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EDUCACION Y PSICOANÁLISIS

APRENDER, QUERER APRENDER Y NO APRENDER EN LA ESCUELA

(GRACIELA M. GIRALDI, 1998)

“Dibujé una boa.


Mostré mi obra maestra a las personas grandes y les pregunté si mi dibujo les
asustaba.
Me contestaron: ¿Por qué habrá de asustar un sombrero?
Mi dibujo no representaba un sombrero.
Representaba una serpiente boa que digería a un elefante.
Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas
grandes pudiesen comprender.
Siempre necesitan explicaciones”

El Principito, Saint Exupéry

Es necesario que las y los educadores conozcan de Psicoanálisis pues de


esa forma podrán entender las distintas fases por las que atraviesan las y los
infantes de manera que no se escandalicen ante los “impulsos perversos o
asociales que el niño muestre”. (p.9)

¿Qué es un niño?

De igual forma que lo anterior, es pertinente darse cuenta que el


concepto de niño no ha sido siempre el mismo a través de la historia
modificándose de acuerdo con las corrientes de pensamiento de cada época,
para tal definición lo que prevaleció fue “su relación con el trabajo: el niño es
quien no puede trabajar, no es digno de que trabaje. Se considera a un niño no
capacitado para sostener un contrato social, aún cuando demuestre que es
responsable de sus actos.” (p.11): tal situación ha cambiado sin embargo la
firma de un niño no posee ningún valor ante la ley.

Actualmente se considera que el quehacer o rol de un niño es jugar y


además, tiene derecho a la educación, entendiéndose por esto, aprender en la
escuela.

El Psicoanálisis modifica de manera radical el planteamiento de las


ciencias al hablar por primera vez de la sexualidad en los niños, apoyada en
torno a las pulsiones parciales, noción que se despega del concepto biológico
del instinto animal” (p.15), dándole valor al niño como sujeto, ya que Freud se
pregunta ¿Qué quieren los niños? Los estados subjetivos como infancia,
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latencia y pubertad, Freud los rescata más allá de la edad cronológica de los
niños. La sexualidad adulta es el resultado de un complejo proceso de
desarrollo que comienza en la infancia y que se desarrolla las distintas etapas
que dependen de su enlace o relación con distintas áreas corporales.

Se rescatan términos como pulsión y libido, este último “se emparenta


con el apetito sexual y con el gusto.” (p.18)

La Tragedia del Edipo se utiliza como metáfora para explicar la


sexualidad del niño, la cual es “articulada desde la lógica del falo y la
castración (amor a la madre y temor al padre)” (p.16).

A pesar de que el niño es considerado como un ser dependiente de su


familia, Freud también le otorga la responsabilidad acerca de las decisiones
que tomará ante la vida, “decisión inconsciente del sujeto infantil, la que
organiza su propio destino, aunque a veces su propia elección le traiga
problemas para conseguir su felicidad.” (p.16). Por ser niño, éste no se exime
de problemáticas que se presentan en los distintos ámbitos de su vida: familia,
escuela, sus juegos, con sus pares, con su cuerpo, etc.

Freud dice que “la sexualidad de los niños es: perverso polimorfa”. (p.
17) porque dirige sus deseos sexuales hacia cualquier objeto,
desorganizadamente (por carecer de identidad) y sin represión, lo que le hace
carecer de identidad sexual (género), identidad personal e incluso de
inconsciente. Después del polimorfismo, el niño entra en un estado de latencia,
donde sus deseos sexuales están aminorados y apagados hasta su exuberante
florecimiento en la pubertad, última etapa del desarrollo sexual, en la que los
deseos sexuales se dirigen hacia objetivos "normales" según Freud, es decir, se
canalizan en encuentros heterosexuales, subordinados a la zona genital y con
un fin meramente reproductivo.

Se señala que “no existe un objeto predeterminado para la sexualidad,


y ésta se apoya en ¨la falta de objeto¨ (solo si me falta algo lo busco en otro
ser humano). Este polimorfismo pulsional integra ingredientes de la
perversiones como son: mirar-hacerse mirar, tocar-hacerse acariciar, besar-
hacerse besar.

Freud anota que “”las personas neuróticas reprimen sus sexualidad,


porque va en contra de sus valores morales expresando asco y repugnancia en
al histeria o impotencia en las relaciones amorosas del obsesivo.”(p.20)

“Los recuerdos infantiles han quedado amurallados por la represión


ordinaria, o la llamada ´amnesia infantil´, que es reforzada más tarde por la
escolaridad primaria” (p.20), de tal modo que la educación actúa como muros
de un río

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El niño cree que todos tienen pene. En ese punto de creencia en la
madre como la que “tiene”, se análoga a la premisa del verdadero perverso, el
sujeto que reniega del saber sobre la falta en la madre y por tanto construye
las teorías sexuales.

