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Introducción
La colangiografía por resonancia magnética (CRM) fue descrita en 1986. La tecnología para
los conductos biliares. Hoy en día, se considera como un estudio rutinario, especialmente en los
medios hospitalarios, en los cuales se utiliza de manera primaria o como complemento a otros
exámenes para la evaluación morfológica de los conductos biliares. La difusión de este método
diagnóstica en los casos en los que se desea información anatómica de la vía biliar.
Con respecto a los métodos convencionales para la evaluación de los conductos biliares, como
colangiografía percutánea (CTPH), la CRM tiene tres ventajas principales, como son: el hecho
reacciones adversas, esta última dada porque no se requiere de medio de contraste para la
ángulos de vista, así como la ausencia de radiación ionizante. Esta última característica extiende
sus aplicaciones a la población sensible a las radiaciones, es decir, niños, mujeres en edad fértil
y embarazadas.
Los estudios no invasivos de los conductos biliares, como la US y la tomografía computarizada
(TC), han resultado inferiores en su capacidad para detectar el sitio y la posible causa de una
la sepsis de origen biliar, episodios de sangrado y efectos adversos relacionados con los
Los estudios que han comparado las características operativas de la CPRE y la CRM no han
directa por vía endoscópica han demostrado que algunas porciones de los conductos biliares no
conductos biliares distales a un punto de obstrucción. Esta situación puede hacer que se dificulte
Existen diferentes técnicas para obtener imágenes de los conductos biliares mediante CRM. De
imágenes en las cuales la bilis aparece de baja o de alta señal. El procesamiento de estas incluye
técnicas de proyección de intensidad mínima o máxima, con las cuales se obtiene información
tridimensional que puede rotarse en cualquier plano ortogonal. Algunas de las modalidades de
adquisición pueden requerir de varios minutos, durante los cuales se obtienen múltiples cortes
coronales oblicuos finos, que posteriormente son manipulados para obtener reconstrucciones
tridimensionales. En estos casos, se pueden utilizar medicamentos como el glucagón a una dosis
de 1mg por vía IM, para disminuir el peristaltismo intestinal que pueda interferir con la calidad
de las imágenes. Sin embargo, se prefiere la obtención de imágenes rápidas que no requieren del
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manera, existen protocolos de adquisición que se hacen durante episodios de respiración
La técnica para la adquisición de la CRM se caracteriza por su alta resolución de contraste. Esta
particularidad es la que permite visualizar los conductos biliares sin la administración de medio
de contraste. Puede ser necesario realzar el arco duodenal; esto puede lograr administrando agua
utilizar sustancias de alta densidad, como los medios de contraste baritados o el kaopectate para
disminuir la señal del arco duodenal. Otra manera de hacer «desaparecer» el arco duodenal, es
mediante la administración de sustancias con contenido metálico. Una ingeniosa alternativa que
ha sido descrita es la ingesta de jugo de bayas (blueberries), fruto cuyo contenido de manganeso
hace que el arco duodenal se manifieste como una estructura de baja señal, que no interfiere con
con secuencias basadas en la técnica de adquisición rápida con realce de la relajación (RARE),
comúnmente conocida como eco de espín rápido. Usada desde 1991 de manera rutinaria, y con
confiable los conductos biliares. Éstos aparecen de alta señal, simulando los métodos que
utilizan medio de contraste. Los cálculos se observan como «defectos de llenamiento», aunque,
por el hecho de no haber administrado medio de contraste para el llenamiento de los conductos,
La desventaja principal de las técnicas que se sincronizan con el ciclo respiratoprio es el tiempo
total de adquisición, que puede ser de varios minutos. La alternativa es la adquisición de cortes
de mayor espesor, con información T2 en las que se muestran los conductos biliares. Se hacen
como cortes únicos, el tiempo de adquisición puede reducirse a pocos segundos, con la
ángulos, incluso más que las que se obtienen durante un estudio de CPRE o CTPH.
