con miradas dulces a Lerroux o llamando a la Guardia Civil en
auxilio de nuestro miedo. Dígase de una vez si es o no cierto que las masas
obreras se dejan ganar rápidamente por alguna de las ramas marxistas, y si está
claro que fatalmente van pasando del socialismo al anarquismo o comunismo,
aplaudiendo más a quien mayor crueldad en la lucha pregona y mayor botín de
guerra ofrece.
Dígase si es o no cierto que hasta ahora no existe movimiento alguno que
arranque eficazmente la masa obrera, por docenas de millares como sería
preciso, de los cuadros de la revolución roja, cuyo avance contra la sociedad y
el Estado existentes, es paralelo. y aún armónico.
En una palabra: EL PROLETARIADO ESPAÑOL, EN GENERAL, ESTA
CONJURADO PARA ECHAR POR TIERRA LO QUE EXISTE, Y NO
HAY NADA EFICAZ PREPARADO PARA RESISTIR.
Es una locura propia exclusivamente de elementos tan mentecatos y cobardes
como la sociedad burguesa y la opinión “liberal” española, pensar que a todo
el proletariado del país o, sino se quiere esto, a millones de trabajadores
alistados en el fanatismo bien alimentado de orientaciones destructoras se le

272 Obras Completas


Onésimo Redondo

puede contener con la oposición de la Policía, manteniendo 1m régimen


político de complicidad revolucionaria de “kerenskis”, como es el actual, y
unas costumbres burguesas confiadas y alegres como las que imperan entre
nosotros.
La guerra se avecina, pues; la situación de violencia es inevitable. No sirve que
nos neguemos a aceptarla, porque nos la impondrán. Es necio rehuir la guerra
cuando con toda seguridad nos la han de hacer, LO IMPORTANTE ES
PREPARARLA, PARA VENCER, Y, PARA VENCER, SERA PRECISO
INCLUSO TOMAR LA INICIATIVA EN EL ATAQUE.
La sociedad amenazada, debe hacerse estas breves reflexiones:
¿Estamos amenazados de perder, y aun perdiendo ya, nación, religión, familia,
tranquilidad y hacienda? ¿Merecen estos bienes que luchemos por
defenderlos?
¿Conocemos al enemigo?
Contestados todos estos interrogantes con rápida afirmación, no toca sino
decidirse a la lucha. La lucha pide el sacrificio necesario para la victoria.
Los elementos de la guerra, ya se saben, son dos:

HOMBRES Y DINERO.
Hay una parte de la lucha, la principal y la decisiva, afortunadamente, que no
reclama sangre ni armas físicas.
Es la guerra por la conquista de los entendimientos: la PROPAGANDA.
Y hay otra, YA INDISPENSABLE, porque el comunismo y el anarquismo,
como se sabe, no luchan sólo con frases y discursos: la lucha física, ¡LA
GUERRA CIVIL!...
Para una y otra, cada uno debe dar lo que tenga, y ponerlo sin reparo en
manos de los suyos, EN LA GUERRA TODOS LOS COMPAÑEROS DE
MILICIA SOMOS HERMANOS, TODO ES DE TODOS LOS QUE
LUCHAN.
Piense esto fijamente la burguesía, medítenlo quienes tienen capital, porque
todo les va en ello. No es la guerra un sistema de propinas y “modestos
óbolos”, es la cruzada por la Patria, la religión y el honor propio y de los hijos.
ES NECESARIO DISPONER DE TODO, PARA LA GUERRA, Y
DARLO PRONTO PARA QUE SEA MENOS COSTOSA LA LUCHA Y
LA VICTORIA MAS SEGURA.

¡11 de abril de 1932!


En mayo de este año llega al máximum, la actividad revolucionaria de
Onésimo Redondo. Magníficas arengas en el local de las J.O.N.S, habían
logrado poner al rojo vivo a toda la juventud valiente y nacional con motivo
del oprobioso Estatuto Catalán. Onésimo Redondo, sabe esgrimir todos los
resortes de su palabra fácil para levantar en rebeldía a toda la juventud contra
la actuación claudicante del Gobierno frente al separatismo catalán. Y con la
juventud bien manejada pone en vilo y en pié a toda la ciudad castellana: una

Obras Completas 273


Onésimo Redondo

desusada nerviosidad se pudo observar en la abundante policía que vigilaba el


paseo nocturno de la Acera el día 3. También habían hecho acto de presencia
en él los socialcomunistas en tono agresivo. En presencia de esta provocativa
actitud los guardias esperaban de un momento a otro la pelea. El mismo
Onésimo Redondo dio un viva a España Única seguido de otro a las J.O.N.S,
y esto bastó para que la Guardia de Seguridad se lanzase a despejar en rápida
carga.
En este momento de numerosos balcones de la Acera arrojaron cientos de
manifiestos, programas de las J.O.N.S, y los grupos jonsistas de choque
estratégicamente colocados en todas las bocacalles que a la Plaza Mayor dan,
gritaron con denuedo: ¡España una! ¡España una! ¡Muera el Estatuto catalán! y
acorralando a los grupos marxistas se trabó pelea a puñetazos, pedradas y
palos, pelea que se extendió al Corrillo y a la Plaza del Ochavo. En Fuente
Dorada y Núñez de Arce, sonaron sucesivamente, varias descargas de pistola.
El resultado en definitiva fue que por la Casa de Socorro pasaron unos veinte
heridos marxistas y dos de la J.O.N.S.
Fue creciendo en los días siguientes la agitación que llegó a tener caracteres
violentísimos en la Universidad y en la Normal. La juventud nacional era
dueña de la calle. Las autoridades republicano-socialistas trajeron policía de
Asalto de Madrid. A pesar de ello el día 10, por la noche, nuestra juventud,
nuestros camaradas, sin atender a la trágica amenaza que se cernía sobre sus
vidas, después de uno de los mejores discursos de Onésimo Redondo en las
J.O.N.S, se dirigió al Gobierno civil en decidida manifestación contra el
Estatuto, y en protesta contra los grupos de la política de Asalto. El
Gobernador ordenó despejar a la policía, pero nuestros camaradas bien
prevenidos se refugiaron, dispuestos a hacerse fuertes, en las calles oscuras
que rodean el edificio del Gobierno. El día 11 el Gobernador civil había
denegado el permiso para una manifestación pacífica solicitada por la J.O.N.S,
para protestar esta vez, de modo oficioso contra el Estatuto catalán. Formóse
sin embargo, y precisamente como señal de rebeldía de la juventud herida en
su fervor patriótico, otra espontánea manifestación que al regreso del
Gobierno se dirigió a la Casa Consistorial contra los concejales antipopulares.
Las fuerzas de Asalto dispararon sobre la masa y un joven obrero, tapicero,
Cipriano Luis, cayó al suelo con la cabeza perforada por un balazo. La
indignación popular corrió como un reguero de pólvora por la ciudad y mal lo
hubieran pasado los de la Policía de Asalto si no hubiera sido por la
intervención prudente y serena de la Guardia civil.
Onésimo Redondo dio por terminados aquellos días de lucha con la siguiente
proclama:
Felicitamos a la Juventud, A NUESTRA JUVENTUD, por la heroica muestra
de españolismo sano que ha dado estos días en la calle. Ya veis, jóvenes,
cuánto preocupa vuestro gesto patriótico, que inmediatamente se lanza contra
vosotros bandas de hombres armados de pistolas. Podéis por ello colegir
cuánta inmoralidad se halla oculta, cuántas traiciones fraguadas, que ante

274 Obras Completas


Onésimo Redondo

vuestro gesto rebelde olfatean el peligro de ser descubiertas y recibir Duero


castigo.
Vuestro gesto es, evidentemente, noble y redentor. Es la única esperanza que
queda de una España decente. No hay que retroceder ni decaer, camaradas. A
las balas del poder tiránico sabremos oponer en unos casos nuestra astucia, en
otros nuestro coraje y siempre nuestra firmeza y nuestro tesón ideal. Hasta
desalojar a los opresores, hasta alcanzar para España un régimen digno, tan
grande como los alientos de vuestros pechos.
¡VIVA ESPAÑA ÚNICA!
¡VIVA ESPAÑA GRANDE!
¡VIVA ESPAÑA LIBRE!
¡ABAJO EL MARXISMO!
Del número de “Libertad” que hablaba de todos estos sucesos con palabras
de protesta, fueron denunciados por el Fiscal siete sueltos periodísticos
diferentes. A la vez la J.O.N.S, vio clausurado su domicilio social
gubernativamente. Ante la persecución, la J.O.N.S, de Valladolid lanza a la
calle manifiestos en el que Onésimo Redondo afirma entre otras cosas :
“En estos momentos hemos de confirmar nuestra ciega fe en que LAS
JUNTAS DE OFENSIVA NACIONAL-SINDICALISTA son el único
movimiento de juventud capaz de recoger las reservas heroicas que la Patria
conserva PARA MANTENERSE UNA, PARA HACERSE LIBRE Y PARA
VOLVER A SER GRANDE”.
En junio “Libertad” publica su primer extraordinario para celebrar su
aniversario primero. Y en ese mismo número la redacción de “ Libertad” da la
noticia: NUESTRO DIRECTOR HA SIDO CONDENADO, con el
siguiente comentario:
Nuestro Director Onésimo Redondo, ha sido condenado a doce meses y un
día de arresto por el pretendido delito de injuria al escritor y colaborador de
“Fray-Lazo”, Marcelino Domingo, accidentalmente Ministro de la República.
La persecución, que anhela amordazar nuestra boca para que el noble y juvenil
grito de Libertad no caiga, acusador, sobre tanta miseria, o rompa con ímpetu
irresistible este confinamiento espiritual donde se asfixia la grandeza
encadenada de la Patria, va poco a poco surtiendo efecto. Hoy le ha tocado al
Capitán, mañana nos tocará a los soldados. Ni protesta ni exculpación.
Aceptamos respetuosamente el fallo de un Tribunal de justicia, que la
administran en nombre de la República según la Constitución preceptúa y no
en nombre de España como nosotros quisiéramos. Por la ley de aquélla
somos condenados; por la ley santa y eterna de España seremos glorificados.
La Historia nos juzgará a todos, y acaso ella convertirá en acusado a los
acusadores, y en MARTIRES a los que el Código marcó con el sello de la
culpa. Nada ha pasado, el mismo camino sigue siendo guión de nuestra ruta.
Y en esta hora que la persecución glorifica, un abrazo muy fuerte a nuestro
Director que por marchar en vanguardia fue víctima de los primeros tiros. Un

Obras Completas 275


Onésimo Redondo

saludo cordial y la esperanza de tres gritos volando como águilas que acechan
una presa segura:
¡Por España Una, Grande, Libre! ¡Adelante!
Un golpe de Estado se preparaba en la penumbra. Su fracaso y la realidad de
catorce años de cárcel que en peticiones del Fiscal por consecutivos procesos
pesaban sobre Onésimo Redondo, habían de llevarle bien pronto al destierro.
Pero antes, él, genial, profeta de la nueva España, adelantándose en el día y en
la consigna cuatro años justos, el 18 de julio de 1932 escribe en “Libertad”:
A LA GROSERA PROVOCACION DE LOS MARXISTAS, LA NACION
DEBE RESPONDER CON UNA ACCION ARMADA.
¡VIVA ESPAÑA LIBRE! ¡MUERA EL MARXISMO!

EL DEBER DE LA JUVENTUD
¡JOVENES ESPAROLES!
Esta es la hora de acudir al arma, ABANDONAD POR EL TIEMPO QUE
LA PATRIA LO PIDA VUESTRO CONFIADO VIVIR y alejaos
rápidamente de la divertida e inconsciente sociedad que ha permitido esta
abyección nacional, El país ha sido víctima del atraco traidor de los Marxistas.
Nos tememos que la pobre y decadente sociedad burguesa acepte temblando
el yugo de los miserables, Necesitamos una organización tenaz y atrevida,
superior a los obstáculos de la tiranía. Busquemos todos una santa disciplina,
una sujeción marcial que nos habilite para arrojar por la fuerza al enemigo que
con la fuerza amenaza.
Es hora de reconquistar por la fuerza, si la fuerza criminal del marxismo
invasor se opone, la digna libertad de la España fiel y cristiana. No temáis a un
enemigo que es tan cobarde como criminal, cuya fanfarronada es aún mayor
que sus malos instintos. Cuando se trata de rechazar a una tiranía extraña y
librar a la fuerte España de un yugo inmundo, no se debe mirar a las
consecuencias. Los fanfarrones enchufistas, cucos degenerados y literatos
chirles que dirigen las Casas del Pueblo, no cuentan con la voluntad del obrero
español, engañado en parte y en parte sometido a una rutina libertaria que es
fácil deshacer. Creed jóvenes, que el enemigo es pequeño: España es mucho
más grande que el marxismo. Bastan en cada provincia unos centenares de
jóvenes guerreros, disciplinados, idealistas, para dar en el polvo con ese sucio
fantasma de la amenaza roja. Por España Libre, Grande, Unica, respondamos
con el arma en la mano a la provocación de los que preconizan el crimen.
Formemos los cuadros de la juventud patriótica y belicosa. ¡AMEMOS LA
GUERRA Y ADELANTE!...

276 Obras Completas


Onésimo Redondo

En el destierro
Agosto 1932 a Noviembre 1933Como la campaña de “Libertad” contra el
régimen republicano-marxista había logrado una resonancia amplia y
conseguido la formación de un movimiento Nacional-Sindicalista, sino
extenso, sí sumamente eficaz y revolucionario, se buscó la ocasión del fracaso
de la rebelión militar del 10 de agosto para inutilizar definitivamente a
Onésimo Redondo. Comprobado el total y rotundo descalabro del golpe de
Estado y avisado a tiempo por algunos agentes de policía de la maniobra
inicua contra él preparada, Onésimo Redondo se alejó de Valladolid primero,
refugiándose en una finca del monte Torozos, y ante la persecución
desesperada que se desató en su busca se trasladó con unos amigos a Puebla
de Sanabria, en cuyo pueblo, después de conseguir una cierta amistad con
varios carabineros, un día se trasladaron a una fiesta popular que en Braganza
había. En Braganza descubrió su personalidad a los atónitos carabineros y él
se internó hacia Oporto. Al ver que no se daba con el paradero de Onésimo
Redondo se detuvo arbitrariamente a dos miembros de una entidad
puramente agraria de la que era Secretario. También se encarceló al
Triunvirato local de las J.O.N.S.
En el destierro vive con su familia Onésimo Redondo días relativamente
tranquilos que él aprovecha para el estudio sereno y profundo de los arduos
problemas nacionales. Completa su formación principalmente con estudios
económicos e históricos, Llegado noviembre algunos camaradas más jóvenes
que habían intervenido en la redacción de “Libertad”, crean otro semanario de
combate Nacional-Sindicalista, llamado IGUALDAD.
Pronto empieza Onésimo Redondo a enviar artículos a “Igualdad”, pero estos
tienen la característica de ser esencialmente doctrinales. Hoy, los artículos
aparecidos en “Igualdad” tienen un enorme valor porque constituyen una de
las bases teóricas más firme del movimiento Nacional-Sindicalista. Onésimo
Redondo escribe estos artículos en un ambiente de calma que le permite
desarrollar sus teorías bien pensadas con extensión y conforme a un plan
preconcebido. Estos artículos van a ser publicados en un folleto aparte,
puesto que su volumen e importancia así lo exigen. Fueron publicados todos
bajo el título general de “HACIA UNA NUEVA POLITICA” y llevan los
siguientes títulos específicos:

EL ESTADO NACIONAL
Del siglo XVIII al 28 de Junio; de Napoleón a Berriot.- España libre y sus
enemigos.

LA PERDIDA DEL ESTADO NACIONAL


Los antiguos y modernos “pactos de familia”.

Obras Completas 277


Onésimo Redondo

SEÑALES DEL ESTADO NACIONAL


Una enumeración.

LA RESTAURACION DEL ESTADO NACIONAL


Distintivo de la nueva política.

SIGNOS DEL NUEVO MOVIMIENTO


Contra los partidos políticos.

EL MITO SAGRADO DE LA UNIDAD


El vértigo de la discordia.

REHABILITACION DEL PATRIOTISMO


Primer principio unitivo.

LA TRADICION Y EL PUEBLO
La nueva táctica.

¿MONARQUIA O REPUBLICA?
La rutina y la estratégica.

La segunda serie consta de tres artículos:

EL ESTADO DEL PORVENIR


No podemos importar soluciones.

DE NUEVO SOBRE EL ESTADO DEL PORVENIR


Las fórmulas y la elección de los peores.

LA CONQUISTA DEL ESTADO


Las milicias nacionales.

A los que siguió otro interesantísimo sobre:

EL ESTADO NUEVO
Necesidad de un pensamiento propio.

278 Obras Completas


Onésimo Redondo

Hay otra serie titulada:

NO HA HABIDO REVOLUCION SOCIAL

Aparte de estos artículos puramente teóricos escribe desde el destierro otros


magníficos de visión política internacional. Onésimo Redondo tenía un
concepto claro del sentido de nuestra política exterior. Adelantádose, como
siempre, a los acontecimientos, creía firmemente que España tenía como
misión actual luchar en vanguardia contra el comunismo. Para realizar su tarea
anticomunista España debía de caminar íntimamente unida al pueblo alemán.
Interesantísimos resultan en esta hora dos admirables artículos, proféticos,
penetrantes, exactos y escritos “contra corriente”. El primer artículo escrito el
6 de febrero de 1933 es:
El ejemplo de Alemania,

HITLER FRENTE AL PORVENIR


Atmósfera mundial adversa.- La rutina agorera.- El nacionalsocialismo
imprescindible.
El otro artículo que reproducimos íntegro maravillará a gentes muy enteradas
en cuestiones internacionales y que no podrán comprender cómo en el año
1933 (20 de Marzo) en un modesto semanario castellano de juventud hubiera
escrito un hombre jóven una justificación tan precisa, un alegato tan
contundente, un cuadro tan claro del sentido de la política que Alemania y
España hablan de llevar a cabo en 1936.

El despertar de Alemania
EXALTACION CONTRA LA BARBARIE
La misión de Hitler.- El Tercer Imperio.- Contra Moscú.- ¿y España?
Hitler es el juramento del exterminio contra el Marxismo. “Dentro de diez
años, dice, no habrá marxismo”. Y también: “La joven Alemania viene a
salivar la civilización del bolchevismo”. La primera promesa esté en camino
rápido de cumplirse: no cuesta gran trabajo vislumbrar el éxito, tras el triunfo
impresionante del 5 de marzo.
¿Y la otra? ¿Habrá brotado en la Europa central el nuevo Carlomagno?.
Porque no de otra gesta histórica se trata que de salvar, como el oscuro siglo
VIII, el orden y la ética de las apetencias ciegas de grupos que renuncian a la
vida civilizada; la jerarquía y el espíritu de entre el barro de la disolución moral
y la exaltación de los peores; la responsabilidad personal y las ideas
universales, de la servidumbre a un despotismo colectivo, a la degradación
política del Estado-horda...
Cristianismo frente a comunismo; civilización contra barbarie.
¿Habrá sonado la hora de la batalla definitiva? ¿Por qué no podemos esperar
que el estampido de Berlín haga temblar hoy y derribe mañana las torres de
Moscú?.

Obras Completas 279


Onésimo Redondo

Por de pronto la resolución germana que ha encontrado un Jefe, un Caudillo,


servirá para rasgar con hierro -hierro militar con reciente temple de imperio y
de fe- las nuevas MARCAS del Oriente. El Tercer Imperio de Centro-Europa
detendrá en la raya bárbara del Oriente la ola de regresión que entre espumas
de amenazas despiadadas e impías, avanzaba segura sobre una Europa minada
por fermentos de ruina. Sí: Hitler, el otro Carlomagno, restaura la barrera
secular que separa las dos partes de Eurasia. Quédese Moscú con sus tinieblas
y su dolor. Renuncie a ganar Occidente, donde ya las armas cataláunicas
relucen en la ribera de la Alemania y sobre las mesetas meridionales de la
latinidad, (Italia, ayer, ¡ESPAÑA, MANANA!...).
Pero... ¿es que para la Rusia ya se oyó la trompeta del fin? ¿Ninguna cruz
volverá alzarse sobre las torres del Kremlin y de S Basili? ¿Nadie arrancará la
blasfemia nihilista y la momia salvaje de la plaza roja?.
Siempre la svástica, la cruz hacha, símbolo de prehistoria, abrió los caminos de
la cruz latina. Y donde se consagró a la svástica como símbolo de pureza
patriarcal, llenó luego la historia la cruz de Cristo, penetrando en las entrañas
de la familia y de la tierra, abriendo allí surcos de siglos (Vasconia, raíz de
Hispania; Baviera, nudo católico de Austria y Prusia”).
¿Se correrá en triunfo la epopeya germano-cristiana hacia el oriente bárbaro?
Por primera vez, desde la rota del imperio de Carlos V, ya no se habla contra
Roma desde Prusia, al invocar el cristianismo. Y esto es un gran augurio.
Podrán estropear los hombres con su estrechez corriente de ideales lo que hoy
representa una excepción de nobles imperios. Podrá malograrse el augurio;
pero es lo cierto que después de Carlos V -mejor hoy que con Carlos V- por
vez primera se reúne la histórica Europa Central bajo un solo centro,
dispuesta a defenderse Y A DEFEN-DERNOS del Oriente. Entonces la
“media luna” dio vista a Viena; hoy “la hoz” -que siega cumbres- y el martillo
-que derriba cruces- se meten por las fisuras que la desesperación y el
escepticismo abrieron en los caducos estados liberales de Occidente.

HITLER ES LA CRUZ SWASTICA CONTRA LA HOZ, COMO CARLOS


V, el sucesor de Carlomagno, ERA LA CRUZ DE CRISTO CONTRA LA
MEDIA LUNA, Y LA FRANCIA MASONICA, COMO EL VENCIDO
DE PAVIA, MAQUINA DE ALIANZAS CON EL NUEVO TURCO
PARA OPONERSE AL IMPERIO. FRANCIA CULTIVA LA AMISTAD
DE LOS CRIMINALES DE MOSCU.
¿Y España? ¿Nada tiene que hacer España en esta cruzada? Sepan nuestros
jóvenes cuánto significa que quien ha sabido despertar una raza con la palabra,
la organización y el combate, llegue a la cumbre invocando a Dios. “Venimos
-dijo- a devolver al pueblo la fe en Dios que había perdido”. Y en su prensa,
en el periódico que desde el principio habla por Hitler, veía yo hace pocos días
un dibujo con esta leyenda:
“Enséñale tú a amar a Dios. Yo le he enseñado a amar a su Patria”. Quien lo
dice es un guerrero civil, la personificación de las milicias hitlerianas, que

280 Obras Completas


Onésimo Redondo

presenta un adolescente -la joven Alemania- y se lo muestra a un sacerdote. Y


el sacerdote, hostil o receloso, se deja suplicar: Parece representar al “Centro
católico”, mejor a la Iglesia católica (no a la luterana) constante y
clamorosamente requerida por Hitler en los últimos meses para que se
incorpore a la lucha nacional contra la barbarie ateista.
¿Se acercará el sacerdote católico a Hitler, ídolo hoy de tantos protestantes,
pero católico él? ¿Se abrirá por acaso la luz verdadera más amplios caminos
entre las tinieblas de Rusia?.
¿Y por qué no hemos de soñarlo? ¿y por qué no ha de ser posible?...
Pero la epopeya nueva de cristianismo contra barbarie no interesa sólo a
Prusia ni ahí puede encerrarse, TAMBIEN ESPAÑA, EL APICE
BRILLANTE Y DEPURADO DE OCCIDENTE, PROYECTADO Y
MULTIPLICADO MAS ALLA DE LOS MARES, SUFRE LA AMENAZA
HUMILLANTE DE LA HOZ: TAMBIEN AQUI ENARBOLAREMOS
LA CRUZ, PARA REDIMIR A UN PUEBLO EXPLOTADO PRIMERO Y
ENGAÑADO DESPUES, que desciende hasta perder la fe en todo, hasta
entregarse a la desesperación y al crimen como ideal.
Y también aquí recordaremos a Carlos V, el campeón de la cruz, como no fue
negado por los españoles como por los prusianos, derrama más genuina
descendencia espiritual sobre esta parte en su imperio, donde sus huesos
duermen con honra. Resucitemos, jóvenes, la bandera del emperador,
DEMOS LA MANO CON SOBERBIO ALIENTO DE CASTELLANOS
DE FE Y HAMBRIENTOS DE CONQUISTA, A LA OTRA MITAD
SECULAR, DE LA CRISTIANDAD EUROPEA, ERGUIDA EN
NUMERO DE MILLONES PARA LA GRAN CRUZADA.
Además de esta fecundidad creadora en el campo teórico Onésimo Redondo
desde su destierro desarrolla una enorme y polifacética actividad política:
recibe diversas visitas de cierta trascendencia para la vida del movimiento
nacional-sindicalista, dirige desde allí, por carta, de un modo sumamente
detallista el desenvolvimiento de las J.O.N.S, de Castilla, colabora en la revista
teórica que en Madrid edita el Triunvirato, establece contacto con
personalidades extrañas a nuestro movimiento pero que después habían de
sernos utilísimas y resuelve incluso algunas dificultades económicas del
nacional-sindicalismo castellano. Prepara también, allí, numerosísimo material
de estudio y de trabajo que después había de esgrimir con rara eficacia en las
polémicas escritas u orales. Sigue perfectamente, gracias a sus numerosas
relaciones, el complejo desarrollo, cada vez más agudo, de la política nacional.
Él espera constantemente, y acecha con anhelo, la ocasión propicia para
regresar a España y ponerse de nuevo al frente de sus jóvenes camaradas de
Castilla. La orden gubernativa de detención que contra él se dio a raíz de los
sucesos del 10 de agosto, está todavía en vigor, los tribunales de justicia le han
declarado varias veces en rebeldía por no haberse presentado a las vistas de
los numerosos procesos que sobre él pesaban por delitos de Prensa.

Obras Completas 281


Onésimo Redondo

Por eso en la segunda quincena de octubre de 1933, ante la convocatoria de


nuevas elecciones, regresa más animoso que nunca, decidido a la lucha,
Onésimo Redondo, de su destierro. Una sorda y repugnante oposición de los
mal llamados partidos “de orden” le espera. Contra todo y contra todos, a
costa de su tranquilidad, va a señalar, Onésimo Redondo, el camino limpio y
nuevo a la juventud nacional. Ni izquierdas ni derechas; en las elecciones que
vienen va a ser él candidato del Pueblo.

