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Escuela de Psicología
Mecanismos subjetivos que inciden en la inhibición del deseo de saber en niños con
dificultades en el aprendizaje.
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ÍNDICE
Abstract…………………………………………………………………………….. 4
Introducción………………………………………………………………………... 4
Marco Teórico………………………………………………………………………. 7
Metodología………………………………………………………………………… 22
Discusión…………………………………………………………………………… 23
Conclusión…………………………………………………………………………... 24
Bibliografía………………………………………………………………………….. 29
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ABSTRACT
los mecanismos subjetivos que inciden en la inhibición del deseo de saber en niños con
padres y del sistema escolar sobre la educación, en vista de los procesos propios de la
constitución temprana del sujeto. Para llevar a cabo este propósito, se realizó una
investigación.
1. INTRODUCCIÓN
de distintas formas y constituye un problema constante para los estados y los sujetos
que contó con apoyo de distintos sectores de la sociedad. No es de extrañar entonces, que la
de Los Derechos Humanos (ONU, 1948), la Declaración de los Derechos del Niño (ONU,
1959) y la Constitución Política de la República de Chile (2005). Sucede que en cada uno
siguientes citas. El Art. 26, nº 3, Declaración Universal de Los Derechos Humanos declara:
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“Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a
sus hijos” (ONU, 1948). Por su parte, el principio 7º, Declaración de los Derechos del Niño
señala: “El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la
término, a sus padres.” (ONU, 1959). Además, en el capítulo III, Artículo 10º de la
2005).
comprensiones de los objetivos y metas perseguidos por estos, así como de los factores que
En este sentido, diversos son los factores que determinan la comprensión del fracaso
escolar como una serie de patologías recientes y susceptibles de ser diagnosticadas como
trastornos del aprendizaje. Entre ellos destacan los cambios en la sociedad moderna, el
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Al respecto del fracaso escolar, Cordié (1994) analiza una serie de factores que inciden en
propios o limitables al niño que es educado. Considera –entre otros- los conflictos entre
hijos.
inhibición del deseo de los niños. En este sentido, “…la demanda llega a aplastar al deseo
otro del cual se trata de obtener algo, la cual toma formas como: “debes ir a la escuela,
debes aprender y tener éxito, es decir, adquirir los conocimientos exigidos según tu edad”
(Cordié, 1994).
subjetivo, los que remiten a la demanda proveniente de los padres de obtener éxito escolar.
Al interrogar acerca del modo en que la demanda parental incide sobre el deseo de saber del
niño, se descubre que esta relación se encuentra íntimamente ligada al propio proceso de
en tanto sujeto.
Desde el supuesto que la educación tiene por objeto el pleno desarrollo de la persona en las
distintas etapas de su vida y que son los padres quienes tienen el derecho preferente y el
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deber de educar a sus hijos, en el presente estudio se prioriza describir precisamente
tanto sujeto y del modo en que se ha planteado, por diversos autores, la incidencia de la
B. Pregunta de Investigación.
• ¿Cuáles son los mecanismos subjetivos que inciden en la inhibición del deseo de saber
2. MARCO TEÓRICO
presupone una concepción teórica particular de los seres humanos. Supuesto que consiste
estructuralmente por la castración, por aquello que hace falta estructuralmente. Es decir la
Para entender qué implicancias tiene esta concepción de Sujeto y en qué consisten los
constitución psíquica que enunciara Jacques Lacan, en especial entre 1950 y 1965, en su
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relectura o retorno a Sigmund Freud, construcción en la cual pone en juego la articulación
de estos conceptos.