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Las secuencias con información muy pesada hacia el tiempo T2 hace que la señal de la mayoría
de los tejidos esté tan baja que prácticamente lo único que produce señal son los conductos
Aplicaciones Clínicas
Varios estudios han demostrado características operativas similares a los de métodos como la
US y la TC, con una alta proporción de cálculos detectados mediante técnicas de CRM, así
como una adecuada diferenciación entre cálculos y lesiones neoplásicas como causa de
Se ha descrito que la CRM tiene la desventaja de no aportar posibilidades terapéuticas, como las
instrumentación de los conductos biliares. Sin embargo, estrictamente hablando, los dos
métodos tienen desempeño similar desde el punto de vista de su capacidad para discernir los
detalles anatómicos de los conductos biliares. Las posibilidades terapéuticas no son una
característica inherente a la CPRE sino a la técnica endoscópica; por tanto, al hacer análisis
comparativos entre las dos técnicas, sólo se debería tener en cuenta su utilidad para la
visualización de los conductos biliares. Estas consideraciones han hecho que, inicialmente, la
CRM se haya reservado para pacientes en los que existen contraindicaciones o dificultades
técnicas para la realización de la CPRE, como pueden ser el antecedente de algunos tipos de
había sido fallida. Con el estado actual de la tecnología para CRM, y por el hecho de ser un
estudio no invasivo, que carece de complicaciones, cada vez más se hace la CRM como primer
Las diferentes situaciones en que la CRM ofrece aplicaciones diagnósticas son: demostración y
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la vesícula biliar (colelitiasis y tumores). En los estados postoperatorios de la vía biliar,
Los cálculos biliares aparecen como defectos intraluminales de baja señal que contrastan con la
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Figura 1. Coledocolitiasis. A. Cálculo único en el extremo distal del colédoco, visualizado como defecto
intraluminal ovoide (Flecha). B. Múltiples cálculos facetados en el interior del colédoco (Cabezas de
flecha). El extremo terminal del conducto colédoco tiene apariencia de menisco, indicativo de cálculo
enclavado (Flecha).
encuentra muy distendida, pues la alta señal del contenido vesicular tiene el potencial de
ocultar estos cálculos. Esta limitación no suele tener mayor significancia clínica, pues en
muchos casos, además de ser posible detectar los cálculos vesiculares (Figura 2), el diagnóstico
A B
Figura 2. Colelitiasis. A. Defecto intraluminal grande en el interior de la vesícula (Flecha). La vía biliar
no está dilatada. B. Múltiples cálculos pequeños en la vesícula, con coledocolitiasis no obstructiva.
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de colelitiasis se ha hecho previamente mediante US, y la CRM está orientada a detectar
CRM, como un halo de alta señal alrededor de las paredes de la vesícula (Figura 3). Los
A B
Figura 3. Colecistitis. A. Moderada distensión vesicular, con halo de alta señal a su alrededor, por
colecistitis (Flechas). La vía biliar es de calibre normal. B. Corte axial de RM que confirma la presencia
de líquido perivesicular (Flechas).
pancreático (Figura 4). Ejemplos de situaciones que pueden simular cálculos son: neumobilia,
compresión extrínseca por una estructura vascular y superposición con el tracto digestivo.
efecto sobre los conductos biliares o pancreáticos (Figura 5). El diagnóstico diferencial entre
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extremo distal del colédoco puede ser difícil, y puede requerir de la información
endoscópicas de US.
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Figura 6. Lesión hiliar maligna. A. Obstrucción biliar alta por lesión hiliar maligna (Flecha), con
dilatación de la porción central de los conductos intrahepáticos. Adecuada visualización del colédoco
distal a la obstrucción (Cabeza de flecha). B. Conductos intrahepáticos izquierdos aislados por lesión
neoplásica hiliar (Flecha).
Los quistes del colédoco son adecuadamente valorados con CRM. Es posible determinar la
biliar proximal al quiste (Figura 7). También son de fácil detección las lesiones quísticas de los
conductos biliares, las cuales corresponden a un espectro de malformaciones, que van desde la
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dilatación quística del colédoco, hasta el compromiso aislado de los conductos intrahepáticos
(Figura 8). Las variantes anatómicas de la vía biliar, que ocurren en el 37% de la población,
también pueden demostrarse mediante la CRM. La detección de variantes anatómicas puede ser
colecistectomía laparoscópica.
A B
Figura 8. Lesión quística de la vía biliar. A. Pequeña saculación dependiente del conducto hepático
izquierdo (Flecha). B. Dilataciones quísticas saculares de los conductos hepáticos principales (Flechas),
sin compromiso del resto de la vía biliar.
La colangitis esclerosante es otra entidad que puede evaluarse mediante CRM, en la que se
pueden detectar áreas alternantes de dilataciones y estenosis que comprometen los conductos
seguimiento de los pacientes a quienes se les han practicado cirugías derivativas de los
conductos biliares, tanto para el manejo de colangitis, como en otras entidades benignas o
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La CRM permite identificar la anastomosis bilioentérica en estos
A B
Figura 9. Colangitis. A. Distorsión de los conductos biliares intrahepáticos, con zonas de estenosis y
dilatación (cabezas de flecha), además de compromiso de segmento largo del conducto hepático común
(Flechas). B. Derivación bilioentérica por colangitis. Se demuestra irregularidad en el calibre de los
conductos intrahepáticos (Flechas) y la comunicación con asa yeyunal anastomosada a la región hiliar
(Cabeza de flecha). El remanente de colédoco distal es de calibre normal (flecha delgada).
pacientes, y determinar si es necesaria una intervención, que puede ser percutánea, en casos de
invasivo para la evaluación de anastomosis biliares en pacientes con transplante hepático, las
cuales se hacen entre el conducto colédoco del órgano transplantado y el nativo del receptor
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Bibliografía Recomendada
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