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Onésimo Redondo
Obras completas
Obras Completas 3
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4 Obras Completas
Onésimo Redondo
PRÓLOGO
Como buen castellano, Onésimo tenía pasión por el Derecho. Esta pasión,
que parece que informa el carácter castellano desde los albores de la
romanización hasta nuestros días, le llevó a montar su doctrina política para el
Estado Nuevo sobre una estructura jurídica tan clásica y tan perfecta que llega
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¡LA Prensa! He aquí un valor mayúsculo por excelencia entre todos los que
hoy ejercen potencia en el mundo político. La política absorbe las máximas
atenciones del Ciudadano; nunca como después de la Revolución abrileña
estuvo todo tan pendiente de la Política: se respira un ambiente sofocante de
revisión, en el que las mayores audacias tienen eco. El pueblo, como leemos a
diario, se ha echado a la calle, sediento de revolución según la Prensa. Ella es
la que ha creado este cuadro de turbulencia en el que unos pocos son actores
tan violentos como irresponsables, mientras que el verdadero, el gran pueblo,
murmura atónito esperando entre confiado y temeroso la solución de sus
problemas concretos. En este período, en que todo está por constituir, política
y socialmente, he aquí que la Prensa ejerce y monopoliza. un supremo
magisterio, sobre la única realidad que podemos llamar constituida, sobre lo
único con fuerza eficiente para dejar oír su voz en los ámbitos de gobierno: el
público efervescente de los grandes núcleos de población, persuadido por la
embriaguez agresiva, que le comunican los diarios de que es necesario derribar
mucho para vivir bien; obsesionado por la idea de hecatombe, tras de la cual
los órganos de la política catastrófica aseguran con brutal fanatismo hallarse la
felicidad del pueblo. A la nación le conviene estar alerta ante todo contra esa
invasión de la barbarie forjada en las rotativas, que es el auténtico peligro para
la República. Y es a la vez el más delicado inconveniente de que ésta ha
venido íntimamente acompañada. Porque así como es evidente que la
revolución de abril la han realizado las mayorías proletariorepublicanas de las
capitales de provincia, no debe perderse de vista que el fermento propio de
esa revolución se cultivó en las columnas de la Prensa demoledora. Ellas
dirigen con disimulo o con descaro, según convenga, los primeros tiros de
artillería contra lo que ha de ir cayendo: ellas van enfocando a las mesnadas
revolucionarias en dirección de lo que ha de sucumbir: debilitan al adversario,
que siempre lo es para los literatos revolucionarios el que está en alto;
presiden el crecimiento de la marejada oposicionista, dan oportunamente el
grito de ataque, y toman a su cargo sin escrúpulos el repugnante papel de
rematar moribundos y ensañarse con los cadáveres. Ese es su oficio, y no hay
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porqué pensar que cesen en su tarea destructora por el simple suceso de que
una Monarquía caduca cediera el paso a una república, “conservadora”, según
creen los espíritus dormidos, que pretenden tranquilizar sus cobardes
sobresaltos cerrando los ojos.
LIBERTAD no quiere sumarse al coro infame de sus colegas que hacen de la
guerra de los espíritus una pingüe granjería. Por el contrario: en la hora de las
responsabilidades, si es que ha llegado, queremos señalar como las más graves
y contumaces las de la Prensa, ya que en todos los momentos tristes de
nuestras últimas etapas históricas, tan condenadas por esos órganos que se
erigen en inmaculados fiscales, han jugado ellos los papeles más abominables:
¿Quién estuvo más cerca de todos los políticos fracasados que el periódico a
quien cada uno de ellos daba calor? ¿Quién ha disculpado más errores, ha
encubierto con mayor desvergüenza todos los abusos y ha patrocinado con
mayor hipocresía todos los planes de mal gobierno que los periódicos a sueldo
de la política vieja? La Prensa ha intervenido como actor principal en todos
los desastres nacionales, diferenciándose sólo de los demás coautores en que
al final de la tragedia, enterrando con desfachatez en sus archivos mil pruebas
acusadoras de sus propias columnas, aparecía en el ápice de la
irresponsabilidad, escurriendo el bulto y lanzando al pueblo cada día a una
nueva confusión... LIBERTAD, con todo el coraje que le presta el ardor
juvenil de que viene revestido, protesta, en aras de la honra y de la paz entre
los españoles, de la inicua pujanza, del insolente privilegio de clase que
disfruta un gremio de ciudadanos profesionales de la discordia, y eternos
obstructores de la reconciliación de los espíritus. No pedimos más sino que la
moral presida eficazmente el derecho de escribir. Que se destierre para
siempre, a costa de los únicos que se atreven a defenderla, los periodistas, la
monstruosa presunción de que lo que tiene valor en una sociedad civilizada es
discutible y de que hasta la VERDAD, y la honra ajena, se hallan expuestas
impunemente a las sórdidas apetencias de escándalo de cualquier delincuente
armado de una pluma. El código penal debe regir para todos, hasta para los
periodistas. Pedimos la extirpación sumaria de la delincuencia periodística.
Trabajaremos por persuadir: a nuestros lectores de que los enemigos de la
libertad, y de la paz y grandeza de España no se encuentran en uno u otro
grupo ni en tal o cual ideología de las que diferencian a los españoles, sino en
la Prensa abonada al escándalo, en los profesionales de la calumnia, la insidia y
la agresión impune, en los periodistas libertinos. En estas circunstancias,
cuando todos los españoles que trabajan honradamente ven aproximarse las
consecuencias de tanta veleidad revolucionaria. el deber nos impulsa a gritar a
la faz de todos: “La Prensa, he ahí el culpable, el enemigo.”
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LA EXPORTACIÓN DE CAPITALES
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CASTILLA DESAMPARADA
EL TRIGO.
LAS ESTADISTICAS
CASTILLA NO EXISTE
NO queremos unir nuestra voz a la de las plañideras castellanas, que son casi
todos los hombres de levita y casino, tenidos comúnmente por padres de la
región. Estamos hartos de oír los clamores fúnebres de los impotentes,
llorando ver a Castilla como la región más despreciada por el Estado nodriza,
por los Gobiernos despenseros del presupuesto.
Abominemos de una vez para siempre de esos papás menguados que
atribuyen la decadencia de Castilla al desamparo en que Madrid nos tiene y la
prosperidad de Cataluña al mimo del Arancel exclusivamente.
Uno y otro hecho, que no negamos, serán, cuando más, el reflejo oficial de
otro más importante Del único pecado a que los hombres jóvenes, con ansias
creadoras y alma realmente revolucionaria, deben atender, y es éste: Castilla
está desamparada, ante todo, de sus propios hijos. Castilla languidece porque
empieza por no existir para los mismos que la, habitan. Una región no puede
llamarse tal solamente por haber heredado del pasado su nombre, aunque
suene tan recio e imperial como el del suelo que nos vio nacer; ni porque
estén encerrados sus anchos, pardos y monótonos valles por altas cordilleras
que la separan del resto de la Península; ni porque haya parido algunos poetas
que la ensalcen...
Todo esto lo tiene Castilla, y, sin embargo, no existirá corno región mientras
sus hijos no la creen con un esfuerzo vigoroso de la inteligencia y un rabioso
tesón en las afirmaciones.
Lo primero para que nuestra región surja entre los países hispánicos que se
preparan a hacer afirmación de su personalidad es que conozcamos los
castellanos su figura. Y como es menester dejarse en estos momentos de
juegos florales y demás lirismos sin contenido práctico, afirmamos que
conocer a Castilla es conocer a fondo sus problemas vitales. Que es lo que
nunca han procurado los papás de levita y casino, los cacicones, cacicoides,
señoritos influyentes y clérigos poltrones que, para desprestigio del país,
ocupan en el ámbito de las 11 provincias campesinas el patronazgo de la
política y la cultura.
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NO HAY ESTADÍSTICAS
Vamos a dejar a un lado, porque mejor es no hablar de ello, el admirable
esfuerzo tipográfico del viejo diario local que cada año dedica un pesado
número al trigo y a las parvas. El hecho, innegable, de que tan abominable
engendro estadístico llame la atención en España da la medida de nuestra
raquítica cultura regionalista. Esas estadísticas falsas era cien veces mejor para
los intereses agrarios que no se publicaran (1), y, por el contrario, una
estadística veraz, es la primera
1919: Cosecha estimada en el número triguero del conocido periódico, 20,3
millones de quintales. En el mismo año la estadística oficial da ¡35,1!
1928: Según un gráfico, el valor de la cosecha en este año es de 820 millones.
Ya es sabido que el valor promedio de la cosecha española de trigo asciende a
2.000 millones de pesetas. Claro es que en el mismo número del periódico,
para la misma cosecha se señala el valor de 1.348 millones ¿A qué nos
atenemos?
Una estadística donde abundan hasta las contradicciones de despacho, aparte
de las enormidades de información, y donde nos quieren hacer creer que un
año se cogen 20 y al siguiente 10 en toda España, y donde las discrepancias
con los datos oficiales -que no reputamos más de fiar- son hasta el 80 por 100,
no es estadística. Es un desenfadado negocio periodístico.
condición para que el pavoroso problema triguero deje alguna vez y para
siempre de serlo. Los grandes males, grandes remedios exigen. ¿ Estamos
convencidos de que la ruina del mercado triguero es el más grave problema
que tiene planteada la economía castellana, de tal modo que depende la vida
misma de los labradores de ese asunto...? Pues si es ésa la formidable realidad,
pongámonos a estudiarla sin descanso, no regateando medios para conocer el
mal y todas sus raíces, porque la primera condición para recetar es
diagnosticar con acierto. Hay que llegar a conocer con exactitud, por los dedos
de la mano, dónde va -o dónde se queda- cada fanega que Castilla produce;
basta de estadísticas burdas, entretejidas con el mayor aburrimiento e
irresponsabilidad por un secretario facilitón o por un periodista sin
escrúpulos.
Debe ponerse mano sabia y mano dura en la confección de estadísticas. Y
deben producirse por diversos métodos hasta conseguir un control perfecto y
poder imponer sanciones fuertes a los que hubieren faltado a la verdad o
hubiesen cumplido con negligencia su cometido.
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¡LABRADORES! ¡CASTELLANOS!
Estad alerta contra los tenebrosos proyectos de las Internacionales que quieren caer
sobre nuestra tierra: LA INTERNACIONAL MASÓNICA, LA
INTERNACIONAL SOCIALISTA, LA INTERNACIONAL COMUNISTA.
Exigid que se sepan a la luz del día los planes extranjeros sobre España.
Desenmascaremos a los hipócritas; aplastemos la influencia de todas las
Internacionales (*).
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¡A LOS JÓVENES!
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LA REVOLUCIÓN SOCIAL
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Pedimos, pues, la revolución social para que todo hombre apto encuentre
trabajo dignamente remunerado y para que nadie se vea privado de la
posibilidad cierta de elevar su condición según sus méritos y para que el
campo - que es España - sacuda las cadenas de la hegemonía burguesa.
Pero si la revolución social es una necesidad y un grito de justicia, hay que
defender ese movimiento sano y juvenil de las corrupciones traidoras que
proceden de la democracia judaizante superburguesa, como de las máquinas
internacionales con sello marxista, que descaracterizarían la genuina
revolución hispánica para hacernos siervos de Moscú.
Revolución social, enérgica, urgente, a cargo de la juventud española, eso sí.
Pero con estas condiciones:
1ª Que no sirva para sustituir la hegemonía burguesa por la tiranía de una clase
o un Sindicato. Es un crimen de lesa patria agitar la nación para mudar de
despotismo.
2ª Que intervenga eficazmente el campo, porque sin la voz de la agricultura
todo movimiento colectivo es una agresión al verdadero pueblo.
3ª Que presida esa obra de justicia social un superior anhelo hispánico, una
idea nacional de unidad, como garantía de que la gran España sigue una ruta
de encumbramiento y no es víctima de los tenebrosos proyectos que las
fuerzas ocultas internacionales incuban para hundir a las naciones en la
miseria consecuente a la lucha de clases.
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EL IMPERIO DE LA CALUMNIA
- HAY QUE ACABAR CON ESTA NUEVA DICTADURA
“ La línea de demarcación entre la ley del pueblo y la
ley del populacho es incierta.” (GANDHI.)
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Ahí tenemos el caso del ciudadano Don Pedro Segura Sáenz, Cardenal
Primado de las Españas.
Se trata del hijo de un maestro de escuela, que vivió con el pueblo y le sirvió
que trabajó con espíritu francamente democrático, y sin cuidarse de que los
periódicos cacareasen sus virtudes, en la regeneración de las Hurdes... No ha
hecho uso de las armas, ni conspiró contra tal o cual régimen de gobierno, ni
podría encontrarse español alguno que patentizase un agravio delictivo
cometido por el patriota don Pedro Segura. Pero ha bastado que la calumnia
despliegue sobre él sus fuerzas facciosas, que la espada Uránica de los
periodistas irresponsables le señale con ira feudal, para que ese ciudadano no
pueda tener un palmo de tierra donde pisar en una nación que hasta ahora se
llamaba civilizada.
Hoy es un Cardenal; ayer, algunos exministros o expersonajes; mañana, uno,
varios o millares de ciudadanos, a los que la calumnia, difundida, señale con
sus voces cobardes; en veinticuatro horas la Prensa puede impunemente
trocar a un ciudadano pacífico en un facineroso presidiable o en un corruptor
repugnante a los ojos del populacho.
Desde ese momento la víctima ha perdido la calidad de ciudadano, sin que
nada ni nadie le ampare. Las pruebas son innecesarias: el juicio está hecho al
pie de cada quiosco de periódicos y la sentencia pronunciada por la boca de
los lectores epilépticos.
¿Gobierno..? Nada puede hacer el que debe su existencia precisamente al
imperio de la calumnia.
¿Ley? Sí; la del embudo; la única vigente cuando el Poder legislativo lo ejerce
de hecho la Prensa de escándalo.
¿Tribunales?... Desgraciadamente, su augusta protección llega a ser inválida
ante las turbas acusatorias desde el instante en que caducaron para muchos
españoles los principios de que “ningún español ni extranjero podrá ser
detenido sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban”, y de que
“no será castigado ningún delito ni falta con pena que no se halle establecida
por ley anterior a su perpetración”.
Hubo una o dos dictaduras que molestaban sobre todo a los periodistas del
escándalo, porque no las ejercían ellos. Aquéllas bien caídas están por haberse
alejado del mandato del país y usurpado con indebida prolongación sus
funciones. Pero quienes condenamos toda suplantación de las normas
objetivas de justicia que garantizan el vivir pacífico de los ciudadanos tenemos
que hacer un llamamiento al pueblo no manchado por el morbo incivil que
fluye de las redacciones de los periódicos. Hay que instaurar, contra la
despótica voluntad de los calumniadores de oficio, la dignidad propia de los
países que viven en régimen de derecho. Hay que acabar con la dictadura de la
publicidad, Que es la más degradada y la menos responsable.
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RESUMEN CAPITAL
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Treinta hectáreas de trigo, término medio de cosecha en los diez años últimos
en el referido pueblo, 21 fanegas por hectárea, son 630 fanegas, a 20 pesetas
12.600
Las tres hectáreas de cebada y la hectárea de avena, viniendo buenas, apenas
producen para mantener el ganado por cuyo motivo no hay necesidad de
especificar sus cosechas.
RESUMEN
Producción de 30 hectáreas de trigo 12.800
Gastos de explotación 9.827
Utilidad líquida 2.973
Capital invertido en la explotación 160.000
Interés prudencial que debiera obtener este 8.000
capital al 5 por ciento
Utilidad obtenida 2.973
Pérdida total en el negocio 5.027
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Véanse págs. 29, 32 de esta edición.
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naciones: por esto se dice con tanta razón que la actitud de los oligarcas
degenerados está inspirada por ocultos enemigos de la Patria. (2)
Ningún español desprovisto de la mentecatez a que tiene condenados la
Prensa farisaica a la mayoría de sus lectores, osará calificar de exclusivamente
sombrío el cuadro anterior. La inminente realidad se irá encargando de sacar a
las embobadas gentes de orden de su incomprensible optimismo pancesco.
No hay otro dilema: o la Nación se libra de la Prensa morbosa, o ésta
consigue hundir para la vida de algunas generaciones el honor de España
A la juventud sana le corresponde contener con una disciplinada acción
hispánica, esa oleada de degeneración.
Es urgente sacudir con intrépida severidad la maraña envenenada de los
planes judaicos, aplastando sin compasión la Prensa antihispánica.
Es preciso purificar el ambiente público y devolver al pueblo hispano su
magnífica soberanía, miserablemente regentada por los degenerados.
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Cuando Abd-el-Krim asesinaba millares de Españoles, cuando los mutilaba vivos y muertos, algún
periódico publicó sus retratos y ensalzaba su figura.
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TIRANÍA DEMAGÓGICA
Hay que acabar con la delincuencia del populacho. Hay que extirpar la
Prensa patibularia. Es la primera labor de Gobierno.
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LA INEPTITUD BURGUESA
“Gracias a ustedes los españoles, que los atraen, nos hemos quedado
sin aventureros que nos perturbaban la existencia. Tienen ustedes
ahora en España, por lo menos, doscientos cincuenta rusos,
repartidos entre Barcelona, Andalucía y Marruecos, con instrucciones
concretas sobre lo que deben hacer.”
(Palabras de un jefe de Policía francés.)
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EL TÓPICO CASTELLANO
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Sin contar los menores de siete años.
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Nada más elocuente para alumbrar esta verdad, que el gesto cobarde de esos
varios ministros que forcejean por escapar del puesto de peligro donde les
colocó la aventura revolucionaria tan alegremente emprendida cuando eran
periodistas y conspiradores: Prieto, director de un periódico en Bilbao;
Albornoz, colaborador de “La Voz”; Nicolau, periodista catalán..., son otros
tantos ejemplos de revolucionarios tan exentos de solvencia constructiva
como hinchados de ferocidad. La Revolución les puso al frente de los
ministerios donde hay que mostrar a diario la patriótica capacidad del
gobernante que no cosecha aplausos hablando, sino obrando y obrando bien.
Ahora ya no se trata, señores periodistas-ministros, de destruir complaciendo
al populacho que embriagamos de odio para que nos empinase a título de
vengadores; se trata de sufrir calladamente, de sudar soluciones para los
amargos problemas concretos...
La crisis del cambio; el conflicto entre la Hacienda, las obras públicas y el paro
forzoso; la paralización industrial, la defensa arancelaria de los productores, la
angustia de la Agricultura... Estas cuestiones ni han experimentado mejora, ni
se ve en los periódicos mentores de la Revolución, cómo han de resolverse:
creemos que no será con más libertad, más griterío periodístico, mayor
humillación de la Iglesia católica y concesiones más adecuadas a la masonería
dominante. Tampoco puede esperarse, salvo que perdamos la memoria y el
conocimiento de los hombres, que lo arreglen esas Constituyentes elegidas
bajo el imperio del terror “conjuncionista”, llenas de señoritos madrileños y de
gesticulantes de prensa y mitin. ¿Qué vamos a esperar cuando ni aun el
Gobierno ha sido capaz de ponerse de acuerdo para proyectar la
Constitución? Discursos y líos: el tiempo lo dirá.
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DOS DISCURSOS
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LOS periodistas burgueses que hicieron la revolución van revelando cada vez
con más desairada evidencia la clandestina hipocresía, el inmoral apetito de
ganancia con que se dedicaron unánimemente al barato negocio de la
agitación.
No hay en esa falange de publicaciones consagradas a la especulación crítica,
ni un solo ejemplo de consecuencia, ni una excepción de honradez objetiva.
Enarbolando el lema de libertad y legalidad bloquearon el Poder público, y
pactaban a diario con todas las rebeldías. Cada acto de los gobernantes de
entonces era torpe e inicuo. Los gastos públicos, despilfarros, con exiguas
excepciones; los empréstitos, punibles francachelas; los monopolios,
inconfesables repartos de la soberanía y los negocios públicos; la oposición el
desorden, una organización de asesinatos legales.
Hoy sigue administrándose sin ley, se contratan empréstitos con el extranjero
por la sola firma la de un ministro, se usufructúan los mismos monopolios -
con personal renovado en lo posible-, “se ametralla al pueblo” en la calle,
como decimos en lenguaje libertario, y la burguesía, en fin, de brazo del
Estado, disfruta de idéntica primacía...
Ni ley, ni responsabilidades, ni acallamiento de las discordias entre el llamado
pueblo y la autoridad.
Sólo ha cambiado, pues, la actitud de los antiguos magistrados de la justicia
popular, que, si bien siguen -porque el instinto y el negocio les obligan a
mantener la farsa-, goteando veneno sobre el cuerpo exánime del poder
derribado, amparan ahora lo mismo que antes les servía de contradicción
farisaica.
Si el Poder ejecutivo dispone hoy de libertades y residencias, encarcelando y
desterrando a los ciudadanos que no le son simpáticos, es que “consolida la
República”. Una ley superior de salud, justifica a los ojos de los periodistas
venales las violencias antes condenables porque les molestaban a ellos.
Hoy oímos hablar en la prensa, que fue revolucionaria, de “demasiadas
huelgas”. Ahora no es como antes “el pueblo”, el que se echa a la calle
“dejando siempre víctimas de la libertad a su paso”.
son exaltados irreducibles para los que bien está la metralla. No importa que
sean los mismos que, en la calle, con idénticos movimientos y manteniendo las
mismas causas, sirvieron para auparnos al poder. Precisamente porque ahora
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EL DOLOR DE ESPAÑA
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LA REVOLUCIÓN HISPÁNICA
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MUNDO PERIODÍSTICO
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LA PRENSA COMUNISTA
EN una semana, hemos visto llegar a nuestra ciudad tres nuevos periódicos
inspirados por servidores de Stalin. Son cuatro ya los que se vocean con
ademán amenazador, y gritos bien ensayados, por nuestras calles.
Es intolerable esta introducción impune de la Prensa enemiga, en el territorio
patrio, y debiera llegarse a la unión de fuerzas y partidos para expulsar a los
amigos de Rusia que han implantado en todas las regiones de España el
infame negocio de la revolución moscovita.
No nos extrañará que esta revolución triunfe.
Nosotros somos de los que aceptan categóricamente la fuerte posibilidad de
que una gran parte, inmensa parte, del proletariado campesino e industrial, sea
ganada rápidamente por el comunismo, y sea capaz de intentar un asalto
guerrero en el que perezca el orden cristiano ante las tropas proletarias a las
órdenes de Rusia.
Todo, hoy, es cuestión de propaganda. La propaganda revolucionaria, es decir,
la técnica de engañar a los ignorantes y a los que pasan hambre, se esgrime por
los comunistas con una maestría superior en mucho a la de sus competidores
en la conducción de las masas obreras.
Con la propaganda cayó una monarquía mediocre, y con ella caerá mucho
antes una República cien veces más débil que la Monarquía, porque bajo su
dominio de hambre avanza con paso gigantesco.
Todo se confabula al triunfo final del despotismo comunista: la
desarticulación del ejército monárquico, sin sustituirle por otro más eficiente;
el fuego de guerrillas y la desautorización frecuente que padecen los cuerpos
de policía; la lucha de las diversas facciones que dirigen al proletariado; la
criminal desorientación de la obra de gobierno dirigida, ante todo, contra la
educación religiosa; la obra envilecedora de la inmensa mayoría de la Prensa...
Por otra parte, el atontamiento de la burguesía, sumida aún en sus pequeñeces
vecinales, en diversas pugnillas políticas y en el desmesurado egoísmo
mercantil que va acompañado de una infamante cobardía para defender sus
intereses.
En este caos político gubernamental, dominado por la rebeldía y la
inmoralidad creciente, se entromete, para allanar los caminos del comunismo,
el fantasma hasta ahora desconocido en tal magnitud, del paro forzoso. Cada
parado, por su doble condición de ocioso y malhumorado hambriento, se
convierte fatalmente en un soldado del comunismo.
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LA REFORMA AGRARIA
INCONSCIENCIA BURGUESA
LA comisión jurídica, engendro de D. Fernando de los Ríos, ha dado a luz -en
bastante menos del tiempo reglamentario- un proyecto de reforma agraria y
un estudio sobre los recursos económicos necesarios a tal proyecto.
Ambos representan un verdadero expolio de las clases burguesas, de las clases
conservadoras; por eso nosotros, los redactores de LIBERTAD, que
profesamos como norma de actuación aquellas frases del insigne Eduardo
Drumond, dirigidas a la juventud francesa, en circunstancias análogas a las
actuales: “Sobre todo, no creáis jamás a los conservadores. Nada se puede
hacer con ellos”, nosotros estamos curiosamente contemplando la capacidad
de la humillación de la burguesía española y su total impotencia para una viril
organización.
Esta burguesía ha probado ya su incapacidad para la defensa de valores
espirituales en los que dice creer; el 11 de mayo cedía la defensa de la religión
a sus enemigos, el 12 de abril abandonaba el viejo barco canovista para
implorar protección de Alcalá Zamora y engrosar ese partido, en el que
encontramos los dos adjetivos más desprestigiados de la política española:
derecha y liberal.
Y hoy, hoy que su misma vida como clase social independiente se encuentra
amenazada; que las dos columnas, base de su existencia -Familia y Propiedad-,
se cuartean, su único síntoma vital ante el “Así lo quiero, así lo mando”,
imperioso de la jauría izquierdista, es arrodillarse, plañir y gimotear abrazados
a las rodillas de Lerroux, ese otro burgués que sueña en dictaduras, para
exclamar acongojados: “Esperamos en Ti, Señor...”
UN POSIBLE ATROPELLO
A veces pensamos si ciertamente tenía algún objeto el reunir las Cortes
Constituyentes. El Gobierno provisional, erigido en dictadura, ha realizado y
piensa seguir realizando, a lo que parece, toda la labor que a aquéllas
correspondía, legislando por decreto con arreglo al criterio o al capricho de
cada uno de sus miembros. A las Cortes sólo les está encomendada la misión
de revisar la obra realizada, y que, seguramente por ese fetichismo natural
hacia lo ya establecido, no será variada en lo más mínimo.
Ahora se pretende realizar también por decreto algo tan importante como la
reforma agraria, y esto se hará con el deseo expreso de Fernando de los Ríos,
el hombre que más veces, descontando a Ossorio Gallardo, ha pronunciado
en España la palabra legalidad y espíritu jurídico, sin que aquélla ni éste le
impidieran tomar posesión, con la conciencia tranquila, de su cátedra en la
Universidad de Madrid.
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Esperamos que la noticia comentada no llegue a ser una realidad, por ello no
insistimos más en este asunto. Sería un insulto a los diputados, y no decimos
al pueblo español por entender que no está representado en estas cortes
Constituyentes hechas a la medida.
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¡OBREROS!
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Van a venir dos socialistas franceses a dirigir nuestra política económica. ¿Es que
somos una colonia del socialismo francés?
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LA MISIÓN DE CASTILLA
HACE luengos años que Castilla dejó las armas, cansada. Las imperiales
empresas exteriores concluyeron con su ímpetu guerrero cuando llegó la hora
histórica de su cancelación.
¿Habrá de tomar Castilla otra vez sus armas? El discurso de Maura a los dos
días de constituirse la primera Asamblea legislativa de la segunda República ha
revelado la encarnación histórica de una nueva etapa - triste etapa- en la
carrera de debilitación geográfica inaugurada para España hace siglo y medio
con la pérdida del primer territorio ultramarino.
Ahora es, mejor dicho, no debilitación, sino desmoronamiento. Cataluña,
miembro especial de la figura de España, reniega del Estado español: presenta
coactivamente un Estatuto no sólo separatista, sino vejatorio. Separatista, sí:
es una candidez demasiado liberal y una ingenuidad excesivamente
republicana aceptar que las hermosas expresiones de afecto fraternal usadas
por los caudillos de allende el Ebro sean cosa más apreciable que las hueras
amabilidades de una diplomacia extranjera. Triste amor el que requiere tan
cotidianas declaraciones.
Separatista, también, el Estatuto, porque para “primer paso” son abrumadores
los privilegios que contiene: cesión total de las principales fuentes de ingresos
-y no de las principales cargas-; una situación preeminente de la lengua
catalana; otra superioridad manifiesta de los hijos de madres Catalanas para el
servicio de la guerra; enseñanza, orden publico, tribunales...
Otorgando todo esto, como parece inevitable, según Maura, ya podemos
saber por la experiencia masónica lo que vendrá después: rozamientos y
acritudes, que no faltará dentro y fuera de España quien fomente. Y entonces,
con un poder central claudicante, como queda con el Estatuto, ¿no vendrán
nuevas concesiones? Observemos las circunstancias de insospechado oprobio
para España en que hoy tanto concedemos: La región semisoberana impone a
unas Constituyentes tan hinchadas con su presunta plenitud de soberanía el
“todo o nada”, que es la primera rebeldía de Cataluña contra lo pactado
-secretamente- hace un año. Y junto a esta rebeldía política, que hace claudicar
a las cortes, se presenta la rebeldía social, ante la que ya había claudicado el
Gobierno.
Cataluña está, pues, encaminada a la independencia. Y es terminante que esto
no puede consumarse sin que sucumba España. Por eso creemos que Castilla,
la única región que nada pide a España, porque es la que verdaderamente
siente la responsabilidad del vivir hispánico, se verá obligada a tomar las
armas. Pero no contra los catalanes, que eso sería una funesta desorientación,
sino contra los políticos de acá y de allá que hacen posible el crimen histórico;
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cumplir una elevada misión política, consintiendo que los más degenerados
ocupen el encumbrado magisterio que hoy supone toda la prensa periodística.
Condenamos al régimen imperante, a los entecos caudillos del Estado
socialista-liberal, por permitir -que es tanto como fomentar- que la Prensa
inmunda se imprima y se propague con amplio desahogo.
Los que hacen industria de la corrupción de menores, son eliminados del
concierto cívico por la legislación penal de todos los países que mantienen en
su legislación el más elemental instinto ético de la defensa en favor de la
sociedad.
Y los que se dedican habitualmente, por gusto o por ganancia, a debilitar la
contextura moral del pueblo, a abolir el sentido de pudor social y el respeto a
los valores jerárquicos y de selección, deben ser perseguidos como enemigos
del bien público.
Esos seres invertidos descalifican el civismo de España, y sus periódicos son
una grave deshonra para la República.
La nueva política hispánica, que cada día se va sintiendo con más perentoria
necesidad, tratará como reos de lesa patria a los que intenten semejante delito
contra la fortaleza y el honor de la raza.
Es de desear que pase pronto este menguado régimen político que se hace
cómplice de tamaña deshonra. La violencia es mil veces preferible -para curar
o para matar- , que este cínico y cobarde ensañamiento de los periodistas de
ínfima escala, con el cuerpo social desamparado por una democracia
claudicante.
Los católicos ya se ve cómo dejan pastar libremente por las calles a la bestia
inmunda que enturbia el reflejo de los templos de Cristo. Los designios
agudos de la masonería que teje entre sombras, se van cumpliendo con
apocalíptica seguridad. Ninguna fuerza espiritual sale a su paso con el
denuedo que pide la santa causa y rápida agravación del mal. Sólo en las
Vascongadas se percibe y se conjura con superior comprensión el tremendo
problema, seguramente el mayor de todos.