Freud nos indica que es por la excitación de las zonas del cuerpo del
niño, que la madre colabora en erogeneizar a través de los cuidados que brinda
al niño… “Es gracias a ese otro que asiste al niño, quien lo incluye en su deseo,
que el niño puede vivir y tener una sexualidad sana. De tal modo que si un
niño no es tomado como objeto de amor y de deseo de sus padres, no puede
humanizarse perdiendo el goce animal que trae al nacer biológicamente.”
(p.20)

Freud equipara el lugar que debe tomar el niño para entrar en el mundo
del deseo, con la misma ubicación de objeto amado y deseado, que toma
necesariamente una mujer para poder entrar en el deseo de un hombre.

El nacimiento de un hermano hace que los niños perciban esa falta,


pareciera que allí se instala el quiebre de la ilusión del niño, al darse cuenta
que no era el único amado de su madre; también cuando nota que la madre
dirige su mirada al padre, lo que implica que algo le falta.

Comprender la castración materna es necesario para poder dejar en el


olvido (amnesia infantil) las teorías sexuales infantiles que serán reemplazadas
por las fantasías sobre el romance familiar.

En estas fantasías del romance familiar el lugar del padre es relevante


en la escena edípica (es el padre el dueño de la madre del niño, el que
representa un orden en esas relaciones). Este pase de las teorías infantiles es
angustioso para el niño porque toca lo más profundo, el significante del padre
debe responder.

Fantasmas: (metamorfosis de la pubertad)

- Contemplación del acto amoroso de los padres

- Sensación de ser seducido por un adulto

- Angustia ante la amenaza de castración o temor a perder lo que se


tiene.

Si decimos que la maestra es la segunda madre del niño, su figura


también queda enlazada a lo deseado y a lo prohibido, para el niño. El niño
supone el saber a alguien querido, no a desconocidos. (p. 23)

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¿Cómo entra el niño en la vida?

El concepto de lo infantil en Freud se caracteriza por una temporalidad


especial del inconsciente que va contra toda idea de desarrollo y de cualquier
noción sobre edad cronológica, Freud encuentra lo infantil en sus pacientes
adultos. Por lo tanto no es lo mismo: “lo infantil en las neurosis”, que la
neurosis infantil” o “la neurosis del niño”. (p. 25)

Hay dos tiempos donde el suceso traumático llega a tomar significación


sexual: Precepción y compresión, tal circunstancia se puede constatar en casos
de estudio de Freud como: “Historial del hombre de los lobos”, el caso de
Dora…

Todos tenemos algo de lo infantil. Lo que pasa es que en el adulto eso es


la “marca”, “la huella” de ese destiempo inscripto para siempre en la
estructura del inconsciente.(p.27).

Lo que Freud quiere marcar es que la sexualidad del niño se basa en una
premisa universal, la premisa del falo: Todo y todos tienen pene,
especialmente la madre, es decir, “para el niño solo existe un órgano genital:
El masculino y la posibilidad de falta o pérdida de ese órgano trae angustia,
angustia de castración.” (p. 29)

De tal forma que la resolución de la Metáfora de Edipo “no es sin el


Padre, el Padre de la prohibición, lo que permitirá que el niño renuncie a los
deseos incestuosos hacia la madre, a cambio de perpetuar su órgano,
precisamente en la medida que este se ve amenazado por la Ley paterna, que
inaugura la prohibición: “Prohibido el goce con la madre y de extraerlo del
propio cuerpo”. (p. 29)

La neurosis infantil es producto de la pregunta: ¿Qué es lo que quiere mi


madre? Esa respuesta –mi madre quiere el falo, el percatarse que la madre no
es completa.