Respecto a los conceptos de necesidad, demanda y deseo, cabe señalar que Tendlarz (1996)
plantea que la oposición de estos términos pertenece a Lacan, ya que Freud nunca habló de
demanda. Además, esta trilogía fue modificada por Lacan durante su enseñanza, cuando
con posterioridad el término necesidad cae y en su lugar se ocupa del tema del goce.
que lo comprende dentro de una lógica tripartita -Yo, Ello y Superyó-, la que se sostiene
Sujeto del psicoanálisis no se rige bajo la primacía de la racionalidad o la voluntad, sino por
está regido por una lógica que no respeta los principios de no contradicción, tercero
excluido e identidad.” (Eidelsztein, 2001, p. 30). Esta comprensión del Sujeto en tanto
dividido, es útil ya que permite una aproximación distinta a los fenómenos en los cuales la
Según Freud, este complejo ocurre en el ínter juego entre el niño, la madre y el padre. Por
su parte, Lacan agrega el falo como cuarto elemento y describe las dos operaciones
La resolución del complejo de Edipo será particular a cada caso, dependiendo de las
vicisitudes de estas funciones, las cuales son susceptibles de ser ocupadas por cualquier
psicosis.
A cada una de ellas le corresponderá una particular relación frente al deseo materno, la
de la función paterna y de la falta darán paso a una estructura del orden de la psicosis,
perversión. La castración y la metáfora paterna, arrojarán al sujeto hacia una estructura del
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que estructuralmente son causadas por el objeto a. Sin embargo, para los fines del presente
seminario, se limitará la exposición al caso de los niños cuya estructura es del orden de la
neurosis.
Lacan (1958, citado en Dor, J., 1985) describe los tres momentos lógicos del complejo de
Edipo y concibe su punto de inicio contemporáneo al estadio del Espejo, en el cual “…el
sujeto, engañado por la ilusión de la identificación espacial, urde las fantasías que se
suceden desde una imagen fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos
En un primer momento del estadio del Espejo, según Lacan entre los seis meses y los dos
años, el niño cree que la imagen del espejo es un ser real, encontrándose en un estado de
el niño sabe distinguir que ese otro presente en el espejo no es un ser real, sino sólo una
imagen. En el tercer momento, el niño logra reconocer que la imagen del espejo es su
propia imagen.
Durante este estadio, el recién nacido es incapaz de satisfacer por si mismo sus necesidades
cría humana nace prematuramente y no puede valerse por si sola. En otras palabras, el
recién nacido requiere de otro ser humano que se ocupe de sus necesidades biológicas más
esenciales para poder subsistir. No obstante, no son los objetos reales como el abrigo,
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alimento e higiene lo que determina el modo en que el recién nacido se liga a los
semejantes que le cuidan. Por el contrario, la dependencia temprana del ser humano radica
en la relevancia que tiene la palabra y el lenguaje, en tanto son necesarios para el ingreso y
Al sujeto le antecede una cultura, un lenguaje y una historia que le es previa, pero que sin
significantes o el Otro. Por ejemplo, al niño que nace le espera un lugar en su familia y un
nombre que no elige, pero que hará propio y utilizará para presentarse durante su vida.
psicomotora ni su desarrollo del lenguaje se lo permiten (no cuenta con los significantes
interpretarlo, lo codifica.
El instinto (la necesidad), queda perdido para el ser hablante, ejemplificando la perspectiva
Psicología para Neurólogos” escrito por Freud en 1895, Tendlarz, S. (1996) señala:
“A partir del llanto del bebé por una necesidad desconocida para el observador, y
dado su desvanecimiento inicial que le impide realizar el movimiento que elimine esa
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existe siempre una diferencia que se denomina <<deseo>>… Junto a esta impronta de
La madre significa el grito inespecífico del bebé, al codificar la necesidad y responder con
lo que ella cree va a satisfacer una necesidad biológica de su hijo. En este movimiento, la
madre, al transformar la necesidad inespecífica del niño en una demanda, encarna ese Otro
(primordial). Desde entonces el ser humano se encuentra ligado a si mismo y los otros a
Sin embargo, sucede que en esta dependencia del Otro, lo que requiere el niño pasa a un
segundo plano, lo que importa es la respuesta del Otro, el reconocimiento que haga la
madre.