Nosotros hacemos un llamamiento a la parte sana del pueblo joven: les
invitamos a recoger nuestro grito de guerra contra los enemigos de la figura
espiritual de España y de las glorias reservadas para el porvenir a una raza que
aún es robusta.
hay que defender sagazmente al pueblo de sus enemigos ocultos, dignificando
la Prensa y extirpando radicalmente las injerencias extrañas a la conveniencia
nacional.
Hay que superar y desplazar la traidora política demoliberal que conduce
blanda y rápidamente el país a la impotencia.
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EL PELIGRO COMUNISTA
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LA CUESTIÓN DE LA TASA
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¡ ¡ ¡ LABRADORES ! ! !
CUANDO vuestros diputados pedían en la Cámara medios para libraros de la
ruina aumentando en unos reales el precio de la fanega de trigo, la mayoría de
los parlamentarios -a muchos de los cuales habéis dado vuestro voto- se
aburrían y se iban, demostrando que no les interesa vuestra angustia. Y un
periódico vendido a la política, “La Libertad”, se ha permitido injuriar con
bajos insultos a los diputados agrarios: Guardad este dato y guardad este
nombre.
Antes de que Madrid y sus políticos y periodistas hayan terminado de arruinar
a la Agricultura, tendréis que ir a purificar por el fuego aquella charca de
inmoralidad: Ya sabéis una dirección para poner la primera tea.
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RESPONSABILIDADES
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En épocas malditas para ellos, los revolucionarios que hoy tienen la sartén por el
mango llevaron la cabo las más bajas maniobras para hundir la moneda nacional,
con tal de arrastrar con ella al Gobierno. Se falsificaron fotografías para dar la
impresión en el extranjero de que España entera no era más que una barricada; se
declaró la guerra más indigna a las Exposiciones de Sevilla y Barcelona para
impedir la afluencia de visitantes; se mintió descaradamente en declaraciones y
artículos publicados en periódicos no españoles. A pesar de todo ello, nunca estuvo
la libra a la altura alcanzada en época de democracia y con un ministro socialista.
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LA FALTA DE HOMBRES II
EL AMBIENTE DE SENSATEZ
Nosotros creemos que la sensatez -que es la suma de las virtudes patrióticas-
no se asegura en un pueblo por la posesión de unos cuantos gobernantes
afortunados: es necesario, sobre todo, un ambiente de sensatez, convertido de
algún modo en permanente. Desgraciadas las naciones que hayan de temblar
por la muerte de algún político a cuyas virtudes tuvieran unida su suerte.
Y ese ambiente, del que sólo gozan los pueblos actualmente grandes, y que es
el secreto de la estabilidad de su grandeza, no hay que buscarle en la raza, en la
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EL “AFFAIRE” SEGURA
Es un engaño infantil, que como todos los grandes e infantiles engaños tiene
dominada a una inmensa masa, pensar que España posee un Gobierno. No es
tal el llamado provisional, sino un Comité revolucionario.
La nación toda está por la fuerza comprometida en un “affaire”, en un
negocio revolucionario presidido por los jefes de ciertos grupos que se
dedicaron a deshacer una forma de gobierno y entienden que su misión es
seguir deshaciendo.
Esa monstruosa mutación de las funciones de gobierno es la que proporciona
a España la situación bárbara que a los buenos patriotas sonroja y que
sublevará a la juventud hispana dispuesta a salvar a su patria de una anarquía
imbécilmente cultivada desde el Poder.
Para la mayoría de esos cabecillas revolucionarios con cartera, que llamamos
Gobierno, la función de éste es sobre todo política; pero “política”, en el peor
sentido, o sea de acción personal e ideología parcial, apasionada, encaminada a
proteger a los amigos y negar vida legal no sólo a ideas y hombres que
representen alguna solidaridad con el régimen vencido, sino a todo lo que
pueda ser freno para los planes traidores de servidumbre masónica que son el
secreto de la política del ministerio.
Esto explica la incapacidad escandalosa y la irritante desaplicación de cada
ministro para servir las cosas de su departamento, en vivo contraste con la
tenacidad y el entusiasmo que todos ponen en esgrimir las armas del 1uchador
político: son malos gobernantes, pero siguen siendo buenos oposicionistas.
Y ahora la “oposición” se dirige desde el Poder- contra la Iglesia.
Por todo ello, la persecución a la primera figura del catolicismo jerárquico es,
para las pandillas que disfrutan del mando, un buen negocio. Siempre ha sido
una habilidad de la estrategia masónica explotar la persecución a los clérigos
para distraer a las masas revolucionarias.
Tomar por blanco a un arzobispo o a una congregación -Nozaleda, jesuítas,
Segura- y enviscar al proletariado contra las sotanas es un buen negocio que
proporciona votos obreros sin sacrificar a la burguesía.
El pueblo vota más por una calumnia bien explotada que por todo un plan de
obras públicas. Y, por otra parte, la Iglesia no tiene pistolas que corten los
planes clandestinos de la calumnia organizada: con esta arma, nada más fácil
que empujar al pueblo español a que odie a la Iglesia.
Esas son las razones del “affaire” Segura, de las iniquidades periodísticas y
ministeriales contra ese pobre obispo, a quien se aleja cuidadosamente de los
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En 1927, con las multas extralegales, España dejó de ser un Estado de Derecho.
En 1931, con las detenciones gubernativas, la impune quema de conventos, el
pistolerismo, los salvajes atropellos al vencido, la servidumbre económica, hemos
descendido al nivel de Hotentocia o Cafrería ¿Cuándo habrá dignidad civil en
España?
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ENTRONIZANDO LA ANARQUÍA
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Nos decía hace poco un amigo nuestro, que debía ya prepararse una defensa
adecuada por si se renuevan los vandalismos que en mayo presidió el
Gobierno Provisional. Que no se trata sólo de defender, por religiosos, los
conventos e iglesias. Sin ser católico, sólo por respeto a España y aun por
amor al Propio patrimonio, se deben evitar, a tiros si es preciso, actos
semejantes.
Estábamos conformes, nosotros y el amigo, en que obran como traidores a la
Patria los gobernantes que consienten se transforme una ciudad -como
Málaga- en campo de acción para los enemigos de la raza y del Estado que
valiéndose de unas bandas de desdichados hambrientos entran a saco en
relicarios de arte sublime, reducen a escombros veintitantos edificios, muchos
de ellos artísticos o de gran mérito histórico y hasta Universidades.
Hoy podemos darle a nuestro amigo y a quienes sientan la misma
preocupación, un consejo que se nos ha ocurrido para la mejor estrategia en
defensas de esa índole.
Esperamos, desde luego, que se repetirá el caso.
Se están encargando de prepararlo, envenenando a los ignorantes con
miserables calumnias contra los religiosos, personajes de bastante altura que
protegen las Artes de La Traca, El Cencerro y otras muchas que las siguen y
no queremos nombrar para... no vomitar.
Por eso, proponemos que, en la defensa, se dirijan los tiros a la cabeza de los
verdaderos responsables, de esos tíos que fundan, con dinero judío, ¡y quién
sabe si del mismo Estado español! esas publicaciones: entre ellos se encuentra
la famosa vieja que tenemos de Ministro de Bellas Artes.
He aquí, por tanto, una pequeña lista de esos ilustres salvajes:
Marcelino Domingo.
Eduardo Zamacois.
Luis de Tapia.
José Francés.
¡Cuándo se tomará España justicia de los traidores!...
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LA CASTA PERIODÍSTICA
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enclenques... Tres horas llevaban casi todos a la mesa del café. Mi amigo
aprovechó la primera oportunidad para marcharse cortésmente. Y su
compañero aplacóle la curiosidad.
-Es la redacción en pleno de “La N.” Son gente muy célebre: el más celebrado
es el redactor jefe.
Aquel pálido de los chistes verdes es el dibujante político; hace también unas
“charlas” estupendas.
El que bebió el otro coñac es el reportero de ministerios, y el otro es Félix
Lamaza, ese tan célebre que hace crónicas de todo. Te advierto que llevará
diez días durmiendo donde le pilla la noche, por no ir a su casa.
-¿Y el director?
-Es el único que faltaba. Viene menos a la tertulia desde la República. Está
metido en varios negocios y ahora creo le van a dar un buen cargo...
Hasta aquí el amigo. ¿Cuántos cientos de miles de lectores, a los que un
miserable de esa catadura sirve de gran doctor, acompañarían a aquél en su
indignada sorpresa? Conviene mucho que la Nación -así, La Nación- medite
quiénes la sirven de Pontífices. Nosotros sostenemos que la soberanía
nacional, extraída de las entrañas del caciquismo viejo, está puesta en manos
de los que crean inmoralmente una inmoral opinión pública desde las
columnas de los periódicos.
Para nadie es un secreto que, ante el pueblo, el periodismo supera hoy todas
las jerarquías intelectuales, porque privan y dominan las ideas y las promesas
que son difundidas con mayor densidad y bulla, no las más excelentes.
Los periódicos son capaces de derribar un régimen como lo han sido y lo
serían de llevarnos a una guerra torpemente y a muchas derrotas con guerra y
sin ella. Y son suficientes, en pleno régimen de libertad para degenerados y
forajidos de la pluma, de rapar las creencias altas y los hábitos nobles de la
raza.
Por salud pública, por compasión a favor de España, hay que despojar a los
degenerados audaces de su hipócrita sacerdocio sobre el pueblo.
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LA REPÚBLICA EN PELIGRO
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UN CRIMEN MASÓNICO
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REPOBLACIÓN FORESTAL
DIJO Alcalá Zamora en unas declaraciones que, con cierta reforma, nos
parece que se refería a la agraria, quedaba cumplido en la “Gaceta”.
Claro todo el programa socialista, a excepción de la Repoblación forestal,
“que, por otra parte, no es de un partido, sino de todos”.
Con lo que reconocía que se queda para el final lo que no es política de
partido, sino política nacional.
La Repoblación forestal en el programa socialista es siempre el renglón que se
pone a la cola ¡Ah, si los árboles tuvieran voto!. Ya sería otra cosa.
Pero no es nuestro interés en este lugar fustigar al socialismo: lo que
queremos es que aquel gran capítulo del programa de reconstrucción nacional
se acometa pronto y a fondo.
Tímida y formulariamente se contiene un recuerdo a ese olvidadísimo tema en
el escrito dirigido “a los labradores vallisoletanos” por dos diputados gestores
en nombre de la Diputación. Sin más ambición, por esta vez, que la de
conseguir que dichos labradores “pidan que se repueble”.
¿Hace falta pedirlo? Desde la maldita desamortización, civil y eclesiástica,
tardía y curiosamente condenada por los biznietos políticos del judío
Mendizábal, que inició de veras el crimen, España ha sido talada más que con
un siglo de devastación sarracena.
No es mala oportunidad la permanente de cubrir calderas y arenales para que
nuestra Comisión gestora acredite que puede y sabe hacer algo por la
provincia. Es función muy propia de una Diputación provincial y no menos
de un socialismo que contenga algo de más sustancia que el antimonarquismo
y el anticlericalismo, ya bien probados.
Si las fuerzas socialistas aprovechasen el tiempo de sus vacas gordas, de su
preponderancia en el Estado y las provincias, para repoblar a España en la
mitad de lo que se puede y se necesita, hasta los monárquicos deberían
levantarlas un monumento en la Nación, dado caso que haya Nación y
monárquicos cuando los socialistas hayan estado en el Poder hasta recobrar lo
que decimos.
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EL TRIGO MANITOBA
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HUELGA REVOLUCIONARIA
TIENEN las huelgas revolucionarias del Único una finalidad anarquista que
es precisamente la antítesis de nuestro credo político, en el que defendemos
un régimen popular, sí, pero de enérgica disciplina.
Son derivación, por otra parte, de un concepto idolátrico y despótico de la
clase, opuesto por lo mismo a nuestra afirmación de convivencia armónica
entre los elementos que concurren a la producción.
El entusiasmo por LOS PRINCIPIOS DE DISCIPLINA Y
COOPERACION NOS COLOCA, PUES, EN OPOSICION AL
MOVIMIENTO ANARQUICOREVOLUCIONARIO Y AL LADO DEL
GOBIERNO.
Pero nosotros, que ni reconocemos compromisos políticos ni vendemos a
ninguna cobardía la sinceridad que a España se debe, nos vemos impulsados a
señalar y condenar, con la misma energía que la huelga revolucionaria de los
anarquistas, las de todos los que inciden en igual desafuero.
No son los obreros sindicalistas los declarados en huelga revolucionaria; es
ésta la dolencia moderna que corroe el cuerpo nacional por numerosos
órganos y en todas las esferas.
LA REVOLUCION ES LA OBSESION DE LOS LUCRADORES DE LA
POLITICA, QUE TIENEN MARTIRIZADO EL CUERPO DE ESPAÑA,
y cada cual la realiza en su provecho, poniendo en huelga los respetos que le
sirven de obstáculo.
***
Protestamos contra el régimen comunista en que vive la Prensa, sometida sin ley a
los caprichos del Gobierno.
¡Abajo la tiranía bolchevique!
EL PORVENIR POLÍTICO
NUNCA como hoy ha sido difícil pronosticar el porvenir que espera a
España. Nadie se atreve ya a asegurar que, tras de este ensayo de República
parlamentaria de predominio socialista y con el ambiente sitiado por la
amenaza anarco-comunista, desemboque el país en una era de normalidad
regido por leyes liberales y justas.
Por inminente que parezca la aprobación y promulgación de una nueva
Constitución, es difícil poseer la ilusión de que ese estado constitucional
impere de verdad en la turbulenta política española.
Vivimos, no por fortuna precisamente, un período constituyente, pero más
amplio y profundamente constituyente de lo que quieren representar las
Cortes actuales. Y unos momentos revolucionarios que no son los acotados
por esta revolución chiquita y anticlerical del Gobierno provisional y de las
Cortes que son su hechura. De un lado, el Gobierno y su Asamblea se
encuentran boicoteados, prácticamente desobedecidos, por las imponentes
falanges obreras del sindicalismo y por los avances provocativos de Moscú.
De otra parte, todas estas hostilidades extremas, a una con el Gobierno
mismo y sus Cortes, se ocupan sin tregua de perseguir y disgustar al sector
nacional de la derecha, con lo que aumenta la inestabilidad del régimen.
Mediante estas luchas, tan trascendentales como innecesarias y tan entusiastas
como perjudiciales, el período revolucionarlo se ensancha, las soluciones se
alejan y las hipótesis más extremas van tomando cuerpo de realidad: nadie
sabe lo que será del mañana político. Nosotros esperamos o una dictadura de
tipo proletariado, que instaure una mezcla de comunismo y anarquía prolija en
persecuciones, presidida por el desorden, la crueldad y el hambre, o una
recomposición de la figura histórica de España, implantada por un
movimiento de genuino sabor nacional, sacado del pueblo, y decidido
fuertemente a encaminar a la Patria por nuevas veredas de grandeza:
Aplastaría para siempre al monstruo comunista, daría al traste con las medidas
demoliberales que envenenan al pueblo y desplazaría toda inquietud marxista
del horizonte social.
No creemos en la llamada estabilidad o consolidaci6n de un régimen de puras
esencias democráticas, desautorizado ya en España, prendido débilmente en la
zona del ocaso y por si fuera poco, lastimado alevosa y repetidamente por
nuestra “república democrática”.
En 1909 las tropas de Barcelona marchan a África; poco después, la Semana trágica.
En 1931 las tropas de Barcelona marchan a Navarra; al poco tiempo, huelga general
revolucionaria.
Hoy, como ayer, ineptitud gubernamental y cobardía anarquista.
El régimen social y político que no sea capaz de hacer frente al paro forzoso debe
desaparecer.
Pedimos una política de sinceridad y de disciplina. queremos que manden los
mejores en la acción y los más imperiales en la idea.
EL DESASTRE PARLAMENTARIO
La juventud hispana no puede resignarse a ver morir nuestra gran Nación a los pies
dela farsa parlamentaria.
¡Estad en guardia, jóvenes hispanos! Pronto tendremos que acudir a detener la
Patria en su caída.
¡Abajo el contubernio inmoral de periodistas parlamentarios !Demos a España una
política nacional y decente.
DIVULGACIÓN NECESARIA
En el número anterior procuramos divulgar de modo breve y ordenado lo que
se quiere sea la Reforma Agraria sometida a las Cortes.
Vamos a seguir con esa labor divulgadora, que entendemos es uno de los
mejores servicios que todo periódico puede prestar a su público.
Se va a cambiar el régimen de propiedad rústica, van a entregarse por fin
tierras a los campesinos, y toda España debe poner su atención vigilante en
esta transformación social y económica, que puede iniciar una etapa de
verdadera reconstrucción o abrir un período de trastornos y una coyuntura de
grave depresión.
La ciudad permanece perpetuamente alejada de las cosas del campo, y un
periódico que quiera, traducir las aspiraciones íntegras de una región y servir a
la Agricultura debe contribuir a romper ese alejamiento.
Tal es el objeto de nuestra Página Castellana.
4
La nota divulgatoria, a que se refiere el autor apareció en el núm. 12, pág. 6, de Libertad
(31 de agosto de 1931), con el título de La Reforma Agraria. Extracto de las bases del
proyecto- En el núm. 13 del mismo semanario vio luz también otra nota divulgatoria
titulada La Agricultura y la República Prontuario de disposiciones.
CADA día que pasa cunde más el desaliento a la vista del espectáculo
republicano: todos van comprendiendo de buena fe que los políticos
adueñados del Poder llamado provisional y los que salieron de las urnas para
dar una Constitución que iba a hacernos definitivamente felices han burlado
las esperanzas del pueblo.
No pudiendo volver la vista a la reposición monárquica, ya que un pueblo no
juega por meses o estaciones a las formas de gobierno, los desesperanzados y
los que nunca esperaron interrogan el porvenir poniendo los ojos en el cuadro
parcial de la fronda revolucionaria.
Y la mayoría, la ingente masa burguesa, hecha a esperar perezosamente
-cobardemente, según la sinonimia de Unamuno-, pone toda su ilusión en el
salvador de las derechas, que un tiempo fue su escándalo y terror.
Quédense para los cobardes de ánimo y perezosos de entendimiento las
ilusiones hoy clavadas en Lerroux, que ayer mereció don Niceto; anteayer,
Berenguer; el día antes, Primo, y cien veces más, en otros tiempos, Antonio
Maura u otro Mesías.
Lerroux caerá también aprisionado en las mismas mallas. Se sentirá sitiado por
el vaporoso panorama del hambre, por la quiebra próxima de los
Presupuestos públicos: cohibido por la farsante necesidad del Parlamento,
desvanecido en brazos de las descompuestas y cobardes clases libero-
conservadoras, y acosado desde afuera por el marxismo cerril de todos los
grados, que no admite llamamientos patrióticos, sino que provoca los
conflictos.
El fracaso es inminente: la ruina, grande y estrepitosa: confían en la solución
Lerroux los blandos corazones de la espesa burguesía que camina siempre a la
deriva, con las manos y los ojos suplicantes ante su dinero. Pero los que no
participen del cansancio de los años, quienes sepan mirar al porvenir con la
decisión dé nuevos creadores, prestos a abrir a España un camino propio con
su propio esfuerzo, miren compasivos a la burguesía que camina a tientas y
recojan de paso la sabrosa lección del primer fracaso parlamentario-socialista.
No hay más que dos caminos para después del segundo o tercero, pero en
todo caso próximo y último, fracaso: o la imposición brutal de una clase -la
del proletariado-, que el hambre va haciendo cada día más brava y numerosa,
o la superación sabia y popular de la guerra de clases: o la envilecedora
sumisión a los internacionales, fugitivos mentales del fracaso ruso, o la
gloriosa independencia del genio hispano que aplaste con un acto de verdad
revolucionario el morbo marxista, causa de nuestros mayores males: la
rebeldía antinacional, el hambre.
LA RECONSTRUCCIÓN DE ESPAÑA
EL AUMENTO DE PRODUCCIÓN
No, puede entenderse comprendida en el complejo de facultades que integran
el derecho de propiedad la facultad de producir poco: La independencia
nacional y, sobre todo, la liberación económica a que tienen derecho todos los
súbditos del Estado exige el aprovechamiento máximo de todas las
posibilidades naturales del suelo. Al Estado le incumbe presidir esa función de
intensidad productiva. Sus poderes deben extenderse no sólo a incrementar las
construcciones públicas de Fomento, sino a modificar las relaciones de
propiedad, encaminándolas, según las circunstancias, al mejor
aprovechamiento de las riquezas naturales o de las obras ejecutadas.
Estas consideraciones no sólo fundamentan aquella parte de la llamada
“Reforma Agraria” que consiste en otorgar tierra a los campesinos, sino que la
condicionan: El reparto de tierras que, en lugar de ocasionar aumento de
producción agrícola, la perjudica, pierde no sólo su conveniencia, sino su
legitimidad.
NACIÓN
1º La afirmación de España como nación una e imperial, obligada por su
Historia y la capacidad de su cultura a ser fuerte entre los demás pueblos,
dando al Estado una estructura y una pureza hispana. Proclama la Junta su
veneración por las grandiosas tradiciones patrias y la comunidad de raza y
destino con las naciones ibéricas de ultramar.
JUSTICIA SOCIAL
2º Los problemas sociales que la moderna organización del Estado presenta, y
particularmente la elevación intelectual, económica y moral del proletariado,
deben resolverse por la intervención sistemática del Estado, para evitar la
explotación del hombre por el hombre. Rechaza la Junta la teoría de la lucha
de clases. Todos los elementos que intervienen naturalmente en la producción
deben vivir en una armonía presidida por la justicia. Se declara la preferencia
de la organización sindical corporativa, protegida y regulada por el Estado,
como sistema obligado de relación entre el trabajo y el capital y de uno y otro
con los intereses nacionales de la producción. Se proscribe la intervención de
organismos internacionales extraños al Gobierno de la Nación, como
impulsores o directores del movimiento obrero español.
REGIÓN
3º La reconstrucción de las provincias de Castilla y León. Se entiende por
reconstrucción: la mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento
de la producción agrícola, la repoblación de los terrenos yermos o roturados
en los que sea posible la repoblación forestal y la dignificación de la vida rural
para el fortalecimiento autonómico de los Municipios. la urbanización de las
aldeas y villas y la creación de instituciones de beneficencia y cultura.
5
Estas Ordenanzas, que no hemos podido encontrar en su integridad, constaban de 16
artícu1os. Se escribieron en el otoño de 1931.
No hace falta ser estadista, y ni siquiera diputado, para advertir que la nación,
hoy, como pudiera haber sucedido en un año de la Edad Media o a raíz de
perder una guerra, está amenazada por el deshonroso fantasma del hambre.
Los primeros zarpazos ya se han sentido, y prueba de ello son las bandas de
parados que inquietan la vida de las ciudades, la efervescencia de los campos
meridionales y el feroz movimiento huelguístico, que ya es epidemia en las
aldeas castellanas.
“Mal invierno se avecina”, es la profecía que a diario se oye en labios de todos
los españoles. Y los “técnicos” se apresuran sin gran esfuerzo a declarar las
causas de la ominosa crisis de pan y trabajo, coincidiendo con el diagnóstico.
paralización industrial por la abstención del capital, cese de trabajos públicos,
depresión monetaria, conflictos sociales...
Está bien: todos de acuerdo, y nosotros añadimos, ¿tienen estas causas
económicas y, por tanto, EL HAMBRE, que es su efecto, algo que ver con las
iniquidades cometidas durante los últimos meses? Llamamos iniquidades,
como la palabra lo pide, a los hechos que constituyen una grande injusticia
cometida por espíritu de maldad, y decimos “los últimos meses” para aludir a
las que el populacho, y aun el pueblo, y más aún el Gobierno, han tenido el
gusto de consumar aprovechando la revolución.
Las calumnias sistemáticas, la libre injuria, la traición y la promesa engañosa
han marcado la apertura de esta evoca de iniquidades políticas: sus héroes
fueron los periodista y los políticos que buscaban, y consiguieron, en
periódicos y tribunas, conquistas personales sobre las cenizas del régimen o
instituciones combatidas.
Llegado el triunfo. las medidas y los actos inicuos no han conocido apenas
barrera ni frenos legales: las turbas han cometido crímenes contra la libertad,
las propiedades y las personas de quienes ha placido a la revolución elegir por
víctimas, para solaz infame de los bajos fondos del pueblo: La impunidad ha
aureolado a los criminales y la Prensa revolucionaria ha quemado incienso en
su honor.
El Gobierno, por su parte, se ha, complacido en perseguir con declaraciones
ofensivas y con la coacción irresponsable, despótica, a sectores y hombres
libres de delito contra ley alguna, mientras se ha dado patente, no sabemos si
temporal o definitiva, de impunidad y aun de protección a elementos
dedicados a pervertir al pueblo y a minar los mismos fundamentos del Estado.
Recuérdense el secuestro y supresión de periódicos españoles con absoluto
desprecio de la ética, las prisiones gubernativas por el capricho enfermizo del
director de Seguridad, las disposiciones expoliatorias de propiedades y
derechos legítimos...
Con la misma elocuencia parlamentaria que hoy emplea A. Zamora para defender
el nacionalismo catalán, combatió hace años un proyecto de autonomía.
¿ Es que es decente mudar de opinión como los abogados, que defienden y cobran?
¿Se puede jugar así con España
LA LECCIÓN INGLESA
LA POSICIÓN DE ESPAÑA
Sólo España, entre los pueblos occidentales con cultura propia, aparecía, en el
fondo de la totalidad de su pueblo, al margen del desenfreno progresista, que,
incorporado hace siglo y medio a las costumbres de gobierno, ha sido el
secreto de ese divorcio permanente entre el régimen y la nación, entre los
políticos y el interés de la Patria. La realización de la Revolución abrileña.
tomada por tantos, de buena fe, como histórica realización para encontrar el
propio camino, el gobierno genuinamente español, ha sido, tristemente, la
mayor victoria hasta aquí conseguida de la perversión parlamentario-socialista
sobre el pueblo engañado por la calumnia científicamente explotada y por la
extremación de las promesas irrealizables. Por eso su triunfo ha sido rápido y
casi total, pero su fracaso es fulminante, como se va viendo. Celebremos, por
España, el trágico paso del socialismo por el Poder: conviene, aunque resulte
doloroso, que así nos adelantemos al escarmiento mundial, para recoger en
breve tiempo la lección y reanudar el curso de nuestra Historia, acudiendo a
las reservas propias de nuestra cultura imperial, ni racionalista, ni atea, ni
mucho menos socialista.
LA difamación, la calumnia. Estas son las fuentes mayores del poder marxista.
No les iguala en influencia demagógica ni siquiera la superstición del bienestar
material con que seducen los hipócritas o ilusos predicadores del marxismo la
desdichada ignorancia de sus públicos. El obrero vive una vida de
resentimiento: está por debajo de la sociedad. Levanta las cargas del bienestar
burgués y no conoce otro horizonte que el de la humilde correlación diaria de
su trabajo o con su alimento, expuestos, además, al azar del libre mercado del
trabajo. La existencia dolorida del asalariado crea en él su ánimo resentido:
vive una vida de agravio perpetuo. Sus enemigos son todos los que no
padecen como él. Tal es la situación espiritual del obrero animalizado, del
hombre a quien la sociedad explota y el racionalismo descristianiza.
Para conquistar esas almas resentidas no hay arma como la difamación. Nada
tan fecundo para arrancar el aplauso del trabajador como alegrar su odio con
la sátira impía de toda la sociedad no proletaria: el que quiera seducir al
obrerismo, hará bien en esmerarse por fustigar, con algo de verdad y mucho
de calumnia, a enemigos reales o a enemigos supuestos del obrero, da lo
mismo. Cuando un hombre -generalmente jóven-, sea burgués o sea obrero,
que eso poco importa, quiere lanzarse a la conquista de los votos o las milicias
del proletariado, lo primero que hace es dejar tras la puerta de su habitación
los escrúpulos que al hombre honrado le hacen distinguir, con responsabilidad
moral, la verdad de la mentira. Más que de doctrina, más que de competencia
y mucho más que de convencimiento, ha de salir pertrechado de mentiras,
aficionado al lenguaje injurioso, hábil en la difamación.
Sabe bien que su público es lerdo, desganado (porque su vida sólo es física) de
discernir sobre razones espirituales y, sobre todo, resentido, anheloso de
venganza centra todo y contra todos. No hay que enseñarle principios de
justicia objetiva, y menos justicia religiosa, sino hablarle de su justicia. de su
revancha. No le interesan las verdades, sino las soluciones, y más aún que las
soluciones, el castigo de los que sienta -o se le presenten- como responsables
de su situación.
Tal, repetimos, es la táctica -en verdad criminal- de la acción marxista en todos
los países. Y ese hecho psicológico del resentimiento explica a la vez dos
hechos, cada día más evidentes y en apariencia misteriosos, del marxismo:
Que sostengan sus corifeos el prestigio entre las masas, no obstante sus
cotidianas traiciones. Que los obreros se entusiasmen, sin escarmentar nunca,
con el que cada día ofrece un nuevo radicalismo difamatorio.
POLITICOCRACIA
EL ESCLAVISMO DEMOCRÁTICO
ESPAÑA, HOY
Triste es que España, autora de pueblos y sembradora de rutas originales de
grandeza, Se encuentre dominada, “colonizada”, a estas alturas del mundo,
por la invasión anacrónica de esos supuestos dogmáticos precisamente en los
momentos en que una crisis universal sacude a las naciones con el estertor de
una agonía que dará a luz nuevas formas. Reconocemos que el ambiente
público, sugestionado en la “postdictadura” por la esperanza redentora de la
acción popular, es propicio provisionalmente al sufragio universal. No se hará
esperar mucho el escarmiento. Si en la antigua etapa monárquica vio España
fracasar algunas docenas de legislaturas antes de consentir, alborozada, en la
supresión del Parlamento, la nueva etapa republicana con su vorágine
demagógica gastará mucho más pronto la ilusión demoliberal y veremos al
Parlamento, inepto para toda labor útil, caer estrepitosamente ante la
temprana repugnancia, pública.
Prepárese la juventud para sustituirle con formas de autoridad viril y
democracia también viril que destierre definitivamente, a un tiempo, la
autocracia personalista y la corrupción populachera del sufragio individualista.
Nuestra fecunda historia, empalmada con las jóvenes experiencias de la
economía corporativa. nos dará la solución de un régimen de sinceridad
eficacia de imperio.
¡ OBREROS !
La prensa marxista os engaña. Estáis haciendo un juego indigno a los enchufistas
inmorales, que os desorientan a diario con mentiras libertarias.
El socialismo es una burocracia burguesa y antinacional, que a todos arruina,
menos a los que ocupan los buenos cargos.
LA SOLUCIÓN
NUESTRO SALUDO
LA CRISIS
***
¡OBRERO!