“Esa respuesta por el falo, le permite al niño salirse de ese lugar de


objeto, de ser objeto de ella, para poner al falo en su justo lugar: Afuera, en el
padre, etc.; el falo es un significante que da sentido sexual. No es objeto. No es
el pene aunque se lo imaginarice en ese órgano.”(p. 30)

En el Edipo se trata del Padre de la prohibición, de la Ley. El Padre del


Edipo prohíbe el goce. Lo introduce la cultura misma. Y si el padre está muerto,
se llevó el goce a la tumba. Por eso el Nombre del Padre es un significante
privilegiado. …Ante el deseo de la madre, el sujeto responde: Falo. “Cuando
esta metáfora se inscribe en el inconsciente, tenemos neurosis, tenemos

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perversión; si está ausente el Nombre del Padre y no se inscribe la metáfora,
tenemos psicosis.” (p.33) , por lo tanto en esta última estructura, el psicótico:
falta el significante fundamental que organiza a los otros significantes. Es un
sujeto construido sin cimientos. La madre debe transmitir este Significante

Freud rescata el término “roca viva de la castración”: que corresponde a


un “resto viviente del goce de la madre que el padre no puede borrar al entrar
el niño en el mundo del deseo.” (p.33)

Cuando esta metáfora se inscribe en el inconsciente, tenemos neurosis,


tenemos perversión. Si está ausente el Nombre del padre y no se inscribe la
metáfora, tenemos psicosis.

La metáfora paterna sólo da cuenta de cómo se entra en el deseo en


tanto sexual: por la castración o la pérdida de goce y gracias al padre. La
madre debe trasmitir este significante.

¿Cómo entra un niño en el deseo de la madre? Como objeto amado,


deseado, hablado. (p. 35) Pero el niño debe dejarse tomar por el deseo de su
cariñosa madre. Debe dejarse acariciar, amar, desear. O sea que para entrar
en relación con la vida, con la vida del deseo, del querer, tiene que operar el
deseo de la madre.

Pero el niño también tiene una responsabilidad de interpretar ese deseo


de la madre, que son las preguntas que se hace el analizante, cuando recorre
el camino del Edipo: ¿Qué quiere mi madre?, ¿Qué soy para ella? el niño debe
tomar una posición activa dentro de la construcción sana de su estructura
psíquica. (p. 38)

Cita la autora, “para tener una vida eróticamente eficaz, el hombre debe
vencer el respeto a la mujer y el horror a la idea del incesto con la madre y con
la hermana.” (p. 38), se adquiere el derecho a tener una mujer, lo cual mata el
goce.

Si hay un aspecto de la madre que le hace incógnita al niño, lo que lleva


a que se pregunte por qué quiere ella, eso posibilita la salida.

Son los diversos avatares que posibilitan o no, que el niño se encuentre
con la castración de la madre.

La versión del padre que merece el respeto del hijo es aquella que
interroga al padre que no dice mucho, pero por qué tantos años con una
misma mujer.

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¿Qué es un niño en la escuela?

Se plantea la introducción al Edipo y su incidencia para la entrada en la


escolaridad.

El Edipo, evidencia el fuerte ligamen entre la madre y el niño/niña, pues


esta se presenta como su primer objeto de amor y deseo prohibido por el
padre. Dicha prohibición esta adscrita a lo simbólico, pues éste es el esposo de
la madre. Y prohíbe el goce sexual con la madre. El niño teme al padre por
miedo a la castración si trasgrede la norma del incesto.

En las niñas más que el miedo a la castración se da la decepción de la


madre, pues ella no tiene nada que dar en cambio el padre si, se hace una
transferencia amorosa hacia el padre.

Es decir tanto en los niños como en las niñas el falo tiene que ponerse en
acción. El falo es un significante (palabra) que dota el padre; no es un objeto, ni
un órgano, ni una fantasía. Este le permite al niño/niña significar lo que tiene
sentido para él, el falo permite moverse en la lógica del tener y no – tener para
poder significar.

Tanto la entrada como la resolución del Edipo, se dan por el padre, ya


que este ajusta el deseo del niño/niña a la ley del deseo.

Y retoma ¿cuál es el lugar necesario de la madre, para un niño/niña? La


madre tiene la función del deseo del niño/niña, deseo sexual, pues es la forma
que la mujer resuelve su falta, ya que no tiene falo, entonces tiene hijos/as. El
deseo de la madre es voraz, sino estuviera la prohibición del padre devoraría al
niño/niña. Es decir, para que el niño/niña pueda salvarse de quedar atrapado
en ser el falo que le falta a la madre, es necesaria la función del corte, de
separación que introduce el padre.

El sujeto en sí encuentra la manera de dominar el complejo de Edipo


pues sino sucumbe a la neurosis.

El Edipo puede o no ser trasmitido por el discurso familiar, a través del


proceso de socialización y culturalización que enmarca al niño/niña.

Por eso, cuando hablamos de las dificultades de ciertos niño/niñas para


entrar a la escolarización, debemos remitirnos a examinar su Edipo, qué valor
tiene para el la palabra paterna, qué extrajo él de lo que se dice y no se dice
en su familia.