Ni derechas ni izquierdas
Candidato del Pueblo
Noviembre 1.932

Unos y otros. izquierdas y derechas se movilizaron con saña contra Onésimo


Redondo. Pero si de las izquierdas cabía esperarlo todo ante aquellas
elecciones que debían ser las que consolidaran el régimen republicano-
marxista de las derechas en cambio, necesitadas de afirmar una ruta
intransigentemente nacional podía haberse esperado otra actitud muy distinta
con respecto a Onésimo Redondo y a todo lo que él significaba. Sin embargo,
no bien supieron los elementos derechistas el regreso de Onésimo Redondo
del destierro, conscientes, al fin, de su valer y de la popularidad que por sus
campañas periodísticas y orales y por sus hechos decididos y revolucionarios
tenía entre las masas, comenzaron a urdir la espesa trama que impidiera que el
nombre juvenil y prometedor del auténtico caudillo figurase en la candidatura
antimarxista. Para ello, prescindiendo de la fuerza propia que la personalidad
de cada candidato podía ejercitar sobre los sectores, se atuvieron en las
reuniones preelectorales al número de afiliados que en el fichero de cada
partido figuraban como inscritos y con este argumento, como primer
elemento polémico, fácil y sencillamente eliminaron a Onésimo Redondo,
Olvidado en aquella hora todo lo que había hecho Onésimo Redondo por los
agricultores castellanos creando un poderoso Sindicato de productores que les
había reportado beneficios económicos incontables, y dejando a un lado,
también, toda su magnífica acción política contra el marxismo en tiempos de
cobardía general, quedaba confirmada, una vez más, la ineptitud, cuando no la
mala fe, que las juventudes nacionales venían señalando constante y
reiteradamente en los elementos derechistas.
Quiso Onésimo Redondo, sacrificando su tranquilidad, hacer patente en
aquellos momentos de confusionismo que las nuevas generaciones salvarían a
España mediante una disciplina auténticamente popular y nacionalista alejada
por igual de la gresca partidista, fuera de izquierdas y de derechas.
Además de “Igualdad” reapareció en aquellos días “Libertad”. A base de los
dos periódicos, arrebatados con afán de las manos de los vendedores por el

282 Obras Completas


Onésimo Redondo

público, se mantuvo una intensa campaña de prensa, originalmente dirigida. Se


fijaron en las esquinas infinidad de pasquines como éstos:
VOTAD A ONESIMO REDONDO, CANDIDATO DEL PUEBLO.
Para estrangular el plan caciquil, para corresponder al pensamiento del primer
luchador de la política nueva, votad en masa a ONÉSIMO REDONDO. Sólo
la juventud salvará a España, votad a ONESIMO REDONDO. A la vez se
inició una intensísima propaganda oral por los pueblos: Rosario Pereda, Víctor
Gómez Ayllón, Marino Dávila, Javier M. de Bedoya, Mariano Tobalina,
Emilio Gutiérrez Palma, Narciso García, Carlos Sanz, José Villanueva con
Onésimo recorrían cada día muchos pueblos dando cada uno dos y tres
mítines diarios Nacional-Sindicalistas.
Era Onésimo Redondo, pues, el único candidato nacional-sindicalista que en
Castilla se presentaba. En el resto de España solamente en Cáceres se
presentó otro candidato afecto al movimiento.
Se dedicaron entonces los elementos derechistas a propalar que por efecto de
nuestra actitud iban a triunfar los marxistas. Movilizaron en esta tarea a
elementos militares, religiosos y a las mujeres anticomunistas organizadas
entonces en una poderosa Liga. Temeroso Onésimo Redondo de contribuir,
quizá, al triunfo de algún marxista decidió retirar su candidatura después de
haber dejado bien claro en aquella ocasión memorable que no éramos ni
derechas ni izquierdas. En “Igualdad” apareció un entrefilet que decía:
RETIRAMOS NUESTRA CANDIDATURA POPULAR, SABEMOS
SACRFICARNOS UNA VEZ MAS, NO QUEREMOS QVE NADIE NOS
LO AGRADEZCA, SOMOS LA “UNICA” FUERZA EFICAZ
ANTIMARXISTA Y EN TODAS LAS OCASIONES LO
DEMOSTRAMOS

El artículo editorial de “ Igualdad” de aquel mismo día, decía:

NUESTRO GESTO
Derechas, Izquierdas. He aquí los polos, alrededor de los cuales gira la
actividad electoral. Y ahora, más que nunca, se evidencia la impresión y
vaguedad de ese absurdo encasillado político. ¿Hasta dónde llega la derecha?
¿Hasta dónde la izquierda?. ¿Dónde termina una y dónde comienza la otra?
Frente a estos rígidos moldes de política decimonónica, la juventud nacional
toma una postura de franca y legitima rebeldía: ni derechas, ni izquierdas. No
queremos saber de eso.
Si por derecha, se entiende espiritualidad, nosotros somos derechas. Y
presentamos brillante historial de catolicismo auténtico, práctico, no rutinario,
juvenil, enérgico y sentido, no topicista. Si por derechas se entiende, táctica
diferencia del capital o burgués, reducto de ambiciones liberal conservadoras,
baluarte de apetitos pequeño-burgueses, nosotros somos izquierda, nosotros
somos revolución. Si por izquierdas, se entiende, beocia demagógica, motín

Obras Completas 283


Onésimo Redondo

populachero, destrucción y anarquía, nosotros somos derecha, propugnando


un nuevo orden constructivo.
Si por derechas se entiende, conservadurismo beato, sensiblería blandengue,
derrotismo legalista, nosotros somos izquierda.
Cae, pues, por su base, el tinglado de la actual política No nos vaciamos en sus
viejos moldes. Ello explica, la actitud quizá agria, pero noblemente rebelde,
que hemos adoptado ante la próxima batalla electoral.
Nosotros, no podemos seguir siendo “los cuatro exaltados derechistas”, que
pegan pasquines, escriben letreros en jornadas nocherniegas, y reciben las
tortas que en la calle se pierden, mientras los “pacíficos” burgueses toman el
aperitivo en el Casino, o cotillean en cualquier tertulia política. Se les ha
acabado el juego.
Desde ahora, marchamos solos, pocos o muchos, sin necesidad de andadores.
Queremos emanciparnos, porque tenemos fe en nuestra idea.
Ni derechas, ni izquierdas. Somos jonsistas.
Al mismo tiempo lanzó Onésimo Redondo una proclama al pueblo de
Valladolid castellano, de la que son estos párrafos:
Hemos cumplido con el irrenunciable, aunque durísimo deber, de proclamar
en momento estratégico de la lucha electoral la existencia sustancial de una
fuerza que no es de derechas ni de izquierdas, que está solamente inspirada
por el anhelo de una España nueva, purificada totalmente de las máculas de la
vieja política.
Este propósito de reafirmación del movimiento obrero y juvenil que nosotros
alentamos, está logrado. Como con dolores de parto, entre la tenebrosa cólera
de cuerpos políticos decrépitos, que no pueden comprender el derecho de los
nuevos a romper lo caduco para buscar su propia vida, hemos nacido al
ambiente de independencia total que necesitábamos. No podíamos desear
mayor gozo, aunque en la operación se hayan quedado desviadas algunas
colaboraciones y simpatías, que la acción purificadora del tiempo volverá a
traer, si ellas lo merecen. ¿Qué nos toca ahora? Hemos recorrido el corazón
de la provincia; hemos percibido el latir de los pueblos. Nos hemos acercado
sistemáticamente a los elementos de opinión más interesados en la derrota del
marxismo y más propicios a la colaboración con nuestro plan de construir de
verdad una política anticaciquil. No está descartado, como muchos creen, el
triunfo en minoría de algún candidato marxista. En estas circunstancias,
nosotros, somos los auténticos y absolutos antimarxistas de Valladolid, que
contra el marxismo hemos sufrido los mayores desgarrones, no haremos nada
que pudiera facilitar su triunfo. Nuestro grito de independencia, condición
estratégica de nuestra conservación, está dado. Ya saben los obreros, los
jóvenes y las clases medias que nutren nuestras masas, que nada tenemos ni
queremos con los viejos usos caciquiles de uno u otro lado, de uno u otro
color.
Siguió, a pesar de haber retirado la candidatura, la campaña de afirmación
nacional-sindicalista por todos los pueblos de la provincia. Sorprendente y

284 Obras Completas


Onésimo Redondo

original campaña aquélla en la que en medio de la turbia agitación electoral un


manojo de jóvenes, nuevos apóstoles, seguidores fieles del caudillo, iban
hablando contra derechas e izquierdas, a la vez, predicando la nueva doctrina
del porvenir. Ahí quedan sus frases, recogidas en “Igualdad”, como gavilla de
tiernas promesas:
“Venimos a comunicaros el aliento de una España renovada que vive en el
pecho de la juventud como protesta contra la desviación, contra las traiciones
y las ruinas consumadas por todos los políticos”. (Tobalina) “Cuando este
Parlamento fracase, el comunismo, hoy sin importancia, tendrá una fuerza
terrible, y enfrente sólo habrá una milicia nacional de juventud que ahora
propugnamos y que será la que revolucionariamente llevará el triunfo a
España”. (Bedoya), “Ha de ser un porvenir violento de donde ha de nacer una
España nueva”. (Gómez Ayllón), “Por la razón o por la fuerza la juventud
salvará a Castilla y Castilla salvará a España”, (Narciso García)

“El próximo episodio electoral es muy poco en la gran tarea de incorporación


de Castilla, de poner de una vez en pie a este pueblo, para la salud de España”,
(resumía Onésimo Redondo),
Y la consigna de aquella campaña oral idealista era ésta: Rodearemos la ciudad
con un movimiento renovador de masas campesinas.
El 13 de noviembre, seis días antes de las elecciones, en el último número que
“Igualdad” publicó dejando paso definitivamente a “Libertad”, escribía
Onésimo Redondo, siempre vidente, siempre seguro y certero, un artículo
bajo el título ¿QUE PASARA?, cuyo párrafo final es el siguiente:
“No interesa, pues, fundamentalmente lo que pasará en las inmediatas
elecciones. Damos por descontado el triunfo de la reacción derechista, que es
natural y viene rodeado de un alto prestigio justiciero. Pero damos también
por descontado el fraccionamiento de esas derechas conservadoras a raíz de
triunfar, la imposibilidad circunstancial de crear un orden nuevo, y su
ineptitud para invalidar la impotencia detenida, más no desvirtuada, del
marxismo sindical y revolucionario. Entonces -dentro de pocos meses- se verá
más claro por muchos alegres confiados de hoy, que la reacción no basta, que
las derechas conservadoras no sirven. Y volverá los ojos el pueblo a la
juventud, que -sólo ella- posee contenido doctrinal, aptitud combativa y
capacidad revolucionaria para invalidar al marxismo e instaurar con mano
firme un orden nuevo, un Estado nacional”.
Con el triunfo de los elementos conservadores el nacional-sindicaliamo tiene
que cumplir la misión difícil de combatir en dos frentes peligrosos: frente al
marxismo criminal y frente al conservadurismo gobernante. Onésimo
Redondo salva este difícil período con dignidad y eficacia castellanas.

Obras Completas 285


Onésimo Redondo

Cómo nació Falange Española de las J.O.N.S.


Enero a Octubre 1934

No habían pasado quince días después del triunfo electoral de las derechas,
cuando ya éstas comenzaron a dar señales de debilidad y las izquierdas de
procacidad, derrochando, en discursos y periódicos, demagogia terrorista. Las
dos tendencias igualmente dañinas para los intereses nacionales se perfilaron
enseguida. Frente a la audacia marxista Onésimo lanzó a las juventudes una
vibrante proclama, amenazadora y segura, excitante y justa, que reprodujo
“Libertad”, a toda plana, encabezada con el grito de
¡VIVA LA REVOLUCION SOCIAL!

Están al orden del día, ¿cómo no?, las amenazas socialistas. No harán nada,
como siempre, pero consiguen demostrar que su apetencia de hundir a la
nación por la guerra civil, esclavizarla con el terror rojo, es monstruoso. Esa
ansia de atormentar al pueblo es delito suficiente para negar al marxismo el
derecho a vivir.
¡Jóvenes obreros que no estáis cegados por el opio marxista! ¡Jóvenes
españoles de todas las clases que aguantáis con enojo, pero todavía con
mansedumbre, las insolentes vociferaciones de los millonarios caciques
marxistas! (Millonarios, sí, porque algunos lo son ya y todos aspiran a serlo),
¡PREPARAD LAS ARMAS, AFICIONAROS AL CHASQUDO DE LA
PISTOLA, ACARICIAD EL PUÑAL, HACEROS INSEPARABLES DE
LA ESTACA VINDICATIVA!
La salud del pueblo va a necesitar de vuestro coraje. Las puercas pretensiones
de los energúmenos del enchufe harán precisa una violentización purificadora.
No lo dudéis que llegará. ¡Bendito ese día, si amanece pronto! El día de luchar
en vanguardia contra los SUCIOS mentirosos, defraudadores y tragones que
especulan con las sociedades obreras, que envenenan el aire nacional con
salvajes supercherías y que no duermen con el apetito de desencadenar la
guerra civil, como represalia de su derrota!”.
La juventud debe ejercitarse en la lucha física, debe amar por sistema la
violencia, debe armarse con lo que pueda y debe decidirse ya a acabar por
cualquier medio con las pocas docenas de embaucadores marxistas que no nos
dejan vivir y, si es necesario, con la chusma llena de vino que cobra de ellos
para incendiar y matar.
¡Viva, sí, la Revolución social! Pero que la prueben en sus carnes los que creen
a la juventud nacional incapaz de inducir un serio escarmiento a los
provocadores.

286 Obras Completas


Onésimo Redondo

Y mirando hacia el otro lado, ponía también el dedo en la llaga, hasta hacerles
perder el control y gritar como viejas histéricas a algunos jefecillos derechistas.
Sin reparo alguno, libre de compromisos, pensando sólo en España, decía:
Aseguramos que el Parlamento actual será incapaz, como todos los anteriores,
para solventar este deber de defensa y sanidad española. Porque para
desentrañar el problema y darle verdadero en no basta una severa ley de orden
público ni importa las medidas policíacas de prevención y represión tanto
como el abordaje espiritual del caso en toda su integridad. Es necesario ante
todo SUPRIMIR CON LA JUSTICIA SOCIAL EL PRETEXTO O LA
INCOMPLETA INJUSTIFICACION DE LA REBELDIA DE LAS
MASAS.
LA BURGUESIA SE HA RECOSTADO TRANQUILA EN EL FACIL,
TRIUNFO PARLAMENTARIO PERO ¿Y LO DIFICIL?, LO HEROICO,
LO DEFINITIVO DEBE DE HACERLO LA JUVENTUD FORMANDO
LAS MILICIAS NACIONALES JONSISTAS. CONTRA LA BURGUESIA
INDIFERENTE Y EGOISTA, CONTRA LA BARBARIE DE LOS
INTERNACIONALISTAS!
Por aquellos días las J.O.N.S, llegaron a su momento culminante en la
propaganda y en la difusión de sus ideas, siempre teniendo en cuenta la
persecución gubernativa, que a pesar de haber triunfado las derechas,
continuaba. Aparecieron semanarios de las J.O.N.S, en diversos puntos de
España: En Zaragoza “Revolución”, en Barcelona “El Debate”, en Santiago
de Compostela “Unidad”, en Valencia “Patria Sindicalista”. En Madrid
aparecía mensualmente la revista teórica “J.O.N.S”, de un gran estilo político.
Precisamente en aquellos días define de un modo sencillamente revolucionario
Onésimo Redondo lo que es la J.O.N.S, en acción.
Donde haya un grupo antimarxista con la estaca, el puñal y la pistola o con
instrumentos superiores hay una J.O.N.S.
Nuestra razón de existencia no está en la defensa teórica del Estado
corporativo ni en la afición práctica a los cargos y al escalafón. Eso se queda
para los partidos parlamentarios. Nosotros creemos en el derecho de los
españoles a una Patria grande, libre y unida. Nosotros sabemos que hay
enemigos visibles de esa España que ambicionamos, a los que los primeros
sirven de instrumento.
Contra los que se empeñan en deshacernos la posibilidad de vivir una vida
nacional digna, huelgan desde hace mucho tiempo las razones, por la sencilla
razón de que ellos amenazan y ejecutan por el camino de la violencia, ¿La
quieren? ¡Pues sea! La nuestra es justa y será santa, ya que se ejercita en
servicio directo de España.
La juventud, además, necesita el tónico de la lucha verdad, de la lucha física,
sin la que toda energía creadora perece.
La violencia nacional y juvenil es necesaria, es justa, es conveniente.
José Antonio Primo de Rivera venía luchando solo, de modo incansable,
contra los enemigos eternos de España. Desde los lejanos días de junio de

Obras Completas 287


Onésimo Redondo

1931 en los que había logrado en altiva independencia, contra todos, 29,000
votos, en Madrid, se agrupaban en torno a su figura grupos de españoles
disconformes con la política decadente de España en aquella hora: grupos de
gentes honradas que habían admirado la obra generosa y bien intencionada de
su padre el Dictador y grupos de jóvenes que soñaban con una España amplia
y generosa. Una zona extensa del Ejército le prestaba el calor de su fe.
Obreros rebeldes a los manejos extranjerizantes veían ya en él al hombre
decidido y generoso que había de conducirlos por caminos de justicia. Sus
altas cualidades personales, su empuje, su palabra cálida iban despertando la
unanimidad y la adhesión por donde pasaba. Pronto a estos grupos se
añadieron algunos intelectuales; todos reunidos decidieron constituir la
Falange Española. A tal fin, prepararon un mitin en el teatro de la Comedia,
de Madrid, que se celebró el domingo 29 de octubre, interviniendo en él
Valdecasas, Ruiz de Alda y José Antonio Primo de Rivera. Tuvo una gran
resonancia en la Prensa y como consecuencia el movimiento F.E, comenzó a
crecer y a extenderse por toda España.
No dejó de preocupar a los dirigentes de ambos movimientos, las J.O.N.S, y
F.E, lo absurdo que resultaban la existencia de dos organizaciones similares
cuyos fines eran idénticos. Se pensaba que en Italia o en Alemania no había
habido más que un movimiento mientras que en Francia, donde no ha
triunfado ni quizá triunfe nunca el fascismo, sin embargo había y hay una
infinidad de partidos y grupos fascistizantes. Como por otro lado ninguna
ambición personal de medro o provecho político guiaba e impulsaba a los
jefes de las J.O.N.S y de F.E, en seguida pusiéronse todos a laborar por una
perfecta inteligencia.
El Triunvirato ejecutivo central de las J.O.N.S, convocó al Consejo Nacional
para los días 12 y 13 de febrero de aquel año. Los puntos a tratar en dicho
Consejo eran:
1º Posición ante el movimiento F.E,: ¿Seguir distanciados o llegar a un
acuerdo? ¿Cómo? ¿Mediante una federación?
2º Formación de las milicias. Manera de equiparlas. Medios de sostenerlas.
Reglamentos.
3º Manera de orientar la propaganda para atraer a la clase media.
El día señalado estaban en Madrid los quince consejeros: seis del mismo
Madrid, dos de Valladolid, y uno, respectivamente, de Andalucía, Galicia,
Cataluña, Levante, Extremadura, Vascongadas y Castilla la Nueva. Sin
embargo, la Dirección general de Seguridad no concedió la debida
autorización y montó un servicio especial de policía para impedirlo, en el
domicilio social que las J.O.N.S tenían en la calle de Los Caños. Ante esta
dificultad el Consejo Nacional hubo de reunirse clandestinamente en un
magnífico salón-despacho que en un ático de la casa de la Editorial Calpe, en
la Gran Vía, tenían los viejos camaradas de Valladolid y redactores de
“Libertad”, hermanos Ercilla.

288 Obras Completas


Onésimo Redondo

Se reunió el Consejo por la mañana y cada consejero fue emitiendo su opinión


respecto al primer punto a tratar. Antes de suspenderse la reunión para comer,
se resumió el desarrollo del Consejo en aquellas horas, fijando bien las dos
posiciones que se habían dibujado, una, de unión, previa la debida aceptación
por parte de F.E, de algunas condiciones; otra, de colaboración dentro de una
federación que permitiera a las J.O.N.S, realizar con más soltura la labor de
captación proletaria; solamente el delegado gallego se opuso rotundamente a
todo acercamiento a F.E. Onésimo Redondo, que pensaba haber actuado con
ahínco en defensa de la unión, se redujo a dos intervenciones verdaderamente
soberbias por lo sencillas y claras, ya que el ambiente del Consejo fue desde el
primer momento favorable a la unidad de acción política de la juventud
nacional.
Hacia las seis de la tarde dos consejeros se dirigieron comisionados al
domicilio de F.E, y al poco tiempo regresaron con Julio Ruiz de Alda y José
Antonio Primo de Rivera. Entonces el Triunviro Jefe, les informó de la
opinión del Consejo Nacional de las J.O.N.S, respecto a la unión con F.E.
Contestó por extenso José Antonio Primo de Rivera y se aprobó por
unanimidad un voto de confianza plena al Triunvirato Ejecutivo para fijar los
detalles de la unión.
Al día siguiente se reunieron los representantes de F.E, y J.O.N.S, y
rápidamente llegaron a un acuerdo concreto sobre las siguientes bases:
1ª Creación del movimiento político “Falange Española de las Juntas de
Ofensiva Nacional-Sindicalista”. Lo funda F.E, y J.O.N.S, reunidas.
2ª Se considera imprescindible que el nuevo movimiento insista en forjarse
una personalidad política que no se preste a confusionismos con los grupos
derechistas.
3ª Encaje de las jerarquías de F.E, y J.O.N.S- Recusación en los mandos del
nuevo movimiento de los camaradas mayores de 45 años.
4ª Afirmación nacional-sindicalista en un sentido de acción directa
revolucionaria.
5ª El nuevo movimiento ha de ser organizado de modo preferente por los
actuales mandos jonsistas en Galicia, Valladolid y Bilbao, y de acuerdo
inmediato con las actuales organizaciones de F.E, en Valencia, Granada,
Barcelona, Badajoz y sus zonas.
6ª El emblema del nuevo movimiento ha de ser el de las FLECHAS y el
YUGO, jonsistas, y la bandera la actual de las J.O.N.S,: ROJA Y NEGRA.
7ª Elaboración de un programa concreto Nacional-Sindicalista donde
aparezcan definidas y justificadas las bases fundamentales del nuevo
movimiento: UNIDAD, ACCION DIRECTA, ANTIMARXISMO, Y UNA
LINEA ECONOMICA REVOLUCIONARIA QUE ASEGURE LA
REDENCION DE LA POBLACION OBRERA, CAMPESINA Y DE
PEQUEÑOS INDUSTRIALES.
Falange Española aportaba a la unión la personalidad excepcional de su jefe,
José Antonio Primo de Rivera.

Obras Completas 289


Onésimo Redondo

Como veremos muy pronto, en momentos difíciles, iba a pasar


definitivamente a ser el Jefe Nacional del movimiento nacional-sindicalista,
Las J.O.N.S, gozosas, se agruparon alrededor de un Jefe auténtico.
La noticia del acuerdo fue recibida con júbilo unánime por todos los que
soñaban en aquellos días con la nueva España. Aumentaron inmediatamente
las altas al movimiento en proporción extraordinaria. Se intensificaron los
ofrecimientos de todas clases. También se creó un denso ambiente de
expectación en torno a Falange Española de las J.O.N.S, y en torno a los
Jefes. Ante esta realidad se decidió, como expresión palpable de la unidad de
la juventud nacional y para responder a la ansiedad que se produjo por oír a
las cabezas del movimiento, dar un mitin monstruo en Valladolid, centro de
Castilla, muy trabajada para las nuevas ideas, y que había de tener el máximum
de resonancia.
Toda la organización de Valladolid se puso en tensión a fin de preparar este
mitin, pilar de una nueva era para Falange. Se hizo una propaganda intensa y
audaz. Se alquiló el teatro de mayor capacidad de Valladolid. Se preparó
convenientemente a las milicias, se mandó bordar la primera bandera en raso y
oro, que es la bandera más antigua del movimiento y la bandera de sangre
puesto que hizo su primer aparición en la calle entre tiros, heridos y un
muerto.
El mitin se celebró el domingo 4 de marzo. Aquella mañana desde las nueve y
media comenzó a notarse un inusitado movimiento por las calles de
Valladolid. Veíanse muchas caras forasteras, principalmente campesinos.
Habían llegado más de un millar de gentes de los pueblos, y otro número
aproximado a ése, de capitales forasteras.
En caravanas o grandes carruajes vinieron camaradas de Madrid, Bilbao,
Salamanca. Por tren llegaron centenares procedentes de Zamora, de León, de
Palencia, de Asturias, de Santander y de Burgos.
La noche anterior habían llegado todos los Jefes de Madrid, acompañados de
unos cincuenta hombres armados como escolta.
Antes del mitin la animación se concentró por las calles de Teresa Gil, Fuente
Dorada y Libertad. No se veía a aquella hora a ningún marxista agitado: ni
siquiera berrearon la prensa roja como otros domingos, lo que se debía a estar
todos acuartelados en la Casa del Pueblo.
A las once en punto estaba rebosante el teatro. Acaso nunca se ha visto el
teatro Calderón así; la concurrencia era, puede decirse, totalmente de
hombres. Sólo en palcos y plateas veíase la figura arrogante y simpática de
algunas de las más valientes mujeres de Valladolid. Los oradores y jefes se
dirigieron a pie hasta Calderón. A su entrada en el teatro estalló una
imponente ovación. Siguiendo al estandarte de F.E, de las J.O.N.S, hicieron su
entrada en el escenario los oradores y jefes atravesando todo el pasillo central
del patio de butacas, saludados por una doble fila de brazos levantados.
Ocupó la presidencia Primo de Rivera, quien hubo de imponerse con energía
para poder restablecer el silencio.

290 Obras Completas


Onésimo Redondo

No hay que decir que el acto transcurrió sin el más leve conato de incidente y
que el entusiasmo fue arrebatador. Comenzó el acto Bedoya con un saludo de
las juventudes de Castilla a los jefes. Hizo lo mismo Gutiérrez Palma, en
nombre de los obreros rebeldes y patriotas.
A continuación Ruiz de Alda, Onésimo Redondo, Ledesma Ramos y por
último Primo de Rivera. Como el discurso denso de Onésimo Redondo no
tuvo en aquellos días agitados la repercusión y difusión que merecía, reclama
aquí su inclusión total y taquigráfica:
Por primera vez en la historia turbia y ya larga de los movimientos políticos y
populares que buscan la conquista del Poder, se presenta ante vosotros una
fuerza que está inspirada, dirigida y casi exclusivamente integrada por jóvenes;
y tan jóvenes, tan de verdad jóvenes, que si no fuera por el mérito que su
apellido ilustre y sus dotes públicos prestan al que nos dirige, y si no fuera por
la personalidad nimbada de heroísmo de otra de las primeras figuras de
nuestro movimiento, que está aquí presente, nos trataríais a todos con el
remoquete peligroso aunque no del todo injusto de chiquillos. Y,
efectivamente, en Valladolid, donde este movimiento ha tenido un contacto
más vivo, más frecuente, más cercano con el pueblo desde hace tres años,
somos mirados por la generalidad de los señores, con la benevolencia que se
otorga a los movimientos simpáticos de chicos atrevidos. Pues bien, si este
acto tiene algo de extraordinario y si buscamos que tenga algo de
trascendental, consiste ello principalmente en que estos chicos, en que estos
jóvenes vienen a pedir a la faz de España entera el primer puesto entre los
hombres. (Gran ovación).
La situación de España, oyentes españoles, no nos hagamos ilusiones porque
aquí hay mucho entusiasmo y nos sintamos muy unidos, la situación de
España es convulsiva, es situación de guerra.
Se siente el ánimo español, se siente el pueblo español solicitado de cerca por
diversos precipicios que componen un solo abismo. Por ejemplo: la dictadura
del proletariado. Una llamada dictadura del proletariado, una silueta de sangre,
de odios y de hambre que pasa todos los días delante de nuestra vista,
preconizada y anunciada por ese consejero de
Estado en cesantía, Largo Caballero.” (Aplausos).
Y por el ilustre millonario Prieto. (Mueras a Prieto), que se ha lanzado ahora a
la furia soviética por el miedo justificado a que una España libre entregue a los
tribunales de justicia sus enormes desafueros administrativos (Una gran
ovación le impide terminar la frase), y sus sospechosas e incorregibles
apetencias y aficiones político-financieras. Esa es la razón de su
revolucionarismo.
Esta llamada dictadura del proletariado, que no sería del proletariado sino de
los asesinos de Casas Viejas, esta dictadura no vendrá, no tengáis miedo a ella.
No vendrá, no porque nos prevengamos lo suficiente, sino porque sus
mandarines no tienen sinceridad revolucionaria, ni alientos para tantas cosas
como dicen que van a hacer y en cambio tienen suficiente miedo para pasar la

Obras Completas 291


Onésimo Redondo

frontera en un coche-cama mientras los obreros muerden la rabia de su


desengaño delante de los fusiles de la policía que ellos mismos han creado
para lanzarla contra aquellos a quienes incitan a la lucha. (Aplausos).
No. Eso de la dictadura rusa, de la dictadura soviética, de Largo y Prieto, nada.
Pero oigamos ahora con alguna mayor gravedad.
España está expuesta de una manera próxima a una catástrofe anarco-
separatista. Está expuesta a caer en ella como consecuencia de una revuelta en
la que intervengan masones rojos, separatistas y agitadores de toda laya unidos
para una sola y triste idea: la de destrozar España.
Este peligro es cierto. Este mal es inminente. Esta amenaza sí que es grave,
pues en esa situación anarco-separatista se nos va España de las manos. Y yo
veo, no en este teatro, sino en los pueblos, veo a los campesinos, al labrador,
agobiado por la dura lucha de su vida y probablemente con razón, sí que es
triste; con razón, porque no tiene tiempo para pensar, y entender, ni siquiera
sentir, desconoce el peligro de España; ni siquiera le percibe. Id por esos
campos y veréis cómo nadie piensa en lo que nos amenaza, porque esos
campesinos tienen bastante con mirar por ellos mismos y por sus hijos. Veo al
pequeño industrial y al pequeño comerciante agobiado por las cargas y
contribuciones, también sometido a la dura ley de una vida agobiante y que le
obliga a estar “retirado de toda política”, según dicen ellos, según dicen todos,
como si esto fuera un mérito.
Y veo a los obreros; a los obreros sumidos en el odio, en la desesperación,
algunas veces justa, pero casi siempre con una gran inconsciencia y que se
figuran que ante este peligro de que estoy hablando no tienen nada que
perder.
Todos, absolutamente todos tenemos mucho que perder con la dictadura rusa,
porque con la Patria perdemos nuestro único patrimonio, perdemos las
fuentes de trabajo y la posibilidad de una vida digna.
¿Qué nos toca hacer frente a ese peligro que nos amenaza?.
Yo, que aunque enrolado en la política por culpa de la revolución, no soy ni
quiero ser “un profesional de la política”, me siento desanimado, perplejo y
hasta escéptico -os lo confío-. Hablando claramente y sin galas retóricas, yo
no sé si esto tiene remedio ¿Qué hacer entonces? No tengo fe ninguna en los
partidos políticos, no confío en las fórmulas de salud expendidas por los
retóricos o por los charlatanes. Y sé que el pueblo español está también
dominado por esta desconfianza con excepción de aquellas zonas dominadas
por el fanatismo, por la ignorancia y por la oscuridad infeliz de su cerebro.
No tengo fe en partido político ninguno: Ni en partido de derechas ni de
izquierdas. Y conste que con esto no les igualo, son fatalmente e
inexorablemente un conjunto de contradicciones y un abismo de distancia
entre las palabras y los hechos, ante los problemas y ante la realidad. Esta es la
verdad; esta es la experiencia triste del pueblo español hecha con su sangre.
Son los partidos políticos también aluviones, formados por el huracán o por
las aguas, de arenas movedizas que se llaman la opinión pública que fluctúa

292 Obras Completas


Onésimo Redondo

inconscientemente detrás de la varilla mágica de los periódicos y de los


periodistas anónimos y venales que son los que forman la opinión. Aluviones
de gente que vacila entre los entusiasmos rápidos y las decepciones
inmediatas, entre los calores repentinos y el frío de la inconsciencia suicida.
No hay formalidad, no hay decencia, no hay verdadera realización, ni
verdaderos hechos detrás de un partido político.
Nosotros no podemos ser eso.
¿Queréis una demostración? Pues aquí tenéis un hecho concreto, reciente, de
estos días, acerca de la calidad y del número de los partidos políticos, y con
este ejemplo veremos si tienen siquiera inteligencia elemental los hombres
para aprender de la realidad.
El ejemplo es el siguiente: Se produjo una crisis y se formó un Gobierno
Lerroux, hace de esto dos meses, tres meses, no recuerdo cuánto. Se leyó una
declaración ministerial en el Congreso, que era una maravilla, así
sencillamente, una maravilla. Allí se proyectaba todo, se iba a hacer todo en
seguida.
Como había posibilidad de hacer leyes, había de todo; se iba a solucionar el
paro obrero, se iba a pacificar los espíritus, se iba a opinar libremente, iba la
amnistía, etc.
A continuación han pasado semanas, meses y ¿ qué hizo? No se ha hecho
nada. Esto no es seriedad; pero además es que esto es horrible, porque no hay
derecho a que lleguen unos grandes hombres que han cosechado los aplausos
de las multitudes, que han llenado las plazas de toros, que han asumido todas
las responsabilidades, que han despertado por los pueblos todo el entusiasmo
en derredor suyo y cuando llega el momento culminante y llegan al banco
azul, o sea desde donde España se rige en virtud de su destino desgraciado o
feliz, y dicen: Esto vamos a hacer, y a los dos meses resulta que ni lo han
hecho, ni pueden, ni saben hacerlo; y esto sucede todos los días y no hacemos
nada, y lo aguantamos, y está sucediendo todos los días; no cabe más que esta
explicación del proceder de esos partidos y de esos gobiernos: Una de dos, o
lo hacen de mala fe, con malicia, con perversión, o tienen una incapacidad que
raya con la imbecilidad, y entonces decidme si ahora merecen los partidos
políticos. (Una gran ovación le impide continuar).
Pero esto no ocurre por una imperiosa, imprescindible y espontánea
imposición de las circunstancias, como dicen ellos en las declaraciones a los
periodistas, en el altavoz de las notas oficiosas, con el altavoz de los
periodistas venales y serviles que van detrás de los políticos, no es porque las
circunstancias lo impidan; es que lo que hay en la vida de los partidos
políticos, es abyecto, pero es lo latente, lo verdadero, lo real, y es una conjura
contra el ser de España. Todo eso es intencionado para destruirnos, para
detenernos en nuestra vida y en nuestro progreso. Con este ejemplo concreto
de la crisis actual, ¿es que no se ha visto germinar, es que no se ha visto a los
vendedores de la traición, de la conjura, de la informalidad, en conspiración
secreta y clandestina, extraña a los intereses de España, que ha invalidado la

