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Opinión
• Asesor: Vamos, la mitad de los concejales chochean y los más jóvenes son
indigentes intelectuales. Después de las elecciones los aplastaremos y contaremos lo
difícil que fue hacerlo y como con nuestro ingenio pudimos vencer. Luego a los
otros les salvaremos el honor diciendo que han echado el pulso más fuerte que
jamás hemos visto
Alcalde: Hoy vienen los "ecolojetas" para pedir más dinero y exigir
una serie de cambios en la nueva normativa. (Pausa, mientras se
rasca la barbilla en gesto de reflexión) ¡Son un unos intransigentes!
Quisiera buscar una manera de apaciguarlos hasta las elecciones.
Cuando tenga mayoría absoluta les aplastaré.
Asesor: Lo sé, pero ellos ganan de cara a sus afiliados y se mantendrían a la cabeza del
movimiento en éste municipio y el resto de la isla. Después de todo a éstos los hemos
trabajado un poco y es cuestión de tiempo para que caigan en nuestras garras.
Asesor: Esto lo podemos combinar con la creación de un cargo específico para velar
por el Medio Ambiente en el municipio. De ésta manera, lo integraríamos y le
callaríamos la boca.
Alcalde: Me parece aceptable. La pregunta es ¿de qué partida sacamos la guita?
Asesor: Se podría establecer un fondo del Ayuntamiento que cuente con aportaciones
del sector privado. (Mientras sonríe) Quien mejor que los constructores para financiar
ésta obra. Al fin y al cabo les beneficia.
Alcalde: (Con los ojos iluminados) ¡Magnífico! No se hable más. Hazle pasar. El
Asesor hace pasar al representante de la Asociación de Ecologista "Los Autóctonos". El
ecologista se llamaba Pedro Fauna. Hacía su entrada ataviado con una camiseta gris,
vaqueros arrugados y cholas artesanales. El Asesor había tomado la precaución de no
utilizar chaqueta y corbata ese día y permitirse usar un polo Lacoste ya que se
consideraba con más clase que los pseudopijos modernos que visten de Ralph Lauren.
Unos vaqueros discretos y unos zapatos de ante un tanto gastados. Los Sebago
recibieron un merecido descanso.
Asesor:¡Hola pedro! (En tono cercano y con cierta efusividad mientras le daba un fuerte
apretón de manos) Estábamos deseosos de verte.
Pedro Fauna: (Estrecha la mano con cierto asombro por el cambio de actitud hacia él)
¡Hola! (Con una sonrisa producto del contagio del sorpresivo saludo)
Pedro Fauna sacaba de su maletín artesanal unos folios con su propuesta presentados en
el papel ecológico de rigor y por supuesto después de haber utilizado una impresora de
chorro de tinta de última generación. El Asesor miró discretamente al Alcalde. Eran un
equipo. En su dilatada carrera política habrían embaucado a decenas de presidentes de
asociaciones vecinales, sindicatos, empresarios, compañeros, representantes de la
oposición y por supuesto periodistas. Sin embargo, con los ecologistas eran muy cautos
porque estos eran capaces de montarle un pollo en cualquier momento y ellos se
encontraban en una situación delicada pues no tenían mayoría absoluta y los dos
concejales que eran la llave de su gobierno eran simpatizantes del movimiento verde.
Asesor: Bueno, Pedro antes de comenzar me gustaría decirte que hemos re flexionado
sobre todo lo que nos dijiste en la última reunión, por cierto un tanto airada y creemos
que podemos terminar ésta reunión con un acuerdo muy positivo para nuestro
municipio.
Asesor: (Muy tranquilo pues la actitud de Pedro estaba dentro de las posibles respuestas
que esperaban) ¡Tienes razón! (Mientras observaba la cara de asombro de Pedro)
Estamos totalmente de acuerdo con tu análisis. De hecho, vamos a modificar la
normativa para que no se pueda en ningún caso construir un campo de golf en ese
espacio.
Alcalde: Es correcto Pedro. Nuestro municipio, nuestra tierra no merece estas horribles
agresiones por parte del ser humano.
Pedro Fauna: (Sorprendido y sin discurso) Bueno, me alegro que hayan recapacitado.
Pero ¿qué van a hacer allí? No creo que tampoco deba hacerse una urbanización. (Pausa
mientras buscaba una reacción adversa) Eso también sería especular.