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Un elemento importante en la educación del niño/niña que presenta
algún problema escolar, es el respeto del docente hacia la problemática de
niño/niña, pues estos pueden confiar en el, y como respuesta el niño/niña
reacciona diferente, pues este se siente endeudado. Apostar al niño/niña es dar
la mano al mismo, para que pueda abrir la puerta de entrada a la escuela de su
saber inconsciente, como también la puerta al aprendizaje escolar.

Por esto, la ética psicoanalítica apunta a la subjetividad y a


responsabilizar al niño/niña de su problema, por eso interroga al sujeto sobre
lo que quiere (ya sea niño/niña o adulto) y da la oportunidad de resolver sus
dificultades.
Cuando el aprendizaje escolar funciona en un niño/niña es porque ama a
sus docentes, pues estos le suponen el saber, es cuando este niño/niña puede
transferirle el saber que tenía para él sus padres. Es en este momento que el
Edipo realiza su curso normal, pues es un vector que va de padres hacia la
escuela.

La clínica psicoanalítica comparte esa transferencia con el saber que el


niño/niña hace en la escuela, pues en la clínica, el analista, la convierte en una
herramienta al servicio de la cura.

El diálogo constante entre el psicoanálisis y la educación es un elemento


esencial, pues permite la búsqueda de soluciones con el aprendizaje escolar.
Aun así hay que tener claro que la función del docente es enseñar y del
analista es guiar al sujeto en su cara. El dialogo interdisciplinario implica
también reconocer los limitantes de cada campo. El papel del docente en el
tratamiento es ayudar a comprender las coordenadas de vida escolar del
niño/niña (lazo con pares, con el saber, ante qué situación presenta problemas,
etc.).

¿Por qué juegan los/las niños/niñas?

Por que es el modo que tiene de elaborar sus conflictos inconscientes,


así como los adultos por medio de sus fantasías. Mediante sus juegos los niños
y niñas representan sus relaciones con sus objetos amados. También hay otra
dimensión que especifican los juegos donde el niño/niña acompaña sus
acciones con palabras, produciendo significaciones.

A través del juego los niños/niñas, ponen en juego sus propias


manifestaciones inconscientes, las que buscan dar sentido al enigma del deseo
del otro o de sus seres amados. Por eso es preocupante cuando no lo hacen,
pues quiere decir que no interrogan el deseo del otro.

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Se hace hincapié en la importancia de la educación preescolar, pues
apoya la educación de hábitos al niño/niña a través del juego y canciones, con
los que se pretende la socialización.

Hace una crítica a los juegos de la modernidad que han desplazado los
ideales que antes sostenía la cotidianidad como el juego del Dr., de la maestra,
el científico, las visitas, etc., Pues mediante estos juego, el niño/niña tomaba
prestado del otro social los ropajes donde apoyar sus identificaciones.

El avance tecnológico toca y modifica también los juegos de los


niño/niñas, aplazando la creatividad y hasta el mismo lugar del juego como
lazo social entre los niños/niñas. Ya que este no busca jugar con sus pares
porque el robot maquina llego a ser su fiel amigo, el que no discute, no se
enoja, con el que no se disputan lugares, con el que no se comparten
vivencias, ni se compite en relación a un ideal, pues la maquina en su
perfección de respuestas es el ideal mas acabado. De modo que la técnica con
estos juegos termina adormeciendo a los niño/niñas.

Los educadores tienen el deber de reforzar el interés por la actividad


lúdica espontánea y programa en las actividades de aprendizaje, pues un
niños/niña que aprende jugando, este aprendizaje es mas significativo que el
que se impone estudiando. El maestro/a puede deducir los intereses
particulares de sus alumnos, a partir de ubicar como cada uno se posiciona en
un rol que despliega en el juego.

La familia del niño/niña y su escuela

La escuela es la segunda familia del niño/niña.

¿Cómo esta constituida la familia? Se conforma por lugares que no siempre


son ocupados convenientemente en el sostén de sus funciones necesarias para
el funcionamiento de la dialéctica familiar. Existe esta dialéctica cuando la
palabra toma un peso importante para la familia, en lo que se dice y en lo que
no se dice, en las conversaciones y en los silencios. Y para que la palabra
tenga un peso, los lugares que implica los lazos discursivos de una familia,
deben ser sostenidos por sus actores o agentes: el padre, la madre y los hijos/
as, los cuales cada uno tiene un conjunto de funciones.