Obras Completas 293


Onésimo Redondo

declaración ministerial, que ha invalidado las elecciones y que ha invalidado las


buenas intenciones de los mejores? ¿No se percibe esto?
Pues entonces, ¿qué hay sino conjura, qué hay sino propósito intencionado de
destruirnos, de detenernos y desengañarnos para conducirnos a la
desesperación y a la ruina?.
Esa es la historia y esa es la culpa de los partidos políticos, (Muy bien),
Entonces, señores, ¿qué vamos a hacer? ¿Copiar la fórmula fascista?.
El fascismo es un hecho extranjero; no entraré ahora en su análisis y en el de
sus doctrinas, pero aunque le admiremos, no podemos intentar introducir ese
hecho en España, como una fórmula, igual que se han introducido el
liberalismo, el marxismo, el enciclopedismo y otras idas, porque hasta ahora,
fatalmente, bien por rutina, o por temperamento, para desgracia nuestra,
nuestro pueblo ha estado sometido al triste hábito del mimetismo, si ahora
copiamos también del extranjero cometeremos el delito de secar con pereza,
rutina y cobardía las fuentes de inspiración del genio hispano y renegaríamos
de hecho de nuestros sabios, de nuestros héroes, de nuestros capitanes y
caudillos cuya elevada memoria nos pide una fidelidad tajante, firme, y aun a
vista, a todo lo verdaderamente nacional, a todo lo hispano.
Y además, vallisoletanos, castellanos que me oís aquí, en Valladolid, en estas
tierras tan fecundas, fecundas en todo, aquí, donde acaso me escuchan
salmantinos que todos los días ven las piedras que oyeron a Vitoria y a su
discípulo Carlos V y a Fray Luis de León, aquí que me escuchan acaso
santanderinos que tienen la inapreciable fortuna de ser paisanos del único
genio clásico de la Edad contemporánea, Menéndez Pelayo, el restaurador...
(Una gran ovación impide oír el final de la frase). Aquí donde me escuchan
burgaleses que son los paisanos netos y verdaderos del Cid, aquí donde me
escuchan vallisoletanos en cuya ciudad fue el matrimonio de los Reyes
Católicos, en cuya ciudad nació Felipe II, cuya ciudad está en las proximidades
de Cabezón donde nuestros mayores, nuestros antecesores, resistieron a los
franceses en la guerra de la Independencia, aquí no se pueden imitar
conceptos ni emplear palabras más que las neta y concretamente españolas.
(Ovación indescriptible).
Y entonces, señores, nosotros, ¿qué vamos a hacer?.
Pues asegurarnos desde el primer momento por todas las vías, por todos los
caminos y por todas las condiciones, que no seremos, de ninguna manera, un
partido político henchido de promesas y falso en la realidad.
Para eso, ¿ sabéis lo que es necesario?. Esto es si cabe más importante y lleva
en sí mayor responsabilidad.
Lo que es necesario, es hacer grandes cosas antes de llegar al Poder, que no
vuelva a haber, para vosotros que me oís, que no vuelva a haber, un partido,
ni izquierdista, ni fascista, ni de derechas, que no haga más que prometer.
Aquí ha dicho un compañero, rompiendo la mesa al decirlo, que juraba que lo
que aquí se promete se hará. Pues esto a mí no me basta. No me basta esa
actitud; tenemos que pasarla, antes de llegar al Poder, y es precisamente,

294 Obras Completas


Onésimo Redondo

porque hay que mostrar que podemos hacerlo y decirlo antes de llegar al
Poder pues precisamente estas cosas anteriores son las que forman la
substancialidad de nuestro movimiento, son las que le dan vida propia y las
que ponen en pie al movimiento nuestro que sin esto no sería nada por
muchos méritos de que le queramos adornar, y llegaríamos a tener una
dictadura soviética y a aguantarla.
Lo que hay que hacer es lo siguiente: Hay que transformar antes de llegar al
Poder, a la juventud; hay que formar con la juventud, una milicia dispuesta a
servir a España; hay que hacer la revolución esa a que se refería Ruiz de Alda
en su discurso, y para ello hay que transformar a los españoles hasta entrar en
su raíz, y llegar al poder en el tiempo y hora precisos; pero hay que hacerlo
realizando en el espíritu español, en el alma de los nuestros, una
transformación grande, honda y apartarlos de esa situación del espíritu
español actual, perdido, escéptico, derrotado, desengañado entre el cual nos
movemos ahora.
Hay que transformarle, hay que poner en pie ese espíritu con que pugna
nuestra propia juventud. Hay que enrolarla detrás de unas filas, de una
disciplina, que la obligue a poner su vida, pero de verdad, al servicio de
España; y cuando hayamos conseguido eso, cuando hayamos conseguido ese
gran triunfo de transformar a la juventud y formarla detrás de una disciplina y
de un ideal de lucha por su pueblo, y de un ideal nacional, digamos al pueblo,
que hemos capacitado y formado una juventud en la capacidad y en la
necesidad de sentir ese ideal. (Muy bien. Grandes aplausos).
Mirad que esto que nosotros estamos pretendiendo, no lo olvidéis, no es más
que lanzar una voz de reconquista de aquella España tan grande, tan gloriosa,
tan emotiva, que figura en nuestros fastos y en nuestros antecedentes raciales.
Mirad que esto es un grito de independencia para recobrar la Patria también
perdida, porque hoy no tenemos España.
No tenemos a España; todos aquellos que se sienten libres, dignos de una
Nación como corresponde a su historia, a la capacidad de su cultura; no tienen
España, y ante ese espectáculo, decimos que hemos de oponernos a esta
marcha, y para ello sacrificaremos si es preciso nuestras vidas, pues antes de
que siga ese camino quedará reducido todo a un montón de escombros.
Estamos en la posibilidad inmediata del destrozamiento territorial y de la
invasión de las clases; es decir de una dictadura asiática o de una dictadura
bárbara que caerá reduciendo todo a escombros.
No tenemos Patria, no tenemos a España; vamos a reconquistarla, vamos a
hacer fructífera la sangre de los mártires de la independencia que lucharon por
una España tradicional, por una España egregia, como ellos la habían
encontrado y conservado, pero que a pesar del esfuerzo de esas generaciones,
se le fue a ese maldito siglo XIX de entre las manos. Vamos a luchar por esa
España porque lucharon nuestros padres y nuestros abuelos con tal
entusiasmo en la guerra de la Independencia. Por eso, no es cuestión de
partidos políticos, es cuestión de milicias y de disciplina, es cuestión de poner

Obras Completas 295


Onésimo Redondo

en pie a las juventudes mirando no a la utilidad ni a la conveniencia, sino


mirando al servicio de España. (Muy bien).
Y si esta es nuestra voz, y si este es nuestro norte, vamos a tratar ahora de una
cosa que vuela por la calle y llega a menudo a nuestros oídos, y es ésta del
miedo, de la cobardía, esto de las coacciones extrañas y de las amenazas, y a
eso os digo: yo no quiero saber cuántos somos; yo no quiero saber las armas
que hay; yo no quiero pensar sí los demás tienen más; yo no quiero hacer
apelaciones a la violencia porque está prohibido por el Gobierno, ni me hace
falta hacerlas, y yo cierro estas preguntas pensando en la excelencia de nuestra
causa, en la pureza de nuestro derecho, en su título, en que vamos a
reconquistar a España, y entonces, si vamos a recobrar la Patria, ¿no tenemos
derecho a conquistarlo todo, aun absolutamente todo, a imponernos a todo
hasta que lo conquistemos? (Voces: Sí, sí), Entonces, ¿qué miedo puede haber,
qué dudas, qué conversaciones antes de lanzarnos?
Estamos lanzados, estamos lanzados como un enorme bloque cuesta abajo y
hemos de llegar al fin por el propio peso de nuestros ideales y de nuestro
derecho y de la justicia de nuestra causa. Y precisamente en estas tierras
castellanas serán las manos rugosas y encallecidas de nuestros campesinos las
que sostengan con más fuerza las conquistas del nacional-sindicalismo.
(Enorme ovación).
Nada ni nadie nos detendrá. He de hablar, puesto que estamos en Castilla y
porque pertenece de una manera constante a nuestro ideal, de la unidad. La
unidad, este es nuestro signo; esta es la palabra que se nos deshace en la boca
de gusto. Esta es otra de las cosas, la primera en que debemos pensar
dormidos y despiertos; restablecer la unidad de España: La unidad social
abrazando a las clases por medio de la juventud incontaminada, sin odios, sin
prejuicios; por medio de la juventud que no tiene todavía nada que reprochar
y lanzar en una clase contra otra.
Vamos a restablecer la unidad territorial, la unidad política que está en peligro,
y ya veremos cómo pues no entraré ahora a tratar esta idea y esta cuestión,
sino sólo decir que como estamos en Castilla, debe quedar aquí flotando por
encima de las mentes y de las cabezas esta palabra como resumen de nuestro
ideal: Unidad, porque Castilla es la fuente de toda unidad, porque Castilla ha
sabido, acaso no por designio propio, sino porque estaba previsto desde el
comienzo de los tiempos señalado por las manos del Eterno, ha sabido hacer
una España; ha sabido hacer una España y un mundo en diversas latitudes,
razas y Continentes, y esta Castilla sabe que precisamente la unidad es lo que
nos falta. Ahora se precisa la unidad, porque a la vista están la certeza y la
razón de nuestra angustia, pues de esta falta de unidad se derivan todas las
discordias, odios y divisiones entre los españoles. Esta Castilla es la que
pretendemos que alumbre nuestro ideal, que no es otro que la idea de la
unidad pacífica, de la unidad grandiosa, de la unidad constructiva entre todos
los españoles, y para ello Castilla tiene mejor derecho, porque Castilla es una
región víctima.

296 Obras Completas


Onésimo Redondo

Dicen que Castilla es una región opresora, dominante, ¡qué cosa tan risible, y
tan amarga! Pero no hay que negarlo, este es el lugar común de la política
diaria.
Pero ¿somos nosotros opresores, cuando si apenas sacamos para malvivir?.
Pero ¿somos opresores de esas regiones, cuando lo que hemos hecho ha sido
darlas medios para progresar, para engrandecerse y para poner a la cabeza, en
muchos órdenes, del progreso de España?
Esta región es la que dicen que domina, y lo cierto es que esta región es la que
es víctima. Por eso a esos hermanos de las regiones en que alienta el
separatismo, les hablaremos con la severidad del pobre, del desarrapado, del
que menos tiene, hablando con el hermano mayor, diciéndole, que
seguramente por esa riqueza que ha heredado de sus padres se han atrevido a
alzarse contra España. Les diremos que somos los más pobres, pero que
somos la región que comprende y cumple la unidad, no opresiva, sino la
unidad constructiva de toda la Patria. Les diríamos también, severamente, que
no pretendan alzarse con ningún derecho de dominio exclusivo sobre la
región que posean, porque aquellas riquezas que allí hay, porque aquellas
ciudades del norte, de oriente o de levante, porque aquellas vías que en gran
número cruzan sus suelos, porque aquellas fábricas, porque aquellas ciudades
soberbias, comparadas con las más grandes de Europa, se deben a nuestro
esfuerzo, y se deben en gran parte a la comprensión y a la mansedumbre de
los castellanos, que les han permitido para su uso, unos aranceles protectores,
lo mismo para la metalurgia, que para las demás industrias.
Por eso hay que sentirlo con cierta severidad, porque aunque hablemos
mansamente y sin rencor de la idea de unidad armónica, tenemos también que
pensar que es un derecho de reivindicación, que aquello es nuestro, que no
digan que es suyo. Es de Castilla y del resto de España, de todos los que han
contribuido con sus leyes, con su actividad, con el consumo de las mercancías
de unas y otras regiones, a mantener los aranceles. Los que tenemos derecho a
reivindicaciones somos nosotros. ¿No es cierto?
Otro grito que va aquí detrás de todas estas consideraciones está aquí lanzado
y es el que el nuevo Estado, el que el movimiento que representamos en este
día, ha de ser sumamente castellano, pero también sumamente agrario y
labrador, (Pensando en serio, casi habría que borrar esa palabra de agrario
porque ya la tengo asco). (Aplausos).
Ha de ser un movimiento campesino, porque ellos son los parias de España,
son la única clase, el único sector, siempre víctima, en uno o en otro régimen,
rija un Gobierno u otro. Ellos son los que trabajan, los que pagan, y a los
cuales nunca se les da nada, y como nuestro movimiento es de indignación, de
reconquista, para alzar a los oprimidos, los labradores han de ser los que
lleven la bandera y el ardor a la pelea. (Aplausos),
Voy a terminar, pero antes quisiera hacer un llamamiento, que no sé si les
dejarán oírlo, a esos obreros de la Casa del Pueblo, a todos esos millares de
cotizantes de las organizaciones obreras, y les digo:

Obras Completas 297


Onésimo Redondo

Oíd y enteraos, qué es eso de decirles, no leáis la prensa que no sea nuestra;
qué es eso de decirles, no acudáis a los mítines que no sean de nuestra
organización? ¿ qué derecho tienen a taparse los ojos y los oídos, y qué
seguridad de la justicia de su causa, cuando así tratan a los obreros? Y qué
concepto de la dignidad humana tienen los que así se atreven a oprimir lo más
esencial y digno del espíritu humano, que es la libertad de entender, de ver y
de observar lo que pasa a su alrededor?.
Si tan seguros están de su causa, que nos escuchen, que nos atiendan, que lean
nuestros periódicos, y después que hagan lo que les parezca.
Ya veis que no me importa establecer una polémica con los que a ellos les
predican; a mí no me importa. Tengo la absoluta seguridad de que si nos oyen,
si nos escuchan, nos siguen porque nosotros no somos reaccionarios en nada,
nosotros no somos defensores de la burguesía en el sentido que se da a esta
palabra.
Que nos escuchen y verían que nosotros estamos ilusionados por el ansia y
por la convicción de que es necesaria una justicia social nueva; una justicia
social que no requiera para ser realizada que se gasten los sesos inteligencias
cumbres en tejer programas y grandes teorías, una justicia social que consiste
en devolver a España las posibilidades de producir
y de regirse pacíficamente, la posibilidad de vivir con orden, porque aquí
vamos a decir una gran verdad que es contundente y que puede más que todas
las teorías, y es: Si en España se vive bien y con orden, todos comen.
Este es el primer capítulo de nuestra justicia social, que se viva con orden y
paz, pero no con una paz burguesa, pero no con orden burgués, como dicen
en su terminología los marxistas, sino con un orden nuevo, que nosotros
llamamos nacional-sindicalista, que iríamos estudiando, que estamos
pergeñando, que iríamos confeccionando al compás del tiempo, de la
experiencia y del estudio, pero que consistirá así, en líneas generales, en que
todos los hombres útiles tengan derecho a trabajar, y todo el que trabaje tenga
derecho a comer, con sus padres, con su familia, con el producto de su
trabajo.
Esta es la base y el fundamento de nuestro programa social. Ahora no nos
interesa descubrir las teorías de nuestro programa social, porque no es cosa de
este momento, pero que sirva, que esté patente, este llamamiento que
hacemos desde aquí a los obreros, para que sobre todos los obreros
castellanos, los obreros de Valladolid conozcan que son víctimas de un
gravísimo yerro, de un engaño, de una especulación y de una explotación que
todos padecen en sus propios estómagos, y ello porque tienen solidaridad
castellana, porque tienen solidaridad labradora, porque no ven que todas las
clases y elementos de esta región que debían ir unidos por el mismo interés y
por la misma idea, son víctimas de la conjura más grande y honda, de la
conjura separatista, de la conjura marxista, de la conjura masónica, de la
conjura de los altos políticos y de las altas finanzas que van a lo mismo y para
recobrar nuestro suelo, nuestra libertad, nuestro pan, los obreros y patronos

298 Obras Completas


Onésimo Redondo

de todas clases deben unirse y marchar juntos por una España grande, por una
España libre y por una España única.
(Gran ovación que dura algunos minutos).
José Antonio Primo de Rivera supo expresar en su discurso de aquel día todo
lo que las J.O.N.S, de Castilla habían soñado. En su oratoria justa supo
comprender a Castilla -y con esto sumar para siempre F.E, con las J.O.N.S.:
“Esta tierra de Castilla, que es la tierra sin galas, sin adornos, la tierra absoluta,
la tierra que no es el color local, ni es la característica, ni es el río, ni es el
lindero, ni es el altozano. La tierra, que no es ni mucho menos los agregados
de unas cuantas fincas, ni el exponente de unos intereses agrarios, para
regatearlos en Asambleas, sino que es, la tierra.
“La tierra: la tierra como depositario de esos valores eternos, la austeridad en
la conducta, el sentido religioso de la vida y la alianza, la solidaridad entre los
antepasados y la tradición.
“Y sobre esta tierra absoluta, el cielo absoluto,. El cielo, tan azul, tan sin
celajes, tan sin reflejos verdosos de frondas eternas, que se dijera que es casi
blanco de puro azul. Y así Castilla, con la tierra absoluta y el cielo absoluto
mirándose, no ha sabido nunca ser una comarca, ha tenido siempre que ser un
imperio, Castilla, no ha podido entender lo local nunca, Castilla sólo ha
podido entender lo universal, y por eso Castilla se niega a sí misma, no se fija
en dónde concluye ni a lo ancho ni a lo alto, y Castilla, esta tierra llena de
nombres maravillosos, como Tordesillas, Medina del Campo, Madrigal de las
Altas Torres; esta tierra de Chancillería, de las ferias de Castilla -el decir todo
esto, es decir tierra de la Justicia, de la Milicia y del Comercio- nos puede
enseñar cómo fue aquella España que nosotros llevamos en el corazón con la
nostalgia de su ausencia”.
Todo el mitin transcurrió en fervorosa vibración nacional-sindicalista. Al
terminar la gente gritaba entusiasmada nuestras consignas, El espectáculo de
aquellas masas clamando dentro del teatro por una España nueva, era
verdaderamente aleccionante y conmovedor. Como muy bien decía
“Libertad” al siguiente día, con este mitin comienza la reconquista de la Patria;
es el primer acto de la juventud nacional para la liberación de España. En
ambiente de emoción y alegría nacionalista se inicia la salida. Abiertas las
puertas del teatro, salieron los primeros camaradas, que por acaso fueron -en
gran parte- los que habían concurrido de Bilbao. Grupos de marxistas
apostados en la Plaza se lanzaron como lobos sobre los que trasponían las
puertas, dando gritos diversos entre los que sobresalían el de “muera España”,
los agredidos acometieron con coraje a los marxistas, haciéndoles replegarse y
causándoles las primeras bajas. Se recogieron algunos heridos, y los rojos
transportaban uno que parecía muerto, hacia donde estaban otros de los suyos
que, con la vista en la víctima, se enfurecieron, arreciando, en la calle de las
Angustias, Plaza de la Libertad con sus mueras a España, mientras arrojaban
gran cantidad de piedras.

Obras Completas 299


Onésimo Redondo

La Guardia Civil y la de Asalto, hubo de hacer entonces diversos disparos al


aire que dispersaron a los bolcheviques. También ordenó la policía,
encañonando hacia el teatro, que fueran cerradas todas las puertas, como se
hizo. En el interior hervía la gente en deseos de salir y fueron necesarias
órdenes severísimas de Primo de Rivera, para contener a la multitud. Por la
puerta del escenario la salida se efectuaba normalmente. Formados los grupos
de choque mandados por Girón, Anselmo de la Iglesia, Salcedo y Luis Otero,
abriéronse de nuevo las puertas principales y en un instante se llenó de gente
la Plaza de las Angustias. Mientras los grupos de choque se iban directamente
hacia los provocadores, Ruiz de Alda quiso formar a la gente en grupo
compacto para evitar agresiones aisladas, y así se hizo en el primer momento
bajo los arcos del teatro. Sin embargo, la policía impidió este propósito y
obligó a caminar en grupos pequeños por diversas calles.
Se produjeron entonces muchos incidentes. Uno en la subida de la calle de la
Libertad, donde fue agredido a navaja un camarada de Valladolid. Sus
compañeros se arrojaron con porras sobre el agresor, derribándole al suelo y
propinándole una terrible paliza. En ese momento un guardia de Asalto hizo
varios disparos al aire y dispersó al grupo.
Entre las calles de Teresa Gil y Regalado, hubo también refriega,
repartiéndose numerosos palos y sonando disparos en abundancia. Los
guardias despejaron enérgicamente. También hubo disparos en la Plaza Mayor
sin que, afortunadamente, causasen víctimas. En la Plaza de los Arces un
grupo de marxistas, con una barra de hierro, mataron al estudiante de
Medicina, Angel Abella. En la calle de Teresa Gil, Ruiz de Alda, el aviador
Ansaldo, el Jefe del SEU, Valdés, y otros jefes locales, que obedeciendo a la
policía iban disgregados en grupos de diez, dieron frente valentísimamente a
un grupo de cincuenta socialistas. En plena refriega, cuando rodaban por el
suelo, agarrados unos a otros, y a puñetazo limpio, llegaron los de Asalto, que
a golpe de porra disolvieron a los contendientes.
Al frente de un pequeño grupo, en el que iban Arredondo y Peláez, de
Madrid, Bedoya, Narciso y otros. Primo de Rivera, pistola en mano, resistió
impertérrito los gritos exasperados de la chusma en Fuente Dorada, y dando
después la cara nuevamente a los marxistas que les hicieron objeto de una
pedrea en la calle de Regalado. En Cánovas del Castillo, Girón, José María
Gutiérrez, Palma y otros actuaron enérgicamente; Onésimo Redondo,
Sánchez Mazas y Anselmo, recorrieron los sitios de peligro varias veces.
Todos, desde los jefes hasta el último de los afiliados dieron prueba de
serenidad, de valor y de entereza.
Todos buscaron el peligro y emplearon con alegría la violencia.

Como un anuncio entre tiros, sangre y muerte dio su primer paso en la vida
pública FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S, Onésimo Redondo aquel
día, por la noche, comentaba alegre el resultado de la jornada. Parecía ver, allá
a lo lejos, que otro día, de nuevo, él con sus camaradas jóvenes habría de

300 Obras Completas


Onésimo Redondo

empuñar las armas contra los marxistas bajo la misma bandera roja y negra
que había presidido la decidida actuación de la juventud nacional aquella
mañana inolvidable del 4 de marzo.

Contra la revolución socialista


Febrero a Diciembre 1.934

Ya desde primeros de año venía Onésimo Redondo advirtiendo la preparación


de un movimiento revolucionario de tipo marxista, pero las derechas,
gobernantes entonces en alianza estrecha con el republicanismo radical,
sonreían mientras tanto, en un alarde de incredulidad y con su gesto de “gente
enterada” Tanto le preocupaba a Onésimo Redondo la preparación marxista
para la revolución, que todas las actividades de su vida en este año de 1.934,
giran indefectiblemente en torno a este hecho. Inicia, con este propósito una
campaña dura contra la inconsciencia derechista a fin de hacerla reaccionar si
posible fuera. Durante los meses de verano, esta campaña se agrava con la
aportación de datos concretos, de denuncias ciertas sobre manejos marxistas.
Pero además, siguiendo normas generales establecidas por el Triunvirato
Ejecutivo de la Falange, intensifica en lo posible la preparación militar de los
camaradas y extiende la formación de milicias a los campesinos con la
intención de tenerles pertrechados para hacer frente al intento sedicioso
marxista y quizá, si la coyuntura se presentaba favorable, para adelantarse por
aquello de que “el que da primero, da dos veces”. Para salvar la persecución
gubernativa, nuestras milicias se disfrazaron de grupos deportivos. A tal fin, se
alquiló un campo de deportes en La Rubia, a la orilla del río Pisuerga, donde
había un terreno preparado para campo de fútbol, atletismo, y donde se podía
practicar remo y natación. Para dar forma legal a aquello, se constituyó el Club
de Puerta de Hierro. En Puerta de Hierro los camaradas hacían diariamente
ejercicio físico e instrucción militar, se celebraban las reuniones más
importantes e incluso servía para lugar donde tener las armas. Aparte de los
ejercicios que se realizaban en el campo de “ Puerta de Hierro”, Onésimo
Redondo organizó las marchas, calificadas oficialmente de deportivas, en las
que cada domingo se congregaban los camaradas a las afueras de la ciudad y
formados con tambores y banderas iban a pueblos próximos, en los cuales se
juntaban con otros grupos de camaradas campesinos y reunidos realizaban
diversos ejercicios militares, oían charlas de Onésimo Redondo, siempre
jugosísimas, en las que mezclaba lo teórico con lo táctico, lo formativo con lo
vibrante. La eficacia de aquellas marchas ha sido bien probada después ante la

Obras Completas 301


Onésimo Redondo

unidad y rapidez de movilización de los camaradas de los pueblos que rodean


a la ciudad. Es curioso leer ahora lo que Onésimo Redondo escribía el 16 de
abril de 1.934 sobre las Marchas Deportivas con una terminología que evitaba
el uso de palabras como “milicia”, “miliciano”, “grupos de choque”, etc.” que
el celo gubernativo impedía usar:

Crece el entusiasmo por las pequeñas excursiones que los grupos deportivos
de la J.O.N.S organizan cada domingo.
Son simples marchas de entrenamiento para excursiones de más importancia.
Sirven para apresurar el fortalecimiento físico de los camaradas. Con ellas
aprenden a conocerse todos y contar prácticamente con el valor de cada cual y
la potencia colectiva. Además, proporcionan resistencia moral, indispensable
para transformarse en hombres nuevos mediante el esfuerzo consciente y la
disciplina. Sin estas marchas no hay espíritu nacional-sindicalista posible. Ni
cabe soñar en hacer algo interesante por España ni mucho menos en vencer,
mientras una Parte selecta de la juventud no se transforme en el sentido que
los grupos deportivos de la J.O.N.S enseñan.
Por otra parte, los camaradas de la ciudad se habitúan al contacto con los
medios campesinos y con el ambiente de la auténtica vida española: la del
campo y las aldeas. Los camaradas campesinos, en cambio, adquieren
hermandad y confianza con el hato disciplinado de los camaradas estudiantes
y obreros de la ciudad.
Hay que hacer excursionistas en el sentido y modos que los grupos de las
J.O.N.S enseñan, a muchos millares de jóvenes españoles. Se advierte que los
hijos de familias muy acomodadas son los más reacios a la disciplina y al
sacrificio.
Es natural. Pero las J.O.N.S sabrán sacar las debidas consecuencias de ese
hecho.
El domingo, como de costumbre, a las siete de la mañana, habrá marcha,
partiendo del lugar que se indicará, ese día será obligatoria la asistencia para
todos los que aspiren a pertenecer a los grupos deportivos.
Como ya se llevaban unas cuantas semanas de marchas deportivas aisladas, se
proyectó que hubiera una concentración de milicias cada domingo en una
comarca. Para la primera concentración se pensó en la comarca del Valle del
Duero, eligiéndose el pueblecito de Castrillo de Duero, explotando el motivo
de celebrar un homenaje a “El Empecinado”, célebre guerrillero, el día 2 de
mayo, fiesta de la Independencia. Las milicias de Valladolid y pueblos del
trayecto hasta Peñafiel, habrían de realizar el viaje en ferrocarril; los otros,
llegarían a Peñafiel en carros o autobuses. Todos juntos deberían hacer,
finalmente, una marcha imponente, por el número de camaradas, hasta
Castrillo de Duero y allí, tras de unos discursos, entregar solemnemente las
cartillas de milicianos. La concentración se anunció de la siguiente manera:

302 Obras Completas


Onésimo Redondo

F.E, DE LAS J.O.N.S.


