Arnold Hauser
Historia social de la literatura y el arte
T2
Labor, Barcelona
1988
VI
EL MANIERISMO
1
EL CONCEPTO DE MANIBRISMO
El Manierismo ha apsrecido tan tarde en el primer
plano de la investigacién histérico-artistiea que el juici
peyorativo que esté en el fondo de este concepto todavia
‘2e sigue muchas veces sintiendo como decisivo y dificulta
la comprensién de este estilo como una cztegoria pura
‘mente historica, que no Hleve implicito un juieio de valor.
En otras denominaciones estilisticas, como el Gético y el
Renacimiento, el Barroco y el Neoclasicismo, el valor
primitive —positive o negativo— se ha borrado ya por
‘completo; frente sl Manierismo, empero, es todavia de
tanta influencia la postura despectiva, que hay que luchar
con una cierta resistencia interior antes de atreverse a
designar como “manieristas” a los grandes artistas y poc-
tas de este periodo, Sélo cuando se separa por completo
cl concepto de manierista del de amanerado se obtiene
tuna categoria hist6rica-artistica itil para loe fendmenos
estudiar, Los conceptos de especie y de calidad, que
hay que distinguir, coinciden entre si, en grandes tre-
‘chos de su desarrollo, pero esencialmente no tienen, puede
decirse, nada en comin,
Los ‘conceptos de arte -postelésico como fenémeno de
decadencia y de ejercicio manieristico del arte como ru-
tina fijada ¢ imitadora servil de los grandes macstros
proveden del siglo xv, y fueron desarrollados por pri-
‘mera ver por Bellori en su biografia de Annibele Carra8 Fl Menierismo
cit, En Vasari maniera significa todavia lo mismo que
feveotlided ertticn, yo "
histériea, porsonal 0
“estilo” en el mis amplio sentido de Ia palabra. Vasari
habla, por ejemplo, de una gran’ maniera, y por ¢
entiende algo positive. Una signifieacién plenamente_po-
sitiva tiene maniera en Borghini, quien en ciertos artistas
Ia echa de menos hasta lamentindolo, y con ello rea
liza ya la moderna distineién entre estilo y carencia de
Al Por primera vez los lasicstas del siglo xvi —Bellort
camo conapo de manor le ie de
ado, en clichés, reducible a
a tel de anaes sere cn
probar la cosura quo ol Manierismo significa en la evolu
eign, y se dan cuenta del alejamiento que respecto del
asicismo se hace sensible en el arte después de 1520.
Pero gpor qué se llega tan pronto a este alejamiento?
gPor qué el Renacimiento pleno es —como Wolff
dlico— una “sutil eresta” que, apenas aleanzada, ya esti
superada? Es una eresta incluso més estrecha de lo. que
ve podria pensar por las explicaciones de Walflin, Pues
no sélo las obras de Miguel Angel, sino ya las de Rafal,
Tevan en si los elementos de disolucién. La Exputsin de
Heliodoro y la Transfiguracién estén Teas de tendencias
ee se een ee
marcos renacentstas. ;Qué es lo que explica Ta brevedad
del tiempo en que dominan todavia sin alteracién los
principios clésicos, conservadores, de rigor formal? ;Por
qué el clasicismo, que en la Antigiidad es un estilo de
alm yderacién, apmrece ahora como un puro “estado
transicién”? {Por qué se llega ahora tan pronto, por
na parte, « Ie imitacln puramente externa do Tos mo-
delos clisieos, y, por otra, a un intimo distanciamiento
de ellos? Quizd’ porque el equilibrio que encontré_ su
expresiOn artstica en el clasicismo del Cinguecento fue
1 amon: Vita del pitrt.
Der. Manierismus, en “Zeltsche.
nae 162 6
orem: It Riposo, 1584 Cl. 4. su
1672, CL wenn wessmsc
id. Kunst", 19181919, vol 54,
op. eit, pK.
Hl concepto de Manirismo 9
desde su comienso més
ficcidn que tna sélida realidad, y el Renscimionto siguié
siendo hasta el final una époce esencialmente dinimica,
que no se tranquilizaba por completo con ninguna solu-
‘én, El intento de dominar la insegura naturaleza del ex
pirita capitalista moderno y la dialéctica caracteristica de
tina vieidn del mundo basada en Ins ciencias naturales lo
nz, en todo cas0, el Renacimiento tan poco como los
perfodes ulteriores de In época moderna. Una catitica
rmanente de la sociedad munca se ha vuelto a aleanzar
esde In Edad Media; por eso los clasicismos de la época
‘moderna han sido siempre inicamente ol resultado de un
programa, y més bien la expresion de una esperanza que
ma verdadera pacifcacién. Incluso el hibil equilibrio
‘que se ere6 hacia los finales del Quattrocento por obra
de la gran burguesia satisfecha y dispuesta a transfor-
‘marse en cortesana, y de la Curia pontificia, poderosa en
‘capital y con ambiciones politicas, fue de corta duracién.
2 de la pérdida de la supremacia econsmica de
Talia, de In conmocién ocurrida en Ia Iglesia por 1a obra
de la’ Reforma, de la invasin del pais por los franceses
Y espaioles y del sacco de Roma, ya no se podia sostener
Ja ficeiGn de equilibrio y estabilidad. En Italia dominaba
tm ambiente de catdstrofe que pronto —y partiendo no
sélo de Ttalia— se expandié por todo el Oocidente.