Tus periódicos te desorientan y tus directores marxistas llenan la barriga a
costa de tu credulidad.
Mientras ellos suben, tu situación empeora rápidamente.
Quieren calmar tu hambre con mentiras contra los curas y frailes.
Todas las cifras que te dan vara irritarte SON INVENCIONES
FABRICADAS EN SUS REUNIONES SECRETAS. Están al servicio del
capitalismo judío, el más feroz y explotador de la tierra. ¿No notas cómo la
persecución contra los clérigos entretiene demasiado tiempo tus justas ansias
de mejoramiento económico?
Es natural que quien vive echando el lazo busque un escondite para mayor
comodidad. LA ALGARABIA CONTRA CURAS Y FRAILES NO ES MAS
QUE EL ESCONDITE MARXISTA PARA CAZAR VOTOS
TRABAJADORES Y RETENER EL PODER Y LOS BUENOS CARGOS.
Como tus mangoneadores del socialismo tienen pocas soluciones y son
burgueses encubiertos, disimulan su fracaso arremetiendo contra las sotanas.
¿No ves clara la traición? ¡Obrero! Pide a tus directivos pan y justicia. Basta ya
de cuestiones de Iglesia y de novelas anticlericales.
EL MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA
HAY una violencia física, ejecutada en la calle, dirigida contra las personas, los
edificios o los símbolos que se odian. Entre nosotros la violencia física sólo la
ponen en práctica los tumultuarios secuaces de la lucha de clases y los
enemigos fanáticos de la Religión católica, emborrachados con centenares de
fábulas incultas. Hay también la violencia de la palabra y la de la pluma. El
primer lugar en una y otra lo ocupan los ogros alquilados para ello por Moscú.
La violencia del lenguaje, como la de la acción, cuando se esgrime en la
política, va enderezada no tanto a la defensa propia ni al castigo vindicatorio
contra el adversario, como a la agitación: al propósito de producir en el ánimo
público un movimiento de ventaja, ya por la excitación favorable de las
opiniones, por el escándalo o por la intimidación. Y como quiera que las
masas llamadas populares por antonomasia, las menos cultas, son más
propicias a operar con arreglo a los estímulos de la palabra violenta, los
partidos llamados populares, que quiere decir -aunque no debiera ser así-
demagógicos, son los que cultivan la violencia del discurso, del apóstrofe, con
mayor éxito. Las fuerzas secretas conocen los resortes para influir
tácticamente en la llamada opinión pública, y que, además, utilizan esos
resortes prescindiendo de todo escrúpulo moral, yendo por caminos tortuosos
o descubiertos, según les convenga, a conseguir el lucro revolucionario, son
las maestras en el arte de la violencia demagógica. Por eso los periódicos
masónicos, los judíos y los marxistas se caracterizan por su destreza y
entusiasmo en el ejercicio de la violencia. A fuerza de grandes titulares,
rumores abultados, gritos catastróficos y alardes, ya de glorificación, ya de
bravura, deshacen planes de gobierno, sepultan en la ruina o el desdén
prestigios o personas, derriban instituciones, congregan masas fanatizadas y
ganan elecciones viciadas por la verdadera coacción de la palabra calumniosa,
amenazadora, apocalíptica o simplemente estridente: por la violencia.
Conocen bien el poder de este ariete de la opinión, y quisieran monopolizar su
uso. Saben que ellas mismas sólo con idénticas armas pueden ser vencidas. Su
lema es tratar despiadadamente y, si se puede, calumniosamente al adversario,
sacando escandaloso partido de sus culpas o errores o inventándolos si no los
hallan. Y como pueden ellas, esas fuerzas ocultas y los partidos que son su
hechura, morir de la misma muerte, prohíben con avidez y sin escrúpulos el
uso de parecidas armas, cohibiendo la violencia contraria, aun la circunscrita a
normas lícitas. Esa es la dictadura de las izquierdas.
¡TRABAJADOR! ¿ Ignoras que en Alemania el sesenta por ciento de los obreros son
enemigos valerosos del socialismo y del comunismo? Es que allí ya han tenido
tiempo de desengañarse.
***
No es fácil descubrir, por su enormidad, los daños que a una nación causa este
inicuo recurso de la democracia, esgrimido con ritmo diario, sempiterno, por
periodistas y políticos. Como se hace depender el régimen del Estado, la
suerte toda de la Nación, de la “ opinión pública”, y ésta se crea y se conduce
con la hipocresía como bandera, la falacia como verbo y la mentira como
dato, resulta que el pueblo, o la parte de él que haga su oficio en el tinglado de
la farsa demo-liberal, empujará infaliblemente la cosa pública por el camino
inverso al que al pueblo conviene.
Este es el secreto de la clásica ineptitud de los españoles para gobernarse bien;
la razón específica de que en sus cambios políticos casi nunca acierten. Como
la picardía, que es el arte de engañar con éxito, ha alcanzado entre nosotros en
todo tiempo una perfección inigualada, la nación ha vivido
***
DE ESPALDAS AL PUEBLO
EL FRENTE ÚNICO
MIRANDO A EUROPA
UN PARTIDO REACCIONARIO
La experiencia inglesa marca un nuevo período en la evolución de la política
moderna, mucho más fecunda en hechos que en doctrinas: Los sucesos se
siguen con mayor rapidez que las concepciones del ingenio político, de tal
modo que los resultados pisan los talones a los pronósticos y aun les cobran
delantera. Así podemos hoy decir con sobra de argumento, tomado de la
historia, que el socialismo es una idea reaccionaria. Más razón tenemos en este
provinciano semanario que nuestros pedantes profesores Besteiro, Ríos, Asúa,
trasnochados profetas de una revolución social rabiosilla y anticlerical, a la
cabeza de la cual figuran sus ilustres y. bien situadas personas, calentadas por
el Presupuesto público.
Al comentar el “crac” financiero inglés, decíamos del socialismo: “... su
ocaso es tan próximo a su aurora y mediodía, que bastará un cuarto de
generación, diez años de vida, para ser testigos de su fugacidad”.
El socialismo, por fortuna para la civilización, ha pasado rápidamente en los
pueblos cultos a la categoría de ensayo histórico fracasado. Nuevas fórmulas
de estructura económica que modifiquen y aun trastornen la decrepitud
burguesa, que sancionen el fracaso de la avaricia capitalista, están llamadas a
aparecer con el nombre de corporativismo, sindicalismo de Estado,
intervencionismo, y otros aun no inventados, cuyo contenido es la
proscripción, a un tiempo, del individualismo desigualitario que produjo la
injusticia feudal en el régimen de la riqueza, y del marxismo candoroso y
brutal que aspira a hacer iguales a todos, forzándolos a la máxima pobreza. A
todos menos a los intelectuales encaramados para presidir sin conciencia la
miseria general, desde las alturas de un Estado esquilmador, de una burocracia
monstruosa.
LA VORÁGINE SOCIALIZADORA
medios de producción, tras de diezmar ésta por el terror, y -en fin y desde el
principio- la jugosa burocracia propia del régimen, que es lo único florido en
un buen paraíso socialista. Sus directivos, colocados con buenos sueldos,
serían los únicos que comiesen.
ni de correr una vez más tras de mitos políticos que desgastan y dividen
estérilmente.
EL DERECHO A LA VIDA Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL
SON LAS VOCES QUE NOSMANDAN. La actividad hispánica no
debe demorares contra la dictadura del crimen, la saludable violencia
por la libertad; contra los designios antiespañoles, la afirmación
vigorosa de la brava independencia hispana.
¡ABAJO EL MARXISMO! ¡VIVA LA INDEPENDENCIA DEL
OBRERO! ¡VIVA ESPAÑA LIBRE!
¡OBRERO!
¿Por qué te quejas del hambre que avanza? Es el precio de tu revolución, de la
revolución social.
Sin hambre no hay revolucionarios. Por eso los socialistas y comunistas fomentan el
hambre, que para ellos es un negocio: el de la revolución.
LA GENTUZA SE MOVILIZA
República que tanto cariño puso en situar violentamente fuera de ella a tantos
buenos españoles.
No vale decir que es “el pueblo” o que son “los republicanos”, heridos en
esto y provocados por lo otro. Ni tampoco pretender que la, autoridad no es
poderosa para prevenir esas explosiones de infrahumanidad política, cuando
tan diligente se muestra en cometer atropellos contra ideales que le son
antipáticos.
Ahí tenemos la famosa Ley de Defensa, prohibiendo las huelgas políticas. ¿Se
ha acordado de ella el Gobierno en el caso de Palencia? ¿O es “constitucional”
en España que ya todas las leyes sean embudos?
A nuestros lectores repetimos el requerimiento constante de nuestras
campañas a emprender una firme actuación de defensa -u ofensiva- nacional
para reconquistar la libertad y decoro perdidos en la calle en manos de la
chusma protegida.
Hay que formar unidades heroicas de combate que tengan este solo objeto:
asegurar la libre propaganda de las ideas antimarxistas y antimasónicas en todo
el ámbito y rincones de la Península.
FUERZAS SECRETAS
INCAPACIDAD
UN LLAMAMIENTO
SON ya muchos los meses -y antes los años- de experiencia que nuestro
pueblo, y sobre todo la juventud, va soportando, sacando en consecuencia la
incapacidad del régimen de partidos para interpretar el anhelo nacional de
poseer una política honrada y hombres dispuestos a llevar a la raza por las
rutas de la grandeza a que tiene derecho por su pasado imperial, su vigor
juvenil presente y su específica capacidad de siempre. La región castellana
singularmente requiere con firmeza garantías de honradez y grandeza en las
costumbres políticas, y debe disponerse a imponer esas cualidades con una
enérgica intervención de su juventud, extraída de lo vivo del pueblo, según es
su querer espontáneo y libre.
La invasión extranjeriza de los traidores demoliberales y marxistas, que han
acaparado la República en daño del pueblo, hace más urgente esta
intervención. No han de ser las nuestras nuevas discrepancias retóricas al
modo de las conocidas querellas de partido, ni tampoco tratamos de una lírica
ilusión de patriotismo, que tanto papel ha emborronado y gastado las energías
de innumerables mediocridades.
Nos ha de mover una terminante fe en la capacidad voluntaria de la Raza, fe
nacida, ante todo, de nuestro propio querer e iluminada en lo alto por el
conocimiento de lo que España supo ser. Y nos ha de lanzar pronto a la lucha,
en todos los terrenos en que los enemigos la hagan precisa, la contemplación
de una nación que se descompone y de un pueblo que se envilece por las
determinaciones traidoras y fariseamente tiránicas de las camarillas políticas
que la luz pública no puede saber a quién sirven.
A actuar por España, y desde el día de la decisión ya no habrá trabas, ni legales
ni ilegales. que puedan oponerse a nuestro rumbo. La independencia efectiva
de España para darse a sí propia rutas de salvación está por encima de las
leyes transitorias de quien detente en determinado momento los resortes del
Poder al servicio de intereses extraños a la Patria. No habrá leyes prohibitivas
que puedan con nuestras campañas. Actuaremos a la luz del día, sin ir contra
la República ni ponerla tampoco por encima de España. Y haremos frente,
para garantizar nuestra libertad de servir a la Nación, a todas las hipocresías y
falsos escándalos de los explotadores de mayorías amañadas y a las criminales
actitudes de los que manchan la calle con sus violencias.
Caiga quien caiga y caigamos los que caigamos, así ha de ser.
Por la independencia de España, por la salud del pueblo.
Nos parece muy bien que se garantice la soberanía nacional sobre los privilegios
del Banco de España. Lo que no nos parece tan bien es que toda esa soberanía
venga a parar en mandar al de Francia el oro del Banco de España.
NO hace aun un mes que toda Inglaterra, puesta en pie, daba al marxismo la
formidable repulsa de todos conocida, reduciendo a menos de la cuarta parte
su representación parlamentaria. Que en Alemania es igualmente arrolladora la
corriente nacional de defensa contra los internacionales, es un hecho que ni
los más ciegos pueden negarse a ver, y que tendrá su máxima revelación quizá
en el corto plazo de algunos meses. Bastaría un nuevo llamamiento al
electorado para dar al Reichstag una composición acomodada al ritmo actual
de la opinión, y la victoria racista se manifestaría tan imponente, que señalaría
una nueva época en la historia política de Alemania, como se abrió para Italia
en el año 22 con la eliminación radical del socialcomunismo, para salvar a la
Nación. No es necesario ponderar la repercusiones de este vecino y ya
inevitable suceso, en el panorama social y político del resto del mundo. El
resultado de las elecciones camerales en el estado de Hesse -Capital
Darmstadt- ha revelado, como otras muchas, esa evolución a grandes marchas
de la opinión pública y, sobre todo, de la juventud. De 1927 hasta la fecha, el
cambio ha sido tan favorable al antimarxismo, que un 70 por 100 de los
electores nuevos en Hesse ha dado sus votos a los representantes de Hitler: el
partido socialdemócrata (socialista) pierde 40 mil votos sobre 200.000 desde
1930, y aunque el comunismo gana votos por su parte, pierde el marxismo
cuatro puestos, quedando con 25 entre los dos en una Dieta de 70, frente a
veintisiete del joven partido racista, que sólo alcanzó un mandato en 1927.
Teniendo presente lo que en todas partes ocurre, que el socialismo remite a
sus afiliados del sindicato -o Casa del Pueblo- a las urnas, haciendo de la
sujeción profesional del gremio un instrumento electoral que quita
espontaneidad y verdad a sus votos, calcúlese el valor del avance nacionalista.
FRENTE A FRENTE
La situación se dibuja en Alemania en dirección -con distancia
apresuradamente abreviada- hacia un choque definitivo entre el
internacionalismo de los socialcomunistas y el nacionalismo combativo de los
que siguen a Hitler. Es la lucha entre el fanatismo materialista, de los creyentes
de Marx, destructor de naciones, y otro fanatismo novísimamente enarbolado
y mantenido, como el marxista, en la calle y en las urnas, que reafirma el valor
espiritual de la propia raza y su voluntad tradicional de proseguir con grandeza
las rutas nacionales de civilización. En la organización del Estado, la antagonía
EL ESCARMIENTO RUSO
Ninguna nación ha llegado al fin. Rusia, hallándose próxima a él, (como aquél
que ya casi estaba acostumbrado a no comer, y murió sin concluir el ensayo),
se anuncia en estos días abocada a una bancarrota... de puro tipo capitalista.
Después, y a pesar, de haber retrocedido en diversas etapas desde el
comunismo primerizo y radical inmediato a la revolución, hasta permitir
comercio libre, las concesiones a grandes empresas y la desigualdad de salarios
acomodada al mérito del asalariado.
El experimento de trece años, pueril e inútil, ha costado, sin embargo, la vida
de media generación, martirizada por el hambre o la persecución; se ha
disuelto un Estado histórico, deshaciendo desde la familia y la religión hasta
las joyas de la nobleza y la riqueza artística de los Museos, y se tiene en
constante zozobra al mundo entero, forzando a un pueblo para que produzca
en su miseria dinero destinado a corromper los demás, y al lujoso
sostenimiento de la burocracia judía.
Contra el judaísmo y contra el comunismo, emparentados como padre e hijo
en esos designios criminales, nace la reacción de las naciones, más
profundamente acusada que en ninguna otra, en la filosófica Alemania.
Esperamos que todas llevarán el mismo camino si tienen voluntad de salvarse.
La vanguardia corresponde a las que han tenido la desgracia de encumbrar a la
barbarie marxista que agota los pueblos en beneficio de su burocracia voraz, y
en satisfacción de sus odios groseros. En este caso se encuentra España.
EL CAMINO DE RECONSTRUCCIÓN
IDEAS SOBRE UN NUEVO CULTIVO
CRISIS MUNDIAL
Los préstamos del Banco de Francia, además de sacarnos el oro del Banco
Nacional, han servido para obligar a España a aceptar el catastrófico “convenio de
la chatarra”. TRESCIENTOS millones de pesetas cuesta al comercio español el
convenio. ¿y a eso llaman “soberanía Nacional” los traidores de la farsa
democrática? Debe decirse quién mueve los hilos de esa política antinacional.
YA hemos hecho constar más de una vez en estas columnas que de las varias
experiencias pollitas a que da obligado lugar esta vertiginosa sucesión de
torpezas de que somos testigos, ninguna más trascendental que la del fracaso
de la libertad.
“La libertad muere a manos de los liberales”: ese es el nombre de la nueva
experiencia. Hablamos, como fácilmente puede comprenderse por nuestra
significación, no de la muerte de la libertad selecta, sino de la muerte de la
libertad liberal.
La primera es el derecho a ser libre para practicar y propagar lo que es
honesto y bueno, supuesta la confianza en que las leyes que regulan la libertad
son todavía capaces de discernir entre lo que merece ser autorizado y
prohibido. Esta libertad, desde luego, está en derrota desde el primer día del
triunfo demagógico: en cuanto “la calle” se echó sobre el Poder y mantuvo la
coacción sobre él, que seguimos padeciendo, la libertad selecta ha sido
precisamente suplantada por la libertad de la canalla que es la única en plena
vigencia, si bien lo miramos. Las consecuencias del último decreto sobre
recogida de armas no dejan ya la más mínima duda sobre ello. Pero hablando,
como en este artículo es nuestro intento, de la libertad en su sentido
moderno-histórico, como fórmula de progreso político, condensada en los
divinizados derechos del hombre, es como decimos que la libertad muere a
manos de los liberales.
Porque si alguna revolución se ha hecho puramente -al parecer- en nombre de
la libertad liberal, esa es la española del 12 de abril. No cabe duda que al
pueblo se le hizo creer, y creyó, que con sus votos daba entrada a una era de
alegre y verdadera libertad política, con lo que bastaba para reencontrar un
bienestar que tan perdido le pintaban.
De bienestar hallado no hablemos... Pero ¿y, siquiera, la libertad?
Bien claro está que sus lucradores y partidarios, los que subieron al mando en
nombre de ella, viven sobrecogidos de miedo a la misma. Todos son leyes y
recursos “de excepción”, para evitar que respire. Pocas veces los “derechos
del hombre” fueron tan temidos, y por consiguiente, violados, desde el Poder,
como ahora. Eso no importa, claro es, para que se redoble el cinismo -véase
Albornoz-, proclamando por doquier que la libertad liberal vive floreciente y
triunfadora. No lo negamos, si por tal se entiende la posibilidad, jamás como
ahora disfrutada, de que algunas ignorancias eminentes destrocen, en lo que
pueden, al País desde su respectivo Departamento.
CONSECUENCIAS EN PERSPECTIVA
Los que paladinamente proclamamos la inhabilitación definitiva de las
fórmulas demoliberales, no podemos menos de celebrar con el mayor regocijo
este triunfo que nos dan nuestros enemigos:
“La libertad liberal ha muerto a manos de ellos”. Cuando hayan terminado sus
estragos sobre la nación, de tal modo que la nación los arroje para dar entrada
a una política eliminadora de la farsa hoy vigente» habrán preparado con
exceso una justificación a las medidas “antiliberales”, de que no puede
prescindirse para sanear el ambiente público e instaurar una era de rectitud. Si
los que lucraron la soberanía en la calle con mentiras liberales se han
apresurado inmoralmente a desdecirlas, ¿qué no podrán hacer contra el
demoliberalismo, y en defensa de la Patria, los que lleguen a su gobierno
predicando la cancelación de aquellas mentiras?
Más que otra ninguna, puede despedirse de todo derecho a subsistir la libertad
liberal de la Prensa. Tan admirable es la insensata prostitución de su aparente
decoro, acreditada diariamente por los periódicos liberales, que ellos mismos
se están labrando, concienzudamente, su desaparición como tales.
Cada vez aparece más cierta la imposibilidad de regir eficazmente la vida, y
menos el resurgimiento de un Estado, teniendo siempre frente al Poder
responsable de la acción, el irresponsable de la crítica libre. Cada día es más,
evidente que en naciones infeccionadas de picardía y arribismo, como España,
la coexistencia de los dos Poderes se resuelve en breve plazo en la dictadura
de uno u otro. O dicta el Gobierno, o dictan los periodistas. Si aquél no lo
hace, la picardía oposicionista, los incontables recursos de la maledicencia
periodística imponen en poco tiempo su ley, remontando a la opinión por
encima del Gobierno, en alas del escándalo libre de la publicidad. Por eso, aun
los gobiernos liberales confiesan con hechos su incompatibilidad real con la
libertad de Prensa, y coaccionan, como pueden, a los órganos que no les son
gratos. Cuando la política que esto hace es precisamente una política
antinacional, inspirada desde fuera para entregar la nación a la esclavitud de
los mitos que son la razón de los partidos hoy dominantes, la coacción,
además de traidora, es ilegal.
Pero cuando el fracaso de las libertades liberales lo sancione sin rodeos una
política de auténtica estirpe española, que arribe llena de valores jóvenes y con
soluciones nuevas de convivencia y libertad sensata, la muerte de aquéllas
responderá a las conveniencias del pueblo y habrá cobrado en las traiciones de
hoy un sello imborrable de legitimidad.
LA CUESTIÓN FERROVIARIA
¿CORTES FACCIOSAS?
***
Es falso que este régimen socialista sea un término medio entre dos extremismos.
Sus obras, al paso que lleva, serán únicamente el hambre y la persecución de todo
el que produce.
Detrás de ello, es inevitable una dictadura soviética, cuya preparación el Gobierno
conoce y no cuida de evitar.
¡Alerta con los traidores!...
ES ÚTIL LA VARIEDAD
Con ideales seriamente sentidos, la diversidad de métodos o de grados no
empece la actuación conjunta, y en cambio, proporciona la inestimable ventaja
de ensanchar el frente de las fuerzas simpáticas, de “posibilitar” una máxima’
movilización de los elementos sanos.
Es impolítico, violento y estéril pretender, por ejemplo, que todos los
antimarxistas españoles se organicen poniendo por delante el lema de
Religión. Y a esta misma le es perjudicial que por causa de un ambiente
exclusivista, excomulgatorio políticamente, creado en derredor de su figura
por los que ardientemente sientan lo religioso dentro de lo político, se crean
los tibios obligados a escoger, sin remedio, entre un partido de ostentosa
confesionalidad o uno de los muchos enemigos de la Iglesia. La variedad
sentida, la que no obedece a un tachable afán de formar corro aparte para ser
más fácilmente cabeza, es una variedad fecunda y es, sin duda, inevitable,
pero, además, deseable en periodo de iniciación como hemos dicho. Busque
cada cual espontáneamente su propio partido: haya varios en el frente de
resurgimiento nacional, que puedan acoger, con la alegría de la casa propia, los
diversos temperamentos de ciudadanos fieles a España y a la decencia
cristiana.
Y trabaje cada cual preocupándose más de su propia intensidad que de la
labor pura o menos pura del grupo vecino. El mosaico ejemplar de la todavía
vigente conjunción republicano-socialista, es sobre esto que tratamos una
elevada lección experimental de táctica política.
¿Hubieran desarrollado la intensidad ya conocida, se habrían encaramado en
las crestas de la victoria y hasta les sería posible su propia subsistencia sin la
extensión tremenda que proviene de su variedad?
Lo importante» repetimos, es movilizar, extensa e intensamente, a nuevas
masas con nueva política. El tiempo se encargará de hacer más fuerte al que
más valga. La unión será mucho más fácil entre organismos robustos que
entre seres entecos. Y unas veces por absorción, la “unión de las derechas”,
material o formal, será un hecho no sólo fácil, sino ineludible.
Hagamos primero derechas. Esto puede ser rápido queriendo. Y rápida será
también, después, la unión.
EL HUEVO DE COLON
El huevo de Colón está en pie, pero parece que el pueblo, objeto cariñoso de
la taumaturgia colombina, que aspiraba a vivir de pie a costa de la contera
monárquica del cascarón español, vivía descuidado por la parte del chasquido,
y, como siempre, le ha pillado debajo el artilugio político. El contenido se
derrama: los magos se apresuran a recoger la yema para alimentarse a sí y a su
clientela, y ya nadie cree en el milagro del “huevo de Colón”.
***
EN España hay que acabar con el sufragio universal como expresión única de
soberanía. El mito de la soberanía del Parlamento es bastante por sí solo para
proveer permanentemente los mandos nacionales con la gente más incivil, la
más despegada de la honradez común de los españoles. Amarrado el Estado a
la desdichada supremacía de los grupos parlamentarios, el arribismo se
apodera de la política, la pequeñez y el derrotismo turban la visión de toda
idea nacional, la anarquía es como un canon de buen gusto para vivir en todas
las profesiones, la chabacanería domina las costumbres, y la rutina progresiva
del Tesoro es reflejo y causa de la suerte que arrastran las actividades
económicas de todo el país.
Y es que ninguna fórmula como la de soberanía sufragista para profanar con
la irresponsabilidad y la trampa las sagradas alturas del Poder político, y
entronizar la esterilidad como presupuesto de las actividades de Gobierno.
Grave fue el error de gran parte del pueblo queriendo curar la zozobra
dictatorial del ejército con el bálsamo parlamentario. Los pueblos, siempre
niños; cometen la festiva candidez de creer siempre mejor a quien más habla y
de ponerse en manos de todo el que mucho promete, otorgando contra
prudencia tanto más confianza cuanto más abundosas y fáciles se le presentan
las soluciones... Este vicioso instinto de las masas amorfas, es la raíz irracional
del crédito popular que disfruta el régimen parlamentario, y es la explicación,
al mismo tiempo, de su subsistencia y de sus grandes crímenes.
Lo absurdo y depresivo está, pues, en que toda una colectividad de
veintitantos millones acepte como verdad divina el principio de la soberanía,
nacida en las urnas electorales. Se produce así el tragicómico accidente, bien
conocido acá, de ver a un pueblo como el español odiar siempre al
Parlamento y no osar librarse definitivamente de la pesadilla de su
“constitucionalidad”. La política nueva lo será en el mayor grado y ofrecerá
solamente seguridades de eficacia total para cambiar el agónico rumbo de las
últimas generaciones, si se decide a dar al traste con el ídolo parlamentario,
hollando de una vez, y si es preciso con sangre, el mentido templo de la
soberanía farisaica.
No quiere eso significar que las Cortes, o reunión de representantes electivos
que de algún modo sean copartícipes del poder, se declaren desterradas en los
usos y costumbres de la España política futura. Ni siquiera -quizá- que se
prive a la comunidad amorfa de los individuos de la función electoral,
EN RESPUESTA
bien claro lo que venimos sosteniendo aquí con una insistencia que ya no
debiera ser necesaria: Que ese género de político y partidos toman a juego la
gobernación de España y se ríen con el más cínico desprecio de las
necesidades nacionales.
***
Los políticos socialistas van renunciando a su política obrerista, que ahora juzgan
imposible.
Está demostrado que nada tenían que hacer en España, sino el daño necesario para
elevarse y sostenerse en el Poder.
Ambiciosos de ayer, traidores de hoy.
NO es posible asentar sobre base popular una política que no sea, en algún
modo, revolucionaria, o más exactamente, reformista. Si bien se mira, todas
las actitudes políticas que prenden entusiasmo en el pueblo van animadas de
un espíritu de protesta; y tanto más se aproximan al triunfo cuanto mayor
energía ponen en la crítica y acreditan más certeramente su contenido
reformador: la raíz política más fecunda en el sentimiento de las masas es el
descontento. De una manera o de otra, el partido que aspira a una popularidad
genuina, ya sea con la suprema aspiración de convertirse en nacional, o al
menos con la de poseer fuerza combativa eficaz, ha de proclamar una
incompatibilidad con el pasado, el lanzamiento de algún lastre histórico de los
que el pueblo abomina o recela.
Sabedores los hombres de la demagogia liberal del provecho que en la política
rinde la explotación verbalista del descontento popular, cultivan, ante todo, y
aun exclusivamente, la protesta contra lo existente o lo antiguo. Colocan
sistemáticamente la felicidad del pueblo -regentado por ellos naturalmente- en
un porvenir fantástico que por lo mismo que es desconocido nada cuenta
pintar, con los mejores colores.
La dialéctica revolucionaria, bien se sabe que no es otra cosa sino “una
polémica con el pasado”, como decía cierto popularísimo hombre de derechas
hace pocos días hablando de la constitución que nos han hecho los masones.
Es de ver la iluminada fruición, el fanático coraje con que las clases que
llamadas desheredadas acogen ese enfado verboso de los revolucionarios al
uso marxista o liberalesco, para juzgar el pasado. A todas las mentes inferiores
les va bien el regalo gratuito de los paraísos imaginarios y aplauden por eso a
quien dibuja y promete sin ambages una Edad de oro, mucho mejor si es
venidera que pasada.
Llegar en la ruptura con el pasado hasta abominar de toda la Historia, es una
bárbara fechoría y una blasfemia que sólo cabe defender poseyendo el inefable
cretinismo de ese ministro de Fomento, que dijo: “Nada hay que conservar”.
CONTENIDO REVOLUCIONARIO
Con ese credo conservador y restaurador ya tiene la nueva política un
magnífico contenido revolucionario. Poseerá la más brillante capacidad de
proselitismo presentando ante el pueblo la viva protesta contra las deserciones
antipatrióticas y la dilapidación traidora de energías materiales y valores
espirituales en que incurre la ineptitud gobernante.
No menos tajante habrá de ser la protesta contra la tozudez del capitalismo
burgués, cerrado a toda transigencia voluntaria con la ya ineludible victoria de
una nueva estructura económico-social, La invalidez de las formas capitalistas
para llenar el derecho a un bienestar medio de todos los ciudadanos del
Estado y equipar a la Nación para conquistas de grandeza, no puede suplirse
con remiendos tacaños y tímidas concesiones. Hay que llegar a una nueva fase
económica, con el predominio sindicalista (resurrección gran industrialista de
los gremios) que cierre el camino a la ciega irrupción del bolchevique, con
soluciones radicales de tipo nacional.
Por otra parte, urge, como decimos, movilizar las fuerzas y las personas todas
para reconstruir la Nación e imponer el seguimiento de veredas de grandeza
colectiva: todo esto es un programa revolucionario más sincero que el
demoliberal o el marxista.
No quiera el lector buscar por el título en este trabajo una pretenciosa profecía
de la suerte que correrán España o la República, juntas o separadas, en el año
que comienza. Ni sería fácil encajar la profecía en un artículo ni podemos
arriesgarnos a sellar con el distintivo de “probable” a tan extremas soluciones
o complicaciones como son “posibles” en la República española de
trabajadores de todas clases, incluso trabajadores de pistola.
***
***
NO HAY GOBIERNO
***
HACIA EL SOVIETISMO
***
Mientras tanto, en la orilla opuesta a la de “los que tienen algo que perder” se
trabaja con afán popular y sagacidad revolucionaria la ruina de la infeliz y
avara burguesía. En el fondo de la conjura alientan llenos de ciencia
conquistadora y de dinero para la propaganda y las armas los mercenarios del
bolchevismo ruso. Sólo ellos conocen de cierto el fin de este caos y son aptos
para salir de él ganando. Los demás elementos que contribuyen a batir a los
burgueses confiados y a destrozar lo que queda en España de pueblo libre y
organizado, o son comparsas del progreso soviético, o taimados
colaboradores que llevan al pueblo, escalón tras escalón, por el caracol
descendente de la trampa. Entre éstos contamos nosotros a la mayoría de los
parlamentarios y a las dos terceras partes de la prensa madrileña.