Uno de los deberes de los padres es trasmitir al niño/niña un deseo que no


sea anónimo, es decir, cada niño/niña merece recibir de estos, una marca
particular, diferente a la de sus otros hermanos.

Se hace referencia a ¿qué es el deseo de la madre? En dos planos:


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- La madre de un deseo puro, sin objeto, en función de educadora que
introduce al niño/niña en el mundo de las palabras o del lenguaje, la que
trasmite la ley paterna, aquella que remite al niño/niña a acceder al mundo del
deseo o socialización.

- La madre en función de trasmitir al niño/niña un deseo de vida, la que


trasmite el gusto por la vida.

¿Cuál es la función del padre? Las más conocidas es la del padre como
autoridad o como representante de la ley, pilar de la familia. Para el
psicoanálisis la función del padre es tomar a la madre del niño/niña como su
mujer, pues al tomar el padre a la madre del niño/niña como su objeto sexual,
le permite al niño/niña no tener que cargar con la femineidad de su madre.

¿Qué lugar ocupan los hermanos/as? Este es le semejante, l que comparte y


disputa lugares con el niño/niña; por eso el eje de rivalidad entre hermanos
suele ser manifiesta muchas veces.

Ahora, como la escuela es la institución que acopla la función simbólica en


la educación la socialización del niño/niña, hecha por sus familias, los
diferentes lugares (padre, madre y hermanos/as) van a aparecer. De modo que
la escuela reúne modelos multifacéticos de familia, pues cada niño/niña
proyectara el suya allí.

Si bien un niño/niña no eligió a su familia, sí elige como posicionarse


inconscientemente en ella y en la vida con los demás, lo que implica también
se elección de un lugar en la escuela con sus compañeros/as. De modo que a
veces, el lugar elegido por el niño/niña le trae dificultades en su relación con
los demás, pero también con el saber escolar.

La familia- escuela puede adoptar a niño/niña en su seno y apoyarlo en su


difícil camino del aprendizaje escolar y el proceso de socialización.

¿Cómo aprende el niño/niña?

El alumno debe partir de a falta el saber en él, pues en a medida que nos
falta algo, podemos ir en su búsqueda. El niño/niña debe trasmitirles ese saber
a sus maestros, es decir que les suponga a ellos el saber del que se apropiará.
Esto se da a través del fenómeno transferencial, por el lazo amoroso que lo
encauza.

¿Cuál es a causa del aprendizaje? La razón no es otra que las relaciones


que sostienen con el saber el alumno y maestro.
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Los transtornos del lenguaje en los niño/niñas

¿Qué se entiende por lenguaje? El psicoanálisis considera al inconsciente


mismo como el espejo del lenguaje. Es decir que éste está encadenado,
estructurado y tejido de lenguaje. En el lenguaje la palabra desempeña un
papel fundamental, es lo que nos diferencia del mundo animal. De modo que el
ser hablante es producto del lenguaje.

Es necesario saber que en el lenguaje, la relación entre significado y


significante no es uniforme.

El niño/niña es producto o hecho en el lenguaje. Para que este entre la


lenguaje, tiene que contar con una madre que pueda significar o interpretar su
grito, no siempre de la misma manera.

Hay que decir, que desde antes de nacer, ya el niño/niña carga con
ciertas significaciones que lo esperan del lado de sus padres. De modo que,
todo lo que se dice y no se dice en la familia, es marco de la lengua que recibe
a un niño/niña cuando viene al mundo. Luego él deberá tomar la palabra y
elegirá inconscientemente cómo posicionarse en el lenguaje.

El autismo, como la psicosis en el niño/niña, muestra un tipo de


transtorno de lenguaje que es totalmente diferente a los que presenta un
niño/niña neurótico. ¿Cuál es la diferencial nodal? La posición que toma el
niño/niña en el lenguaje, desde el lugar donde habla. En la psicosis, la frase
interrumpida se le impone al psicótico. En cambio, el afásico (sin habla) quiere
decir algo, tiene la intencionalidad en la punta de la lengua y no le salen las
palabras justas, éste tiene una intencionalidad en lo que quiere decir pero su
dificultad es “que no puede ir al grano”.

¿Qué es lo que determina los problemas que un niño/niña tiene en su


lenguaje? En primer lugar, el discurso familiar que le espera, que le dotará o no
al niño/niña de la cuna de palabras adecuadas a sus necesidades vitales. Ese
instrumento que es la palabra le servirá para poder relacionarse con los
demás.