‘Las férmulas de equilibrio sin tensign del arte clésico
ya no bastan; y, sin embargo, se continia eferrado a
las, y a veces incluso con més fel, angustiosn y desee-
perada sumisién que #i se hubiera tratado de una adhe-
Sidn sin vacilaciones. La actitud de los jévenes artistas
frente al Renacimiento pleno es extraordinariamente com-
plicada; no. pueden We renunciar a Tos logros
Urtisticos del clasicismo, si bien In armoniosa imagen del
‘mundo de tal arte se les ha vuelto extrafia por completo.
Su deseo de continuer sin interrupeién el desarrollo ar-
Utico apenas podia realizarse si no prestaba su empoje
tal esfucrzo Ia continuidad do la evolucién social. Pero
rtistas y pablico aon en lo esencial los mismos que en le
Spoca del Renacimiento, si bien el suelo empieza a ceder10 EL Manierismo
bajo sus pies, El sontimiento de insoguridad expica Ia
naturlescontreditria de su relacién com el ete le
sico, Esta contradiceién ya la habion sentido low teat
distes de arte del xvi, pero no ve. dieron. cuenta, de
«que la imitacion y In sinténea dstrsion de los mode.
Tos elésicos'en eu tiempo estaban condicionadas por
Te falta de eaplritu, sino por el cspirita: nuevo de Ton
nanierists, completamente ajeno al clavclamo.
Sélo nuestro Hempe, cuya problemstiensituacién fren-
te-a sus antepasadon es similar a In del Manirismo rex.
cto del Clasiciemo, podia comprender el modo de crear
see atl, y rocco on aims, wos mint
cfosa, de los modeloe elisicos una eompensacién con cre.
es del intimo distanlamiento respeco a ellos Hoy eo.
Ienzamos a comprender que en todos los aristes Cee.
dbores del Manieritmo, en Pontorme y Pareigianine como
en Bronzino y Beccafum, en Tintoreto'y el Croco
como on Bruegel y Spranger, el afin estilistico vo dirge
Sobre todo romper Ia sencilla rogularided y armenia
del arte elisico y a sustitair su normalidad suprapervonal
or r43gos mis sugetivos y subjetives, Unas voter et ln
profundizaciin ¢ dnteririzacién de la experiencia rel,
fiosa y In visiém de un mevo univereo vital expitual
fo que leva sbandonar la forma elgsien; otra, un
intelectusismo extremado, conscionte de la realidad y de-
formandola de intento, muchas veces perdiéndose en ji
10s con lo bizarro y lo abstruso; on algin caso, tambien
Jn madurea.pasoda de un tefmamiento.preciesista, que
todo lo traduce a lo clegante sul Paro la soluclin
atistica os siempre lo mismo si se exterioriza como pro-
testa contra el arte elisico que ai procura mantene! las
conguistas formales de esto arte, un “deviveivo", una
Griatura que en imo ‘érmino sigue dependiendo del
Slasieismo, y que, por consguienes tiene su origen
‘una experiencia do altura y no de vida. Noe encontramos
aqui frente « un estilo privado de ingenuided , quo orien
3 mame rixoen: Zur Physiognomik, des Manirieraue, on
Die Wissenschaft am Scheidewege, Ludwig Klages-estschrif,
2 Vea ge, Ludwig Klages Festchift, 1982,
Bl concepto de Manierismo u
ta ous formas no tanto por el contenido expresive cuanto
por el arte de la époc anterior, y en tal medida como
hasta entonces no habia ocurrido con ninguna direceién
artistica importante, La conciencia del artista se extiende
in de los medios que corresponden
ino también a las determinacio-
no aélo a In selec
1 su intonci
El Manierismo es en esto sentido Is prime
catilistien moderna, la primera que esta igada a un pro-
blema cultural y que estima que la relacion entre la tre-
dicién y la innovactén es tema que ha de resolverse por
‘medio de la inteligencia, Le tradicién no es més que una
defensa contra la novedad demasiado impetuosa, sentida
‘como tm principio de vida poro a la vox de destrucetén.
No se comprende el Manierismo si no se entiende que
su imitacién de los modelos clésicos es una huida del
aos inminente, y que Ia agudizacién subjetiva de sus
formes expresa el temor a que Ia forma pueda fallar ante
la vida y apager el arte en una belleza sin alma.
La actualizacion del Manieriamo para nosotros, 1a re-
vision a que recientemente ha sido sometido el arte de
Tintoretto, del Greco, de Bruegel y del Miguel Angel
tardio, es’ tan signifieativa de In situacién espiritual de
nuestros dias, como lo fue la nueva valoractén del Rena-
cimiento para la generacién de Burckhardt y la honrosa
salvacién del Barroco para la generacién de Rieel y
Walfflin. Burckhardt considcraba todavia a Parmigianino
como im artista desagradable y afectado, y también Walf-
fin veia ain en el Manicrismo algo asi como una des
viacién en la evolucién natural y sana, un internado su-
perfluo entre el Renacimiento y ol Barroco. Sélo una
poca que ha vivide como su propio problema vital la
tensidn entre forma y contenido, belleza y expresién, podia
hhacer justicia al Manicrismo y precisar su poculiaridad
tanto frente al Renacimiento como frente al. Barroco
A Wallflin le faltaba todavia la auténtica e inmediata
vivencia del postimpresionismo, esto es, Ia experienci
que puso a Dvorsk en situacién de medir le importancia