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INTRODUCCIÓN:
Este problema que se nos presenta en la actualidad es un tema que cada día
ocupa más la atención de científicos, técnicos, políticos y en general, de muchos
de los habitantes del planeta.
Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que: el 90 % es
agua de mar y tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1 % de toda el
agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos.
Además el agua tal como se encuentra en la naturaleza, para ser utilizada sin
riesgo para el consumo humano requiere ser tratada, para eliminar las
partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente
debe ser distribuída a través de tuberías hasta las casas, para que pueda ser
consumida sin ningún problema ni riesgo alguno.
ESTADÍSTICAS DE AGUA EN EL PLANETA
PROBLEMÁTICA GLOBAL DEL AGUA:
Las fuentes, los manantiales, las cuencas o cañadas están en acelerada vía de
extinción, hay cambios de clima y de suelo, inundaciones, sequías y
desertización. Pero es la acción humana la más drástica: ejerce una
deforestación delirante, ignora los conocimientos tradicionales sobre todo de las
comunidades indígenas locales, retira el agua de los ríos de diferentes maneras,
entre otras con obras de ingeniería, represas y desvíos.
Ante una situación de escasez del agua la amenaza se cierne sobre tres aspectos
fundamentales del bienestar humano: la producción de alimentos, la salud y la
estabilidad política y social. Ésto se complica aún más si el recurso disponible se
encuentra compartido, sin considerar el aspecto ecológico.
Es por ésto que, la gestión del recurso deberá tender a evitar situaciones
conflictivas debidas a escasez, sobreexplotación y contaminación, mediante
medidas preventivas que procuren un uso racional y de conservación.
El agua es un recurso imprescindible pero escaso para la vida. Menos del 1% del
agua del planeta es dulce y accesible para el hombre, aunque este porcentaje
varía considerablemente según el lugar, el clima o la época del año.
Únicamente el 2,53% del total de agua existente en el planeta es dulce y el resto
es salada. Aproximadamente las dos terceras partes del agua dulce se
encuentran inmovilizadas en glaciares y al abrigo de nieves perpetuas.
Por otra parte, los recursos de agua dulce se ven reducidos por la
contaminación. Unos dos millones de toneladas de desechos son arrojados
diariamente en aguas receptoras, incluyendo residuos industriales y químicos,
vertidos humanos y desechos agrícolas (fertilizantes, pesticidas y residuos de
pesticidas).
Como siempre, las poblaciones más pobres resultan las más afectadas, con un
50% de la población de los países en desarrollo expuesta a fuentes de agua
contaminadas.
Asimismo, las estimaciones más recientes sugieren que el cambio climático será
responsable del alrededor del 20% del incremento de la escasez global del agua.
EL SECTOR AGRÍCOLA MAYOR CONSUMIDOR DEL AGUA
Ante estas circunstancias, muchas regiones del mundo han alcanzado el límite
de aprovechamiento del agua, lo que los ha llevado a sobreexplotar los recursos
hidráulicos superficiales y subterráneos, creando un fuerte impacto en el
ambiente.
Aunque en las últimas dos décadas se ha logrado progreso sobre los distintos
aspectos del desarrollo y la administración de los recursos hidráulicos, los temas
de la calidad del agua son más serios de lo que se creía.
El primer estudio global del Instituto Internacional para el Manejo del Agua
(IWMI, según sus siglas en inglés) sobre la escasez del agua, publicado en el año
1998, puso de manifiesto que el agotamiento incontrolado de las capas acuíferas
subterráneas representaba una seria amenaza para la seguridad de los alimentos
en muchos países en desarrollo.
Son tres los problemas principales que caracterizan a la utilización del agua
subterránea: el agotamiento debido a un exceso de extracción de este recurso;
las inundaciones y la salinización causadas por un drenaje insuficiente; y
finalmente, la contaminación, debida a las actividades intensivas agrícolas,
industriales y de otro tipo.
Países que sufren ya las consecuencias de un exceso de utilización de las aguas
subterráneas.
Los usos del agua se determinan de acuerdo a la ubicación geográfica del lugar,
la economía que tiene, las actividades que realizan los miembros de la
comunidad y el contexto cultural en el que se combinan cada uno de los
aspectos anteriores.
Cada vez es más frecuente ver como algunas acciones que realizamos en nuestra
comunidad deterioran no sólo la calidad del agua, también nos acerca más a la
racionalización severa del recurso para poder cubrir las necesidades de todos los
pobladores. Esta situación nos llevará en pocos años a una escasez del agua que
pondría en riesgo el desarrollo social de todos.
