El arte del vrtigo

Por Gonzalo Mrquez Cristo La iluminada sentencia de Ren Char: El poema es el amor realizado del deseo que permanece como deseo, nos permitira una aproximacin a una obra pictrica que se resiste a ser clasificada, que se ha propuesto estar a salvo hasta de s misma. Libertad de la luz, movilidad de los signos, exhaustiva exploracin en el color y constante desprendimiento de sus estructuras imaginarias es lo propuesto por Luis Cabrera en su vrtigo creativo. Porque si la belleza es aquello que designa al objeto para el deseo como lo vislumbr Bataille, el artista ms que un creador de categoras estticas sera el perturbador de nuestras ensoaciones, aquel que ha decidido llevarnos por rutas inexplicables a una constelacin donde acecha el placer pero tambin el desenlace, pues la belleza no es sino el comienzo de lo terrible que an podemos soportar: Rilke. Cuando el ms alto encuentro est en el simple acto de la bsqueda, y el misterioso deleite del camino es ms importante que la meta, cuando la flecha y su impredecible vuelo son superiores a la cruel eficacia del acierto, surge la pintura de Cabrera en su riqueza esencial. All los cuerpos nombran su fugacidad, y el leo que pareciera huir de sus lienzos y de las previstas reincidencias, realiza las imgenes necesarias para que quienes nos esforzamos por proteger nuestras ms altas interrogaciones sigamos viviendo. En un escenario en el cual la mirada es absoluta y donde esa prisin llamada estilo es puesta en entredicho para seguir los devaneos de una metamorfosis sustancial, el artista se aventura a cambiar constantemente de rostro, de universo representativo, a desatarse de su enraizada identidad.