***
LA mentira ha circulado con billete de primera clase en los días últimos. Cada
periódico, de los muchos que con la mentira prosperan, ha podido sacar
espléndido partido de la calumnia escrita y aun de la calumnia gráfica, esta vez
a costa de la Guardia Civil, que, constituyendo uno de los valores sustantivos
de España, naturalmente debe ser destrozado en la tarea de deshacer a la
Nación emprendida ávidamente por los numerosos delincuentes de la pluma.
LA NELKEN
La calumnia va capitaneada en los ámbitos de la gran opinión por esa señora,
o lo que sea, de calidad extranjera que el partido de los grandes traidores ha
admitido en su seno por si ellos eran pocos para afrentarnos. Dicha “señora”
antigua enchufista de los tiempos de Primo de Rivera, según uno de los
periódicos madrileños republicanos tiene la fortuna de atrapar una colocación
en España, cobrar del presupuesto doce mil pesetas, viajar gratis en los
expresos y disfrutar de los demás gajes propios de parlamentarios y
enchufistas, para propagar en pago de ello que la Guardia Civil es un Cuerpo
de asesinos. No le parecen mal los delincuentes del pueblo extremeño: la
Asamblea de la República sirve de elogioso amplificador a la extranjera
camarada de los criminales, y los grandes diarios no ocultan tampoco su
simpatía, mientras padece ignominia en congreso y periódicos el Cuerpo
heroico que ha sido uno de los instrumentos más eficaces de civilización en
los últimos setenta años. Es el retorno a las cavernas, patrocinado por la
Asamblea legislativa y los periodistas de la segunda República. Ningún heraldo
más adecuado podía encontrar, en verdad, tal campaña, que esa persona a
sueldo del Estado, extranjera y mujer.
FENÓMENOS DE INVERSIÓN
Conviene insistir en la curiosa singularidad de que en una acción pública y
cuasi-oficial en favor de sicarios, forajidos y vampiros y en contra de la fuerza
organizada que representa el sagrado poder del Derecho y la Justicia, destaque
en los primeros términos una mujer extranjera. Son tiempos éstos de
acentuada inversión de todo lo humano. Se erigen monumentos a los
anarquistas, y se han pisoteado imágenes de Jesucristo. Con las galas del
homenaje soberano-parlamentario, se han celebrado, repetidas veces, las
hazañas de gentes que murieron ajusticiadas con arreglo a la ley, oprimiendo,
por el contrario, al margen de la Justicia y los Tribunales, a personas honradas,
muchas de ellas perseguidas por “el delito” de haber sido fieles a sus ideales
lícitos. Mientras las llamas consumían bibliotecas, escuelas y templos, se
ARMAS DE MUJER
Quizá es porque la Guardia Civil, ejército de varones calificados, es
incompatible con la feminidad creciente de las costumbres políticas. Esa traza
de elevada masculinidad que integra constantemente la figura y la conducta de
soldados tan españoles no puede subsistir en la España oficial de hoy.
Y se la combate “con las armas propias de la mujer, que son la lengua”, según
inmortal expresión del gran Hidalgo, espejo de esos caballeros hispanos
supervivientes.
La lengua, la difamación y la mentira son el material de combate puesto en
juego por las mujeres de la política y el periodismo en su singular batalla con
los hombres de la ejemplar orden del tricornio. Sabrás, diputado socialista,
abre debate sobre Arnedo cuidando de situar en el plano de la opinión
nacional una versión mentirosa de los sucesos: que los guardias comenzaron a
disparar sin motivo, que persiguieron niños por el gusto de matar... “Ahora”,
periódico de negocio y nada más que de negocio, retrata cuadros
escenificados, no reales, presentándolos como si fueran hechos acaecidos. El
complejo cuadro del barullo y el cinismo parlamentario y periodístico,
extiende, complica, naturaliza y difunde las mentiras, los gritos histéricos de
alarma, las voces hipócritas de socorro: es la batalla de los afeminados...
CAUSAS DE LA REFORMA
Si la reforma agraria, hemos dicho al definirla, tiende a modificar un régimen
territorial, será que dicho régimen es inadecuado a las circunstancias actuales,
y la causa de toda reforma agraria radica precisamente en la inadecuación de la
economía agraria a las circunstancias del momento. La causa principal de
inadecuación no es otra que el transcurso del tiempo; por el simple transcurso
del tiempo se verifica el aumento de población, lo que origina forzosamente
mayores necesidades sociales; se produce una ambición de mayores
beneficios, y a partir de la guerra europea hay un desarrollo del nacionalismo
económico que hace que todas las naciones quieran bastarse a sí mismas, etc.,
etc.
SÍNTOMAS DE LA REFORMA
Los síntomas de la necesidad de una reforma agraria suelen ser,
principalmente, dos: movimiento de carácter intelectual, en que la “élite” se
preocupa de los problemas agrarios y, además, agitaciones campesinas. Parece
natural que las agitaciones campesinas fueran las primeras en surgir y que a
consecuencia de ellas las clases directoras se preocupasen de la situación del
campo; sin embargo, las investigaciones, los trabajos de orden intelectual
preceden casi siempre a las agitaciones campesinas. ¿Cuál puede ser la razón
de esto? La razón de semejante anomalía puede encontrarse en aquella frase
de Letamendi, quien dice que: “Los pueblos y los niños siempre se quejan con
razón, aunque muchas veces ignoren la razón por la cual se quejan.” Es
necesario que los elementos intelectualmente superiores expliquen al pueblo la
causa de sus sufrimientos para que éste actúe y entonces surgen las agitaciones
campesinas y agrarias.
La historia económica moderna nos suministra abundantes pruebas de que la
evolución agraria es casi igual en los diversos países. Así, en Italia, en 1899, se
verifica la encuesta Facini, verdadero monumento y modelo en el género de
las encuestas agrarias, y veinte años después se producen las agitaciones
campesinas con las ocupaciones violentas de las tierras en 1919 y en 1920.
En Rumania, el proceso de la reforma se desenvuelve con caracteres análogos;
a fines del siglo pasado, los estudiantes rumanos en París elegían para sus tesis
doctorales temas de economía agraria, primera manifestación de los elementos
intelectuales sobre el problema, y años después, en 1907, se producen las
agitaciones campesinas, bárbaramente reprimidas. Un insigne novelista
rumano Panait Istratis ha relatado en una de sus novelas, “Los cardos del
Baragan”, la destrucción por el general Averescu de aldeas enteras de
“jalomitseans”, de habitantes de la rica comarca del Jalomitza, junto a Galatz y
Braila.
En España, las agitaciones campesinas tuvieron un carácter anarquista en el
siglo pasado -la famosa Mano Negras, como prueba de la actividad intelectual
sobre el problema agrario se puede citar la memoria del ingeniero Rodrigáñez,
en 1900, y han vuelto a reproducirse las agitaciones campesinas en 1919 y
1920, y diez años después, con los sucesos tan actuales y tan de sobra
conocidos.
Los socialistas, atacados por razón de los enchufes, exclaman: “¡Pruebas, pruebas!”
Varios meses hace que diversos diputados tienen pedida la lista de los que disfrutan
más de un sueldo del Estado.
Besteiro y el Presidente del Gobierno la prometieron. Pasan las semanas y no llega.
¿queréis más pruebas?
Hay que imposibilitar la vida en la Universidad española a los traidorzuelos que
pactan con los pistoleros del comunismo. La dignidad universitaria debe estar muy
alejada de esa baja política.
***
***
¿Antes que quién? El ministro judaizante lanzó airadas palabras, frente a las de
un diputado tradicionalista. Ese ministro sabe bien y reconoce lo que es el
comunismo. Acudió a Rusia a contemplar de cerca los primeros pasos de su
de3-envolvimiento. Vio y describió al pueblo de aquella bárbara nación
consumirse de hambre y limpiar míseramente sus llagas bajo el despiadado
despotismo de un régimen de policía brutal.
Él, Fernando de los Ríos, es quien nos ha pintado, entre otras, las humillantes
escenas del mercado de los harapientos en Moscú. Bien es verdad que el
disimulado sefardita, ministro de Instrucción en España, pone en sus
impresiones sobre Rusia apenas la tibia repugnancia del artista indiferente,
sintiendo seguramente en el fondo la voluptuosa delectación de quien
experimenta en cuerpo ajeno el poder histórico de su raza favorita -la judía-
dedicada a atormentar a un pueblo. Por eso, colocado en el banco del Poder
del Estado español, sabiendo que cuenta para sus planes sobre España con
multitudes ciegas de infelices trabajadores marxistas y con la avarienta
colaboración de políticos y periodistas traidores, dicta sobre España la
sentencia de odio conocida: “ Antes el comunismo que vosotros.”
No nos extrañará que la obtusa mentalidad del tipo medio liberal que domina
entre los que leen Prensa y hablan de política haya pasado por encima de esa
frase con la acostumbrada indiferencia que vamos adoptando para asimilar las
novedades más absurdas y violentas. Quizá nos ha tranquilizado saber que el
ministro judío-socialista antepone el comunismo solamente a la docena de
diputados vascos con quienes se encaraba. “ ¿Qué tenemos que ver con ellos
ni qué esperar de los tradicionalistas?”, dirá el burgués y, desde luego, el
obrero. Bien está, pues, la exclamación del hebreo: “Primero los comunistas
que los católicos...”
***
Hay más de cien millonarios en Valladolid. Entre todos no son capaces de crear -no
digamos “sostener”, porque no haría falta- un diario que informe al público con
honradez y le oriente con patriotismo. ¿Qué puede esperar la nación de esa
burguesía? Para salvarse es necesario destruirla
TIPO RADICAL
Las reformas agrarias de tipo radical tienen como rasgo típico el que el Estado
expropia con carácter general, y sin que haya petición alguna por parte de los
propietarios. Para llevar a cabo semejante expropiación suele seguir un criterio
que podemos llamar geométrico, al decir, por ejemplo. Todas las fincas de
extensión superior a cien hectáreas son expropiadas.
Es decir, el Estado prescinde en absoluto de todo criterio técnico y
económico y se preocupa -tan sólo- de parcelar la tierra.
Otras notas características de las reformas de tipo radical suelen ser: un fin
nacionalista marcadísimo, fácil de apreciar en la casi totalidad de las reformas
europeas, y, además, una escasa escrupulosidad en el pago de las
indemnizaciones debidas a los propietarios.
Veamos ahora, en un somero análisis de las reformas agrarias europeas, cómo
se dan en casi todas ellas las notas y características que acabamos de exponer.
CHECOSLOVAQUIA
Las leyes de reforma de Checoslovaquia proceden de los años 1919 y 1920. El
fin nacionalista de las mismas bien claro está: tratábase de desposeer a la
nobleza austríaca y entregar sus tierras al campesino checo. Fueron
expropiadas todas las fincas superiores a 150 hectáreas.
Por lo que toca al pago, las indemnizaciones fueron abonadas en títulos, lo
cual no es buena forma de pago, como expondremos detenidamente al tratar
de Rumania. Las propiedades de la casa imperial, de los Habsburgos, fueron
expropiados sin indemnización alguna.
ESTADOS BÁLTICOS
En Estonia se expropiaron por el Estado todas las tierras, el territorio de la
nación entera; se respetaron, no obstante, los bienes comunales y eclesiásticos
y las propiedades pequeñas, los minifundios. En Letonia se expropiaron las
fincas no explotadas directamente por sus dueños; la indemnización fue nula
POLONIA
La reforma agraria polaca ha sido, juntamente con la rumana, la reforma
radical más perfecta, salvo que Rusia la llevó a cabo en su totalidad y Polonia,
por un cúmulo de circunstancias, no; es por lo tanto, una reforma frustrada.
Por lo mismo que es una reforma muy radical y muy izquierdista, véanse en
ella las palabras duras con un cuidado escrupuloso, y así no se habla para nada
de expropiación, sino de compra forzosa de aquellas tierras, cuyos dueños son
malos cultivadores. En realidad, a los terratenientes se les compran
forzosamente todas las fincas que exceden de 80 a 180 hectáreas, según los
cultivos. En cambio, en Alta Silesia y Posnania sólo son expropiadas las fincas
superiores a 400 hectáreas. Desigualdad que se explica como agradecimiento
del Estado a todos los polacos que tanto habían luchado y sufrido bajo el
yugo alemán. ¡Bien probado queda con esto el fin nacionalista!. Los bosques
son expropiados en su totalidad, pertenezcan a quien pertenezcan, y se abona
por ellos el 50 por 100 de su valor. Expoliación que se justifica por el
principio de la utilidad nacional.
Un detalle característico de la reforma polaca es el fin que tal reforma se
propone, según consta en el artículo 1º de la Ley de 10 de julio de 1919. “El
régimen agrario de la república polaca -dice la ley- debe apoyarse sobre las
explotaciones agrícolas que tienen por base el principio de la propiedad
privada... La acción que debe desarrollarse en ese sentido comprende la
formación de nuevas haciendas agrarias mediante la colonización y la
ampliación de las actuales hasta llegar a conseguir el funcionamiento perfecto
de una unidad agraria.” Es decir, el criterio puramente político aparece
supeditado a un concepto de mucha más importancia: el criterio técnico y
agronómico, que por primera vez surge.
A igual sentimiento responde el fomento de las fuertes y pequeñas
propiedades de regadío junto a las ciudades.
LÓGICA MASÓNICA
EL RÉGIMEN DE LIBERTAD
ONÉSIMO, ESTUDIANTE
Se acerca el momento de trasladarse a la ciudad. Los padres de Onésimo ven
satisfechos que su hijo debe continuar los estudios iniciándose en los de
Segunda Enseñanza; hablan consultándose y por fin deciden, aun a costa de
sacrificios, que salga de Quintanilla para acercarse a Valladolid. Llega con la
ilusión de niño, pero también con enorme propósito de no desaprovechar la
ocasión ni perder tiempo; tiene prisa en saber, en prepararse, y al poco tiempo
se distingue entre los alumnos del Colegio de Nuestra Señora de Lourdes,
regido por los Hermanos de San Juan Bautista de Lasalle. Los años
transcurren, y así pasa insensiblemente de la niñez a la adolescencia con un
excelente aprovechamiento de la enseñanza. La nueva vida de estudiante no
empañó el signo de su personalidad, y del mismo modo que el estudio de las
primeras letras fue compatible con su entrañable amor al campo, ahora,
cuando Onésimo reside en la ciudad, los hechos nos demuestran que en él no
anidan pujos de señoritismo ni el vergonzoso espectáculo de una deserción de
la tierra. Sabe bien a lo que aspira y en sus objetivos no puede haber
interferencias; necesita prepararse para alcanzar la capacidad y el
conocimiento, para dar la prueba de su leal condición campesina. Saliendo por
la verdad de una redención de la tierra y del esfuerzo de los hombres que la
trabajan.
SALAMANCA Y ALEMANIA
Su origen humilde y la ambición de llegar pronto no le permiten disfrutar del
excesivo descanso, y mucho menos vivir en la ociosidad. Buen estudiante y
mejor hijo, sabe que sus dieciséis años y el título de Bachiller le obligan a
mayores deberes, a no sacrificar económicamente a sus padres y a conseguir la
posibilidad de que unos ingresos le permitan vivir por sus propios medios.
Con tal intención acude a unas oposiciones del Estado, y en seguida le vemos
de funcionario técnico de Hacienda en Salamanca. Ya es un pequeño hombre
que ha de habérselas con la vida y con la sociedad, expuesto a las tentaciones
al verse libre; mas Onésimo, aun con sus pocos años y lejos del hogar de sus
padres, no tuerce su camino, y en la ciudad de fray Luis de León alterna sus
deberes administrativos con estudios en la Facultad de Derecho, hasta que
obtiene la licenciatura en Leyes. Su vida discurre sencilla y ejemplar, y esto
señala otra prueba más de que su idea de capacitarse persiste deliberadamente,
para entregarse a fines tan elevados como ambiciosos. En la Universidad
ejercita su despierta inteligencia y llega al final de los estudios con la misma
rapidez que aprovechamiento. Soldado de Artillería, sus horas en Valladolid
van acusando en Onésimo ese amor a Castilla, con el convencimiento de que
hasta no enderezar a esa región, paridora de pueblos, España ha de continuar
adormecida, sujeta a la balanza fraudulenta de los partidos de turno. Sigue
estudiando, y en ocasiones ocupa la tribuna en centros de ambiente
universitario. De pronto, Onésimo, con sus veintitrés años, da un salto y parte
hacia Alemania. Esta salida al extranjero no es el capricho alocado de un joven
con la pretensión de recrearse, ni mucho menos de vivir la bohemia. Sabemos
que no dispone de bienes que disipar; como siempre, su voluntad se mueve
por deseos de una mayor preparación, de adquirir nuevos conocimientos. Esa
es la razón de presentársenos desde la Universidad de Manheim como lector
español. Durante el año que permanece allí enseña y aprende, alecciona y
estudia, escucha y observa.
Es el mismo, pero con unos años más, con una experiencia consciente y con
una vocación para remediar los males de su Patria. En Alemania aprovecha los
días y respira en la contemplación del campo y de los bosques, al recorrer los
de Baviera y las montañas de la Selva Negra. Piensa y admira las tierras del
Rhin, llenas de poesía nibelunga y amorosamente cuidadas; bosques
magníficos, que dan sombra y trabajo en las veladas invernales. Onésimo
compara aquel espectáculo con el escenario que ofrecen los campos
castellanos y se afirma en el inquebrantable y generoso propósito de repoblar
Castilla de árboles que cobijen bajo sus copas a una España prolífica y
proletaria.
AL FRENTE DE UN SINDICATO
Y a está de regreso, y viene poseído de adelantarse en sus aspiraciones de
siempre: defender al campo. Poco tiempo para iniciar el plan. el suficiente
para reunir alrededor suyo a unos cuantos hombres que viven en constante
***
porque piensan que Libertad no puede titularse así otra cosa que no sea
vehículo de un libertinaje; a los otros, porque tras la palabra encuentran textos
de una vibración desconocida, con un lenguaje seco y fiscal. ¿Es
un periódico de la reacción? ¿Es una publicación izquierdista? Ni lo uno ni lo
otro; Onésimo se desentiende de los dos polos y busca la Libertad de España,
aunque el título desconcertante sirva para inutilizar uno de los tres mitos de la
antipatria. Ahí está el valor y el acierto: enarbolar un título que penetre en los
oídos de todos y envuelva una consigna fundamental para la revolución que
aspira.
Libertad es de jóvenes, y a los jóvenes se consagra preferentemente. No nos
importa contar o no con una mayoría borreguil ante las urnas y repudiamos el
concurso de las multitudes embragadas de desorden por las calles. Disciplina y
audacia es nuestro lema. Las naciones pertenecen siempre a las minorías con
fe y organización. Dándolo todo al ideal antes de comenzar, a nadie tememos.
«¡Por España grande, por España verdaderamente libre, a la lucha!»
En junio de 1931, dos de los tres gritos que hoy firman en el escudo de
España se daban como consigna desde las páginas del naciente semanario de
Onésimo. Y en ese mismo número, como anuncio de un arranque
transformador, un ligero artículo, titulado «La revolución social», del cual son los
siguientes párrafos:
“Dicen los sindicalistas: La revolución política está hecha; falta la revolución social. En
pugna con ellos, dicen, no obstante, lo mismo muchos socialistas y otros elementos que para
halagar a las masas se aproximan, como esos feroces parlantes de hace unas noches en la
plaza de toros”.
“Dicen los comunistas: Negamos que la revolución política esté hecha. Esta y la revolución
social sólo puede hacerla el soviet. Nosotros somos asimismo entusiastas de la revolución
social. Lo queremos declarar desde el principio. Estamos conformes con que hay que resolver
muchas instituciones, volcar cabeza abajo en el campo de lo social innumerables abusos.
Estamos enamorados de cierta saludable violencia, por el convencimiento de que en otra
forma se escurrirán siempre los explotadores y acabarán al final de cada prueba flotando
sobre sus oprimidos, con el nombre trocado y la casaca siempre nueva.
Hay que acabar, sí, con esos hijos y nietos de la desamortización, que no han tenido tiempo
de recorrer sus inacabables fincas, mientras en el municipio donde radican otros pasan
hambre...”
“Debemos acorralar con un genuino movimiento revolucionario todas las formas de usura,
incluso esa moderna, que consiste en pagar al labrador un mínimo bastante para que no
muera y siga trabajando, pero insuficiente para que sostenga los hijos que da a la Patria...
Hay que redimir, en fin, al que trabaja y resolver violentamente, si es preciso, como lo será,
a la burguesía, encastillada en sus numerosos fondos económicos. Pedimos, pues, la
revolución social para que todo hombre apto encuentre trabajo dignamente remunerado y
para que nadie se vea privado de la posibilidad cierta de elevar su condición según sus medios
y para que el campo -que es España- sacuda las cadenas de la hegemonía burguesa. Pero si
la revolución social es una necesidad y un grito de justicia, hay que defender. Ese movimiento
sano y juvenil de las corrupciones traidoras que proceden de la democracia judaizante
Libertad ha roto con lo viejo y caduco y nada quiere con lo que, apareciendo
como nuevo, no es sino un fraude más con ropaje demo-marxista y
orientación extranjerizante y masónica. España está ausente de aquel triunfo
inesperado y turbio que entrega el Poder a los hombres del desgraciado Pacto
de San Sebastián, y el naciente portavoz de Castilla habla duramente de
grandeza y revolución nacional, de justicia y de imperio, de unidad y de lucha,
de libertad, audacia y disciplina. Es un lenguaje que confunde, sugestivo y
directo, valiente y que desconcierta, el de este hombre que ha fundado el
semanario Libertad como anuncio y pregón de un genuino movimiento de
juventud y de revolución. Y hemos visto cómo en junio de 1931 emprende
una captación de voluntades aireando consignas que en aquellos tiempos
pocos pudiesen sospechar que constituyesen augurio de realidad cuando
llegase el mes de madurar el grano, en el verano del 1936. Desea hombres
útiles, corazones vírgenes, para la acción de esa antipolítica que España
necesita y la juventud espera. Sabe el punto de apoyo que tiene en su
periódico -aunque sea solamente un semanario-, porque “la prensa -escribe
Onésimo- ha intervenido como actor principal en ese desastre; ella es un valor mayúsculo
entre todos los que ejercen poder en el mundo político; ella es la que ha creado este cuadro de
turbulencias, aunque al final de la tragedia entierre con desfachatez en sus archivos mil
pruebas acusadoras de sus propias columnas”. Generalmente –continúa escribiendo-, la
mayoría de los periódicos no han tenido la moral que presidiera eficazmente el derecho de
escribir. Gran parte de las rotativas han estado ausentes del interés nacional, sirvieron
únicamente de caza para el mejor lucro de sus empresas, aunque la empresa de España
quedara sometida a la infecundidad de los profesionales de la discordia”. Por eso, por la
significación de la prensa como arma poderosa, tuvo prisa en desahogar su
ímpetu de eficiencia y funda Libertad con el más sincero espíritu
revolucionario, que a la vez sea conciliador de su fe católica. “La verdad no
puede ser discutible, y España, que es la primera verdad nacional, no puede quedar
impunemente puesta a las sórdidas apetencias de escándalo de cualquier delincuente de la
pluma”.
“Los que a un elevado precio juegan a la Revolución sin ideal de verdad revolucionario,
llevados del odio y del apetito de cuando, desprovistos de un contenido renovador, merecen
una extirpación, porque su subsistencia sólo se paga con la ruina. Este es el caso de la
prensa burguesa que fue revolucionaria. Burguesía ciega, prensa venal y socialismo
aburguesado son el mejor caldo para el fermento comunista.»
El recuerdo de estas afirmaciones pueden ser consideradas como pasadas de
moda, pero no se olvide que en estos momentos se trata de perfilar
históricamente la labor de Onésimo. Él no ha fundado Libertad con la sola
intención de fijar ideas sobre la altiva misión de la prensa, sino que trabaja
constantemente en proyectar el único camino que él tiene concebido para la
decisión futura de España.
Un joven zamorano se levantó desde Madrid sobre el problema de su tiempo
con el propósito ambicioso de restaurar un anhelo colectivo de expansión en
el ánimo del pueblo y con una bandera desplegada nacionalmente para la
por la intervención del Estado, para evitar la explotación del hombre por el
hombre. Rechaza la teoría de la lucha de clases. Abogan por una
reconstrucción con mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento
de la producción agrícola, la repoblación forestal, la dignificación, de la vida
rural, y apunta unos últimos fines de cultura que han de desarrollarse en
cuanto al orden cultural y físico, al orden social y al orden político.
Respecto al pensamiento político, las evidentes pruebas de persecución
exigían que las ordenanzas disimulasen- el rigor de los postulados, para no
tropezar con el inconveniente de la desaprobación en el Gobierno Civil. Por la
primera denominación de Juntas podemos interpretar el sentido de unido que
Onésimo lleva consigo. “La unidad constituye el lema más audaz y
revolucionario que enarbola el nuevo movimiento. La unidad pertenece, de
una manera constante, a nuestro ideal. La unidad es nuestro signo, y dormidos
o despiertos debemos pensar en restablecer la unidad de España, la unidad
social de todas las clases por medio de la juventud que no tiene todavía que
reprochar y lanzar a un hombre contra otro”. En cuanto a la “actuación” de
sus Juntas, él mismo exponía que estaba el punto revolucionario y la razón,
por tanto, de su existencia. “Hay que transformar a la juventud; hay que
formar con la juventud una milicia dispuesta a servir a España; hay que hacer
la revolución, y para ello hay que transformar a los españoles hasta entrar en
sus raíces. Pero hay que hacerlo realizando en su espíritu, en el alma de los
maestros, una transformación grande, honda y aparatos de esa situación del
espíritu español actual, perdido y escéptico” Y en otra ocasión decía: “Somos
revolucionarios, no en el vulgar concepto marxista de dinamiteros, sino en su
verdadero significado de transformación. Emprendiendo esta transformación
es cuando comenzaremos a recuperar la España en ruinas que nos dejaron
nuestros padres; quizá no comprendan nunca nuestra rebelión de hijos, aun
cuando les digamos que vamos a ser mejores que ellos. Y tened en cuenta que
para alcanzarlo será necesario infiltrar en la totalidad de nuestra juventud
primero el espíritu de esa rebelión, que comienza transformándonos a
nosotros mismos. Venimos a revalorizar el factor humano, la confianza en el
hombre frente a la servidumbre de las fórmulas. Por eso lo importante, lo
sustancial, lo salvador y lo revolucionario no son los credos, ni las palabras, ni
los programas, sino los hombres. Si la fe sin obras es vana, las palabras sin
conducta que las confirma parecen hipocresía. Actitudes y actos convincentes,
frente a la retórica y a la teoría formularia”. Las reuniones de las Juntas se
hicieron en un principio en la periferia de la ciudad. Lo imponían las
circunstancias, y las circunstancias se producían en una estrecha vigilancia a
los pasos de Onésimo y un cerco perseguidor de la extensión y amplitud del
movimiento juvenil. A pesar de todo, la propaganda iba siendo eficiente, y,
aun al aire libre, el proselitismo se manifestaba alentador con la incorporación
de nuevos afiliados. Puente el Sol, Cuesta de la Marquesa, Cuevas del Tomilla
y campo de San Isidro son lugares que sirvieron de escenario para el comienzo
LAS J. O. N. S.
Cuando comienza el mes de octubre, Onésimo entra satisfecho en el nuevo
curso. En cuatro meses su labor ha cristalizado ya en algo tangible, en algo
que tiene vida y va tomando cuerpo, no sólo en Valladolid, sino por la
provincia. Libertad se ha abierto camino y su doctrina va calando en los miles
de lectores con que cuenta. No importa que su aparición durante los lunes
esté perseguida gubernamentalmente y que el odio marxista aceche
provocador la venta del semanario. En pocos meses se ha impuesto, y el
clarinazo de Libertad ha conseguido llevar tras de si a grupos de juventud. El
primer objetivo estaba cumplido y Castilla comenzaba a despertar de su
letargo. La F. U. E. tiene va muy poco que hacer en los claustros
universitarios, donde el espíritu del semanario ha penetrado hasta tomar raíces
multiplicadas y profundas. Pero hay que continuar en la brecha y abrir nuevos
horizontes, y es por aquellos días cuando Onésimo toma un decisivo contacto
con los que desde Madrid defienden ideales semejantes, escribiendo en las
columnas de Libertad lo siguiente:
“NUESTRO SALUDO”
“Terminadas las vacaciones veraniegas, bien explicables, La Conquista del
Estado sale con reforzados bríos al palenque periodístico, en el que este
inteligente lealísimo colega “Nacionalsindicalista” hace grupo aparte porque
sólo él enarbola netamente la única bandera de salvación nacional: la lucha
marcial contra la traición y la podredumbre marxista”.
“Nos unimos a los camaradas de La Conquista del Estado en su acción de
fidelidad hispana y antimarxista. Como verá el lector, honraremos a menudo
las páginas de Libertad coadyuvando a la extensión del frente nacional de
salvación por la difusión del pensamiento Nacionalsindicalista”. Al mismo
tiempo que se escribía esto se decidía una comunión más estrecha. Con cierta
frecuencia Onésimo tenía que trasladarse a Madrid con asuntos del Sindicato
Remolachero, y varias veces aprovechó la oportunidad para entrevistarse con
Ramiro. El diálogo, naturalmente, que se entretenía en el desarrollo de la
política y en el discurso por la nueva doctrina salvadora. Desde un principio
estaban de acuerdo, pero hasta el mes de noviembre no se legalizó el convenio
-permítase la frase- entre Onésimo y Ramiro, entre los de Libertad y los de La
Conquista del Estado. Acordaron redactar un manifiesto político, que estaba
presidido por el Yugo y las Flechas, como emblema de las J. O. N. S, naciente,
idea de Juan Aparicio, que recordó la ocasión de una clase de Derecho
Político en Granada. Onésimo regresó entusiasmado a Valladolid. Otro paso
definitivo se había dado, otra confianza más, otro estímulo nuevo para seguir
en vanguardia. Con el nacimiento de las J. O. N. S. se fundaba un movimiento
de demisión nacional con la palabra Junta a la cabeza del Sindicalismo
ONÉSIMO, EN PORTUGAL
Ya se ha dicho que las circunstancias adversas obligaban a Onésimo a salir de
España. Portugal es su residencia forzada desde agosto de 1932 a octubre de
1933. Desde las tierras vecinas no cesa de orientar y dirigir. Es ya muy amplio
el brote de las ideas germinadas; son muchos los camaradas enrolados en
servicio de la nueva causa nacional. Desde aquí escribe. La correspondencia es
el único procedimiento posible para no desconectarse de Valladolid y de sus
hombres, para que no se vea malograda una empresa que ya estaba en cauces
eficientes. Desde Portugal sigue dictando consignas y ordena la publicación de
su segundo semanario que venga a sustituir a Libertad, con el título de
Igualdad. Con el curso nuevo -noviembre de 1933-, algunos camaradas más
jóvenes que intervinieron en la redacción de Libertad crean el nuevo
semanario de combate Nacionalsindicalista.