Si bien es importante que cada persona valore el uso del agua para sus
actividades básicas, es necesaria la organización comunitaria para el manejo
eficiente del agua que nos permita preservarla a futuro.
El recurso agua es cada vez más apreciado, tanto para uso doméstico industrial
o agrícola. Su escasez, sobre todo en las zonas áridas y semiáridas, la sitúan
como prioridad vital para el desarrollo de las poblaciones: "si no hay agua, no
hay vida". Muchos son los programas emprendidos para el uso racional del vital
líquido; sin embargo; gran parte de ellos adolecen de objetividad, ya sea por su
difícil aplicación o por el elevado costo que representan; es más, se ataca el
problema desde puntos de vista sofisticados (se piensa que el modelo más
complicado es el mejor); sin embargo existen oportunidades valiosas que están
a nuestro alcance, que sólo requieren ser visualizadas, un tratamiento técnico
simple y "conciencia de todos".
Mucho se habla de las plantas tratadoras para reutilización del agua en ciertas
actividades donde no se requiere la calidad de potable (claro, dado el
acondicionamiento de las aguas degradadas). Pero hemos olvidado que también
hay desperdicios que no están a la vista y por ello no les ponemos atención.
Debido a que los suministros de agua dulce son el elemento esencial que
permite la supervivencia y el desarrollo, también han sido, a veces, motivo de
conflictos y disputas, pero a la vez, son una fuente de cooperación entre
personas que comparten los recursos del agua. A la par del aumento de la
demanda del líquido vital, las negociaciones sobre la asignación y
administración de los recursos del agua son cada vez más comunes y necesarias.
REDUCCIÓN DE CONSUMO
Hay mucho trabajo que hacer en reducir el consumo, en todos los ámbitos pero
principalmente en los que mayor porcentaje del gasto suponen:
En agricultura es imprescindible mejorar los sistemas de riego.
El Perú maneja este recurso, cada vez más escaso de forma ineficiente. La
ausencia de políticas adecuadas de manejo y aprovechamiento dan como
resultado un derroche del líquido vital. No existe un manejo racional, ni
previsor.
Parte de la costa del Pacífico sería un desierto, de no ser por el agua que fluye
desde los Andes. Perú tiene el mayor número de glaciares tropicales del mundo.
El agua de los glaciares es vital para los valles en los meses de temporada seca,
produciéndose la lenta liberación del líquido. El retroceso de los glaciares ha
resultado alarmante. Perú y Bolivia han perdido cerca de una tercera parte de
las superficies de sus glaciares entre 1970 y el 2006.
El agua brota como el mayor conflicto geopolítico del siglo XXI ya que se espera
que en el año 2025, la demanda de este elemento tan necesario para la vida
humana será de un 56% superior que el suministro y quienes posean agua
podrían ser blanco de un saqueo forzado. Se calcula que para los 6.250 millones
de habitantes a los que hemos llegado se necesitaría ya un 20% más de agua. La
pugna es entre quienes creen que el agua debe ser considerada como un bien
comerciable (como el trigo y el café) y quienes expresan que es un bien social
relacionado con el derecho a la vida. Los alcances de la soberanía nacional y las
herramientas legales son también parte de este combate.
A medida que la población crece y aumentan los ingresos se necesita más agua,
que se transforma en un elemento esencial para el desarrollo.
Este recurso es un bien tan necesario que podría pasar a ser objeto de peleas
políticas, si se lo observa sólo como un negocio: represas, canales de irrigación,
tecnologías de purificación y de desalinización, sistemas de alcantarillado y
tratamientos de aguas residuales. No debe olvidarse el embotellamiento del
agua, puesto que es un negocio que supera en ganancias a la industria
farmacéutica.
La apropiación territorial:
Ésto podría realizarse mediante la compra de tierras con recursos
naturales (agua, biodiversidad), tampoco se descarta un conflicto militar.
Esta última hipótesis, nos transporta a la última guerra en Irak (Marzo
2003) y la apropiación de las grandes petroleras estadounidenses de los
recursos iraquíes. No se descarta que con esa guerra hayan querido
controlar los recursos hídricos de los ríos Eufrates y Tigris; ríos
caudalosos en una de las zonas más áridas del planeta.
Las fugas en las redes de alimentación de agua de las ciudades son enormes. El
que ese déficit tiende a aparecer en nuevos lugares y a menudo varias veces por
año.
Es probable que los déficit sean causados por la contaminación; en todos los
Por último cabe mencionar que cada uno de los habitantes de este planeta
presentación.