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Desarrollo de Habilidades del Pensamiento

MOTIVACIÓN E INCENTIVOS PARA EL APRENDIZAJE

La motivación para el aprendizaje se ha abordado desde diferentes


enfoques; un modelo general analiza a la motivación a partir de tres
componentes motivacionales: los componentes de expectativa, los de
valor y los afectivos. Se cree que estos tres componentes generales
interactúan entre sí y además influyen en las estrategias que los
alumnos utilizan, para un aprendizaje autorregulado.

Los componentes de expectativa, se refieren a la respuesta de los


estudiantes ante la pregunta: ¿puedo llevar a cabo esta tarea? Si el
estudiante piensa que tiene algún control sobre sus habilidades
requeridas para realizar la tarea, es más probable que se
comprometa, se involucre y persista activamente en la tarea, así
como que use estrategias variadas tanto cognitivas como
metacognitivas.

Los componentes de expectativa incluyen creencias de control y


creencias de eficacia. Las creencias de control se derivan en tres
aspectos relevantes: fuente interna, fuente externa o de otros
poderosos, y una fuente desconocida. Se piensa que los alumnos que
creen en fuentes internas de control ejecutan mejor, que los alumnos
que creen en que los otros poderosos (por ejemplo maestros/padres)
son responsables de su éxito o fracaso o que aquellos alumnos que no
saben qué o quién es el responsable de los resultados.
Respecto a las creencias de autoeficacia, se refieren a las creencias
de los alumnos acerca de su habilidad para llevar a cabo ciertas
metas o tareas, gracias a sus acciones en situaciones específicas. Por
lo general, los alumnos con alto nivel en autoeficacia tienen más
probabilidades de involucrarse cognitivamente al tratar de aprender
el material, en comparación con aquellos de baja eficacia.

Los componentes de valor incorporan las metas de los individuos para


involucrarse en una tarea, así como sus creencias acerca de la
importancia, utilidad e interés en una tarea. Esencialmente estos
componentes se refieren a la pregunta de si a los alumnos “les
preocupa” la tarea y la naturaleza de esa preocupación. Hay dos
componentes de valor importantes: la orientación hacia la meta y el
valor de la tarea.

Acerca de la orientación a la meta mencionaremos que las metas son


representaciones cognitivas de los diferentes propósitos que los
alumnos pueden adoptar en diferentes situaciones de logro. Hay una
distinción importante entre la orientación intrínseca y la orientación
extrínseca a la meta. Con frecuencia se piensa que estas dos
diferentes orientaciones a la meta son extremas en un continuo
bipolar que va de lo intrínseco a lo extrínseco; tener simultáneamente
tanto razones intrínsecas como extrínsecas al comprometerse en una
tarea. Por ejemplo, un estudiante universitario podría elegir tanto
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razones intrínsecas relacionadas con el aprendizaje y la maestría así


como razones extrínsecas como obtener buenas calificaciones y
facilitar sus perspectivas de carrera.
Respecto al valor de la tarea, se han propuesto tres componentes
importantes: la percepción del valor utilitario de la tarea para metas
futuras. La importancia del valor de una tarea se refiere a la
percepción de los individuos acerca de la importancia de la tarea o de
la prominencia que tiene para ellos. El interés de los alumnos en la
tarea parte del supuesto de que el interés es una actitud general del
individuo o el gusto por la tarea, que es, de alguna manera, estable
en el tiempo.

En un escenario educativo, esto incluye el interés del individuo por el


contenido del curso y las reacciones a las otras características del
curso, tales como el instructor. Y el valor utilitario de la tarea se
refiere a los fines o a la motivación instrumental de los alumnos.
Por último, los componentes afectivos incluyen las reacciones
emocionales de los alumnos hacia la tarea y su ejecución (esto es,
ansiedad, orgullo, vergüenza) y sus necesidades más emocionales en
términos de auto valor o autoestima, la afiliación, la auto
actualización.

Los componentes afectivos plantean la siguiente pregunta básica:


¿Cómo me hace sentir la tarea? En este sentido hay
considerablemente menos investigación, excepto por la ansiedad en
la prueba y su relación negativa con la ejecución académica. La
ansiedad de prueba es una reacción negativa ante una situación de
evaluación que incluye pensamientos negativos acerca de la
ejecución durante la presentación de un examen (por ejemplo, “no
puedo resolver este problema. Eso significa que voy a reprobar: ¿qué
voy a hacer entonces?”), e interfiere con la habilidad de los alumnos
para activar realmente el conocimiento apropiado y las estrategias
cognitivas y regulatorias para tener éxito en el examen. Estas “auto
ideas perturbadoras” pueden construirse durante el curso del examen
y salirse de control conforme pasa el tiempo, lo cual crea, entonces,
más ansiedad acerca de poder terminar el examen a tiempo.

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