Onésimo, desde Portugal, envía su colaboración dirigida principalmente a fijar
puntos doctrinales. La colección de aquellos artículos tienen singular
ONÉSIMO EN LA UNIDAD DE
FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J. O. N. S.
Desde octubre de 1933 actuaba en la vida pública española una organización
nacida en el histórico acto del teatro de la Comedia, bajo la dirección política
de José Antonio Primo de Rivera. Hombre culto, muy preparado, gran orador
y con unas dotes de mando extraordinario, supo aprovechar el escaño de las
Cortes para acuñar una personalidad excepcional y destacarse como fundador
de unos principios políticos sobre la base de una España auténtica, vigorosa,
social y justa. Hasta octubre de 1933, su voz se desenvolvía en una lucha
personal, pero desde aquella mañana quedó proclamado el nacimiento de un
nuevo Movimiento, la presencia de Falange Española. El acto de la Comedia
encontró el eco natural entre la juventud nacional, no solo por la figura de su
jefe y organizador, sino por la gran calidad de sus conceptos y la fiel línea de
su discurso, que ha pasado a la historia cómo perfil doctrinario de la auténtica
revolución española. Las consecuencias no se hicieron esperar y pronto
comenzó a crecer y extenderse por toda España, a recibir adhesiones y a
organizarse en provincias y pueblos la Falange Española.
Este hecho sirvió para que las J.O.N.S analizasen la realidad y sintiesen la
misma preocupación e inquietud que F.E. No era lógico que existiesen dos
organizaciones similares y que cada cual buscase fines idénticos por distinto
camino. Si uno y otro marcaban el principio de la Unidad como fundamental,
no sería difícil llegar a un entendimiento y juntos emprender la tarea común.
Por otra parte, en ningún lado existía un propósito individual de ambición;
por eso no tardó mucho en iniciarse las conversaciones, para intentar algo más
que un acercamiento, y, en efecto, a mediados del mes de febrero se decidió la
unidad de las dos organizaciones en una sola, que respondía con la
denominación de Falange Española de las J. O. N. S. Nosotros, en este
trabajo, habremos de referimos a lo que más directamente tiene relación con
Onésimo, y desde ahora, la acción que el jefe castellano desarrolló bajo a
bandera de la Falange.
No hay que decir lo entusiasmado que Onésimo regresó de Madrid, después
de haber asistido y deseado la unidad. No habían transcurrido tres años desde
aquel día de junio, primero de Libertad, y los acontecimientos habían hecho
posible esta vitalidad y anchura que respondía a Falange Española de las
J.O.N.S. Un hecho que se hacía necesario festejarle solemnemente; un hito
***
Pero la voz de José Antonio se escuchaba con frecuencia por los camaradas
de Onésimo. Valladolid era un terreno abonadísimo por la Falange y cualquier
día era bueno para asegurar el éxito falangista y mucho más aún tratándose de
oír la voz del Jefe Nacional. Cuatro veces intervino José Antonio en actos de
la ciudad castellana, y en todos ellos -como siempre- las grandes cualidades
suyas, el tono, el estilo y el concepto, se hicieron patentes. Aparte del histórico
4 de marzo de 1934, el Jefe Nacional de la Falange habló ante los
universitarios, en la fundación del S.E.U., por enero de 1935, en el cine
Hispania. Al mes siguiente pronunció en el teatro Calderón una magnífica
conferencia que él mismo tituló «España y la barbarie». que causó verdadera
sensación y constituyó una pieza oratoria de certera exposición de doctrina. Y
otra vez -enero de 1936- es testigo de la presencia y el discurso de José
Antonio con ocasión de un acto de propaganda para presentar la candidatura
«José Antonio Primo de Rivera y Onésimo Redondo», por Valladolid,
candidatura que obtuvo más de seis mil votos, contando con que la mayoría
ONÉSIMO Y EL CAMPO
En estas mismas páginas se ha repetido el gran amor que Onésimo tuvo para
el campo. Desde su niñez hasta el día de su muerte, le obsesiona el bienestar
de la redención campesina, le anima un decidido empeño de mejora y de
transformación de los cultivos de la tierra. La llamada de la aldea no la desoyó
nunca. Venía del campo, y para sus problemas fue su más leal devoción. En el
campo, en la reconstrucción del suelo, estaban sus mejores deseos, su más
firme tesón. Contemplaba con dolor y con lágrimas cómo el suelo de España
es un suelo arrasado que ha padecido la incuria de siglos, martirizado sobre
todo por la anarquía brutal y antinacional del siglo XIX. Quería remediar los
males del campo, repoblar sus cerros, llenar de hombres loe pueblos
abandonados. «Hay que rehacer estos pueblos de España -son frases suyas-,
aunque sea ello una obra gigantesca y heroica. Esto será probablemente el
descubrimiento de nuestras modernas Américas: el descubrir a España y
sacarla de la esterilidad en que se encuentra. Para esto, vale la acción de un
pueblo puesto en pie. Si no hay posibilidades económicas, con la movilización
gratuita y obligatoria de todas las juventudes españolas. Hay que poblar todo
el suelo estéril, regar toda la superficie y vertientes que van yéndose, poco a
poco, hasta el no arrancando las entrañas a esta península y convirtiendo la
patria española en una especie de apéndice del África desértica y severa.» Para
conocer su verdadera vocación por el campo español, sería necesario escribir
mucho. Todo un libro podría hacerse con lo que Onésimo dejó escrito en las
viejas páginas de Libertad. Si esto no se hace, bien puede intentarse, al menos,
una antología amplia de sus escritos y de sus discursos. Por otra parte, quien
pida hechos concretos de ese cariño al campo, nada más tiene que acercarse a
Valladolid y admirar la obra emprendida desde el Sindicato Remolachero de
Castilla la Vieja.
Hasta 1930 puede decirse que no existía en Castilla una zona remolachera, ni
mucho menos la gran extensión de magnífico regadío que él impulsó. En un
ambiente de rutina, de pobreza, el labrador carecía también del sentido de
personalidad, y el castellano, en general no sabía apreciar la riqueza que en lo
material y en lo espiritual encerraba Castilla. Hasta tal punto reconocía
Onésimo la definitiva colaboración del campo en la empresa nacional, que, sin
ellos, no podía llegarse al fin de sus ideales: «En estas tierras castellanas -decía-
serán las manos rugosas y encallecidas de nuestros campesinos las que
sostengan con más fuerza las conquistas del sindicalismo nacional.
***
***
ONÉSIMO, EN LA GUERRA
Onésimo está ya de regreso. Algo más de tres semanas ha pasado en las celdas
de la cárcel de Ávila, junto con otros camaradas vallisoletanos, pero, al fin, la
libertad le ha colocado al frente de la rebeldía heroica. De la prisión abulense
salió en las primeras horas de la mañana del domingo 19 de julio, y nada más
verse libre su voz se ha dejado escuchar en los oídos de los camaradas que le
acompañaron en el encarcelamiento. Habla dirigiéndose a todos, y parece
mentira que acabe de pasar por un período de cárcel, porque en sus palabras
no hay ningún concepto de rencor, ninguna concesión a la revancha, sino que,
por el contrario, le recuerda una vez más la elevada empresa que van a
comenzar, dentro ya de una línea de fuego. España necesita ahora más que
nunca la colaboración y el coraje, la generosidad y, acaso, el sacrificio de la
misma vida; para eso estuvieron tras de las rejas carcelarias y para eso se les
conserva a la hora de la liberación. No hay que decir que el entusiasmo y la
emoción es colectiva y se contagia a los guardias civiles y a las pocas personas
más que presencian esta escena del primer día de Cruzada. El himno resuena,
y el ¡Viva España! cierra los gritos de rigor que a lo largo de los años tantas
veces surgieron de sus gargantas.
Lo primero que decide Onésimo es rendir homenaje a Dios, y militarmente
encuadrados, acuden todos a la catedral de Ávila para dar gracias al Altísimo,
oír misa y prepararse para el tránsito de esta vida, por si llegase la ocasión de
morir. Después parten en caravanas hacia Valladolid, y en el puente de
Mediana, entre Mojados y Olmedo, otra escena emotiva se sucede al
encontrarse con los camaradas que acudían a liberarles. Abrazos, saludos y
preguntas por ambas partes, júbilo en la caravana, y al momento, el recuerdo
de que España inicia jornada de lucha para encontrar su salvación. Las
canciones y los himnos resuenan por todos los coches, y como es natural, el
contento y la explosión de los campesinos se pone de manifiesto al saber que
Onésimo está entre ellos y es aquél a quien escoltan los coches. Al pasar por
Mojados, Brecillo y Laguna, Onésimo está ya de regreso.
Al llegar a Valladolid, la noticia adquiere expansión y proporciona alegría. De
boca en boca ha corrida esta sola frase: «Ya está Onésimo aquí», y esto, que
parece ser una información, significa el término de una inquietud y la
seguridad en los ánimos:
«Ya está Onésimo aquí».
Su primera visita es para el general Saliquet, en la Capitanía General. Durante
la conversación, el jefe castellano adquiere conocimiento de la realidad, y en
seguida dispone, en su domicilio, una reunión con algunos camaradas para
organizar la legión de camisas azules que invadían la ciudad, para preparar las
centurias y fijar el plan de combate, para resolver el problema de alojamiento,
el de los mandos, la intendencia, el transporte, la sanidad, y, en fin, todos los
servicios que necesita un reclutamiento de hombres para la guerra. Alrededor
de las diez de la noche acude a la emisora; unas breves palabras de un viejo
Pero redimirle es atraerle al ser íntimo de la Patria, del que se halla ausente.
España se halla trágicamente dividida en dos mitades; ocupa una de modo casi
total el inmenso ejército de los que sacan su pan cotidiano del trabajo físico de
sus manos, y el proletariado, en gran parte, no quiere a España ni tiene alegría
de formar parte de esta ilustre nación, la más grande por su historia y por sus
destinos. Devolvamos a los obreros este patrimonio espiritual que perdieron
conquistando para ellos, ante todo, la satisfacción y la seguridad del vivir
diario: el pan...¡Arriba España!»
Tras de esto, de lluevo en la brecha del mando y entregado a la labor tan
agitada de aquellos días. Ordenes y consignas, disposición y capacidad,
consultas y entrevistas. Aquella misma noche salieron para Benavente tres
centurias de camaradas a contener a los mineros de Asturias que intentaban
caer sobre Castilla.
Unas pocas horas de descanso le ponen en condiciones de emprender la tarea
al día siguiente. Desde la División y el Gobierno Civil supo el control de la
situación de los pueblos de la provincia, y pronto resolvió acabar con los
focos de resistencia que en algunos pueblos habían organizado los rojos,
dominándose totalmente Tudela de Duero, entre otros lugares. Como Cuartel
General de la Falange eligió la Academia de Caballería, y allí permaneció sin
descanso hasta conseguir el acondicionamiento de todos y la seguridad de
reinar una disciplina auténtica, fácil en sus centurias por el hábito que a lo
largo de los cinco años había impuesto entre los más fieles camaradas. Desde
allí dirigía todos los movimientos y despachaba con todos los mandos. Su
autoridad, su dominio, su temperamento y su preparación resplandecían en
todas sus decisiones. Él era el jefe, y nada estaba ausente de su gesto, de su
mirada o de su palabra, porque él debía y sabía imponer la confianza y la fe en
el triunfo a los demás. Y todo ello lo alternaba con las espontáneas
intervenciones, con sus arengas en el cuartel, con sus proclamas, con sus
discursos en cualquier lugar que las circunstancias lo exigiesen.
La razón de tan acusada actividad hizo posible que, teniendo una información
exacta del peligro que se cernía si las tropas rojas salidas de Madrid lograban el
intento de descender a la llanura, una vez conseguidas las posiciones que
dominaban en la Sierra. ordenó inmediatamente la incorporación de nuevos
camaradas para organizarse como fuerza de choque y oponerse al enemigo en
los primeros instantes, al tiempo que disponía que otros falangistas se
pusieran a las órdenes de los mandos en el Regimiento de San Quintín. Unos
y otros, formados en el patio del cuartel, escucharon la voz de Onésimo, que
arengó de manera ardorosa y emocional. En aquel día quedó organizada la
Bandera «Girón», que tan denodadamente recibió el bautismo de fuego en el
Alto de los Leones, y tan elevada actuación guerrera conquistó para la Falange.
Onésimo no tenía reposo. La pluma, el teléfono, la palabra, la acción
constante; el consejo y la orden certeras, la consigna precisa y el cuidado por
que todo estuviese a tiempo; la atención a los servicios y el saber que todo lo
ordenado no había dejado de cumplirse. De todo llevaba el control aquel
***
Quedan solamente dos días. Nadie lo presiente, pero así ha de suceder. Aquel
hombre entregado durante cinco años a crear y a extender un movimiento de
juventud, no sabe que la muerte le acecha en los albores del triunfo de su
revolución.
Fundación de «Libertad»
(1931 – Junio)
¡LABRADORES! ¡CASTELLANOS!
“Estad alerta contra los tenebrosos proyectos de las Internacionales que
quieren caer sobre nuestra tierra: La Internacional Masónica, la Internacional
Socialista, la Internacional Comunista, Exigid que se sepan a la luz del día los
¡A LOS JOVENES!
“Desaparecidas las formas de dictadura patriarcal que han sido el régimen
habitual en los últimos años, se han entregado a la ciudadanía los destinos de
la Nación.
En esta hora, la actuación corresponde a los jóvenes por derecho propio, ya
que la política de hoy es ante todo una milicia cívica.
Al ataque violento hay que responder con serenidad y valentía. Ningún
hombre menor de cuarenta años puede permanecer con dignidad en la
penumbra ni dar a la política menos de lo que la defensa ardiente de las
propias convicciones exija, aun la vida.
“Libertad” es de jóvenes, y a los jóvenes se consagra preferentemente, No nos
importa contar o no con una mayoría borreguil junto a las urnas, y
repudiamos el concurso de las multitudes embriagadas de desorden por las
calles, DISCIPLINA Y AUDACIA es nuestro lema, Las naciones pertenecen
LA REVOLUCION SOCIAL
“Dicen los sindicalistas: la revolución política está hecha; falta la Revolución
Social, En pugna con ellos, dicen no obstante lo mismo muchos socialistas y
otros elementos que para halagar a las masas se aproxima, como esos feroces
parlantes de hace unas noches en la Plaza de toros.
Dicen los comunistas: negamos que la revolución política esté hecha, Esta y la
revolución social sólo puede hacerla el soviet.
inhumanos...; de los “trust” que gravitan con sus tarifas implacables sobre las
rentas cada vez más escuálidas de los consumidores no acogidos a monopolio
alguno...
Hay que redimir, en fin, al que trabaja y revolver violentamente si es preciso,
como lo será, a la burguesía encastillada en sus numerosos feudos
económicos. PEDIMOS, PUES, LA REVOLUCION SOCIAL, PARA
QUE TODO HOMBRE APTO ENCUENTRE TRABAJO
DIGNAMENTE REMUNERADO Y PARA QUE NADIE SE VEA
PRIVADO DE LA POSIBILIDAD CIERTA DE ELEVAR SU
CONDICION SEGÚN SUS MEDIOS Y PARA QUE EL CAMPO -
QUE ES ESPAÑA- SACUDA LAS CADENAS DE LA HEGEMONIA
BURGUESA.
Pero si la revolución social es una necesidad y un grito de justicia, hay que
defender ese movimiento sano y juvenil de las corrupciones traidoras que
proceden de la democracia judaizante superburguesa, como de las mas
internacionales con sello marxista que descaracterizaría la genuina revolución
hispánica para hacemos siervos de Moscú.
Revolución social, enérgica, urgente, a cargo de la juventud española, eso sí.
Pero con estas condiciones:
1º que no sirva para sustituir la hegemonía burguesa por la tiranía de una clase
o un Sindicato. Es un crimen de lesa patria agitar la nación para mudar de
despotismo.
2º que intervenga eficazmente el campo, porque sin la voz de la agricultura
todo movimiento colectivo es una agresión al verdadero pueblo.
3º que presida esa obra de justicia social un superior anhelo hispánico, una
idea nacional de unidad, como garantía de que la gran España sigue una ruta
de encumbramiento y no es víctima de los tenebrosos proyectos que las
fuerzas ocultas internacionales incuban para hundir a las naciones en la
miseria consecuente a la lucha de clases”.
Mientras las gentes llamadas de orden no saben que hacer ante las elecciones a
diputados para los Cortes Constituyentes en medio del optimismo fragoroso
de la coalición republicano-socialista, Onésimo Redondo sonríe seguro entre
el grupo de camaradas jóvenes y selectos que le rodean. El tiene en su mente
la solución completa y totalitaria del problema nacional, “Las elecciones no
pueden resolvernos nada”, dice con escepticismo, Y ante la general
desorientación escribe con precisa despreocupación esta consigna elemental y
nueva: “Hay que votar contra los hijos de las Internacionales”. Y ante los
primeros hombres de poca fe que empiezan a murmurar del periódico,
Onésimo Redondo gasta su tiempo en traducir y llevarlos a las páginas de
“Libertad” capítulos enteros de un hombre desconocido en España aquellos
días que llaman Hitler.
Con denuedo ataca “a la tiranía socialista” con adjetivos tan duros que aún
hoy impone el leerlos, Comenta las elecciones Constituyentes con su ejemplar
sinceridad y ataca sin miramientos los defectos burgueses.
Hoy, ya realizadas las elecciones, insistimos en este concepto: han sido una
función de teatro bien ensayada, La única dificultad, y ésta no ha sido vencida,
era la de prestar a la farsa caracteres de realidad.
A nosotros nos ha parecido la España del día 28 un gran cementerio en el que
los muertos se levantaron a votar galvanizados por el mandato de su partido,
Fue un día de triunfo para la burguesía demo-liberal, medrosa y claudicante
que se unció en la carroza del triunfo para hacer méritos y si fuera posible
confundirse con los vencedores.
La mano repugnantemente cobarde del burgués dio unos golpecitos cariñosos
en el lomo de la fiera revolucionaria.
Pensará que ha conseguido su deseo; nosotros pensamos lo contrario. El
tiempo dirá quién tiene razón”.
Y en el mismo número del 4 de junio escribe, Onésimo Redondo, con viveza
justa y con dominio del tema, un artículo titulado “LA INEPTITUD
BURGUESA”, que causó no poca sensación; de dicho artículo son los
siguientes párrafos:
“Que por qué entonces, somos nosotros antiburgueses? Pues sencillamente
porque el régimen burgués le consideramos incapaz de evitar esa vecina
hecatombe. Ni supo durante la Monarquía instaurar la justicia social que
quitase todo pretexto revolucionario a los salvajes expendedores de la
mercancía moscovita, ni acertará ahora a conjurar la invasión creciente.
Nosotros denunciamos con la entereza a que nuestro patriotismo nos obliga,
que el peligro comunista es real y próximo. Y denunciamos a la burguesía
dominante, como incapaz de evitar a la Nación la inmensa deshonra de caer
en la sima comunista. A la democracia falsa que la Prensa nos ha impuesto
seduciendo al país, todo se le vuelve negar la posibilidad natural de que el
comunismo triunfe, ¿Para qué molestarse en combatirla? Basta con recordar el
“temperamento individualista” de la raza; comparar el número de votos de
Bullejos con los de Lerroux y echarse a dormir con la puerta del cuarto a
cargo de la Guardia Civil”.
Y es que nuestra burguesía mercantil, que representa la opinión media, es de
por sí floja de ánimos tan cobarde que niega el peligro para no morir de susto
y tan egoísta que rehúsa toda coacción viril...
La Prensa, por otra parte, como vive bien en todos los aires con sólo adular a
los que engaña, no tiene por qué temer al comunismo: Le servirá tan pronto
como la pague. Y la social-democracia ni tiene seguras a sus masas, ni puede
declarar la guerra a su hermano menor.”
Burguesía ciega, Prensa venal y socialismo burguesal, son el mejor caldo para
el fermento comunista. No hay más que ver el alegre desahogo con que
aumentan en número y en tirada las publicaciones hechas con dinero de Rusia
para convenir en que nuestra flamante democracia es el mejor de los mundos
para los aventureros que sirven a Stalin.
Por eso repudiamos el régimen burgués; condenamos la farsa parlamentaria y
la libertad de propaganda contra la Sociedad y la Patria: declaramos a los
Con este estilo, con su estilo, funda Onésimo Redondo “Libertad”, Así sale
“Libertad” a la calle rompiendo con todo lo viejo y caduco; sale “Libertad”
como un grito juvenil, limpio y potente, lleno de protestas y pleno de emoción
española. La prosa castiza y austera denuncia el genio castellano. Castilla tiene
ya su portavoz auténtico. Ya hay un periódico de la nueva España que habla
duramente de grandeza y revolución nacional, que habla, también, de Imperio.
Onésimo Redondo ha fundado “Libertad” y en él, semana a semana, habla a
las juventudes universitarias y campesinas un lenguaje nuevo y desconcertante.
Castilla comienza a despertar”.
JUSTICIA SOCIAL
2º) Los problemas sociales que la moderna organización del Estado presenta,
y particularmente la elevación intelectual, económica y moral del proletariado,
deben resolverse por la intervención sistemática del Estado, para evitar la
explotación del hombre por el hombre.
Rechaza la Junta la teoría de la lucha de clases.
Todos los elementos que intervienen naturalmente en la producción, deben
vivir en una armonía presidida por la justicia. Se declara la preferencia de la
organización sindical corporativa protegida y regulada por el Estado, como
sistema obligado de relación entre el trabajo y el capital y de uno y otro con
los internacionales de la producción. Se proscribe la intervención de
organismos internacionales extraños al gobierno de la Nación, como
impulsores o directores del movimiento obrero español.
REGION
3º) La reconstrucción de las provincias de Castilla y León. Se entiende por
reconstrucción: la mejora rápida de las condiciones de cultura y rendimiento
de la producción agrícola; la repoblación de los terrenos yermos o roturados
en los que sea posible la repoblación forestal; y la dignificación de la vida rural,
para el fortalecimiento autonómico de los Municipios, la urbanización de las
aldeas y villas, y la creación de instituciones de beneficencia y cultura.
Desde luego el pensamiento político quedaba bastante velado por estar escrito
con la intención de que las ordenanzas fueran aprobadas por los gobernadores
civiles, cosa que no pudo conseguir.
Ante la persecución gubernativa y ante la clandestinidad a que se nos sometía,
Onésimo Redondo comenzó a reunirse con los primeros grupos que
formaban la Junta Castellana de Valladolid en sitios poco frecuentados, donde
les explicaba los puntos iniciales y les exponía las ambiciones de la nueva
España. Algunos de los que este libro escribimos recordamos con intensa
emoción aquellas primeras reuniones de Fuente el Sol, el alto de la Marquesa y
las cuevas de El Tomillo. Precisamente en estas cuevas se exhibió con orgullo
y con alegría la primera pistola que tuvo el grupo primero de seguidores de
Onésimo.
El 12 de octubre de 1931 “Libertad” publica un artículo de un camarada
madrileño titulado: “Los 29.000 votos de Primo de Rivera”, y debajo un
suelto, que fue acogido con alegría por los grupos minoritarios de jóvenes que
seguían con fe plena los pasos de Onésimo Redondo, y que decía:
NUESTRO SALUDO
Terminadas las vacaciones veraniegas, bien explicables, “La Conquista del
Estado” sale con reforzados bríos al palenque periodístico en el que este
inteligente lealísimo colega “Nacional-Sindicalista”, hace grupo aparte porque
sólo él enarbola netamente la única bandera de la salvación nacional: la lucha
marcial contra la traición y la podredumbre marxista.
Nos unimos a los camaradas de “La Conquista del Estado”, es su acción de
fidelidad hispana y antimarxista.
Como verá el lector, honraremos a menudo las columnas de “Libertad”
coadyuvando a la extensión del frente nacional de salvación, por la difusión
del pensamiento Nacional-Sidicalista, demasiado poco conocido.
A la vez, Onésimo Redondo sabía gritar con audacia en las mismas columnas
de “Libertad”.
QUEREMOS LIBRAR A LA NACION DE LA ESQUILMANTE
TIRANIA DE LOS MARXISTAS, ORGANICEMOS MILICIAS
VIGOROSAS DE OPOSICION. LIBREMOS AL OBRERO CON LA
PROPAGANDA Y LA LUCHA, DEL OSCURANTISMO SOCIALISTA.
Y a era noviembre, cuando después de varias reuniones en Valladolid y en
Madrid, Onésimo Redondo y el grupo directivo de “La Conquista del Estado”
llegaron a un acuerdo definitivo, plasmado en un manifiesto político común.
Fue Juan Aparicio el que aportó la idea del emblema nacionalista del yugo y
las flechas. Onésimo Redondo impuso con exigencia el sentido castellano de
las “Juntas”. Todo el manifiesto es exacto, magnífico y nuevo. Fue repartido
con profusión, pero silenciado por la gran Prensa.
Con sencilla modestia y con soberbia seguridad, nacieron así, las J.O.N.S,
primera piedra de nuestro movimiento.
Como final de este Capítulo conmovedor para los de “La Vieja Guardia” de
Castilla, impresionante para los extraños por la grandiosidad
desproporcionada de los que luchaban por la nueva idea, damos a
continuación el
“El hecho de advertir cómo día tras día cae nuestra Patria en un nuevo
peligro, aceptando la ruta desleal que le ofrecen partidos políticos
antinacionales, nos obliga hoy a hacer un llamamiento a los españoles
vigorosos, a todos los que deseen colaborar de un modo eficaz en la tarea
concretísima de organizar un frente de guerra contra los traidores.
Invocamos esa reserva fiel de que todos los grandes pueblos disponen cuando
se advierten roídos en su entraña misma por una acción disolvente y
anárquica. Acontecen hoy en nuestro país cosas de tal índole, que sólo podría
justificarse su vigencia después de un combate violento con minorías heroicas
de patriotas. El hecho de que estas minorías no hayan surgido, nos hace
sospechar que entre los núcleos sanos de nuestro pueblo nadie se ha ocupado
hasta hoy de propagar con pulso y coraje la orden general de ¡Servicio a la
Patria!.
Las “Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista” nacen precisamente en virtud
de esa sospecha nuestra de que no existe en el panorama político fuerza
alguna que garantice la defensa de los ideales hispánicos. No nos resignamos a
que perezcan sin lucha los alientos de España, ni a que se dé los mandos
nacionales a hombres y grupos educados en el derrotismo y en la negación.
LA PATRIA AMENAZADA
Se impone, pues, organizar un bloque nacionalista que reconozca la urgencia
de estos dos fines: Subvertir el actual régimen masónico, antiespañol, que
ahoga la vitalidad de nuestro pueblo, hoy indefenso e inerme frente a la
barbarie marxista, imponer por la violencia la más rigurosa fidelidad al espíritu
de la Patria.
Para que estos propósitos no sean meras palabras sino que alcancen eficacia
ejecutiva, las Juntas consideran como su primer deber, la formación de un
ejército civil, las Milicias nacional-sindicalistas, que de un modo técnico y
regular, con entusiasmo y sacrificio, garanticen la victoria de los ideales
nacionales.
Nuestro partido aspira a constituir una barrera infranqueable contra los asaltos
extranjerizantes del socialismo y contra la bobería mendaz del liberalismo
demócrata. El empuje de las Juntas se nutrirá de afán nacionalista, con odio
implacable contra los ideales y los grupos que han hecho de nuestro gran
pueblo un pueblo ineficaz, sin alientos ni coraje para nada.
ABAJO EL MARXISMO
Las J.O.N.S, consideran como sus enemigos naturales e inmediatos a todos
los grupos y organizaciones que se inspiran en el materialismo marxista. Esta
lepra descastada, antinacional, que envenena al pueblo con ilusiones groseras,
que destruye en el pueblo los gérmenes de fidelidad a la Patria, merece el
exterminio radical, y las Milicias nacional-sindicalistas efectuarán ese castigo
como una ejemplaridad contra los traidores.
La teoría de la lucha de clases es uno de los mayores crímenes de la
inteligencia judía. Su simplicidad ha hecho que la adopten con entusiasmo
todos los cerebros limitados del mundo. Hay, pues, que restaurar entre
nosotros el culto de los valores supremos, entre los cuales está el culto de la
Patria, negado y atropellado por la peste marxista.
LA UNIDAD INTANGIBLE DE ESPAÑA
Somos intransigentes en la afirmación de la España una. Todo cuanto
contribuya a despertar nacionalidades artificiosas e imposibles será
considerado por nosotros como un delito de alta traición. Nos batiremos
contra las tentativas de los separatismos y juramos que antes de conseguir
estos desmenuzar la unidad de España habrá sangre de sacrificio, la nuestra,
porque interceptaremos su camino con nuestro pecho de españoles.
Nuestro emblema, un manojo de flechas cruzado por un yugo, recoge del
escudo de los Reyes Católicos la emoción sagrada de unidad que presidió el
genio histórico de estos monarcas.
La acción de las Juntas tendrá por lo menos la eficacia de impedir en España
estas dos victorias infamantes: el predominio socialista y el triunfo ramplón de
los separatismos.
LAS MILICIAS NACIONAL-SINDICALISTAS
Ya aludimos antes al propósito de las J.O.N.S. de organizar un ejército civil de
juventudes, las milicias nacional-sindicalistas. Es una de nuestras consignas
permanentes la de cultivar el espíritu de una moral de violencia, de choque
militar, aquí, donde todas las decrepitudes y todas las rutinas han despojado al
español de su proverbial capacidad para el heroísmo. Aquí, donde se canta a
los revolucionarios sin sangre y se apaciguan los conatos de pelea con el grito
bobo de “ni vencedores ni vencidos.” “Las Juntas” cuidarán de cultivar los
valores militares, fortaleciendo el vigor y el entusiasmo guerrero de los
afiliados y simpatizantes. Las filas rojas se adiestran en el asalto y hay que
prever jornadas violentas contra el enemigo socia1ista. Además, la acción del
partido necesita estar vigorizada por la existencia, de una organización
disciplinada y vigorosa, que se encargue cada día de demostrar al país la
eficacia y la rotundidad de las “Juntas”. Nuestro desprecio por las actuaciones
de tipo parlamentario equivale a preferir la táctica heroica que puedan
desarrollar los grupos nacionales. Del seno de las “Juntas” debe movilizarse
con facilidad un número suficiente de hombres militarizados, a quienes
Las J.O.N.S. eran con este manifiesto una realidad, Onésimo Redondo, aquí
en Castilla, tremolaba la bandera rojinegra de la Revolución Nacional que él
había anunciado y señalado a sus jóvenes campesinos. Castilla tenía no sólo
Caudillo, sino, también, una meta política determinada. Diciembre con sus
brumas velaba los horizontes. Pero había ya quien veía a través de muchas
nieblas los días del Imperio venidero. ¡Por una España libre!