SIMBOLICA DEMOSTRACION ESPAÑOLA EL DIA 2 DE MAYO
La organiza la J.O.N.S, de Valladolid, en Castillo de Duero, patria de “El
Empecinado”.
Acudirá, en forma regular y disciplinada, la juventud obrera y campesina de la
comarca. Es un homenaje al gran guerrillero de la Independencia y un grito de
rebelión contra los antinacionales, los separatistas y los traidores, como el 2 de
Mayo de 1.808.
Queremos celebrar un acto campesino en un pueblo pobre y olvidado, como
lo son la inmensa mayoría de los pueblos castellanos.
La España que produce y trabaja, frente a la que explota y destroza las
energías nacionales en la especulación, en la política, en la lucha de clases o
partidos.
Os hablarán:
Generoso López (campesino).
Víctor Gómez Ayllón.
Onésimo Redondo Ortega.
José Antonio Primo de Rivera.
¡Arriba los campesinos oprimidos! ¡Un abrazo de fraternidad e independencia
entre todos los castellanos que se sienten víctimas de la misma opresión!
¡Contra el marxismo, la masonería, el separatismo y el capital político
financiero! ¡POR UNA ESPAÑA DE VERDAD CAMPESINA Y
AUTENTICA! ¡POR UNA PATRIA GRANDE, LIBRE Y UNICA!
Miles de campesinos, usando toda clase de medios de locomoción y muchos a
pie, acudirán ese día a Castillo de Duero, en el partido de Peñafiel No importa
que oficialmente sea día de labor el 2 de Mayo.
Es la fecha de la Independencia Nacional, que una política traidora, ladrona y
afrancesada, borró del calendario como hubiera borrado del mapa a la España
unida.
¡Campesinos: La Independencia Nacional y vuestra redención bien se merecen
un día. Sea ese el 2 de Mayo próximo!
Con el pretexto del estado de alarma, el ministro de la Gobernación radical
prohibió el acto de Castillo de Duero, mientras fue posible una manifestación
antiespañola en Barcelona presidida por las autoridades y mientras se
toleraron manifestaciones marxistas el 1 de Mayo. Además se suspendió otro
mitin de Falange Española en Palencia y se suspendió nuestro semanario
madrileño “F.E,”. Como si no fuera poco, fueron cerrados gubernativamente
los locales de Falange con motivo de la huelga estudiantil, en la que nuestros
camaradas de Madrid tuvieron que actuar con suma energía contra la “F.U.E”
completamente controlada por los comunistas, que trataron de imponer el
terror soviético en la Universidad.
Ante la situación de cobardía derechista y de provocación marxista, Onésimo
Redondo, firmemente convencido de cuál era la solución al problema

Obras Completas 303


Onésimo Redondo

nacional, instruía a los camaradas de Castilla en “Libertad”, de la siguiente


manera:
¡MILICIAS, MILICIAS!
Sólo la instrucción militar y la disciplina de los jóvenes puede redimir a los
pueblos.
Para salir del barro marxista es indispensable armarse.
¿ Qué es la J.O.N.S? Una idea, una ilusión de libertad española y un horizonte
de Justicia y de Imperio.
Pero es también, y antes que nada, una milicia española.
Donde haya un puñado de cuatro hombres armados e instruidos, resueltos a
defenderse del marxismo, hay una J.O.N.S.
Para la defensa de nuestro pan, nuestra libertad y nuestro honor. Para
salvaguardar la dignidad de nuestros hijos, la honradez de nuestras hermanas y
la honestidad de nuestras mismas esposas, debemos detener, COMO SEA, la
invasión creciente de la barbarie roja.
Es hombre sin honor el joven español que por cobardía no se alista en las
milicias nacionales.
No puede haber trabajo tranquilo y libertad de vivir donde la criminalidad
marxista domina. Y no se librará el pueblo de la criminalidad marxista si no la
hace frente con una organización militar de jóvenes.
En todos los pueblos debe haber, al menos, una escuadra de hombres
decididos y serenos, agrupados militarmente.
¡ Camaradas campesinos antimarxistas! ; Haced instrucción!
Mientras tanto comenzaban a caer con escandalosa frecuencia camaradas
nuestros asesinados brutalmente por la espalda por los marxistas
envalentonados por el impunismo que la cobardía de los partidos centro
derechas gobernantes llevaban al ambiente social. El separatismo catalán
volvía de nuevo a provocar situaciones de violencia en clara colaboración con
el marxismo. Con motivo de la ley de cultivos los catalanes se colocaron en un
plano de franca rebeldía. Los socialistas se dedicaban a organizar huelgas
extralegales, al crimen, y al contrabando de armas. En aquel ambiente de
desconcierto, de desmoralización, ante un ejército marxista de asesinos y ante
los latigazos que en su miedo nos proporcionaba la burguesía política
gobernante, asustadiza y suicida, Onésimo Redondo clamaba:
¡Sin milicias nacionales no hay salvación! Un pueblo con miedo es un pueblo
esclavo. Si los separatistas quieren la guerra, ¡viva la guerra! La canalla roja,
cobarde y protegida, quiere extenuar por el crimen el movimiento nacional-
sindicalista. No lo conseguirán, pero están dando fundamento a nuestra
implacable justicia del mañana.
Más que los manejos rojos, cada día más claros, dirigidos a producir la
revolución social en un plazo bien corto en alianza con los separatistas,
preocupaba a la Falange la cerrazón de los que teniendo los resortes del
Poder, sacrificaban una acción enérgica y decisiva a la comodidad de no
crearse preocupaciones o la pequeñez de una táctica política temblorosa. Los

304 Obras Completas


Onésimo Redondo

elementos de orden ni se atrevían a hacer frente de un modo resuelto a la


revolución marxista que se preparaba descaradamente a la vista de todos, ni
permitían que la juventud nacional se organizara e impidiera con violencia y
con audacia el estallido subversivo rojo.
Contra todo y contra todos, sin embargo, nuestro movimiento crecía.
Precisamente a primeros de septiembre Falange logró movilizar en Madrid a
todos los obreros parados del ramo de la construcción, lanzándoles
revolucionariamente a la conquista de un puesto en las obras. Por otro lado,
durante todo el verano nuestros camaradas de los grupos de choque, habían
logrado hacer frente a un grupo de “chíbiris” causándoles bastantes muertos.
A finales de septiembre se reunió el Consejo Nacional de la Falange para fijar
el programa doctrinal del movimiento nacional-sindicalista y a la vez para
elegir Jefe nacional que sustituyera al sistema de triunvirato que hasta entonces
venía funcionando. Precisamente estando reunido el Consejo Nacional, llegó
la noticia de haberse producido la revolución marxista y el levantamiento
separatista. En aquellos momentos trágicos y convulsos el Consejo Nacional
eligió por unanimidad a José Antonio Primo de Rivera para Jefe del
movimiento. Se acordó ponerse inmediatamente, sin reservas, a pesar de las
enormes diferencias teóricas políticas y éticas que nos separaban, al lado del
Gobierno que representaba en aquellos momentos la unidad nacional y la
actitud antimarxista. Inmediatamente de ser aclamado por Jefe nacional del
Movimiento José Antonio Primo de Rivera, se dio por terminado aquel
primer Consejo Nacional de Falange Española de las J.O.N.S, Onésimo
Redondo se reintegró a su puesto de Valladolid para cooperar desde aquí al
aplastamiento de la revolución marxista. El, sin embargo, apreció rápidamente
que la política centro-derecha era inapta para sacar las consecuencias que
España precisaba. Con su valiente sinceridad en los primeros días post-
revolucionarios (15 de octubre), en los que dominaba un fácil optimismo
burgués, Onésimo Redondo escribía a toda plana en “Libertad”:
¿MALOGRARÁN LOS POLITICOS LA VICTORIA QUE HA
CONSEGUIDO EL EJERCITO?.
No nos extrañaría que la voz de “Libertad” resultase discordante en el
conjunto de tantas opiniones satisfechas. Discordante viene resultando desde
que el optimismo facilitón y económico de los que hablan mucho y meditan
poco se obstina en dar por conjurados todos los graves peligros. Pero la
realidad implacable viene a abrir, aunque tardíamente, los oídos de tantos
seres confiados y a demostrar que “Libertad” acierta. Si también acertamos en
adelante, no es nuestra la culpa.

NO IBAN A TRIUNFAR
El resultado de la revolución rojo-catalanista se juzga comúnmente como una
victoria de España sobre sus enemigos. Sólo a medias compartimos esa
opinión. Será victoria si se sabe proceder como vencedores. En otro caso, a la
corta o a la larga sería una derrota de España como lo fue el fusilamiento de

Obras Completas 305


Onésimo Redondo

Ferrer, o la huelga del año 17 o la insurrección de Jaca. Con la diferencia de


que ahora los fenómenos se suceden con mayor rapidez y de que esta nueva
derrota, inversión de una victoria aparente, sería el fin de España. Entonces,
no tendrían nuestros malaventurados políticos ni el pobre pueblo español
ocasión de aprender una vez más. Todo hace prever que nos hallamos en la
pendiente de la experiencia definitiva. La vida de España como país civilizado,
el honor y la existencia libre de los españoles dependen de que la derrota de
los revolucionarios de octubre no se cambie una más en victoria por culpa de
los políticos.
“Las revoluciones triunfan aunque resulten vencidas” ,decía ¡EN
BARCELONA! no hace todavía un mes Jiménez Asúa. (El mismo que ya ha
sido puesto en libertad, con su secretario, como si ninguna parte hubiera
tenido en la rebeldía que siguió con pocas semanas de distancia a su discurso).
Esa expresión del intelectual marxista nos parece, en presencia de lo ocurrido,
la clave suprema de la revolución dominada. Revolución que se ha urdido -no
seamos inocentes- a sabiendas de que iba a fracasar. Pecan de ingenuos, como
siempre, los opinantes derechistas que rasgan su rostro con ancha sonrisa de
paz augusta, gozando tranquilos ante “el descalabro izquierdista”. ¿Cuándo
levantarán cabeza.? ¡Creían que iban a triunfar!
La observación pasada de los sucesos y los hechos posteriores, demostrarán a
toda vista mediana, mente perspicaz que los líderes marxistas no iban a
triunfar. Iban a lo que han conseguido: dañar, perturbar, aterrorizar y preparar
con el ensayo uno o más golpes hasta el definitivo, ¿No dice nada la entrega
voluntaria de Largo Caballero en su domicilio?”.
Salvo la bufonada catalanista, todo estaba previsto en las cabezas de Azaña,
Largo, Prieto y el mismo Besteiro. Conocían la flojedad de sus flamantes
milicias, el falso sentido de sus fanfarronadas, la inseguridad de sus ridículos
mandos. Sabían que -aparte de Asturias y acaso Vizcaya- los demás núcleos
socialistas son concentraciones pequeño-burguesas de obreros sin coraje
revolucionario, confiados sólo en aprovechar la victoria que otros les logren.
No puede ponerse en duda que Largo y Prieto presuponían la insignificancia
del ataque madrileño, donde ni un solo puesto de policía ha sufrido apuro. Ni
cabe imaginar que la marrullera y ancha experiencia de los magnates socialistas
desconociese la importancia de su enemistad con la C.N.T. ¿Cómo iba a
pretender triunfar un movimiento en el que Andalucía, Extremadura,
Valencia, Zaragoza y la misma Barcelona permanecían quietas con las masas
obreras de espaldas a la revolución?.

POSTURA DE LAS IZQUIERDAS


El partido socialista conocía de sobra, y de antemano, su derrota material y sin
embargo fue a ella, ¿Acaso “para jugarse la última carta” como susurra la
opinión confiada de los que nada saben de revoluciones.? ¡Inocente
comentario!

306 Obras Completas


Onésimo Redondo

Incapaces quienes así juzguen de abrir con interés la historia de cualquiera


tendencia revolucionaria en cualquier período de la historia humana, olvidan
que los partidos consagrados a la revolución no tienen necesidad de vencer en
una sola. En cambio tienen precisión de provocar cuantas puedan, so pena de
extinguir su fuerza y licenciar sus gentes. Esa es la situación histórica de las
izquierdas españolas en estos momentos. Ellas -o sea la masonería- y el
socialismo en primer término, han comprendido, y comprendido bien, que
por la vía electoral ordinaria no volverán al poder. Se saben en minoría.
Tienen enfrente, por tanto, todo el aparato democrático del Estado que ellas
mismas hipócritamente forjaron para usarle en su favor. Ya no habrá más
elecciones favorables a las izquierdas. Ya no hay entrada constitucional en el
poder.
Estas observaciones -tan corrientes- , son indispensables para interpretar la
revolución de octubre y saber tratar en consecuencia al enemigo. Pues es
utilísimo percibir que no se da ni mucho menos por vencido; que no ha
sufrido hasta ahora ni siquiera un grave trastorno en su plan.

LOS VERDADEROS OBJETIVOS


Contaba y cuenta la masonería y el socialismo, con la inocuidad y la demencia
de los poderes parlamentarios. Calculan que la lineada y en definitiva el
perdón (suplicado o exigido) serán -como el año 9, como el año 17-, el
galardón de sus crímenes. Necesitaban sacudirse el prejuicio de
gubernamentalismo y la memoria próxima de sus corruptelas desde el mando,
borrar el estigma de enchufistas y acomodaticios que les manchaba ante los
sectores obreros de verdad revolucionarios, sofocar el fantasma gubernativo
de Casas Viejas, tonificarse con sangre y mezclar su nombre en jornadas
épicas que impresionen a la multitud revolucionaria. Eso lo han conseguido,
singularmente por los sucesos de Asturias. Les convenía demostrar de algún
modo que son capaces de asesinar, incendiar y someter a la población
aterrorizada: detalles indispensables para todo partido que escoge la vía de la
revolución roja. Precisan un Estado inquieto y preocupado, un pueblo
espantado y una economía ruinosa, quieren bienquistarse con las masas
anarcosindicalistas o atraerías. Han buscado víctimas y posibles héroes para
enfurecer los huracanes de su demagogia futura. Han querido ahondar el
abismo entre las derechas llegadas a la gobernación del Estado y las filas
proletarias de sus partidos, produciendo con el desequilibrio y la sucesiva
propaganda una nueva grieta -por confusión, por sentimentalismo acaso- en la
masa neutra fluctuante”.
Táctica revolucionaria anterior y superior a Trotsky y de ningún modo
improvisada para nuestras izquierdas, bien dirigidas por la masonería francesa.
Este articulo causó escándalo y hasta indignación. Hubo gente que calificó,
con motivo de las anteriores afirmaciones, a Onésimo Redondo de visionario
y de derrotista. No veían los que así juzgaban de Onésimo Redondo que él
había acertado siempre porque era más que un político profesional, porque

Obras Completas 307


Onésimo Redondo

sencillamente era nada menos que voz auténtica del pueblo castellano, que
forjó la unidad de España y le dio un imperio. Esta desilusión ante la
mediocridad de la política centro-derecha y ante su falta de visión nacional se
extendió rápidamente sobre la juventud rebelde ante la pequeñez de la España
partidista. La Falange por sus bocas autorizadas clamó una y otra vez contra la
ineptitud de los gobernantes antiheróicos. Fue entonces cuando nuestro gran
José Antonio escribió en el semanario de la Falange madrileña aquel
maravilloso artículo acogido por los fariseos con desgarrones de vestiduras,
que se titulaba “UNA VICTORIA SIN ALAS”; también de entonces es aquel
otro artículo de José Antonio que apareció en “Libertad”, no reproducido en
ningún otro periódico, en el que bajo el título de “UNA OCASION DE
ESPAÑA”, se afirmaba:
“Si la lucha hubiera surgido entre proletariado y burguesía, ésta podría invocar
ahora, aunque nos doliera, el derecho del vencedor. Pero no han sido esos los
términos en que se planteó la batalla; la batalla se planteó entre lo antinacional
y lo nacional, entre la Antiespaña y el genio perenne de España. Este ha
vencido; para él el triunfo; pero no para nadie -clase o partido- que ahora se lo
quiera apropiar.
Se ha vertido en estas fechas demasiada sangre española -sangre popular
española-, de soldaditos estoicos y alegres, de guardias veteranos, y oficiales
magníficos, de gentes ligadas a nuestras tierras por una permanencia de
generaciones y generaciones, para que todo redunde en el restablecimiento de
un orden burgués, con barbacanas de sindicatos obreros domesticados. No se
ha combatido para eso. Nuestros soldados no han muerto por eso, que les es
ajeno a los más; han muerto por lo que es de todos: por su España y por
nuestra España; por romper esa costra de desaliento y cobardía y abyecta
conformidad en que vegetábamos.
No haya perdón para los que quieran malograr el triunfo. Todo un esfuerzo
así reclama airadamente que se extraigan las últimas consecuencias. Otra cosa
fuera estafar el caudal de sangre y de heroísmo recién descubierto. Si ha
triunfado el genio de España hay que entregar el botín y el trofeo al genio de
España. Hay que entregar a España a su propio genio, para que la posea con
amor y dolor, para que la devuelva las eternas palabras enmudecidas, para que
la fecunde, la temple y la alegre En la madrugada del 7 de octubre los cañones
emplazados frente a la Generalidad llamaron otra vez -con su vieja voz
conocida- al alma profunda de España. Ella respondió, trágica y heroicamente.
No resulte ahora que fue invocada para una bagatela. No lo tolerarían las
sombras de los muertos. Ni lo toleraríamos nosotros”. Respondiendo a esta
desilusión de la Falange, que a la vuelta de año y medio iba a ser la desilusión
de toda España, Onésimo Redondo, que escribía siempre para el pueblo,
vulgarizaba las exigencias nacional-sindicalistas de justicia y revolución
nacional en un suelto al alcance de todas las mentalidades, en el que con su
prosa limpia, sencilla y castiza, hacía comprender nuestras razones oportunas
y ambiciosas incluso a los olvidados campesinos de las más pequeñas aldeas.

308 Obras Completas


Onésimo Redondo

COMO HABRÍA OPERADO LA JUSTICIA NACIONAL-


SINDICALISTA DESPUES DE VENCER A LA REVOLUCION.
LOS TRES PRIMEROS DIAS:
Muerte de horca para Azaña, Prieto, Largo, Teodomiro Menéndez y
Companys.
Cumplimiento inmediato de todas las sentencias de los Tribunales militares.
Detención de todos los diputados y caciques socialistas y separatistas.
Disolución del partido socialista. Intervención judicial de los fondos, de todas
las organizaciones rojas. Supresión de la C.N.T, y del partido comunista. Plazo
de ocho días para la entrega voluntaria de todos los fusiles, pistolas y
explosivos de los revolucionarios. Pena de muerte a todo el que pasado ese
plazo resultara complicado en la tenencia de cualquier arma o explosivo
destinado a la revolución. Armamento de las milicias nacionales, colocándolas
al servicio del Estado.
Expulsión de los corresponsales de la prensa judía de todo el mundo.
Incautación de la prensa antiespañola del interior.

DESPUES:
Campos de concentración en Extremadura, para los jefecillos catalanes.
Trabajos forzados para todos los líderes marxistas que no hubieran caído bajo
la acción de los Tribunales. Empleo en obras públicas y régimen de
prisioneros, para todos los marxistas y separatistas detenidos con armas. Igual
destino a los principales funcionarios públicos culpables de masonería,
marxismo o separatismo.
Llamamiento voluntario de los jóvenes de 18 a 25 años a fin de constituir
definitivamente la Milicia nacional.
Supresión del Parlamento de partidos. Organización nacional-sindicalista de
todos los oficios.
Inmediata colocación de los obreros parados, mediante el reajuste de
profesiones y salarios, la intensificación de las obras públicas y el servicio
general de trabajos forestales para la juventud. Control de ganancias en las
grandes sociedades anónimas. Rebaja del interés del dinero y de los grandes
sueldos.
Como siempre los políticos no podían realizar estos afanes legítimos del
pueblo y preocupados por sus pequeños intereses defraudaron a la comunidad
nacional. Precisamente por esto Falange Española se preocupó muy bien de
marcar las abismáticas diferencias que nos separaban de todos los elementos
caducos de la vieja España, que al socaire de la represión antimarxista,
intentaban poner a flote sus repugnantes designios. Onésimo Redondo fue de
los que con más afán se lanzó a esta obra de distinción, apaleando
continuamente las consignas y las tácticas seguidas por los gobernantes
radicales, agrarios y de Acción Popular que maldirigían los destinos de España
en aquellas horas turbias de octubre y noviembre de 1934. En aquellas horas
de confusionismo precisamente vio la luz acribillado por la censura política,

Obras Completas 309


Onésimo Redondo

un manifiesto de José Antonio Primo de Rivera terso y claro en el que


señalaba la ruta incontaminada que había de seguir la Falange y que hoy,
frente al desenlace de otra revolución, tiene la máxima actualidad:

A TODOS LOS AFILIADOS A F.E. DE LAS J.O.N.S


Urge, que todos los afiliados a nuestro movimiento se apliquen desde ahora,
con entusiasmo y diligencia máximos, a divulgar por todas partes la afirmación
de las posiciones siguientes:
1ª CONTRA LA CONFUSION,- La victoria sobre un movimiento
separatista puede llenar de jugo histórico y nacional un período de medio
siglo. Pero ello necesita que las manos victoriosas sean capaces de extraer ese
jugo y que la mente de los vencedores albergue, inequívoco, el sentido
profundo de otra España. No confiamos en que eso ocurra. El estilo más que
trasnochado de quienes gobiernan, el tono conservador, egoísta y antiheróico
de los partidos hoy agrupados en el Poder, justifican el temor de que todo se
desperdicie. La fecha del 7 de octubre, que pudo ser inaugural, se perderá en la
espesa mezcolanza de otras fechas mediocres: Populistas, radicales,
demócratas y agrarios se las ingeniarán para no deducir del instante ninguna
consecuencia heroica. El tesoro del sentido español que encierra la victoria
sobre el separatismo, se gastará en la calderilla de las “sesiones patrióticas”, de
las acciones de gracias al Gobierno y de las alianzas de las gentes de orden.
Nuestra juventud, terminantemente, se abstendrá de participar en tales
mojigangas. En el altivo aislamiento de ayer y de siempre, guardará intacta la
virtud espiritual de la reconquista para cuando llegue, ni mediatizada ni
compartida, la total victoria.
2ª CONTRA “EL ORDEN”, -¡Aviso!- Ya se barrunta que la primera
consecuencia apetecible de lo ocurrido es, para las gentes llamadas de
derechas, “el restablecimiento del orden”. Ninguno de nuestros militantes,
pasados los momentos de lucha, participará en semejante empresa. Nosotros
queremos el orden, pero “otro orden”, diferente hasta la raíz. El régimen
social imperante que es, por de pronto, lo que se ha salvado de la revolución,
nos parece esencialmente injusto.
3ª CONTRA LA COMPONENDA.- Ya se barrunta (y ello no es sino nota
específica dentro de la general tendencia a la confusión) que los sucesos
revolucionarios van a carecer del final neto y escueto ineludible.
Empiezan al mismo tiempo los preparativos de impunidad para los directores
de la revolución, las seguridades de pervivencia para el Estatuto de Cataluña y
las negociaciones de arreglo con los sindicatos socialistas, a los que el
Gobierno confía en “amaestrar” gracias a la mediación del profesor Besteiro.
Ni uno sólo de nuestros militantes se considerará exento del deber de hacer
campaña contra tales cosas. Exigimos penas decisivas para los verdaderos
jefes políticos del movimiento; hay cosas que sólo pueden terminar
decorosamente en tragedia y que se ensucian y envilecen desenlazadas en
pantomima. Exigimos la derogación total del Estatuto de Cataluña: una

310 Obras Completas


Onésimo Redondo

Cataluña purgada de propósitos separatistas podrá aspirar, como las otras


regiones de España, a ciertas reformas descentralizadoras; pero la breve
experiencia del Estatuto lo ha acreditado como estufa para el cultivo del
separatismo; conservarlo después de semejante demostración sólo puede ser
obra de traidores. Exigimos, por último, al mismo tiempo que una revolución
completa en lo social y económico, la disección implacable de cuantos fondos
turbios esconden la U.G.T y el partido socialista: nos parece indecente
escamotear esa implacable fiscalización tras una contrata de la tranquilidad
pública con los socialistas moderados,.
4ª CONTRA EL SACRIFICIO DE LAS FUERZAS ARMADAS.- Con
mucha más unción de la que cabe en los “homenajes públicos” en ciernes,
nosotros hemos de compartir en estos días la emoción orgullosa y silenciosa
de nuestro Ejército, de nuestra Marina, de nuestra Guardia de Asalto, de
nue8tros Carabineros, de nuestras fuerzas de Vigilancia y de Seguridad. Ellos
han soportado las consecuencias de una necia política que permite formar
tempestades para que descarguen al fin sobre los mismos hombros sufridos.
Nuestras fuerzas armadas se han clareado de mártires en estos días Han
sufrido, además, el espectáculo horrendo de sus mujeres y de sus hijos
atormentados. Ni el terror, ni la debilidad, ni la indisciplina hallaron albergue,
no obstante, bajo los uniformes. La sangre militar se ha derrochado en
desagravio a España por las culpas y las traiciones de los otros.
Las armas de España necesitan más que elogios verbales y ceremonias.
Necesitan justicia. Ya los Tribunales de guerra vuelven, como siempre, su
severidad contra los que flaquearon o traicionaron en las propias filas
marciales. Ahora que no queden impunes los culpables verdaderos, los
políticos, que por sustanciar sus despechos o lograr sus codicias desataron el
caudal irreparable de tanta y tan buena sangre española. Sea la FALANGE
ESPAROLA DE LAS J.O.N.S, la que con voz más recia y sincera supla, en
demanda de justicia, la voz, enmudecida por el deber, de los Institutos
armados.
Así, bien señalado el camino, difícil y áspero, pronto se vio Falange envuelta
en el odio de los políticos. A finales de noviembre era para Onésimo Redondo
ya completamente inminente la derrota total y absoluta del equipo gobernante
y señalaba, con tino y decisión, como principal responsable al partido de
Acción Popular, cuyos errores remarcaba en un artículo titulado “EL BIEN
POSIBLE, Y EL MAL EN AUMENTO”.
No tenía Onésimo Redondo por qué callar el fracaso de las derechas puesto
que la salvación de España había de estar, según el mismo había dicho muchas
veces, por encima de las derechas y de las izquierdas. El año 1.935 no fue sino
una plena confirmación de todos los vaticinios que Onésimo Redondo había
hecho sobre la incapacidad de los grupos conservadores para salvar a nuestra
Patria. Contra izquierdas y contra derechas hablaba Onésimo Redondo a
Castilla, y todos los campesinos supieron comprender el sentido exacto y

Obras Completas 311


Onésimo Redondo

revolucionario de aquella arenga que al terminar el año hizo llegar Onésimo


Redondo hasta los últimos rincones castellanos:
CONTRA EL OPTIMISMO INTERESADO DE LOS POLITICOS.
Afirmar hoy que la situación española ha mejorado arguye ceguedad o
carencia de patriotismo. Ni se ha vencido a fondo al separatismo, ni se ha
remediado el hambre, ni hemos hecho frente con realidades a la perversión
marxista de las masas. La inmoralidad continúa haciendo estragos, la
paralización de la vida industrial es mayor que nunca, la agricultura no ha
salido de su miseria, las escuelas públicas continúan sin Dios, los niños no
conocen a España.
¿A esto se llama mejorar de situación? El egoísmo de los ricos es el mismo; la
superficialidad de las clases acomodadas, mayor; la insensatez de la llamada
mujer cristiana es creciente y el desamparo moral de la juventud, por parte del
Estado, total.
¿Dónde están los nuevos Presupuestos saneados? ¿qué camino lleva la
redención del campesino? ¿qué se hace de repoblación forestal?.
¿Cuál es nuestro prestigio ante el mundo? ¿qué justicia española se prepara
para los traidores a la Patria? ¿ Cómo “mejora” nuestro comercio exterior?. ¿
Cuáles son las reformas positivas en la podredumbre administrativa? ¿Dónde
está el Ejército que España necesita?.
Lo único que hay son bellas promesas y preciosos discursos parlamentarios.
Pero eso lo ha habido siempre.
La situación de España es lamentable y triste. La victoria de hace un año se ha
empequeñecido como nunca pudo suponerse, la conseguida hace mes y medio
se ha ahogado de intento en Madrid y la reacción españolista se ha estrellado
ante la brutal incomprensión de los políticos.
Esa es la verdad, desnuda de literatura y convencionalismos.
Una vez más, jóvenes españoles: EL PARLAMENTARISMO ES LA
AGONIA DE LA PATRIA, LA CONSTITUCION MASONICA UN
GRILLETE PARA LAS ASPIRACIONES NACIONALES Y LOS
PARTIDOS POLITICOS EL CANCER DEL PUEBLO, COMO LO
FUERON SIEMPRE.

Sólo UN EJERCITO de milicianos, dispuestos al sacrificio y a la guerra por


hacer libre a España, puede permitir al pueblo labrarse su grandeza. Sólo los
jóvenes agrupados en las J.O.N.S, restituirán con hechos y no con palabras el
honor y la libertad a una nación víctima de la política. ¡Con el gesto erguido de
los descubridores, que saludaban al sol! ¡Con las flechas y el yugo de la Unidad
y el Poder imperiales de España! ¡Todos los jóvenes fuera de los partidos
políticos! ¡Todos agrupados en la Falange Española! ¡Viva la Revolución
nacional!