En la medida en que las necesidades vitales del cuerpo imponen al sujeto demandar,
tempranamente deberá encontrar las palabras que serán audibles para ese Otro. La
dependencia temprana radica entonces en que el bebé queda al arbitrio de la madre, si ella
satisfacción en si misma.
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Al final del estadio del espejo, el niño ha logrado una identificación primordial con su
propio cuerpo, lo ha hecho a través del reconocimiento y presentación que la madre le hace
de esa propia imagen invertida en el espejo. El niño y su madre ponen así fin a la fantasía
del cuerpo fragmentado y neutralizan la dispersión angustiante del cuerpo del niño. Al
lograr esto promueven la estructuración posterior de su Yo (Je), sin embargo debido a que
especular no logra mostrar, de esta manera el resto simbólico y real del cuerpo (Das Ding)
El paso por el estadio del Espejo no garantiza aún la separación entre el niño y su madre.
supone es el objeto de deseo de su madre, el falo. Al respecto, Dor, J. (1985), plantea que:
“…el deseo del niño se hace deseo del deseo de la madre… El niño está directamente
alienado por la problemática fálica a la manera de la dialéctica del ser: ser o no ser el
Si la madre responde al llanto del niño, es porque algo en ella le ha llamado a responder a
eso que ella a codificado como una demanda. La madre aparece entonces en falta y
deseante. Es decir, hay algo que apela a su propia falta y que el niño en consecuencia
identificará como una falta del Otro Primordial ( A), aspecto fundamental para el posterior
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desplazamiento metonímico del deseo hacia otros objetos, incluyendo el deseo de saber,
En la medida que la madre encarna al Otro Primordial, permite el ingreso del niño al
registro simbólico, sin embargo en este primer momento del complejo de Edipo, el Otro
madre.
Por esta razón, no es hasta que la madre reconoce en su discurso al nombre-del-padre que el
niño puede separarse de su madre y pasar al segundo momento del Complejo de Edipo. El
nombre-del-padre aparece como metáfora de la ley que regula el goce materno y por ende
entonces como privación del niño como objeto de deseo para la madre, mientras para el
niño aparece como una prohibición y frustración, al ser otro el objeto susceptible del deseo
“El hecho de que el deseo de la madre esté sometido a la ley del deseo del otro
implica que a su vez su deseo depende de un objeto que supuestamente el otro (el
padre) tiene o no tiene. La dialéctica del tener (tener el falo o no), que a partir de
ahora polarizará para el niño la problemática del deseo de la madre, se hace eco de la
dialéctica del ser que gobierna, entonces, la vivencia de su propio deseo… El padre
real, que aparece como “representante” de la ley, es investido por el niño… se ve así
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Es decir, es condición que la madre encarne desde su propia falta la falta del Otro, en la
metáfora paterna. El niño podrá entonces localizar paulatinamente al falo en una serie de
castración simbólica, efecto de la metáfora paterna que presenta la ley, el niño entra en la
Es así como en el resto de la construcción del sujeto entra en juego el deseo, ya que como
necesidad. Es decir, el deseo alude a aquello que hace falta para que la demanda, en tanto
está completo, porque no está todo dicho, que es posible decir algo más al respecto, es
posible que el deseo se ponga en juego. De este modo, entendemos al deseo como un
motor, ya que en tanto falta, introduce la posibilidad de que podría ser otra cosa.
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de alienación alude a la presencia del Otro, el niño le importa a alguien, y se liga
Así, el deseo será deseo de desear, en la medida que estructuralmente los objetos que
encarnan al falo no son la causa del deseo, sino su consecuencia. Esto ya que perpetúan la
distancia entre los significantes que nombran la falta y el resto inalcanzable de la cosa en sí,
aspecto que Lacan conceptualizó en la estructura del sujeto como el objeto a, causa del
Respecto al concepto de deseo de saber, Cordié (1994) remite su punto de origen al proceso
Cuando el niño se cuestiona por el origen, en las preguntas usuales como ¿por qué estamos
aquí?, ¿de dónde vengo? o ¿por qué me han tenido ustedes?, lo que ronda en su discurso
remite al adquirir un saber sobre el mundo y sobre sí mismo, por lo tanto se encuentra
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ligada a la pulsión de vida, de modo que este saber es necesario para dejar de ser un objeto
quiere el otro/Otro de mí?, las que se entrelazan con el aprendizaje del lenguaje y el salto al
“Del aprendizaje por el juego debe pasar, en el transcurso de la infancia, a otra forma
del saber, el que dispensa la escuela. Con frecuencia éste es el momento en que la
ese nuevo sistema de adquisición de conocimientos. Ese deseo de saber que Freud
una detención de las inversiones cognitivas, inversión de la pulsión (el “no saber
nada” equivale al “no comer nada” del anorexico). (Cordié, 1994, p. 30).