Y este otro:
Luchar hoy para salvar a España, es luchar “por su independencia”. Los ricos
deben ir delante en esta guerra patriótica.
El sistema del porvenir será fatalmente obrerista o de justicia social. O
comunismo antinacional y sanguinario o sindicalismo nacional y cristiano.
Elija a tiempo la burguesía de qué lado le conviene caer.
Rematados, poco tiempo después, con uno aún más rigurosamente evangélico
y duro:
Capitalistas: El dinero que os sobra y otros necesitan para pan, o para nutrir
sus entendimientos de verdad, no es vuestro. El que os lo pida, lo demanda en
justicia. Entregadlo antes de que os lo quiten.
Los fariseos que se rasgaron de escándalo sus vestiduras en 1932 ante estas
agudas consignas comprendieron tardíamente sus errores en julio de 1936
aclamando junto al pueblo, frenéticamente, al gran caudillo de Castilla,
Onésimo Redondo. Fueron torpes las derechas y no quisieron ver en
Onésimo Redondo lo que valía y significaba. Las izquierdas en cambio se
dieron cuenta rápidamente de todas las calidades que ofrecía la figura de
Onésimo Redondo y le opusieron, tenaces, cuantos obstáculos pudieron.
A finales de febrero Casares Quiroga impuso a “Libertad” una multa de mil
pesetas que para el reducido presupuesto del periódico era sumamente
gravosa, “Libertad” abrió una suscripción para cubrir la multa pues si no el
periódico debía ser suspendido. No hubo ningún rico desprendido que diera
en aquellos días de cobardía y de miedo quinientas pesetas. Como decía el
mismo periódico, “la mayor parte de los donantes eran de condición modesta
y se ha llenado la suscripción no con “pocos muchos” sino con “muchos
pocos”, es decir una verdadera suscripción popular, como lo es el periódico”.
Por marzo se dedicó a la excitación violenta en la Universidad, y terminó el
mes con la tristemente célebre F.U.E. bien machacada.
En abril, ante la conmemoración próxima de la República, Onésimo Redondo
escribe preciso y genial como siempre, desafiando las iras de las hordas
republicano-marxistas, un artículo cuyo final es éste:
“Llega la hora de las fiestas republicanas, que pretenderán correr a toda
España ese regocijo artificial producido ahora en varias poblaciones para que
el señor Alcalá Zamora las vea alegres. La prensa servil y los diputados bien
servidos sienten, desde luego, la gloria del acontecimiento, y se esforzarán en
persuadirnos de que somos felices”.
“La farsa especuladora no puede estar más a la vista, en toda la alegría
hipócrita de los gremios que explotan al país desde el mando. Y la deserción
gubernamental ante el peligro rojo, o mejor dicho su colaboración amable y
siniestra, es lo que más subleva al patriota así traicionado”.
“Insistimos en nuestra afirmación reiterada de que el Gobierno hace a
sabiendas el juego a los enemigos de España, porque odia cordialmente la
civilización española, y es su misión más querida destruirla. De ahí, que cuide
tanto de perseguir todo brote de espiritualidad, usando de medios dictatoriales
en el grado que sus fuerzas se lo permiten, mientras que con el mayor esmero
consiente y abre ancho campo a toda labor disolvente y a todos los agentes del
embrutecimiento popular que laboran con el papel impreso o la palabra”.
“Hundir en la miseria al proletariado con la agobiadora crisis de trabajo, que
sirve de excelente plataforma a los graznidos de las bandas rojas; destrozar el
Presupuesto público con el desbarajuste parlamentario y los atracos socialistas
a cada ministerio; prodigar las leyes favorecedoras del crimen y de la pública
inmoralidad jurado, divorcio, amnistías, régimen penitenciario” alejar la
religión de toda enseñanza pública y asediar a la Iglesia por el hambre, son
capítulos de una obra masónica completa para descivilizar a España”.
“El plan está en marcha. La Nación está bien atada en manos de los enemigos.
Es hora, todavía, de que la juventud sana y culta se distraiga en la vida de
optimismo huero característico de nuestra burguesía?. Y es hora, aún, de que
la burguesía católica apriete la bolsa y se reduzca a cobijarse en las iglesias
como única muestra de actividad?”
“DÍGASE SI NO ES LLEGADO EL MOMENTO DE LA GUERRA
CIERTA, EN LA QUE SE MATA Y SE MUERE POR EL IDEAL”.
como todavía hoy hay muchos insensatos, cuando no viles traficantes, que
alardean de haber preparado ellos el actual movimiento de subversión,
tenemos nosotros que insistir con pruebas terminantes, que sólo desde
nuestras filas, desde nuestros periódicos y en nuestros mítines, fue pedida,
preparada y exigida día a día, a través de varios años, la Revolución Nacional.
Por esto mismo es un deber para nosotros insertar en este Capítulo un
artículo más, entre los muchos, de Onésimo Redondo, en el que preconiza y
profetiza, explica y prepara la guerra, en el día- ya lejano- 11 de abril de 1932,
como única solución a la angustiosa crisis nacional. Los que quizás en estos
momentos más han ganado con la solución violenta que en julio de este año
se ha impuesto son los mismos que ante la lectura de este artículo le
motejaron de “loco”.
NUEVA POLITICA
COMO SE REALIZA HOY LA GUERRA
Repetimos una vez más que el porvenir de España es inevitablemente un
porvenir de guerra. Se aproxima una situación de violencia absoluta, porque
los fermentos de lucha social y los objetivos de revolución política cruenta
ganan rápidamente terreno y conquistan día tras día la adhesión de una
mayoría definitiva del proletariado español. Es inútil querer aliviar la visión de
este panorama, con miradas dulces a Lerroux o llamando a la Guardia Civil en
auxilio de nuestro miedo. Dígase de una vez si es o no cierto que las masas
obreras se dejan ganar rápidamente por alguna de las ramas marxistas, y si está
claro que fatalmente van pasando del socialismo al anarquismo o comunismo,
aplaudiendo más a quien mayor crueldad en la lucha pregona y mayor botín de
guerra ofrece.
Dígase si es o no cierto que hasta ahora no existe movimiento alguno que
arranque eficazmente la masa obrera, por docenas de millares como sería
preciso, de los cuadros de la revolución roja, cuyo avance contra la sociedad y
el Estado existentes, es paralelo. y aún armónico.
En una palabra: EL PROLETARIADO ESPAÑOL, EN GENERAL, ESTA
CONJURADO PARA ECHAR POR TIERRA LO QUE EXISTE, Y NO
HAY NADA EFICAZ PREPARADO PARA RESISTIR.
Es una locura propia exclusivamente de elementos tan mentecatos y cobardes
como la sociedad burguesa y la opinión “liberal” española, pensar que a todo
el proletariado del país o, sino se quiere esto, a millones de trabajadores
alistados en el fanatismo bien alimentado de orientaciones destructoras se le
HOMBRES Y DINERO.
Hay una parte de la lucha, la principal y la decisiva, afortunadamente, que no
reclama sangre ni armas físicas.
Es la guerra por la conquista de los entendimientos: la PROPAGANDA.
Y hay otra, YA INDISPENSABLE, porque el comunismo y el anarquismo,
como se sabe, no luchan sólo con frases y discursos: la lucha física, ¡LA
GUERRA CIVIL!...
Para una y otra, cada uno debe dar lo que tenga, y ponerlo sin reparo en
manos de los suyos, EN LA GUERRA TODOS LOS COMPAÑEROS DE
MILICIA SOMOS HERMANOS, TODO ES DE TODOS LOS QUE
LUCHAN.
Piense esto fijamente la burguesía, medítenlo quienes tienen capital, porque
todo les va en ello. No es la guerra un sistema de propinas y “modestos
óbolos”, es la cruzada por la Patria, la religión y el honor propio y de los hijos.
ES NECESARIO DISPONER DE TODO, PARA LA GUERRA, Y
DARLO PRONTO PARA QUE SEA MENOS COSTOSA LA LUCHA Y
LA VICTORIA MAS SEGURA.
saludo cordial y la esperanza de tres gritos volando como águilas que acechan
una presa segura:
¡Por España Una, Grande, Libre! ¡Adelante!
Un golpe de Estado se preparaba en la penumbra. Su fracaso y la realidad de
catorce años de cárcel que en peticiones del Fiscal por consecutivos procesos
pesaban sobre Onésimo Redondo, habían de llevarle bien pronto al destierro.
Pero antes, él, genial, profeta de la nueva España, adelantándose en el día y en
la consigna cuatro años justos, el 18 de julio de 1932 escribe en “Libertad”:
A LA GROSERA PROVOCACION DE LOS MARXISTAS, LA NACION
DEBE RESPONDER CON UNA ACCION ARMADA.
¡VIVA ESPAÑA LIBRE! ¡MUERA EL MARXISMO!
EL DEBER DE LA JUVENTUD
¡JOVENES ESPAROLES!
Esta es la hora de acudir al arma, ABANDONAD POR EL TIEMPO QUE
LA PATRIA LO PIDA VUESTRO CONFIADO VIVIR y alejaos
rápidamente de la divertida e inconsciente sociedad que ha permitido esta
abyección nacional, El país ha sido víctima del atraco traidor de los Marxistas.
Nos tememos que la pobre y decadente sociedad burguesa acepte temblando
el yugo de los miserables, Necesitamos una organización tenaz y atrevida,
superior a los obstáculos de la tiranía. Busquemos todos una santa disciplina,
una sujeción marcial que nos habilite para arrojar por la fuerza al enemigo que
con la fuerza amenaza.
Es hora de reconquistar por la fuerza, si la fuerza criminal del marxismo
invasor se opone, la digna libertad de la España fiel y cristiana. No temáis a un
enemigo que es tan cobarde como criminal, cuya fanfarronada es aún mayor
que sus malos instintos. Cuando se trata de rechazar a una tiranía extraña y
librar a la fuerte España de un yugo inmundo, no se debe mirar a las
consecuencias. Los fanfarrones enchufistas, cucos degenerados y literatos
chirles que dirigen las Casas del Pueblo, no cuentan con la voluntad del obrero
español, engañado en parte y en parte sometido a una rutina libertaria que es
fácil deshacer. Creed jóvenes, que el enemigo es pequeño: España es mucho
más grande que el marxismo. Bastan en cada provincia unos centenares de
jóvenes guerreros, disciplinados, idealistas, para dar en el polvo con ese sucio
fantasma de la amenaza roja. Por España Libre, Grande, Unica, respondamos
con el arma en la mano a la provocación de los que preconizan el crimen.
Formemos los cuadros de la juventud patriótica y belicosa. ¡AMEMOS LA
GUERRA Y ADELANTE!...
En el destierro
Agosto 1932 a Noviembre 1933Como la campaña de “Libertad” contra el
régimen republicano-marxista había logrado una resonancia amplia y
conseguido la formación de un movimiento Nacional-Sindicalista, sino
extenso, sí sumamente eficaz y revolucionario, se buscó la ocasión del fracaso
de la rebelión militar del 10 de agosto para inutilizar definitivamente a
Onésimo Redondo. Comprobado el total y rotundo descalabro del golpe de
Estado y avisado a tiempo por algunos agentes de policía de la maniobra
inicua contra él preparada, Onésimo Redondo se alejó de Valladolid primero,
refugiándose en una finca del monte Torozos, y ante la persecución
desesperada que se desató en su busca se trasladó con unos amigos a Puebla
de Sanabria, en cuyo pueblo, después de conseguir una cierta amistad con
varios carabineros, un día se trasladaron a una fiesta popular que en Braganza
había. En Braganza descubrió su personalidad a los atónitos carabineros y él
se internó hacia Oporto. Al ver que no se daba con el paradero de Onésimo
Redondo se detuvo arbitrariamente a dos miembros de una entidad
puramente agraria de la que era Secretario. También se encarceló al
Triunvirato local de las J.O.N.S.
En el destierro vive con su familia Onésimo Redondo días relativamente
tranquilos que él aprovecha para el estudio sereno y profundo de los arduos
problemas nacionales. Completa su formación principalmente con estudios
económicos e históricos, Llegado noviembre algunos camaradas más jóvenes
que habían intervenido en la redacción de “Libertad”, crean otro semanario de
combate Nacional-Sindicalista, llamado IGUALDAD.
Pronto empieza Onésimo Redondo a enviar artículos a “Igualdad”, pero estos
tienen la característica de ser esencialmente doctrinales. Hoy, los artículos
aparecidos en “Igualdad” tienen un enorme valor porque constituyen una de
las bases teóricas más firme del movimiento Nacional-Sindicalista. Onésimo
Redondo escribe estos artículos en un ambiente de calma que le permite
desarrollar sus teorías bien pensadas con extensión y conforme a un plan
preconcebido. Estos artículos van a ser publicados en un folleto aparte,
puesto que su volumen e importancia así lo exigen. Fueron publicados todos
bajo el título general de “HACIA UNA NUEVA POLITICA” y llevan los
siguientes títulos específicos:
EL ESTADO NACIONAL
Del siglo XVIII al 28 de Junio; de Napoleón a Berriot.- España libre y sus
enemigos.
LA TRADICION Y EL PUEBLO
La nueva táctica.
¿MONARQUIA O REPUBLICA?
La rutina y la estratégica.
EL ESTADO NUEVO
Necesidad de un pensamiento propio.
El despertar de Alemania
EXALTACION CONTRA LA BARBARIE
La misión de Hitler.- El Tercer Imperio.- Contra Moscú.- ¿y España?
Hitler es el juramento del exterminio contra el Marxismo. “Dentro de diez
años, dice, no habrá marxismo”. Y también: “La joven Alemania viene a
salivar la civilización del bolchevismo”. La primera promesa esté en camino
rápido de cumplirse: no cuesta gran trabajo vislumbrar el éxito, tras el triunfo
impresionante del 5 de marzo.
¿Y la otra? ¿Habrá brotado en la Europa central el nuevo Carlomagno?.
Porque no de otra gesta histórica se trata que de salvar, como el oscuro siglo
VIII, el orden y la ética de las apetencias ciegas de grupos que renuncian a la
vida civilizada; la jerarquía y el espíritu de entre el barro de la disolución moral
y la exaltación de los peores; la responsabilidad personal y las ideas
universales, de la servidumbre a un despotismo colectivo, a la degradación
política del Estado-horda...
Cristianismo frente a comunismo; civilización contra barbarie.
¿Habrá sonado la hora de la batalla definitiva? ¿Por qué no podemos esperar
que el estampido de Berlín haga temblar hoy y derribe mañana las torres de
Moscú?.
Ni derechas ni izquierdas
Candidato del Pueblo
Noviembre 1.932
NUESTRO GESTO
Derechas, Izquierdas. He aquí los polos, alrededor de los cuales gira la
actividad electoral. Y ahora, más que nunca, se evidencia la impresión y
vaguedad de ese absurdo encasillado político. ¿Hasta dónde llega la derecha?
¿Hasta dónde la izquierda?. ¿Dónde termina una y dónde comienza la otra?
Frente a estos rígidos moldes de política decimonónica, la juventud nacional
toma una postura de franca y legitima rebeldía: ni derechas, ni izquierdas. No
queremos saber de eso.
Si por derecha, se entiende espiritualidad, nosotros somos derechas. Y
presentamos brillante historial de catolicismo auténtico, práctico, no rutinario,
juvenil, enérgico y sentido, no topicista. Si por derechas se entiende, táctica
diferencia del capital o burgués, reducto de ambiciones liberal conservadoras,
baluarte de apetitos pequeño-burgueses, nosotros somos izquierda, nosotros
somos revolución. Si por izquierdas, se entiende, beocia demagógica, motín
No habían pasado quince días después del triunfo electoral de las derechas,
cuando ya éstas comenzaron a dar señales de debilidad y las izquierdas de
procacidad, derrochando, en discursos y periódicos, demagogia terrorista. Las
dos tendencias igualmente dañinas para los intereses nacionales se perfilaron
enseguida. Frente a la audacia marxista Onésimo lanzó a las juventudes una
vibrante proclama, amenazadora y segura, excitante y justa, que reprodujo
“Libertad”, a toda plana, encabezada con el grito de
¡VIVA LA REVOLUCION SOCIAL!
Están al orden del día, ¿cómo no?, las amenazas socialistas. No harán nada,
como siempre, pero consiguen demostrar que su apetencia de hundir a la
nación por la guerra civil, esclavizarla con el terror rojo, es monstruoso. Esa
ansia de atormentar al pueblo es delito suficiente para negar al marxismo el
derecho a vivir.
¡Jóvenes obreros que no estáis cegados por el opio marxista! ¡Jóvenes
españoles de todas las clases que aguantáis con enojo, pero todavía con
mansedumbre, las insolentes vociferaciones de los millonarios caciques
marxistas! (Millonarios, sí, porque algunos lo son ya y todos aspiran a serlo),
¡PREPARAD LAS ARMAS, AFICIONAROS AL CHASQUDO DE LA
PISTOLA, ACARICIAD EL PUÑAL, HACEROS INSEPARABLES DE
LA ESTACA VINDICATIVA!
La salud del pueblo va a necesitar de vuestro coraje. Las puercas pretensiones
de los energúmenos del enchufe harán precisa una violentización purificadora.
No lo dudéis que llegará. ¡Bendito ese día, si amanece pronto! El día de luchar
en vanguardia contra los SUCIOS mentirosos, defraudadores y tragones que
especulan con las sociedades obreras, que envenenan el aire nacional con
salvajes supercherías y que no duermen con el apetito de desencadenar la
guerra civil, como represalia de su derrota!”.
La juventud debe ejercitarse en la lucha física, debe amar por sistema la
violencia, debe armarse con lo que pueda y debe decidirse ya a acabar por
cualquier medio con las pocas docenas de embaucadores marxistas que no nos
dejan vivir y, si es necesario, con la chusma llena de vino que cobra de ellos
para incendiar y matar.
¡Viva, sí, la Revolución social! Pero que la prueben en sus carnes los que creen
a la juventud nacional incapaz de inducir un serio escarmiento a los
provocadores.
Y mirando hacia el otro lado, ponía también el dedo en la llaga, hasta hacerles
perder el control y gritar como viejas histéricas a algunos jefecillos derechistas.
Sin reparo alguno, libre de compromisos, pensando sólo en España, decía:
Aseguramos que el Parlamento actual será incapaz, como todos los anteriores,
para solventar este deber de defensa y sanidad española. Porque para
desentrañar el problema y darle verdadero en no basta una severa ley de orden
público ni importa las medidas policíacas de prevención y represión tanto
como el abordaje espiritual del caso en toda su integridad. Es necesario ante
todo SUPRIMIR CON LA JUSTICIA SOCIAL EL PRETEXTO O LA
INCOMPLETA INJUSTIFICACION DE LA REBELDIA DE LAS
MASAS.
LA BURGUESIA SE HA RECOSTADO TRANQUILA EN EL FACIL,
TRIUNFO PARLAMENTARIO PERO ¿Y LO DIFICIL?, LO HEROICO,
LO DEFINITIVO DEBE DE HACERLO LA JUVENTUD FORMANDO
LAS MILICIAS NACIONALES JONSISTAS. CONTRA LA BURGUESIA
INDIFERENTE Y EGOISTA, CONTRA LA BARBARIE DE LOS
INTERNACIONALISTAS!
Por aquellos días las J.O.N.S, llegaron a su momento culminante en la
propaganda y en la difusión de sus ideas, siempre teniendo en cuenta la
persecución gubernativa, que a pesar de haber triunfado las derechas,
continuaba. Aparecieron semanarios de las J.O.N.S, en diversos puntos de
España: En Zaragoza “Revolución”, en Barcelona “El Debate”, en Santiago
de Compostela “Unidad”, en Valencia “Patria Sindicalista”. En Madrid
aparecía mensualmente la revista teórica “J.O.N.S”, de un gran estilo político.
Precisamente en aquellos días define de un modo sencillamente revolucionario
Onésimo Redondo lo que es la J.O.N.S, en acción.
Donde haya un grupo antimarxista con la estaca, el puñal y la pistola o con
instrumentos superiores hay una J.O.N.S.
Nuestra razón de existencia no está en la defensa teórica del Estado
corporativo ni en la afición práctica a los cargos y al escalafón. Eso se queda
para los partidos parlamentarios. Nosotros creemos en el derecho de los
españoles a una Patria grande, libre y unida. Nosotros sabemos que hay
enemigos visibles de esa España que ambicionamos, a los que los primeros
sirven de instrumento.
Contra los que se empeñan en deshacernos la posibilidad de vivir una vida
nacional digna, huelgan desde hace mucho tiempo las razones, por la sencilla
razón de que ellos amenazan y ejecutan por el camino de la violencia, ¿La
quieren? ¡Pues sea! La nuestra es justa y será santa, ya que se ejercita en
servicio directo de España.
La juventud, además, necesita el tónico de la lucha verdad, de la lucha física,
sin la que toda energía creadora perece.
La violencia nacional y juvenil es necesaria, es justa, es conveniente.
José Antonio Primo de Rivera venía luchando solo, de modo incansable,
contra los enemigos eternos de España. Desde los lejanos días de junio de
1931 en los que había logrado en altiva independencia, contra todos, 29,000
votos, en Madrid, se agrupaban en torno a su figura grupos de españoles
disconformes con la política decadente de España en aquella hora: grupos de
gentes honradas que habían admirado la obra generosa y bien intencionada de
su padre el Dictador y grupos de jóvenes que soñaban con una España amplia
y generosa. Una zona extensa del Ejército le prestaba el calor de su fe.
Obreros rebeldes a los manejos extranjerizantes veían ya en él al hombre
decidido y generoso que había de conducirlos por caminos de justicia. Sus
altas cualidades personales, su empuje, su palabra cálida iban despertando la
unanimidad y la adhesión por donde pasaba. Pronto a estos grupos se
añadieron algunos intelectuales; todos reunidos decidieron constituir la
Falange Española. A tal fin, prepararon un mitin en el teatro de la Comedia,
de Madrid, que se celebró el domingo 29 de octubre, interviniendo en él
Valdecasas, Ruiz de Alda y José Antonio Primo de Rivera. Tuvo una gran
resonancia en la Prensa y como consecuencia el movimiento F.E, comenzó a
crecer y a extenderse por toda España.
No dejó de preocupar a los dirigentes de ambos movimientos, las J.O.N.S, y
F.E, lo absurdo que resultaban la existencia de dos organizaciones similares
cuyos fines eran idénticos. Se pensaba que en Italia o en Alemania no había
habido más que un movimiento mientras que en Francia, donde no ha
triunfado ni quizá triunfe nunca el fascismo, sin embargo había y hay una
infinidad de partidos y grupos fascistizantes. Como por otro lado ninguna
ambición personal de medro o provecho político guiaba e impulsaba a los
jefes de las J.O.N.S y de F.E, en seguida pusiéronse todos a laborar por una
perfecta inteligencia.
El Triunvirato ejecutivo central de las J.O.N.S, convocó al Consejo Nacional
para los días 12 y 13 de febrero de aquel año. Los puntos a tratar en dicho
Consejo eran:
1º Posición ante el movimiento F.E,: ¿Seguir distanciados o llegar a un
acuerdo? ¿Cómo? ¿Mediante una federación?
2º Formación de las milicias. Manera de equiparlas. Medios de sostenerlas.
Reglamentos.
3º Manera de orientar la propaganda para atraer a la clase media.
El día señalado estaban en Madrid los quince consejeros: seis del mismo
Madrid, dos de Valladolid, y uno, respectivamente, de Andalucía, Galicia,
Cataluña, Levante, Extremadura, Vascongadas y Castilla la Nueva. Sin
embargo, la Dirección general de Seguridad no concedió la debida
autorización y montó un servicio especial de policía para impedirlo, en el
domicilio social que las J.O.N.S tenían en la calle de Los Caños. Ante esta
dificultad el Consejo Nacional hubo de reunirse clandestinamente en un
magnífico salón-despacho que en un ático de la casa de la Editorial Calpe, en
la Gran Vía, tenían los viejos camaradas de Valladolid y redactores de
“Libertad”, hermanos Ercilla.
No hay que decir que el acto transcurrió sin el más leve conato de incidente y
que el entusiasmo fue arrebatador. Comenzó el acto Bedoya con un saludo de
las juventudes de Castilla a los jefes. Hizo lo mismo Gutiérrez Palma, en
nombre de los obreros rebeldes y patriotas.
A continuación Ruiz de Alda, Onésimo Redondo, Ledesma Ramos y por
último Primo de Rivera. Como el discurso denso de Onésimo Redondo no
tuvo en aquellos días agitados la repercusión y difusión que merecía, reclama
aquí su inclusión total y taquigráfica:
Por primera vez en la historia turbia y ya larga de los movimientos políticos y
populares que buscan la conquista del Poder, se presenta ante vosotros una
fuerza que está inspirada, dirigida y casi exclusivamente integrada por jóvenes;
y tan jóvenes, tan de verdad jóvenes, que si no fuera por el mérito que su
apellido ilustre y sus dotes públicos prestan al que nos dirige, y si no fuera por
la personalidad nimbada de heroísmo de otra de las primeras figuras de
nuestro movimiento, que está aquí presente, nos trataríais a todos con el
remoquete peligroso aunque no del todo injusto de chiquillos. Y,
efectivamente, en Valladolid, donde este movimiento ha tenido un contacto
más vivo, más frecuente, más cercano con el pueblo desde hace tres años,
somos mirados por la generalidad de los señores, con la benevolencia que se
otorga a los movimientos simpáticos de chicos atrevidos. Pues bien, si este
acto tiene algo de extraordinario y si buscamos que tenga algo de
trascendental, consiste ello principalmente en que estos chicos, en que estos
jóvenes vienen a pedir a la faz de España entera el primer puesto entre los
hombres. (Gran ovación).
La situación de España, oyentes españoles, no nos hagamos ilusiones porque
aquí hay mucho entusiasmo y nos sintamos muy unidos, la situación de
España es convulsiva, es situación de guerra.
Se siente el ánimo español, se siente el pueblo español solicitado de cerca por
diversos precipicios que componen un solo abismo. Por ejemplo: la dictadura
del proletariado. Una llamada dictadura del proletariado, una silueta de sangre,
de odios y de hambre que pasa todos los días delante de nuestra vista,
preconizada y anunciada por ese consejero de
Estado en cesantía, Largo Caballero.” (Aplausos).
Y por el ilustre millonario Prieto. (Mueras a Prieto), que se ha lanzado ahora a
la furia soviética por el miedo justificado a que una España libre entregue a los
tribunales de justicia sus enormes desafueros administrativos (Una gran
ovación le impide terminar la frase), y sus sospechosas e incorregibles
apetencias y aficiones político-financieras. Esa es la razón de su
revolucionarismo.
Esta llamada dictadura del proletariado, que no sería del proletariado sino de
los asesinos de Casas Viejas, esta dictadura no vendrá, no tengáis miedo a ella.
No vendrá, no porque nos prevengamos lo suficiente, sino porque sus
mandarines no tienen sinceridad revolucionaria, ni alientos para tantas cosas
como dicen que van a hacer y en cambio tienen suficiente miedo para pasar la
porque hay que mostrar que podemos hacerlo y decirlo antes de llegar al
Poder pues precisamente estas cosas anteriores son las que forman la
substancialidad de nuestro movimiento, son las que le dan vida propia y las
que ponen en pie al movimiento nuestro que sin esto no sería nada por
muchos méritos de que le queramos adornar, y llegaríamos a tener una
dictadura soviética y a aguantarla.
Lo que hay que hacer es lo siguiente: Hay que transformar antes de llegar al
Poder, a la juventud; hay que formar con la juventud, una milicia dispuesta a
servir a España; hay que hacer la revolución esa a que se refería Ruiz de Alda
en su discurso, y para ello hay que transformar a los españoles hasta entrar en
su raíz, y llegar al poder en el tiempo y hora precisos; pero hay que hacerlo
realizando en el espíritu español, en el alma de los nuestros, una
transformación grande, honda y apartarlos de esa situación del espíritu
español actual, perdido, escéptico, derrotado, desengañado entre el cual nos
movemos ahora.
Hay que transformarle, hay que poner en pie ese espíritu con que pugna
nuestra propia juventud. Hay que enrolarla detrás de unas filas, de una
disciplina, que la obligue a poner su vida, pero de verdad, al servicio de
España; y cuando hayamos conseguido eso, cuando hayamos conseguido ese
gran triunfo de transformar a la juventud y formarla detrás de una disciplina y
de un ideal de lucha por su pueblo, y de un ideal nacional, digamos al pueblo,
que hemos capacitado y formado una juventud en la capacidad y en la
necesidad de sentir ese ideal. (Muy bien. Grandes aplausos).
Mirad que esto que nosotros estamos pretendiendo, no lo olvidéis, no es más
que lanzar una voz de reconquista de aquella España tan grande, tan gloriosa,
tan emotiva, que figura en nuestros fastos y en nuestros antecedentes raciales.
Mirad que esto es un grito de independencia para recobrar la Patria también
perdida, porque hoy no tenemos España.
No tenemos a España; todos aquellos que se sienten libres, dignos de una
Nación como corresponde a su historia, a la capacidad de su cultura; no tienen
España, y ante ese espectáculo, decimos que hemos de oponernos a esta
marcha, y para ello sacrificaremos si es preciso nuestras vidas, pues antes de
que siga ese camino quedará reducido todo a un montón de escombros.
Estamos en la posibilidad inmediata del destrozamiento territorial y de la
invasión de las clases; es decir de una dictadura asiática o de una dictadura
bárbara que caerá reduciendo todo a escombros.
No tenemos Patria, no tenemos a España; vamos a reconquistarla, vamos a
hacer fructífera la sangre de los mártires de la independencia que lucharon por
una España tradicional, por una España egregia, como ellos la habían
encontrado y conservado, pero que a pesar del esfuerzo de esas generaciones,
se le fue a ese maldito siglo XIX de entre las manos. Vamos a luchar por esa
España porque lucharon nuestros padres y nuestros abuelos con tal
entusiasmo en la guerra de la Independencia. Por eso, no es cuestión de
partidos políticos, es cuestión de milicias y de disciplina, es cuestión de poner
Dicen que Castilla es una región opresora, dominante, ¡qué cosa tan risible, y
tan amarga! Pero no hay que negarlo, este es el lugar común de la política
diaria.
Pero ¿somos nosotros opresores, cuando si apenas sacamos para malvivir?.
Pero ¿somos opresores de esas regiones, cuando lo que hemos hecho ha sido
darlas medios para progresar, para engrandecerse y para poner a la cabeza, en
muchos órdenes, del progreso de España?
