Ojo gitano.

A Antonio Porchia (quien no conoc sino a travs de la palabra) Tiene un sarraceno enterrado en el iris y una gota de tinta corriendo sola. Oscila el foco en las montaas turbias: ngeles derramados por la nota. Nunca pude tocarle, era llama, nunca nombrarla pude, era miel. Saborear no es palabra, nia, es mar agitado entre los chasquidos, sombras, de ros salivales en las cabaas.

Flota la nube de hielo, se posa sobre la testa, inflama los seres de hiedra, de jabn que suda y queja. Nubes: las serpientes.

y las serpientes la lgica.