La responsabilidad del docente es recibir la demanda de ayuda que le


hace el niño/niña, pero también darle la respuesta adecuada. Diciéndoles a sus
padres que su hijo/a tiene un problema y que su deber es educar al niño/niña
para que no siga sufriendo. Por eso es necesario e trabajo conjunto entre
padres y docentes.

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¿Por qué los niños van al psicoanalista?

En este capítulo se mencionan las particularidades e implicaciones de la


clínica con niños y niñas. Ella considera que la principal peculiaridad en la
clínica con niños y niñas se refiere a la necesidad de que no sólo el niño o niña
sienta malestar respecto a la situación por la cual se le trae a consulta, sino
también que este malestar lo/la divida a él/ella y sus padres, de manera tal
que, el niño o niña se convierta en objeto de preocupación y angustia de éstos
y así, colaboren con su cura. Situación que es claramente diferente al depósito
del niño/a-problema en el consultorio, a la espera de una “solución” a su
problema.

Además se señala que el papel del analizante en una cura es


precisamente aquél en que se desplaza al niño o niña de la perspectiva de
problema y se le interroga acerca de lo que a él o ella le molesta, se busca
conocer cuál es su posición ante sus padres para poder identificar si es o no
objeto de interés y preocupación por parte de ellos, razón por la cual el niño o
niña busca ser admirado o criticado, escuchado o silenciado, etc.

Por medio de su perversión polimorfa infantil, es que, el niño o niña


viene a generar demanda de los otros, la autora cita como ejemplos las
solicitudes de “que se quede quieto, que respete a sus compañeros, que
escuche cuando otro le habla, que no sea insolente, que no sea cruel con los
animales, etc.” (p. 93)

Se considera necesario “apostar a la subjetividad del niño” (p.95) para


liberarlo un poco del peso del título de “terrible” con la finalidad de que pueda
resolver ese o esos problemas que tiene en la escuela en un espacio fuera de
ella.

¿Qué nos enseñan los niños?

Este capítulo se refiere básicamente a las teorías sexuales infantiles


dirigidas principalmente a contestarse la interrogante de ¿de dónde vienen los
niños?, en estas teorías el niño o niña se plantea que tanto los hombres como
las mujeres pueden concebir un niño por medio de la alimentación (que se
corresponde con la pulsión oral) y que este niño nace por el ano (idea que
claramente se corresponde con la pulsión anal).

El niño o niña rechaza toda explicación racional de los padres con


respecto a la respuesta de esta interrogante, pues tiene la seguridad de que
“la sexualidad se despliega en el orden pulsional” (p. 96). El fracaso de estas
teorías se da en el momento en el que el niño o niña se percata de la falta de
la madre, de su humanidad, es decir, se da cuenta de que ella no es toda-
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madre sino que es la mujer del padre y no lo puede todo ni lo sabe todo. Aquí
es donde se instauran los fantasmas que Freud asegura sostendrán la
sexualidad de ese niño o niña en el futuro, pues se cambia el habitual
escenario del niño o niña por otro en el que se rompe la célula madre-hijo/a y
aparece el padre unido a la madre quedando el niño o niña excluido/a de ese
romance.

¿Qué hacer con la violencia?

Este pequeño apartado nos refiere a la violencia social actual y a la


necesidad de límites claros ante los excesos de la modernidad, la autora
plantea la interrogante acerca de “¿Qué lectura podemos hacer de estos
fenómenos actuales? ¿A qué responden?” (p.101), pues a esta fuerza
destructiva se le denomina en Psicoanálisis pulsión de muerte, pues esta se
dirige con la vida, es decir, subjetividad.

Además, se menciona la proliferación de publicidad referente al consumo


excesivo de bienes que pueden y deben ser desechados rápidamente, esta
publicidad viene a contribuir a la concepción del individuo como objeto
también, situación que evidentemente anula su subjetividad y con ello sus
particularidades y personalidad, es decir, su humanidad. Se pretende que
actúe y consuma como todas y todos las y los demás para vivir “feliz” y tener
y/o mantener un trabajo.

Se considera vital para encontrar respuesta a la problemática de la


violencia en la escuela cuestionarse acerca de las variables que intervienen en
la institución educativa así como aquéllos que intervienen en la vida de las y
los estudiantes que acuden a ella. Si se logra no sólo conocer sino comprender
la realidad de violencia institucional y en la vida de los niños y niñas se hace
posible la asunción del rol de la educación en la transmisión de valores.