Esta región es la que dicen que domina, y lo cierto es que esta región es la que
es víctima. Por eso a esos hermanos de las regiones en que alienta el
separatismo, les hablaremos con la severidad del pobre, del desarrapado, del
que menos tiene, hablando con el hermano mayor, diciéndole, que
seguramente por esa riqueza que ha heredado de sus padres se han atrevido a
alzarse contra España. Les diremos que somos los más pobres, pero que
somos la región que comprende y cumple la unidad, no opresiva, sino la
unidad constructiva de toda la Patria. Les diríamos también, severamente, que
no pretendan alzarse con ningún derecho de dominio exclusivo sobre la
región que posean, porque aquellas riquezas que allí hay, porque aquellas
ciudades del norte, de oriente o de levante, porque aquellas vías que en gran
número cruzan sus suelos, porque aquellas fábricas, porque aquellas ciudades
soberbias, comparadas con las más grandes de Europa, se deben a nuestro
esfuerzo, y se deben en gran parte a la comprensión y a la mansedumbre de
los castellanos, que les han permitido para su uso, unos aranceles protectores,
lo mismo para la metalurgia, que para las demás industrias.
Por eso hay que sentirlo con cierta severidad, porque aunque hablemos
mansamente y sin rencor de la idea de unidad armónica, tenemos también que
pensar que es un derecho de reivindicación, que aquello es nuestro, que no
digan que es suyo. Es de Castilla y del resto de España, de todos los que han
contribuido con sus leyes, con su actividad, con el consumo de las mercancías
de unas y otras regiones, a mantener los aranceles. Los que tenemos derecho a
reivindicaciones somos nosotros. ¿No es cierto?
Otro grito que va aquí detrás de todas estas consideraciones está aquí lanzado
y es el que el nuevo Estado, el que el movimiento que representamos en este
día, ha de ser sumamente castellano, pero también sumamente agrario y
labrador, (Pensando en serio, casi habría que borrar esa palabra de agrario
porque ya la tengo asco). (Aplausos).
Ha de ser un movimiento campesino, porque ellos son los parias de España,
son la única clase, el único sector, siempre víctima, en uno o en otro régimen,
rija un Gobierno u otro. Ellos son los que trabajan, los que pagan, y a los
cuales nunca se les da nada, y como nuestro movimiento es de indignación, de
reconquista, para alzar a los oprimidos, los labradores han de ser los que
lleven la bandera y el ardor a la pelea. (Aplausos),
Voy a terminar, pero antes quisiera hacer un llamamiento, que no sé si les
dejarán oírlo, a esos obreros de la Casa del Pueblo, a todos esos millares de
cotizantes de las organizaciones obreras, y les digo:
Oíd y enteraos, qué es eso de decirles, no leáis la prensa que no sea nuestra;
qué es eso de decirles, no acudáis a los mítines que no sean de nuestra
organización? ¿ qué derecho tienen a taparse los ojos y los oídos, y qué
seguridad de la justicia de su causa, cuando así tratan a los obreros? Y qué
concepto de la dignidad humana tienen los que así se atreven a oprimir lo más
esencial y digno del espíritu humano, que es la libertad de entender, de ver y
de observar lo que pasa a su alrededor?.
Si tan seguros están de su causa, que nos escuchen, que nos atiendan, que lean
nuestros periódicos, y después que hagan lo que les parezca.
Ya veis que no me importa establecer una polémica con los que a ellos les
predican; a mí no me importa. Tengo la absoluta seguridad de que si nos oyen,
si nos escuchan, nos siguen porque nosotros no somos reaccionarios en nada,
nosotros no somos defensores de la burguesía en el sentido que se da a esta
palabra.
Que nos escuchen y verían que nosotros estamos ilusionados por el ansia y
por la convicción de que es necesaria una justicia social nueva; una justicia
social que no requiera para ser realizada que se gasten los sesos inteligencias
cumbres en tejer programas y grandes teorías, una justicia social que consiste
en devolver a España las posibilidades de producir
y de regirse pacíficamente, la posibilidad de vivir con orden, porque aquí
vamos a decir una gran verdad que es contundente y que puede más que todas
las teorías, y es: Si en España se vive bien y con orden, todos comen.
Este es el primer capítulo de nuestra justicia social, que se viva con orden y
paz, pero no con una paz burguesa, pero no con orden burgués, como dicen
en su terminología los marxistas, sino con un orden nuevo, que nosotros
llamamos nacional-sindicalista, que iríamos estudiando, que estamos
pergeñando, que iríamos confeccionando al compás del tiempo, de la
experiencia y del estudio, pero que consistirá así, en líneas generales, en que
todos los hombres útiles tengan derecho a trabajar, y todo el que trabaje tenga
derecho a comer, con sus padres, con su familia, con el producto de su
trabajo.
Esta es la base y el fundamento de nuestro programa social. Ahora no nos
interesa descubrir las teorías de nuestro programa social, porque no es cosa de
este momento, pero que sirva, que esté patente, este llamamiento que
hacemos desde aquí a los obreros, para que sobre todos los obreros
castellanos, los obreros de Valladolid conozcan que son víctimas de un
gravísimo yerro, de un engaño, de una especulación y de una explotación que
todos padecen en sus propios estómagos, y ello porque tienen solidaridad
castellana, porque tienen solidaridad labradora, porque no ven que todas las
clases y elementos de esta región que debían ir unidos por el mismo interés y
por la misma idea, son víctimas de la conjura más grande y honda, de la
conjura separatista, de la conjura marxista, de la conjura masónica, de la
conjura de los altos políticos y de las altas finanzas que van a lo mismo y para
recobrar nuestro suelo, nuestra libertad, nuestro pan, los obreros y patronos
de todas clases deben unirse y marchar juntos por una España grande, por una
España libre y por una España única.
(Gran ovación que dura algunos minutos).
José Antonio Primo de Rivera supo expresar en su discurso de aquel día todo
lo que las J.O.N.S, de Castilla habían soñado. En su oratoria justa supo
comprender a Castilla -y con esto sumar para siempre F.E, con las J.O.N.S.:
“Esta tierra de Castilla, que es la tierra sin galas, sin adornos, la tierra absoluta,
la tierra que no es el color local, ni es la característica, ni es el río, ni es el
lindero, ni es el altozano. La tierra, que no es ni mucho menos los agregados
de unas cuantas fincas, ni el exponente de unos intereses agrarios, para
regatearlos en Asambleas, sino que es, la tierra.
“La tierra: la tierra como depositario de esos valores eternos, la austeridad en
la conducta, el sentido religioso de la vida y la alianza, la solidaridad entre los
antepasados y la tradición.
“Y sobre esta tierra absoluta, el cielo absoluto,. El cielo, tan azul, tan sin
celajes, tan sin reflejos verdosos de frondas eternas, que se dijera que es casi
blanco de puro azul. Y así Castilla, con la tierra absoluta y el cielo absoluto
mirándose, no ha sabido nunca ser una comarca, ha tenido siempre que ser un
imperio, Castilla, no ha podido entender lo local nunca, Castilla sólo ha
podido entender lo universal, y por eso Castilla se niega a sí misma, no se fija
en dónde concluye ni a lo ancho ni a lo alto, y Castilla, esta tierra llena de
nombres maravillosos, como Tordesillas, Medina del Campo, Madrigal de las
Altas Torres; esta tierra de Chancillería, de las ferias de Castilla -el decir todo
esto, es decir tierra de la Justicia, de la Milicia y del Comercio- nos puede
enseñar cómo fue aquella España que nosotros llevamos en el corazón con la
nostalgia de su ausencia”.
Todo el mitin transcurrió en fervorosa vibración nacional-sindicalista. Al
terminar la gente gritaba entusiasmada nuestras consignas, El espectáculo de
aquellas masas clamando dentro del teatro por una España nueva, era
verdaderamente aleccionante y conmovedor. Como muy bien decía
“Libertad” al siguiente día, con este mitin comienza la reconquista de la Patria;
es el primer acto de la juventud nacional para la liberación de España. En
ambiente de emoción y alegría nacionalista se inicia la salida. Abiertas las
puertas del teatro, salieron los primeros camaradas, que por acaso fueron -en
gran parte- los que habían concurrido de Bilbao. Grupos de marxistas
apostados en la Plaza se lanzaron como lobos sobre los que trasponían las
puertas, dando gritos diversos entre los que sobresalían el de “muera España”,
los agredidos acometieron con coraje a los marxistas, haciéndoles replegarse y
causándoles las primeras bajas. Se recogieron algunos heridos, y los rojos
transportaban uno que parecía muerto, hacia donde estaban otros de los suyos
que, con la vista en la víctima, se enfurecieron, arreciando, en la calle de las
Angustias, Plaza de la Libertad con sus mueras a España, mientras arrojaban
gran cantidad de piedras.
Como un anuncio entre tiros, sangre y muerte dio su primer paso en la vida
pública FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S, Onésimo Redondo aquel
día, por la noche, comentaba alegre el resultado de la jornada. Parecía ver, allá
a lo lejos, que otro día, de nuevo, él con sus camaradas jóvenes habría de
empuñar las armas contra los marxistas bajo la misma bandera roja y negra
que había presidido la decidida actuación de la juventud nacional aquella
mañana inolvidable del 4 de marzo.
Crece el entusiasmo por las pequeñas excursiones que los grupos deportivos
de la J.O.N.S organizan cada domingo.
Son simples marchas de entrenamiento para excursiones de más importancia.
Sirven para apresurar el fortalecimiento físico de los camaradas. Con ellas
aprenden a conocerse todos y contar prácticamente con el valor de cada cual y
la potencia colectiva. Además, proporcionan resistencia moral, indispensable
para transformarse en hombres nuevos mediante el esfuerzo consciente y la
disciplina. Sin estas marchas no hay espíritu nacional-sindicalista posible. Ni
cabe soñar en hacer algo interesante por España ni mucho menos en vencer,
mientras una Parte selecta de la juventud no se transforme en el sentido que
los grupos deportivos de la J.O.N.S enseñan.
Por otra parte, los camaradas de la ciudad se habitúan al contacto con los
medios campesinos y con el ambiente de la auténtica vida española: la del
campo y las aldeas. Los camaradas campesinos, en cambio, adquieren
hermandad y confianza con el hato disciplinado de los camaradas estudiantes
y obreros de la ciudad.
Hay que hacer excursionistas en el sentido y modos que los grupos de las
J.O.N.S enseñan, a muchos millares de jóvenes españoles. Se advierte que los
hijos de familias muy acomodadas son los más reacios a la disciplina y al
sacrificio.
Es natural. Pero las J.O.N.S sabrán sacar las debidas consecuencias de ese
hecho.
El domingo, como de costumbre, a las siete de la mañana, habrá marcha,
partiendo del lugar que se indicará, ese día será obligatoria la asistencia para
todos los que aspiren a pertenecer a los grupos deportivos.
Como ya se llevaban unas cuantas semanas de marchas deportivas aisladas, se
proyectó que hubiera una concentración de milicias cada domingo en una
comarca. Para la primera concentración se pensó en la comarca del Valle del
Duero, eligiéndose el pueblecito de Castrillo de Duero, explotando el motivo
de celebrar un homenaje a “El Empecinado”, célebre guerrillero, el día 2 de
mayo, fiesta de la Independencia. Las milicias de Valladolid y pueblos del
trayecto hasta Peñafiel, habrían de realizar el viaje en ferrocarril; los otros,
llegarían a Peñafiel en carros o autobuses. Todos juntos deberían hacer,
finalmente, una marcha imponente, por el número de camaradas, hasta
Castrillo de Duero y allí, tras de unos discursos, entregar solemnemente las
cartillas de milicianos. La concentración se anunció de la siguiente manera:
NO IBAN A TRIUNFAR
El resultado de la revolución rojo-catalanista se juzga comúnmente como una
victoria de España sobre sus enemigos. Sólo a medias compartimos esa
opinión. Será victoria si se sabe proceder como vencedores. En otro caso, a la
corta o a la larga sería una derrota de España como lo fue el fusilamiento de
sencillamente era nada menos que voz auténtica del pueblo castellano, que
forjó la unidad de España y le dio un imperio. Esta desilusión ante la
mediocridad de la política centro-derecha y ante su falta de visión nacional se
extendió rápidamente sobre la juventud rebelde ante la pequeñez de la España
partidista. La Falange por sus bocas autorizadas clamó una y otra vez contra la
ineptitud de los gobernantes antiheróicos. Fue entonces cuando nuestro gran
José Antonio escribió en el semanario de la Falange madrileña aquel
maravilloso artículo acogido por los fariseos con desgarrones de vestiduras,
que se titulaba “UNA VICTORIA SIN ALAS”; también de entonces es aquel
otro artículo de José Antonio que apareció en “Libertad”, no reproducido en
ningún otro periódico, en el que bajo el título de “UNA OCASION DE
ESPAÑA”, se afirmaba:
“Si la lucha hubiera surgido entre proletariado y burguesía, ésta podría invocar
ahora, aunque nos doliera, el derecho del vencedor. Pero no han sido esos los
términos en que se planteó la batalla; la batalla se planteó entre lo antinacional
y lo nacional, entre la Antiespaña y el genio perenne de España. Este ha
vencido; para él el triunfo; pero no para nadie -clase o partido- que ahora se lo
quiera apropiar.
Se ha vertido en estas fechas demasiada sangre española -sangre popular
española-, de soldaditos estoicos y alegres, de guardias veteranos, y oficiales
magníficos, de gentes ligadas a nuestras tierras por una permanencia de
generaciones y generaciones, para que todo redunde en el restablecimiento de
un orden burgués, con barbacanas de sindicatos obreros domesticados. No se
ha combatido para eso. Nuestros soldados no han muerto por eso, que les es
ajeno a los más; han muerto por lo que es de todos: por su España y por
nuestra España; por romper esa costra de desaliento y cobardía y abyecta
conformidad en que vegetábamos.
No haya perdón para los que quieran malograr el triunfo. Todo un esfuerzo
así reclama airadamente que se extraigan las últimas consecuencias. Otra cosa
fuera estafar el caudal de sangre y de heroísmo recién descubierto. Si ha
triunfado el genio de España hay que entregar el botín y el trofeo al genio de
España. Hay que entregar a España a su propio genio, para que la posea con
amor y dolor, para que la devuelva las eternas palabras enmudecidas, para que
la fecunde, la temple y la alegre En la madrugada del 7 de octubre los cañones
emplazados frente a la Generalidad llamaron otra vez -con su vieja voz
conocida- al alma profunda de España. Ella respondió, trágica y heroicamente.
No resulte ahora que fue invocada para una bagatela. No lo tolerarían las
sombras de los muertos. Ni lo toleraríamos nosotros”. Respondiendo a esta
desilusión de la Falange, que a la vuelta de año y medio iba a ser la desilusión
de toda España, Onésimo Redondo, que escribía siempre para el pueblo,
vulgarizaba las exigencias nacional-sindicalistas de justicia y revolución
nacional en un suelto al alcance de todas las mentalidades, en el que con su
prosa limpia, sencilla y castiza, hacía comprender nuestras razones oportunas
y ambiciosas incluso a los olvidados campesinos de las más pequeñas aldeas.
DESPUES:
Campos de concentración en Extremadura, para los jefecillos catalanes.
Trabajos forzados para todos los líderes marxistas que no hubieran caído bajo
la acción de los Tribunales. Empleo en obras públicas y régimen de
prisioneros, para todos los marxistas y separatistas detenidos con armas. Igual
destino a los principales funcionarios públicos culpables de masonería,
marxismo o separatismo.
Llamamiento voluntario de los jóvenes de 18 a 25 años a fin de constituir
definitivamente la Milicia nacional.
Supresión del Parlamento de partidos. Organización nacional-sindicalista de
todos los oficios.
Inmediata colocación de los obreros parados, mediante el reajuste de
profesiones y salarios, la intensificación de las obras públicas y el servicio
general de trabajos forestales para la juventud. Control de ganancias en las
grandes sociedades anónimas. Rebaja del interés del dinero y de los grandes
sueldos.
Como siempre los políticos no podían realizar estos afanes legítimos del
pueblo y preocupados por sus pequeños intereses defraudaron a la comunidad
nacional. Precisamente por esto Falange Española se preocupó muy bien de
marcar las abismáticas diferencias que nos separaban de todos los elementos
caducos de la vieja España, que al socaire de la represión antimarxista,
intentaban poner a flote sus repugnantes designios. Onésimo Redondo fue de
los que con más afán se lanzó a esta obra de distinción, apaleando
continuamente las consignas y las tácticas seguidas por los gobernantes
radicales, agrarios y de Acción Popular que maldirigían los destinos de España
en aquellas horas turbias de octubre y noviembre de 1934. En aquellas horas
de confusionismo precisamente vio la luz acribillado por la censura política,
José Antonio Primo de Rivera y otro de Onésimo Redondo, que terminó con
estas palabras:
Somos revolucionarios, entendiéndose esta palabra no en el vulgar concepto
marxista de dinamiteros, sino en su verdadero significado de transformación;
emprendiendo esta transformación es cuando empezaremos a recuperar la
España en ruinas que nos legaron nuestros padres; quizá no comprendan
nunca nuestra rebelión de hijos aun cuando les digamos que vamos a ser
mejores que ellos. Y tened en cuenta que para alcanzarlo será necesario
infiltrar en la totalidad de nuestra juventud primero el espíritu de esa rebelión
que comienza transformándonos a nosotros; sin eso no podremos romper
con la barrera del formulismo que sujeta al siglo de nuestros antepasadas; pero
sabed también que el día en que logremos transformar de esta manera a
nuestro pueblo, habremos renovado una Patria como la nuestra España; y una
raza como la nuestra, la Hispana.
En febrero organizó Onésimo Redondo dos conferencias en el teatro
Calderón, la primera de las cuajes corrió a cargo de Eugenio Montes, en la que
desarrolló de un modo magnífico el ambicioso tema de “DESTINO DE
ESPAÑA EN EL MUNDO”. Con motivo de esta conferencia expuso
Onésimo, en pocas palabras, el juicio que le merecía Eugenio Montes,
diciendo:
“He aquí la más cumplida creación, hasta el día, del genio literario y filosófico
de la España nueva. Comparte con Maeztu, Sáinz Rodríguez y Giménez
Caballero, la supremacía del pensamiento nacional contemporáneo, en su
zona polémica y actualista, pero es quizá el más rígidamente nacional de los
tres y desde luego el más hondamente revolucionario.
Eugenio Montes es nuestro. Nosotros le seguimos desde sus primeros pasos
en el camino de la revolución nacional, a la que sirve, si no de principal
definidor, sí del más elevado poeta. Día a día, situado en medio de una
Europa vuelta de espalda a España, ha clavado en la médula del presente y del
porvenir del mundo, la clarísima afirmación de nuestro universal destino.
España, para Eugenio Montes, es la antítesis de un mundo que perece y por lo
mismo, la ley de lo que ha de sucederle.
No es sólo literatura, y literatura magnífica, tersa y de clásicas virtudes
eruditas, lo que hay en los escritos filosóficos y en los reportajes de Eugenio
Montes. Hay en todos una fe viva y demostrada. Tras de esa fe vamos: la de la
unidad, la grandeza y la visión imperial de España.
Eugenio Montes es nuestro.
La segunda conferencia la dio nuestro Jefe Nacional, José Antonio Primo de
Rivera, desarrollando magníficamente el tema de “ESPAÑA Y LA
BARBARIE”, que causó verdadera sensación, sobre todo algunos párrafos
verdaderamente novedosos y revolucionarios, como aquel en que hacía crítica
del corporativismo diciendo, ante el asombro de muchos espectadores que
creían que el nacional-sindicalismo era una solución corporativista, que el
corporativismo no es más que una frase; preguntemos si no al primero que
nos hable sobre esto: ¿Qué entiende usted por corporativismo Y ¿ Cómo
funciona? ¿ Qué solución da, por ejemplo, a los problemas internacionales?
Hasta ahora el mejor ensayo se ha hecho en Italia y allí no es más que una
pieza adjunta a una perfecta maquinaria política. Existe algo, para procurar la
armonía entre patronos y obreros, algo así como nuestros Jurados mixtos,
agigantados: una confederación de patronos y otra de obreros, y, encima, una
pieza de enlace. Hoy día el Estado corporativo ni existe, ni se sabe si es bueno.
La ley de corporaciones en Italia es un punto de partida y no de llegada, como
pretenden nuestros políticos que sea el corporativismo.”
Un intento de desviación jonsista que se produjo en Madrid, a impulsos de un
cierto radicalismo extremista, sirvió para poner a prueba y bien de manifiesto,
la lealtad total y absoluta de Onésimo Redondo hacia nuestro Jefe Nacional
José Antonio Primo de Rivera. De esta fidelidad al Jefe fueron expresión
terminante aquellas palabras de Onésimo Redondo en el mitin campesino de
Tordesillas:
“Labradores de Castilla, reconozco vuestra decepción. Vosotros habíais
venido a escuchar un gran mitin, que sin la presencia de nuestro Jefe Nacional
se ha convertido en proyecto. José Antonio Primo de Rivera, en su duro afán
de acudir al pueblo, en su áspero deseo de recoger a España, tenía
comprometida esta fecha, y seguramente a estas horas se está celebrando un
acto similar en Jaén.
SIRVA ESTE MOMENTO COMO EL MEJOR TRIBUTO DE ESTAS
COMARCAS JONSISTAS A SU PRIMERO Y MAS AUTENTICO
REPRESENTANTE, JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA.”
En abril, aprovechando las circunstancias políticas que lo permitían, se
intensificó la propaganda del movimiento por toda España. Onésimo
Redondo se lanzó también por los pueblos de Castilla consiguiendo despertar
muchas conciencias juveniles para la nueva España y levantar contra sí el
encono de los viejos enemigos de la Patria. En Zamora, después de haber
hablado Rosario Pereda, Bravo y Mateo, fue suspendido el mitin por el
Delegado gubernativo cuando iba a hablar Onésimo Redondo. En Toro
pronunció uno de los discursos más exactos y profundos, en torno al
problema agrario, de cuantos le hemos oído. Esta propaganda había de
culminar en el grandioso acto que el día 19 de mayo tuvo lugar en el Cine
Madrid, de la capital de España.
A este acto asistieron muchos camaradas de Valladolid, que se trasladaron en
autobuses. El total de las personas que oyeron a Onésimo Redondo, a
Fernández Cuesta y a José Antonio Primo de Rivera, ascendió a doce mil, de
los cuales más de la mitad vestían camisa azul, cosa verdaderamente inaudita y
difícil en aquellos días.
Doce mil hombres reunidos sin esfuerzo, sin dinero, sin propaganda siquiera,
plenos de entusiasmo, poseídos de una increíble unanimidad y de una
disciplina entera, dispuestos a todo, significaba ya la certeza del
LA FALANGE Y LA J.O.N.S.
Falange Española de las J.O.N.S, con este acto comienza a escalar las cimas a
que está llamada. Ya está aquí presente (la manera cómo las juventudes de
Madrid y de España acuden a este acto lo demuestra) el impulso de todos los
que sienten la impaciencia de hacer de nuestro pueblo un país rico y fuerte,
capaz de continuar en el futuro el destino imperial propio de su pasado.
Falange Española es ya un movimiento sintético nacional completo. La
palabra “nacional” ya no es en nuestros labios un tópico; tiene un sentido
profundo, definitivo, porque toda, puede decirse que toda la juventud
redimida y emancipada y que tiene capacidad para levantar la cara al sol de
España, está con nosotros.
Yo hablo de parte de una de las ramas que fusionadas con otras en momento
oportuno y para siempre, constituyeron esté movimiento de Falange Española
de las J.O.N.S. Las Juntas ofensivas nacionales sindicalistas nacieron a la
política revolucionaria hace cuatro años, en 1931, al calor de la protesta contra
el fraude de la revolución demócrata marxista, y han trabajado y han luchado
durante ese tiempo como se lo propusieron al principio, situando a gran
distancia sus ideales de sus posibilidades y poniendo en esa distancia larga, que
no estaba obstaculizada, que no estaba mediada por ninguna aprensión ni por
apetitos de prebendas ni de recompensas, una ruta de sacrificio, que es la que
seguimos todavía.
Hoy se atribuyen muchos el monopolio, la exclusiva de lo que llaman reacción
contra la vergüenza del bienio marxista. Nosotros, las J.O.N.S, nada nos
atribuimos. No pedimos ninguna recompensa. Sólo sabemos que en los
primeros tiempos, en el año 1931, cuando por exigencias de patriotismo
figurábamos en alianza o en unión con fuerzas de mejor conformidad, según
se ha visto después, ocupábamos la primera línea y después hemos
permanecido en las trincheras de la España dolorida y combatiente, de las que
no saldremos hasta que el país todo, y sus destinos, se entreguen a esta
juventud, capaz de crear la España grande que anhelamos.
EL CAMPO DE ESPAÑA
Sin ningún título especial, solamente por devoción constante, y acaso por ser
de Valladolid, voy a hablar aquí del famoso agrarismo y también de la política
y de las consignas campesinas de nuestro partido, Falange Española de las J.
O, N-S. Como sabéis, hay una devoción universal de los políticos hacia el
agrarismo. Todo es agrarismo hoy. Y es que el clamor irreprimible del campo
español, -que ha de conseguir su meta o España se destruye definitivamente-
ha sido aprovechado por los políticos para crear un caciquismo nuevo, para
hacer una versión republicana de aquel artificio antiguo de los partidos
eminentemente rurales en que había, como hay ahora, amos, caciques,
ENRIQUECIMIENTO DE LA AGRICULTURA
Otro punto de nuestro programa, otra faceta, es el enriquecimiento de la
agricultura, Esta palabra está expresada y reflexivamente expuesta en uno de
los puntos; no sé si es el 19. Hay que enriquecer a la agricultura; hay que sacar,
JUSTICIA SOCIAL
No quiero extenderme más. Sólo diré, respecto al tercer punto que quería
tratar, o sea la justicia social sobre el campo, la reforma agraria, la
redistribución de la tierra, que nosotros traemos soluciones vigorosas,
resueltas e incontenibles, y sabemos adónde vamos y en qué punto nos
encontramos, incluso frente a la ley de Dios, que no tenemos por qué
transgredir. (Muy bien). Hemos de huir para ello a la vez de dos modos ya
experimentados en parte o totalmente y acaso igualmente en descrédito: de la
reforma social marxista y de la reforma social agraria de las derechas.
La reforma agraria marxista es lo que más repugnancia produce de todos los
crímenes cometidos por los marxistas porque es un conglomerado de
hipocresía y de iniquidades tan grandes y un germen de desastre y de pobreza
tan agobiador, que no merecen ni siquiera que se hable de ello. (Aplausos). Es
esa ruina soez del revolucionarismo estilo siglo XIX, que se empeña en llevar
el odio a la campiña, que se empeña en apacentar y en alimentar los apetitos
de los supuestos transformadores a costa de lo poco que queda en el suelo
nacional repartiéndolo gratuitamente u ofreciéndoselo gratuitamente a los
pobres porque no es suyo. Y así como en el siglo XIX se acabó con los
grandes bosques por medio de la desamortización en una especie de almoneda
fantástica y criminal de los bienes que había y que debían ser transformados,
ahora se ofrecen las dehesas a la roturación y se ofrecen los asentamientos,
una familia acaso por cada diez funcionarios del Instituto de Reforma Agraria.
(Muy bien).
Y en cuanto al programa que se llama social-agrario de las derechas ¿qué
diremos? que está probablemente lleno de buenas intenciones como quizá
empedrado el infierno también, que es, sí, muy respetuoso y muy atento
glosador de la Teología y de las verdades que en ella se contienen, pero que ni
lleva a los últimos términos, ni acepta con sinceridad la rotundidez y el
imperio de las verdades dichas sobre este asunto. (Aplausos). ¿ Qué dirían los
que aparentan ser reformadores en este aspecto, si recordasen y quisieran
llevar a la práctica crudamente aquella especie de precepto de uno de los
filósofos más insignes de todos los siglos, la cabeza mejor organizada que ha
producido España, según Menéndez Pelayo, de Luis Vives, que no será
sospechoso para el credo ni para la fe, ni para la filosofía cristiana, y que
POTENCIA DE ESPAÑA
Y para acabar, pues ya es demasiado y no tengo derecho a emplear tanto
vuestra atención, sobre todo estando impacientes por oír al Jefe nacional,
resumiremos dos postulados o dos condiciones que aclaran nuestro derecho y
avaloran nuestra posibilidad de hacer cuanto decimos en este orden y son:
primero, que para redimir al campo es necesario tener un estado fuerte entre
las naciones.
Ya se sabe lo harto doloroso que es y las consecuencias que producen el ser la
irrisión y la burla de las naciones, como lo somos ahora en el mundo, en el
juego del comercio internacional; una especie de almoneda, una especie de
muñeco del que cada cual hace lo que quiere. porque todos saben que nos
vencen en todos los mercados, cerrándonos cuando les placen las fronteras
con burla de los tratados, por parte de las naciones con menos escrúpulos y
más poder. (Aplausos).
Esta es una de las causas radicales de nuestra pobreza y esto es lo más triste y
lo que enciende el alma de ansia revolucionaria, porque vemos el producto del
trabajo de ese hombre español que no come y suda y muere joven, encorvado,
porque no tiene con qué alimentarse, se filtra por las fronteras para engordar a
los extraños, como si fuéramos una colonia. (Aplausos).
Potencia militar, pues, como nosotros la iniciamos ofreciendo
voluntariamente nuestras vidas, con nuestro uniforme, con nuestro pecho,
con nuestro coraje de conquista y con nuestras ganas de combate y, por otra
parte, abolición terminante de los partidos. Los partidos son la polilla, el
cáncer, la gusanera que corroe el cuerpo español, como lo decía Maura.
(Aplausos).
Víctima predilecta y constante del juego de los partidos es el campo, porque el
campo, sujeto pasivo siempre del juego de los partidos, es donde van a
abrevar las pugnas de sus apetitos todos los que luchan por mandar y por
encaramarse al presupuesto. Ellos son los que, con sus contribuciones, con su
inocencia, con sus aplausos y con sus votos, pagan y soportan el desastre y la
ruina de este régimen anti-español y totalmente irracional de la división por
grupos o por supuestas ideas. (Aplausos). Acabando con los partidos, siendo
una nación fuerte en el mundo, conseguiremos redimir al campo, levantar de
verdad al agricultor, reconquistar el suelo español y hacer de España un
pueblo digno de Dios. (Grandes aplausos).
Al día siguiente de este mitin, “Libertad” daba por terminada su vida, cuajada
de méritos y de persecuciones de éxitos y de profecías, con el siguiente
artículo de Onésimo Redondo:
DESPEDIDA
CUATRO AÑOS
Ha llegado el instante de decir adiós a nuestros lectores, aunque no a nuestros
enemigos. Periódico de combate “Libertad”, pasa en esta hora a la reserva,
porque su misión está cumplida y otros campos más nutridos y capaces
ocupan con éxito las mismas posiciones que adoptamos al nacer.
Son cuatro años -sólo tres semanas faltan para completarlos- los que sin
tregua venimos batallando. Cuando los azares de la pelea impusieron
forzosamente la mudez a nuestro semanario, otro órgano gemelo, “Igualdad”,
ocupó su puesto. Cuatro años justos apuntando al mismo blanco, nos han
dado como recompensa la seguridad de alcanzarle. Con esa seguridad termina
“Libertad” su ciclo, voluntaria y satisfecha.