312 Obras Completas


Onésimo Redondo

En las puertas de una nueva edad


Enero a Diciembre 1935

Con estas mismas palabras comenzaba su tarea en 1935 Onésimo Redondo,


con estas palabras dichas de cara al porvenir grandioso de España en el
mundo, formuladas sobre un hecho de tipo internacional, la reincorporación
del Saar a Alemania. Como todo genio político, Onésimo Redondo, de un
episodio de la política europea sacaba rápidas y contundentes consecuencias
proféticas y levantaba todo un programa de política imperial. Empezamos,
pues, este Capítulo con sus palabras iniciales de un año fecundo y que tienen
además una significación especial como anuncio de una edad nueva
proclamada en 1935 y que había de ser realidad a partir del 18 de julio de
1936.
Avanza en el mundo la redención de los grandes pueblos oprimidos. En el
plebiscito del Saar, Alemania se afirma como una raza resuelta a no perecer.
La revolución nacional abrió a Alemania el camino de su liberación. La
liberación de España vendrá también por la revolución nacional. Una
Alemania unida es el comienzo de una fuerte alianza entre todos los países
germanos. Y una España unida será el bastión de la Hispanidad resucitada.
Así como la Alemania de Hitler ha recuperado el Sarre y tarde o temprano
conquistará la voluntad de Austria, la España Nacional-Sindicalista restaurará
el Imperio unido de todas las naciones que hablan español.
Habrá llegado su hora entonces a la mentirosa y tiránica civilización judeo-
masónica que es el reino de la hipocresía y el interés, con la opresión perpetua
de los continentes africano y asiático. España reanudará su afán histórico de
redimir a los pueblos bárbaros y la alianza hispano-germana nos colocará a la
cabeza del mundo.
A principios de enero, también, tuvo lugar un acto de gran trascendencia para
la J.O.N.S de Valladolid. Desde la creación de los primeros grupos nacional-
sindicalistas en 1931, habían sido precisamente los estudiantes los que con
más entusiasmo habían respondido y los que con más decisión habían luchado
en todo momento. Quebrantada completamente la F.U.E en 1934 habían
llegado nuestros camaradas estudiantes a ser el grupo político más importante
en la vida universitaria. Falange, fiel a su espíritu combativo y a su manera
sindicalista de entender la vida social había creado ya el S.E.U, (Sindicato
Español Universitario), y fue la Asamblea de constitución del mismo en
Valladolid con asistencia de más de mil estudiantes, hecho relevante en el
desenvolvimiento de la Falange castellana y ocasión oportuna, en aquellos días
en los que la propaganda era tan difícil, para dos magníficos discursos, uno de

Obras Completas 313


Onésimo Redondo

José Antonio Primo de Rivera y otro de Onésimo Redondo, que terminó con
estas palabras:
Somos revolucionarios, entendiéndose esta palabra no en el vulgar concepto
marxista de dinamiteros, sino en su verdadero significado de transformación;
emprendiendo esta transformación es cuando empezaremos a recuperar la
España en ruinas que nos legaron nuestros padres; quizá no comprendan
nunca nuestra rebelión de hijos aun cuando les digamos que vamos a ser
mejores que ellos. Y tened en cuenta que para alcanzarlo será necesario
infiltrar en la totalidad de nuestra juventud primero el espíritu de esa rebelión
que comienza transformándonos a nosotros; sin eso no podremos romper
con la barrera del formulismo que sujeta al siglo de nuestros antepasadas; pero
sabed también que el día en que logremos transformar de esta manera a
nuestro pueblo, habremos renovado una Patria como la nuestra España; y una
raza como la nuestra, la Hispana.
En febrero organizó Onésimo Redondo dos conferencias en el teatro
Calderón, la primera de las cuajes corrió a cargo de Eugenio Montes, en la que
desarrolló de un modo magnífico el ambicioso tema de “DESTINO DE
ESPAÑA EN EL MUNDO”. Con motivo de esta conferencia expuso
Onésimo, en pocas palabras, el juicio que le merecía Eugenio Montes,
diciendo:
“He aquí la más cumplida creación, hasta el día, del genio literario y filosófico
de la España nueva. Comparte con Maeztu, Sáinz Rodríguez y Giménez
Caballero, la supremacía del pensamiento nacional contemporáneo, en su
zona polémica y actualista, pero es quizá el más rígidamente nacional de los
tres y desde luego el más hondamente revolucionario.
Eugenio Montes es nuestro. Nosotros le seguimos desde sus primeros pasos
en el camino de la revolución nacional, a la que sirve, si no de principal
definidor, sí del más elevado poeta. Día a día, situado en medio de una
Europa vuelta de espalda a España, ha clavado en la médula del presente y del
porvenir del mundo, la clarísima afirmación de nuestro universal destino.
España, para Eugenio Montes, es la antítesis de un mundo que perece y por lo
mismo, la ley de lo que ha de sucederle.
No es sólo literatura, y literatura magnífica, tersa y de clásicas virtudes
eruditas, lo que hay en los escritos filosóficos y en los reportajes de Eugenio
Montes. Hay en todos una fe viva y demostrada. Tras de esa fe vamos: la de la
unidad, la grandeza y la visión imperial de España.
Eugenio Montes es nuestro.
La segunda conferencia la dio nuestro Jefe Nacional, José Antonio Primo de
Rivera, desarrollando magníficamente el tema de “ESPAÑA Y LA
BARBARIE”, que causó verdadera sensación, sobre todo algunos párrafos
verdaderamente novedosos y revolucionarios, como aquel en que hacía crítica
del corporativismo diciendo, ante el asombro de muchos espectadores que
creían que el nacional-sindicalismo era una solución corporativista, que el
corporativismo no es más que una frase; preguntemos si no al primero que

314 Obras Completas


Onésimo Redondo

nos hable sobre esto: ¿Qué entiende usted por corporativismo Y ¿ Cómo
funciona? ¿ Qué solución da, por ejemplo, a los problemas internacionales?
Hasta ahora el mejor ensayo se ha hecho en Italia y allí no es más que una
pieza adjunta a una perfecta maquinaria política. Existe algo, para procurar la
armonía entre patronos y obreros, algo así como nuestros Jurados mixtos,
agigantados: una confederación de patronos y otra de obreros, y, encima, una
pieza de enlace. Hoy día el Estado corporativo ni existe, ni se sabe si es bueno.
La ley de corporaciones en Italia es un punto de partida y no de llegada, como
pretenden nuestros políticos que sea el corporativismo.”
Un intento de desviación jonsista que se produjo en Madrid, a impulsos de un
cierto radicalismo extremista, sirvió para poner a prueba y bien de manifiesto,
la lealtad total y absoluta de Onésimo Redondo hacia nuestro Jefe Nacional
José Antonio Primo de Rivera. De esta fidelidad al Jefe fueron expresión
terminante aquellas palabras de Onésimo Redondo en el mitin campesino de
Tordesillas:
“Labradores de Castilla, reconozco vuestra decepción. Vosotros habíais
venido a escuchar un gran mitin, que sin la presencia de nuestro Jefe Nacional
se ha convertido en proyecto. José Antonio Primo de Rivera, en su duro afán
de acudir al pueblo, en su áspero deseo de recoger a España, tenía
comprometida esta fecha, y seguramente a estas horas se está celebrando un
acto similar en Jaén.
SIRVA ESTE MOMENTO COMO EL MEJOR TRIBUTO DE ESTAS
COMARCAS JONSISTAS A SU PRIMERO Y MAS AUTENTICO
REPRESENTANTE, JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA.”
En abril, aprovechando las circunstancias políticas que lo permitían, se
intensificó la propaganda del movimiento por toda España. Onésimo
Redondo se lanzó también por los pueblos de Castilla consiguiendo despertar
muchas conciencias juveniles para la nueva España y levantar contra sí el
encono de los viejos enemigos de la Patria. En Zamora, después de haber
hablado Rosario Pereda, Bravo y Mateo, fue suspendido el mitin por el
Delegado gubernativo cuando iba a hablar Onésimo Redondo. En Toro
pronunció uno de los discursos más exactos y profundos, en torno al
problema agrario, de cuantos le hemos oído. Esta propaganda había de
culminar en el grandioso acto que el día 19 de mayo tuvo lugar en el Cine
Madrid, de la capital de España.
A este acto asistieron muchos camaradas de Valladolid, que se trasladaron en
autobuses. El total de las personas que oyeron a Onésimo Redondo, a
Fernández Cuesta y a José Antonio Primo de Rivera, ascendió a doce mil, de
los cuales más de la mitad vestían camisa azul, cosa verdaderamente inaudita y
difícil en aquellos días.
Doce mil hombres reunidos sin esfuerzo, sin dinero, sin propaganda siquiera,
plenos de entusiasmo, poseídos de una increíble unanimidad y de una
disciplina entera, dispuestos a todo, significaba ya la certeza del

Obras Completas 315


Onésimo Redondo

desencadenamiento próximo de la revolución nacional. En este acto el


caudillo de Castilla, Onésimo Redondo, pronunció el siguiente discurso:

LA FALANGE Y LA J.O.N.S.
Falange Española de las J.O.N.S, con este acto comienza a escalar las cimas a
que está llamada. Ya está aquí presente (la manera cómo las juventudes de
Madrid y de España acuden a este acto lo demuestra) el impulso de todos los
que sienten la impaciencia de hacer de nuestro pueblo un país rico y fuerte,
capaz de continuar en el futuro el destino imperial propio de su pasado.
Falange Española es ya un movimiento sintético nacional completo. La
palabra “nacional” ya no es en nuestros labios un tópico; tiene un sentido
profundo, definitivo, porque toda, puede decirse que toda la juventud
redimida y emancipada y que tiene capacidad para levantar la cara al sol de
España, está con nosotros.
Yo hablo de parte de una de las ramas que fusionadas con otras en momento
oportuno y para siempre, constituyeron esté movimiento de Falange Española
de las J.O.N.S. Las Juntas ofensivas nacionales sindicalistas nacieron a la
política revolucionaria hace cuatro años, en 1931, al calor de la protesta contra
el fraude de la revolución demócrata marxista, y han trabajado y han luchado
durante ese tiempo como se lo propusieron al principio, situando a gran
distancia sus ideales de sus posibilidades y poniendo en esa distancia larga, que
no estaba obstaculizada, que no estaba mediada por ninguna aprensión ni por
apetitos de prebendas ni de recompensas, una ruta de sacrificio, que es la que
seguimos todavía.
Hoy se atribuyen muchos el monopolio, la exclusiva de lo que llaman reacción
contra la vergüenza del bienio marxista. Nosotros, las J.O.N.S, nada nos
atribuimos. No pedimos ninguna recompensa. Sólo sabemos que en los
primeros tiempos, en el año 1931, cuando por exigencias de patriotismo
figurábamos en alianza o en unión con fuerzas de mejor conformidad, según
se ha visto después, ocupábamos la primera línea y después hemos
permanecido en las trincheras de la España dolorida y combatiente, de las que
no saldremos hasta que el país todo, y sus destinos, se entreguen a esta
juventud, capaz de crear la España grande que anhelamos.

EL CAMPO DE ESPAÑA
Sin ningún título especial, solamente por devoción constante, y acaso por ser
de Valladolid, voy a hablar aquí del famoso agrarismo y también de la política
y de las consignas campesinas de nuestro partido, Falange Española de las J.
O, N-S. Como sabéis, hay una devoción universal de los políticos hacia el
agrarismo. Todo es agrarismo hoy. Y es que el clamor irreprimible del campo
español, -que ha de conseguir su meta o España se destruye definitivamente-
ha sido aprovechado por los políticos para crear un caciquismo nuevo, para
hacer una versión republicana de aquel artificio antiguo de los partidos
eminentemente rurales en que había, como hay ahora, amos, caciques,

316 Obras Completas


Onésimo Redondo

diputados, personajes influyentes y clientela. (Muy bien). Ese es el dibujo, ese


es el entramado del partido y del grupo que usufructúa el prestigio y el
nombre de agrario. Nosotros ante esto ¿qué somos, qué respondemos?
Porque no se olvide: la Falange Española de las J.O.N.S es un movimiento
total, se preocupa de todo lo que es España y una parte, acaso la principal en
muchos aspectos, de España es la masa campesina, y a ella la miramos, y
tenemos nuestras consignas, nuestro credo, nuestras afirmaciones y nuestros
deseos en ella. ¿Y qué decimos? que también nosotros colocamos el derecho
del campo y de la agricultura como preocupación central de nuestra consigna
económico-social y aún como capítulo sobresaliente de nuestro programa
recreador y espiritual también; pero nosotros lo hacemos, no para fundar un
nuevo partido, no para crear otro sistema de clientela, sino lealmente
convencidos y poseídos de un ímpetu revolucionario, porque contemplamos a
la masa del pueblo español, que en sus tres cuartas partes es campesina,
padeciendo las angustias mayores y las consecuencias últimas de la decadencia
y de la ruina de esta España que nos duele. Los partidos y el grupo agrario,
con palabras, con proyectos incluso, con abundancia de soluciones verbales,
parece que van a atender las aspiraciones del campo rápidamente, y así llueven
decretos, y llueven leyes, y llueven reglamentos de las Cortes; pero estas
soluciones y estos edificios exteriores se derrumban, día tras día, semana tras
semana, al primer soplo de los grandes intereses creados por esos proyectos.
Y es que el agrarismo no está, de ningún modo, redimido, no está, en manera
alguna, independiente de la trama de los grandes intereses financieros
confabulados con los políticos, porque los partidos de uno y otro nombre, de
uno y otro estilo -y entre ellos también los agrarios- van del brazo de los
grandes intereses establecidos porque la sed de justicia y la necesidad de
redención del pueblo verdaderamente oprimido, que es el del campo, requiere
una solución revolucionaria, una solución sin contemplaciones para los
intereses seculares, y estos intereses seculares están todos conquistados en los
partidos agrarios. Nuestra fe campesina y nuestros deberes ante España
pensando en el campo, no son, como digo, un intento subalterno de fundar
un nuevo grupo y de abrirse paso a codazos en los anhelos de disfrute del
presupuesto; no, es una concentración de los grandes deberes, de las grandes
preocupaciones del momento económico español y mundial.

FRACASO DEL INDUSTRIALISMO


Nos encontramos hoy, como se decía, oportunamente, en la conferencia
memorable de nuestro jefe nacional, en una verdadera encrucijada en la
historia del mundo, encrucijada en lo económico, en lo social y en lo
espiritual. Esta encrucijada, cabalmente en lo económico, supone que
llegamos a la sima del fracaso de industrialismo. Ya no es hoy, como hasta
hace poco tiempo, idea en boga, venerada como panacea de todos nuestros
males, la industrialización de España. No es esta la hora de crear y de proteger
industrias artificiosas a costa, precisamente del cuerpo nacional, Avanzamos,

Obras Completas 317


Onésimo Redondo

por las presiones de la necesidad de defensa de cada pueblo, hacia una


economía casi cerrada, en la que el primer imperativo precisamente es atender
al campo, es atender al patrimonio nacional y cultivar el propio suelo y redimir
a la clase que, típica, verdadera y secularmente, está oprimida: la de los obreros
campesinos, la de los pequeños propietarios, la de los colonos. (Muy bien,
Aplausos). Al avanzar Falange Española de las J.O.N.S, en su programa y
principio sobre la tierra y sobre el agricultor, vamos a conseguir, por tanto, a la
vez dos objetivos: el primero el de superar este ahogo asfixiante, ya irresistible,
que no debe prolongar hasta la muerte la angustia del pueblo, la crisis
económica de la que son responsables todos los políticos que han desfilado
por el mundo y por la cual setecientos mil hombres que supone,
probablemente, dos o tres millones de españoles no tienen a diario asegurado
el pan que han de llevar a su boca y a la de sus hijos. (Aplausos).

QUEREMOS UNA RAZA FUERTE


Por otro lado, a la vez, que se redime y valora el material humano inmenso y
mayoritario que radica y está aposentado en el campo, realizamos una parte
decisiva de nuestro programa de valorización espiritual de la raza. No se
olvide que a fuerza de golpes, de fracasos, de pesimismos y de desastres -que
llevamos ya metidos en la sangre basta el punto de tenerla envenenada-
durante dos siglos de desaciertos, nuestra raza esta empobrecida. Y no nos
engañamos, Todavía el optimismo se muestra decaído, pobre, física y
espiritualmente. Espiritualmente, también; pero, sobre todo pudiéramos
declarar que físicamente -porque no penséis en los que aquí veis, en los que
desolan por nuestros colegios y nos acompañan en la ciudad, sino en los que
viven en el campo, y donde acaso no llegan las carreteras- nuestra raza está
postrada. Y si queremos hacer obra imperial, -y la obra imperial es algo más
que una palabra- hemos de coger la raza con nuestros brazos creadores,
hemos de llevar al campo la savia de la redención. Y de allí es de donde hemos
de sacar los verdaderos soldados de la España grande y futura, que ha de jugar
un papel en el mundo tan importante como en lo antiguo. (Aplausos). ¿Es que
hablamos aquí de nuestro sentir y de nuestros anhelos para seguir la moda?
No. Falange Española de las J.O.N.S, en su historia no muy larga, pero densa
como la de ningún movimiento, ha paseado, ante todo sus banderas por el
campo. Ahí está la historia, ahí está la crónica de nuestros mítines y de
nuestras luchas. Precisamente en el campo es donde se nos oye -lo digo
porque lo he visto-, con una avidez más generosa, con una comprensión más
íntima, y con una esperanza de mayor seguridad. En los campos también es
donde nuestras fuerzas han sostenido el choque más ingrato, el choque más
temible contra la barbarie de las Casas del Pueblo campesinas cayendo. Estos
muertos recuerdan que en el campo, en los partidos judiciales y en los pueblos
pequeños han sucumbido con el nombre de España y con la esperanza de
nuestro porvenir en los labios. (Grandes aplausos).

318 Obras Completas


Onésimo Redondo

REPOBLACION GANADERA Y FORESTAL


Tres facetas abarca, como puede verse por la mera lectura, la parte
importante, extensa y suficiente de nuestro programa que se refiere al
problema de la tierra y del campo. Pensad bien en ella, porque ahí está la
esencia de nuestros deseos, porque los programas o no son nada, porque son
un pedazo de papel al alcance de cualquiera que sepa escribir, o contienen el
porvenir, las esperanzas y las ansias de un pueblo si el corazón impetuoso de
una juventud se entrega a sus contenidos y a su postulado. La primera en este
orden es la de la reconstrucción del suelo, la de la repoblación ganadera y
forestal. Parece que estamos hablando aquí en tono de conferencia del Círculo
Mercantil o cosa así; pero esto es muy importante que lo conozca y lo sienta el
pueblo y principalmente la juventud, porque tiene que ser una obra viva y
popular la que de aquí y de los postulados del programa salga.
Al decir que queremos reconstruir el suelo, no hablamos de soluciones tibias
de tanto menos cuanto, discutidas prolijamente bajo el regateo del ministerio
de Hacienda en las Cortes; no tratamos de esa especie de fiesta del árbol de las
minorías parlamentarias, que es lo único que se da como solución al más grave
y difícil problema de la repoblación forestal. No; es que contemplamos con
dolor y con lágrimas en el alma, que nuestra España es un suelo arrasado, es
una nación que ha padecido la incuria de siglos, es un pueblo martirizado
sobre todo por la anarquía brutal y antinacional del siglo XIX. Y nosotros, por
nuestro honor de hijos de este suelo empobrecido, que resiste difícilmente la
comparación con las demás naciones que figuran en el mundo civilizado, por
nuestro honor de hijos de España y por nuestro deber frente al porvenir,
tenemos que rehacer este suelo, aunque sea ello una obra gigantesca y heroica,
(Grandes aplausos). Este será probablemente -y lo veremos en la realidad,
porque la realidad la tendremos en la mano prontamente- el descubrimiento
de nuestras modernas Américas: el descubrir a España y el sacarla de la
barbarie y de la esterilidad en que ahora se encuentra. ¿Para esto valen los
planes forestales de las minorías parlamentarias? ¿Para esto valen las
soluciones de tanto menos cuánto con regateo de millones?. No; para esto
vale la acción de un pueblo puesto en pie, unido por una idea, por una fe y
por un dolor, que es lo que nos mueve en este asunto, y decidido cueste lo
que cueste (si no hay posibilidades económicas, con la movilización gratuita,
voluntaria y obligatoria de todas las juventudes españolas) a poblar todo el
suelo estéril, a regar todas las superficies y vertientes que van yéndose poco a
poco hasta el río arrancando las entrañas a esta península y convirtiendo la
patria española en una especie de apéndice del Africa desértica y reseca.
(Grandes aplausos).

ENRIQUECIMIENTO DE LA AGRICULTURA
Otro punto de nuestro programa, otra faceta, es el enriquecimiento de la
agricultura, Esta palabra está expresada y reflexivamente expuesta en uno de
los puntos; no sé si es el 19. Hay que enriquecer a la agricultura; hay que sacar,

Obras Completas 319


Onésimo Redondo

sí, de la pobreza, de la miseria, de ese pan de lágrimas que comen


constantemente, a los labradores; pan negro, agua, cebolla, es el alimento
ordinario y más cotidiano de ellos, Hay que sacarlos de esta pobreza; pero
¿cómo? ¿Haciendo partidos agrarios donde están presentes de diputados los
mandones y explotadores del campo? (Aplausos), No; redimiendo, en primer
lugar, al labrador de esa tierra de los aventureros, de los logreros, que con mil
formas de usura, desde el suministro de semillas, abonos y maquinaria, hasta la
compra de productos le sacan todo el jugo dejándole solamente el mínimo
necesario para que siga trabajando y enriqueciéndole nuevamente. (Aplausos).

JUSTICIA SOCIAL
No quiero extenderme más. Sólo diré, respecto al tercer punto que quería
tratar, o sea la justicia social sobre el campo, la reforma agraria, la
redistribución de la tierra, que nosotros traemos soluciones vigorosas,
resueltas e incontenibles, y sabemos adónde vamos y en qué punto nos
encontramos, incluso frente a la ley de Dios, que no tenemos por qué
transgredir. (Muy bien). Hemos de huir para ello a la vez de dos modos ya
experimentados en parte o totalmente y acaso igualmente en descrédito: de la
reforma social marxista y de la reforma social agraria de las derechas.
La reforma agraria marxista es lo que más repugnancia produce de todos los
crímenes cometidos por los marxistas porque es un conglomerado de
hipocresía y de iniquidades tan grandes y un germen de desastre y de pobreza
tan agobiador, que no merecen ni siquiera que se hable de ello. (Aplausos). Es
esa ruina soez del revolucionarismo estilo siglo XIX, que se empeña en llevar
el odio a la campiña, que se empeña en apacentar y en alimentar los apetitos
de los supuestos transformadores a costa de lo poco que queda en el suelo
nacional repartiéndolo gratuitamente u ofreciéndoselo gratuitamente a los
pobres porque no es suyo. Y así como en el siglo XIX se acabó con los
grandes bosques por medio de la desamortización en una especie de almoneda
fantástica y criminal de los bienes que había y que debían ser transformados,
ahora se ofrecen las dehesas a la roturación y se ofrecen los asentamientos,
una familia acaso por cada diez funcionarios del Instituto de Reforma Agraria.
(Muy bien).
Y en cuanto al programa que se llama social-agrario de las derechas ¿qué
diremos? que está probablemente lleno de buenas intenciones como quizá
empedrado el infierno también, que es, sí, muy respetuoso y muy atento
glosador de la Teología y de las verdades que en ella se contienen, pero que ni
lleva a los últimos términos, ni acepta con sinceridad la rotundidez y el
imperio de las verdades dichas sobre este asunto. (Aplausos). ¿ Qué dirían los
que aparentan ser reformadores en este aspecto, si recordasen y quisieran
llevar a la práctica crudamente aquella especie de precepto de uno de los
filósofos más insignes de todos los siglos, la cabeza mejor organizada que ha
producido España, según Menéndez Pelayo, de Luis Vives, que no será
sospechoso para el credo ni para la fe, ni para la filosofía cristiana, y que

320 Obras Completas


Onésimo Redondo

preconizaba la renovación de la primitiva distribución de los bienes, que se ha


ido adulterando por diversas cosas con el transcurso del tiempo, de la misma
manera -fijáos si esto es revolucionario- que se renuevan las calzadas y los
muros y las costumbres en las ciudades?. Esto tiene una sustancia
revolucionaria, tradicional y verdadera en España, que nosotros hacemos
nuestra. (Aplausos).

POTENCIA DE ESPAÑA
Y para acabar, pues ya es demasiado y no tengo derecho a emplear tanto
vuestra atención, sobre todo estando impacientes por oír al Jefe nacional,
resumiremos dos postulados o dos condiciones que aclaran nuestro derecho y
avaloran nuestra posibilidad de hacer cuanto decimos en este orden y son:
primero, que para redimir al campo es necesario tener un estado fuerte entre
las naciones.
Ya se sabe lo harto doloroso que es y las consecuencias que producen el ser la
irrisión y la burla de las naciones, como lo somos ahora en el mundo, en el
juego del comercio internacional; una especie de almoneda, una especie de
muñeco del que cada cual hace lo que quiere. porque todos saben que nos
vencen en todos los mercados, cerrándonos cuando les placen las fronteras
con burla de los tratados, por parte de las naciones con menos escrúpulos y
más poder. (Aplausos).
Esta es una de las causas radicales de nuestra pobreza y esto es lo más triste y
lo que enciende el alma de ansia revolucionaria, porque vemos el producto del
trabajo de ese hombre español que no come y suda y muere joven, encorvado,
porque no tiene con qué alimentarse, se filtra por las fronteras para engordar a
los extraños, como si fuéramos una colonia. (Aplausos).
Potencia militar, pues, como nosotros la iniciamos ofreciendo
voluntariamente nuestras vidas, con nuestro uniforme, con nuestro pecho,
con nuestro coraje de conquista y con nuestras ganas de combate y, por otra
parte, abolición terminante de los partidos. Los partidos son la polilla, el
cáncer, la gusanera que corroe el cuerpo español, como lo decía Maura.
(Aplausos).
Víctima predilecta y constante del juego de los partidos es el campo, porque el
campo, sujeto pasivo siempre del juego de los partidos, es donde van a
abrevar las pugnas de sus apetitos todos los que luchan por mandar y por
encaramarse al presupuesto. Ellos son los que, con sus contribuciones, con su
inocencia, con sus aplausos y con sus votos, pagan y soportan el desastre y la
ruina de este régimen anti-español y totalmente irracional de la división por
grupos o por supuestas ideas. (Aplausos). Acabando con los partidos, siendo
una nación fuerte en el mundo, conseguiremos redimir al campo, levantar de
verdad al agricultor, reconquistar el suelo español y hacer de España un
pueblo digno de Dios. (Grandes aplausos).

Obras Completas 321


Onésimo Redondo

Al día siguiente de este mitin, “Libertad” daba por terminada su vida, cuajada
de méritos y de persecuciones de éxitos y de profecías, con el siguiente
artículo de Onésimo Redondo:

DESPEDIDA

CUATRO AÑOS
Ha llegado el instante de decir adiós a nuestros lectores, aunque no a nuestros
enemigos. Periódico de combate “Libertad”, pasa en esta hora a la reserva,
porque su misión está cumplida y otros campos más nutridos y capaces
ocupan con éxito las mismas posiciones que adoptamos al nacer.
Son cuatro años -sólo tres semanas faltan para completarlos- los que sin
tregua venimos batallando. Cuando los azares de la pelea impusieron
forzosamente la mudez a nuestro semanario, otro órgano gemelo, “Igualdad”,
ocupó su puesto. Cuatro años justos apuntando al mismo blanco, nos han
dado como recompensa la seguridad de alcanzarle. Con esa seguridad termina
“Libertad” su ciclo, voluntaria y satisfecha.
Hoy que un movimiento nacional y de irreprimible potencia (Falange
Española de las J.O.N.S) ha recogido y completado nuestras consignas, y sirve
a España con nuestro mismo estilo, en alto grado desenvuelto, nos plegamos
gustosos a su organización nacional. Y aceptamos como un deseo cumplido el
descanso que nos brinda.

LOS ENEMIGOS
“Libertad” desaparece señalando, sin aplacarse, por enemigos absolutos de sus
banderas a los mismos que apuntó al principio: EL MARXISMO, LA
MASONERIA, EL SEPARATISMO, No nos hemos reconciliado lo más
mínimo con ellos, ni mitigamos al cerrar la última de nuestras ediciones el
odio de destrucción que nos inspiran. Sin perdonarlos, usaremos con mayor
alcance las fuerzas juveniles que hemos creado, para acabar con esa trinidad
del satanismo antiespañol. Fuimos los primeros que designamos con orden
firme y con palabras propias la calidad y el número de los componentes de la
antiespaña. Y seremos, aun desaparecido “Libertad”, los que acompañaremos
en la primera línea a las falanges juveniles que clavarán en la Vela de nuestra
Granada final los tres nombres que oponemos a los tres enemigos: UNIDAD,
GRANDEZA Y LIBERTAD de España.
Conscientes y seguros de haber triunfado, en el radio de nuestras
posibilidades, y de haber extendido hacia más allá nuestra influencia, si
mantenemos la guerra no hemos cosechado rencor ni se ha albergado para
nada en nuestras almas el despecho, que uno y otro son incompatibles con el
optimismo de ver a la juventud, y por tanto al porvenir de España, junto a
nosotros.

322 Obras Completas


Onésimo Redondo

LOS DE CASA
En las avanzadas de “Libertad” han trabajado los más favorecidos por la
fortuna del talento, entre los universitarios de Valladolid aficionados en algún
modo a las actividades políticas. Varios de ellos ocupan hoy merecidos
puestos de altura, ganados con el esfuerzo de su inteligencia. Nos referimos
sobre todo a Mariano Sebastián y Tomás Cerro.
La frescura y la sinceridad de un obrero inteligente, Emilio Gutiérrez Palma,
ha quedado impresa en nuestra colección la huella de sus propósitos de
justicia social, que sabrá abrirse paso. Otros agentes más modestos, porque su
tarea bullía en el anónimo (Narciso García, V. Gómez Ayllón, Mariano
Tobalina, Paco Balón) desde el principio hasta el fin han permanecido
trabajando. De Antonio M. Valentín, de Bedoya, de Jesús Ercilla, de
Villanueva, de “Ito”, que han estrenado su juventud y sus aficiones en
“Libertad”, cuidadosamente conservamos en la colección del periódico otras
tantas muestras personales del sentir nuevo de una juventud nacida a la vida
de España con y contra el fraude revolucionario del 31.
Reclamados por sus profesiones o estudios, varios de ellos nos han dejado.
Pero el espíritu y la firmeza de una doctrina curtida desde los primeros
momentos en La lucha, les informa todavía y les llevará en tiempo oportuno
sus aptitudes hacia una colaboración armónica por España.
De nuestros malogrados amigos Francisco Ercilla y Carlos Soto conservamos
la fidelidad del recuerdo y las primicias escritas de su ideal.

LOS “PRUDENTES”
Como en todas partes, también el gremio inorgánico pero duro e irreformable
de los grandes egoístas, mostraba al principio grandes entusiasmos por
“Libertad”.
¡De dinero, nada!. Hasta que se convencieron de que nuestra fe y nuestras
miras no eran “la vanguardia de sus intereses”, como al principio creyeran,
que si mostramos en los amargos tiempos del bienio una actitud de rebeldía
contra los que a la vez destruían la riqueza moral y material del país no fue
nunca simulada nuestra impaciencia esencial por llegar a un orden nuevo en lo
económico. Persuadidos de que LIBERTAD no disculpa ni siquiera los
egoísmos creados de unos y ni sirve los planes de partido de otros, hay una
parte de personas bien halladas a la vez con las devociones, la fortuna y el
politiqueo, que nos profesa un odio tan insaciable como subterráneo y
farisaico.
Mucho más hemos sufrido de parte de ellos que de parte de nuestros
enemigos absolutos. Persecución gubernativa, multas, procesos, destierro
obligado, todo es poco al lado de la estudiada conjura del silencio, y de la
batalla de difamación y ruindad desatada por esas gentes devotas y ricas a la
vez, como decimos.
A éstos, de corazón les perdonamos cuanto daño nos han hecho, bastante
menos de lo que han intentado. Solo pedimos al Dios que tan a menudo

Obras Completas 323


Onésimo Redondo

invocan que no aprendan sus hijos la senda infeliz que en lo espiritual y


patriótico siguen sus padres. Con nuestras solas fuerzas y con sola la
protección del cielo un puñado de jóvenes hemos atravesado sin decaer una
época difícil. Que hayamos acertado a servir a España y que la Justicia y la
Verdad sean nuestros deudores por la campaña terminada.
LIBERTAD no era un semanario más que terminaba su vida de un modo
vulgar, “Libertad” había sido el grito constante y permanente durante cuatro
años de la nueva juventud nacional, de los nuevos ideales, socialmente
revolucionarios, políticamente jerárquicos y patrióticos;
“Libertad” era todo trozo de historia que algún día iba a leerse con
emocionada veneración. “Libertad” era el órgano más antiguo del nacional-
sindicalismo y en este día callaba, no por falta de medios ni por mengua de la
devoción popular, sino sencillamente en acto de servicio. “Libertad” al
terminar esta etapa mereció las siguientes líneas escritas por la máxima
jerarquía de la Falange:

EL ULTIMO NUMERO DE “LIBERTAD”


Quienes entienden la vida como de sí propia, quieren, ante todo, vivir, afirmar
la propia individualidad entre todas las individualidades, existir por encima de
todo. Quienes entienden la existencia como servicio, como camino hacia una
meta superior, tienen hecha siempre ofrenda de su vida, en tanto el sacrificio
de la vida sirva al cumplimiento de un fin más alto.
“Libertad” no nació por el gusto de afirmarse, de erigirse en centro vivo
justificador de sí propio; nació para ser voz de una empresa abnegada. Cuando
esa misma empresa, en una nueva etapa más extensa y más fuerte, exige que
vuelva al silencio aquella voz, “Libertad” renuncia a la vida.
Pudo resistirse a morir; pudo obstinarse en lanzar su grito y su nombre como
un ángel rebelde. Entre nosotros no es esa la moral que rige. Cada uno de
nosotros está dispuesto a callar y a renunciar para ocupar el puesto en que
mejor sirva a la Falange Española de las J.O.N.S. Válganos a todos el caso de
enseñanza. Y en las horas próximas del triunfo, como en las horas presentes
del crecimiento, no olvidemos aquellos intentos de los primeros días -como
esta “Libertad” que ahora se extingue, cumplido el deber- ni seamos
desagradecidos para los que ocuparon el puesto de vanguardia en los tiempos
duros.- José Antonio Primo de Rivera.

