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MANEJO SOSTENIBLE DE LOS BOSQUES

Documento de trabajo de CEDENMA – Grupo de Bosques

Introducción

El modelo actual de organización política en el Ecuador, tiene su base de desarrollo en


la sobreexplotación de los recursos naturales, modelo en el cual se ha puesto la
naturaleza al servicio de la producción. Este es el caso de los bosques, cuyo
aprovechamiento ha beneficiado a pocos empresarios nacionales, en desmedro de las
economías locales y de la pérdida del recurso.

Tal modelo promueve la distribución de la riqueza de manera injusta e inequitativa. Se


pone la biodiversidad al servicio de la economía y no la economía para proteger la
biodiversidad, ya que utiliza todos los componentes de ella para sostener el desarrollo.

En este marco, es necesario un cambio de visión, de comportamiento, un cambio en la


ejecución de las acciones que conducen al desarrollo. En ese contexto, los bosques
como el principal recurso renovable, deben jugar un papel preponderante.

1. Situación Actual de los Bosques

1.1. La deforestación y el manejo de los bosques nativos

La deforestación es uno de los mayores problemas ambientales del Ecuador.


Según el CLIRSEN, al año, se talan alrededor de 198.000 hectáreas de bosque
nativos. Este proceso, está asociado al cambio de uso para contar con nuevas
tierras para agricultura y ganadería, a la extracción de madera y a la explotación
petrolera, principalmente.

La Sierra y la Costa, han sido las más afectadas por este proceso. En la segunda
región, los bosques se concentran principalmente en el noroccidente, una de los
sitios con mayor biodiversidad a nivel mundial. Desde allí, se extrae hasta el 80
% de la madera que usan las grandes empresas de contrachapados. A la Sierra
pos su parte le resta menos del 2 % de los bosques originales, mientras se
expande la frontera agrícola y a la par se pierde una parte de esta (10-15 ton de
suelo/ha/año), por malas prácticas culturales.

El papel de las grandes empresas en el tema de la deforestación es destacable,


pues a pesar de contar con poder económico, no se han responsabilizado del
manejo. Sus prácticas son de explotación del recurso, sin hacer casi nada para
mantener su productividad a largo plazo. El bosque ha sido tratado como una
mina de madera. En el campo, estas empresas pagan entre 20-50 dólares/árbol, y
comercializan entre 450 y 700 dólares el metro cúbico de playwood que se
consume en el país, mientras que venden el mismo producto a un valor inferior
en el mercado internacional.

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Estas cifras, ponen al Ecuador como segundo exportador de contrachapados en
América Latina – después de Brasil, y como el país con la más alta tasa de
deforestación en Sur América en consideración a la extensión geográfica. Las
empresas que producen contrachapados son Endesa, Borrosa, Setrafor (parte del
Grupo Peña Durini), Plywood Ecuatoriana, Pelíkano y Codesa (Grupo Álvarez
Barba) y Arboriente.

Algunas de las empresas, son parte del Forest Stewardship Council (FCS), una
institución mundial que establece mejores criterios para el manejo forestal,
social, económico y ambiental. Sin embargo, ninguna de esas empresas ha
logrado certificar el manejo de bosques nativos, a pesar de varios intentos, pues
no cumplen con los criterios impuestos por el FSC.

Por otro lado, hay que destacar que casi la totalidad de la madera proveniente de
bosques nativos no se sustenta en el manejo sostenible. La práctica es una
extracción tipo “minería” donde solo importa sacar el recurso. En este sentido, la
extracción de madera, es solo el primer paso para la conversión a otra forma de
uso. Se produce entonces, la pérdida total de los bosques.

Las principales consecuencias de la deforestación son:

• Pérdida de las funciones ambientales como la regulación del clima y los


ciclos del agua, control de la erosión, deslizamientos e inundaciones.
• Pérdida de la biodiversidad y extinción de especies de plantas y animales.
• Desaparición de fuentes de subsistencia y culturas de las comunidades que
habitan los bosques.
• Empobrecimiento de las comunidades y poblaciones desplazadas de los
bosques y de las zonas aledañas.

1.2. El control forestal

Entre un 40 y 60 % de la madera que se consume en el país es de origen ilegal,


es decir proviene de sitios donde no hay planes y programas de manejo. Esta
situación se constituye en un mecanismo perverso de incentivo para las grandes
empresas, muebleristas y otros, que se aprovechan de madera ilegal, y que
además pagan precios marginales a los dueños del recurso.

La tala ilegal ha llegado inclusive a las áreas protegidas, como el Parque


Nacional Yasuní, donde se explota maderas preciosas y han sucedido numerosas
muertes de indígenas Tagaeri, lo que muestra lo complejo y peligroso del
problema.