Hoy que un movimiento nacional y de irreprimible potencia (Falange
Española de las J.O.N.S) ha recogido y completado nuestras consignas, y sirve
a España con nuestro mismo estilo, en alto grado desenvuelto, nos plegamos
gustosos a su organización nacional. Y aceptamos como un deseo cumplido el
descanso que nos brinda.
LOS ENEMIGOS
“Libertad” desaparece señalando, sin aplacarse, por enemigos absolutos de sus
banderas a los mismos que apuntó al principio: EL MARXISMO, LA
MASONERIA, EL SEPARATISMO, No nos hemos reconciliado lo más
mínimo con ellos, ni mitigamos al cerrar la última de nuestras ediciones el
odio de destrucción que nos inspiran. Sin perdonarlos, usaremos con mayor
alcance las fuerzas juveniles que hemos creado, para acabar con esa trinidad
del satanismo antiespañol. Fuimos los primeros que designamos con orden
firme y con palabras propias la calidad y el número de los componentes de la
antiespaña. Y seremos, aun desaparecido “Libertad”, los que acompañaremos
en la primera línea a las falanges juveniles que clavarán en la Vela de nuestra
Granada final los tres nombres que oponemos a los tres enemigos: UNIDAD,
GRANDEZA Y LIBERTAD de España.
Conscientes y seguros de haber triunfado, en el radio de nuestras
posibilidades, y de haber extendido hacia más allá nuestra influencia, si
mantenemos la guerra no hemos cosechado rencor ni se ha albergado para
nada en nuestras almas el despecho, que uno y otro son incompatibles con el
optimismo de ver a la juventud, y por tanto al porvenir de España, junto a
nosotros.
LOS DE CASA
En las avanzadas de “Libertad” han trabajado los más favorecidos por la
fortuna del talento, entre los universitarios de Valladolid aficionados en algún
modo a las actividades políticas. Varios de ellos ocupan hoy merecidos
puestos de altura, ganados con el esfuerzo de su inteligencia. Nos referimos
sobre todo a Mariano Sebastián y Tomás Cerro.
La frescura y la sinceridad de un obrero inteligente, Emilio Gutiérrez Palma,
ha quedado impresa en nuestra colección la huella de sus propósitos de
justicia social, que sabrá abrirse paso. Otros agentes más modestos, porque su
tarea bullía en el anónimo (Narciso García, V. Gómez Ayllón, Mariano
Tobalina, Paco Balón) desde el principio hasta el fin han permanecido
trabajando. De Antonio M. Valentín, de Bedoya, de Jesús Ercilla, de
Villanueva, de “Ito”, que han estrenado su juventud y sus aficiones en
“Libertad”, cuidadosamente conservamos en la colección del periódico otras
tantas muestras personales del sentir nuevo de una juventud nacida a la vida
de España con y contra el fraude revolucionario del 31.
Reclamados por sus profesiones o estudios, varios de ellos nos han dejado.
Pero el espíritu y la firmeza de una doctrina curtida desde los primeros
momentos en La lucha, les informa todavía y les llevará en tiempo oportuno
sus aptitudes hacia una colaboración armónica por España.
De nuestros malogrados amigos Francisco Ercilla y Carlos Soto conservamos
la fidelidad del recuerdo y las primicias escritas de su ideal.
LOS “PRUDENTES”
Como en todas partes, también el gremio inorgánico pero duro e irreformable
de los grandes egoístas, mostraba al principio grandes entusiasmos por
“Libertad”.
¡De dinero, nada!. Hasta que se convencieron de que nuestra fe y nuestras
miras no eran “la vanguardia de sus intereses”, como al principio creyeran,
que si mostramos en los amargos tiempos del bienio una actitud de rebeldía
contra los que a la vez destruían la riqueza moral y material del país no fue
nunca simulada nuestra impaciencia esencial por llegar a un orden nuevo en lo
económico. Persuadidos de que LIBERTAD no disculpa ni siquiera los
egoísmos creados de unos y ni sirve los planes de partido de otros, hay una
parte de personas bien halladas a la vez con las devociones, la fortuna y el
politiqueo, que nos profesa un odio tan insaciable como subterráneo y
farisaico.
Mucho más hemos sufrido de parte de ellos que de parte de nuestros
enemigos absolutos. Persecución gubernativa, multas, procesos, destierro
obligado, todo es poco al lado de la estudiada conjura del silencio, y de la
batalla de difamación y ruindad desatada por esas gentes devotas y ricas a la
vez, como decimos.
A éstos, de corazón les perdonamos cuanto daño nos han hecho, bastante
menos de lo que han intentado. Solo pedimos al Dios que tan a menudo
Comienza el año 1936 con una punzante inquietud política. El Gobierno que
preside Portela obtiene el Decreto de disolución de las Cortes y dispone
convocar unas elecciones generales para el 16 de febrero. Cuando esto sucede
Onésimo Redondo se encuentra absorbido por una graves obligaciones
profesionales. Su actividad como representante del más fuerte Sindicato de
campesinos de la región castellana que se dedican al cultivo de la remolacha, le
ha llevado a un importante cargo en la Comisión Arbitral que funciona en el
Ministerio de Agricultura, lo cual exige que su residencia sea compartida entre
Madrid y Valladolid. Nada de esto, sin embargo, le aparta de su actividad
política. El afán que tiene por el pueblo trabajador, sufrido, le impide negarse
en el servicio que él mismo eligió: la lucha por su liberación; su cariño a
España, arrebatado y hondo, le obliga a participar en el trabajo de todos los
días, la recuperación nacional. Así, pues, ordena desde Madrid que se organice
un acto público para el día 12 de enero, en el que deben intervenir con él,
Rosario Pereda, Julio Ruíz de Alda y José Antonio Primo de Rivera.
El solo anuncio de este mitin produce sensación en Valladolid. Son los días
agitados para los políticos que han de levantar una vez más la vieja y
desacreditada tramoya electoral y jugarse alegremente los designios de España
en el cubileteo de las urnas. Las gentes que saben que “tendrán” que votar a
las derechas o a las izquierdas por la rutina en que se desenvuelve la vida
política de España esperan, por contraste, con atención el acto de la Falange,
donde los camisas azules han de fijar su postura discordante y nueva ante la
contienda electoral.
En el Teatro Calderón, ante más de cuatro mil asistentes, en un ambiente
patético de hombres que sueñan con la muerte, la guerra y el Imperio,
pronuncian sus discursos los Jefes de la Falange y allí Onésimo, como tantas
veces, predica como única solución definitiva la Revolución Nacional,
afirmando tajante que hay que prepararla como lo hace Falange Española de
las J.O.N.S, “públicamente y por las claras, no de modo nocturno y
simulado”, como en aquellos días intentaban algunos elementos reaccionados
que en su miedo querían poner una vela a Dios y otra al diablo. He aquí el
extracto de aquel discurso publicado por el semanario madrileño de la Falange
“Arriba”:
Vivimos, españoles, en una perpetua interinidad. Siempre atravesando una
situación que aflige y con anhelo puesto en un porvenir diferente y mejor.
Muchas cosas nos dividen y oponen y sólo en una estamos todos los
españoles de acuerdo: en que esto no puede seguir así; ahora sitúan los
ciudadanos todas sus esperanzas en un espectáculo de azar: Vamos a repetir la
suerte del año 31 y 33. Cada partido se las promete muy felices y asegura que
-“esta vez sí”- hará con su victoria un país definitivamente bien gobernado.
Realmente nadie cree en la aptitud de las elecciones para salvar a España: ni
las masas que van a votar más contra el peligro o al servicio de unos odios que
en obsequio de una fe política, ni menos los políticos, que de sobra conocen la
incapacidad substancial del sistema imperante para toda obra maciza de
bienestar y de justicia.
Nadie cree en las elecciones como medicina pero todos los partidos pregonan
su propia victoria como única salvación pública.
Sólo un grupo de gentes libremente asociadas al latido íntimo de los destinos
de España, los jóvenes de la Falange, se vuelven a hablar en todo momento
claro y alto: a derechas e izquierdas.
Decimos la verdad porque no tenemos ninguna actuación indefendible que
defender: porque no nos mueve la acritud envenenada del odio y porque no
permitimos que escolte nuestro pensamiento el falsete de la contienda
electoral.
Resumen de los males políticos españoles: los de siempre, guerra civil e
ineptitud de los gobernantes.
Guerra civil: Hasta qué punto ha llegado el encono entre los bandos que
luchan podéis verlo con la lectura diaria de la Prensa. Y aun sin leerla: con
acercarnos a diez metros de distancia de esas enormes cabeceras de los
periódicos que aumentan el tamaño de las titulares cuanto más amenazan con
el exterminio de sus contrarios.
Tanto ha desaparecido la civil armonía entre los españoles, que media España
hoy llama asesina a la otra media. Y con el mote de asesinos dirigidos a sus
adversarios van las derechas y las izquierdas a las elecciones.
Para acabar con la guerra no se debe soñar con el armisticio. Jamás las fuerzas
antinacionales -ni el marxismo, ni la masonería, ni el separatismo- rendirán sus
armas por las buenas. Es una locura y una necedad impropia ya de los
hombres experimentados y responsables, aspirar a un equilibrio de los
partidos, a eso que se llama “pacificación de espíritus”, al turno imposible y a
la convivencia imaginaria entre el bien y el mal, de la justicia y del pecado, de
España y de la Antiespaña. Lo venimos diciendo hace cinco años. A los
enemigos absolutos de España sólo se les disciplina aplastándolos.
Creer hoy todavía en los derechos parlamentarios, creer en una posible
realización democrática, con libertades constitucionales para los
internacionales, separatistas, negociantes del agro y de la inmoralidad, es
abusar de la inocencia popular y conducirnos de desastre en desastre.
Perfecta e imperfecta, fácil o dura, la única solución es la victoria marcial y
directa de la España joven y cristiana contra los que quieren la división civil o
política, el soviet, el marxismo, la suciedad política; esa victoria marcial directa
y total hay que buscarla, como la Falange lo hace, públicamente y por las
claras, no de modo nocturno y simulado. Diciendo a los enemigos claramente
que no nos interesa ni nos obliga su Constitución; que venimos a aplastarlos a
suerte de España tenga que jugarse cada bienio al azar de las urnas. Que cada
dos años entablemos la trágica partida en que a golpe de gritos, de sobornos,
de necedades y de injurias se arriesga cuanto hay de permanente en España y
se hiende la concordia de los españoles. Para una larga labor colectiva
queremos el Frente Nacional.
Para un domingo de elecciones, para la vanidad de unas actas, no. Esta
coyuntura electoral no representa para nosotros sino una etapa. Confiamos en
que, una vez vencida, no quedaremos solos en la empresa que estos renglones
prefiguran. Pero, solos o acompañados, mientras Dios nos dé fuerzas,
seguiremos, sin soberbia ni decaimiento, con el alma tranquila, en nuestro
menester artesano y militante”.
Pasados unos días las elecciones son preocupación absorbente de casi todos
los españoles. En Valladolid se barajan muchas candidaturas; el día 17 Acción
Popular lanza la suya, para confeccionarla no consultó con nadie y poseída de
su confianza en la política electoral que la hacía gritar “a por los trescientos”,
se adjudica tres de los cuatro puestos para la mayoría y amenaza cubrir el
cuarto con un nombre de su organización en el caso de que por los demás no
se hiciera con rapidez (este puesto fue cubierto por uno de Renovación
Española).
La eliminación de Falange Española en las candidaturas antimarxistas fue una
medida general en toda España, las J.O.N.S no tuvieron puesto en ninguna
provincia; ni siquiera en Valladolid. donde desde 1931 venían siendo el único
enemigo eficaz del marxismo.
En estas circunstancias Falange acuerda hacer una campaña antielectoral
presentando candidato por once provincias, de las cuales una es Valladolid. El
Jefe local, camarada Perdiguero, reúne en el domicilio social a los distintos
jefes de servicio y les da cuenta de la determinación que toma Falange para
luchar en la provincia contra el viejo sistema demo-liberal.
Contra todos, sin prensa, sin dinero, con la juventud, comenzó Falange su
tarea de recorrer España, roja de pasión electoral, para decirla una vez más
que se equivocaba.
El día 2 de febrero nuestro Jefe Nacional, José Antonio Primo de Rivera,
habló en Madrid ante un público numerosísimo, gritando nuestra verdad:
LO QUE NO ACATARA LA FALANGE
Fueron sus últimas palabras llenas de sabor, de estilo, dichas
trascendentalmente para los días que habían de venir.
¿Qué se creen que es la revolución, qué se creen que es el comunismo estos
que dicen que acudimos todos a votar sus candidaturas para que el
comunismo no pase? ¿Quién les ha dicho que la revolución se gana con
candidaturas?. Aunque triunfaran en España todas las candidaturas socialistas,
vosotros, padres españoles, a cuyas hijas van a decir que el pudor es un
prejuicio burgués; vosotros, militares españoles, a quienes van a decir que la
Patria no existe, que vais a ver a vuestros soldados en indisciplina; vosotros,
religiosos, católicos españoles que vais a ver convertidas las iglesias en museos
DESDE 1931
Las J.O.N.S luchan en la calle frente a la revolución.
DESDE 1933
Falange Española de las J.O.N.S agrupa a todas las juventudes universitarias e
introduce la fe nacional entre las masas trabajadoras.
UNICO
partido totalmente nuevo, sin contacto con los causantes de ningún desastre
antiguo ni moderno, LA FALANGE.
UNICA
preferida por las balas de los antinacionales, FALANGE ESPAÑOLA DE
LAS J.O.N.S.
Verdaderamente admirable por su concisión, por su exactitud y por su
sorprendente visión profética del futuro, es la siguiente proclama:
Los seis mil votos obtenidos por Onésimo en aquel ambiente confuso de
intereses creados le llenaban de alegría porque significaban que aún quedaban
algunos miles de personas con serenidad y sin miedo para luchar frente a los
enemigos eternos de España y que unidos a los miles de camisas azules sin
voto, jóvenes arriesgados y hechos al combate, la Falange estaba en
condiciones en esta provincia de imponerse victoriosa sobre las hordas rojas.
Para evitar esta última disolución en la vergüenza tiene montadas todas sus
guardias, firme como nunca, FALANGE ESPAÑOLA DE LAS J.O.N.S.
MIENTRAS tantas hinchadas apariencias se hundieron al primer golpe de
adversidad, la Falange, sin dinero y perseguida, es la única que mantiene en la
calle su alegre fe en un resurgimiento de España y su duro frente contra
asesinatos y tropelías. Más que a nadie vayan estas palabras a vosotros,
camaradas de todos los rincones de España, cercados por el silencio de la
Prensa intervenida, acometidos por la ferocidad de los bárbaros vencedores,
vejados por la injusticia de grotescos gobernadores y alcaldes, ¡No desmayéis!;
sabed que en sus focos antiguos la Falange se mantiene firme a la intemperie -
¿qué más da que nos clausuren los centros?- y que en estas horas de
abatimiento colectivo ella rehabilita, con su coraje combatiente, el decoro
nacional de los españoles.
En la propaganda electoral se dijo que la Falange no aceptaría, aunque
pareciera sancionarlo el sufragio, el triunfo de lo que representa la destrucción
de España. Ahora que eso ha triunfado, ahora que está el poder en las manos
ineptas de unos cuantos enfermos capaces, por rencor, de entregar la Patria
entera a la disolución y a las llamas, la Falange cumple su promesa y os
convoca a todos -estudiantes, intelectuales, obreros, militares españoles- para
una empresa peligrosa y gozosa de reconquista.
¡ARRIBA ESPAÑA!
Redondo nombró para “ enlace” a Elías Iglesias, que todas las semanas se
desplazaba a Madrid para traer las consignas generales que allí se daban para la
preparación concreta del alzamiento y llevar las cartas de Onésimo para José
Antonio Primo de Rivera, cartas que después otro enlace introducía en la
Cárcel Modelo o llevaba hasta Alicante, una vez que José Antonio fue
trasladado a la cárcel de aquella ciudad. En Madrid era Fernando Primo de
Rivera el que lleva personalmente todas las gestiones con el Ejército. Elías
Iglesias recibió orden de no entenderse más que con Onésimo Redondo y con
el Comandante Moyano, y recibir las demás órdenes directamente desde
Madrid las cuales, a su vez, procedían de José Antonio o de sus hombres de
confianza.
En los últimos días de mayo a fuerza de protestar dentro y fuera de la cárcel
nuestros camaradas estudiantes consiguieron salir a examinarse bien
custodiados por policías. Así pudieron verse de nuevo con sus compañeros de
estudios camaradas tan populares en la Universidad como Valverde, Emilio
Iglesias y los hermanos Campuzano y otros muchos que aprovecharon su
situación para hacer campaña de agitación.
Al volver a la cárcel, llevaban impresiones del ambiente tenso de los medios
universitarios que registraba la enorme presión de la turbia política marxista.
Estas y otras noticias que llegaban en abundancia a la cárcel hacían que los
camaradas presos se preparasen en todos los aspectos, con más ahínco, bajo la
rígida dirección de Onésimo Redondo, para el día de la guerra: todas las
mañanas hacían gimnasia e instrucción militar, estudiaban los 27 puntos
explicados uno por uno por el mismo Onésimo, y hacían una vida espiritual
cultivada.
También en los pueblos Falange Española presentaba Combate.
Constantemente eran interrumpidos los mítines comunistas por los camaradas
de nuestras organizaciones locales. Los choques entre la Casa del Pueblo y la
Falange eran casi diarios. En Geria, por tener nuestros camaradas anulados a
los rojos, fueron, mediante una falsa denuncia, detenidos hasta 40 de nuestros
mejores camaradas. En Olmedo, el 11 de junio, hubo una refriega y nuestros
camaradas hicieron dos muertos a los socialistas, siendo detenidos once de
Falange. En Alaejos, el 13 de junio, se detuvo a tres camaradas, después de un
choque que tuvieron con los comunistas; pero la J.O.N.S, de allí respondió
colocando una bomba. En Peñafiel, ante una provocación, un falangista mató
a uno de los más destacados marxistas del pueblo. En Medina de Rioseco,
otro camarada hirió al jefe de la guardia roja. Más adelante, en Bolaños del
Campo, con motivo del reparto de unas hojas nacional-sindicalistas, algunos
afiliados a la Casa del Pueblo intentaron romperlas, originándose una refriega,
de la que resultaron heridos doce socialistas y dos de Falange, ingresando en la
cárcel nueve de los nuestros.
El 15 de junio comenzó en la cárcel la huelga del hambre de nuestros presos.
Comenzaron por arrojar las viandas que tenían en las celdas a los pies de un
inspector de Prisiones, nombrado especialmente desde Madrid para investigar
posible las visitas. Elías Iglesias tuvo que figurar como pasante del bufete de
Onésimo, a fin, gracias a esta estratagema, de poder recibir sus órdenes con
más frecuencia.
La organización tenía ya datos suficientes de cada pueblo sobre el número de
vehículos aptos para una movilización repentina, número de milicianos con
que se contaba, cantidad de armas, situación de los transformadores de luz
eléctrica, familias que disponían de teléfono, etc, etc. Como los marxistas,
dándose cuenta de lo que se les venía encima, trataban de eliminar el peligro
suprimiendo mediante atentados a los jefes de nuestro movimiento, llegó un
día, en estos primeros de julio, que varios camaradas destacados tuvieron que
abandonar definitivamente sus casas y dormir cada día en sitios diferentes. De
ellos, los más importantes se refugiaron en una modesta pensión sobre la
Plaza Mayor; allí celebraban las reuniones más peligrosas, fabricaban bombas,
repartían armas y de allí salió el 18 de julio la orden terminante de lanzarse a la
calle secundando la acción de rebeldía que habían adoptado los guardias de
Asalto. La mujer de Onésimo Redondo tuvo también que abandonar su
domicilio. En Madrid, sucedía lo mismo con todos los jefes, que tenían que
vivir desplazados de sus familias. Pilar Primo de Rivera no solamente tenía
que estar fuera de su propia casa, sino que aun para hablar por teléfono con
sus familiares se veía precisada a hacerlo con nombre falso, pues la
persecución desatada en torno de ella era intensísima. Muchos jefes de
provincias tenían que residir en otras, así el Jefe provincial de Santander,
camarada Hedi11a, tuvo que salir de aquella zona, siendo utilizado para
preparar el movimiento en Galicia. De igual manera algunos jefes madrileños
se vieron obligados a abandonar la capital de España.
Las consignas eran cada vez más concretas. Todos los antiguos camaradas son
utilizados para recorrer incesantemente los pueblos y repartirles la orden:
“Estad en pie de guerra”. Los pueblos responden muy bien y en casi todos
ellos nuestros camaradas hacen instrucción militar y se acuestan cada día con
la ilusión de que al siguiente llegue quizá la orden de marcha.
Los enlaces con Madrid y la cárcel de Ávila funcionan a la perfección. El
momento decisivo, el de coger las armas, el de la guerra, que Falange ha
venido predicando y preparando durante años, se acerca al fin. El Ejército ha
venido también preparándose durante loa últimos meses; sus cuadros de
mando, sus guarniciones se han ido comprometiendo una a una; hay un plan y
un orden de sublevación. Por la cúspide se han puesto de acuerdo Ejército y
Falange, por la base no hacía falta: las jóvenes jerarquías del Ejército y las
juventudes nacional-sindicalistas, tenían ya desde hace mucho tiempo el
mismo espíritu y el mismo grito de España Una, Grande y Libre. En el último
viaje que realiza el enlace de Onésimo Redondo, nuestro camarada Elías
Iglesias, a Madrid, para recibir la orden suprema, fue ya presentado por
Fernando Primo de Rivera al General Saliquet que era el señalado para
ponerse al frente del movimiento en Valladolid y a Villegas que debía hacer lo
mismo en Madrid.
No es la inseguridad del triunfo la que debe ocupar nuestra mente sino la que
esta tarde me manifestaba lleno de admirable gravedad un guardia civil:
¿SERA ESTO PARA SIEMPRE?
He ahí el pensamiento que debe asistir a los que en estos días vivimos el gozo
de una victoria segura; que dure para siempre.
La Falange, curtida en el aire de todas las pruebas, espectadora inmóvil de
tantos desengaños, se halla presente para que la victoria sea duradera, para
conseguir la estabilidad absoluta del Estado nuevo.
Para ello, lleva impregnada su doctrina y relleno su programa de la
preocupación más profunda y extensa: la de redimir al proletariado. Aquí si
que suena bien este concepto y esta gran frase que sirvió para tanta política,
para tanto fraude; redimir al proletariado.
Pero redimirle es atraerle al ser íntimo de la Patria, del que se halla ausente.
España se halla trágicamente dividida en dos mitades y ocupa una de modo
casi total el inmenso ejército de los que sacan su pan cotidiano del trabajo
físico de sus manos, y el proletariado, en gran parte, no quiere a España; ni
tiene alegría de formar parte de esta ilustre nación, la más grande por su
Historia y por sus destinos.
Devolvamos a los obreros este patrimonio espiritual que perdieron,
conquistando para ellos ante todo la satisfacción y la seguridad del vivir diario:
el pan.
Volverán a ser españoles y producirán con ello la unidad cierta de la Patria y la
estabilidad del Estado cuando tengan la alegría y la paz de un vivir digno, de
una existencia familiar segura y numerosa. En este sentido España debe
proletarizarse. Debe ser un pueblo de ancha prole, que se multiplique en
honor de la raza y en cumplimiento de sus altos destinos.
Serán traidores a la Patria, miembros indignos del Estado, los capitalistas, los
ricos, que asistidos hoy de una euforia fácil que levantando acaso el brazo
como si saludasen el advenimiento de la nueva era social se ocupen como
hasta aquí con incorregible egoísmo, de su sólo interés sin volver la cabeza a
los lados ni atrás para contemplar la estela de hambre, de escasez y de dolor
que les sigue y los cerca.
El nuevo Estado Nacional-Sindicalista, operará con rigor y acabará con las
palabras vanas y las promesas nunca cumplidas.
El pan para todos y la justicia para todos es nuestro lema y será pronto
nuestra obra.
España una; España grande; España libre;
¡ARRIBA ESPAÑA!
Aquella noche salieron por orden de Onésimo Redondo tres centurias para
Benavente mandadas por Vicént y Castro a contener a los mineros de Asturias
que intentaban caer sobre Castilla. Al día siguiente Onésimo Redondo desde la
División y el Gobierno civil controló la situación de los pueblos de la
provincia enviando camaradas nuestros a sofocar la resistencia que en a1guno
misma tarde cuando al frente de una centuria motorizada pasó por las calles
céntricas de la ciudad.
El día 22 Onésimo Redondo organizó la propaganda del triunfo del
movimiento nacional por todas las tierras de Castilla y León, mediante millares
y millares de octavillas que nuestras avionetas lanzaron desde el aire. Hizo el
mismo Onésimo Redondo el texto de las octavillas que las gentes de tantos
pueblos y ciudades leyeron ese día con avidez. Decía así:
su triunfo era el del sacrificio, el del servicio permanente y sin relevo. Los
aplausos de las muchedumbres enfervorizadas, la admiración de todos, la
fama, la vida agradable los dejaba Onésimo a sus espaldas mientras pensaba
en los camaradas que morían y en el porvenir de España. ¿ Que había peligro?
Pero ¿ Qué había sido su lucha de nacional sindicalista sino un continuo
peligro? Su obsesión era llegar pronto al Alto del León; si el camino era aquel
día estrecho y difícil a él no le importaba; en cinco años de sacrificios por
España Una, Grande y Libre, había recorrido muchos caminos llenos de
espinas. Él estaba hecho para la lucha; la dificultad y el peligro habían sido sus
compañeros inseparables. Sólo ya le quedaba a Onésimo una cosa de entregar
por España: su vida. Y su vida la iba a dar también, porque él era el mejor
camarada, como garantía del triunfo de la Patria grande que él había tantas
veces soñado y con tan tenaz heroísmo, en puesto primerísimo, ayudado a
forjar.
Al llegar al pueblo de Labajos se vio su coche detenido por un camión de
milicianos al parecer de Falange, en realidad rojos, que habían llegado hasta
Villacastín por carreteras secundarias todavía no controladas. Sin darles
tiempo para maniobrar comenzaron a disparar sobre el coche. Onésimo se
resguardó en el primer momento echándose detrás del asiento del conductor.
Tres de los que le acompañaban salieron del coche poniéndose a salvo. Al
intentar hacer lo mismo Onésimo Redondo y bajar del automóvil, una bala,
dándole en la rodilla, le hizo caer en tierra. Una descarga cerrada sobre él le
quitó la vida.
Junto al cuerpo del Caudillo de Castilla, Onésimo Redondo, ya mártir de
España, el cadáver de Agustín Sastre, campesino de la vieja guardia que iba de
escolta, muerto en servicio y en estricta fidelidad al Jefe.
Supervivencia de Castilla
Ancha y trágica se extendió la noticia por Castilla y llegó hasta las últimas
fronteras del territorio libre de la Patria -más escaso entonces que nuestro
optimismo- .
Llegó a Valladolid el cadáver de Onésimo Redondo, y en la última presencia
de aquella carne batida por todos los riesgos y al fin rendida en el mejor
servicio, se congregó un dolor seco y austero. Nos quedan unas fotografías
dramáticas, históricas, en las que se ven los rostros apretados, sinceros, de los
viejos camisas, fieramente expresivos, en los que -sobre la angustia de la
separación- se revela la voluntad de una fiel permanencia, la inteligencia de
una última consigna hecha sangre, de una última orden hecha ejemplo.
Por las escuadras adelantadas del Alto del León, por la retaguardia en carne
viva, por el alma del pueblo, atravesó aquel día un llanto duro, exacto,
indispensable; un llanto sin aplanamiento, rigurosamente levantado en
afirmaciones de lucha. Y como sucede con todos los impares, con todos los
héroes, fue entonces cuando -más agudamente que en los días de lucha y de
esperanza- quedó desentrañada con segura evidencia, como la misma luz, su
condición exacta de Caudillo. Porque sólo una prueba tan difícil como lograr
en la muerte hacer conciencia colectiva de lo que fue su espíritu, puede dar
estimado, con certeza y justicia, el valor de una vida.
Al entrar con la guerra en el juego de la más decisiva coyuntura de España,
vivía la Falange un momento absolutamente crítico. La breve y apretada
minoría de los tiempos difíciles se hizo de pronto masa por la ley de la
audacia, por razón de descubrimiento, por un -entre normal y milagroso-
fenómeno de potencia expansiva, Y al ensanchar la masa, por estricta
correspondencia con el ensanche de la acción y de la misión, la Falange -que
llenaba de himnos, de banderas y de sangre, aquel amanecer del movimiento-
pasó a ser, con rotunda seguridad, la razón de ser, el futuro de la contienda.
Y justamente en aquel tiempo en que se decidían los destinos, la Falange,
crecida, se veía a sí misma descabezada, huérfana, separada por rejas y
distancias de su jefe, de su verbo, del que aún nos sostiene con la esperanza
cierta del regreso. Onésimo Redondo, que entregó un día a la unidad de la
Falange, al mando del ausente, a las mejores minorías de Castilla -tensas de
estilo militar, jugosas de savia aldeana-, encabezaba y conducía, en aquellos
momentos de alta soledad, a todo un pueblo, fanatizado en las consignas de
nuestra Falange -en las que vivía su voz- levantado en armas y hecho clave y
guión de la guerra.
Y erigido en Castilla, como puntal seguro, comenzaba ya a congregar
esperanzas, comenzaba a cumplir un destino difícil, destino que nacía de toda
su vida exaltada y austera, el destino de sostener con estrecha fidelidad el
hueco de la ausencia, elevando lo provisional a categoría de acción segura y de
obra fijamente dirigida; marchando sobre un tiempo arrebatadamente intenso,
que no ofrecía treguas. Era el punto cimero entre las ocasiones de una vida;
como muy poco, era el momento exacto de ver hecho verdad un anhelo de
años; probablemente, era el momento decisivo de cumplir una misión
tremenda, definitivamente generosa.
Y en este camino, y en este punto de cercanía a la sazón es cuando Onésimo
Redondo se vio trágicamente abatido en la encrucijada de la muerte. En el
mejor instante, en el que una acción larga y recogida desembocaba al ejercicio
de una misión anchísima. Murió entonces Onésimo, como cumpliendo el sino
de los héroes -gloriosa y corta vida- ya conocido desde Aquiles.
Y justamente en esa coyuntura es cuando había de calibrarse con rigor exacto,
su verdadera condición.
Había de saberse si la vida acabada merecía o no el cumplimiento de una obra
permanente. Si aquel instante trágico quedaría clavado, sin vigor futuro, entre
la apología fácil y el lamento oportuno que corresponde a todo malogrado, o
si iba a ser, por el contrario, el punto de partida de una real supervivencia.
Y se supo:
Y así toda Castilla -la que guarda la tierra de su muerte a cuya angustia y
desamparo él consagró la vida, la que soportó el alegre peso de su cuna, la que
miró el sudor, la esperanza, la ambición, la fatiga, la lucha, el triunfo del
Caudillo- es libro suyo, memoria y ejemplo que nos dice de él lo que en
tiempo y paisaje adquiere ya perfil de eternidad.