324 Obras Completas


Onésimo Redondo

Una campaña antiparlamentaria


Enero a Febrero 1936

Comienza el año 1936 con una punzante inquietud política. El Gobierno que
preside Portela obtiene el Decreto de disolución de las Cortes y dispone
convocar unas elecciones generales para el 16 de febrero. Cuando esto sucede
Onésimo Redondo se encuentra absorbido por una graves obligaciones
profesionales. Su actividad como representante del más fuerte Sindicato de
campesinos de la región castellana que se dedican al cultivo de la remolacha, le
ha llevado a un importante cargo en la Comisión Arbitral que funciona en el
Ministerio de Agricultura, lo cual exige que su residencia sea compartida entre
Madrid y Valladolid. Nada de esto, sin embargo, le aparta de su actividad
política. El afán que tiene por el pueblo trabajador, sufrido, le impide negarse
en el servicio que él mismo eligió: la lucha por su liberación; su cariño a
España, arrebatado y hondo, le obliga a participar en el trabajo de todos los
días, la recuperación nacional. Así, pues, ordena desde Madrid que se organice
un acto público para el día 12 de enero, en el que deben intervenir con él,
Rosario Pereda, Julio Ruíz de Alda y José Antonio Primo de Rivera.
El solo anuncio de este mitin produce sensación en Valladolid. Son los días
agitados para los políticos que han de levantar una vez más la vieja y
desacreditada tramoya electoral y jugarse alegremente los designios de España
en el cubileteo de las urnas. Las gentes que saben que “tendrán” que votar a
las derechas o a las izquierdas por la rutina en que se desenvuelve la vida
política de España esperan, por contraste, con atención el acto de la Falange,
donde los camisas azules han de fijar su postura discordante y nueva ante la
contienda electoral.
En el Teatro Calderón, ante más de cuatro mil asistentes, en un ambiente
patético de hombres que sueñan con la muerte, la guerra y el Imperio,
pronuncian sus discursos los Jefes de la Falange y allí Onésimo, como tantas
veces, predica como única solución definitiva la Revolución Nacional,
afirmando tajante que hay que prepararla como lo hace Falange Española de
las J.O.N.S, “públicamente y por las claras, no de modo nocturno y
simulado”, como en aquellos días intentaban algunos elementos reaccionados
que en su miedo querían poner una vela a Dios y otra al diablo. He aquí el
extracto de aquel discurso publicado por el semanario madrileño de la Falange
“Arriba”:
Vivimos, españoles, en una perpetua interinidad. Siempre atravesando una
situación que aflige y con anhelo puesto en un porvenir diferente y mejor.
Muchas cosas nos dividen y oponen y sólo en una estamos todos los
españoles de acuerdo: en que esto no puede seguir así; ahora sitúan los
ciudadanos todas sus esperanzas en un espectáculo de azar: Vamos a repetir la

Obras Completas 325


Onésimo Redondo

suerte del año 31 y 33. Cada partido se las promete muy felices y asegura que
-“esta vez sí”- hará con su victoria un país definitivamente bien gobernado.
Realmente nadie cree en la aptitud de las elecciones para salvar a España: ni
las masas que van a votar más contra el peligro o al servicio de unos odios que
en obsequio de una fe política, ni menos los políticos, que de sobra conocen la
incapacidad substancial del sistema imperante para toda obra maciza de
bienestar y de justicia.
Nadie cree en las elecciones como medicina pero todos los partidos pregonan
su propia victoria como única salvación pública.
Sólo un grupo de gentes libremente asociadas al latido íntimo de los destinos
de España, los jóvenes de la Falange, se vuelven a hablar en todo momento
claro y alto: a derechas e izquierdas.
Decimos la verdad porque no tenemos ninguna actuación indefendible que
defender: porque no nos mueve la acritud envenenada del odio y porque no
permitimos que escolte nuestro pensamiento el falsete de la contienda
electoral.
Resumen de los males políticos españoles: los de siempre, guerra civil e
ineptitud de los gobernantes.
Guerra civil: Hasta qué punto ha llegado el encono entre los bandos que
luchan podéis verlo con la lectura diaria de la Prensa. Y aun sin leerla: con
acercarnos a diez metros de distancia de esas enormes cabeceras de los
periódicos que aumentan el tamaño de las titulares cuanto más amenazan con
el exterminio de sus contrarios.
Tanto ha desaparecido la civil armonía entre los españoles, que media España
hoy llama asesina a la otra media. Y con el mote de asesinos dirigidos a sus
adversarios van las derechas y las izquierdas a las elecciones.
Para acabar con la guerra no se debe soñar con el armisticio. Jamás las fuerzas
antinacionales -ni el marxismo, ni la masonería, ni el separatismo- rendirán sus
armas por las buenas. Es una locura y una necedad impropia ya de los
hombres experimentados y responsables, aspirar a un equilibrio de los
partidos, a eso que se llama “pacificación de espíritus”, al turno imposible y a
la convivencia imaginaria entre el bien y el mal, de la justicia y del pecado, de
España y de la Antiespaña. Lo venimos diciendo hace cinco años. A los
enemigos absolutos de España sólo se les disciplina aplastándolos.
Creer hoy todavía en los derechos parlamentarios, creer en una posible
realización democrática, con libertades constitucionales para los
internacionales, separatistas, negociantes del agro y de la inmoralidad, es
abusar de la inocencia popular y conducirnos de desastre en desastre.
Perfecta e imperfecta, fácil o dura, la única solución es la victoria marcial y
directa de la España joven y cristiana contra los que quieren la división civil o
política, el soviet, el marxismo, la suciedad política; esa victoria marcial directa
y total hay que buscarla, como la Falange lo hace, públicamente y por las
claras, no de modo nocturno y simulado. Diciendo a los enemigos claramente
que no nos interesa ni nos obliga su Constitución; que venimos a aplastarlos a

326 Obras Completas


Onésimo Redondo

ellos y a redimir a sus masas del yugo de la mentira y de la servidumbre del


odio.
Dura y fácil, perfecta o imperfecta, esa es la única solución. Piénsenlo todos a
través y después de sus meditaciones sobre la experiencia de los dos bienios.
Desde los presidentes del Consejo hasta los articulistas espontáneos de las
páginas “agrarias” de los periódicos provincianos, nadie se perdonó sus
declaracioncitas, su “solución personal”, su cuarto o espadas en el problema
triguero. Por fin, el cuerpo político oficial de la nación, dio a luz un remedio,
no diremos que equivocado ni justo: retirar el Estado el sobrante. Entonces,
ya en la “Gaceta” la primera ley de Autorizaciones, desbordose la facundia de
los políticos en torno a este problema: docenas de diputados se elevaron a las
alturas de su elocuencia por esos castillos de la magna España, cuyos recursos
-todos- oyeron asombrados cómo se hablaba del problema triguero al fin de
las almenas. Pues ni con ese aparato de grandilocuencia, ni con esa muda
colaboración de los gloriosos castillos llegasteis labradores, a vender el trigo a
su tiempo y a su precio.
¿A quién se le ocurre decretar unas descansadas vacaciones parlamentarias de
verano, irse cada diputado a su playa en agosto y en plan de salir de vacaciones
la magra operación de retirar 400.000 toneladas de trigo?.
Son memorables las irregularidades, los atropellos y burlas que padecieron los
labradores en aquella época, que puede quedar en la historia del agrarismo con
el mote de “etapa del gorgojo”. Hubo dos clases de gorgojo: una el legal y que
la Historia clasifica. Otra el gorgojo político, con ribetes financieros.
Resultado: que algunos políticos consiguieron con el trigo lo que buscaban,
que algunos labradores, muchas veces no los más modestos, vendieran el trigo
a 40 pesetas y que todo lo demás se puso por bajo de 40, sin haber quien lo
quiera. Ese es el resultado del régimen y los modos parlamentarios en el mejor
de los casos. Cuando hay para los labradores un gobierno agrario y abundan
las buenas intenciones.
Se ocupa después el orador del fracaso del Frente Nacional en manos de las
derechas. Recuerda que la Falange, con visión anticipada, propuso el Frente
Nacional. Critica la suciedad de algún gran periódico que ni siquiera ha sabido
tener la hidalguía de albergar quince líneas de 18 Falange en sus
numerosísimas páginas. Y arroja sobre los que todos los días hablan de Unión
sin sentirla, sin quererla, la responsabilidad de que no la haya, porque ellos han
querido un frente, sacrilegamente llamado Nacional, donde resulta que caben
todos, los del estraperlo”, los de los crímenes barceloneses del año nueve,
hasta los del once de mayo, menos los que sólo ponemos juventud,
generosidad y fe regadas por la sangre de nuestros veinticuatro mártires.
A continuación José Antonio Primo de Rivera pronunció un discurso,
magnífico como suyo, que sirvió para situar a la Falange en el puesto preciso,
difícil, grave y exigente que nos correspondía más allá de las derechas y de las
izquierdas como auténticos defensores de la Patria, el Pan y la Justicia. Aquel
discurso terminó con estas sencillas palabras: “Nos parece monstruoso que la

Obras Completas 327


Onésimo Redondo

suerte de España tenga que jugarse cada bienio al azar de las urnas. Que cada
dos años entablemos la trágica partida en que a golpe de gritos, de sobornos,
de necedades y de injurias se arriesga cuanto hay de permanente en España y
se hiende la concordia de los españoles. Para una larga labor colectiva
queremos el Frente Nacional.
Para un domingo de elecciones, para la vanidad de unas actas, no. Esta
coyuntura electoral no representa para nosotros sino una etapa. Confiamos en
que, una vez vencida, no quedaremos solos en la empresa que estos renglones
prefiguran. Pero, solos o acompañados, mientras Dios nos dé fuerzas,
seguiremos, sin soberbia ni decaimiento, con el alma tranquila, en nuestro
menester artesano y militante”.
Pasados unos días las elecciones son preocupación absorbente de casi todos
los españoles. En Valladolid se barajan muchas candidaturas; el día 17 Acción
Popular lanza la suya, para confeccionarla no consultó con nadie y poseída de
su confianza en la política electoral que la hacía gritar “a por los trescientos”,
se adjudica tres de los cuatro puestos para la mayoría y amenaza cubrir el
cuarto con un nombre de su organización en el caso de que por los demás no
se hiciera con rapidez (este puesto fue cubierto por uno de Renovación
Española).
La eliminación de Falange Española en las candidaturas antimarxistas fue una
medida general en toda España, las J.O.N.S no tuvieron puesto en ninguna
provincia; ni siquiera en Valladolid. donde desde 1931 venían siendo el único
enemigo eficaz del marxismo.
En estas circunstancias Falange acuerda hacer una campaña antielectoral
presentando candidato por once provincias, de las cuales una es Valladolid. El
Jefe local, camarada Perdiguero, reúne en el domicilio social a los distintos
jefes de servicio y les da cuenta de la determinación que toma Falange para
luchar en la provincia contra el viejo sistema demo-liberal.
Contra todos, sin prensa, sin dinero, con la juventud, comenzó Falange su
tarea de recorrer España, roja de pasión electoral, para decirla una vez más
que se equivocaba.
El día 2 de febrero nuestro Jefe Nacional, José Antonio Primo de Rivera,
habló en Madrid ante un público numerosísimo, gritando nuestra verdad:
LO QUE NO ACATARA LA FALANGE
Fueron sus últimas palabras llenas de sabor, de estilo, dichas
trascendentalmente para los días que habían de venir.
¿Qué se creen que es la revolución, qué se creen que es el comunismo estos
que dicen que acudimos todos a votar sus candidaturas para que el
comunismo no pase? ¿Quién les ha dicho que la revolución se gana con
candidaturas?. Aunque triunfaran en España todas las candidaturas socialistas,
vosotros, padres españoles, a cuyas hijas van a decir que el pudor es un
prejuicio burgués; vosotros, militares españoles, a quienes van a decir que la
Patria no existe, que vais a ver a vuestros soldados en indisciplina; vosotros,
religiosos, católicos españoles que vais a ver convertidas las iglesias en museos

328 Obras Completas


Onésimo Redondo

de los sin Dios; vosotros, ¿acataréis el resultado electoral?, pues la Falange


tampoco; la Falange no acatará el resultado electoral. Votad sin temor; no os
asustéis de esos augurios, Si el resultado de los escrutinios es contrario,
peligrosamente contrario a los eternos destinos de España, la Falange relegará
con sus fuerzas las actas
de escrutinio al último lugar del menosprecio. Si después del escrutinio,
triunfantes o vencidos, quieren otra vez los enemigos de España, los
representantes de un sentido material que a España contradice, asaltar el
poder, entonces otra vez la Falange, sin fanfarronadas, pero sin desmayo,
estaría en su puesto como hace dos años, como hace un año, como ayer,
como siempre.
Aquí, diez días antes de las elecciones, Onésimo Redondo movilizó a todos
los camaradas para recorrer la provincia y él intervino en treinta y cinco actos
para las Falanges del campo. Interesantes y proféticas fueron todas las
alocuciones suyas, mas por la actitud de la prensa local que las silenció no
podemos guardar más que su recuerdo. Todos los días a eso de las once de la
noche regresaba Onésimo a Valladolid y venía satisfecho porque había sentido
de cerca el latido generoso de los hombres del campo: “Los mejores -nos
decía- están situados junto a nuestros campamentos, no debemos descansar
hasta que no marchen marcialmente en nuestras filas”. Con él se reunían
camaradas que compartían el abrumador trabajo de aquellos momentos para
trazar juntos el plan del nuevo día, allí Perdiguero, Velloso, Narciso García,
Tobalina, Nieto, Carrascal, Anselmo de la Iglesia, Otero, Teodulfo, Román,
José María Gutiérrez, Iglesias y otros muchos.
Para dar más eficacia a la campaña antielectoral de la Falange, decidió
Onésimo Redondo publicar de nuevo “Libertad”, pero desde el Gobierno
civil se prohibió con disculpas legalistas. Sin embargo no pudieron impedir
que como hojas sueltas publicáramos un periódico con fogonazos y tipos de
letra como “Libertad”, en donde Onésimo escribía:
Telegráficamente, porque las urgencias no permiten cosa más reposada, unas
advertencias a lectores y electores.
En la carta del Jefe provincial de las J.O.N.S va la justificación de nuestra
conducta, ajustada a las órdenes del Jefe Nacional de Falange Española.
El pueblo ha captado en seguida la legitimidad de nuestro gesto y saluda con
incontenida alegría nuestra magnífica independencia.
Por debajo de esa riada turbia e inocentemente feroz de la propaganda
electoral de los “frentes” políticos, adivina el buen sentido de la masa española
cuánto hay en ella de pasajero y ficticio. La imagen universal de las crecidas de
este invierno sirve muy bien para conjeturar el alcance de la agitación
electorera de enero y febrero. Saben que todo esto pasará dejando escaso y
chamuscado rastro –papeletas muertas de candidatos, jirones pálidos de los
femeninos cartelones- mientras el lecho del río sigue igual.
Las mismas necesidades populares, los mismos problemas hondos,
inabordables por la baratería parlamentaria.

Obras Completas 329


Onésimo Redondo

El pueblo ha perdido la fe en las elecciones y votará como sin ganas: por la


obligación de mantener de algún modo el agrarismo.
Siente España en cambio un apetito nuevo de sinceridad y de soluciones
rápidas, nacionales y revolucionarias. Por eso aparta la vista de las urnas y la
pone en las camisas y en los puños de nuestros muchachos. Ya es mucho que
los españoles pongan la mirada en la Falange, aunque por ahora la tímida
mano de los más sirva con las papeletas electorales las consignas del miedo.
El camino se nos abre ancho y llano, quizá con demasiada llaneza y aun con
una inclinación excesivamente rápida hacia lo fácil. Las cosas españolas suelen
ser así, y nada tendría de extraño que éste que ahora empieza fuese el último
bienio de los partidos y de la lucha civil. Al final de ese bienio, el yugo y las
flechas en la bandera de la revolución española triunfante.
Las elecciones vallisoletanas serán una sorpresa para los espíritus obstinados
en no aprender jamás. Verán tardíamente, -siempre han visto tarde los
conservadores en España- que debieron proceder de otro modo en las
vísperas electorales: que las J.O.N.S no presumían vanamente de fuerza; que el
pueblo nos quiere, nos llaman y nos aclama.
Todavía serán muchos los que ateridos de miedo creerán poner en
compromiso a su conciencia borrando un nombre o varios que de corazón les
repugnan. Se ha llevado a tal extremo la docilidad y el pánico temperamental
de las llamadas clases de orden, que hay muchos electores (en su mayoría
mujeres, claro está) convencidos de que el 16 de febrero “se juega
definitivamente todo” en la lucha electoral, como si desde el día 17 la
Providencia se echase a dormir, relevada en su misericordiosa paternidad por
los diputados triunfantes”.
Los muchachos de la Falange se ríen de esos miedos histéricos, de esa
desconfianza vituperable en los mismos valores que a todas horas se invocan.
Ni Dios ni España se acaban con una primera o con una segunda vuelta
electorales. Después del escrutinio de las Juntas del Censo seguirá luciendo el
sol como antes. No vencerá la revolución antinacional en las urnas pero si
venciera duraría su victoria algo menos que la del año 31. Porque entonces la
juventud vivía junto a las banderas de los políticos que resultaron triunfantes,
y hoy forma ejército contra esos políticos y contra todos los políticos.
Y para quienes tan sólo en época de recolección electoral alardeaban con
frases hechas de antimarxistas les clavaba dardos como éstos:

DESDE 1931
Las J.O.N.S luchan en la calle frente a la revolución.
DESDE 1933
Falange Española de las J.O.N.S agrupa a todas las juventudes universitarias e
introduce la fe nacional entre las masas trabajadoras.
UNICO
partido totalmente nuevo, sin contacto con los causantes de ningún desastre
antiguo ni moderno, LA FALANGE.

330 Obras Completas


Onésimo Redondo

UNICA
preferida por las balas de los antinacionales, FALANGE ESPAÑOLA DE
LAS J.O.N.S.
Verdaderamente admirable por su concisión, por su exactitud y por su
sorprendente visión profética del futuro, es la siguiente proclama:

LA OBRA DE LOS POLITICOS


Primer bienio.- Fango, sangre, lágrimas.
Segundo bienio.- Inutilidad, Octubre sangriento, “straperlo”, ruina del trigo.
Tercer bienio.- Parlamento ingobernable, caos.
DESPUES
Fin de los bienios y de los partidos,
ESPAÑA, UNA, GRANDE Y LIBRE.

El 16 de febrero amaneció de lluvia. El pánico de las gentes encajaba


perfectamente en el gris, triste y pesado, del día. Las calles, hacia la una de la
tarde, se vieron desoladas. Un miedo general gravitaba sobre la ciudad, de la
que parecían ser únicos dueños los marxistas. Sólo nuestros camaradas dieron
la cara prometiendo algunos incidentes, de los cuales salieron lesionados
algunos marxistas. Las milicias nuestras habían sido ofrecidas a la primera
autoridad civil para intervenir a su lado ante cualquier alteración de orden
público que los marxistas intentaran. Para cumplir este compromiso dispuso
Onésimo que desde las seis de la mañana quedaran concentrados en nuestro
domicilio los camaradas de primera línea.
Por la tarde Onésimo Redondo reunió en su casa a unos cuantos camaradas.
La conversación recayó naturalmente, sobre las elecciones y la situación que el
resultado de las mismas traería a España. Onésimo afirmaba seguro:
“Estoy satisfecho porque el haber presentado mi candidatura supone la
diferenciación de la Falange ante el pueblo de todos los partidos políticos; mi
campaña entre los campesinos ha sido más profunda de lo que muchos creen;
no he pedido sus votos sino su coraje y decisi6n para cuando llegue el
momento de levantamos en armas”.
Los interventores de Falange comienzan a llegar con actas; no traen muchos
votos, pero han cumplido un servicio más y ante la rabia de unos y la
indiferencia estúpida de otros, han vestido públicamente la camisa azul.
Son tantos los camaradas que en estos momentos difíciles quieren mostrar su
entusiasmo por la Falange y su fe inquebrantable en Onésimo, que su casa,
abarrotada, no tiene cabida para más. Alguien dice que los milicianos
continúan firme y en guardia en el domicilio y Onésimo marcha allá. Todas las
habitaciones están llenas y Onésimo habla desde el salón de conferencias,
lleno de energía y optimismo que contrastaban con el amargo derrotismo
derechista: “Estas son las excelencias del régimen electoral, pero frente a esta
realidad de hoy, pronto, marxismo, masonería y separatismo serán aplastados
para siempre con el rigor de nuestras armas”.

Obras Completas 331


Onésimo Redondo

Los seis mil votos obtenidos por Onésimo en aquel ambiente confuso de
intereses creados le llenaban de alegría porque significaban que aún quedaban
algunos miles de personas con serenidad y sin miedo para luchar frente a los
enemigos eternos de España y que unidos a los miles de camisas azules sin
voto, jóvenes arriesgados y hechos al combate, la Falange estaba en
condiciones en esta provincia de imponerse victoriosa sobre las hordas rojas.

La Revolución Nacional Caudillo y mártir


21 de Febrero a 24 de Julio 1936

Después de las elecciones de febrero se desató el odio marxista. Con motivos


nimios organizaban manifestaciones de un tono provocador y violento:
Precisamente en una de ellas fue herido (el 21 de febrero) el camarada José
Pereda, hermano de la Jefe de la sección femenina en aquel entonces. Nuestro
camarada después de haber sido herido por la espalda fue víctima de las masas
rojas, que le arrastraron por el suelo y de mala manera le llevaron hasta la
Comisaría pidiendo su linchamiento. Desde esa fecha se impuso el terror
marxista, repitiéndose con harta frecuencia los cacheos efectuados por
indeseables.
La persecución en contra Falange fue durísima: El primer registro de nuestro
domicilio social, después de las elecciones, se hizo el 22 de febrero; el
Gobernador anunció que realizaría algunos mas y daría a conocer los
resultados. Onésimo Redondo se dispuso a organizar la resistencia violenta
que produjera como reacción la revolución nacional-sindicalista: Intensificó
las charlas en el domicilio, aseguró la disciplina dura de las milicias y ordenó
que se comenzaran las visitas a las familias pudientes para pedir dinero, arma
de gran necesidad dado lo que se preparaba.
Los estudiantes de la J.O.N.S, pertenecientes al S.E.U, organizaron varios
actos el día 7 de marzo para honrar a su Patrón, entre ellos un banquete en el
Hotel Castilla. Acudió a él Onésimo y, a los postres, ante unos doscientos
camaradas jóvenes, tensos de entusiasmo, pronunció una arenga de gran
visión política, animando al levantamiento nacional. He aquí sus palabras
finales, recogidas lo mejor posible en un block por un camarada del Sindicato
Español Universitario:
“Oriente ha presentado su guerra a Occidente; Moscú se esfuerza en
adueñarse de nuestra Patria. La juventud debe permanecer en constante
guardia; Falange vigila al enemigo y marcará sin vacilación el momento
decisivo. Fijaos bien, camaradas, en la importancia de cuanto digo. Pronto
llegará el día de la batalla y entonces ni libros, ni norias, ni padres, ni hogar
pueden ser lazos que nos aten o nos sujeten; cuando se trate de la
recuperación de España sólo la guerra absorberá todos nuestros esfuerzos”.

332 Obras Completas


Onésimo Redondo

Terminada aquella reunión, Onésimo marchó a su trabajo, y no había pasado


un cuarto de hora cuando la policía se presentó en el hotel ante la denuncia
telefónica que había recibido de lo que allí se estaba haciendo.
La agresión de que fueron víctimas dos camaradas universitarios fue motivo
para que en Valladolid el SEU desatara una violentísima protesta que trajo
como consecuencia la clausura de todos los centros de Falange de Valladolid y
su provincia.
El día 14 de marzo la Dirección general de Seguridad ordenó la clausura de
todos los centros de Falange de España y la detención de los jefes máximos.
Aquel día fueron detenidos en Madrid, Ruiz de Alda, Fernández Cuesta y
nuestro Jefe nacional José Antonio Primo de Rivera. Este lanzó la siguiente
proclama:
Como anunció la Falange ante las elecciones, la lucha ya no está planteada
entre derechas e izquierdas turnantes. Derechas e izquierdas son valores
incompletos y estériles: la derecha a fuerza de querer ignorar la apremiante
angustia económica planteada por los tiempos, acaba por privar de calor
humano a sus invocaciones religiosas y patrióticas; la izquierda, a fuerza de
cerrar las almas populares hacia lo espiritual y nacional, acaba por degradar la
lucha económica a un encarnizamiento de fieras. Hoy están frente a frente dos
concepciones TOTALES del mundo: cualquiera que venza interrumpirá
definitivamente el turno acostumbrado: o vence la concepción espiritual,
occidental, cristiana, española, de la existencia, con cuanto supone de servicio
y sacrificio, pero con todo lo que concede de dignidad individual y de decoro
patrio, o vence la concepción materialista, rusa, irreligiosa, de la existencia, que
sobre someter a lo españoles al yugo feroz de un Ejército rojo y de una
implacable policía, disgregará a España en Repúblicas locales -Cataluña,
Vasconia, Galicia...- mediatizadas por Rusia.
Rusia, al través del partido comunista que rige con sus consignas y con su oro,
ha sido la verdadera promotora del Frente Popular español, RUSIA HA
GANADO LAS ELECCIONES. Sus diputados son sólo quince, pero los
gritos, los saludos, las manifestaciones callejeras, los colores y distintivos
predominantes, son típicamente comunistas. Y el comunismo manda en la
calle; en estos días los grupos comunistas de acción han incendiado en España
centenares de casas, fábricas e iglesias, han asesinado a mansalva, han
destituido y nombrado autoridades... sin que a los pobres pequeños burgueses
que se imaginan ser ministros, les haya cabido más recurso que disimular
todos esos desmanes bajo la censura de Prensa.
El Gobierno pequeño burgués no ha hecho más que capitular en el mes
escaso que lleva de vida. He aquí un breve saldo de su labor:
1º AMNISTIA. Quizá fuera conveniente. Era, desde luego, justa para los
dirigidos y alucinados, sobre todo desde que los cabecillas habían logrado la
impunidad. Pero el Gobierno no ha podido darla a su tiempo, por sus
trámites, sino de cualquier manera, forzando los resortes y, sobre todo,
cuando ya las turbas, en muchos sitios, se la habían tomado por su mano.

Obras Completas 333


Onésimo Redondo

2º EL ESTATUTO. También aprisa y corriendo. Completado el acuerdo de la


Comisión Permanente con la sentencia presurosamente dictada por el dócil
Tribunal de Garantías. Azaña quiere comprar a precio de la unidad de España
la asistencia de los catalanes contra los marxistas. Pero a la hora del triunfo
marxista, si llega, se encontrara , con que Cataluña, así como Galicia, Vasconia
y Valencia - las cuatro regiones, nótese la casualidad, donde el socialismo es
menos fuerte- se separarán de la quema nacional para constituirse en estados
nacionalistas aparte. Ello será la desaparición de España y la muerte, por
aislamiento, de sus tierras interiores-
3º AYUNTAMIENTOS Y DIPUTACIONES. No han sido REPUESTOS
los del 12 de abril, sino nombrados libremente, en los más de los sitios, los
que han querido designar comunistas y socialistas.
Es decir, que en el día de hoy una parte grandísima de las autoridades locales,
con el poder que ejercen sobre la fuerza pública, se pondrían EN CONTRA
DEL ESTADO si los comunistas lo quisieran asaltar.
4º DESPIDO DE OBREROS. Miles y miles de obreros, legítimamente
colocados según el orden jurídico nacional, han sido puestos en la calle para
que les sustituyan los que, con arreglo a las leyes republicanas del primer
bienio, perdieron sus puestos en octubre de 1934. A éstos, además, hay que
indemnizarles como si hubieran sido víctimas de despido injusto, quebrarán
con ello numerosas empresas y aumentará el paro.
5º VEJACIONES. Mientras tanto, el Gobierno, reincidiendo con torpeza
increíble en los usos de la anterior etapa de Azaña, gasta a la policía en llevar la
zozobra a las casas de los que supone políticamente desafectos: registros,
intervención de correspondencias, detenciones arbitrarias, se multiplican. Hay
quien lleva más de quince días incomunicado en los sótanos espeluznantes de
la Dirección de Seguridad, comparables con las prisiones de la Edad Media.
6º DESASTRE ECONOMICO. En vez de buscar, a tono con los tiempos,
una dirección estatal, integradora, de la economía, con respecto a la iniciativa
individual en la base, se está protegiendo la dirección gran capitalista por
arriba, mientras se alienta por abajo la perturbación socializadora y burocrática
que los marxistas manejan. Es decir, en vez de sustituir un sistema económico
-el capitalista- por otro igualmente completo, se está conservando
arriscadamente el capitalismo, pero metiéndole chinas en los engranajes.
7º DESORDEN PUBLICO. Pese a la censura, nadie ignora ya lo que ha
pasado en Alicante, en Granada, en Toledo, en Cádiz, en Vallecas, en el
mismo corazón de Madrid, a un paso del Ministerio de la Gobernación.
Muchos cientos de miles de españoles han visto las llamas de los incendios.
Cientos de familias llevan luto por los asesinados. Y hasta en uniformes
militares perdura la huella de ultrajes públicos. Innumerables pueblos y
ciudades de España, incomunicados, han sido presa del pillaje en estos días.
¿Qué barajarán ante esto los español? ¿Esperar cobardemente a que
desaparezca España? ¿Confiar en la intervención extranjera? ¡Nada de eso!