Chemama (1998) define la inhibición como una limitación funcional del yo, manifiesta
otros procesos patológicos, que se injertan a la manera de síntomas positivos como las
reservar el uso de este término a los fenómenos que implican una verdadera renuncia a una
detención de la operación, que en este caso dice relación con el momento en que “los
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esquemas intelectuales no manifiestan sus posibilidades –es decir: el nivel de desempeño se
muestra muy distante del nivel de competencia-” (Fleischer, 2005, p.1). Respecto a lo
anterior, al hacer alusión a niños que presentan inhibición del deseo de saber, el autor hace
la mayoría de los casos de fracaso escolar. En cuanto a sus causas, remite a “Inhibición,
síntoma y angustia” (Freud, 1926) y distingue tres: evitar el conflicto con el ello, el
autocastigo (del superyó) y la patología del duelo, identificando a las dos primeras como las
más predominantes.
Respecto del conflicto con el ello, Freud (1926) ejemplifica: “Cuando la escritura, que
consiste en hacer correr el líquido de un tubo sobre una hoja de papel en blanco, ha tomado
pataleo en el cuerpo de la madre tierra, ambas, escritura y marcha, son abandonadas porque
Remitiendo al mismo texto, Chemama (1998) explica: “…la función que un órgano cumple
renuncia a ciertas funciones para no tener que emprender una nueva represión, para no
entrar en conflicto con el ello. Otras inhibiciones están al servicio del autocastigo, como en
el caso en el que el yo renuncia a un éxito profesional, éxito que un superyó feroz puede
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Sobre la segunda causa, al servicio del autocastigo, Cordié (1994) explica: “El yo no tiene
derecho a hacer estas cosas, porque ellas aportan beneficios y éxitos, que la severidad del
escolar. Al respecto, la autora plantea que aludir al fracaso, opuesto al éxito, implica un
particular a la que pertenece el niño, los cuales dicen relación con el dinero, la posesión de
bienes y el poder. Lo que se obtendría a través de una posición laboral privilegiada, la que a
triunfar en la escuela, constituye una perspectiva de lograr más adelante una buena
En ambos casos, conflicto del yo con el ello y/o autocastigo del superyó, la inhibición
ocurre cuando se ponen en juego las identificaciones que se refieren a distintos aspectos
propios del registro imaginario del Yo, como el yo-ideal o el ideal-del-yo, así como la
Identificaciones que se ven incididas por los padres y su demanda, entendiéndose que la
demanda parental no es ejercida por los padres en tanto progenitores biológicos, sino en
tanto sujetos de deseo y goce que encarnan de diversos modos la función paterna y materna.
decepción.
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Por otra parte, se interroga acerca de quienes conforman los integrantes de la familia.
Llegando esta vez a la conclusión de que no está formada por el padre, la madre y los hijos,
sino por el nombre del padre, el deseo de la madre y los pequeños objetos a. Concluye que
la familia se encuentra agrupada por un secreto. Un secreto sobre el goce, de qué goza el
padre y la madre. Es así como esta demanda puede ser ejercida por diversos sujetos en
Es decir, nos encontramos ante una concepción de la familia como una articulación de
distintos goces subjetivos, donde la función paterna norma al deseo materno y por ende
incide en la posición que el niño asuma ante la posición de la madre ante su propio deseo y
goce. Respecto a la posición del niño, Imbriano (2007) señala tres posiciones posibles, que
dan lugar a las tres estructuras planteadas por Lacan: perversión, neurosis y psicosis.