El Estado a través de sus instituciones y funcionarios ha sido incapaz de montar


un sistema afectivo de control forestal, y son frecuentes las denuncias y
evidencias que rodean a la actividad.

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1.3. Las plantaciones forestales

Ecuador es uno de los países que más tala y que menos planta árboles. Sin tener
una cifra exacta por la falta de estadísticas oficiales confiables, se estima que
existen unas 170.000 ha de bosques plantados. La mayor parte de esta superficie
está cubierta con especies exóticas como eucalipto y pino en la Sierra, y teca en
la Costa. Las especies nativas han tenido poco uso.

Con tal superficie, la posibilidad de abastecimiento de madera desde las


plantaciones es muy pequeña. Así, los bosques nativos son los grandes
abastecedores de materia prima para las empresas de contrachapados, para los
muebleristas, para la construcción, y en general para cubrir todas las necesidades
de madera del país.

El Plan Nacional de Forestación y Reforestación propone, mayoritariamente, el


fomento de los monocultivos forestales amenazando los derechos de las
poblaciones locales, la conservación de los ecosistemas frágiles y tierras
agrícolas, y relegando el manejo del bosque nativo.

Es evidente que dicho Plan, no consideró suficientemente a la estrategia para el


desarrollo forestal sustentable del Ecuador del 2005, la cual contempla
elementos más apropiados para el manejo y conservación de bosques nativos y
plantaciones.

2. Propuesta de CEDENMA: Hacia un manejo sustentable de los Bosques

Bajo este panorama, y aprovechando la construcción de la nueva Carta Política del


Estado, CEDENMA, plantea que la biodiversidad, sus componentes y servicios, y
los recursos naturales del país, sean de patrimonio de la nación ecuatoriana, y que
sea el Estado el único responsable de su administración y manejo.

Por otro lado, se propone que la tierra cumpla no sólo una función social sino
también ecológica, así todo tipo de cobertura vegetal nativa sería parte de dicha
función. Esta idea, trastocaría todas las iniciativas de conservación, manejo y uso de
la biodiversidad, en todas sus formas.

2.1. Administración, descentralización y desconcentración

El Ministerio del Ambiente debe continuar como la máxima autoridad


ambiental, bajo cuya administración deben seguir las áreas protegidas, tanto
públicas como privadas, así como la biodiversidad en todas sus formas, la
vegetación nativa, las plantaciones forestales y los sistemas agroforestales.

Apoyamos el proceso de descentralización, siempre que éste no implique el


debilitamiento de la autoridad ambiental nacional ejercida por el MAE, el cual
debe velar porque las instancias descentralizadas (gobiernos seccionales) y
desconcentradas (oficinas MAE regionales) cumplan de manera eficaz y
coordinadamente con las responsabilidades delegadas y descentralizadas, en el
marco de políticas, leyes y normas nacionales. Sin embargo, se propone que

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enfáticamente se exceptúe de procesos de descentralización el manejo y control
del bosque nativo, o que al menos haya una gestión especial para este tema.

La autoridad forestal deberá ser ejercida por cada uno de los actores de acuerdo
a su jurisdicción y su jerarquía. Si bien le apostamos, al fortalecimiento del
MAE, proponemos que desde un Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible se
emita las políticas y regulaciones nacionales, las cuales serán de cumplimiento
obligatorio por parte de los gobiernos seccionales. Estos sólo podrán emitir
normas más específicas, pero siempre en el marco de las regulaciones
nacionales.

En un esquema descentralizado, el MAE deberá tener la facultad de supervisar el


ejercicio de las competencias transferidas y ejercer su rol de autoridad ambiental
nacional en caso de constatarse incumplimiento por parte de la autoridad
seccional.

2.2. Ordenamiento territorial

Es urgente que el Estado defina cómo usar el territorio nacional. Para ello, será
necesario el concurso de los diferentes sectores (biodiversidad, agricultura,
vivienda, vialidad, energía y minas, etc.) para decidir dónde y como queremos
las áreas protegidas, los bosques productores y protegidos, las áreas para
recuperación, las áreas para urbanismo e infraestructura, para la exploración y
explotación minera, y otras.

El ordenamiento territorial deberá tener un enfoque integral y ecosistémico, y


construirse sobre principios ambientales, sociales, culturales y económicos, e
implicará un proceso de negociación política.

Convenido así el ordenamiento, será una política de largo plazo para asegurar el
uso sostenible del territorio. En este contexto, todas las entidades públicas y
privadas, y sobre todo los gobiernos seccionales deberán sujetarse a ese
ordenamiento, planificando y ejecutando sus proyectos bajo ese marco.