334 Obras Completas


Onésimo Redondo

Para evitar esta última disolución en la vergüenza tiene montadas todas sus
guardias, firme como nunca, FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S.
MIENTRAS tantas hinchadas apariencias se hundieron al primer golpe de
adversidad, la Falange, sin dinero y perseguida, es la única que mantiene en la
calle su alegre fe en un resurgimiento de España y su duro frente contra
asesinatos y tropelías. Más que a nadie vayan estas palabras a vosotros,
camaradas de todos los rincones de España, cercados por el silencio de la
Prensa intervenida, acometidos por la ferocidad de los bárbaros vencedores,
vejados por la injusticia de grotescos gobernadores y alcaldes, ¡No desmayéis!;
sabed que en sus focos antiguos la Falange se mantiene firme a la intemperie -
¿qué más da que nos clausuren los centros?- y que en estas horas de
abatimiento colectivo ella rehabilita, con su coraje combatiente, el decoro
nacional de los españoles.
En la propaganda electoral se dijo que la Falange no aceptaría, aunque
pareciera sancionarlo el sufragio, el triunfo de lo que representa la destrucción
de España. Ahora que eso ha triunfado, ahora que está el poder en las manos
ineptas de unos cuantos enfermos capaces, por rencor, de entregar la Patria
entera a la disolución y a las llamas, la Falange cumple su promesa y os
convoca a todos -estudiantes, intelectuales, obreros, militares españoles- para
una empresa peligrosa y gozosa de reconquista.
¡ARRIBA ESPAÑA!

POR FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S


El Jefe Nacional.
JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA
En los sótanos de la Dirección general de Seguridad, a 14 de marzo de 1936.
Todo el que quiera adherirse a Falange Española mientras persista la clausura
de centros, puede decirlo de palabra o por escrito a cualquier afiliado.
El afiliado que reciba una adhesión la comunicará sin perder momento a su
jefe inmediato”.

En Valladolid, se detuvo también a Onésimo Redondo, Carrascal y Román;


pero tras de una comprobación de los libros y una extensa declaración fueron
puestos en libertad. Sin embargo, el haber estallado un petardo en la
Comisaría el día de San José fue el motivo buscado para detener ya
definitivamente a Onésimo Redondo y con él a los camaradas Carrascal y
Greciet. Cuando les llevaban del Gobierno a la Cárcel en un coche, los
guardias de Asalto que les custodiaban les propusieron la huida para ganar la
frontera. Por fin ese día los dirigentes marxistas creyeron descansar al ver
metido en la cárcel a Onésimo Redondo, cuya figura cada vez más perfilada,
más decididamente revolucionaria, les molestaba demasiado. Pero no
pudieron ellos nunca sospechar que el espíritu del gran Jefe castellano estaba
bien infiltrado en todos los miembros de la Falange de Valladolid y que ésta

Obras Completas 335


Onésimo Redondo

había de tenerles en línea de combate, en jaque permanente, hasta el día de su


aplastamiento total.
Los incidentes universitarios se centuplicaron en número y en intensidad. El
26 de marzo tuvieron tal volumen que las autoridades marxistas efectuaron la
detención de cuarenta y un camaradas.
Los presos, confortados con la presencia de Onésimo Redondo mantenían en
la cárcel una posición de dignidad altiva. El 29 de marzo promovieron
incidentes graves dentro de la cárcel para protestar ante el hecho de no poder
oír misa los días festivos.
Mientras los demás grupos políticos se recluían prudentemente en casa,
Falange buscaba con ansia la calle. Para ello cualquier motivo era bueno: El 6
de abril algunos cientos de camaradas organizaron una manifestación
tumultuosa en la Acera, produciéndose serios incidentes y algunas
detenciones. Figura relevante y popular era Rosario Pereda, Jefe de nuestra
Sección femenina, magnífica oradora, llena de empuje, guiada siempre por un
profundo afán de justicia social, molestaba también a los marxistas que en
varias ocasiones la habían amenazado de muerte. Por esta razón iba siempre
convenientemente protegida. El 16 de abril la escolta de Rosario Pereda tuvo
que hacer frente a una manifestación que apedreó la escuela de la cual ella era
maestra. Bastó este acto de defensa para que inmediatamente fueran detenidos
los camaradas que formaban dicha escolta y para que al día siguiente fuese
detenida la misma Rosario.
Falange, ante la persecución, se lanzó decidida a una guerra sin cuartel:
Nuestros camaradas fabricaban bombas con facilidad manifiesta y atrevida,
que se ponían en los sitios mas variados, así en la Comisaría, en la Casa del
Pueblo, en casas particulares, domicilios de dirigentes del Frente Popular. Los
estallidos frecuentes de estas bombas y petardos contenían la procacidad
tumultuaria de los marxistas.
A pesar del rigor gubernativo y del constante peligro en que se desenvolvía
nuestra vida, el Movimiento Nacional-Sindicalista iba adquiriendo intensidad y
volumen en Castilla. Cerrados nuestros centros, el salón rojo del café
Cantábrico fue, en principio, el lugar donde nuestros camaradas jefes recibían
las visitas y daban instrucciones a los enlaces de la ciudades y los pueblos.
Todas las semanas desfilaban por el café los representantes de la provincia
entera.
El día 21 de abril varios estudiantes, dirigidos por Conejo, fueron a protestar
ante el gobernador por las detenciones ilegales que estaba realizando; como el
gobernador se negó rotundamente a recibirlos, se pusieron a cantar a pleno
pulmón en el antedespacho el himno de la Falange. Inmediatamente se
procedió a su detención.
Aquel mismo día hubo diez y ocho detenciones más entre los camaradas de
Pedrajas y Cogeces.
Las visitas a los presos eran verdaderas manifestaciones, pues las hacían
quinientos o seiscientos camaradas en bloque. Onésimo aprovechaba estas

336 Obras Completas


Onésimo Redondo

visitas para dar orientaciones y normas. Además por el locutorio de abogados


recibía a algunos jefes y les proporcionaba instrucciones concretas. Los flechas
se portaban admirablemente colocando bonos para los presos.
A mediados de abril fue también detenido el Jefe local, camarada Perdiguero,
así como en San Sebastián lo fueron, cuando iban a hacerse cargo de un alijo
de armas, Tobalina, Luis Nieto y Girón.
El 22 de abril limitaron las autoridades las visitas a los presos pero éstos
protestaron de modo tan ruidoso y enérgico que tuvieron que intervenir los
guardias de Asalto, ese mismo día los visitantes en número de seiscientos
organizaron una manifestación de protesta: marcharon cantando el Himno
hasta el mismo Gobierno civil. Nuestros camaradas rebeldes a la tiranía
marxista continuaban actuando sin vacilación y sin miedo. El 23 de abril la
policía hizo más detenciones con motivo de unos disparos cruzados en el
Prado de la Magdalena. El día 2 de mayo Onésimo Redondo pronunció en el
patio de la cárcel, hacia las cinco de la tarde, una charla magnífica y vibrante
ante los camaradas compañeros de prisión, sobre la significación de ese día de
la Independencia nacional. Onésimo Redondo hablaba casi todos los días en
la cárcel a los numerosos camaradas presos. Este día, como otros, algunos
marxistas desde las ventanas que dan al patio de la cárcel tenían costumbre de
escuchar las charlas de Onésimo, pero en esta ocasión dieron algunos gritos
ofensivos contra Falange y saludaron con el puño cerrado; entonces nuestros
camaradas, venciendo todos los obstáculos, fueron a su busca y con gran
rotura de puertas, ventanas y cristales les proporcionaron una tremenda paliza.
Ante esta actuación violenta de nuestros camaradas, las autoridades
respondieron metiéndoles a todos en el sótano. Allí, en la penumbra de aquel
lugar de castigo aprendieron, y luego cantaron por vez primera el himno
“Amanece para mí” cuya letra se debe al camarada Pradera, y que había de
cantarse después, en julio, tantas veces camino del Alto de León.
Mientras tanto, por consecuencia de las detenciones de los demás jefes,
llevaban el peso de la dirección de la Falange José María Gutiérrez, Elías
Iglesias, Teodoro Giménez, Clarencio Sanz y Pedro Rivas. Con ellos, el
magnífico camarada Luis González Vicent, uno de nuestros jefes de milicias,
recorrió la provincia preparando el movimiento revolucionario, hasta que un
día en un café, por contestar airadamente a unos separatistas catalanes, fue
detenido, ingresando en la cárcel de Valladolid con Souto, Anselmo de la
Iglesia salió y entró en la cárcel varias veces en este período. En aquellos días
estos camaradas, con los grupos disciplinados y audaces de nuestra Falange,
tuvieron que resistir las incidencias de una huelga general marxista, desatada
para protestar de los incidentes habidos en la cárcel el día 2 de mayo, La
Falange no rehuyó la lucha en ningún momento, y a los dos días de la huelga
contestó poniendo siete bombas en casas de marxistas señalados, Falange, a la
vez que hizo frente a los marxistas en la calle, continuó preparando el
movimiento subversivo, la Revolución Nacional. Las altas jerarquías habían
establecido contacto en Madrid directamente con los militares, Onésimo

Obras Completas 337


Onésimo Redondo

Redondo nombró para “ enlace” a Elías Iglesias, que todas las semanas se
desplazaba a Madrid para traer las consignas generales que allí se daban para la
preparación concreta del alzamiento y llevar las cartas de Onésimo para José
Antonio Primo de Rivera, cartas que después otro enlace introducía en la
Cárcel Modelo o llevaba hasta Alicante, una vez que José Antonio fue
trasladado a la cárcel de aquella ciudad. En Madrid era Fernando Primo de
Rivera el que lleva personalmente todas las gestiones con el Ejército. Elías
Iglesias recibió orden de no entenderse más que con Onésimo Redondo y con
el Comandante Moyano, y recibir las demás órdenes directamente desde
Madrid las cuales, a su vez, procedían de José Antonio o de sus hombres de
confianza.
En los últimos días de mayo a fuerza de protestar dentro y fuera de la cárcel
nuestros camaradas estudiantes consiguieron salir a examinarse bien
custodiados por policías. Así pudieron verse de nuevo con sus compañeros de
estudios camaradas tan populares en la Universidad como Valverde, Emilio
Iglesias y los hermanos Campuzano y otros muchos que aprovecharon su
situación para hacer campaña de agitación.
Al volver a la cárcel, llevaban impresiones del ambiente tenso de los medios
universitarios que registraba la enorme presión de la turbia política marxista.
Estas y otras noticias que llegaban en abundancia a la cárcel hacían que los
camaradas presos se preparasen en todos los aspectos, con más ahínco, bajo la
rígida dirección de Onésimo Redondo, para el día de la guerra: todas las
mañanas hacían gimnasia e instrucción militar, estudiaban los 27 puntos
explicados uno por uno por el mismo Onésimo, y hacían una vida espiritual
cultivada.
También en los pueblos Falange Española presentaba Combate.
Constantemente eran interrumpidos los mítines comunistas por los camaradas
de nuestras organizaciones locales. Los choques entre la Casa del Pueblo y la
Falange eran casi diarios. En Geria, por tener nuestros camaradas anulados a
los rojos, fueron, mediante una falsa denuncia, detenidos hasta 40 de nuestros
mejores camaradas. En Olmedo, el 11 de junio, hubo una refriega y nuestros
camaradas hicieron dos muertos a los socialistas, siendo detenidos once de
Falange. En Alaejos, el 13 de junio, se detuvo a tres camaradas, después de un
choque que tuvieron con los comunistas; pero la J.O.N.S, de allí respondió
colocando una bomba. En Peñafiel, ante una provocación, un falangista mató
a uno de los más destacados marxistas del pueblo. En Medina de Rioseco,
otro camarada hirió al jefe de la guardia roja. Más adelante, en Bolaños del
Campo, con motivo del reparto de unas hojas nacional-sindicalistas, algunos
afiliados a la Casa del Pueblo intentaron romperlas, originándose una refriega,
de la que resultaron heridos doce socialistas y dos de Falange, ingresando en la
cárcel nueve de los nuestros.
El 15 de junio comenzó en la cárcel la huelga del hambre de nuestros presos.
Comenzaron por arrojar las viandas que tenían en las celdas a los pies de un
inspector de Prisiones, nombrado especialmente desde Madrid para investigar

338 Obras Completas


Onésimo Redondo

los sucesos ocurridos en la cárcel de Valladolid. La huelga duró tres días y


terminó el 18 de junio, a las cuatro de la tarde, siendo puestos el mismo día
algunos de nuestros camaradas en libertad, entre ellos el directivo del S.E.U,
Barrientos. Precisamente el día anterior fue herido un afiliado a nuestro
Sindicato Español Universitario por los marxistas, cuando hacia el anochecer
regresaba a su casa. El mismo 18 de junio, un grupo de camaradas de Falange
organizó la represalia y en cantinas de marcado carácter marxista irrumpieron
pistola en mano al grito de ¡Arriba España!. En una de ellas, en la calle de
Zapico (donde se fraguó el asesinato de Abella el 4 de marzo de 1934)
hicieron varias descargas, produciendo un muerto y varios heridos. En otra
cantina del barrio de San Juan cayeron acribillados por nuestras balas varios
destacados marxistas, y los camaradas que habían sido libertados de la cárcel a
primera hora volvieron de nuevo a ella. Como consecuencia de todo esto los
marxistas desencadenaron una huelga general violentísima, matando en el
primer día de la misma a un pacífico ciudadano. El día 22 de junio, Onésimo
escribía desde la cárcel unas hojas de ofensiva que fueron editadas
clandestinamente y repartidas contra viento y marca por varios grupos de
choque mandados por Rico, y en las que aseguraba que Falange muy pronto
castigaría a los responsables marxistas de aquella huelga criminal. En la
madrugada del 25 de junio Onésimo Redondo y diez y ocho camaradas fueron
trasladados a la cárcel de Ávila. A las cuatro de la madrugada el oficial de
servicio recorrió las celdas con una lista llamando a los que tenían que salir;
Onésimo se negó rotundamente a abandonar la celda; por fin un cabo de
Asalto le persuadió; salieron todos juntos cantando el himno y dando vivas y
gritos. El traslado se verificó en una camioneta de guardias de Asalto A éstos
se les dio la orden de que no había interés en que los presos llegaran a Ávila,
pero los guardias de Asalto, todos ellos simpatizantes de Falange, se pusieron
al lado de los presos, realizando un viaje en el que el buen humor y el elevado
espíritu patriótico fueron comunes a guardianes y prisioneros. Llegaron, pues,
sin novedad a Ávila ante la sorpresa del Director de aquella cárcel al que nada
se había avisado de la llegada de un contingente tan numeroso de presos.
Entre los diez y nueve camaradas distinguidos por la persecución y llevados
con el Jefe castellano como castigo a Ávila, ostentaba el récord de tiempo en
la cárcel el camarada Arturo Ramos. El 29 de junio trajeron a Girón de la
cárcel de San Sebastián a la de Valladolid. Días antes de trasladar a Onésimo
Redondo a Ávila fue detenido en Alcazarén el que venía haciendo de Jefe
provincial, Teodoro Giménez. Precisamente desde la celda escribió la
siguiente alocución, que fue, como todas, impresa clandestinamente y
repartida con audacia por algunos de nuestros camaradas, de los cuales fueron
detenidos cinco.
“!Camaradas! ¡Vallisoletanos!”
A las cinco de la mañana de hoy, nos han arrancado de la Prisión Provincial a
nuestro JEFE ONESIMO REDONDO y a diecinueve camaradas más que
con nosotros compartían las molestias y las vejaciones de unas detenciones

Obras Completas 339


Onésimo Redondo

arbitrarias e irritantes. El momento de la notificación y de la partida fue


verdaderamente emocionante y cariñoso, REDONDO, el camarada que nos
transmitía sus enseñanzas, con dotes de insuperable cultura y apostolado; el
que difundía la fe Y el aliento necesario para sobrellevar las penalidades y la
frialdad glacial de una cárcel exenta de espiritualidad y de virtudes; el que
jugaba y reía con nosotros como un camarada más, salía de la celda radiante
de resignación, con la frente alta, la figura arrogante, que contrastaba con la
humillación, la lividez y la cobardía del traidor y culpable principal de esta
separación que tanto nos apena y aflige. Voces de ARRIBA ESPAÑA
atronaban la nave, como alaridos de despedida; que eran contestados por los
camaradas que marchaban con el brazo en alto.
El JEFE caminaba rodeado de su Estado Mayor, por los escogidos, por ese
grupo de valientes cuyo delito no es otro que el haber arrostrado su vida
multitud de veces por una idea que salvará la Patria y la redimirá de esta
miseria, de esta gangrena que la atenaza y aniquila, gracias a las mesnadas de
gente innoble y maleante que la manda y la dirige.
Ya sus voces se apagan entre la distancia que nos separa y el grupo de guardias
que les conducen al camión; la fuerza pública, que tanto afecto siente por los
hombres que no se dejan comer la calle, que se rebelan contra las oligarquías
marxistas acometiéndolas unas veces, y otras aniquilándolas, lleva el gesto
indignado, la cabeza baja, la pesadumbre en su alma; comprende que este
traslado es la consumación de un nuevo atropello, cometido por mandato de
autoridades canallescas, rencorosas, de sentimientos mezquinos y raquíticos,
que no saben actuar si no adulan, con servilismo y doblez a los cobardes
dirigentes de la Casa del Pueblo. Pero no claudiquéis, camaradas y españoles;
que no enerve vuestro temple ese lamentable episodio de la lucha.
Afortunadamente España va reaccionando, la rebeldía se extiende por los
pueblos como regueros de pólvora; la dignidad y el civismo de la Sociedad
atropellada, dará al traste con este gobierno beligerante, con este Poncio
beligerante también y cómico plagiario, que tiene la valentía de publicar en la
Prensa una nota que ofende e irrita al enemigo cuando éste yace amordazado
y prisionero.
Nos llevaron a los camaradas y hermanos predilectos; pero nos quedan en
espíritu, su ejemplo, su ga11ardía y su fe para proseguir sin desmayos y con
hombría la obra de hacer de ESPAÑA, UNA, GRANDE, LIBRE,
¡ARRIBA ESPAÑA!
Cárcel Provincial, 25-6-1936.

Fue en estos momentos en los que alejaban al jefe castellano de Valladolid


cuando se notó más la influencia de Merceditas, la mujer de Onésimo
Redondo, en la organización. Ella alentaba, transmitía órdenes y ayudaba
resueltamente a la preparación del movimiento. Semanalmente visitaba,
acompañada de algún jefe, a Onésimo en su prisión de Ávila. Como allí le
tenían sometido a una disciplina carcelaria muy rígida y restringían lo más

340 Obras Completas


Onésimo Redondo

posible las visitas. Elías Iglesias tuvo que figurar como pasante del bufete de
Onésimo, a fin, gracias a esta estratagema, de poder recibir sus órdenes con
más frecuencia.
La organización tenía ya datos suficientes de cada pueblo sobre el número de
vehículos aptos para una movilización repentina, número de milicianos con
que se contaba, cantidad de armas, situación de los transformadores de luz
eléctrica, familias que disponían de teléfono, etc, etc. Como los marxistas,
dándose cuenta de lo que se les venía encima, trataban de eliminar el peligro
suprimiendo mediante atentados a los jefes de nuestro movimiento, llegó un
día, en estos primeros de julio, que varios camaradas destacados tuvieron que
abandonar definitivamente sus casas y dormir cada día en sitios diferentes. De
ellos, los más importantes se refugiaron en una modesta pensión sobre la
Plaza Mayor; allí celebraban las reuniones más peligrosas, fabricaban bombas,
repartían armas y de allí salió el 18 de julio la orden terminante de lanzarse a la
calle secundando la acción de rebeldía que habían adoptado los guardias de
Asalto. La mujer de Onésimo Redondo tuvo también que abandonar su
domicilio. En Madrid, sucedía lo mismo con todos los jefes, que tenían que
vivir desplazados de sus familias. Pilar Primo de Rivera no solamente tenía
que estar fuera de su propia casa, sino que aun para hablar por teléfono con
sus familiares se veía precisada a hacerlo con nombre falso, pues la
persecución desatada en torno de ella era intensísima. Muchos jefes de
provincias tenían que residir en otras, así el Jefe provincial de Santander,
camarada Hedi11a, tuvo que salir de aquella zona, siendo utilizado para
preparar el movimiento en Galicia. De igual manera algunos jefes madrileños
se vieron obligados a abandonar la capital de España.
Las consignas eran cada vez más concretas. Todos los antiguos camaradas son
utilizados para recorrer incesantemente los pueblos y repartirles la orden:
“Estad en pie de guerra”. Los pueblos responden muy bien y en casi todos
ellos nuestros camaradas hacen instrucción militar y se acuestan cada día con
la ilusión de que al siguiente llegue quizá la orden de marcha.
Los enlaces con Madrid y la cárcel de Ávila funcionan a la perfección. El
momento decisivo, el de coger las armas, el de la guerra, que Falange ha
venido predicando y preparando durante años, se acerca al fin. El Ejército ha
venido también preparándose durante loa últimos meses; sus cuadros de
mando, sus guarniciones se han ido comprometiendo una a una; hay un plan y
un orden de sublevación. Por la cúspide se han puesto de acuerdo Ejército y
Falange, por la base no hacía falta: las jóvenes jerarquías del Ejército y las
juventudes nacional-sindicalistas, tenían ya desde hace mucho tiempo el
mismo espíritu y el mismo grito de España Una, Grande y Libre. En el último
viaje que realiza el enlace de Onésimo Redondo, nuestro camarada Elías
Iglesias, a Madrid, para recibir la orden suprema, fue ya presentado por
Fernando Primo de Rivera al General Saliquet que era el señalado para
ponerse al frente del movimiento en Valladolid y a Villegas que debía hacer lo
mismo en Madrid.

Obras Completas 341


Onésimo Redondo

En todas las provincias Falange estaba en tensión y en lucha permanente. En


Sevilla los golpes de mano y las represalias entre los comunistas y nuestros
camaradas estaban a la orden del día. En Valencia los nuestros actuaban con
desenvoltura y pocos días antes del movimiento subversivo, asaltaron la Radio
y por el micrófono anunciaron el próximo triunfo de la revolución nacional-
sindicalista. En Madrid, en la lucha diaria en la calle, tuvimos que lamentar
bajas, pero las represalias fueron también efectivas y seguras; uno de los más
destacados enemigos de Falange, el Teniente Castillo, cayó acribillado por
nuestras balas justicieras. En todas las demás provincias, raro era el día en que
la Falange no actuara en aquella guerra civil sorda, que sostenía, únicamente
ella, contra todo un Estado que se había declarado beligerante frente al
fascismo. El asesinato de Calvo Sotelo fue ya la nota aguda que señaló la
imposibilidad material de todo compás de espera.
El día 16 de julio nuestros camaradas de la vieja guardia recorrieron la
provincia entera dando la orden a los camaradas campesinos de que
abandonaran sus hogares y pueblos y que se concentraran, haciendo el viaje
por la noche, en los puntos que se les había señalado anteriormente. Así lo
hicieron y en la mañana del 17 aparecieron reunidos los de los partidos de
Nava y Tordesillas en Geria, los de Villalón y Rioseco en el Monte de
Torozos, los de Valoria en Cabezón, los de Peñafiel en Traspinedo, los de
Medina en Viana y los de Olmedo en Mojados. Como Onésimo Redondo, en
aquel verano de 1931 en su primera proclama a los hombres de Castilla, había
concretamente ordenado, los campesinos estaban ya, ahora, en armas, y la
consigna: “rodearemos la ciudad con un movimiento renovador de masas
campesinas”, que había dado ante las elecciones de 1933, estaba cumplida: la
ciudad sin saberlo tenía, en esta víspera de julio, un férreo cinturón nacional-
sindicalista. Durante este día los campesinos esperaron como pudieron la
orden de avanzar sobre la ciudad, que no terminaba de llegar; algunos de los
concentrados en el Monte de Torozos, más impacientes se aventuraron a
llegar, sin armas, hasta Valladolid, a fin de observar la situación y lo único que
consiguieron fue verse detenidos. Advertido el Gobierno de lo que sucedía,
ordenó por medio de las Casas del Pueblo, que se desencadenara la huelga
revolucionaria que prendió fácilmente en algunos pueblos de la provincia.
Aquella noche del 17 al 18 fue eterna para los que esperaban.
Los camaradas jefes reunidos en la pensión en que viven, vieron caer una a
una las horas hasta el amanecer, sin que llegara la orden de echarse a la calle.
Al mediodía del día 18 los camaradas Elías Iglesias, José María Gutiérrez,
Suárez Granda, Paulino Suárez con el capitán Silvela, Ayudante del general
Saliquet, y representantes de la Guarnición, todos ellos jóvenes, estaban
reunidos en casa del comandante Moyano, esperando al enlace de Burgos, que
había de traer la esperada orden. En vista de que no llegaba acordaron que a
las cuatro de la mañana se produciría el alzamiento. El Gobierno sostuvo una
conferencia telefónica apremiante con el Gobernador civil de la provincia, que
les informó que aquí estaba ya de antemano todo perdido y fue entonces

342 Obras Completas


Onésimo Redondo

cuando acordaron que los guardias de Asalto y Seguridad salieran para


reforzar los efectivos del Gobierno hacia la capital de España, dejando el
armamento aquí al objeto de ser entregado a los obreros de la Casa del
Pueblo. Los guardias de Seguridad y Asalto, todos ellos simpatizantes con
Falange Española, recibieron la orden con profundo disgusto. En esos
momentos llegó a la pensión donde estaban los camaradas jefes de Falange el
cabo Hernández a darles cuenta de lo que sucedía con los guardias de Asalto.
Elías Iglesias y Pedro Rivas, ordenaron al cabo Hernández que sin dilación se
fuera al cuartelillo de los guardias de Asalto y les animara a que no secundaran
la orden de marcha y que en esa actitud de rebeldía contaran con los de
Falange. Con esto y con las palabras de otros compañeros, los guardias de
Asalto y los de Seguridad, se iban colocando en una posición de rebeldía
pasiva. Cuando el comandante afecto al Gobierno había logrado, sin embargo,
sacarles fuera del cuartel y formarles en la calle al pie de las camionetas
dispuestas para su traslado, llegó el capitán Perelétegui, con un grupo de
jóvenes, en su mayoría falangistas y animó a los guardias a no obedecer las
órdenes de Madrid.

Los guardias de Asalto y Seguridad vitorearon al Ejército y al grito de Arriba


España secundaron la actitud del capitán de artillería. A todo esto, en una
esquina próxima esperaban ya masas compactas de socialistas la salida de los
guardias de Asalto y Seguridad, para apoderarse de su armamento. Al grupo
proclamador de la rebeldía nacional se unieron los tenientes Fernández Sanz y
Cuadra y juntos todos, unos en las camionetas preparadas y otros a pie, se
lanzaron sobre las seis y media de la tarde hacia el centro de la población. Los
grupos marxistas que rodeaban el cuartelillo de Asalto a la expectativa,
corrieron en desbandada. Grupos de Falange tras del capitán Perelétegui, con
algunos guardias, recorrieron la calle de Santiago al grito de Arriba España y
Viva España. A las siete y media comenzaron los cacheos

de elementos sospechosos de marxistas. Nuestros camaradas de primera línea


concentrados en diversas casas, reciben la orden de salir hacia el cuartel de
Infantería, donde fueron armados. Como sobre las nueve de la noche se oyó
que la emisora local conectada con Madrid radiaba noticias alarmistas del
Gobierno rojo, varios camaradas nuestros asaltaron la estación cortando la
comunicación con Unión Radio y Suárez Granda acercándose al micrófono
dijo: “El movimiento nacional ha triunfado, Arriba España”. Desde ese
momento no dejó de funcionar la radio controlada por Falange y los
llamamientos a nuestros campesinos concentrados y al resto de los camaradas
de los pueblos fueron constantes.
Nuestro camarada de enlace, Elías Iglesias, una vez ordenada la salida de los
diferentes grupos para cubrir las primeras necesidades de aquellos momentos
angustiosos, salió él personalmente con unos quince camaradas a unirse al
general Saliquet, que con el capitán Silvela, el Teniente coronel Uzquiano y el

Obras Completas 343


Onésimo Redondo

señor Estafaría y algunos otros, habían de tomar el edificio de la 7ª División.