Cordié (1994) postula la influencia de la demanda parental en la inhibición del deseo de los
niños, así:
“…la demanda llega a “aplastar” al deseo en ciertas patologías. Lacan habla de ello a
aprender el proceso es el mismo. El niño más pequeño escucha desde muy temprano
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la demanda que se le hace: debe aprender, debe triunfar… El éxito es en realidad ese
objeto de satisfacción que él debe procurar a sus padres. Las buenas notas, los buenos
una hoja en blanco o a una tarea a realizar, se verá confrontado con su propio deseo.”
(pp. 27-28)
Por su parte, Seldes (2007) señala que el deseo constituye la diferencia entre necesidad y
Lo anterior nos conduce a pensar que el niño cuyo aprendizaje se presenta con dificultad,
que no resulta y falla, es un sujeto que pone en juego la falta y por ende al propio deseo.
Otro y como señala Salman (2004), el rechazo a aprender corresponde a un rechazo a pasar
por el Otro, por lo que representa a nivel de la pareja parental. Al no aprender, el niño
genera, inconscientemente, una falla. No responde a los padres que le demandan aprender
por sobre todas las cosas. No aprende, aparece como un niño con dificultades, que no se
ajusta, que presenta una falla. Es una vía posible donde mostrarse en falta. El niño que no
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3. METODOLOGÍA
relacionados con la demanda parental, la inhibición del deseo de saber y las dificultades en
de tipo documental.
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5. DISCUSIÓN
las dificultades escolares como un síntoma localizado más allá del niño, en la articulación
comprendiéndolas como una inhibición resultante de la articulación del deseo del niño y el
de sus padres.
demanda de los padres sobre el hijo opera obturando su deseo. A lo que el niño responde,
conocimientos esperados para su edad. De este modo, con su dificultad introduce la falta
que da lugar al deseo. Es decir, el niño no aprende en un intento por mantener su deseo.
Cordié (1994), distingue tres formas generales de inhibición: la inhibición intelectual como
demanda que obtura, una puesta en juego de la separación del Otro demandante. El sujeto
requiere del reconocimiento de su propio deseo por el Otro, sin embargo en la inhibición
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“De la misma manera que el anoréxico no come nada, el sujeto en estado de anorexia
“A través de los requerimientos que se le imponen toma conciencia: come, haz caca,
cuestión del deseo del Otro: me pide esto, ¿pero que es lo que quiere? Si el niño se
deseo y qué es lo que hay de amor. Solamente al medir las incertidumbres y los
límites del Otro (su castración, digamos) podrá liberarse de su dominio y construirse
Cuando las instancias escolares posteriores le exigen al niño ser un actor activo en su
aprendizaje, es decir cuando debe comenzar a buscar el saber por si mismo, entonces el
ejercicio por parte de los padres debe permitir el espacio de error y de búsqueda autónoma
del saber. Si la exigencia de los padres es expresada en continuas demandas sobre el niño
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para que estudie, ésta llena el espacio de la falta y la inhibición es consecuencia de la
coartación del deseo propio, en tanto síntoma y queja frente a la intromisión de los padres.