2.3. Patrimonio Forestal del Estado - PFE

Exhortamos a dar cumplimiento a la Estrategia para el Desarrollo Forestal


Sustentable (2005) respecto a la adjudicación del Patrimonio Forestal del
Estado. Es necesario resolver todos los conflictos existentes y proceder a la
adjudicación del remanente, dando prioridad a los posesionarios ancestrales, y
luego beneficiar a otros grupos de campesinos. Las condiciones para la
adjudicación deben ligarse al manejo sostenible de los recursos, e incluir la
figura de reversión de dichas tierras al Estado, cuando no fueren utilizadas de
acuerdo a los criterios de manejo con los que se adjudicó.

2.4. Manejo Forestal Sostenible - MFS

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Para asegurar que los bosques nativos sigan cumpliendo con el rol primordial de
proveer bienes y servicios, se propone:

1. Mantener el manejo sostenible como un principio constitucional, bajo el cual


se inserten los recursos estratégicos del país, como son los bosques y la
biodiversidad.
2. Ejecutar el ordenamiento territorial nacional para definir los bosques que
deben ser manejados, aquellos que deben ser protegidos y las áreas a ser
reforestadas o recuperadas.
3. Crear un sistema de incentivos para el manejo de los bosques nativos que
favorezca la participación de los pequeños campesinos a través del no pago
de tasas e impuestos, la recepción de asistencia técnica y la búsqueda de
mercados por parte del estado, entrenamiento, capacitación, apoyo para dar
agregar valor a la madera y productos no maderables, así como la búsqueda
de otras alternativas de uso de los recursos forestales.
4. Financiar un programa sostenido de investigación que ofrezca datos para el
manejo de los bosques.
5. Permitir el aprovechamiento sostenible de madera para uso industrial
únicamente con base en las normas necesarias para certificación forestal.
6. Garantizar la no explotación industrial y comercial de los bosques en las
Áreas Protegidas.
7. Recuperar por parte del Estado, las áreas del patrimonio forestal y de
bosques nativos que han sido entregados, concesionados y apropiados por
industrias madereras, petroleras, mineras, camaroneras, y garantizar que no
exista ningún tipo de explotación industrial en ese patrimonio.
8. Dictar una la Ley Forestal para que responda a las necesidades del manejo
sostenible de los recursos forestales, de la biodiversidad y de la diversidad
cultural de los ecosistemas, garantizando los derechos de los usuarios
ancestrales.

2.5. Sistema de control forestal

Proponemos poner en marcha un sistema de control forestal con base en un


sistema de información geográfica que permita ubicar planes y programas de
manejo, medios de transporte, piezas de madera, productos no maderables y de
la vida silvestre, depósitos o sitios de destino de la madera.

El sistema debe permitir:

• Generar una base de datos que se actualice en tiempo real, con acceso para
que las autoridades forestales ingresen información, y con las suficientes
seguridades para que el público consulte las estadísticas o el estado de
ejecución o resultados de tal o cual plan o programa.
• Participar a la sociedad civil en el control forestal a través de veedurías u
otros espacios.
• Verificar el proceso a través de una organización independiente

2.6. Plantaciones forestales

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Con respecto a las plantaciones forestales, proponemos:

• Revisar la Estrategia Nacional de Desarrollo Forestal Sustentable con mayor


participación de la sociedad ecuatoriana.
• Modificar con la participación de los diversos sectores el Plan Nacional de
Forestación y Reforestación para responder a las necesidades de
abastecimiento de madera del país con base a un ordenamiento territorial,
selección de especies, y mecanismos claros de participación e incentivos
para los pequeños propietarios.
• Prohibir las plantaciones forestales que impliquen la conversión de la
vegetación natural, poniendo énfasis en los ecosistemas frágiles como
páramos, humedales y manglares.
• Prohibir el establecimiento de plantaciones con el fin de elaborar
biocombustibles, considerar que las mismas traerán consigo graves
problemas sociales y ambientales.
• Prohibir la introducción de especies invasoras de cualquier índole.
• Iniciar un proceso de reversión al Estado de las tierras dedicadas a
plantaciones forestales y agroindustriales, adquiridas de manera ilegítima.

2.7. Veeduría y control social

Proponemos que el Estado constituya y co-financie un ente totalmente


independiente de cualquier interés económico y/o injerencia política. Podría
formarse en el marco de las veedurías ciudadanas de la CCCC, mediante ley de
la República o Decreto Ejecutivo, y estará integrado estrictamente por
representantes civiles: universidades, CEDENMA, gremios profesionales,
representantes comunitarios e indígenas, entre otros.

Entre sus funciones estarán las de velar por el cumplimiento de los grandes
acuerdos nacionales y los instrumentos legales y reglamentarios relacionados
con el campo ambiental y forestal. Más específicamente, supervisará la
ejecución de planes y programas de manejo, supervisará el control forestal, así
como el establecimiento y manejo de las plantaciones forestales.

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