¿Qué es la adolescencia? Fenómenos de la vida erótica

La autora viene a definirla como una etapa en la cual el cambio es la


principal característica, éstos se presentan en lo que respecta al propio cuerpo,
al otro sexo, a la visión de mundo y a las relaciones de amistad, con los padres
y la autoridad en general, al ser tantos los cambios no son sencillos de
sobrellevar, no presentan una realidad “color de rosa” (p. 105), pues se trata
de cambiar todo en una persona, tanto su físico como su subjetividad.

Dentro de todos estos cambios el y la adolescente experimenta


sentimientos de vergüenza, pudor y amor hacia personas del otro sexo, este
último sentimiento permite a las y los adolescentes “salirse del goce solitario o
de la edad del pavo enlazando el goce autoerótico a la pareja (su media
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naranja)” (p. 106), es decir, se mezcla el goce individual con el goce en pareja
en una relación amorosa.

Sin embargo, la autora asegura que la forma de ubicarse en el amor es


diferente para los chicos y las chicas partiendo de una serie de talleres que
aplicó a estudiantes de cuarto y quinto nivel de colegios secundarios en 1995.
Para los chicos existe una absoluta separación entre amor y deseo, “la primera
vez” no era considerada sumamente relevante, se cree que si un hombre tiene
relaciones (no necesariamente sexuales coitales) con muchas mujeres es más
estimado por sus amigos, el varón cuando es adulto se compromete con una
pero antes no. Mientras que para las chicas el amor se encuentra en un primer
orden, “la primera vez” se considera determinante para su vida sexual futura,
la curiosidad sexual aparece únicamente en fantasías, respecto a ser amantes
únicamente lo ubicaban hablando de una futura maternidad.

A pesar de que lo expresado por los chicos no concuerda con lo expuesto


por las chicas existe un consenso respecto a la proliferación de información con
contenido sobre sexo abandonando la formación y transmisión de valores para
la vida sexual, dicha información no toma en cuenta sus dudas respecto al
tema sino que trata de venderles un producto, lo que se les enseña en sus
colegios son conocimientos referidos únicamente al sexo anatómico y
enfermedades de transmisión sexual (ETS) pero de ninguna manera se aborda
sus dudas respecto a su sexualidad.

¿De qué se adolesce, hoy?

En este capítulo se realiza una pequeña disertación acerca de la


homogeneización de las visiones de mundo y criterios, que pretende la
globalización, principalmente por medio del mercado actual, que implícita y
explícitamente por medio de la publicidad busca el consumo desmedido de
productos haciendo creer que se necesitan y sin tomar en cuenta esas
singularidades, criterios, gustos personales, deseos y visiones de mundo que
nos constituyen como seres humanos únicos e irrepetibles.

Evidentemente este escenario viene a afectar a la población adolescente


precisamente porque ellos y ellas buscan su identidad y este mercado se vale
de ello para venderles aquellos productos que supuestamente simplifican esa
búsqueda, por medio de la compra y utilización de artículos tecnológicos y de
la industria musical, así como de cierta ropa y el consumo de cierta comida.
Dicho mercado ha producido una generación acrítica que simplemente dice y
hace lo que el mercado dicta, es decir, consumen para ser.

Y el malestar actual respecto a lo anterior se evidencia claramente en las


dificultades de interacción entre las y los jóvenes, en el elevado consumo de
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cigarros, alcohol y otras drogas en esta población y en los cada vez más
frecuentes episodios de violencia en ésta. Sin embargo, se plantea una salida
valiéndose del cambio subjetivo que sufre el y la adolescente se deben
proporcionar herramientas de enfrentamiento a este mercado consumista de
manera tal que ellos y ellas logren servirse del mismo sin ser absorbidos y
absorbidas por él.

¿Por qué el aburrimiento en el aprendizaje escolar?

La respuesta a esta pregunta se ubica en dos puntos principales, el


primero de ellos se refiere a la concepción de que “enseñar no es informar” (p.
113), pues, es precisamente informar lo que se hace el ámbito escolar,
situación que se une al segundo punto que se refiere a la globalización, pues,
esta no nos presenta el saber de manera unificada sino de manera
especializada, de paso incuestionable, dicho saber se da en los ámbitos
educativos, pero no de la mejor forma, ya que, se brinda información per no se
va más allá de ella, es decir, no se fomenta ni permite el cuestionamiento
hacia dicho saber, situación que claramente no propicia el aprendizaje real.

