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FINAL FANTASY XIII

Episode Zero
Encounter - Capítulo 5

by Vanille
Final Fantasy XIII Blog
http://novacrystallis.blogspot.com

Lightning pensaba que simplemente deambularía un rato por ahí antes de ir al trabajo, pero al
final terminó en el centro comercial.

Cada año, turistas de todas partes vienen a Bowdam a ver el festival de fuegos artificiales. Se
celebra desde tiempos ancestrales, y hay unas cuantas leyendas entorno a él. La más
popular es, "Si rezas a los fuegos, tu deseo se hará realidad." Simplemente eso y nada más,
todo lo que tienes que hacer es rezar. Probablemente, por ser algo tan simple, ha terminado
siendo creído durante décadas o incluso más.

Todo el mundo tiene deseos. No importa lo feliz que seas, siempre habrá algo que podrá
hacerte más feliz. Por eso la noche del festival las puertas de Bowdam se llenan de visitantes
habituales. Con tantísima gente junta a la vez, es común que ocurran accidentes. Por eso, la
noche del festival las fuerzas de seguridad de Bowdam salen de patrulla. Esa noche Lightning
sería la responsable del área que hay entre el centro comercial y la playa.

"Probablemente sea una buena idea comprobar mi zona de antemano.", pensó. "Puedo
calcular el punto en el que está cada tienda, decidir en que lugares asignaré a mis soldados,
y qué debería cambiar para prevenir accidentes. Por ejemplo, debería poner mucha guardia
alrededor de esta tienda de accesorios, o por lo menos decirle a los encargados que deberían
estar alerta. Cualquier tienda con joyas en ella estará en peligro de robo."

Miró por uno de los escaparates y algo le llamó la atención. Un largo colgante colgado de una
delicada cadena estaba en exposición. Era de Cocoon y de un objeto con forma extraña.
Lightning no sabía mucho de joyería, pero le pareció algo que le gustaría a Serah.

El dar vueltas por todo el centro comercial hizo a Lightning darse cuenta de cuanto tiempo
había pasado sin mirar escaparates. Probablemente desde la última vez que fue de compras
con Serah. "Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que fuimos de compras juntas.",
pensó. "Desde que me alisté en el ejército."

De repente se sintió culpable. Después de alistarse, pensó que una vez se acostumbrara a su
trabajo tendría tiempo para Serah. Pero pasó un año, y asumió más responsabilidades.
Incluso se volvió más ocupada. Antes de que se diera cuenta, ya no solo no salían juntas, si
no que eran raros los momentos en los que conversaran.

Cuando se unió, Serah estaba todavía en el instituto. Seguramente estaba preocupada sobre
lo que haría después de los estudios o sobre sus relaciones con los demás. Todo el mundo
tiene problemas en esa edad. Quizás quería pedirle a Lightning consejo sobre muchas cosas,
pero no, Lightning estaba muy ocupada trabajando como para escucharla.

Serah probablemente se habría sentido sola. Querría a alguien con quien hablar... Así es
como habría terminado con un prepotente como Snow. "Si ese es el caso,", pensó, "entonces
es todo culpa mía. Si solo hubiera estado ahí para Serah... Incluso aunque estuviese
ocupada, podría haber buscado tiempo para ella. ¿Por qué no lo hice? Juré ante la lápida de
mi madre que la protegería, pero solo la hice sentirse sola, tanto que se juntó con ese horrible
hombre. Y es todo culpa mía..."

"¡Oh, qué monada!"

Lightning se giró ante la alegre voz. Una madre y su hijo habían parado delante de un
portacontenedores de la tienda de animales.

"¿Te gustan estas cosas, mamá?"


"¿Qué? Pero a ti te solían gustar también. Siempre te quedabas delante de la tienda llorando,
diciendo '¡Quiero uno, quiero uno!"

"¿Y hace cuántos años de eso?"

"No tantos... solo diez."

Madre e hijo estaban mirando dentro del contenedor. Incluso desde atrás se podía decir que
se llevaban realmente bien. El pelo del hijo era plateado, mientras que el de la madre de un
color mucho más cálido. Incluso aunque el color del pelo fuera diferente, sus caras se
parecían. Dicen que los niños se suelen parecer mucho a sus madres. Por su altura, el chico
probablemente tendría unos catorce o quince años. La brillante chaqueta naranja que vestía
le hacía parecer aún más mayor. "Yo tenía esa edad cuando mi madre murió.", pensó ella un
poco triste.

"Estos son muy buenos con los niños. Son listos y les cogen cariño fácilmente a sus
dueños.", les dijo el dueño de la tienda de animales a la vez que cogía un pequeño pájaro de
uno de los contenedores y lo ponía en una jaula. Era un polluelo de chocobo.

"Ahora mismo, estos están agotados en cualquier parte. La tienda de Ewleede se hizo con
unos antes de ayer y ya se han agotado. Pronto recibiremos varios nuevos."

"Cuando éramos niñas no eran tan populares como ahora,", pensó Lightning. Pero un par de
personas en su clase tenía crías de chocobo. Serah tenía un amigo con el que solía jugar y
que poseía uno. Sus ojos siempre brillaban cuando hablaba sobre ello.

"Y bien, ¿os gustaría comprar uno?"

"Oh, no, desafortunadamente estamos de vacaciones. Sería ir muy lejos llevarlo desde aquí
hasta Palumpolum."

La palabra "vacaciones" le dió a Lightning una idea. Unas vacaciones, sí, podía ser una
buena idea.

Sería una buena forma de compensar a Serah por haberla hecho sentirse tan sola. Podría
llevársela a cualquier parte. Aunque no podría tomarse unas vacaciones muy largas, si se
ausentara del trabajo unos cuantos días podrían tomarse un respiro juntas. Una vez el festival
terminase, su horario de trabajo sería más flexible y su plan podría hacerse realidad.

"En mi cumpleaños,", pensó, "podríamos hablar sobre ello." Siempre pasaban su cumpleaños
cenando juntas. Serah entonces le daba un regalo, elegido tras comerse mucho la cabeza.
Esta vez, Lightning podría darle las gracias por el regalo diciéndole que se irían de
vacaciones. Solamente las dos.

Mientras estuviesen de vacaciones, ella escucharía todo lo que Serah quisiera contarle o
decirle, como compensación por todo el tiempo que habían estado sin hablar. Se lo pasarían
en grande y comerían deliciosos platos. Por supuesto, cuando regresaran, Lightning reuniría
tiempo suficiente para hablar con Serah. No la dejaría estar sola nunca más. Si dejase de
estar sola, seguramente abriría los ojos y se daría cuenta de que había estado a punto de ser
engañada por ese despreciable hombre. Y entonces, iría a la univerdad en Edén. Si hiciera
muchos amigos y viera nuevos lugares, con toda probabilidad se olvidaría completamente de
Snow.

Lightning decidió que era una idea excelente. Y todo gracias a esa madre y su hijo. Se dio la
vuelta queriendo darles las gracias, pero ya no estaban delante de la tienda de animales. Los
vio caminando juntos entre la multitud. Parecían tan felices que la hicieron sentir calidez en
su interior.

"Gracias.", pensó Lightning. "Espero que disfrutéis del resto de vuestras vacaciones."

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