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La decisin de Randolph Carter

Les repito que no s qu ha sido de Harley Warren, aunque pienso y casi espero disfruta de la paz y el olvido, si es que semejante bendicin existe en alguna parte. Es cierto que durante cinco aos fui su ms ntimo amigo, y que he compartido parcialmente sus terribles investigaciones sobre lo desconocido. No negar, aunque mis recuerdos son inciertos y confusos, que este testigo de ustedes pueda habernos visto juntos como dice, a las once y media de la noche, camino al pantano del Gran Ciprs. Incluso puedo afirmar que llevbamos linternas y palas, y un curioso rollo de cable unido a ciertos instrumentos, pues todas esas cosas han desempeado un papel en esa nica y espantosa escena que permanece grabada en mi trastornada memoria. Pero debo insistir en que, de lo que sucedi despus, y de la razn por la cual me encontraron solo y aturdido a la orilla del pantano a la maana siguiente, no s ms de lo que he repetido una y otra vez. Mi amigo Warren me pidi que lo acompaara al cementerio, pues haba encontrado un libro muy antiguo con caracteres que jams haba visto. El lugar pareca abandonado, por todas partes se vean signos de decrepitud. Me senta perturbado por la impresin de que Warren y yo ramos los primeros seres vivos que interrumpan un letal silencio de siglos. Ese lugar estaba cubierto de escombros y de una vegetacin malsana. La primera impresin vivida que tuve de mi propia presencia en esta terrible necrpolis fue el momento en que me detuve con Warren ante un sepulcro semidestruido y dejamos caer unos bultos que habamos llevado. No pronunciamos una sola palabra, ya que parecamos conocer el lugar de nuestra misin all () H.P. Lovecraft, La decisin de Randolph Carter, en Cuentos de Terror. Alfaguara, Mxico 1997.

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