“El niño puede satisfacer durante largo tiempo a la demanda del Otro, sin que
demanda cambia de registro, cuando el otro (materno, con mayor frecuencia) pasa del
supone que el sujeto al que se dirige se coloca a sí mismo en situación activa, que
del sujeto son el periodo de resolución edípica, cuando la angustia de castración está
identificaciones edípicas. En ambos casos, nos encontramos ante los trabajos de duelo
En consecuencia, Cordié (1994) postula que la inhibición se aleja de una causa sostenida en
una ausencia de las operaciones lógicas intelectuales esperables para la edad cronológica
del niño, entendiéndose por el contrario que su eventual inoperancia sería un efecto de la
inhibición y no su causa. Critica así la noción de inteligencia de Jean Piaget, optando por el
leer entre líneas lacaniano o inter-legere del discurso del inconsciente más allá de las
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Tampoco es este el caso de las estructuras psicóticas, aun cuando en rigor frente a la
desvinculación del Otro no exista un deseo propiamente tal y por ende no puede
Así mismo, si bien el rol de la inhibición puede no ser el principal, frente a la carencia las
Cordié, (1994) plantea que existen distintas condiciones que más allá del sujeto,
corresponden a un mal punto de partida o desventaja frente a los pares, las que promueven
familias cuya expresión verbal es pobre, existe algún defecto sensorial no evidente o
cuando un simple retraso del aprendizaje se agrava cuando la exigencia escolar sobrepasa
sea a través del abandono y críticas de profesores que se sienten impotentes o también por
Así, el niño arrastra una vergüenza ante la cual carece de medios para defenderse y que le
puede irse más lejos y relacionarse a cada una de ellas con distintos diagnósticos, presentes
Haciéndose notar, siendo el payaso de la clase, el niño intenta recuperar su prestigio. Las
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consecuencias disciplinarias podrán reforzar el sentimiento de injusticia percibido por el
niño, de manera que el rechazo escolar muta en rebelión y eventualmente en rechazo social.
Estos son los sujetos que suelen ser definidos asociando los “trastornos del aprendizaje” y
ubicándose en una posición indiferente e inmóvil, pasiva y masoquista, siendo difícil que
los que son descritos bajo el rótulo de “trastornos del aprendizaje”, lo cual alude a
En ambos casos, desde una escucha psicoanalítica, la advertencia que puede hacerse a los
que los diagnósticos pueden reforzar las etiquetas que el propio niño o su entorno le han
“Muchas veces el niño no puede diferenciar entre un juicio de valor y el amor que se
le tiene. Para el ser un mal alumno es ser un mal hijo… la herida narcisística vivida
por los padres… puede despertar en ellos una rabia insospechada y medidas
contradictorias sin relación con la naturaleza del problema.” (Cordié, 1994, p. 29)
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La tercera hipótesis se relaciona con esta reflexión, en tanto en una eventualidad más
optimista, el sistema escolar y otros como la salud mental, relativizan sus juicios de valor
respecto de metas esperables homogéneamente para todos los niños. En cambio, se enfatiza
en los logros y realizaciones del sujeto, desplazando el sentimiento de fracaso, hacia algo
más lúdico. Menor presión desde los padres y educadores permite un aprendizaje más libre
y menor angustia frente a una posición de aprendizaje activa, por lo que el niño podría
En consecuencia, resulta contingente hacer una reflexión final respecto de la posición que
el psicoanalista de niños debiera ocupar frente a la demanda de cura traída por el entorno
analista no demanda ni la cura ni la normalidad… Esta allí para que el sujeto acceda a la
verdad de su deseo, y no que responda a la demanda del otro” (Cordié, 1994, p. 295), es
decir precisamente para cuestionar la localización del problema recibido, así como la cura
esperada por los padres, rescatando en su verdad al niño sujeto que nos honra con su
presencia.
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4. BIBLIOGRAFIA
Eidelsztein, A. (2001). Las estructuras clínicas a partir de Lacan (vol. 1).Buenos Aires:
Letra Viva.
Lacan, J. (1936). El Estadio del Espejo como formador de la Función del Yo [Je] tal como
se nos revela en la experiencia psicoanalítica. En Escritos 1. (2001). Ciudad de
México: Siglo XXI
Organización de las Naciones Unidas (ONU) (1959). Declaración de los Derechos del
Niño. (en línea).Disponible en:
http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/25_sp.htm.
29
Salman, S. (2004). Psicoanálisis con niños. Buenos Aires: Grama Ediciones
Tendlarz, S. (1996). ¿De que sufren los niños?. Buenos Aires: Lugar Editorial.
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