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| Tratuide Amad devotamente a los macs ros que os precedieron. Inclinaos ante Fidias y ante Mi- gual Angel, Admizad la diving se- renidad del uno; la salvaje angwstia. del otro. La admivacién es un vino (generoso para los nobles espiritus. ‘Guardaos, sin embargo, de imitar ‘DVPRESO EX LA ARGENTINA © 191, Queda hecho ol Seis go ‘soviet ey 183 ie a yuestros mayores, Respetuosos de ‘Todo es bello para oartist, pues, 'a tration, sabed diseenir To que to que en todo ser yen toda cos, | ella contiene de eternamente foci. su peneirente mirada desenbre el do: el amor a la Naturaleza y la sin- cardcter, es decir la verdad interior ceridad, Estas son las dos fiertes Que trasparece ‘bajo la forma. Y Saree Toios ado- esta verdad es la bellem misma. Bs- raton la Natt nomistioron [ fudiad veligiosamente y no podrsls ieee De eae Ta tradicién, dejar de encontrar la verdad. 15 tiende la Have mereed a la eual | ‘Teabajad eon encarvecimiento. podréis evadivos dela rutina. Es la foie saildoplagca ron a interrogar sin eesar la realidad ‘Vosotros, escultores, fortifiead en ¥ la que 0s prohibe someteros cie- vvosotros e] sentido de la profundi- Bamente a ningtim maestro. Gad. El espiritu se familiaviza difi- cilmente con esta novién. El solo se representa distintamente las suzer- 4, ue la Naturaleza sea yuestra § —ficies. Imaginar las formas en e=- nie gos pesor Te resulta embarazoso. Esta [ened en ella una fe absolute. Bs “es, sin embargo, vuestra tares. ea te de ces fa “Ante todo estublesed netamente Iimitad voestra ambleiin a serie Jog grandes planos de Ins figuras a c ‘que vais a esculpir. Acentuad vigo- Auousva sapin yosamente la orientacién que vais a Gar a cada partedel cuerpo, a la c2- hheza, a los hombros, a la pelvis, a las piernas. El arte exige decisién, Es por la bien acusada fuga de las lineas, que os sumergiréis en el es- pacio y que us haréis duetos de la profundidad. Cuando vuestros pla- 10s estén definidos, todo habré sido hhallado. Vuestra estatua vive ya. Los detalles macen y se disponien por si mismos, de seruida Cuando modeléis, no penséis en superficie sino en relieve, Que vuestro espirita eonciba toda superficie como el extrema de un volumen que la empujara desde atvis, Figuraos las formas como si apuntaran haeia vosotros, Toda vida sarge de un centro, luego germina y se expande de adentro hacia afue- ra, Del mismo modo, en toda bella ‘EBjercitaos sin descanso. Bs preci- so extenuarse en ¢l oficio, El arte no es més que sentimien- to, Pera sin la ciencia de los voli-, rmenes, de las proporeiones, de los‘ colores, sin la habilidad de la mano, el mas'vivo de los sentimientos se queda como paralizada. ;Qué seria el mas grande de los poetas en un pais extranjero euya lengua igno- raya? En la nueva generacién de artistas, hay numerosos poetas que se niegan a aprender a hablar. Es ‘asi como no haeen més que bal- Ibucear. iPaciencia! No contéis con la ins piracin, Hlla no existe. Las inicas ‘cualidades del artista son pruden- cia, atencién, sineeridad, voluntad. escultura, se adivina siempre una potente iinpulsién interior. Hste es el secreto del arte antigua Vosotros, pintores, observad igualmente la realidad en profandi- dad, Mirad, por ejemplo, un retrato pintado por Rafael. Cuando este maestro Yepresenta un personaje Ge frente, hace bir obliewamente 1a Tinee del pecho y €3 de este modo que 10s da la ilusi6n de In teveera dimensién, ‘Todos los standes pintor Gearon el espacio. Es en Ia nocion de espesor que radica la fuerza. ‘Recordad esto: no hay lineas, existen voliimenes. Cuando dbujéis, ho os preogapéis jamas del contor- ‘no, sino del relieve. 