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La maleducación sexual

La autora explica que este apartado se titula de esta forma


precisamente porque la sexualidad no es posible de educar, ya que, en ella se
contiene la experiencia y vivencia particular de cada persona, es decir, no es
educable porque cada sexualidad es particular y única, sin embargo, se puede
conocer e indagar acerca de ésta si se admite que nadie posee todo el saber al
respecto, incluyendo a las y los decentes, con ello se espera generar un
espacio en el que se construya el conocimiento respecto al tema de acuerdo
con lo que las y los estudiantes conocen al respecto. Además, la acción de
educar se circunscribe a una serie de espacios que no son tomados en cuenta
en el ámbito escolar, por ejemplo, los ámbitos subjetivo, moral, intelectual y
físico (p. 116)

¡Saquen una hoja y escriban!

Esta sección se refiere al uso del lenguaje, tanto escrito como oral,
cualquiera que sea nuestro idioma este tiene un lenguaje, con connotaciones
diferentes en cada familia dicho lenguaje ya existe en nuestra familia desde
antes de nuestro nacimiento y es el que nos recibe y construye nuestro mundo,
este lenguaje tiene por función humanizarnos, convertirnos en personas para
poder separarnos de los animales.

Pero ¿quién educa este lenguaje?, de acuerdo con la lectura la madre es


la primera educadora, pues, enseña al niño y niña a leer sobre lo que él/ella
quiere por medio de otorgar significados a sus gritos no siempre de la misma
manera (p.120). Posteriormente con su ayuda y la de otros el niño y niña
aprenderán a leer lo que quieren y lo que quieren los y las demás para luego
apropiarse del lenguaje y utilizarlo para comunicarse con los otros.

La labor del y la docente debe partir de la interrogante acerca de lo que


cada uno y una de sus estudiantes quiere y saber hacer con el lenguaje, de
manera tal que no se presenten dificultades a la hora de leer y escribir, pues
cuando éstas se presentan es porque la letra aglomera los significados, es
decir, no-todo se puede decir por medio de la escritura.

¿Qué te gustaría aprender?

En este título se transcriben las respuestas de estudiantes de escuelas


primarias en Rosario, Argentina ante la pregunta ¿qué te gustaría investigar
conmigo?, las respuestas son muy diversas pero incluyen varios temas en
común, entre ellos, las civilizaciones antiguas, profesiones que tienen futuro
laboral, el espacio y los planetas, el fenómeno nazi contra los judíos, la historia
de América, los misterios del mundo, la tecnología de los hospitales, el
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lenguaje de los pueblos, por qué se están juntando los continentes, entre otros.
(p. 127)

Testimonios de alumnos de Escuelas de Enseñanza Media

Aquí se reúnen las opiniones de chicos y chicas entre los 13 y 17 años de


edad de una Escuela de Enseñanza Media en Rosario, Argentina respecto a las
siguientes preguntas: ¿Por qué venía a la Escuela?, ¿Qué te gustaría
aprender?, ¿Qué criticarías de la Enseñanza que recibes?, ¿En qué te ayudan
las tareas que te dan tus Profesores? y ¿Te gusta que tus trabajos sean
corregidos por tus Profesores?, nuevamente las respuestas son muy variadas,
en lo que se refiere a la primera pregunta la evidente mayoría de ellos y ellas
se refieren a la opinión de sus padres, la que transmite la idea de que así
tendrán un mejor futuro.

En cuanto a la segunda la mayoría de ellos y ellas se refieren a


conocimientos con miras a una profesión, en la tercera pregunta los chicos y
chicas critican el hecho de que algunos/as docentes no enseñan ni explican
bien, además no respetan al estudiante, sin embargo, otros/as mencionan que
son muy exigentes, aunque buenos.

Las respuestas de la cuarta pregunta se dirigen principalmente a decir


que las tareas sirven para retener y entender lo que se vio en clase.

Por último, la mayoría de las respuestas de la quinta pregunta se


refieren a la idea de que dichas correcciones les sirven para saber si hicieron
las cosas mal o bien.

Alumnos de una Escuela de Enseñanza Especial

En este último apartado se transcriben las respuestas de algunos/as


estudiantes de una escuela de Enseñanza Especial de Córdoba, Argentina con
respecto a la pregunta ¿qué te gustaría que te enseñe?, las respuestas se
encaminan hacia una mejora de la lectoescritura y el aprendizaje de un
segundo idioma con miras al ejercicio de una profesión.

Bibliografía:

Giraldi, G. (1998) Educación y Psicoanálisis: Aprender, querer aprender y no


aprender en la escuela. Argentina: Ediciones Homo Sapiens.

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