Allí cayó herido de muerte el señor Estafaría.
El tiroteo era general en los sitios neurálgicos de la Ciudad. A las tres de la
mañana se oyeron al fin como garantía del triunfo las cornetas del Regimiento
de Caballería de Farnesio que venía hacia la División a proclamar el estado de
guerra.
A las seis de la mañana una centuria de Falange, mandada por nuestro
camarada capitán Gonzalo Ortíz, que después había de morir gloriosamente
luchando en el frente como Jefe Territorial de nuestras milicias, tomó, en
colaboración con un escuadrón de Farnesio, el edificio del Ayuntamiento.
Poco después ondeaba allí, junto a la bandera de España, la bandera rojinegra
de la Revolución nacional. Por el balcón principal nuestro camarada García
Ganges y algunos más arrojaron el retrato de Azaña como símbolo de un
régimen ignominioso que se venía abajo.
La noche del 18 al 19 fue angustiosa en la cárcel de Ávila; elementos marxistas
de aquella ciudad querían que se fusilase inmediatamente a los presos de
Falange. Por fin, con el triunfo de los comprometidos en la sublevación, los
presos fueron puestos en libertad. Antes de salir de la lóbrega prisión todos
oyeron misa y comulgaron. Al trasponer la puesta de la cárcel Onésimo
Redondo habló a sus camaradas una vez más animándoles a la lucha que iban
a comenzar. Grupos de curiosos y un buen número de guardias civiles oían
emocionados aquellas palabras de guerra y justicia; para ellos era un lenguaje
nuevo. La escena era simbólica para toda España nuestras consignas
nacionalsindicalistas tienen un tono original y novedoso, aún hoy, porque
están sentidas y pensadas para un Pueblo y no para un partido político. Por la
tarde una caravana de autos traía a su ciudad, a la ciudad de sus luchas, de sus
profecías, de sus sacrificios, al Jefe castellano. Castilla tenía ya su juventud en
pie de guerra: la guerra que en cinco años de lucha había predicado Onésimo
Redondo mientras los políticos jugaban en el Parlamento. No volvía Onésimo
Redondo exaltado por su prisión, ni deseoso de revancha. Cuando un hombre
comprende a un pueblo y le sirve no reacciona como cualquier individuo
vulgar. Él era jefe de la Falange de Castilla, y venía a luchar y a imponer un
orden de justicia.
Cuando llegó hacia las cinco de la tarde a Valladolid se extendió la noticia
rápidamente de grupo en grupo, de casa en casa. La ciudad entera, preocupada
en aquellos momentos difíciles por el resultado del levantamiento, respiró con
profundidad y sintió confianza, “¡Onésimo Redondo está en Valladolid!” se
repetía de boca en boca, y, Onésimo era un Jefe, era el que sabía del porvenir,
de la ruta política, del tono impresionante, de la orden cierta.
Directamente se dirigió a la División donde una vez que saludó al General
Saliquet y jefes del Ejército se puso a trabajar febrilmente en la organización
de centurias y dispuso el plan a seguir para su encuadramiento. A última hora
de la tarde reunió en su casa a un grupo de fieles camaradas de la vieja guardia
y distribuyó entre ellos las cargas de los más apremiantes servicios. Después

344 Obras Completas


Onésimo Redondo

de cenar marchó a la Radio, Valladolid y los doscientos cuarenta pueblos de la


provincia esperaban con ansiedad mal reprimida oír la voz de Onésimo.
Con serenidad del que ha visto tiempo atrás lo que ahora estaba sucediendo,
con naturalidad dominadora del que encuentra lógicos los sucesos, pronunció
un magnífico discurso que causó enorme sensación, sobre todo en aquellos
que no habían querido oír por sectarismo partidista en otras ocasiones. Ante la
falta de texto taquigráfico reproducimos un extracto periodístico de aquellos
días:
Los que me oís tenéis el ánimo suspenso ante el desarrollo del magnífico
drama que hoy vive España. Digo el ánimo suspenso, no porque el resultado
de la lucha sea dudoso, sino por la inquietud que quiere sembrar la radio de
Madrid, a las órdenes todavía de lo que fue Gobierno. Fácil es percatarse del
valor de los infundios de aquella emisora con considerar que es una radio al
servicio del marxismo. Y la profesión más constante del marxismo es la
mentira. La mentira para los marxistas es como el agua al pez, elemento
necesario de vida. Con falsedades han vivido y han dañado; con falsedades
mueren los que especulan con la ignorancia del pueblo.
El resultado de la lucha no puede ser incierto, es el Ejército el que la conduce
y contra el Ejército nadie puede. Locura y necedad es pensar otra cosa. Y al
lado del Ejército -¡anotadlo todos!- anótenlo sobre todo los que alimentan la
esperanza de resurgir, está Falange Española de las J.O.N.S.
Estas camisas que se han ofrecido por millares, albergan pechos que ya no se
retirarán sino con el triunfo o con la muerte. Estamos entregados totalmente a
la guerra y ya no habrá paz mientras el triunfo no sea completo.
Para nosotros todo reparo y todo freno está desechado. Ya no hay parientes.
Ya no hay hijos, ni esposa, ni padres, sólo está la Patria.
Os invito a la reflexión, españoles, porque sin duda la emoción, la ansiedad y
la alegría de los instantes, no os ha dado tiempo para las reflexiones políticas,
que en la Falange son habituales y que nos acompañan con influjo de absoluta
serenidad en estos momentos. Todo ha caído, todo ha sido rectificado y
desdicho en el curso de los meses y los años, igual derechas que izquierdas;
sólo la Falange permanece invariable; sólo las J.O.N.S desde hace cinco años,
como guiado su dedo por el de la Providencia, han señalado justamente lo que
eran, han sido, son y serán las cosas de España.
Sabemos exactamente lo que la Patria quiere recobrar en estos instantes: que
no es menos que recobrarse a sí misma. Había dejado de existir España, y
éramos una dependencia humillada de toda la escoria, de toda la secuela de
ideologías fracasadas y groseras. Eramos una colonia de Rusia, que es como
decir colonia de la barbarie organizada. La gran nación creada por Castilla era,
al parecer, un espectáculo de ruinas y de fealdad.
Ahora el Ejército ha salido por España, y del brazo de Falange, en la lucha
civil de estos días, alumbramos al ser una España nueva en la que habrá de
nuevo paz, pan y alegría familiar y cristiana.

Obras Completas 345


Onésimo Redondo

No es la inseguridad del triunfo la que debe ocupar nuestra mente sino la que
esta tarde me manifestaba lleno de admirable gravedad un guardia civil:
¿SERA ESTO PARA SIEMPRE?
He ahí el pensamiento que debe asistir a los que en estos días vivimos el gozo
de una victoria segura; que dure para siempre.
La Falange, curtida en el aire de todas las pruebas, espectadora inmóvil de
tantos desengaños, se halla presente para que la victoria sea duradera, para
conseguir la estabilidad absoluta del Estado nuevo.
Para ello, lleva impregnada su doctrina y relleno su programa de la
preocupación más profunda y extensa: la de redimir al proletariado. Aquí si
que suena bien este concepto y esta gran frase que sirvió para tanta política,
para tanto fraude; redimir al proletariado.
Pero redimirle es atraerle al ser íntimo de la Patria, del que se halla ausente.
España se halla trágicamente dividida en dos mitades y ocupa una de modo
casi total el inmenso ejército de los que sacan su pan cotidiano del trabajo
físico de sus manos, y el proletariado, en gran parte, no quiere a España; ni
tiene alegría de formar parte de esta ilustre nación, la más grande por su
Historia y por sus destinos.
Devolvamos a los obreros este patrimonio espiritual que perdieron,
conquistando para ellos ante todo la satisfacción y la seguridad del vivir diario:
el pan.
Volverán a ser españoles y producirán con ello la unidad cierta de la Patria y la
estabilidad del Estado cuando tengan la alegría y la paz de un vivir digno, de
una existencia familiar segura y numerosa. En este sentido España debe
proletarizarse. Debe ser un pueblo de ancha prole, que se multiplique en
honor de la raza y en cumplimiento de sus altos destinos.
Serán traidores a la Patria, miembros indignos del Estado, los capitalistas, los
ricos, que asistidos hoy de una euforia fácil que levantando acaso el brazo
como si saludasen el advenimiento de la nueva era social se ocupen como
hasta aquí con incorregible egoísmo, de su sólo interés sin volver la cabeza a
los lados ni atrás para contemplar la estela de hambre, de escasez y de dolor
que les sigue y los cerca.
El nuevo Estado Nacional-Sindicalista, operará con rigor y acabará con las
palabras vanas y las promesas nunca cumplidas.
El pan para todos y la justicia para todos es nuestro lema y será pronto
nuestra obra.
España una; España grande; España libre;
¡ARRIBA ESPAÑA!

Aquella noche salieron por orden de Onésimo Redondo tres centurias para
Benavente mandadas por Vicént y Castro a contener a los mineros de Asturias
que intentaban caer sobre Castilla. Al día siguiente Onésimo Redondo desde la
División y el Gobierno civil controló la situación de los pueblos de la
provincia enviando camaradas nuestros a sofocar la resistencia que en a1guno

346 Obras Completas


Onésimo Redondo

de ellos habían organizado los rojos, dominándose totalmente, entre otros,


Tudela de Duero, Quintanilla de Abajo y Cigales; en Cigales resultaron
muertos un guardia civil, el camarada jefe de milicias de Cabezón, Adolfo
Vallejo, y herido Anselmo de la Iglesia.
Aquel día se instaló nuestro cuartel general en la Academia de Caballería.
Desde allí dirigía Onésimo Redondo con pulso firme la política social y militar
de aquellas horas difíciles. Su opinión era requerida para todas las decisiones;
él dirigía todo el movimiento de nuestras milicias; él resolvía de igual modo
problemas de organización, de intendencia, de reclutamiento, como fijaba en
sus discursos las normas políticas del futuro o arengaba a la muchedumbre
excitándola al apoyo del levantamiento nacional o animaba a los soldados que
marchaban al combate. Todo se resumía en él, y él tenía que imponer su
confianza y su fe en el triunfo a todos los demás.
El día 21 tenía ya Onésimo Redondo, por medio de los mandos militares, una
información exacta del peligro que se cernía si las tropas rojas que habían
salido de Madrid lograban su intento de descender a la llanura, una vez
conseguidas las posiciones que dominaban la sierra. Por orden de Onésimo
Redondo camaradas jefes de milicias salieron ese mismo día en toda clase de
coches a buscar a los cientos y cientos de camaradas campesinos que en los
pueblos se ofrecían para venir a luchar. El momento era decisivo, urgentísimo
y necesario era disponer de unas fuerzas de choque organizadas que oponer al
enemigo en los primeros instantes mientras se preparaba más cuidadosamente
una movilización general. A las siete de la tarde se trasladó una centuria
mandada por Girón, y como jefes de unidades inferiores, José Sáiz de Miera y
Francisco Sabugo, al cuartel de San Quintín, a fin de salir con un Batallón del
Regimiento de Infantería del mismo nombre, un grupo de Artillería al mando
del heroico comandante Moyano, un escuadrón y una sección de
ametralladoras de Farnesio para el Alto del León Al entrar nuestros camaradas
perfectamente armados y disciplinados, la guardia del cuartel les rindió
honores, recibiéndolos como a una fuerza militar. Formados ya todos dentro
del cuartel Onésimo Redondo arengó a los soldados y a los falangistas de un
modo efectivo y arrebatador. Plenos de entusiasmo y cantando el himno
salieron a las doce de la noche en columna motorizada al mando del coronel
Serrador hacia San Rafael. Al regresar a las nueve de la noche Onésimo
Redondo a su casa, una imponente manifestación popular se formó por las
calles de Valladolid detrás de la banda Unión Musical y fueron al domicilio del
jefe castellano, delante del cual, congregadas unas 6.000 personas, vitoreaban
con entusiasmo a Onésimo Redondo y cantaban el himno de la Falange,
Onésimo Redondo tuvo que asomarse a uno de los balcones de su casa e
improvisó un maravilloso discurso de gran sentido político que terminó
afirmando que la salvación de la Patria estaba solamente en el nacional-
sindicalismo que junto al Ejército estaba recobrando la gloria y el honor de
España. Al terminar fue aclamado de nuevo Onésimo Redondo con
entusiasmo indescriptible por la muchedumbre, igual que lo había sido aquella

Obras Completas 347


Onésimo Redondo

misma tarde cuando al frente de una centuria motorizada pasó por las calles
céntricas de la ciudad.
El día 22 Onésimo Redondo organizó la propaganda del triunfo del
movimiento nacional por todas las tierras de Castilla y León, mediante millares
y millares de octavillas que nuestras avionetas lanzaron desde el aire. Hizo el
mismo Onésimo Redondo el texto de las octavillas que las gentes de tantos
pueblos y ciudades leyeron ese día con avidez. Decía así:

“A TODA LA TIERRA DE CASTILLA Y LEON


Valladolid, repleta de júbilo por su honrosa victoria sobre el Gobierno
antinacional, saluda a las ciudades y demás poblaciones hermanas de esta
región.
Salimos al paso de unas necias especies lanzadas por la Radio de Madrid,
sobre supuesto bombardeo de esta ciudad y rendición de la misma. Es
increíble que todavía se juegue así con la credulidad de los pueblos, quienes
con tanta infamia mienten, dan hasta el final pruebas del desprecio que les
inspira el país que tenían tiranizado.
Valladolid se cree la primera ciudad de España en fe y en júbilo nacional-
sindicalista. Nuestras centurias han pacificado la provincia, pasean en triunfo
la capital y se destacan animosas hacia Madrid y otras provincias castellanas.
¡Arriba España! J.O.N.S. DE VALLADOLID.
Valladolid, 22 de julio de 1936”.

Después de comer, una centuria de campesinos llegada a Valladolid, rodeada


también de gentes de la ciudad, organizaron de nuevo otra manifestación de
entusiasmo y adhesión al jefe castellano de la Revolución nacional, Onésimo
Redondo. Este, una vez más tuvo que dirigir al pueblo una de sus vibrantes
alocuciones. Pronto tuvo noticias Onésimo Redondo de la magnífica
actuación del Ejército y de los camaradas que habían salido la noche anterior:
a la madrugada del día 22, en San Rafael habían recibido orden de avanzar
hacia el Alto del León, donde se encontraba el enemigo; durante este avance el
intenso fuego enemigo de Aviación, fusilería y ametralladoras hizo por un
momento dudar a las fuerzas, pero el magnífico espíritu y coraje del camarada
Girón, unido al de los otros jefes, hizo que las fuerzas avanzasen rápidamente,
siendo él uno de los primeros en coronar el Alto del León, avanzando luego
sobre la Loma, que se encuentra a la izquierda, coronándola. Toda la tarde la
dedicó Onésimo Redondo a organizar febrilmente una nueva expedición, esta
vez sólo de falangistas, que debían marchar a reforzar a los que en aquellos
momentos estaban luchando en el Alto del León. A las doce de la noche
salieron en camiones unos trescientos camaradas mandados por Vicént, y
como jefes de centurias Clarencio Sanz y Greciet, y como jefes de falange,
César Sanz, Leopoldo Castro, Santiago Vázquez, Felipe Martín, Eduardo
Sanz, Cándido Saez y Carlos Salamanca. Antes de partir Onésimo Redondo,
consciente de la responsabilidad que tenía en aquellos momentos y del

348 Obras Completas


Onésimo Redondo

importante papel que habían de jugar aquellos muchachos, les habló al


corazón con firmeza y exactitud. Después les acompañó hasta Boecillo, donde
se despidió nuevamente de ellos diciéndoles: “Hasta mañana, que estaré con
vosotros en el Alto del León”. En la madrugada del 23 llegó la columna al
Preventorio, siendo bombardeados por la Aviación, causando ocho muertos a
la Guardia civil; a las tres de la tarde, se pusieron en marcha los camiones,
subiendo al Alto del León, siendo intensamente bombardeada la columna, que
sufrió bastantes bajas. Por orden del coronel Serrador repartiéronse las fuerzas
de la siguiente forma: una Centuria y una Falange en las lomas de la derecha
del Alto de León, una Falange en la loma izquierda y otra Falange en la loma
que hoy se denomina del Copo, sosteniéndose el intensísimo tiroteo y
bombardeo de la Aviación.
Parte de la última fase de esta operación la presenció el propio Onésimo
Redondo. Por la mañana supo las dificultades del ataque y conquista del Alto
del León y allá se fue a confortar con su presencia a los que luchaban y a
animarles con su palabra cálida y expresiva. Salió la mañana del 23 y regresó
ese mismo día a las cuatro de la tarde. Estuvo en la línea de vanguardia dando
un ejemplo elevadísimo de valor personal. La artillería y la aviación enemiga
bombardeaban con furia, pero nuestro Ejército y nuestras Centurias habían ya
desalojado las posiciones ventajosas de los rojos en un derroche de alto
espíritu y de audacia, en el que murieron por docenas nuestros camaradas
alegre y generosamente. Bajo el fuego constante del fusil y del cañón Onésimo
arengó a todos, cambió impresiones con los Jefes y tuvo un elogio para cada
héroe:, a la vez que predicaba con su conducta. Los mismos camaradas le
reprendieron el que se pusiera tan en peligro y le recordaron que era necesario
en el puesto difícil de mando, que no es precisamente el de la trinchera. Él, sin
embargo, rápido y contundente les dijo que volvería porque amaba la guerra y
porque en Falange los Jefes caminan delante. Entre el entusiasmo de todos,
admirados de su gesto, abandonó Onésimo las alturas de la sierra, en las que
ya ondeaban las banderas victoriosas, emocionado por la veneración y
fidelidad que le profesaban los mejores camaradas que habían desafiado y
vencido a la muerte.
Todavía dedicó el final de la tarde al problema del reparto y distribución de
armamento y a dar instrucciones para el envío de nuevas Centurias al frente.
Llamado por las altas autoridades militares, que estaban emocionadas por el
comportamiento de nuestros muchachos, fue informado de que conservando
aún todas las ventajosas posiciones conquistadas con tanto arrojo y con tanto
sacrificio en el Alto del León, y evitando en el crítico instante el intento de los
rojos de bajar a la llanura castellana, se estaba, sin embargo, en una situación
difícil por el constante bombardeo de la Aviación enemiga que trataba por
este procedimiento, sobre todo, de desmoralizar a nuestra gente. Onésimo
Redondo entendió generosamente que su deber, además de organizar el envío
de más hombres, era ir él de nuevo a la mañana siguiente al Alto del León a

Obras Completas 349


Onésimo Redondo

sostener la moral de la juventud de Castilla que allí luchaba, con su palabra y


su presencia ejemplar.
Era él caudillo de Castilla y sabía mantener y arrastrar a sus gentes en las horas
de peligro.
Aquella noche, aunque agotado por el abrumador trabajo y esfuerzo del día,
tuvo energías suficientes para
hablar por Radio Valladolid, conectada con Radio Burgos, a fin de que sus
palabras encontraran la máxima difusión posible en aquellos momentos, e
improvisar una alocución de calidad buenísima, de tono confortador y seguro,
en la que contó con emoción y poesía la conquista del Alto del León y la
significación de las camisas azules en vigilia, señalando, implacables, con sus
fusiles a Madrid, la ciudad confiada y perversa.
El 24 de julio, último de su vida, primero de descanso en sus cinco años de
lucha, fiel a su preocupación, se levantó pronto Onésimo Redondo. Antes,
entre un sin fin de gente que en su casa entraba y salía a pedirle órdenes,
escribió estas líneas postreras, dirigidas, como tantas en su vida a los
labradores de Castilla y León:

“A TODA LA TIERRA DE CASTILLA Y LEON”:


24 julio 1936.
La Patria resucita, como siempre se crearon los Imperios: entre el ruido
victorioso de las armas. Castilla asiste con júbilo frenético a esta explosión
inesperada de grandeza y de justicia. Sentimos que el ser de la España
envejecida se renueva con su mejor estilo: España se hizo combatiendo y
pisando a la barbarie, con Castilla como región Capitana.
Esos puertos del Guadarrama que se estremecen con el avance duro de los
infantes y artilleros castellanos, lanzan sobre Madrid el aviso histórico de que
su perversión y sus errores van a terminar. Redimiremos a Madrid de sus
enemigos de dentro y a nuestra tierra de una pesadilla antigua. Ya no será
Madrid la ciudad incomprensiva y alejada de los intereses de Castilla.
LABRADORES CASTELLANOS, en estos días se ventila y se asegura
vuestro porvenir. El Ejército y la Falange luchan por vosotros. Asistidnos con
vuestro tesón y vuestra fe.
¡Arriba España! J.O.N.S, DE VALLADOLID”.

Estuvo unos momentos en nuestro cuartel, otros en el cuartel de Caballería y


salió rápido a donde su corazón le decía que era necesario. Alguien insinuó
que quizá la carretera ofreciese peligro, pero él pensaba en los muchachos que
resistían hora tras hora el bombardeo feroz de los aeroplanos rojos, él veía y
valoraba como nadie la importancia de nuestras posiciones en el Alto del
León, defensa y muro de contención de Castilla azul, y él, consciente de su
deber, marchaba heroicamente, dejándolo todo atrás, hacia el peligro. Contra
bajos rencores y calumnias había Onésimo triunfado porque tenía la verdad de
España, pero su triunfo no era nada externo que se pudiera vender o comprar,

350 Obras Completas


Onésimo Redondo

su triunfo era el del sacrificio, el del servicio permanente y sin relevo. Los
aplausos de las muchedumbres enfervorizadas, la admiración de todos, la
fama, la vida agradable los dejaba Onésimo a sus espaldas mientras pensaba
en los camaradas que morían y en el porvenir de España. ¿ Que había peligro?
Pero ¿ Qué había sido su lucha de nacional sindicalista sino un continuo
peligro? Su obsesión era llegar pronto al Alto del León; si el camino era aquel
día estrecho y difícil a él no le importaba; en cinco años de sacrificios por
España Una, Grande y Libre, había recorrido muchos caminos llenos de
espinas. Él estaba hecho para la lucha; la dificultad y el peligro habían sido sus
compañeros inseparables. Sólo ya le quedaba a Onésimo una cosa de entregar
por España: su vida. Y su vida la iba a dar también, porque él era el mejor
camarada, como garantía del triunfo de la Patria grande que él había tantas
veces soñado y con tan tenaz heroísmo, en puesto primerísimo, ayudado a
forjar.
Al llegar al pueblo de Labajos se vio su coche detenido por un camión de
milicianos al parecer de Falange, en realidad rojos, que habían llegado hasta
Villacastín por carreteras secundarias todavía no controladas. Sin darles
tiempo para maniobrar comenzaron a disparar sobre el coche. Onésimo se
resguardó en el primer momento echándose detrás del asiento del conductor.
Tres de los que le acompañaban salieron del coche poniéndose a salvo. Al
intentar hacer lo mismo Onésimo Redondo y bajar del automóvil, una bala,
dándole en la rodilla, le hizo caer en tierra. Una descarga cerrada sobre él le
quitó la vida.
Junto al cuerpo del Caudillo de Castilla, Onésimo Redondo, ya mártir de
España, el cadáver de Agustín Sastre, campesino de la vieja guardia que iba de
escolta, muerto en servicio y en estricta fidelidad al Jefe.

Supervivencia de Castilla

Ancha y trágica se extendió la noticia por Castilla y llegó hasta las últimas
fronteras del territorio libre de la Patria -más escaso entonces que nuestro
optimismo- .
Llegó a Valladolid el cadáver de Onésimo Redondo, y en la última presencia
de aquella carne batida por todos los riesgos y al fin rendida en el mejor
servicio, se congregó un dolor seco y austero. Nos quedan unas fotografías
dramáticas, históricas, en las que se ven los rostros apretados, sinceros, de los
viejos camisas, fieramente expresivos, en los que -sobre la angustia de la
separación- se revela la voluntad de una fiel permanencia, la inteligencia de
una última consigna hecha sangre, de una última orden hecha ejemplo.
Por las escuadras adelantadas del Alto del León, por la retaguardia en carne
viva, por el alma del pueblo, atravesó aquel día un llanto duro, exacto,
indispensable; un llanto sin aplanamiento, rigurosamente levantado en

Obras Completas 351


Onésimo Redondo

afirmaciones de lucha. Y como sucede con todos los impares, con todos los
héroes, fue entonces cuando -más agudamente que en los días de lucha y de
esperanza- quedó desentrañada con segura evidencia, como la misma luz, su
condición exacta de Caudillo. Porque sólo una prueba tan difícil como lograr
en la muerte hacer conciencia colectiva de lo que fue su espíritu, puede dar
estimado, con certeza y justicia, el valor de una vida.
Al entrar con la guerra en el juego de la más decisiva coyuntura de España,
vivía la Falange un momento absolutamente crítico. La breve y apretada
minoría de los tiempos difíciles se hizo de pronto masa por la ley de la
audacia, por razón de descubrimiento, por un -entre normal y milagroso-
fenómeno de potencia expansiva, Y al ensanchar la masa, por estricta
correspondencia con el ensanche de la acción y de la misión, la Falange -que
llenaba de himnos, de banderas y de sangre, aquel amanecer del movimiento-
pasó a ser, con rotunda seguridad, la razón de ser, el futuro de la contienda.
Y justamente en aquel tiempo en que se decidían los destinos, la Falange,
crecida, se veía a sí misma descabezada, huérfana, separada por rejas y
distancias de su jefe, de su verbo, del que aún nos sostiene con la esperanza
cierta del regreso. Onésimo Redondo, que entregó un día a la unidad de la
Falange, al mando del ausente, a las mejores minorías de Castilla -tensas de
estilo militar, jugosas de savia aldeana-, encabezaba y conducía, en aquellos
momentos de alta soledad, a todo un pueblo, fanatizado en las consignas de
nuestra Falange -en las que vivía su voz- levantado en armas y hecho clave y
guión de la guerra.
Y erigido en Castilla, como puntal seguro, comenzaba ya a congregar
esperanzas, comenzaba a cumplir un destino difícil, destino que nacía de toda
su vida exaltada y austera, el destino de sostener con estrecha fidelidad el
hueco de la ausencia, elevando lo provisional a categoría de acción segura y de
obra fijamente dirigida; marchando sobre un tiempo arrebatadamente intenso,
que no ofrecía treguas. Era el punto cimero entre las ocasiones de una vida;
como muy poco, era el momento exacto de ver hecho verdad un anhelo de
años; probablemente, era el momento decisivo de cumplir una misión
tremenda, definitivamente generosa.
Y en este camino, y en este punto de cercanía a la sazón es cuando Onésimo
Redondo se vio trágicamente abatido en la encrucijada de la muerte. En el
mejor instante, en el que una acción larga y recogida desembocaba al ejercicio
de una misión anchísima. Murió entonces Onésimo, como cumpliendo el sino
de los héroes -gloriosa y corta vida- ya conocido desde Aquiles.
Y justamente en esa coyuntura es cuando había de calibrarse con rigor exacto,
su verdadera condición.
Había de saberse si la vida acabada merecía o no el cumplimiento de una obra
permanente. Si aquel instante trágico quedaría clavado, sin vigor futuro, entre
la apología fácil y el lamento oportuno que corresponde a todo malogrado, o
si iba a ser, por el contrario, el punto de partida de una real supervivencia.
Y se supo:

352 Obras Completas


Onésimo Redondo

Cuando los más cercanos al Caudillo y con ellos el pueblo, fueron a


presenciar, bajo cipreses, el tremendo misterio de devolver a la tierra original
lo que era otra vez tierra, el cuerpo abandonado por aquel hondo espíritu de
Onésimo, hubo lágrimas duras y tiernas, rabiosas y piadosas. Las lágrimas
clamaban -¡qué exasperadamente!- por el fin de una vida. Pero ya en aquel
trance surgió la reacción de una inigualable fortaleza; un aire vigoroso, un aire
desnudismo que era el seco mandato de toda Castilla, metió en las almas
-como a golpe de dardo- la conciencia de que todo comenzaba entonces, de
que nada era último en aquella tragedia.
Parecía natural que aquí en Valladolid quedase todo huérfano, desconcertado
y sin ruta, Pero no sucedió.
Sobre aquella tierra que guardaba una forma rendida, crecieron y se
esparcieron, anchos, los clamores de afirmación. Las consignas de la Falange
-creadas o trasplantadas a aquel clima por el verbo incesante de Onésimo- se
hicieron carne viva. Se sentía la fuerza. Las masas últimas y endebles sintieron
que la sangre se les encadenaba para siempre al eslabón tremendo de aquella
otra sangre derramada. El ejemplo dio mármol a la fe. Y las palabras, perdidas
en el aire en los días de lucha, se internaron entre las almas, hechas conciencia
popular, mandato inexcusable. Y, como nunca, Onésimo arrastraba a Castilla
para entregarla de una vez para siempre a la unidad rotunda y altísima de
Falange Española de las J.O.N.S.
Nunca como aquellos días ha sido en la Falange y en España, tan exacta y
rigurosa la gran verdad de la presencia del caído. Y así es, Onésimo Redondo,
presente con presencia terrible, clamorosa, exigente; con presencia que afirma
disciplina; con la presencia del que supo guiar, merecer y rendirse a su misma
verdad.
Y es en el pueblo, en la vida, en el mismo existir de la Falange, donde
Onésimo permanece mejor que en este libro y mejor que en cualquier
apología. Este libro es el índice indispensable de las consignas que su muerte
ha hecho órdenes; de las profecías que su sangre ha dejado cumplidas, de las
verdades que su equilibrio último hace inconmovibles. Pero no es el libro de
su vida ni el de su exaltación. Dentro de la Falange - en la moral de nuestras
filas - , se valoran la vida y la muerte del hombre, con su valor más puro y más
sencillo, sin ponderaciones ni elogios; se valora la vida y la muerte como la
exactísima serie de las anotaciones de una hoja de servicios. Y en este libro se
dejan justamente encuadrados los servicios de un hombre que adivinó,
anunció y gobernó a la Falange dos años antes de nacer en su actual disciplina;
que levantó las tierras de Castilla -en fe de juventud- para dotarlas de potencia
heroica. Que sirvió desde un puesto de mando -con generosidad, con silencio,
con justicia y con fuerza- a la obra común. Que todo lo entregó y entre todo la
vida sin reclamar en cambio otra cosa que la alegría de una conciencia alzada y
satisfecha. Que después de vivir y morir continuó su obra de gobierno y
servicio con la tremenda persistencia de quedarse sembrado -porque todo él
era labriego- en las almas, de quedarse hecho ímpetu -porque todo él era

Obras Completas 353


Onésimo Redondo

soldado- en la lucha, de quedarse erigido -porque todo él era religioso- en la


fe. Este es el parte militar que nos cuenta su vida. La Falange no teje sobre él
arabescos ni flores porque ese no es su modo.
Pero es que, además, jamás podría escribirse con exacto valor una vida de
Onésimo Redondo. Porque él no es el teórico para cuyo exacto conocimiento
basta la colección de obras completas; para reconocerle, los textos de
Onésimo, no son más que un indicio. Y no es tampoco el hombre de
aventuras que encuentre la justicia en una enumeración calurosa de anécdotas.
El buen hombre de acción no se queda prendido en los detalles ni vive en los
sucesos. El gran agitador, el fuerte demagogo de verdades que es Onésimo
Redondo, perdura entre lo vivo, entre lo palpitante, no soporta la arqueología.
Subsiste -¡y con qué fuerza!- en la honda conciencia provocada, en el surco
trazado, en el temblor seguro de su paso.

Y así toda Castilla -la que guarda la tierra de su muerte a cuya angustia y
desamparo él consagró la vida, la que soportó el alegre peso de su cuna, la que
miró el sudor, la esperanza, la ambición, la fatiga, la lucha, el triunfo del
Caudillo- es libro suyo, memoria y ejemplo que nos dice de él lo que en
tiempo y paisaje adquiere ya perfil de eternidad.

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