Asesor: (Estaba tranquilo, había hecho sus deberes) Tampoco se hará una urbanización.
Somos concientes de que el mantenimiento de éste tipo de proyectos requiere la
construcción de presas y trasvases, por el despilfarro de agua que suponen sobre todo
los campos de golf.
Asesor: Después de la última reunión nos abriste los ojos. Nos dimos cuenta de lo que
terrible que sería para éste municipio que hemos repensado el proyecto. (Pausa)
Después de todo, rectificar es de sabios. Hemos realizado un estudio a través de una
consultora y vamos a optar por la creación de la primera ciudad geriátrica de la isla. Es
el mejor servicio que le podemos dar a quienes han labrado ésta gran tierra con sus
propias manos, su sudor y sacrificio, nuestros padres y abuelos.
Alcalde: (Con aire solemne) Pedro. Aquí tienes un borrador del proyecto. No es final.
Puedes hacer cuantas observaciones desees. (Pausa) Queremos hacerlo bien. Ahora
debo excusarme y reunirme con un Alcalde del Sur. Te dejo con el Asesor. Le dio un
abrazo a Pedro con palmadita en la espalda incluida. Pedro estaba en éxtasis pues tenía
el resultado que necesitaba para reforzarse frente a los suyos y a una sociedad escéptica.
Se le hacía difícil disimular su alegría.
Mientras tanto el Asesor como buen depredador observaba como su victima bajaba las
defensas y caía en un estado de confianza. Sin embargo, todavía falta un toque para
alcanzar los objetivos marcados.
Asesor: Pedro. (Mientras buscaba cierta complicidad) El Alcalde no suele hacer esto
con nadie. Es un gran acto de confianza. Te ha dado copia del borrador. Somos los
únicos que conocemos el proyecto. Confío en tu discreción.
Pedro Fauna: Tengo un trabajo a tiempo parcial. (Decía con cierta curiosidad)
Pedro Fauna: No sé. Tendría que consultarlo. (Pausa) Si acepto esto no significará que
voy a venderme.
Asesor: (Mientras quitaba hierro con una sonrisa) ¡Imposible! Tienes total
independencia. Si quieres puedes repasar con el Jefe de Servicio las responsabilidades
del cargo. ¡Vamos! Esta es una oferta que ningún Ayuntamiento ha realizado. Es
pionera. Realmente queremos cambiar cosas y para eso hay que arriesgar. Nosotros
hemos dado nuestro paso. (Pausa) Ahora te toca a ti. ¡Anda, ve a donde el Jefe de
Servicio!.
Pedro Fauna: Vale iré. (Pausa) Pero no te garantizo que al final acepte.
Asesor: Pedro eres un hombre libre de elegir. (Pausa) Bueno, ahora tengo que
excusarme, debo ir a preparar una visita para ir a la Mancomunidad del sur. (Mientras se
levantaba con cierta prisa y estrechaba su mano)
Pedro salió del despacho un poco confuso. Sin embargo, algo resonaba en su cabeza.
Los 2.000€ y el coche que tanto le hacían falta. De trabajar en un centro comercial como
animador de chiquillos en una colchoneta a cobrar esa cantidad y supervisar con total
libertad un proyecto había un amplísimo trecho.
El Asesor caminó por el pasillo hasta su despacho. De ahí llamó al Alcalde que en
realidad se encontraba en su casa tomándose un Rioja Viña Alberdi y picando un lomo
embuchado de Teruel.
Alcalde: ¿Mordió?
Asesor: Tranquilo. Vamos a disimular su debilidad. Le haremos creer a todos que están
muy fuertes y que ha sido una negociación difícil. De éste modo, todo cerrarán filas
detrás de nosotros como si los "ecolojetas" todavía fueran fuertes. Así mantendremos a
todos comprometidos en nuestro bando y los dos concejales Movimiento Verde
relajados. (Pausa) Me los imagino sacándose fotos y apuntándose el tanto.
Asesor: Vamos, la mitad de los concejales chochean y los más jóvenes son indigentes
intelectuales. Después de las elecciones los aplastaremos y contaremos lo difícil que fue
hacerlo y como con nuestro ingenio pudimos vencer. Luego a los otros les salvaremos el
honor diciendo que han echado el pulso más fuerte que jamás hemos visto.
Alcalde: Espero que nada de esto me salpique. (Pausa) Sabes que tengo otras
aspiraciones.