1s el elieve Jo que rige el contomo, so Cumplid vuestra tarea como honra- dys obreros, Sed veridicos, jévenes. Pero esto no signi vulgarmente exac- tos, Hay una deleznable exactitud: Ja de la fotografia y Ia del ealeo. EL arte s6lo comienza con la verdad in- terior. Que todas vuestras formas, todos vuestros colores traduzean sentimientos. El artista que se conforma con un simple simulacro y reproduce ser- vilmente los detalles sin valor, no sera jamas un maestro, Si habéis, visitado alain cementerio italiano, sin duda habréis notado con qué puerilidad los artistas eneargados de decorar las tumbas se dedican a ccopiay en sus estatuas, los bordados, Jas eneajes, las trenzas de eabellos Puede que sean exactos, pero no ve- vidjeos, puesto que no se dirigen al hima, Casi todos nuestros escultores re- euerdan a los de los cementerios Halianos. En los monumentos de muestres plazas pitblicas, no se dis tinguen més que levitas, mesas, ve~ adores, sillas, méquinas, globos, te- Iégrafos, Nada de verdad interior; nada, pues, de arte. Apartaos de se- mejante baratija. Sed profundamente, ferozmente veridieos. No vaciléis jams en ex- ypresar lo que sintis, ni siquiera feuando os encontréis|en oposieién tala eelebrar el amor maternal Pre ser sublime. Los maestros 61 Euellos que miran con sus propics ‘0j0s Jo que} todo el mundo ha visto penn eis lo ‘que es denfasiado familiar para Jos clos expiitus : ‘Los malos artistas calzan siempre tos antenjos del présimo. ‘La gran cuetion essex eapaz de emocign, de amar, de esperar de vr ‘prar, de vivir. {Ser hombre antes de fer avista! La verdadera eloeuen tia ce burla dela eloowenca, dcia Pascal El verdadero arto se burl Gel arte, Yotamo agut el ejemplo de Bugenio Carre. Bn las exposicio- nes, ls mayor parte de Tos euadros fo gon ins que pintura; os say0s emefaban, en medio de Jos, ot 08, ‘entanas abjertas sobre la vide! 6 con las ideas corrientes y aceptadas, Puede oeustiz que al principio no sedis comprendides. Pero vuestro aislamienta seri de corta duracién. Pronto vendrén amigos hacia vos ‘otros: puesto que lo que es profun- Gamente verdadero para un hombre Jo es para todos, Porlo tanto, nada de gestos, nada de contersionés para atraer al p Dblico. ‘Simplicidad, ingenuidad! ‘Los mais bellos motivos se eneuen~ tran delante de vosotvos: son aque Tos que eonoesis mejor. 36 muy_querido y muy grande Bugenio Carriére, que tan pronto nos dej6, demostré sx genio pintan~ do a su mujer y sus hijos, Le bas- 6 Admitid lag eritieas justas, Las reconoceréis ffeilmente, Son aque” Iias que 0s confirmarn en una du- da que os persigue, Pero no os de- Sgis abatir por aquellas que vuestra ‘oneiencia no admit. No temdis las eriticas injustas, Blas indignardn a yuestros ami: los obligaran a reflexionar sobre la simpatia que os tienen y la sosten- Gran mas resueltamente euando dis- ciernan mejor los motives. Si sois nuevos en el ejercicio de vyuestro arte, no contaréis al prinei- pio més que con un carto nimero de partidarios y una mulitud de ene- igos, No 0s deseorazondis. Los pri ‘meros ériunfarén: pues ellos saben por qué os aman; Ios otros ignoraa or qué les sois odiosos; los prime- 10s estin apasionades por la verdad y Teelutan sin cesar nuevos adhe-

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